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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación


Universitaria
Universidad Bolivariana de Venezuela
Estudios Jurídicos,
Trayecto 2, Tramo 7, Sección AM02A7.

Tema: movimiento y luchas sociales para el reconocimiento de los derechos


humanos.
Nombres y apellidos: Julio Marrero y Jesús Rodríguez
Cédulas de identidad: V-26.921.707 y V-6.322.830
Profesor: Yulimar Fernandez.
Los derechos humanos son demandas de libertades, facultades o prestaciones,
directamente vinculadas con la dignidad humana, reconocidas como legitimas por
la comunidad internacional y merecedora de protección jurídica tanto en el plano
interno como internacional.

En los siglos XVII y XVIII, los filósofos de la Ilustración, Jean Jacques Rosseau,
John Locke, el barón de Montesquiu, desarrollaron teorías sobre el derecho
natural que proviniesen del uso de la razón y elaboraron, basándose en derechos
individuales, normas sobre el Estado. La " Declaración de los Derechos del
Hombre y del ciudadano", enunciada por la Asamblea Nacional durante el proceso
de la Revolución Francesa, aseguraba entre otros, los derechos de la libertad,
igualdad y afirmaban el principio republicano de la soberanía popular. Durante el
siglo XX, la forma republicana de gobierno y los nuevos derechos que implicaba,
fueron generalizándose en los nacientes estados americanos; ya los Estados
Unidos la habían adoptado en 1776. En este siglo, además, apareció la idea de
que estos derechos deberían ser consagrados como artículos del derecho
internacional.

Los estados europeos fueron evolucionando hacia regímenes constitucionales,


en los que se limitaba el poder de las monarquías, influidos por los principios de la
Revolución Francesa. Pero a principios del siglo XX, parecían que estos derechos
eran inalcanzables para muchas personas afectadas por las guerras, el
colonialismo, la ignorancia y la miseria. En algunas partes del mundo surgieron
gobiernos totalitarios, que violaban sistemáticamente estas facultades y se
cometían atroces violaciones contra la dignidad humana, como los sucesos
ocurridos durante la Primera y Segunda guerra mundial. Surgió, entonces, la
necesidad de una protección internacional de Derechos Humanos, para lo cual era
fundamental crear una organización que tuviera como objetivo la defensa y control
del cumplimiento de estos derechos.
De esta manera, el 24 de octubre de 1945, representantes de 50 países se
reunieron en la ciudad de San Francisco, en Estados Unidos y redactaron la carta
de las Naciones Unidas, que dio origen a esta organización internacional (ONU)
destinada a "preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra, a
reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, a promover el progreso
social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de a libertad".

Esta carta es un documento jurídico, obligatorio y sus disposiciones no pueden


contradecirse por ninguno de los gobiernos de los estados que componen la
organización. Poco tiempo después, los delegados de cada Estado en la ONU,
aprobaron el texto de "Declaración Universal de Derechos Humanos", el 10 de
diciembre de 1948.

Esta declaración no es una norma jurídica obligatoria, aunque con ella comienza
la internacionalización de los derechos humanos, caracterizados por un consenso
generalizado en la comunidad internacional, respecto de los cuales son derechos
inherentes a la dignidad del hombre, sin distinción de raza, sexo, idioma o religión
de las personas.

Criticas Jurídicas a la Declaración de los Derechos Humanos

Redactada en 1948, en plena guerra fría, La Declaración Universal de los


Derechos Humanos tiene serias deficiencias, vaguedades y omisiones que han
dificultado la defensa de los derechos fundamentales. Para empezar, no existen
en La Declaración ni definición de derecho ni definición de libertad, de tal suerte
que derechos, libertades y prohibiciones se intercalan indiscriminadamente,
reiterando obviedades y omitiendo afirmaciones básicas. Tampoco hay
jerarquización de derechos, lo cual ha permitido que en defensa de unos se
vulneren otros, a veces más importantes. Por ejemplo, el derecho a la propiedad
intelectual pasa con frecuencia por encima del derecho a la salud.

