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SECRETARÍA DE DEFENSA NACIONAL.

ESC. SUP. GRRA. 2/a. ANT. M.A.M.E.E.M.

GRUPO: A N.L.:2

“Batalla de Salamina.”

I. INTRODUCCIÓN.

A. En el transcurso de la historia, los con ictos y batallas han representado la hegemonía


de los pueblos; el afán expansionista y conquistador de sus lideres motivó el desarrollo
de nuevas tácticas de guerra y el mirar al poder naval como una herramienta
fundamental para lograr sus objetivos más ambiciosos, es así como desde la
antigüedad el hombre visualizó el dominio del mar como un factor determinante para
la conquista de nuevos territorios y el desarrollo de nacientes potencias mediante el
comercio marítimo; tal es el caso de los imperios existentes en las proximidades del
Mar Mediterráneo, lugar donde han sucedido las mas grandes batallas navales y se han
forjado los marinos mas talentosos protagonizando la lucha clásica entre oriente y
occidente.

B. En el presente ensayo analizaremos los hechos que marcaron el desenlace de las


guerras médicas, con icto entre griegos y Persas durante el siglo 5 a.c., haciendo
principal énfasis en la Batalla Naval de Salamina, las tácticas que se emplearon y que
hicieron posible la victoria griega pese a su inferioridad de personal y material en
comparación con la fuerza imperial Persa.

C. La gran batalla naval de Salamina, en el año 480 a.C., signi có la decisiva derrota del
inmenso ejército persa con el que Jerjes había invadido Grecia. El gran rey vio
destruida allí toda su ota y emprendió la retirada. Los restos de su ejército fueron
aniquilados por los griegos meses después en la batalla de los llanos de Platea. Aquella
gran victoria helénica iba a signi car también el comienzo de la hegemonía que la
democrática de Atenas ejerció en el Egeo durante los años siguientes.

II. DESARROLLO.

A. Las Guerras Médicas fue un con icto que traspasó generaciones, inicio con el mandato
del emperador Darío quien conquistó los pueblos griegos del Asia Menor; años más
tarde estos pueblos principalmente los Jonios efectuaron un intento fallido de
sublevación con el apoyo de las ciudades-estado griegas de Atenas y Eretría,
acontecimiento que indignó al emperador Darío y motivó el desarrollo de la I Guerra
Médica, donde el desplazamiento de las tropas se efectuaban a bordo de los llamados
trirremes, embarcación de guerra de la época, sin embargo, la condiciones
meteorológicas limitaban su e ciencia, por lo que este primer enfrentamiento se
desarrolló principalmente en tierra, siendo los imperiales derrotados en la llanura de
Maratón por parte del general griego Milciades.

B. Pese a la victoria griega, Temístocles, comandante de la escuadra ateniense supo


visionar la necesidad de reforzar la armada ateniense y conformar una liga Helénica,
ante una inminente invasión Persa, por lo que se le comisionó el dirigir la construcción
de setenta trirremes, alcanzando Atenas a tener los dos tercios de toda la armada
griega, habilitando además el puerto del Pireo.

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C. Por otro lado, la ambición expansionista del imperio Persa no se detuvo pese a esta
derrota, Jerjes decidió concretar la conquista de Atenas y las demás cuidades-estado
griegas, por lo que organizó una fuerza armada con aproximadamente 1200 trirremes y
241.400 hombres de entre sus aliados, principalmente fenicios, egipcios y jonios, dando
lugar a la II Guerra Médica, en tierra con la batalla de las Termópilas y por mar la Batalla
de Artemisio y la batalla de Salamina.

D. La batalla de Salamina es la representación del momento mas crítico de la Segunda


Guerra Médica (desde el 480 al 479 a.C.), la segunda oleada de invasiones persas en
territorio griego y marcaría un punto de in exión en la historia antigua.

