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LOLA WRIGHT

The Devil´s Angels MC


LOLA WRIGHT
Axel
The Devil´s Angels MC 02

Sinopsis:
Bailey.
Soy la contable sensata, independiente, tranquila y trabajadora de
la puerta de al lado. Mi vida es segura, sana, predecible y aburrida.
Mi mayor preocupación es lidiar con mi salvaje madre de espíritu
libre. Hasta que no lo soy. El día que veo algo que no debería haber
visto y me estrello contra las locas vidas de los miembros del Devil's
Angels MC es el día en que mi vida cambió para siempre. Ese fue el
día en que miré a los ojos más azules que jamás había visto y supe
que nada volvería a ser igual.
Axel.
Mi vida es perfecta. Soy el vicepresidente de mi club, The Devil's
Angels MC, y hemos movido al club en la dirección correcta.
Administro nuestro gimnasio, soy dueño de mi propia casa y tengo
mujeres que siempre están dispuestas a pasar una noche de
diversión. Tengo mis hermanos del club, el mejor padre del mundo y
una nueva hermana. La familia lo es todo en mi mundo y yo tengo
una genial. ¿Qué más podría querer o necesitar un hombre? Esa
pregunta se responde cuando una mujercita diminuta se abre paso
en mi vida. Nunca la vi venir, pero no la voy a dejar ir.

Advertencia de contenido para adultos: este libro está destinado a


lectores mayores de 18 años. Contiene lenguaje adulto, violencia,
sexo explícito y puede contener desencadenantes para algunas
p y p p g
personas.

Para mi señor Wright:


Eres mi mejor amigo y mi mayor apoyo
Gracias por todo lo que eres para mí
Te amo hasta mi alma
Capítulo 1
Bailey

¡Vale, genial! El jurado está dentro y mi vida oficialmente


apesta mucho. Entonces, no es suficiente trabajar para un completo
cara de polla, tuve que ser la idiota que descubrió que él está
cocinando los libros para algún importante jugador clandestino en
Denver. Y le dije descaradamente que no trabajaría en esa cuenta. No
me voy a involucrar en sus tratos sucios. Realmente necesito
conseguir un nuevo trabajo, un nuevo jefe y una nueva vida.
Después de su estallido y las amenazas no tan sutiles emitidas
por mi jefe, Carter, decido que podría ser una buena idea salir del
escenario por la izquierda, así que agarro la mochila, el teléfono de
mi escritorio y me marcho del trabajo. Afortunadamente, vivo a solo
cuatro bloques de la oficina, por lo que generalmente camino de ida
y vuelta para ahorrar dinero en gasolina. No tan afortunadamente,
mi apartamento de un ambiente es una especie de pocilga y está
ubicado sobre el taller de reparación de automóviles de Sal. Puede
hacer calor en el verano, helar en el invierno y no es fácil convencer a
Sal de que arregle las cosas que no funcionan. Y escuchar a diario los
silbidos y los comentarios groseros de algunos de sus mecánicos
cada vez que entro o salgo del apartamento es molesto, aunque es
algo que he aprendido a ignorar. Pero el alquiler es barato y está
cerca del trabajo, así que he estado allí durante algunos años.
Como contable, gano bastante dinero, pero todavía estoy
pagando préstamos estudiantiles y mi madre necesita mucha ayuda
financiera y me siento obligada a pagar sus cuentas cuando es
necesario. Es mi madre, aunque sea un poco excéntrica, y prefiera
pasar sus días fumando marihuana y soñando despierta en lugar de
trabajar a tiempo completo. Siempre ha sido así entre nosotras. Yo
siempre he sido la adulta, incluso cuando era una niña pequeña, y
ella el espíritu libre que no se preocupa por cosas como el alquiler, la
comida y la electricidad. Cuando era joven, estábamos sin
electricidad tanto tiempo como la teníamos y ella solo veía eso como
una razón para encender velas. Cuando no teníamos comida en la
casa, me arrastraba al refugio para personas sin hogar más cercano
para comer. Eso nunca le molestó, pero a mí sí. No me gusta la
caridad y odio la lástima.
Sería más barato para mí vivir con ella, pero no puedo obligarme
a hacerlo ahora que he vivido sola. Mi madre no es una gran fanática
de usar ropa o de que alguien tenga privacidad, así que sí,
necesitamos diferentes hogares. A los veintiséis años, soy más feliz
trabajando horas extras que cuando mi madre camina desnuda por
la casa o apesta el lugar fumando su marihuana. No fumo y no me
importa si otros lo hacen, pero mi madre no es una fumadora
considerada. Ella deja un desastre por todas partes. A mí me gusta el
orden, a ella no.
Empiezo a cruzar la calle y cuando miro hacia un lado, veo a dos
tipos de aspecto rudo caminando rápidamente en mi dirección y
mirándome directamente a los ojos. Siento que un escalofrío me
corre por la espalda y mis sentidos arácnidos cobran vida. Miro el
tráfico y cruzo la calle como una flecha. Miro hacia atrás y veo a
ambos cruzando la calle y todavía mirándome. También me doy
cuenta de que llevan guantes de cuero negros y eso me parece
extraño teniendo en cuenta que hoy hace calor. Acelero el paso y los
hombres también. Sé que si puedo llegar al mini-mercado de la
esquina, puedo entrar y buscar ayuda.
Mientras camino por un callejón, siento una mano en mi brazo y
giro la cabeza para ver que es uno de ellos. Hijo de puta número dos
rápidamente agarra mi otro brazo y me empuja hacia el callejón. Soy
estrellada contra la pared de ladrillos e hijo de puta número uno
coloca sus manos en mi garganta y aprieta con fuerza. Se inclina
hacia mi cara y dice:
—Carter dijo que serías inteligente y que sabrías mantener la
boca cerrada, pero el señor Ramos quiere estar seguro. Dijo que
tenemos que darte una idea de lo que te sucedería si abres la boca.
Cuando la última palabra sale de su boca, saca una mano de mi
garganta y me golpea en la cara. Recibo el golpe en el pómulo
izquierdo y el dolor atraviesa mi rostro. Cuando aterriza un segundo
golpe, me balanceo hacia un lado. Levanto las manos para
protegerme la cara y él responde lanzándome el tercer golpe en mi
estómago. El aire sale de mis pulmones y me inclino hacia adelante,
liberándome de su agarre en la garganta. Intento inspirar pero todo
lo que siento es dolor, caliente y agudo.
Hijo de puta número uno da un paso atrás cuando hijo de puta
número dos me agarra del pelo y me levanta de un tirón. El cuarto
golpe aterriza en mi mandíbula y siento que mis dientes se juntan y
la parte posterior de mi cabeza golpea la pared de ladrillo y rebota.
—¡Oigan! ¿Qué están haciendo? ¡Suéltenla! —escucho gritar
desde el otro extremo del callejón. Los tipos giran en esa dirección y
yo salgo disparada. No lo pienso, simplemente corro hacia la calle de
la que me sacaron.
Los escucho gritar y oigo pasos atronadores detrás de mí, así que
corro con todo lo que tengo y casi llego a la calle cuando siento una
mano detrás de mí. Mi impulso me lleva hacia adelante y choco con
fuerza contra el costado de una moto que pasa y ni siquiera me había
dado cuenta de que venía por la calle. La moto, con el motero y yo,
caemos de costado por el impacto y se desliza unos metros. Escucho
el chirriar de neumáticos y maldecir. Me toma un momento darme
cuenta de que estoy medio tendida sobre una moto y un motero. ¡A
la mierda con mi vida! Al menos no iban rápido.
—¡¿Qué diablos, mujer?! ¿Estás bien?—pregunta el motero debajo
de mí.
Unas manos agarran mi brazo y mi cadera desde atrás y
empiezan a levantarme de arriba del motero. Asumo que son los
tipos del callejón, así que empiezo a luchar, tratando de golpear y
patear a la persona que tiene sus manos sobre mí. De todos modos
me incorporo y me pongo de pie cuando me doy cuenta de que no
son los tipos del callejón, sino alguien mucho más grande que ellos y
p j g g q y
con un chaleco de cuero. Dejo de luchar y me quedo ahí, respirando
pesadamente, confundida y aturdida por todo lo que acaba de
suceder.
—¡Ax! Axel, hombre, ¿estás bien—grita otro motero que se acerca
rápidamente a pie.
¡Por los clavos de Cristo, es jodidamente enorme! Empiezo a
retroceder y me encuentro con algo sólido. Es otro motero y es más
grande que el que estaba tratando de evitar. Coloca sus manos sobre
mis hombros y me da la vuelta por completo. Se inclina para que
nuestros ojos estén al mismo nivel (¡tiene que inclinarse muchísimo
para que eso suceda!) Y dice gentilmente, con una voz profunda y
retumbante:
—¿Estás bien, mujer? ¿Te lastimaste? ¿Dónde te duele?
Simplemente me quedo ahí mirando a este hombre. Creo que sé
que estoy teniendo un shock porque parece que no puedo decir
nada. Noto varios parches en su chaleco de cuero y uno dice
“Presidente” y el otro “Gunner”. Sigo mirando los parches cuando
usa mi brazo para sacarme de la calle y me apoya contra el edificio
más cercano al callejón.
¡Oh, mierda! El callejón, los hombres que me atacaron. Empiezo a
buscar frenéticamente a mi alrededor cuando Gunner dice:
—Ellos se fueron, cariño. Se marcharon rápidamente cuando
chocaste contra Axel. ¿Estaban tratando de robarte?
—Mmm no. Dijeron que estaban enviando un mensaje. Me alejé
de ellos cuando alguien les gritó que se detuvieran. No vi la moto en
absoluto. Dios, lo siento mucho. ¿El tipo de la moto está bien? ¡Oh,
Dios mío! ¡Dime que no está herido! —Estoy gritando ahora, un poco
histéricamente.
—No estoy herido. Mira, muñeca. Estoy parado aquí y estoy
completo—dice una profunda voz masculina a mi lado.
Dirijo mis ojos hacia la voz y eso hace coincidir la cara y el cuerpo
con un tío puta testosterona. Es alto, mide un meto noventa y
cinco…más o menos, musculoso, como si tuviera enormes músculos
estirando su ropa, calvo, con los ojos azules más hermosos que he
visto. Esos ojos me miran con preocupación, no con ira y creo que
respiro profundamente por primera vez desde que comenzó este
desastre.
Me apoyo en el edificio y me deslizo lentamente hacia abajo hasta
que mi culo está sobre el hormigón. Estas piernas temblorosas no me
sostienen más. Observo distraídamente que también me tiemblan las
manos. Aprieto mis rodillas contra mi pecho y miro fascinada como
el motero al que atropellé se pone en cuclillas frente a mí lentamente
y coloca una mano sobre la mía en mis rodillas.
—Toma algunas respiraciones profundas. Todo está bien ahora,
¿si?
—Dios mío, siento mucho lo de tu moto. Pagaré cualquier daño
que haya causado. Conseguiré tu…
—Detente, muñeca. Sólo respira. El daño es solo unos pocos
rasguños y puedo repararlos yo mismo. No te preocupes.
Necesitamos llevarte a algún lugar y ponerte un poco de hielo en la
cara. ¿Quieres ir a Urgencias?—pregunta el motero.
—No, estoy bien, creo. No vivo lejos de aquí. Le pondré cosas
heladas cuando llegue allí.
Miro su parche y dice Axel. Otro parche declara al club como The
Devil's Angels MC. He oído hablar de ellos antes. Estuvieron en las
noticias no hace mucho por un incidente que involucró a un senador.
Finalmente me doy cuenta de que hay cinco moteros parados a
nuestro alrededor y que ahora todas las motos están detenidas y
estacionadas junto a la acera. Siento que estoy en la tierra de los
gigantes por sus tamaños. El motero que me levantó del suelo, con el
que intenté pelear, se acerca y me entrega el teléfono y la mochila.
—Gracias. Yo, um, maldita sea, lamento haberte golpeado. Pensé
que eras uno de los tipos del callejón—le digo, ahora avergonzada
por luchar contra alguien que intentaba ayudarme. Noto que su
parche dice Pooh.
—No hay problema y de nada. Lucha siempre cuando te sientas
amenazada No hay vergüenza en eso, chica.
Axel se pone de pie y se agacha para tomar mi mano. Me ayuda a
ponerme de pie y noto que mis piernas están más firmes ahora. Me
saca el teléfono de la mano y comienza a tocarlo. Cuando termina,
me lo devuelve y dice:
—Puse mi número con el nombre Axel. Si vuelves a ver a esos
hombres, llama. ¿Sabes si ellos saben dónde vives o por qué te
atacaron?
—Uh, sí, sé por qué, pero no sé si saben dónde vivo. ¡Mierda! ¿Y
si lo saben? ¡Estoy tan jodida!—digo y gimo.
—Mencionaste que te estaban enviando un mensaje. ¿Cuál es el
mensaje? —pregunta Gunner, el más grande de los gigantes que me
rodea.
—Que mantenga la boca cerrada. Entonces, si les digo, estoy
bastante segura de que la paliza que recibí no será la última.
—Necesitamos llevarte a algún lugar con hielo. Podemos hablar
después de eso. ¿Cuál es tu nombre, cariño?—pregunta Axel.
—Bailey. Bailey James. Gracias por tu ayuda y por asustar a los
desgraciados, pero puedo manejarlo desde aquí. De nuevo, Axel,
lamento mucho chocar contigo.
—Entiendo que no nos conoces, pero si nos conocieras, sabrías
que no nos vamos a ir sabiendo que estás herida y que alguien sintió
la necesidad de enviar a dos imbéciles para darle un mensaje a una
pequeña cosita como tú, cariño. No somos nosotros. Esa no es la
forma de los Devil´s. Entonces, si no quieres que sepamos dónde
vives, puedes venir con nosotros a la pastelería de Ava. Es hacia
donde nos dirigimos y puedes explicarnos qué está pasando y
limpiarte allí. Sea como sea, no te vamos a dejar sola en la calle. Vas a
tener que confiar en mí en esto, pero estás a salvo con nosotros—
explica Axel con suavidad.
Lo miro a esos hermosos ojos azules y sé, en el fondo de mi alma,
que cada palabra que acaba de decir es verdad. Simplemente lo
q p q p
siento. Independientemente de ser moteros grandes, rudos y duros,
todos han sido gentiles conmigo y se han preocupado por mis
lesiones. Con la mente embotada, asiento con la cabeza y digo:
—Vivo a un bloque de aquí. Sobre el taller de reparación de
automóviles de Sal. Si pudieras llevarme allí de manera segura, te lo
agradecería mucho.
—Podemos hacer eso, Bailey—responde Axel sonriendo.
Su sonrisa es asombrosa. Ilumina todo su rostro y su rostro es
una obra de arte para empezar. Ok, entonces. Estoy oficialmente
confundida, las células cerebrales están quemadas. Necesito café y
algo un poco más fuerte para sobrevivir a ese rostro.
Axel coloca su casco en mi cabeza y comienza a abrochar la
correa cuando me doy cuenta de lo que está haciendo.
—Um, ¿por qué me estás poniendo el casco en la cabeza?
—Porque llevarás un casco cada vez que estés en mi moto—
responde mientras continúa apretando la correa.
—Es un bloque. Puedo caminar.
—No, no vas a caminar—responde dando un paso atrás y
haciéndome señas hacia su moto—. Acabas de derribar una Harley
con tu cuerpo y no creo que te des cuenta de cuánto te va a doler por
eso.
—Pero las motos no son seguras—sigo protestando
estúpidamente.
—Estamos montando un bloque. Estarás a salvo a menos que
haya otra igual a ti esperando chocar contra mí de nuevo—responde
Axel con una risita.
Noto que los otros tipos están parados con grandes sonrisas en
sus rostros, con los brazos cruzados sobre el pecho o las manos en
las caderas. Estoy segura de que ellos ya se han formado la opinión
de que soy una idiota. Y lo estoy probando al quedarme parada
discutiendo sobre un paseo en moto de un bloque.
—Bien, motero. Tienes razón, voy a montar. Pero soy virgen de
motos así que trátalo con el respeto que se merece—le informo.
—Soy virgen de pasajero, así que estamos juntos en esto, cariño—
se ríe Axel mientras pasa la pierna sobre la moto. Me acerco, pongo
mi mano en su hombro y subo, no con tanta gracia como él.
Axel se echa hacia atrás, agarra mis muñecas y las coloca
alrededor de sus abdominales. No me importa en absoluto esta
posición. Sin siquiera mover mis manos, puedo sentir las elevaciones
de esos gloriosos abdominales. ¡Mmm! Mis pechos están pegados a
su espalda y percibo una pizca de olor a cuero de su chaleco. Doble
mmm.
Todos los demás montan sus motos y hay un fuerte rugido
cuando las ponen en marcha. Nunca antes había prestado atención al
sonido de una moto, pero lo haré a partir de ahora. Puedo sentir el
estrepitoso poder de la moto de Axel debajo de mi culo y es
increíble.
Se puede decir que estos tipos lo han hecho muchas veces porque
todos salen a la calle como una unidad cohesiva. Solo toma un
momento llegar al estacionamiento frente al garaje de Sal y estoy un
poco triste por eso. Por mucho que protesté, habría estado feliz de
continuar el viaje por un rato.
Axel toma mi mano y me ayuda a desmontar antes que él. Me
dice que me quede quieta un momento, se acerca a los otros moteros
y se detiene al lado de Gunner. Hablan en voz baja por un momento
y entonces Axel gira en mi dirección mientras los otros saludan con
las manos y se alejan.
Los mecánicos deben haber asumido que todos los moteros se
marcharon porque Corey, el más ruidoso de ellos, deja escapar un
fuerte silbido y se agarra su paquete. Éste es un comportamiento
común para él. Como de costumbre, lo ignoro y me dirijo a las
escaleras en el exterior de la tienda que conducen a mi apartamento
en la parte superior. Ahí es cuando escucho la voz sexy de Axel.
—¡Oye tú, grandullón! ¿Ese silbido es para mí? Estoy de acuerdo.
Soy muy bueno en eso. Ha pasado un tiempo desde la última vez
que fui un shi er hi er1, pero si te me estás ofreciendo, puedo
acomodarme—arrulla Axel.
Me vuelvo para verlo parado cerca de la bahía abierta del garaje
mientras se pasa la mano seductoramente sobre su polla y le guiña
un ojo a Corey. ¡OMG! Me pongo la mano sobre la boca para sofocar
la necesidad de reír a carcajadas ante la expresión del rostro de
Corey. El tipo no es un gran hombre, es solo un gran idiota. Y un
gran cobarde cuando no es una mujer a quien se enfrenta.
—Eh, no hombre. De ninguna manera. Solo me estaba
divirtiendo, eso es todo. No me balanceo en tu dirección, amigo—
dice con voz estrangulada Corey mientras Axel continúa caminando
hacia él, con la mano todavía en su polla.
—¿Estás seguro, hombre? Porque podría hacerlo bueno para ti.
Incluso usaría lubricante. Al menos, la primera vez. ¿Seguro que no
quieres un pedazo de esto? —pregunta Axel mientras se señala.
—¡No, eh, joder no! Solo estaba bromeando con Bailey. Ella y yo
bromeamos todo el tiempo. ¿No es así, Bailey? —Corey parece que
está empezando a sudar un poco.
—No estoy segura de lo que quieres decir, Corey. Nosotros no
bromeamos —le respondo, mientras sonrío todo el tiempo
arrojándolo debajo del autobús.
—¡Vete a la mierda, Bailey! Que perra—gruñe Corey.
Axel ha llegado al lado de Corey y, en un instante, Corey se
estrella contra la puerta. Chilla mientras levanta las manos frente a
su cara. ¡Que nenaza!
Axel, que ya no sonríe, educa a Corey sobre modales.
—Si alguna vez, y quiero decir alguna vez, tratas a Bailey con
algo menos que el mayor de los respetos de ahora en adelante, estaré
charlando contigo. No será una linda charla y será dolorosa. Sin
silbidos, abucheos ni comentarios. Y si alguna vez te vuelvo a ver
agarrarte tus insignificantes partes de niño frente a ella, las arrancaré
de tu cuerpo. ¿Alguna pregunta?
—No, no hombre, no. Mi error. No volverá a suceder—exclama
Corey.
—¡Excelente! Es posible que también desees hacer correr la voz a
tus compañeros de trabajo. Porque si la cagan, les haré daño a ellos y
después a ti por no hacer llegar este mensaje. ¿Entendido?
—Sí, entendido—se queja Corey.
Axel lo suelta, da un paso atrás y mira a los otros hombres en el
garaje. Los tipos se han vuelto mortalmente silenciosos y debo
agregar, no salieron en defensa de Corey.
—Jodéis con Bailey y estáis jodiendo conmigo y mis hermanos
del club. No querrán hacer eso—les gruñe Axel. Entonces se da la
vuelta, se me acerca y nos dirigimos a mi apartamento.
Capítulo 2
Axel

El apartamento de Bailey es pequeño y necesita una


remodelación importante en casi todo. Pero no tengo la boca abierta
debido a la antigüedad de los gabinetes de la cocina. Está abierta
debido a las obras de arte que cuelgan de las paredes y que se
apoyan casualmente contra la pequeña barra que separa la cocina del
living. Tiene solo dos gabinetes con una encimera y obviamente aquí
porque no hay espacio para una mesa y sillas. Pero hay montones de
lienzos apoyados contra él y si todos son tan buenos como el de
delante, no puedo esperar para echarles un vistazo. Cuando veo el
caballete en la esquina cerca de la única ventana verdadera del lugar,
me doy cuenta de que Bailey debe ser la artista y no una
coleccionista.
—¿Tú dibujaste estos?—le pregunto.
—Oh, sí. Sin embargo, es mi pequeño secreto sucio. Solo los hago
cuando estoy aburrida o estresada. Dios, estoy muy avergonzada en
este momento. Nadie los había visto antes—dice Bailey
encogiéndose.
¡Me sorprende que se avergüence de estos dibujos! ¡Son la
mierda! Me acerco a uno que está enmarcado y colgado en la pared.
Es un dibujo al carbonillo de un anciano sentado en un banco del
parque. Es tan detallado que puedes leer sus pensamientos en sus
ojos. Cada arruga, pestaña, imperfección de la piel está plasmada a
la perfección en carbonillo Mirando atentamente la imagen, puedes
sentir su alegría al alimentar a los patos con palomitas de maíz de la
bolsa que está sosteniendo y, sin embargo, tienes la sensación de que
lo hace porque su hogar es solitario y los patos ahora son un
reemplazo de una esposa o de la familia que ha perdido. Es un
dibujo impresionante.
Me muevo por la pared hasta el siguiente dibujo y sé que Bailey
está parada cerca, retorciéndose las manos nerviosamente. No tiene
confianza en sus habilidades y eso es una pena.
El siguiente dibujo es de un niño pequeño, de unos tres años, de
pie con su ropa de vaquero, camisa vaquera medio metida por
dentro, botas y diminutos vaqueros sosteniendo una cuerda, fuera
de una arena. Al observar el dibujo, sé que su madre o su padre
están compitiendo en ese mismo momento por la expresión de
asombro y esperanza en su pequeño rostro. Sus ojos están
iluminados y muestra una pequeña sonrisa que tiene una inclinación
traviesa. El dibujo es tan real que quieres poner tu mano en su
hombro y asegurarle que mamá o papá van a ganar. ¡Me encanta!
Me vuelvo hacia Bailey y veo que su cara está roja como una
remolacha y está arrastrando los pies.
—Cariño, detente. En serio, son increíblemente buenos. Son
geniales, de hecho. Tienes talento y deberías estar orgullosa de esta
mierda. Incluso si a nadie le gustaran, y créeme, por favor, que a la
gente le encantarían, no tienes por qué avergonzarte de dibujarlos. Si
te gustan, de todos modos, la opinión de nadie más importa. Pero,
muñeca, ¡tienes un puto talento!
Bailey me mira intensamente por un momento y entonces suelta
el aliento y se relaja. Asiente con la cabeza hacia mí y dice:
—Tienes razón. No debería importarme lo que piensen los demás
porque dibujarlos me relaja y me encanta poder recrear algo que vi
que me interesó. Pero gracias por los cumplidos. Se siente bien, no,
se siente genial escuchar que a otra persona también le gustan.
La miro de cerca y me doy cuenta de lo linda que es. No es una
belleza delirante de tipo clásico, pero definitivamente es llamativa.
Es de baja estatura, mide alrededor de un metro sesenta y uno, tiene
curvas y pesa unos pocos kilos más de lo que la sociedad dice que es
correcto, pero me gustan esos kilos de más y me gustan mucho. Su
espeso cabello castaño oscuro tiene mechas naturalmente más claras
y es largo. Casi le toca el culo, es lacio, está cortado con algunos
largos diferentes y casi puedo sentirlo en mis manos. Envuelto
g y p
alrededor de mi puño. Sus ojos son de color marrón claro, con un
tinte dorado y son impresionantes. Su nariz es recta y sus labios
llenos. Parece la chica de al lado con un toque más sexy.
Rápidamente aparto la mirada cuando me doy cuenta de que me
estoy poniendo duro. Dios, no quiero asustarla. Estar a solas con un
motero enorme, tatuado y calvo probablemente sea suficiente por un
día; ella no necesita darse cuenta de que Big Al y las Gemelas están
suplicando conocerla también. Dios, necesito que me examinen el
cerebro. Acabo de conocer a esta mujer y no de un modo bueno y,
sin embargo, la estoy mirando en lugar de arreglar su rostro. Pops
me patearía el culo ahora mismo y Ava renegaría de mi. Después de
que la diabla me desmembrara.
—Toma asiento, Bailey y buscaré una toalla y el hielo. Tu cara
está bastante magullada —le digo en voz baja.
—Está bien, Axel. De verdad, has hecho suficiente—me responde
en voz baja.
La ignoro y camino al área de la cocina. Busco un paño de cocina,
lo mojo, tomo un poco de hielo del congelador y lo coloco en una
bolsita. Camino hacia Bailey y la empujo suavemente hasta el borde
de la cama. Ambos nos sentamos y uso la toalla para limpiar la
suciedad y el poco de sangre de la comisura de su boca. Después de
limpiarle la cara a fondo y con cuidado, le entrego el hielo. Lo
sostiene contra su cara y esos hermosos ojos hacen contacto con los
míos.
—¿Te golpearon en algún otro lugar? ¿Te quemaste con los
escapes de la moto? —le pregunto.
—Me golpearon en el estómago varias veces. Me duele como un
demonio, pero además de estar dolorida, estoy bien.
—¿Puedo ver? No te tocaré a menos que digas que está bien, pero
quiero asegurarme de que ninguna costilla se haya roto.
Bailey se inclina un poco hacia atrás y levanta su camisa hasta
justo debajo de su sujetador. Ya puedo ver moretones formándose.
Mañana estará muy dolorida.
—¿Puedo tocar tus costillas?
—Sí.
Presiono suavemente cada costilla con los pulgares y ella no se
aparta ni parece tener ninguna reacción dolorosa y cuando le
pregunto dice que no. Esas son buenas noticias porque las costillas
rotas tardan muchísimo en sanar.
Se baja la camisa cuando retiro las manos y le digo que no creo
que nada esté roto. Se ve aliviada y se desploma un poco mientras se
vuelve a poner el hielo en la cara.
—Necesitamos hablar sobre por qué sucedió esto, Bailey.
Necesito que me digas por qué esos gamberros intentaban enviarte
un mensaje. Puedes confiar en mí. Puedes confiar en mi club. Si
prefieres llamar a la policía y denunciarlo, me quedaré contigo
mientras lo haces, pero aún necesito saber por qué sucedió esto—le
informo.
—Soy contable y trabajo para The Wellsworth Accounting Firm.
Noté algunas discrepancias en una cuenta que mi jefe suele manejar.
Él estaba fuera de la ciudad y surgió un problema, así que abrí la
cuenta y supe de inmediato que mi jefe estaba haciendo cosas
ilegales para un cliente. Cuando regresó a trabajar, le dije que no
trabajaría en esa cuenta porque sabía lo que estaba haciendo. Parecía
tranquilo al respecto y solo me dijo que él la manejaría y que solo
necesitaba mantener la boca cerrada. Más tarde ese día, lo escuché
hablar con ese cliente en particular y lo oí mencionar mi nombre. Me
llamaron a su oficina y el cliente estaba allí. Dijo que solo quería
asegurarse de que yo entendiera que debía mantener la boca cerrada
o habría consecuencias. Le dije que no le diría nada a nadie y salí de
la habitación. El tipo era grande y aterrador como el infierno.
Después de que se fue, decidí marcharme por ese día. Fue entonces
cuando me di cuenta de que había dos hombres siguiéndome, estaba
tratando de llegar al mini-mercado antes de que me atraparan, pero
ya sabes cómo resultó.
—¿Conoces el nombre del cliente? ¿O qué tipo de negocio ilegal
tiene?— le pregunto.
p g
—Ramos. Y parecía prostitución y drogas. Me van a matar por
decirte eso. ¡Oh, mierda! No me van a dejar vivir si creen que hablé.
Por eso no llamé a la policía cuando vi a los tipos siguiéndome y por
eso no puedo llamarlos ahora—dice un poco histérica—. También
estoy sin trabajo. ¡No puedo regresar allí! ¡Oh, mierda!
Pongo mi brazo alrededor de sus hombros y la aprieto contra mi
lado. Descanso mi barbilla en la parte superior de su cabeza y
murmuro:
—No, cariño, no puedes volver a trabajar allí. Pero no te van a
matar. Eso no sucederá. Hablaré con el club y se nos ocurrirá algo. Te
lo promételo, nena. Vas a estar bien. —Respiro el olor a coco de su
champú y de repente es mi aroma favorito. La siento inclinarse hacia
mí y sé en mi alma que no voy a dejar que le pase nada.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Tomó un rato convencer a Bailey de que empaque algunas cosas
y me acompañe a la pastelería de Ava. Necesito un gran favor de mi
hermana y sé que ella me ayudará. Siempre lo hace. Amo a esa chica.
Cuando llegamos al estacionamiento de empleados en la parte
trasera de la pastelería, reconozco lo mucho que me gusta la
sensación de Bailey en la parte trasera de mi moto. Ella es la primera
mujer que he tenido allí y se siente genial. Como si perteneciera allí y
ahora estoy un poco preocupado por tener estos pensamientos. Dios,
estoy empezando a sonar como Gunner, mi mejor amigo, presidente
del club y cuñado. Se supone que él es un rudo presidente de MC, y
lo es, a menos que se trate de mi hermana, su esposa. Entonces se
vuelve papilla. No puedo permitir que me pase eso después de toda
la mierda que le he dado.
Entramos en la parte trasera de la pastelería y veo a Ava y a su
equipo trabajando duro. Estoy muy orgulloso de llamarla mi
hermana desde que Pops y yo la adoptamos. Tiene un gran corazón
y sé que ayudará a Bailey tanto como sea posible. De hecho, cuento
con eso.
Ava nos ve cuando nos acercamos a su estación de trabajo y mi
boca babea ante los cupcakes alineados, algunos glaseados, otros
esperando serlo. Agarro uno glaseado, lo desenvuelvo y me lo meto
en la boca antes de que Ava pueda apartar mi mano de una
palmada. Ella sonríe, deja su manga de glaseado y me abraza
mientras trago. Después se echa hacia atrás y mira a Bailey.
—Diablos que manera increíble de conocer a mi hermano, Bailey
—dice Ava mientras sonríe enormemente—. Soy Ava, la hermana de
este idiota. Encantada de conocerte. ¡Guau, tu pobre cara! ¿Estás
bien, cariño?
—Vaya. ¡La historia se propaga rápidamente! Hola, Ava.
Encantada de conocerte también—responde Bailey—. Estoy bien, de
verdad. Solo ha sido un mal día.
—¿Tienes un minuto? Necesito un favor, hermana—le pregunto.
—Por supuesto. Vayamos a la oficina. Déjame tomar un café…
¡sí!, será descafeinado, así que no me regañes. Bailey, ¿también
quieres un café? ¿O algo de comer? Solo tomen lo que quieran y yo
buscaré las bebidas.
—¡Café, negro, sería genial! Gracias, Ava—dice Bailey.
Ava se va a buscar las bebidas y yo agarro un recipiente vacío y
empiezo a llenarlo con varios productos horneados. Me doy cuenta
de que Carrie, una de las pasteleras de Ava, nos mira fijamente a
Bailey y a mi, pero finjo que no la veo. Ella ha estado coqueteando
conmigo, sin ser sutil en lo más mínimo, durante algunos meses y yo
no quería su atención. Ava me haría mucho daño si me involucrara
con una de sus pasteleras después de que una vez otro miembro del
club lo hizo y perdió a su mejor decoradora de tartas cuando ella no
aceptó bien el desaire.
Bailey me sigue a la oficina y después llega Ava. Todos tomamos
asiento y le ofrezco mi selección de dulces a Bailey. Ella elige una
tarta pequeña y comienza a mordisquearla.
—Entonces, ¿cuál es el favor que necesitas?—pregunta Ava
mientras se acomoda en el sillón de su escritorio.
Ella apenas está comenzando a mostrar un pequeño bulto y
Gunner no puede dejar de rondarla. Es lindo que sea así, pero está
en la descripción del trabajo de hermano poder rondarla también y,
sin embargo, no tengo mucho tiempo para hacerlo debido a Gunner,
el idiota egoísta.
—El apartamento sobre la pastelería, ¿todavía está vacío?—le
pregunto a Ava.
—Sí, lo está. Chubs quería alquilarlo, pero Gunner dijo que no
porque pensó que Chubs me comería todo el negocio—se ríe Ava.
—Bailey no puede quedarse en su apartamento ahora mismo. No
es seguro y esos tipos sabrán dónde vive si le preguntan a su jefe. Me
preguntaba si…
—¡Por supuesto! ¡Dios mío, sí, Axel! Simplemente está ahí, vacío
y tengo que seguir subiendo a quitarle el polvo y mantenerlo limpio;
por lo tanto también me ayuda si Bailey se muda allí—exclama Ava.
Entonces se vuelve hacia Bailey, que parece un poco sorprendida, y
continúa diciendo—. Bailey, sería perfecto si lo aceptaras. Aunque es
pequeño. Pero los hombres lo remodelaron por completo y es súper
lindo. Estaba aquí cuando compré el edificio, pero no era lo
suficientemente grande para mí y las mascotas, así que quedó vacío.
¿Quieres verlo?
—Eh, sí, eso sería genial. ¡Dios, gracias Ava! No lo aceptaré por
mucho tiempo. Solo hasta que este lío pase. ¿Eso está bien? ¿Estás
segura?—pregunta Bailey.
—¡Claro! Necesitas un lugar seguro para vivir y no tengo tiempo
para mantenerlo limpio. Funciona para las dos. Sin embargo,
vayamos arriba y veamos si te gusta. Es pequeño—afirma Ava.
Ava toma la llave de su escritorio y todos subimos las escaleras.
Estoy disfrutando de la vista del culo de Bailey mientras sube.
Bueno, lo estaba hasta que me atrapan cuando Ava mira hacia atrás
para decirle algo a Bailey. Ella levanta las cejas y me da una sonrisa.
¡Mierda! Ahora tendré que escucharla cacarear en la primera
oportunidad que pueda.
En la parte superior de las escaleras hay un pequeño rellano con
dos puertas. La de la derecha conduce a la enorme cocina que Ava
usa para su negocio de catering y la de la izquierda es el
apartamento. Ava abre la puerta y entramos. Puedo sentir la
sorpresa de Bailey y escucho la pequeña ráfaga de aire que escapa de
sus labios.
El apartamento es pequeño pero bonito. Los miembros del
club hicieron el trabajo, pero Ava eligió todo, desde las baldosas del
suelo hasta las encimeras. Es mucho mejor que el apartamento actual
de Bailey, ni siquiera está en la misma liga. Al entrar estás parado en
la cocina con sus encimeras de granito negro, su pequeña isla y los
gabinetes pintados de blanco envejecido con manijas negras.
Algunos tienen frente de vidrio, otros no. Todos los
electrodomésticos de la cocina son de acero inoxidable y están
impecables porque nunca se han usado. Más allá está la pequeña
sala de estar, que tiene una gran ventana arqueada enmarcada en
ladrillo rojo. Sé que esta ventana será el punto de venta para Bailey.
Tendrá mucha luz natural para dibujar. El apartamento está
amueblado y Ava eligió un cómodo sofá y un sillón reclinable con
dos pequeñas mesitas y lámparas. Una puerta sale de la sala de estar
y conduce al dormitorio y al baño. El dormitorio tiene una cama
matrimonial con cabecero de hierro forjado negro y una cómoda de
cuatro cajones en la esquina. Se accede al baño a través del
dormitorio. Tiene una ducha independiente escondida en la esquina,
un lavabo con un pequeño tocador y un espejo encima y una bañera
con patas en la esquina más alejada.
Los ojos de Bailey son grandes y sé que está impresionada.
Quiero esto para ella. Conociendo a Ava, ella también lo quiere.
Bailey se vuelve hacia Ava y le pregunta:
—¿Cuánto cuesta al mes? No creo que pueda pagar esto, Ava, ¡es
realmente lindo!
Ava piensa por un momento y le pregunta:
—¿Eres contable, cierto?
Ava lo supo desde que llamé a Gunner mientras Bailey estaba
empacando y le conté todo. Él tiene a Rex, un hermano del club que
es un genio de las computadoras, que ya está investigando a Ramos.
—Sí. Pero soy una contable sin trabajo en este momento.
—Aquí está la belleza de eso, Bailey. Necesito un contable y un
inquilino. Si haces mi contabilidad de la pastelería y del servicio de
catering, tu alquiler es gratis. Odio hacer los libros y ya no tengo
tiempo para seguirles el ritmo. Me estarías haciendo un gran favor y
tendrías un lugar seguro para vivir mientras haces eso.
¿He mencionado que amo a mi hermana? ¡El corazón más grande
de todos!
—¿Por qué harías eso, Ava? Podrías ganar mucho más dinero con
el alquiler de lo que me pagarías por llevar la contabilidad—
pregunta Bailey en voz baja.
—Porque estás parada ahí junto a mi hermano y yo lo amo a
muerte. Y no estarías parada a su lado si él no pensara que mereces
el esfuerzo. Ambas somos mujeres y las dos hemos estado en malas
situaciones que no creamos. Si no nos ayudamos unas a otras
cuando podemos, ¿qué dice eso sobre nosotras como mujeres, como
seres humanos? Esto no es lástima; es una oferta de amistad, de
apoyo. Es una mujer cuidando la espalda de otra mujer cuando lo
necesita—responde Ava con la misma tranquilidad.
Acerco a Ava hacia mí y la beso en la frente.
—Te amo, niña—le susurro.
—Gracias, Ava. Axel. Vaya, sí, conseguiste un trato—dice Bailey.
—¡Increíble! Resolveremos todo lo demás mañana. Ya has tenido
un día bastante largo. Acomódate y si necesitas algo, estaré abajo por
otra hora, pero puedes conseguir mi número de Axel. Enviaré la
llave de la pastelería con Axel antes de que él se vaya. Funciona en la
puerta trasera, la entrada de empleados. Mantenla cerrada con llave
si la pastelería no está abierta. Y tienes la llave del apartamento, así
que estás bien por ahora. Tengo que volver a bajar, pero me alegro
de que estés aquí, Bailey—le dice Ava antes de salir por la puerta.
q q y p p
Consigo que Bailey se acomode e incluso bajé rápidamente las
escaleras en busca de la otra llave y algunos suministros. Ahora tiene
una selección de cosas para comer, cortesía de Ava, café para la
cafetera, leche y pan. Ella está a salvo por ahora. Le dije que tenía
que ir al club para hablar con Gunner, pero que volvería por la
mañana. Ella parece exhausta, así que me voy mientras hace la cama.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Al entrar en la casa club, veo a Mac, el guacamayo de mi
hermana, en la barra del bar Está dando golpecitos con la pata y
cantando All My Ex's Live in Texas de George Strait. Él es adicto a la
atención y encontrará formas para ser el centro de atención cada vez
que haya gente alrededor. Últimamente, ha empezado a decir
mentiritas si alguien se enoja. El desgraciado me ha metido en una
mierda profunda más de una vez, ya sea delatándome por algo o
mintiéndome. ¡Cabeza hueca!
—¡Hola, Axel!—grita Mac.
—Hola, Mac, ¿cómo te va?—le devuelvo el saludo.
—Abandonado, tío. Abandonado—responde.
Incluso cuando está siendo un malvado agitador de mierda, el
hijo de puta es divertido. Choco los cinco con su ala de camino a la
oficina de Gunner. Entro en la oficina, me dejo caer en una silla
frente al escritorio de Gunner y coloco los tacones de mis botas sobre
una esquina. Hacer eso siempre recibe una mirada sucia de Gunner
y por alguna extraña razón disfruto muchísimo de eso.
—Tu mujer parece que mantuvo bien el control hoy—afirma
Gunner tan pronto como me siento.
—No es mi mujer, idiota, pero sí, lo hizo. No tiene las costillas
rotas, pero la golpearon con fuerza—contesto.
—La pusiste en la parte trasera de tu moto. Según tus propias
creencias, eso la hace tuya—se burla él.
—No puedo hacer que una mujer herida camine, Gunner. Jódete.
Sabes que no tuve otra opción—me quejo.
—¿Cómo la llevaste a la pastelería? —El cabrón ahora me sonríe.
—Dios. Déjame en paz. Hago algo bueno por alguien y estás
tratando de convertirlo en algo más que eso. ¿Te ha crecido una puta
vagina y no has compartido la noticia?—le respondo bruscamente.
Estoy molesto porque tiene razón. Ella podría haber llevado más
de sus cosas si hubiera conducido su coche hasta la pastelería y yo la
hubiera seguido en mi moto. Pero me gustó ella en la parte trasera
de mi moto. Se sintió bien allí y quería esa sensación por un rato
más. Ahora tendré que comerme la mierda de los miembros del club.
¡Pendejos!
—¿Qué ha averiguado Rex sobre su jefe o Wellsworth?—le
pregunto, tratando de cambiar de tema.
—Voy a dejar que cambies de tema, porque tenemos otras cosas
que discutir, pero te estarás comiendo toda la mierda que me has
hecho tragar desde que conocí a Ava. Así que, mientras hablamos de
los asuntos del club, deberías meterte esa pequeña pepita de
felicidad por el culo y sentarte encima. Porque tus constantes burlas
por tener una mujer están a punto de morderte el culo. Bien, ahora
que eso ha sido dicho, Rex todavía está investigando, pero hasta
ahora parece que el jefe de Bailey tiene un pequeño problema con el
juego y, para mantener las manos unidas al cuerpo, ha estado
haciendo mucha contabilidad creativa para Ramos.
—Hemos estado vigilando a Ramos desde hace un tiempo. ¿Ha
expandido su mierda en nuestro territorio y no lo sabemos? ¿O ha
ampliado las actividades que realiza?—le pregunto.
—Rex cree que Ramos se ha expandido de la prostitución al
tráfico sexual. Envié a algunos de los muchachos a las calles para ver
si podían averiguar algo. Oídos atentos , hablar con todos los
contactos que tenemos. Esa clase de cosas. Sabes tan bien como yo
que si hay algo que encontrar, a la larga Rex y Cash lo encontrarán.
Rex a través de la web oscura, Cash desplegado sobre territorio
enemigo—responde Gunner.
—¿Y Bailey? ¿Dónde la deja todo esto? Si Ramos siente la presión
de nosotros o de cualquier otra persona, o se entera de que lo
estamos investigando, asumirá que ella habló. No habrá final feliz si
eso sucede.
—Ella está bajo la protección del club. La mantendremos a salvo
hasta que todo esto se resuelva. Tendremos que discutir esto en la
Iglesia, por supuesto, pero ningún hombre que esté sentado en esa
habitación estará de acuerdo con mirar hacia otro lado si esto es
tráfico sexual. Y ninguno de ellos estará de acuerdo con dejar que
una mujer sea lastimada porque estaba en el lugar equivocado en el
momento equivocado. Especialmente si es una de las nuestras.
El maldito Gunner vuelve a sonreír mientras dice la última frase.
Me encantaría quitarle esa sonrisa de la cara, pero la pelea ente un
Presidente de un club y su Vicepresidente nunca es algo bueno.
Además, estoy viendo venir esta clase de mierda. Lo que va, vuelve,
nunca ha sido tan jodidamente cierto como ahora. Pero todavía
puedo fantasear con cambiar su rostro.
Mientras estoy sentado allí pensando esto, Gunner continúa
diciendo:
—Pooh se ha ofrecido como voluntario para vigilar la pastelería y
a Bailey esta noche. Él estará afuera en su jaula y Petey lo relevará
por la mañana cuando abra la pastelería.
—Ok, suena bien. Tengo mierda para hacer, así que te veré más
tarde—digo mientras me paro para irme.
—Una cosa más, vicepresidente. El club tiene varios negocios y se
me está haciendo difícil estar al día con todo el papeleo. Voy a
llevarlo a la mesa en la Iglesia, creo que deberíamos contratar a
Bailey como nuestra contable. Para todos los negocios del club. Todo
se canalizaría en una persona, Bailey, en lugar de en varios de
nosotros. Bailey y yo podemos reunirnos siempre que surja un
problema, pero eso liberaría mucho de mi tiempo. También le daría
un ingreso decente para reemplazar el trabajo que perdió por esta
mierda. Puede trabajar en una oficina aquí o en cualquiera de los
negocios. De hecho, puede trabajar desde su apartamento. No me
g p j p
importa siempre que el trabajo se haga y no sea yo quien tenga que
hacerlo.
—Joder. Es una gran idea. Hemos hablado de hacer eso antes y
nunca llegamos a contratar a un contable a tiempo completo—le
respondo. Me gusta esta idea y hará que sea más fácil mantenerla a
salvo si está en nuestro redil y no trabajando en una empresa de
contabilidad cualquiera.
—Si la votación sale como espero, quiero que vengas conmigo
cuando lleve la oferta de trabajo a Bailey.
—Ok, Prez. Allí estaré.
Capítulo 3
Bailey

Después de sumergirme en esa increíble bañera durante una


hora, ahora estoy acostada en la cama. Mi mente está corriendo con
todo lo que pasó hoy. Perdí el trabajo, me golpearon en un callejón,
choqué contra una Harley con un motero enorme y rudo, renté un
nuevo apartamento y conseguí una nueva cuenta que cubre mi
alquiler. ¡Guauu! Estoy abrumada y preocupada por encontrar un
nuevo trabajo. Tengo un poco de dinero escondido, pero no mucho.
Asegurarme de que mi madre tenga un techo sobre su cabeza y
calefacción en invierno afecta mis ahorros. Es como tener una
adolescente que nunca crecerá y se irá de casa. Amo a mi madre.
Realmente lo hago. Pero sé que ella nunca cambiará y de repente
comenzará a actuar como una adulta o se preocupará por sus
cuentas. Pensando en mi madre, levanto el teléfono y busco su
contacto para llamar al teléfono que pago yo para poder
mantenerme en contacto con ella.
—Hola, Bails. ¿Qué pasa?—responde mi madre en su tono de voz
optimista no-me-importa-una-mierda-nada.
—Hola, Connie. Hoy me mudé y solo quería avisarte. Te enviaré
un mensaje de texto con la dirección cuando dejemos de hablar—le
informo.
—¡Genial! ¿Un mejor lugar? En el que has estado viviendo
lastimaba mi aura solo cruzar la puerta—dice Connie alegremente.
Es su voz de “Estoy muy drogada” y sé que no recordará mucho
de nuestra conversación de esta noche y de repente me siento vieja.
Vieja y cansada. No tiene sentido decirle que perdí el trabajo porque
probablemente ni siquiera sepa dónde estaba trabajando para
empezar.
—¿Trabajaste hoy?—pregunto en lugar de contestar.
—No, no lo hice. Lo dejé. Me querían allí todas las mañanas a las
8 de la mañana y eso no es posible. Por lo general, no me acuesto
hasta al menos las 3 de la mañana y no voy a interrumpir el sueño
solo para cumplir con las reglas de alguna empresa.
—¡Joder, Connie! ¡Era un gran trabajo! Trabajar como
recepcionista en el consultorio de un dentista paga mejor que como
camarera. Y ellos brindaban cobertura médica. ¿Qué carajo?—le
grito.
—¡Santa Mierda, Bails! Cálmate, chica. Necesitas echar un polvo.
Estás demasiado tensa y una buena y dura follada ayudaría con eso.
¡Oh, lo sé! ¡Recibí hierba nueva de Carlos y es increíble! Puedo
conseguirte una bolsa. Eso te calmará de una puta vez. Y la follada.
Creo que necesitas ambas.
En este punto, me estoy golpeando la cabeza contra la almohada.
Ésta es mi madre. Así es como siempre ha sido. La respuesta a
cualquiera de los problemas de la vida es echar un polvo o drogarse.
Y me pregunta por qué soy tan seria, puritana, estirada, todos
términos con los que me llama. Siempre tuve que serlo porque mi
madre no lo era. ¿Por qué la llamé?
—No quiero marihuana y no tengo tiempo para un hombre—
digo con cansancio. Mi madre es agotadora en el mejor de los días y
hoy no es distinto.
—Trabajo los fines de semana en Papa D por ahora. Los turnos
son por la noche, así que no tengo que levantarme temprano.
Funciona muy bien para mí, Bails. Las propinas están bien, pero es
posible que todavía necesite un poco de ayuda de vez en cuando. La
hierba que me da Carlos es más cara que la que solía conseguir, pero
es mucho mejor. Realmente deberías probar un poco.
—Me tengo que ir. Estoy cansada y ha sido un día largo. Te
enviaré un mensaje de texto con mi dirección mañana. Hablamos
más tarde—respondo.
—Está bien, adiós, Bails—dice Connie y desconecta.
Una conversación normal con mi madre. La amo, de verdad, la
amo.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Se necesita mucho tiempo para ralentizar mis pensamientos y
conciliar el sueño. En algún momento durante la noche, me
despierto y no estoy segura de por qué. Después de un momento de
quedarme quieta, estoy segura de que escucho un ruido. Un
pequeño golpe o ruido. Silenciosamente me deslizo fuera de la cama
y avanzo lentamente hacia la puerta del dormitorio. Al mirar
alrededor del marco de la puerta, veo una sombra que se mueve
junto al refrigerador. Carajo, no estoy sola y la sombra parece ser de
la especie masculina. La puerta del dormitorio no tiene cerradura.
Estoy tan asustada, estoy temblando. Miro de nuevo y veo la sombra
caminando en mi dirección. Me escondo detrás de la puerta, que está
entreabierta, y trato de averiguar cómo salir de esta situación.
La sombra masculina entra en el dormitorio y por la puerta del
baño, desapareciendo detrás de ella. Estoy congelada en estado de
shock. ¿Me quedo escondida y espero que él no sepa que estoy aquí
o yo salgo corriendo?
Salgo corriendo. Atravieso la sala de estar y justo antes de llegar a
la puerta que conduce a la salida, escucho sus pasos. Miro a mi
alrededor frenéticamente, y veo la sartén de hierro fundido colgando
de una rejilla sobre la estufa. La agarro y sin pensarlo, cargo hacia el
intruso balanceándola con todo lo que tengo. Hago contacto y
escucho su gruñido de dolor y mis brazos tiemblan por la fuerza del
golpe. Levanto la sartén para dar un segundo golpe cuando una
mano agarra mi brazo y me empuja hacia él. La sartén se me escapa
de las manos y golpea el suelo con un ruido sordo. Así que hago lo
mejor que puedo hacer y eso es gritar y luchar. Una paliza es
suficiente para esta chica por un día.
—¡Tranquila! ¡Detente! ¡Detente! ¡No estoy aquí para lastimar a
nadie! ¿Quién diablos eres tú? —escucho que me gruñen.
La mano me suelta y corro hacia la puerta de entrada en pánico.
Sin estar familiarizada con mi nuevo alojamiento, lo que hace que
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salga volando, dando tumbos, cuando mi rodilla golpea una de las
pequeñas mesas auxiliares. Cuando caigo al suelo en cuatro patas, la
luz del techo se enciende y sigo alejándome. Miro hacia atrás por
encima del hombro, como hacen todas esas estúpidas mujeres en las
películas de terror justo antes de morir, y veo a un hombre bastante
grande con una mano presionada en su sien.
Me pongo de pie, estoy de espaldas a la puerta, y busco otra arma
a mi alcance.
—¡Cálmate, chica! ¡No voy a lastimarte! ¡Lo juro!—dice el hombre
con calma, mientras sostiene ambas manos en alto. Veo un hilo de
sangre corriendo por un lado de su cara y, curiosamente, lo que
parecen ser manchas de mostaza alrededor de su boca.
Mantengo mis ojos en él mientras alcanzo lentamente otra sartén.
No es de hierro fundido, pero tendrá que funcionar. De repente, la
puerta se abre de golpe, conmigo en su camino, y me envía de vuelta
al suelo. Este día apesta como la bosta de alce.
Todavía sosteniendo la sartén, ruedo hacia un lado de la puerta y
me pongo de rodillas cuando veo a otro hombre, más grande que el
primero, pero éste me parece vagamente familiar.
—¿Vas a pelear conmigo de nuevo, chica?—dice el hombre
número dos con una pequeña sonrisa y una mirada aguda a la sartén
que estoy empuñando.
¡Ahí es donde reconozco su rostro! Estaba con Axel hoy cuando
choqué contra su moto. Fue amable conmigo. Me pongo de pie,
corro detrás de él, dejo caer la sartén y agarro su bíceps por detrás.
—¡Ese hombre entró aquí!—le digo temblorosamente al motero
que ahora recuerdo que se llama Pooh.
—Sí. Puedo verlo. ¿Te importaría explicar por qué, Chubs?
—Dios, Pooh. ¡No me mires como si fuera a lastimarla o alguna
mierda! Ni siquiera sabía que Ava había traído a alguien aquí. El
apartamento ha estado vacío durante meses—responde el hombre
llamado Chubs.
—Sin embargo, no explica por qué estás aquí, ¿verdad?—le exige
Pooh, cruzando los brazos sobre el pecho. Me niego a soltar su
brazo, así que mi mano lo acompaña y me quedo medio escondida
detrás de su cuerpo.
—De acuerdo, mierda. Bien, te lo explicaré, pero ¿cuáles son las
probabilidades de que podamos mantenerlo solo entre nosotros? —
pregunta Chubs tímidamente.
—Cero. Ahora explícalo—dice Pooh arrastrando las palabras.
—Desde la remodelación, tengo las llaves de la pastelería, de la
cocina del catering y del apartamento. Vengo aquí algunas noches,
bueno la mayoría de las noches, por un pequeño refrigerio que me
ayude a dormir. Subo aquí para disfrutar de mi refrigerio en paz y
tranquilidad porque no hay mucho de eso en la casa club. Le he
pedido repetidamente a Ava que me permita rentar este
apartamento, pero Gunner siempre dice que no. ¡El gran cretino! Me
gusta estar aquí. Está tranquilo y hay grandes cantidades de comida
de Ava al otro lado del pasillo. ¿Estás feliz ahora?—explica Chubs
casi haciendo pucheros.
—¡Jódeme! ¿En serio? Gunner te pateará el culo y después Axel
tomará un turno por asustar a Bailey. ¡Santa mierda! Esto no tiene
precio—dice Pooh, casi a carcajadas.
—Entonces, ¿no es una amenaza?—le pregunto.
—Solo si eres una dona—se ríe Pooh.
—Vete a la mierda, Pooh. Eso no es agradable. Las palabras
duelen, ya sabes —murmura Chubs.
—Me gustaría señalar que van a doler más que las palabras si
alguien no me explica por qué diablos Bailey está parada,
semidesnuda mientras se aferra a Pooh desesperadamente—gruñe
una voz profunda justo detrás de mí.
Suelto un chillido y me doy la vuelta para encontrar a un Axel
muy enojado que mira justo detrás de mí. Sin pensarlo, abandono a
Pooh como mi red de seguridad y me estrello contra él. Envuelve su
brazo alrededor de mí y me coloca detrás de él mientras mantiene su
y
mano plantada en mi cadera. Me apoyo en su espalda y aspiro el
olor a cuero y a hombre. Se ha convertido en mi olor favorito a partir
de hoy. Hay consuelo en eso y en tener a Axel cerca. Sé que estoy a
salvo. Pase lo que pase, él no permitirá que nada ni nadie me lastime
cuando esté cerca. Lo sé sin tener que analizarlo.
—Estoy esperando saber por qué estoy aquí parado en lugar de
estar durmiendo en mi cama. Ilumíname, Chubs. ¡Ahora!—ladra
Axel.
Escucho mientras Chubs, con la cabeza gacha, vuelve a explicar
por qué está en mi apartamento. Tengo que admitir, ahora que estoy
más despierta y sé que estoy a salvo, que la situación es un poco
divertida. Y Chubs es adorable, luciendo lastimosamente triste por
haberme asustado. ¡Dioosss, le pegué al pobre hombre con una
sartén de hierro fundido!
—¡Por Dios, Chubs, Pooh podría haberte disparado!—resopla
Axel.
—¡¿Por un sándwich de jamón y un cupcake?! Eso parece un
poco duro— exclama Chubs.
En este punto, incluso yo me echo a reír de él. Es gracioso como el
infierno ahora que sé que es inofensivo. Excepto por la comida, lo es.
Lo que sea.
Salgo de detrás de Axel y su atención viene en mi dirección. Sus
ojos me recorren lentamente de la cabeza a los pies y dice:
—Ve a ponerte algo de ropa, cariño.
Bajo la mirada, me miro y me doy cuenta de que solo estoy
usando una pequeña camiseta y bragas. Dios mío, siento que mi cara
se calienta.
—Bailey se va a vestir y será mejor que no vea ni un solo ojo
mirar en su dirección mientras camina hacia el dormitorio.
Apuñalaré cualquier ojo que vea mirándola. ¿Me entienden?—dice
Axel a la habitación.
—Creo que ambos ya hemos visto todas las partes buenas, Axe—
se ríe Pooh.
—Entonces, ni una segunda mirada a sus dulces golosinas,
idiotas—responde Axel.
No espero a que termine esta conversación. Me escabullo al
dormitorio y me pongo unos pantalones de yoga y una sudadera con
capucha antes de aventurarme de nuevo a la sala de estar.
—Bailey, lamento mucho haberte asustado. Espero que podamos
hacernos amigos, chica—dice Chubs con sinceridad.
—Sí, está bien, Chubs. La mierda sucede. Especialmente a mí, me
parece. Y lamento haberte golpeado con esa sartén—le respondo,
sonriéndole.
—No te preocupes. Se necesita más que una sartén para lastimar
esta cabeza dura—dice Chubs mientras se golpea un lado de la
cabeza con el puño. Dios, realmente es adorable con su cabello
rizado y su gran sonrisa.
—¿Le pegaste con una sartén? Joder, desearía haber estado aquí
antes para haber visto eso—se ríe Pooh—. ¡Un hermano derribado
por hierro fundido!
—Está bien, idiotas, lárguense a la mierda de aquí. Me encargo de
esto esta noche, Pooh. Puedes volver a casa—dice Axel.
—Pooh, um, eh, gracias por la ayuda. Chubs, sin resentimientos
—intervengo antes de que salgan por la puerta. Recibo dos sonrisas
y saludos con las manos cuando se van. Axel cierra la puerta, coloca
la cerradura y se vuelve hacia mí.
—¿Estás bien, cariño? Has tenido un día infernal, eso es seguro.
—Sí, ahora estoy bien. Sin embargo, me asusté muchísimo
cuando vi a Chubs en el apartamento. Esa mierda quitó algunos
años de mi vida.
—Me imagino que sí. Lo siento. Realmente es inofensivo y es un
gran hermano de club. Tiene una adicción a la comida, aunque es
inexplicable. ¿Por qué ese hombre no pesa más de doscientos kilos?,
nunca lo entenderé. Incluso le hicimos una prueba de parásitos el
año pasado, pero está limpio.
Me echo a reír de esa información. El estrés del día disminuye y
se siente bien estar aquí, de una pieza y riendo, en presencia de Axel.
Él me da una pequeña y sexy sonrisa y no creo que tenga idea del
efecto que tiene en una chica. Mierda, es hermoso con esos ojos
azules y ese vello rubio.
—Pooh estaba haciendo guardia esta noche y no vio a Chubs
colarse en la pastelería. Te escuchó gritar, vio que se encendía la luz
y me llamó antes de subir corriendo hasta aquí. Así es como estuve
aquí tan rápido. Y estaba saliendo de la ciudad cuando recibí la
llamada. Lamento mucho que tuvieras que despertarte con ese tipo
de cosas, pero me alegro de que fuera Chubs y no alguien que
quisiera hacerte daño. Me quedaré el resto de la noche. Me
desplomaré en el sofá y podrás dormir sin preocupaciones, ¿de
acuerdo, cariño? —explica Axel en voz baja.
—Está bien, Axel. Te lo agradezco, de verdad, lo hago. Pero ese
sofá no es lo suficientemente largo para todo lo que eres tú. Toma la
cama, yo dormiré en el sofá.
—Eso no va a pasar, Bailey. Yo en el sofá me pone entre la puerta
y tú si alguien más decide entrar esta noche. Vete a la cama, duerme
bien. Estás a salvo.
Mi corazón da un vuelco lento en mi pecho. Alguien más está
preocupado por mi seguridad. Eso no es algo a lo que estoy
acostumbrada y podría llegar a gustarme muy fácilmente. Asiento
con la cabeza hacia él, camino de regreso al dormitorio y me subo a
la cama. Esperaba quedarme despierta durante horas, pero no lo
hago. Estoy dormida en minutos y duermo como un muerto.
Capítulo 4
Axel

