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El Psicoanálisis
El Psicoanálisis
Antecedentes teóricos
Buscando en la historia del psicoanálisis, allá por el siglo XIX, es sencillo darse cuenta
de que Jean Martin Charcot, quien fuera profesor de Freud e investigador de los
cuadros histéricos, fue uno de los referentes para este autor considerado el padre de
esta corriente (Lepoutre, T. y Villa, F., 2015). Charcot utilizaba la hipnosis para observar
como los pacientes con cuadros de histeria iban moldeando los síntomas propios de
este trastorno, que cabe decir, por aquella época, estaba asociado a las mujeres.
Teniendo en cuenta los resultados de estos estudios, que apuntaba a que el origen de
la histeria era psicológico, y haciendo un análisis de las diferentes teorías psicológicas,
fisiológicas y médicas, Sigmund Freud, médico neurólogo, comenzó a desarrollar, con
Joseph Breuer, la teoría del psicoanálisis. Breuer, médico y fisiólogo (Reeves, C.,1982),
también estudiaba la histeria, entre él y Freud, escribieron la obra que se consolidó
como la piedra angular de los inicios del psicoanálisis: “Estudios sobre la histeria”.
Todo ello conforma un antecedente para el posterior desarrollo del Psicoanálisis.
seis meses de edad, cuando el niño o la niña es capaz de percibirse frente al espejo;
esta aportación supuso una revolución puesto que daría pie a la función del yo.
Por último, Carl Gustav Jung, psicólogo y psiquiatra, (Jiménez Argüello, A. E., 2003),
padre de la escuela de psicología analítica, entre otras muchas aportaciones, a modo
resumen, hizo muchos avances en el campo del análisis de los sueños, también habló
sobre dos tipos de personalidades: la introversión y la extroversión. Cuando es separa
de Freud, no se opone a la corriente pero si hace grandes críticas.
Freud diferencia tres modelos de consciencia (Gallegos, M., 2012), el inconsciente, los
sueños, no son accesibles de forma automática; el preconsciente, es decir los
recuerdos a los que podemos acceder siempre y cuando se desee; y el consciente, éste
último se describe como aquellas vivencias de las que el individuo es consciente como
la memoria corto plazo.
Siguiendo con otra de las tópicas de este autor, es necesario comentar las diferentes
etapas del desarrollo sexual de Freud (Bermúdez, E.A.A., 2018); dependiendo de la
edad, el niño encontrará placer a través de la estimulación de una zona diferente. Las
etapas son, por orden cronológico: la oral, anal (en esta etapa aparece el complejo de
Edipo), fálica, de latencia y genital.
Otro concepto importante para Freud es de “pulsión” (Corsi, P., 2002). Lo definió como
aquello que nos mueve y la clasifica en dos partes, pulsión de vida, que está
relacionada con todo aquello que implica la vida y con continuar en ella, y en el lado
contrario la pulsión de muerte, que está relacionada con la autodestrucción.
Por último, divide la mente en tres estructuras diferentes pero relacionadas entre sí:
ello, yo y superyó (Vegh, I., 1982). El ello tiene como objetivo satisfacer los impulsos, el
superyó es la parte más moral y ética, la que aplica las leyes y/o normal sociales y
culturales. La estructura encargada de mediar entre el ello y el superyó es el yo, una
especie de arbitro encargado de que la mente no se encuentre ni en un extremo ni en
el otro.
Freud, después de haber utilizado diferentes métodos de estudio, concluye que el que
mejor se adapta a su objetivo es el método de asociación libre (Cabrera, P. R., 2006).
Esto es, establecer como principio que el paciente se vea capacitado de expresar todo
aquello que le venga a la mente sin remordimientos ni vergüenza. Es más, más tarde se
demostró que gracias a este método el paciente era capaz de descubrir ideas, deseos y
defensas del inconsciente, consecuencia en muchos casos de situaciones irresueltas.
En cada sesión, mientras el paciente habla y el analista escucha, se dan los fenómenos
de transferencia en el que el paciente recrea situaciones en su mente, proyecta su
inconsciente, cuenta sus experiencias. También se da la contratrasferencia, son los
sentimientos que nacen en el psicoanalista a consecuencia de escuchar lo que el
paciente le esta contando, esto puede ser un obstáculo si el profesional no sabe
controlarlo.
Para terminar, es preciso hablar sobre el diván (Ghilioni, C.,2019), un elemento muy
asociado al psicoanálisis, cuya importancia radicaba para Freud en que, al tumbarse el
paciente sin tener contacto visual con el psicoanalista, se creaba un ambiente de
calma, tanto para uno como para el otro, en el que fluían los pensamientos, deseos y
sueños del paciente.
Historia de la psicología Actividad 2. El Psicoanálisis Saioa Lafuente
Barrenetxea
Referencias bibliográficas
Lepoutre, T., & Villa, F. (2015). Freud con Charcot: El descubrimiento de Freud y
la cuestión del diagnóstico. The International Journal of Psychoanalysis (en español),
1(2), 362-390.
203-214.