E. Jerjes I, quería conquistar toda Grecia y esta segunda invasión fue la consecuencia de la
derrota de la Primera Guerra Médica (492-490 a.C.), todo empezó en la primavera del
480 con los avances persas hasta la zona de Tracia, Macedonia y Tesalia, y en Agosto se
libra la batalla de Termópilas donde 300 de los mejores guerreros espartanos y unos
6000 aliados soportan durante 3 días el acecho de Jerjes y su ejército de 200.000
guerreros.

F. En ese mismo momento en el estrecho de Artemesio se libraría una batalla naval entre
las fuerzas aliadas griegas y sus 271 embarcaciones contra unas 800 unidades persas,
que luego de 3 días lograrían vencer, pero que no sería su ciente para acabar con la
avanzada de Jerjes.

G. Finalmente los griegos se refugian en la isla de Salamina, donde se libraría la última


batalla defensiva contra el imperio Persa y donde se pondría en juego el destino del
mundo occidental tal cual lo conocemos hoy.

H. Una vez conquistada Termópilas, Jerjes avanza contra Tespias y Platea y por
consecuencia toda la población de Atenas se refugia en la Isla de Salamina, Jerjes
conquista sin di cultad la capital griega y ordena su incendio. Aunque hasta aquí todo
haría pensar a una total victoria Persa, Jerjes no podría festejar todavía, sabía que para
terminar la guerra debía librar una última batalla. Jerjes había aprendido que por tierra
sería muy difícil derrotar las líneas defensivas helénicas, aún con una superioridad
numérica notable, la mejor estrategia era el ataque naval.

I. Del otro lado los griegos sabían que esta era la última batalla y sólo ganando tendrían
una posibilidad de frenar la invasión persa y que si caían derrotados sería el n de su
existencia, su cultura y su legado.

J. A pesar de los ataques sobre Atenas, los griegos mantuvieron sus líneas en Salamina,
porque querían atraer la batalla hasta estas aguas, llenas de estrechos y pequeños
islotes como parte de una maniobra defensiva vista la gran diferencia numérica: Los
aliados helénicos contaban con unas 370 trirremes (barco de una sola vela con tres
líneas de remeros en tres niveles distintos superpuestos a cada lado), contra las 800
unidades persas.

K. Los persas claramente sabían todo esto, pero Jerjes quería terminar la guerra cuanto
antes, y estaba tan seguro de su victoria que no le importaba cuánto le costaría, ni
dónde debía librarla.

L. En cuanto a las formaciones iniciales, se dispusieron dos líneas de otas una delante de
la otra: los atenienses a la izquierda, los espartanos a la derecha y el resto de aliados al
centro.

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M. De la parte persa, se dispusieron dos líneas de embarcaciones conformadas por fenicios


y jonios, mientras el resto de la ota esperaría a las afuera del estrecho para brindar
apoyo y atacar en caso de necesidad. Además Jerjes dispuso una ota egipcia a n de
bloquear cualquier posible vía de escape griega en el extremo occidental de la isla.

N. Al atardecer inició la batalla, los helénicos contaban con qué la batalla durara poco y
con la caída del sol se minimizaran los posibles daños. Por otro lado, atacar al atardecer
era totalmente insólito porque se sabía que no se podría luchar en la oscuridad y eso
aterrorizaría al enemigo. Así los griegos embistieron la primera línea persa
obstaculizando la entrada de refuerzos tal como lo habían programado. El hermano de
Jerjes, Ariamenes cae muerto por el ataque del anco izquierdo liderado por los
atenienses, luego el ataque se concentró en el centro y la primera y segunda línea persa
se terminó dividiendo en dos. Los aliados helénicos se hicieron paso por el centro, los
persas iniciaron a retirarse, pero a la salida del estrecho fueron emboscados por los
aliados eginetas, y el resto de la ota persa buscó refugio en el puerto de Falero.

O. Se estima que las bajas persas fueron entre 200 y 300 naves, y que los caídos en
combate ascendieron a miles, entre otras razones porque se cree que la mayoría de los
asiáticos persas no sabían nadar. Desde su trono Jerjes fue un testigo privilegiado de la
masacre de su ota y de cómo sus propias fuerzas se inculpaban unas a otras por una
derrota inimaginable antes de la batalla.