Me despierto dolorido por todas partes. El maldito sofá no es lo


suficientemente largo y tuve que dormir retorcido. Me paro y me
estiro. Puedo ver a Bailey, todavía dormida, a través de la puerta
entreabierta. Su cabello está extendido sobre la almohada y es una
vista que endurece la polla. Nunca sacaré de mi mente la imagen de
ella de anoche. Soy un hombre amante de las curvas y ella las tiene
en abundancia. Su trasero tenía la cantidad justa de movimiento
mientras corría a la habitación por ropa. Sí, hice trampa y miré. Y sí,
habría apuñalado a Pooh o Chubs en el ojo si ellos también lo
hubieran hecho. Soy ese tipo de hombre y soy dueño de esa mierda.
Me acerco al fregadero de la cocina, me pongo un poco de agua
en la cara y me la seco. Salgo por la puerta y bajo corriendo las
escaleras hasta la cocina de la pastelería. Solo el aroma es suficiente
para llenarte, pero necesito café rápido. Veo a Ava, camino hacia ella
y le doy un beso en la mejilla.
—¿Tengo que preguntar por qué estás aquí tan temprano?—me
pregunta, sonriendo enormemente.
—Cállate, mujer. Demasiado temprano para estar dándome
mierda. Necesito café y comida. En ese orden—me quejo a Ava.
Ava se ríe y hace un gesto con la mano hacia las bandejas de
productos de pastelería dispuestas para ir al frente de la tienda.
Camino hacia el frente y preparo tazas de café para llevar,
después cargo una bandeja con una variedad de muffins, mini
hogazas de pan fresco, un cuenco de mantequilla y varios tipos de
donas. Me detengo al lado de Ava en mi camino de salida de la
cocina y la veo llenar los moldes de cupcakes por un momento.
—¿Sabías que Chubs tiene una llave y viene aquí en medio de la
noche para comer algo?—le pregunto a Ava.
—Por supuesto—afirma Ava, sonriéndome.
—¿Lo sabías? ¿Por qué no le has dicho nada a Gunner? Él haría
que Chubs dejara de hacer eso—le pregunto asombrado.
En lugar de responder, se quita la suciedad de las manos en el
delantal, después se acerca a la encimera y toma una pila de papeles
del tamaño de una nota. Me los entrega y dice:
—No me importa que venga aquí de noche, Axe. La comida es su
amiga y él es mi mejor amigo. La razón por la que cocino y horneo es
para hacer feliz a la gente y saber que disfrutaron de algo que creé
para ellos. Él hace ambas cosas. Me encanta saber que soy capaz de
hacer algo que ilumine el día de ese hombre adorable. Él daría su
vida por mí, así que prepararle comida es mi forma de agradecerle
su amistad, lealtad y protección. Nunca deja un desastre y nunca
come los pedidos especiales. Cualquier cosa que tenga, con mucho
gusto se la daría a él o a ti o a cualquier otro miembro del club. Lo
amo y esto lo hace feliz y eso me hace feliz a mí. Y siempre me deja
una nota. Léelas.
Miro la de arriba y leo:
Pagaré - 4 tartas de limón, 4 cupcakes, 1 sándwich de jamón, 2 galletas
extra grandes, 1 libra de tocino confitado - CLA
—¿Deja un pagaré?—pregunto asombrado.
—Sí. Cada vez que viene aquí, encuentro un pagaré en mi mesa
de trabajo. Nunca le permito que pague por los artículos, así que
suma los totales y dona el dinero, una vez al mes, a un refugio de
rescate de animales. El hombre es amor puro, así que, sí, sé que
viene aquí y estoy bien con eso.
—Eh. Eso es genial para ambas partes. Apuesto a que al refugio
de animales le encanta este arreglo. Chubs solo probablemente paga
su factura de alimento. ¿Qué significa CLA?—pregunto.
—CLA - Chubs Loves Ava—se ríe Ava.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Mientras camino de regreso al apartamento de Bailey, escucho la
ducha correr. Saber que está desnuda y enjabonada y a solo unos
pasos de distancia es suficiente para que mis vaqueros comiencen a
sentirse incómodos. Dejo la comida y los cafés en la isla y desgarro
una de las mini hogazas de pan de centeno que aún está caliente.
Unto la mantequilla y empiezo a masticar. Sin embargo, no ayuda a
la situación de los vaqueros ajustados.
Bailey sale del dormitorio, vestida y con el pelo mojado colgando
en capas casi hasta su culo. Señalo la comida y el café y la veo cruzar
la habitación para servirse.
—Tengo que ir a la Iglesia, pero volveré cuando termine. Sería
bueno si no abandonas el edificio. Sin embargo, habrá un prospecto
en la pastelería para estar atento a los problemas. Tienes mi número
si lo necesitas. Ava está aquí y dijo que cuando estés lista, repasará
los libros contigo. Sin embargo, no hay prisa—le digo a Bailey.
—Ok, suena bien. ¿Tienes Iglesia tan temprano? ¿Y qué es un
prospecto? —pregunta mientras toma un sorbo de café y mastica un
muffin.
—La Iglesia es una reunión de club. Solo los miembros del club
asisten y se lleva a cabo en la casa club. Un prospecto es alguien que
trabaja para el club pero que aún no es miembro. Tienen que
demostrar su valía antes de que los votemos como miembro con
pleno derecho. Básicamente, son nuestro “perras” de trabajo. Los
observamos y después decidimos si tienen lo que se necesita para ser
un Devil´s Angel—le informo.
—Oh, vaya. Es bueno saberlo. ¿Cuál es el nombre del prospecto y
cómo sabré cuál es?
—El nombre es Toes (Dedos del pie), porque le faltan algunos.
Llevará un chaleco de cuero negro como el mío pero sin los parches
del club. Los parches que tengo en la parte de atrás del mío. El suyo
solo dirá “Prospecto”. Ava te lo presentará para que sepas quién es.
Él hará cualquier cosa que le pidas, Ava te puede explicar eso, y será
respetuoso o vivirá lo suficiente para lamentar sus acciones—le
respondo.
Bailey asiente con la cabeza y parece un poco menos confundida
ahora. Sin una pizca de maquillaje en el rostro y sigue siendo la cosa
más linda que he visto en años. Es real y después de pasar mi vida
rodeada de strippers y chicas de clubes, descubro que me gusta la
frescura de Bailey. Ella sabe quién es y se siente cómoda consigo
misma. Eso es muy sexy. Necesito irme pero me gusta estar en su
espacio.
—Cuando regrese, iremos a tu casa a buscar el resto de tus cosas.
También podrías avisar a Sal porque, si conozco a mi hermana, Ava
nunca te dejará salir de aquí. Y probablemente intentará meterte en
su pandilla de chicas, y hay cosas peores que eso, pero no creas todo
lo que te digan de mí. Soy mucho peor de lo que ellas creen—le
informo con una sonrisa y un pequeño saludo con la mano mientras
salgo por la puerta.
Capítulo 5
Bailey

Después de disfrutar un rato de la tranquila soledad de mi


nuevo alojamiento, bajo las escaleras. Cuando llego al final, escucho
un bufido, miro hacia abajo y veo un cerdo. Sí, leíste bien. Estoy
mirando un cerdito rojo y negro. En el pasillo de atrás de una
pastelería. Y lleva una camiseta… no te miento, que dice: ¡Amo El
Tocino y No Puedo Mentir!
Él me gruñe y, aunque estoy bastante segura de que he entrado
en la zona desconocida, creo que es muy lindo. Me agacho para
darle una palmadita y escucho una voz graciosa que grita:
—¡Manos arriba y nadie saldrá herido!
Miro a la voz y en una puerta a mitad del pasillo se encuentra un
enorme loro azul, verde y rojo. ¡Es hermoso!
Froto al cerdito por un momento y después le digo al loro:
—Hola. Soy Bailey. ¿Me puedes decir tu nombre?
—Soy Mac—responde.
—Soy un guacamayo—continúa.
—Soy un bombón—grita.
¡OMG! Mac ahora se arregla la cabeza de un lado a otro y se
alborota las plumas. Es impresionante y tiene razón, ¡es un bombón!
—¿Quién eres?—pregunta Mac.
—Mi nombre es Bailey y ahora vivo en el apartamento de arriba.
Eres un pájaro muy inteligente, Mac—contesto y lo alabo.
—Soy increíble—responde machacando un poco el idioma inglés.
Empiezo a reír porque es demasiado. Quiero abrazarlo y luego
huir con él debajo del brazo. Nunca antes había considerado robar
algo, pero a Mac, con mucho gusto me lo robaría. Reconsidero el
pensamiento cuando sigue hablando.
—Grandes tetas, Bailey.
—Eh, ¿qué dijiste?—le pregunto, segura de haber entendido mal.
—¡Grandes tetas!—grita.
¡Creo que un loro simplemente me avergonzó! ¡Oh, Dios mío!
—Eh, ¿gracias?—pregunto de manera absurda.
—¡Dios mío, lo siento mucho Bailey!—dice Ava mientras dobla la
esquina limpiándose las manos con una toalla.
—¡Mac! ¿Qué demonios te pasa? ¡No le digas esas cosas a una
mujer!—le grita Ava al pájaro.
—¡Vex lo hace!—le grita Mac.
—¡Bueno, no es agradable! No lo harás o habrá consecuencias.
¿Entendido?
—Lo que sea, mamá—responde Mac con un movimiento de su
ala, girando y caminando hacia la habitación en la que debió estar
cuando entré al pasillo.
Ava vuelve la cabeza en mi dirección y comienza a disculparse
por Mac. Le hago un gesto con la mano y me río. Es divertido pero
travieso. Tendré que tener eso en cuenta.
—Veo que también conociste a Gee. Afortunadamente, no puede
hablar—se ríe Ava. Me hace señas para que la siga y entramos en la
habitación, que es su oficina, en la que Mac había entrado. Entro y
me detengo en seco cuando veo al maldito perro más grande que
alguna vez he visto. Recuerdo haber leído algo en los periódicos
sobre un perro que atacó a un imbécil que amenazó a alguien de los
Devil´s Angel y apuesto a que era este perro. Todo lo que puedo
pensar ahora es que leí que el tipo necesitó más de trescientos
puntos para volver a armarlo.
—No te preocupes por Loki. Es un osito de peluche, en serio. Es
protector, pero solo si intentas hacerme daño—se ríe mientras se
sienta detrás del escritorio y me señala una silla frente a él.
Tomo asiento lentamente, y Loki levanta la cabeza, me mira, se
deja caer de lado e inmediatamente se duerme. ¿Eh? Es bueno saber
que no parezco una amenaza para Ava.
Ava y yo nos tomamos unas horas y revisamos sus libros juntas.
Todo está ordenado, bien organizado y fácil de entender. Le señalo
algunas cosas que facilitarían el proceso y ella está de acuerdo. Este
no será un trabajo difícil. Y vale la pena hacerlo de forma gratuita.
Estoy obteniendo la mejor parte de este trato. Terminamos cuando
Gunner y Axel entran en la habitación.
Gunner va inmediatamente hacia Ava, la levanta y la besa
profundamente antes de devolverla a su sillón. ¡Guauu!
¡Simplemente guau! Daría casi cualquier cosa por tener ese tipo de
mirada dirigida hacia mí como la que Gunner le está dando a Ava.
Se inclina y besa suavemente su vientre y dice:
—Hola, mis angelitos. —De nuevo, simplemente guau. Ahora me
doy cuenta de por qué hizo eso cuando veo la pequeña panza que
Gunner está acunando. El gesto dice mucho sobre él. Y me gusta la
historia que cuenta.
Gunner se incorpora y deja caer su trasero sobre el escritorio de
Ava mientras gira en mi dirección.
—Tengo una oferta de trabajo para ti, Bailey. Quiero que lo
pienses detenidamente antes de tomar una decisión. Pero quiero que
sepas, desde el principio, que nuestra protección hasta que la
situación de Ramos se aclare no depende de esta oferta. Tendrás
nuestra protección ya sea que la aceptes o no.
—Está bien, lo entiendo. ¿Cuál es el trabajo? —pregunto con
cuidado. No quiero ofender a nadie, pero mi comprensión limitada
de los MC es que todos están involucrados en actividades ilegales y
no seré parte de eso. Por eso estoy en este lío para empezar.
—Los Devil's Angels MC son propietarios de numerosos
negocios. Algunos en Denver, algunos en los pequeños pueblos de
las afueras. Ninguno es ilegal. Todos son honestos, pero algunos
pueden no ser un negocio con el que te sientas cómoda trabajando.
Eso es lo que necesitas decidir. Queremos que seas nuestra contable
de tiempo completo y manejes todo, de todos los negocios. Cada uno
tiene un gerente y esa persona trabajará de cerca contigo. Puedes
trabajar desde tu apartamento o en una oficina en cualquiera de los
negocios o en la casa club. Eso también lo decides tú. Tendrás que
conducir hasta cada uno de ellos en ocasiones y tus gastos de
combustible estarán cubiertos. Rex es nuestro experto en informática
y te preparará todo lo que necesites. Tu salario será un veinte por
ciento más alto de lo que ganabas en Wellsworth, hay un paquete de
beneficios, aumentos anuales y un bono ocasional. Seguirías
trabajando para Ava y si quisieras aceptar trabajos adicionales de
otras personas o empresas, estaría bien siempre que no descuides el
nuestro. Sé que muchos de los muchachos te buscarán para hacer sus
impuestos y puedes cobrarles tu tarifa actual por eso, porque es
personal y no un negocio de club.
Esa es mucha información para digerir y, sin embargo, realmente
no lo es. Estoy sin trabajo y me ofrece una gran oportunidad.
Mientras no me pidan que haga cosas ilegales, no me importa qué
tipo de negocios posean. Los números son números y eso es lo que
yo hago. No es que me esté pidiendo que me convierta en stripper.
—¿Cómo sabes lo que cobraba trabajando para Wellsworth?—
pregunto cuando recuerdo que había dicho algo sobre eso.
—Rex hizo una verificación exhaustiva de tus antecedentes.
Nunca llevaría algo así al club para votar sin saber que se puede
confiar en ti. Pido disculpas si eso suena intrusivo, pero no me
arriesgaré con el sustento y la información personal de mis
hermanos. Una vez fui demasiado confiado y casi me cuesta todo lo
que amo—responde Gunner mientras mira a Ava.
—Eso es comprensible. No tengo mucho en qué pensar. Necesito
un trabajo y tu club me ha ofrecido eso y protección. ¿Cuándo puedo
empezar?
Gunner me da una hermosa sonrisa y dice:
—¿Qué tal mañana? Axel dijo que hoy te está ayudando a
mudarte, así que te daré algo de tiempo para deshacer las cosas.
Axel o yo te recogeremos mañana a las 8 am en la pastelería y te
llevaremos a cada uno de los negocios para presentarte, saludar,
recoger los libros y tener la oportunidad de mirar a tu alrededor
para decidir dónde quieres trabajar.
—Perfecto. Y gracias, Gunner. Por todo.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Es el atardecer y estoy completamente mudada a mi nuevo
apartamento. No tenía mucho que mudar y Axel hizo un trabajo
rápido con lo que había. La mejor parte de la mudanza fue la
expresión en el rostro de Corey cuando Axel y yo salimos de su
camioneta y caminamos hacia las puertas abiertas del garaje. Axel
sostiene una mano en alto, apunta a Corey, y veo un tubo de
lubricante. Corey lo ve, sus ojos se abren de par en par y comienza a
retroceder. Los otros tipos en el garaje lo ven y comienzan a reír.
Solo niego con la cabeza ante las payasadas de Axel y me dirijo a Sal.
—Tengo un contrato de arrendamiento de mes a mes y estoy
pagando hasta fin de mes. Pero me mudo hoy. Aquí están las llaves
—le informo.
—Sí, esperaba esto, Bailey. Dos tipos estuvieron aquí hoy
buscándote. Les dije que no te quedaste aquí anoche y que no sabía
dónde estabas. Corey escuchó y les dijo que te fuiste con un motero
de los Devil's Angels. Solo un aviso, pero no se veía como alguien
con quien estarías pasando el rato, así que mantén los ojos bien
abiertos—dice Sal.
—¿Estás hablando de nuevo, Corey? ¿No podías ocuparte de tus
propios asuntos? —gruñe Axel mientras comienza a ir en dirección
de Corey.
—Él no vale la pena, Axel. ¿Podemos salir de aquí? —pregunto
en voz baja.
j
—Sí, Bailey—responde Axel—. Ya terminaste aquí.

Así que ahora estoy de pie en mi nuevo apartamento, mirando


nerviosamente a Axel, mientras hojea un montón de lienzos que he
dibujado. Él es la única persona, aparte de mí, que sabe que
bosquejo. Ni siquiera mi madre lo sabe, o no creo que lo sepa, a
pesar de que ha estado en mi antiguo apartamento varias veces.
Debió haber visto los bocetos en las paredes y en la habitación, pero
nunca los mencionó.
—Son impresionantes. ¿Por qué diablos no te ganas la vida
haciendo esto? Tienes un gran talento, nena—dice Axel con esa voz
tan ronca.
—¿La verdad o una respuesta fácil?—le pregunto.
—La verdad, nena. Siempre.
—No es seguro, ni práctico. Es un riesgo. No podía permitirme el
lujo de correr un riesgo. Necesitaba algo seguro, estable, normal. La
contabilidad es aburrida pero es segura y siempre puedo encontrar
trabajo. Con el arte, nunca se sabe si recibirás un cheque de pago al
día siguiente o no. Siempre he sido la “adulta” en la relación con mi
madre. Desde que era pequeña, era yo quien pagaba las cuentas y
hacía las compras. No podía arriesgarme a no poder hacer eso con
una profesión que es impredecible—me explico por primera vez,
incluso a mí misma. No sé que tiene Axel, pero parece que entiende
sobre cosas que nunca antes había hablado en voz alta.
—Tiene sentido, supongo. Pero tampoco puedes ignorar algo que
es una parte tan importante de ti. Ahora tienes un trabajo estable con
un buen sueldo con los Devil´s Angels, así que ¿por qué no tener tu
arte también? Se tú misma, Bailey, no sólo quien deberías ser—
responde Axel.
—Dios, me encantaría hacer eso—le susurro, sorprendiéndome
de lo mucho que lo deseo
—¡Excelente! Entonces empieza por venderme este boceto—exige
Axel, sosteniendo un dibujo al carbón que hice de una escalofriante
calavera. Aunque eso es genial. Me encanta hacer calaveras,
fantasmas, zombis, demonios, ese tipo de cosas.
—No me cobraste por dañar tu moto, me ayudaste a mudarme y
a conseguir un nuevo trabajo, Axel. No te cobro por un boceto. Si te
gusta, es tuyo—me río de él.
—Intercambio justo. Vamos a comer—responde.
Tomamos la moto de Axel (¡felicitaciones para mí!) y nos
detenemos en un local de tacos. Pedimos nuestra comida y buscamos
un asiento en el patio al aire libre. Hace buen tiempo y me siento
cómoda en su compañía. Nunca duele el ego de una mujer que la
vean con el tipo más sexy de los alrededores. Con sus vaqueros,
ajustados y gastados, botas de motero, camiseta gris y chaleco de
cuero negro, es un espectáculo digno de ver. Noto que varias
mujeres miran en su dirección y algunas son muy descaradas con
sus miradas. Me gustaría ofenderme de que le estén enviando esas
miradas conmigo sentada aquí mismo, pero quién puede culparlas.
—Entonces, tenemos un pequeño problema—afirma Axel,
sonriendo.
—¿Qué problema?—le pregunto, confundida.
—Tenemos que tener sexo esta noche.
Desafortunadamente, estaba tomando un sorbo de mi Coca-Cola
cuando él dijo esas palabras, e inhalé en el momento equivocado.
Después de toser y ahogarme por un momento, Axel palmeándome
la espalda durante todo esto, levanto los ojos llorosos hacia los de él
que aún sonríen y estas palabras profundas salen de mi boca.
—¿Qqqqquuuuuuuéeeeeeeee ddddijiiiisssss eeeee?
—Sí, un hecho cierto—dice Axel con seriedad.
—¡No voy a tener sexo contigo!—digo mucho más fuerte de lo
que pretendía.
—¿Por qué no? Soy caliente, soy un buen partido y tengo una
polla mágica.
—Tienes una mági… espera, detente. ¿Acabas de decir que tienes
una polla mágica?
—Lo dije y es verdad. Mágica. Hermosa también, si la verdad se
sabrá pronto—continúa diciendo Axel.
—Okaaay, es bueno saberlo, pero ¿por qué tenemos que tener
sexo esta noche?—le pregunto, jugando lo que espero sea un juego.
—Porque no puedo pasar otra noche en ese sofá y soy demasiado
caballero para obligarte a que duermas en él y nunca he dormido en
la misma cama con una mujer sin que se trate de sexo. Tengo que ser
fiel a mi polla, que por cierto se llama Big Al y las chicas se conocen
simplemente como “las Gemelas”, así que tenemos que ponernos
sucios esta noche para poder mantener mis reglas de hombre.
El hombre realmente dice todo esto con seriedad mientras
continúa devorando tacos. Y entonces me guiña el ojo.
—No es gracioso, Axel—le digo, arrojándole la servilleta a la cara.
—No es una broma. Todo es verdad. Se llama Big Al.
—No vamos a tener relaciones sexuales. No me importan tus
reglas de hombre. Tengo estándares muy altos, ya sabes. —Le sonrío.
Dos pueden jugar este juego.
—¿Estás diciendo que no cumplo con tus estándares?—me
pregunta, arqueando las cejas.
—¿Ya terminaste? Quiero pasar un tiempo socializando
nuevamente con esa hermosa bañera en mi nuevo cuarto de baño—
digo, ignorando su pregunta.
—No, hablemos un poco más de esos estándares.
Capítulo 6
Axel

Esto es una maldita tortura. Bailey está a solo unos metros y


desnuda. Su antiguo apartamento solo tenía una cabina de ducha,
por lo que tener una bañera disponible es demasiado para que se
resista. Así que ahora estoy sentado en el sofá tratando de no pensar
en eso. También estoy tratando desesperadamente de no tocarme en
mi zona feliz mientras pienso en eso. Fallo y le doy a Big Al una
rápida fricción. Gunner tendrá que encontrar a alguien más para
protegerla. No estoy hecho para estar solo con una mujer caliente
durante tanto tiempo y no tenerla inclinada sobre algo.
Saco la mano de mi polla cuando escucho que se abre la puerta
del baño. Después de varios minutos, Bailey sale del dormitorio, una
vez más con el pelo mojado. Se acerca, se deja caer en el otro extremo
del sofá y se gira así que el brazo está en su espalda y está frente a
mí. La siento mirándome y finalmente giro la cabeza para
encontrarme con sus ojos.
—Dormiré aquí porque tienes razón, el sofá es demasiado
pequeño para ti. Soy más baja, así que no es un problema para mí—
anuncia Bailey.
—No tomaré tu cama, cariño.
—Podemos compartir la cama si puedes romper tus reglas de
hombre y mantienes las manos de tu lado—sonríe.
—¿Qué hay de tus manos?
—Estás completamente a salvo. No te ofendas, pero no eres mi
tipo—me informa Bailey.
¡Yo digo que eso es mentira! La he sorprendido mirándome varias
veces. Sé que se siente atraída por mí, probablemente tanto como yo
por ella. Sin embargo, no estoy buscando atarme y ella no es una
mujer a la que te tiras y la dejas. Es el tipo de mujer que pones en la
parte trasera de tu moto y amas cada minuto del viaje. Se la
muestras a tus hermanos y sabes que tienes algo que vale la pena
tener. Dios, incluso mis pensamientos empiezan a sonar como los de
Gunner. Si Bailey no me estuviera mirando ahora mismo, me
metería la mano en los vaqueros para asegurarme de que todavía
tengo una polla.
—¿Cuál es tu tipo, Bailey?
—Bien, veamos. Me gustan altos, calientes y musculosos. Un gran
culo es imprescindible. Un pequeño y desaliñado rastro de barba es
genial, pero no me gustan mucho las barbas tupidas. No es una
persona que use traje. No alguien acicalado pero sí un poco áspero.
Alguien que sepa quién es y qué piensa.
—Odio romper tus ilusiones, cariño, pero acabas de describirme.
¡Ja! ¡Vamos a la cama y buena suerte tratando de mantener tus
zarpas fuera de mis golosinas!—me río de ella.
—¡Oh, Dios mío! ¡Eres tan engreído como Mac!
—Eso no significa que no sea cierto. Nombra a alguien que
coincida con tu descripción. ¿Quién es tu hombre perfecto?
—Jax Teller de Sons of Anarchy. Ese es mi tipo—me sonríe.
La pequeña muñeca solo está tratando de hacerme enojar.
También está funcionando.
—Jax se parece a mí, excepto que tengo más músculos y me afeito
la cabeza. Todo el mundo dice eso, así que volvemos al punto de
partida. ¿Me vas a manosear mientras duermo esta noche?—me
burlo de ella.
—¡Ya quisieras, motero! Solo mantente de tu lado de la cama o
podrías terminar recibiendo un puñetazo en las bolas—escupe
Bailey riendo con fuerza ahora.
Se ve genial. Ha estado tan seria desde que la conocí, es bueno
verla relajarse un poco. Me atrae y eso me sorprende. Quiero conocer
cada pequeño detalle de su vida y nunca antes me había preguntado
eso de ninguna mujer. Me doy una palmadita en la espalda si
siquiera sé sus nombres antes de follarlas. Este es un territorio
desconocido para mí y no estoy seguro de si me gusta la sensación.
—Hora de dormir, bajita. Compórtate esta noche y solo PTI…
duermo desnudo—le informo, riéndome para mis adentros cuando
veo que su boca se abre.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Cuando me despierto a la mañana siguiente, me doy cuenta de
que me he envuelto alrededor de Bailey en algún momento de la
noche. Y me gusta donde estoy. Su cabeza está en mi bíceps, metida
debajo de mi barbilla y su cabello huele increíble. Mi otro brazo está
alrededor de su estómago. Su culo está presionado contra mi polla,
muy dura y cada vez más dura, nuestras piernas están entrelazadas.
Es muy difícil no machacar mi polla contra ese delicioso culo suyo.
En cambio, aprieto los brazos y la inhalo en mis pulmones.
—¿Me estás oliendo?—escucho su voz divertida.
—Sí. Sí, te estoy oliendo. Es completamente aceptable ya que te
metiste entre mis brazos a la fuerza mientras dormía. Intenté pelear
contigo pero peleas sucio. Sabía que no serías capaz de resistirte—
susurro en su oído.
—Tú estás en mi lado de la cama. Tú viniste a mí, yo no fui a ti—
se ríe mientras empuja el culo más cerca de mi polla.
—Oh, Dios, Bailey, deja de atormentarme—gimo.
—¿Estás seguro de que su nombre debería ser Big Al?—pregunta
Bailey descaradamente sobre el nombre de mi polla.
—¡Oh, guau, solo estás pidiendo una guerra!—le digo mientras la
pongo boca arriba y me acuesto parcialmente sobre ella.
Estrello mi boca contra la de ella y me sumerjo profundamente.
Casi espero que me de una bofetada, pero en lugar de eso, siento
unas manos suaves en mi calva, acariciando y acercando mi boca a la
de ella. Ella sabe muy dulce, como la miel. Quiero más. Cambio el
ángulo y muerdo ligeramente su labio inferior antes de hundirme en
su cálida boca. Después de un momento de exploración, me aparto
un poco, la miro y veo que sus ojos están ardiendo. ¡Joder, sí! Muevo
mi boca a su cuello y lo muerdo antes de moverme hacia su
clavícula. Mi mano derecha se desliza hacia arriba por su caja
torácica y ahueco su pecho lleno. Más que un puñado. Firme,
redondo y perfecto. Real. Bajo la boca y encuentro su pezón a través
de la fina camiseta. Está duro y pidiendo más.
Y su teléfono comienza a pitar. ¡Arruinando mi vida!
Mientras Bailey lo alcanza, me arrojo de espaldas y trato de
frenar mi sangre.
—Gunner está en camino. Tengo que vestirme—afirma Bailey.
—Gunner es un bastardo bloqueador de pollas—mascullo.
Escucho su risa suave mientras toma algo de ropa y entra al baño,
cerrando la puerta.
Capítulo 7
Bailey

Hoy Gunner y yo hemos recorrido todos los negocios del club y


he conocido a algunos personajes interesantes. Conocí a muchos
miembros del club y empleados, algunos de los cuales Gunner llama
simpatizantes y putas del club. Explicó los términos y me quedé
preguntándome quién diablos estaría de acuerdo con que la llamen
puta del club, pero como no soy una, y nunca lo seré, no me
obsesiono con esa información.
Mi parada favorita fue en la tienda y el garaje de motos
personalizadas. Me encantó todo el arte expuesto en forma de motos
hechas a medida. No me di cuenta de que me había alejado mientras
Gunner me hablaba. Estaba mirando una chooper gris metalizada y
tenía tantas ganas de pintar una calavera apuntando hacia adelante
con la parte posterior del cráneo ralo y desdibujándose como si el
viento estuviera desprendiéndolo de ella lentamente. Pude ver el
tanque de gasolina tan claramente con ese diseño.
—Es hermosa para montar, ¿eh?—pregunta una voz cerca de mi.
Muevo la cabeza en esa dirección y veo a un tipo un poco mayor,
probablemente de unos cincuenta y cinco años, con largos cabellos
canos y una barba muy corta. Tiene los ojos más azules de la historia
y se parecen mucho a los de Axel. Es alto, corpulento y fornido. Y
cuanto más lo miro, más se parece a Axel. Caliente, si te gustan los
hombres mayores. Mientras lo estoy mirando, sonríe y sé al instante
que tiene que ser el padre de Axel.
—Me llaman Big Petey—dice mientras me tiende una mano que
parece una enorme zarpa para estrechar la mía—. Y tú debes ser
Bailey.
Le estrecho la mano y asiento con la cabeza.
—¿Te gustan las motos?—me pregunta.
—Nunca antes había pensado en ellas, pero recientemente hice
mi primer viaje y sí, creo que me gustan. ¿Eres el padre de Axel? Lo
siento, probablemente sea entrometida, pero te pareces mucho a él.
—Sí, lo soy. Sin embargo, no siempre admito eso dependiendo de
en qué se haya metido—se ríe Big Petey.
Sonrío. Este hombre ya me gusta. Tiene una risa fuerte y
retumbante y todo su rostro se ilumina.
—Estabas mirando esa chooper como si estuvieras pensando en
aprender a montar una—afirma Petey.
—Oh, Dios no, me mataría o a alguien más. Me encanta el color y
la forma del tanque. ¿Alguna vez les pusiste arte gráfico?—le
pregunto.
—Sí, a veces lo hacemos. A mucha gente le gustan las llamas
pintadas en los tanques. Axel dice que dibujas y eres muy buena en
eso. ¿Tienes una idea para ese tanque? —me pregunta Petey.
—Oh, no, nunca antes he pintado sobre una moto. Solo bosquejo
un poco, eso es todo. Simple curiosidad. Lo siento, será mejor que
vuelva con Gunner. Fue un placer conocerte, Petey. Te veré por ahí,
estoy segura, ya que estaré aquí una vez a la semana más o menos
para conseguir los recibos y las facturas.
—Si cambias de opinión, puedo conseguirte cualquier tanque que
quieras y puedes dibujar lo que desees en él—me responde con un
guiño.
Mierda, estoy tan tentada. Me encantaría probar algunos diseños
en algo que no sea un lienzo. Dudo y Petey lo ve. Sonríe
enormemente.
—Espera junto a Gunner. Vuelvo enseguida—dice alejándose.
Camino al lado de Gunner y espero en silencio mientras él habla
de una orden con un miembro del club llamado Trigger. Es mayor y
parece cascarrabias. Espero que no lo sea porque tengo que lidiar
con él con el papeleo del taller de carrocería.
Petey se acerca a mí sosteniendo una caja bastante grande, inclina
la cabeza hacia la puerta principal, indicando que debo seguirlo.
Salimos y nos dirigimos a la puerta trasera del SUV del club que
Gunner y yo usamos hoy para hacer nuestras rondas. Abro la puerta
y Petey coloca la caja en el asiento trasero, abre la tapa y ladea la caja
lo suficiente como para que vea un tanque de gasolina sin pintar.
Miro a Petey con las cejas levantadas.
—Úsalo para practicar. No es necesario devolverlo, era uno extra.
Nunca está de más probar cosas nuevas, Bailey. Espero volver a
verte pronto, cariño—me dice, me da otro guiño y regresa a la tienda
cuando Gunner sale. No quiero demostrarlo, pero estoy tan
emocionada de pintar en este tanque que mi estómago está revuelto.
Nuestra última parada es la casa club. Cuando entramos, veo a
Chubs sentado en el bar con Axel. Hay una mujer detrás de la barra
y no lleva casi nada puesto. Literalmente, casi nada. Y mientras
Chubs está ocupado comiendo, Axel está ocupado mirando hacia
abajo la pequeña camiseta que lleva la mujer mientras está inclinada
sobre la barra mostrando casi todo. Bueno, mierda, esto es
incómodo. Hace unas horas él tenía su mano y boca sobre mis chicas
y ahora casi tiene su rostro metido dentro de otro par. Ok, entonces.
Veo a Mac encaramado en la barra y estoy bastante segura de que
está cantando Honky Tonk Badonkadonk. Sí, lo está haciendo, además
de sacudir las plumas de la cola. Miro en otra dirección y veo a Pooh
y a otro miembro del club jugando al billar.
—Vuelvo enseguida, Bailey. Tengo que hacer una llamada rápida
en mi oficina y luego podemos repasar el resto de tus obligaciones.
Toma una cerveza o lo que sea y pasa el rato. No tardaré—dice
Gunner y se va dejándome de pie como una idiota.
Camino hacia la barra, unos taburetes más allá de Axel y cuando
los ojos de la mujer se encuentran con los míos, pido una cerveza. La
cabeza de Axel gira en mi dirección y levanto la barbilla, le doy una
media sonrisa y me vuelvo hacia la camarera.
—¿Quién eres tú?—me pregunta con mala disposición.
—Bailey. Soy la contable del club. Estoy esperando mientras
Gunner hace una llamada. ¿Cerveza?—le respondo con tono
monótono. De ninguna manera voy a dejar que ella o Axel sepan que
me golpeó en el estómago cuando entré y vi lo que él estaba
haciendo. No es de mi incumbencia. Pero su culo estará de vuelta en
el sofá esta noche.
Conozco bien a los de su tipo. Quieren sexo, tal vez más de una
vez, pero más que eso, quieren variedad. Follar con diferentes
mujeres. No quieren una relación. Quieren meterse dentro de tus
bragas y salir corriendo con la misma rapidez. No soy una mojigata,
no soy virgen. Pero soy exigente con a quién dejo entrar en mis
bragas y no me gustan los Casanova. Sé que Axel me atrae mucho,
pero no está listo para estar con una mujer. Es genial, ahora que sé
que se trata de eso.
La camarera me entrega la cerveza, junto con un ceño fruncido,
que ignoro. Saludo a Chubs, él me hace un gesto con el tenedor y me
doy la vuelta para alejarme.
—¡Hola, Bailey! Ven aquí, chica—grita Pooh.
Me acerco para pararme cerca de la mesa de billar y Pooh coloca
su brazo sobre mis hombros y planta un beso en mi sien. Agradable.
Ayuda a calmar un poco mi ego tener la atención de un hombre
desde que vi a Axel comiéndose con los ojos las golosinas de la puta
del club. Especialmente uno que se ve como Pooh. Es muy agradable
a la vista, eso es seguro. ¿Cómo me perdí eso cuando estuvo en mi
apartamento?
—Ese chico bonito del otro lado de la mesa es Vex—dice Pooh,
presentándonos.
Sé que tengo la boca abierta pero, jódeme, eso es demasiado
caliente atractivo en un cuerpo. El hombre es arte caminando.
Vex camina alrededor de la mesa y nos damos la mano. No suelta
la mía y veo que sus ojos recorren mi rostro y luego mi cuerpo. Y
entonces la sonrisa más sexy de la historia de la humanidad adorna
su rostro. Todavía estoy allí de pie, Vex sosteniendo mi mano, el
brazo de Pooh sobre mis hombros, disfrutando cada momento de su
atención, cuando Axel interrumpe mi momento.
—Retroceded a la mierda vosotros dos—gruñe Axel mientras se
acerca, aleja mi mano de la de Vex y después me saca de debajo del
brazo de Pooh. Me tira hasta que estoy de pie junto a él. Sonrío en
secreto para mí misma porque me doy cuenta de que Axel puede
que no me quiera a largo plazo, pero tampoco quiere que nadie más
me tenga. Puedo jugar a este juego.
—Bailey trabaja para el club ahora, así que está prohibida. No es
una chica de club, así que tomen sus pollas y vayan a jugar en el
patio de otra persona—continúa refunfuñando Axel.
—Todo está bien, Axel. Pooh me acababa de presentar a Vex.
Necesito saber para quién trabajo ahora, ¿verdad?—pregunto
inocentemente.
—No, no necesitas conocer a estos dos idiotas. Solo a los gerentes
de cada uno de los negocios. Ve a buscar a Gunner—me ordena.
Me irritaría su manera de ser mandona, pero me gusta el hecho
de que esté molesto por la atención que recibo. ¡Recibe el golpe, Axel!
—Tú no me mandas. No soy un perro. Pero iré a buscarlo. Sin
embargo, no estoy segura de dónde está su oficina. Pooh, ¿puedes
mostrarme dónde…?
—Dios, joder, mujer, yo te la mostraré—se queja Axel mientras
toma mi mano y casi me arrastra detrás de él hacia la oficina de
Gunner.
Escucho a Vex y Pooh riéndose detrás de nosotros, me doy la
vuelta y les guiño un ojo. Sus risas se vuelven más fuertes y Axel
comienza a caminar más rápido.
Él se queda en la oficina con Gunner y conmigo mientras
repasamos todo lo que necesito saber. Un miembro del club llamado
Rex entra y discutimos los programas de computadora que
necesitaré instalados en el portátil que él llevará a mi apartamento.
He decidido trabajar desde allí en lugar desde uno de los negocios o
desde la casa club, pero puedo cambiar de opinión con el tiempo.
p p p p
Gunner dijo que eso no es un problema. Y no quiero estar en la casa
club todos los días y disfrutar del placer de ver a las putas del club
en acción.
Estoy lista para que el día de hoy termine. He estado en
numerosos negocios, conocí a un montón de personas, agregué
algunas docenas de números de teléfono nuevos a mi teléfono y
hablé de negocios el tiempo suficiente por un día. Además, quiero
llegar a mi coche para poder ir a una tienda y comprar las pinturas y
los suministros que quiero para trabajar en ese tanque de gasolina.
Entonces, cuando Gunner dijo que habíamos terminado, estaba lista
para irme. Mientras todos entramos en la sala principal de la casa
club, veo a Gee empujando un skate con dos patas mientras las otras
dos permanecen en el skate. Juro que ese cerdo tiene una sonrisa en
su carita. Cuando se acerca a mí, me inclino y le doy un gran masaje
corporal. Sus bufidos de cerdito son adorables.
—¡Chubs! Toma la camioneta y lleva a Bailey a casa. Esta noche
también estás como seguridad—grita Gunner del otro lado de la
habitación.
—Está bien, Prez. Parece que esta noche somos nosotros dos,
Bailey—responde Chubs con una sonrisa mientras camina hacia
nuestro grupo.
—Eso es genial, Chubs. Prometo que no habrá sartenes de hierro
fundido—digo y le devuelvo la sonrisa.
—Debes estar afuera mirando las puertas, Chubs, no relajado en
el apartamento—dice Axel.
Antes de que Chubs pueda responder, lo hago yo.
—Si él está ahí para mi protección, me sentiría mejor si estuviera
en el apartamento. No en la calle donde no puede ver todas las
puertas—digo con firmeza.
—Está ahí para protegerte, no para entretenerse, Bailey. Se sienta
en la camioneta —insiste Axel.
—No dije que necesitaba entretenimiento, Axel. Me sentiría más
segura si él estuviera en el apartamento, y dado que es mi culo el
g p y q
que está en juego, debería tener algo que decir. —Ahora estoy cara a
cara con Axel y mis manos han encontrado mis caderas.
—Eh, oye, mira Bailey, está bien. Puedo sentarme en la camioneta
y vigilaré bien el apartamento—interviene Chubs, tratando de
calmar la mala disposición que tanto Axel como yo hemos
adquirido.
Dirijo mis ojos hacia Gunner y capto la sonrisa que luce. Mis ojos
se entrecierran un poco. Él sonríe más ampliamente.
—Jefe, ésta es tu decisión, supongo—le digo a Gunner y lo pongo
en el banquillo ahora.
—Chubs tiene la obligación de protegerte, puede sentarse donde
él quiera, es su elección—responde Gunner, todavía sonriendo pero
ahora ante el ceño fruncido de Axel.
Inmediatamente me agarro al brazo de Chubs y lo arrastro
conmigo hacia la salida. Cuando nos vamos, digo más alto de lo
necesario:
—Hago una lasaña deliciosa. Podemos parar en la tienda de
camino a casa y conseguiré los ingredientes para eso y para pan de
ajo casero. ¿Eso funciona para ti, Chubs?
—Joder, sí, eso funciona para mí, Bailey—responde Chubs, feliz.
—¡Eso no es pelear limpio!—grita Axel.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Chubs y yo estamos cenando cuando alguien llama a la puerta.
Chubs se levanta y deja entrar a Rex con mi nuevo portátil.
Invitamos a Rex a comer con nosotros y después instala la
computadora y la impresora. Repasamos algunos detalles sobre los
programas y Rex se va. Chubs y yo vemos una película y pasamos la
mayor parte de la noche charlando. Es todo un personaje y muy
divertido. No toma mucho tiempo saber que tiene un corazón
grande y tierno y sé que vamos a terminar siendo buenos amigos.
Tengo la sospecha de que Chubs es mucho más inteligente de lo que
deja ver y prefiere que la gente lo subestime.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Durante los siguientes nueve o diez días, entro en una rutina y
Chubs es mi protección nocturna habitual. Es fácil tenerlo cerca,
francamente divertido y, sin embargo, me siento segura sabiendo
que está cerca. Preparo algo para cenar, o pedimos algo o él busca
comida en la cocina de Ava y comemos juntos antes de descansar
durante la noche. Funciona para nosotros y esta noche no es
diferente.
Cuando me dirijo a la cama, Chubs está recostado en el sillón
viendo algo en Netflix. Me siento segura, sabiendo que él está aquí,
así que me duermo rápido. En algún momento durante la noche, me
despierto lo suficiente como para escuchar voces en la sala de estar,
pero me vuelvo a dormir de inmediato.
Esta mañana cuando me despierto, siento el sol en mi cara y
también calor en mi espalda y hay un brazo envuelto en mi cintura.
Reconozco el tatuaje en el antebrazo. Es una calavera con ojos rojos
brillantes y pertenece a Axel. Antes de que dicho brazo pueda
apretarme, me deslizo de la cama y miro al gran motero en mi cama.
—¿Por qué diablos estás en mi cama de nuevo?—exijo.
No estoy segura de por qué me molesto en preguntar. Ésta ha
sido nuestra rutina durante más de una semana. Trabajo durante el
día y uno de los miembros del club está en la pastelería o aquí arriba
conmigo de guardia. Salgo con quien sea, generalmente Pooh, pero
algunas veces ha sido Vex o un prospecto. Chubs aparece para el
turno de la noche y me voy a la cama y me despierto con Axel
acurrucado a mi alrededor. Estoy completamente confundida sobre
por qué sigue apareciendo en mi cama, pero en el fondo, hay una
gran parte de mí que lo ama. Lo anhela, pero sé que no puedo
contarle mi secreto.
—Porque me gusta dormir contigo. Eres mimosa—responde con
un bostezo y un estiramiento que muestra sus abdominales y esa
deliciosa V que tienen hombres como él. El tipo tiene músculo
encima del músculo. Tiene enormes pectorales, bíceps y un cuello
grueso. Se ve extremadamente lamible. Con las mantas apenas
g p
cubriendo su polla, hay mucho que ver y mucho para pervertirse. Se
necesita un esfuerzo, pero aparto la mirada y camino hacia el cuarto
de baño. Lo escucho reír detrás de mí. Cierro la puerta y abro la
ducha. Mientras se calienta, me lavo los dientes y uso las
instalaciones. Dejando caer mi camiseta y mis bragas al suelo, entro
en la ducha.
Mientras me enjuago el acondicionador del cabello, Axel dice:
—No uses toda el agua caliente, cariño. También necesito una
ducha.
Chillo y mis ojos se abren de par en par para verlo parado en el
lavabo, lavándose los dientes. Está desnudo y cuando dejo de
mirarlo me doy cuenta de que yo también lo estoy. ¡Mierda! Abro la
puerta lo suficiente para agarrar una toalla y envolverme con ella
mientras salgo de la ducha.
—¿Qué mierda te pasa, Axel? ¿Sabes algo sobre esa palabrita
llamada privacidad? —le grito.
Escupe pasta de dientes en el lavabo antes de volverse hacia mí
con una sonrisa. Estoy luchando por mantener mis ojos en su rostro
y no dejar que bajen más. ¡Dios mío, me está matando!
—No necesitamos privacidad, nena. Necesitamos más tiempo
desnudos. Mucho tiempo desnudos. Dúchate conmigo. ¿Sí?—dice
casualmente mientras camina hacia la ducha, deteniéndose
directamente frente a mí.
—¿Me estás tomando el pelo? ¡Axel! ¡Dios! ¡Sal de mi baño!
¡Fuera de mi apartamento!—grito a un decibelio lo suficientemente
alto como para romper un vidrio.
Axel me sonríe y tiene el descaro de decir:
—Eres linda cuando estás cabreada. Como un pequeño
Chihuahua escupiendo todo enojado. Es adorable.
Cuando abro la boca para seguir gritándole, deja caer su rostro y
estrella su boca contra la mía. Sus manos acunan ambos lados de mi
cara mientras profundiza el beso. ¡Mmm! Menta y todo hombre, la
boca de Axel es increíble. Sus labios son suaves pero insistentes por
una respuesta. Tira de mi cuerpo con fuerza contra el suyo y una
mano va a mi culo. Sin pensarlo conscientemente, le respondo. Con
entusiasmo. El hombre es increíblemente hermoso y está parado
aquí desnudo y duro. Mis partes femeninas se volverían contra mí si
no les diese una dosis de Axel en este momento.
Las cosas explotan entre nosotros en el instante en que respondo.
Axel gime, yo gimo y no puedo evitar que mis manos se deslicen
sobre sus hombros, bajen por sus enormes brazos y regresen a la
parte posterior de su grueso cuello. Con las lenguas en duelo, su
cuello se siente increíble mientras froto mi cara. Quiero más. ¡Ahora!
Sé que no lo conozco desde hace mucho tiempo, pero eso no parece
importarle a mi región inferior.
Aunque sé que necesito detener esto. No me gusta que me
utilicen para follar y después me dejen a un lado. Y estoy bastante
segura de que eso es todo lo que Axel está buscando. Pero, ¿por qué
no puedo ser yo quien lo folle y luego me aleje? ¿Por qué siempre
tiene que ser el hombre el que hace eso? ¿Por qué Axel no puede ser
mi primera y única aventura de una noche?
¿Puedo alejarme? ¿O esto va a conducir a un corazón roto para
mí y a un orgasmo rápido para él? No. Soy fuerte. Puedo hacerlo.
Puedo tener a Axel, alejarme y no mirar atrás. Ésta soy yo jugando la
carta del “hombre”.
Con la mente tomada, aparto la boca y miro sus ojos. Ojos
entornados y llenos de pasión. Por mi.
—Esto va a ser una vez y listo. Vamos a follar y después se acabó.
Sin expectativas, sin promesas, sin polvos en el futuro. Sin
sentimientos heridos. ¿Estás de acuerdo con eso? —le pregunto.
Estoy un poco avergonzada de mí por parecerme a un hombre en
este momento. Pero deseo a este dios desnudo delante de mí.
—Depende de lo bueno que sea—responde Axel lentamente,
como si no estuviera seguro de querer responder en absoluto.
—No. Tengo que dejar claro desde el principio que esto es todo lo
que habrá. No se repite. No quiero empezar a sentir algo por ti y
resultar lastimada. Así que es solo hoy para nosotros—le explico.
Puedo ver pensamientos corriendo detrás de sus ojos mientras
me observa. Él piensa en mis palabras y entonces responde en voz
baja:
—¿Por qué crees que te lastimaría?
—No te ofendas, Axel, pero no estás listo para tener una relación
seria. No estás listo para ser un adulto en ese sentido. Todavía estás
en el modo “diviértete, tíratela y déjala, tipo puta del club”. Y no soy
el tipo de persona que tolera eso porque no comparto. Así que hoy
tiene que ser así para que no haya resentimientos en el futuro
cuando tengamos que seguir trabajando juntos. Te estoy dando un
pase. Tómalo o déjalo. Esas son mis reglas básicas.
—Está bien, nena. Entendido—responde Axel mientras me quita
la toalla de las manos. Él echa una mirada larga y entonces me sonríe
mientras se inclina, pone ambas manos en mi culo y me levanta.
Automáticamente envuelvo mis brazos y piernas alrededor de su
musculoso cuerpo y entramos juntos a la ducha.
Mi espalda golpea la pared y Axel me aprieta con fuerza. Su boca
está lamiendo y chupándome ligeramente el cuello mientras paso
mis manos por su cabeza y hombros. Se siente increíble. Puedo
sentir su polla frotándose contra mi coño y se siente increíble. Echa
la cabeza hacia atrás y pasa los labios a lo largo de mi mandíbula
hasta mi boca, donde chupa mi labio inferior. Su nariz recorre la mía
y estoy totalmente enamorada de estar rodeada de todo lo que es
Axel.
—Si hoy es todo lo que obtengo de esta dulzura, voy a obtener
todo lo que pueda—susurra antes de apoyar mis pies en el suelo y
arrodillarse frente a mí. Siento sus labios rozar entre mis pechos
mientras sus dos manos se aferran a ellos. Sus pulgares frotan
ligeramente mis pezones mientras su boca llega a mi ombligo. Mete
la lengua dentro antes de llevarla más al sur y pasar la punta por mi
raja. Mis rodillas se tambalean un poco y sus manos se mueven hacia
j p y
la parte interna de mis muslos para separarlos un poco más, dándole
más acceso.
Santa Madre de Dios, ¡sabe como usar la lengua! Continúa
volviéndome loca y uso mis manos para presionar su boca con más
fuerza contra mí. Justo antes de que esté lista para explotar, él se
echa hacia atrás, se pone de pie parcialmente erguido y su boca de
repente rodea un pezón mientras su mano tira suavemente del otro.
Paso mis manos sobre cualquier pedazo de piel que pueda alcanzar
y cuando él suelta el pezón y se endereza en toda su estatura,
alcanzo su polla. Y la encuentro muy dura, larga, ancha y perforada.
Mis ojos miran hacia abajo y veo un piercing dydoe corriendo
longitudinalmente en la parte superior de su polla. ¡Santo cielo!
Deslizo la mano todo a lo largo hasta la raíz y retrocedo mientras los
dedos de la otra mano recorren ligeramente el piercing en forma de
barra. ¡Estoy fascinada y muy mojada! Quiero esta hermosa polla
dentro de mi. Donde quiera que desee ponerla.
La mano de Axel toma mi mandíbula y tira de mi cara hacia
arriba hasta que puedo ver sus brillantes ojos azules. Es tan
hermoso, estoy hipnotizada mientras continúo acariciándolo
suavemente.
—Ducha primero, bebé, después te follaré hasta que los dos
estemos en carne viva—gruñe.
Estoy lista para tirarme al suelo ahora, pero él se vuelve hacia el
rocío de agua y agarro el jabón. Voy a explorar cada centímetro de
estos músculos mientras él hace lo suyo. Me inclino hacia adelante y
le doy un beso suave y prolongado entre los omóplatos antes de
empezar a enjabonarlo. Cuando mis labios golpean su piel, todo su
cuerpo se congela por un momento. No estoy segura de por qué,
pero tengo la sensación de que fue un momento profundo para
nosotros.
Axel toma una ducha rápida y después de secarnos mutuamente,
me levanta, me arroja sobre el hombro y me lanza sobre la cama
cuando llegamos al dormitorio. Reboto un poco y entonces su gran
cuerpo cae sobre el mío. ¡Es glorioso!
Su boca golpea mi cuello al mismo tiempo que su mano
encuentra mi pecho. Gimo en voz alta ante la sensación de Axel
tocándome. Sus dedos me pellizcan un pezón, se mueven hacia el
otro pecho y repiten los pellizcos eróticos. Lo siento en mi vientre.
Un dolor, una necesidad de más. Después de un momento de eso,
desliza la mano por mi cuerpo. Empuja el interior de mi muslo y
abro las piernas para invitarlo a que me toque. Axel no duda en
deslizar los dedos a través de mi humedad, arriba y abajo y después
empuja lentamente uno dentro de mí.
—Joder, estás empapada, bebé—gime Axel mientras agrega otro
dedo para empujar dentro de mi coño. Usa la palma para presionar
mi clítoris mientras dobla los dedos para encontrar el lugar perfecto.
Aprieto sus dedos. Necesito más. Necesito todo de Axel.
—Voy a tener mi boca sobre ti de nuevo, pero necesito estar
dentro de ti ahora mismo, Bailey—dice mientras retira la mano y
levanta su gran cuerpo ubicándolo entre mis piernas. Puedo sentir la
parte inferior de su polla frotando contra mi clítoris y me empujo
contra él. Axel se pone de rodillas entre mis piernas, levanta mis
muslos y los coloca sobre los suyos. Su mano comienza a acariciarse
lentamente la polla mientras miro con los ojos muy abiertos.
—¿Estás tomando anticonceptivos, Bailey?
—Sí. Pero hay condones en la mesa de noche.
—¿Quieres que use condón? Estoy limpio, cariño. No pondría en
riesgo tu salud—responde Axel en voz baja mientras sigue
acariciándose.
—No quiero discutir ahora mismo, Axel. Te necesito dentro de mi
pronto. Pero he visto el calibre de las mujeres que atrae el club de los
Devil´s, así que sí, usa un condón. No te ofendas, pero me sentiré
mejor con un condón. —Tengo que cuidarme Es mi responsabilidad
mantenerme a salvo.
—No me ofendo, bebé. Lo entiendo. Pero algún día sabrás que
nunca te pondría en riesgo—dice Axel mientras agarra un condón.
Observo con avidez como lo hacer rodar sobre su polla y
entonces me mira a los ojos.
—Quería estar así desde el momento en que chocaste conmigo,
cariño—me susurra Axel. Vuelve a mirar hacia donde más lo
necesito y usa los pulgares para abrirme a sus ojos. Mientras mira
hasta hartarse, mueve la mano para empujar la punta del pulgar en
mi abertura. Lo gira lentamente y usa su otra mano para pellizcar mi
clítoris al mismo tiempo. No parece tener prisa y estoy desesperada
por más de él.
Gimo, largo y bajo. No puedo evitarlo. Alcanzo su polla, pero
solo paso mis dedos por la punta cuando Axel cambia de posición,
levanta mi pierna derecha, la envuelve alrededor de su cadera y se
empuja dentro de mí. Se empuja hasta tocar fondo y se detiene. Su
cabeza está por encima de la mía, así que inclino la mía hacia atrás y
beso la parte inferior de su mandíbula. Envuelvo mis brazos
alrededor de él y su frente se apoya contra la mía. Se retira y vuelve
a entrar con una única estocada, esta vez con fuerza. Apoyado en un
antebrazo, Axel continúa follándome. Puedo sentir su barra frotando
en el lugar correcto. ¡Se siente increíble!
—Joder, bebé, estás tan mojada, tan jodidamente apretada. Tan
dulce. Necesito más, Bailey. Lo necesito todo de ti. —Axel respira en
mi oído mientras bombea y gira sus caderas en un ángulo que me
empuja rápidamente al borde.
Paso mi mano por su mandíbula y acerco su cara a la mía. Lo
beso con todo lo que tengo y me lo devuelve. Axel aparta la cara
pero ladea la cabeza, por lo que nuestros rostros están cerca y lo veo
mirando donde estamos conectados. Bajo la mirada y es una
hermosa vista. Axel es grueso y largo y estoy ansiosa por más de él.
Axel se aparta de mí y antes de que pueda protestar porque
estaba cerca, agarra mis caderas y me pone boca abajo. Usa mis
caderas para levantar mi culo en el aire y se estrella contra mí. ¡Oh
Dios mío! Su barra está rastrillando contra mis paredes vaginales y
empiezo a empujar hacia atrás contra su talentosa polla. Siento un
ligero azote en una nalga y después sus cálidas y ásperas manos
frotándose por todos lados. Desliza una mano por mi espalda y
agarra mi cabello, retorciéndolo alrededor de su puño. Da un ligero
tirón y mi cabeza se inclina hacia atrás. Axel gruñe y su ritmo
aumenta.
—¡Axel, por favor Dios, cariño, más duro!
—¿Estás cerca, dulzura?
—¡Sí, joder, sí! ¡Muy cerca! ¡Por favor!—gimo.
La mano de Axel deja mi cabello, encuentra mi clítoris y usa su
uña para rasguñarlo ligeramente. Estallo. Oleada tras oleada de
placer rueda por mi cuerpo y no puedo tener suficiente de la polla
de Axel. Me estrello contra él y aprieto con fuerza. Axel se adapta a
mi necesidad y su ritmo se vuelve errático mientras usa mis caderas
para follarme duro y rápido. Estoy empezando a bajar cuando Axel
se corre, encorva su cuerpo sobre el mío y se queda plantado
profundamente. Su respiración es entrecortada y siento sus labios a
un lado de mi cuello. Estoy disfrutando de las pequeñas réplicas y
me empujo contra Axel unas cuantas veces más.
—Bebé. Primero tienes que darme unos minutos para
recuperarme—se ríe en mi oído.
—No intento empezar de nuevo, solo intento prolongar mi
orgasmo—le informo.
—Jódeme, bebé, ¿sigues corriéndote?
—Réplicas. Son asombrosas. Por favor, mantén tu polla quieta
para que pueda seguir adorándola.
Axel continúa riendo, pero amablemente me concede mi
momento antes de retirarse lentamente y levantarse para deshacerse
del condón. Me dejo caer boca abajo en la cama y relajo todos mis
músculos. No estoy segura de poder volver a moverme. O funcionar
como un ser humano. Me follaron de la mejor manera posible.
Capítulo 8
Axel

