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Ruben Dario
y
El Circo Codona En Nicaragua

Gustavo Adolfo Montalvan Ramirez


Ruben Dario
y
El Circo Codona En Nicaragua

Por Gustavo Adolfo Montalván Ramírez

© 2023
Alcaldía de Managua
La Alcaldía del Poder Ciudadano
Créditos

“RUBEN DARIO Y EL CIRCO CODONA EN NICARAGUA”, es una


producción de la Alcaldía del Poder Ciudadano de Managua, por medio
de la Dirección de Cultura y Patrimonio Histórico Municipal, adscrita a la
Dirección General de Desarrollo Humano.
Autor:
Gustavo Adolfo Montalván Ramírez
Foto de portada:
19 Digital, Medio del Poder Ciudadano.
Supervisión Editorial:
Dirección de Cultura y Patrimonio Histórico,
Alcaldía de Managua.
Arte y diseño:
Octavio Morales Serrano.
Patrimonio Histórico ALMA.
Biblioteca Digital No. 288,
6 Junio 2023.
Managua, Nicaragua.
Centroamérica.
GUSTAVO ADOLFO MONTALVÁN RAMÍREZ

CONTENIDO

CAPÍTULO I......................................................................... Pág. 4

CAPÍTULO II ...................................................................... Pág. 7

CAPÍTULO III .................................................................... Pág. 11

CAPÍTULO IV ................................................................... Pág. 13

CAPÍTULO V .................................................................... Pág. 15

CAPÍTULO VI ................................................................... Pág. 21

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RUBEN DARIO Y EL CIRCO CODONA EN NICARAGUA

CAPÍTULO I

A la edad de 27 años, Rubén Darío experimenta el caso más


curioso de su propia vida, era una autobiografía oral del año 1894,
en Buenos Aires, cuando iba confesando una parte, de los más
viejos recuerdos llenos de fatalidades, a su amigo don Mariano
de Vedia, en una madrugada fría…
La narración de este suceso curioso tiene como fuente de
información, el estudio crítico y biográfico sobre Rubén Darío, en
“Un bardo rei”, del escritor y poeta argentino Arturo Capdevila,
quien lanza la primera edición de su libro, con el título de un
anagrama… Madrid, España, 1946.
En la presentación de esta obra, la Colecciòn Austral de Espasa-
Calpe, S. A., dice en la solapa que sirve de envoltorio de “Un bardo
rei”, que Capdevila se detiene en los años, cuando su biografiado
pasò en la Argentina, y cuenta en una de las anécdotas de Darío,
confesiones que este refiere de su niñez sobresaltada, que en
horas altas de la noche hace a un amigo.
Debemos advertir que el estilo de Arturo Capdevila es
magistral en su narrativa, auxiliado con fechas precisas, fluidez
conversacional en que el diálogo revive momentos de la vida real
del gran poeta nicaragüense, entremezclando versos, hechos
históricos y biográficos.
Pero el estudio crìtico sobre Rubén Darío “Un bardo rei”, no
trae Notas, ni secciones bibliográficas que amparen los capítulos
aquí reunidos. El CAPÍTULO al cual vamos a referirnos, es el
titulado “La estrella cruel”, ubicado en la Segunda Parte, Darío en
la Argentina.

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GUSTAVO ADOLFO MONTALVÁN RAMÍREZ

¿Qué còmo obtuvo los datos registrados Arturo Capdevila


acerca de la anécdota-confesiòn de Rubén Darío a su amigo don
Mariano de Vedia, director del periódico La Tribuna? El no la dice,
y por lo tanto, nosotros no la sabemos.
¿Fue invención de Capdevila, o ciertamente fue real la
conversación entre Rubén Darío y Mariano de Vedia? No estamos
seguro. Lo cierto es que dicha anécdota tiene validez literaria,
por cuanto es una creación perfecta, y cae en el campo de lo
verosímil.
Además, lo que està ahì expresado, se ajusta a lo relatado por
Darío en su Autobiografìa, un poco diferido por el mismo efecto
de la creación literaria.
En caso de que si fue verdaderamente la confesiòn de Darío a
su amigo porteño Mariano de Vedia, tenemos entonces el primer
dato histórico en la vida de Darío, que nos refiere el paso inicial
de su autobiografía, que precisamente dicta y publica en 1912,
para la revista Caras y Caretas, de Buenos Aires.
Hubo entonces en Buenos Aires, Argentina, un precedente
registrado en 1894, y que posteriormente, en 1912, la curiosidad
de los intelectuales bonaerenses quedó ampliamente satisfecha,
con la publicación de Autobiografìa.

