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ESTA TRADUCCION TIENE COMO FIN ACERCAR A LECTORES
DE HABLA HISPANA, AQUELLAS AUTORAS QUE NO LLEGAN A
NUESTROS PAISES.

ES UNA TRADUCCION SIN FINES DE LUCRO.

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¡LES DESEAMOS BUENA LECTURA!

MAKTUB
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LEPETTYT
JADE

KELLY C.

BOTTON
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MINK
Cuando miré a Bunny, supe que ella era la indicada. A partir de
ese encuentro casual, creé toda una vida solo para ella.

Ella está en casa conmigo, ambos acurrucados junto al fuego en


nuestra gran cabaña o dando un paseo en bote por nuestro lago
privado.

Está tan feliz aquí conmigo... O lo estará. Una vez que la


secuestre y la lleve a casa, le mostraré lo mucho que significa
para mí. Y cuando se dé cuenta de lo lejos que llegaré solo para
hacerla feliz, verá que nuestro amor es real. A pesar de su gato
bocón, Bunny es todo lo que siempre he querido.

Con Bunny, es un nuevo comienzo para mí. Pero tal vez debería
haber vigilado más de cerca mi pasado, porque cuando los viejos
socios comerciales vienen a reclamar, el peligro no se queda
atrás.
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La acera está ardiendo mientras troto por el vecindario. El calor
parece rezumar entre las grietas con cada paso que doy. Pero no
renuncio. Sigo poniendo un pie delante del otro mientras hago un
recorrido por mi calle, una calle lateral, el callejón, y luego otro
callejón lateral.

He hecho esta carrera tantas veces que mis pasos pueden estar
comenzando a abollar el cemento debajo de mí. Mi mirada vaga
por los céspedes bien cuidados, los arbustos perfectos y el frente
ordenado de puertas que esconden todo tipo de secretos.

Pero no me interesan los secretos. Solo los de ella.

Así que sigo corriendo y veo cómo se enciende la luz de su baño.


Luego, poco tiempo después, la luz de su cocina se enciende. El
sol caliente apenas ha salido, y Bunny ya se está preparando
para un largo día de trabajo.

—¡Oye, Ted!—

Giro a la derecha y encuentro a mi vecino al otro lado de la calle.


—John— Le doy un gesto con la cabeza y sigo caminando.

—Dime, Ted— Se acerca, su traje arrugado y último whisky de la


noche en su aliento. —¿Has visto a la chica nueva?—

Lo miro.
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—¿Sabes…— continúa —La de al lado?— Él hace un gesto hacia


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la casa de Bunny.
—¿Qué hay de ella?— Respiro hondo y me prometo que no
levantaré un dedo contra este payaso. No puedo. No ahora. Aquí
no. Alguien lo vería. Y si eso sucediera...
—Es sólo…— Mira a su alrededor como si su esposa fuera a
aparecer de sus arbustos de rosas y fuera a aplastarlo —Ella
tiene esos… esos melones grandes y redondos. ¿Tú sabes qué
estoy diciendo? Lo que yo daría por enterrar mi cara entre ellos y
simplemente ir a la maldita ciudad, me sientes? Podría morir allí.
Y no me importaría—

Mi columna se endereza como una baqueta, y siento el momento


en que mis venas se convierten en hielo. —John, tienes que
marcharte—

Me mira parpadeando. —¿Eh?

—Dije que te vayas de una puta vez— Lo digo con tanta calma
como puedo, pero algo en mi cara, tal vez en mis ojos, revela que
tengo muchas ganas de hacer violencia con este imbécil.

Palidece. —Yo, eh... Bueno, no quise decir nada con eso. Carrie
me lastimaría mucho si alguna vez intentara... —

—Vete— No digo la palabra tanto como la muerdo.


Él salta. —Me fuí. Desaparecido— Se apresura a cruzar la calle.
—Buena charla— Su pie se atasca en el bordillo y cae extendido
sobre su césped delantero.

Me imagino yendo hacia allí, arrastrándolo hasta la acera y


pisando fuerte fuera de su...

—¿Ted?— Su voz es como una caricia por mi piel, un susurro de


suavidad sedosa.

Al volverme, la encuentro parada detrás de mí. Su pijama de


gatitos está abotonado hasta el cuello, pero eso solo hace que el
botón entre sus pechos tenga que trabajar más duro. Se está
esforzando desesperado por estallar.
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Obligo a mi mirada a permanecer en la de ella en lugar de
engañarla y animar a ese botón a que abandone la lucha. —
Buenos días—

Se coloca un mechón de su desordenado cabello rubio detrás de


la oreja. — Yo solo, um— Ella mira al otro lado de la calle donde
John ha entrado en su casa. —¿Me preguntaba si dijo algo sobre
mí? Los vi a ustedes dos aquí afuera hablando, y yo no lo sé,
John solo me da esta extraña vibra. Y yo podría haber jurado que
vi a alguien, ¿tal vez a él? No sé…—Ella se aleja y mira fijamente
su casa.

—¿Lo viste qué?

—Lo vi mirando por mi ventana la otra noche— dice en voz baja,


como si la acusación fuera demasiado delicada para mis oídos.

Estallaría de rabia, iría a su casa, lo sacaría a rastras y le daría


una paliza en su jardín delantero. Pero no lo hago. En cambio,
exhalo lentamente.

—No vi a nadie— Me encojo de hombros. Esa es la verdad. Yo


habría sabido el segundo que alguien puso un pie en su césped.
De hecho, estoy seguro que la persona que ella menciona era yo,
pero no hay que revelar ese pequeño detalle.

—Bien— Ella encuentra mi mirada de nuevo. —Está bien— dice


de nuevo y asiente para sí misma.

—No te preocupes—La esquivo. —Estoy justo al lado— quiero


agarrarla y arrastrarla a mi casa, mostrarle lo mucho que la
quiero.

Hoy no. ¿Esta noche, sin embargo? Esta noche es otra historia.

Me he estado preparando para este momento durante un año,


pero he estado esperando a Bunny toda mi vida. Ella es mía. La
única. Ella piensa que soy un vecino modesto. Un hombre
distante que pasa todo su tiempo libre en el trabajo.
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Es casi gracioso lo bien que he ocultado mi verdadera identidad.
Nadie sabe que soy un hombre buscado, uno con un pasado y
más enemigos de los que quiero contar.

Sin embargo, todo eso cambió cuando vi a Bunny. Fue entonces


cuando yo supe lo que tenía que hacer. Acercarme a ella. Conocer
cada detalle sobre ella. Y luego, cuando sea el momento
adecuado, la tomaré.
La excitación primordial que atraviesa mi pensamiento es mejor
que la adrenalina.

—Eres realmente guapo cuando sonríes— Ella está viendo hacia


arriba mirándome con esos ojos grandes e inocentes.

—Gracias, Bunny—

Sus mejillas se tornan de un escarlata brillante y se aclara la


garganta. —Oh, estabas corriendo. Lo siento. Y necesito
prepararme para el trabajo. Supongo que te veré más tarde—

—Definitivamente—

Ella sonríe, sus pequeños hoyuelos hacen acto de presencia.


Mierda. Ella es una gran tentación. Me despego a paso rápido
para detenerme yo mismo de hacer algo precipitado. Cumplir con
el plan es clave.

La cabaña está lista y no esperaré un momento más para


reclamar a Bunny.

Esta noche es la noche.


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Miro como Ted despega, volviendo a su carrera. Sé que no soy la
única chica de la cuadra que roba miradas hacia él haciendo
ejercicio. Todas las damas hablan de él. Incluso las casadas.
Quiero decir, no puedo culparlas basado en lo guapo que es. Y
también está ese tonificado cuerpo, y ni siquiera me hagas
empezar con esos gruesos y musculosos muslos. Pero eso no
significa que deba gustarme la forma en que sus los ojos vagan
por todo él. Siempre me irrita, lo sé es irracional considerando
que apenas conozco al hombre.

Algunas de las chicas me han preguntado en el pasado si Ted


alguna vez me invitó a salir. Dijeron que imaginaban que lo
habría hecho ya que yo que parece ser soy con quien más habla
en la calle, pero yo estoy segura que eso es solo porque vivimos
justo al lado del otro.

Como si Ted me fuera a invitar a salir alguna vez. Quiero decir,


está rodeado de todas estas mujeres arregladas. Todo lo contrario
a mí. Veo a Becky unas puertas más abajo, cuando sale de su
casa y recorre su camino de entrada. Ella está en un verde
azulado oscuro, sedoso y diminuto camisón. Desde aquí puedo
ver sus malditos pezones asomando por la tela. De alguna
manera, ella todavía está en pijama pero su cabello y maquillaje
están listos.

Miro como ella llama a Ted para tener su atención cuando está a
punto de pasar por su casa. Yo respiro, girando y yendo de vuelta
a mi casa a prepararme para el trabajo. Ted debe pensar que soy
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una idiota gigante con mi pijama de gatito. Son cómodas y


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adorables, pero supongo que no son lo que otros considerarían
sexy. Las amo y eso es todo lo que importa.

Dejó a un lado mis inseguridades. Ted y yo nunca seremos una


cosa. Tengo que dejar de permitir que mis pensamientos vayan a
la deriva. Estoy lejos de su tipo. No es que realmente sepa cuál es
su tipo. Nadie nunca va o viene de su lugar. Debe recoger sus
citas y llevarlas de regreso a sus lugares o algo así. Quiero decir,
vamos, no hay forma de que el hombre no esté en citas.

Mi mente permanece en él mientras me preparo para el trabajo.


No tengo que ir súper elegante, pero no creo que los pijamas de
gatitos sean del agrado de mi jefe, el Sr. Foley.

Llevo unos meses con el Sr. Foley. Es el mayor tiempo en el que


he estado en el mismo trabajo. Con la agencia temporal,
normalmente me cambian cada dos o tres semanas. Yo lo prefiero
de esa manera. Nunca puedo encontrar nada que me guste lo
suficiente hacer por más tiempo que eso. Sigo esperando que uno
de mis trabajos temporales me ayude a guiarme por un camino
en el que quiero permanecer, pero no he tenido suerte todavía.
Tengo la esperanza de que suceda antes en lugar de más tarde.

Encuentro a Walter junto a la puerta principal haciendo


pucheros. Él sabe que tengo que ir a trabajar, y él me recuerda
que no está de acuerdo con eso. Cuando conseguí a Walter por
primera vez hace un año en el refugio, apenas podía conseguir
que saliera de su jaula cuando llegamos a casa. Le había costado
unos días acostumbrarse. Ahora él apenas me pierde de vista. La
mitad del tiempo él quiere que lo lleve como un bebé. Quiero
decir, cuando era más joven no era tan difícil, pero ahora es
gigantesco. Aun así, me precipito abajo y recojo a mi bebé peludo
esponjoso. Le doy besos en la parte superior de su cabeza antes
de irme.

—Sé un buen hombre mientras yo no esté—

Él maúlla, sin estar de acuerdo. Lo llevó de regreso a la cocina y


le doy algunas golosinas antes de que me escape. Creo que un
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trabajo soñado sería cuidar gatitos todo el día. La gente tiene


cuidadores de perros. ¿Qué pasa con los cuidadores de gatos?
Eso debería ser una cosa.

Cuando llegó a la oficina, ni siquiera tengo tiempo para


instalarme, porque la agenda está muy ocupada hoy. Es una
reunión tras otra. Todos comienzan a mezclarse, personas
adineradas y sus abogados hablando sobre acuerdos de inversión
y golf. El señor Foley siempre me hace sentarme en su oficina y
tomar notas malditamente de todo.

Creo que algunas veces olvidan que estoy aquí, y las


conversaciones pasan a su última partida de póquer o las
mujeres con las que se acuestan. Me he sentido más incómoda
unas pocas veces. Especialmente cuando uno de los socios
comerciales del Sr. Foley decidió entrar en gran detalle sobre
cuando recibió una mamada de una camarera.

El día pasa volando antes de que me dé cuenta,


afortunadamente. Como cada día que pasa, sé sin duda alguna
que ser asistente de oficina definitivamente no es lo adecuado
para mí a largo plazo. Estoy agradecida, sin embargo, tengo un
trabajo y un sueldo fijo. Mis facturas no van a pagarse a sí
mismas. Cuando terminó la última cita, salgo de mi computadora
y recojo mis cosas para salir. Mi estómago gruñe, recordando que
no he tenido ninguna cosa para comer hoy.

—Bunny— me llama el Sr. Foley. Gimo por dentro, esperando no


tener que quedarme más tarde. Cuando salgo tarde, pierdo mi
oportunidad para ver a Ted al volver a casa. Por lo general, llega a
casa al mismo tiempo que yo.

—Sí, señor— respondo. Señor es lo único como me deja llamarlo


por alguna extraña razón. Cada vez que lo digo, sonríe.

Es un montón de basura. Todos los demás alrededor de la oficina


lo llaman Foley.

—Prefiero que mis asistentes usen vestidos. No más pantalones—


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Su los ojos caen a mis piernas.


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El calor se apresura a mi cara. La vergüenza me llena de que no
soy a cualquier nivel que tenga. Esta no es la primera vez que
uso estos. Tengo un par de pantalones blancos de piernas
anchas. Cuando me pongo los pantalones, puedo conseguir usar
los zapatos planos. No odio los tacones, al menos no al principio,
pero usarlos durante ocho horas es demasiado. ¿Por qué está
comentando sobre esto ahora?

—Lo siento, señor—

—Simplemente no lo vuelvas a hacer—

Asiento con la cabeza, esperando poder irme ahora.


—Nos saltamos el almuerzo. Vamos a Oaks Steakhouse a
conseguir algo de comer. Podemos discutir algunas cosas. Voy a
agarrar mi abrigo— dice antes de que pueda encontrar una razón
para salir fuera de esto.

—¿Lista?— pregunta, volviendo de su oficina un momento luego.

No puedo esperar hasta que su asistente Barbara finalmente


regrese de la baja por maternidad. Suspiro, sabiendo que no hay
nada que pueda hacer en este punto, para no aceptar su
invitación. Al menos podría conseguir un buen bistec de esto.

—Sí, señor— Saco mi bolso de debajo de mi escritorio.


La mano de Foley va a mi espalda mientras me guía por la puerta
de enfrente. No pierdo las miradas que recibimos de algunos
miembros del personal que todavía están trabajando.

Genial. Ahora todo el mundo va a pensar que entre el señor Foley


y yo está pasando alguna cosa. Sé que engaña a su esposa, pero
no quiero ser parte de eso.

Ni siquiera un rumor, que apuesto que ya ha empezado.

Cuando llegue a casa esta noche, lo primero que haré es enviar


un correo electrónico a la agencia temporal. Me estoy empezando
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a sentir incómoda aquí. O tal vez estoy siendo paranoica. John


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desde el otro lado de la calle también me ha dado las mismas
vibraciones espeluznantes que el Sr. Foley ahora.

El mundo está lleno de pervertidos. Excepto por Ted. Es uno de


los buenos. Que mal que él me vea como la chica de al lado.

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Ella ya debería estar en casa. Normalmente la sigo desde su
trabajo, pero esta noche estaba ocupado asegurándome de que
todo esté en su lugar.

Secuestrar a alguien no es tan fácil como parece. No cuando la


persona que estás tomando es la única mujer en el mundo por la
que moriría para protegerla. No quiero asustarla, hacerla correr.
Además, solo la perseguiré, y cuando un hombre tan grande
como yo va corriendo detrás de ti, seguramente será aterrador.

Entonces estuve aquí en el vecindario. Saqué los cubos vacíos de


basura y reciclaje a la acera, corte el césped una última vez, e
hice que todo pareciera normal. Lo mismo en mi sitio.

Walter me saluda con su ronroneo habitual cuando abro la


puerta de la cocina y entró en la casa de Bunny.

—Actúas como si nadie te quisiera— Me arrodillo para


acariciarlo. —Sé que eso no es cierto. Bunny te ama día y
noche— Tanto es así que me encuentro poniéndome celoso de
Walter, aunque es solo un gato. Aun así, se acurruca con Bunny
cuando está en la cama o sentada en su sofá leyendo. Veo todo a
través de las cámaras que coloqué en todas las lámparas. Sé que
suena espeluznante... y realmente no tengo una explicación que
lo haga sonar mejor. Pero eso no importa. Bunny es la única
mujer que he querido, y ella me perdonara por ser un poco
entusiasta en mi persecución.
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“¿Cuándo nos vamos?" Se da la vuelta para que pueda rascar su


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barriga.
—Todo está listo. Solo necesito ponerte en tu transporte— abro la
puerta de la suave caja. Ya hay golosinas dentro, así como su
juguete favorito, un pez de peluche que se menea cuando lo
muerde.

Él empieza a oler. “¿Son esas las golosinas de pavo en lugar del


pollo? Tú sabes que no me gusta el... “

—Son de pollo— No puedo con esta amenaza peluda. —Sé que


no te gusta el pavo. Solo me lo has dicho cincuenta veces. Solo
entra—

Me lanza una mirada de reojo que está llena de descaro, luego


trota hacia adelante. —Al igual que practicamos. Bien— Lo
deslizó dentro y cierro la puerta. Arrugó la frente. —¿Has subido
de peso desde la última vez que hicimos este simulacro? Eres
aún más ancho. Necesito una más grande caja—

"¡Cómo te atreves a sugerir tal cosa!"

—No importa. Debo haber calculado mal —

Me ignora y mastica sus golosinas. Me paro y examinó la casa


una vez más. Todo está empacado, ambas casas están listas para
ser cerradas herméticamente. Los vecinos más entrometidos ya
tienen notas en sus buzones de correo sobre Bunny en un viaje
de chicas con unas amigas de su ciudad natal. Ninguna presta
atención a mis idas y venidas. Ellos piensan que yo tengo un
trabajo que me mantiene fuera de la ciudad un poco.

Miro mi reloj por tercera vez desde que entré a la casa. —¿Dónde
está ella?—

Walter me mira a través de las áreas de ventilación de su cómodo


portador. —No sé. Eres el acosador. ¿No es tu trabajo saber?

—Ella está tarde— Me doy la vuelta y salgo, luego cierro la puerta


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trasera mientras llevo a Walter a mi todoterreno y lo subo al


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asiento trasero. —Cambio de planes—


Él maúlla una vez, luego se da la vuelta y se asienta en forma de
panecillo de canela.

—¿Vez? Es por eso que soy yo quien debería tener toda la


atención en lugar de ti. Podría estar en peligro, Walter. ¿Y tú a
qué te dedicas? ¿Vas corriendo para salvarla? No solo tomas tus
siestas y... —

Sus ronquidos de gatito llegan a mis oídos justo cuando enciendo


el auto.

Niego con la cabeza. No tengo razón para tratar de hablar con


sentido común a Walter de todos modos. Es, con mucho, el gato
más arrogante que he visto. También tengo una boca sobre él.
Menos mal que es una bola fluida de monería.

Me alejo de nuestras casas perfectas, dejándolas en el vista


trasera. No volveremos por mucho tiempo, si es que regresamos.
Mi vida no está aquí. Está donde esté Bunny. Hablando de…saco
mi teléfono de mi bolsillo y haga clic en su rastreador.

—¿Un restaurante de filetes?—Niego con la cabeza a mi teléfono,


luego presiono más fuerte en el gas. —Eso no es propio de ella—
Una escalofriante sensación se apresura a subir por mi columna.
No me gusta esto. Para nada. Y tengo la sospecha de que esto
tiene algo que ver con su maldito jefe. He pasado por toda su
suciedad de lavandería, es suficiente para mantener una
tintorería en el negocio por una generación.

—¿Vez? Debería haberla sacado antes. ¿Recuerdas, Walter?


¿Recuerdas cuando te dije que ese tipo haría un pase hacía ella,
y dijiste que estaba bien y que era solo un trabajo temporal de
todos modos? ¿Recuerdas eso?— Miró su jaula en el retrovisor,
pero no se mueve. Estúpido.

Estaba equivocado acerca de su jefe, y eso atraso todo el plan.


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Pero no importa. Bunny seguirá siendo mía, y todo saldrá


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perfectamente según lo planeado para el resto de la noche.


Conduzco en un lugar de estacionamiento en la parte trasera del
restaurante y dejó el coche en marcha. —No tardaré—

"Si tienen algún tipo de salmón en el menú, agradecería una


orden. Sin embargo, deja las salsas a un lado. Mi estómago está
bastante delicado, ya sabes”.

Golpeó la puerta antes incluso de responder a su tonta petición.


Apresurándome más allá de los autos estacionados, entró al
restaurante y la localizó de inmediato.

Ella está en una mesa a mi derecha y está cantando. Sus


palabras son arrastradas, y ese pedazo de mierda de su jefe tiene
sus brazos alrededor de sus hombros.

Eso es todo.

Agarro un menú de la estación del servidor y caminó hasta la


mesa. Cal Foley me mira. —¿Dónde está la mesera?

—Mis disculpas, pero ella tuvo que tomarse un breve descanso.


Estaré atendiéndolos por el resto de la noche—

—Creo que hemos terminado aquí— Me sonríe cuando la cabeza


de Bunny se inclina hacia atrás, sus ojos desenfocados envían
preocupación en cascada a través de mi intestino. —Me voy a
llevar a esta cosita a casa y agotarla. Pero primero, necesito
orinar— Su tono de jactancia y la forma en que toca a mi chica
me envía en un jodido ataque de rabia vertiginosa. Saca una
tarjeta de crédito y me la da mientras se pone de pie.

—Gracias— Miro mientras apoya a Bunny contra la esquina de la


cabina. —Me encargaré de esto—

—Tú. Eres tú — dice Bunny y me mira fijamente, pero él ignora.


Ella está drogada. Le puso un pincho a su bebida. Yo conozco a
mi Bunny y ella nunca bebería lo suficiente para ponerse así, no
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con un hombre como Cal Foley. Ella lo sabe mejor.


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—Gracias hombre— Camina hacia atrás, pasa la barra y entra al
pasillo donde están los baños.

—Estaré volviendo. Quédate quieta—

Me inclino y la beso en la frente. —Nunca te volverá a tocar. Lo


prometo—

Sus ojos se cierran y está en el país de los sueños.

Tiro el menú sobre la mesa y me dirijo al baño. Doblándome las


mangas a medida que avanzo. Voy a disfrutar esto.
Inmensamente.

Ojalá Walter estuviera aquí para verlo.

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—Hmm— Gimo cuando empiezo a despertar. ¿Cuándo mi cama
se volvió tan jodidamente cómoda? Walter se pone a mi lado,
ronroneando en anticipación a sus masajes matutinos, voy a
darle lo que quiere por unos minutos, y luego volveré a dormir.
Esta cama es demasiado cómoda para no hacerlo. Un olor
familiar me rodea, que no puedo ubicar por alguna razón.

Esperar. Espera un segundo.

Tengo trabajo. ¿No es así? Intento recordar qué día es. Pero mi
mente parece estar funcionando a una velocidad superlenta esta
mañana.

Entonces todo me golpea a la vez. Mis ojos se abren de golpe


cuando los recuerdos de lo que sucedió anoche regresan
apresuradamente a mí. Me siento, tirando de la manta hacia
atrás para revisarme.

¿Me acosté con mi jefe? El pensamiento me hace querer vomitar.


Estoy en una camisa holgada negra gigante que sería demasiado
grande para el Sr. Foley, seguramente. Pero es lo único que tengo
además de mi ropa interior. Ahueco mi sexo para comprobarlo,
pero no tengo algún dolor allí. Estoy bastante segura de que
estaría adolorida si hubiera perdido mi virginidad anoche.

—¿Walter?— Susurro su nombre mientras contemplo el


dormitorio que no es mío. ¿Qué diablos está pasando? Si hubiera
vuelto al lugar de alguien, ¿Por qué demonios estaría mi gato
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aquí conmigo? Nada de esto tiene sentido.


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¿Qué diablos me pasó que solo puedo recordar? hasta cierto
punto anoche? Sé que estaba cenando con el Sr. Foley. Había
ordenado el plato de salmón, planeando tomar la mitad a casa
para Walter compensando el llegar tarde. Después de eso, todo se
vuelve borroso. ¿Solo tomé una copa de vino o no? No soy una
gran bebedora, así que no habría bebido más que eso.
Especialmente cuando estaba cerca del Sr. Foley.

—¿Walter, qué está pasando?

No tiene respuesta, por supuesto. Es un gato.

El miedo comienza a fluir a través de mi cuerpo mientras me


deslizo lentamente de la cama y trato de no hacer ruido. Noto
una pequeña escalera que conduce a la cama, que supongo que
es para mascotas o algo así. La cama es bastante alta. Para que
yo regrese, lo haré pero tengo que subir o usar las escaleras
también. Si no me estuviera volviendo loca podría reírme de la
idea. Pero estoy totalmente al cien por ciento, enloqueciendo.

A juzgar por el tamaño del dormitorio, supongo que estoy en una


casa. Las paredes están desnudas, pero los muebles son nuevos.
Es moderno con un toque de estilo rústico. Le vendría bien
algunos detalles, pero en general es agradable. Pensé que el
señor Foley vivía en un condominio. Algo ostentoso. Él siempre se
jacta de su ático. Siempre imaginé su lugar para tener frío
muebles de cuero negro, todo de cristal y corte limpio. Lo imaginé
teniendo un piano gigante en la sala de estar que él en realidad
no sabría cómo tocar.

Esto no ayuda en absoluto a mi miedo. No estoy segura de si es


bueno o malo es que estoy empezando a pensar que este palacio
no pertenece al Sr. Foley.

Cuanto más trato de recordar lo que pasó anoche, más empiezo a


pensar que estaba drogada. Lágrimas arden en mis ojos mientras
Abro la puerta para asomarme al pasillo. Sin ver a nadie, me
apresuro a la cama para agarrar a Walter y tratar de hacer
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nuestro escape. Mierda, mi bolso. No tengo llaves, teléfono ni


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dinero. No importa el hecho de que solo estoy en una maldita
camisa y no tengo idea de dónde está mi ropa.

Aun así, tengo que mirar a mí alrededor. Necesito al menos


intentar averiguar dónde diablos estoy. Me arrastro lentamente
por el pasillo y localizó la puerta de entrada. Corro hacia ella e
intentó abrirla. Descubro que está bloqueado, giro el cerrojo y lo
intentó de nuevo. Aun así, la cosa no se mueve. ¿Qué demonios?

Veo otra cerradura en la parte superior de la puerta. No hay


manera de que yo incluso pueda alcanzarlo, y parece que se
necesita una llave. ¿Estoy realmente encerrada en esta casa?
¿Quién necesitaría hacer tal cosa? El propósito de una cerradura
es mantener a la gente fuera, no dentro. Doy un paso atrás y
luego otro. Dejó escapar un grito cuando chocó con algo sólido.
Walter se escapa de mis brazos, saltando. Ese pequeño traidor
probablemente regresó al calor de la cómoda cama.

Lentamente, me doy la vuelta, llegando al nivel de la cara con un


ancho pecho. Una camisa negra como la que estoy usando se
estira contra de él. Dejo caer mi cabeza hacia atrás para echar un
vistazo, y para mi sorpresa, mis ojos se conectan con Ted. El
alivio me invade instantáneamente.

