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En esta investigación vamos a tratar varios temas muy importantes para ser
humano no solo para nosotros lo futuros maestros ya que la sexualidad es un
tema para analizar en seno da la familia y más cuando involucra los niños,
hablaremos de la psicología sexual en los niños y sus etapas así como el deseo
sexual en los presentado por los infantes.
ETAPA ORAL:
Esta etapa comienza desde el nacimiento
hasta el primer año. Durante la misma, poco
a poco se va identificando con su madre; si
ella sonríe el también, si ella habla el
balbucea, etc. El foco de la satisfacción está
en la boca. El bebé la recibe por medio de la
boca, succionando y poniéndose todo lo que
tiene a su alcance en esta zona. En esta
etapa es muy necesario que la madre
alimente a su hijo o hija en los tiempos debidos sin atrasos que permitan que el
niño se sienta frustrado, con hambre y desatendido.
CONSECUENCIAS:
Si la madre no satisface estas necesidades de alimentar su hijo en los tiempos
que necesita hacerlo, el niño crece frustrado con una personalidad negativa,
pesimista y cuando adulto se puede convertir en una persona sarcástica,
envidiosa y con falta de seguridad en el mismo.
ETAPA ANAL:
En la etapa anal del desarrollo psicosexual, el foco
de la energía pulsional (zona erógena) mueve desde
el tracto digestivo superior al final inferior y el ano.
Esta fase dura desde aproximadamente el 15º mes hasta el tercer año de vida.
Durante la misma la formación del Yo continúa.
CONSECUENCIAS:
Si los padres ponen demasiado énfasis en la higiene personal mientras el niño
decide acomodarse a ésta, se puede dar lugar al desarrollo de un comportamiento
compulsivo, extendiéndose a lo concerniente con el orden y la pulcritud. Por otra
parte, si el niño decide prestar atención a las demandas de su Ello y los padres
acceden a esto, el niño probablemente desarrolle una personalidad tendiente al
desorden e indulgente para consigo mismo. Si los padres reaccionan, el infante
debe cumplir, pero desarrollará un débil sentimiento de sí, ya que los padres son
los que controlan la situación, no su propio Yo.
ETAPA FALICA:
Se extiende desde los tres hasta los cinco años y la zona
erógena asociada a ella es el área de los genitales. Es en
esta tercera etapa de desarrollo infantil que los niños se
vuelven conscientes de su propio cuerpo, los cuerpos de
los otros niños, y los cuerpos de sus padres, y satisfacen la curiosidad física por
desnudarse y explorarse entre sí y los genitales, y así aprender la física (sexual),
las diferencias entre lo "masculino" y lo "femenino" y las diferencias de género
entre el "niño" y la "niña"
CONCECUENCIA:
COMPLEJO DE EDIPO:
Para el varón, la madre deviene la persona deseada, mientras que el padre es el
foco de los celos y rivalidad, desde el primer momento en que es el que duerme
con la madre, pero sigue siendo uno de los principales encargados del cuidado del
niño. El Ello quiere unirse con la madre y matar al padre (como hizo Edipo) pero el
Yo, basado en el principio de realidad sabe que el padre es más fuerte. Sin
embargo, el niño también quiere al padre, por eso sus sentimientos son
ambivalentes. El temor de que el padre sea un obstáculo frente a los sentimientos
del niño hacia la madre es expresado por el ello como temor de que el padre lo
castre. El miedo a la castración no es racional y ocurre de forma irracional e
inconsciente.
COMPLEJO DE ELECTRA:
Las niñas pequeñas siguen más o menos el mismo desarrollo psicosexual que los
niños. La niña desarrollará envidia del pene, envidia sentida por las mujeres frente
a los hombres debido a que los hombres poseen pene. Esta envidia tiene sus
raíces en el hecho de que sin el pene las mujeres no pueden poseer sexualmente
a la madre tal como son conducidas por el Ello. Como resultado de esta
comprensión, ella dirige su deseo sexual hacia el padre. Luego de esta fase la
mujer tiene una etapa extra en su desarrollo cuando debe transferir, todo o en
parte, la sensibilidad e importancia del clítoris a la vagina.
ETAPA LATENTE:
La cuarta etapa de desarrollo psicosexual es el período de latencia que se
extiende desde la edad de seis años hasta la pubertad, en la que el niño consolida
los hábitos de carácter que él o ella ha desarrollado en las tres etapas más
tempranas del desarrollo psicológico y sexual. Independientemente de que el niño
haya resuelto con éxito el complejo edípico, las pulsiones instintivas del ello son
inaccesibles para el ego, porque durante la etapa fálica los mecanismos de
defensa fueron reprimidos.
Durante esta etapa los niños no se interesan para nada en el aspecto sexual ni se
sienten atraídos por el sexo opuesto.
Desarrollan amistades en la escuela del mismo sexo y los deportes que los niños
practican a esta edad los alejan completamente de cualquier inquietud que tenga
que ver con deseos sexuales.
El DESEO SEXUAL
Es un sentimiento sexual, es una emoción, un impulso, una fuerza que nos mueve
al encuentro íntimo con otras personas. Nos motiva a relacionarnos, a compartir
intimidad, a mantener relaciones afectivas y sexuales, a disfrutar y pasárnoslo
bien, a sentir placer.