P. Al terminar la batalla Jerjes decide emprender su retirada, dejando a Mardonio la tarea


de dirigir sus propias tropas de elite para mantener la presencia persa en Grecia y
continuar el ataque cuando pasara el invierno. Todo ello no resultaría, ya que el nuevo
año (479 a.C.) los atenienses lograron retomar su ciudad y durante la batalla de Platea y
de Mícala las últimas huestes persas caerían, acabando nalmente las Guerras Médicas. 

Q. Según Heródoto la ota griega estaba compuesta por 378 trirremes, el historiador no
especi ca que los 378 navíos combatieran en Salamina “… Todos vinieron a la guerra
aportando trirremes… El número total de barcos… era de trescientos setenta y ocho…”, y
además a rma que los eginetas “… tenían otras naves tripuladas, pero protegían su
propia tierra con ellas y lucharon en Salamina con las treinta que estaban en
condiciones de navegar…” por lo tanto, se ha supuesto que dentro de las naves
consideradas en la batalla se dejó una guarnición de doce naves en Egina. Siempre
según Heródoto, otros dos barcos desertaron de la ota persa para unirse a la griega,
uno antes de Artemisio y otro antes de Salamina.

R. Según el dramaturgo ateniense Esquilo, que luchó en Salamina, la ota griega contaba
con 310 trirremes (la diferencia está en el número de naves atenienses). Ctesias dice
que la armada ateniense sólo tenía 110 trirremes, lo que coincide con los números de
Esquilo, y el político Hipérides sostiene que la ota aliada tenía sólo 220 barcos. La ota
aliada estaba de hecho bajo mando del ateniense Temístocles, aunque o cialmente la
dirigía el general espartano Euribíades según se había acordado en el congreso del 481
a. C. Aunque Temístocles había intentado ostentar el liderazgo de la ota, el resto de
polis se opusieron y Esparta, ciudad sin tradición naval, recibió el compromiso de
mandar la armada.

S. Respecto a la ota persa, Heródoto nos dice que en principio la ota estaba compuesta
por 1207 trirremes, pero reconoce que perdieron aproximadamente un tercio de esos
navíos en una tormenta frente a la costa de Magnesia, doscientos más en otra tormenta
frente a Eubea y al menos cincuenta en el combate de Artemisio contra los aliados.

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T. Heródoto a rma que esas pérdidas fueron repuestas en su totalidad, pero sólo
menciona como refuerzo los 120 barcos de los griegos de Tracia y las islas cercanas. El
dramaturgo Esquilo, que combatió en Salamina, también dice que encararon a 1207
barcos de guerra persas, de los cuales 207 eran “barcos rápidos”. Diodoro Sículo y Lisias
a rman por separado que había 1200 barcos en la ota persa reunida en Doriskos en la
primavera del 480 a. C. El número de 1207 también es aportado por Éforo de Cime,
mientras que su maestro Isócrates sostiene que había 1300 naves en Doriskos y 1200 en
Salamina. Ctesias da otro número, 1000 naves, mientras que Platón, hablando en
términos generales, re ere la presencia de al menos 1000 barcos persas.

U. El número de 1207 naves aparece muy pronto en el registro histórico, en el 472 a. C., y
los griegos parecen unánimemente convencidos de haberse enfrentado a un elevado
número de barcos. Debido a la relativa concordancia de las fuentes antiguas sobre este
particular, muchos historiadores actuales se han inclinado por aceptar la cifra de 1207
como el tamaño inicial de la ota persa. Otros estudiosos rechazan estos números y ven
1207 más como una referencia el tamaño de la ota combinada griega de la Ilíada, y
a rman que los persas podrían haber lanzado al mar Egeo no más de 600 navíos.
Muchos historiadores parecen aceptar el número de 600-800 barcos persas en
Salamina, aproximación que se elabora sumando los cerca de 550 barcos que los
persas tenían tras Artemisio con los 120 navíos de refuerzo cuanti cados por Heródoto.

