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MATERIAL INFORMATIVO N° 04

Programa de Programa de Formación Humanística Sesión N° 04


Estudios/Programa

Experiencia Curricular: Constitución y Derechos Humanos Semestre 2023 - I

Contenido temático: Derecho a la Vida y a la Integridad Personal: Derechos de la mujer y,


derechos del niño y adolescente.

Docente: Mg. Gregory Yncio Lozada

Tipo de Material Informativo Lectura / artículo / y otros: Ficha de aplicación

INDICACIONES:
1. En equipos de trabajo lean y analicen el caso asignado por el docente.
2. Revisan los materiales que el docente tutor ha subido a la plataforma Clementina
(MATERIALES).
3. Realicen la búsqueda de información en las bases de datos de la biblioteca de la UCV.
4. Elaboren y sustenten el caso relacionado al DERECHO A LA VIDA Y A LA
INTEGRIDAD PERSONAL, expresándolo a través de un informe, con la siguiente
estructura: Introducción, desarrollo, conclusiones y referencias.

Caso: 01
La despenalización del aborto hasta la semana 24 en Colombia abre un debate
sobre los plazos.

La mayoría de los países permiten la interrupción en el primer trimestre, Reino Unido,


Holanda y Nueva York también tienen las 24 semanas y Canadá o Corea del Sur,
totalmente despenalizado.

Colombia ha sido el último país en legalizar el aborto. El delito por interrupción del
embarazo, con penas de cárcel, estaba presente en el Código Penal del país desde 1837.
Unas 400 mujeres son procesadas cada año por interrumpir su gestación y miles se ven
abocadas a acudir a clínicas ilegales con enormes riesgos para su salud. La Corte
Constitucional acordó el pasado lunes despenalizarlo hasta la semana 24 de gestación
como respuesta a una demanda de la agrupación de organizaciones Causa Justa. El fallo
coloca ahora a Colombia como uno de los países con uno de los plazos más amplios,
junto a países como Holanda, Canadá, Reino Unido o Estados como Nueva York. La
sentencia fue tan celebrada por el movimiento feminista y otros sectores como criticada
por organizaciones provida o conservadoras. Incluso el presidente de país, Iván Duque,
equiparó la decisión a “una medida anticonceptiva”. En medio de la clara polarización
aborto sí o no, emergió un segundo debate: ¿por qué 24 semanas?

Laura Gil es ginecóloga y cofundadora del Grupo Médico por el Derecho a Decidir,
integrado en Causa Justa. Antes de presentar su demanda ante la Corte en Colombia, el
grupo médico analizó todos los plazos sobre el aborto que hay en los diferentes países.
Desde el Estado de Texas, que contempla seis semanas, hasta las 12 de Uruguay o las
14 de España y Alemania, por tomar varios ejemplos. “Hay todo tipo de plazos y
ninguno obedece a ningún criterio objetivo, médico o científico. La semana 24 sí tiene
un criterio objetivo. Hoy en día, con tecnología avanzada, un bebe que nazca a las 24
semanas podría ser salvado”, analiza Gil el criterio que adoptó la Corte. Es el mismo
planteamiento que siguieron años antes otros países como Holanda o Reino Unido. Para
la doctora, los plazos tan variados responden a negociaciones políticas, que acaban
fijando un “número al azar, hasta que las partes anti y pro se sienten cómodas” para
sacar una ley adelante.

Hace ya 12 años que en España se aprobó la ley del aborto, en la que se fijó la semana
14. Francisca García, presidenta de la Asociación de Clínicas Acreditadas para la
Interrupción Voluntaria del Embarazo (ACAI), comparte la tesis de su homóloga
colombiana. “Se estableció [la 14] por una cuestión aleatoria, se hizo una ley que se
pareciera al resto de las leyes europeas. No hubo un criterio de consideración como la
viabilidad fetal, como sí hubo en Holanda”, explica por teléfono. La decisión que
adoptó el Gobierno en España se basó en las recomendaciones de un comité de expertos
que, en un informe de 49 páginas, estudió los diferentes plazos y las leyes de los países
europeos para asegurar el derecho de las mujeres. La mayoría de los países se ajustan a
ese primer trimestre del embarazo. En el documento se recomendó la semana 14.
“Nosotros proponíamos que la mujer pudiera decidir hasta la 22-24 porque no existen
cuestiones médicas para otro plazo, sino puramente políticas”, incide García.

La decisión de la Corte colombiana ha vuelto a alentar las posiciones de aquellos que


consideran que legalizar el aborto hasta la semana 24 es ir demasiado lejos. Un
recorrido por los países que ya pusieron ahí el plazo demuestra que los abortos
practicados cerca del límite son mínimos. En Reino Unido el aborto es en la práctica
legal hasta la semana 24. Una estadística del Gobierno, publicada en 2020, muestra que
ese año el 88% de los abortos se practicaron antes de la semana 10 de gestación y
apenas un 1% de las interrupciones se hicieron más allá de la semana 20. Holanda, a su
vez, también tiene uno de los índices de abortos más bajos de Europa.

La Corte colombiana tenía que dirimir dos demandas que pedían la despenalización
total del aborto, sin límite de tiempo. Una opción que fue desestimada pero ya existe en
países como Canadá o Corea del Sur. La experta en salud sexual y reproductiva de
Canadá Joanna Erdman, durante su participación en un acto en Argentina mientras se
debatía la despenalización en 2018, subrayó que, siguiendo los datos canadienses, al
contrario de lo que se pueda pensar, la total despenalización del aborto no incrementa su
número, sino que lo reduce. Cambiar un sistema penal por un sistema de salud, sostiene,
permite al país aumentar las políticas públicas para prevenir embarazos no deseados y
mantener sus índices de interrupciones por debajo de otros países con leyes más
restrictivas.

La Corte de Colombia explica en su avance de la sentencia -el texto definitivo aún


tardará unas semanas en hacerse público- la búsqueda de la Sala por encontrar un
equilibrio entre el derecho de las mujeres, niñas y personas gestantes a la interrupción
del embarazo y la protección del bien jurídico de la vida en gestación. Para fijar el
plazo, señala el documento, se tuvieron en cuenta “dos conceptos normativos, con
relevancia constitucional”. Estos son el de la “existencia”, que se asocia con la idea de
prohibir la práctica del aborto consentido desde el momento en el que inicia la vida, en
la concepción o fecundación. Y el de “autonomía”, que se asocia con la idea de prohibir
el aborto con consentimiento en el momento en el que es posible considerar que se
rompe la dependencia de la vida en formación de la persona gestante, esto es, “cuando
se acredita una mayor probabilidad de vida autónoma extrauterina”, circunstancia que
“se ha evidenciado con mayor certeza” a partir de la semana 24. La Corte colombiana
también tuvo en cuenta sentencias de la Corte Suprema de Estados Unidos, que fijaron
el plazo en función de la “viabilidad” del feto.

Debora Diniz, antropóloga brasileña e investigadora de la Universidad de Brown,


explica que la Corte actuó por jurisprudencia comparada para llegar a una decisión,
además de incluir “una ponderación de moralidad”. “No es al ciencia la que lo
determina, el aborto es esencialmente una cuestión moral y de poder, del control de los
cuerpos reproductivos de la vida, no de la biológica de la vida,”, sostiene. De ese
acuerdo moral, “esencialmente con el patriarcado”, añade, se fijan los plazos en 12, 14 o
24 semanas.

El fallo colombiano, más allá del presidente, ha generado una tormenta en multitud de
sectores. Incluso entre los propios médicos. El presidente del Colegio Médico de
Antioquia, Carlos Valdivieso, ya avanzó en una entrevista con Blu Radio que no
estudiaron “para servir de verdugos”. El ginecólogo y profesor de la facultad de
medicina de la Universidad Javeriana David Vásquez señaló a W Radio que el aborto no
debería superar el “período de embriogénesis, que es cuando el bebé está en su proceso
de formación y termina entre las semanas 9 y 12″.

Mujeres y niñas vulnerables

Causa Justa lo que buscaba con la despenalización total era sacar el derecho al aborto
del Código Penal para convertirlo en materia de salud pública, siguiendo el ejemplo de
Canadá. Laura Gil explica que está demostrado que las mujeres que solicitan un aborto
más allá del primer trimestre de embarazo son las menos, pero son las más vulnerables,
las más pobres, las menores y las víctimas de violencia. A pesar de que en Colombia
hasta este lunes existían tres causales para permitir el aborto -violación, malformación
del feto incompatible con la vida o riesgo para la salud física o mental de la mujer- a
muchas no se les reconocen las causales, o lo solicitan desde la semana 10 y entre que
se determina si se ajustan a una causal acaban superando la semana 20.

En 2020, 4.268 niñas colombianas de entre 10 y 14 años fueron madres, según


estadísticas oficiales. El código penal del país señala que los embarazos en ese rango de
edad siempre son por causa de violencia sexual, por lo que se ajustan a una de las
causales del aborto legalizado desde 2006. Pero las menores tampoco han estado libres
de ser procesadas por la justicia. Según datos de la Fiscalía, 502 menores fueron
llevadas ante la justicia entre 2005 y 2017 por interrumpir su embarazo.

La sentencia destaca que las mujeres, niñas y personas gestantes “sufren actualmente un
déficit de protección respecto de sus derechos a la salud sexual y reproductiva, que va
más allá de las barreras para acceder a la interrupción voluntaria del embarazo en las
tres hipótesis previstas”. Esas tres causales se mantendrán ahora a partir de la semana 24
y sin límite de tiempo por decisión de la Corte. Gil sostiene que con el fallo, que obliga
al Gobierno y el Congreso a legislar para regular la decisión, el mensaje enviado a las
mujeres es muy diferente al punitivo: “El Estado ahora les dice creemos en usted, es una
persona moral y consciente y tiene que tener el derecho a protegerse de ese peligro que
puede ser la maternidad forzada”.

La coexistencia del delito con las tres causales ha expulsado todos estos años a miles de
mujeres del sistema de salud público para ponerse en manos de clínicas ilegales, con
enormes riesgos para su salud. Muchas mujeres que acudían a clínicas ilegales y
presentaban alguna complicación grave eran denunciadas si acudían a un hospital. La
sentencia también busca salvar esas vidas. “Si una mujer está en una situación tan
extrema que necesita abortar por encima de la semana 20, preferimos que venga a un
hospital y no se vaya a un aborto inseguro y se muera. Y si aun así lo hace, luego puede
venir al hospital y no la vamos a denunciar”, añade Gil.

En Colombia, un país profundamente desigual y con una pobreza muy feminizada, en


los últimos 15 años 5.000 mujeres fueron llevadas ante la justicia por interrumpir su
embarazo.

Fuente: https://elpais.com/sociedad/2022-02-26/la-despenalizacion-del-aborto-hasta-la-
semana-24-en-colombia-abre-un-debate-sobre-los-plazos.html

Caso: 02

Eutanasia en Perú: Gobierno no apelará sentencia que permite esta práctica a Ana
Estrada.

El Ministerio de Salud, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, y el Seguro


