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DESLINDE CONCEPTUAL CIENTIFICO

¿En qué se diferencian la Filosofía y la Ciencia?


Después de analizarlas individualmente, seguro que ya han quedado bastante
claras las diferencias entre ambas doctrinas del conocimiento. Aun así, para
que dispongas de la información más clara y concisa, hemos preparado una
selección de los puntos claves que hacen que sean dos disciplinas que, pese a
guardar relación, son muy distintas. Vamos allá.

1. La Filosofía tiene origen en el siglo VI a.C; la Ciencia moderna, en el


XVII d.C.
Como hemos visto, el origen de la Filosofía se sitúa entre el siglo VI y VII a.C.
en la Antigua Grecia y la Antigua Roma, con la aparición de los primeros
grandes filósofos. Estamos, pues, ante una disciplina muy antigua que podría
tener más de 2.500 años de existencia.

Ya hemos mencionado que el origen de la ciencia es más difuso, pues su


nacimiento se remonta a una evolución progresiva de la Filosofía. Aun así, la
ciencia moderna como tal nace con la implantación del método científico,
siendo Galileo Galilei el padre del mismo. Por ello, la Ciencia tal y como la
conocemos data del siglo XVII. En este sentido, la ciencia moderna tiene una
edad de unos 400 años.

2. La Ciencia viene de la Filosofía; la Filosofía no viene de la Ciencia


Un aspecto muy importante es que la Ciencia nació de la Filosofía. En este
sentido, el conocimiento filosófico es el padre del conocimiento científico. No
habría Ciencia sin Filosofía, así que esta última debe ser enormemente
respetada.

3. La Ciencia sigue el método científico; la Filosofía, no


Para que una disciplina pueda considerarse como científica, esta debe seguir sí
o sí el método científico de observación, formulación de hipótesis y obtención
de conclusiones. Sin método científico, no hay Ciencia. Pero sin método
científico, sí que hay Filosofía. Esta doctrina no se fundamenta en el método
científico ya que no formula hipótesis sobre la realidad observada.

4. La Ciencia observa la realidad; la Filosofía reflexiona


La Ciencia da respuestas a preguntas que surgen tras la observación de la
realidad de la naturaleza que nos rodea o que nos compone. Es decir, quiere
responder de forma clara y concisa a preguntas sobre el Universo. La
Filosofía, en cambio, no quiere dar respuestas universales. Esta doctrina
se basa en reflexionar más que en responder.
5. La Filosofía se basa en ideas abstractas; la Ciencia, no
La Filosofía no se fundamenta en el método científico, así que no puede
aventurarse a reflexionar sobre conceptos palpables de la naturaleza. Lo que sí
puede hacer es reflexionar sobre conceptos abstractos que, por ser abstractos,
se escapan del marco de estudio científico. La Ciencia lo tiene complicado para
inspeccionar la naturaleza de la ética, la verdad, la moralidad o el sentido de la
vida, pero la Filosofía se siente cómoda reflexionando acerca de estos
difusos conceptos.

6. La Filosofía es especulativa; la Ciencia intenta no serlo


La Filosofía es una doctrina especulativa, en el sentido que se toma por
correcto cualquier punto de partida teórico siempre que este permita crear unas
reflexiones interesantes sobre los conceptos abstractos. La Ciencia, en cambio,
no especula (o al menos intenta no hacerlo), pues si una hipótesis, por muy
interesante que sea, no puede ser comprobada, es rechazada al instante. La
contrastación empírica de la Ciencia no da lugar a la especulación . El
carácter abstracto de la Filosofía, sí.

7. La Ciencia se hace preguntas específicas; la Filosofía, generales


Una de las claves es que las disciplinas científicas se hacen preguntas muy
específicas sobre la realidad. Como por ejemplo, qué proteínas celulares hacen
posible las reacciones de inflamación de los tejidos del cuerpo. Y es la
respuesta a millones de preguntas específicas lo que nos permite obtener una
visión general y completa de la realidad. La Filosofía, en cambio, pasa
directamente a reflexionar sobre conceptos muy generales. Como por
ejemplo, cuál es el sentido de vivir. No reflexiona sobre cuestiones específicas,
sino que va directamente a buscar el panorama general.

