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Las teorías del desarrollo ofrecen explicaciones sobre cómo nos desarrollamos, porque

cambiamos con el tiempo y los tipos de influencias que tienen impacto en el desarrollo.
La teoría del ego de Freud nos dice que hay tres partes.
El id (ello) es la parte del ego que es innata. Responde a necesidades biológicas sin pausa y es
guiado por el principio del placer: si se siente bien, es lo que hay que hacer. Un recién nacido es
todo id. Los gritos del recién nacido cuando tiene hambre, o va al baño cuando tiene el impulso.
El ego (yo) se desarrolla a través de la interacción con los demás y es guiado por la lógica o el
principio de realidad. Tiene la capacidad de retrasar la gratificación. Se sabe que los impulsos
tienen que ser manejados. Se encuentre en el punto medio entre el id y el superego usando la
lógica y la realidad para calmar las otras partes del ego.
El superego (superyó) representa las demandas de la sociedad para sus miembros. Se guía por
un sentimiento de culpa. Los valores, la moral y la conciencia son partes del superego. Se cree
que la personalidad se desarrolla en respuesta a la capacidad del niño para aprender a manejar los
impulsos biológicos. Los padres son importantes aquí. Si el padre es demasiado punitivo o
permisivo, el niño no podrá progresar a la siguiente etapa. He aquí una breve introducción a las
etapas de Freud.
TEORÍA PSICOSEXUAL
Etapa Oral
La etapa oral dura desde el nacimiento del bebé hasta alrededor de los 2 años y es todo id. En
esta etapa, todo estímulo y la comodidad se centran en la boca y se basa en el reflejo de succión.
El exceso de indulgencia o muy poca estimulación podrían conducir a la obsesión.
Durante el primer año de vida la boca es la fuente de placer para el lactante la boca es la zona
erógena que prevalece preminente y procura al bebé no solo la satisfacción de alimentarse, sino
sobre todo el placer de chupar, es decir, de poner en movimiento los labios, la lengua y el paladar
en una alternancia rítmica, siendo así la boca la fuente de placer. En este periodo el niño depende
totalmente de la madre y debe ajustar sus exigencias a la disponibilidad de ella. La fijación en la
etapa oral o una regresión a ella puede ocasionar dependencia exagerada, es decir, preocupación
excesiva por la ingestión consistente en adquirir posesiones, conocimiento o extrema credulidad
(deseo de ingerir todo). El hábito de fumar, la glotonería y morder la punta del lápiz, son actos en
los que se manifiesta la conducta regresiva (Sarason, 1984).
Etapa anal
La etapa anal coincide con el entrenamiento para ir al baño o el aprendizaje para manejar los
impulsos biológicos. El ego empieza a desarrollarse en esta etapa. La obsesión anal puede resultar
en una persona que es compulsivamente limpia y organizada o uno que es descuidado y carece de
autocontrol.
Durante el segundo año de vida el niño comienza a obtener placeres con la expulsión de las heces
por lo que el ano en esta época es la fuente principal de placer y conflicto potencial. Con
frecuencia representa el primer intento del niño por convertir una actividad involuntaria en
voluntaria. Los niños pueden experimentar dolor o placer, ya sea al retener o al expulsar sus
desechos fisiológicos. Debemos separar aquí el placer orgánico de defecar, aliviando una
necesidad corporal del placer sexual consistente en retener las heces y los gases para después
expulsarlos bruscamente. Con base a la obtención del placer a la expulsión o retención de las
heces es una etapa donde se inicia el control de los esfínteres y permite que este desarrolle su
personalidad teniendo como ya se había mencionado dos opciones de respuesta por parte de los
niños: Anal-retentiva (retención de heces) donde esta respuesta se generaliza después a otras
actividades, de cómo el niño adquiere un carácter obstinado y avaro y Analexpulsivas (expulsión
de heces en momentos menos oportunos) esto puede originar características de desorden,
berrinches, crueldad o destructividad. Así para Freud la resolución satisfactoria entre niño y la
persona adulta es el enseñarle el control de esfínteres para que sea un individuo creativo y
productivo, siendo el principal aspecto de desarrollo el control de esfínteres.
Etapa fálica
La etapa fálica se produce en la primera infancia y marca el desarrollo del superego y un sentido
de masculinidad o feminidad como dicta la cultura.