Santa Mierda, estoy bastante seguro de que se me va a caer la


polla. Ni siquiera son las nueve de la mañana y acabamos de
terminar la tercera ronda. Mientras me deshago del condón, pienso
en lo codiciosa que es Bailey de mi polla y en lo mucho que me gusta
saber que la desea ardientemente.
Me niego a reconocer, incluso a mí mismo, que estoy
encaprichado con todas las cosas de Bailey. Nunca había pasado
tanto tiempo en el cuerpo de una mujer y definitivamente no en la
cama de una. Nunca he tenido una mujer en mi casa, solo en mi
habitación de la casa club, y eso solo fue durante el tiempo que tardé
en correrme. Después las hacía sacar. Pero con Bailey, incluso
disfruto acurrucarme con ella mientras duerme. ¡Esto no está bien!
Ella tiene razón, esto tiene que ser algo de un solo día, o terminaré
alucinado como Gunner y mi padre. No simplemente no. No me
dejaré llevar por mi polla por el resto de mi vida. Hoy tendremos
que saciarnos uno del otro y después volveremos a ser compañeros
de trabajo, tal vez amigos. Sin ataduras. Perfecto. Pero es un poco
molesto que a Bailey se le ocurriera esa idea. Soy un buen partido
incluso si no quiero que me atrapen, y ella debería estar presionando
por más de un día. Muerde un poco mi ego que no lo haga.
Hablando de la pequeña diablilla, Bailey entra tropezando en el
cuarto de baño y camina directamente a la ducha. Por los clavos de
Cristo, tiene el culo más delicioso. Cada vez que lo veo, quiero
morderlo. Lo hice algunas veces hoy y sonrío al ver las pequeñas
marcas que dejé.
Bailey entra en la ducha y gime cuando el chorro de agua caliente
golpea su cuerpo bien follado y, supongo, que dolorido. La sigo a la
ducha y empiezo a enjabonarla. Agrego un masaje al enjabonado y
ella deja caer su cabeza hacia atrás contra mi pecho y cierra los ojos.
Siento esta pequeña y extraña sacudida en el pecho, pero la ignoro
mientras continúo con mis cuidados. Por supuesto, sus pechos
necesitan ser enjabonados y eso lleva a pellizcar sus pezones, lo que
hace que sus manos se estiren detrás de nosotros y aterricen en mi
culo para tirar de mi polla más fuerte contra ella. Empujo mi polla
suavemente entre sus nalgas y disfruto la sensación. Deslizo una
mano por su cuerpo y me inclino ligeramente sobre ella para
alcanzar su clítoris.
Bailey se da la vuelta bruscamente, soltando mis manos, mientras
cae de rodillas delante de mi. Sus manos y su boquita caliente
rodean mi pene y es mi cabeza la que está cayendo hacia atrás ahora,
contra la pared de la ducha mientras paso los dedos por su cabello
mojado y me empujo suavemente por su garganta. Como descubrí
antes, para mi deleite, la mujer no tiene reflejo nauseoso y me traga
maravillosamente. ¡Dios, jódeme, me encanta su boca!
Ella encuentra mis bolas y las hace rodar en su mano y tira de
ellas. La sensación es indescriptible. Cuando su nariz toca mi cuerpo,
traga y estoy perdido. Empujo un poco más fuerte y ella me deja
usar su garganta como quiero. No pasa mucho tiempo antes de que
ya no pueda contenerme.
—¡Joder, bebé, voy a correrme! ¡Por favor no pares! Trágame
todo, dulzura. ¡Joder, sí! ¡Oh, carajo, sí! —grito mientras disparo por
su garganta. Ella se traga todo y mis rodillas se debilitan. La
sensación me sigue consumiendo mientras ella no detiene. Su mano
tira más fuerte de mis bolas y es perfecto. Ella es perfecta. ¡Joder, sí!
Bailey retira lentamente mi polla, lamiendo mientras lo hace y
entonces se queda de rodillas allí, mirándome con esos hermosos
ojos. Vuelvo a sentir ese dolor en el pecho. Joder, no sé qué es eso,
pero verla arrodillada a mis pies es suficiente para ponerme de
rodillas. Le extiendo una mano y la pongo de pie y después la rodeo
con mis brazos y la atraigo hacia mi pecho. Dejo caer mi barbilla en
la parte superior de su cabeza y solo saboreo la sensación de su
pequeño cuerpo apretado descansando contra el mío. Podría
quedarme aquí, así, durante los próximos treinta años y aún no estar
cansado de ello.
Finalmente, Bailey se inclina un poco hacia atrás, acerca mi
cabeza a la de ella y me da un beso caliente. Después terminamos
nuestra ducha en un cómodo silencio. Pasamos el resto del día
comiendo, hablando, relajándonos y follando. ¡Un día perfecto!
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
A la mañana siguiente, estoy de vuelta en el gimnasio que
administro. Es una mañana ajetreada y no necesito una distracción
como la que estoy a punto de tener. Bailey está de camino aquí para
repasar los libros conmigo. Tengo varias clases que se están
impartiendo en este momento y una de ellas es una clase de yoga y
es toda para mujeres. Siempre pasan más tiempo coqueteando e
intentando ligar conmigo, Pooh, Vex o Cash, que haciendo ejercicio.
Varias son las típicas madres del fútbol, amas de casa ricas y
aburridas que buscan su próxima conquista con el “chico de la
piscina”. Pero también son clientas, así que tenemos que tolerar
algunas de sus travesuras.
Pooh me da un codazo en las costillas, con fuerza, y miro hacia
arriba para ver por qué. Lo que veo me deja sin aliento. Bailey está
caminando por el gimnasio, seguida de Chubs, dirigiéndose en
nuestra dirección, y se ve increíblemente comestible. Su cabello está
recogido en un moño de aspecto profesional, lleva una falda lápiz
negra, camisa roja de seda con botones; altos tacones rojos fóllame-
hasta-el-coma. Mira a su alrededor mientras se acerca a mí y a Pooh
y veo instantáneamente cuando sus ojos se posan en Cash. ¡Oh,
joder, no!
Cash es un motero enorme, musculoso y silencioso. Es el ejecutor
del club y se toma su trabajo en serio. Gran tipo, gran hermano, pero
no quiero los ojos de Bailey en él. O en Vex. O en Pooh. Tú captas la
idea, ¿verdad?
—¡Bailey!—grito.
Sus ojos se vuelven en mi dirección y hago un gesto con la cabeza
hacia la oficina. Escucho a Pooh riéndose a mi lado, pero ignoro al
bastardo. Me ha estado dando mierda toda la mañana por faltar al
trabajo ayer y por negarme a decirle el motivo. Entro en mi oficina,
irritado, pero no estoy seguro de por qué, y me dejo caer en el sillón
detrás del escritorio. Bailey entra y cierra la puerta detrás de ella.
—Hola, Axel. ¿Listo para esto?—me pregunta mientras toma
asiento frente a mi escritorio y abre su maletín.
—Sí, bajita, estoy listo—le sonrío.
¡Estoy tan jodidamente listo! Mi polla ya está dura, solo de pensar
en subir esa falda ajustada sobre su culo mientras la tengo inclinada
sobre el escritorio. ¡Sí, estoy listo!
—Bien, genial, comencemos entonces. Por favor, entrégame tu
libro de contabilidad con los recibos del mes pasado—declara Bailey
mientras busca de nuevo en su maletín. ¡Esta vez saca y se pone las
gafas de bibliotecaria más sexys que he visto en mi vida!
Que me den por culo, ¡ella es caliente con cualquier cosa que
elijas! ¿Quién hubiera pensado que las gafas con montura negra eran
sexys como la mierda? Yo no, pero ahora me la imagino
arrastrándose sobre mí en una cama con esa falda, el pelo recogido y
las gafas puestas. Ahora estoy teniendo una seria erección. Y me doy
cuenta de que me está hablando y no tengo idea de lo que acaba de
decir.
—Lo siento, ¿qué me dijiste?—le pregunto mientras mi mente
continúa divagando.
Toda mi vida he estado rodeado de mujeres, de todas las edades,
tamaños y tipos. La mayoría vistiendo lo menos posible, pero
siempre cuero, encaje, faldas o pantalones cortos vaqueros, tacones
altos de stripper. Ropa de estilo motero chic y trash. Nunca pensé ni
por un segundo que me pondría duro con ropa profesional y de
negocios. Pero en Bailey, son muy sexys.
—¿Axel? ¿Axel?
—¿Si? Oh, mierda. Aquí está el libro mayor —mascullo mientras
le entrego lo que pidió.
Bailey toma el libro mayor, lo abre y se pone a trabajar. Estoy un
poco confundido por lo profesional que está siendo considerando
que estuve dentro de su cuerpo la mayor parte de día de ayer. Estoy
sentado aquí y me siento abandonado.
La puerta de la oficina se abre y entra la más agresiva de las
madres del fútbol, Harlow. Una rubia teñida con extensiones,
enormes tetas implantadas, levantamiento de glúteos y bótox de
todas las formas posibles. Apenas mira a Bailey, los ojos están en mí,
mientras camina hacia mi lado del escritorio y se detiene con la
mano en mi hombro.
—¿Qué necesitas, Harlow?—le pregunto secamente.
—Ay, Axel, no seas sarcástico, bebé—responde Harlow, con un
puchero en sus labios de pato de gran tamaño—. Tengo un calambre
y no desaparece. Pooh dijo que me lo frotarías para que se me fuera.
Antes de que pueda decir algo, se da la vuelta, se inclina y tiene
su culo cubierto de lycra en mi cara mientras se frota la parte
posterior del muslo con la mano.
Voy a matar a Pooh a la primera oportunidad que tenga. La
primera vez que Harlow tuvo un “calambre”, Pooh hizo un gran
show de frotarle el muslo y juro que ella llegó al clímax en un
instante. Desde entonces, ella ha hecho que su misión sea conseguir
un masaje de cada uno de los miembros del club. Ni Cash ni yo
queremos tener nada que ver con acercarnos a ese coño.
Miro a Bailey y la veo con la cabeza gacha, pareciendo ocupada,
pero hay una pequeña sonrisa en su boca. Está disfrutando esto y
eso está muy mal.
—En realidad, Harlow, la que querría solucionar ese calambre
sería Bailey. Tiene mucho talento con las manos. Bailey, ¿podrías
ayudar a nuestra clienta con su calambre? —digo devolviéndole la
sonrisa.
—No, Axel. Pago un buen dinero para conseguir los mejores
entrenamientos posibles y quiero que lo hagas tú, no una pequeña
contable ratonil. Soy una cliente y estoy pidiendo por ti—exige
Harlow.
—¿Pequeña contable ratonil ¿En serio, Harlow? ¿Eso es lo mejor
que se te ocurrió? Caray, estoy tan destrozada. Ahora me siento
correctamente puesta en mi lugar. Adelante, Axel, frótale el
calambre. Obviamente, es la única forma en que puede engañar a
cualquiera para que toque ese cuerpo envejecido lleno de Botox y
levantado quirúrgicamente. Simplemente me sentaré aquí y seguiré
trabajando, muchísimas gracias —responde Bailey con calma y sin
pestañear.
—¡Perra!—chilla Harlow, poniéndose de pie y colocando las
manos en sus caderas.
—Vamos, Harlow, puedes hacerlo mejor que eso—dice Bailey
mientras cierra el libro mayor y descansa los brazos sobre él.
—¡Vaca gorda! ¡No me quedaré aquí y aguantaré tu boca!—grita
Harlow mientras sale pisando fuerte de la oficina.
—Parece que, después de todo, la ayudé a resolver ese calambre
—afirma Bailey mientras se pone de pie y coloca el libro de
contabilidad en mi escritorio—. De nada.
—¿A dónde vas, bajita?—le pregunto.
—Ya terminé aquí. Conseguí lo que necesitaba, así que me
marcho.
—Eh, muñeca, todavía no he conseguido lo que necesito.
—¿Qué necesitas, Axel?
—A ti. Desnuda e inclinada sobre mi escritorio. Mi polla dentro
de tu dulce calor—gruño.
Bailey deja de moverse y me mira a los ojos. Su rostro se suaviza
y es increíble. ¿Cómo pensé que era solo linda cuando, de hecho, es
bastante hermosa?
—Ayer fue perfecto, Axel. El mejor día de mi vida. El mejor sexo
de todos. Eres una persona increíble y me encantaba pasar tiempo
contigo. Pero ayer se acabó. Nuestro tiempo juntos se ha terminado.
Esas eran las reglas—dice en voz baja mientras se vuelve hacia la
puerta.
—No soy bueno siguiendo las reglas, Bailey. Las rompo. Las
destrozo. Has sido advertida—le informo justo cuando la atraviesa.
Ella duda por un momento y después cierra la puerta
silenciosamente mientras se marcha.
Capítulo 9
Bailey

Deseo a Axel. Lo deseo como mío. Es una persona increíble. Es


sexy, dulce, divertido y amable. Satisface todas mis necesidades.
Pero perderá interés en mí tan pronto como sepa todo eso. Es el tipo
de persona que ama la persecución. Quiere lo que cree que no puede
tener. Típico pensamiento de hombre. ¡Uf!
Estoy de camino a la casa de mi madre y mi escolta de seguridad
hoy es un prospecto al que los hombres llaman Horse Nuts (Bolas de
Caballo. Jajaja). No sé por qué y no pregunto. Lo llamo Horse para
abreviar y sonríe cada vez que acorto su apodo. ¡Me da lo mismo!
Al entrar en la casa de mi madre, inmediatamente huelo a
marihuana. Sí, está drogada de nuevo. O debería decir, como
siempre. Horse me sigue y sonríe mientras huele el aire.
—¿Connie? ¿ Estás en casa?—grito.
—Afuera, Bails—grita ella.
—Um, oye, Horse. Probablemente debería advertirte un poco
sobre mi madre. Ella es un gran espíritu libre y…
—¿Le gusta tomar el sol en pelotas?—dice sonriendo mientras
mira por la ventana sobre el fregadero de la cocina.
—¡Oh, mierda! Está desnuda, ¿no es cierto? —le pregunto, una
vez más avergonzada por la loca de mi madre.
—Sí, cariño, lo está. Y si has heredado sus genes, dice cosas
buenas sobre tu futuro—se ríe Horse.
¡Que le den a mi vida!
—¡Connie! Tengo a alguien conmigo, así que quizás quieras
ponerte algo antes de que salgamos por la puerta—le grito.
—No me gustan las marcas de bronceado, Bails. No me importa a
quién tengas contigo, no me voy a vestir y estoy cansada de gritar,
así que trae tu culo hasta aquí.
Sip. Esa es mi madre. Y la amo. Realmente lo hago.
Después de una charla improductiva con ella, entro a la casa y
recojo su pila de correo. Está llena de facturas, la mayoría vencidas.
Las hojeo, niego con la cabeza con disgusto porque un adulto no es
lo suficientemente responsable como para pagar sus facturas a
tiempo, y las guardo en mi bolso. Me ocuparé de ellas, como
siempre. Sí, sé que le estoy permitiendo que siga siendo como una
niña. Pero es mucho más fácil hacer las cosas que hay que hacer que
discutir con ella para que las haga.
Horse camina por la puerta trasera con mi madre pisándole los
talones. Y sí, todavía está desnuda como el día en que nació. Ella
toma un porro que debió haber armado antes y lo enciende. Sopla el
humo lejos de mi cara porque sabe que me enojo. Después camina
por el pasillo, balanceando el culo de un lado a otro. Miro a Horse y
encuentro sus ojos pegados a su trasero. Oh Dios, dispárenme ahora
mismo.
Mi madre vuelve a emerger del pasillo, esta vez con una bata
corta de seda atada descuidadamente que la cubre parcialmente.
¡Gracias, Niño Jesús!
—Agarré tus facturas, Connie. ¿Cómo es posible que no las
pagaras? Puse suficiente dinero en tu cuenta para cubrirlas.
—Simplemente no he llegado a eso todavía, Bails. Y te dije que el
producto de Carlos es de mayor calidad, por lo que es más caro.
Abro la puerta del refrigerador y veo condimentos y vino. Mucho
vino. Aunque nada de comida.
—Te di dinero para comprar comestibles. No dinero para vino.
¿Dónde está la comida?—le pregunto, cada vez más enojada.
—No he estado comprando comestibles en un tiempo. Supongo
que tengo que hacer eso muy pronto—responde alegremente.
—¿Dónde está el dinero para los comestibles? Correré a la tienda
por ti.
—Eh, bueno, Bails, tuve que echar mano de ese dinero para
algunas otras necesidades, cariño. —Ella al menos tiene la gracia de
parecer un poco avergonzada.
—Lo gastaste en vino y marihuana, ¿verdad?
—Bueno, seh. Necesidades, Bailey. De todos modos, la mayor
parte—me sonríe.
Dejo caer la barbilla en mi pecho. Estoy tan cansada de esto y, sin
embargo, me siento tan culpable si no hago todo lo posible por
cuidarla. Ella nunca fue una mala madre. No fue abusiva, solo
negligente. Me ama, sé que lo hace, pero no fue hecha para ser
madre. No era todo diversión y juegos cuando era niña y con mi
madre se trata de diversión, alegría y momentos felices. Algunos
días, simplemente tengo ganas de tirar la toalla y dejarla en la
oscuridad sin calefacción, ni comida. Tal vez eso la haría crecer
muchísimo. Pero sé que eso me carcomería y no puedo hacerlo.
Busco en el bolso, saco la billetera y le entrego varios billetes de
veinte dólares. Los toma con una sonrisa y un ligero beso en mi
mejilla.
—Compra la maldita comida esta vez, Connie. Lo digo en serio.
Ya te lo dije antes, no hago trabajos extras cada mes para que tú
puedas comprar marihuana. ¡Vístete y ve a comprar la maldita
comida! —Empecé con calma pero termino gritando la última frase.
—Dios Santo, Bails. Tranquila, niña. Vas a tener arrugas
demasiado pronto en la vida si no dejas de ser tan seria todo el
tiempo.
Lanzo mis manos al aire, agarro el bolso y salgo sin decir una
palabra más. Tengo que irme o perderé mi mierda. Horse me sigue
por la puerta y se sube a su moto mientras yo me subo a mi coche.
Después de golpearme la frente contra el volante un par de veces,
pongo en marcha el automóvil y salgo del camino de entrada de mi
madre.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Horse se queda conmigo mientras hago recados y algunas
compras, pero cuando regreso al apartamento, elijo pasar el rato en
la pastelería. Hablo con Ava, conozco a Trudy (¡que es la bomba!) y
después subo las escaleras. Finalmente estoy sola. Rápidamente me
cambio de ropa por una más cómoda y empiezo a preparar mi área
junto a la gran ventana de la sala de estar para crear mi arte. Me
encanta la iluminación que tengo en ese lugar y no puedo esperar
para usarla.
Después de dibujar durante unas horas y tratar de decidir qué
quiero probar primero en el tanque de gasolina, me tomo un
descanso. Hago un café y me como un bocadillo. Mientras hago eso,
recibo un ping en mi teléfono. Al levantarlo, veo que es de mi mejor
amiga, Lucy.
Trabajamos juntas en Wellsworth y nos hicimos muy amigas. Es
una pelirroja diminuta con grandes ojos azules y muy tímida.
También es un desastre andante. Es como un accidente esperando a
suceder. Deja caer cosas, choca contra puertas y personas, tira cosas
de los escritorios por accidente. Pero es tan pequeña y linda que
quieres protegerla. Con suerte mido un metro sesenta y aún así soy
más alta que ella. Me sentía mal por Lucy porque los otros
empleados actuaban como si ella no existiera la mayoría de los días
porque estaba muy callada. Y porque todavía no es contadora
pública. Aún está tomando clases para terminar y obtener la
certificación, por lo que es una pasante y los otros contables la tratan
como a una rata. Así que me propuse saludarla siempre, conversar
con ella y tratar de alentarla. Lo que encontré es una mujer
increíblemente inteligente con un gran corazón. Con el tiempo, nos
hemos convertido en buenas amigas.

Lucy: ¿Cómo está el nuevo apartamento?


Yo: ¡Me encanta! ¡Tienes que venir pronto!
Lucy: ¡No puedo esperar a verlo! Sin embargo, las clases y el
trabajo me mantienen ocupada.
Yo: Cuando tengas un descanso en tu agenda, planificaremos
una reunión.
Lucy: Suena bien. Carter sigue pidiéndome tu nueva dirección.
Le dije que no la sé.
Yo: ¿Por qué necesita saberla? ¿Te lo dijo?
Lucy: No, solo sigue preguntando al menos una vez al día.
Yo: Siento que te esté haciendo eso. Odio que estés en esa
posición.
Lucy: No me importa. Solo quería que supieras que está
tratando de averiguarla. Nunca le diré nada.

Le había contado a Lucy algo de lo que pasó, pero no los detalles


de a quién pertenecía la cuenta en la que me negué a trabajar.
Cuanto menos supiera sobre eso, mejor.

Yo: Sé que no lo harás. Mantenme informada sobre él, por


favor. ¡Y ten cuidado!
Lucy: No te preocupes. No sé lo suficiente como para meterme
en problemas. Sin embargo, extraño trabajar contigo. Muchos de
estos tipos apestan.
Yo: Sí, lo hacen. ¡También te extraño!
Lucy: Tengo que correr. Se acabó el descanso. ¡Abrazos!
Yo: ¡Abrazos!
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Me siento cómoda trabajando para los Devil´s Angels. Los
miembros del club han sido acogedores, es fácil trabajar con ellos, y
el cambio de Wellsworth al club ha sido sencillo. Para ser honesta, es
más fácil trabajar para el club porque es informal. No necesito llevar
ropa tipo ejecutiva, trabajo desde casa y establezco mis horarios.
Todos los gerentes de sus diversos negocios siempre están felices de
verme, ya que les he quitado el peso de encima de la monotonía del
papeleo. Estos son hombres de acción y para la mayoría de ellos
sentarse detrás de un escritorio es peor que la tortura.
Trabajando con Rex, hemos cambiado algunos de los programas
de computadora para facilitar el trabajo de los gerentes y también
para ahorrarme tiempo. Considerándolo todo, amo mi nuevo
trabajo. Especialmente cuando visito el taller y el personalizado de
carrocerías. Petey y Trigger son divertidos y dos de mis favoritos. A
menudo tienen a las mascotas de Ava merodeando por ahí. A Mac le
encanta entretener a los clientes con sus payasadas y Gee ama ir a
pasear en el camión de auxilio cuando la grúa recibe una llamada.
Me tomó un tiempo atravesar el duro exterior de Trigger, pero
creo que ahora lo logré. No dice mucho, pero vale la pena escuchar
todo lo que dice. A Petey le gusta provocarme y ha hecho que me
abra un poco sobre mi arte. Me anima a probar cosas nuevas y a no
meterme en una caja. Como lo he hecho la mayor parte de mi vida.
Yo sentía que era una contable, una carrera seria y segura, y eso era
todo para mí. Pero soy más que eso y Petey está ahí para empujarme
suavemente cuando lo olvido. Ahora puedo ver por qué Axel tiene
tanta confianza en sí mismo. Petey tiene una forma de ser que logra
eso de las personas que lo rodean.
El ping de mi teléfono me saca de mis pensamientos y lo levanto
para ver el nombre de Trigger.

Trigger: Fiesta en la casa club esta noche. No debería ser


demasiado salvaje. Aparece, chica.
Yo: ¿Estoy invitada?
Trigger: Por supuesto. 8 pm
Yo: Iré. No he salido en un tiempo. ¡Gracias!
Trigger: Genial
Me tomo un tiempo con mi apariencia esta noche. Maquillaje, no
pesado, pero presto más atención a mis ojos que durante el día.
Vaqueros que hacen que mi culo se vea genial, botas hasta la rodilla
con tacón, una linda blusa azul oscuro con cuello en V y algunas
joyas de plata. Estoy lista.
Pooh está viendo deportes en mi televisor cuando regreso a la
sala de estar. Sus ojos se mueven sobre mí y aparece una sonrisa.
—¿Vamos a la casa club, muñeca?
—Sí, ¿si crees que está bien? Trigger me dijo que me presentara,
así que creo que me han invitado.
—Por supuesto que estás invitada. Trabajas para el club. Sin
embargo, debo advertirle que las cosas pueden volverse locas a
veces. Tal vez lo hagan, tal vez no, pero la posibilidad está ahí.
Aunque siempre estarás a salvo. Quiero que lo sepas. Si alguien o
algo te molesta, búscame. Pero diviértete, Bailey. Eso es todo lo que
debes hacer en una fiesta del club. Definitivamente habrá algunos
cuerpos desnudos. ¿Eso te hará salir corriendo de la habitación?—
me pregunta Pooh con una pequeña sonrisa.
—Estaré bien, gracias. No me asusto tan fácilmente.
—Está bien, es bueno escucharlo. Vamos a conseguir nuestra
bebida, Bailey.

Pooh y yo entramos en la casa club y estoy un poco sorprendida


por la cantidad de personas que están aquí esta noche. Hay muchas
caras conocidas, pero hay muchas más caras que no conozco. Veo
una banda colocada en una esquina de la habitación y un grupo de
mujeres caminando casi desnudas y todas tienen tacones que me
lastimaría usándolos. Ahhh, las strippers del club de striptease. Por
un momento, mis chicas quieren encogerse y esconderse, pero me
niego a dejar que los implantes rebotando me hagan sentir menos.
Pooh pone su mano en mi espalda y nos guía hasta la barra. Se
abre paso y pide cerveza para los dos. Tomamos nuestras cervezas y
regresamos a la habitación cuando escucho gritar mi nombre.
—¡Bailey! Por aquí—grita una voz.
Veo a Trigger y Reno y empiezo a ir en su dirección cuando Pooh
me detiene.
—Que te diviertas. Ven a pasar el rato conmigo en la mesa de
billar más tarde, pero recuerda que estás completamente a salvo aquí
y si necesitas algo, búscame. ¿Ok?
—Sí, lo haré. Y gracias Pooh.
Llego hasta Trigger y Reno y me siento con ellos. Veo a Ava de
pie con Gunner al otro lado de la habitación y recibo y le devuelvo
una sonrisa y un pequeño saludo. Los admiro por un momento,
parados juntos, el brazo de Gunner sobre los hombros de Ava. Él es
enorme y ella no es baja y simplemente encajan. Él es alto, moreno y
guapo y ella rubia y hermosa. El vínculo entre ellos se nota y me
pregunto, brevemente, si alguna vez tendré eso con alguien.
Mientras charlo con los hombres, busco casualmente a Axel en la
habitación. Veo a casi todos los que conozco, pero no a Axel. ¿Eh?
Me sorprendo desinflándome un poco y lo detengo de inmediato.
Estoy rodeada de hombres adorables, fuertes y calientes y necesito
disfrutar de eso.
Después de unas cervezas y una divertida conversación con
Trigger y Reno, además de con los hermanos que se detuvieron
junto a la mesa, veo a Pooh haciéndome señas. Le doy a Trigger un
beso en la mejilla, saludo a Reno y camino hacia las mesas de billar.
En mi camino hacia allí, me cruzo con Chubs. Me levanta, me
hace girar en algunos círculos con su brazo alrededor de mi cintura,
me deja en el suelo, me besa la frente y se aleja. Me río de él mientras
camino tropezando un poco mareada hacia Pooh.
—¿Mareada, pequeña?—pregunta Vex con una sonrisa
mortalmente sexy dirigida a mí.
—Sí, un poco.
—¡Excelente! Eso hará que sea más fácil patear tu culo en un
juego de billar —responde Pooh.
—Para empezar, nunca he jugado antes, así que no creo que vaya
a ser un desafío—le respondo.
—¡Oh, carajo, sí! ¡Una virgen!—grita Vex, ahora sonriendo con
malicia.
—¡Sí! Hagámoslo. Enséñame, por favor.

Después de una hora de aprender a jugar al billar, con mucha


ayuda de Vex y Pooh, algunas cervezas más y un montón de risas,
decido que es hora de tomarme un descanso. Se los digo a los
hombres y busco a Ava. La veo sentada en una mesa con Petey y
Trudy, me acerco a ellos y planto mi trasero en una silla. Todos me
saludan y noto que Ava está tensa. Se ve nerviosa y no como su
habitual calma.
—¿Estás bien, Ava? ¿Estás enferma?—le pregunto preocupada.
—Ella no está enferma. Está nerviosa y no debería estarlo—
responde Petey.
—Ella tiene que levantar el trasero e ir a cantar una canción con la
banda y en su lugar está teniendo un ataque de pánico—agrega
Trudy.
—Que le den a mi vida—masculla Ava.
Quiero reírme, pero se ve tan miserable que me lo trago. Sin
embargo, realmente se ve enferma por eso.
—Es el momento, Ava. Te acompañaré hasta allí—dice Petey,
levantándose y tomando a Ava del brazo. Ella se resiste por un
segundo y luego se rinde y se va con su padre.
—No la lleva hasta allí en apoyo. Lo está haciendo para que no
pueda escapar y esconderse en algún lugar como lo hizo en la última
fiesta del club—se ríe Trudy—. Le encanta cantar, pero no frente a
una multitud. Y, desafortunadamente para ella, Gunner y el resto de
los tipos la hacen cantar al menos una canción en cada reunión. Una
vez que comienza la música, se calma y se olvida del miedo.
La sala se queda en silencio mientras Ava sube al pequeño
escenario en el que está montada la banda. Se coloca frente al
micrófono y mira alrededor de la habitación. Cuando dejan de
moverse, miro y veo lo que esperaba ver. Gunner. Sus ojos están fijos
en su esposa y son suaves y llenos de amor. El hombre siempre se ve
caliente, pero ¿mirando así a su esposa? Sí, luce desmesuradamente
hermoso.
La banda comienza a tocar y la canción no es una que reconozco,
pero es hermosa. La voz de Ava es clara y fuerte y las palabras que
canta me hacen llorar. Saber que está cantándole directamente a su
hombre lo hace mucho más conmovedor. Miro hacia Gunner y hasta
una persona ciega pudo ver cuánto le está golpeando en el corazón.
Empieza a caminar hacia el escenario antes de que la canción haya
terminado y tan pronto como termina, Gunner levanta a Ava y sale
de la habitación, abrazándola. La sala estalla en gritos, aullidos,
aplausos y fuertes silbidos.
—¿Cuál era el nombre de esa canción?—le pregunto a Trudy.
—I Go To You de John Berry. Ava ama esa canción y parece que
Gunner también. Oh, mi Dios. Eso fue increíble.
—Sí, lo fue. Guau.

Estoy de pie en el bar junto a Pooh y Trigger, esperando otra


cerveza, cuando finalmente veo a Axel. Está al otro lado de la
habitación, hablando con un tipo que no conozco, pero sus ojos están
fijos en mí. Le hago un gesto con la barbilla y le sonrío, pero no me lo
devuelve. Frunce el ceño y me da la espalda. Guau. Eso fue grosero.
—¿Qué le hiciste a Axel?—pregunta Trigger, habiendo notado
nuestra interacción.
—No tengo idea.
—Debe ser ese momento del mes para él—agrega Pooh, riendo.
Ante la risa de Pooh, Axel vuelve a mirarnos. Su ceño se
convierte en una mirada furiosa y comienza a caminar en nuestra
dirección.
—Bueno, mierda. Parece que estás en problemas, pequeña—dice
Trigger, riendo un poco.
—¿Qué estás haciendo aquí?—me ladra Axel cuando llega a
nuestro pequeño grupo. Separa los pies y cruza esos enormes brazos
sobre el pecho.
—Tomando una cerveza. ¿Por qué me ladras?—respondo con
valentía mientras separo mis pies y coloco las manos en mis caderas.
Noto que Petey se acerca a nosotros y observa cómo se desarrolla
la escena.
—No pensé que una fiesta en un club sería lo tuyo, eso es todo.
No esperaba verte aquí. Sin embargo, supongo que incluso las
contables deben aprender a jugar al billar. Una habilidad muy
importante—dice Axel con sarcasmo.
¡Guauu! Sus bragas definitivamente están metidas en su culo esta
noche, pero ese no es mi problema.
—Incluso nosotras, las pequeñas contables, necesitamos una
noche libre. Un poco de diversión. Lo siento si eso te ofende, Axel.
—No me ofende en lo más mínimo. Sigue disfrutando de tu
noche, Bailey. Disfrútalo todo hasta el Infierno—termina y se aleja.
Me quedo inmóvil por un momento, en completo shock. Me
gusta Axel. Mucho. Podría verlo fácilmente en mi futuro, pero no
puedo permitírmelo sin que eso me cause dolor en el futuro. Y
admito que me encantaría poder llamarlo mío. No sé por qué está
tan enojado conmigo. Pooh y Vex bromearon mientras me enseñaban
a jugar al billar, pero nunca se salió de control.
—No dejes que te afecte, cariño—dice Trigger mientras me
entrega la cerveza.
—¿A que se debió todo eso? ¿Me he perdido de algo?—le
pregunto en voz baja.
—Eso son dolores de crecimiento—responde Trigger,
confundiéndome aún más.
Trigger y yo, junto con Chubs y algunos otros miembros del club,
charlamos un rato y después estoy lista para terminar la noche.
Todavía estoy confundida por las palabras de Axel, pero no puedo
detenerme en ellas. Encuentro a Chubs y le pregunto quién es mi
persona de seguridad esta noche.
—No estoy seguro, pero puedo hacerlo. Estoy listo para un
momento de tranquilidad. Vamos, Bailey.
Nos vamos, me meto en la ducha y me acuesto inmediatamente
después de llegar al apartamento. Mi estado de ánimo ha tenido un
gran impacto y estoy luchando para impedir que Axel arruine la
diversión que tuve esta noche. Es por eso que no quiero enamorarme
de este tipo. Él tiene control sobre mis emociones y no le doy ese
poder a nadie.
Duermo irregularmente cuando siento que la cama se mueve y
después el calor golpea mi espalda y grandes brazos me rodean con
cuidado. Sigo tumbada ahí, inmóvil y en silencio. El cuerpo de Axel
se relaja después de un momento y acaricia su rostro en mi cuello.
—Lo siento—dice en voz baja en mi oído. Puedo sentir su cálido
aliento a través de mi oreja y me hace temblar. En el buen sentido.
—¿Por qué?
—Fui un idiota contigo. Estuvo fuera de lugar y lo siento.
—¿Por qué fuiste un idiota conmigo, Axel?
Hay silencio detrás de mí. Después de un momento, vuelvo a
preguntar.
—¿Por qué estabas siendo un idiota conmigo? ¿Fue porque no me
querías en la fiesta?
Cri, cri. Todavía nada más que silencio.
Giro la cabeza y eso coloca nuestros rostros muy juntos. Siento su
piel rozar suavemente mi mejilla cuando giro la cabeza. Me encanta
esa sensación y es muy difícil evitar que mi boca choque con la suya.
—¿Axel?
—Voy a invocar la Quinta Enmienda sobre esta cuestión. No
quiero responder porque no me pinta bien. ¿No podemos
simplemente permanecer aquí juntos y disfrutar del hecho de que
estamos solos? —me susurra en voz baja mientras me aprieta
suavemente con sus brazos.
—¿Por qué estás aquí, Axel?
—Porque no puedo dormir sin ti.
Capítulo 10
Axel

La mañana después de la fiesta del club, me siento como un


idiota. Bailey me dejó salirme con la mía y no responder a sus
preguntas, pero pasó mucho tiempo antes de que el sueño la
reclamara. Sé que herí sus sentimientos y la confundí muchísimo,
pero yo también estoy confundido.
No quiero una dama o una relación comprometida. Estoy seguro
de que no. De todos modos, bastante seguro. Pero cada vez que
pienso en Vex o Pooh pasando tiempo con ella, quiero lastimar a
alguien. Ver sus sonrisas y escuchar su risa mientras le enseñaban a
Bailey cómo jugar al billar, me hizo un agujero en el estómago.
Quería ser yo quien le enseñara. Quería ser con quien ella se riera y
disfrutara de la fiesta. Yo, a su lado, no Pooh o Vex. Y todo lo que
tenía que hacer para conseguirlo era acercarme y unirme. Pero no lo
hice y dejé que mi ira dominara mi boca. Y ahora estoy acostado
aquí, en su cama, deseando más. Y eso me asusta muchísimo.

—Últimamente no te he visto mucho, hijo—dice mi padre, Big


Petey, mientras estamos sentados en el bar del club. Mac está
apoyado en la barra cerca de mi padre y tararea para sí mismo.
—He estado mucho en la pastelería. Deberes de protección—
evado la respuesta.
—Me gusta Bailey. Ella también es buena para el club—continúa
diciendo mi padre.
—Sí, es genial—respondo.
Siento que Pops me mira fijamente, así que trato de actuar con
calma. Como si Bailey no fuera gran cosa. Como si pasar tiempo con
ella no fuera gran cosa. ¡Mierda! Él va a ver a través de mí.
—Cuando miras hacia tu futuro, Axe, ¿qué quieres ver? ¿Qué
necesitas para ser feliz?
—¡Unas jodidas grandes bolas peludas!—grita Mac.
—¡Ya las tengo, Mac!—respondo riendo de nuevo del maldito
pájaro.
—¡No las tienes!—insiste Mac.
—¡Las tengo! ¿Quieres verlas?—le pregunto, poniéndome de pie
y alcanzando mi cinturón.
—¡Abortando! ¡Abortando!—grita Mac mientras se aleja
pavoneándose.
Cuando Pops termina de reírse, repite la pregunta.
—Me gusta mi vida como es ahora, papá. No necesito cambiarla
—le miento rotundamente. Como si me fuera a creer. Sí, claro.
—Déjame reformularlo. Gunner y yo nos casamos. ¿Nuestras
vidas parecen menos ahora de lo que eran antes de casarnos? ¿A qué
renunciamos al encontrar a nuestras mujeres? A ni una maldita cosa
que valiera nada. Esa es la verdad. Así que ya no me siento en el club
de striptease. No lo extraño ni un poco. He visto tantas tetas y culos
temblando y moviéndose a lo largo de los años, que se hizo viejo.
Ahora cuando veo eso, es el de mi mujer y es solo para mí. Mucho
más dulce sabiendo que no estoy compartiéndolo con mis hermanos.
—Estoy feliz por ti y Gunner, Pops, de verdad lo estoy. Pero me
gusta mi vida tal como es—lo interrumpo antes de que siga con el
discurso.
—Eso está bien, Axel. No intentaba empujarte en una dirección
determinada. Solo quería hablar y hacerte saber que no hay nada de
malo en querer algo más que el club o la vida del club. Puedes ser un
miembro, un miembro productivo y aún tener una vida fuera de él
también. Solo ten eso en cuenta, hijo, eso es todo lo que te pido.
—Lo haré, Pops, gracias. Te amo, viejo.
—También te amo, Axe. Ahora, cambiemos un poco de tema y
cuéntame qué está pasando con este problema de Ramos. ¿Tenemos
un plan para encargarnos de él o Bailey necesitará protección por el
resto de su vida?
—Rex y Cash han estado investigando mucho y el tráfico sexual
es solo uno de sus negocios. Al jefe de Bailey le gusta Ramos porque
tiene una tonelada de dinero en deudas de juego. Así fue como
Ramos enganchó a Wellsworth para que limpiara sus libros, lavara
dinero y Dios sabe qué más. Tienen que estar preocupados por
cuánto vio Bailey y con quién podría compartir esa información.
Wellsworth ha estado tratando de encontrar a Bailey, así que
supongo que Ramos también la está buscando. Dudo que crean que
ella no vio lo suficiente como para saber mucho. Pero ella dijo que
solo estaba mirando los números—comparto.
—Puede que sepa más de lo que se da cuenta. Al menos ellos
creen que sí y por eso es un riesgo. A menos que el club destruya la
organización de Ramos, no veo dónde termina el peligro para Bailey.
—Sí. El club debe decidir si vamos a la guerra contra Ramos. Es la
única forma de mantener a Bailey a salvo, pero también es la única
forma de acabar con su tráfico sexual. Realmente no se trata solo de
Bailey. No puedo evitar pensar en las mujeres a las que explotan.
Estoy seguro de que tienen familias que también las aman. El club
necesita hacer lo correcto, Pops.
—De acuerdo.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Al entrar en la pastelería de Ava, Sweet Angel Treats, veo a nuestro
prospecto, Horse Nuts, sentado de espaldas al mostrador bebiendo
café. Asiento con la cabeza para hacerle saber que estoy de servicio
ahora y que puede irse. Camino por la cocina dándole a Ava y Trudy
un beso en la mejilla a cada una a la pasada. Mientras camino por el
pasillo, veo a Duffy tirado en el sofá de la oficina de Ava. Le grito a
Ava que lo llevaré arriba conmigo y camino a la oficina para levantar
su gordo trasero en mis brazos. ¡Por los clavos de Cristo, es pesado!
Sosteniendo a Duffy en un brazo, por encima de mi hombro,
como si estuviera haciendo eructar a un bebé, giro la perilla de la
puerta y la encuentro cerrada. Llamo y me quedo esperando.
Finalmente Bailey, sabiamente, pregunta quién está allí antes de
abrir la puerta. Le dejo saber que soy yo y la puerta se abre.
—¿Qué demonios es eso?—jadea ella.
Paso a su lado y entro al apartamento antes de inclinarme y dejar
a Duffy en el suelo. Miro a Bailey y la veo con los ojos abiertos como
platos. Sí, esa es la reacción de todos cuando ven por primera vez el
cuerpo de casi veintitrés kilos del gato.
—¡Santo cielo! ¿Qué le das de comer a un gato para que sea tan
grande?
—Ni idea. Es de Ava. Creo que tiene un problema de tiroides o
algo. Dijo que era enorme incluso cuando era un gatito—digo,
encogiéndome de hombros.
—¡Dios mío, eres tan hermoso! ¿Quién es un lindo gatito? ¿Puedo
acariciarte? Oh, dulce. —Bailey está de rodillas, frente a Duffy,
arrullándolo al instante.
El gato gordo está gozando de la atención. Ronronea y se frota
contra Bailey. Ella está acariciando su pelaje y preocupándose por él.
Juro que la maldita cosa está sonriendo. Y ahora tengo celos de un
gato obeso con mal genio. No es uno de mis mejores momentos, pero
al menos soy honesto conmigo mismo.
—Su nombre es Duffy. Suele ser bastante relajado, pero debería
tener una etiqueta de advertencia que diga: No hagas enojar al gato. Se
sabe que dejó cicatrices en aquellos que alteraron su pequeña vida
de gatito, así que estás advertida. Abrázalo bajo tu propio riesgo.
Bailey me mira y soy honrado con una hermosa sonrisa. Joder,
ahora estoy aún más celoso de un maldito gato que puede tener ese
tipo de reacción de Bailey. Es deslumbrante cuando se olvida de ser
tan seria.
Le tiendo la mano y la pongo de pie. Utilizo esa palanca para
acercarla a mí e instantáneamente dejo caer mi boca sobre la de ella.
j
Ella responde. ¡Perfecto! Me envuelvo alrededor de ella y saboreo su
boca. No puedo tener suficiente de esos labios llenos. Mi mano
encuentra su culo, lo aprieto y la empujo aún más contra mí.
—Te necesito, nena. Te necesito debajo de mí—susurro mientras
echo la cabeza hacia atrás unos centímetros.
—Yo también te necesito. Te deseo. Realmente te deseo. Pero
acordamos un día. Una cosa de una sola vez, Axel—responde Bailey,
con la misma voz queda.
—No tiene por qué ser así. Estamos muy bien juntos. ¿Por qué no
puedo volver a tenerte, Bailey?
—Porque eres tan fácil de querer, Axel. Eres un gran tipo y no
quiero apegarme demasiado para que más tarde me duela el
corazón. No soy de las que toman riesgos. Necesito estar segura y
protegida. Al no tener eso mientras crecía, ahora lo necesito. Llevas
una vida diferente a la mía. Vives la vida libre. Necesito un control
estricto sobre la mía. Necesito pensar en todo, necesito orden y
planes —dice ella.
—Joder, Bailey. No compliques las cosas. Estás pensando
demasiado en esto. Te quiero desnuda, definitivamente tú me
quieres desnudo y soy lo suficientemente amable y considerado
como para darte eso. Es fácil, cariño. Concéntrate en lo delicioso que
te hago sentir y en cuántos orgasmos tendrás y no en lo increíble que
soy yo—le digo en broma.
La provocaré, bromearé, suplicaré y me humillaré. Lo que sea
necesario para volver a desnudarla. Quiero follarla sucio y no
discutir mis sentimientos o lo que veo que sucederá en el futuro
porque tengo miedo de mirar eso demasiado de cerca.
Ella se suelta de mis brazos y retrocede. La expresión de su rostro
envía un dolor agudo a través de mi pecho y de repente me siento
como un idiota egoísta. Estoy preocupado por mojar la polla y Bailey
necesita saber que tiene estabilidad en su vida. Es oficial. Soy un
cretino.
—Oye, mira. Estamos bien, estamos ok. Somos amigos y eso no
cambiará. Entiendo lo que estás diciendo. Sí, Bailey. Juntos, somos
explosivos, pero no estoy seguro de querer más que eso todavía.
Supongo que no sé lo que quiero. Sin embargo, no más presiones, lo
prometo—le digo con sinceridad.
—Gracias.
Extiendo los brazos hasta que mis manos acunan su rostro. La
empujo hacia mí y presiono mis labios contra su frente. Los
mantengo ahí por un momento y la dejo ir. Doy un paso atrás y trato
de pensar en una manera de cambiar de tema cuando veo sus
materiales de arte colocados frente a la ventana de la sala de estar.
—¿Qué estás dibujando?
—¡Oh, mierda! ¡Nada! ¡Aléjate de ahí! ¡No mires! —me grita
mientras me dirijo hacia el lienzo que está en el caballete. Bailey se
lanza delante de mí y pone sus manos en mi pecho para detener mi
movimiento.
La miro y sonrío. Como si pudiera evitar que lo mire ahora. ¡Eso
es tan lindo! Pongo mis manos en su cintura, la levanto y la dejo
detrás de mí. Doy un paso a un lado para poder ver el lienzo y me
detengo en estado de shock. Es tan perfecto que me ha dejado sin
aliento y sin palabras.
Estoy mirando un boceto de mi padre, Big Petey. Es él mirando
algo o a alguien a lo lejos y la expresión de su rostro es puro amor.
Su rostro está tan perfectamente dibujado que casi puedes sentir la
textura de su piel, su barba. Mi Pops es un hombre guapo y este
dibujo enfatiza eso. Está de pie, con las manos en las caderas, y
puedes ver amor y risa en sus ojos. Es un dibujo impresionante.
—¿Por qué no quieres que vea esto?—le pregunto en voz baja.
Estoy asombrado.
—Porque las personas ven a otros que conocen de cierta manera
y no puedo capturar eso en un dibujo. Solo puedo captar cómo yo
los veo. Puede ser decepcionante para la otra persona observar un
dibujo de alguien que conoce y no ver ese algo que él ve cuando la
mira. No sé cómo explicarlo correctamente. Así es como veo a tu
padre cuando lo miro, pero puede que no sea como tú lo ves. ¿Tiene
sentido?—responde ella.
—Te equivocas, cariño, captaste a mi padre exactamente como yo
lo veo. Exactamente como es en la vida. ¿Terminaste con esto? ¿Te lo
puedo comprar?
—Gracias. Sí y no. Ya lo terminé, pero no me lo puedes comprar.
Sin embargo, puedes tenerlo—responde Bailey con una sonrisa.
—En algún momento, Bailey, debes empezar a cobrar por tu
trabajo. Vale dinero y te mereces una compensación—la regaño.
—Fui compensada cuando vi la expresión de tu rostro, Axel. Eso
vale más que el dinero.
Y ahí está ese dolor en mi pecho de nuevo. Maldita sea.
Capítulo 11
Bailey

Han pasado algunas semanas desde que rechacé a Axel para


tener relaciones sexuales nuevamente. ¡Soy una idiota! El tipo es
todo lo que cualquier mujer desea y necesita. Es bueno de principio a
fin. Nos hemos convertido en grandes amigos y lo extraño cuando
no está cerca. Pasa la mayoría de las noches conmigo y por las
mañanas siempre me despierto con él acurrucado a mi alrededor.
Estoy enamorada de él y lo sé, pero también sé que no está listo para
una relación estable. Y yo no comparto.
He llegado a conocer bien a varios de los miembros del club y
estoy empezando a sentir que soy parte de su gran familia. Me han
aceptado en su redil y me encanta. Ava y Trudy se han convertido en
amigas y Lucy las ha conocido y también le han dado la bienvenida.
Las mascotas de Ava han venido a mi apartamento en varias
ocasiones y siempre son bienvenidas aquí. Duffy insiste en acostarse
en el sofá, de espaldas con la cabeza colgando, boca abajo y toma
una siesta mientras trabajo. Tengo tantos bocetos de ellos que tuve
que apilarlos debajo de mi cama en filas. Mac es muy divertido de
dibujar porque le encanta posar y nunca se queda callado mientras
lo dibujo.
Cada vez que pregunto sobre la situación de Ramos, Gunner o
Axel me dicen que no me preocupe. Ellos están lidiando con eso y yo
solo vivo mi vida. Siempre pensé que los miembros del MC eran las
personas que causaban problemas o estaban involucrados en
actividades ilegales, pero descubrí que los Devil's Angels hacen lo
contrario. Trabajan duro para detener las drogas y el tráfico sexual
en su área y trabajan con otros MC para lograr este objetivo.
También hacen mucho trabajo de caridad para niños, animales y
veteranos. Tengo una perspectiva completamente nueva sobre los
moteros y la familia. Todo gracias a los miembros del Devil's Angels
MC.
Estoy haciendo mi ronda por los negocios hoy, acabo de dejar el
club de striptease y ahora estoy casi llegando al taller de carrocería y
personalización. Pooh me sigue en su moto a pesar de que hoy hace
frío. Me he dado cuenta de que, siempre que es posible, los hombres
eligen andar su moto antes de una jaula, como llaman a cualquier
vehículo que esté cerrado. Pero estando a finales del otoño, esos días
están contados.
Doblo por la tranquila calle lateral en la que se encuentra el taller
y conduzco una corta distancia cuando, de repente, un SUV negro
choca contra la puerta del pasajero, empujando mi coche varios
metros. Ni siquiera he podido buscarme lesiones cuando Pooh me
sacó del vehículo. Veo una pistola en la mano que no me sostiene del
brazo y está mirando por encima del techo de mi coche hacia la
camioneta que me golpeó.
Yo estaba un poco aturdida y confundida, pero ahora estoy
asustada y confundida después de ver el arma. Pooh parece furioso
y apunta con el arma a la camioneta.
—¡Corre a la tienda! ¡No te detengas! ¡No mires hacia atrás,
Bailey! ¡Corre!—grita Pooh, soltando mi brazo y dándome un
empujón para ponerme en marcha.
Miro la camioneta y veo a los mismos dos hombres que me
llevaron al callejón y me golpearon y están fuera de la camioneta,
caminando hacia mí y hacia Pooh. Están gritando y ni siquiera
escucho sus palabras. Me doy la vuelta y hago lo que Pooh me
ordenó. Corro hacia la tienda.
Lo hago varios metros antes de detenerme en seco y darme la
vuelta. No puedo dejar a Pooh solo y frente a dos hombres. Sé que
no seré de mucha ayuda, tal vez empeore las cosas, pero sé que no
puedo dejar el lado de Pooh. Él se da cuenta y me grita que vuelva a
correr.
—Solo queremos a la mujer. No queremos problemas con tu club.
Nuestro jefe solo quiere charlar con ella, nada más—dice el
conductor, o como lo recuerdo, hijo de puta número uno.
—Tu jefe puede contactar al presidente de Devil's Angels, Gunner
—responde Pooh, todavía apuntando el arma en su dirección.
—Sip, no. Eso no funciona para nosotros. Entrégala y nos
pondremos en camino. Nadie sale herido—habla por primera vez
hijo de puta número dos.
Me he quedado a distancia de los tipos, pero puedo ver que ahora
cada uno de los hijos de puta tienen armas en sus manos y están
dando vueltas alrededor de mi coche, uno en cada dirección. Pooh
está retrocediendo lentamente en mi dirección para mantenerlos a
ambos de cara a él. Medio gira en mi dirección, lo suficiente como
para lanzarme el teléfono. Inmediatamente lo abro y veo que el
contacto de Petey está abierto. Pulso llamada.
—¿Qué pasa, Pooh?—responde Petey.
—Soy yo, Bailey. Estamos en problemas. Estamos de camino a la
tienda personalizada, a unos tres bloques de distancia. ¡Dos con
pistolas! ¡Ayuda!—le informo.
—En camino—dice Petey y se desconecta.
—¡Eso fue estúpido! Ahora tenemos que manejar esto de manera
diferente. ¡Dispárale a ella si se mueve!—ordena hijo de puta
número uno al hijo de puta número dos. Dos mueve el cañón de su
arma en mi dirección y retrocedo por reflejo. Uno y Pooh están en un
punto muerto, ambos apuntando hacia el otro.
—Él que le dispare, está muerto—dice Pooh con calma.
—¿Quieres verlo morir hoy, mujer? Ven aquí o él morirá. ¡Ahora!
— brama hijo de puta dos.
Comienzo a moverme lentamente en su dirección. Espero dilatar
esto un rato hasta que llegue Petey, pero me muevo lo suficiente
para que crean que me estoy rindiendo. Pooh me maldice para que
me detenga, pero lo ignoro.
Justo cuando escucho motos rugiendo por la calle, hijo de puta
dos se lanza hacia adelante, me agarra del brazo e intenta tirarme en
su dirección. Pooh estira la mano para agarrarme del otro brazo pero
falla. De inmediato me dejo caer de culo en la acera para ponerle las
cosas difíciles al cabrón. Pooh se balancea sobre él y tiene que
soltarme para luchar contra el ataque de Pooh. Espero que hijo de
puta uno no pueda tener una oportunidad clara sobre ninguno de
nosotros. Envuelvo mis brazos alrededor de las piernas de hijo de
puta dos y eso lo hace perder el equilibrio. Pooh se balancea de
nuevo, escucho el impacto de su puño y el de cabrón golpeando el
suelo. Me arrastro hacia atrás sobre mi culo, pateando mientras
retrocedo.
—¡Vamos, Ace! ¡Tenemos que irnos!—grita hijo de puta uno,
mientras corre hacia la camioneta, salta y la pone en marcha.
Hijo de puta dos, o Ace, como ahora sé que se llama, se pone de
pie y corre hacia la camioneta. Retroceden y se alejan rugiendo justo
cuando las motos se detienen deslizándose. Pooh se arrodilla a mi
lado y me empuja hacia su pecho.
—¿Estás bien, niña? Joder, mujer, cuando digo corre, ¡solo corre!
¿Qué diablos les pasa, mujeres? ¡Nunca me escuchan!—resopla
Pooh, confundiéndome completamente. ¿Mujeres? Soy solo una.
—Estoy bien, eso creo. Sin embargo, cagada de miedo. Muchas
gracias, Pooh. Lo siento. ¡Lo siento! Santo cielo, eso fue intenso—
mascullo mientras me cuelgo de su camiseta.
—Vamos a llevarte a la tienda. Podemos revisarte por lesiones
allí, pero no quiero que estés al aire libre más de lo necesario—
interrumpe Petey, mientras llega a nuestro lado.
Pooh me ayuda a ponerme de pie y veo que me tiemblan las
piernas. Mantiene su brazo alrededor de mí mientras me lleva a una
camioneta enorme estacionada junto a las motos. Veo a varios
miembros del club y algunos de los mecánicos del taller y me
sorprende la cantidad de tipos que respondieron al llamado. Para ser
honesta, ese conocimiento me conmueve profundamente.
Pooh y Petey me suben a la camioneta y Gary, uno de los
mecánicos, me lleva al taller. En el camino, nos encontramos con
alguien que conduce un camión de auxilio y sé que es para remolcar
mi coche. El shock ha comenzado, así que me quedo sentada en
silencio mientras Gary conduce.
Siento una vibración y miro el teléfono de Pooh en mi mano. No
sabía que todavía lo tenía conmigo. Veo el nombre de Axel en el
visor, así que respondo.
—Hola, Axe—le digo al teléfono.
—¡Pooh! Está Bail… —comienza a decir y se detiene.
—Estoy bien, Axel, solo asustada. Fue aterrador. Todos tenían
armas menos yo. Pooh hizo todo lo posible para mantenerme a
salvo, pero creo que ahora él me va a matar. —Mi voz es temblorosa
y sé que él puede oír los temblores.
—Dios, Bailey. Que se joda Pooh, superará lo que sea que hiciste
para cabrearlo. ¿Estás herida? Espera, detente. ¿Por qué Pooh está
enojado contigo?
Oh, mierda! Si Axel se entera de que no hice lo que me dijo Pooh,
me matará después de que Pooh haya terminado conmigo.
—Tengo que dejarte , estamos en la tienda. ¡Charlamos después!
Corto la comunicación y miro a Gary para verlo sonriendo
mientras estaciona la camioneta.
—Le doy a Axel diez minutos antes de que llegue al
estacionamiento—comenta mientras sale del vehículo.
Estoy sentada en la oficina de la tienda de personalización
mientras Big Petey limpia una pequeña cantidad de sangre de un
lado de mi cara. Debo haberme golpeado la cabeza contra la
ventanilla durante el impacto. Tengo dolor de cabeza y algunos
dolores aparecen en otras áreas de mi cuerpo, pero no tengo lesiones
graves. Petey está siendo amable y está muy, muy callado. Es el
silencio lo que me pone nerviosa.
La puerta de la oficina se abre de golpe y Axel entra amenazante,
viéndose más allá de enojado. Camina a mi lado y me mira. Manos
en las caderas, cuerpo vibrando, pero me pregunta con voz suave:
—¿Estás bien?
—Sí, estoy bien. En serio. Solo unos pocos golpes y moretones—
contesto con la misma voz suave.
Axel se vuelve hacia el escritorio, agarra una hoja de papel y un
bolígrafo. Lo veo escribir algo en ella y se vuelve hacia mí. Coloca el
papel en mis manos.
Lo miro y dice CORRE en mayúsculas y está subrayado una
docena de veces.
Cuando miro de nuevo a Axel, me doy cuenta de que se ha
agachado, así que estamos al nivel de los ojos y ¡es aterrador como la
mierda!
—¿Qué dice ahí, Bailey? Léelo en voz alta para mí, por favor—
dice Axel, todavía en voz baja.
—Corre—le susurro.
—Dilo un poco más alto.
—Corre—repito en voz más alta.
—Una vez más, Bailey—solicita Axel en voz baja.
—¡Corre!
—¡Por favor, maldita sea, explícame por qué no lo hiciste!—grita
Axel.
Su voz es tan fuerte que me estremezco por el rugido
ensordecedor. Arranca el papel de mis manos y lo hace pedazos
mientras se pone de pie y camina por la habitación. Está tan agitado
que casi espero que su cabeza explote en cualquier momento.
Escucho una risita y giro mis ojos hacia Petey. Está mirando sus
pies y sonriendo.
—¡No es gracioso, Petey!—le susurro.
—Sí, Ángel, es un poco gracioso—responde, todavía riéndose.
—¡No, no lo es! ¡Él está enojado! ¡Él o Pooh me van a matar y tú
estás sentado aquí riendo! ¡ESO NO ES GRACIOSO!—grito fuerte
esta vez, para mayor disfrute de Petey.
—¡Nada de esto es gracioso! ¡Tenías un maldito trabajo que hacer
y la cagaste, Bailey! ¿Qué diablos está mal contigo? ¡Alguien te
apunta con un arma y tú corres mujer!—ruge Axel, con la cara roja y
puedo ver que las venas de su cuello se han abultado.
—¡No podía dejar a Pooh solo!—le grito poniéndome de pie y
apoyando las manos en mis caderas.
—¡El trabajo de Pooh es protegerte! ¡No es tu trabajo proteger a
Pooh! ¡Tu trabajo es hacer lo que te dicen!
Ahora estamos cara a cara. Tengo la desventaja de tener que
mirar hacia arriba para encontrarme con sus ojos, pero estoy
acostumbrada, así que eso no frena mi ira en absoluto.
—¡Trabajo o no, no voy a huir y dejar a Pooh, Chubs, o incluso a
tu grande, jodida y obstinada cabezota, solo contra dos hombres!—le
sigo gritando.
—¿Y en qué vas a ayudar? ¡Eres del tamaño de una pinta y
estabas desarmada! Joder, Bailey, ¡podrían haberte disparado!
—¡Ser más pequeña que tú no significa que tenga menos lealtad,
enorme dolor en mi culo! ¡Y fui yo quien pidió refuerzos! ¡Mira, soy
útil incluso si soy de la mitad de tu tamaño!
Cuando la última palabra sale de mi boca, soy levantada del
suelo y aplastada contra el pecho de Axel. Sus brazos son como
bandas que me envuelven. Siento su mano en la parte de atrás de mi
cabeza justo cuando empuja mi rostro hacia su cuello. El lado de su
cara baja y se frota contra mi cabello. Envuelvo mis brazos y piernas
alrededor de su cuerpo y lo aprieto con fuerza. Mi cerebro
finalmente comprende que está enojado y gritándome porque había
tenido miedo por mí. Porque se preocupa por lo que me pasa y se
preocupa muchísimo. Eso se instala en mi vientre mientras me aferro
a él. Escucho débilmente pasos y la puerta cerrándose cuando Axel
p y p
nos deja caer en una silla y continúa sosteniéndome contra su pecho.
Noto que no soy la única con temblores.
—Estoy bien. Estoy bien. No me hicieron daño, ¿Ok?
—Pero podrían haberlo hecho y eso me asustó muchísimo, bebé
—murmura Axel en mi cabello—. Solo dame un minuto para
abrazarte, ¿Ok? Sé, en este mismo momento, que estás a salvo y
necesito este minuto. Dámelo, por favor.
Acaricio mi nariz contra su garganta, la beso suavemente y siento
que toma una respiración profunda y la suelta lentamente. Me
acerco más a él y froto mis manos arriba y abajo por su espalda.
Puedo sentir su cuerpo relajándose así que sigo tocando y frotando
su espalda.
—No puedo perderte, Bailey. Pudo haber sido hoy y no puedo
hacerme a la idea de eso. Prométeme que te cuidarás para no
abandonar mi vida, bebé—murmura Axel en mi oído.
—No te dejaré, cariño. Lo prometo.
Axel finalmente levanta la cabeza y deja caer su boca sobre la
mía, duro y posesivo. Respondo con pasión. Amo su boca. Me siento
deseada, reclamada. Algo importante está sucediendo aquí.
Pongo mis manos a cada lado de su rostro y las paso suavemente
sobre su barba crecida. Amo el raspón en mis palmas, lo bello que es
Axel. No solo me está besando con pasión, está adorando mi boca y
eso está haciendo que mi corazón palpite. Necesito más de Axel. Lo
necesito todo de él. Me aprieto contra su polla y él responde
instantáneamente agarrando mis caderas y deslizándome a lo largo
de su longitud.
—Te necesito. Ahora, Bailey. Por favor, bebé, déjame tenerte—
gime.
Sus palabras aclaran algo de la niebla que me provoca cada vez
que me toca, me inclino hacia atrás y dejo que mis ojos devoren su
hermoso rostro.
—Yo también te necesito, Axel. Lo hago, pero no con una
audiencia fuera de la puerta. Necesito privacidad. Quiero poder
gritar tu nombre. Quiero tu polla en mi boca y mi nombre en tus
labios. Quiero t…
Axel está de pie y me echa sobre su hombro mientras sale de la
oficina y cruza la tienda. Levanto la cabeza y veo sonrisas y risas de
suficiencia, pero ninguna sorpresa en ninguno de los rostros
alrededor.
Señalo a Pooh y grito:
—¡Gracias, Pooh!
Observo cómo sonríe enormemente, niega con la cabeza y grita:
—De nada, cariño, de nada.
Axel me lleva, con pasos apresurados, hasta una enorme
camioneta gris y me deja dentro. Trota alrededor de la parte
delantera, entra y nos vamos. Estamos tomando caminos
secundarios, y no estoy segura, pero creo que nos dirigimos a la casa
club.
Axel está callado durante el viaje, pero su mano permanece en mi
muslo todo el viaje. Me sorprende cuando pasamos por delante de la
casa club después de entrar en el camino de entrada.
Al leer mi sorpresa, Axel dice:
—Vamos a mi casa. También quiero que grites mi nombre.
Entramos en el camino de entrada pavimentado y bordeado de
árboles de una hermosa casa de troncos. Tiene una ancha pared de
vidrio de dos pisos de alto en el frente con dos ventanas estilo
buhardilla a ambos lados en el segundo piso. Con un garaje adjunto
para tres coches a un lado, es una estructura imponentemente
grande. El césped es grande y está muy bien cuidado.
No tengo mucho tiempo para estar impresionada antes de que
Axel salga de la camioneta, abra la puerta y me lleve al interior de la
casa. Pero tengo un gran recorrido por el interior. De espaldas en su
cama, con el culo en la encimera de la cocina, de rodillas, abrazando
el respaldo del sofá de la sala de estar e inclinada sobre el tocador
del baño. Axel es un guía turístico minucioso y grité su nombre en
cada una de esas habitaciones.
Capítulo 12
Axel

De pie en mi cocina, tomando café, encuentro que mis


pensamientos están tranquilos por primera vez desde que conocí a
Bailey. He estado luchando conmigo mismo por quererla pero no
querer estar atado a una mujer. Soy un idiota. Me había convencido
de que tener una dama era igual a entregar mis bolas para que ella
pudiera llevarlas en su bolso. Y, sin embargo, cuando pienso en
Gunner y mi padre, cada uno de ellos casados, lo primero que me
viene a la mente es lo felices que están ahora. Sonríen, ríen y
bromean. Antes de que sus mujeres entraran en sus vidas, ambos
parecían tensos, malhumorados y envejecidos antes de tiempo.
Por qué he luchado contra esto, no lo sé. Obstinación, supongo.
Con el incidente de ayer y las palabras que Pooh me dijo, sé lo que
debo hacer. Tengo que reclamar a Bailey como mía y convencerla de
que eso es exactamente lo que quiero y que estoy dispuesto a
aceptarlo como un hecho. No quiero strippers o putas del club.
Quiero a Bailey. En mi moto, en mi cama y en mi vida.
Podría haberla perdido ayer y eso habría dejado un agujero en mi
alma. Ahora lo sé. Y cuando llegué a la tienda y Pooh se me acercó,
me sorprendieron sus palabras. Dijo que si no la reclamaba, él estaría
haciendo su movimiento. Sabía que se habían convertido en buenos
amigos, con él protegiéndola la mayor parte del tiempo, pero no
sabía que tenía sentimientos hacia Bailey. Eso sacudió mi jaula. Y
desató mi rabia que descargué con Bailey cuando llegué a la oficina.
Tengo que arreglar las cosas entre nosotros fuera del dormitorio.
Allí, somos explosivos. Pero necesitamos una relación sólida para
construir algo más allá del sexo. Quiero más que eso con ella. Lo
quiero todo.
Con ese pensamiento en mente, vuelvo a llenar mi taza, lleno una
para Bailey y camino de regreso a mi dormitorio. Me encanta verla
tirada, exhausta, en mi cama y saber que fui yo quien la agotó. Y
definitivamente me encanta que, desde anoche, todavía pueda
sentirla en mi polla. Es una cosa de hombres.
Dejo las tazas en la mesita de noche y me meto en la cama. Me
inclino sobre Bailey y le doy un beso suave. Sus ojos se abren y me
mira adormilada. La tomo en mis brazos y la acerco a mí. Cuando
ambos estamos acurrucados y cómodos, le doy la noticia.
—¿Ya estás despiertas, cariño? Tenemos que hablar—le digo.
—Sí. Necesito café—me responde.
Me siento contra el cabecero de la cama, le paso su café y agarro
el mío. Le doy unos momentos para disfrutarlo y despertarse.
—Tengo buenas y malas noticias. ¿Cuál quieres primero? —le
pregunto.
—Las malas, supongo—responde Bailey mientras me mira. Dios,
ella es tan malditamente linda.
—La mala noticia es que tu coche necesitará mucho trabajo, pero
Trigger dijo que lo comenzaría a arreglar hoy. Él hace un gran
trabajo, así que no te preocupes demasiado por eso. Y es barato.
—Uff. ¡Mierda! No puedo permitirme mucho, así que espero que
sea realmente barato. Necesito hablar con él porque podría ser más
barato tirarlo a la basura y comprar otro—se queja ella.
—Iremos allí hoy y hablaremos con él, pero no te preocupes por
ahora por un vehículo. Puedes usar mi camioneta ya que todavía no
tenemos nieve y yo suelo montar mi moto. No te preocupes, nena, lo
solucionaremos, ¿de acuerdo?
—¡No puedo usar tu camioneta, Axel! Quiero decir, es dulce lo
que me ofreciste, pero resolveré algo—insiste Bailey.
—Tú puedes, lo harás y no es tema de discusión. ¡He hablado,
mujer! —le digo en broma.
Probablemente no debería haber dicho la última parte porque los
ojos de Bailey ahora están un poco bizcos. Sé que está molesta, pero
su aspecto es demasiado lindo y adorable para dar miedo. Le doy mi
mejor sonrisa con ojos inocentes. Los de ella se vuelven un poco más
bizcos. Mierda. Será mejor que arregle esto y rápido.
—Vamos a las buenas noticias, Bailey. Somos oficialmente una
pareja ahora. Tú y yo. Nosotros. Te he reclamado como mía. Mira,
usar mi camioneta no es gran cosa. Las parejas hacen ese tipo de
cosas todo el tiempo. Ellos comparten. Entonces, siendo el tipo
generoso que soy, ahora estoy dispuesto a ser exclusivo contigo y
compartir mis posesiones y mi cuerpo solo contigo. ¿Cuan genial es
eso?—declaro. Y luego recuerdo agregar—. Y compartirás tu cuerpo
conmigo. Sólo conmigo. Esa es una parte muy importante de ser una
pareja. Y de nosotros, por así decirlo.
¿Eh? Esto es extraño. Ella no está chillando de alegría como
esperaba. De hecho, sus ojos se han vuelto un poco más bizcos y
ahora se están acercando a dar miedo.
Yo, una vez más, despliego mi mejor sonrisa sobre ella. Y todavía
estoy esperando ese chillido de alegría.
—Déjame ver si lo entiendo. Has decidido que ahora somos
oficialmente una pareja. Un nosotros. ¿Y lo decidiste debido a qué?
—pregunta ella.
¡Todavía tiene los ojos entrecerrados! ¿Qué pasa con eso?
—Muchas razones. Me di cuenta de lo mucho que me gustas en
mi vida cuando escuché lo que pasó ayer. ¡Que podría haberte
perdido! Eso es inaceptable. Y Pooh me hizo darme cuenta de que
vale la pena reclamarte. Entonces, ahora eres mía. Seremos geniales
juntos, cariño.
—Mientras decidías esto, con la ayuda de Pooh, ¿se te ocurrió
preguntarme qué pensaba yo de que nos convirtiéramos en una
pareja? ¿Quizás no quiero estar atada a un tipo? ¿Quizás me gustas
en la cama pero no quiero tener una relación contigo? ¿Eh? ¿Pensaste
en lo que yo podría querer?—me pregunta Bailey.
—Eh, bueno, supongo que asumí que querrías ser mía. ¡Soy un
buen partido, nena! ¡En serio! ¡Deja de sonreírme! Tengo un buen
trabajo, el mejor padre posible, miembros del club que son mi
familia y ya les agradas. Soy leal y nunca te engañaría, ni te
lastimaría de ninguna manera. Tengo mi propia casa, moto y una
camioneta. Ninguna deuda. Y puedo prometerte muchísimos
orgasmos. Nunca te privaría de esos. Te juro solemnemente que
puedes usar mi polla, mis manos o mi boca en cualquier momento
que quieras correrte. Soy así de generoso. Entonces, ¿por qué no
querrías que fuera tuyo?
—¡Guau! Al menos serás generoso con tu polla. ¡Eso ya me hace
sentir mejor! —dice Bailey sarcásticamente.
—Lo juro solemnemente para que no tengas preocupaciones en
ese frente. Usa mi cuerpo como quieras. Nunca te diré que no. Y
sean cuales sean las fantasías extrañas que puedas tener, soy tu
hombre. Me gustaría tener sexo sucio y extraño contigo.
—¿Qué pasa con las putas y strippers del club?—pregunta Bailey
con una ceja levantada.
—Mi cuerpo está prohibido para ellas. Es solo tuyo para usarlo
como mejor te parezca.
—Hablas en serio, ¿verdad? ¿De verdad quieres probar una
relación comprometida conmigo? ¿Qué pasa cuando me enamore de
ti? ¿Y entonces tú te vayas?—pregunta Bailey con voz queda.
—Estoy comprometiéndome a una relación seria contigo, con
nosotros, Bailey. Y, por supuesto, espero que te enamores locamente
de mí. Te acabo de dar todas las razones por las que eso pasará.
Hemos pasado suficiente tiempo juntos y ya estás a mitad de
camino. Sería imposible no hacerlo porque voy a hacer lo imposible
para que me ames. Pero habrá algunas reglas que tendrás que seguir.
—¿Reglas?—me pregunta con escepticismo.
—Sí, reglas. Primero, tienes que dejarme mantenerte a salvo
como creo que sea mejor. Puede que no te gusten mis métodos, pero
te necesito a salvo. Necesito eso, Bailey. Y tienes que dármelo.
—Puedo aceptar esa regla.
—En segundo lugar, puedes adorar, acariciar y en general amar
mis bolas, pero nunca las guardarás en tu bolso. Esas chicas malas
no son bolas de bolso.
Finjo no darme cuenta de que Bailey está tratando de ocultar una
sonrisa.
—En tercer lugar, si alguien te pregunta sobre el tamaño de mi
paquete, debes decirle que lo llamas Big Daddy por una buena razón.
—¿De verdad crees que alguien me preguntará sobre el tamaño
de tu paquete?—se ríe Bailey.
—Aparece en la conversación de vez en cuando, así que sí, es
bastante posible.
—¿Eres tú quien lo menciona en la conversación?—pregunta,
sonriendo enormemente ahora.
—A veces, sí, pero trato de no hacerlo porque no quiero causar
envidia de polla a los otros tipos. Pero sí te van a interrogar para
verificarlo, entonces cualquier cosa puede suceder.
—¿Alguna otra regla que deba seguir?
—¡Sí, y ésta te encantará! La cuarta regla es que tú, y solo tú,
puedes depilar mi culo. Me gusta mantenerlo suave como el culito
de un bebé y necesita una pequeña desmalezada de vez en cuando—
le informo seriamente.
¡La expresión de su rostro no tiene precio! Estoy luchando para
no reírme a carcajadas ahora.
—¿Quieres que te depile el culo? ¿Estás completamente loco? ¡No
voy a depilarte el culo, Axel! ¡Regla o no! —grita Bailey y luego se
derrumba en la cama riéndose a carcajadas.
La miro sonriente mientras ella rueda en la cama, riendo a
carcajadas. El mejor sonido de todos. Bailey no entiende esto
todavía, pero está atrapada conmigo. Y estoy pensando de manera
permanente.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Después de dejar a Bailey en su apartamento para que pueda
trabajar un poco y a Horse Nuts por seguridad, me dirijo a la casa
club para hablar con Gunner. Necesitamos dar un paso en la
organización de Ramos y tenemos que hacerlo pronto.
Al entrar en la casa club, veo los acontecimientos habituales. Una
puta del club, Joanie, está detrás de la barra, Chubs está sentado en
una mesa comiendo algo y tiene a Gee, el mini cerdo de Ava, sentado
a sus pies pidiendo sobras, y Reno está en otra mesa haciendo
papeleo. Me dirijo a la oficina de Gunner, donde supongo que estará
haciendo su propio papeleo.
La puerta está parcialmente cerrada, así que llamo al mismo
tiempo que entro. ¡Gran error!
Ava está sentada en el escritorio, con el trasero desnudo, de
espaldas a la puerta, y Gunner está de rodillas frente a ella, con la
cabeza enterrada. ¡No es difícil saber qué está pasando aquí!
—¡Mis ojos! ¡Mis ojos! ¡Oh, mis malditos ojos! ¡Santo cielo! ¿Qué
mierda, vosotros dos? —grito mientras retrocedo tan rápido como
puedo, cerrando la puerta detrás de mí.
—¡Dios, joder, Axel! ¡Maldito idiota! ¡Se supone que debes tocar y
ESPERAR hasta que te pidan que ingreses!—ruge Gunner.
Puedo escuchar a Ava riéndose y a Gunner quejándose sin parar.
—Tú deberías intentar cerrar la puerta y tal vez trabarla, Gunner.
¿Quién es el maldito idiota ahora? —le respondo a gritos.
Jódeme, voy a tener que blanquearme los ojos con lejía o ir a ver
pornografía durante cinco horas para sacar esa imagen de mi cabeza.
¡Nadie, y me refiero a nadie, debería ver como es comida su
hermana! Seguro que voy a necesitar terapia. Han pasado dos
minutos y ya me siento traumatizado de por vida.
—Puedes entrar ahora, Axel—se ríe Ava, descaradamente. ¡La
pequeña descocada!
—¡No hasta que te vayas, perra malvada!—vuelvo a gritar.
Escucho más risas, más quejas y entonces la puerta se abre y Ava
sale. Evito mirarla a los ojos inclinando la cabeza hacia atrás y
mirando al techo. Me da una palmada en el estómago y se aleja. Me
doy la vuelta y entro a la oficina solo para ver a Gunner, con las
manos en las caderas, frunciendo el ceño. Eso solo, me hace reír a
carcajadas.
—Terminaste de tocarte los cojones, ¿verdad?—pregunto entre
carcajadas.
—¡Que te den! ¡Bloqueador de pollas!—responde Gunner
mientras se deja caer en su sillón detrás del escritorio. Ese mismo
escritorio sucio, muy sucio, el culo desnudo de Ava estaba sentado
ahí.
—¡No, no lo hiciste! Ay, bolas azules para el Prez.
—¿Necesitabas algo o simplemente viniste aquí para ser una
pequeña perra?—me ladra Gunner.
Tomo asiento y apoyo los tacones de mis botas en la esquina del
escritorio de Gunner. Inmediatamente los baja de un empujón. Si las
miradas pudieran matar, estaría muerto.
—¿Están tus ovarios retorcidos hoy, Prez? ¿Necesitas un Midol2?
—Le sonrío con satisfacción.
—Si no llegas al punto de por qué estás en mi oficina en este
momento, ¡voy a olvidar que eres mi cuñado y te voy a dar un
puñetazo en la polla!—me gruñe.
De acuerdo, incluso yo sé que es una mala idea pinchar al oso de
dos metros… especialmente cuando acabo de interrumpir su
almuerzo. Adelante con los negocios ahora.
—¿Dónde estamos con Ramos?—digo, yendo directo al grano
—Pigeon y Freddy pasaron la noche buscándolo, a él o a uno de
sus hombres. Volvieron con las manos vacías en cuento a ponerlas
sobre alguien, pero obtuvieron algo de información. Y Rex confirmó
lo que encontraron. Es una red de tráfico sexual, pero no del tipo
habitual. Estos son esclavos sexuales de alto nivel y altamente
capacitados. Ramos recibe una orden de un maldito ricachón
pervertido y entonces cumple esa orden secuestrando a una
desafortunada persona. Sus hombres los entrenan en el arte de ser
esclavos sexuales. Y por entrenar, me refiero a golpear, drogar,
violar, matar de hambre, lo que sea necesario para lograr su
docilidad. Entonces son vendidos a los compradores por decenas de
miles de dólares, a veces más. Estos pedidos son como si estuvieran
eligiendo de un menú. Alto, delgado, bajo, rubio, pelirrojo, hombre,
mujer, menor de dieciocho años o mayor. Estos cabrones están
jodidamente enfermos. Y Ramos es astuto. Rex habló con un amigo
que trabaja para los federales y están al tanto de lo que está pasando,
pero no han podido encontrar una manera de derribarlo. Han
interceptado algunos de sus envíos humanos, pero no pueden
relacionarlos con el propio Ramos.
—Así que el jefe de Bailey está involucrado con Ramos por una
cantidad considerable de deudas de juego y Ramos lo obliga a llevar
sus libros y lavar su dinero. Pero, ¿que lo lleva a querer ponerle las
manos encima a Bailey por ver los libros y saber que no son
fidedignos? No es que ella sepa cómo derribar su organización.
Simplemente sabía que los libros estaban cocinados—digo,
pensando en voz alta.
—Él debe pensar que ella sabe más de lo que dice o que su jefe
sabe más de lo que debería y de alguna manera Bailey terminó en el
medio. Necesitamos que Bailey se siente con Rex y repase lo que vio.
Tal vez él pueda seleccionar algo de lo que ella recuerda que
signifique algo—sugiere Gunner.
—La traeré aquí esta noche y lo arreglaré con Rex—respondo,
poniéndome de pie.
—Sí, hagamos eso. Puede ayudar. ¿Cómo se siente ella?
¿Dolorida por lo de ayer?
—Un poco, pero nada muy malo. Algunos moretones—respondo.
—Entonces, ¿quieres hablar sobre todo ese comportamiento de
hombre de las cavernas al sacarla de la tienda?—pregunta Gunner
con una sonrisa.
—No, en realidad no. A diferencia de ti, mis bolas todavía están
pegadas a mi cuerpo y no me ha crecido una vagina grande y
peluda. No es necesario hablar de mis sentimientos. He reclamado a
Bailey y ella conoce las reglas. Todo va bien en Axel Land. Nos vemos
más tarde, cara de polla—le explico, saliendo por la puerta mientras
le muestro el dedo. Tengo que escuchar su risa estruendosa a lo
largo de la sala principal del club.
Capítulo 13
Bailey

No creo que haya sonreído tanto en años. Sé que estoy muy


metida con Axel, y espero que él hable tan en serio como yo en
cuanto a tener una relación, pero no puedo encontrar en mí la
voluntad para contenerme. Tengo un nuevo trabajo, un salario
mejor, prestaciones, un nuevo apartamento y ahora un hombre
nuevo. Mi vida está mejorando y me niego a inquietarme y
preocuparme por los “qué pasaría si”.
Hablando de preocupaciones, mi madre ha estado callada toda la
semana. Sin mensajes de texto extravagantes, sin llamadas
telefónicas de que necesita algo. Eso es extraño por como es ella. En
algún momento, necesito presentarlos a ella y a Axel, pero me
gustaría posponer eso por ahora. Me gustaría tener una base sólida y
establecer una relación con él antes de que conozca, todo lo loca que
es mi madre.
Mi teléfono suena con un mensaje de texto.

Axel: Hola, bajita. Necesito pasar a recogerte hoy alrededor de


las 4:00 pm para una reunión en la casa club.
Yo: De acuerdo. ¿Qué pasa? ¡Y deja de llamarme bajita!
Axel: Está bien, Tinkerbell. Necesito que charles con Rex. Te lo
explicaré cuando te recoja.
Yo: De acuerdo. ¿Tinkerbell? En serio? ¡No soy tan bajita! ¡Tú
tienes el tamaño de un gigante!
Axel: ¡Gracias, Tink! ¡A Big Al le encanta escuchar eso! Usa
vaqueros, botas y una camisa abrigada o un abrigo. Estamos con la
moto. Si el clima se mantiene, daremos un paseo después de la
reunión. Consigue algo de comer.
Yo: ¡Hurra! ¡No puedo esperar!
Axel: ¿Te estás tocando de manera inapropiada en este
momento?
Yo: ¡No! ¡Dios mío! ¿Por qué preguntarías eso?
Axel: Porque yo lo estoy haciendo, así que pensé que tú
también lo harías (carita sonriente enorme)
Yo: ¡Por favor dime que estás en un lugar privado!
Axel: Oficina en el gimnasio. Solo Cash y yo. Y él está
acostumbrado a que me arregle mis partes dulces.
Yo: ¿Debería preocuparme por eso?
Axel: No, sus tetas no son tan perfectas como las tuyas. Él no se
puede comparar. Sigues siendo mi favorita.
Yo: Es bueno saberlo.
Axel: Nos vemos en unas horas.
Yo: Ok

Vuelvo al trabajo y varios momentos después me doy cuenta de


que todavía estoy sonriendo.
A las 3:15 pm cierro mi portátil por este día. Me dirijo al
dormitorio y abro la puerta del armario. Saco mi par favorito de
vaqueros desgastados y descoloridos. Son suaves y hacen que mi
trasero se vea genial, así que me los pongo. Los combino con una
Henley térmica de manga larga azul medianoche y agrego un
cinturón ancho. Entro en el cuarto de baño y me pongo un poco de
maquillaje. Tirando de mi cabello sobre mi hombro, lo trenzo en una
trenza larga y gruesa. Agarro mis botas hasta la rodilla de camino a
la sala de estar.
Estoy lista y esperando a Axel cuando suena mi teléfono.
Lucy: ¡¿¡Tuviste un accidente!?! ¿Estás bien?
Yo: Sí. Hoy. Solo algunos moretones y músculos adoloridos.
¿Cómo lo supiste?
Lucy: El jefe tuvo una visita. Discutieron, a gritos.

Hay un golpe fuerte en mi puerta y después la voz de Axel me


dice que es él. Camino hacia la puerta y la abro mientras escribo mi
texto.

Yo: ¿Qué estaban diciendo?

—Hola, bebé. ¿Estás lista?—pregunta Axel.


Miro hacia arriba para responder cuando él entra y reclama mi
boca. Las manos inmediatamente encuentran mi trasero y me tira
con fuerza. Me derrito contra su pecho al instante. Amo la boca de
Axel. Me encanta donde quiera que le guste ponerla. El teléfono
vibra en mi mano, recordándome que me estoy enviando mensajes
de texto con Lucy. Me aparto un poco después de darle un suave
beso en la mandíbula.
—Un minuto, cariño. Hoy Lucy escuchó en la oficina que tuve un
accidente y quiero saber si escuchó algo más .

Lucy: Un tipo atravesó directamente el edificio e irrumpió en la


oficina de Carter. Escuché tu nombre y después Carter dijo algo
sobre un accidente automovilístico. No escuché mucho más
excepto el hombre diciéndole a Carter que te encontrara o te
encontrara.
Yo: ¿Carter te volvió a preguntar por mí?
Lucy: No. Se fue justo después de que ese hombre se marchó.
Yo: ¡Bien! Axel está aquí y tengo que irme. Te llamaré mañana.
¡Abrazos!
Lucy: Ok, abrazos.

No tuve que explicarle lo que decían los mensajes a Axel ya que


había estado parado sobre mi hombro leyéndolos. Cuando me
vuelvo hacia él, tiene una expresión de preocupación en el rostro que
se apresura a ocultar con una sonrisa. Una sonrisa que no llega a sus
ojos.
—Así que la buena noticia es que aún no han descubierto dónde
estoy viviendo—le digo con la esperanza de aliviar su mente.
—Sí, eso es bueno—responde.
—¿Está todo bien?
—Sí, nena, todo está bien. Solo quiero que esta mierda termine y
tener tiempo para ti y para mí. Sin embargo, ahora tenemos que salir
a la carretera. Pero no antes de que te saboree primero—responde
Axel mientras toma mi rostro con ambas manos y me da un dulce
beso.
Agarro su cintura, me acerco más a su cuerpo y me permito
disfrutar de su beso. Disfrutar es una palabra suave para lo que me
hacen los besos de Axel. No los disfrutas… te pierdes en ellos. Es
hipnótico y dulce a la vez que exigente. Es alfa pero no autoritario.
Es perfecto y sé que muy pronto se adueñará de mi corazón.
Axel aparta la boca lentamente y apoya la barbilla en mi cabeza.
Se queda ahí, abrazándome.
—Ojalá pudiéramos arrastrarnos a la cama, abrazarnos y ser
nosotros. Sin drama, sin tonterías. Simplemente pasar tiempo juntos
creando una base sólida para muestra relación. Solo quiero tiempo
contigo, a solas. Quiero conocer a tu madre, a tus amigos. Quiero ser
parte de lo que signifique algo en tu vida—dice en voz baja
finalmente.
—Eres la parte que significa algo en mi vida. Y yo también quiero
todo eso, —respondo, con la misma tranquilidad.
Axel se inclina hacia atrás y me mira a los ojos. Compartimos una
mirada y sé, en mi alma, que se toma en serio la idea de estar
conmigo. Siento que un peso se me quita de los hombros y la
decisión de hacer que esto funcione se apodera de mi. Él es mío.
Lucharé para conservarlo. Él vale eso y más.
—Quizás necesite advertirte sobre algunas cosas antes de que
conozcas a mi madre—le digo a Axel.
Siento que su cuerpo se mueve un poco y sé que se está riendo en
silencio. Sé que tengo razón cuando veo que sus ojos se iluminan con
humor.
—Ya he escuchado algunas cosas, cariño. Las madres
completamente locas no son nuevas para mí, así que no te
preocupes.
—No creo que su tipo de locura sea hereditaria, así que por favor
no dejes que te asuste—le digo.
—Ninguna hippie, nudista, fumadora de marihuana me va a
ahuyentar de tenerte, muñeca. Lo entenderás una vez que hayas
estado en una fiesta en un club. Crecí con esa mierda siendo lo
normal. Tu madre encajará perfectamente en el club.
—Espero que sepas que nunca seré así. No soy como mi madre o
las putas del club. Si eso es lo que esperas, entonces…
—Si quisiera eso, iría por eso. Ha estado delante de mis ojos toda
mi vida y gratuitamente. Te deseo. Te quiero, tal como eres, en mi
vida. Te necesito en mi vida. Nunca he sido un monje o un ángel,
pero no soy el promiscuo que probablemente piensas que soy. No
soy muy bueno para compartir con mis hermanos, así que en su
mayoría me he alejado de las putas del club. Nunca me he acostado
con alguien más de una vez, excepto contigo, y nunca he pasado
toda la noche con alguien, excepto contigo. Ninguna mujer ha
dormido en mi cama en mi casa, excepto tú. ¿Ves el patrón, nena?
—Sí, Axe. Entiendo. Gracias, cariño.
—No necesito saber con cuántos hombres has estado, eso está
todo en tu pasado. Eres mía ahora y eso es todo lo que me importa.
p y q p
Esto es ahora, esto somos nosotros. Estamos avanzando, así que
dejemos el pasado donde está y miremos hacia nuestro futuro. ¿Sí?
—Sí.
—Está bien, cariño, vayamos al club y saquemos esta reunión del
camino. Después daremos un paseo en moto y buscaremos un lugar
para comer. ¿Suena bien?—me pregunta.
—Suena genial, cariño.
—Oh, una cosa más. Sin mirar a los hermanos del club. Pooh,
Cash, Vex. No existen para ti. Si quieres babear por un gran cuerpo o
un trasero increíble, mantén tus ojos en mí—dice Axel con expresión
seria, antes de arruinarlo con una gran sonrisa cursi y un guiño.
—Eres ridículo—le digo, riendo.
—Sí, lo soy. Pero soy tuyo, así que acostúmbrate, muñeca.
¡Mis palabras favoritas, siempre!
Capítulo 14
Axel

Estamos montando mi CVO Softail Convertible. Es gris


metalizada, cromada y tiene un asiento y un respaldo para una
perra, por eso la elegí para esta noche. Es más cómoda para el
pasajero y quiero que Bailey se enamore de montar. Sé que hasta
ahora le ha gustado montar, pero la quiero segura y cómoda, así
querrá montar tanto como yo. No hay mucho que me guste más que
tenerla detrás de mí en mi moto con sus muslos abrazando mis
caderas y sus brazos alrededor de mi cintura. Me encanta ver su
cabello ondeando en el viento detrás de nosotros, pero esta noche lo
tiene trenzado. Hablaremos de eso más tarde. Conduzco con más
cuidado con Bailey en la moto, de lo que lo hago habitualmente. Ella
es nueva en esto y no quiero asustarla de ninguna manera. Pero
tengo que admitir que se lo está tomando como un pato en el agua.
Tiene una gran sonrisa en el rostro y su mano acaricia suavemente
mis abdominales. Pongo mi mano izquierda sobre su rodilla y me
relajo. Ésta es la vida.
Llegamos a la casa club demasiado pronto para mi gusto, pero
supongo que es lo que es. Sacaremos esta mierda del camino y
después seremos solo nosotros nuevamente. Me doy cuenta de que
soy egoísta con Bailey. No quiero compartirla con los otros
miembros del club. Me gusta tenerla para mí. Me he acostumbrado
tanto a dormir con ella, no a tener sexo, solo a dormir, que ahora no
duermo bien cuando no está a mi lado. Ella se acurruca y me
encanta. Estoy enganchado con ella y finalmente dejé de mentirme.
Quiero estar atado a una mujer siempre que sea Bailey.
Desmontamos, alcanzo su mano y la acerco a mí para darle un
beso rápido. Sus ojos son suaves, cálidos y muy hermosos. Le beso la
punta de la nariz y caminamos hacia la puerta, tomados de la mano.
La sala principal está ruidosa y bulliciosa esta noche. Muchos
miembros del club, varias putas del club y las mascotas de Ava están
dando vueltas por allí. Recibimos varios saludos y los devolvemos
mientras caminamos hacia el bar. Mi padre está sentado junto a
Trudy con Mac encaramado en el borde de la barra cerca de ellos.
—Dos cervezas, por favor—le digo a Peach, una puta del club
que está trabajando en el bar esta noche.
Nos las entrega mientras Bailey toma asiento junto a Trudy.
Apoyo mi peso contra la barra detrás de Bailey, pongo mi brazo
sobre su hombro y miro a mi padre y a Trudy.
—¡Hola!—grita Mac mientras se acerca a Bailey.
—Hola, Mac. ¿Cómo estás?—le pregunta ella mientras chocan los
cinco, mano contra ala.
—¡Mac está bien!—responde.
—¡Eres muy lindo!—lo arrulla Bailey.
Mac se arregla las plumas y responde:
—¡Soy un bombón!
—Sí, lo eres.
—¡A Axel le gustan las pollas!—lanza Mac.
—Sólo la mía, pequeño cabrón—me río de él.
—¡Palabrota! ¡Nuez para mi! —ordena Mac.
—¡Vete a la mierda, Mac! ¡No obtienes nueces como recompensa
por ser un idiota!—le informo.
—No me hagas llamar a mamá—me amenaza Mac.
—Llámala, te reto. Nunca conseguirás otra nuez si ella escucha lo
que has estado haciendo—me burlo de él.
—Que le den a mi vida—dice Mac mientras se aleja.
—Dios mío, es pícaro—dice Bailey mientras se ríe con ganas.
Trudy y mi padre también se ríen. Ese maldito pájaro es un dolor
en el culo a veces, pero siempre aligera el ánimo.
p p g
—Entonces, Axel, parece que has tomado algunas decisiones
sobre tu vida—me dice mi padre cuando termina de reír.
Le sonrío y luego a Bailey. Mi padre puede restregármelo todo lo
que quiera, pero tenía razón. Tuve que mirar hacia el futuro para ver
lo que quería para mi vida y lo encontré en Bailey.
—Sí, viejo, lo hice. Bailey es mía. Tenías razón y lo admito. Me
diste buenos consejos y me alegro de haberlos escuchado. Pero no te
pongas engreído porque probablemente nunca volveré a escuchar.
Bailey me mira y me regala la sonrisa más grande de mi vida.
Mierda, ahí está ese maldito dolor en mi pecho de nuevo. Dejo un
suave beso en su boca y miro hacia mi padre para ver otra gran
sonrisa y mucho orgullo en sus ojos. Maldita sea, amo a ese anciano.
¡El mejor padre!
Mi padre vuelve los ojos hacia Bailey y hace que mi corazón
vuelva a doler cuando en voz baja le dice:
—Nunca pensé que sería lo suficientemente bendecido para tener
una hija, pero ahora parece que voy a tener dos. Yo no podría haber
elegido mejor para Axel. Bienvenida a nuestra familia, cariño. Soy
Pops para ti ahora y no podría estar más orgulloso de eso si lo
intentara. Necesitas algo, lo que sea, me llamas. Estaré allí, pase lo
que pase. Eso es lo que hacen los padres, eso es lo que hace la
familia.
Miro la cara de Bailey y veo sus ojos húmedos mientras se
levanta, camina hacia mi padre y lo abraza. Él la abraza y coloca su
gran zarpa en la parte posterior de su cabeza, abrazándola con
fuerza.
—Gracias, Pops—la escucho susurrar.
Les doy un minuto, principalmente para controlarme, y después
saco suavemente a Bailey del abrazo de mi padre y la llevo al mío.
Levanto su cara y estudio sus ojos. Están brillantes pero ella lo tiene
bajo control. También están felices y me encanta esa mirada en ella.
Le doy un beso fuerte y me aparto para verla sonreír de nuevo.
Trudy interrumpe tirando de Bailey en su dirección y dándole un
abrazo también.
—Lo que dijo Petey también me afecta a mí, Bailey. Necesitas
cualquier cosa, estoy aquí. Bienvenida a la familia, hermosa niña—
dice Trudy.
—Gracias, Trudy—responde Bailey.
—Cuando hayan terminado de tener su momento familiar,
¿podríamos tener una reunión sobre una mierda importante?—nos
gruñe Gunner mientras se acerca a mi lado.
Le doy un golpe en el hombro y me río de su cara de mal humor.
Me mira y vuelve sus ojos hacia Bailey, instantáneamente se
suavizan y su rostro muestra una pequeña sonrisa.
—Oficialmente ahora, bienvenida a la familia. A esta familia loca
de los Taylor, pero también a la familia del club. Tienes algo más que
a los Taylor como familia, Bailey. Tienes a todo el club a tus
espaldas. Eres una empleada, pero lo más importante, eres la mujer
de Axel. Si tienes un problema, Axel o un miembro del club, lo
solucionará por ti. Lo que intento decir es que no estás sola en este
mundo y acabas de ganar un montón de miembros como familia. Y
cualquiera de nosotros te protegerá a cualquier costo contra
cualquier amenaza. De eso se tratan las familias del MC.
—Guau. Eso es mucho para absorber porque siempre hemos sido
solo mi madre y yo. Aunque creo que me va a gustar tener una gran
familia. Gracias por la bienvenida, Gunner—le dice Bailey con
sinceridad.
—De nada, muñeca. Ahora vayamos a mi oficina y saquemos la
mierda desagradable del camino.

Después de saludar a Rex y a todos los que toman asiento, nos


ponemos manos a la obra.
—Cuando mirabas las cuentas de Ramos, Bailey, ¿qué te hizo
darte cuenta de que eran falsas?—pregunta Rex.
—Los números no cuadraban y algo no se veía bien en toda la
página del libro mayor. Realmente no puedo precisar nada, pero
supe de inmediato que algo andaba mal. Y sabía de quién eran las
cuentas y Ramos siempre me daba escalofríos cuando estaba en la
oficina. Además, todas nuestras cuentas están computarizadas y no
todas esas lo estaban. Un juego estaba en un libro mayor, como se
manejaban las cuentas hace muchos años. Esa fue una enorme pista
—responde Bailey en voz baja.
—Eso es extraño en la era informática actual. ¿Estaba el libro
mayor en una caja fuerte?—pregunta Rex.
—No, pero creo que normalmente se guardaban en la caja fuerte
de la oficina de Carter porque nunca antes lo había visto. Pero esta
vez estaba sobre su escritorio. Más extraño aún, es que hay una
cuenta para Ramos en nuestro sistema informático y este libro
mayor no coincide con el digital. Dos juegos de libros, dos juegos de
números.
—Cuando abriste el libro por primera vez, ¿qué fue lo primero
que te hizo pensar que algo andaba mal?—sigue escarbando Rex.
—Nunca he hecho contabilidad utilizando libros de contabilidad
reales o libros mayores. Siempre he usado la computadora para casi
todo. Pero los números no eran normales. Tenían esos pequeños
círculos en la parte superior, junto a ellos. Algunos lo tenían, no
todos. ¿Sabes a lo que me refiero? Como el símbolo de “grado”.
Como cuando digo que afuera hace 9 grados. Y el punto decimal no
estaba donde debería haber estado en algunas filas.
—¡Santa Mierda! ¿Quiere decir que los números podrían haber
sido coordenadas, como coordenadas GPS?—pregunta Rex
emocionado.
Bailey piensa por un momento y luego asiente con la cabeza.
—Sí, eso es muy posible.
—Recuerda, Bailey. ¿Puedes recordar alguno de los números?
¿Una secuencia de ellos? —interrumpe Gunner.
—Papel y bolígrafo, por favor—exige Bailey.
p y g p g y
Gunner los desliza por el escritorio hacia ella y veo que las cejas
de Bailey bajan en concentración.
—Cariño, piensa como cuando estás dibujando. Dibuja cosas días
después de haberlas visto y lo hace de memoria. Piensa en la página
del libro mayor como una imagen de algo que viste y luego quisiste
dibujar—digo en voz baja, animándola.
La mano de Bailey inmediatamente comienza a moverse sobre el
papel. Es lindo verla porque en realidad está dibujando la página. El
contorno, el borde, las líneas. Ella ha escrito los títulos en la parte
superior de cada columna. Su mano vacila y entonces se mueve a la
primera fila. La veo escribir en el primer cuadro la letra N, luego 39,
luego 31 y finalmente 46, cada número en un cuadro moviéndose a
lo largo de la página.
—Después del 46 era un decimal y tres números más, pero no
puedo recordar cuáles eran, lo siento—le dice Bailey a Rex.
—Joder, Bailey, ¡esto es genial! No necesitas disculparte.
Definitivamente son coordenadas GPS—declara Rex mientras
escribe furiosamente en el teléfono.
Mientras sigue mirando su teléfono, le pregunta a Bailey:
—La siguiente fila, debajo de la que tiene esos números,
¿comenzaba con 107?
Bailey piensa mucho por un momento y luego niega con la
cabeza.
—Era W luego 107. Sin embargo, desconozco el resto.
—¡Mierda, Gunner! Creo que esas son las coordenadas de un
lugar fuera de Denver, cerca de la ciudad de Rifle. Esos números en
ese libro mayor pueden ser sus puntos de recogida o entrega.
Necesitamos tener en nuestras manos ese libro, o al menos las fotos
de las páginas—dice Rex emocionado.
—¿Cómo era el libro, Bailey? ¿Qué estamos buscando
exactamente?—la interroga Gunner.
Bailey describe el libro, con gran detalle, a Gunner y Rex mientras
ellos toman notas. Estoy sentado aquí, terriblemente orgulloso de mi
chica. Los números pueden ser su profesión, pero el arte es su pasión
y eso es lo que lo unió. Tiene un gran ojo artístico y funcionó a
nuestro favor. Vuelvo a sintonizar la conversación cuando escucho el
último comentario de Bailey.
—Sé lo que estoy buscando y Carter ha estado tratando de
encontrarme. Sigue diciéndole a Lucy que necesita conversar
conmigo. Puedo ir a la oficina, pedir hablar con él y ver si puedo
tomar fotos de las páginas del libro mayor de alguna manera.
—¡Joder, no! ¡De ninguna jodida manera! ¡No está pasando!—
rujo mientras me pongo de pie para mirar a Bailey en su silla.
Sus ojos se elevan a los míos y veo determinación en ellos. Una
punzada de miedo me golpea cuando pienso en que Bailey está cerca
de ese maldito jefe suyo.
—No es la forma de los Devil´s, Bailey, poner a nuestras mujeres
en peligro. Protegemos lo que es nuestro y definitivamente eres una
de los nuestros. Pero gracias por la oferta, cariño—le dice Gunner
con voz firme—. Encontraremos una manera de tener en nuestras
manos ese libro y eso nos dará la ventaja que necesitamos sobre
Ramos.
—Tienes una forma de conseguirlo, Gunner. Yo. Puedo hacer
esto. Fui la que trajo esta mierda a la puerta del club. Déjame
arreglar esto, por favor. Me siento jodidamente culpable de que
alguien tenga que pasar el día siguiéndome. Todos en el club
aportan algo al club. Algo que lo beneficie. Este podría ser mi modo
—argumenta Bailey.
—Tu forma de ayudar al club es la contabilidad que haces. Las
declaraciones de impuestos, el asesoramiento financiero que das a
los miembros. Tal vez no entiendas esto Bailey, pero eres un
miembro valioso del club. No eres un miembro que monta, pero
sigues siendo un miembro para nosotros. Los muchachos están
felices de que ya no tengan que lidiar con sus impuestos o manejar
sus inversiones. Sé con certeza que las inversiones de Trigger están
q gg
creciendo a pasos agigantados en función de los consejos y cambios
que hiciste para él. Todos tienen sus deberes y obligaciones dentro
del club y los tuyos son los números. Déjanos manejar a Ramos y
síguenos haciendo ganar más dinero—le dice Gunner con suavidad
y una sonrisa. El cabrón tiene más encanto del que cree y estoy
agradecido por eso en este momento.
—Está bien, Gunner. Lo entiendo y gracias. Pero si algo cambia,
sabes que estoy dispuesta a hacer lo que sea necesario para acabar
esta mierda con Ramos—responde Bailey.
—Dibuja un plano del edificio de oficinas y la oficina de Carter.
Eso nos ayudará a planificar nuestro próximo movimiento—añade
Rex.
Bailey esboza una imagen perfecta de la oficina y lo hace
rápidamente. Tengo que reprimir la risa ante la mirada en los rostros
de Rex y Gunner cuando ven lo detallado que es el boceto y la
facilidad con que Bailey lo completó. Ahora entienden lo artística
que es y por qué he estado elogiando sus habilidades. Sonrío ante
sus cejas arqueadas. ¡Esa es mi chica!
Capítulo 15
Bailey

Axel y yo salimos de la oficina y cuando llegamos a la sala


principal, veo a Gee con unas botas diminutas de color naranja
brillante en la boca. Me ve y trota en mi dirección. Deja caer las botas
y se sienta frente a mí, esperando. Para qué, no tengo ni idea.
Axel se deja caer al suelo junto a Gee y levanta las botas,
colocando una en cada una de las patas delanteras de Gee. Gee
inmediatamente se da la vuelta y se aleja con sus botas. Su camiseta
de hoy dice: “Alabada sea la grasa de cerdo”, y me empiezo a reír al
verla. Me hace querer levantarlo y acurrucar su cuerpecito regordete.
Juro que sonríe todo el tiempo. Es un pequeño feliz y muy lindo.
Miro alrededor de la sala principal mientras la atravesamos y
también noto que Loki, está desplomado de lado junto a la silla en la
que Reno está sentado. Levanta la cabeza, nos mira, golpea la cola
dos veces y vuelve a caer sobre su lado. Es bastante relajado para ser
un perro que escuché que puede ser cruel cuando surge la
necesidad.
—Quiero un perro como Loki—le digo a Axel.
—¡Gracias joder! Me preocupaba que quisieras un pájaro como
Mac y no creo que ninguno de nosotros pueda sobrevivir a otro Mac.
O a otro Duffy. Pero estoy a favor de otro Loki. Reno lo está
cruzando con una de las pastores alemanes del club y tengo ganas
de un cachorro. Puedes ayudarme a elegir cuál será.
—¿En serio? ¡Oh, guau! ¡Eso es grandioso! ¡Nunca antes he tenido
una mascota!—casi le digo a gritos a Axel.
—¿Nunca has tenido una mascota? ¿Un perro o un gato? ¿Nada?
—pregunta Axel, hay sorpresa en todo su rostro. Su rostro sexy con
una barba incipiente, para morirse. ¡Esos ojos! No me hagas empezar
con ellos. Un azul tan profundo. Tan hermosos.
—¿Bailey?
—Uf, lo siento. Estaba siendo perra-fan de tus ojos y no escuché
mucho de lo que dijiste—lo admito.
—¿Perra-fan? ¿Es eso siquiera una cosa?—se ríe Axel.
—¿Vamos a dar un paseo en moto?—le pregunto, tratando de
cambiar de tema.
—Sí, lo haremos. Tan pronto como me digas en qué más eres
perra-fan? ¡Vamos, ríndete, mujer! —exige Axel mientras me tira con
fuerza contra su cuerpo y mira mi cara roja. Está sonriendo
enormemente y sus ojos están iluminados con humor, como siempre
los he encontrado.
Decido darle un poco de honestidad.
—Soy una perra-fan de tus abdominales, bebé. Quiero lamerlos y
mordisquearlos. Y hay algo en tu garganta que me hace querer
marcarla para que el mundo lo vea. Y tus tatuajes. Quiero pasar un
día trazándolos con mis dedos y luego con mi lengua—le digo en
voz baja.
—Jódeme, nena. Encontraremos tiempo para todo eso y más,
Bailey. Lo prometo. Y algún día, pronto, quiero que te tatúes tu piel
con mi nombre. La mía con el tuyo. Y quiero que diseñes el tatuaje
para nosotros. Somos nuevos, lo entiendo, pero eso es lo que quiero
en algún momento. ¿Estás de acuerdo con eso, nena?
—Sí, estoy de acuerdo con eso, Axe.
¡Me regala su boca sobre la mía y es glorioso!
Mientras disfruto de mi momento Axel, hay una gran conmoción
en el otro lado de la habitación. Miro hacia arriba y veo a una puta
del club desnuda, sin estar segura de su nombre, corriendo con sus
tacones de stripper, lo mejor que puede. Sus enormes tetas
mejoradas por la cirugía están a punto de dejarla inconsciente solo
por el rebote. Ella grita “no” con cada paso. (¡Estoy impresionada
porque no sabía que las chicas del club conocían esa palabra!) Justo
detrás de ella está Duffy. ¡Y es un Duffy cabreado! Le muerde y
golpea las piernas mientras ella intenta desesperadamente escapar.
Detrás de Duffy, en la puerta del pasillo que conduce a los baños de
hombres, está Vex. Sin camisa, solo con unos vaqueros
desabrochados. ¡Santa mierda! Me olvido de la pelea entre putas y
gatos y dejo que mis ojos abracen cada uno de los músculos de Vex.
De repente, una mano cubre mis ojos y mi cuerpo retrocede
contra el de Axel mientras lo escucho rugir:
—¡No! ¡No mires a Vex! ¡Es un promiscuo, un perro cerdo! ¡Tus
ojos no necesitan ver esa mierda!
Suelto una carcajada y trato de quitar la mano de Axel de mis
ojos, pero no puedo. Empieza a guiarme por la habitación con su
mano sobre mis ojos mientras la otra está alrededor de mi cintura.
—¿Qué es un perro cerdo?
—Son todas las palabras peores, más viles y repugnantes
reunidas en una. Me evita tener que enumerarlas todas para
describir algo o a alguien.
—¿Qué fue todo eso con Duffy?—pregunto mientras caminamos.
—A Duffy le gusta Vex. A Vex le gusta cualquier cosa con vagina.
A Duffy no le gusta la competencia por el tiempo de Vex.
—Oh, vaya. ¡Esto es demasiado divertido!
—No si eres una puta de club.
—O Vex—me río.
—La misma mierda.
—Puedes descubrirme los ojos ahora, Axel.
—No hasta que salgamos de aquí o Vex se haya puesto más ropa.
Tampoco me gusta la competencia—se ríe mientras salimos por la
puerta.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Estoy acostada, boca abajo, en mi cama y gimiendo sin parar
mientras Axel me da el mejor masaje que nunca tuve. También es
muy minucioso. Incluso calentó un poco de aceite para masaje
sensual y se siente increíble cuando lo frota sobre mi cuerpo
dolorido. Se ha abierto paso hacia abajo y ahora está masajeando las
plantas de mis pies.
—Boca arriba, cariño—dice Axel con esa estruendosa voz
profunda y sexy.
Me giro sobre mi espalda y veo a Axel a horcajadas sobre mis
pies y sus ojos en mis pechos. Sus manos van a mis pies, pero esos
ojos están devorando mi cuerpo y quiero retorcerme bajo su mirada.
Cualquier timidez que tengo por los pocos kilos de más, desaparece
bajo su mirada intensa y ardiente. Esa mirada no proviene de un tipo
que piensa que tengo sobrepeso. Esa mirada proviene de un hombre
que está tratando de decidir dónde colocar su boca primero.
Nuestro viaje de esta noche fue increíble. Conducir por los
caminos de montaña, con el sol poniéndose en la distancia, fue
relajante y me quedé sintiéndome renovada. Poder compartir eso
con Axel, mientras podía tocarlo y abrazarlo, fue increíble. Acomodó
mi mente al pensamiento de que somos una pareja y vamos a hacer
que esto funcione. Confianza. Eso es lo que Axel me da sobre mí, mi
arte y sobre nosotros.
Paramos y cenamos en un pequeño restaurante italiano y después
fuimos a mi apartamento. Tan pronto como la puerta se cerró detrás
de nosotros, Axel comenzó a desnudarnos a mí y a él. Dejamos un
sendero de prendas camino a mi cama. Las cosas se pusieron muy
calientes y el sexo fue increíble. Poco después de esa ronda, Axel
comenzó la segunda ronda a una velocidad lenta y sensual. Esa vez
no tuvimos sexo. Adoramos el cuerpo del otro e hicimos el amor sin
palabras. Y eso nos llevó al masaje que estoy recibiendo ahora.
Miro el rostro de Axel y veo que sus ojos están en los míos. No se
pronuncian palabras durante varios minutos mientras sube por mi
cuerpo sin apartar los ojos de los míos. Cuando sus manos golpean
mis caderas, las levanta en el aire y me da un suave beso en mi hueso
púbico desnudo. Apoya mi cuerpo en la cama y se inclina un poco
hacia atrás, agarrando mis pantorrillas, levantando mis piernas y
apoyando mis pies sobre la cama. Entonces separa mis rodillas, lo
suficiente como para encajar su cuerpo.
—Necesito saborearte, cariño. Lo necesito ahora—dice en voz
baja mientras coloca sus hombros entre mis rodillas, usa los dedos
para abrirme y me lame lentamente de un extremo al otro.
Gimo y me retuerzo y Axel coloca su mano izquierda en la parte
inferior de mi vientre para mantenerme quieta. Continúa usando la
boca, los dedos y la lengua hasta que estoy jadeando. Mis manos
están en su cabeza, acariciándolo frenéticamente. Cuando desliza
dos dedos dentro de mí y los dobla, estallo. Fue una construcción
lenta y el orgasmo es prolongado. Estoy sin aliento cuando
finalmente vuelvo a bajar.
Axel se vuelve a sentar y agrega más aceite a sus manos mientras
estoy tendida en la cama tratando de recuperar el aliento. Empieza a
masajearme de nuevo y se abre camino hacia mis pechos. Mis senos
reciben mucha atención, la mayor parte con las manos, algunas veces
con la boca. Termina el masaje en mi clavícula y se queda a
horcajadas sobre mis caderas, con las manos ahora colocadas en la
cama a cada lado de mi cabeza. Se inclina, mordisquea ligeramente
mi labio inferior y se echa hacia atrás.
—Eres mía. Eres hermosa, inteligente y muy talentosa, pero ante
todo, eres mía, Bailey—dice Axel con brusquedad.
—¿Eso funciona a la inversa? ¿Eres mío? ¿Sólo mío?
—Absoluta-jodida-mente. Todo tuyo, nena. Incluso cuando te
vuelva loca o te cabree, soy tuyo y no me voy a ninguna parte.
Grítame, maldíceme, haz lo que tengas que hacer para llegar a mí,
pero nunca te alejes de mí.
—Parece que estamos atrapados el uno con el otro entonces, Axel,
porque no tengo planes de dejarte. Jamás—le susurro.
—Perfecto, ángel. Jodidamente perfecto.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Yo: ¿Has perdido la cabeza? ¡No puedo hacer eso!
Axel: ¡Por supuesto que puedes! ¡Tienes talento, nena!
Yo: ¡No! ¡No! ¡No lo haré!
Axel: Al menos deberías intentarlo. No seas de las que
abandona, muñeca.
Yo: ¡No soy de las que abandonan porque ni siquiera voy a
empezar! ¡Déjame sola! ¡Vete!
Axel: No. Estaré en tu casa en una hora y tendremos una
discusión. ¡Estilo Axel!
Yo: Tu “estilo” de discusión es solo un chantaje sexual.
Axel: ¡Lo que sea necesario! No dejaré que te corras durante
horas si eso es lo que te hará pensar al menos en ello. (sonrisa
malvada)
Axel: ¡Sacrificaré mi boca, mis manos y mi polla por HORAS si
eso es lo que se necesita!
Axel: ¡Soy así de generoso!
Yo: ¡No es justo! ¡Y eso es simplemente cruel!
Axel: ¡Chuuuuuuiiiiiiiiccccc! Nos vemos en una hora, Tinker.

Lanzo el teléfono sobre la encimera y dejo caer la cabeza entre


mis manos. ¡Maldito Axel! Ha pasado una semana desde nuestra
reunión en la casa club y de alguna manera durante ese tiempo, se le
ocurrió la genial idea (¡para nada genial!) de que debería pintar el
parche del club en el exterior de la casa club. Es una pared enorme y
nunca antes había trabajado con dimensiones como esa. El parche es
genial y me encanta, pero no quiero pintarlo para que todos lo vean,
especialmente cuando trato de averiguar el tamaño de todo. Es una
calavera de aspecto diabólico, con una barbilla puntiaguda y cuernos
que forman un halo encima de ellos. Como dije, genial.
Una discusión al estilo de Axel es él poniendo mi cuerpo todo
cachondo y con ganas y luego negándome un final feliz. Es una
tortura. Una tortura maravillosa e impresionante, pero tortura al fin.
Él aguanta hasta que cedo sobre lo que sea que se trate la
“discusión” y lo que quiere escuchar como respuesta. ¡Así que no es
justo! En general, es injusto porque ha funcionado todas las veces
hasta ahora. Y me temo que volverá a hacerlo. Las otras veces, fue
divertido. No me importó ceder. Pero no quiero perder esta vez y,
sin embargo, sé que Axel está decidido y me cuesta negarle algo. No
puedes culparme por eso, ¡el hombre está muy caliente!
La otra razón por la que no estoy de buen humor es que hoy es el
día en que Axel ha decidido que conocerá a mi madre. Me encantaría
posponer esto unas semanas más o incluso años, pero él insiste en
que está sucediendo hoy. Me quitó el teléfono hace dos noches y la
llamó. Se presentó y explicó que éramos pareja y que quería
conocerla. Entonces acordaron que todos iríamos a cenar esta noche.
Escucho un rasguño en la puerta, me acerco para abrirla y
encuentro a Loki parado allí. Frota su cabeza contra mi cadera y pasa
junto a mí para dejarse caer en el suelo frente al sofá. Ok, supongo
que Loki está de visita hoy.
Escucho el ping de mi teléfono, así que lo vuelvo a levantar para
encontrar un mensaje de texto de Lucy.

Lucy: Hola, chica. ¿La gran cena es esta noche?


Yo: Sí, espero que mi madre se vista para eso. Jajaja
Lucy: Buena suerte con eso.
Yo: ¿Seguimos tomando unas copas el miércoles?
Lucy: Sí. Muchas copas el miércoles
Lucy: El club de Axel se llama Devil's Angels, ¿verdad?
Yo: Sí, ¿por qué?
Lucy: Lo vi en un chaqueta de cuero en un tipo sentado a media
cuadra de la oficina ayer cuando fui a almorzar.
Yo: Chaleco, no chaqueta. ¿Como se veía?
Lucy: Muy lindo. Bajo y fornido. Pelo rizado. Estaba comiendo
un cono de helado
Yo: Suena como Chubs. ¡Es el mejor de todos! Amo a ese
hombre.
Lucy: ¿A el que le pegaste con la sartén?
Yo: Sí. Todavía me siento mal por eso. ¡Es increíble!
Lucy: Tengo que correr. Chateamos más tarde, chica
Yo: OK, chica

Justo cuando vuelvo a dejar el teléfono, suena. Parece que soy


popular hoy. Mi teléfono nunca está tan ocupado. Respondo y
escucho una voz ronca al otro lado de la línea.
—El coche está terminado. Puedes recogerlo cuando quieras.
—UM, está bien. ¿Quién eres?—pregunto.
—Trigger. Las llaves estarán en la oficina, chica—me gruñe.
—¡Excelente! Gracias. ¿Puedes decirme cuánto cuesta? —le
pregunto, cruzando los dedos y esperando contra toda esperanza
que no sea demasiado.
—Sin costo. Solo necesito que lo recojas para que esté fuera de mi
camino—responde Trigger.
—¡Espera! ¿Qué? Estaba realmente dañado. ¿Cómo puede no
haber ningún costo?—pregunto sorprendida.
Estoy empezando a temer que Axel se haya encargado de pagar
los trabajos de reparación y eso provocará una gran pelea. Yo me
encargo de mis cosas. Siempre lo hice, siempre lo haré. Pero soy
abatida y mi creciente ira se desinfla cuando Trigger responde.
—Eres familia ahora, chica. Cuidamos de los nuestros. Eres una
de nosotros, así que sin costo alguno—responde Trigger con voz
más suave.
Estoy de pie en mi sala de estar sin palabras. Ni siquiera sé cómo
responder. Tengo esta cálida sensación moviéndose a través de mi
abdomen y está lejos de ser desagradable. Gunner, Petey y Axel han
dicho esas palabras, pero supongo que me di cuenta cuando
provinieron de Trigger.
—Yo, um, mierda, Trigger. No sé que decir Guau. Nunca antes
había tenido alguien que hiciera algo tan bueno por mí—murmuro,
con la garganta semicerrada por la emoción.
Ahora le toca a Trigger guardar silencio. Pasa un momento y
entonces habla en voz baja.
—Bueno, infierno, cariño. No vas a llorar, ¿verdad? No tengo idea
de qué hacer con una mujer llorona. Colgaré si te escucho llorar.
Mantén mis inversiones ganando y yo te mantendré sobre ruedas,
cariño. Ese es nuestro trato, ¿de acuerdo?
Trago saliva y grito:
—Sí, eso funciona, Trigger. Muchas gracias.
—Tal vez podrías prepararme el almuerzo y podríamos comerlo
juntos en la tienda algún día, ¿no? Chubs se come todo lo que está a
la vista. Sería bueno tener un buen almuerzo, chica. ¿Eso también
funciona?—me pregunta y su voz vuelve a ser la habitual ronca.
—¡Absolutamente Trigger! Realmente me gustaría eso—
respondo, mi voz se vuelve más firme.
—Excelente. Recoge tu coche cuando tengas un momento—
responde y corta.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
—Entonces dime, Axel, ¿tu club vende marihuana y yo obtengo
un descuento familiar?—pregunta mi madre ni cinco minutos
después de que nos sentamos en el exclusivo asador que Axel eligió
para comer esta noche.
—¡Connie! ¿Pero qué demonios?—le susurro desde el otro lado
de la mesa.
Axel comienza a reír, en voz alta, y mi madre me mira como si yo
fuera la loca de la familia.
—Cálmate, Bails. Si no pregunto, no lo sabré. Dios, estás
demasiado tensa —me regaña.
—Lo siento, Axel. Realmente lo siento. Mi madre, o como la
llamo en secreto, Cheech (coño), no entiende la frase “ni el momento,
ni el lugar”.
—No hay problema, cariño—se ríe Axel mientras me guiña un
ojo y coloca su mano en mi muslo. Se vuelve hacia mi madre y dice
—. No, Connie, lo siento. No comerciamos con marihuana ni con
ninguna otra droga. Algunos de los muchachos la fuman, pero no
vendemos.
—¿Pero no eres de un verdadero club de moteros? ¡Dime que mi
hija no está saliendo con un tipo que monta una Kawasaki!—resopla
Connie.
—Te lo prometo, tu hija está en la parte trasera de una Harley. Mi
Harley. Y eso no será algo que vaya a cambiar—le informa Axel
pacientemente.
El camarero me salva de más vergüenza al aparecer en ese
momento. Pero el momento no dura mucho, no con mi madre en la
mesa. El camarero es muy joven, como en los primeros años de la
universidad y del tipo hípster. Más bonito que caliente.
Desafortunadamente para mí, mi madre se da cuenta.
Ella le da su orden y después su número de teléfono. Un guiño,
una palmada rápida en el trasero y el pobre chico está balbuceando.
Axel se está riendo de nuevo y estoy poniendo los ojos en blanco con
tanta fuerza que me sorprende que no se me peguen en la nuca.
Cuando el pobre camarero escapa, Connie vuelve su atención a
mí. En sólo unos segundos y en unas pocas palabras, deseo que el
camarero estuviera aquí para mantener su atención lejos de mí.
—Axel, por favor dime que vas a hacer que Bails se relaje sobre la
vida. Ella está demasiado tensa. Se preocupa por cada pequeña cosa
y nunca se divierte. Necesita una follada dura o dos. Eso podría
y p
despejar las telarañas de su coño y poner una sonrisa en ese hermoso
rostro. Con esos músculos que estás luciendo, deberías ser lo
suficientemente fuerte como para darle un buen orgasmo—dice
Connie de manera coloquial mientras apura su copa de vino.
—Con el debido respeto, Connie, pero creo que mantendré mi
vida sexual y la de Bailey entre nosotros. Tengo el suficiente respeto
por su hermosa hija como para mantener esos detalles en privado—
le dice Axel, completamente indiferente a su comportamiento.
—¿Podemos hablar de alguna otra cosa? ¿Algo diferente, por
favor? Te lo imploro.
Capítulo 16
Axel

Estoy acurrucado alrededor de Bailey y su respiración me dice


que está dormida. He descubierto que disfruto haciendo cucharita
con ella mientras duerme. Es extraño, porque antes nunca podía
soportar tener a nadie más en mi cama. Tener sexo y largarme era mi
estilo y ahora me encanta tocar o abrazar a Bailey. Una de mis cosas
favoritas es acostarme con ella y simplemente hablar. Hablamos de
todo y de nada. Me encorvaría y me agarraría mi paquete solo para
asegurarme de que todavía tengo paquete, pero ya lo he hecho y
estoy feliz de informar que todavía tengo una polla. Y bolas. No
olvidemos las bolas.
La cena de esta noche fue instructiva. Ahora entiendo por qué
Bailey siempre parece tan seria. No pensarías que lo sería,
considerando que su madre no lo es, pero ahora todo tiene sentido
cuando lo pienso. Bailey tenía que ser la adulta. Ella era la que se
preocupaba por el pago de las facturas de servicios públicos o de
dónde vendría su próxima comida. No llegó a ser una niña. Prometo
en silencio que nunca más tendrá que preocuparse por ese tipo de
cosas. Quiero ver más sonrisas, escuchar más risas y verla vivir la
vida libre y tranquila.
Me gustó la madre de Bailey, incluso si está loca como una cabra.
Apareció a cenar, vestida como una hippie de los sesenta, diadema,
cuentas y todo, y apestando a marihuana y vino, avergonzando a su
hija sin siquiera darse cuenta del motivo. Eso, no me gustó. No tengo
ningún problema con sus elecciones en la vida. Son suyas para
hacerla. Pero hacer que Bailey se sienta incómoda no está bien para
mí.
Tuve una charla con Horse Nuts después de que conoció a
Connie y me enteré de la conversación sobre las facturas de Connie y
y y
el dinero que le da Bailey. Eso tampoco me gusta. Bailey no debería
apoyar a su madre cuando Connie es perfectamente capaz de
trabajar. La vida del club me ha enseñado que siempre estamos ahí
para la familia, pero no para que ellos se aprovechen. Sin embargo,
no estoy seguro de cómo abordar este tema con Bailey. Quizás Pops
tenga algún consejo.
Escucho que el teléfono vibra en la mesita de noche, extiendo la
mano y lo agarro. Noto que son las 12:10 am y sé que tiene que ser
serio para que alguien me llame a esta hora. Salgo de la cama y
cierro la puerta detrás de mí mientras contesto el teléfono.
—¿Si?
—Rex cree que ha encontrado las coordenadas GPS de un lugar
para una entrega de Ramos. Cash y Reeves consiguieron
información de las calles y creemos que habrá un intercambio a las 4
am—ruge Gunner—. Pero no lo sabremos a menos que estemos allí,
así que nos reunimos en la casa club en veinte minutos.
—Estaré allí en quince—respondo, desconectando.
Vuelvo al dormitorio y despierto a Bailey. Tiene que ir a la casa
club porque no puedo dejarla aquí desprotegida.
Se despierta y se viste sin una sola queja mientras le explico por
qué nos vamos en medio de la noche. Subimos a mi moto y nos
apresuramos a ir a la casa club. La llevo a mi habitación; le doy un
beso y me doy la vuelta para salir.
—Por favor, ten cuidado—me dice Bailey en voz baja.
—Lo tendré, nena. Lo prometo. Tengo mucho por lo que vivir y
esperar contigo en mi vida. Volveré pronto. Duerme un poco y
desayunaremos juntos antes de ir a trabajar hoy—le aseguro.
La veo meterse en la cama y levantar las mantas, pero no me
engaña. Sé que estará despierta y preocupada mientras yo esté fuera.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Los prospectos Horse Nuts y Tommy están en la camioneta y
estacionados a unos pocos kilómetros de distancia esperando
nuestra llamada por si son necesarios. Gunner, Pooh, Vex, Cash y yo
hemos escondido nuestras motos y caminamos por algunos bosques
y un campo para estar cerca del punto de entrega. Rex, Reno y
Reeves han hecho lo mismo, pero están en el lado opuesto del lugar
de entrega. Todos estamos armados con armas y binoculares.
Unos minutos antes de las 4 am, vemos que unos faros se acercan.
Es el mismo SUV que chocó contra Bailey. Se detiene, dejando el
motor en marcha, a menos de treinta y cinco metros de nuestro
escondite. Con los cristales tintados, no puedo decir cuántos
ocupantes hay allí dentro.
Unos minutos más tarde, otro vehículo se acerca desde la
dirección opuesta y se detiene a pocos metros del primero. Las
puertas de los pasajeros de ambos SUV se abren y dos hombres salen
y caminan hacia la parte delantera de sus vehículos.
—¿Tienes el efectivo?—pregunta el pasajero del primer vehículo.
—Sí. ¿Tienes la mercancía? —pregunta el pasajero del segundo
vehículo.
El primer hombre hace un gesto a la camioneta en la que llegó y
la puerta trasera del pasajero se abre y otro hombre sale sacando a
dos mujeres aterrorizadas y casi desnudas detrás de él. Están
esposadas juntas y ambas están temblando y acurrucadas. Hay una
correa atada a un collar alrededor del cuello de una de las mujeres y
el hombre la usa para arrastrarlas hacia adelante. A medida que se
acercan, noto que algo no está bien. Una de las mujeres es mucho
más joven de lo que pensé. Escucho un leve gruñido a mi izquierda y
sé que Gunner también lo ha notado.
Mientras las féminas son empujadas hacia la luz de los faros
delanteros de los vehículos, juro que mi corazón deja de latir por un
momento. La más pequeña no es una mujer sino una niña. Catorce
años tal vez, si es que los tiene. Siento que la rabia se acumula en mis
entrañas y al instante quiero acabar con los tipos, al diablo con las
consecuencias. Siento la rabia de Gunner y sé que los otros hombres
también la están sintiendo.
Los tipos intercambian la correa por un maletín y el trato se ha
hecho. De ninguna manera podemos dejar que se vayan con las
mujeres. No es la forma de los Devil´s permitir que un inocente sea
herido, pero esto es mucho más que eso. Esto es espantoso, incluso
para endurecidos moteros.
Giro la cabeza hacia Gunner, esperando la orden, cuando noto
que Pooh ya se está levantando, pistola en mano. Su movimiento es
una señal para todos y nos movemos como uno solo. Con las armas
en la mano, tenemos los vehículos rodeados en solo unos segundos.
La mujer que lleva el collar agarra la correa y la mano de la niña más
joven y salta hacia un lado, liberándose del agarre del hombre. Antes
de que pueda moverse, Pooh está en su cara con el cañón de su
pistola apretado con fuerza contra la frente del tipo.
—¡Muévete! ¡Te lo ruego, hijo de puta, muévete! ¡Quiero dejar tus
sesos desparramados por todo este lugar!—grita Pooh.
Nadie mueve un músculo durante un buen rato. Cash va de
hombre en hombre y los desarma, incluidos los conductores. Gunner
saca el teléfono y llama a los prospectos para decirles que vengan
rápido.
—Mirad, tíos. Mi jefe pagará mucho para que os vayáis. Todos
vosotros…
¡Crac! El hombre cae de rodillas y luego de espaldas cuando mi
puño se conecta con su cara.
Escucho gemidos y miro a las féminas. La mujer sostiene a la
joven contra su cuerpo y se protege la cara. Observo como Reeves y
Rex se acercan a ellas lentamente, con las manos en alto. Escucho a
Rex decirles en voz baja que están a salvo y que les quitará las
esposas. Les quitan las esposas mientras aseguramos a los hombres,
quitándole sus teléfonos. Los prospectos llegan y subimos a los
hombres a la camioneta y esto no se hace con cuidado.
Cuando me vuelvo hacia las mujeres, noto que ahora están
usando sudaderas con capucha sobre la poca ropa que habían estado
usando. Cash y Pooh ahora solo llevan sus camisetas.
—¿Qué vas a hacer con nosotras?—pregunta la mujer. Su voz es
temblorosa pero sus hombros están hacia atrás y su barbilla está
levantada.
—Te llevaremos de regreso a nuestra casa club. Les daremos de
comer, las vestiremos y recibirán atención médica si la necesitan—
responde Gunner—. Entonces haremos todo lo que tengamos que
hacer para mantenerlas a ambas a salvo. Para llevarlas a casa si eso
es lo que quieren. No estamos aquí para lastimar a ninguna de las
dos. Están a salvo con nosotros y haremos todo lo posible para que
sigan así.
—¿Cómo sabemos que no nos venderán?
—Estuvimos aquí esta noche porque estos hombres han atacado a
mi mujer y hemos estado tratando de ponerles nuestras manos
encima para mantenerla a salvo. Somos el Devil's Angels MC y no
nos ocupamos del tráfico de personas. Vas a tener que creer en
nuestra palabra por ahora, pero estás a salvo con nosotros. Lo juro
por Dios, están a salvo—les digo con sinceridad.
La mujer me estudia por un momento y entonces sus hombros se
relajan y asiente con la cabeza. La joven levanta la cabeza y me mira
y después aparta la mirada rápidamente. El miedo está grabado en
todo su rostro y postura, pero no sé qué más decir para convencerla.
—Soy Carmen y esta jovencita se llama Bella. No le ha dicho una
palabra a nadie desde que nos reunimos hace más de un mes, así que
no estoy seguro de si ese es su nombre verdadero o no. No sé cuánto
tiempo ha estado con ellos, pero a mí me secuestraron hace unos tres
meses. Me trasladaron varias veces y la última vez terminé en una
celda con ella.
—Vamos a llevarlas a las dos de regreso a la casa club. Nuestras
mujeres estarán allí para ayudarlas con todo lo que necesiten—
afirma Gunner con suavidad.
Metemos a las mujeres y a Horse Nuts en una de las camionetas y
escondemos la otra entre los arbustos. No marchamos en dirección a
la casa club, rodeando la furgoneta y el SUV.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Cuando entramos en la casa club, un grupo solemne, lo primero
que veo son las mascotas de Ava en varios lugares de la sala
principal. Puedo decir que Ava está cocinando por el olor a canela
que permanece en la habitación. Escucho un grito ahogado y me giro
para ver a la joven con los ojos abiertos de par en par con asombro.
Miro en la dirección en la que apuntan sus ojos y veo a Loki
avanzando lentamente hacia ella, moviendo la cola con fuerza. Él
está cerca del suelo, casi reptando a lo GI Joe. Es como si supiera que
su tamaño podría asustarla si se pusiera de pie por completo.
Cuando la alcanza, se deja caer completamente sobre su estómago y
la mira.
—Es amigable. Su nombre es Loki y puedes acariciarlo si quieres
—dice Pooh en voz baja.
Ella mira fijamente a Pooh por un segundo y entonces cae de
rodillas y comienza a acariciar a Loki. Loki casi se arrastra hasta su
regazo y apoya la cabeza en su hombro. Él la está consolando a su
manera y es una de las cosas más dulces que he visto en mi vida y le
prometo a Loki en silencio que va a comer un enorme filete para la
cena.
No pasa mucho tiempo antes de que Gee, todavía en pijama, se
acerque a su lado y le gruña, recibiendo una carcajada y una
palmada de su otra mano. Incluso Carmen sonríe en este punto.
Ava y Bailey entran por la puerta de la cocina con bandejas con
rolls de canela y café. Los colocan sobre una mesa y regresan a la
cocina. Todos comenzamos a agarrar tazas de café y rolls y buscamos
lugares para sentarnos. Los prospectos han llevado a los hombres
por las escaleras hasta el sótano para que todos tengamos tiempo de
relajarnos por un momento o dos.
—Bella, ¿quieres un roll de canela?—le pregunta Pooh.
Ella asiente con la cabeza, y después de una última palmada en la
cabeza de Gee y Loki, se levanta y se acerca a Pooh. Él saca una silla
para ella y Bella se sienta, pero no se sirve un roll. Loki se acuesta a
sus pies, entre ella y la silla de Pooh.
—Éramos golpeadas si tocábamos la comida antes de que nos
dijeran que podíamos comer—nos informa Carmen con amargura—.
Cuando nos daban comida.
Bailey cruza la puerta y se dirige directamente a la mesa de Bella.
Deja un vaso de leche y uno de zumo de naranja. Se sienta frente a
ella y pregunta gentilmente:
—¿Quieres comer algo más? Tenemos huevos, panqueques,
tocino. Prácticamente todo lo que te gustaría. Incluso donas con
chispas.
Bella mantiene la cabeza baja pero asiente rápidamente. Después
se encoge un poco como si esperara ser golpeada. Dios mío, quiero
bajar las escaleras y matar lentamente a todos y cada uno de esos
hombres. Veo cómo el rostro de Pooh se tensa y sé que está
pensando lo mismo.
Bailey se levanta y regresa a la cocina solo para volver con Ava y
algunos platos de todo lo que mencionó. Los dejan frente a Bella y
Ava nos dice al resto de nosotros que hay más en la cocina, que nos
sirvamos. Me acerco a Bailey, le rodeo los hombros con los brazos y
la acerco a mi lado.
—Ésta es mi mujer, Bailey, y mi hermana, Ava. Ava es la esposa
de Gunner. Ellas las ayudarán en todo lo que necesiten. No tengan
miedo de preguntar. Queremos que estén cómodas y seguras
mientras decidimos nuestro próximo paso.
—Gracias. Probablemente necesitemos comida, dormir, una
ducha y, sobre todo, algo de atención médica. Y dormir. No hemos
dormido mucho. Al menos no pacíficamente—dice Carmen.
—Podemos ayudarte con todo eso—dice Ava—. Tenemos un
médico del club y está en camino. Bailey y yo hemos preparado una
habitación para las dos y hay toallas y artículos de tocador en el
baño adjunto. Trudy, la esposa de otro miembro del club, está
recogiendo ropa para las dos. Gunner me llamó antes de que
llegaran aquí y empezamos con ventaja. Bella, si quieres, puedes
quedarte con Loki. Parece que le gustas y es una gran protección. Lo
sé, porque me protegió antes. No dejará que nadie te haga daño, te lo
prometo.
Bella mira a Ava y a Bailey y todos pueden ver el alivio en su
rostro. Está empezando a comprender que está a salvo y que su
nuevo amigo, Loki, la mantendrá así.
—¡Hermosa dama!—grazna Mac, caminando por el suelo.
Una vez más, los ojos de Bella se abren ampliamente.
—Ese es Mac y también es amigable. Puedes levantarlo o
acariciarlo, pero debo advertirte. Él hablará sin parar y exigirá
nueces—bromea Gunner.
—No lo haré—responde Mac.
—Lo harás—discute Gunner.
Todos nos echamos a reír e incluso Bella sonríe un poco.
—¿Cuál es tu nombre?—pregunta Mac, mirando a Bella con la
cabeza inclinada.
—Su nombre es Bella y es mejor que no uses un lenguaje soez,
Mac—advierte Ava.
Mac revolotea hasta la mesa y roba una fresa de su plato mientras
Bella se ríe.
¡El mejor sonido de todos!
Lentamente extiende su mano y pasa un dedo por la parte
posterior de la cabeza de Mac. Él se frota la cabeza contra su dedo y
arrulla. Su sonrisa se agranda un poco más.
La puerta principal se abre y entra el doctor, junto con Reno y
Petey. Gunner se aleja para hablar con el médico y llama a Carmen
para que le ayude con los detalles. Miro hacia atrás a Bella a tiempo
para verla dándole un trozo de tocino a Loki, cuya cabeza ahora está
en su regazo. Le guiño un ojo cuando mira hacia arriba y viendo que
fue atrapada, sonríe y baja los ojos a su plato. No toma mucho
tiempo y está casi lamido y sus ojos están comenzando a caer.
Tan pronto como Bella, con Loki a su lado, y Carmen salen de la
habitación con el doctor, Bailey y Ava giran para mirarme. Ambas
están visiblemente molestas a pesar de que eso no se mostró
mientras servían la comida. Mantuvieron su mierda para ellas, como
perfectas damas, pero ahora quieren respuestas y acción. Sabía que
esto se avecinaba.
Antes de que puedan decir una palabra, les rodeo los hombros
con un brazo y las atraigo hacia mí. Nos acurrucamos por un
momento, absorbiendo lo que pasó esta noche. Hay dos víctimas que
ahora son sobrevivientes, porque hicimos lo correcto y dimos un
paso al frente. Estoy enfermo, y sé que ellas también, por la
depravación de algunas personas. ¡Dios mío, Bella es solo una niña!
—Necesitamos ese libro mayor, Axel. El que tiene las
coordenadas para que más mujeres y, Dios no lo quiera, más niñas,
se puedan salvar. Hoy voy a lo de Wellworth para ver si puedo
conseguirlo. Ni siquiera pienses en discutir conmigo. Ésta no es tu
decisión, es mía. No puedo sentarme, esconderme detrás de vosotros
y estar a salvo mientras esto sucede. No puedo hacer eso—afirma
Bailey con determinación.
—Cariño, si falta ese libro mayor, simplemente cambiarán sus
ubicaciones de entrega—trato de razonar con ella—. Tal como están
las cosas, con sus hombres desaparecidos, es posible que lo hagan de
todos modos.
—Tengo que hacer algo. Esto es inconcebible para mí. Ni siquiera
puedo entender el hecho de que suceden este tipo de cosas, y mucho
menos saber que posiblemente podría ayudar a detenerlos. Necesito
ayudar, Axel, por favor entiéndelo.
—Lo entiendo. Simplemente no estoy dispuesto a ponerte en
riesgo para obtener información que ya puede estar desactualizada.
Tengamos Iglesia y averiguaremos a partir de ahí lo que se va a
necesitar, ¿de acuerdo?
—Ax tiene razón. Tenemos que esperar por ahora hasta que
decidan qué van a hacer y qué pueden averiguar de esos hombres
que trajeron aquí. Si te vas a arriesgar, Bailey, al menos espera hasta
que tengan toda la información posible para minimizar el riesgo—
agrega Ava a la discusión. ¡Gracias, Ava!
—No te estás metiendo en este lío. De ningún modo, de ninguna
manera. Te encerraré yo mismo, niña—grita Trigger mientras se
detiene en nuestro grupo. Su rostro es feroz y su mandíbula está
apretada. Él habla en serio.
—Estoy de acuerdo con esperar por ahora. Es el movimiento
inteligente. Pero no me voy a quedar sentada y permitir que esto
suceda si hay una manera en la que puedo ayudar—escupe Bailey.
—No te pongas insolente conmigo, niña. Puede que sea mayor,
pero no soy fácil de convencer, Bailey. ¡Me sentaré sobre ti yo mismo
si tengo que hacerlo! —gruñe Trigger—. No me agradan mucho las
personas, pero te cuento como una de las pocas que sí, y no
resultarás lastimada bajo mi supervisión.
Para sorpresa aun más grande de Ava y mía, Trigger saca a Bailey
de debajo de mi brazo y la abraza. La besa en la coronilla y le dice en
voz baja:
—Los Devil´s no permitirán que esta mierda continúe. Haremos
lo correcto y acabaremos con los negocios de Ramos. Pero tienes que
confiar en tu hombre, en sus hermanos del club, en tu familia, para
que lo hagan a su manera y al mismo tiempo mantener a las mujeres
a salvo. Somos tipos duros y jodidos, machistas o no, tenemos que
hacerlo para poder mirarnos a la cara a nosotros mismos todos los
días.
—Confío en el club para manejar esto. Solo quería ayudar si
podía—responde Bailey.
—Si puedes ayudar, nos aseguraremos de pedírtelo, Bailey. Lo
que tú y Ava hicieron hoy ayudó, incluso si no te lo pareció—le
asegura Trigger.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Estoy de pie con Pooh, Gunner, Cash y mi padre, mirando a los
pedazos de mierda que estaban haciendo el intercambio. Todos
están esposados al techo de la celda en la que los estamos
reteniendo. Con los brazos por encima de la cabeza, algunos con los
pies apenas tocando el suelo, otros nada, y mostrando diversos
signos de miedo. Cash los hizo despojarse de todo. Ropa,
pertenencias y armas. Y por el aspecto de dos de ellos, pelearon y
perdieron.
—¿Quién quiere iniciar esta conversación?—pregunta Gunner, en
voz alta y enojada.
—¡Vete a la mierda!—ladra uno de los tipos de Ramos. El
conductor de la furgoneta en la que estaban las mujeres cuando
llegaron.
No salen más palabras de su boca cuando el puño de Pooh
conecta con ella. Duro. La sangre comienza a correr por su barbilla y
escupe más en el suelo antes de mirar a Pooh.
Gunner se vuelve hacia los dos que estaban allí para recoger a las
mujeres y les pregunta:
—¿Para quién trabajan? ¿A dónde iban a enviar a las mujeres?
Ninguno de los dos le responde. Ni un pío sale de ellos hasta que
Pooh comienza a ponerse guantes de látex. Uno de los hombres
comienza a inquietarse y a mirar nerviosamente a Pooh. Cuando
Pooh se acerca a él, se derrumba y comienza a vomitar.
—¡Oye! ¡Espera! ¡Detente! Solo transportamos. No estamos
involucrados con las mujeres. ¡No las tocamos! Nos pagan para
recogerlas y entregarlas. ¡Eso es todo!
—El presidente hizo dos preguntas y no respondiste a ninguna
de ellas. Apesta ser tú ahora mismo—le dice Pooh al tipo mientras
alcanza el paquete del hombre, esquivando las piernas del tipo. Pooh
le agarra polla y la usa para comenzar a balancearlo hacia adelante y
hacia atrás. Me estremezco un poco y quiero acunarme, pero eso
hace que la boca del tipo se abra y las palabras se derramen
rápidamente.
—¡Nos paga un tipo llamado Blake Ross! Compra esclavas
sexuales y prefiere las vírgenes. Cuanto más joven, mejor. Las
transportamos desde el área de Denver hasta Detroit. Éste es nuestro
segundo transporte para él durante este año.
Pooh suelta al hombre y retrocede.
—¿Cuántas tiene si este es vuestro segundo viaje?—pregunta
Gunner.
—Eh, no tiene ninguna hasta que lleguemos allí con estas dos. No
duran mucho.
Pooh se abalanza sobre el tipo, vapuleándolo con fuerza,
golpeando donde puede aterrizar un puño. Después de algunos
puñetazos, Cash agarra los brazos de Pooh y lo aparta del tipo.
—¿Qué mierda, hombre? Estoy respondiendo a tus preguntas—
dice el tipo gimiendo de dolor.
—¿Qué mierda? ¿Qué MIERDA?—ruge Pooh—. Ibas a
transportar a dos mujeres, una de ellas siendo una niña, a un hombre
que eventualmente las mata con su depravación y preguntas ¿qué
mierda?
Cash tiene que luchar para contener a Pooh, pero ninguno de
nosotros quiere que lo contenga. Queremos herir a estos cabrones
tanto como Pooh.
Después de aproximadamente una hora de interrogatorio,
tenemos mucha información. También tenemos a cuatro hombres
golpeados y sangrando todavía colgados en nuestra celda. Todos
nos turnamos para “interrogarlos” hasta que sentimos que habíamos
obtenido todo lo que podíamos obtener de ellos. Incluso mi padre
perdió su mierda un par de veces e hizo daño. Cuanto más hablaban
los tipos, más enojados estábamos todos. Me enfermó lo que
escuché. Es difícil creer lo despreocupados que fueron con las
mujeres cuyas vidas diezmaron. Para cuando terminamos, quería
darme una ducha con la esperanza de lavar la suciedad que llegaron
a ser estos tipos.
Subo las escaleras, veo a Bailey y la tomo de la mano mientras la
llevo a mi habitación. Sin una palabra, nos desnudo a los dos y la
llevo a la ducha conmigo. Con el agua caliente cayendo sobre
nosotros, la rodeo con los brazos y apoyo la mejilla en la parte
superior de su cabeza. Bailey envuelve sus brazos alrededor de mi
cintura y apoya un lado de su rostro contra mis pectorales. Nos
abrazamos, en silencio, mientras el agua cae sobre nosotros. Pasados
unos minutos, nos enjabonamos, enjuagamos y secamos. La meto en
la cama conmigo, la rodeo con el brazo y la aprieto con fuerza. Con
su cabeza en mi pecho, subo y bajo suavemente la mano por su
espalda mientras nos quedamos dormidos.

Cuando nos despertamos y entramos en la sala principal, lo


primero que veo es a Bella sentada en un sofá con Loki a sus pies,
Gee acostado con la cabeza en su regazo y Mac apoyado en el brazo
del sofá, parloteando sin parar. Tengo que amar a esa molesta cosita
emplumada cuando veo una sonrisa en el rostro de Bella ante las
payasadas de Mac.
—¿Tienes hambre, Bella?—pregunta Bailey gentilmente.
Bella niega con la cabeza, pero no hace contacto visual.
—Si necesitas algo, avísanos a uno de nosotros, ¿de acuerdo,
cariño?—añado yo.
Bella asiente con la cabeza y luego agacha la barbilla hacia su
pecho mientras pasa su mano suavemente hacia arriba y hacia abajo
por el regordete Gee. Parece estar en buenas manos, así que me dirijo
a la oficina de Gunner y Bailey va a la cocina.
He aprendido la lección de entrar sin avisar, así que llamo a la
puerta medio cerrada y espero.
—Adelante—ladra Gunner.
Empujo la puerta para abrirla, doy un paso hacia la oficina y me
detengo por completo en estado de shock. La oficina está destrozada.
¡Y me refiero a convertida en un basural! El escritorio está al revés, la
silla de lado. Las otras sillas están por toda la oficina. Los papeles
están esparcidos por todas partes. El portátil en el suelo, roto en la
esquina. Y Gunner está de espaldas a mí, mirando por una ventana,
con las manos en las caderas. Rex está parado en el rincón más
alejado, sosteniendo un portátil. Ambos hombres están tensos y
enojados como el infierno.
—Mierda. Esto no está bien. ¿Que pasó?—pregunto a la
habitación.
—Ella es una niña. Una maldita niña. ¿Quién hace esta mierda?
—dice Gunner con voz monótona. Sin inflexión en absoluto. De
repente, sus hombros y su cabeza caen.
—Gunner, hombre, vamos. ¿Dime qué ha pasado ahora? —
vuelvo a preguntar, preparándome para lo que esté por venir.
—Rex ha estado buscando niñas desaparecidos y nadie ha
reportado la desaparición de una niña que se parezca a Bella. Así
que tuvimos otra charla con los hombres de Ramos y finalmente nos
dijeron que Bella no estaba “desaparecida”. Su madre la vendió a
Ramos por dinero para drogas.
Me agacho y agarro la silla más cercana, la enderezo y tomo
asiento. No confío en mí mismo para no acabar con lo que queda de
la oficina. Dejo caer mi cabeza en mis manos, los codos en las
rodillas, y sé que no me preparé lo suficiente para este tipo de
noticias. Mi estómago se revuelve y siento que la ira aumenta. Ira
que necesita una salida y pronto.
—Nuestro problema ahora es qué hacer con ella. Si la entregamos
a las autoridades y no podemos probar que su madre la vendió, se la
devolverán. Eso no va a suceder en lo que a mí respecta. Liquidaré a
la madre yo mismo. E incluso si podemos probar lo que su madre
hizo, Bella entra en el sistema. Sé que hay muchos padres adoptivos
geniales, pero hay algunos que no lo son. Confiaríamos en el
gobierno con su seguridad y bienestar. Supongo que no tiene otros
parientes o alguien habría denunciado su desaparición—me dice
Rex, con la voz vibrando de ira y hablando por primera vez.
—¿Has hablado con tu amigo federal sobre algo de esto?—le
pregunto a Rex.
—Aún no. El club tendrá que tomar una decisión sobre cómo
proceder antes de que me ponga en contacto con él. Acabo de
encontrar esta información y se la llevé a Gunner.
—¿Qué has averiguado sobre Carmen? ¿Tiene adonde volver? —
le pregunto.
—Sí. Ella estará bien. Físicamente, de todos modos. Le dije que el
club cubriría los costos si busca asesoramiento. Ella está convencida
de que no quiere que la policía se involucre. Solo quiere ir a su casa,
recuperarse y seguir adelante con su vida. Fue maltratada de una
manera que probablemente nunca superará por completo, pero
estaremos allí para ayudarla si necesita algo. Llamó a su casa y su
hermano viene a recogerla—dice Gunner, todavía con esa voz
monótona, todavía mirando hacia la ventana.
—Solo voy a decir lo que todos estamos pensando. ¿Podemos
quedarnos con Bella? Ella no tendría que volver con ese pedazo de
mierda de su madre y somos suficientes para asegurarnos de que
siempre esté segura y amada. Conseguirle documentos falsos.
Educarla aquí en casa. Algo, cualquier cosa es mejor que enviarla de
regreso—digo.
—Estoy de acuerdo, Axe. Pero tenemos que pensarlo todo antes
de tomar esa decisión. Y Bella tiene que ayudar a tomar esa decisión.
Es su vida. Tiene trece años, así que es lo bastante mayor para saber
si vivir aquí, con uno de nosotros, es mejor que volver a su casa. Pero
no habla, por lo que es difícil comunicarse con ella. El doctor dijo
que no tiene nada de malo físicamente, por lo que no hablar es
defensivo o emocional provocado por un trauma. Dijo que le diera
unos días para que se sintiera cómoda aquí antes de intentar obtener
respuestas de ella—dice Gunner, con voz cansada.
—Llévate a Ava y vete a casa, Gunner. Estás cansado y Ava
necesita un descanso. Bailey y yo controlaremos el fuerte. Vete—le
ordeno.
Sorprendentemente, escucha y sale de la habitación.
Capítulo 17
Bailey

Estoy parada en la puerta de la cocina que conduce a la


habitación principal y mirando a Bella y las mascotas en silencio.
Mac todavía está haciendo todo lo posible para entretenerla y parece
estar funcionando. Gee está empujando una pelota por la habitación
con su hocico y es el pequeño feliz que siempre es. Loki, por
supuesto, todavía está acostado a sus pies.
Veo a Pooh entrando desde el exterior y sus ojos inmediatamente
buscan a Bella. Los de ella se levantan y se encuentra con los de él
por un breve momento antes de que una sonrisa apenas visible
llegue a su rostro. Pooh sonríe y le guiña un ojo antes de caminar
hacia la barra y tomar asiento. Me acerco y tomo asiento a su lado.
—¿Estás bien, cariño?—me pregunta.
—Si. Creo que sí. Es mucho para asimilar, Pooh. Hace un par de
meses, llevaba una vida tranquila y aburrida. Estaba a salva y
segura, pero todo era en blanco y negro. Mi madre era mi mayor
preocupación y ahora me doy cuenta de lo insignificante que es su
mierda en el esquema de las cosas. Ahora, con Axel y el club, mi
vida es brillante, brillante y colorida. ¿Pero tráfico sexual? ¡Qué
carajo, Pooh! Sé que sucede, pero nunca había tocado mi vida antes y
es inquietante, ¿verdad?—le digo en voz baja.
—Sí, es eso y más. Odio saber que está sucediendo en todo el
mundo y no podemos hacer nada para detenerlo. Me dan ganas de
romper cosas. Matar. Las mujeres están siendo tratadas peor que el
ganado y hay muchos hombres que están de acuerdo con eso.
Hombres que fomentan y participan en esa mierda. Están enfermos
y necesitan ser sacrificados. Es incluso peor cuando se trata de niños
—gruñe.
—Es muy fácil escucharlo en las noticias y sentirse mal, pero
cuando se introduce en tu vida de esta manera, es abrumador.
Quiero ayudar a estas víctimas y, sin embargo, no sé cómo. Me
siento inútil e impotente, pero cuando miro la cara de la pequeña
Bella, sé que haré lo que sea necesario para mantenerla a salvo y
ayudar a otras como ella. —Me hundo en mi asiento, sintiéndome de
repente veinte años mayor de lo que soy.
Pooh coloca su mano en la parte de atrás de mi cuello e inclina su
rostro hacia el mío.
—Lo haremos juntos. Como equipo, como familia. ¿Sí?—dice
suavemente.
—¿Estás tratando de robar a mi chica?—pregunta Axel, mientras
quita la mano de Pooh y la reemplaza con la suya.
Miro su rostro para verlo lleno de fingida indignación. Pooh
suspira, niega con la cabeza y declara en voz alta:
—De ninguna manera. Tengo mi propia chica. La más bonita del
condado. Ella está sentada allí en el sofá con Mac.
Miro para ver a Bella sonreír y luego agacha un poco la cabeza.
Pooh se levanta y se sienta en el sofá junto a Bella. Él le da un codazo
en el hombro con el suyo.
—Axel cree que todas las chicas lo quieren, pero está equivocado,
¿verdad? ¡Tiene treinta y tantos años y ya es calvo! ¿Quién querría
eso? ¿Qué piensas?— le pregunta Pooh.
Bella sonríe y se encoge de hombros un poco, mirando entre Axel
y Pooh.
—¡Tengo músculos más grandes que tú, Pooh! ¡A todas las chicas
les gusta los músculos!—resopla Axel.
—Tal vez, tienes una boca más grande—replica Pooh, más para el
deleite de Bella mientras se ríe en voz alta. Las tonterías de los
hombres la está ayudando a relajarse.
Mac comienza a cantar Da Ya Think I'm Sexy (Crees Que Soy Sexy)
agitando las plumas de la cola y Bella renuncia a la pelea y se echa a
reír. Es un sonido reconfortante.
—Mac vuelve a robar el centro de atención—suspira Pooh.
Bella mira a Pooh con ojos sonrientes y dice:
—¡Mac es genial!
Todos los adultos en la habitación se congelan por un segundo
pero Bella no se da cuenta mientras continúa riéndose de Mac.
—Sí, muñeca, es genial—responde Pooh mientras le hace un
guiño a Mac.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Axel y yo pasamos la noche en la casa club al igual que varios de
los hermanos. Estoy en la cocina cocinando una gran cantidad de
panqueques y tocino cuando Bella entra silenciosamente, con Loki, y
toma asiento en una de las mesas de trabajo.
—Hola, Bella. ¿Tienes hambre?
Ella asiente con la cabeza y su mano encuentra la pata de Loki y
lo acaricia suavemente. Puedo decir que todavía está un poco
nerviosa, pero parece más tranquila que ayer.
Le entrego un plato con una pila muy alta y me río cuando la veo
deslizar el primer trozo de tocino a Loki. Axel entra en la habitación
con Pooh y me río a carcajadas por la expresión de la cara de Bella
cuando Axel le quita un trozo de tocino del plato y se lo mete en la
boca. Mientras su carita se arruga, Pooh también agarra un pedazo.
Las manos de Bella golpean sus caderas y mira a ambos hombres
con los ojos entrecerrados. Ellos comienzan a reírse de su expresión
cuando ella nos sorprende de nuevo.
—¡No me hagan soltar a Loki contra ustedes dos, ladrones!—grita
ella.
Ambos hombres inmediatamente levantan las manos y dan un
paso atrás con miedo fingido. El rostro de Bella se relaja con una
sonrisa y vuelve a su plato.
—Tomad vuestros platos, criminales, antes de que Loki haga
ejercicio—les digo, guiñándole un ojo a Bella. Ella sonríe
enormemente mientras continúa devorando su desayuno.
La puerta trasera se abre y Chubs entra. Se detiene en seco y mira
a Bella por un momento antes de decir:
—¿Quién es esta hermosa dama?
—Ésta es Bella y es mi nueva mejor amiga—le dice Pooh—. Y no
tiene miedo de utilizar los talentos de Loki si intentas robar su
comida, así que ten cuidado.
Chubs rápidamente retira la mano de donde había caído cerca de
su plato. Bella lo mira enojada antes de arruinarlo con una risita.
Chubs toma asiento junto a ella y me mira esperanzado. Lleno dos
platos y se los entrego. Los ojos de Bella se agrandan cuando ve la
cantidad de comida que Chubs tiene frente a él. Él sonríe mientras
vierte una cantidad obscena de almíbar sobre sus panqueques.
—¿Cuál es tu nombre?—pregunta Bella a Chubs entre bocado y
bocado.
—Chubs.
—¿Por qué Chubs? No estás gordo—continúa preguntando.
—Es mi nombre de carretera. Es como un apodo que los
miembros del club se dan entre sí. Cuando llegué al club, estaba
muy flaco. Así que me llamaron Chubs en broma. Pero la broma fue
para ellos porque comencé a ganar peso después de ingresar al club.
—Entonces, ese tipo realmente alto debería llamarse Shorty, no
Gunner—razona en voz alta—. Y deberías ser Hairy porque eres
calvo—continúa Bella, mirando a Axel. Él le hace una mueca que la
hace reír.
—¿Cuál debería ser mi nombre?—pregunta Pooh.
—Bully. Porque eres tan agradable.
¡Momento total de ahhhh! Todo el rostro de Pooh se suaviza y
puedo decir que ese comentario lo golpeó en el corazón. Él se acerca
y tira suavemente de su cola de caballo mientras murmura:
y
—Gracias, muñeca.