Incapaz de detenerme, me arrojó sobre él y estalló en lágrimas.


No sé cómo llegué aquí, pero supongo que Ted me salvó de
alguna manera. Me levanta en sus brazos, abrazándome cerca.

—Va a estar bien— Sus manos me acarician la espalda tratando


de calmarme.

—¿Dónde estoy?— preguntó en su cuello. De alguna manera él se


da cuenta de lo que dije.

—Mi cabaña—

Franqueo, levantando la cabeza. Genial. El chico que he estado


enamorada me está viendo lucir un desastre. —¿Cómo llegué
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aquí?
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—Yo conduje— Sus respuestas son sencillas y van al grano.

—¿Mi jefe me llevó a casa anoche?— Tal vez ahí es donde él y el


Sr. Foley se encontraron.

—No— La cara de Ted está tensa, haciéndome pensar que soy


irritante él.

—No entiendo— Me lamo los labios secos. Lo juro por un


momento, sus ojos van a mi boca. El deseo comienza a subir
dentro de mí. Me doy cuenta de que ahora estoy pegada a él, la
camisa que estoy vistiendo de haberse subido. Ambas manos
están en mi culo, manteniéndome quieta.

—Me encontré contigo en el restaurante anoche. Parecías fuera


de ti. No podría dejarte así— Sus dedos se clavan en mi culo más
en un agarre posesivo, levantándome ligeramente.

—¿Me drogó?— Ted asiente.

Dejo caer mi mirada. Soy tan estúpida. Debí haber confiado en


mi instinto y no irme con él. —Estoy tan feliz de que estuvieras
allí. Tú me salvaste—

—No estoy tan seguro de todo eso— Está siendo modesto. —


Traje un doctor a ver cómo estabas. Me preocupe. Dormiste
durante la noche y el día siguiente—

—¿Qué?— Perdí todo un maldito día. —Odio a ese hombre. Yo


debería informarle antes de que le haga esto a otra persona—

—Ya me he encargado—

—Oh— Me relajo más en su agarre. —Estaba realmente


asustada allí por un minuto. Pensé que me habían secuestrado—

—¿Secuestrado?— Ladea la cabeza hacia un lado, estudiándome.


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—Quiero decir, me desperté en un lugar diferente y sin


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mencionar la cerradura espeluznante en la parte superior de la


puerta. ¿Por qué necesitas eso?— Intento moverme para que me
baje. Él no me deja ir a ningún lado. Teniendo en cuenta que
estoy en el lado de las curvas, no debe ser fácil abrazarme.

—Cuando tienes algo muy especial, tienes que asegurarlo lejos


del resto del mundo antes de que alguien más intente tomarlo de
ti—

Tal vez todavía estoy un poco confundida, pero la forma en que él


me mira, me hace pensar que está hablando de mí. Lo cual
significa que en realidad estoy secuestrada.

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“La estás asustando" dice Walter desde abajo del salón.

—Voy a necesitar que me bajes— Bunny traga duro.

—¿Por qué?

—Porque…— Frunce el ceño. —Porque yo... Porque necesito


pensar, y tenemos que hablar. Y no puedo pensar con tus manos
en mi trasero. —

—Pensar está sobrevalorado— Miro sus labios.

Ella niega con la cabeza. —No cuando me despierto en una cama


extraña, con la camisa de otra persona... —

—Mi camisa— Aprieto su culo de nuevo. Se siente tan perfecto en


mí las manos. He estado esperando tanto tiempo para acercarme
a ella así. Estaban destinados a ser. Solo tengo que
demostrárselo. Eso es lo que todo esto se trata. Asegurándose de
que ella sepa que lo haré estar siempre aquí para ella, pase lo
que pase.

—Tu camisa. Sí. Solo necesito pensar. ¿Por favor?

Bueno, mierda, cuando ella pregunta así, no puedo decir que no.
A regañadientes, la pongo de pie.

Ella se escabulle entre la puerta y yo. —Voy a necesitar que


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desbloquees esto— Ella señala la barra de metal a lo largo de la


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parte superior.
—Lo siento, Bunny, no puedo hacer eso—

Ella se aleja de mí. —Ted…—

—Ese no es mi nombre. No es mi nombre real— Eso la detiene en


seco.

—¿Qué?

—Mi verdadero nombre es Slade. Tuve que cambiarlo hace un


tiempo— no es necesario que entre en todos esos detalles ahora
mismo, especialmente ya que parece que quiere salir corriendo.

—¿No eres Ted?

—No—

Ella retrocede. —¿Me has estado mintiendo? Sobre tu nombre,


acerca de... — Mira a su alrededor, sus ojos comienzan a abrirse
incluso más. —¿Sobre tener una mansión y qué más? ¿Por qué
estoy aquí? ¿Me vas a hacer daño o algo así?

—Nunca— Doy un paso hacia ella.

—¡Quédate atrás!— Ella extiende una mano.

Puedo oír a Walter reír. "Clásico. Esto realmente va a las mil


maravillas."

—¡Cállate!!

—¿Qué?— Ella retrocede ante mi tono gruñón.

—Tú no, Bunny— Dios, Walter tiene razón. Estoy jodiendo todo
esto arriba.

—¿Entonces quién?— Ella mira hacia el pasillo. —¿Hay otras


24

mujeres aquí?
Página
—¿Qué? De ninguna manera— Niego con la cabeza ante su
extraña pregunta. —Solo estamos tú y yo—

—¿Por qué? ¿Qué me vas a hacer? — juro que su corazón está


latiendo a una milla por minuto, su cuerpo temblando.

—Bunny, por favor. Cálmate—

—¿Calmarme?— Su voz es aguda, tensa. —¿Cómo puedo


calmarme cuando estoy encerrada en una mansión con un
mentiroso?

La estoy perdiendo, perdiendo el control de toda la situación.


¿Por qué pensé que esto sería diferente? No lo sé, pero no puedo
cambiarlo, y no puedo dejar que se vaya a ningún lado hasta que
se dé cuenta que nunca la lastimaría.

—Bunny, sé que esto parece mucho. Pero te lo prometo, yo nunca


te haría daño. Nunca. Estás a salvo aquí conmigo—

—Estoy a salvo en mi casa— responde.

—Porque estoy justo al lado— Y observo cada movimiento haces.

—¿Por qué estás haciendo esto?— Ella solloza. Entonces aspira


aire. Su estómago gruñe. —Eso huele a... ¿Eso es piccata de
pollo?

Empiezo. Mierda, me había olvidado por completo de la salsa


cuando encontré a Bunny despierta. —Espera— Doy la vuelta y
corro por el pasillo, luego giro a la derecha pasando la escalera de
troncos y a través de la puerta hacia la cocina.

La salsa está casi dorada y quería mantenerla como color miel.


Así es como Bunny prefiere su comida favorita. Sin pensarlo,
alcanzó la sartén y la sacó del fuego, quemando mi mano en el
proceso. Pero salvo la salsa. Eso no es llegar muy lejos.
25

—Mierda— Sacudo la mano, luego doy un vuelco en el agua fría


Página

y la sostengo debajo.
Siento el momento en que Bunny entra a la cocina. El aire
cambia, se carga con una conexión invisible entre nosotros.
Siempre lo he sentido. Me pregunto si ella puede sentirlo
también.

—Eso huele tan bien— Ella mira el pollo crujiente que he puesto
en un escurridor. —Dorado frito. Y la salsa…— Se lame los
labios y luego vuelve la mirada hacia mí. —¿Qué pasó?

—Nada— Me encojo de hombros.

Ella se acerca, indecisa al principio. Cuando llega cerca, ella mira


mi mano. —Oh no—

—Sólo una pequeña quemadura—

—Eso no es pequeño. Cuando la piel se pone así de brillante, va a


ampollarse — Ella frunce el ceño. —¿Tienes un botiquín de
primeros auxilios?

—No te preocupes por eso. Seré…—

—Mira, Slade o como te llames— Ella pisotea su pie descalzo en


el suelo de madera. —Si me vas a mantener aquí como una
especie de prisionera, lo mínimo que puedes hacer es cooperar
conmigo cuando trato de ser amable.—

¿Tiene alguna idea de lo jodidamente caliente que está cuando


toma ese tono serio? Podría hacerme crema en mis jeans solo
escuchándola, mirándola.

"Deja que ella te ayude, tonto". Walter salta al mostrador y mira


el pollo frito.

—Abajo— le gruño.

Él sonríe y se pone de lado, luego comienza a lamer su pata.


26

Estúpido.
Página
Me vuelvo hacia Bunny. —Hay algunas cosas en la despensa.
Estante inferior en la parte de atrás —

—Okey. Lo conseguiré— Ella gira. —Espera. ¿Dónde está la


despensa?—

Apago el agua. La quemadura comienza, bueno, a arder, así que


vuelvo a encenderla y me quedo quieto. —Puertas francesas a la
izquierda—

—Oh— Se apresura a entrar en la despensa y regresa


rápidamente con una pequeña caja blanca con una cruz roja. —
No sé mucho de enfermería, pero haré lo que pueda—

Apagando el agua de nuevo, dejo que mi palma arda mientras la


seco con una toalla de papel. —No eres una prisionera— Ella no
responde, solo se acerca y toma mi mano.

—Necesitas un poco de hidrocortisona para la quemadura—

—Lo digo en serio, Bunny. No eres mi prisionera—

—¿Entonces, por qué no puedo irme?— Ella aprieta el tubo,


enviando demasiadas salpicaduras en el mostrador.

¿Debería decírselo?

Siento que sería mejor si lo hiciera. Tal vez entonces ella confiaría
en mí algo.

—¿Mmm?— presiona. —Si no soy tu prisionera, y ahora soy la


enfermera de la prisión, aparentemente, ¿por qué no puedo
irme?— Ella frota la crema un poco entusiasta en mi mano, pero
yo no reacciono.

En cambio, respiro hondo y le digo la verdad. —Porque te amo—


27
Página
Su declaración me golpea fuerte. En toda mi vida nadie alguna
vez me ha dicho esas tres palabras. Si lo hicieron, era muy
pequeña para recordar. Yo tenía tres cuando mis padres
murieron, y me pusieron en el sistema.

Toda mi vida, he querido agarrar a mis padres y aferrarme a


ellos, pero no puedo. Pero este hombre parado justo enfrente de
mí me está ofreciendo el amor que nunca he tenido. Pero... no
puedo tomar eso.

Esto está mal. Tengo que recordar que esencialmente he estado


secuestrada y estoy retenida en contra de mi voluntad. Aun así,
cuando me mira con sinceridad puedo sentirlo todo el camino
hasta a los dedos de mis pies, no parece un secuestro real. No es
un rasgado episodio de los titulares de la serie policiaca, sino
más bien un... bueno, yo no lo sé.

Todo esto es muy abrumador.

Él está loco. Esa es la única explicación de todo esto. Yo debería


haber sabido. No puedes estar tan caliente y no estar loco.
Siempre hay una trampa, ¿no? Era demasiado perfecto.

—No me amas— Obligó las palabras a salir de mis labios. Tengo


que luchar contra las emociones que burbujean dentro de mí.
Estoy tan necesitada de amor que estoy peleando por no saltar a
esta locura tren.
28

—Lo hago. ¿Por qué si no haría todo esto?— Agita su mano


Página

alrededor. —Este es tu sueño, ¿no?


—¿Mi sueño?— ¿De qué está hablando? ¿Cómo puede el saber de
mis sueños? Cuanto más miro alrededor de la cocina, algo
familiar comienza a hormiguear en el fondo de mi mente. Me doy
cuenta de que hay ciertas cosas que hay en esta casa que
siempre quise en un hogar de ensueño.

—Tener una familia propia. Una cabaña gigante junto al lago—


Abro la boca y la cierro. —Puedo darte todo esto—

—¿Quieres una familia?— ¿Por qué es eso lo que le pregunto de


todo? ¿Qué está mal conmigo? Debería estar llorando o rogándole
que me deje ir, pero no puedo evitar ser curiosa. Tal vez él no sea
el único loco aquí.

—Te deseo. Los planes que tengo para nosotros probablemente


conducirán a una familia. No estás tomando anticonceptivos y
estarás ovulando en unos pocos días—

No creo que me sorprenda más si lo intentara. La cantidad de


información que este hombre sabe sobre mí es una locura.

—¡Slade!— Gritó su nombre. —¿Cómo sabes todo esto?—

—Soy muy observador—

Lo miro.—¡Eso es espeluznante, y lo sabes!

Se mueve de un pie a otro, en realidad parece nervioso, lo que es


ridículo. Soy la mitad de su tamaño, y él es quien me secuestró.

—Está bien, puede que haya leído tus notas— admite finalmente.

—¿Notas?— No tengo ni idea de lo que está hablando. Entonces


eso de repente me llega. —¡Mi diario!

Mi cara se sonroja de inmediato, sabiendo que escribo mis


sentimientos más íntimos allí. Que incluyen mis esperanzas, mis
29

sueños y un montón de charlas sobre mi atracción por él.


Página
No pensé que nada pudiera ser peor que estar drogada por mi
jefe, luego secuestrada por mi vecino caliente, pero esto es la
cereza del pastel.

Agacha la cabeza, al menos luciendo un poco arrepentido por


eso.

—¡Esas cosas son privadas! ¿Qué te pasa?

Se avergüenza de mi pregunta.

La culpa no debería ser para mí.

—No sé qué me pasa. Solo sé que yo te necesito. No deberíamos


tener secretos el uno del otro—

—Todo el mundo necesita privacidad. Vas a contarme todo


pasando dentro de tu cabeza?

