Un documento basado en “No a Discursos de Odio” de Don Bosco Internacional.
1 EL CONTEXTO
En todo el mundo ha venido surgiendo una ola
de xenofobia, racismo, y una gran variedad
de formas de intolerancia, política, incluida la
religiosa; a esta situación se suma:
• El rol de las redes sociales y otras for-
mas de comunicación que se explotan
como plataformas de discriminación
• El discurso público utilizado con fines
políticos basados en estigmatización
y deshumanización de las minorías, los
migrantes, los refugiados, las mujeres y
todos aquellos que podemos identificar
como “otros”
Los discursos de odio son una gran amenaza
para los valores democráticos, la estabilidad
social y la paz, pero también lo es el silencio
ante esta violación pues se constituye en una
manifestación de indiferencia hacia la discri-
minación y la intolerancia. El odio y la intole-
rancia se están extendiendo por todas partes,
situación que se agudiza con el internet que
abre nuevas formas de decir las cosas y nue-
vas formas de transmitirlas a más personas.
El aumento de los prejuicios y de la intole-
rancia puede, en muchos casos, estar rela-
1
Tomado de: Estrategia y Plan de Acción de las Naciones Unidas para la lucha contra el discurso de odio (2020)
cionado con las políticas y estrategias de
comunicación de los respectivos gobiernos.
Representantes de importantes partidos políti-
cos, funcionarios públicos y, en algunos países,
incluso ministros del gobierno, han utilizado un
lenguaje despectivo en sus comunicaciones
públicas, apuntando a grupos marginados y
vulnerables, minorías, refugiados y migrantes.
Con frecuencia falta voluntad política de res-
ponder de manera adecuada a los casos de
discursos de odio que surgen en la sociedad
en general.
Constatamos que las restricciones de lo que
se puede decir en línea son menores que las
restricciones fuera de lo online, por internet se
pueden decir cosas que nadie se atrevería a
decir en público, en el mundo no virtual. Esta
situación conduce al acoso escolar, cibera-
coso, abusos racistas y todo comportamiento
discriminatorio.
Todo esto es difícil de controlar y reconocer
porque el discurso de odio no siempre se ex-
presa abiertamente, sino que a menudo ocu-
rre a través de mensajes subliminales. El dis-
curso de odio es una forma de violencia que
viola los derechos humanos sea offline como
online y debe prevenirse como sea posible.
¿Qué es un discurso de odio1?
“Cualquier forma de comunicación
de palabra, por escrito o a través del
comportamiento, que sea un ataque o
utilice lenguaje peyorativo o discrimi-
natorio en relación con una persona
o un grupo sobre la base de quiénes
son o, en otras palabras, en razón de
su religión, origen étnico, naciona-
lidad, raza, color, ascendencia, gé-
nero u otro factor de identidad”
 2 CUADRO MUNDIAL

En el mundo crece la demanda de limitar los
discursos de odio. El derecho internacional en
lugar de prohibir el discurso de odio en cuanto
tal, prohíbe la incitación a la discriminación,
la hostilidad y la violencia. Hay que tener en
cuenta que la incitación es una forma de
discurso extremadamente peligrosa porque
tiene como objetivo, explícita y deliberada-
mente de desencadenar la discriminación, la
hostilidad y la violencia, que puede conducir
o incluir terrorismo o crímenes atroces.
Según el derecho internacional de los dere-
chos humanos la limitación del discurso de
odio exige la reconciliación de dos conjuntos
de valores:
• Las necesidades democráticas de la so-
ciedad: para permitir un debate abierto.
• La autonomía y el desarrollo individual
con la obligación de prevenir los ata-
ques a las comunidades vulnerables y
garantizar la participación equitativa y
no discriminatoria de todas las personas
en la vida pública.
La libertad de expresión, los derechos a la
igualdad y a la vida y la obligación de no dis-
criminación se refuerzan mutuamente.