DARÍO Y LA TRIBUNA DE MARIANO DE VEDIA

De regreso Darío de su famoso viaje a España, donde


ha participado en las celebraciones del IV Centenario del
descubrimiento de Amèrica por Cristòbal Colòn, pasa por La
Habana, Cuba, el 4 de diciembre de 1892, pero no desembarca…
Sì lo hace, en Cartagena de Indias, Colombia, y visita al doctor
y expresidente Rafael Nùñez, quien le promete el nombramiento
de Cònsul General de Colombia en Buenos Aires. El gobierno
colombiano expide el nombramiento el 17 de abril de 1893, y
Darío realiza el fabuloso viaje de Managua a Buenos Aires, vìa
New York-Parìs.
Encontrándose en Parìs, en los meses de junio y julio, estudia
la nueva poesía francesa, el simbolismo y otros temas que le
interesan. El 13 de agosto de 1893, llega por fin a Buenos Aires.
Aquí Darío se reincorpora a los dos grandes diarios como son:

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RUBEN DARIO Y EL CIRCO CODONA EN NICARAGUA

La Naciòn y La Tribuna, cuyo director de este último es don


Mariano de Vedia, quien le ofrece un sueldo regular a cambio que
Darío escriba y publique versos y prosas.
Cumple y sobrepasa Darío su compromiso adquirido y
publica “Càtedra y Tribuna”, “Este es el recuerdo de la princesa
Diamantina”, “La batalla de las flores”, “las razones de Ashavero”,
según Edelberto Torres en La dramática vida de Rubén Darío.
“Las razones de Ashavero” es una fàbula periodística
ensayada de Rubén Darío, la cual fue publicada en La Tribuna,
de Buenos Aires, 20 de noviembre, 1893, según nota del escritor
nicaragüense Josè Santos Rivera, en su obra Rubén Darío en su
tiempo, Editorial Nueva Nicaragua, Managua, segunda edición,
1981, pp. 27-32.

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GUSTAVO ADOLFO MONTALVÁN RAMÍREZ

CAPÍTULO II

LA CASUALIDAD Y EL ACASO

Asì, querido Vedia, ¿Còmo no había de suceder de otra


manera?...
–La casualidad y el acaso son dos hijos ilegìtimos tal vez, pero
muy hijos de la felicidad.
–¡Mi conducta; Soy todavía muy niño cuando me siento atraído,
mas no como todos los niños, por las lonas del circo. Yo entro sin
pagar, cargando el instrumento de alguno de los buenos músicos.
Es que estoy enamorado, Mariano de Vedia. Estoy enamorado de
una rubia volatinera.
–Y el corazón le da saltos mortales.
–¿Saltos mortales? El caso es màs grave aùn. Y es que
comienzo a pensar que la carrera debo abrazar es la de acróbata…
Quiso Dios que hiciera esta confidencia al payaso. Le digo que
he perdido el seso por la niña y que me propongo unir mi destino
al de la compañía… A la sensatez de un payaso, deben las letras
que yo no llegase a ser un as de la cuerda floja.
–¿Y después?
–Mi presunta madre, por esos días, buscándome oficio, me
puso de aprendiz de sastre. Y tampoco servì. Ni para sastre como
el del Campillo, que daba las gracias y ponìa el hilo. Por este
tiempo conocì a mi verdadera madre; hacia la pubertad, cuando
nace el otro yo que hay en nosotros.
Una señora vestida de negro que me abraza y me besa llorando,
sin hablar palabra.

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RUBEN DARIO Y EL CIRCO CODONA EN NICARAGUA

Fue la vecina, en cuya casa sucedìa esto, quien me dijo: Esta


señora es tu verdadera madre. Se llama Rosa y ha venido a verte
desde muy lejos.
De sombra y de misterio està hecha esta mujer enlutada que ha
venido desde muy lejos… Desde tan lejos, que yo no lo hubiera
imaginado en ninguna lontananza, a fe mìa.
Y adelante con mi sino. Leo, estudio, arrebato los libros, acaso
para olvidarme de aquello. Quiero saberlo todo; hago versos.
Adolescente apenas, profesè ideas, soy extremista… Pero
hemos llegado hasta mi casa, Mariano de Vedia. Estoy cansado.
Tengo sueño. Y ya es muy tarde. Poco màs, y la del alba será…
Otra noche seguiremos hablando. Ahora adiós.
Habla el autor omnipresente: Vamos a decir algo màs sobre
este trabajo de Arturo Capdevila; “La estrella cruel” es un
ensayo literario bien logrado, donde se supone a Rubén Darío
conversando con don Mariano de Vedia, por las calles de Buenos
Aires, que saliendo del periódico La Tribuna, se dirigen a la casa
de habitación de Darío.
Analizando las palabras que relataban confidencias del poeta
al director de La Tribuna, veamos por ejemplo cuando dice el
relator: “Oiga usted…” este es el llamado de atención del primer
indicio de un supuesto. Capdevila se imagina que es posible que
Rubén pudo haber contado o transmitido algo de su vida ìntima
al señor de Vedia.
La advertencia, “por ejemplo…”, es otra idea de suposición
que aparece en la primera frase de esa exposición de Capdevila;
podemos pensar al respecto, que en el transcurso de una vida,
la persona cuenta a alguien que le escuche el desahogo de su
propia historia.
No es exagerado afirmar que casi todo el mundo cuenta su
propia historia confidencial con la que se identifica. Y la confiesa
a sus amigos, a la gente extraña, a la novia, a su jefe, a sus hijos,
etc. En cualquier tiempo, ya sea en la juventud, en la madurez,
en la vejez.
En este sentido nos atrevemos a decir que “todo el mundo
es autor o intèrprete de su propio ensayo autobiográfico”.
Recordemos aquí la frase de don Gregorio Marañòn: “la vida

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GUSTAVO ADOLFO MONTALVÁN RAMÍREZ

es un puro ensayar”, es decir, que cada quien hace las cosas


o vive a su manera, de acuerdo a condiciones biológicas o de
circunstancias.
En la exposición de Capdevila, el lector puede observar que
no todo lo dicho ahì, en “La estrella cruel”, va de acuerdo a la
Autobiografìa. Por ejemplo; cuando Capdevila inserta en la
conversación narrada, el poema “Los bufones”, y que antes se
advierte entre paréntesis “(Todo lo cual, andando el tiempo, puso
en un soneto el poeta”, en un soneto que titulò, naturalmente,
“Los bufones”, y que dice asî:…”
Aquì Capdevila hace uso de su propia erudición, y de
recursos literarios para ensayar un “posible” o “verosímil cuento
autobiográfico” de Rubén transmitido a don Mariano de Vedia,
pues el autor (Capdevila) no menciona para nada la fuente de
información de esta conversación.
Y no solo, pensamos aùn, que esta conversación ocurrió una
sola vez; y quien sabe cuàntas otras veces, contò Rubén de su
vida a sus amigos, ya en Centroamèrica, ya en Amèrica del Sur,
Estados Unidos o Europa.
Por lo demás, nos resta agregar que el clímax de este ensayo
del argentino crìtico, llega a su culminación cuando hace hablar
en voz admirativa a Rubèn: “¡Dos fuerzas locas me crearon: la
Casualidad y el Acaso!”.
Varias de estas confidencias las dice Rubén Darío en un
salòn cervecero llamado el “Auer`s Keller”, que estaba de moda
en aquel tiempo en Buenos Aires, Allì, en ese lugar, convergen
amigos poetas y artistas que, animosamente, le escuchaban sus
emociones entre cerveza y cerveza.
De este ambiente social del “Auer`s Keller” contado y ensayado
por Arturo Capdevila, lo acoge con buen suceso el profesor
Edelberto Torres en La dramática vida de Rubén Darío,
Asimismo la poetisa y escritora española Carmen Conde, en su
obra Acompañando a Francisca Sànchez (Resumen de una vida
junto a Rubén Darío). Castilla 1957, Nicaragua 1954. Ella toma
notas de “La estrella cruel”, del libro de Capdevila, y las inserta en
su ensayo titulado “Parìs de nuevo”. Ver pp. 69-72, Cap. I.

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RUBEN DARIO Y EL CIRCO CODONA EN NICARAGUA

En esta sección “Parìs de nuevo”, Carmen Conde no hace


mención del libro de Capdevila, como tampoco de la conversación
supuesta entre Rubén Darío y don Mariano de Vedia.
Sin embargo, la señora Conde continùa transcribiendo a
Capdevila de su Segunda Parte “Darío en la Argentina”, IV, “El
sino amoroso”, y Con de ahora sì menciona al señor Arturo
Capdevila, y elogia la obra de este como “gran libro sobre Rubén
Darío”, en la exposición “Cierto Rubén Darío a través del tiempo”
Acompañando a Francisca Sànchez, Cap III, pp. 215 – 218.

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GUSTAVO ADOLFO MONTALVÁN RAMÍREZ

CAPÍTULO III

“La Casualidad y el Acaso en Rubén Darío”1

EL NIÑO FÈLIX RUBÈN ENAMORADO DE UNA VOLATINERA

Managua, 14 de Enero, de 2023


Tendrìa acaso el niño Fèlix Rubén Garcìa Sarmiento la edad
de trece o catorce años, cuando asomò de nuevo a la carpa del
circo en ciudad de Leòn, y que la propaganda callejera de unos
dos payasos, atraía a los niños curiosos.
Pero al niño Fèlix Rubén no le atraía nada, salvo la mirada de
una niña que trabajaba en el circo y que tenía quizás entre 11 y
12 años… que era dotada en sus habilidades de ensayos, en las
demostraciones de volantines sobre la lona.
El ingenioso niño se las había arreglado asimismo en pasar a
las funciones del programa infantil, desfilando antes de la entrada,
llevando consigo un instrumento musical en las manos, propiedad
de uno de los músicos…
Asì entraba de manera gratuita aquel niño que saciaba su
deseo de penetrar al circo sin un centavo en el bolsillo, y que los
músicos le tenìan aprecio a ese deseo solicitado de antemano.
Pero todo aquello era premeditado en la mente del niño
prodigioso y además precoz en los saltos mortales acrobáticos,
pero que eran saltos del corazón… èl había confiado a uno de
los payasos que èl llegaba por ver a la preciosa niña de los
volantines…
1.-  Ensayo de Gustavo Adolfo Montalván Ramírez Diario La Prensa, lunes 28
de enero de 1985.

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RUBEN DARIO Y EL CIRCO CODONA EN NICARAGUA

Esto sucedió tal vez en tres ocasiones pero al final de los


deseos, todo se desvaneció, cuando entraron en plàticas uno de
los payasos confidentes con el niño Fèlix Rubèn…
–Pero es que vea señor Payaso- decía el niño: yo vengo a
ver a la artista niña rubia que me encanta, y quizás ya estoy
enamorado de ella, y me gustaría hablar con Hortensia Buislay
si me lo permite…
–Tus deseos infantiles son difíciles de cumplir…- respondìa el
Payaso, y lo quedaba viendo en su pequeñez… agregando… tù
eres muy niño todavía y la niña Hortensia lo es màs todavía… eso
es imposible para los dos…
–Pero señor Payaso, tengo uso de razón y sentimientos con
los cuales doy pie a mis pretensiones, y solamente usted puede
darme ese acceso en hablar con Hortensia…
–Te aconsejo querido niño que no continúes en tu propósito de
acceder a la niña Hortensia, basta con haberla visto a distancia,
ella trabaja en el circo y està prohibido abordarla, y menos otro
niño igual a ella…
Escuchò este final el niño Fèlix Rubèn, y sintió que todo se
desvanecía en aquella loca ilusión de una loca Casualidad… El
niño sobrecogido asimismo se retirò de aquèl lugar cuando se
anunciaba:
“¡Adelante los niños con sus padres!, ¡adelante y pasen a ver
las curiosidades de este circo Americano, y vean las acrobacias
de la rubia volatinera! ¡Disfruten los niños para ver a sus amigos
los Payasos que les harán reír a carcajadas!...
Y asì fue el desenlace de aquella primera fatalidad infantil, y
que pasò a la historia como uno de los capítulos dramáticos, de
un amor imposible, en el tardìo Romanticismo en Amèrica, del
final en el tercer tercio del siglo XIX…

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GUSTAVO ADOLFO MONTALVÁN RAMÍREZ

CAPÍTULO IV

EL DRAMA MAS FUERTE FUE CON UNA DAMA VESTIDA


DE NEGRO, EN AQUEL NIÑO CUANDIO VIO EL ROSTRO DE
ELLA… Y ELLA LO BESABA SIN HABLAR… Y ELLA ERA,
SU VERDADERA MADRE…

Corrìa el año de 1876, cuando murió de repente el coronel Fèlix


Ramìrez Madregil esposo de doña Bernarda Sarmiento, ambos
padres adoptivos del niño Fèlix Rubén Garcìa Sarmiento.
La noticia de su muerte, había corrido de boca en boca en
aquellos tiempos de lentitud noticiosa… y presumiblemente, los
familiares màs distantes recibieron con mucha pena y tristeza el
final de vida del coronel Ramìrez…
Pero una mujer vestida de negro debió haber sentido con
mucha pena y aflicción, la triste noticia de su estimado deudo,
y se hizo presente en las cercanías del vecindario de la casa de
doña Bernarda Sarmiento…
¿Por què sería que la señora llegaba vestida de negro? Lo màs
probable es que en aquellos tiempos, cuando un familiar morìa,
las mujeres, màs que los hombres, guardaban estricto tiempo de
luto en sus vestimentas, y en ciertos comportamientos sociales…
La mujer desconocida de aquellos instantes luctuosos, debió
haber platicado unos momentos confidenciales con otra señora
vecina, y ambas debieron haber planeado en llamar sigilosamente
al niño de seis o siete años de edad…, y asì fue que, la vecina
introdujo al niño a su casa y le dijo “Esta señora te busca y es tu
verdadera madre”…

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RUBEN DARIO Y EL CIRCO CODONA EN NICARAGUA

Cuànta sorpresa y cuànto dolor corrieron en segundos en


ambos seres!!!… El niño completamente sorprendido de ver el
rostro de una mujer vestida de negro, y era un rostro agradable
y que reflejaba belleza …, mientras que la dama se tirò al cuerpo
del niño, y lo abrazò y besaba angustiosa, y cuànto amor maternal
reprimido por años, se desbordò en unos minutos dramáticos, y
explotaron en làgrimas en el corazón de la mujer…
Ella indiscutiblemente ya, descubierta por la vecina quien dijo al
niño, en voz entrecortada “…ella es tu verdadera madre…, ella es
doña Rosa Sarmiento!!!”…, y la madre, efectivamente besaba a
su hijo sin decir nada… mientras lloraba al borde de un desmayo
…, y todo pasò muy rápidamente como una escena teatral…
La imagen de la señora vestida de negro, fue convertida en un
triste y fatal abrojo poético escrito en Chile, a la edad de veinte
años, y fue motivo de cierta curiosidad entre los poetas jóvenes
que leyeron “No quiero verte madre…”
Sin embargo, esa escena fue incorporada con cierto lamento
y enorme pena interna, por aquel niño que fue creciendo en el
tiempo, pero la imagen de ella no se borraba, hasta el punto que
el drama fue incorporado en La vida de Rubén Darío escrita por
èl mismo.

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GUSTAVO ADOLFO MONTALVÁN RAMÍREZ

CAPÍTULO V

RUBEN DARIO EN EL CIRCO TRAS HORTENSIA BUISLAY

Vayamos ahora a otro escenario. Hubo una vez, en la ciudad


de León, dos funciones públicas relacionadas con la cultura y el
arte. Una tenía que ver con el teatro de esos momentos, la otra
con el circo, los payasos, las demostraciones acrobáticas, y otros
números selectos musicales.
La primera de estas dos funciones, fue la presentación de una
serie de comedias de costumbres españolas, organizadas por
la Compañía de Teatro del señor Cucalón, su esposa y demás
artistas; ellas exhibieron lo mejor en su dominio en el arte de las
tablas, demostrando sus bellas dotes. La comedia se refería al
hijo del Fígaro, “Los Juicios de Dios”.
La segunda se trataba en la misma noche, según programa
distribuido en los anuncios callejeros, el show circense de una
compañía acrobática, que hizo competencia con el teatro.
Demás está decir que las funciones de dicho espectáculo,
atrajeron a sus distinguidos públicos, ávidos de pasar entretenidos
en aquellas tristes noches de la vieja ciudad colonial. Una linda
crónica de teatro (relatado en la entrega 3), refiere los dos casos,
en el periódico literario El Ensayo, León, Julio 18 de 1880.
Es importante conocer estos datos, porque contribuyen a
despertar en nuestra imaginación, y a la vez misma, a ampliar
las referencias que nos da Darío al hablarnos de la saltimbanqui
norteamericana, una linda jovencita de nombre Hortensia Buislay,
por la que el mismo poeta se confiesa locamente perdido por su
estructural figura, que al vaivén de sus habilidades acrobáticas
en las cuerdas y suspendida en el aire, el precoz adolescente,

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RUBEN DARIO Y EL CIRCO CODONA EN NICARAGUA

a la edad de trece años y medio, sufre el tormento de sus ojos


enamorados.
El niño con alma de poeta, se hace amigo de uno de los
payasos, un clown; vestido de músico, portando una especie de
clarinete, o de órgano melódico, o de un acordeón sujeto a su
pecho, el audaz niño entra al circo gratuitamente en pos de su
ilusión inolvidable.
El talento que derramaba el niño poeta, jamás fue
desaprovechado. No por estas condiciones, debió el niño poeta,
desaprovechar, pero lo más seguro, presumimos nosotros, sus
lectores del siglo XX, era noche de gala y doble presentación ante
el público leonés, el adolescente Darío no debió perderse el acto
teatral; al día siguiente, y los subsiguientes, no perdió ninguna
función del circo en que aparecía la muchacha blanca, rubia y de
ojos azules, Hortensia Buislay.
Deseo insistir en este tema, y voy ampliar el relato por los
archivos de datos que enriquecí en mi obra del 2007, titulado
Rubén Darío y la Literatura Norteamericana, donde expuse lo
siguiente:

EL DULCE RECUERDO DEL CIRCO CODONA

Estamos frente al problema que tenemos varios caminos que


recorrer, que son diferentes puntos de vista sobre un mismo tema,
para que apreciemos los distintos ángulos y quede atrapado para
la historia, el pasaje del Circo Codona en Nicaragua, allá por los
años de 1880.
Asumimos que era el Circo Codona, como se dice repetidamente
en el texto de don Francisco Baltodano, pues de no ser así, ello
implicaría un error de imprenta.
Ustedes, mis queridos amigos lectores, ya deben de saber
que antes que el poeta niño se enamorase de su prima Isabel
(Inés en unos de sus cuentos), se había enamorado (más bien
diríamos que perdiendo “el juicio”), de una niña encantadora con
piel de porcelana, o tan tersa como las ninfas que aparecían en
las verdes praderas que bordeaban el Olimpo griego, de nombre
Hortensia Buislay. Es claro que su apellido la delataba como una
fémina norteamericana.

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GUSTAVO ADOLFO MONTALVÁN RAMÍREZ

¿De cuántos años tendría el adolescente poeta niño por este


tiempo del “Circo Buislay”? Bueno, en su Autobiografía Darío, lo
sugiere cuando va a cumplir los trece años de edad. ¿Sería acaso
el año de 1879, cuando está por terminar el período de gobierno
del doctor Pedro Joaquín Chamorro Alfaro (1875 – 1879)?
De ser así, esto ocurriría en la ciudad de León, pues el
“Circo Buislay”, era un circo ambulante que andaba de visita
por varios lugares de Nicaragua, pues como lo dice Darío, y lo
asegura también la maestra Josefa Toledo de Aguerri en su obra
Enciclopedia Nicaragüense, compendio de laRevista Femenina
Ilustrada.
En el relato se dice cuando ella era una niña de 7 o 9 años de
edad (1873 ó 1875), y asistía a la escuela elemental de primaria,
de doña Paulina de la Vega, en la ciudad de Masaya, la niña
Toledo dice que tuvo conocimiento del “Circo Wisllay”2, el cual
sería el mismo que vio y asistió luego Dariíto, pero en el año
de 1882, cuando ha cumplido los quince años de edad, bajo la
administración de Joaquín Zavala (1879 – 1884).
Sin embargo, tenemos ligeras sospechas de que ambos
personajes se equivocaban de la fecha exacta en que tuvieron
la presencia del referido circo, porque como veremos, el relato
de Darío asegura en su Autobiografía que eso ocurriría antes
de cumplir los trece años, no especificando tampoco si asistió al
circo en la ciudad de León o en Managua.
En el Capítulo VII de Autobiografía, de Rubén Darío, se lee:
“Florida estaba mi adolescencia. Ya tenía yo escritos muchos
versos de amor y ya había sufrido, apasionado precoz, más
de un dolor y una desilusión a causa de nuestra inevitable y
divina enemiga: pero nunca había sentido una erótica llama
igual a la que despertó en mis sentidos e imaginación de niño,
una apenas púber saltimbanqui norteamericana, que daba
saltos prodigiosos en un circo ambulante. No he olvidado su
nombre, Hortensia Buislay.
Como no siempre conseguía lo necesario para penetrar en
el circo, me hice amigo de los músicos y entraba a veces, ya
con un gran rollo de papeles, ya con la caja de un violín; pero
mi gloria mayor fue conocer al payaso, a quien hice repetidos

2.-  Escrito así de esta manera diferente a “Buislay” como lo escribe Darío.

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RUBEN DARIO Y EL CIRCO CODONA EN NICARAGUA

ruegos para ser admitido en la farándula. Mi inutilidad fue


reconocida. Así, pues, tuve que resignarme a ver partir a la
tentadora, que me había presentado la más Hermosa visión de
inocente voluptuosidad en mis tiempos de fogosa primavera.”
Después de leer esto, nos imaginamos que a Rubén se le iban
los ojos tras el físico maravilloso de aquel arcángel volador en
el trapecio de vistosos colores allá en las alturas. Es el tiempo
del período de miel y mirra, que en la adolescencia, se notan los
primeros versos de amor con expresiones circenses.
La primera publicación que se tenga noticia acerca del poemita
escrito en décima clásica española, “Al vuelo de Hortensia”, fue
en el libro de Francisco Baltodano titulado Motivos de recordar,
editado en Managua, en el año 1923 (pp. 46 – 9), donde se cuenta
la anécdota de 1882, narrada por don Alonso Irías, al referirse a la
partida de Hortensia Buislay.
También en el periódico El Centro Americano, publicó el 25 de
febrero de 1882, una crónica con la guía “La Compañía del Sr.
Aguilera, en el Circo Codona”, donde se reporta que hubo una
fiestecita de despedida al personal del Circo Codona, en que la
niña Buislay fue la principal heroína de la fiesta, según lo comenta
también el escritor nicaragüense Ernesto Mejía Sánchez.
Dice, el doctor Francisco Baltodano, en su libro Motivos de
recordar:
“Aconteció un día de tantos que llegó a la ciudad de León
en el año de 1880, y se instaló en el barrio de la Estación
del Ferrocarril, según los cronistas, un circo que se llamó
CODONA, y que entre los trabajadores había una niña muy
linda, trapecista que se llamaba Hortensia Buislay. Darío les
platicó, a un grupo de amigos leoneses, hablando de asuntos
de literatura y anécdotas risibles y nostálgicas, sobre su
enamoramiento de la cirquera Hortensia Buislay.
Pues bien, todas las noches, después que Darío la miró por
primera vez, visitaba el circo haciéndose pasar por músico,
pues solicitaba algún instrumento a ellos para dejarlo pasar
a ver las funciones. Emocionado contaba el poeta que una
vez, armado de valor y decididamente, se fue a entrevistar
con el dueño del circo, sincerándose que le diera trabajo
en el circo para irse con todos ellos, como enamorado de

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GUSTAVO ADOLFO MONTALVÁN RAMÍREZ

Hortensia, pero con tal mala fortuna el contrato se terminó en


las presentaciones de la ciudad de León, y el circo que era
errante levantó carpas y ya no amaneció en su local.”
Los amigos del niño poeta, al escucharlo hablar sobre sus
intenciones que él tenía de pretender a Hortensia Buislay, le
desafían a que escriba una décima terminando con la expresión
“huyó de mí la ilusión”.
Y ahora tenemos con ustedes:

AL VUELO DE HORTENSIA

Pues yo estaba enamorado


de una chica encantadora,
tan hermosa como Flora
y hermana del Niño Alado,
de su mirar hechizado
y su voz que es dulce son,
una ferviente pasión
inspiró en el alma mía;
pero ahora, en este día,
“huyó de mí la ilusión”.
Rubén Darío
Febrero de 1882.
Comentario: “Melancólica sinfonía” fue el título del Prólogo de
Rubén Darío para el libro de poesías de su amigo, el español Don
Gregorio Martínez Sierra, Teatro de ensueño3, con ilustraciones
líricas de Juan Ramón Jiménez.
En dicho prólogo, Darío trae a su memoria aquellos dulces
recuerdos de adolescencia y juventud, y de la primera con goces
sensuales, el poeta dice:
“… o bien en León de Nicaragua, cuando con mis catorce
años encendidos quise irme en seguimiento de Hortensia
Buislay, la niña ágil, errante silfo del salto, que mostró a mis
3.-  Editado por la revista Renacimiento, de Madrid, 1911, (pp. 9 – 15). Tercera
edición.

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RUBEN DARIO Y EL CIRCO CODONA EN NICARAGUA

ojos asombrados por primera vez el divino misterio de los


muslos femeninos, redondeos de vida,, bajo el rosa de la malla,
haciendo por su iniciación danzar de gozo al sátiro que habita
los jardines de mi alma. Seguramente fue “por el sendero
florido”, pues esas sospechas de recuerdos trascienden al
corazón de las rosas.”
Pero ahora volvamos al asunto de las producciones de sus
versos. Haciendo gala de su prodigiosa imaginación, “el poeta
niño” saca a luz otro poemita octosílabo “A.M.” firmado por
otro anagrama, “Bernardo I.U.”, en el mes de Julio de 1880,
y publicado en El Ensayo, No. 5 León, 1 de Agosto de 1880.
Sucedió que para los primeros días del mes de octubre de 1880,
había llegado procedente de El Salvador, su pariente mayor en
edad, en dos o tres años, Román Mayorga Rivas, quien se había
granjeado de buenas amistades en San Salvador, donde dejara
impreso su libro La guirnalda salvadoreña.
En esta obra incluyó composiciones de jóvenes poetas bajo
influencia de la moderna lírica francesa, entre ellos Francisco A.
Gavidia, y esto fue suficiente motivo en el alma del “Poeta niño”
para decir elogios a tan distinguido viajero.