Por último, las facultades que le asigna La Declaración a la ONU para asegurar
el respeto efectivo de los Derechos Humanos, son totalmente insuficientes,
dejando bajo la responsabilidad de los gobiernos nacionales el decretar medidas
para alcanzar "progresivamente" derechos cuyo incumplimiento debiera ocasionar
una inmediata acción internacional.

Si se considera que los derechos fundamentales son el reconocimiento y la


asignación por parte de una colectividad, de determinados bienes cuyo beneficio
es considerado justo y necesario para todos, entonces se comprenderá que las
libertades no son otra cosa que el usufructo de derechos. En otras palabras, el
reconocimiento y la asignación de un bien tienen como consecuencia inmediata la
creación de un límite, la demarcación de una esfera de acciones legítimas, de
otras que no lo son, pues afectarían al bien otorgado. En este sentido, libertades y
prohibiciones emanan del derecho, y la libertad no es más que la posibilidad de
actuar legítimamente.

Pues bien, cuando en el Artículo 1 de La Declaración se dice que todos los seres
humanos nacen libres; cuando en el Artículo 3 se afirma que todo individuo tiene
derecho a la libertad; o en el Artículo 4, que nadie estará sometido a esclavitud ni
a servidumbre, o en el Artículo 13, que toda persona tiene derecho a circular
libremente y a elegir su residencia, asistimos a un absurdo circunloquio sobre un
derecho no reconocido abiertamente, el de la autodeterminación.

Tratar de afirmar un derecho a partir de las libertades que de él emana, es una


vasta labor que arriesga ser insuficiente, pues es muy probable que queden
acciones legítimas sin enunciar. El Artículo 5 se dice que nadie será sometido a
torturas ni a penas o tratos inhumanos, crueles o degradantes ¿qué derecho está
expresado así, de forma negativa? ¿El derecho a la presunción de inocencia, el no
mencionado derecho a la integridad física y moral, o el aún más vago derecho a la
dignidad? La dificultad de reconocer un derecho a partir de una prohibición, es que
no quedan claros los límites, lo cual lo vuelve inexigible en términos positivos, y
permite que sea vulnerado en circunstancias no previstas o cuando varía la
interpretación de lo que se prohíbe.

El Artículo 6, que dice: "Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al
reconocimiento de su personalidad jurídica" nos lleva directamente al problema de
la nacionalidad. No es lo mismo reconocer un derecho que otorgarlo. El Artículo 6
está redactado de tal forma que ni las instituciones internacionales ni los gobiernos
nacionales se ven obligados a otorgar personalidad jurídica, sino a reconocerla
cuando ya ha sido otorgada. Esto deja a millones de personas en la indefensión,
pues viven en países cuyos gobiernos carecen de los recursos necesarios (o la
voluntad) para identificar y tener el historial de cada uno de sus habitantes. Aquí
se pierde la fabulosa oportunidad de que la personalidad jurídica no sea otorgada
por un gobierno nacional sino por una instancia internacional capaz de velar por
derechos de todos.

Uno de los problemas centrales de La Declaración es que plantea derechos


universales deben ser garantizados por gobiernos nacionales, que privilegian a
sus ciudadanos y funcionan como sistemas de exclusión.

Todos los hombres tienen derecho a la educación, a la salud, a la vida, al trabajo,


etc. en su país y no fuera de él, y como los países están en continua lucha
comercial, resulta que unas naciones se esfuerzan para que otras (la mayoría) no
puedan garantizar los derechos humanos de sus habitantes. Queda evidente el
cinismo del segundo inciso del Artículo 15, que dice: "A nadie se privará
arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiar de nacionalidad". La
palabra "arbitrariamente" permite que el mundo sea un sistema de explotación
basado en la imposibilidad de miles de millones de personas de cambiar de
nacionalidad, a pesar de que en sus países no tienen garantizado ningún derecho.

Mientras no exista un organismo internacional democrático, capaz de imponerse


sobre las arbitrariedades de las grandes potencias, La Declaración Universal de
los Derechos Humanos no será más que una bella declaración o, en el mejor de
los casos, un ideal. La universalidad de los derechos humanos implica
necesariamente la existencia de un gobierno internacional capaz de garantizarlos;
lo demás son palabras y buenos deseos.

