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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del poder popular para la Educación

Universidad Bolivariana de Venezuela

Valencia – Edo. Carabobo

Derechos Humanos

Profesor: Iris Martinez Triunfador: Emmanuel Tortolero

Valencia, Junio, 2023


Derechos Humanos

Los derechos humanos son los derechos que tenemos básicamente por existir como
seres humanos; no están garantizados por ningún estado. Estos derechos universales son
inherentes a todos nosotros, con independencia de la nacionalidad, género, origen étnico
o nacional, color, religión, idioma o cualquier otra condición. Varían desde los más
fundamentales como el derecho a la vida, hasta los que dan valor a nuestra vida, como
los derechos a la alimentación, a la educación, al trabajo, a la salud y a la libertad.

La Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada por la Asamblea General


de las Naciones Unidas en 1948, fue el primer documento legal en establecer la
protección universal de los derechos humanos fundamentales. Cumplió 70 años en
2018, sigue siendo la base de toda ley internacional de derechos humanos. Sus 30
artículos ofrecen los principios y los bloques de las convenciones de derechos humanos,
tratados y otros instrumentos jurídicos actuales y futuros. La Declaración Universal de
Derechos Humanos, junto con los dos pactos “el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos” y el “Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales”, componen la Carta Internacional de Derechos Humanos.

El principio de universalidad de los derechos humanos es la piedra angular del


derecho internacional de los derechos humanos. Esto supone que todos tenemos el
mismo derecho a gozar de los derechos humanos. Este principio, como se recalcó
primero en la Declaración Universal de Derechos Humanos, se repite en numerosas
convenciones, declaraciones y resoluciones internacionales de derechos humanos. Los
derechos humanos son inalienables. No deberían suprimirse, a excepción de situaciones
concretas y conforme a un procedimiento adecuado. Por ejemplo, el derecho a la
libertad puede restringirse si una persona es declarada culpable de un delito por un
tribunal de justicia.
Origen liberal de los Derechos Humanos

El Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas se creó


el 15 de marzo de 2006. Tras casi siete años de su Constitución este consejo se ha
caracterizado por la interpretación propagandística liberal de los mismos, con una visión
reduccionista de los derechos humanos a escasos artículos de la carta fundacional de
1948, ignorando la vulneración de los derechos humanos de carácter social, y obviando
las guerras de agresión de las naciones occidentales contra países en desarrollo como
una de las causas más flagrantes de vulneración de los derechos humanos.

Los derechos humanos contemplados en la Declaración Universal de 1948, vistos en


su integridad, son una meta a conseguir, que ningún país la ha alcanzado plenamente.
La implementación integral de los derechos humanos en una sociedad no es posible
mientras la misma no haya llegado a un estadio de desarrollo económico y social que
permita hacerlo, porque el derecho deja de ser tal, aunque el mismo esté reconocido
legalmente, cuando las condiciones políticas y económicas impiden en la práctica poder
ejercerlo; por ejemplo: el derecho a la educación (artículo 26) solo es posible cuando
existen medios para acabar con el analfabetismo; el derecho al trabajo (artículo 23) solo
es posible cuando todos los ciudadanos en edad de trabajar pueden encontrar un empleo;
el derecho de libre expresión (artículo 19) precisa que los ciudadanos sepan leer y
escribir. Cuando los derechos humanos de algunos ciudadanos, como el derecho a la
propiedad privada (artículo 17), pueden limitar los derechos humanos de mayorías
sociales, como el acceso a la salud y la educación, deben prevalecer los derechos de la
mayoría sobre los derechos de la minoría. En el concepto liberal de los derechos
humanos, cuando existen estos conflictos de derechos, la ley antepone el derecho a la
propiedad (artículo 17) al derecho al trabajo, la salud y la educación, (artículos 23-24-
25).

Los derechos humanos son instrumentalizados por gobiernos y determinadas


organizaciones no gubernamentales de diferente signo, en unos casos ignorando
derechos civiles: reunión, expresión, asociación..., y en otros casos ofreciendo una
visión reduccionista de los mismos, ignorando la implementación de los derechos
sociales como educación, vivienda, atención sanitaria y trabajo. En todos los casos se
hace un uso propagandístico de los derechos humanos. Por ejemplo, España tiene un
25% de la población activa en el paro y en los últimos años cientos de miles de personas
sin importar su estatus económico y edad han sido desahuciados de sus viviendas, y es
un país que se dice respetuoso con los derechos humanos, cuando se está vulnerando
sistemáticamente el artículo 25 de la carta fundacional.

No obstante, el mayor uso propagandístico de los derechos humanos lo realizan las


naciones y organizaciones no gubernamentales que no consideran como vulneración de
los mismos los actos criminales que una nación comete fuera de su territorio,
considerando sus actos criminales de guerra bajo eufemismos de daños colaterales, por
los que justifican la tortura y el asesinato fuera de sus fronteras, siendo en la actualidad
los países de la OTAN e Israel los que más realizan estas agresiones.

Por ejemplo, las 140 muertes de civiles efectuadas por un bombardeo en la región
afgana de Kunduz el 4 de setiembre de 2009 ordenadas por el coronel alemán Georg
Klein, Alemania no lo cuenta en su haber de vulneración de derechos humanos,
tampoco lo hace EEUU en sus asesinatos con drones principalmente en Pakistán siendo
condenadas sus víctimas desde el aire por meras sospechas y ejecutadas sumariamente
si juicio alguno y sin considerar que a los presuntos terrorista puedan acompañar niños,
vulnerando los artículos: 5º; 6º; 7º; 8º; 9º; 10º, y 11º de la carta fundacional sin que, en
ningún caso, en las sociedades de esos países se hayan abierto causas judiciales contra
los gobernantes responsables de esas muertes, ni tampoco El Consejo de Derechos
Humanos de la ONU lo haya exigido.
El respeto entre naciones y el derecho de la paz son los derechos humanos colectivos
más importantes, recogidos en la carta fundacional de la ONU, pues sin la paz, no
pueden existir universalmente los demás derechos individuales, pues es en la guerra
donde más se vulneran los mismos ya que la misma supone per se la más cruenta de las
dictaduras. Por ello, las naciones se cual sea su cultura o sistema político, sin obviar el
necesario y sincero debate mundial entre naciones sobre derechos humanos, deben
evolucionar políticamente por si mismas hacia el cumplimiento íntegro de la
Declaración de Derechos Humanos de 1948, sin que ninguna nación tenga el derecho a
entrometerse en sus asuntos o pretender imponerlos por la fuerza.

Será responsabilidad de los países incorporados al Consejo de Derechos Humanos


que tienen un entendimiento integral de los mismos, principalmente de los países
latinoamericanos cuyos gobernantes están identificados con una visión de la democracia
tanto en su vertiente política como social, y con el criterio de entender que el logro total
de los 30 artículos que componen la Declaración de Derechos Humanos de 1948 debe
ser producto de un recorrido histórico, trabajar por cambiar la instrumentalización
propagandística que de este Consejo vienen haciendo las potencias occidentales.
Critica Jurídica a la Declaración Universal de Derechos Humanos

Uno de los problemas centrales de La Declaración es que plantea derechos


universales que sin embargo deben ser garantizados por gobiernos nacionales, que
privilegian a sus ciudadanos y funcionan como sistemas de exclusión. Todos los
hombres tienen derecho a la educación, a la salud, a la vida, al trabajo, etc. en su país y
no fuera de él, y como los países están en continua lucha comercial, resulta que unas
naciones se esfuerzan para que otras (la mayoría) no puedan garantizar los derechos
humanos de sus habitantes.

En este contexto queda evidente el cinismo del segundo inciso del Artículo 15, que
establece: A nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a
cambiar de nacionalidad». La palabra “arbitrariamente” permite que el mundo sea un
sistema de explotación basado en la imposibilidad de miles de millones de personas de
cambiar de nacionalidad, a pesar de que en sus países no tienen garantizado ningún
derecho.

Mientras no exista un organismo internacional democrático, capaz de imponerse


sobre las arbitrariedades de las grandes potencias, La Declaración Universal de los
Derechos Humanos no será más que una bella declaración o, en el mejor de los casos,
un ideal. La universalidad de los derechos humanos implica necesariamente la
existencia de un gobierno internacional capaz de garantizarlos; lo demás son palabras y
buenos deseos. El Artículo 16 que trata sobre el derecho a casarse (que en realidad sería
una libertad otorgada por el derecho a la autodeterminación) omite escandalosamente
desarrollar los temas de la paternidad y los derechos del niño, que al ser considerados
años después en declaraciones independientes, pierden la contundencia de ser incluidos
en una sola declaración. Además, comete el error de considerar que los matrimonios
sólo pueden ser formados por hombres y mujeres.
Los Artículos 18, 19 y 20 hablan del derecho a la libertad de», lo cual es absurdo.
Como mencioné al principio, las libertades emanan de los derechos y no al revés. En
vez de hablar de libertad de pensamiento, de conciencia, de religión, de opinión, de
expresión», bastaría afirmar que los hombres tenemos derecho a expresar nuestras ideas,
rendirle culto a nuestras creencias y tener acceso a los medios masivos de
comunicación. Más allá del Artículo 27; el tema de la investigación científica (como la
de otra índole) y la socialización de sus beneficios, merece tratarse en un artículo aparte,
al igual que el derecho a la información, cuya naturaleza y oportunidad deberían
especificarse.

Los derechos expresados en los Artículos 22, 23, 24 y 25, son los que menos se
respetan, y esto es grave, pues no tener alimentación, vestido, vivienda, trabajo o
asistencia médica, pone en peligro la vida, que es sin duda el derecho universal más
importante. El mundo ha cambiado mucho desde 1948. Ahora tenemos los
conocimientos y los medios de producción suficientes para garantizar la supervivencia
de todos, y sin embargo privilegiamos el derecho a la propiedad. Nos parece justo que
naciones ricas tengan gastos superfluos, mientras obligan a las naciones pobres a
cumplir compromisos y pagar deudas que ponen en riesgo los derechos fundamentales
de sus habitantes. Nos parece loable que unas cuantas personas ganen millones de veces
más de lo que necesitan, mientras las mayorías desesperan en la miseria. Esta visión
errada debe modificarse con la redacción de una nueva Declaración Universal de los
Derechos Humanos, que deje clara la supremacía de la vida sobre la propiedad,
derrumbe el sistema de explotación creado por las fronteras, y abra el camino para
replantear las estructuras básicas de la ONU.

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