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GUSTAVO ADOLFO MONTALVÁN RAMÍREZ

CAPÍTULO VI

GENEALOGÎA DE LOS ARTISTAS CIRCENSES DE


APELLIDO CODONA

¿Què se hizo Hortensia Buislay, la trapecista niña de la


acrobacia en su vuelo?
Veamos el siguiente organigrama genealógico de la
descendencia de apellido Codona:
Henry Codona y Victorina Requier (1841-1924) se casaron en
un lugar de Francia, y emigraron a Mèxico.
Ellos tuvieron dos hijos, que nacieron el 21 de octubre de 1859,
y sus nombres de pila bautismal, fueron; Enrique y Eduardo
Codona.
Despuès se agrega otro medio hermano de nombre William.
Eduardo Codona (1859-1934) se casa en Mèxico, en 1883, con
Hortensia Buislay (1869-1931).
Sus hijos: Alfredo, nace el 7 de septiembre de 1893, en
Hermosillo, Mèxico. Y su hermano Lalo, nace el 20 de octubre de
1895, en Zitàcuaro, Mèxico.

LA HISTORIA DEL “CIRCO CODONA”

Esta historia del “Circo Codona”, fue adaptada a nuestra versión,


tomada primeramente de la página Web de Circopedia.org con su
tìtuloa: “The Codonas – Trapecio volador” por Dominique Jando.
El relato se remonta con la aparición de Henry Codona, el
abuelo de esta historia, que llegó a ser la figura principal de una
descendencia de suizos-italianos.

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RUBEN DARIO Y EL CIRCO CODONA EN NICARAGUA

Pero la historia comienza con firmeza con el casamiento de


Henry Codona con Victorina Requier, una mujer francesa. Ambos
ligados a la vida de circos emigrantes de mediados del siglo XIX.
Ellos tuvieron dos hijos: los niños Enrique y Eduardo, luciendo
la misma estrella de nacimiento el 21 de octubre de 1859, en
Mèxico, donde ya habían emigrado de Francia, tanto Henry como
Victorina.
Aquì debemos recordar, que después de la gira del ·”Circo
Codona” por Nicaragua, hacia 1880 y 1881, y de algún otro país
centroamericano, regresaron a Mèxico.
Fue cuando Eduardo Codona, de 23 años de edad, casò en
1883, con la trapecista aérea Hortensia Buislay, de 13 años de
edad, su prometida de unos dos o tres años antes.

PÂGINA DE VIDA DE HORTENSIA BUISLAY

Hortensia Buislay había nacido en Mèxico, en el seno de una


familia de circenses franceses, que ligaron con la descendencia
de los Codona, antes de viajar a Centro Amèrica.
Està catalogada Hortensia Buislay como una joven circense
emprendedora, y quien fuera admirada por unos tres días, por
Rubén Darío, hasta el punto de componer una dècima en “El
vuelo de Hortensia”.
Esto significa que Darío, ya enamorado de ella, la vio volar por
los aires en su presentación de trapecio volador.
Pero ahora, el intertexto histórico nos dice que Hortensia Buislay
fue madre de cinco hijos, y todos ellos, artistas acrobáticos de
renombre.
Ya casada con Eduardo Codona, Hortensia y su marido
organizaron su propio circo en Mèxico.

PÂGINA DE VIDA DE EDUARDO CODONA

Eduardo Codona fue el creador del gènero del trapecio aèreo,


a mediados del siglo XIX.
Desde sus inicios, Eduardo actuó solo, en todas sus
presentaciones acrobáticas en el trapecio volador; èl se

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GUSTAVO ADOLFO MONTALVÁN RAMÍREZ

columpiaba volando de un lugar a otro punto, entre los trapecios


de cuerda y barra, haciéndolo de manera única y causaba asonbro
y angustia, que en sus peripecias, no había una red protectora en
una fatal caída posible.
Con el tiempo, Eduardo Codona se caracterizò siempre como
un artista sumamente atractivo.

LOS HIJOS DE EDUARDO CODONA Y HORTENSIA BUISLAY

Ya habìamo dicho que fueron cinco los hijos entre Eduardo


Codona y Hortensia Buislay. Y ellos nacieron en camino, en los
diferentes viajes que realizaron en Mèxico.
Estos hijos fueron: Alfredo, que nació en el mes de septiembre
de 1893, en Hermosillo, Estado de Sonora. Lalo, que nació en el
mes de octubre de 1895, Zitàcuaro, Michoacàn.
Hubo también otros tres hermanos: Joe, Hortensia y Rosa.
Tanto Eduardo como Hortensia, entrenaron a sus hijos desde
temprana edad, y su empresa tuvo amplia categoría del circo, y
todos ellos fueron especialistas en trapecios aéreos, con actos en
presentaciones únicas.
Esa fue una experiencia que les proporcionò un estllo de vida
circense migratoria, de errantes vidas, de grandes atracciones
pùblicas, en los lugares por donde iban visitando en su larga
trayectoria.
Fin…

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