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II PERIODO 2023 –Tesis

Nombres y Apellidos:
· Cristian Tarco
· Lander Montaño

Curso: Cuarto Fecha: 18 de enero 2023

Tema: Vulnerabilidades y riesgos en quebradas de nororiente de Quito:


un análisis a la comunidad desde un estudio integral y retrospectivo

Introducción

Justificación

La presente investigación centra su estudio en la vulnerabilidad del suelo en la


ciudad de Quito, la creciente población en las laderas de la ciudad ha
contribuido a la suscitación de desastres naturales. El aluvión de la Gasca en el
año 2022 se ha convertido en el precedente de mayor envergadura a la hora de
la creación de planes de riesgo y su debida aplicación.

Si bien es cierto que los fenómenos naturales no pueden ser controlados o


evitados, estos pueden ser menos dramáticos en las ciudades si estas son
construidas bajo la mirada que tome en cuenta el uso correcto del suelo, las
construcciones bajo los parámetros establecidos por la norma. Con la finalidad
de que el costo en vidas humanas sea menor, al igual que pérdidas materiales.

Los sectores que presenta mayor riesgo de sufrir estos daños, son los que se
encuentra ubicados cerca de las laderas, ya que estos barrios se encuentran
asentadas sobre suelos inestables. Se tiene como objetivo el análisis del
impacto de la amenaza sobre las condiciones de vulnerabilidad y el nivel de
riesgo al que la comunidad se encuentra expuesta, en términos socio-
económicos y espacio- temporal.
La finalidad del plan de riesgo es fortalecer la resiliencia de los habitantes,
haciendo uso de los diferentes modelos de gestión, para poder reducir y mitigar
los efectos de la materialización del evento en cuestión, por lo que se pretende
implementar un modelo de reducción de riesgos para el cuidado de quebradas,
desde la municipalidad y las instituciones encargadas.

Desde el análisis del evento suscitado en las laderas del barrio “La Comuna”
que trajo consigo perdidas inimaginables, se tiene la intención de fortalecer el
cuidado de esta quebrada del sector, para que pueda ser replicado en otras
quebradas de la ciudad, ya que viven la misma amenaza de un posible
desastre.

Antecedentes

Ecuador es un país que es propenso a la presencia de desastres naturales


debido a su ubicación geográfica, el Cinturón de Fuego que rodea las costas
del Pacífico mantiene una constante actividad sísmica y volcánica de las
franjas que lo comprenden. Así mismo, por su característica hidrológica y
meteorológica hace que el país tenga una diversidad de ecosistemas, pero
también que este expuesto y vulnerable a los riesgos naturales (Universidad de
Cienfuegos, 2018), una de estas amenazas más recurrentes que se han hecho
presentes son los movimientos sísmicos que se han registrado, en la costa,
sierra y en la región oriental. 

“La mayoría de estos eventos se presenta durante las estaciones


lluviosas.  Cuando el suelo recibe una gran cantidad de agua, la tierra
se ablanda y se desprende formando flujos de lodo, que se precipitan
pendiente a bajo; Algunas personas contribuyen a que ocurran
deslizamientos, cuando construyen con materiales pesados en terrenos
débiles, o cuando realizan excavaciones que desestabilizan las laderas. 
La deforestación también es una causa de los deslizamientos, porque el
suelo queda des protegido”. (Que es un deslave- Secretaría de Gestión
de Riesgos, s.f.)
Ahora bien, la ciudad de Quito, conocida también como Distrito Metropolitano
de Quito (DMQ) posee una geografía compleja que necesita ser estudiada
cuidadosamente. Es importante tomar en cuenta las variables; que pueden ser
climáticas, de relieve, las amenazas, vulnerabilidades del suelo, problemas
sociales y económicos. Añadido a esto, los periodos de lluvias intensas y
factores antrópicos son aspectos que pueden disparar las catástrofes, los
mismos que al no ser manejados ni entendidos de una adecuada manera,
ocasionan consecuencias negativas sobre la sociedad y sus infraestructuras.

Dicho esto, podremos comprender mejor el aluvión originado en 31 de enero de


2022 en la parroquia Belisario, mejor conocido como el “aluvión de la Gasca”.
Esta es la ladera denominada el Tejado, zona que se encuentra ubicada
geográficamente en las faldas del Pichincha, al noroccidente de la cuidad de
Quito. Un flujo de lodo a gran escala ocurrido durante una fuerte lluvia y causó
una seria pérdida de vidas, daños a las casas y edificios de los moradores
alrededor de La Gasca en Quito. A pedido de MDMQ, el 26 de febrero del año
2022 se llevó a cabo un estudio en conjunto del lugar, conformado por un
miembro del equipo de expertos de JICA y el personal técnico de MDMQ.

Es oportuno precisar que: “los movimientos en masa son


desplazamientos de laderas debajo de una masa de suelo o roca cuyo
movimiento ocurre predominantemente a lo largo de una superficie de
deslizamiento o de cizallas.” (MDMDQ, 2016).