El Artículo 16 que trata sobre el derecho a casarse (que en realidad sería una
libertad otorgada por el derecho a la autodeterminación) omite escandalosamente
desarrollar los temas de la paternidad y los derechos del niño, que al ser
considerados años después en declaraciones independientes, pierden la
contundencia de ser incluidos en una sola declaración. Además, comete el error
de considerar que los matrimonios sólo pueden ser formados por hombres y
mujeres.

Los Artículos 18, 19 y 20 hablan del "derecho a la libertad de", lo cual es


absurdo. Como mencioné al principio, las libertades emanan de los derechos y no
al revés. En vez de hablar de libertad "de pensamiento, de conciencia, de religión,
de opinión, de expresión", bastaría afirmar que los hombres tenemos derecho a
expresar nuestras ideas, rendirle culto a nuestras creencias y tener acceso a los
medios masivos de comunicación.

Más allá del Artículo 27, el tema de la investigación científica (como la de otra
índole) y la socialización de sus beneficios, merece tratarse en un artículo aparte,
al igual que el derecho a la información, cuya naturaleza y oportunidad deberían
especificarse.

Los derechos expresados en los Artículos 22, 23, 24 y 25, son los que menos se
respetan, y esto es grave, pues no tener alimentación, vestido, vivienda, trabajo o
asistencia médica, pone en peligro la vida, que es sin duda el derecho universal
más importante.

El mundo ha cambiado mucho desde 1948. Ahora tenemos los conocimientos y


los medios de producción suficientes para garantizar la supervivencia de todos, y
sin embargo privilegiamos el derecho a la propiedad. Nos parece justo que
naciones ricas tengan gastos superfluos, mientras obligan a las naciones pobres a
cumplir compromisos y pagar deudas que ponen en riesgo los derechos
fundamentales de sus habitantes. Nos parece loable que unas cuantas personas
ganen millones de veces más de lo que necesitan, mientras las mayorías
desesperan en la miseria.

Esta visión errada debe modificarse con la redacción de una nueva Declaración
Universal de los Derechos Humanos, que deje clara la supremacía de la vida
sobre la propiedad, derrumbe el sistema de explotación creado por las fronteras, y
abra el camino para replantear las estructuras básicas de la ONU.

El Reconocimiento de los Derechos Humanos

El pensamiento filosófico, moral y ético que está detrás del concepto de derechos
humanos se remonta a los tiempos de las primeras civilizaciones.

Las luchas por conseguir libertades humanas fundamentales han transformado


para siempre la manera como los seres humanos se relacionan unos con otros,
así como la relación existente entre el individuo y el Estado, y las expectativas de
justicia social, normas internacionales consensuadas y un orden global.

Los derechos humanos han sido reconocidos y codificados a nivel internacional a


lo largo de los últimos 50 años, comenzando con la creación de la Organización de
las Naciones Unidas tras la Segunda Guerra Mundial.

Durante las siguientes décadas, sin embargo, los derechos humanos no


ocuparon un papel central en las prácticas del desarrollo, y lo que sucedió fue que
las organizaciones que se esforzaban por introducir mejoras en los derechos
humanos actuaron en paralelo con practicantes del sector del desarrollo.

Los derechos humanos y el desarrollo no empezaron a convergir hasta el final de


la década de los noventa. Algunos cooperantes introdujeron mejoras en las
prácticas del desarrollo, con lo que se promovieron principios sobre métodos de
trabajo que se acercaban cada vez más a principios basados en los derechos
humanos. Otros, y en especial aquellas personas que luchaban en pro de los
derechos civiles y políticos de grupos marginalizados, ampliaron su misión para
incluir la búsqueda de mejoras en el estatus social o económico. Cualquiera que
fuese la motivación, la adopción de un punto de vista basado en los derechos
humanos se ha convertido ya en uno de los principales intereses de la comunidad
internacional dedicada al desarrollo.