III. CONCLUSIÓNES.

A. Una de las primeras lecciones que nos deja esta batalla es el reconocer el potencial del
enemigo y el saber esperar el momento justo para proceder con las propias acciones, si
Jerjes hubiera escuchado sus consejeros y si hubiera sido más astuto habría ganado la
batalla e incluso la guerra.

B. La batalla de Salamina marcó un punto de in exión en las Guerras Médicas. Tras este
combate naval, el Peloponeso, y por extensión Grecia como una entidad, se salvaron de
la invasión. Los persas, por su parte, sufrieron un duro golpe a su prestigio y moral,
además de grandes pérdidas materiales y humanas. Tras las posteriores batallas de
Platea y Mícala desapareció para los griegos la amenaza de invasión, y los aliados
pudieron pasar a la contraofensiva. La victoria helena permitió que Macedonia se
rebelara contra el dominio persa, y en las tres décadas siguientes, Tracia, las islas del
Egeo y, nalmente, Jonia, fueron liberadas del dominio del imperio aqueménida por los
aliados o por la Liga de Delos. Salamina inició un giro decisivo en el balance de fuerzas
a favor de los griegos que culminó en su victoria nal y en una reducción considerable
del poder persa en el mar Egeo.

C. Al igual que las batallas de Maratón y las Termópilas, Salamina se ha convertido en una
batalla de estudio, quizás debido a las desesperadas circunstancias y las posibilidades
improbables. Muchos historiadores sitúan Salamina como uno de los combates más
decisivos de la historia de la humanidad, al igual que el combate de Maratón. Más aún,
algunos estudiosos argumentan que si los griegos hubieran sido derrotados en
Salamina, la consiguiente conquista persa de Grecia habría acabado con el desarrollo
de la civilización occidental tal y como la conocemos. Este punto de vista se basa en la
premisa de que muchos pilares de la sociedad occidental actual, como la losofía, la
ciencia, las libertades personales o la democracia, tienen sus raíces en el legado de la
Antigua Grecia. Por lo tanto, esta escuela de pensamiento sostiene que, dado el
dominio del mundo occidental en la historia moderna, la conquista persa del mundo
heleno habría cambiado el curso de la Historia.

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D. Sin embargo, también es posible argumentar lo contrario, pues los jonios, sometidos al
poder persa, conservaron su propia cultura, aunque no tenían democracia y carecían de
numerosas características por las que es celebrada la cultura ateniense, como las
libertades personales y la democracia. También vale la pena mencionar que el
orecimiento de la admirada e in uyente cultura ateniense se produjo sólo después de
la victoria sobre los persas.

E. Militarmente es difícil extraer lecciones de Salamina, sobre todo por la incertidumbre


de conocer lo que realmente sucedió. Una vez más los aliados eligieron el escenario a
n de minimizar el peso de la superioridad numérica del enemigo, pero esta vez, y a
diferencia de las Termópilas, tuvo que producirse el innecesario ataque persa a su
posición para que fuera efectivo. Por ello, la lección militar más destacada fue el uso de
la desinformación y el engaño por parte de Temístocles para provocar la deseada
respuesta del enemigo.

IV. BIBLIOGRAFÍA.

Strauss, B. (2022). La batalla de Salamina. EDHASA.

Lafarga, R. L. (2007). La batalla de Salamina. El mayor combate naval de la Antigüedad.


Gerión, 25(2), 177.

Campbell, F. (2002). Soldados de Salamina.

Delahaye, G. N. (1790). Plano de la batalla de Salamina. Recueil de cartes géographiques,


plans, vues et médailles de l'ancienne Gréce...[par Jean-Denis Barbié du Bocage]. A Paris:
chez de Bure l'aîne..., 1790.

Redactó:
El Myr. Inf.

Félix de Jesús Radilla Mendiola.


(C-9006341)
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