Social de Salud del Perú (EsSalud), anunciaron que no apelarán la sentencia emitida en
primera instancia por el 11 Juzgado Constitucional de Lima que autoriza la eutanasia
para la ciudadana Ana Estrada.
El 2 de marzo la Procuraduría General del Estado informó que las instituciones
gubernamentales no presentarán ningún recurso judicial. El mismo día, EsSalud también
se pronunció a favor del fallo.
La Corte Superior de Justicia de Lima informó el 25 de febrero que el 11 Juzgado
Constitucional de Lima ordenó “al Ministerio de Salud y a EsSalud respetar la decisión
de Ana Estrada Ugarte, de poner fin a su vida a través del procedimiento técnico de la
eutanasia”.
Ese mismo día, el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Eduardo Vega, respaldó la
sentencia a través de Twitter. Un día después, el ministro de Salud, Óscar Ugarte, opinó
que “el Ministerio de Salud no debería apelar”.
La sentencia pide que “se inaplique el artículo 112° del Código Penal vigente, para el
caso” de Ana Estrada. Este artículo sanciona con una pena de prisión no mayor de 3
años al que “por piedad, mata a un enfermo incurable”.
También ordena a EsSalud brindar las condiciones administrativas, prestacionales y
sanitarias para que se realice la eutanasia, y que forme una Comisión Médica
Interdisciplinaria para que elabore el plan y el protocolo que deberá presentar ante una
comisión del Ministerio de Salud, para que se realice el procedimiento.
Ana Estrada es una peruana de 44 años que padece polimiositis –una enfermedad
incurable que la ha dejado en silla de ruedas– y que desde hace unos años reclama al
Estado peruano, con el respaldo legal de la Defensoría del Pueblo, el supuesto derecho a
la eutanasia.
En declaraciones a ACI Prensa, Percy García Cavero, doctor en Derecho por la
Universidad de Navarra (España) y profesor del área de Derecho Penal y Procesal Penal
en la Universidad de Piura (Perú), aseguró que en el caso de Ana Estrada hay varios
aspectos controvertidos.
“Es el contexto político lo evidentemente sorprendente, porque las instituciones
públicas deben abogar por la legalidad e institucionalidad, teniendo en cuenta que hay
un principio de presunción de constitucionalidad a las leyes”, comentó.
El abogado dijo que lo que deberían hacer las instituciones es “defender la Constitución
y la institucionalidad misma de la ley”. “Pero parece ser que la razón por la que los
procuradores correspondientes no están presentando las apelaciones es por órdenes de
sus ministros y el propio presidente de la República”, explicó.
El presidente de Perú, Francisco Sagasti, asumió el 17 de noviembre el mandato de un
gobierno transitorio con miras a las elecciones de abril de 2021. Su ascenso ocurrió en
medio de una profunda crisis social y política tras la vacancia por “incapacidad moral
permanente” del expresidente Martín Vizcarra, acusado de corrupción.
La crisis política incluyó el nombramiento y renuncia, en menos de una semana, de
Manuel Merino así como protestas y enfrentamientos de manifestantes con la policía en
las calles de diversas ciudades peruanas, que dejaron como saldo la muerte de dos
jóvenes.
El abogado García reiteró que el gobierno actual “es un gobierno de transición que ha
sido colocado básicamente para dos cosas: el manejo de la pandemia y las elecciones
generales”, y “no para más”.
“Sin embargo, este gobierno se está yendo dejando el trabajo ideológico de
despenalizar, de forma muy irregular, la eutanasia. Porque esto tendría que ser objeto de
un debate ponderado en el Congreso donde está representado el pueblo”, señaló.
Para el abogado, sí se ve “la progresión de la eutanasia en el mundo, aunque ésta
empieza con los enfermos terminales, luego se considera a la tercera edad,
discapacitados y así progresivamente hasta todo aquel que resulta inútil desde el punto
de vista de la economía”.
“Otro aspecto controvertido es que ya estamos enarbolando la cultura de la muerte en el
país, cuando lo que tendríamos que hacer es promover el hermanamiento. Lo que
necesitan estas personas no es que los matemos sino que los acompañemos”, aseguró.
El abogado subrayó que la supuesta solución a través de la eutanasia “es la más egoísta
que hay”.
“Hay un tema de fondo que hay que discutir y que obviamente no puede reducirse a un
proceso constitucional en el que solo ha intervenido un juez, unos procuradores y un par
de amicus curiae. Estamos metidos tanto en la pandemia que creo que están pasando de
contrabando esta situación grave, que es un cambio bien radical”, comentó el experto en
leyes.
“Estamos invirtiendo absolutamente la institucionalidad y los caminos institucionales
que tiene una democracia, específicamente en el Perú”, añadió.
Por su parte, el abogado y presidente del Centro de Estudios Jurídicos Santo Tomás
Moro, Alberto Gonzáles Cáceres, señaló a ACI Prensa que “no cabe duda de que, de
manera escandalosa, un pequeño grupo ideológico y político ha copado el Estado
peruano y antes del 28 de julio [elecciones generales] están acelerando los pasos para ir
generando precedentes judiciales e impulsar cambios legales en el país”.
Cree que estos cambios se realizan “sin importarles un ápice el ordenamiento jurídico
nacional, ni mucho menos la opinión jurídica de los juristas más serios e importantes del
país”.
“En concreto ellos tienen el poder y los usan impunemente. Eso es todo”, subrayó.
Respecto al caso concreto de Estrada, el abogado explicó que el fallo que deja sin efecto
el artículo 112° del Código Penal y despenaliza la eutanasia, no ha generado “ningún
cambio en nuestro ordenamiento Jurídico”. “Lo que existe es la inaplicación de varias
normas de orden constitucional y legal para un caso concreto que no genera precedente.
Es el abuso del poder de alguien que obedece la estrategia ideológica de otros”, explicó.
Para Gonzáles, el gobierno del presidente Sagasti más que “un gobierno de transición”,
es “un grupo ideológico que copa el Estado desde hace más de 15 años”. “No importa
que cambien los gobiernos. Ellos están muy bien articulados por todos los organismos
públicos y muy bien financiados. Ganan buenos sueldos del Estado y articulan entre
ellos para promover su ideología relativista”, aseguró.
El abogado declaró a ACI Prensa que tiene la seguridad de que el fallo “fue redactado
fuera del despacho judicial”, y que ha sido “revisada y puesta para la firma de alguien
que hace activismo judicial pro género desde hace años atrás, quien ha resuelto en
mérito a una petición de una activista pro género [Ana Estrada] que aprovecha su
lamentable situación para estos propósitos”. “La participación del juez en Congresos
Nacionales e Internacionales financiados por ONG pro ideología de género es muy
conocida. Ahora ya no tienen reparos en hacer lo que les venga en gana, mucho menos
respetará nuestro ordenamiento jurídico, pero tengo la seguridad de que todo esto es
efímero. Bien se dice: ‘Rechaza lo natural y él volverá al galope’”, concluyó Gonzáles.
Los Obispos del Perú también se han pronunciado en contra del fallo sobre el caso de
Ana Estrada.
En un comunicado difundido el 27 de febrero, señalaron que “la Iglesia, a imitación de
Jesús, el Buen Samaritano, siempre atenderá, cuidará y acompañará a los enfermos, en
la certeza que toda vida humana es inalienable y tiene un valor infinito porque es don de
Dios”.
“Debemos recordar que la eutanasia siempre será un camino equivocado, porque es
atentar contra el derecho inalienable a la vida, causa directamente la muerte de un ser
humano y por ello es un acto intrínsecamente malo en toda ocasión y circunstancia”,
explicaron.

Fuente: https://www.aciprensa.com/noticias/eutanasia-en-peru-gobierno-no-
apelara-sentencia-que-permite-esta-practica-a-ana-estrada-92897

Caso: 03

Perú: familiares piden que no se deje de buscar a mujeres desaparecidas

Que no la dejen de buscar», invoca Patricia Acosta, madre de Estéfhany Díaz,


desaparecida el 24 de abril del 2016 junto con sus hijas de cinco años y ocho meses, tras
asistir a un cumpleaños infantil en Mi Perú, una localidad de la costera provincia del
Callao, colindante con la capital peruana, informa Mariela Jara (IPS) desde Lima.
En una entrevista con IPS en la Plaza Cívica de Ventanilla, también en Callao, Acosta,
junto con Jenny Pajuelo, tía de Yamile, reclamaron de las autoridades una
investigación profunda que dé con el paradero de Díaz y sus niñas Tatiana y Yamile, y
que dejen de colocar bajo sospecha a las mujeres que desaparecen.
«Ella tenía veintidós años, era tranquila, a su corta edad aprendió a ser mamá. Siento
que mi hija no se fue por su propia voluntad, sino que a ella la han desaparecido. ¡Son
tres vidas que están desaparecidas!», exclamó Acosta, mientras mostraba fotografías de
su hija y sus nietas.
Pajuelo, la tía, aseguró que «es una herida siempre abierta», aunque en abril ya se
cumplieron seis años de la desaparición de las tres.
La desaparición de mujeres es un grave problema en Perú que está vinculado con
formas de violencia de género como el feminicidio, la trata de personas y la violencia
sexual.
Un informe de la Defensoría del Pueblo reveló que, de las 166 víctimas de feminicidio
registradas en 2019 a nivel nacional, dieciséis habían sido reportadas previamente como
desaparecidas ante la policía nacional, es decir, una de cada diez.
El año pasado, las mujeres asesinadas por razón de género en Perú sumaron 146 según
el órgano estatal y autónomo.
El Código Penal peruano define el feminicidio «como la acción de matar a una mujer
por su condición de tal, en cualquiera de los siguientes contextos: violencia familiar,
acoso sexual, abuso de poder, entre otras», lo que no limita el delito a los crímenes
machistas cometidos por la pareja o expareja de la víctima, como en otras legislaciones
dentro y fuera de la región latinoamericana.
A los femicidios, como se denomina el delito en otros países, en este país sudamericano
de algo más de 32 millones de habitantes, se suma el creciente fenómeno de las mujeres
desaparecidas como otra expresión de la violencia de género.
La Defensoría indicó  que entre enero y septiembre de 2021 desaparecieron 4463
mujeres adultas, adolescentes y niñas. Ese número representó un incremento de nueve
por ciento en relación al mismo periodo del año anterior, en que se dieron 4052 casos.
Erika Anchante, comisionada de la Adjuntía para los Derechos de la Mujer de la
Defensoría del Pueblo, declaró a IPS que tras sus hallazgos de 2019 se comenzó al
siguiente año la emisión del reporte «¿Qué pasó con ellas?», para destacar de las cifras
de desapariciones y hacer visible el problema.
En el último de estos reportes, de este mes de junio, se destaca que en los cinco
primeros meses de 2022 se registraron 2255 alertas sobre desapariciones de mujeres y
niñas, con el agravante de que en entre marzo y mayo se incrementaron los casos de
niñas y adolescentes denunciadas como desaparecidas.
«Desafortunadamente cada año las cifras van en aumento, inclusive durante la
pandemia, pese a las medidas restrictivas que se dieron en relación a los
desplazamientos», alertó Anchante.
Explicó que como institución han emitido diversas recomendaciones referidas a mejorar
la atención de las denuncias, capacitar al personal encargado de este proceso, y eliminar
todos los estereotipos de género con que se enfrentan las familias, y también mitos
como que se debe esperar 24 o 72 horas.
«No, las denuncias tienen que ser recibidas de forma inmediata y ser atendidas de esa
misma manera, porque esta búsqueda se tiene que iniciar bajo la presunción de que la
víctima está con vida. Y las primeras horas son cruciales para poder encontrarla en esta
condición», remarcó Anchante.