8. La Ciencia requiere de inversión; la Filosofía, no


El método científico requiere de experimentos para la confirmación o rechazo
de las hipótesis planteadas. Y los experimentos científicos significan “dinero”.
La Ciencia requiere de inversión ya que no vale solo con pensar, sino que hay
que plasmar, a través de recursos, estas ideas. La Filosofía, en cambio, no
requiere de inversiones económicas. Con pensar, es suficiente. Y como no
deben hacerse experimentos empíricos, no es necesario el dinero.

9. La Ciencia es objetiva; la Filosofía, subjetiva


La Ciencia busca responder preguntas contrastables y medibles a través del
método científico, ofreciendo resultados cuantificables y demostrables. Por lo
tanto, las disciplinas científicas son de carácter objetivo. Sus resultados pueden
ser correctos o no, pero los pasos del procedimiento, si se realizan bien, son
válidos. La Filosofía, en cambio, no busca ofrecer resultados demostrables. De
hecho, ya hemos dicho que no quiere dar respuestas, sino reflexionar sobre
conceptos abstractos. Y este carácter reflexivo hace que sea una disciplina
subjetiva cuyos fundamentos dependen del punto de vista del filósofo en
cuestión.
10. Sus ramas de conocimiento son distintas
Por último, es evidente que sus ramas son distintas. Mientras que las ramas de
la Filosofía son la ética, la metafísica, la filosofía del lenguaje, la epistemología
(reflexionar sobre cómo generamos conocimiento), la estética, la metafilosofía
(reflexionar sobre la naturaleza de la propia filosofía) o la axiología (reflexionar
sobre qué es lo que hace que consideremos algo valioso o no); las ramas de la
Ciencia son las matemáticas, la física, la biología, la química, la historia, la
economía, la química, la astronomía, la psicología, la geología, etc. Como
vemos la Ciencia responde; la Filosofía, reflexiona.
Comparte:

menudo se piensa que la filosofía y las ciencias se encuentran en


universos distintos o contrapuestos. Por un lado, la palabra
“filosofía” nos hace pensar en una disciplina especulativa, teórica, casi
poética. Por otro lado, el trabajo científico lo vinculamos inmediatamente
con matemáticas, experimentación y manipulación de materiales y cosas
concretas. Sin embargo, es habitual que personas con la inquietud de
estudiar la licenciatura en Filosofía se sientan atraídos hacia alguna
de las ciencias particulares o viceversa. 
Esto no debe extrañarnos, pues, en realidad, no son tan distantes una de
otra. La filosofía y las ciencias comparten muchas cualidades que las
vinculan al grado que, en algunos puntos, es difícil distinguirlas. Y esto se
remonta a los mismos orígenes de la ciencia: un poco de historia nos
ayudará a entender los lazos entre estas dos disciplinas.

El origen común

Desde la antigua Grecia existía una cierta división entre la filosofía y la


ciencia: el saber dividía, de manera general, en disciplinas filosóficas y
matemáticas. Por ejemplo, la astronomía y la mecánica se consideraban
parte de las matemáticas; y la física y la biología, parte de la filosofía.  

Sin embargo, esa separación nunca fue muy clara, principalmente


porque era la misma gente la que solía hacer tanto el trabajo
científico como el filosófico. Desde Aristóteles y los pensadores árabes
medievales, encontramos una gran cantidad de filósofos que colaboraron
al avance de las ciencias.

Fue precisamente en el siglo XVII, cuando se dio la famosa Revolución


científica, que los métodos de la ciencia y la filosofía comenzaron a
distinguirse. No obstante, incluso cuando se empezaban a diferenciar con
más claridad estas disciplinas, seguía habiendo grandes hombres que las
cultivaban por igual: Descartes, Leibniz, Newton son sólo algunos
ejemplos de estos filósofos-científicos. No es casualidad que una de
las obras más grandes de la historia de la ciencia lleva precisamente por
nombre Principios matemáticos de  filosofía  natural  (Isaac Newton). 