Este tipo de movimiento de la tierra provoca un determinado nivel de


afectaciones e impactos. Existen diferentes factores de vulnerabilidad
relacionados a los efectos directos e indirectos que ha generado el evento en
mención, uno de ellos es la problemática para estudiar, buscar y determinar
cuáles son posibles motivos para que las acciones de mitigación de riesgos y
preparación para la respuesta se pudieran realizar o no previamente al evento,
de igual manera se pretende identificar acciones prioritarias para la gestión
prospectiva y correctiva del riesgo de desastres en el Distrito Metropolitano.

Ahora bien, es necesario comprender que el desarrollo de diversas actividades


productivas y de servicios, sumado al proceso de excusión urbana “que ha
ocupado prácticamente todos los espacios del valle de Quito incluso han
alcanzado las laderas de los cerros que rodean a la ciudad” (Balseca, M.,
Paredes, M., Balseca, S. & Ortega, S., 2009).

En el informe de cartografía y capacidades de riesgos (Demoraes y D2’Ercole,


2001), se describe el Ecuador se encuentra dentro de las áreas de mayor
afectación por deslizamientos de tierra, donde uno de los eventos mas
relevantes y de connotación histórica, es el desastre que ocurrió en 29 de
marzo de 1993 en la Josefina, el cual afectó a la denominada Región Austral,
constituida por las provincias de: Cañar, Azuay, ubicadas en el callejón
interandino y Morona Santiago, provincia amazónica.

La ciudad de Quito se encuentra expuesta a múltiples amenazas antrópicas y


naturales que, al materializarse, afectarían notablemente a la población y a su
infraestructura que está expuesta. La dinámica propia de su paisaje natural, asi
como las intervenciones del hombre, han modificado constantemente su
geomorfología; adicionalmente, está ubicada sobre cuatro fallas tectónicas,
rodeada de 20 volcanes, fundida y edificada sobre n sistema de quebradas que
se am rellenado sin la técnica apropiada, (MDMDQ, 2016).

En las quebradas, “La erosión aumenta a medida que la pendiente del


talud lo hace, lo que produce un incremento en la velocidad y en el
volumen de escorrentía superficial; por otro lado, en un terreno con
pendiente las gotas de lluvia salpican pendiente arriba y pendiente abajo
no como en el suelo llano donde son salpicadas en todas las direcciones
uniformemente; esto puede hacer que la pendiente aumente aún más
(Cantero, Guijaro, Muñoz, & Cantero, 2004).

Una referencia muy importante que se evidencia en el DMQ es que los


deslizamientos y desprendimientos que se producen en las márgenes de las
quebradas taludes de vías y en pendientes sobre los 30°, asi como flujos de
loso y escombros, son fenómenos más comunes que se presentan en el distrito
(MDMDQ, 2016).

Según información de la secretaria Metropolitana de Ambiente se han llegado a


contabilizar aproximadamente 150 quebradas y ríos en el territorio urbano, sin
embargo, en la información del Instituto Geográfico Militar, (IGM) y la
cartografía censal del INEC en el Distrito Metropolitano de Quito, se han
identificado más de 500 unidades hídricas, que entran en la categoría de ríos,
torrentes y quebradas (Secretaria de Ambiente, 2015).

Objetivos

Objetivo General

Analizar los posibles riesgos y vulnerabilidades que se presentan en la


quebrada San Isidro ubicada en el barrio el Pinar en la ciudad de Quito desde
una perspectiva social y técnica para plantear posibles planes de protección y
delimitación a partir del estudio de caso del aluvión de “la Gasca” del año 2022
en la ciudad de Quito.

Objetivos específicos

 Analizar las posibles amenazas existente en la quebrada de la ciudad de


Quito, especialmente la ubicada en el barrio el Pinar desde el estudio de
caso de La Gasca en zonas de deslizamiento.
 Analizar el riesgo de desastres frente a movimientos en masa, en los
barrios del Pinar, y la Comuna.
 Identificar las acciones de reducción de riesgos para la gestión
prospectiva, correctiva y reactiva frente al desastre.
 Proponer una posible solución de reducción de riesgos a través de un
plan para el cuidado de quebradas enfocado a las Administraciones
Zonales Manuela Sáenz, Eugenio Espejo y La Delicia del Distrito
Metropolitano de Quito.
Capítulo II

2.1 Marco teórico

En la actualidad los desastres naturales han incrementado su presencia, si bien


es cierto que estos siempre han existido, se han visto acelerados por varios
factores, el cambio climático y una creciente población son sus principales
detonantes.

El cambio climático responde a las permutaciones que se dan a largo plazo en


relación a las temperaturas y patrones del clima. Se denomina así, por
“la variación global del clima de la Tierra. Esta variación se debe a causas
naturales y a la acción del hombre y se produce sobre todos los parámetros
climáticos: temperatura, precipitaciones, nubosidad, a muy diversas escalas de
tiempo.” Se sabe que estos cambios pueden ser de origen natural, sin
embargo, estudios han concluido que desde el siglo XIX gracias a la
industrialización, son las actividades humanas el motor principal del este
cambio.