Caso: 04

Eyvi Agreda: Su caso puso en foco la violencia machista en el país y desató una
protesta masiva

Eyvi Ágreda Marchena migró a Lima para estudiar administración y a la vez trabajaba
como empleada en una empresa de servicios para ayudar a sus padres, campesinos en
una comunidad de Cajamarca, en la sierra del norte de Perú. Cuando tenía 22 años, en
abril de 2018, fue atacada por un excompañero de trabajo que la acosó durante meses
porque quería una relación con ella. Un día, al terminar su jornada laboral, la joven
subió a un autobús y Carlos Hualpa la siguió sin que ella lo notara. Él llevaba
combustible en una botella de yogurt, contó esa noche uno de los bomberos que atendió
la emergencia. “Si no eres mía, no eres de nadie, arderás”, le dijo el agresor y le prendió
fuego cuando el autobús recorría Miraflores, un distrito de clase media-alta de Lima. El
60% del cuerpo de Ágreda sufrió quemaduras y otros siete pasajeros lesionados tuvieron
que ser evacuados a hospitales. Mientras los médicos reportaban sucesivas cirugías para
salvarla, la indignación pública contra el agresor crecía.

Una de las congresistas que preparaba desde antes un proyecto de ley sobre el delito de
acoso, la socióloga Marisa Grave, planteó la urgencia de debatir la cuestión. Otros
parlamentarios también se sumaron a presentar iniciativas de ley debido a la repercusión
pública de la violencia machista: a raíz de lo ocurrido con Eyvi, dos conocidas
periodistas de televisión hicieron público que eran víctimas de acoso pero la policía no
podía hacer nada. “No era acoso callejero ni hostigamiento laboral: en ese momento no
había reconocimiento del delito. Cuando pasó lo de Eyvi fue muy dramático porque de
haber existido legislación, hubiera denunciado a quien la perseguía y él podría haber
terminado preso”, recuerda Glave.

La joven falleció cinco semanas después del ataque a causa de una infección
generalizada.

La noche de su muerte, el 1 de junio, hubo una vigilia y luego una gran movilización
juvenil en el centro de Lima —desde el Palacio de Justicia hasta el Congreso— con
carteles que decían #NiUnaMenos y #NosEstánMatando.

La abogada Cynthia Vila integró el equipo del Ministerio de la Mujer que, en


septiembre de ese año, tres meses después del fallecimiento de la joven, logró aprobar la
norma que incluye el delito de acoso en el Código Penal.

“Fue muy importante la movilización ciudadana para la toma de decisiones en el


Estado. Ese caso fue muy lamentable pues si la norma hubiera existido no estaríamos
hoy hablando de su muerte. Pudo haber pedido medidas de restricción o una prisión
preventiva mientras investigaban al agresor”, señala Vila, ex viceministra del Ministerio
de la Mujer. La exfuncionaria destaca que el debate público sobre el feminicidio de
Eyvi Ágreda permitió que el Congreso diera facultades legislativas al Ejecutivo para
combatir la violencia de género, y una de las varias normas promulgadas en ese
contexto fue la tipificación penal del acoso.

La excongresista Glave destacó que el Ejecutivo mejoró los distintos proyectos de ley
sobre el tema, y que en el Congreso el debate hubiera sido difícil. “Algunos
parlamentarios varones no entendían: lo veían como galantería, o que ya no iban a poder
coquetear o mirar a una mujer. O decían que las mujeres solteras se exponen porque no
tienen pareja”, cuenta. Para la socióloga, este caso fue muy brutal por el tipo de
violencia ejercida sobre el cuerpo de una mujer que estaba sola, y que peleaba por su
independencia. “Al quemar como la quemó, no se le iba a acercar ni Dios. Que tu
apariencia física desaparezca es una cosa muy violenta”, agrega Glave.
La activista Sheridan Medina, que en ese tiempo formaba parte del colectivo Paremos el
acoso callejero, cuenta que vivieron de forma muy intensa la muerte de Eyvi porque,
cuando el feminicida confesó el crimen, hubo mucha revictimización. “Pensábamos que
habíamos dado un gran paso cuando salió el decreto legislativo que penaliza el acoso,
pero al ver las reacciones en redes —que decían que ella debió aceptar al hombre o ser
más clara con él— constatamos que faltaba mucho por hacer en educación y en lo
social”, dice Medina.

En 2019, la Corte Superior de Justicia de Lima condenó a Hualpa a 35 años de prisión


por feminicidio. En la calle de Miraflores donde Eyvi fue atacada no hay ninguna señal
en su memoria.

Fuente: https://elpais.com/internacional/2022-03-07/eyvi-agreda-peru.html

Caso: 05

La historia de amor y desamor entre Dalia Durán y John Kelvin.

AMOR Y DESAMOR. La historia entre John Kelvin y Dalia Durán parece haber
llegado a su fin luego de la denuncia que le interpuso la cubana al cantante de
cumbia por haberla masacrado, dejándole moretones por el rostro y el cuerpo.

Durante el transcurso de las horas se han conocido mayores detalles de esta nueva
polémica que ha desatado su relación. Tras más de 12 años de haberse conocido, este
idilio de amor estuvo envuelto en controversia ante las decepciones y traiciones del
cantante.

Esta vez, John Kelvin ha llegado hasta la comisaría de San Miguel por haberle golpeado
a la madre de sus hijos. Pero ¿desde cuándo comenzaron los problemas?, Dalia Durán
conoció al cumbiambero en el 2009 cuando su carrera iba en ascenso al pertenecer al
Grupo 5.

El romance iba de color de rosa, sin embargo, fue en el 2012 cuando John Kelvin
confesó ante cámaras que ya no amaba a su esposa y madre de sus hijos. Esto no fue
impedimento para que la cubana se separe del cantante.

El año pasado, a inicios de la pandemia, John Kelvin se quedó varado en Japón debido a
la emergencia sanitaria. La distancia y las infidelidades del cantante habrían provocado
para que Dalia Durán ponga punto final a la relación

La madrugada del lunes 3 de julio, Dalia Durán pasó, quizás, el peor momento de su
vida luego que John Kelvin, su esposo y padre de sus hijos, le habría propinado una
tremenda golpiza dejándole moreteados el rostro y parte de su espalda. El hecho ocurrió
en el departamento donde vive la cubana con sus cuatro menores hijos.

