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Semana 10 –

Biocapacidad y huella ecológica


(Video)

¡Qué tal, chicos y chicas! En este video les enseñaré sobre el tema de biocapacidad y huella
ecológica, así que empecemos.

La biocapacidad es la cantidad de áreas productivas disponibles para satisfacer las


necesidades de una población. La biocapacidad es la capacidad de carga disponible de un
lugar o región. Es la máxima cantidad de áreas productivas, esto supone la máxima
explotación. La biocapacidad es la superficie de tierra disponible con que cuenta una
región o país para un determinado nivel de producción, y se expresa en unidades de
hectáreas globales (Hag). La huella ecológica (HE) representa el consumo de la
biocapacidad o explotación de la capacidad de carga y emisiones de dióxido de carbono.
Es un método de medición que analiza la demanda de la humanidad sobre la biosfera,
comparando la demanda humana con la capacidad regenerativa del planeta. Esto se realiza
considerando conjuntamente el área requerida para proporcionar los recursos renovables
que la gente utiliza, la ocupada por infraestructuras y la necesaria para absorber los
desechos. La huella ecológica es un indicador biofísico del impacto de una población
determinada, de acuerdo con su estilo de vida y la productividad de su espacio físico, dado
por los consumos y la tecnología utilizada. En principio, la huella ecológica parece un buen
indicador de sostenibilidad o insostenibilidad del planeta, una región o un territorio. Nos
muestra la cantidad de espacios utilizados, de acuerdo al estilo de vida y el consumo de
una sociedad.

Los componentes utilizados en la determinación de la biocapacidad y huella ecológica,


expresados en hectáreas globales (Hag) estandarizadas son seis áreas: Las hectáreas en
agricultura para producir alimentos vegetales. Las hectáreas para pastos que alimentan el
ganado. Las hectáreas de bosques para producir madera y papel. Las hectáreas marinas
para la extracción de recursos pesqueros. Las hectáreas en infraestructura urbana de
ciudades. Las hectáreas de bosques para absorber el dióxido de carbono energético. A
partir de este último componente de la huella ecológica, se desprende el término de huella
de carbono. Esta hace referencia al total de las emisiones de gases de efecto invernadero
medido en unidades de dióxido de carbono de un país, región o de una organización.
Conociendo la cantidad de dióxido de carbono emitido, se calcula la cantidad de hectáreas
de bosque requeridas para absorber el CO2 producto de la combustión y deforestación.
Y ¿por qué es importante saber los valores de biocapacidad y huella ecológica? Pues bien,
el cálculo de estos valores nos permite saber si una región o localidad tienen un crédito o
déficit ecológico. Por ejemplo, el crédito ecológico se logra cuando en una región su
biocapacidad es superior a la huella ecológica o consumo. En este caso, existe un superávit
ecológico. Y el déficit ecológico ocurre cuando el consumo de los recursos o la producción
de los residuos por el hombre sobrepasa la capacidad de la tierra para generar estos
recursos y/o absorber los residuos. Pone de manifiesto la sobreexplotación del capital
natural y la incapacidad de regeneración. Las consecuencias del déficit ecológico son la
hambruna, la pérdida de suelos y la deforestación. En el 2021, un total de 14 millones de
toneladas de dióxido de carbono fueron emitidas en nuestro país, lo cual es equivalente al
carbono almacenado en 38 000 hectáreas de bosque amazónico. Esta cifra fue generada
por la herramienta Huella de Carbono Perú, implementada por el Ministerio del Medio
Ambiente mediante la Resolución Ministerial N° 185-2021, que actualizó la “Guía para el
funcionamiento de la herramienta Huella de Carbono”. Esta mejora los niveles de gestión
de los Gases de Efecto Invernadero (GEI): Medición, verificación, reducción. En este último
nivel está relacionado con la reducción de dichas emisiones sostenidas en el tiempo, el
fortalecimiento de la gestión de los Gases de Efecto Invernadero (GEI). Si hablamos de la
cantidad de emisión de dióxido de carbono por habitante en nuestro país, este es igual a
1.64 toneladas por habitante. Y como vemos en el siguiente gráfico, este valor ha ido
incrementando.

Para cerrar con lo visto sobre biocapacidad y huella ecológica, te dejo una pequeña
reflexión: Observa tu impacto y pon manos a la obra para tener medidas ecoeficientes que
nos ayuden a mitigar nuestra huella de carbono. ¡Hasta la próxima!

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