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Patología esofágica
Este tipo de alteraciones y los trastornos deglutorios constituyen un problema de impacto en los
ancianos debido a la dificultad en el pasaje del bolo alimenticio y también por la estrecha relación
con ciertas complicaciones -como broncoespasmo y malnutrición, por ejemplo- que conllevan un
deterioro de la calidad de vida.
El esófago puede cumplir su función sin generar síntomas; sin embargo, cuando se presentan
enfermedades neurológicas o musculares los mecanismos compensadores son insuficientes y las
consecuencias clínicas pueden ser graves. La disfagia -es decir, la dificultad para que pase el
alimento- es el síntoma cardinal de las alteraciones esofágicas y suele ocurrir en el adulto mayor.
La dispepsia -dificultad en la digestión- es otro de los síntomas de mayor relevancia en este grupo
etario.
En este punto, cabe mencionar la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) debido a que
existe un incremento significativo con la edad en cuanto a la severidad y frecuencia de esofagitis.
Además, el envejecimiento está asociado a una mayor incidencia de esófago de Barret: lesión de
riesgo de cáncer de esófago. La ERGE es una entidad multifactorial en la que influyen diversos
cambios que se dan en esa etapa de la vida: la función del esfínter esofágico inferior (EEI), la
motilidad esofágica, los mecanismos de defensa de la mucosa gástrica y la secreción salivar, pero
también hay factores de riesgo ambientales -sobresale el tabaquismo, la alimentación grasa, el
consumo de cafeína y la obesidad-, alteraciones anatómicas -presencia de hernia hiatal que afecta
la función del EEI y altera el aclaramiento esofágico del ácido gástrico- y fármacos -el potasio, el
hierro, los bifosfonatos y los antiinflamatorios no esteroides (AINE) ocasionan daño directo en
la mucosa esofágica-.
Por otra parte, también es fundamental hacer referencia a la esofagitis por fármacos. La edad se
correlaciona con el número de medicamentos orales que se ingieren y si a esta realidad se le suma
la mala técnica en el uso de fármacos, entonces da como resultado una elevada frecuencia de
estas complicaciones en los adultos mayores. Clínicamente se caracteriza por dolor torácico
y disfagia que suele aparecer poco tiempo después de la ingesta del fármaco, pero en algunos
casos se presenta varios días después de concretada esa acción.