El artículo 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos protege el derecho

a tener opiniones sin interferencias y garantiza el derecho a la libertad de expresión.
Dado que la libertad de expresión es fundamental para el disfrute de todos los derechos
humanos, las restricciones a la libertad de expresión deben ser excepcionales y estar
sujetas a condiciones estrictas y a un control riguroso. De conformidad con el artículo
4 de la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discrimi-
nación Racial, los Estados Partes están obligados, entre otras cosas, a: (a)“Declaran
como acto punible conforme a la ley toda difusión de las ideas basadas en la superio-
ridad o en el odio racial, toda incitación a la discriminación racial, así como todo acto
de violencia o toda incitación a cometer tales actos contra cualquier raza o grupo de
personas de otro color o u origen étnico, y toda sistencia a las actividades racistas, in-
cluidas su financiación” y (b) Declaran ilegales y prohibirán las organizaciones, así como
las actividades organizadas de propaganda y toda actividad de propaganda, que
promuevan la discriminación racial e incitan a ella, y reconocerán que la participación
en tales organizaciones o en tales actividades constituye un delito penado por la ley”
(Naciones Unidas)
Por tanto, afrontar el discurso de odio no sig-
nifica, necesariamente, limitar o prohibir la
libertad de expresión, sino prevenir que no
degenere en algo más peligroso como la in-
citación a la discriminación, a la hostilidad y
a la violencia. Pero, al mismo tiempo, se debe
evitar caer en el riesgo de etiquetar algunos
discursos como discursos de odio como un ins-
trumento eficaz para silenciar opiniones con-
trovertidas y cerrar el debate. El discurso que
a menudo se denomina “discurso de odio”
puede ser impopular y ofensivo, pero si tal dis-
curso debe ser castigado penalmente o no
es otra cuestión. Por eso una legislación que
afronte el discurso de odio debe incluir cláu-
sulas sólidas y no meramente simbólicas para
proteger los derechos fundamentales a la li-
bertad de expresión e información y a la liber-
tad de pensamiento, conciencia y religión.
Para los cristianos, la prevención de los discur-
sos de odio no debe transformarse en una “lai-
cidad diluida” o en una “colonización ideoló-
gica” sino que debe permitirnos construir una
cultura de los derechos humanos hecha de
respeto a la dignidad humana, a la unicidad
de cada persona, de cada cultura y de cada
país, y al aprecio por la riqueza de la diversi-
dad.
El papa Francisco reconoce que muchas per-
sonas se enfrentan a una “agresividad sin pu-
dor”: agresividad de insultos, maltratos, desca-
lificaciones hasta destrozar la figura del otro,
esta agresividad social se amplía en los dispo-
sitivos móviles y computadores. Su mensaje es
un fuerte llamamiento a la fraternidad como
respuesta a este desafío, de esta manera es-
tamos llamados a trabajar por un nuevo pacto
cultural que respete y asuma las diversas cos-
movisiones, culturas o estilos de vida de la so-
ciedad y evitar toda iniciativa que promueva
una única forma de pensamiento.
 3 TOMA DE POSICION DEL MUNDO SALESIANO

Esta concepción está basada en los derechos

La familia salesiana es portadora de la heren-
cia dejada por Don Bosco para los jóvenes
y su educación orientada a una ciudadanía
global.
humanos sin negar los conflictos existentes y
reconocer al mismo tiempo la necesidad de
contribuir al desarrollo de un buen proceso de
reconciliación entre los jóvenes donde la con-
vivencia activa y la fraternidad puedan cons-
truir un mundo mejor.

Los educadores salesianos; maestros, padres

de familia y salesianos de Don Bosco (SDB)
tienen un rol fundamental en esta acción en
favor de los niños y jóvenes.
Pero debemos reconocer que no todos te-
nemos las mismas habilidades y experiencia
digital para percibir lo que sucede online. Re-
conocemos que algunos de ellos, a pesar de
ser excelentes educadores en el mundo fuera
de lo online podrían adoptar comportamien-
tos contradictorios online que podría condu-
cir a una violación de los derechos humanos,
dando lugar a actitudes discriminatorias.