Es temprano en la tarde cuando el hermano de Carmen llega a la


casa club. Cuando lo llevan a la sala principal, Carmen salta de su
asiento y corre hacia él, sollozando. Él la abraza con fuerza mientras
ella llora en su hombro. Sus ojos están húmedos pero se controla en
su mayor parte. Después de unos momentos de hablar en voz baja,
se vuelve hacia la habitación.
—¿A quién le agradezco por salvar a mi hermana?
—No se necesitan dar las gracias, hombre. Lamento las
circunstancias, pero me alegro de que estuviéramos allí para salvarla
—responde Axel.
—¿Por qué no vienes a la oficina con nosotros mientras Carmen
se despide de Bella?—pide Petey, poniéndose de pie para liderar el
camino.
Los hombres salen de la habitación y Carmen se sienta junto a
Bella y le toma las manos. Carmen habla con Bella por unos
momentos hasta que su hermano regresa. Le da a Bella un abrazo
rápido, toma la mochila de las cosas que Trudy le dio y se vuelve
hacia las mujeres.
—Muchas gracias. Nunca podré pagarles a todos por lo que
hicieron por mí. Dios los bendiga.
—Si hay algo que podamos hacer para ayudar al club, por favor
llamen—agrega su hermano antes de darse la vuelta y salir de la
casa club.
Miro a Bella y la veo con una cara muy triste. Pooh se sienta junto
a ella y la empuja contra su costado y ella apoya la cabeza contra él.
—¿Por qué estás tan triste, Sugar? ¿Vas a extrañar a Carmen? —le
pregunta.
—No, en realidad no. Nunca llegué a conocerla mucho. Estoy
triste porque no hay ningún hermano para mí. Para que venga a
buscarme como hizo el suyo—murmura Bella.
—No necesitas un hermano. Tienes varios, aquí mismo en esta
sala, que siempre vendrán a buscarte si los necesitas. Mira a tu
alrededor, Bella, y verás un gran grupo de personas a las que les
encantaría ser tu familia. Ser tus hermanos, tíos, abuelos, tías,
hermanas, madre o padre. ¿Ya tienes alguno de esos?—le pregunta
Pooh con cuidado.
—Tengo una madre pero no quiero volver allí. ¡Por favor, Pooh!
¡No me hagas volver con mi madre! —Su voz se quiebra y vuelve su
rostro hacia el costado de Pooh y lo esconde allí.
El motero grande y rudo tira de ella con más fuerza hacia él y le
besa la parte superior de la cabeza. Mira alrededor de la habitación,
a sus hermanos, y le dice ferozmente:
—Si no quieres volver allí, no tendrás que hacerlo. Puedes
quedarte aquí con nosotros o podemos encontrarte un mejor hogar
con alguien que quiera una chica hermosa e inteligente como tú.
—¿Juramento de meñique?—pregunta ella, levantando su dedo
meñique.
—Juramento de meñique—dice Pooh, envolviendo su dedo
meñique alrededor del diminuto de ella y asegurándolos juntos.
La parte más triste de todo el intercambio es lo aliviada que se ve
después de que la promesa de Pooh llegara a sus oídos. Sé que no
soy lo suficientemente valiente como para querer saber las razones
por las que desea tanto alejarse de su madre. Ser vendida fue
bastante malo, pero tengo la sensación de que fue solo la gota que
colmó el vaso.
Capítulo 18
Axel

Estamos en la Iglesia y las cosas se están calentando entre los


hermanos. El tema principal es Bella y lo que hay que hacer con
nuestra hermosa invitada. Ella está saliendo de su caparazón y
hablando más, pero aún evita hablar de lo que le sucedió mientras
estaba con la gente de Ramos o de su vida anterior con su madre.
Interrumpo la conversación, sin importarme que esté
interrumpiendo a Pooh.
—Ella es nuestra ahora. Es parte del club, parte de nuestra
familia. Punto. Eso no necesita ser discutido porque así será. La
pregunta es ¿dónde la ponemos? ¿Dónde la ubicamos? No puede
seguir viviendo en la casa club. Las chicas del club se han mantenido
alejadas, como les ordenamos, pero la casa club no es un lugar para
una niña de su edad. Entonces, me gustaría hacer una moción para
que se vaya a vivir con Pops y Trudy. Todos sabemos que Pops es el
mejor padre de todos los tiempos y Trudy siempre ha querido un
hijo. Mi padre no puede darle eso, así que esta sería la solución
perfecta. Bella estaría en el complejo ya que ahora viven aquí y de
esa manera todos podemos ser parte de su educación. Especialmente
Pooh y Chubs, ya que parece estar más cómoda con ellos. Y las
mascotas están aquí y ella está muy apegada a Loki y se siente
segura teniéndolo con ella.
—Apoyo ese moción—grita mi padre, poniéndose de pie de un
salto.
—¡No puedes apoyar ese moción ya que se trata de ti!—se ríe
Gunner.
—Apoyo esa moción—dice Pooh, sorprendiéndome ya que se
había ofrecido primero a que ella viviera con él.
—¿La apoyas?—le pregunto.
—Sí, entiendo que estaría mejor con Trudy siendo mujer y nadie
puede negar que Big Petey es un gran padre. Pero voy a ser una
parte importante de su vida, así que prepárate para eso, Petey—dice
Pooh, sonriéndole a mi padre.
—Lo mejor para ella, Pooh—dice él con sinceridad.
—Bueno. Votemos que Bella se mude con Big Petey y Trudy—
ordena Gunner.
Es unánime, por supuesto.
Bella se tomó bien la noticia y solo preguntó si aún podría ver a
todos y si Loki podía visitarla en la casa de mi padre. Sí y sí. Trudy
rompió a llorar cuando se enteró y abrazó a Bella con tanta fuerza
que mi padre tuvo que intervenir antes de que ocurrieran lesiones.
Las mujeres hicieron planes para llevar a Bella a las tiendas para
elegir su ropa de cama, cortinas, ropa y Dios sabe qué más, cuando
Pooh puso su tarjeta de crédito en la mano de Trudy. Cuando ella
intentó devolvérsela, Pooh se enojó.
—Estoy pagando. Eso es definitivo—ladró y se marchó.
—Usa su tarjeta, cariño. Está haciendo lo que cree que es mejor
para Bella, pero le está costando. Él quería criarla y accedió para que
lo pudiéramos hacer nosotros. Dale esto, ¿Ok? —le aconseja mi
padre.
—Está bien, Petey—concede Trudy.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
—Joder, sí, cariño, justo así. ¡Dios, no te detengas, Bailey!
Acuno la parte de atrás de su cabeza mientras sus labios
continúan adorando mi polla. Tengo la cabeza echada hacia atrás
contra el sofá y mis ojos están cerrados contra el furioso placer que
Bailey me está dando. Soy un bastardo afortunado y lo sé bien. Y soy
lo suficientemente inteligente como para apreciar eso y no abusar del
hecho de que Bailey realmente disfruta de tener su boca envuelta
alrededor de mi miembro.
Me estoy acercando y entonces siento que la mano de Bailey
agarra mis bolas suavemente y tira de ellas. No hay forma de que
pueda continuar con esta hermosa tortura y correrme.
—Bailey, cariño, necesito estar dentro de ti—gimo.
La siento negar con la cabeza y aumentar la succión. Estamos en
niveles peligrosos de puro placer en este momento.
—¡Cariño, por el amor de Dios, necesito que te hundas en mi
polla, ahora!— insisto mientras trato de instarla a que cumpla con
mis manos.
Ella levanta la cabeza lo suficiente para negar y recupera mi polla
con renovado vigor. Sí, no voy a durar mucho.
—¡Oh mierda! Oh, sí—gimo mientras me corro por su garganta.
Ella sigue acariciándome la polla con mano, labios y lengua y
entonces me derrumbo contra el sofá, agotado física y mentalmente.
Bailey se limpia la boca delicadamente, se sube a mi regazo y se
acurruca contra mí. Envuelvo mis brazos alrededor de ella y saboreo
la sensación de esta mujer en mis brazos.
—Cuando pueda moverme de nuevo, te devolveré el favor,
Tinker—le informo mientras acaricio un lado de su rostro.
—Cuento con eso—susurra ella.
No decepciono a mi chica. No me detengo hasta que ella está
aniquilada y ambos colapsamos juntos en la cama y dormimos como
muertos.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Bailey sonríe y se apresura hacia la puerta cuando escucha un
rasguño procedente de esa dirección. La abre y Mac entra
pavoneando su trasero plumoso en su apartamento como si fuera el
dueño del porro.
—¡Hola, Bails!—dice Mac, dándole un movimiento de ala
mientras pasa junto a ella.
—¡Hola, Mac! Encantada de verte—responde ella.
—Lo sé—responde Mac. Pequeña mierda engreída.
—¿Qué pasa, Mac?—le pregunto.
—Contigo nada—responde.
—Que te den, Mac—digo riéndome de él.
—No, gracias—responde mientras Bailey se ríe de los dos.
Continúa caminando a mi lado y después vuela su trasero hasta
una percha que nunca antes había notado. Él mira a Bailey y ordena:
—¡Dibújame!
—Lo siento, Mac, hoy no puedo, cariño. Tengo trabajo que hacer,
pero puedes pasar el rato conmigo si quieres. Tengo Cheetos y
puedo sintonizar The Big Bang Theory si quieres—le informa Bailey.
—Perrrrrfecto!—responde Mac, haciendo rodar las R.
—¿Te escuché decir que tienes Cheetos?—pregunta Chubs
mientras entra por la puerta que Bailey todavía mantiene abierta.
Tiene dos grandes bolsas de la compra en sus manos y una gran
sonrisa en el rostro.
—Sí, lo hiciste. Y tengo esa salsa Ranch para ellos que a ti también
te gusta —le dice Bailey a Chubs, sonriéndole enormemente. ¡Dios,
mi chica ama a Chubs! Todas las malditas mujeres del club adoran al
bastardo de pelo rizado. Aunque es difícil no hacerlo.
—Tengo que estar contigo todo el día, así que traje algunos
bocadillos para nosotros—dice mientras deja las bolsas en la
encimera y comienza a descargarlas—. ¿Vas a trabajar en ese tanque
hoy, Bailey?
—Eh, quizás. Sin embargo, tengo mucho trabajo para poner al día
primero —le responde Bailey, pero veo que sus ojos se mueven
nerviosamente hacia mí y luego de vuelta a Chubs.
Espera. Deténgase un minuto. ¿Qué tanque? ¿Y por qué la mirada
nerviosa?
—¿Qué tanque? ¿De qué están hablando ustedes dos? —
pregunto, cruzando los brazos sobre mi pecho. Estoy un poco
molesto de que Chubs sepa algo que yo no. Sí, puedo ser así de
infantil. Después de todo, soy un auténtico hombre.
—En el que practica antes de comenzar el que está haciendo para
Trigger—dice Chubs casualmente mientras abre una caja de
cupcakes, ajeno al hecho de que Bailey me lo estaba ocultando por
alguna razón. Una razón por la que voy a exprimirla.

Apunto mis ojos en su dirección y levanto las cejas. Ella me da


una enorme sonrisa falsa y dice:
—¿No tienes que salir a la carretera ahora, Axel?
—No hasta que vea el tanque, Tinker.
—¡Tinker! ¡Jajaja!—interviene Mac.
—¡Eres un dolor en mi culo, Axel!—me grita Bailey mientras
camina hacia el dormitorio.
Ella regresa con un tanque de gasolina para una Harley. Y está
pintado maravillosamente con un detallado cementerio, lápidas y
todo. Ella lo empuja hacia mi pecho, con un poco más de fuerza de la
necesaria, y le sonrío mientras lo tomo y lo miro.
—¿Por qué no quieres que vea esto? ¡Es increíble, Bails!—le
pregunto, confundido.
—No es que no quisiera que lo vieras, Axe. Solo estoy
practicando en este y no estoy segura de poder pintar uno lo
suficientemente bueno para darlo como regalo de agradecimiento.
Quería aprender a pintar en un tanque antes de que la gente lo viera.
Pero me olvidé de guardarlo un día cuando apareció Chubs. Eso es
todo—me dice en voz baja.
—Cariño, tienes que creer en que tienes verdadero talento. ¡Esto
es genial como la mierda! Por favor, créeme, cariño. Cuando te
sientas cómoda haciendo esto, quiero uno. Y no pondría algo en una
de mis motos que no crea que sea la mierda. Joder mujer, me estás
matando. ¿Qué estás pintando en el de Trigger?
—Estaba pensando en intentar pintarlo para que pareciera una
calavera. No solo pintar una calavera, sino sombrearla para que el
tanque parezca una calavera. Aquí está el boceto que dibujé de cómo
me gustaría que saliera—me dice Bailey mientras me entrega su
cuaderno de bocetos.
Es la cosa más genial que he visto en mucho tiempo. A Trigger le
encantará si ella tiene el coraje de pintarlo para él. Lo conoce
bastante bien si eligió una calavera para él. A los dos nos gustan las
calaveras y él tiene algunas tatuadas que son geniales pero no tan
geniales como el boceto de Bailey.
—Dile a mi padre lo que quieres hacer por Trigger y él te
conseguirá el tanque de gasolina correcto. Y lo mantendrá en secreto
para que Trigger no se entere. Créeme, cariño, le encantará—le digo,
dándole un beso en la frente.
—Yo también cerraré los labios, Bailey. Lamento haber vomitado
los frijoles con Axel—agrega Chubs.
—No hay problema, Chubs. Pero gracias. Creo que iré a ver a
Petey hoy—dice y nos sonríe a los dos.
—Eso es genial, nena. Pero también necesitas correr a la tienda
para conseguir los suministros que necesitas para pintar la pared de
la casa club—le recuerdo mientras esquivo su golpe y salgo por la
puerta, riendo.
Capítulo 19
Bailey

Estoy parada nerviosamente sobre un andamio, dos pisos en el


aire, dibujando el contorno del parche del club en el costado de la
casa club. Sí, perdí la batalla contra Axel. Su método de tener
“discusiones” me agotó y finalmente cedí y prometí que haría esto si
dejaba de atormentarme y me daba los orgasmos que mi cuerpo le
estaba rogando. Lo hizo gloriosamente, así que aquí estoy.
Bella ha estado en el club por varias semanas. El tiempo pasa
rápido. Encontré una docena de excusas para no hacer este mural,
pero Axel está decidido. Así que aquí estoy.
Hoy hace un poco más de frío, hay una ligera brisa, así que estoy
con una de las viejas sudaderas con capucha de Axel y unos
vaqueros viejos salpicados de pintura que he tenido desde siempre.
Arreglé mi cabello en un nudo desordenado en la parte superior de
mi cabeza para que los mechones no vuelen dentro de la pintura una
vez que comience. Miro hacia abajo y veo a varios miembros del club
mirando desde abajo. Sí, eso no ayuda a mis nervios en absoluto.
Una vez que empiezo a trabajar, me olvido de la audiencia y me
pierdo en el arte. Estaba preocupada por mantener las dimensiones
correctas, pero ahora puedo verlas perfectamente a través del ojo de
mi mente. A medida que me acerco al suelo, voy ganando confianza
en mis habilidades.
Me tomo un descanso después de terminar el bosquejo y bebo un
café con Ava en la cocina. Ella regresó de la pastelería temprano hoy
y está disfrutando de su taza de descafeinado. El bulto de su bebé es
mucho más que un bulto ahora y tiene la adorable costumbre de
acunar su vientre en crecimiento y frotarlo inconscientemente. Como
sabe que está embarazada de gemelos, Gunner es dos veces más
protector e insiste en que no trabaje días completos en la pastelería.
Si él se saliera con la suya, ella pasaría todo su embarazo acostada en
una cama de algodón, pero Ava ignora sus ridículas demandas con
una sonrisa y un beso y hace lo que le place. Ella tiene su mierda en
orden y tranquilamente sigue con su vida a pesar de que Gunner
despotrica y delira sobre las cosas.
La envidio mucho. No sobre todo, pero definitivamente sobre el
embarazo. Nunca me di cuenta, hasta que estuve cerca de Ava y
Bella, cuánto quería tener hijos. Si Axel y yo llegamos hasta el final,
será mejor que se prepare para una casa llena de ellos. Necesito
averiguar cómo se siente con los niños, pero después de verlo con
Bella, estoy seguro de que él también quiere algunos.
Después de una agradable conversación con Ava, vuelvo al
trabajo. Ahora estoy lista para pintar. Hace un poco de calor y el
clima es perfecto en este momento, así que necesito poner manos a la
obra. Pasa alrededor de una hora cuando la lata de pintura que
tengo en la mano izquierda explota y se sale de mi mano justo
cuando escucho un fuerte crujido. No tengo ni idea de lo que acaba
de pasar. Mientras estoy de pie, dos pisos sobre el suelo, tratando de
entender lo que está sucediendo, escucho otro fuerte crujido y la
pared frente a mi cara me escupe pedazos de hormigón y pintura
fresca. Escucho voces masculinas gritando mi nombre y miro para
ver a Cash y Gunner corriendo en mi dirección con armas en las
manos.
Instantáneamente caigo al suelo del andamio cuando me doy
cuenta de que me están disparando y el miedo se apodera de mí. Me
arrastro hasta el borde y balanceo las piernas para alcanzar las
barras que forman una escalera. Otro disparo golpea el andamio y lo
sacude con fuerza.
Bajo reptando por el costado un peldaño cuando escucho la voz
de Cash debajo de mí.
—¡Salta, Bailey! ¡Ahora! ¡Te atraparé!
¿Está loco? No voy a saltar un piso y medio con la esperanza de
que me atrape. Eso es suicida. Bajo un peldaño más antes de que
q p j p q
otro disparo suene con fuerza y golpee el edificio de nuevo.
¡A la mierda con esto!. Cash es una mejor opción que recibir un
disparo. Miro, veo a Cash debajo de mí y suelto los barrotes. Me
agarra frenando mi caída, pero todavía nos golpeamos contra el
suelo con una fuerza incómoda. Rueda sobre mí y cubre mi cuerpo
con el suyo.
Veo varios pares de botas corriendo junto a nosotros hacia la
puerta y escucho varios disparos más de diferente intensidad.
Después de unos segundos, Cash se levanta de encima mío, me
levanta y arrastra el culo por la esquina del edificio hacia la cocina.
Me deja en una mesa y me grita:
—¡Ve a la habitación de Axel! Cierre la puerta y no la abras a
menos que sepas que es uno de nosotros. ¡Ve!
Mientras corro por la sala principal, veo a Duffy durmiendo en
un sofá. Corro hacia él, tomo su cuerpo regordete en mis brazos y
continúo mi carrera hacia la habitación de Axel. Cierro y trabo la
puerta, me arrastro hasta la cama y abrazo a Duffy contra mi pecho.
Un momento después, escucho la voz de Pooh, gritando mi
nombre en voz alta y me apresuro a abrir la puerta. Empuja a Bella
hacia mí y la meto en la habitación y vuelvo a cerrar la puerta
mientras Pooh se da la vuelta y corre por el pasillo.
La llevo a la cama y ambas nos subimos y ella instantáneamente
tira a Duffy a su regazo. Sus ojos son grandes y parece aterrorizada.
Me acerco a ella y le rodeo los hombros con el brazo.
—No te preocupes, Bella. Los hombres no dejarán que nadie nos
hagan daño a ninguna de los dos. Estamos a salvo aquí—le aseguro
suavemente.
—Sé que lo harán, pero ¿quién los protegerá? ¿Qué pasa si Petey
o Pooh se lastiman? —pregunta, el labio inferior temblando y
enormes lágrimas en sus ojos que aún no han caído.
Esta niña ha pasado por un infierno y, sin embargo, está
preocupada por los hombres. ¡La amo tanto!
La miro a los ojos y sé que tengo que ser honesta con ella. Se lo
merece y tiene la edad suficiente para entenderlo.
—Tendrán cuidado y los otros hombres estarán cuidando de
ellos. Pero harán todo lo que tengan que hacer para mantenernos a
salvo. Son buenos hombres y los buenos hombres protegen a sus
seres queridos. Y cada hombre es un buen hombre que se preocupa
por ti, por mí. Nos consideran parte de su familia y protegerán a su
familia pase lo que pase. ¿Entiendes lo que te estoy diciendo?
—Sí. Eso es lo que me asusta. Se pondrán en peligro para
mantenernos a salvo. Lo entiendo, Bailey. Sin embargo, voy a tener
miedo hasta que vea que están bien.
—Está bien, cariño. Voy a tener miedo contigo hasta que los vea
también.
Han pasado unos minutos desde que escuché gritos o disparos
cuando Bella habla, tan suavemente que apenas puedo escucharla.
—Nunca antes había tenido a nadie que me protegiera de cosas
malas. Mi madre ha tenido algunos novios que intentaron tocarme y
ella nunca les dijo que no lo hicieran. Aunque yo lo hice. Incluso
mordí a uno una vez. Me golpeó por eso, pero no me tocó allí, así
que no me importó.
¡Santo cielo! No sé qué decirle para mejorar las cosas y tengo
miedo de empeorar las cosas. Pero se merece una respuesta después
de decir todo eso.
—Lamento que te haya pasado eso, Bella. Tu madre estaba muy
equivocada y nadie aquí permitiría que eso te sucediera. Trudy
destrozaría a un hombre por tan solo pensar en tocarte así. El resto
de nosotros también. Espero que sepas que puedes hablar con
cualquiera de nosotros si necesita dejar salir algunas cosas de tu
mente. Siempre estaré aquí para ti. ¡Siempre, niña!
Se acurruca más cerca de mí, con sus brazos todavía alrededor de
Duffy, y se desahoga un poco más.
—Nadie ha hecho nunca más que tratar de tocarme o hacer que
los toque a ellos. Me escondía debajo de nuestro remolque cuando
q j q
tenía miedo. Hacía frío en invierno, pero estaba a salvo. Algunos
hombres simplemente se sentían espeluznantes cuando estaban
cerca, ¿sabes? Así que siempre me escondí de ellos. No me siento así
aquí. Todos los hombres son agradables. No es espeluznante.
Además, tengo a Loki la mayor parte del tiempo y nadie va a
superarlo. —De hecho, se ríe un poco en este punto y me relajo
contra el cabecero.
Ella sanará y estará bien. Puede que no lo sepa todavía, pero su
vida será mucho mejor ahora que tiene una gran familia de moteros
grandes y rudos que la aman hasta la muerte. Y Trudy. Nadie va a
lastimar a la hija de Trudy.
No pasa mucho tiempo antes de que alguien toque la puerta y
escuchemos la voz de Chubs diciéndonos que es seguro salir ahora.
Abro la puerta y noto que tanto Bella como yo lo miramos,
revisando si hay heridas. Siguiendo a Chubs a la sala principal, Bella
se aleja de mi lado corriendo. Ella golpea su pequeño cuerpo contra
las piernas de Big Petey y él la levanta en sus brazos y le da un
abrazo de oso. Ella echa la cabeza hacia atrás y también lo mira.
Coloca sus manitas en ambas mejillas y golpea sus frentes juntas. Es
la cosa más dulce que he visto en mucho tiempo.
—¿Pooh está bien?—pregunta Bella a Petey.
—Sí, muñeca, lo estoy—responde Pooh, caminando detrás de
ella.
Ella gira la cabeza y le sonríe enormemente antes de lanzarse de
los brazos de Petey a los de Pooh. Recibe otro abrazo de oso y un
beso en la cabeza antes de que Pooh la baje. Agarra la mano de Petey
y la sujeta con fuerza.
Vex se me acerca y me pregunta en voz baja:
—¿Estás bien, Bailey?
Asiento con la cabeza justo cuando su mano se levanta y me roza
la cara. Sus ojos se entrecierran y me vuelve para mirarlo de frente.
Su rostro está gritando enojado pero sus manos son suaves mientras
continúan rozando mi rostro.
—Pintura, un poco de sangre. Nada grave—dice aliviado.
Me doy cuenta de que estaba sacudiendo la pintura de la pared
que salpicó mi cara. Los trozos de hormigón también deben haber
dejado algunas mellas allí. No me preocupa eso, solo me alegro de
haber sobrevivido al salto.
—¿Dónde diablos está Bailey? ¡Bailey!
Escucho la voz de Axel y me doy la vuelta para verlo apartando a
empujones a los hombres fuera de su camino. Me sumerjo entre Vex
y Pooh y corro hacia Axel. Me envuelve en sus brazos, me levanta y
me abraza con fuerza.
—¡Oh mierda! ¡Santa mierda! ¡Dios, no te perderé de vista de
nuevo!— declara Axel.
—Estoy bien, cariño. Estoy bien. Estaba aterrorizada, pero estoy
bien—me apresuro a tranquilizarlo.
Inspiro su aroma. Ese irresistible aroma a cuero, jabón y hombre
que asocio con Axel calma mis nervios. Estar en sus brazos, pegada a
ese cuerpo musculoso, se ha convertido en mi nuevo hogar, un
hogar que necesito se convierta en permanente.
—¡Iglesia! ¡Ahora!—grita Gunner, destrozando nuestro
momento.
Axel se aparta, me da un beso breve y se va.
—Bailey, ¿podrías llevar a Bella a la casa de Ava y esperar allí a
Axel?— pregunta Petey.
—Sí, por supuesto. Vamos Bella. Vamos a ver cómo está Ava y a
reunirnos con Loki—digo, tendiéndole la mano.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Durante las próximas semanas, Axel y yo pasamos más tiempo
en su casa y menos en mi apartamento. Amo su casa, así que no es
una dificultad y lo hace sentir mejor, ya que estoy mejor protegida
estando en el complejo. También moví mi computadora a su oficina
en el gimnasio, así que pasamos mucho más tiempo juntos. Me gusta
trabajar allí y estar más cerca de él y de los demás.
j y y
Comencé a llevar el almuerzo a la tienda para mí y Trigger los
días en que tengo que ir a buscar la documentación del negocio. No
dice mucho, pero me encanta la sonrisa que intenta ocultar cada vez
que aparezco con el almuerzo en la mano.
Petey compró un tanque de gasolina nuevo, sin pintar, que
coincide con el de Trigger para mí y lo tengo casi listo. Axel está
enamorado de él y mi confianza ha crecido. Incluso estoy pensando
en tomar una clase de arte en la universidad local. Pero aún no he
terminado el parche del club en la pared de la casa club porque Axel
no toma ningún riesgo y no me permite volver a subir al andamio.
Petey y Trudy han hecho maravillas con Bella. Se está adaptando
bien a sus nuevos padres y a su nueva vida. Tiene una gran
consejera, recomendada por el médico del club, que se especializa en
niños y Bella espera con ansias sus sesiones. Los hombres se
preocupan por ella y las mujeres estamos trabajando juntas en su
tutoría. Pero la mayor influencia en su educación ha sido Chubs.
Conoce tantos temas que se ha convertido en su tutor favorito. Y es
tan adorable que hace que su tiempo de clase sea divertido y
animado y Bella prospera bajo su tutela. Incluso su apariencia física
ha cambiado. Ella está llena ahora que está comiendo alimentos más
saludables y tanto como necesita. Su cabello es de un tono marrón
oscuro brillante y lustroso y está cortado en un gran corte bob que
acentúa sus rasgos pequeños y frágiles, piel pálida y sus brillantes
ojos azules.
Los hombres han estado trabajando día y noche para descubrir la
operación de Ramos y desmantelarla para siempre. Puedes ver la
tensión en sus rostros mientras luchan por mantener a salvo a sus
mujeres y hermanos mientras caminan en la línea que divide un
forajido de un héroe. Y sé que a ninguno de ellos le importa ser un
forajido si eso es lo que se necesita para detener a Ramos y ninguno
de ellos se considera un héroe. Pero para Bella y para mí, eso es
exactamente lo que son. Están tratando de encontrar una manera de
llenar los vacíos que los federales no han podido hacer legalmente.
Debido a todo esto, trabajan muchas horas y a menudo se van. A
causa de esto, las mujeres nos hemos acercado y pasamos muchas
horas juntas en casa de la otra.
Con Bella ahora viviendo en la casa de Petey y Trudy, las putas
del club han regresado. Hasta ahora, no he tenido mucha interacción
con ellas, y prefería que eso siga así. Pero al menos se han declarado
nuevas reglas en el club para proteger a Bella de ver cosas que no
debería, por lo que las putas del club no están permitidas en la
propiedad hasta después de las 7 pm y deben estar fuera de la
propiedad a las 6 am. Sorprendentemente, ningún miembro del club
tuvo problemas con esa regla, pero, como era de esperar, todas las
putas lo hicieron. Se quejaron mucho y a gritos, pero creo que fue
principalmente por el alcohol y las comidas gratis que se perderían.
De acuerdo, tal vez el sexo también. ¿Quién lo sabe a ciencia cierta?
Mi teléfono vibra a mi lado y lo levanto para ver un mensaje de
texto de Lucy.

Lucy: ¡Hola, chica!


Yo: ¡Hola! ¿Qué pasa?
Lucy: El jefe se presentó hoy. Se veía como la mierda.
Yo: ¿Qué quieres decir?
Lucy: Sin afeitar, ningún arreglo en absoluto. El traje era un
desastre. Cara magullada.
Yo: ¡Guau! Al contrario de lo habitual.
Lucy: Hoy se puso cruel.

¿Qué demonios? Dejo de enviar mensajes de texto y llamo a su


número.
—No te preocupes, estoy bien—dice Lucy contestando el
teléfono.
—¿Qué quieres decir exactamente cuando dices que se puso
cruel?—solicito.
—Me llamó a su oficina y me exigió que te llamara y programara
una cita para almorzar. Me negué y se puso muy nervioso. Siguió
insistiendo y le dije que no, que no iba a dejarte engañar por él.
Rompió su taza de café y después me agarró del brazo. Está
desesperado, Bailey—me explica ella con calma.
—¡Oh, mierda! ¡Dios mío, Lucy! ¡Siento mucho que mis
problemas te hayan puesto en esta posición! Necesito llamar a Axel y
avisarle. Quizás el club pueda ayudar—le digo.
—Sí, eso podría ser una buena idea. No creo que pueda seguir
trabajando allí con él actuando así.
—Hablaré con Axel y te llamaré.
—Está bien, chica, hablamos pronto.
—Adiós.
Pulso el contacto de Axel y espero a que responda. Suena y suena
y finalmente va al buzón de voz.
—Hola, Axe. Llámame cuando recibas este mensaje. Estoy bien,
pero creo que Lucy está en peligro ahora—digo y corto.
Espero varios minutos a que Axel me devuelva la llamada, pero
no lo hace y no estoy seguro de qué hacer ahora. Camino por la sala
de estar de Axel y trato de pensar en la mejor manera de mantener a
Lucy a salvo mientras los hombres descubren cómo manejar el
problema que mi ex-jefe le está creando. Después de lo que parecen
horas, pero solo a pasado media hora, suena mi teléfono.
Agarrándolo, veo que finalmente Axel vuelve a llamar.
—¡Hola, Axe!
—¿Qué te pasa, Bailey? Recibí tu mensaje y parecías asustada.
¿Qué está pasando con Lucy?
Apenas puedo escuchar a Axel sobre la música y el ruido de
fondo que proviene de donde sea que esté en este momento.
—Carter agarró a Lucy del brazo hoy, enojado, cuando ella no
quiso concertar una cita para almorzar conmigo. Está tratando de
que ella me atraiga para que pueda llegar a mí. La metí en este lío.
q g p q p g
¿Cómo puedo arreglar esto? ¿Debería reunirme con Carter y ver qué
quiere?
—¡Joder, no! Él te quiere para poder entregarte a Ramos y librarse
del lío que creó. Dile a Lucy que venga a mi casa. Puede quedarse
con nosotros allí hasta que se solucione esto. Le haré saber al
prospecto en la puerta que la deje pasar. Haz la llamada, nena, ¿sí?
—me ordena Axel.
—Sí, está bien, la llamaré. Gracias, cariño.
—Nos vemos esta noche, nena. Adiós.
Le digo adiós pero ya me colgó. Inmediatamente llamo a Lucy y
le cuento lo que dijo Axel. Ella estuvo de acuerdo y debería estar
aquí en unos treinta minutos, así que me apresuro a la habitación de
invitados y hago la cama. Dejo las toallas en el baño adjunto y
después me dirijo a la cocina para preparar una botella de vino para
su llegada. Parece que necesitaremos el alcohol. Voy a tener que
explicar lo que ha estado sucediendo y no tengo muchas ganas de
hacerlo. Me siento en el sofá y espero a Lucy.
Me quedo dormida esperando y me despierto cuando siento que
me levantan del sofá. Abro los ojos y veo a Axel mientras me lleva al
dormitorio.
—¡Espera! ¿Qué hora es?—pregunto, frenética ahora que estoy
despierta.
—Son las 2:30 am, cariño. Vamos a la cama—responde Axel,
sentándome en nuestra cama.
—¡No! ¡Oh, mierda, Axel! ¡Me quedé dormida y Lucy nunca
apareció!
—Espera. ¿Qué? ¿Ella no está aquí?—pregunta.
—No y ahora estoy preocupada de por qué ella no está aquí. Dijo
que vendría y no se ha presentado. Déjame llamarla—lo pongo al
tanto mientras salto y corro de regreso a la sala para tomar mi
teléfono.
Recibo su correo de voz. ¡Mierda! Me vuelvo para decírselo a
Axel y lo veo sacando el teléfono del bolsillo.
—Dame su dirección, nena, y haré que uno de los hombres vaya a
ver su casa—ordena.
—No, ella no le abriría la puerta a alguien que no conoce. Tengo
que ir allí—le digo, mientras agarro el bolso y mis llaves.
—Tomaremos mi camioneta. Vámonos.
Lucy vive cerca del campus, en un edificio de apartamentos
antiguo en el que viven muchos estudiantes. No es el más seguro y
suele ser el centro de fiestas, pero esta noche todo está tranquilo. Veo
su coche, todavía aparcado en el estacionamiento. Axel me sigue
mientras subo la acera y doy la vuelta al edificio hasta donde las
escaleras exteriores se elevan a los corredores al aire libre.
Puedo ver el daño en su puerta incluso antes de acercarme. Mi
corazón cae hasta mi estómago, pero antes de que pueda correr hacia
la puerta, Axel me agarra del brazo y me empuja detrás de él. Una
pistola aparece en su otra mano mientras se acerca lentamente a la
puerta.
Cuando parece que no hay nadie en el apartamento, Axel y yo
entramos. La puerta está rota y colgando en ángulo. Veo una mesa
de café volcada y una taza de café rota en el suelo. También veo un
bolso de lona, que parece lleno, tirado en el suelo de la sala. Todo lo
que veo grita que alguien se la llevó cuando se preparaba para
marcharse y venir a casa de Axel. Donde ella hubiera estado a salvo.
Al menos no veo sangre.
Axel revisa todo el apartamento y después viene hacia mí y
acerca mi cuerpo tembloroso al suyo.
—La encontraremos, cariño. Ella es importante para ti, eso la hace
importante para nosotros. Mantente fuerte. La encontraremos.

—¿Sabe si Wellsworth tiene otras propiedades además de su casa


y el edificio de oficinas?—pregunta Gunner—. ¿La casa de sus
padres quizás? ¿Sabes dónde podría ser?
—Sus padres están muertos, creo. Al menos su madre lo está, tal
vez su padre también. No sé si es dueño de la propiedad o no, pero
se toma los fines de semana largos para ir a una cabaña o hospedarse
en algún lugar cerca de Pueblo. Lo hace a menudo—le contesto a
Gunner.
Rex está escribiendo en su portátil a un ritmo rápido. Un
momento después, grita:
—¡Bingo!
—Vuelve a casa. ¡Quédate allí! Algunos de nosotros iremos a
revisar la cabaña que encontró Rex—ordena Axel, mirándome.
—¡No! ¡De ninguna manera! Si está allí, estará aterrorizada y solo
ha conocido a Ava y Trudy. No conoce a ninguno de los hombres. Yo
también necesito ir—digo, poniéndome de pie y colocando las
manos en las caderas.
—Lo más probable es que esto sea una trampa y no te voy a
poner en medio de una tormenta de mierda. Si ella está allí, la
traeremos aquí—responde Axel mientras cruza los brazos sobre su
pecho y me da una mirada amenazante.
Le devuelvo la mirada y me niego a dar marcha atrás. Ella es mi
amiga. Yo voy.
Después de un minuto de mirarnos ferozmente lo que no nos
llevó a ninguna parte, Gunner rompe el empate al anunciar que
podía ir con ellos. Axel envía una mirada asesina en su dirección y
yo envío una sonrisa de alivio. Gunner ignora ambas mientras todos
se dirigen hacia las camionetas.
Dado que el clima se ha vuelto nevoso, nadie va en moto.
Enormes camionetas y una furgoneta salen de la puerta, hermanos
sin sus chalecos se apiñan en ellos. Cuando le pregunté a Axel por
qué ninguno de los hermanos llevaba sus chalecos, me explicó que
los moteros no usan sus chalecos mientras viajan en una jaula. Una
jaula equivale a cualquier vehículo cerrado o cualquier cosa que no
sea una moto según sus estándares. ¿Eh? Ahora estoy aprendiendo
cosas de moteros todos los días.
Estoy sentada en el asiento trasero, con Chubs, en la enorme
camioneta de Axel con Axel y Petey en la parte delantera. Todos
están en silencio y bien armados.
—¿Estas enojado?—le pregunto a Axel, poniendo mi mano en su
hombro.
—Preocupado, Tinker, no enojado. Entiendo por qué querrías
venir. Sin embargo, eso no me hace sentir mejor con respecto a tu
seguridad. Y acabas de romper la regla #1 de ser la mujer de Axel.
Habrá repercusiones—responde.
—¿Regla #1? ¿Cuál era esa? ¿Era la de dejarte mantenerme a
salvo o la que tengo que llamar a tus partes de chico Big Daddy?—le
grito.
—¿Partes de chico? ¿En serio, Bailey? ¿Chico?—me ladra en
respuesta.
Escucho risas provenientes de Petey y Chubs y sonrío
ampliamente ante el reflejo de Axel en el espejo retrovisor. Él gruñe.
En realidad me gruñe.
—¿Hay reglas para ser tu mujer?—le pregunta Petey a Axel,
riendo tan fuerte ahora que está apoyado contra la puerta.
—Cállate, viejo—ordena Axel.
—¿Qué otras reglas hay?—pregunta Petey mientras me mira por
encima del hombro. Todo su cuerpo tiembla de risa.
—¡Ciérrala, mujer! No necesitan saber una mierda—ladra Axel.
Por un momento, me olvido de preocuparme por Lucy y me río
con los hombres de Axel. Entonces me siento culpable por haber
tenido este momento. Por favor, Dios, permite que ella esté bien.
Capítulo 20
Axel

Llegamos y me detengo detrás de la camioneta de Gunner. Él,


Rex y Cash bajan y caminan hacia mi camioneta. Estamos
estacionados al costado de un pequeño camino de tierra y los otros
vehículos se detienen detrás del mío. Salgo y espero a que todos se
reúnan.
Es temprano en la mañana y el sol apenas se asoma sobre la línea
de árboles. Ahora sería el momento de atacar. Necesitamos llevar
este espectáculo a la carretera. Tenemos una breve reunión,
entregamos las asignaciones e instrucciones y todos parten en la
dirección asignada.
Bailey está conmigo y con mi padre mientras nos dirigimos hacia
el lado norte de la cabaña. Rex nos consiguió una toma aérea de la
vivienda y la tierra circundante para que todos sepamos lo que
estamos buscando. Solo unos minutos de caminata y podemos
divisar la cabaña a través de los arbustos y árboles del paisaje. Parece
tranquilo y silencioso. Hay un vehículo en el camino de entrada y
Bailey lo identifica como el de Carter Wellsworth. Transmito esa
información al resto de los hombres con un mensaje de texto.
Cash se arrastra con cuidado hacia la cabaña y puedo verlo
mirando por lo que estoy pensando que es la ventana de la cocina. Se
oculta y asiente a Gunner. El asentimiento es nuestra señal de que
Carter está dentro y a la vista. Entonces Cash junta las manos e
inclina el rostro sobre ellas lo que indica que Carter está dormido.
Con suerte, se quedará así el tiempo suficiente para que podamos
entrar y poner nuestras manos sobre él.
—Quédate aquí fuera de la vista hasta que uno de nosotros te
haga señas—le ordeno a Bailey.
Ella asiente y se agacha para esperar. El resto de los hombres y yo
convergemos en la cabaña desde todos los lados. Llego a la puerta
principal, la pateo con mi bota y entro corriendo cuando se abre de
golpe. La puerta trasera también se abre bruscamente y veo a Cash y
Pooh entrando por ella. Veo a Carter recién despertando, tumbado
en un sillón reclinable, y le meto el cañón de mi Colt 1911 debajo de
la barbilla antes de que diga una palabra. Sus ojos se agrandan y deja
de moverse.
—¿Dónde está Lucy? Y es mejor que ella todavía esté aquí e ilesa
o no respirarás. Nunca más—le gruño.
—¡Dormitorio! Ella está aquí—grita Cash desde el pasillo.
—La casa está despejada—grita también Chubs.
Horse Nuts agarra a Carter y comienza a atarle las manos a la
espalda. Empujo mi pistola en la parte trasera de mis vaqueros, salgo
a la cubierta y le grito a Bailey. Ella se pone de pie y empieza a correr
hacia la cabaña.
—Está bien. Estás a salvo. Somos amigos de Bailey—oigo que le
dice Gunner a alguien y me vuelvo para ver a quien debe ser Lucy.
¡Guauu! ¡Es diminuta! Pensé que Bailey era baja, pero Lucy ni
siquiera podía medir un metro y medio.
Bailey entra por la puerta principal y corre directamente hacia
Lucy, agarrándola y abrazándola con fuerza.
—¡Dios mío, cariño! ¿Estás bien? ¿Te lastimó?—pregunta Bailey
tan rápido que sus palabras sonaron como una sola oración.
Bailey se inclina hacia atrás y comienza a examinar a Lucy de la
cabeza a los pies.
—Estoy bien, Bailey. Realmente lo estoy. Me duele un poco el
brazo pero no está roto—responde Lucy en voz baja y apagada.
Los ojos de Lucy se agrandan cuando mira alrededor de la
habitación y nos ve, ve a los hombres. Se acerca un poco más a
Bailey, pero no deja de mirarnos. Estoy seguro de que damos miedo.
En su mayoría hombres grandes, vestidos con ropa oscura y
sudaderas con capucha, portando armas de fuego.
—Gracias. A todos vosotros. Gracias por encontrarme—nos dice
Lucy, haciendo contacto visual con cada uno de nosotros.
—De nada, Lucy, pero tenemos que irnos ahora. Vamos todos y
traed a ese pedazo de mierda—dice Gunner, primero a Lucy, luego a
todos nosotros y por último a Horse Nuts, que aferra a Carter.
Cuando Horse Nuts lo empuja delante de él, mi boca se abre de
par en par cuando Lucy los intercepta y patea a Carter directamente
en sus pelotas. Sin restricciones, esa mujer simplemente manda las
pelotas de su exjefe de una patada al siguiente condado. Ya sé que
ella me va a gustar.
Horse Nuts levanta a Carter y continúa hacia los vehículos. El
resto de nosotros lo seguimos y sé que los hombres están sonriendo
ahora. ¡Sí, vamos chica!
El viaje de regreso a la casa club transcurre rápidamente con Lucy
explicando cómo Carter pateó su puerta, empujó su brazo detrás de
su espalda y la llevó a su coche. La ató y la tiró al suelo en la parte de
atrás. Fue un viaje duro para ella, pero aparte de los moretones, está
bien. Iba a ser un cebo para sacar a Bailey al aire libre para que
pudiera agarrarla y entregársela a Ramos. Pagará caro por todo lo
que ha hecho. Mi mujer no es cebo de nadie.
Chubs, por supuesto, había empacado algunos bocadillos para el
viaje, así que comimos regaliz, cecina y barras de caramelo mientras
lo tomábamos con el café que tenía en su termo. El hombre empaca
una bolsa de bocadillos increíble.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Me despierto cuando Bailey entra por la puerta del dormitorio
con una bandeja grande. Camina hacia la cama y veo que ha hecho
un gran desayuno y lo ha traído aquí para que pueda desayunar en
la cama. ¡Podría acostumbrarme a esto! Me siento y me apoyo contra
el cabecero mientras ella coloca la bandeja en mi regazo. Se arrastra
con cuidado sobre mí y se sienta apoyando la cabeza en mi hombro.
Dejo caer un beso en la parte superior de su sedosa cabeza y tomo la
taza de café. Después de algunos sorbos, la dejo de nuevo y
pregunto:
—¿Por qué el desayuno en la cama, nena?
—En agradecimiento por rescatar a Lucy. Y quería unos
momentos tranquilos contigo. Lucy y Chubs están comiendo en la
cocina, así que pensé en traerte el desayuno y pasar unos minutos
con mi persona favorita—responde en voz baja.
—¿Soy tu persona favorita?
—Definitivamente.
—¿Por qué soy tu favorito?—bromeo.
—Eres hermoso, amable y tienes una polla enorme. Y eres
generoso con ella, ¿por qué no serías mi favorito?
—Tengo una enorme polla, gracias por mencionar ese hecho. Pero
no mencionaste mi apretado e impresionante culo. ¿No lo has
notado todavía? — pregunto mientras mastico una tostada.
—Me di cuenta. Es una cosa hermosa. Y cuando no tengamos
gente en la casa, voy a morderte y dejar mi huella. Pero está un poco
salvaje ahí abajo ahora mismo. Y no, antes de que me lo preguntes,
no te lo voy a depilar —Ahora ella se ríe.
—¿Por favor? ¡Solo un poco de desmalezado y seré el perfecto
espécimen de macho!—digo moviendo las cejas hacia ella.
—¡No te depilaré el culo, Axel!
Bailey se acerca aún más y desliza la mano debajo de la bandeja y
las mantas. Me acaricia la polla lentamente con su suave mano.
Luego le da un tirón a mi músculo favorito. Sí, justo así, bebé. Ella
inclina la cabeza hacia arriba y deposito un beso caliente en su boca.
Me quita las mantas y desliza la pierna por mis caderas para sentarse
a horcajadas sobre mí. Envuelve sus brazos alrededor de mi cuello y
devora mi boca mientras desliza sus mejores partes contra mí. Mis
manos encuentran sus caderas y la ayudo a deslizarse por toda mi
longitud.
—Quiero estar dentro tuyo, bebé. Deshazte de los pantalones
cortos.
—Tenemos compañía, Axel. No podemos—gime en mi oído.
—Al diablo la compañía, Bailey. Necesito entrar en ti.
—¡No podemos! Yo también te deseo, pero tendremos que
esperar hasta que estemos solos—gime mientras se frota sobre mí.
—Tu madre tiene razón, Bailey. Necesitas relajarte. Estás
demasiado tensa—le espeto, ahora, frustrado.
¡Oh Joder! ¡Estuvo mal decirlo y lo sé tan pronto como las
palabras salen de mi boca! Bailey balancea su otra pierna sobre mí y
ambos pies golpean el suelo junto a la cama. La alcanzo, pero ella
aleja mis manos mientras retrocede unos pasos.
—¿Quieres a alguien más como mi madre, Axel? ¡Bien! Empezaré
a tomar el sol en el patio trasero desnuda. No me importará si tus
hermanos del club ven todos mis lugares felices mientras bebo vino
y fumo marihuana todo el día. Incluso les daré palmaditas en el culo
cuando se acerquen demasiado. Te lo advertí desde el principio, yo
no soy así. No soy una puta de club y nunca lo seré. Tampoco seré
nunca como mi madre. Solo soy yo, Axel. Simplemente, la aburrida,
simple y tensa Bailey que no quiere tener orgasmos gritando con
gente sentada al otro lado de la pared escuchándome. Me gusta
mantener algunas cosas en privado. El sexo es una de esas cosas y si
eso me pone demasiado tensa para ti, vuelve a compartir los cuerpos
con tu club—dice en voz baja, pero enojada.
—Bailey, nena, yo…
—Sé que esto fue mi culpa. Vine aquí queriendo unos minutos a
solas contigo y comencé a tocarte cuando no debería haber
comenzado algo que sabía que no podríamos terminar. Tú me haces
eso. Pierdo el control y lo siento. Pero llamarme tensa estuvo mal.
Me han llamado así toda mi vida y viniendo de ti, esa mierda duele
—continúa, interrumpiendo mi disculpa. Sin otra palabra, sale de la
habitación, cerrando suavemente la puerta detrás de ella.
¡Bueno, joder! Arruiné este día y todavía ni siquiera me he
levantado. Y ella tenía razón. No es tensa, es más reservada de lo que
estoy acostumbrado a que sean las personas que me rodean. Al
crecer en un club, la privacidad no era algo que hubiera contado con
recibir. He visto a más personas teniendo sexo al aire libre de las que
puedo contar. A las putas del club no les gusta la privacidad y
tampoco a la mayoría de los hermanos. Juro que he visto la polla de
Vex tanto como he visto la mía.
Joder, le debo una disculpa. Devoro mi ahora frío desayuno y el
café y me meto en la ducha. Después de vestirme, salgo del
dormitorio y encuentro la casa vacía. Agarro mi teléfono y abro el
contacto de Bailey.

Yo: ¿Dónde estás?


Bailey: De camino a la tienda personalizada con Lucy y Chubs.
Tengo trabajo que hacer.
Yo: ¿A qué hora volverás?

Pasan unos largos momentos mientras espero su respuesta. Estoy


empezando a ponerme nervioso por cuál podría ser su respuesta
cuando mi teléfono suene.

Bailey: Unas pocas horas, como mucho.

¡Uf! ¡Estaba pensando que ella podría decir nunca!

Yo: Recogeré algo para llevar para cenar.


Bailey: Bien

¡Oh, mierda! Odio esa palabra. ¡Esa es una palabra aterradora


cuando viene de una mujer!
Yo: ¿Me odias ahora?
Bailey: No. Simplemente estoy enojada contigo.
Yo: Por favor, no te enojes conmigo. A veces soy un idiota. Pero
me esforzaré más por no serlo.
Bailey: Yo también me esforzaré más.
Yo: No tienes que hacerlo. Me gustas tal como eres. Lo siento,
Bailey. Realmente lo siento.
Bailey: Gracias por decir eso. Me gustas como eres también.
Mucho, Axel.
Yo: ¿Eso te asusta?
Bailey: Sí.
Yo: No lo permitas. No voy a ninguna parte. ¡Estás atrapada
conmigo!
Bailey: Trabajaré para no dejar que me asuste. Hmt, bebé
Yo: Okay, Bails.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Gunner, Cash y yo estamos parados frente a la celda en el sótano
de la casa club escuchando a Carter Wellsworth rogar por su culo.
No podía hablar más rápido mientras trataba de explicar por qué
tenía que entregar a Bailey a Ramos para quitarse de encima su
cagada. Ciertamente él no quería, pero tenía que hacerlo o Ramos lo
mataría. Como si a cualquiera de nosotros nos importara una mierda
si es asesinado por sus propias cagadas.
—Entonces, ¿lo que estás diciendo es que quieres que miremos
para otro lado mientras dejas que Bailey pague el precio por meterse
con las personas equivocadas?—le pregunto, estupefacto de que
todavía piense que es una opción. El maldito estúpido piensa que
Ramos estará bien con eso y no lo matará también en ese momento.
¡Increíble!
—Bueno, sí, supongo. ¡Ella nunca debería haber mirado nada en
mi oficina! Ella la cagó y yo no debería pagar el precio por eso. Y
además, dijo que no la lastimaría. Solo quiere interrogarla para ver si
vio algo que no debería haber visto y asegurarse de que entiende la
importancia de mantener la boca cerrada—responde el idiota.
—¿De verdad crees que si la agarras y la llevas con él, dejará que
alguno de los dos viva? Ambos son cabos sueltos. Y ya has
demostrado que no se puede confiar en ti, así que ¿por qué te dejaría
vivir? —le pregunta Gunner.
—¡Porque dijo que lo haría si yo la traía!
Supongo que no puedes arreglar lo estúpido y Carter desató el
infierno. El hombre fue estúpido el día que su juego se salió de
control y recurrió a un hombre como Ramos para solucionar su
problema. E incluso más estúpido cuando secuestró a Lucy para
llegar a Bailey.
—¿Quién le disparó a Bailey en la casa club?—pregunta Cash,
hablando por primera vez.
—Eh. Bueno, mierda. Bien, mira, aquí está la cosa. No podía
poner mis manos sobre ella, así que Ramos dijo que la mataría.
Entonces, um, de eso se trataba—responde Carter vacilante.
¡Qué jodido pedazo de mierda! Primero, cree que Ramos no
lastimará a Bailey. Que solo quiere interrogarla, pero luego sigue su
orden de matarla él mismo. ¿¡Pero qué carajo!?
—¡Eres demasiado estúpido para vivir, Wellsworth!—le gruño.
—¡No! Sin embargo, no la lastimé, ¿verdad? Quiero decir, no soy
un gran tirador y ella escapó sin un rasguño. ¡No se hizo ningún
daño! —grita.
—¡Lo estabas intentando y eso es todo lo que me importa!—le
respondo a gritos también.
Me dirijo a Gunner y Cash y les informo:
—Tiene que morir. Despacio. Quiero los honores.
—¡No! ¡Espera! ¡No es justo! ¡Te he dicho todo lo que sé!
¡ ¡ p ¡ j ¡ q
—No, todavía no lo has hecho. Cuéntanos sobre el libro mayor
con las coordenadas GPS—pide Gunner.
—Después de que Bailey vio el original, Ramos quiso recuperarlo
para guardarlo. Lo copié primero. Pensé que podría usar esa
información para chantajearlo para que me dejara salir de nuestro
trato por mi deuda con él. No sabe que tengo la versión copiada.
Puedo dártelo a ti en lugar de a él—ofrece Carter.
Eso ha alterado nuestro interés. No sabemos si Ramos sospecha
que interferimos con su último envío o si simplemente asume que
sus hombres huyeron con el dinero y las mujeres. Pero conseguir las
coordenadas podría significar salvar a otras mujeres y posiblemente
liquidar a Ramos. Es una oportunidad que tenemos que aprovechar.
—Dinos dónde está y si podemos usarlo, tendremos otra
conversación sobre lo que te suceda—ordena Gunner.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Bailey: Lo que sea que traigas a casa para cenar, trae extra.
Chubs está aquí.
Yo: Lo haré.

Me doy la vuelta y camino de regreso a la pizzería y pido dos


pizzas más grandes y dos pedidos más de pan de ajo con queso.
Cuando los pedidos están listos, pago y me voy. Decido esconder
mis huevos por esta noche y parar en una florería de camino a casa.
—¡Hola! ¿Puedo ayudarte?—pregunta la mujer de sesenta años
detrás del mostrador.
—Hola. Sí, necesito un ramo de flores.
—¿Qué tipo de flores?—pregunta ella sonriendo.
—Del tipo que dice: Soy un idiota, pero soy tu idiota e intentaré
hacerlo mejor.
—Ahhh. Ese tipo de flores. Sí, bueno, vendemos muchas de esas,
así que creo que puedo ayudarte a encontrar las adecuadas—
responde, sonriendo un poco más ahora.
—Gracias a Dios, porque no tengo idea de qué tipo de flores
elegir—digo, aliviado de que alguien sepa algo sobre esta mierda de
disculpa.
—No es pan co… bueno, no importa. Veamos qué se nos ocurre,
¿de acuerdo? ¿Y las rosas? A todas las mujeres les gustan las rosas y
las rojas son muy románticas.
—¡No, no quiero unas románticas! Ella está enojada conmigo
porque quería foll… eh, ser romántico. Aparentemente, era un
momento inapropiado, según ella. Entonces necesito flores que me
disculpen por no saberlo mejor. Y por usar las palabras equivocadas.
¿Tienes ese tipo de ramos aquí?—le pregunto, esperanzado.
No estoy seguro de qué tiene de divertido esta situación, pero la
señora parece estar tratando de no reírse. Estoy siendo sincero y ella
está conteniendo una risita. No está bien.
—¿Puedo preguntar qué palabras usaste que la molestaron?
Porque esto tiene que ser bueno.
—La llamé tensa. Descubrí que no le gusta esa palabra.
—No, estoy segura de que a ella no le gustó. Está bien, joven,
echemos un vistazo aquí en la nevera y veamos qué te llama la
atención—dice la señora, todavía sonriendo un poco.
Después de mirar todas las flores, nos decidimos por un hermoso
ramo. Mientras la señora lo envolvía para llevarlo, me entrega una
tarjeta y me dice que le escriba algo a Bailey. Lo hago, la meto en el
pequeño sobre y lo introduzco entre las flores. Pago, agradezco a la
señora y me doy la vuelta para irme.
—Tengo la sensación de que volveré a verte—se ríe y me entrega
una tarjeta de presentación—. Si estas flores funcionan, ven a verme
la próxima vez que te metas en problemas.
—Nosotros probablemente terminemos siendo buenos amigos
antes de que tenga un anillo puesto en esa mujer. —Salgo
escuchando su risa.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Anoté muchos puntos con las flores. Bailey las amó y Lucy y
Chubs me apoyaron por ser lo suficientemente inteligente como para
comprarlas. En definitiva, valían cada centavo, así que guardé la
tarjeta de visita de la dama de las flores en la parte posterior de mi
billetera para la próxima vez que la necesitara.
Chubs se ha convertido en un elemento semipermanente en mi
casa desde que Lucy se ha quedado con nosotros. Solo han pasado
unos días desde que la salvamos, pero es obvio que le gusta Lucy. Le
gusta como, ¡me gusta! No diría que ella supera a la comida todavía,
pero definitivamente llamó su atención.
Bailey ha señalado que el sentimiento parece ser mutuo a pesar
de que Lucy es muy tímida. Ella habla más con Chubs que cualquier
otra persona excepto quizás Bailey. Parece salir un poco de su
caparazón cuando él está aquí y he descubierto que realmente me
gusta. Es muy inteligente; ella no habla solo para llenar el aire, y
cuando agrega algo a la conversación está bien pensado y es una
buena contribución. Bailey y ella son muy buenas amigas, así que es
genial que ella también me guste, ya que sé que estará en nuestras
vidas incluso cuando se mude de vuelta a su casa.
A Ava y Trudy también les gusta Lucy, y sé que están
observando de cerca para ver si algo se desarrolla entre ella y Chubs.
Todo el mundo quiere lo mejor para Chubs y, hasta ahora, Lucy ha
recibido el visto bueno de aquellos de nosotros que hemos pasado
tiempo con ella.
Dado que el clima ha estado despejado durante un par de días,
Chubs convenció a Lucy para que hoy fuera a dar un paseo en moto
con él y ella estaba sonriendo de oreja a oreja cuando se fueron. Sin
embargo, la sonrisa de Lucy no eclipsó a la de Bailey cuando
escuchó lo que iban a estar haciendo durante el día. Estaba radiante
y sé que está muy feliz de que parezca que sus dos mejores amigos
podrían convertirse en novios.
Tan pronto como la puerta se cerró detrás de Chubs y Lucy,
Bailey corrió hacia la ventana delantera y los vio salir del camino de
y y
entrada. Después de que se perdieron de vista, camina hacia la
puerta, coloca la cerradura, se da la vuelta y casi me tira al suelo.
¡Sí! Estamos solos y se ve bien para mí y para Big Al. Levanto a
Bailey, ella envuelve sus piernas alrededor de mi cintura, sus brazos
alrededor de mi cuello y me dirijo a mi habitación. Me hundo en la
cama, aterrizando sobre mi espalda mientras ella rebota por el
impacto sobre mi pecho.
Bailey se sienta y comienza a quitarme la camisa. La ayudo y
juntos quitamos su ropa. Ella se desliza por mis piernas y abre mi
cinturón, después mis vaqueros, y se desliza por mis piernas
arrastrándolos con ella.
Una vez que ambos estamos desnudos, vuelve a trepar sobre mí y
se sienta a horcajadas sobre mi cintura, dejando caer su coño muy
caliente y muy húmedo justo en la parte inferior de mi lista polla.
Ella se desliza arriba y abajo por mi longitud y acerco su rostro al
mío y conecto nuestras bocas.
—¡Dios, te deseo!—gimo en su boca.
—Lo mismo, bebé. ¡Te necesito!—responde ella.
Me impulso con la fuerza mis abdominales y me siento contra el
cabecero, entonces aprieto su cuerpo contra el mío. Puedo sentir sus
pezones duros rozando mi pecho mientras mis manos encuentran el
camino hacia su culo. Las deslizo por su culo y empujo un dedo en
su coño desde atrás. Ella jadea y se empuja hacia abajo contra mi
dedo. Está de rodillas sobre mí cuando deslizo mi otra mano hacia
adelante y hacia su clítoris. Ella está empapada en segundos y lista
para el resto de mí.
Agarro mi polla y apunto y ella se desliza hacia abajo lentamente,
tomando cada centímetro de mí dentro de su calor. Ambos gemimos
ante la sensación y la ayudo a comenzar a moverse, hacia arriba,
hacia abajo y en pequeños círculos, apretando su clítoris con fuerza
contra mi hueso púbico.
La boca de Bailey golpea el costado de mi cuello y siento su
lengua húmeda y luego un fuerte mordisco. La embisto con fuerza.
Me empujo hacia arriba mientras ella cae sobre mí y es una
sensación hermosa. Es mía y ambos lo sabemos. Yo soy de ella y no
me voy a ninguna parte.
Después de unos minutos y un poco de acción en los pezones, la
hago rodar de encima para que esté abajo y pueda embestirla con
más fuerza y profundidad con cada empuje. Estalla y no hay nada
más hermoso que el rostro de Bailey cuando se corre. Lo miro de
cerca, amando cada segundo de sus paredes internas
exprimiéndome con fuerza inusitada, y cuando veo que termina de
correrse, me salgo. Antes de que pueda protestar, le doy la vuelta, la
pongo de rodillas y de nuevo sobre mi polla. La empujo hacia atrás
contra mi pecho mientras me empujo bruscamente hacia arriba y mis
manos encuentran sus pechos.
—Mierda, sí, cariño. Solo así—le digo al oído.
Mi mano derecha se desliza por su estómago hasta llegar a su
clítoris. Lo pellizco ligeramente y siento que se corre de nuevo. La
empujo hacia abajo contra mí y me corro con ella. Esto está más allá
de las palabras.
Mientras los dos bajamos, me deslizo hacia adentro y hacia afuera
suavemente un par de veces antes de que ella se derrumbe hacia
adelante sobre su estómago en la cama y yo me retire y acueste a su
lado, acercándola a mí.
Nos quedamos en silencio unos momentos, recuperando el
aliento. Bailey se mueve ligeramente y me da un suave beso en el
pecho.
—¿Debería avergonzarme de no haber tardado más?—le
pregunto, riendo levemente.
—No. Fue perfecto. Eres perfecto. Y de esta manera, tendremos
energía suficiente para las rondas dos y tres—responde Bailey,
riendo un poco.
Y así fue exactamente como funcionó. ¡Y fue perfecto!
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
—¡Puedes dejar de reír en cualquier momento, Bailey! ¡Esta
mierda no es graciosa! —la regaño.
—¡Tu lo quisiste! ¡Lo exigiste! ¡Oh, maldito Dios mío, me voy a
hacer pipí!—lanza entre ataques de risa mientras rueda en su lado de
la cama.
—¡Podrías haber sido más insistente con tus advertencias, lo
sabes!—me enfado.
—¡Oh Dios! ¡Necesito grabar un video de esta mierda! ¿Dónde
esta mi teléfono?
—Haz un movimiento hacia tu teléfono y ¡te derribaré!—le grito.
¡Esta mierda definitivamente no necesita ser filmada!
Maldición Bailey está riéndose demasiado fuerte para responder.
¡Bruja insensible!
—¡Solo haz esta mierda! ¡Ahora mujer!
—Oh, Dios mío. Oh, Dios mío. Ok. Ok. Cálmate. Está bien,
terminemos—finalmente deja de reír lo suficiente para responderme.
Se pone de pie y se acerca a mi lado de la cama antes de empezar a
rugir de nuevo. Después de otro momento de reírse de mí, se calma
lo suficiente como para ponerse de pie de nuevo. La miro con el ceño
fruncido, pero eso no borra las lágrimas de risa que todavía cubren
sus mejillas.
—Está bien, Axe. Solo unas pocas tiras más para tirar y
terminaremos. ¿Estás listo?
—¡Joder, no, no estoy listo! ¿Quién diablos está listo para que le
arranquen la piel del culo con tiras de tela cubiertas de cera? ¿Eh?
¿Quién? ¡Dímelo ahora, Bailey! ¿De verdad conoces a alguien que
alguna vez haya respondido esa pregunta con: Claro, sí, estoy listo
para un dolor insoportable, dámelo, novia.