En el periodo comprendido entre el tercer y quinto año de vida, la libido se centra en los genitales,
y el niño comienza a obtener placer con la exploración masturbadora. Al comienzo de esta etapa
los niños y las niñas creen que todas las personas poseen pene o falo y la diferencia entre tener o
no pene se percibe como una oposición por castración, según Freud es la etapa en la que se desea
poseer al progenitor del sexo opuesto y eliminar al otro. En los niños este deseo recibe el nombre
de Edipo en esta etapa teme que su padre los castigue por impulsos incestuosos con su madre,
deseando la desaparición del padre con el fin de poseer a la madre pero también para evitar el
castigo, además el niño puede resolver algunos conflictos si se logra la identificación con su padre
y desea parecerse a este por diversos motivos tales como: disminución a la ansiedad de la
castración y de la culpabilidad de desear la desaparición del padre, así mismo le permite conseguir
la gratificación de imaginar las relaciones sexuales de sus padres. Esta identificación culmina con
la aparición de la conciencia que internaliza las prohibiciones paternas contra el incesto y el
homicidio, quedando así reprimido el complejo de Edipo a partir de los cinco años pero aún
influye a lo largo de la vida. Por otra parte, en esta etapa denominada Electra las niñas se
identifican primero con la madre, pero la abandona al mostrar envidia cuando descubre que
carecen del pene lo que, en opinión de Freud, es el órgano más deseable del hombre culpando a
la madre por esa castración y transfiere parte de su amor por ella a su padre con quien desea
compartir el pene con él. Así Freud menciona que la ausencia de este órgano se compensa un
poco cuando se vuelve a identificar con la madre apareciendo el deseo de tener un hijo (sobre
todo si este es varón), por otra parte, a diferencia de los niños este complejo no queda reprimido
al no sufrir ansiedad de la castración solo existen las barreras para poder poseer al padre. Así el
principal aspecto de desarrollo es la identificación con el progenitor del mismo sexo.
Latencia
La latencia ocurre durante la infancia media cuando los impulsos se calman y las amistades se
convierten en el foco. El ego y el superego pueden refinar a medida que el niño aprende a cooperar
y negociar con los demás.
Al final de la etapa fálica empieza un periodo de latencia, en la cual se reprime la sexualidad y
los recuerdos del erotismo infantil. Este periodo dura aproximadamente 6 años. En el que se
observa un notable desarrollo social centrado en la relaciones con sus coetáneos del mismo sexo.
En este periodo no existe zona específica donde se desarrollen fuerzas psíquicas que inhiben el
impulso sexual y reducen su dirección. Los impulsos sexuales inaceptables son canalizados a
niveles de actividad más aceptados por la cultura. Freud le llamaba periodo de calma sexual. Así
el principal aspecto de desarrollo es la adquisición de mecanismos cognoscitivos para superar el
estrés.
ERIKSON
CONFIANZA CONTRA DESCONFIANZA: Desde sus primeros cuidados los infantes
aprenden acerca de la confiabilidad de su entorno. Si sus necesidades son satisfechas, si reciben
atención y afecto y son manejados de modo razonable consistente, se forma la opinión general de
un mundo seguro y confiable. Si en cambio su mundo es inconsistente, doloroso, tenso y
amenazador, aprende a esperar más de lo mismo y creen que la vida es imprescindible y poco
confiable (Craig, 1997).
AUTONOMÍA CONTRA VERGÜENZA Y DUDA: Los infantes descubren su propio cuerpo
y cómo controlarlo. Exploran la alimentación y el vestirse, las funciones de excreción y muchas
formas nuevas de moverse. Cuando hacen con éxito las cosas, adquieren un sentido de confianza
y autocontrol. Pero si fallan de continuo y son castigados o llamados desordenados, latosos,
inadecuados o malos, aprenden a sentir vergüenza y dudas de ellos mismos.
INICIATIVA CONTRA CULPA: Los niños exploran más allá de ellos mismos. Descubren
cómo trabaja el mundo y cómo pueden afectarlo. Para ellos, el mundo consta de cosas y personas
reales e imaginarias. Si sus actividades y exploraciones son en general efectivas, aprenden a
conducirse con la gente y a manejar las cosas en forma constructiva, ganan un fuerte sentido de
iniciativa. Sin embargo, si son criticados o castigados aprenden a sentirse culpables por muchas
de sus acciones.
INDUSTRIOSIDAD CONTRA INFERIORIDAD: Desarrollan numerosas habilidades y
capacidades en la escuela, la casa y con sus pares. El desarrollo realista de esas capacidades
enriquece el sentido del yo. Compararse con los padres se vuelve cada vez más importante. Una
autoevaluación negativa en este contexto y tiempo es en especial dañina.
La teoría del desarrollo cognitivo de Jean Piaget
Etapa sensoriomotora Durante la etapa sensoriomotora los niños se basan en el uso de los
sentidos y habilidades motoras. Desde el nacimiento hasta aproximadamente los 2 años de edad,
el niño sabe por el gusto, el olfato, el tacto, el oído, y los objetos que se mueven alrededor. Este
es un verdadero tipo de conocimiento.
