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Facultad de Ciencias

Cátedra de Anatomía Humana

Generalidades de Osteología

La osteología es la rama de la anatomía que estudia la forma, el desarrollo y la relación de


las piezas óseas que forman el esqueleto.

El hueso es un tejido conjuntivo vivo y calcificado que forma la mayor parte del esqueleto. Posee
funciones de sostén, es decir son el andamiaje de las estructuras blandas las que toman inserción
en ellos. Además, se unen formando distintas cavidades en el esqueleto, las que protegen de
traumas externos a los órganos nobles. Finalmente algunas superficies óseas se unen a través de
tejidos blandos para permitir el desarrollo de distintos movimientos, generando articulaciones.

El esqueleto se puede subdividir a su vez en dos:

• Esqueleto axial: Está compuesto por los huesos de la cabeza (cráneo), el cuello (hioides y
vértebras cervicales), tronco (costillas, esternón, vértebras y sacro).

• Esqueleto apendicular: Se compone de los huesos de los miembros, incluidos los que
incluyen la cintura escapular (o pectoral) y pélvica.

El total de piezas óseas que constituyen el esqueleto son 206, no incluyendo en ellos los huesos
supernumerarios (suturales y sesamoideos).

Para un mejor entendimiento los huesos se clasifican por su forma siendo:

• Huesos largos: son aquellos en los que predomina la longitud sobre los demás diamentros.
Se encuentran a nivel de los miembros. Presentan las siguientes partes: un cuerpo o diáfisis,
con forma prismática triangular o irregularmente cilíndrica; dos extremos o epífisis los que
presentan mayor volumen, donde encontramos superficies articulares, y superficies rugosas
para inserción de estructuras blandas. Presenta además un cartílago de crecimiento (placa
epifisiaria), una metáfisis y una línea epifisiaria. Como característica específica presentan en
su diáfisis el canal medular, que contiene la médula ósea. Ejemplos de este tipo de huesos:
Húmero, Radio, Tibia, huesos del Metacarpo y Falanges.

• Huesos planos o anchos: este tipo de hueso se caracteriza por el predominio de la longitud
y el ancho, por sobre el espesor. Presentan 2 caras con distinta disposición, siendo una
convexa y la otra cóncava. Los encontraremos formando cavidades que producen
estructuras nobles. Ejemplos de estos huesos: Frontal, Escápula, Coxal, Occipital, etc.

• Huesos Cortos: en estos huesos hay equivalencia de sus dimensiones, siendo longitud,
ancho y espesor muy similares. Su forma es variable pero en general es cuboidea, se
encuentran principalmente en las zonas en que hay múltiples movimientos pero reducidos,
como en el carpo y el tarso. Ejemplos de estos huesos son: Navicular, Cuñas, Ganchoso, etc.
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• Huesos irregulares: estas piezas óseas no se pueden clasificar por sus


dimensiones, por lo que no caen en ninguna de las otras categorías. El ejemplo típico de
esta clase de huesos son las vértebras, el maxilar y el temporal.

Además, de esta clasificación según su forma se diferencian algunos huesos por otras características
especiales:

• Huesos Neumáticos: son los huesos que presentan dentro de su estructura una cavidad que
es ocupada por aire, por esta razon se encuentran relacionados con la vía aérea,
específicamente con las cavidades nasales, encontrándose estos huesos en el cráneo y la
cara. Pueden presentar pequeñas cavidades las cuales llamamos celdillas o cavidades de
mayor tamaño denominadas senos. Algunos ejemplos de estos huesos son: Frontal,
Etmoides, Esfenoides, Maxilar, etc.

• Huesos supernumerarios: existen piezas óseas que exceden el número normal de huesos
que presenta el esqueleto. Este tipo de huesos se puede clasificar en 2 tipos: huesos
suturales, los cuales se encuentran a nivel de las articulaciones del cráneo (suturas); Y los
huesos sesamoideos, que podemos encontrarlos fuera de la cabeza ósea, en una
articulación, un ligamento o tendón. Deben su nombre a su pequeño tamaño parecido a
semillas de sésamo.

Tipos de tejido óseo:

• Tejido óseo compacto: Tejido óseo denso que forma la cubierta exterior de todos los
huesos, rodeando al hueso esponjoso.

• Tejido óseo esponjoso: Tejido óseo contenido dentro de la estructura formada por el hueso
compacto, el que está formado por una serie de trabéculas o laminillas que delimita
espacios ocupados por la médula ósea y comunicados entre sí. Estas laminillas óseas se
orientan espacialmente para generar mayor resistencia a las fuerzas de tracción y
compresión.

Inervación y vascularización:

La inervación e irrigación del hueso depende de una arteria nutricia que alimenta la médula ósea, el
hueso esponjoso y la capa más interna de hueso compacto. La irrigación de la superficie externa
depende de una membrana fibrosa llamada periostio, que recubre toda la superficie, excepto las
zonas articulares. Otorga la sensibilidad y provee áreas de inserción para tendones y ligamentos,
además de brindar células para la renovación y reparación

Osificación:

Es el proceso de formación, desarrollo y maduración del tejido óseo. Todos los huesos derivan del
mesénquima (tejido conectivo embrionario) por 2 procesos diferentes:
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• Osificación Endocondral o Cartilaginosa (Indirecta): Esta osificación se


caracteriza en que el tejido que se mineraliza es un cartílago y de esta forma se desarrolla
la pieza ósea definitiva. Gracias a la existencia del cartílago se pueden realizar procesos de
crecimiento sobre todo en longitud. Por ende, este tipo de osificación es clásica de los
huesos largos.

• Osificación Intramembranosa (Directa): Este tipo de osificación se inicia, a través de un


tejido conectivo embrionario (mesenquimático) el que se mineraliza, dando origen a los
huesos definitivos. Siendo característico este tipo de osificación en los huesos de la calvaria
y cara.

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