—Si quieres— responde.

Pongo los ojos en blanco antes de darme la vuelta para salir de la


cocina. Me dirijo a él estúpido baño para tratar de encontrar algo
para envolver su quemada. El botiquín de primeros auxilios solo
tenía una selección limitada.
Cuando yo me doy la vuelta, me encuentro con un pecho sólido.

—Ve a la cocina y sienta ese trasero— ordenó. Sus labios se


contraen.

—No sonrías— lo apuntó con el dedo.

—Sin sonreír— Se vuelve para volver a la cocina.

—Debería dejarte sufrir— Me dejó caer en la silla junto a la suya.

—Eres demasiado noble para hacer eso—


30

—Supongo que ser amable me está mordiendo el trasero en este


Página

momento— me pongo manos a la obra cubriendo su quemadura.


—Necesitas que alguien te cuide. Otros se aprovechan de ti— Ni
siquiera se inmuta cuando le aplicó el vendaje.

—Nadie se aprovecha de mí. Excepto mi jefe y tu — yo agrego


rápidamente.

—Lo hace— dice con tanta certeza. —O lo hizo— Algo oscuro


parpadea en sus ojos. Debería asustarme todo fuera de mí, pero
deseo se enciende dentro de mí en su lugar.

Los ojos de Slade se posan en mi boca, lo que me hace lamer mis


labios. —Tienes razón. Me aproveché de tu amabilidad pero solo
para cuidarte— Extiende la mano, metiendo mi cabello detrás de
mi oreja.

—Nadie me ha cuidado nunca— lo admito. ¿Por qué no puedo


quedarme con la boca cerrada?

—¿Entonces, por qué estás luchando contra esto?—

—Porque no está bien. No es así como van las citas— Élm


realmente está loco. —¿Así es como te relacionas con otras
mujeres? ¿Las secuestras y seduces?— Pregunto.

Tan desordenado como está todo esto, todavía hay una voz
interior en la parte de mi cabeza disfrutando esto hasta cierto
punto. Slade está obsesionado conmigo. Tanto es así que
consiguió una casa que sabía que me gustaría y me robó.

—No me relaciono con otras mujeres—

—¿Pero las secuestras?—

—¿Mujeres? No— La forma en que dice que me tiene haciendo


una pausa por un segundo.

—¿Has secuestrado a hombres?—


31
Página

Se encoge de hombros. —Unas pocas veces—


—¿Por sexo?— Yo susurro.

—No. Solo te deseo a ti. Solo he tenido un deseo por ti— Inclina
la cabeza para mirarme.

Intento procesar sus palabras. —¿Qué estás diciendo?— él está


tratando de decirme que nunca ha tenido relaciones sexuales
antes?

—En mi vida anterior, el deseo no era algo que se me permitiera


tener. Lo cual estaba bien, considerando que nunca conocí a
nadie a quien realmente buscaba. Hasta que te vi. En el
momento en que te vi, te conocí eras lo que había estado
esperando—

—¿Eres virgen?— Susurro como si alguien más pudiera oírme.

—No te preocupes. He estudiado para ti. Yo sé cómo complacerte.


Incluso si nunca lo he hecho antes—

Me quedo ahí en estado de shock. Debería estar cuestionando mi


propia cordura en este punto. Sin embargo, lo único en lo que
puedo pensar es en cómo sería estar con él.

32
Página
Ella no ha vuelto a intentar correr. Cuento eso como una victoria.
Tengo que hacerlo, dado que esto del secuestro no va como lo
planeé.

Me doy cuenta de que pude haber sido demasiado optimista con


mi plan de tenerla ya en mi cama. Pero al menos ella está aquí
conmigo a salvo y bajo mi protección.

—Todo listo— Termina de envolver mi mano.

—Bien— Me pongo de pie y regresó a la estufa. Deslizando el


ahora frío sartén en el quemador, lo enciendo a fuego lento. Me
reprendo por admitir que no tengo ninguna experiencia en el
dormitorio. Ahora sería un buen momento para decirle que estoy
cien por ciento seguro de que puedo encontrar su clítoris y
complacerla? O ¿Eso iría directamente a la pila "espeluznante"
como lo de su ciclo? Joder, ni siquiera lo sé. Tal vez debería
concentrarme sobre lo que puedo hacer para complacerla en este
mismo segundo. Comida.

—¿También conoces mi comida favorita?— Ella mira mientras me


pongo el plato de pollo frito y luego las cubro con la salsa de
limón.

Agarro un limón de la nevera y lo corto, y añado un apretón


fresco a su plato. Luego abro el horno y sacó una cazuela de puré
de papas cremoso cubierto con sus quesos favoritos.
33

—Debería estar tratando de encontrar una manera de salir de


Página

aquí, pero supongo que puedo esperar para escapar hasta


después de comer. Espero— Su tono cambia en la última
palabra.

Me doy la vuelta y deslizo su plato frente a ella. —¿Sí?

—Me sentaré aquí y comeré esto— sus ojos se agrandan mientras


mira su plato: —comida increíblemente deliciosa, pero solo lo
haré si prometes que no tienes intenciones de lastimarme— Su
mirada se encuentra con la mía de nuevo.

Me rompe el corazón que incluso tenga que hacer ese tipo de


demanda. Camino alrededor de la isla de la cocina.

Ella se inclina hacia atrás mientras yo me inclino sobre ella,


luego hace un —eh— suena cuando me arrodillo frente a ella.

—Juro por mi vida que nunca te haré daño, Bunny. Yo también


juro que felizmente daré mi vida si eso significa que estás a
salvo— Pongo toda la convicción que siento en mis palabras.

Traga, sus cejas se arquean levemente mientras lo hace. —Eso


fue... Wow. Realmente quieres decir todo eso—

—Cada palabra. Nunca te mentiré, te lo prometo. Significas


demasiado para arriesgarme a perderte—

Ella suspira y extiende la mano para tocar mi mejilla, luego se


aparta. En el último momento. —Sabes que suenas como un
loco, ¿verdad? Como, una especie de linda locura, porque se trata
de mí. Pero es también... loco. ¿Sabes?

Me pongo de pie y me apoyo en la encimera. —Tú puedes pensar


que es una locura. Quiero decir, no puedo discutir contigo. Yo
nunca en mi vida pensé que alguna vez sentiría algo incluso
parecido a lo que siento por de ti—

Corta un cuadrado de pollo y se lo lleva a la boca.


Cuando ella gime a su alrededor, mi polla patea contra mis jeans.
34
Página
—Ahora que sé que no me lastimaras y que puedes
definitivamente cocinar — ella da otro gran bocado —Necesito
saber más de ti. Tenemos que resolver esto. No puedes
mantenerme encerrada aquí como Rapunzel en una torre, ¿de
acuerdo? Necesito averiguar qué se ha desconectado en hermosa
cabeza tuya para obligarte a hacer esto—

"¿No se supone que ya te deberías estar en la cama con ella?"


