Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
En los siglos XVII y XVIII, los filósofos de la Ilustración, Jean Jacques Rosseau,
John Locke, el barón de Montesquiu, desarrollaron teorías sobre el derecho
natural que proviniesen del uso de la razón y elaboraron, basándose en derechos
individuales, normas sobre el Estado. La " Declaración de los Derechos del
Hombre y del ciudadano", enunciada por la Asamblea Nacional durante el proceso
de la Revolución Francesa, aseguraba entre otros, los derechos de la libertad,
igualdad y afirmaban el principio republicano de la soberanía popular. Durante el
siglo XX, la forma republicana de gobierno y los nuevos derechos que implicaba,
fueron generalizándose en los nacientes estados americanos; ya los Estados
Unidos la habían adoptado en 1776. En este siglo, además, apareció la idea de
que estos derechos deberían ser consagrados como artículos del derecho
internacional.
Esta declaración no es una norma jurídica obligatoria, aunque con ella comienza
la internacionalización de los derechos humanos, caracterizados por un consenso
generalizado en la comunidad internacional, respecto de los cuales son derechos
inherentes a la dignidad del hombre, sin distinción de raza, sexo, idioma o religión
de las personas.
Por último, las facultades que le asigna La Declaración a la ONU para asegurar
el respeto efectivo de los Derechos Humanos, son totalmente insuficientes,
dejando bajo la responsabilidad de los gobiernos nacionales el decretar medidas
para alcanzar "progresivamente" derechos cuyo incumplimiento debiera ocasionar
una inmediata acción internacional.
Pues bien, cuando en el Artículo 1 de La Declaración se dice que todos los seres
humanos nacen libres; cuando en el Artículo 3 se afirma que todo individuo tiene
derecho a la libertad; o en el Artículo 4, que nadie estará sometido a esclavitud ni
a servidumbre, o en el Artículo 13, que toda persona tiene derecho a circular
libremente y a elegir su residencia, asistimos a un absurdo circunloquio sobre un
derecho no reconocido abiertamente, el de la autodeterminación.
El Artículo 6, que dice: "Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al
reconocimiento de su personalidad jurídica" nos lleva directamente al problema de
la nacionalidad. No es lo mismo reconocer un derecho que otorgarlo. El Artículo 6
está redactado de tal forma que ni las instituciones internacionales ni los gobiernos
nacionales se ven obligados a otorgar personalidad jurídica, sino a reconocerla
cuando ya ha sido otorgada. Esto deja a millones de personas en la indefensión,
pues viven en países cuyos gobiernos carecen de los recursos necesarios (o la
voluntad) para identificar y tener el historial de cada uno de sus habitantes. Aquí
se pierde la fabulosa oportunidad de que la personalidad jurídica no sea otorgada
por un gobierno nacional sino por una instancia internacional capaz de velar por
derechos de todos.
El Artículo 16 que trata sobre el derecho a casarse (que en realidad sería una
libertad otorgada por el derecho a la autodeterminación) omite escandalosamente
desarrollar los temas de la paternidad y los derechos del niño, que al ser
considerados años después en declaraciones independientes, pierden la
contundencia de ser incluidos en una sola declaración. Además, comete el error
de considerar que los matrimonios sólo pueden ser formados por hombres y
mujeres.
Más allá del Artículo 27, el tema de la investigación científica (como la de otra
índole) y la socialización de sus beneficios, merece tratarse en un artículo aparte,
al igual que el derecho a la información, cuya naturaleza y oportunidad deberían
especificarse.
Los derechos expresados en los Artículos 22, 23, 24 y 25, son los que menos se
respetan, y esto es grave, pues no tener alimentación, vestido, vivienda, trabajo o
asistencia médica, pone en peligro la vida, que es sin duda el derecho universal
más importante.
Esta visión errada debe modificarse con la redacción de una nueva Declaración
Universal de los Derechos Humanos, que deje clara la supremacía de la vida
sobre la propiedad, derrumbe el sistema de explotación creado por las fronteras, y
abra el camino para replantear las estructuras básicas de la ONU.