Según informó América Noticias, el cantante, tras haber ingerido licor en una fiesta,
acudió a la vivienda con el pretexto de ver a sus hijos. Fue entonces que se desató
una fuerte discusión y llevando posteriormente a las agresiones físicas y psicológicas
contra Durán.

El abogado de la ‘rubia’ llegó al departamento junto a un efectivo policial para ayudar a


su patrocinada. Al forzar la cerradura, encontraron a Dalia Durán golpeada y
moreteada. Ambos fueron trasladados a la comisaría de San Miguel.

El cantante de cumbia está afrontando ante la justicia, no solo la golpiza que le dio a su
esposa, sino también por haber desacatado la orden que tenía de alejarse de Dalia Durán
hasta que su proceso se solucione por la vía legal.

Luego que denunciara al cantante de cumbia por una tremenda golpiza, la cubana Dalia
Durán contó, a través de su abogado Daniel Leiva, que ha venido recibiendo mensajes
de texto en las últimas horas con alarmantes textos: ‘morirás’ y ‘encima te quejas con la
prensa’.

“En este momento, hace unos instantes, me mandó una captura de pantalla de una
persona que está amenazándola diciéndole ‘morirás’”, dijo el abogado. “Dalia nos ha
dado la autorización para mostrar el número”, agregó.

Fuente: https://www.google.com/amp/s/trome.pe/espectaculos/john-kelvin-golpeo-a-
dalia-duran-todo-lo-que-se-sabe-de-la-agresion-prueba-medicina-legal-denuncia-
reacciones-violencia-de-genero-farandula-noticia/?outputType=amp
 

Caso: 06

Cómo los niños se encuentran en la primera línea del conflicto armado

Asesinatos, mutilaciones, secuestros, violencia sexual, reclutamiento en grupos armados


y ataques a escuelas, hospitales e instalaciones de agua esenciales: los niños que viven
en las zonas de conflicto de todo el mundo siguen sufriendo ataques a una escala
aterradora. 
Para monitorear, prevenir y frenar con mayor eficacia los ataques contra los niños, el
Consejo de Seguridad de la ONU identificó y condenó las siguientes seis violaciones
graves contra los derechos de la infancia en tiempos de guerra: el asesinato y la
mutilación de niños; el reclutamiento y el uso de niños por parte de fuerzas y grupos
armados; los ataques a escuelas y hospitales; las violaciones y otros actos de violencia
sexual contra los niños; y la denegación a los niños de acceso a la ayuda humanitaria.
El derecho internacional humanitario obliga a las fuerzas y grupos armados a tomar
medidas para proteger a los civiles, incluidos los niños, que son especialmente
vulnerables en tiempos de guerra.
El asesinato y la mutilación de niños se producen cuando los niños son el objetivo
directo o indirecto de los ataques, y puede incluir acciones como la tortura. La muerte y
la mutilación de niños pueden producirse como consecuencia del fuego cruzado, las
minas, las municiones de racimo, los artefactos explosivos improvisados u otros
dispositivos, o en el contexto de operaciones militares, demoliciones de casas, campañas
de búsqueda y captura o atentados suicidas. 
Por todas estas razones, el uso de armas explosivas, especialmente en zonas pobladas,
sigue teniendo un efecto devastador sobre los niños. Sólo en 2020, por lo menos el 47%
de todas las víctimas infantiles lo fueron debido a las armas explosivas y los restos
explosivos de guerra. Entre 2005 y 2020 se confirmaron más de 104.100 casos de niños
muertos o mutilados en conflictos armados, más de dos tercios de ellos desde 2014.
El reclutamiento y el uso de niños por parte de fuerzas y grupos armados se refiere al
reclutamiento o alistamiento forzoso o voluntario de niños en cualquier tipo de fuerza o
grupo armado. Los niños siguen siendo reclutados y utilizados por las partes en
conflicto a un ritmo alarmante. Las fuerzas y grupos armados reclutan a niñas y niños
para que desempeñen diversas funciones, como combatientes, cocineros, porteadores,
mensajeros y espías, o para explotarlos sexualmente.
Entre 2005 y 2020 se han confirmado más de 93.000 casos de niños reclutados y
utilizados por grupos de beligerantes, pero es probable que el número real de casos sea
mucho mayor. Los Grupo de Tareas de las Naciones Unidas en el país sobre vigilancia y
presentación de informes, o sus equivalentes, han confirmado el reclutamiento y el uso
de al menos 1.000 niños por país en al menos 15 países durante este periodo. 
Los ataques a escuelas y hospitales implican el ataque a instalaciones educativas o
médicas con el objetivo de destruirlas parcial o totalmente. Las escuelas y los hospitales
deben ser espacios protegidos donde los niños se sientan seguros, incluso en tiempos de
conflicto. Sin embargo, los repetidos ataques a estas instalaciones ponen de manifiesto
el impacto catastrófico de los conflictos armados sobre los derechos de los niños,
incluidos los de la educación y la salud. 
Entre 2005 y 2020, las Naciones Unidas confirmaron más de 13.900 incidentes, entre
los que se incluyen ataques directos o indiscriminados contra instalaciones educativas y
sanitarias y personas protegidas, como estudiantes y niños hospitalizados y personal
médico y escolar.
Estos ataques no sólo ponen en peligro la vida de los niños, sino que también
interrumpen su aprendizaje y limitan su acceso a la atención médica, lo que puede tener
efectos permanentes en su educación, sus perspectivas económicas y su salud en
general. 
La violación y otros tipos de violencia sexual contra los niños también incluyen la
esclavitud sexual o la trata de personas, la prostitución forzada, la esterilización, el
embarazo o el matrimonio forzados, o la explotación o el abuso sexual de los niños. En
algunos casos, la violencia sexual se utiliza intencionadamente para humillar a la
población u obligar a las personas a abandonar sus hogares.
Entre 2005 y 2020, las partes beligerantes violaron, casaron a la fuerza, explotaron
sexualmente y perpetraron otras formas graves de violencia sexual contra al menos
14.200 niños y niñas. Sin embargo, debido al estigma asociado con la violación y la
violencia sexual en muchos lugares, los casos de niños víctimas de violencia sexual en
los conflictos no se denuncian con la frecuencia suficiente. La violencia sexual afecta de
forma desproporcionada a las niñas. Entre 2016 y 2020, las niñas representaron el 97%
de los casos.
El secuestro de niños y niñas se refiere a la captura, la detención o la desaparición
forzada de un niño, ya sea temporal o permanentemente. Tanto si es intencionadamente
violento como si se trata de ejercer represalias, de infundir miedo a la población o de
reclutar por la fuerza o explotar sexualmente a los niños, el secuestro es una de las
violaciones más extendidas que se cometen contra los niños en situaciones de conflicto
armado. 
Entre 2005 y 2020, se confirmó que al menos 25.700 niños fueron secuestrados por las
partes en conflicto. Los varones representan las tres cuartas partes de los secuestros de
niños confirmados. Sin embargo, las niñas también corren el riesgo de ser secuestradas,
especialmente con fines de violencia y explotación sexual. En muchos casos, los niños
secuestrados son también víctimas de otras violaciones graves, como asesinatos,
mutilaciones, violencia sexual o reclutamiento por parte de grupos armados. También
pueden ser retenidos como rehenes o detenidos arbitrariamente. 
La denegación del acceso humanitario a los niños es la obstrucción y privación
intencionada por parte de los beligerantes de la asistencia humanitaria esencial para la
supervivencia de los niños, impidiendo incluso que los agentes humanitarios u otros
agentes pertinentes accedan a los niños afectados por situaciones de conflicto armado y
les presten asistencia.
Las Naciones Unidas han confirmado al menos 14.900 incidentes de denegación de
acceso humanitario a los niños entre 2005 y 2020; el 80% de estos casos verificados se
produjeron entre 2016 y 2020, lo que subraya la necesidad de aumentar los esfuerzos
para documentar y verificar estos incidentes. Las partes en conflicto suelen negar a los
agentes humanitarios el acceso a los necesitados o tratan de evitar que la ayuda no
llegue a la población civil.  También se niega la ayuda a los civiles cuando los
trabajadores humanitarios son un objetivo de guerra o se les considera una amenaza.
Entre 2005 y 2020 se han confirmado más de 266.000 casos de violaciones graves
contra los niños cometidas por las partes en conflicto en más de 30 conflictos de África,
Oriente Medio y América Latina. El número real es sin duda mucho mayor, ya que las
dificultades de acceso y seguridad, así como los sentimientos de vergüenza, dolor y
miedo de las supervivientes, impiden a menudo la denuncia, documentación y
confirmación de estas violaciones. 
Fuente: https://www.unicef.org/es/historias/ninos-en-la-mira-seis-graves-violaciones-
contra-ninos-en-tiempos-de-guerra

Caso: 07

Violencia infantil: Materia pendiente en Latinoamérica


Según Unicef, en el informe sobre Violencia sexual en Latinoamérica y el Caribe de la
OEA, al menos 40 millones de niños, niñas y adolescentes menores de 15 años sufren
de violencia, abuso y negligencia en el seno de sus familias, escuelas y entornos
cercanos. Esta situación parece agravarse cada vez más, a pesar de los esfuerzos
canalizados por diferentes instituciones y organizaciones de la región. Lo que más
preocupa en la mayoría de los casos registrados, es que se están originando en los
entornos protectores, por personas “de confianza”.
Sólo basta con echar un vistazo a las cifras en diferentes países de Latinoamérica, para
darse cuenta de que los infantes están corriendo riesgos dentro de sus propios entornos
protectores. Un claro ejemplo de esta situación se evidencia en Colombia, donde
durante 2017, según el director del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias
Forenses, Carlos Eduardo Valdés, se registraron 19.592 casos de abuso contra menores
de edad. Hasta el 13 de diciembre de 2017, se habían presentado 22.519 de violencia
sexual. El 80% de la cifra corresponde a casos de abuso contra menores de edad.
Otro de los países, con una alta data de situaciones de violencia contra menores de edad,
es Ecuador. De acuerdo con Unicef, para el año 2011, 204 personas entre 10 y 19 años
fallecieron debido a causas violentas como homicidio y suicidio. Adicionalmente, según
cifras de la Comisión Ampetra, desde 2015 hasta septiembre de 2017 se presentaron 714
casos de violencia sexual contra niños y adolescentes. Asimismo, en este país 33% de
los niños, niñas y adolescentes entre los 5 y 17 años, han afirmado que han sido
violentados con golpes. Las cifras revelan que el 54% de los casos se han registrado al
interior de los hogares, 28% en colegios o universidades y 11% en barrios.
Hay que destacar un factor que quizás se convierta en un común denominador entre los
países de la región, la pobreza es uno de los mayores detonantes de casos de violencia y
abuso infantil. En Latinoamérica existen al menos 70 millones de niños y niñas que
viven en situaciones precarias, de ellos dos de cada tres infantes son violentados física o
sicológicamente.
Uno de los casos más recientes que se presentó en la región, tuvo lugar en Argentina en
la ciudad bonaerense de Mar del Tuyú. En esta ciudad, una bebé de cuatro meses tuvo
que ser internada de urgencia en el Hospital de Mar de Ajo. Allí, según los médicos que
la atendieron, le fue diagnosticada una fractura de cráneo y quemaduras de cigarro en el
tórax. Por el hecho fueron detenidos sus padres.
En este sentido, uno de los mayores aliados en la lucha contra este flagelo, en
Latinoamérica y el Caribe, es la denuncia oportuna en cada uno de los casos que se
evidencie o en los que exista sospecha de abuso. De esta manera, al denunciar se podrá
ayudar a disminuir las alarmantes cifras que se están registrando.
También, es importante evaluar las situaciones de los entornos cercanos en los niños y
niñas, debido a que uno de cada cinco de los casos de violencia infantil tiene como
perpetrador un familiar cercano. Adicionalmente, se hace necesaria la intervención de
los gobiernos de la región, con mecanismos que puedan asestar un fuerte golpe en el
combate contra este problema social. No podemos olvidar que eso ellos son el futuro de
la región y su infancia marcará el carácter del mañana.
Fuente: https://latinamericanpost.com/es/19096-violencia-infantil-materia-pendiente-en-
latinoamerica
Caso: 08
Perú es llevado por primera vez ante el Comité de Derechos del Niño (ONU) por
caso de niña víctima de violación sexual
En octubre de este año, en el marco del Día Internacional de la Niña, organizaciones de
la sociedad civil presentaron el primer caso peruano ante el Comité de Derechos del
Niño de Naciones Unidas. Este es el caso de Camila, una niña indígena de la serranía
peruana que fue víctima de violación sexual por parte de su padre, quedando
embarazada y pasando por una serie de deficiencias y obstáculos de funcionarios y
funcionarias estatales, impidiendo así el acceso de la niña a la interrupción legal del
embarazo y criminalizándola por la pérdida espontánea que sufrió.
El caso de Camila es el de miles de niñas en el Perú, víctimas de episodios terribles de
violencia sexual, en su mayoría a manos de familiares cercanos que toman ventaja de su
poder en el hogar para violentar a las niñas, causándoles secuelas graves para su vida,
integridad y salud que se arrastran el resto de la vida.
Camila resultó embarazada como consecuencia de los episodios de violación sexual
cuando tenía 13 años, pero venía siendo violentada por su padre desde que tenía 9 años.
Al enterarse del embarazo, Camila acudió a un centro de salud en su comunidad, en
donde se le omitió información relevante sobre su embarazo de riesgo y se incumplió
con la normativa vigente al no indicarle la posibilidad que tenia de solicitar la
interrupción legal por razones terapéuticas del embarazo. La atención en salud fue
deficiente y manifiestamente vulneratoria, llegando al punto de recibir visita de la
obstetra del centro de salud con la intención de forzarla a seguir con el embarazo,
incluso en compañía de un efectivo policial que certificara la negativa de la niña a
continuar.
La conducta de los funcionarios y funcionaras del sistema de justicia no fue mejor. La
fiscal encargada del caso de violación contra el padre de Camila denunció a la niña
luego de pasar por una pérdida espontánea del embarazo, considerando que la niña
había sido responsable y se había ocasionado el aborto intencionalmente. Esta denuncia
de la fiscal no solo no tenía fundamento ni prueba alguna, sino que se basó en una serie
de estereotipos de género respecto de la maternidad, usando declaraciones de la niña en
Cámara Gesell y frente a psicólogos/as en las que Camila señalaba que no quería ser
madre, en medio de lágrimas y desesperación, diagnosticándole estrés post traumático,
depresión e ideación suicida.
Sin importar la pesadilla que vivía la niña, la fiscal comenzó la persecución en su
contra, ordenando diligencias de investigación fuera del ámbito de la violación sexual,
llegando incluso a pedir la exhumación de los restos del embarazo luego de la pérdida.
La criminalización de Camila se concretó cuando fue encontrada responsable en
primera instancia y se le denominó “adolescente infractora”, decisión que pudo ser
revocada gracias al esfuerzo de Promsex, organización de la sociedad civil que asumió
la defensa y acompañamiento de Camila en la serie de sucesos que tuvo que enfrentar.
Así de deplorable fue la actitud del Estado frente a Camila. Lamentablemente, como
señalaba, el caso de Camila no es un caso aislado, por el contrario, es un patrón de
comportamiento del Estado peruano que empieza por una deficiencia absoluta en su
labor de prevención de la violencia sexual y que se materializa en el trato inhumano que
se le da a las niñas y adolescentes que tienen que superar una situación de esta
magnitud.
Según el Observatorio de Criminalidad del Ministerio Público, de la cantidad de
violaciones sexuales producidas entre el 2013 y 2018 en el país, el 28.5% de las
víctimas fueron niñas/os de 0 a 12 años y el 54.9% adolescentes de 13 a 17 años. Esta
realidad ha ido empeorando con el paso de los años, teniendo cifras cada vez más
alarmantes, más aún en el contexto de la pandemia.
Las cifras oficiales nos señalan que en el Perú tenemos un aproximado de 70 partos de
niñas, púberes y adolescentes embarazadas entre 9 y 17 años diariamente. En el 2019, se
presentaron más de 1300 partos de menores de 14 años y en lo que va del 2020 (hasta
setiembre) se reportaron 758 niñas menores de 14 años que fueron madres, de las cuales
20 niñas eran menores de 10 años.
Estas cifras nos muestran un panorama lúgubre para las niñas peruanas, panorama que
demuestra la falta de efectividad de la prevención y atención adecuada a las niñas y
adolescentes que pasan por esta situación. No solo hay deficiencias evidentes en la
atención médica en general, sino que además no se aplica la Guía técnica referente a la
interrupción del embarazo por razones terapéuticas, más aún cuando consideramos que
no se toma en cuenta que los embarazos de niñas son 4 veces más riesgosos que los de
mujeres adultas y que los efectos dañinos en la salud mental son siempre mayores en
una niña que, luego de pasar por violencia sexual, debe sufrir un embarazo forzado.
Ante esto, es importante recordar que la interrupción del embarazo por razones
terapéuticas es legal desde 1924 en el Perú. A pesar de eso, no se aplicaba de manera
real pues no existía normativa adecuada que garantice un procedimiento para exigir
dicha interrupción y esto generaba miedo en los médicos quienes no aplicaban la
interrupción, en muchos casos, por temor a afrontar procesos penales.
Como consecuencia de esta deficiencia en la implementación de normativa nacional
acorde con la posibilidad de interrumpir esos embarazos, se generaron situaciones de
vulneraciones de derechos como los casos K.L y L.C. presentados ante el Comité de
Derechos Humanos y Comité de discriminación contra la mujer (CEDAW) de Naciones
Unidas. Ambos casos relativos a menores de edad con embarazos riesgosos para sus
vidas y salud que no pudieron acceder a la interrupción en resguardo de su integridad.
Debido a eso, ambos Comités declararon que el Estado peruano era responsable
internacionalmente por estas situaciones, señalando que era necesario reparar a estas
mujeres y generar normativa interna que permita hacer efectiva la legalidad de la
interrupción terapéutica.
Es así como en el 2014 se aprueba la Guía técnica de interrupción para casos en los que
hay riesgo para la vida o salud de las mujeres. A pesar de eso, como podemos ver con el
caso de Camila, la Guía sigue siendo una norma sin aplicación real y significativa
cuando se compara con la cantidad de casos en los que debería usarse.
La Guía, además de tener serias deficiencias en su aplicación, también tiene grandes
falencias en su contenido puesto que no cuenta con enfoques necesarios como el
enfoque de niñez, de interculturalidad, discapacidad, entre otros. De esa forma, se
convierte en una norma técnica que no es suficiente para cubrir los casos que se dan en
la realidad y el ámbito de protección que se necesita para generar mecanismos rápidos y
efectivos.
De igual forma, se ha dejado de lado el importante tema de la salud mental y el impacto
de estas situaciones en las mujeres, en especial en las niñas y adolescentes, así como la
causal de salud vista y enfocada desde el ámbito de la salud mental como causal
permitida para el acceso a la interrupción por motivos terapéuticos.
Hay mucho todavía por hacer en el Perú. Grandes brechas y enormes carencias,
agravadas por una sociedad que se niega a ver el problema en su real dimensión. Hasta
que no veamos con claridad la situación de nuestras niñas y adolescentes y no tomemos
medidas como sociedad y Estado, miles de niñas seguirán pasando por la tortura de
sufrir violencia sexual, padecer el maltrato y persecución estatal e intentar sobrevivir
bajo el estigma social de ser una víctima más.
¿Cuántas niñas más pasaran por esta pesadilla antes de que el Estado cumpla con su
deber? ¿Cuántas niñas más tendrán que pasar por embarazos forzados fruto de violencia
sexual? ¿Cuántas más sacrificaran su salud y su vida en embarazos forzados de riesgo
porque se les negó la atención médica adecuada?
Camila le hace ahora un reclamo al Estado peruano y me uno a este repitiendo que “Son
niñas, no madres”.
Fuente: https://polemos.pe/el-peru-es-llevado-por-primera-vez-ante-el-comite-de-
derechos-del-nino-onu-por-caso-de-nina-victima-de-violacion-sexual/

INFORME
De: (Grupo 07)

1. Cavero Pérez Mar


2. Luque de Reategui, Norma
3. Mendoza Aguirre Marco Antonio
4. Timoteo Ruiz Jean Pierre
5. Veramendi Montes Willy Pablo
6. Zamora Rosales Rosendo
Para:

Gregory Alberto Yncio Lozada

Asunto: Informe sobre: VIOLENCIA INFANTIL

Fecha: 30 abril 2023

Por medio del presente reciba nuestro cordial saludo y procederemos a informar el
problema hallado y nuestra postura en relación con el caso designado, tal como se
detalla a continuación:

1. Introducción (Expliquen el contexto, describan el problema y mencionen, según


la norma supranacional y nacional, el derecho vulnerado en el caso)

Todos los países de la región de América Latina han adoptado los Objetivos de
Desarrollo Sostenible y se han comprometido a acelerar acciones con el fin de eliminar
la violencia contra la niñez, este incluye garantizar que todas las niñas, niños y
adolescentes estén, protegidos de la violencia y la explotación, ya que, los casos de
violencia y abuso infantil se dan en la mayoría de los casos por personas del entorno
más cercano, por lo que estos infantes están en riesgo constante.

Según la Organización mundial de la salud (OMS), el maltrato infantil es el


abuso o la desatención que sufren los menores de 18 años por parte de sus padres o
apoderados. Es una forma de vulneración de los derechos de los niños, y origina
graves consecuencias que puedan perdurar incluso toda su vida.