En 1997 se llegó a una coyuntura de importancia crítica para muchos organismos


del desarrollo cuando el Secretario General de la Organización de las Naciones
Unidas hizo una llamada a favor de que fuesen integrados (mainstreaming) los
derechos humanos en todo el sistema de las Naciones Unidas (es decir,
incluyéndolos en todos sus temas y aspectos). Desde entonces, la integración de
los derechos humanos en la programación del desarrollo, tema al que se ha dado
el nombre de "planteamiento basado en los derechos humanos", viene ganándose
cada vez con más intensidad la atención de las personas dedicadas a estos
temas, sea porque trabajan en los organismos de las Naciones Unidas
(notablemente UNICEF y OACDH), las ONG (tanto nacionales como
internacionales), o gobiernos donantes (como por ejemplo SIDA – Swedish
International Development Agency, Agencia sueca de desarrollo internacional - y
DFID – Department for International Development, Ministerio británico de
cooperación internacional).

Estado Liberal Y Reconocimiento De Los Derechos Humanos De Primera


Generación

El Estado liberal es el que surge como resultado de la Revolución Liberal en


sustitución de la Monarquía absoluta propia del Antiguo Régimen. Es el sistema
político propio del comienzo de la Edad Contemporánea, en la nueva formación
económico social que puede denominarse Nuevo Régimen o Régimen Liberal. Su
duración en el tiempo puede entenderse como continua hasta la actualidad o
limitarse hasta el período de entre guerras (1918–1939), en que entra claramente
en crisis.

Primera generación

Surgieron por la revolución francesa en 1789, son también derechos


consagrados porque también son el derecho a la nacionalidad, derecho a la
participación, derecho a la movilización y libertad de expresión. Estos derechos
surgieron como respuesta a los reclamos que motivaron los principales
movimientos revolucionarios de finales del siglo XVIII (18) en occidente. Estas
exigencias fueron consagradas como auténticos derechos y como tales difundidos
internacionalmente.

Los derechos civiles y políticos están destinados a la protección del ser humano
individualmente, contra cualquier agresión de algún órgano público.

Se caracteriza porque imponen al estado el deber de abstenerse de interferir en


el ejercicio y pleno goce de estos derechos por parte del ser humano el estado
debe limitarse a garantizar el libre goce de estos derechos, organizando la fuerza
pública y creando mecanismos judiciales que los protejan. Los derechos civiles y
políticos pueden ser reclamados en todo momento y en cualquier lugar, salvo en
aquellas circunstancias de emergencia que permiten el establecimiento de ciertas
limitaciones en solo algunas garantías.

El Estado Social y de Bienestar y Reconocimiento de la Segunda y Tercera


Generación de Derechos Humanos

Estado Social o, en términos más recientes Estado Social de Derecho, es un


concepto propio de la ideología o bagaje cultural político alemán (Sozialstaat y
"Sozialrechtsstaat" respectivamente). El concepto se remonta a la formación del
Estado alemán y, pasando a través de una serie de transformaciones, en la
actualidad forma las bases político-ideológicas del sistema de Economía social de
mercado.
El Estado social es un sistema que se propone de fortalecer servicios y
garantizar derechos considerados esenciales para mantener el nivel de vida
necesario para participar como miembro pleno en la sociedad.

El concepto Estado del bienestar denomina en ciencias políticas y económicas


una aproximación o propuesta política o modelo general del Estado u organización
social, usualmente entendida como una según la cual el Estado provee ciertos
servicios o garantías sociales a la totalidad de los habitantes de un país. Más que
un concepto específico, se considera que el término es una categoría práctica
para designar ya sea un conjunto de propuestas o una propuesta general acerca
de cómo el Estado debe o puede proceder.

Segunda generación

Se desarrollaron a finales del siglo XIX y a comienzos del siglo XXI. La


constituyen los derechos económicos, sociales y culturales, incorporados en la
Declaración de 1948, debidos a los cuales, el Estado de Derecho pasa a una
etapa superior, es decir, a un Estado Social de Derecho.

De ahí el surgimiento del constitucionalismo social que enfrenta la exigencia de


que los derechos sociales y económicos, descritos en las normas constitucionales,
sean realmente accesibles y disfrutables. Se demanda un Estado de Bienestar
que implemente acciones, programas y estrategias, a fin de lograr que las
personas los gocen de manera efectiva

Los derechos de Segunda Generación o Derechos Económicos, Sociales y


Culturales tienen como objetivo fundamental garantizar el bienestar económico, el
acceso al trabajo, la educación y a la cultura, de tal forma que asegure el
desarrollo de los seres humanos y de los pueblos. Su reconocimiento en la historia
de los Derechos Humanos fue posterior a la de los derechos civiles y políticos, de
allí que también sean denominados derechos de la segunda generación.

La razón de ser de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales se basa en el


hecho de que el pleno respeto a la dignidad del ser humano, a su libertad y a la
vigencia de la democracia, solo es posible si existen las condiciones económicas,
sociales y culturales que garanticen el desarrollo de esos hombres y esos pueblos.

La vigencia de estos derechos se encuentra condicionada a las posibilidades


reales de cada país, de allí que la capacidad para lograr la realización de los
mismos varía de país a país. Estos derechos económicos, sociales y culturales,
pueden exigirse al Estado en la medida de los recursos que efectivamente él
tenga, pero esto no significa que el Estado puede utilizar como excusa para el
cumplimiento de sus obligaciones, el no poseer recursos cuando en realidad
dispone de ellos.
Tercera generación

Es el derecho a un medio ambiente sano. Por su parte, la tercera generación de


derechos, surgida en la doctrina en los años 1980, se vincula con la solidaridad.
Los unifica su incidencia en la vida de todos, a escala universal, por lo que
precisan para su realización una serie de esfuerzos y cooperaciones en un nivel
planetario. Normalmente se incluyen en ella derechos heterogéneos como el
derecho a la paz, a la calidad de vida o las garantías frente a la manipulación
genética, aunque diferentes juristas asocian estos derechos a otras generaciones:
por ejemplo, mientras que para Vallespín Pérez la protección contra la
manipulación genética sería un derecho de cuarta generación, para Roberto
González Álvarez es una manifestación, ante nuevas amenazas, de derechos de
primera generación como el derecho a la vida, la libertad y la integridad física.
Este grupo fue promovido a partir de los ochenta para incentivar el progreso social
y elevar el nivel de vida de todos los pueblos.

Marco Jurídico Venezolano

La normativa supranacional y los textos nacionales que contemplan y regulan lo


atinente a los derechos humanos. Así, tenemos:

 Derecho Supranacional

Los derechos humanos reconocidos nacen de instrumentos sin otra fuerza


vinculante que no sean los principios éticos que recogen de la evolución histórica
de la sociedad humana, como son la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, aprobada por la Asamblea General de la Naciones Unidas el 10 de
diciembre de 1948 y la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre, aprobada por la Novena Conferencia Internacional Americana, también
en 1948, que consagran los principios éticos que luego han sido desarrollados
tanto por las Naciones Unidas como por la Organización de Estados Americanos a
través de instrumentos de obligatorio cumplimiento por los Estados signatarios,
por ser Tratados, constituidos por el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, que entró en vigor el 23 de marzo de 1976 (en Venezuela desde el 10 de
mayo de 1978) y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, adoptada el
22 de noviembre de 1969 y ratificada por Venezuela el 09 de agosto de 1977.

Existen otros instrumentos normativos de protección de los derechos humanos,


como Declaraciones, Reglas Mínimas, Códigos de Conducta y Resoluciones, que
son adoptadas por organismos del sistema universal, (ONU, OEA) cuya
obligatoriedad para los Estados suscriptores es discutida, por no ser propiamente
Tratados, ya que la mayor parte de las legislaciones nacionales contemplan un
mecanismo específico de aprobación de éstos.

De los Tratados, surgen procedimientos convencionales y no convencionales.


Los primeros, contemplan la creación de Comités específicos. Así, del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el órgano convencional más
importante es el Comité de Derechos Humanos, ante el cual toda persona que
alegue violación de derechos humanos puede acudir, cumpliendo ciertos
requisitos de admisibilidad. Otros Comités son: El Comité para la Eliminación de la
Discriminación contra la Mujer (creado por la Convención sobre la eliminación de
todas las formas de Discriminación contra la Mujer); el Comité contra la Tortura
(creado por la Convención contra la Tortura y otros tratos o penas crueles,
inhumanos y degradantes); Comité de los Derechos del Niño (creado por la
Convención sobre los Derechos del Niño). La competencia de estos Comités
depende del reconocimiento expreso de los Estados.