Según Piaget, la primera etapa del niño consiste en aplicar la capacidad que tiene en el momento
de nacer (succión y presión) a una amplia diversidad de actividades. Los lactantes disfrutan mucho
meterse cosas en la boca: sus dedos, juguetes y otros objetos, poco a poco dividen el mundo en
dos esferas: lo que pueden succionar y lo que no pueden succionar y comienzan a organizar sus
experiencias asignándoles categorías (esquemas) que constituyen el primer paso en la conducta
intencional y en la solución adaptativa de problemas, las cosas desconocidas perturban al niño
pues no encajan en sus esquemas. Al final de esta etapa los niños adquieren un sentido de
permanencia del objeto (si una pelota está debajo de la silla se percata de que existe) este permite
el desarrollo cognoscitivo comenzando a ver las cosas como ocurren y poseen un sentido de auto
identificación, es decir, nombrarse a sí mismos correctamente ante un espejo (Morris, 1997).
Etapa preoperacional En la etapa preoperacional, los niños entre las edades de 2 a 7 años de
edad, se vuelven capaces de pensar en el mundo usando símbolos. Un símbolo es algo que
representa otra cosa. El uso del lenguaje, ya sea en forma de palabras o gestos, facilita el
conocimiento y la comunicación sobre el mundo. Este es el sello de la inteligencia preoperacional
y se produce en la primera infancia. Sin embargo, estos niños que son preoperacionales o pre-
lógicos. Todavía no entienden cómo funciona el mundo físico. Pueden, por ejemplo, temer a irse
por el desagüe si se sientan en la parte delantera de la bañera, a pesar de que son demasiado
grandes.
De los 2 a 7 años; los niños cuando llegan a esta etapa están orientados hacia la acción. Su
pensamiento está ligeramente ligado a la experiencia física y perceptual, pero su capacidad de
recordar y anticipar va creciendo y entonces comienzan a utilizar símbolos para representar el
mundo externo. El ejemplo más obvio de presentación es el lenguaje, y es en esta etapa cuando
el niño comienza a utilizar palabras para representar objetos. Pero el pensamiento preoperatorio
(preoperacional) difiere en muchos aspectos del pensamiento de niños mayores y del de los
adultos. Los niños de corta edad, por ejemplo, son egocéntricos en extremo no pueden distinguir
entre su persona y el mundo externo, suponen que los objetos tienen sentimientos como ellos;
creen que sus procesos psicológicos (los sueños, por ejemplo) son reales y concretos. Según
Piaget, los que pasan por este estadio no pueden ponerse en el lugar de otro ni asumir su
perspectiva. Aunque la mayor parte del tiempo son egocéntricos, en ciertas circunstancias hasta
los niños de 4 años parecen tener en cuenta las perspectivas ajenas.
Etapa de las operaciones concretas Los niños en la etapa de las operaciones concretas, entre
las edades de 7 a 11 años, desarrollan la capacidad de pensar lógicamente sobre el mundo físico.
La infancia media es un periodo para comprender conceptos tales como el tamaño, la distancia y
la consistencia de la materia, y la causa y el efecto de las relaciones. Un niño sabe que un huevo
revuelto sigue siendo un huevo y que 8 onzas de agua siguen siendo 8 onzas sin importar la forma
del vaso que la contenga.
De los 7 a los 11 años; durante este estadio el niño adquiere mayor flexibilidad en su pensamiento.
Aprende a rehacer sus pensamientos, a corregirse y a comenzar de nuevo en caso de necesidad.
Aprende a considerar más de una dimensión del problema a la vez y a observar un objeto o
problema desde diversos ángulos. El juego con cuentas ejemplifica tales destrezas y muestra cómo
los niños cuya edad fluctúa entre 7 y 11 años, han crecido desde el punto de vista intelectual.
Piaget dio a unos niños de distintas edades una caja con 20 cuentas blancas de madera: dos eran
blancas el resto de color café. Les preguntó si las cuentas o las cafés formarían el collar más largo.
Los niños de 7 años decidieron que había más cuentas cafés, ignorando el hecho de que todas eran
de madera. Los de 7 años y los mayores se rieron de la pregunta: sabían que todas las cuentas eran
de madera (Piaget y Szminka, 1952). Hacia los 10 años, al niño le es más fácil deducir lo que otra
persona está pensando o sabe (Más o menos a esa misma edad, se da cuenta de que el otro también
es capaz de deducir lo que él está pensando. Pese a abordar los problemas con mucha lógica, en
la etapa de las operaciones concretas el niño solo puede pensar en función de cosas concretas que
puede manipular o imaginar.
Modelo de sistemas ecológicos de Urie Bronfenbrenner Urie Bronfenbrenner (1917-2005)
nos ofrece una de las más completas teorías del desarrollo humano. Bronfenbrenner estudió a
Freud, Erikson, Piaget, y los teóricos del aprendizaje y consideraba que todas esas teorías se
podrían mejorar mediante la adición de la dimensión de contexto. Lo que se enseña y cómo la
sociedad interpreta las situaciones depende de quién está involucrado en la vida de un niño y de
cuando y donde vive un niño.
• Microsistema Los microsistemas afectan a un niño directamente. Estas son las personas
con las que interactúa el niño como: padres, compañeros y maestros. Se deberá tomar en
cuenta la relación entre cada individuo y quienes lo rodean. Por ejemplo, para apreciar lo
que está sucediendo con un estudiante de matemáticas, se deberá conocer la relación entre
el estudiante y el maestro.
• Mesosistema Los mesosistemas son las interacciones entre los que rodean al individuo.
La relación entre los padres y las escuelas, por ejemplo, afectará indirectamente al niño.
• Exosistema Las instituciones más grandes, como los medios de comunicación o el
sistema de salud, se denominan exosistema. Estos tienen un impacto en las familias,
compañeros y escuelas que operan bajo las políticas y regulaciones que se encuentran en
dichas instituciones.
• Macrosistema El macrosistema incluye los valores y las creencias de una cultura. Los
ideales y expectativas extensas del macrosistema informan a las instituciones que
afectarán al individuo.
• Cronosistema Todo esto sucede en un contexto histórico denominado cronosistema. Los
valores culturales cambian con el tiempo, al igual que las políticas de las instituciones
educativas o los gobiernos en ciertos climas políticos. El desarrollo ocurre en un punto
en el tiempo
La crianza es bidireccional Los padres no sólo afectan a sus hijos, sino que los niños también
influyen en sus padres. Las características de un niño, como el carácter o temperamento, afectan
a los comportamientos y roles de la crianza. Por ejemplo, un bebé con un temperamento fácil
puede permitir a los padres sentirse más efectivos, ya que son fácilmente capaces de calmar al
niño y provocar la sonrisa y el arrullo. Por otro lado, un bebé malhumorado o quisquilloso provoca
menos reacciones positivas de sus padres y puede resultar en que los padres se sientan menos
eficaces en el papel de la crianza (Eisenberg et al., 2008). Con el tiempo, los padres de niños más
difíciles pueden llegar a ser más castigadores y menos pacientes con sus hijos (Clark, Kochanska,
& Ready, 2000; Eisenberg et al., 1999; Kiff, Lengua, & Zalewski, 2011). Los padres que tienen
un hijo quisquilloso y difícil están menos satisfechos con sus matrimonios y tienen mayores
desafíos para equilibrar el trabajo y los roles familiares (Hyde, Else-Quest, & Goldsmith, 2004).
Por lo tanto, el temperamento infantil es una de las características que influye en cómo los padres
se comportan con sus hijos.
Desarrollo moral de Lawrence Kohlberg
Nivel premoral
Etapa 1: orientación en función de la obediencia y el castigo. Eludir romper las reglas apoyado
en el castigo; obediencia por la obediencia por la obediencia; evitar daño físico a las personas y a
la propiedad.
Etapa 2: propósitos e intercambio instrumental. Seguir las normas sólo cuando se trata provecho
personal inmediato de alguien; actuar para satisfacer los propios intereses y dejar que los demás
hagan lo mismo; lo correcto es un intercambio equitativo, un buen convenio.
Nivel convencional
Etapa 3: acuerdo y conformidad Vivir según lo que las personas cercanas esperan o de acuerdo
con lo que los individuos aguardan en general, de la gente en su papel; ser bueno es importante.
Etapa 4: convenio social y conflicto Cumplir con los deberes reales a los cuales se accedió; las
leyes siempre deben defenderse a excepción de los casos cuando entran con otras obligaciones
sociales fijas; también es correcto contribuir a la sociedad, el grupo o a la institución.
Nivel de principios
Etapa 5: contrato social y mantenimiento de sistemas. Estar consciente de que las personas tienen
una variedad de valores y opiniones, que la mayor parte de los valores y reglas es relativa al propio
grupo pero que, por lo común, deben respetarse porque constituye el contrato social; sin embargo,
algunos valores y derechos no relativos como la vida y la libertad deben respetarse en cualquier
sociedad, sin importar la opinión de la mayoría.
Etapa 6: principios de ética universal Se siguen principios éticos elegidos por uno mismo; las
leyes particulares y los acuerdos sociales por lo general son válidos porque se basan en esos
principios; cuando las leyes violan esas normas, una actúa conforme el principio; las normas son
principios universales de justicia; la igualdad de los derechos humanos y el respeto por la dignidad
de los seres humanos de cómo personas individuales; la causa para hacer el bien es la creencia en
la validez de los principios morales universales y una sensación de compromiso personal hacia
ellos.

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