También, son los asentamientos humanos en espacios no adecuados para


habitar, juntoa construcciones no valoradas previamente por expertos que han
sido el canal de conducción del lamento por catástrofes irreparables en
recursos y vidas humanas.

Como lo menciona Zevallos, los desastres naturales van en aumento, hoy en


día existe una mayor visibilización de los mismos, se reporta continuamente
inundaciones, deslizamientos de tierra, olas de calor, huracanes, marejadas,
entre otras. No obstante, las inundaciones particularente con los desastres con
mayor presencia a nivel mundial, “las inundaciones son el tipo de evento
natural más destructivo que golpea a los seres humanos y sus bienes”
(Zevallos, 2007, p. 1). Según el estudio de la UNISDRE en 2001, en el Ecuador
se ha registrado una media de de 211 millones de personas afectadas por año
por este tipo de catástrofe.

Es importante destacar que las ciudades metropolitanas en las principales


provincias no se encuentran diseñadas bajo un bosquejo estructural, que tome
en cuenta la relación suelo, construcción, esto ha permitido que se urbanicen
zonas que son vulnerables a la presencia de desastres. Las áreas urbanas que
se encuentran localizadas en las laderas, son un verdadero problema en la
hora de una ocurrencia de desastre producto del clima, morfologia y demás
elementos. Quito la gran capital, Portoviejo, Ambato, entre otras ciudades son
muestra de este tipo de sucesos.

El estudio adecuado de las laderas es un factor determinante porque a partir de


este se puede visibilizar los distintos actores presentes al restringuir la
ocupación de estos, mismo que responden a intereses económicos. “El
crecimiento de asentamientos informales en laderas está determinado por los
efectos de los modelos de desarrollo que generan inequidad entre las zonas
urbanas y rurales así como dentro de las zonas urbanas” (PNUD-ECHO citado
en (Zevallos, 2007, p. 2), es decir, las pendientes del terreno son ocupados por
estratos económicos que se presentan en dos tipos; los que tiene mayores
niveles de accesibilidad, frente a los menos favorecidos.

En este sentido hay que entender que el uso del suelo se encuentra mediado
por los interes económicos que llegan a dar un alto valor a la tierra. Como en la
decada de los setenta, las laderas del Pichincha vieron afectada su regulación
del suelo con la finalidad de poder construir obras y servicios. En otros casos,
se produce los asentamientos informales, incluido los bajos precios de los
terrenos pone a disposicion áreas prohibidas para la urbanización.

Presencia de Desastres

Es importante reconocer que el registro de desastres nos indica los riesgos que
se han de evidenciar a futuro. En el Ecuador, se obtiene un registro de datos a
partir de boletines de prensa, desde la Secretaria Nacional de Gestión de
Riesgos (SNGR), desde la ciudadanía que por medio de publicaciones on-line
informa desde las diversas plataformas sociales, destacándose Twitter, los
noticieros, entre otros.

Sin embargo, cabe destacar que esta información es limitada, que a falta de
informes técnicos y la objetividad de profesionales en el tema, se tiende a
informar de manera generaliza la catástrofe, sin dar a conocer los por menores
de lo que provocó realmente el siniestro.

“Adicionalmente, en la mayoría de desastres no se evalúan los daños de


manera pormenorizada, razón por lo cual lo que se refleja en los medios
de comunicación y se recoge en la base de datos es apenas una
fracción, la punta del iceberg de todos los daños y desastres que
ocurren en el país (Desinventar, 2005 citado en (Zevallos, 2007, pág. 2)

Ahora bien, definir que es un desastre natural es complejo, ya que intervienen


varios factores a ser tomados en cuenta. Los riesgos de los desastres en
relación a la naturaleza se vinculan directamente con la capacidad que estos
tienen de afectación, a las personas, en bienes materiales tales como:
infraestructura, servicios, bienes públicos. También, se pueden relacionar con
los procesos socio-económicos que estos generan, es decir, en el reflejo de
problemas de vulnerabilidad, y amenazas.

Es necesario mencionar que el factor económico permite que una catástrofe se


ahonde, ya que las personas que tienen menos recursos para afrontarlos son lo
que más pérdidas enfrentan, tanto a nivel, humano, como material. De esta
manera las condiciones de vida empeoran, y los factores de vulnerabilidad
crecen.