 Textos suscritos por Venezuela incorporados al derecho positivo


venezolano

Venezuela, al amparo de los Tratados suscritos (PIDCP y CADH) y de la


Declaración Universal de los Derechos Humanos y Convención Americana sobre
Derechos Humanos, ha firmado diversas Convenciones y Protocolos, ratificando
su disposición a cumplirlas.

Las actividades de organismos no Convencionales, como la Comisión de


Derechos Humanos, dependiente del Consejo Económico y Social de las
Naciones Unidas, no generan responsabilidad jurídica y sus exámenes y
recomendaciones sobre la situación de los derechos humanos en determinados
Estados, no pasan de ser sanciones políticas y éticas.

El sistema de protección de los derechos humanos recogido en normas


supranacionales, a nivel regional, está constituido por la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

El sistema europeo de protección de los derechos humanos está conformado


por la Convención para la Protección de los Derechos Humanos y de las
Libertades Fundamentales (Roma, 1950) y la Carta Social Europea (Turín, 1961) y
el mecanismo de defensa de los derechos humanos lo constituye el Tribunal
Europeo de Derechos Humanos.

 Derecho Nacional

- Constitución de 1961 (Título III Capítulo III: Derechos Individuales; Capítulo


IV: Derechos Sociales; Capítulo V: Derechos Económicos; Capítulo VI: Derechos
Políticos)

El constituyente venezolano de 1961 advierte que los derechos y garantías


consagrados en los indicados Capítulos son sólo a título enunciativo, y por tanto,
no debe entenderse como negación de otros que aunque no figuren expresamente
en la Constitución son inherentes a la persona humana (Art. 50). En tal sentido
declara que la ausencia de una Ley que reglamente tales derechos no menoscaba
el ejercicio de los mismos.
En la disposición anterior (Art. 49) se consagra el amparo constitucional que
constituye uno de los institutos jurídicos más importantes de que se dispone sobre
la materia. La redacción de la fórmula empleada según la cual: "los Tribunales
ampararán a todo habitante de la República en el goce y ejercicio de los derechos
y garantías que la Constitución establece, en conformidad con la Ley", ocasionó,
durante largo tiempo, muchas disquisiciones tanto a nivel doctrinario como
jurisprudencial acerca de su real operatividad, pues se sostenía,
desacertadamente, que mientras no fuese emitida la Ley a la que alude el
constituyente, tal disposición tenía simplemente carácter programático. En la
constitución de 1999 que es la que rige a Venezuela actualmente, los artículos del
19 al 31 están relacionados con la promoción y defensa de los derechos humanos,
etc.

La Evolución Constitucional Venezolana

En Venezuela lo que podría considerarse la génesis de las "leyes habilitantes"


contempladas en el artículo 203 de la Constitución, no se conecta con la
evolución seguida en Europa, y responde a una situación fáctica derivada de los
efectos de la segunda guerra mundial sobre el país, que sólo pudieron ser
enfrentados a la luz de la Constitución vigente (1936), mediante la suspensión de
garantías, que era el único medio previsto en el ordenamiento, pero que resultó en
ese contexto social e histórico absolutamente desproporcionado para encarar esa
situación. Por esa razón el Presidente Medina Angarita propuso incluir en la
reforma de la Constitución de 1945, una disposición que confiriera al Presidente
de la República facultades extraordinarias destinadas a proteger la vida
económica y financiera de la República, cuando la necesidad y la conveniencia
pública lo requiriesen".

La proposición presidencial fue acogida favorablemente (art. 104, num. 29), con
la particularidad de que el ejercicio de tales facultades, traducidas en la adopción
de "medidas extraordinarias", sólo procedía cuando el Presidente fuese
autorizado por el Congreso mediante ley formal.

La norma es repetida con muy pequeñas correcciones formales en las


Constituciones de 1947, y de 1961, se mantiene en estas dos Cartas
Constitucionales: a) la potestad de dictar medidas (normas) con fuerza de ley
del Presidente de la República; b) el ámbito de la ley autorizatoria sigue restringido
exclusivamente a la materia económica o financiera; y c) sólo procede la sanción
de la ley en casos de urgencia (cuando lo requiriese el interés público).

