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Una relación sexual sana:

1. Es desprendida, no egoísta


Una relación sexual sana tiene que ver más con dar que con recibir. El esposo y la esposa se
enfocan más en satisfacer las necesidades del otro que en cumplir sus propios deseos. Si
ambos se centran en el otro, la mayoría de las dificultades se superan. El qué hacer, o cómo,
cuándo, donde, cuántas veces… esas preguntas se responden, en la mayor parte de los casos,
yendo en la dirección de lo que el cónyuge quiere.
 
2. Es honesta
El esposo y la esposa pueden ver las preguntas del “cómo, cuándo, donde, con qué frecuencia” de
forma distinta, pero ambos expresarán con honestidad y amabilidad sus deseos, miedos,
frustraciones y más. Aunque ambos intentan cumplir con las necesidades del otro, ninguno se
sentirá forzado a implicarse sexualmente en algo que les haga luego sentir resentimiento hacia el
otro.

 
3. Tiene etapas, temporadas
La vida, y el matrimonio, tienen estaciones, temporadas, con distintas necesidades en lo íntimo. No
cada encuentro sexual tendrá el mismo nivel de emoción o satisfacción. Los aspectos más
importantes del sexo cambiarán en las distintas etapas del matrimonio.
 
4. Es relevante, importante
El sexo no es “solo sexo”, es un tipo de intimidad entre esposo y esposa realmente importante.
Se ha de tratar como algo valioso, un don precioso que vale la pena guardar, en el que se ha
de trabajar, en el que vale la pena mejorar, hacerlo prioritario, invertir en ello, rezar por ello. No
hay que menospreciarlo como un añadido menor.
 
5. Es regularmente irregular
La vida sexual puede ir cambiando: de frecuente a ocasional, de emocionante a confortable, de
satisfactorio a frustrante… depende de la salud física, el estrés de la vida y otros factores. En una
relación sana, el esposo y la esposa están comprometidos a unirse físicamente, a reconectar
así con frecuencia, pero con libertad, sin presiones legalistas.
 
6. Es exclusiva
Los cónyuges se mirarán el uno al otro exclusivamente, no mirarán a ningún otro lugar para
el cumplimiento de sus deseos y necesidades sexuales. La intimidad sexual con una tercera
persona está fuera de los límites de una sexualidad sana, pero lo mismo sucede con la
pornografía, el exceso de intimidad emocional con otra persona, etc…
 
7. Es segura y sanadora
Una relación sexual sana permite exponerse, vulnerable, sin ser herido. La relación sexual (o su
aplazamiento) no se usa para castigar, para controlar ni para herir. Que te vean por completo,
que te conozcan, y que aún así te amen y acepten, es una experiencia maravillosa y sanadora, que
sana heridas específicas del pasado, o las comunes de la debilidad humana.
 
8. Es imperfectamente perfecta
Cada matrimonio es la unión de dos personas imperfectas, y lo mismo sucede con sus relaciones
sexuales. Como en cualquier otro ámbito de la vida matrimonial, casi con seguridad en algún
momento herirás a tu cónyuge, y él te herirá a ti. Por lo tanto, una relación sexual sana incluye el
perdón sincero y una mejoría continua.
 
9. Es más que física
El acto sexual es el aspecto físico de una intimidad bien trabajada. Por eso, nunca es “sólo sexo”.
Esta intimidad completa incluye amistad, perdón, lazos emocionales, entendimiento mutuo y
conexión espiritual. La sexualidad marital completa incluye todas esas cosas.

Las relaciones sexuales permiten satisfacer las necesidades físicas y emocionales de un hombre y
una mujer que ya mantienen una estrecha relación afectiva.

 "¿Qué se le permite hacer o no hacer en el sexo a un matrimonio cristiano?"

Respuesta: La Biblia dice que “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a
los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.” (Hebreos 13:4). La Escritura nunca dice lo que a
un esposo y esposa se les permite hacer sexualmente. Los esposos y esposas son instruidos, “No
os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo e mutuo consentimiento...” (1 Corintios 7:5a).
Este verso quizá establezca el principio para las relaciones en el matrimonio. Cualquier cosa que
se haga, debe ser de común acuerdo. Ninguno debe ser alentado o forzado a hacer algo con lo
que no se sienta cómodo o piense que está mal. Si el esposo y la esposa concuerdan en que
quieren tratar algo (por ej.; sexo oral, diferentes posiciones, juguetes eróticos, etc.) – entonces la
Biblia no da ninguna razón por la que ellos no puedan probarlo.

Hay pocas cosas que sexualmente hablando jamás estarán permitidas en una pareja casada:
Practicar el “intercambio de pareja” o el “incluir a una tercera persona”, evidentemente eso es
adulterio (Gálatas 5:19; Efesios 5:3; Colosenses 3:5; 1 Tesalonicenses 4:3). El adulterio es un
pecado, aún si tu esposo(a) lo permite, lo aprueba o aún participa en ello. La pornografía invoca a
“...los deseos de la carne, los deseos de los ojos...” (1 Juan 2:16) y es por ello que es condenado
por Dios. Aparte de estos dos puntos, no hay nada en la Escritura que específicamente prohíba
hacer a un esposo y esposa entre ellos – mientras sea de mutuo consentimiento.

Desde enfermedades, falta de conexión con la pareja y descoordinación con el deseo del otro. Son
varios los factores que pueden truncar la satisfacción en la vida íntima de una persona.

Tal vez por temor o hasta vergüenza, alguien podría suponer que no es necesario acudir hasta un
especialista para tratar esos asuntos que perturban la sexualidad. Sin embargo, basta investigar un
poco para saber que son varios los que llegan hasta las consultas, aquejados de los mismos
problemas.

Es por esto que The Huffington Post les preguntó a varios sexólogos estadounidenses cuáles eran
los temas que más se repetían entre sus pacientes e hizo una lista de los más comunes. La buena
noticia es que la gran mayoría se pueden solucionar con una base sólida de comunicación con la
pareja.
Algunos de ellos son:
-Disfunción eréctil: Los problemas masculinos por mantener una erección suelen ser uno de los
temas comunes que los sexólogos norteamericanos ven en sus consultas.
Según señaló el doctor Bruce Berman, la ansiedad es el común denominador que interfiere en la
vida sexual de los hombres. “Si el hombre está en una relación comprometida, el tratamiento para
esto suelen ser ejercicios graduales de tacto entre el hombre y su pareja, que están diseñados
para ayudar al hombre a conectarse físicamente con su pareja sin ningún tipo de presión por
funcionar sexualmente”, explicó.

-Falta de sintonía en el deseo sexual con la pareja: En el caso de las mujeres, varias pacientes
acuden a consulta preocupadas de su inapetencia sexual.
Tal como señalaron los expertos, se debe descartar que haya problemas físicos al respecto, como
que exista dolor durante el acto y que sea eso lo que está condicionando el rechazo, o que la baja
de libido se deba a problemas a la próstata -en el caso de los hombres-, u otra enfermedad como
diabetes.

Cuando se trata de algo más mental, sus causas podrían ser fatiga crónica o estrés, ya sea por el
cuidado de los niños hasta problemas financieros en el hogar.

Otro motivo no menor, es lo bien o mal que está la relación. Según comentó la terapeuta Peg
Hurley, “el deseo sexual puede ser muchas veces un barómetro de la salud de la relación”.

-Falta de tiempo para el sexo: Según la lista de problemas frecuentes, la falta de tiempo libre
para destinarlo a la sexualidad suele ser una queja común en los consultorios de los especialistas.
Sin embargo, uno de ellos aseguró que “el sexo no es cuestión de tiempo”, explicando que muchas
veces, las parejas evitan problemas más graves como eyaculación precoz o falta de autoestima,
tapándolos con la excusa de que no encuentran un espacio para los momentos de intimidad con el
otro.

-Falta de conexión emocional: Estereotipos e ideas preconcebidas de lo que debe ser la


sexualidad, tienen a mucha gente tratando de seguir un guión en su cama, sin estar al tanto de lo
que su pareja realmente necesita, en cuanto aritmo, por ejemplo.
Por otro lado, las distintas etapas de la vida, que incluyen enfermedades, vejez, cambios
hormonales por embarazos y hasta menopausia, requieren un ajuste en la sexualidad de la pareja
que no se deben pasar desapercibidos.
Sin embargo, el desconocimiento de esto ha hecho que muchos acudan a consultas médicas
aquejados de esa falta de intimidad con el otro.

-La infidelidad y/o la decadencia de la vida sexual: Al parecer, no es poco frecuente que lleguen
hasta los sexólogos parejas que están al borde del quiebre, debido al descubrimiento de un engaño
amoroso o porque la vida íntima está agonizando por un largo historial de insatisfacción sexual.
En ambos casos, los expertos mencionan que se revisa el historial sexual de la pareja: ¿siempre
han tenido una vida sexual insatisfactoria? ¿Cuándo cambió? ¿Son cariñosos solo en privado el
uno con el otro? ¿Hay una conexión más allá de lo físico?, son algunas de los temas a tratar.

La comunicación, el respeto y la lealtad son claves para mantener una buena relación de pareja,

pero el campo sexual también es primordial; sin embargo, existen algunos factores que generan

que el desempeño en la cama desmejore. Así lo señala un estudio de la Escuela de Medicina de la

Universidad de Harvard, que dio a conocer los cinco aspectos que afectan negativamente la salud

sexual.

Autoestima: Cuando una persona se siente menos atractiva esto se nota en la cama.

El efecto de la gravedad, los partos, una mala alimentación o el aumento de peso pueden

convertirse en auténticos obstáculos para disfrutar la intimidad. La mejor terapia es tener una

comunicación honesta y directa con su pareja.

Discusiones: Los problemas económicos o las peleas por la crianza de los hijos generan mucha

tensión, lo que puede crear una distancia emocional y provocar un alejamiento también frente a la

vida sexual de la pareja.

Expectativas: Los antecedentes sexuales de las personas pueden suponer, según la cultura o la

religión, un problema de cara a las relaciones sexuales.

Ansiedad: El miedo a fallar puede generar un nivel tal de preocupación que realmente puede

minar el desempeño en un encuentro sexual.

Estrés: El instinto sexual queda a un lado cuando la sobrecarga de responsabilidades o

preocupaciones generan niveles de estrés que son difíciles de controlar.

AUTOBIOGRAFIA PERSONAL
Mi nombre es Jamyle Ripoll , Naci en cabimas Edo. Zulia el 04 de marzo. Vivo en caracas desde
los cinco años de edad, con mis padres y mis hermanos que son cuatro. Estudie la primaria en la
escuela Miguel Jose Sanz, ubicada en el pueblo de Baruta, la segundaria la hice en el liceo Tito
Salas, ubicada en terrazas del club hipico. Actualmente estudio Contaduria Publica en la
Universidad Alejandro de Humboldt.
Estoy en la universidad persiguiendo una meta que es la de ser una excelente Contadora Publica.
Y aunque me ha costado llegar a donde estoy se que el esfuerzo que hago pronto me generara
grandes frutos, la contabilidad es un campo activo y abierto que me permite elegir, es una
profesion que se mueve en el mundo de los negocios, maneja informacion financiera y que permite
tomar decisiones.
Quiero en un futuro, conseguir un mejor empleo con mejor remuneracion al terminar mi carrera,
tambien espero contar con un amplio abanico de opciones para trabajar en el sector que mas me
atraiga, tal vez ser mi propio jefe para asi poder trabajar a mi propio ritmo. O tal vez trabajar en una
gran empresa donde pueda destacarme y asi poder mostrar mis conocimientos, elegir estar en
constante movimiento y conocer diferentes empresas, viajar y trabajar en otros paises ya que la
contaduria es una disciplina global.
Espero llegar a ser una persona con opiniones y estilo muy personal, quiero un estudio intelectual,
razonable y los elementos necesarios para poder llegar a ese fin, gracias a los valores que me
proporcionan mi familia y mis amistades que son parte importante en mi vida y mis metas, ya que
con su apoyo, alegria, comprension y amor hacen que cada dia me motiven a seguir adelante.
Muchas de las cosas que he aprendido en este corto trayecto de la vida es que hay verdades y
formas de hacer las cosas, de interpretarlas y de crearlas que por mas que todos tengamos un
problema todo tiene solucion, creer y luchar por lo que queremos es la manera de Salir adelante.
Todo en esta vida tiene solucion.
Creo en Dios ante todo, es nuestro unico señor, en el confio.!!!

La ausencia de una actividad sexual regular, frecuente y satisfactoria es uno de los

principales motivos de consultas por parte de las parejas en crisis. Y, contra lo que

popularmente se sostiene, son las mujeres las que con mayor frecuencia acusan el

impacto de esa insatisfacción, poniendo en duda la viabilidad de la pareja, afirma Nasio,

docente durante tres décadas de la Universidad de París VII, en la Sorbona, y luego

fundador de los célebres Seminarios Psicoanalíticos de París.

"Tenemos la idea falsa de que el hombre está todo el tiempo pensando en el sexo, y

aunque eso es en parte cierto -estamos todo el tiempo pensando en el sexo y nos gusta el

sexo con frecuencia-, la mujer le da mucha más importancia a la calidad del sexo y a la

satisfacción sexual que el hombre."

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