Es decir, un desastre natural se encuentra conformado por el factor espacio


(entendido esto como el lugar geográfico), tiempo (por la temporada climática)
frente al componente social y económico. “Este riesgo materializado permite
analizar las condiciones sociales, económicas y ambientales en las cuales los
desastres ocurren” (Zevallos, 2007, pág. 3). Con esto se trata de dar paso a un
plan de riesgo que de alguna forma permita “prevenir”, reducir el daño
generado por algún siniestro producto de las condiciones morfológicas,
hidrológicas y climáticas. Con la finalidad de salvaguardar vidas humanas, y
recursos materiales.
Amenazas, peligro e inestabilidad

Dentro del marco conceptual es importante distinguir los términos a utilizarse


ya que este nos dará mayor amplitud a la hora de reconocer los causales de un
fenómeno natural. Dentro de las ciencias de la tierra existe varias opiniones y
diversidad de conceptos, haciendo necesaria “una revisión minuciosa donde se
jerarquice, se fundamente y homologuen, los criterios que serán utilizados en
esta investigación” (Quesada, 2016). El análisis conceptual de lo que se
comprende por amenaza, riesgo, y vulnerabilidad física bajo la mirada
geomorfológica es el centro de esta investigación.

En este sentido, el enfoque que se utiliza en este proceso nos permitirá


identificar las características físico-naturales del territorio, los mecanismos de
ocurrencia, la extensión de su impacto y la frecuencia (Quesada, 2016, pág. 8)
Es decir, las amenazas (fenómeno natural que afecta un área en donde
preexiste intereses humanos), las manifestaciones “producidas en la superficie
terrestre: deslizamientos de tierra, aludes, huaicos o llocllas, aluviones y
derrumbes” (González, 2018). Que son los fenómenos que pueden poner en
peligro a la población.

Las amenazas geomorfológicas responden especialmente a la inestabilidad de


las laderas, que es “considerada esta como el conjunto de procesos por medio
de los cuales se desprenden, movilizan y transportan las partículas o masas de
suelo y/o rocas de las vertientes” (Regional, 1987). Como actores los
“asentamientos humanos que se localizan en la cuenca alta…: procesos de
ladera e inundaciones” (Quesada, 2016). En este tipo de fenómenos
intervienen varias causales: la variable de tipo geológico, que no es otra cosa
que la estructura, hidrología, litología del sector. También intervienen las
causales: de tipo geomorfológico (pendientes, relieves) y de condiciones
climáticas que es la intensidad y volumen de las lluvias.
En la actualidad los estudios han demostrado que a estas variables se añade y
con mayor influencia la actividad humana. “La actividad humana y su
irracionalidad en cuanto a la metódica degradación del ambiente
(deforestación, sobrepastoreo, minería urbanización desordenada, etc.)”
(Regional, 1987) permiten que el suelo se erosione con mayor facilidad y
rapidez.

Otra concepción, considera que el peligro es la probabilidad de ocurrencia de


un evento natural, “en potencia perjudicial para una comunidad en un tiempo y
lugar específico (Cardona citado en (Quesada, 2016) no importando el tiempo
de duración del siniestro, sino su potencial pernicioso, mismo que, podrá ser
constatado en relación a su ocurrencia y el área de afectación. Un evento
natural de gran magnitud por lo general es reiterativo, que puede afectar en
varios grados de intensidad.

El peligro o amenaza responde a un evento no deseado y repentino, que ocurre


por factores naturales y antrópicos. En otras palabras, es la capacidad de
respuesta de la sociedad a la presencia de fenómenos naturales de gran
envergadura, mismos que son disipados por procesos naturales peligrosos en
relación a una falta de planificación del territorio que no cumple con las normas,
ordenanzas y limitantes urbanísticos. La falta de planificación territorial o su
desconocimiento como tal, no exponen la dinámica entre el peligro y el territorio
en el que se habita.

Zevallos en su estudio, plantea la denominación Hidro-geomorfoclimáticas


como término explicativo de las amenazas ligadas a la variabilidad climática.
Explica que esta terminología se compone de dos conceptos; el primero es la
amenaza hidroclimática y el segundo es la amenaza geomorfológica.

“La amenaza hidroclimática que refiere a eventos como inundaciones


ocasionadas por fuertes aguaceros localizados de corta duración. Las
amenazas geomorfológicas corresponden a desplazamientos
gravitacionales de masas de terreno desestabilizadas bajo el efecto de
fenómenos naturales (precipitaciones, sismos) o de acciones antrópicas
(remoción de tierra, vibraciones, deforestación, explotación de canteras)”
(Zevallos, 2007, pág. 3).
Las amenazas hidro-geomorfoclimáticas incluyen todo tipo de flujos de lodos,
escombros, aluviones que causan destrucciones a gran escala que viene
ocasionadas por fuertes lluvias. Zevallos considera que los índices para tomar
en cuenta la variación climática son: la inundación, deslizamientos de la tierra,
lluvia, vendaval, tempestad, marejada, huracán, granizada, erosión, nevada,
tormenta eléctrica, plaga.

En el Ecuador los desastres naturales están muy ligados a la variabilidad climática, estudios
confirman que treinta años los desastres naturales incrementaron un 51.3%, solo en la década
de los 70 hasta finales de los 2000 se registró un incremento del 15.8% al 67.1%. Siendo las
inundaciones y deslizamientos los más significativos

Desastres naturales reportado por época

El Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias (SNGRE) gracias a


su unidad de monitoreo de eventos adversos presentaron un informe en el que
los registros más actuales reflejan que los deslizamientos son el evento con
más predominancia en la provincia de Pichincha durante el periodo 2019 al
2021, se presentaron eventos que van desde: “incendios forestales, incendios
estructurales, deslizamientos, colapsos estructurales e inundaciones; como
los eventos más recurrentes de la Coordinación Zonal 9 del SNGRE”
(Riesgos, 2022).

En la época de lluvia reportada en la provincia de Pichincha durante los años


2019-2021 registraron varios sucesos, entre ellos, “aluviones, colapsos
estructurales, deslizamientos, granizadas, hundimientos, inundaciones,
Socavamiento, Tormenta Eléctrica y Vendaval” (Riesgos, 2022). El total de
ellos consta de 907 eventos, siendo 474 pertenecientes al año 2021. Entre los
años 2020 y 2019 se reportan 233y 20 eventos respectivamente. Siendo la
época lluviosa predominante frente a épocas de verano.

El 2021 de destaca en mayor número


de eventos por deslizamientos,
los cuales han afectado a vías,
afectaciones en personas,
viviendas, bienes públicos y
privados, centros educativos,
puentes en este periodo.

Eventos reportados por época lluviosa por año

Fuente: Secretaria de Gestión de Riesgos

En este sentido podemos observar que la provincia de Pichincha es uno de


lugares en ser protagonistas de eventos de carácter natural, mismos que traen
consigo daños de índole humano y material. Los datos en relación al
crecimiento de los fenómenos naturales en el año 2021, arrojan un crecimiento
del casi doble em comparación años anteriores, como podemos ver, es la
variabilidad climática junto a elementos de carácter humano los que ha dado
paso a este exponencial desarrollo.

Peligro en el Distrito Metropolitano de Quito

El Distrito Metropolitano de Quito (DMQ) debido a su ubicación geográfica, se


encuentra en mayor peligro por flujo de lodo e inundaciones. Acompañado a
esto el mal uso del suelo, y las malas prácticas de rellenas las quebradas y los
causes de los ríos, han provocado que los flujos se desvíen a las áreas
urbanas impactándolas de manera catastrófica.

Desde los años 2000 se hablaba de los riesgos que se va a vivir en el DMQ por
el crecimiento poblacional, Ayabaca en su texto “Peligro por flujos de lodo e
inundaciones en el Distrito Metropolitano de Quito” propone la necesidad de
llevar a cabo el programa de manejo de laderas y cursos de Agua con la
finalidad de que se reduzca el riesgo en las zonas urbanas de sufrir desastres.
Sin embargo, los fenómenos naturales de origen hidro-geomorfoclimáticas son
el principal peligro que amenaza a la capital del Ecuador, ya que cada lluvia
fuerte que cae sobre la ciudad deja calles y avenidas inundadas.
Interrumpiendo y paralizando actividades cotidianas.

Al provocarse flujos de lodos, aluviones (escombros o sedimentos),


deslizamientos, desprendimientos de tierra, trae consigo pérdidas humanas,
económicas, y materiales que se traducen en el daño al alcantarillado e
infraestructura vial.

Es normal la presencia de desastres naturales propios de un ambiente


montañoso en el que se encuentra ubicado el DMQ, no obstante, se ve
maximizado por la presencia de la mano del hombre de manera indiscriminada
y poco estudiada. Ya que como se ha podido estudia la reacción de la
población y de las autoridades ante un evento se lo hace desde el criterio de
enfrentar una vez ocurrido un desastre, y no con la finalidad de prevenir el
impacto. Como lo dice Ayabaca:

“Esta visión del problema lo simplifica y centra la atención en los efectos,


mas no en las causas mismas del riesgo. En la realidad estos desastres
son un proceso que se gesta permanentemente y cuya máxima
expresión se revela al desencadenarse la desgracia.” (Ayabaca, 2001,
pág. 30)

En Quito las causas del problema de las crecidas, deslizamientos y flujos por
lodo cuando se registra algún evento natural como lluvias, radica en el mal
manejo de los suelos y el agua. Este último responde al relleno que se ha
hecho en los causes de los ríos y quebradas, obstruyendo las vías por donde
naturalmente se evacuaba las aguas y el material sólido que se desprenden de
las montañas.

Podría ser un evento normal si “hubiésemos preservado la red natural de


drenaje, fenómenos tales como crecidas y aluviones, llegarían al río
Guayllabamba sin generar desgracias en la urbe” (Ayabaca, 2001, pág. 31) y
se mantendrían en cauce natural, evitándose grandes pérdidas. Varios estudios
afirman que los desastres son una actividad que no puede evitarse, pero puede
ser controlada, corregida y modificada, abriéndose la posibilidad de mitigar los
efectos de los mismo.