La Constitución de 1999 rompe abruptamente con esa tradición constitucional,


porque, introduce sin ninguna duda la técnica de la delegación legislativa y, por
ende, suprime todo rasgo de urgencia en cualquier materia como supuesto de
procedencia de la ley; retorna al Parlamento el monopolio para dictar normas con
fuerza o rango de ley, erigiendo en excepción a la delegación legislativa, y en
virtud de ese carácter excepcional condiciona en términos precisos y categóricos
el proceso de delegación legislativa, al punto que el Presidente de la República en
ejercicio de la delegación debe respetar los límites contenidos en la respectiva
ley. Además establece como requisitos formales la exigencia de que el texto
legislativo sea sancionado con una mayoría de las tres quintas partes de los
integrantes de la Asamblea, y la fijación de un plazo de vigencia de dicho texto.

Movimiento y Luchas sociales para el reconocimiento de los derechos


humanos

 El movimiento de mujeres
Posiblemente, este sea el movimiento que más se ha institucionalizado.
Después de las luchas de los años 80, cuando las organizaciones de
mujeres formaron un solo bloque para luchar por un nuevo código civil y
luego de una acción política muy importante a través de la Coordinadora
No Gubernamental de Mujeres, este sector es reconocido como el de
mayor avance en las conquistas sociales. La creación del Instituto Nacional
de la Mujer, la lucha por la participación paritaria en la Asamblea Nacional
y otras entidades políticas y del Estado, la Ley contra la violencia
doméstica, ya son realidades palpables. Incluso, en este último caso, la
infraestructura de la Fiscalía General de la República no es suficiente para
dar respuesta a las demandas de las mujeres.
 El movimiento indígena
Uno de los sectores de la población antiguamente invisible para la
sociedad venezolana, algunos argumentan que por su tamaño (un 3% de
la población), ha sido de los que mayor reconocimiento ha tenido por parte
del Estado venezolano, incluso superando en más de una ocasión sus
expectativas. Agrupados en el Consejo Nacional Indio de Venezuela, más
de 20 pueblos indígenas tenían que enfrentar el olvido y la marginación de
los mestizos que prevalecían en las decisiones y la conducción del país.
Pero a partir de la Asamblea Nacional Constituyente de 1999 se comienza
a resarcir este olvido con el reconocimiento de su contribución a la
conformación de la sociedad venezolana y se consagran los derechos de
los pueblos indígenas, incluyendo la previsión de una delimitación de
territorios. Aparte de tener un lugar privilegiado en las políticas sociales, los
avances en materia de integración y respeto a sus culturas.

 El movimiento estudiantil
Principalmente, se trata de jóvenes estudiantes que provienen de las
universidades autónomas y privadas, cuyos líderes se han identificado con
partidos opositores. Pero, como la polarización ha tenido su efecto también
en el sector, a una dirigencia estudiantil claramente opositora le ha salido
al paso otra dirigencia estudiantil plenamente pro-gobierno que obtiene un
reconocimiento especial a través de una Comisión Presidencia Estudiantil.
A este sector habrá que prestarle mucha atención este y el próximo año, ya
que se convertirá en arena para la disputa del liderazgo entre gobierno y
oposición.
 Otros movimientos
Los ecologistas o ambientalistas, las ONG’s, derechos humanos,
cooperativas han quedado muy debilitados en los últimos años. Por una
parte, varias de estas organizaciones han transitado por dificultades
propias relacionadas con su interpretación de las nuevas realidades, en
algunos casos se han quedado sin agenda o plataforma de lucha, y en
otros, su iniciativa ha quedado rezagada y sobrepasada por la audacia y el
poder de las propuestas gubernamentales.
Pero por otra parte, hay que reconocer el avance de los medios
alternativos de comunicación o medios comunitarios, decenas de iniciativas
de radio, TV y prensa popular, los cuales han germinado y se han
reproducido por todo el país, luego de jugar un papel estelar en la época
del golpe de estado de 2002.
Recientemente, con motivo de la Reforma Constitucional, dos sectores
obviados en 1999: los afro descendientes y las minorías sexuales, han
alzado su voz para obtener un reconocimiento explícito que derive
posteriormente en políticas públicas adecuadas para resarcir la deuda
social existente con estos sectores.

*Ensayo Terminado*

Suscrito por:

Jesús Rodríguez Julio C. Marrero L.

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