Es muy importante apoyar a los educadores y

animadores salesianos a trasladar sus significa-
tivos conocimientos sobre la educación offline
al mundo virtual: apoyarlos y hacerlos cohe-
rentes con esta nueva dimensión “onlife”

¿Qué es la dimensión onlife?

La experiencia vivida de la “creciente”
penetración de las tecnologías de la
información y la comunicación. El
conjunto de acciones y relaciones
que una persona realiza y tiene cuando
está conectada y desconectada.

Un ejemplo claro es el aislamiento que se da

en las personas especialmente entre los jó-
venes en burbujas producto de la creciente
prevalencia de los algoritmos, la inteligencia
artificial y los sistemas de elaboración de los
perfiles, lo cual contribuye a los procesos de
radicalización que luego terminan en accio-
nes de violencia, esto es consecuencia de
la pérdida de la capacidad de expresarnos
y dialogar entre nosotros aumentando así la
agresividad.

¿Qué debemos hacer los edu-

cadores?

Debemos colaborar con los técnicos

que están desarrollando herramientas
digitales, con el fin de abordar estas
cuestiones educativas y éticas desde el
diseño mismo de estos sistemas. Invo-
lucrar a la familia pues ellos son los
beneficiarios indirectos de este esfuerzo
educativo. Son socios insustituibles en
la educación de los niños y jóvenes.
 4 RECONOCIENDO LOS DISCURSOS DE ODIO
Los discursos Los discursos de odio se encuen-
tran con frecuencia en los medios de comuni-
cación, especialmente en los titulares, donde
parece que no son tan conscientes del signi-
ficado discriminatorio que se esconde detrás
de lo que se escribe. Esto es muy alarmante,
porque a menudo la intención aparente de
los medios de comunicación es “normalizar”
esta violencia escribiendo frases que a pri-
mera vista parecen neutras y declaraciones
de hechos, pero al analizarlas cuidadosa-
mente se pueden encontrar discriminaciones
ocultas. Por eso es muy necesario desarrollar
el pensamiento crítico entre los jóvenes y los
menores, así como entre todo educador sa-
lesiano, padre de familia, animador y SDB. El
pilar de la “razón” del sistema preventivo está
muy relacionado en este sentido.
El pensamiento crítico se refiere a la ca-
pacidad de pensar de manera clara y ra-
cional; incluye la capacidad de compro-
meterse con un pensamiento reflexivo e
independiente.
Teniendo en cuenta que los jóvenes llevan a
la escuela sus vidas y experiencias digitales es
tarea de la escuela y los educadores asimilar
esta nueva realidad en los sistemas educati-
vos, por eso es importante la capacidad de
proporcionar a niños y jóvenes las compe-
tencias digitales para poder hacer frente a
todo lo que implica el mundo virtual. Esto es
crucial si queremos que cada niño y joven se
convierta en un ciudadano global verdade-
ramente responsable y un promotor de la cul-
tura de los derechos humanos.
Elementos del Discurso de Odio
• Comunicación (discurso, escritura o
comportamiento)
• Ataques o uso de lenguaje peyorativo
• Referencia a uno o varios factores de
identidad

Actualmente las relaciones humanas están

distorsionadas por preconceptos y prejuicios y
los jóvenes crecen sin puntos de referencia y
valores con los que vivir, la cultura dominante
se ha convertido en aquella en la que el “yo”
o el vivir “como yo quiera” son centrales. Ade-
más, rara vez se considera la situación de los
demás, las razones de las cosas o las realida-
des “lejanas”.

PREGUNTAS
PARA LA
REFLEXIÓN

¿RECONOZCO DISCURSOS, ACTITUDES O

COMPORTAMIENTO DE ODIO EN MI AMBIENTE
PASTORAL? ¿CUÁLES SON?

¿HE DEJADO QUE LOS DISCURSOS DE ODIO

ENTRE EN MI CORAZÓN Y EN MI VIDA
DIARIA? ¿CÓMO?

Un documento basado en “No a Discursos de Odio” de Don Bosco Internacional.