Jódeme, se está riendo nerviosamente de nuevo.


—Dios bendito, hazlo de una vez. No, no estoy listo para el dolor,
pero estoy listo para terminar con la idea más estúpida que se me
haya ocurrido.
Sí, fue idea mía e insistí en que me hiciera un trabajo con cera en
el culo, aunque Bailey intentó advertirme que era muy doloroso. Y
sí, probablemente hice que no le importara mucho que estuviera a
punto de arrancarme la piel cuando solté el estúpido comentario de
que si las mujeres pueden manejarlo, entonces un motero rudo como
yo podía manejarlo, que no había problema. Puede que me haya
reído de ella cuando me contó sobre la primera vez que le hicieron la
cera en las partes femeninas. Puede que la haya llamado debilucha.
Y cobarde. E incluso le dije que era “una chica” y yo no. Bueno,
estoy sorprendido, ¡esta mierda duele! ¡Nunca más! Pero, como la
hice enojar, me puso la cera sobre todo mi culo de una sola vez, en
lugar de hacer una pequeña sección a la vez. Yo sé que debí haberme
esperado eso, pero eso ahora no me ayuda, ¿verdad? Y manejé la
cera de las nalgas bastante bien. Solo unas pocas malas palabras y tal
vez, solo tal vez, una lágrima o dos. Pero es la raja del culo lo que me
está matando. Quería que me depilara y ella trató de decirme que
no. No escuché y mi vida apesta por eso. ¿Podemos volver a lo de
arrancarme la piel del culo ahora?
Estoy acostado boca abajo, en mi cama, con tiras de tela y cera tan
cerca de mi paquete que no es divertido y solo quiero que esto
termine hoy. Gracias a todos los malditos dioses que conozco de que
Bailey se negara a depilarme con cera mi saco de bolas como le pedí
al principio. Santa Madre de todos los Santos, si les hubiera puesto la
cera, yo la habría dejado allí hasta que me muriese. De ninguna
manera alguien le quitará la cera a las Gemelas. Ya estoy bastante
seguro de que nunca volveré a tener otra erección con solo pensar en
ese tipo de dolor. Tengo un respeto completamente nuevo por los
Drag Queens. Son más duros de lo que jamás seré y no tengo ningún
problema en admitirlo.
—¡Santa Mierda! ¿Por qué carajo fue eso? ¡Oh jodido Dios mío!
¡Ayyyyyyy! ¡Haz que pare!—le grito a Bailey cuando me arranca una
tira de cera y los pelos de mi culo son arrancados sin advertirme
primero.
La malvada bruja se está riendo demasiado fuerte para estar de
pie, así que ahora apoya sus antebrazos en mi espalda mientras yo
muevo mi trasero a derecha e izquierda tratando de detener el ardor.
Puedo sentir sus lágrimas cayendo en mi espalda. ¡Mierda, nunca
volveré a sentarme!
—¡Santo cielo! ¡Santa mierda! Queda una, Axel. Solo queda una
para sacar, ahora—grita mientras se ríe de mí y de mi pobre culo
maltratado.
—¡Te estaré golpeando con fuerza por esto cuando pueda
caminar de nuevo! ¡Nunca debiste permitirme hacer esto! ¡Te culpo
por esto, Bailey!—le grito.
¡Rip!
—¡Santa Madre de Dios! ¡Maldito Infierno! ¡Ayyyyyy! ¡Te odio,
mujer! ¡Ayyyyyy! ¡Arde como el fuego del infierno!—le grito cuando
la última tira, gracias a Dios, es arrancada de mi cuerpo. Es posible
que también me hayan extirpado el colon. Me dejo caer en la cama y
sí, escondo mi rostro y dejo que una lágrima o dos caigan sobre mi
almohada. ¡No me juzgues hasta que hayas estado en esta situación!
Mientras estoy acostado ahí, contando las diferentes formas de
hacer que Bailey pague, comienza a aplicar una loción suave y fresca
en mis partes doloridas. Oh, vaya, eso se siente mejor. No mucho,
pero un poco mejor. Puedo sobrevivir a esto después de todo.
—Las putas del club siempre estaban lloriqueando por tener su
co… um, partes femeninas depiladas. Supongo que debería haber
prestado más atención —me quejo—. Y haber sido más considerados
cuando… ¡oye! ¿Por qué fue eso?— le pregunto cuando recibo un
fuerte azote en mi dolorido culo.
—Realmente no me importa escuchar cómo debiste haber sido
más considerado con sus “partes femeninas” después de que fueron
depiladas. ¿Quieres escuchar mierdas mías como cómo debería
haberle hecho una mejor mamada a John mientras nosotros…?
—¡No! ¡Detente! ¡Ni una palabra más sobre tu boca, mamadas y
otros hombres, mujer! —le grito.
—Funciona en ambos sentidos, cariño—me escupe Bailey
mientras entra al baño. Escucho que el agua se abre y sé que se está
lavando las manos, cuando escucho otro ruido.
Giro la cabeza hacia la puerta cerrada de nuestra habitación para
encontrar que no está cerrada, está abierta ahora y de pie en ella
están Pooh y Gunner. Con sus teléfonos y las manos sobre sus bocas.
¡Ratas bastardas! Ahora tengo que sacar mi dolorido trasero de esta
cama y matar a dos de mis mejores amigos mientras confisco sus
teléfonos.
—¿Qué mierda están haciendo ustedes dos en mi casa? ¿Cómo
entraron aquí de todos modos? —les ladro mientras trato de
sentarme y descubro que es mejor permanecer acostado.
Gunner baja el teléfono pero levanta las llaves. Joder, tiene un
juego de mi casa. Aproximadamente en ese instante, Pooh pierde el
control de sí mismo y comienza a rugir en voz alta con una risa que
arrastra a Gunner con él y eso hace que Bailey salga volando del
baño, con los ojos muy abiertos. Pooh se escurre lentamente por el
lado de la puerta hasta el suelo, encorvado, aullando de risa.
Ella observa la escena y entonces, la pequeña bruja traidora,
comienza a reír junto con los dos matones que solían ser mis mejores
amigos. Los tres se lo están pasando a lo grande a mis expensas. Que
se jodan. Me levanto de la cama y hago un indigno paseo de cangrejo
hacia el baño, cerrando la puerta en sus caras.
La risa todavía se puede escuchar incluso sobre la ducha
corriendo. Los odio a todos.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Cuando entro a la casa club para la Iglesia, lo primero que noto es
que la sala principal está llena de gente. Lo segundo que noto es que
mi culo está desnudo para que todo el mundo lo vea en el televisor
de pantalla plana de 65 pulgadas que cuelga de la pared. ¡Malditos!
Afortunadamente, la risa en la habitación ahoga mis lamentables
gritos de agonía. Veo a mi padre sentado en la barra, mirando la
pared del fondo, en lugar de la televisión, así que camino como un
viejo vaquero a su lado, pongo mi almohadón de rosquilla en el
taburete y tomo asiento con cuidado. Estoy esperando a que él saque
esta mierda del camino porque sé que estoy en este arroyo sin
remos.
Después de un momento o dos esperando a que él hable, miro en
su dirección y veo que sus ojos todavía están enfocados en las
botellas de alcohol detrás de la barra.
—Hola, papá—le digo.
Mientras sigue mirando al frente, responde:
—Ni siquiera puedo mirarte en este momento.
—¡Vamos, papá! He hecho mierdas más tontas que esa y tú
todavía me amas. —Me burlo de él.
—Sí, lo has hecho. Y por supuesto que todavía te amo. Pero tener
tu culo en mi cara toda la mañana no hace que este sea un momento
de orgullo como padre. Y, francamente, también estoy un poco
decepcionado con Bailey.
¡Guau! ¡Espera un minuto aquí! Puede estar enojado o
decepcionado conmigo, pero no con Bailey. No permitiré esa mierda.
Pero antes de que pueda enojarme con él, continúa diciendo:
—Porque ella debería haber filmado eso desde el principio. No
puedo creer que no haya hecho eso para el resto de nosotros. ¿Dónde
está su sentido de familia?
Y entonces se desarma en una carcajada. Sí, mi maldito padre está
disfrutando de mi dolor. Supongo que tendré que agregarlo a la lista
de ratas bastardas a los que tendré que derribar.
Me levanto, agarro mi almohadón y camino dolorosamente hacia
la habitación donde tenemos Iglesia. Como era de esperar, capté la
mierda de los miembros que vieron el video. Pooh incluso me da
una palmada en el trasero cuando paso a su lado
—Gunner y yo escuchamos los gritos, pensamos que algo andaba
mal y entramos corriendo solo para descubrir que eras tú el que
gritaba. Pero tengo que preguntar, antes de que Gunner y yo
lleguemos allí, ¿Bailey también te hizo un trabajo de cera en tu
pogina?
¡Que le den a mi vida!
Capítulo 21
Bailey

No sé qué tiene Lucy, pero la mierda parece desmoronarse o


romperse cada vez que ella está cerca. La amo incondicionalmente,
pero siempre es una aventura estar cerca de ella.
Tiro los restos de su taza de café a la basura y guardo la pequeña
pala para la basura y la escoba. Me acerco a la pared y enderezo los
cuadros que cuelgan allí. No estoy segura de cómo terminaron
torcidos, pero ahora están bien. Chubs está enjuagando su cuenco y
Lucy se está duchando antes de irnos al gimnasio.
Los hombres tenían Iglesia esta mañana y Axel dijo que se
decidió que Lucy debería quedarse con nosotros por un tiempo más.
No creen que esté en peligro ahora que tienen a Carter, pero para
estar seguros, seguirá siendo nuestra invitada. Su empresa está
cerrada por ahora y ella no tiene clases hasta mañana. Esto me hace
feliz y a ella no pareció importarle en lo más mínimo. Chubs también
sonreía de oreja a oreja.
No puedo esperar para estar unos minutos a solas con ella para
preguntarle sobre su paseo en moto con Chubs. Ambos regresaron a
casa sonriendo y bromeando, así que debió haber salido bien. Los
adoro y necesito comprobar las cosas en todo lo relacionado con
Chubs. No quiero ver a ninguno de los dos lastimados, pero serían
una gran pareja.
Al llegar al gimnasio, Lucy se dirige al vestuario y yo me dirijo
directamente a la oficina. Va a tomar una clase de defensa personal
que Cash está enseñando hoy mientras yo trabajo. Al entrar, veo a
Axel sentado en su escritorio. No puedo evitarlo, sollozo de risa
cuando veo el almohadón rojo debajo de su trasero. Él me mira
arrojando dagas en mi dirección.
Camino hacia él, me inclino y beso su calva. Adoro a este hombre.
Sé que es pronto para nosotros, pero él ya es una gran parte de mi
vida y quiero que se quede allí. Sus dagas se convierten en una
sonrisa mientras me mira. ¡Es tan jodidamente hermoso! Y tengo
debilidad por un chico que no se toma a sí mismo demasiado en
serio. Axel tiene un gran corazón y eso es lo que más importa.
—¿Sabes qué me haría sentir mejor?—pregunta, sonriendo
seductoramente.
—No.
—Sí, lo sabes.
—No quise decir “no” en el sentido de que no sabía lo que
querías. Quise decir no, porque no te voy a dar una mamada en tu
oficina.
Su sonrisa cae. Lo beso suavemente en la boca y me muevo
alrededor del escritorio para ponerme a trabajar.

Aproximadamente una hora después, la puerta de la oficina se


abre y Lucy entra. Su cabello está erizado por todas partes y su cara
está roja. Ha tenido un entrenamiento completo por su apariencia.
Ahogo una risita cuando ella camina hacia el sofá, se gira y se deja
caer de espaldas, rebotando un poco. Su pequeño cuerpo no hace
más que se asentarse cuando el estante detrás de Axel se estrella
contra el suelo, con libros, chucherías y todo. Lucy ni siquiera abre
los ojos ante el sonido.
—No estoy seguro de lo que tienes, pequeña Lucy, pero eres una
maldita amenaza para la sociedad—le informa Axel mientras mira la
destrucción detrás de él. Ha estado cerca de Lucy el tiempo
suficiente para esperar este tipo de cosas cuando ella está cerca.
—Lo sé—suspira ella con los ojos aún cerrados.
Axel y yo limpiamos el desorden y estamos volviendo al trabajo
cuando la puerta se abre de golpe y entra Connie. Oh, señor, ¿ahora
qué?
—Hola, Connie. ¿Qué estás haciendo aquí?—le pregunto.
—Hola, Bails, Axel. ¿Necesito una razón para venir a ver a mi
hija?—responde Connie, mientras lanza su cadera hacia un lado y
apoya un puño en ella.
—No, no la necesitas, pero normalmente lo haces. Entonces,
nuevamente te pregunto, ¿qué pasa, Connie? —le respondo.
—Está bien, es justo, supongo. Estaba pensando que tal vez
podríamos almorzar juntos.
—¿Yo invito, supongo?—le pregunto, sabiendo ya la respuesta.
—Por supuesto. Tú ganas más que yo—responde Connie,
mientras asoma la cabeza por la puerta y mira a Cash mientras pasa
por la oficina.
—Eso es porque trabajo a tiempo completo y tú eliges no hacerlo.
—¡El almuerzo suena genial! Y será mi invitación. ¿A qué hombre
le importa que lo vean con tres hermosas mujeres?—interrumpe
Axel la conversación, desviando la dirección en la que iba.
—¡Perfecto! ¡Gracias, Axel! Oh, hola Lucy—dice Connie,
finalmente apartando los ojos de Cash el tiempo suficiente para
notar que Lucy también está en la oficina.
—Hola, Connie—gime Lucy mientras se sienta y arregla la ropa.
—¿Almuerzo? Joder, sí, ¡tengamos un almuerzo!—canturrea feliz
Chubs, entrando a la oficina.
—Hola, guapo. ¿Quién eres? —pregunta Connie.
—Soy Chubs y tú debes ser la madre de Bailey—afirma Chubs
con una gran sonrisa.
—Mi nombre es Connie. Encantada de conocerte, Chubs—dice
Connie—. No es de extrañar que no haya visto mucho a Bailey
últimamente. Está rodeada de moteros calientes. ¿Quién querría
visitar a su madre cuando hay tanta carne de hombre caminando por
aquí? ¿Quieres almorzar con nosotros, Chubs? Axel está invitando—
agrega, mientras pasa una mano por el brazo de Chubs.
—¡Diablos, sí! Cuenta conmigo—dice sonriendo Chubs.
—Mierda. Ahora tengo que robar un banco antes de que
podamos comer hoy —refunfuña Axel.

El almuerzo es interesante por decir lo menos. Mi madre está


coqueteando con Chubs y Axel sin ninguna vergüenza mientras yo
me siento horrorizada y avergonzada y Lucy está sentada con el
ceño fruncido. Chubs es felizmente inconsciente de que le están
tirando los tejos y está siendo amable y encantador como siempre.
Axel está comiendo y riéndose de todo el fiasco. Finalmente insisto
en que mi madre visite el cuarto de baño conmigo y medio la
arrastro detrás de mí. Una vez dentro, me vuelvo hacia ella.
—¡Connie! ¿Qué carajo?—chasqueo.
—Oh Dios. Aquí vamos de nuevo. ¿Qué te ha retorcido el vello
púbico hoy, Bailey?
Cuento hasta diez, lentamente, y después inhalo y exhalo unas
cuantas veces más.
—Deja de coquetear con Axel. ¡Es vergonzoso! ¡Y Lucy siente
algo por Chubs, así que la estás haciendo sentir miserable al
acercarte a él! Joder, mamá. ¿Podemos tener una sola comida juntas
sin que te esfuerces en arruinármela? — me enfado.
—Oh, por el amor de Dios, Bailey. Eres tan dramática. No hay
ningún anillo en ninguno de los dedos de esos hombres. Eso los
convierte en juego limpio, cariño. Me alejaré de Axel, porque eres mi
hija, pero deberías atraparlo y rápido. Antes de que se dé cuenta de
lo aburrida que eres y siga adelante. En cuanto a Chubs, que se joda
Lucy. Voy por lo que quiero. No es mi culpa si ella no hace un
movimiento con ese hombre y rápido—Connie me informa con
malicia y sale del cuarto de baño.
¡Guauu! Acabo de ver un lado de mi madre que no había visto
antes o que no quería ver. No estoy segura de cuál, pero no me
importa. He terminado. Estoy harta de cuidar de una mujer que
nunca me devolvió ese favor. Ni una sola vez. A la mierda esto.
Salgo del baño y regreso a la mesa a tiempo para ver a nuestro
camarero resbalar con algo y caer de espaldas. Los platos y la
comida salen volando en todas direcciones. Cuando chocan contra el
suelo, mis ojos se encuentran con los de Axel. Los suyos se están
riendo, así que decido simplemente sentarme, apoyar la cabeza en su
hombro y desear que el día termine.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Axel y yo estamos en su camioneta de camino a la tienda
personalizada. Estoy hecha un manojo de nervios porque hoy le voy
a dar a Trigger su tanque de gasolina. Creo que es hermoso y me
encanta cómo resultó, al igual que Axel. Pero que nos guste a
nosotros y que le guste a Trigger son dos cosas diferentes.
Trigger y yo almorzamos juntos cada semana cuando visito la
tienda y lo conozco bastante bien. Es mucho más tierno en el área del
corazón de lo que quiere que la gente sepa. Su mundo entero es el
club y los miembros del club, y se preocupa mucho por ellos.
Simplemente no quiere que nadie sepa ese pequeño hecho.
Cuando entramos en la tienda, Axel está cargando el tanque en
una caja, veo a Petey y Trigger en el mostrador de repuestos
charlando mientras algunos clientes deambulan por el negocio y
revisan la mercadería. Axel deja caer la caja en el mostrador frente a
Trigger.
—Hola, Axe. ¿Cómo está el culo? —pregunta Trigger, sonriendo,
para diversión de Petey.
—Suave como el de un bebé. ¿Quieres ayudar a un hermano
aplicándole un poco de aloe?—responde Axel.
—Vete a la mierda, Nancy. Hola, chica. ¿Cómo estás todavía con
este idiota?
—Ningún sentido de la vergüenza, supongo—le respondo a
Trigger, sonriendo.
—¿Qué les trae por aquí hoy?—pregunta.
Petey y Axel me miran con las cejas arqueadas. Bueno, mierda, es
la hora.
—Eh, bueno, Trigger, aquí está la cosa. Um, ¿Sabes que no me
cobraste nada por arreglar mi coche? Bueno, yo…
—Te lo dije, niña. Eres familia. Es gratis.
—Sí, lo sé y muchas gracias por eso. Pero, eh, te hice algo a
cambio. Como agradecimiento. Pero si no te gusta, ¡no tienes que
hacer nada con él! Déjalo en la caja. ¡Eso estaría bien para mí!—digo,
apresurada y nerviosa.
Las cejas de Trigger golpean la línea del nacimiento del cabello y
sus ojos se dirigen a la caja. Axel mete la mano y saca el tanque y lo
sostiene para que Trigger lo vea.
Estoy conteniendo la respiración y me estoy mareando
rápidamente mientras los ojos de Trigger recorren todo el tanque y
su trabajo de pintura sin decir una palabra. Lo que parece una
eternidad pasa antes de que sus ojos se encuentren con los míos.
Él instantáneamente se suaviza y mi respiración contenida se
escapa en un suspiro.
—Ay joder. Dios, niña, ¿pintaste esto? ¿Para mi?—dice Trigger en
voz baja, con su voz ronca, mientras me mira a los ojos.
Asiento con la cabeza mientras él agarra el tanque y lo gira y lo
gira en sus manos, mirándolo de un extremo a otro.
—Bueno, joder. Es el tanque más genial que he visto en mi vida—
susurra Trigger.
Las caras de Axel y Petey están radiantes. Una sonrisa finalmente
cruza la mía también mientras Trigger continúa mirando
atentamente su regalo. Lo deja sobre el mostrador, coloca una mano
detrás de mi cuello y acerca mi cara a su pecho. Envuelvo mis brazos
alrededor de su cintura y me apoyo contra este viejo motero
endurecido con un gran corazón. Siento un suave beso aterrizar en la
parte superior de mi cabeza.
—Es la primera vez que hace algo para alguien. La he engañado
con algunos bocetos, pero este tanque, esto era todo para ti, hombre
—informa Axel a Trigger en voz baja.
Siento la mano de Trigger apretarse en la parte posterior de mi
cuello como reflejo de las palabras de Axel.
Después de un momento, echa mi cabeza hacia atrás y me sonríe
a la cara.
—Gracias, Bailey. Me encanta. Hoy va en mi moto.
—Me alegra que te guste, Trigger—le respondo, aliviada.
—¡Súper bonito! ¿Cuánto por ese tanque?—interrumpe un
cliente.
—No tiene precio—responde Trigger.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
—¿Por qué no mudas tus cosas aquí y trasladamos a Lucy a tu
apartamento sobre la pastelería?—me pregunta Axel.
Estamos acostados en la cama, no listos para dormir,
simplemente disfrutando de la compañía del otro. Nos gusta
acostarnos temprano y charlar sobre cosas. Cualquier cosa,
realmente no importa. Solo tiempo dedicado a conocernos. Amo esos
momentos.
—Eh, ¿qué dijiste?
—Estamos juntos todas las noches. ¿Por qué no te mudas aquí,
porque sabemos que vamos a vivir juntos pronto de todos modos?
No me gusta dormir sin ti. Te encanta tenerme cerca—dice Axel,
moviendo las cejas hacia mí—. Entonces, ¿por qué esperar una
semana, un mes? Hagámoslo. Te quiero en mi lugar. Me gusta
compartir mi casa contigo y así no estarías pagando el alquiler.
Me encanta la idea, pero me preocupa apurar las cosas entre
nosotros. Pero tiene razón. Estamos juntos todas las noches, sin
importar dónde dormimos.
—¿Crees que es demasiado pronto? No quiero que lo arruinemos
—digo, mirando su rostro esperanzada.
—¿Cómo puede mudarte aquí arruinarnos?—pregunta él.
Ambos nos ponernos de lados para quedar frente a frente. Paso el
dorso de mi mano por su mandíbula y él la agarra y me da un dulce
beso en la palma. Aún sosteniendo mi mano, coloca el dorso contra
su corazón.
—Cuando hice que mi madre fuera al baño conmigo hoy en el
almuerzo, tuvimos un cruce de palabras. Le dije que estaba
avergonzado de que ella estuviera coqueteando contigo y con Chubs
y ella me dijo que mejor te atrapara antes de que te des cuenta de
que soy aburrida y me dejes.
—Mierda, cariño. Lo siento, pero esa fue una mala jugada por
parte de tu madre. No hay nada aburrido en ti y no quiero que
cambies de ninguna manera. Sigue siendo tú y estaremos bien—dice
Axel con sinceridad.
—Creo que ya tuve suficiente, Axel. Con mi madre, quiero decir.
Desde que tengo memoria, me aseguré de que las facturas
estuvieran pagadas y que hubiera comida y electricidad en nuestra
casa mientras ella pasaba de un hombre a otro y de un trabajo a otro.
Sin ninguna preocupación en el mundo. Y estoy cansada de
preocuparme cuando ella no lo hace. Es mi madre y la amo por eso,
pero se aprovecha de ese hecho en lugar de tratar de madurar. Al
estar cerca de los miembros del club, he visto de que se trata una
verdadera familia. Y no es como ha sido entre mi madre y yo. ¿Me
equivoco al querer lavarme las manos de ella?
—Joder, no, no estás equivocada, cariño. Sin embargo, no te laves
las manos como lo hizo tu madre, todavía. Simplemente deja de
pagar sus facturas y déjala madurar y comenzar a actuar como una
adulta. Sería diferente si estuviera enferma o discapacitada o no
pudiera trabajar por alguna razón. Pero puede trabajar. A ella
simplemente no le gusta ser adulta y no depende de ti arreglar eso
por ella. Te respaldaré como decidas tratar con ella, pero creo que es
hora de que te pongas a ti misma primero y dejes que se encargue de
su propia vida. Tal vez madure y aprenda a apreciarte.
—Gracias. Sí, me encantaría mudarme y vivir contigo. Pero te
pago el alquiler o los servicios públicos. Y yo compro los alimentos
—le digo a Axel.
—Te mudas, no hay alquiler, yo pago los servicios públicos y tú
puedes comprar los alimentos—dice Axel con una gran sonrisa.
—Yo pago por lo mío, Axel.
—¿Necesitamos tener otra “discusión a lo Axel” para resolver
este asunto?— responde, soltando mi mano para hacer comillas en el
aire.
—¿Tal vez?
Axel gruñe mientras rueda encima de mi cuerpo y rápidamente
comienza sus técnicas de “discusión”. Es muy bueno en la tortura
sexual, de la mejor manera posible, y al final, perdí la discusión pero
gané cinco… contados… cinco orgasmos. Es ganar y ganar.
Capítulo 22
Axel

—¿Seh?—contesto el teléfono y por la oscuridad afuera de la


ventana debe ser a una hora impía.
—Nos vemos en la casa club—gruñe Gunner.
Me aparto con cuidado de Bailey y me visto. Caminando por la
sala, puedo ver a Chubs profundamente dormido en mi sillón
reclinable. El hijo de puta nunca más se queda en su habitación en la
casa club. Me está esquilmando fuera y en casa, pero saber que está
con las mujeres cuando yo no lo estoy hace que valga la pena el
costo. Su lealtad nunca ha sido cuestionada y se ha ganado la misma
lealtad del resto de nosotros. Me gusta Lucy, pero me reservo mi
verdadera opinión hasta que vea si creo que es lo suficientemente
buena para Chubs. Él se merece lo mejor y ella todavía tiene que
demostrarme a mí, y a sus hermanos, si es todo eso.
Lo despierto, le digo que me voy y salgo por la puerta. Al llegar a
la casa club, veo a varios miembros que ya están allí y beben café.
Atravieso la habitación y me apoyo en la barra junto a Pooh. Una
puta del club me entrega una taza de café y yo imito a mis hermanos
tragándola lo más rápido posible.
—Está bien, escuchen—grita Gunner mientras se detiene en el
centro de la ahora silenciosa habitación—. Si no eres un miembro
parcheado, es hora de irse. Hacedlo rápido.
Las pocas mujeres en la habitación toman sus cosas y salen por la
puerta. Después de que se van, Gunner se vuelve hacia el resto de
nosotros.
—Saldremos de aquí en cinco minutos. Se ha localizado otro
punto de entrega. Creemos que se reunirán esta noche, así que
estaremos allí para arruinar la fiesta. Ármense, imbéciles. Y tengan
cuidado esta noche. Esto también podría ser una trampa. Durante
los problemas de Ava, como todos recordarán, dejamos la casa club y
fue atacada. Así que esta vez varios de vosotros se quedarán atrás
para evitar que eso vuelva a suceder. Axel, elige a tu equipo para
que nos acompañe esta noche.
—Pooh, Reno, Cash, Reeves, Gunner y yo iremos al lugar de
entrega. Horse Nuts y Cam irán como transporte, por si es necesario.
Mi padre y Trigger se quedarán aquí en la casa club y el resto de
vosotros deberían esparcirse por el recinto y reforzar la puerta. Rex,
¿tienes que venir o puedes hacer lo de la computadora desde aquí
más fácilmente?
—Es más fácil si estoy aquí, hermano.
—Está bien, eso está arreglado. Pongámonos en marcha—ordeno.

Alrededor del amanecer, estamos dispersos por el lugar y nos


acercamos lentamente. Siento que mi bolsillo vibra y con cuidado
saco el teléfono, ocultando la pantalla iluminada.

Cash: Es una trampa. Retrocedan, pero sean silenciosos.


Hombres c/rifles apuntados al lugar.

Le doy un codazo a Gunner y le muestro la pantalla. Ambos nos


ponemos en cuclillas en silencio y volvemos a examinar el área que
nos rodea. Les envío un mensaje de texto masivo a todos,
transmitiendo la información y diciéndoles que se detengan y
abandonen. No queremos que sepan que mordimos su anzuelo y
aparecimos esta noche.
El bosque está en silencio. Aproximadamente una hora después
de la supuesta hora de la reunión, veo a un tipo que sale del bosque
delante de donde Gunner y yo todavía estamos agachados. Está
armado con un rifle de asalto. Si Gunner y yo hubiéramos seguido
avanzando, hubiéramos estado en su punto de mira.
Después de varios momentos, divisamos a otros hombres, todos
moviéndose en la misma dirección. Todos bien armados, dos con lo
que parecen ser rifles de francotirador. Se encuentran y se quedan
charlando durante unos minutos antes de caminar en la misma
dirección. Unos minutos más y podemos escuchar los vehículos
arrancando y saliendo.
Les envío otro mensaje de texto, diciéndoles a todos que se
reúnan donde dejamos nuestros vehículos escondidos. Llegamos,
hacemos un recuento y nos vamos a la casa club.

—Así que sospecharon que conocíamos sus coordenadas y


pusieron una trampa para averiguarlo con seguridad. Entonces, ¿eso
significa que, dado que creen que no nos presentamos, ahora
asumirán que no sabemos una mierda? — pregunto a la habitación.
—Esa es la pregunta del día, hermano—responde Cash.
—Después de que recuperamos el segundo libro mayor del que
nos habló Carter, la información sobre el encuentro de esta noche fue
transmitida a través de una llamada telefónica que intercepté.
Parecía descuidado de su parte hablar abiertamente de la hora de
una reunión, pero tuvimos que comprobarlo para estar seguros—
interviene Rex.
—No hay forma de que Ramos haya tenido tanto éxito en evitar a
los federales y, sin embargo, derramar ese tipo de información en
una llamada telefónica—dice mi padre—. Una trampa obvia.
Probablemente esperaban disminuir nuestro número esta noche.
—Rex, ¿sabes si había ojos en el complejo cuando nos fuimos?—
pregunta Gunner.
—No, estoy 99% seguro de que no fue así. Ninguna cámara o
sensor captó nada y tú no saliste por la puerta principal como
solemos hacer. Salir por la parte de atrás fue inteligente. Pocos saben
siquiera que existe. —Rex está hablando de un pequeño camino de
tierra que atraviesa la propiedad del club y sale por el lado opuesto
de nuestra puerta principal. Se une a una carretera lateral bastante
desolada y sin uso que conduce a algunas más como ésta antes de
unirse a una carretera del condado normal.
—Seguimos interrogando a nuestros contactos y Rex seguirá
investigando. A la larga, sacaremos a Ramos a la intemperie y lo
acabaremos nosotros mismos o tendremos suficiente para dar a los
federales para que lo derriben. Buen trabajo esta noche, Cash. Me
alegro de que vieras a ese cabrón antes de que uno de nosotros
abandonara nuestra existencia—agrega Gunner.
Todos estamos cansados después de estar fuera de casa toda la
noche, pero todavía tenemos asuntos que atender, así que todos se
acercan a la puerta y se dirigen a la cocina. Como sabía que
sucedería, Ava, Bailey, Lucy y Bella están sirviendo el desayuno para
todos.
Dejo un beso en la cabeza de Ava y Bella cuando paso para llegar
a Bailey. Recibo una sonrisa, un abrazo y un beso rápido, antes de
llenar un plato y encontrar un asiento en la sala principal. Miro a
Ava cuidadosamente cuando me sigue fuera de la cocina. Está
enorme y parece cansada. Gunner se inclina para darle un beso en la
barriga antes de que la boca de Ava reciba el mismo tratamiento. No
podría haber elegido un mejor hombre para mi hermana. Mientras
sirvo la comida y pienso en eso, veo a Gunner llevar a Ava a mi mesa
y ayudarla a sentarse. Él regresa por dos platos de comida poniendo
uno frente a ella y otro frente a él.
—¿Estás bien, Ava? Te ves cansada—le pregunto.
—Sí, estoy bien. Estoy cansada. Gestar a dos humanos es
agotador—responde mientras picotea la comida—. Terminé de
trabajar en la pastelería hasta que nazcan los bebés. Trudy la está
dirigiendo por mí. Por eso no está aquí esta mañana. Bailey la
ayudará con los pedidos y el resto del papeleo involucrado. Bailey
ya me ha quitado gran parte del aspecto comercial de mis hombros y
me ha ayudado mucho. Realmente me gusta ella, Axe.
Especialmente para ti.
—A mí también, hermana. Ella equilibra mis locuras, ya sabes. Es
como si simplemente encajáramos.
p j
Gunner bufó.
—No lo arruines. Pero, dicho esto, creo que Bailey es lo
suficientemente inteligente como para ver a través de la mierda que
es el mundo de Axel. Es dura, fuerte e independiente. Déjala ser esas
cosas. Y tú solo sé tú. Ambos son perfectos juntos. Por cierto, ¿cómo
está tu culo? —pregunta Ava riendo.
Una vez más, Gunner suelta un bufido. El gran hijo de puta es
molesto.
—Mi culo no es asunto tuyo, mujer. Pero, debo decir, ¡Dios mío,
me alegro de que no se le haya ocurrido pasar cera a mi saco de
bolas!
—¡Que asco ¡Detente! ¡No quiero oír hablar de tu saco de bolas,
bastardo enfermo!—me grita Ava, atrayendo la atención en nuestra
dirección.
Mi trabajo aquí está hecho. Me levanto, le doy un beso a mi
hermana en la frente, le muestro el dedo a Gunner y camino a la
cocina con mi plato. Dentro de ella, veo a Bella dándole salchichas a
Loki. Cuando me ve mirándola, me mira con grandes ojos y me hace
un lento guiño. Esa maldita niña es tan adorable. Le sonrío porque
no puedo evitarlo.
Bailey está en el fregadero, enjuagando platos y colocándolos en
el lavavajillas. La golpeo un poco con la cadera y me hago cargo del
enjuague. Le entrego los platos y ella los mete en el lavavajillas.
Trabajamos en silencio durante unos momentos cuando Bailey
finalmente dice en voz baja.
—¿Te ves con niños algún día?
Mi mente instantáneamente se dispara a una imagen de Bailey,
redonda con mi bebé, y sí, quiero niños. Muchos de ellos.
—Sí, cariño. Quisiera varios. ¿Estás de acuerdo con eso ya que
serás tú quien los lleve?
La cabeza de Bailey se levanta y sus ojos se clavan en los míos.
Me mira fijamente por un momento antes de que una hermosa
sonrisa adorne su rostro.
—Sí, estoy de acuerdo con eso, Axel. Me encantaría tener bebés
contigo algún día. ¿Pero a cuántos, exactamente, te refieres cuando
dices varios?
—Probablemente entre quince y veinte. ¿Eso funciona para ti?
—Sí. No. Estoy más bien con tres. ¿Eso funciona para ti? —
responde ella.
—Claro, podría tener tres. Pero primero tenemos que practicar
por un tiempo porque quiero tenerte toda para mí durante bastante
tiempo. Soy así de egoísta—le respondo sonriendo.

Trabajo unas horas en el gimnasio mientras Cash duerme un


poco y después aparece para que pueda ir a casa y hacer lo mismo.
Bailey está hoy en su apartamento haciendo las maletas, así que
quiero llegar a casa para ayudarla a llevar todo adentro, pero
primero me detengo en la casa club para hablar con Gunner. Cuando
entro, veo a Pooh poniéndole una camiseta a Gee, el cerdo de mi
hermana. Niego con la cabeza a esos dos. A Gee le encanta usar ropa
y a Pooh le encanta que le hagan camisetas con frases divertidas. A
medida que me acerco, puedo leer el dicho en la camiseta que ahora
luce Gee.
Dice Pull My Pork3. Eso es una mierda graciosa, así que me echo a
reír y me dirijo a la oficina de Gunner. La puerta está abierta, por lo
que entro, me dejo caer en una silla y pongo los tacones de mis botas
sobre su escritorio. Él, por supuesto, los baja de un empujón
fulminándome con la mirada.
—¿Por qué siempre haces eso?—ladra.
—Porque te molesta—respondo con una sonrisa.
—¿Y por qué siempre quieres molestarme?—pregunta.
—Porque me divierte.
—Dios, joder, eres un dolor en mi culo, Axel. ¿Qué es lo que
quieres ahora?
—¿Me pregunto si Rex ha captado algo que nos diga si sabían
que estábamos en el lugar de encuentro?
—No, no lo ha hecho. Hasta ahora, parece que no tenían idea y
probablemente ahora están asumiendo que no hemos descifrado o
descubierto sus códigos—confirma Gunner lo que estaba pensando.
—Mantendremos los pies en el suelo por ahora. Sigue indagando.
Tal vez tengamos suerte y algo sacará a Ramos a la luz—le digo.
—Si. Debido a que tenemos a Wellsworth, probablemente Lucy
regrese a su casa sin peligro. Sin embargo, esa es tu decisión, ya que
ella es tu invitada.
—Hoy Bailey se mudará conmigo. Habló con Ava esta mañana
sobre mudarse del apartamento. Creo que poner a Lucy ahí por
ahora es una buena idea. La mantiene cerca, a salvo, hasta que esto
termine con Ramos. A ella le encantó la idea y también a Chubs.
—¿Chubs? ¿Es así con él y Lucy? —pregunta Gunner
sorprendido.
—Ninguno ha dicho tanto, pero sí, es así.
—Eh. No lo vi venir. ¿Es buena gente? ¿Lo suficientemente buena
para Chubs, quiero decir?
—Ella me gusta. Bailey la adora. No he visto nada que indique
que no es buena de principio a fin, pero el jurado aún está
deliberando. Estoy vigilando de cerca las cosas. Te mantendré
informado—le explico.
—Suena bien. Vámonos de aquí mientras podamos—dice
Gunner, poniéndose de pie.
—Joder, sí—estoy de acuerdo.
Capítulo 23
Bailey

En cualquier otro momento de mi vida, estaría muy preocupada


por estar cometiendo un gran error. Analizaría y volvería a analizar
cada aspecto antes de tomar una decisión. Esta vez, no escucho a mi
cerebro hiperactivo y escucho a mi corazón y mi instinto. Ambos me
dicen que mudarse con Axel es lo correcto para mí y para nosotros.
No es que no esté todavía un poco nerviosa. Pero sé que Axel es
un buen hombre, un buen hombre para su alma. Es divertido y un
completo tonto, pero tiene claras sus prioridades en la vida y es leal
hasta el final. Ama mucho y la familia lo es todo para él. Es el tipo
exacto de hombre con el que te gustaría tener bebés porque siempre
sabrían que son amados y él siempre los cuidaría.
Incluso sabiendo todo esto y estando preparada mentalmente
para hacer el movimiento, me tomo un momento para llamar a
Trigger.
—Hola, niña—responde, su voz muy ronca.
—Hola, Trigger. Oye, una vez me dijiste que si alguna vez
necesitaba algo te llamara. ¿Eso sigue en pie?
—Por supuesto. Siempre será así con nosotros. ¿Qué necesitas,
Bailey?
—Tu opinión.
Hay un momento de vacilación antes de que él diga:
—¿Eso te importa?
—Por supuesto. Sí. Mucho, Trigger. Confío en ti.
—Lo mismo, cariño. ¿Sobre qué necesitas un consejo? — Su voz
se ha vuelto más profunda y un poco más suave.
—Axel me pidió que me mudara con él.
—¿Necesitas ayuda para empacar o a mí y a mi camión para
transportar tus cosas?
—Solo tu opinión sobre si debo hacer eso o es demasiado pronto.
—Supongo que no me escuchaste, pero te lo acabo de decir. No
hay mejor hombre ahí fuera, Bailey. Nadie con quien preferiría verte
pasar la vida, pronto o no. Escucha tu instinto, no lo que otros
piensan o dicen sobre la mierda. ¿Te preocupas por él lo suficiente
como para querer que esto sea permanente?
—Sí, Trigger, lo hago—respondo con voz baja pero con firmeza.
—Es bueno oírlo, niña. Estaré en tu apartamento en una hora
para cargarte, ¿Ok? Si la mierda se dispara, siempre puedes mudarte
conmigo. Me encantaría tener compañía en esa gran casa que tengo,
pero si confías en Axel y en ti misma, no necesitarás ese plan B.
Hasta pronto—me suelta y se desconecta.
¡Amo a ese hombre!
Unas horas más tarde, mis cosas estaban empacadas, cargadas y
Trigger y yo comíamos tacos de camino a la casa de Axel. Ahora,
también mi casa. Nuestra casa.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Lucy se mudó a mi antiguo apartamento sobre la pastelería y esa
mudanza fue tan sencilla como la mía. Chubs subía y bajaba las
escaleras, cargando las pertenencias de Lucy y reponiendo energía
entre viajes con cupcakes de la pastelería. Lucy era todo sonrisas y
risas indulgentes mientras limpiaba el glaseado de su boca y se lo
lamía de los dedos. A Chubs ni siquiera le importan todas las cosas
raras que se caen o se rompen cuando Lucy está cerca. Él
simplemente sonríe y limpia el desorden. ¡Maldición son tan lindos
juntos!

Trigger condujo su moto hasta la casa club el domingo solo para


presumir del tanque. Había parches de nieve en el camino, pero eso
no lo detuvo. Con la casa club casi llena de gente, hubo muchos
comentarios sobre el tanque, todos positivos, y Trigger estaba
radiante mientras yo me quedaba atrás y amaba haber participado
en poner esa sonrisa en su rostro. No pasó mucho tiempo antes de
que varios de los miembros quisieran hablar sobre pintar sus
tanques también. Estoy segura de que estaba tan radiante como
Trigger al final del día. Mi mente también estaba llena de ideas.

—¡Vamos, Bailey! ¡Permíteme! ¡Por favor!—se queja Axel,


después de que regresamos a casa desde la casa club. Tenemos
nuestra casa para nosotros y, aunque ya extraño a Lucy y Chubs, me
encanta tener a Axel para mí.
—¡No! No hay forma de que te permita acercarte a mis partes
femeninas con cera o una navaja. ¡No esta pasando! ¡De ninguna
manera! ¡Sal de aquí y déjame disfrutar de mi baño!
—¡Sería tan sexy que me dejes afeitarte!—continúa discutiendo
mientras sostiene mi navaja como rehén y se arrodilla junto a la
bañera.
—¡Dios mío, Axel! ¿Por qué esto es tan importante para ti?—le
pregunto, riéndome del detestable hombre.
—Me gusta como se ve desnuda, cariño. La pequeña pista de
aterrizaje que tienes allí es genial, pero sin vello es mejor. Las putas
del club siempre…
Deja de hablar de repente; estoy segura, por la expresión de mi
cara.
Axel se pone de pie rápidamente y murmura por encima del
hombro mientras sale del baño:
—Vuelvo en una hora.
—¿A dónde vas?—le grito.
—Hay una dama a la que tengo que ir a ver de nuevo—escucho
cuando la puerta principal se cierra de golpe detrás de él.
¡El ramo de flores con el que Axel regresa es precioso! Más
grande y brillante que el primero que trajo a casa. Se humilló tan
dulcemente que lo perdoné de inmediato. ¿Quién no ama a un
hombre que se disculpa y admite cuando se equivocó? Estamos
averiguando cosas y encontrando nuestro camino. Las cosas van
bien y la vida es buena.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Han pasado unos meses desde que me mudé a la casa de Axel y
nos acomodamos en ella como siempre debió ser. Pasamos la
mayoría de las noches cocinando y limpiando juntos y luego
holgazaneando solos en la casa o yendo a pasar el rato con los
hombres en la casa club. Trigger viene a cenar unas cuantas veces a
la semana y Chubs y Lucy también suelen estar cerca.
Los hombres están trabajando duro en la situación de Ramos y
sienten que se están acercando. Rex es mi héroe porque el tipo nunca
deja de trabajar para conseguir la información que necesitan.
Ava está inmensa y estará de parto en unas pocas semanas. Ella
está completamente tranquila y serena, pero Gunner no. La sigue
constantemente. Grita como una niña (no es que sea lo
suficientemente valiente para decir eso en voz alta, aunque Axel lo
hace y a menudo) si ella toma algo más grande que un vaso. Ha
vuelto a pintar el cuarto de las niñas tres veces, nunca del todo
contento con el color. Axel, Petey y Chubs ayudaron a Gunner a
armar los muebles para los bebés y todos se fueron riendo de las
excentricidades del rudo y grandote presidente del club sobre su
próxima paternidad. Es posible que tenga que comenzar una apuesta
sobre si Gunner es expulsado de la sala de partos o no. Tengo
cincuenta dólares a favor de la expulsión.
Intenté organizar el baby shower de Ava con Trudy, pero Gunner
insistió en participar en todos los detalles y se convirtió más en una
fiesta de club con serpentinas rosadas que en un baby shower. La
mierda se fue al infierno rápidamente cuando Pooh, Vex y Axel
aparecieron con los sujetadores de lactancia que Ava ya había
comprado en una canasta de mano. Ava se orinó un poco en los
pantalones mientras se reía de ellos y de Gunner, que corría por la
casa club quitándoselos a los hombres mientras ellos también se
reían de él. Todos lo pasamos de maravillas y fue una noche muy
divertida. Bueno, todos menos el pobre Gunner.
Bella se ha convertido en una chica hermosa y brillante en los
últimos meses. Petey y Trudy lucen orgullosos cada vez que ella está
en la habitación y está claro cuánto ella los adora. Pooh ha tomado el
papel de hermano mayor, pero también lo han hecho muchos de los
hombres. Ella es amada y está bien cuidada y Bella siente eso.
La única plaga, fuera de Ramos, en mi vida en este momento es
mi madre. No se ha adaptado bien a que no le paguen las facturas o
que no le entregue suficiente dinero en efectivo para que no tenga
que trabajar mucho. Pero me siento mejor con esa decisión. La culpa
nunca llegó, como esperaba.
—¿En qué estás pensando tanto?—me pregunta Axel, mientras
envuelve sus brazos alrededor de mí por detrás y apoya su barbilla
en mi hombro. Estamos parados en la barandilla de nuestra terraza
trasera, mirando a los árboles detrás de la casa. Axel está asando un
bistec para nuestra cena y me perdí en mis pensamientos mientras
esperaba.
—Qué bien está funcionando esta cosa de vivir juntos. Me
encanta estar aquí, cariño. Es una hermosa casa, tranquila y segura, y
tú estás aquí. Esa es la mejor parte.
—Me alegra que estés aquí también, bebé. Me encanta despertar
contigo, acostarme contigo. Trabajamos en la misma oficina y
todavía no tengo suficiente tiempo al día contigo—me susurra en el
oído—. Algún día, estaremos parados en este lugar exacto, viendo a
nuestros hijos jugar en el patio trasero. Las niñas serán hermosas y
dulces como tú. Los niños se meterán en problemas y causarán
estragos en el vecindario y estoy deseando que llegue cada minuto
de eso.
Me giro en sus brazos y levanto mi boca mientras él deja caer la
suya sobre la mía. Compartimos un beso lento y dulce antes de que
Axel se agache, envuelva su brazo debajo de mis piernas y me
levante del suelo. Alejo mi boca de la suya y digo:
—Te amo, Axel Taylor. Más que nada.
Los ojos de Axel se vuelven suaves y luego calientes en un
instante. Él estrella su boca con la mía mientras camina rápidamente
hacia la puerta y al dormitorio. Baja en la cama, sobre mi cuerpo, y
las cosas se vuelven locas. Los dos agarramos la ropa, nos la
quitamos y tocamos toda la piel expuesta.
Axel agarra mi cara y la mantiene quieta mientras me mira a los
ojos y me dice:
—También te amo, Bailey. Con todo lo que tengo para dar. Eres
mía.
No pasa mucho tiempo antes de que Axel esté clavando su polla
en mi cuerpo. Ha perdido el control y me encanta cuando eso
sucede. Empuja con fuerza, mientras sus manos deambulan por
todas partes. Sin previo aviso, nos hacer rodar para que yo esté
arriba.
Poniendo mis manos en su pecho, giro mis caderas y disfruto de
la sensación de su cuerpo musculoso debajo de mí.
—¡Más duro, cariño! ¡Fóllame!—gime Axel, agarrando mis
caderas y ayudándome a estrellarme contra él.
Me inclino hacia adelante y le muerdo el pecho. Sentándome
derecha de nuevo, me froto con fuerza contra él. ¡Dios, se siente tan
bien!
Lo siguiente de lo que me doy cuenta es que mi cuerpo es
levantado de su polla y apoyado en su cara. ¡Oh sí! ¡La lengua y boca
de Axel son excepcionales! Agarro el cabecero y me muevo contra su
boca.
—¡Oh, Dios, cariño, ahí mismo! ¡No pares!
No lo hace. Continúa usando su talentosa boca para extraer dos
orgasmos de mi cuerpo antes de levantarme de nuevo. Esta vez, salta
de la cama, llevándome con él hasta que mi espalda golpea la pared
del dormitorio. Envuelvo mis piernas alrededor de su cintura y él
empuja su polla hacia mi calor.
La cabeza de Axel cae sobre mi hombro mientras me folla rápido
y fuerte. Pongo mi mano sobre su cabeza mientras le digo
repetidamente:
—Te amo, amor. Te amo mucho, Axe. Eres mío, cariño.
—Joder, sí. Oh, sí—gruñe mientras estallamos uno alrededor del
otro.
Axel me sostiene fuerte contra la pared mientras bajamos y
desliza un par de estocadas más antes de llevarme de regreso a la
cama. Colapsamos, uno al lado del otro, mi cabeza en su hombro.
Nos quedamos allí, juntos, por unos momentos cuando Axel de
repente salta de la cama, agarrando sus vaqueros.
—¿Qué demonios? ¿Qué esta pasando?—le pregunto
preocupada.
—¡Los filetes! Joder, ¡Los dejamos en la parrilla!—me dice
mientras sale corriendo de la habitación. Me levanto, agarro su
camiseta y mis bragas, me las pongo y lo sigo afuera, rezando por no
haber prendido fuego la terraza.
En lugar de encontrar un fuego, encontramos a Chubs sentado en
la terraza, comiendo el bistec. Sin plato, sin cubiertos, solo dedos y
bistec quemado. Aguanto la risa con mi mano sobre la boca,
mientras Axel está de pie, con las manos en las caderas, los pies
separados, mirando a nuestro amigo.
Chubs levanta la vista, levanta las cejas y pregunta:
—¿Qué?
—¡Te comiste nuestro bistec!—le señala Axel.
—Estaba conduciendo, olí la carne quemándose y me detuve para
salvar tu casa. No tiene sentido dejar que el bistec se desperdicie. ¡De
nada! —Chubs nos sonríe mientras explica el favor que nos hizo.
Pierdo la pelea con la risa e incluso Axel sonríe un poco mientras
niega con la cabeza.
g
—Tampoco tiene sentido dejar que las guarniciones se
desperdicien, Chubs. Entra y ayúdanos a acabar con ellas—agrego,
para su deleite—. Y gracias por salvar la casa.
—¡De nada! Y no escuché nada mientras estaba aquí comiendo.
¡Ciertamente no escuché una pared golpeando con una ronda de
sexo caliente!—dice sonriendo de nuevo, mientras entra y comienza
a servirse las guarniciones en un plato.
—¡Oh, mierda!—gimo y siento el rubor arrastrándose por mi
cara.
Axel se echa a reír, me da una fuerte palmada en el culo y sigue a
Chubs al interior de la casa.
¡Que le den a mi vida!
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
—Estás siendo irracional—afirma Connie.
—No, tú estás siendo inmadura—le respondo.
—¡Vete a la mierda, Bailey!—grita ella.
—No estés tan tensa, Connie. Relájate. Fuma un poco de
marihuana, enciende una vela. Di una oración rápida a los dioses
hippies.
—No seas una sabionda, Bailey. No estoy segura de que estar
cerca de Axel y los miembros del club haya sido una buena
influencia para ti. Eres mordaz, sarcástica y ya no eres muy amable
—dice mi madre con disgusto.
—Eso no es cierto, Connie. Ya no soy un presa fácil. Te consentí
durante demasiado tiempo y ahora es el momento de que crezcas
como el resto de nosotros hemos tenido que hacerlo.
—¡Bien! Le pediré a mi jefe más horas, pero hasta entonces,
necesito pedir prestado algo de efectivo. Necesito alimentos y
artículos de primera necesidad.
—¿Artículos de primera necesidad? ¿Como marihuana y vino?—
pregunto dulcemente.
—¿Me vas a prestar unos cientos o no?
—Te compraré algunas provisiones y las traeré. Pero no te voy a
prestar dinero porque lo he hecho un millón de veces y nunca es
suficiente y nunca se gasta en la mierda en la que debería gastarse.
Como luz y calefacción. Ese tipo de necesidades—le digo con
firmeza.
—¿Sabes qué, Bails? Jódete Te cargué durante nueve meses, te
crie con amor y ¿así me tratas? Jódete ¡Quédate con tus malditos
comestibles, jodido coño! —grita Connie en el teléfono antes de
colgarme.
Dejo caer el teléfono en el escritorio y apoyo la cabeza en mis
antebrazos. ¿Estoy equivocada? Ella tiene razón ¿Estoy siendo una
mala hija por cortarla y obligarla a trabajar a tiempo completo y
pagar sus cuentas como una adulta? No lo creo, pero estoy
anonadada por sus palabras. Ella nunca antes me había hablado con
tanto veneno. Por supuesto, nunca le dije que no. Tengo que admitir
que estoy herida.
La puerta de la oficina se abre y levanto la cabeza para ver a Axel
entrar con una sonrisa que rápidamente se convierte en un ceño
fruncido mientras rodea el escritorio y se pone en cuclillas a mi lado.
Colocando su mano sobre mi muslo, me mira.
—¿Qué pasa, bebé?—pregunta en voz baja.
—Mi madre. No es nada. Solo tuvimos una dura conversación,
eso es todo. Estoy bien.
—Ven aquí—dice Axel mientras se pone de pie y me saca de mi
silla, se sienta en la suya y me tira en su regazo. Me abraza y me
empapo del calor de su cuerpo. Nos sentamos en silencio por unos
momentos antes de que pregunte—. ¿Qué pasó?
—Me llamó de nuevo, queriendo dinero en efectivo. Le dije que
no. Se puso feo. Ella me llamó la palabra con C mayúscula.
—Mierda. Lamento que haya hecho eso, Bailey. No te mereces
eso de ella, pero algunas personas nacen egoístas. No entiende de
qué se trata realmente la familia. Dar, no recibir. Odio decir esto,
q
pero ella no va a cambiar. Es quien es, Bailey. Eso depende de ella,
no de ti, cariño. Y eres a quien amo, así que sus sentimientos no son
muy importantes en mi lista de preocupaciones, pero no me gusta
que te lastime.
Me siento y lo miro. Inclino su rostro hacia el mío y le doy un
beso en esa hermosa boca.
—Yo también te amo, Axel. Gracias por escuchar y comprender.
No puedo cambiarla, así que tengo que endurecerme en lo que a ella
respecta, supongo. ¿Puedo abrazarte unos minutos más antes de
empezar?
—El tiempo que necesites, cariño.
Capítulo 24
Axel

Probablemente estoy cometiendo un gran error, pero compraré


otro ramo de flores si es necesario. La señora de la florería está en mi
marcación rápida de todos modos. Y sé cómo humillarme y pedir
perdón. Pero no voy a dejar pasar esta mierda.
Ninguna madre debería aprovecharse de su hijo, pero llamar a
Bailey «coño» fue demasiado para mí. Ella es mía para amar, mía
para proteger, y eso significa de todo daño, madre o no.
Estaciono mi camioneta en la entrada de la casa de Connie y me
acerco a la casa, tratando de controlar mi ira antes de llegar. No me
enojo a menudo y se necesita mucho para cabrearme, pero ver la
expresión de dolor en el rostro de Bailey funcionó. Mantuve la calma
y la compostura mientras estaba con ella. Necesitaba calma y
consuelo de mi parte y siempre le daré lo que necesite. Pero ahora,
no me importa si se nota.
Al llegar a la puerta, la golpeo varias veces con fuerza. Escucho
un movimiento justo antes de que la puerta se abra ante el rostro
sorprendido de Connie. Da un paso atrás y me hace señas para que
entre.
Pasando junto a ella, camino hacia la cocina y entonces me doy la
vuelta para mirar a Connie. Se detiene, se cruza de brazos y me
sonríe alegremente.
—¿Te envió Bailey con el dinero?—me pregunta estúpidamente.
Aparentemente, no es muy buena para leer vibraciones.
—No, no es por eso que estoy aquí, Connie.
—Ohhhh, está bien. ¿Quieres una bebida? Podemos tomar
asiento y me puedes decir por qué estás aquí realmente—dice,
bajando la voz y colocando su mano sobre mis abdominales. Ella se
acerca a mi cuerpo. Demasiado jodidamente cerca. Su mano se
desplaza hacia el sur.
Doy un paso atrás, fuera de su alcance, y me encojo por dentro.
¡Asqueroso! Estoy enamorado de su hija y ella me está avanzando.
Asco multiplicado por cien.
—Hoy tuviste una conversación con Bailey, Connie. No fuiste
muy amable. De hecho, llamaste coño a tu hija. A tu propia hija. Un
coño. Eso nunca volverá a suceder. Bailey y tú podéis aclarar
vuestras diferencias en cuanto a que seas una perezosa holgazana,
pero no la llamarás coño o por cualquier otro nombre despectivo.
Ella es mía. Amo a tu hija y ella seguirá siendo mía por mucho
tiempo, mucho después de que tú mueras y te hayas ido. No quiero
volver a entrar en una habitación y ver la expresión de su rostro
después de hablar contigo. Yo…
—Axel, mira, yo…
—Cierra tu puta boca, Connie. No he terminado de decirte cómo
va a ser. Cuando lo haya hecho, puedes tener tu turno para hablar.
Como decía, yo me cago en el departamento de madres. La mía
abandonó a mi padre y me dejó atrás sin pensarlo dos veces.
Entonces entiendo a las malas madres. Pero Bailey honestamente te
ama, con defectos y todo. Y cómo las dos resolváis vuestra relación
es entre vosotras. Pero no volverás a herir sus sentimientos de
ninguna manera y, especialmente, no la insultarás. Habrá
consecuencias si lo haces. No estoy dispuesto a poner una mano
sobre una mujer. Fui criado de esa manera por un buen hombre, por
buenos hombres. Me enseñaron bien, me enseñaron sobre la familia.
Pero eso no me impedirá hacer de tu vida un infierno si vuelves a
lastimar a Bailey. ¿Lo entiendes?
Los ojos de Connie están muy abiertos al principio, pero
comienzan a entrecerrarse mientras hablo. Sí, ella no lo está
entendiendo y probablemente nunca lo hará. Es más que una chica
hippie como piensa Bailey. Es una perra perezosa y usa a las
personas. Nunca será la madre que Bailey se merece. O la abuela que
nuestros hijos se merecen. Esta bien. Amaré a Bailey y a nuestros
hijos lo suficiente para todos.
—Axel. ¿En serio? ¿Amenazar a la madre de tu mujer? ¿Crees
que eso te hará ver bien ante ella? Has exagerado tu movida,
muchacho. Bailey superará su enojo conmigo. Siempre lo hace. Y
cuando lo haga, y tengamos un poco de tiempo madre/hija, me
aseguraré de hacerle saber a qué tipo de hombre ha enganchado su
carro. Su sentido de culpa y responsabilidad se inclinará hacia mí y
serás viento. Soy una gato demasiado viejo como para ser arruinada
por un gatito. Ahora, sal de mi casa, motero.
Le sonrío, pero no es una sonrisa agradable. Es una promesa.
Tampoco es una buena promesa. Ahora que nos entendemos, salgo
de la casa y corro a casa para ducharme de su suciedad.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Yo: soy un idiota.
Bailey: Está bien, pero eres mi idiota (cara sonriente)
Yo: Llevamos meses juntos y nunca hemos tenido una cita
adecuada.
Bailey: Las citas no me importan. Me importas tú.
Yo: Vístete bien. Estaré en casa a las 6:00. Estamos saliendo.
Bailey: No tenemos que hacer eso.
Yo: Tenemos y lo haremos. Cena, copas y baile. Ponte algo corto
y sexy para mí.
Bailey: ¡Estaré lista!

Entro a nuestra habitación para tomar una ducha rápida y me


detengo en seco. Bailey está de pie frente al espejo de mi tocador,
poniéndose los pendientes y está impresionante.
Lleva un pequeño vestido negro que está abierto casi hasta su
culo en la parte de atrás, pero cubre la mayor parte de las chicas por
delante. Algo de escote, lo suficiente para ser sexy, no ordinaria.
Perfectos tacones fóllame plateados con correas que se entrecruzan
un par de veces hasta sus tobillos. Joyas de plata que incluyen una
cadena en el cuello y varios brazaletes en las muñecas. Pendientes
colgantes que asoman a través de los suaves rizos que luce ahora su
cabello. Su cabello es brillante y hermoso y quiero pasar mis manos
por él, sintiendo su textura. Oler su champú con aroma a coco se ha
convertido en una de mis cosas favoritas. Incluso pude haber sido un
cerdo y lo usé una vez para masturbarme en la ducha, pensando y
visualizando a Bailey conmigo. Si lo sé. Oink, oink soy yo.
Los ojos de Bailey se encuentran con los míos en el espejo y me
muevo. Cruzo la habitación y me paro detrás de ella, pasando mis
manos hacia arriba y hacia abajo por sus costados.
—Eres tan malditamente hermosa, Bailey—le susurro justo antes
de pasar la punta de mi lengua por el lado de su cuello hasta su
oreja.
—Gracias. Tú también eres hermoso, cariño.
Me inclino hacia atrás y uso mis manos para levantar la parte
inferior de su vestido hasta su cintura para poder ver las bragas que
lleva. Son negras, minúsculas y casi transparentes. Oh, jódeme.
Caigo de rodillas detrás de ella y paso mi lengua por su raja y la
siento en mi polla cuando gime. Suavemente tiro de las bragas
apenas hasta que la gravedad las lleva al suelo y vuelvo mi atención
a las partes de Bailey que ahora están completamente expuestas a
mis ojos.
Usando mis manos, separo sus muslos lo suficiente como para
saborearla mejor. Las manos de Bailey caen sobre la cómoda y su
trasero sobresale en mi dirección. ¡La perfección! Empujo mi pulgar
dentro de su calor y lo bombeo un par de veces, después lamo.
Bombeo. Lamo. La tercera es la vencida cuando Bailey comienza a
empujarse hacia abajo contra mi mano y boca.
Me paro de golpe, dejo caer mis vaqueros y continúo frotando su
clítoris, pero usando mi polla ahora. Miro al espejo y la veo
inclinada, mirándome. Los ojos arden y sé que mi mujer desea esto
tanto como yo.
y
Entro con cuidado en ella y hago una pausa, dejándola adaptarse
a mi tamaño. Pongo mi mano en su cabello y empiezo a follarla. Me
inclino sobre ella, una mano en su cabello, la otra en la cómoda y
beso la parte superior de su cabeza. Entonces me hundo con una
dura estocada. Bailey usa sus manos para apoyarse contra la cómoda
y sigo follando a mi mujer mientras la miro a los ojos.
No pasa mucho tiempo antes de que escuche mi nombre en sus
labios y los dos nos corramos. Juntos. Es glorioso.
Me saco la camiseta por la cabeza, todavía dentro de Bailey, y me
salgo de ella. Usando mi camiseta, la limpio cuidadosamente.
Me inclino, la beso entre los omóplatos y camino al cuarto de
baño, tirando la camiseta sucia en el cesto. Después de la ducha, me
visto con un par de pantalones negros con un cinturón negro y una
camisa gris pizarra que dejo desabrochada.
La cena fue romántica y a la luz de las velas. Bailar en el club fue
aún mejor. Me dio la oportunidad de abrazar a Bailey y sentir su
cuerpo moviéndose contra el mío. Tomamos unas copas, pero el
alcohol no pudo apagar el fuego que se estaba construyendo en mí.
No nos quedamos mucho tiempo pero tuvimos una gran noche. Fue
aún mejor, una vez que estuvimos en casa y desnudos. Ésta es mi
vida y me encanta cada segundo de ella.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Han pasado un par de semanas desde nuestra primera cita real y
hemos hecho algo nuevo de tener una cita nocturna. No tenemos que
salir, pero es una noche a la semana que es solo para nosotros. La
semana pasada, apagamos nuestros teléfonos y mantuvimos las
luces apagadas en la casa mientras nos bañábamos juntos, comíamos
chocolates y bebíamos vino. Vino para ella, cerveza para mí. Nos
quedamos desnudos en la cama durante horas y solo hablamos de
nuestros planes futuros. Me gustan las citas nocturnas.
Entro por la puerta después del trabajo cuando mi teléfono
comienza a vibrar. Al sacarlo, veo el nombre de Gunner.
—¿Sip?—respondo.
—¡Ava rompió agua! ¡Pero qué mierda! ¡Tenemos que irnos
ahora! Petey y Trudy están en camino. ¡Te necesito, hermano! —La
voz de Gunner es varias octavas más alta de lo normal y casi puedo
sentir su pánico.
—Está bien, cálmate, Gunner. ¡Llegaremos enseguida!
Bailey y yo trotamos hacia la casa de Gunner y Ava y lo primero
que veo y escucho es que él lleva a Ava a su SUV y ella le dice que se
calme, que tiene mucho tiempo.
—¿Cada cuánto son las contracciones, hermana?—le pregunto,
conservando la calma.
—Cada cinco minutos. ¿Le dirías que me baje? Estoy de parto,
pero todavía puedo caminar—dice Ava—. Quizás deberías llevarnos
tú. No estoy segura de confiar aquí en el señor calmado, relajado y
tranquilo.
Justo cuando termina de decir esas palabras, su rostro se arruga y
comienza a jadear como un perro. Gunner la coloca dentro de la
camioneta, en el asiento trasero, y se agacha en la puerta abierta. Por
alguna extraña razón, él respira igual que ella. Sí, se va a desmayar
por hiperventilar y sí, será mejor que yo conduzca.
Mi padre y Trudy llegan corriendo y ven la acción de jadear y
ambos rostros están aterrorizados. Ava de repente extiende la mano,
agarra la de Gunner y la aprieta. Deja escapar un pequeño grito y
dice:
—Ahora están mucho más cerca. ¡Tenemos que irnos!
Me doy cuenta de repente que Ava realmente va a tener a las
gemelas y las cosas podrían irse a la mierda y eso me devastaría a mí
y al resto de nuestra familia. Comienzo a enloquecer.
—¡Gunner! ¡Súbete al maldito auto! ¡Tenemos que irnos! ¡Ahora!
¡Jodidamente ahora!—le grito, mientras corro hacia la parte
delantera del vehículo y después regreso a donde está Gunner, ya
que no se está moviendo lo suficientemente rápido para mí.
Gunner se levanta súbitamente y sale corriendo hacia la casa. No
tengo ni idea de porqué. Por alguna estúpida razón, creo que está
abandonando a Ava, así que me apresuro y lo derribo al suelo.
—¡Tenemos que irnos, Gunner! ¡Mantente en control, hermano!—
le grito en la cara mientras rodamos por el suelo.
—¡Quítate de encima, cara de polla!
—¡Irás al hospital y te convertirás en padre, te guste o no!—grito
en su cara mientras me empuja lejos de él y se dirige a la casa de
nuevo.
Me lanzo hacia adelante y engancho una pierna, al menos lo
suficiente como para enviarlo de cabeza al suelo. Me pongo de pie y
empiezo a intentar arrastrarlo de la pierna hasta el vehículo mientras
me patea tratando de soltarse. Él aterriza una fuerte patada, justo
cuando me agacho para agarrar su otra pierna y recibo un golpe en
una ceja. La sangre comienza a fluir por mi cara por la herida.
—¡Mierda! ¡Esa mierda duele, Gunner! ¡Imbécil!
Puedo escuchar a Loki volviéndose loco en la casa, ladrando, y
Mac está en la ventana moviendo su pico.
Se pone de pie de nuevo, y sale corriendo a la casa mientras yo
me limpio la sangre del ojo. Cuando reaparece un momento
después, lo golpeo en la mandíbula. Eso lo hace retroceder un paso y
tengo una sensación de felicidad en el estómago cuando veo un hilo
de sangre.
—¿Qué diablos, Axel? ¿Qué te pasa?
—¡Puñetazo de niña, Assman!—grita Mac.
—¡Deténganse ahora mismo los dos! ¿Qué diablos les pasa? —La
voz de mi padre retumba en mi oído.
—¡Me dio una patada en la cara!
—¡Me dio un puñetazo!—decimos al mismo tiempo.
Ahí es cuando noto la bolsa de pañales y la maleta que Gunner
sostiene. ¿Eh? Bueno, mierda. Eso es probablemente lo que estaba
corriendo a buscar a la casa.
—¿Dónde está Ava?—grita Gunner, dejando caer las bolsas y
corriendo hacia el lugar en el que ya no está estacionada la
camioneta.
—¡Bailey las lleva a ella y a Trudy al hospital mientras ustedes
dos idiotas decidieron lanzarse puñetazos en el patio delantero!—le
grita mi padre a Gunner. Me señala con el dedo y luego a Gunner y
dice—. Suban a mi camioneta. Ahora. Los llevaré allí, idiotas, y si
alguno causa una escena en el hospital, me llevaré a Ava y a las
chicas a casa conmigo y ninguno de los dos podrá acercarse a ellas
hasta que ambos hayan tenido evaluaciones psiquiátricas.
Gunner y yo corremos hacia la camioneta y salto en el asiento
trasero. Apenas entro, pero funcionará. Mi padre sigue de pie en el
césped, con las manos en las caderas y la cabeza gacha. Papá
finalmente camina hacia las dos bolsas que Gunner dejó caer, las
recoge y las arroja a mi lado antes de subirse en el lado del
conductor y dar arranque a la camioneta. Mientras nos alejamos de
la casa de Gunner, me doy cuenta de que varios de los hombres de
pie junto a la carretera nos miran irnos. Y sí. Se están riendo a
carcajadas.

Al llegar al hospital, encontramos a Bailey y Trudy en una sala de


espera en el piso de maternidad. Ava avanza rápidamente con su
trabajo de parto y Gunner es llevado a desinfectarse y después al
lado de Ava.
Bailey y Trudy solo sacuden la cabeza y me sonríen cuando entro
a la habitación. Camino al lado de Bailey y tomo asiento junto a ella.
—Bueno eso fue divertido. Lo siento, cariño. Supongo que tuve
un pequeño ataque de pánico y me asusté un poco.
—Sí, podría haberlo notado. Entonces, cuando sea yo la del
trabajo de parto, puedo contar con que tú y Gunner se golpeen el
uno al otro y debería hacer otros arreglos para viajar, ¿verdad?
—Yo seré tu roca. Juro que lo seré Esto fue solo una carrera de
práctica. Lo haré mejor ahora que esto está superado—digo,
sonriéndole.
—Seh, seguro. Vamos a limpiarte. No querrás conocer a tus
sobrinas por primera vez con la cara llena de sangre.
No pasa mucho tiempo antes de que varios de los miembros del
club se dirijan a la sala de espera. Y no pasa mucho tiempo antes de
que Gunner entre pisando fuerte en la habitación, señale con el dedo
a Trudy y le diga que Ava la quiere. Trudy se pone de pie de un salto
y sonríe mientras sale de la habitación. Todos miramos a Gunner con
curiosidad.
—Me han pedido que espere aquí hasta que Ava esté más cerca
de dar a luz. Doctor amanerado e idiota.
—¡Oh, joder!—gime Pooh al mismo tiempo que Bailey grita:—¡Sí!
¡Paga, motero!—mientras se pone de pie y hace el signo de la
victoria.
—¿Apostaste en mi contra?—le dice Gunner a Bailey
frunciéndole el ceño.
—¡Por supuesto! Cualquiera con cerebro, sin ofender a Pooh,
sabía que te convertirías en alfa y tratarías de controlar todo allí
dentro. Incluso un rudo de dos metros, no puede hacer que esos
bebés aparezcan más rápido—le informa Bailey a Gunner, mientras
extiende su mano por el billete de cincuenta dólares de Pooh.
Pooh se lo entrega y Bailey lo dobla con cuidado y lo mete en su
sujetador antes de sonreír enormemente al resto de nosotros.

Una hora más tarde, Trudy le grita a Gunner en el pasillo que


vienen los bebés. Gunner sale disparado hacia la habitación y
desaparece dentro. Mientras todos esperamos ansiosos, una cara
familiar entra en la sala de espera. Es mi dama de las flores.
—¡Hola, Axel! ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Que le pasó a tu cara?
—pregunta cuando me ve caminando en su dirección.
—Oye. Mi hermana está aquí dando a luz a sus gemelas. ¿Puedo
hacer un pedido de flores para ella y los bebés?
—Por supuesto. ¿Quieres que las elija y que las entreguen o
quieres ir primero a la tienda?—pregunta ella.
—Puedes escogerlas por mí. Eres bastante buena para
mantenerme fuera de problemas, así que confío en tu juicio. Solo
agrégalos a mi tarjeta de crédito que tienes registrada y gracias—le
respondo.
—No hay problema. ¿Alguien más quiere encargar flores
mientras estoy aquí? —pregunta a la habitación.
Mi gurú de las flores hoy lo hizo a lo grande. Se hicieron varios
pedidos y ella se fue sonriendo.

—¡Tenemos dos niñas hermosas y saludables!—grita Gunner


desde la puerta. Su sonrisa es tan amplia que tiene que doler—. ¡Ava
está muy bien! ¡Las bebés están bien! No pasará mucho tiempo y el
médico dijo que todos podrán verlas.
Todo el mundo está felicitando y dando palmadas en la espalda a
Gunner. Él está sonriendo como un loco. Es una buena expresión en
su rostro, incluso con el moretón y la hinchazón de mi puñetazo.
—Estoy feliz por ti, hermano. Te amo—le digo, mientras le doy
un abrazo varonil.
—Ava dijo que quiere hablar contigo sobre por qué mi cara está
amoratada. Te delaté y ahora tienes que pagar las consecuencias. ¡Ja,
ja, maldito!—dice, riendo.
Ava me va a pegar una patada en el culo. Oh, bueno, valió la
pena.

Al entrar en la habitación de Ava con Bailey, mi corazón se


detiene cuando veo a mis sobrinas gemelas. Son hermosas, incluso si
ambas tienen un ligero parecido, al menos en este momento, con ET.
No es que sea lo suficientemente tonto para decir esa mierda en voz
alta. Mientras Bailey arrulla a los bebés, me dirijo hacia Ava y me
inclino para darle un abrazo. Ella se ve cansada pero radiante al
mismo tiempo. Como de costumbre, está tan tranquila como parece.
—¡Ay! ¿Qué mierda, mujer? —le grito mientras salgo de su
alcance y froto el escozor de mi pezón que la malvada mujer acaba
de retorcer.
—¿Lo derribaste y después golpeaste a Gunner? ¿En serio, Axel?
—me pregunta Ava, señalando con los ojos entrecerrados en mi
dirección.
Me río de ella y digo:
—Yo también te amo, hermana. ¡Las bebés son hermosas! ¡Tú eres
hermosa! Tu esposo es un perro delator, pero hace lindos niños.
Supongo que puedo perdonarlo.
Todo el rostro de Ava se suaviza cuando mira a sus chicas, Mia y
Zoe. Me vuelvo para ver que mi padre sostiene a una de ellas y ella
se ve increíblemente pequeña en sus grandes manos. Bailey sostiene
a la otra y se ve como que está en su ambiente haciéndolo. De nuevo,
siento ese dolor en el pecho, pero estoy empezando a descubrir por
qué.
Saco el teléfono y empiezo a tomar fotos. No puedo esperar a
tener mis propios bebés, para que crezcan con los de Ava, sabiendo
cuánto son amados y deseados. No pasa mucho tiempo antes de que
me siente en una mecedora sosteniendo a mis… a las chicas de Ava.
Mi corazón se hincha y una sensación protectora me invade. Sí, estas
dos nunca irán a una cita sin el tío Axel a su lado. No está pasando.
De ninguna manera.
Capítulo 25
Bailey

Connie: ¿Podemos encontrarnos en algún lugar para cenar?


Necesitamos hablar.
Yo: Ok, ¿dónde?
Connie: Pat's Bar, en 3rd St. Tienen excelentes nachos. ¿6pm?
Yo: Sí, eso funciona. Hasta entonces.

—Mi madre quiere que nos encontremos para cenar hoy a las 6
pm. Dice que tenemos que hablar—le digo a Axel, que está sentado
al otro lado de mi escritorio.
—Tengo Iglesia a las 6 pm, cariño. Reunión especial sobre
información sobre Ramos. ¿Dónde la vas a encontrar?
—Pat's Bar en 3rd Street. No puede estar lejos de aquí.
—Me sentiría mejor si ella viniera aquí, ya que no puedo ir
contigo—responde.
—Conduciré directamente de ida y vuelta. Está en un lugar
público, así que debería ser lo suficientemente seguro. —Intento
tranquilizar al alfa tratando de asegurarle que todo estará bien.
—Aún no me agrada que estés ahí afuera sin un miembro del
club contigo y todos estaremos en la casa club—insiste él—. ¿Qué
hay de la reunión en la pastelería? Chubs pueden faltar a la Iglesia,
le contaré más tarde, y tú podrías conseguir comida e ir al
apartamento—razona Axel.
Tiene sentido, así que le envío un mensaje de texto a Lucy para
ver si le importa. Ella no le importa y dijo que llevará sus libros a la
pastelería para que mi madre y yo podamos estar solas.
Yo: No puedo encontrarme en el bar. Ven a la pastelería Sweet
Angel Treats Bakery.
Connie: ¿No puedes, no quieres o no te dejan?
Yo: Tómalo o déjalo.
Connie: ¿Vas a vivir tu vida con una correa ahora?
Yo: Podemos encontrarnos otro día.
Connie: Bien, estaré allí a las 6 pm.
Yo: Nos vemos entonces.

—Está arreglado para la pastelería a las 6 pm. No estaré feliz si


esto es solo para que ella pueda pedirme dinero—le digo a Axel.
—Gracias por cambiar eso, nena. Me sentiré mejor sabiendo que
tendrás a Chubs y Lucy cerca para respaldarte si lo necesitas—dice
Axel. Duda y luego agrega—. Dudo que se trate de dinero. No
todavía, de todos modos. Probablemente te vas a enfadar conmigo,
pero tu madre quiere reunirse contigo, y lo más probable es que se
queje de mí. Puede que la haya hecho enojar. Está bien, la enojé.
Lo miro tratando de averiguar cuándo pudo haber enojado a
Connie. Sin entender, le pregunto:
—¿Cómo pudiste haberla hecho enojar?
—Te amo, Bailey. Corazón y alma. Por favor, recuerda eso
mientras te lo explico.
¡Oh, mierda! Esto no puede ser bueno. Me preparo y asiento con
la cabeza para que continúe.
—El día que tu madre te llamó coño, esa noche fui a su casa. Le
expliqué, sin rodeos, cómo eso nunca volvería a suceder. Tu madre
no estaba contenta y dijo una mierda sobre cómo mis palabras nos
separarían cuando te lo contara.
—¿Fuiste a la casa de mi madre porque me llamó coño?—le
pregunto.
—Sí, lo hice. Esa mierda me cabreó. Nadie, especialmente tu
propia maldita madre, te llamará coño. Eres mía y no permitiré que
nadie te trate como ella lo hizo ese día. No está pasando. Nunca.
—Guau. Bueno. Entonces me defendiste y ella quiere usarlo para
causarnos problemas. Probablemente porque piensa que eres tú
quien me impide seguir apoyándola. Hoy le dejaré claro que no
darle más dinero es mi decisión. Sólo mía.
Me levanto y camino al lado de Axel, balanceo mi pierna sobre la
suya y me siento en su regazo. Me inclino y le doy un beso suave.
Agarro sus mejillas entre mis manos y le doy un beso más caliente.
Responde maravillosamente, como siempre lo hace.
—Gracias por defenderme, cariño. Nadie, especialmente mi
madre, se interpondrá entre nosotros si no permitimos que eso
suceda. Y no voy a dejar que suceda—le digo en voz baja.
—Te amo, Bailey.
—Te amo, Axel.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
Connie se pavonea hasta la puerta principal de la pastelería ahora
cerrada y espera mientras Chubs la abre y la deja entrar. Mira a su
alrededor por un momento y camina para pararse frente a mí.
Tomo la bolsa de comida que Chubs, muy consideradamente ,
preparó para nosotras y me dirijo a la parte trasera del lugar.
—Estaremos aquí si necesitas algo, Bailey—afirma Chubs
mientras mira directamente a mi madre. Sé al instante que Axel le
contó cómo se comportó mi madre conmigo la última vez que
hablamos. Y Chubs, mi querido amigo, está en modo protector en
este momento.
Impulsivamente, regreso con Chubs, inclinándome le doy un
suave beso en la mejilla.
—Te amo, Chubs.
Sus ojos golpean los míos y los suyos son suaves y cálidos ahora.
Envuelve su mano alrededor de la parte posterior de mi cabeza,
p p
acerca mi frente a su boca y me devuelve el beso.
—Chubs también te ama, Bailey. Te tengo, chica.
Me doy la vuelta a tiempo para ver a mi madre poner los ojos en
blanco. Paso junto a ella y nos dirigimos al apartamento de arriba. Su
boca se abre en el segundo que cierro la puerta detrás de nosotros.
—Estos moteros son bastante blandos para ser hombres. ¿Qué
pasó con los buenos viejos tiempos en los que los moteros eran unos
tipos salvajes a los que la gente temía?—pregunta Connie.
—Solo un idiota asumiría que los Devil´s Angels son blandos y
no son rudos. Sería un error. Pero ser un tipo rudo no significa que
no puedas dedicarte a la familia. Aman mucho y se preocupan
profundamente por su familia. Veo eso como algo bueno.
—¿Por qué? Tú no eres su familia—afirma ella.
—Ahí es donde te equivocas, Connie. Yo soy su familia y ellos
son la mía. La familia no se trata de sangre, se trata de lealtad. Se
trata de cuidar la espalda del otro en las buenas o en las malas. Es
una calle de dos sentidos y ese club ha pavimentado ambos lados de
esa calle con sangre, sudor y lágrimas y lo harían una y otra vez el
uno por el otro.
—Si eres su familia, supongo que eso me convierte en su familia
también. Pero Axel seguro que no me trató como familia cuando
pasó por casa—escupe ella.
—Las personas tienen que ganarse un lugar en su familia. No se
da gratuitamente. Y seguro que no ganaste ningún punto de lealtad
de Axel llamándome coño. Sí, me habló de su visita. ¿Asumo que eso
es de lo que estás aquí para hablar?
—Bueno, parte de esto, es sobre eso. Me amenazó y me preocupa
tu seguridad, estar con un hombre que amenazaría a una mujer.
Bailey, necesitas ver más allá de la lujuria, los grandes ojos azules y
los músculos y ver cómo es realmente. Puedes hacerlo mejor que con
una rata callejera como él. Puedes venir a vivir conm…
—Alto ahí. No me quedaré aquí escuchándote atropellar a Axel.
Es lo mejor que me ha pasado. Es un buen hombre, de principio a
fin. Viene de un buen hombre y ha pasado su vida rodeado de
buenos hombres. Él me estaba defendiendo porque le ofendió que
me llamaras coño. Mi propia madre, después de todo lo que he
hecho por ti. Te amo, porque eres mi madre, pero no me gustas
mucho. Nunca te importó, ni por un segundo que yo estuviera
viviendo en una pocilga insegura encima de un garaje de imbéciles
para poder seguir pagando tus cuentas. Nunca te molestó. El día que
Axel me conoció, me instaló en este apartamento. Así que no te
atrevas a pararte aquí y hablarme de la familia y los buenos
hombres. Nunca he sido nada más que un sueldo para ti y ahora que
estoy con Axel, tienes miedo de perderlo. Déjame aclararte eso, lo
has hecho. Entonces, ahora que eso está resuelto, ¿qué más querías
discutir hoy?
El golpe en mi cara me hace volver a ponerme de pie. Antes de
siquiera comprender que mi madre me dio un revés, escucho una
fuerte explosión. Y después escucho a Chubs gritar mi nombre.
—¡Dios mío, esos hijos de puta!—grita mi madre mientras me
aparta del camino con un empujón y corre hacia la puerta.
Salgo corriendo por la puerta detrás de ella e inmediatamente
huelo a gas y humo. Sigo a Connie por las escaleras y veo a Chubs y
Lucy corriendo por el pasillo hacia nosotros. Chubs nos apresura a
todos hacia la puerta trasera, pero se pone delante de nosotros, con
su arma en la mano, antes de abrirla lentamente.
Chubs escanea el pequeño estacionamiento y el callejón detrás de
la pastelería antes de indicarnos que lo sigamos. Estamos a solo unos
pasos de la puerta trasera cuando escucho un disparo y veo con
horror como Chubs tropieza y cae. No hace más que golpear el
pavimento y Lucy está delante de él, bloqueando su cuerpo de la
vista y recogiendo su pistola. Corro a su lado para tratar de proteger
a Chubs cuando suenan más disparos y veo el cuerpo de Lucy
sacudirse y caer hacia atrás contra Chubs.
Chubs está tratando de ponerse de pie cuando Lucy levanta la
pistola y aprieta el gatillo. No una, ni dos, sino tres veces. Agarro a
Chubs del brazo y trato de ayudarlo a levantarse. Vuelve a caer de
rodillas y empuja a Lucy al suelo mientras recupera el control del
arma. Apunta y aprieta el gatillo.
Escucho gritos mientras me dejo caer frente al cuerpo boca abajo
de Lucy y trato de cubrirla tanto como puedo cuando siento unas
manos tirando de mí. Miro y veo a mi madre tratando de usarme
como su escudo ante los disparos. Está tratando de alejarme de Lucy
para cubrir más su cuerpo. Miro hacia el callejón y veo a tres
hombres, con las armas en la mano, caminando hacia nosotros y
ordenando a Chubs que suelte la suya. Puedo escuchar las sirenas y
sé que tenemos ayuda en camino, pero no parece que vayan a llegar
a tiempo.
Me paro, aparto las manos de mi madre de mí y me coloco frente
a Chubs y Lucy. Levanto las manos y grito:
—Soy a la que queréis. Ellos no. Iré con vosotros, pero por favor,
no les hagáis daño. Soy Bailey James. Soy a la que han estado
buscando—continúo caminando hacia ellos mientras se detienen, las
armas aún apuntando, pero no disparan.
Escucho a Chubs gritarme que me ponga detrás de él y siento su
mano rozar mi costado, tratando de agarrarme, pero me aparto y
sigo avanzando. Ahora está maldiciendo y usando palabras que
nunca antes había escuchado salir de su boca. Espero que pueda
perdonarme, si salgo viva de esto, pero no puedo permitir que mi
familia sea lastimada por mi culpa. El club no sobreviviría si
perdieran a Chubs.
Doy unos pasos más cuando suena un disparo, fuerte y agudo.
Me congelo, pensando que deben haberme disparado y todavía no lo
siento, cuando uno de los hombres frente a mí cae al pavimento. En
rápida sucesión, suenan dos disparos más y otro hombre cae,
muerto. El cuerpo del tercero se sacude, gira hacia un lado y tropieza
para mantener el equilibrio.
Escucho la voz de Axel y miro hacia arriba para verlo a él y a
Trigger, de pie en el siguiente edificio, rifles en mano. Mis rodillas
comienzan a tambalearse y casi colapso. Petey corre hacia mí y me
atrae hacia su cuerpo, abrazándome con fuerza. Veo a Cash
corriendo a nuestro lado y me alejo lo suficiente para mirar hacia
Chubs y Lucy.
Chubs está cubierto de sangre, pero se inclina sobre Lucy para
hacer RCP. ¡Oh Dios mío!
Me libero de Petey y corro hacia Lucy, cayendo de rodillas a su
lado. Está mortalmente pálida y no se mueve. Veo burbujas
sangrientas que salen del área de su pecho con cada compresión que
realiza Chubs. Cash y Pooh están al otro lado de ella y veo la mirada
que pasa entre ellos. ¡Joder, no!
Siento que unas manos me apartan y me vuelvo para ver a Vex.
Su boca se mueve pero las palabras no llegan a mis oídos. Solo me
arrodillo allí, mirándolo confundida. Envuelve sus manos alrededor
de mi cintura y me levanta en sus brazos mientras retrocede varios
pasos.
Me pone de pie, pero coloca su brazo alrededor de mi pecho por
detrás, sosteniendo mi espalda contra su pecho. Veo que los
paramédicos y la policía convergen en Lucy y ahora entiendo por
qué Vex me movió. Necesitan espacio para salvar su vida. ¡Por favor,
Dios, sálvale la vida!
Axel y Trigger llegan y vienen directamente a mí. Vex me entrega
a Axel y Trigger comienza a revisarme en busca de lesiones. Le digo
que se vaya. Están pasando tantas cosas en este momento, pero no
puedo apartar los ojos de Lucy. Ambulancias, camiones de
bomberos y coches de policía están por todas partes. La gente grita,
las llamas se apagan. Caos total con heridos y muertos llenan el
callejón.
Observo, aturdida, mientras suben a Lucy a una ambulancia, los
paramédicos trabajan frenéticamente y las puertas se cierran
mientras salen con las sirenas aullando del callejón.
—Chubs también recibió un disparo. Necesitan curarlo. ¿Por qué
no están trabajando en Chubs?—pregunto a Axel, mi voz se vuelve
aguda hacia el final.
Trigger se dirige inmediatamente a Chubs y agarra a un
paramédico en su camino, arrastrando al pobre tipo con él. Supongo
que todos asumieron que toda la sangre de Chubs era de Lucy.
Ahora está sentado en el suelo, con la cabeza entre las manos, sin
moverse ni hablar.
Me aparto del agarre de Axel, llego al lado de Chubs y me
arrodillo junto a él. El paramédico lo está revisando por lesiones
pero con toda la sangre está resultando difícil.
—¡Chubs! Cariño, tienes que decirle dónde te dispararon—le
imploro.
Ninguna respuesta.
Agarro su rostro y lo inclino hacia el mío. Sus ojos están en
blanco. Nada. Eso me asusta más que cualquier otra cosa.
—¡Escúchame! ¡Lucy estará bien, Chubs! ¡Ella es dura!
Sobrevivirá a esto porque ambos la necesitamos. Pero tienes que
ayudarnos aquí y decirme dónde te hirieron. Tienes que estar sano
para poder ayudar a Lucy.
Todavía nada. Ni un solo destello de emoción o reconocimiento.
—¡Chubs, cariño, por favor! ¡Te necesito! El club y Lucy necesitan
que hables conmigo. ¡Lucy estaba dispuesta a sacrificarse por ti! ¿Vas
a pagarle eso sentándote aquí en lugar de estar en el hospital con
ella? ¿Cuándo te necesita más que nunca?
Su cabeza se echa hacia atrás, apartando mis manos de su rostro.
Sus ojos se enfocan y pregunta, en voz baja y tranquila:
—¿Estaba respirando?
—Sí, le latía el corazón. Era débil, pero estaba ahí—interviene el
paramédico.
—Tengo que ir al hospital—exclama Chubs mientras trata de
ponerse de pie. No lo logra antes de que su pierna ceda y todos lo
p p g q p y
atrapemos en el camino hacia el suelo.
El paramédico se concentra instantáneamente en la cadera de
Chubs y grita para que su compañero venga a ayudar.
Axel me saca del camino mientras trabajan en Chubs. Cuando lo
suben a la ambulancia, me mira y dice con firmeza:
—Lucy va a sobrevivir.
Asiento con la cabeza, con lágrimas en los ojos, mientras se van
con uno de los mejores hombres que conozco.

Ahora son unas horas más tarde y todo el club, con excepción de
Ava, Bella y los bebés, están paseando por los pasillos o sentados en
la sala de espera del hospital. Chubs y Lucy están en cirugía. Lucy
está crítica. Chubs recibió un tiro en el área de la cadera y está
estable pero necesitarán insertarle metal para fortalecer lo que la bala
debilitó.
La policía, junto con los federales, han interrogado a todos y
hemos hecho declaraciones. Rex entregó una tonelada de
información que reunió sobre Ramos y su contacto en los federales
cree que tienen suficiente para conseguir una orden de arresto. El
tiempo lo dirá.
Afortunadamente, Rex había estado mirando las cámaras de
seguridad durante la Iglesia y vio a los hombres reunidos alrededor
de la pastelería. Él alertó a los hombres, estos llevaron el culo a la
pastelería lo más rápido que pudieron, mientras Rex se comunicaba
con Chubs por teléfono y le advertía que algo estaba pasando. Chubs
tuvo la advertencia suficientemente a tiempo para alejar a Lucy y a él
de las ventanas delanteras antes de que se desatara el infierno.
Después Rex llamó al 911 diciendo que había un incendio,
solicitando una ambulancia y la policía.
Los hombres de Ramos arrojaron un par de cócteles Molotov a
través de la ventana delantera de la pastelería, sabiendo que
nosotros saldríamos al exterior. Según el que sobrevivió, un total de
cuatro no lo hicieron, sabían que yo estaría allí y eligieron ese
momento para hacer su movimiento.
¿Cómo lo supieron? Sí, lo adivinaste. Mi madre. Ramos había
hecho sus propias averiguaciones y descubrió que tenía una madre,
cómo se llamaba y dónde vivía. No les costó mucho, la promesa de
una gran cantidad de marihuana gratis, para convencerla de
concertar una reunión conmigo. El hecho de que Axel la hubiera
enojado solo hizo que esa decisión fuera más fácil para ella. Cuando
le preguntó por qué engañaría a su propia hija, ella juró que no sabía
que estaban planeando hacerme daño. Insistió en que le dijeron que
solo querían interrogarme sobre Axel y el club. Mmm. Supongo que
nunca esperó que, dado que cooperó con ellos, arriesgarían su vida
en el fuego cruzado. Supongo que ahora sabe que su vida tampoco
significaba nada para ellos. Y estar en el hospital es como verter sal
en una herida. Creo que ella solo está aquí para intentar salvar su
culo pareciendo preocupada y contrita. Vete a la mierda, Connie.

Cuando la información sobre la participación de mi madre llegó a


los oídos de Trigger, Cash, Pooh y Vex tuvieron que mantenerlo
alejado de mi madre. Petey ni siquiera lo intentó, incluso siendo el
más cercano a Trigger. Simplemente cruzó sus grandes brazos y
envió miradas mortales a Connie. Incluso los policías dieron un paso
atrás ante la mirada asesina en sus ojos y los gritos de Trigger. Yo
estaba demasiado aturdida por todo lo que había sucedido, como
que mi madre había participado en ello, como para asimilarlo.
Había algo de dolor y sentimientos de traición, pero la magnitud de
eso probablemente me golpearía más tarde.
Me coloqué entre Trigger y Connie y dije en voz alta:
—No importa, Trigger. Ella no es una familia verdadera. Tú eres
mi verdadera familia. Al que yo elegí. No con la que estaba
atrapada. —Él se calmó y nos sentamos uno al lado del otro,
tomados de la mano, para esperar noticias sobre nuestros heridos. La
expresión del rostro de Petey nunca se suavizó hasta que Connie
decidió que tal vez era hora de marcharse.
La pastelería resultó dañada, pero no tanto como podría haber
resultado. Cuando Gunner le dio la noticia a Ava, ella respondió:
—Para eso tengo seguro. ¿Cómo están todos? Eso es lo único que
importa.
Finalmente se nos informa que Chubs se está recuperando y la
cirugía salió bien. Hay un gran suspiro de alivio por parte de todos,
pero nadie se levanta para salir del hospital. Todavía tenemos
familia luchando por sobrevivir.
Veo a una pareja mayor, con otra mujer, acercándose a la estación
de enfermería. Cuando miro la cara del hombre, me doy cuenta de
que me resulta familiar, pero no sé de dónde lo conozco. Están
vestidos con ropa cara y se comportan de la forma en que se ve que
lo hacen muchas personas ricas. Detrás de ellos hay dos hombres
fornidos de traje. Cuando los escucho pronunciar el nombre de Lucy,
me acerco a ellos.
—Hola, soy Bailey. Soy amiga de Lucy. Estuve con ella esta noche
cuando fue herida.
Cuando la mujer mayor mira en mi dirección, sé
instantáneamente que es la madre de Lucy. Se parecen tanto, es
extraño. La otra mujer tiene que ser la hermana mayor de Lucy. El
parecido es asombroso.
—¿Cómo está Lucy? ¿Va a estar bien? ¿Has escuchado algo?—me
bombardea con preguntas su madre tan rápido que sus palabras se
superponen.
La preocupación y las lágrimas son evidentes y tomo las manos
de su madre y las aprieto.
—No hemos sabido nada desde que la llevaron a la cirugía. Lo
siento mucho. Ojalá tuviera buenas noticias para ti.
—¿Que pasó? ¿Qué tan malo es?—interviene quien supongo es el
padre de Lucy.
Me salvé de la horrible tarea de responder esas preguntas cuando
un doctor se acerca a nuestro grupo.
—Gobernador Douglas. señora Douglas. Soy el doctor Green y
soy el cirujano de su hija. Ha superado la cirugía, pero está en grave
estado. Las próximas 72 horas serán críticas. Aunque tengo
esperanzas en este momento considerando el daño que sufrió. La
bala entró en su cavidad torácica y rebotó, causando mucho daño,
pero no alcanzó el corazón por un pelo. Literalmente, un pelo. Tengo
que volver al trabajo, pero las enfermeras le mantendrán informado
sobre el estado de su hija. Por favor, sepa que haremos todo lo que
esté a nuestro alcance para ayudarla.
Después de que el doctor se marcha, me dirijo a la familia de
Lucy y le pregunto:
—¿Les gustaría esperar con nosotros aquí?
—¿Quiénes son todas esas personas?—pregunta el padre,
mientras mira a la multitud de moteros sentados, de pie y apoyados
contra las paredes.
—Son amigos de Lucy. Ellos salvaron nuestras vidas esta noche.
Uno de nuestros miembros recibió un disparo tratando de
protegernos a Lucy y a mí, y están aquí por él y por Lucy. Ellos
también se preocupan por ella.
—Guau. Eso es muy amable de su parte y sí, nos gustaría esperar
con todos vosotros, gracias—responde su madre.
—Señora, le gustaría reconsiderarlo y sentarse en una sala de
espera privada—dice uno de los de traje.
—No se trata de nuestra seguridad o comodidad. Se trata de
Lucy. Tiene amigos que se preocupan lo suficiente como para
esperar noticias sobre ella, estaremos esperando con ellos—dice la
joven—. Por favor, Bailey, preséntanos. Soy Lisa, la hermana de
Lucy, y nuestros padres son Gordon y Miriam.
Los llevo a nuestro grupo y hago las presentaciones. Todo el
mundo tiene una pequeña charla y luego se quedan en silencio,
esperando más noticias. Sonrío para mis adentros cuando veo lo
cómoda que está la familia de Lucy, sentada entre nuestra multitud
de aspecto rudo. Su madre habla con varios de los hombres y con
Trudy, agradeciendo a todos por estar aquí y por ayudar a salvar a
Lucy esta noche. Su hermana, Lisa, se sienta en el sofá cuando Pooh
y Vex se ponen de pie para darles su asiento a las mujeres y
comienza una conversación con Petey. Axel camina hacia mí y me
envuelve en sus brazos. Los de trajes son las únicas personas en la
habitación que parecen fuera de lugar. Definitivamente no están
contentos con esta situación.
Trigger, Trudy y Horse Nuts entran con bandejas con tazas de
café y las reparten. Durante esto, Rex se acerca a mi lado y me
susurra al oído:
—Cuando Axel, Trigger y probablemente Petey también vean el
video de las cámaras de seguridad, es posible que desees reservar
unas vacaciones para alguien en alguna isla lejana.
.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ *: ._.: * ~ * :.
—No seas así, Chubs. Me disculpé. Varias veces. Y somos familia,
así que tienes que perdonarme—le ruego, dándole ojos tristes de
cachorrito.
Él gruñe. ¡Chubs! ¡De hecho me gruñe!
—Grítame. Grita, aúlla e insúltame. Haz lo que tengas que hacer
para perdonarme. ¡Pero no me des el trato silencioso, por favor!
Me mira por otro momento antes de finalmente hablar.
—Me prometes, aquí y ahora, que nunca jamás volverás a
ponerte en peligro. Te amo hasta la muerte por querer proteger a
Lucy, pero nunca hagas esa mierda por mí. ¡Y cuando diga “Ponte
detrás de mí”, pondrás tu culo detrás de mí!
—Chubs, cariño, yo…
—Cállate, mujer. No he terminado de quejarme. Tanto tú como
Lucy deben aprender que es mi trabajo protegerlas a las dos, no al
revés. Y estoy bastante seguro de que Axel ya ha tenido esta
conversación contigo una vez antes. Chubs puede ser adorable, pero
también tengo un lado cruel, Bailey. ¡Y lo desataré en un santiamén
y le diré a Axel lo que hiciste si no me haces esa promesa ahora
mismo!
—Bien podrías hacer esa promesa, Bailey. Hola, Chubs. Gracias
por todo lo que hiciste y por tratar de convencer a esta mujer
obstinada, pero lo tomaré desde aquí—ladra Axel desde la puerta de
la habitación del hospital de Chubs.
Chubs me sonríe. Nunca supe que tuviera ese lado sádico.
Tampoco me gusta mucho. Lentamente giro la cabeza para ver al
motero muy alto, muy musculoso y muy enojado en la entrada.
¡Bueno, mierda! Esto se va a poner feo.
—¡Lucy está despierta! —grita Trudy en la habitación mientras
pasa corriendo con Miriam, agarradas de la mano.
¡Gracias, Niño Jesús!
Me levanto y corro hacia la puerta, cuando Axel agarra mi brazo
y me detiene. Sus hermosos ojos azules están iluminados por la ira.
—Subiré a Chubs a una silla de ruedas y lo llevaré a su
habitación. Pero, cariño, esta discusión está lejos de haber terminado.
Prepárate para el resto.
Escucho a Chubs riéndose detrás de mí. ¡Realmente tiene un lado
sádico!
Asiento con la cabeza hacia Axel y escapo a la relativa seguridad
de la habitación de Lucy.
Epílogo
Axel

Unos pocos meses después

Poniendo mi culo en la parte superior de una mesa de picnic,


cerveza en mano, miro a mi alrededor la barbacoa del club que está
teniendo lugar. Ava, Bailey y Trudy se ríen y bromean mientras
colocan enormes tazones y fuentes de comida. Mujeres hermosas con
un corazón enorme que han cambiado fundamentalmente a este
club.
Bailey es ahora mi dama, un título del que no está segura, y mi
prometida, un título del que está enamorada. Mi gurú de las flores
me ayudó a elegir el anillo de compromiso de Bailey porque ella me
mantuvo en la caseta del perro el tiempo suficiente para obtener un
sí de Bailey cuando le pedí que se casara conmigo. Está bien, le
rogué.
Hablando de mi dama de las flores, recibí un enorme ramo de
flores después de ver las imágenes de seguridad de la noche en que
dispararon a Lucy y Chubs. Bailey hizo que las llevaran al gimnasio,
para el deleite de los otros hombres y con la esperanza de salvarse de
otra sesión de “discusión a lo Axel”. No funcionó. Después de una
discusión muy larga y extenuante, en la que Bailey se sintió
frustrada sexualmente, dormí en el sofá. Durante una semana. A
Bailey se le negó todo el placer de mis partes colgantes. Ella tuvo que
humillarse para volver a estar bien conmigo y me encantó cada
minuto.
Bailey decidió, con mi apoyo, mantenerse en contacto con su
madre, pero es limitado y en los términos de Bailey. Connie no ha
hecho ningún verdadero esfuerzo para mejorar su relación, pero esa
es su pérdida. Bailey ha tomado la decisión de enviarle regalos de
cumpleaños y Navidad, pero se niega rotundamente a reconocer el
Día de la Madre. Comprensible.
Miro a mi izquierda y veo a mi padre y a Gunner, cada uno con
una niña en brazos, parados juntos. Lo más probable es que estén
discutiendo la última cosa increíble que ha hecho una de mis chicas,
eh… las chicas de Ava. A su edad, son profesionales en cagar sus
pañales, vomitar y chupar la teta. (¡Estoy hablando de los bebés, no
de Gunner y mi padre!) Pero no importa, son las princesas del club.
(¡Todavía estoy hablando de las chicas!) El único inconveniente de
abrazar a una de las chicas es cuando empiezan a llorar. Y eso es
porque cuando eso sucede, Loki pierde la calma y, a menos que seas
Ava o Bella, tienes el honor de ver cada uno de sus dientes hasta que
la bebé se vuelve a calmar.
Detrás de ellos, puedo ver a Bella sentada en una mesa con Pooh
y Loki a sus pies. Es una hermosa niña que está creciendo con
confianza y actitud, de la mejor manera posible. Parece que
actualmente está educando a Pooh en el póquer. Ella es todo un
tiburón con las cartas gracias a las lecciones de Chubs. Perdí mi
camiseta con ella la otra noche. Literalmente, mi camiseta. Era una
retro de Bruce Springsteen que me encantaba y ahora la he perdido.
Culpo a Chubs. Cuando Bella mira en mi dirección, sonríe y le doy
mi cara enfadada, labios de pato y todo. Le guardo rencor y a ella le
encanta. Puedo oírla reír desde aquí. Mi padre me bendijo con dos
hermanas cuando nunca pensé que tendría ninguna. Las amo a
ambas hasta la muerte.
Miro a mi derecha y tengo que sonreír cuando veo a Chubs y
Lucy. Ambos todavía se están recuperando y doy gracias de todo
corazón cada vez que veo sus caras. Los hermanos se juntaron y
personalizamos la silla de ruedas de Chubs. Sabemos que solo la
necesitará por unos meses más, pero lo pasamos muy bien,
momentos de unión entre hermanos y una excelente cerveza
mientras agregamos tubos de escape y manubrios. Bailey incluso
pintó llamas en los tubos de escape y el parche de nuestro club en el
respaldo del asiento (justo después de terminar el parche en la pared
p j p p p
de la casa club). Por supuesto, es una silla motorizada, porque
Chubs insistió en que necesitaba tener las manos libres para comer.
Trigger hizo un pequeño remolque acolchado que es arrastrado
detrás de él para que Lucy se recline mientras deambulan por el
recinto. Desafortunadamente para Lucy, Gee y Duffy decidieron que
les gusta que los remolquen, por lo que a menudo se los ve
amontonándose con ella para poder viajar gratis. Gee, usando su
casco del tamaño de un guisante y sus gafas. No importa cuántas
veces los vea dando vueltas, tengo que detenerme, mirar y reír cada
maldita vez.
Lucy, naturalmente, ha sido aceptada por todos. La amamos. Se
probó a sí misma excesivamente y estamos eternamente agradecidos
por todo el amor y el coraje que hay dentro de ese pequeño cuerpo.
Todavía es tímida pero brilla cuando Chubs está cerca. Todos,
incluida Bailey, se sorprendieron al descubrir que es la hija menor de
nuestro Gobernador, pero su timidez es la razón por la que evita ser
el centro de atención y el lado político de la vida de sus padres. Es
independiente hasta el enésimo grado y decidió hacer su propia
vida.
Lucy y su familia son muy cercanos y se han convertido en
buenos amigos del club. Están aquí hoy y no es la primera vez que
asisten a una función del club, para consternación de su equipo de
seguridad. Lo mejor de todo es que aman a Chubs y lo aman por su
Lucy.
Ciertamente facilitó las cosas tener al gobernador involucrado en
la caída de Ramos y su operación. El club tomó la decisión de ser
franco con el gobernador sobre en qué habíamos estado trabajando
con respecto a Ramos y por qué. Él se involucró por completo,
usando su influencia para finiquitar el asunto. Bella ahora es
legalmente una Taylor. Su madre fue procesada y está sentada tras
las rejas junto con Ramos y sus hombres. Varias mujeres, dos
adolescentes más y un joven adolescente fueron encontrados,
recuperados y devueltos a sus vidas. Muchos de sus compradores
fueron capturados y procesados. Sí, tener la oficina del gobernador
detrás de ti hace una ventaja.
j
Trigger deja caer su culo junto al mío y me empuja con el codo.
—¿Qué pasa, viejo?
—Me alegra ver a Bailey usando tu anillo, hermano. Serás bueno
con ella. Si la lastimas, te destriparé con un cuchillo sin filo. Y eso
será antes de que me enoje y te mate dos veces. Es una joya. Ámala
como si fuera de mi sangre, compórtate bien.
Él se pone de pie, me sonríe con malicia y se aleja.
—¡Agradable charla!—le grito a su espalda mientras me muestra
el dedo por encima del hombro.
—Hola, Assman.
Miro hacia abajo justo a tiempo para ver a Mac revoloteando para
pararse en la mesa a mi lado.
—Hola, cerebro de pájaro—respondo, riéndome de él.
—No es un insulto, pendejo—grazna.
—Sí lo es. Significa que tienes un cerebro diminuto.
—¡Tengo una cabecita diminuta!
—Hola, bebé—dice Bailey mientras se acerca y se inclina contra
mí.
—¡Hola, Bailey!—grita Mac.
—¡Hola, Mac! Hoy te ves sexy—le dice Bailey.
—Estoy trabajando en ello—responde.
—¿En qué está trabajando, Mac? ¡Ni siquiera tienes polla!—digo,
tratando de darle cuerda.
—¡Chúpame un huevo, Assman!
—¿Si? ¿Dónde?
—¡Donde me ramifico!—responde Mac antes de caminar enojado
hasta el borde de la mesa, saltar y alejarse.
Bailey se echa a reír. La miro, sabiendo en mi alma, que es un
espectáculo que nunca me cansaré de ver.
—¿Por qué siempre lo provocas?—pregunta ella.
—Porque me hace reír.
Fin
L CONO del SILENCIO
Traducción

Colmillo
Corrección

La 99
Edición

El Jefe
Diseño

Max
Notas
[←1]
Es un hombre que cree que el ano no debería ser un orificio de
salida únicamente.
[←2]
Cápsulas para alivio del dolor menstrual.
[←3]
Si traducimos la frase literal seria: Empuja mi cerdo.
Recordemos que Gee anda en skate. Pero en realidad es una
forma grosera de decir hazme una paja.

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