Semejanzas y diferencias

Sin duda, el método que siguen estas dos disciplinas es bastante


diferente.

Las ciencias:

 se ocupan de resolver preguntas concretas y muy específicas en


diferentes áreas del saber,
 se apoyan mucho en el conocimiento cuantitativo y matemático,
 demuestran sus hipótesis a través de experimentos físicos. 

La filosofía:

 suele atender a problemas universales o abstractos, 


 se apoya en la lógica, en la historia e incluso en otras ciencias
particulares, 
 demuestra sus hipótesis a través de métodos más variados como la
fenomenología, el análisis cualitativo, la lógica simbólica o la
hermenéutica.

Sin embargo, la filosofía y la ciencia comparten muchas cualidades por


las que una persona puede sentirse atraída por igual a ambas disciplinas:  

 buscan desentrañar los misterios del Universo. 


 siguen métodos rigurosos y lógicos para demostrar sus
conclusiones (en esto se distinguen de las pseudociencias o las
creencias populares).
 comparten temas y objetos de estudio: la materia, el espacio, el
tiempo, el origen del Universo.

 La tecnología es el instrumento o la fuerza que te permite hacer algo, y


la técnica es el conocimiento o la habilidad de usar la tecnología.
La técnica es un método o destreza para realizar una acción y
la tecnología es el aporte de instrumentos para realizar esa acción.

Técnicas y Tecnologías
Técnica y tecnología son dos términos muy similares, pero que tienen un
significado netamente distinto. Técnica es un concepto intangible, es
el “knowhow”, el conocimiento, se refiere al saber hacer para sacar el máximo
partido a la tecnología en todos los ámbitos.
Tecnología es el conjunto de equipos que permiten la producción y la
distribución en línea fría, caliente o mixta aplicando las “técnicas-
knowhow”. Es lo tangible. Esto supone que técnica y proceso van unidos.
Para aplicar las técnicas dentro de un proceso requeriremos de las soluciones
tecnológicas y equipos necesarios.

Técnicas
La Línea Fría es sin duda un sistema de producción innovador que está
revolucionando el mundo de la restauración, ya que aporta elementos que
facilitan enormemente la gestión y la seguridad en un contexto de
competitividad y rentabilidad. Los resultados de una mejor organización-
planificación son directamente proporcionales a la calidad, seguridad
alimentaria, rentabilidad, competitividad y bienestar del personal.
A partir de la Línea Fría se despliegan toda una serie de técnicas, como
pueden ser el vacío, la cocción al vacío a baja temperatura, pasteurización,
cocción en autoclave, la regeneración… que, o bien pueden utilizarse
aisladamente en cualquier modelo de proceso, o bien pueden integrarse
inteligentemente para mejorar la gestión, los resultados, la seguridad y desde
luego la rentabilidad.
Tecnología
El discurso para la elección de los equipos e infraestructuras que deben
componer un Sistema debe ir más allá de la discusión del simple grosor del
acero o el precio. Por ello deben integrarse otros muchos factores, como son:
la ergonomía, el rendimiento, la adecuación de los equipos a la función
requerida, la polivalencia, la calidad y las cualidades implícitas del
producto, así como la garantía asistencial, sin olvidar la necesidad de
integración en un sistema bien engranado que permita rentabilizar la inversión
en condiciones de seguridad alimentaria y con el mínimo coste de personal,
consumo y mantenimiento.
Sin embargo, la aplicación de las nuevas técnicas y tecnologías para el diseño
de sistemas y procesos de producción y distribución alimentaria en línea fría
exige de un conocimiento exhaustivo de los equipos y de una integración de
éstos dentro de un proceso debidamente estudiado y técnicamente proyectado.
Para Santos Grupo lo importante es plantear al cliente soluciones
personalizadas y equilibradas que le permitan valorar su inversión respecto de
los beneficios que le puede reportar en términos de explotación y de
rentabilidad posterior en relación a la tecnología.
Estas soluciones darán respuesta desde los proyectos más complejos de
grandes cocinas centrales para colectividades hasta los más modestos
caterings o establecimientos que tienen necesidad de reducir estructuras o de
universalizar sus servicios, partiendo en muchas ocasiones de sistemas
basados en línea caliente que tienen necesidad de evolucionar paulatinamente
hacia la línea fría.
Conocimiento y saber:

Conocer es el conjunto de información que se tiene respecto de algo mientras


que saber es el conjunto de habilidades aprendidas respecto de algo. Conocer
implica investigación mientras que saber implica experiencia, percepción,
contacto con

Carlos Sánchez Tapia


SABER: Proviene del latín (sapĕre), tiene que ver con sabiduría, es un
conocimiento superior, también proviene del griego (sofia) CONOCER: Se
refiere , a la ciencia, a situaciones objetivas y da lugar, después de ser
comprobado y sistematizado. Se considera previo (episteme) a la sabiduría
(sofia)

la diferencia entre saber y conocer es como la diferencia entre escuchar y oír.


El saber implica un conocimiento más profundo de una materia y sus
aplicaciones, en cambio el conocer el solamente es sobre tener una idea, no
necesariamente profunda o completa.
POSIBILIDAD Y PROBABILIDAD.

Se conoce como posibilidad a la condición o propiedad de que alguna cosa es


posible, ocurra, o pueda acontecer. La probabilidad es el cálculo matemático
de las posibilidades que existen de que una cosa se cumpla o suceda al azar.
 Posibilidad: se refiere a lo que puede suceder, lo que es
posible, en contraposición a lo que no puede suceder, lo que es
imposible. Es posible que el ser humano vuele hasta Marte,
existe esa posibilidad. No es posible vivir sin respirar, no existe
esa posibilidad.
 Probabilidad: es un número que expresa si es fácil o difícil,
frecuente o infrecuente, que un suceso posible realmente
acontezca.
A un suceso imposible se le asigna una probabilidad 0% y a un suceso que
seguro va a ocurrir se le asigna un 100% de probabilidad. La probabilidad de
encontrar a una persona que viva sin respirar es del 0%.

Investigación bibliográfica Y Cientifica. -


Por Danelly  Salas Ocampo

Paradójicamente, en los tiempos actuales, el gran reto de buscar información


no está en lograr encontrarla, sino, más bien, en clasificar el material
encontrado y tener la claridad necesaria para poder asegurarnos de su validez.

Vivimos en sociedades en donde abunda la información, las Tecnologías de la


Información y la Comunicación (TIC) han contribuido en la difusión de todo tipo
de información; permitiéndonos estar enterados de todo lo que sucede en el
mundo en tiempo real o de manera sincrónica.

 Paradójicamente, en los tiempos actuales, el gran reto de buscar


información no está en lograr encontrarla, sino, más bien, en clasificar el
material encontrado y tener la claridad necesaria para poder asegurarnos
de su validez.  

Según explica Córdoba-Pachón (2005):

Con el desarrollo de sociedades basadas en información se pretende


desarrollar una serie de visiones en las que el conocimiento juega un papel
esencial en la sociedad. Individuos pueden acceder a él, generar nuevo
conocimiento en forma de productos y servicios de información (por ejemplo,
programas software, bases de datos, servicios vía internet) (p. 81-82).

En este contexto, es importante que los investigadores cuenten con


las habilidades o competencias  que les permitan identificar y sistematizar
información de calidad para el adecuado desarrollo del proceso investigativo;
ya que, aunque exista gran cantidad de información no es toda es veraz y útil.

Además, es importante de mencionar que la información no es sinónimo de


conocimiento; con respecto a este punto Orna y Stevens (2000, p.48 citado en
Méndez, 2008) explican “se dice que la información es el alimento del
conocimiento, ya que necesitamos información y comunicación para nutrirlo y
sostenerlo” (p. 16).

¿Qué se puede comprender por Investigación bibliográfica?


