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30-04-2021
¿CÓMO HA INCIDIDO LA EVOLUCIÓN CON EL FENÓMENO QUE
ACTUALMENTE ESTAMOS VIVIENDO CON EL COVID?
Entre varios aspectos importantes a considerar están las relaciones tróficas que se
desarrollan alrededor de este mamífero (Fig.1). Ampliamente distribuido en el
sureste de Asia, se caracteriza por vivir la mayor parte del tiempo en cuevas y en
los troncos huecos de los bosques tropicales, de hábitos nocturnos e insectívoros
se alimenta básicamente de polillas, las cuales se alimentan de plantas que abren
sus flores en las noches. En bosques intervenidos para ganadería, donde se
presentan gran cantidad de fecas, se observa mayores densidades de
escarabajos estercoleros que también se constituyen en organismos altamente
depredados por los murciélagos. Estos escarabajos tienen una importante función
mejorando la fertilidad de los suelos y haciendo control biológico de otros insectos
y de parásitos, a través del entierro de las heces. En condiciones naturales, este
quiróptero no registra muchos epredadores naturales, excepto algunas especies
de aves de hábitos nocturnos como el búho.
Fig.1 Trama trófica murciélago de herradura
En un ensayo de 2018 publicado en Cell Host and Microbe (Jiazheng Xie. Et al.
Pp. 297), un grupo de científicos dio a conocer su investigación acerca de cómo
las poblaciones de murciélagos ubicados al sureste de China presentan algo
llamado percepción del ADN. Observaron que la energía que requiere el vuelo es
tal que algunos organelos (núcleo y mitocondrias) se rompen y liberan fragmentos
de ADN que quedan flotando en el citosol.
En los mamíferos, regularmente existen mecanismos de identificación y respuesta
a la “invasión” de estos fragmentos de ADN, el organismo es alertado ante lo que
indicaría la llegada de un patógeno; sin embargo, el estudio descubrió que en los
murciélagos la evolución ha hecho que pierdan algunos genes debilitando el
sistema que normalmente les causaría inflamación mientras su cuerpo combate
los virus, es decir, estos animales tienen una respuesta debilitada que les permite
mantener un “estado equilibrado de respuesta efectiva pero no exagerada en
contra de los virus”.