“Si aplicamos al Distrito Metropolitano de Quito el concepto de riesgo,


como función creciente de la peligrosidad y la vulnerabilidad (Riesgo =f
[peligrosidad, vulnerabilidad)), se puede decir que aquí la peligrosidad
está constituida por la interrelación de los fenómenos naturales (lluvias
intensas, crecidas, inundaciones, deslizamientos, flujos de lodos, etc.)
con los rellenos y las redes de drenaje natural y de alcantarillado”
(Ayabaca, 2001)

En este sentido la vulnerabilidad que presenta el DMQ esta definida por los
antecedentes de riesgo naturales sumada la presencia de la población, las
obras, de organización social que impacta a la población en general, más allá
del estrato social. Por lo tanto, no se puede decir que la peligrosidad la viven la
población más pobre, ya que las calamidades responden al cómo se controló la
ocupación de las áreas de las laderas y cercanas a los causes del río. El
desconocimiento o simplemente la vulneración de las leyes sobre la
construcción elevan el potencial peligro a la que están dispuestos este tipo de
sectores poblacionales.

La ocupación de áreas sensibles a deslizamientos e inundaciones por la


aplicación de antiguos planes de ordenamiento territorial carentes de
información suficiente. Los trabajos que se han realizado en la década de los
noventa por definir el riesgo debido a los fenómenos se lo han realizado en
base al flujo que se produjo en la Gasca en febrero e 1975. Feininger citado en
Ayabaca señala que en las partes altas de las laderas del Rucu Pichincha 1
existe la presencia de flujos de suelos superficiales, como la incidencia de
precipitaciones localizadas y de la protección producto de la vegetación. Sin
embargo, estudios complementarios desde la Escuela Politécnica Nacional y la
Escuela Politécnica del Ejército han contribuido en la conclusión de que las
inundaciones de Quito no radican en las laderas del Pichincha, sino en los
caudales de las quebradas Rumihurco y Rumipamba.

Las investigaciones han permitido establecer que el mayor riesgo que afronta la
ciudad de Quito se establecen en los flujos que descienden “del Pichincha e
ingresan a la ciudad, ya que los rellenos de las quebradas los desvían de su
salida natural hacia el río Guayllabamba” (Ayabaca, 2001, pág. 35), añadido a
esto el sistema de alcantarillado no es suficiente para abastecer este tipo de
eventualidades ya que no está diseñado para soportar caudales superiores.

Por lo cual en el año 2000 se elaboró el primer plano de áreas de laderas


nororientales del Pichincha2, que muestran los peligros por deslizamientos. En
el cual se muestra que el peligro no radica en las laderas como se ha
considerado, sino en la creciente urbanización que provoca el cambio del uso
del suelo, es decir las áreas verdes que permeabilizan y protegen de la erosión
la tierra es destruido, sustituido por asfalto y cemento.

Aluvión de la Gasca 2022

La ciudad de Quito ha sido la protagonista de inundaciones, avenidas de lodo,


derrumbes y hundimientos, el DMQ por su ubicación geográfica es propenso a
sufrir accidentes de origen climático, y también de carácter geomorfológicos
relacionados al escurrimiento de superficies perturbados por una creciente
1
Rucu Pichincha: "Rucu" que en quichua quiere decir "Viejo", es un Volcán apagado cuya
actividad culminó en el Pleistoceno. Ubicado en la cordillera occidental a 12.5 km de
la ciudad de Quito. Para llegar, a la altura de la avenida la Gasca en el centro norte de
Quito se puede ingresar por el teleférico hasta llegar a Cruz Loma a 4.050 metros de
altura y empieza nuestro recorrido hacia el Rucu Pichincha. El Volcán Ruco Pichincha
cuenta con una altura de 4.698 metros.

2
Ver anexos
urbanización. Existen varias zonas de agua varias quebradas en la zona
noroccidental del Pichincha, sin embargo, la presión por el crecimiento urbano
ha permitido que estas sean rellenadas sin la correcta supervisión técnica. La
construcción de edificios y obras civiles para abastecer el crecimiento
poblacional han provocado la pérdida de impermeabilización del suelo, sumado
a esto la deforestación descontrolada de las laderas de esta zona ha
ocasionado que se desborde el cause natural de los cuerpos de agua,
taponando los desfogues naturales, permitiendo que, en presencia de fuertes
lluvias, se produzcan aluviones que arrastren material suelto provocando daños
materiales y pérdidas humanas.

Históricamente han existido varios deslaves en la ciudad de Quito, el primero


en registrarse en el aluvión del 25 de febrero de 1975 un episodio de brutal
erosión del cauce la quebrada de Pambachupa, hoy conocida como Avenida la
Gasca. Debido a las fuertes lluvias el sector fue testigo de un aluvión que llegó
hasta el barrio la Mariscal.

En el año 1997 un aluvión cobró la vida de dos personas en el barrio La


Comuna, que se encuentra en el mismo sector del barrio La Gasca. El 4
de enero de 1983 un aluvión se produjo en el barrio el Condado, en el
sector de la zona noroccidental de la ciudad, provocando la muerte de
tres personas y varios damnificados. El 30 de abril de 1983 otro aluvión
en el mismo sector ocasiono la inundación de una parte de la pista del
aeropuerto. El 22 de marzo de 2019 un aluvión ocasionado por la tala
ilegal de árboles afectó el barrio El Pinar Alto, dejando daños materiales.
El 17 de septiembre de 2020 un aluvión provocó daños materiales en el
sector de Pomasqui. El 31 de enero de 2022 ocurrió uno de los
aluviones más devastadores en la historia de la capital, el cual dejo 28
fallecidos, 52 heridos y grandes daños materiales en los barrios La
Gasca y La Comuna (SNGRE, 2022)

EL 31 de enero de 2002 las constantes y fuertes lluvias que cayeron sobre la


ciudad de Quito provocaron un aluvión de máxima expresión, inundó las calles
aledañas al barrio la Comuna a una gran velocidad, al igual que la avenida la
Gasca con un fuerte caudal de lodo y escombros, llevándose consigo todo a su
paso, este desastre dejó varios heridos, desaparecidos y muertos.
Las causas que originaron este desastre, según el análisis preliminar elaborado
por el equipo técnico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la
Universidad Central del Ecuador, resalta que este fue un evento que suma
aspectos naturales y antrópicos.

La ciudad de Quito ha tenido un incremento poblacional vertiginoso, lo


cual ha provocado el incremento en la construcción de grandes
edificaciones y de áreas urbanas, aumentando de esta manera la
impermeabilización del suelo ya que se modifica la cobertura de uso de
suelo y la consecuencia es la alteración del ciclo hidrológico natural en
las zonas que se urbanizan, disminuyendo la infiltración y aumentando
la desestabilización de las laderas de las quebradas (Loayza, 2022)

Al ser alterado la cobertura del suelo natural se ha provocado la pérdida de


impermeabilización de la superficie de terreno, lo que da paso al aumento de la
amenaza de inundación, añadido a esto, la quebrada del Tejado, según
estudios, estaba siendo utilizada como botadero de desechos debido a su
ubicación cerca a las vías, además de que en su cuenta existe una vegetación
que no es propia.

Por lo tanto, las constantes lluvias de días pasados en la gran capital


provocaron la sobresaturación del suelo del Tejado, la combinación de las
fuerte lluvias con el material que se desprendió de las laderas formó una masa
de lodo que recorrió con gran velocidad pendiente abajo, “provocando el
taponamiento del sistema de alcantarillado y finalmente desbordándose en
dirección hacia La Comuna y La Gasca (Loayza, 2022). Este se volvió el
escenario perfecto para que se produzcan deslizamientos en la parte alta de la
quebrada, misma que desciende “hasta los 1 700 m.s.n.m., lo que da una
gradiente media del 63% (INHAMI), este motivo permite que la masa de lodo
empiece a tomar velocidad, acarreando consigo todo material del fondo, como
diques, troncos y arbustos de los taludes” (Bermeo, Guamán, & Perez, 2022).
El análisis de Bermeo ha señalado la combinación de sedimentos, vegetación,
agua y escombros bajó por el cauce natural de la quebrada el Tejado, donde la
“capacidad de esta torre es de 4 000 m3 de agua, sin embargo, la tarde del 31
de enero se registró una acumulación de 20 000 m3 (IGEPN), es decir, que su
capacidad fue superada 4 veces más, por lo cual, se desbordó hacia el trazado
urbano” (Bermeo, Guamán, & Perez, 2022). En consecuencia, la suma de la
cantidad que escorrentía, la saturación del suelo debido a las lluvias previas, al
ser alta la pendiente de la montaña resultó en un flujo de lodo que avanzaba
sin límite por la avenida Gasca, con las calles aledañas Núñez de Bonilla y
Humberto Albornoz. Este suceso pone de manifiesto la necesidad de rediseñar
los colectores por donde se conduce el agua ya que estos colapsaron.

Los efectos del aluvión provocaron sentimientos de pánico entre los pobladores
del sector, medios televisivos, prensa escrita y videos de la ciudadanía
contaban los trágicos efectos del aluvión. El colapso de las calles, daños en las
edificaciones, vehículos atrapados, vehículos siendo movidos por la fuerza del
lodo, escombros de diversos materiales bajar, pérdidas humanas y
desaparecidos. Eran algunas de las noticias más nombradas en relación al
desastre vivido, donde la gran mayoría de la ciudadanía alude a que esta
tragedia es producto de la incorrecta gestión municipal en el mantenimiento y
tratamiento de las quebradas. Otra problemática que se señala como
promotora de este suceso es el crecimiento urbano desordenado en zonas de
las laderas de las quebradas y también de áreas restringidas. Por último, el
tercer factor que empujó a la magnitud de este evento fueron las
condicionantes climáticas.

Sin embargo, la cuestión debe ser abordada por el lado de que Quito sigue
sufriendo este tipo de desastres desde que se registró el aluvión de 1975. Han
pasado 47 años, y los asentamientos informales que transforman las laderas
sigue siendo un hecho eminente, lo que las convierte en máquinas productoras
de deslizamientos de tierra. Las franjas de protección ecológica establecidas
por medio de las ordenanzas municipales han sido desacreditadas, poniendo
en riesgo al sector, se han “regularizando 685 barrios desde 2009 a través de
proyectos de “intervención” y “repotenciación”, dejando a medio camino las
preocupaciones de la ciudadanía. (Bermeo, Guamán, & Perez, 2022).

En el manual de Ordenamiento Territorial y cambio climático se propone


incorporar una metodología para la gestión del riesgo de desastres, en este se
entiende al ordenamiento territorial desde la comprensión de que es el
territorio, este como “espacio físico natural, delimitado política y
administrativamente, en el que se practican las diversas actividades humanas”
(Arce, 2013), en este sentido desde una mirada con mayor amplitud, el territorio
es un conjunto de relaciones dinámicas que se producen en un terreno
determinado entre seres humanos y la naturaleza. También es importante
reconocer que se añade la dimensión política, económica, cultural y social. Por lo
tanto, “el territorio es considerado, así como un producto social e histórico, dotado de
una determinada base de recursos naturales, de ciertas formas de producción,
consumo e intercambio; y de una red de instituciones y formas de organización que
dan cohesión al resto de elementos (Arce, 2013). Esto permite que se determine la
identidad de la población.

Ahora bien, el concepto de ordenamiento territorial se comprende como:

El proceso que emprenden las Autoridades públicas para identificar,


evaluar y determinar las diferentes opciones para el uso de los suelos, lo
que incluye la consideración de objetivos económicos, sociales y
ambientales a largo plazo y las consecuencias para las diferentes
comunidades y grupos de interés, al igual que la consiguiente
formulación y promulgación de planes que describan los usos permitidos
o aceptables (UNISDR, 2009) citado en (Arce, 2013)

Por lo tanto, el ordenamiento territorial es una normativa que regula el uso de


suelo, esto consiste en definir todos los usos posibles en las diversas áreas
existentes, tomando en cuenta sus particularidades y características principales.
Este es un proceso planificado de carácter político, técnico y administrativo que
busca garantizar la ocupación y uso responsable del espacio, de tal manera que se
consiga una contribución al desarrollo humano tomando en cuenta el aspecto
ecológico sostenible, y que sea socialmente justo.

De manera generalizada la planificación territorial busca:

“La disminución de los conflictos por apropiación y uso del suelo, el


mejor aprovechamiento sostenible de los recursos descubiertos y en
proceso de explotación, la toma de conciencia por parte de los actores
potenciales, las limitaciones de los recursos y los fenómenos naturales
de diversa índole que afectan el libre actuar humano, la armonización de
las actividades productivas con las características del territorio
(potencialidades, limitantes - restricciones y amenazas), o en caso dado
la relocalización de actividades y asentamientos” (Arce, 2013).

Sin embargo, cada región mantiene sus propios matices, tal como lo explica el
cuadro a continuación.
Fuente: Ordenamiento Territorial y Cambio Climático

Dentro de este marco conceptual destacar que las definiciones de ordenamiento


territorial responden a intereses de cada país de la región Andina. Muchos de ellos
toman en cuenta aspectos sociales, económicos y políticos a la hora de definir la
redistribución y uso del suelo, el cuadro siguiente se muestra estas diferencias.

La planificación/ordenamiento territorial se constituye como herramienta eficaz a la


hora de la orientación del desarrollo urbano y rural, donde se puede definir la
destinación del suelo, su uso, y distribución. Con esto se puede destinar los usos
compatibles con cada espacio, además de sus recursos conforme a su ubicación y
potencial natural. Como lo hemos venido estudiando, no solo se trata de la
creación de ordenanzas que añada proceso de tramitación en la construcción de
casas, edificios, etc. Sino que significa precautelar la vida de los seres humanos,
como bien es cierto, no podemos controlar los desastres de carácter natural,
empero podemos controlar la gravedad que estos pueden generar, con esto
reducir el impacto en el ámbito material, y en la preservación de vidas.

Es necesario dar paso a nuevos estudios del suelo en las quebradas estudiadas,
con la finalidad de prevenir el impacto de un posible desastre natural, con esto
reducir los daños, además de preservar el ecosistema natural que no solo ayuda
como aislante de fenomenos , sino tambien ela preservación del planeta y los
recursos necesarios para una vida digna.

Capitulo III

Metodología de la investigación

Metodología

Métodos

Tipos de investigación

Diseño de la investigación

Universo

Población y muestra
Técnicas de producción de datos

Procedimientos de recolección de daros

Técnicas de procesamiento y análisis de datos

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Anexos
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https://biblio.flacsoandes.edu.ec/libros/digital/49578.pdf

https://uees.edu.ec/cuales-fueron-las-causas-que-provocaron-el-aluvion-de-la-quebrada-el-
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