El pensamiento filosófico, moral y ético que está detrás del concepto de derechos
humanos se remonta a los tiempos de las primeras civilizaciones.
Primera generación
Los derechos civiles y políticos están destinados a la protección del ser humano
individualmente, contra cualquier agresión de algún órgano público.
Segunda generación
Derecho Supranacional
Derecho Nacional
La proposición presidencial fue acogida favorablemente (art. 104, num. 29), con
la particularidad de que el ejercicio de tales facultades, traducidas en la adopción
de "medidas extraordinarias", sólo procedía cuando el Presidente fuese
autorizado por el Congreso mediante ley formal.
El movimiento de mujeres
Posiblemente, este sea el movimiento que más se ha institucionalizado.
Después de las luchas de los años 80, cuando las organizaciones de
mujeres formaron un solo bloque para luchar por un nuevo código civil y
luego de una acción política muy importante a través de la Coordinadora
No Gubernamental de Mujeres, este sector es reconocido como el de
mayor avance en las conquistas sociales. La creación del Instituto Nacional
de la Mujer, la lucha por la participación paritaria en la Asamblea Nacional
y otras entidades políticas y del Estado, la Ley contra la violencia
doméstica, ya son realidades palpables. Incluso, en este último caso, la
infraestructura de la Fiscalía General de la República no es suficiente para
dar respuesta a las demandas de las mujeres.
El movimiento indígena
Uno de los sectores de la población antiguamente invisible para la
sociedad venezolana, algunos argumentan que por su tamaño (un 3% de
la población), ha sido de los que mayor reconocimiento ha tenido por parte
del Estado venezolano, incluso superando en más de una ocasión sus
expectativas. Agrupados en el Consejo Nacional Indio de Venezuela, más
de 20 pueblos indígenas tenían que enfrentar el olvido y la marginación de
los mestizos que prevalecían en las decisiones y la conducción del país.
Pero a partir de la Asamblea Nacional Constituyente de 1999 se comienza
a resarcir este olvido con el reconocimiento de su contribución a la
conformación de la sociedad venezolana y se consagran los derechos de
los pueblos indígenas, incluyendo la previsión de una delimitación de
territorios. Aparte de tener un lugar privilegiado en las políticas sociales, los
avances en materia de integración y respeto a sus culturas.
El movimiento estudiantil
Principalmente, se trata de jóvenes estudiantes que provienen de las
universidades autónomas y privadas, cuyos líderes se han identificado con
partidos opositores. Pero, como la polarización ha tenido su efecto también
en el sector, a una dirigencia estudiantil claramente opositora le ha salido
al paso otra dirigencia estudiantil plenamente pro-gobierno que obtiene un
reconocimiento especial a través de una Comisión Presidencia Estudiantil.
A este sector habrá que prestarle mucha atención este y el próximo año, ya
que se convertirá en arena para la disputa del liderazgo entre gobierno y
oposición.
Otros movimientos
Los ecologistas o ambientalistas, las ONG’s, derechos humanos,
cooperativas han quedado muy debilitados en los últimos años. Por una
parte, varias de estas organizaciones han transitado por dificultades
propias relacionadas con su interpretación de las nuevas realidades, en
algunos casos se han quedado sin agenda o plataforma de lucha, y en
otros, su iniciativa ha quedado rezagada y sobrepasada por la audacia y el
poder de las propuestas gubernamentales.
Pero por otra parte, hay que reconocer el avance de los medios
alternativos de comunicación o medios comunitarios, decenas de iniciativas
de radio, TV y prensa popular, los cuales han germinado y se han
reproducido por todo el país, luego de jugar un papel estelar en la época
del golpe de estado de 2002.
Recientemente, con motivo de la Reforma Constitucional, dos sectores
obviados en 1999: los afro descendientes y las minorías sexuales, han
alzado su voz para obtener un reconocimiento explícito que derive
posteriormente en políticas públicas adecuadas para resarcir la deuda
social existente con estos sectores.
*Ensayo Terminado*
Suscrito por: