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El perro y el oso

Había una vez un perro llamado Max que vivía en una pequeña cabaña en el bosque. Max era
un perro grande y amigable, con un pelaje marrón y negro y una cola que siempre estaba
moviéndose. A menudo pasaba sus días persiguiendo ardillas y jugando con sus dueños.

Un día, mientras Max estaba en el bosque, se encontró con un oso salvaje. El oso era enorme y
peludo, y parecía muy enojado. Max tembló de miedo, sin saber qué hacer.

Sin embargo, en lugar de atacar, el oso comenzó a hablar con Max. "Hola, soy Ben", dijo el oso.
"No te preocupes, no te haré daño".

Max estaba sorprendido de que el oso pudiera hablar, pero también se sintió aliviado de que
no quisiera lastimarlo. Ben y Max comenzaron a charlar, y descubrieron que tenían muchas
cosas en común. A ambos les gustaba el bosque y la naturaleza, y disfrutaban de las mismas
actividades al aire libre.

A medida que pasaba el tiempo, Max y Ben se volvieron buenos amigos. Pasaban sus días
explorando el bosque juntos, jugando y charlando. Max aprendió mucho sobre la vida en el
bosque gracias a Ben, quien le enseñó a encontrar comida y agua y cómo evitar peligros como
trampas y cazadores.

Aunque Max estaba feliz con su nueva amistad, sus dueños estaban preocupados por su
seguridad. No querían que Max se acercara demasiado a un oso salvaje, y temían que pudiera
resultar herido.

Un día, los dueños de Max decidieron llevárselo de la cabaña y trasladarlo a la ciudad, donde
estaría más seguro. Max se sintió triste al tener que dejar a su amigo Ben, pero sabía que tenía
que irse.

Sin embargo, una vez en la ciudad, Max se dio cuenta de que no estaba feliz. Extrañaba los
árboles, el aire fresco y, sobre todo, a su amigo Ben. Max decidió que necesitaba volver al
bosque para ver a Ben de nuevo.

Max comenzó a planear su regreso al bosque, y después de varios días de preparación, se


escapó de su casa y corrió hacia el bosque. Cuando llegó, encontró a Ben durmiendo en un
montón de hojas.
Ben se despertó al sentir que Max lo lamía en la cara. "¡Max, estás de vuelta!" dijo Ben,
emocionado.

Max y Ben pasaron el resto del día juntos, jugando y contándose historias. Max estaba feliz de
estar de vuelta en el bosque, y Ben estaba feliz de tener a su amigo de regreso.

Sin embargo, esa noche, Max y Ben se enfrentaron a un peligro real. Un cazador había entrado
en el bosque, buscando a cualquier animal que pudiera cazar. Max y Ben se escondieron detrás
de un árbol, tratando de evitar ser vistos.

De repente, el cazador apareció frente a ellos, apuntando su arma. Max sabía que tenía que
hacer algo para proteger a su amigo. Saltó sobre el cazador, haciéndolo caer al suelo, y
comenzó a ladrar y gruñir.

El cazador se asustó y huyó del bosque, dejando a Max y Ben a salvo. Ben estaba impresionado
por la valentía de su amigo, y juntos regresaron a la cabaña de Max.

Los dueños de Max estaban felices de verlo de vuelta, pero aún más felices de que estuviera a
salvo. Max les contó todo sobre su aventura en el bosque y cómo había salvado a Ben del
cazador.

A partir de ese día, Max y Ben se convirtieron en leyendas en el bosque. Los animales hablaban
sobre su amistad y su valentía, y se convirtieron en un ejemplo para todos los que vivían allí.

Max aprendió que, a pesar de las diferencias, las amistades más fuertes pueden surgir de los
lugares más inesperados. Y Ben se dio cuenta de que, aunque vivía en un mundo peligroso,
siempre habría alguien dispuesto a ayudarlo. Juntos, Max y Ben demostraron que la amistad y
el coraje pueden superar cualquier obstáculo.

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