ROLES DE GÉNERO
La mayoría de la gente no sólo piensa que hombres y mujeres son bien distintos,
sino que albergan también las mismas ideas sobre las formas en que se
manifiestan las diferencias. Estas convicciones, basadas en una simplificación
excesiva o el escaso juicio crítico reciben el nombre de estereotipos (tópicos,
prejuicios...). Se ha concebido la masculinidad y la femineidad como dos
elementos antagónicos que se excluían mutuamente, hoy se aceptan que en
muchos individuos coexisten rasgos de una y otra índole.
Estos "rasgos" son vistos como "naturales", pero en realidad son construidos
socialmente. Mediante las reglas trazadas por la sociedad, cada uno aprende a
desempeñar su papel masculino o femenino. No existen papeles sexuales en la
raza humana, cada época crea y transmite los suyos, depende de la época y del
lugar, aunque siempre hay personas de uno u otro sexo que están encantadas y
otras que detestan el papel que les haya correspondido.
Antes incluso del nacimiento los padres ya adoptan actitudes distintas sobre el
sexo del niño. A menudo los padres especulan sobre el sexo de su futuro hijo y
llegan a elaborar planes minuciosos y acariciar ambiciosos objetivos concernientes
a la vida de la criatura.
En el momento del nacimiento, el anuncio del sexo del bebé desencadena una
sucesión de pequeños eventos todos los cuales presuponen una diferenciación
entre hombres y mujeres –por ejemplo, ropa azul para el niño y rosa para la niña-.
Los amigos, parientes y padres hablan del aspecto del recién nacido proliferando
en estas conversaciones los estereotipos.
En los primeros meses de la lactancia los niños tienen más contacto físico con la
madre que las niñas, en tanto que éstas son objeto de más contemplaciones,
mimos y contactos verbales. Los padres también responden de distinta manera,
según el sexo del hijo (reaccionan con más presteza ante los lloros de la niña).
Hasta los 3 años no se desarrolla una identidad sexual básica, es decir, la íntima
convicción de pertenecer a uno u otro género. A partir de esta edad, los niños
empiezan a mostrar discernimiento de los roles sexuales en el ámbito familiar y en
el mundo que les rodea.
La adopción de los roles adecuados a cada sexo es más importante aún durante
la adolescencia que en edades más tempranas. Los adolescentes varones deben
atenerse a tres normas básicas en lo que atañe a los roles de género:
En una relación en la que ambos consortes viven felices, los interesados tienen la
sensación de igualdad de valor. Aun cuando al casarse se observe con frecuencia
la regla de la equivalencia de valor de ambos cónyuges, sin embargo, no puede
garantizarse con ello que en el transcurso de la vida común a lo largo de muchos
años se conserve inalterable el equilibrio de valor propio.
En las condiciones actuales el marido, gracias a su actividad profesional tiene más
oportunidades para aumentar el sentimiento de su propio valor, mientras que la
mujer, en su función de madre y ama de casa, se siente menos reafirmada.
Los testimonios de otras culturas indican que en nuestra sociedad muchas de las
diferencias entre hombre y mujer derivan de ideas preconcebidas y de
expectativas estereotipadas.
La exploración del cuerpo en los niños se inicia desde los primeros meses de vida
como parte del desarrollo sexual y del aprendizaje infantil.
Empieza el juego exploratorio del cuerpo o juego sexual, una necesidad del
explorar pero no en el contexto de los adultos en el cual si se busca la intimidad
sexual sino como parte fundamental de su proceso de aprendizaje y la curiosidad
que tiene por investigar, experimentar y descubrir el entorno y describirse a sí
mismo.
Las reacciones de los adultos frente a las conductas de exploración del niño son
de suma importancia para la valoración que el niño haga de su propio cuerpo; si
se les enseña que hay partes que no se tocan o son sucias estamos enseñando
que parte de él es sucio, que hay partes de él de las cuales debe avergonzarse.
La sexualidad se desarrolla a partir de la actitud y la educación sexual que brinden
los padres y personas a cargo de la crianza y la formación del niño, solo
brindándole afecto y enseñándole el valor que tiene podemos formar un ser
humano mentalmente sano y seguro.
Los juegos de tipo motor son los que se presentan en los primeros meses de vida
hasta, más o menos hasta los dos años. Simplemente consisten en realizar todo
tipo de movimientos con el cuerpo o con los objetos que tiene el niño a mano y
observar las reacciones que provoca cuando el niño juega con el objeto, tanto en
su propio cuerpo como en la actitud de los padres, etc.
Tratando lo que es el desarrollo psicosexual de los niños según Freud tiene cuatro
etapas en las cuales el niño se desarrolla y conoce cada una de las partes de su
cuerpo, en la etapa oral el foco de la satisfacción está en la boca; en la etapa anal
la experiencia más importante es el entrenamiento en la higiene personal; en la
etapa fálica el punto de enfoque es la zona erógena donde descubren la diferencia
entre el hombre y la mujer y por último la etapa latente se trata de un periodo de
calma. Los impulsos quedan latentes, lo cual permite que el niño pueda dedicarse
a otras cosas.
Si hablamos de roles del genero la mayoría de la gente sólo piensa que hombres y
mujeres son bien distintos, sino que albergan también las mismas ideas sobre las
formas en que se manifiestan las diferencias.