La investigación bibliográfica se puede comprender (Stewart, 1984; McMillan y
Kennedy 1981; Hart, 2001; Pritchard y Scott, 1996, citado en Méndez, 2008)
como:

(…) un proceso mediante el cual recopilamos conceptos con el propósito de


obtener un conocimiento sistematizado. El objetivo es procesar los escritos
principales de un tema particular. Este tipo de investigación adquiere diferentes
nombres: de gabinete, de biblioteca, documental, bibliográfica, de la literatura,
secundaria, resumen, etc. (…) (p. 16).

Este tipo de investigación cobra gran relevancia en el proceso investigativo,


debido a que para realizar una investigación, ya sea
con enfoque cuantitativo o cualitativo, la investigación bibliográfica debe estar
presente.   

Investigación bibliográfica en la investigación cuantitativa y cualitativa


La investigación cuantitativa y la cualitativa abordan la realidad en estudio
desde perspectivas diferentes, pero ambas tienen en común el uso de la
investigación bibliográfica, solamente que este tipo de investigación apoya de
manera diferente cada enfoque.  Sobre este en particular, Cea (1999, p. 84
citado en Méndez, 2008) explica:

(…) la metodología bibliográfica forma parte de la investigación cuantitativa, ya


que contribuye a la formulación del problema de investigación gracias a la
elaboración de los aspectos teóricos e históricos. Así la exploración
bibliográfica contribuye a la estructuración de las ideas originales del proyecto,
contextualizándolo tanto en su perspectiva teórica, metodológica como histórica
específica (p.22).

Sobre la investigación cualitativa Schwartz (1984, p. 59 citado en Méndez,


2008) menciona:

La investigación bibliográfica en los trabajos cualitativos se ubica en la


definición del problema y al aplicar ciertas técnicas cualitativas como la
entrevista, que al capturarla y guardarla se convierte en un “documento” que
contiene una cantidad de información que, en cierta forma, es similar a una
gran biblioteca con libros sin catalogar (p.22).

Es importante recordar que en la investigación cuantitativa la revisión teórica es


fundamental para la estructuración de la investigación: definición del problema
de investigación, marco teórico o de referencia, la metodología, entre otros;
mientras que en el caso de la investigación cualitativa no se requiere tener una
teoría completamente armada para ingresar al campo, pues, al contrario los
datos recolectados en el campo nutren el desarrollo de la teoría del estudio. 

Fuentes de información
Para finalizar nos parece importante hacer mención de las fuentes de
información, las cuáles deben definirse a partir de la revisión bibliográfica, y
deben estar presentes en el marco metodológico de toda investigación.
Méndez (2008, p.18) explica que “Con fines didácticos y considerando
exclusivamente el criterio del tipo de dato y el de la fuente que se procesa en la
investigación, esta puede dividirse en primaria o secundaria (…)” (p. 18).

Barrantes (2013) hace mención de tres tipos de fuentes de información:

 Fuente primaria o directa: Proporciona información de primera mano:


informantes, sujetos de estudio, fotografías, anuarios estadísticos,
memorándos, actas, correspondencia privada, códigos de leyes.
 Fuente secundaria: Compilaciones y listados de referencias publicadas
en un área del conocimiento; traducciones, recopilaciones,
reproducciones de textos dentro de otros textos.
 Fuentes terciarias: Publicaciones periódicas, boletines, libros (p. 109).

Referencias

Barrantes, R. (2013). Métodos de estudio a distancia e investigación: módulo


de investigación: a la búsqueda del conocimiento científico. San José, EUNED.

Córdoba-Pachón, J. (2005). Perspectivas para la sociedad de la información.


Pensamiento & Gestión. (19), 78-100. Recuperado de

https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=64601904

Méndez, A. (2008). La investigación en la era de la información: guía para


realizar la bibliografía y fichas de trabajo. México, Trillas.

Imagen de Hermann Traub en Pixabay

Investigación bibliográfica por Danelly Salas Ocampo se distribuye bajo


una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0
Internacional.
Basada en una obra en https://investigaliacr.com/.

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