Las Naciones unidas (ONU) señala que la violencia infantil incluye «todas las
formas de violencia física o mental, lesiones y abuso, descuido o trato negligente,
maltrato o explotación, incluido el abuso sexual». Agrega a su vez que la violencia
abarca «el uso intencional de la fuerza o el poder, ya sea a modo de amenaza o uso
efectivo, en contra de un niño, por una persona o un grupo de personas, que cause o
tenga altas probabilidades de causar un daño real o potencial en la salud, la
supervivencia, el desarrollo o la dignidad de este» (Pinheiro 2006: 4; traducción propia).

La protección de los derechos del niño y adolescente se encuentran reguladas en


las siguientes leyes:

Normativa internacional

 La Convención Americana sobre Derechos Humanos (ratificada por Perú en


1978): Artículo 19:

“Todo niño tiene derecho a las medidas de protección que en su condición de menor
requieren por parte de su familia, de la sociedad y del Estado”.

1. Convención sobre los Derechos del Niño (ratificada en 1990- creado en 1989
en el marco de la ONU):

-Interés superior del niño y protección integral de la infancia


- Se reconocieron derechos específicos de los niños y
- Se señalaron directrices para que éstos sean efectivamente llevados a la práctica.
- El niño pasa a ser visualizado como sujeto activo titular de derechos.

Normativa Nacionales:
 Constitución Política del Perú de 1993:
Artículo 4: “la comunidad, y el Estado protegen especialmente al niño, al
adolescente, a la madre y al anciano en situación de abandono. (…).

 Código del Niño Adolescente (l de 1992) Código de los Niños y Adolescente


(promulga do en 1992)
-Supera la doctrina de la “situación irregular del menor” por la de la “protección
integral “(niños y los adolescentes como sujetos de derecho).
-Sociedad organizada a través de mecanismos sociales que incluyen a los niños y
adolescentes.
-Se crea la Defensoría del Niño y del Adolescente. (DEMUNA).

2.-Desarrollo (Analicen del caso, se detalla la información, expliquen su postura a


favor o en contra, indicando los respectivos argumentos)

Según Unicef, nos informa que la violencia sexual en Latinoamérica sigue en


aumento sobre los abusos y violencia ya sea en la calle, casa, colegios o en su entorno
más cercanos. Se observa el esfuerzo de instituciones ONG para poder minimizar este
tipo de abuso infantil, pero es en vano ya que la mayoría de los casos es de sus propios
familiares que en vez de sentirse seguros con ellos se sienten vulnerados en sus
derechos. Este tipo de actos es en la mayoría de los países de Latinoamérica y vemos
con mayores casos los países de Colombia y Ecuador donde se ha visto mucha
vulnerabilidad de los niños y adolescentes con respecto a la violencia sexual. De la
misma manera que uno de los grandes factores para que ocurra esto es la pobreza en la
que viven (hogares precarios), este tipo de abusos contra los menores de edad se puede
combatir denunciando a tiempo lo que sucede y no quedarse callado ya sea por parte de
la víctima o por parte de la persona que sepa de este acto de la misma manera por parte
de las autoridades correspondientes tomar la denuncia y así actuar de manera rápida
para poder evitar algún tipo de desgracia y que los menores de edad se sientan
tranquilos como deberían de estarlo, de esta manera se podrá hacer que las cifras no
sigan en aumento de este tipo de problemas que tiene la sociedad no solo en nuestro país
si no en los demás países de Latinoamérica.

Según P. Horno Goicoechea (2015) La violencia contra los niños, niñas y


adolescentes es una de las vulneraciones de los derechos humanos más graves que
puede darse en una sociedad.

Postura a favor.

Si bien es cierto estos temas de la violencia sexual son muy repetitivos en nuestras
regiones, cabe resaltar lo importante que es la realización de una denuncia oportuna, ya
que estas en cada uno de los casos ha podido detener a su agresor, aunque en casos el
temor y la vergüenza son detonantes que impiden tanto al agraviado como a las familias
a continuar con los abusos que muchas veces terminan en tragedia para las familias y
sobre todo para el agraviado.

Además, es importante el trabajo de los educadores para saber que ante estas
situaciones los jóvenes, niños tengan la confianza y el pleno conocimiento de sus
derechos para poder comunicar ya sea por sospecha cualquier acontecimiento. También,
es necesario la intervención de los gobiernos locales que exijan con mecanismos legales
la comunicación sobre la importancia de una denuncia que proteja a los niños y jóvenes.

3.-Conclusiones (Consideren los aspectos más importantes del desarrollo y


mencionen recomendaciones).

En el Perú tiene una diversidad en su población ello presenta diferentes desafíos


para poder abordar la prevención de la violencia hacia los niños y adolescentes en
nuestro país.

Esta clase de abusos en los niños forman secuelas y daños irreversibles tanto
físicos como mentales, esto con el tiempo ocasiona daños irreparables con lo que carga
la victima toda su vida.

Los niños y adolescentes muy a menudo son víctimas de violencia sexual en las
diferentes esferas sociales de nuestro país. La mayoría de las veces los autores son
personas conocidas y del entorno familiar, estos abusos comienzan en edades tempanas
y muchas oportunidades continúan durante mucho tiempo.
Si bien es cierto que el maltrato infantil existe hace muchos años atrás, es
importante planificar charlas en las escuelas charlas sobre la violencia infantil y sexual
y la forma de cómo combatir estos abusos y cuando estos niños crezcan no cometan los
mismos a busos con su familia.

Fortalecer e implementar las políticas públicas que promuevan la participación


social y económica de las mujeres: implementar programas de tratamiento para víctimas
y agresores y ampliar el acceso a los servicios públicos (salud, justicia,
emprendimiento y reparación de lesiones).

También se debe planificar charlas en el colegio que refiera todo a violencia sexual y la
forma de cómo evitarla para que más adelante, al formar una familia no tratar mal a sus
hijos.
También se debe planificar charlas en el colegio que refiera todo a violencia sexual y la
forma de cómo evitarla para que más adelante, al formar una familia no tratar mal a sus
hijos.
También se debe planificar charlas en el colegio que refiera todo a violencia sexual y la
forma de cómo evitarla para que más adelante, al formar una familia no tratar mal a sus
hijo

También se debe planificar


charlas en el colegio que
refiera todo a violencia
sexual y la
forma de cómo evitarla para
que más adelante, al formar
una familia no tratar mal a
sus
hijos
También se debe planificar
charlas en el colegio que
refiera todo a violencia
sexual y la
forma de cómo evitarla para
que más adelante, al formar
una familia no tratar mal a
sus
hijos
4.-Referencias (Emplear la norma APA)

Pinheiro, Paulo (2006). World Report on Violence Against Children. United Nations
Secretary-General’s Study on Violence Against Children. Recuperado de
http://www.unicef.org/violencestudy/reports.html.

Horno Goicoechea, P. (s/f). Un análisis crítico sobre la violencia. Pediatriaintegral.es.


Recuperado el 1 de mayo de 2023, de https://www.pediatriaintegral.es/wp-
content/uploads/2015/xix10/01/n10-659-665_20aniv_Horno.pdf

UNICEF (2021). Violencia contra niños, niñas y adolescentes en América Latina y el


Caribe 2015-2021. Recuperado de
https://www.unicef.org/lac/media/29031/file/Violencia-contra-ninos-ninas-y-
adolescentes-en-America-Latina-y-el-Caribe-2015-2021.pdf
Es todo cuanto podemos informar.

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Atentamente

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