Walter da me una mirada de suficiencia desde su posición en el
mostrador.

Lo he tenido con él. —Tendrás comida seca hasta que cambies


tu tono, imbécil—

Bunny deja de masticar y me mira boquiabierta.

Walter salta, su cola se mueve. "Mi trabajo aquí está hecho." Él


se ríe y trota fuera de la cocina.

—¿Tú…— Ella traga su bocado de comida. —¿Acabas de decir


que Walter tiene un tono?—

Mira, soy consciente de que los gatos no hablan. En realidad. Yo


sé esto. Pero tal vez los gatos simplemente no les hablan a otras
personas como lo hacen conmigo. No puedo probar o refutar esto,
pero sé dos cosas por seguro: Walter me habla, y es un puto
imbécil.

—Él tiende a tener una actitud conmigo— Me encojo de hombros.


—Creo que es normal. Probablemente esté celoso de que yo
consiga toda tu atención—

"¡Pah!" llama desde el pasillo. “Ella siempre me amará más. Gatos


antes que pollas, Slade”.

—¿Así que, literalmente, crees que mi gato te habla?

Le dije que no le mentiría. Entonces no lo hago. —Sí—


35
Página
Se frota la frente con dos dedos. —Tenemos más que
desempacar de lo que pensaba—

—Solo come— Voy al frigorífico y le sirvo un té dulce, el favorito


de ella. —Sé que tienes hambre—

—Está muy bueno— Ella agarra un poco de puré patatas, yo


utilicé las doradas, su favoritas. —Tan lleno de queso, oh Dios
mío— Ella lame su tenedor.

De repente, hace mucho calor en esta cocina. Quiero deslizar su


plato, levantarla y dejarla en la isla para mi propia fiesta.

—Sabes todas estas cosas sobre mí— Ella me mira. —Y


tendremos que hablar más de eso más tarde, porque claramente
no respetas los límites—

—Sin límites— Cruzo mis brazos sobre mi pecho. —No existe


absolutamente ningún límite entre nosotros—

—El secuestro es un límite— Ella bebe su té. Sé que es la


cantidad perfecta de azúcar para ella. No es demasiado dulce,
pero está bien.

—El secuestro es un medio para lograr un fin. Solo te necesitaba


aquí, así yo podría mostrarte que soy el hombre para ti—

—¿No podrías haber hecho eso con una cena y una película?

—No— Me encojo de hombros. —Esta es la forma más


conveniente de demostrar mi amor. Tengo todo lo que siempre
has soñado aquí. Hice esta cabaña con una sola cosa en mente. A
ti. Tus sueños, tus deseos, tus necesidades. Quiero darte el
mundo que te mereces—
Ella apura su vaso y se pone de pie.

No me muevo hacia atrás, lo que significa que ella está a solo


unos centímetros de distancia, su cara vuelta hacia la mía.
36
Página

—Todo eso suena tan dulce. Realmente lo es—


Me agacho y la levantó, colocándola sobre el mostrador de la
manera que imaginé.

Se lame los labios mientras yo me muevo entre sus muslos. —


Pero esto no es correcto. No puedes retenerme aquí. ¿No ves eso?

—Puedo y lo haré—

—¿Por cuánto tiempo?— Su mirada se lanza a mi boca y vuelve a


mi ojos.

—El tiempo que sea necesario— Me acerco y cuando su aliento se


burla de mis labios, un escalofrío de deseo recorre mi columna
vertebral. La necesito. La necesito tanto que haría cualquier cosa
para tenerla, excepto dejarla ir.

—¿Mientras sea necesario para qué?

—Para que aceptes ser mi esposa—

Sus ojos se abren más. —¿Qué…—

Tomó su boca en un beso. No puedo detenerme. No cuando ella


está aquí en mis brazos, su cuerpo cálido, su suavidad mi ruina.
Me hundo en ella, saboreando, tocándola. Jalándola contra mi
pecho por solo un segundo antes de que sus manos corran hacia
arriba mi cuello y mi cabello, explorándome.

No puedo quitar mis manos de su culo, mis dedos amasando su


carne suave mientras presiono mi lengua contra sus labios. Ella
se abre para mí, y al principio, estoy un poco perdido. Pero luego
obtengo el sabor completo de ella, y quiero más. Así que la tomo,
besándola duro mientras la inclinó hacia atrás hasta que su
único apoyo es mi brazo en su espalda.

Necesidad como nunca he sentido, me envuelve como un lazo de


fuego. Mierda. Ella es todo lo que alguna vez soñé.
37
Página
Puede que haya secuestrado a Bunny, pero ya está claro que mi
corazón siempre ha sido su cautivo.

38
Página
Gimo en la boca de Slade, todo mi cuerpo se ilumina por dentro.
En lugar de alejarlo como yo debería, me aferro a él. Mis dedos se
agarran con más fuerza su cabello. Envuelvo mis piernas
alrededor de su cintura. Me muevo contra él, necesitando algo
más. Cuando mi clítoris frota su dureza, jadeo ante la sensación.

Slade rompe el beso, pero mantiene su boca sobre mí. Él besa y


chupa mi cuello. No tenía idea de lo bueno que esto se podía
sentir. El dolor entre mis muslos crece casi inaguantable. Dejo
caer mi cabeza hacia atrás mientras trato de cambiar contra él de
nuevo. Sus dedos se clavan en mí mientras toma el control, y me
arrastra arriba y abajo sobre su polla. Estamos follando en seco
como si fuéramos adolescentes, pero no puedo parar.

—Slade— Yo gimo.

—Sabes tan bien. ¿Sabías eso? Dulce en todas partes. Sabía que
lo estarías — dice contra mi cuello.

Nunca ha habido otra persona que me haya hecho sentir esto


mucho antes. Tan loco como todo esto es, me dejo perder en el
momento. Lo quiero tanto como él me quiere a mí. Mi necesidad
de él ahora mismo se está haciendo cargo.

Muevo mis caderas con él mientras empiezo a mojarme por el


segundo. Tanto es así que se me pegan las bragas.

—Más— le ruego. Levanta la cabeza, su mirada oscura se


39

encuentra con la mía. Mi estómago se agita ante la pura posesión


Página
en sus ojos. Eso no debería excitarme, pero nadie me ha mirado
nunca así antes.

Me levanta y me lleva al sofá. Me sienta gentilmente cae de


rodillas frente a mí. Si tuviera que apostar diría que Slade nunca
se ha puesto de rodillas ante alguien antes. No se ve como si
fuera del tipo que hace reverencia. La expresión salvaje y
necesitada de su rostro me hace sentir sexy. Algo que nunca
pensé en mí misma. Él empuja la camisa que estoy usando hasta
mis muslos hasta que llega a mis bragas. Se inclina y lo escucho
dar una profunda respiración. ¿Me está respirando?

Su cálido aliento me hace cosquillas en el interior de los muslos


mientras me abre para dejar espacio a sus anchos hombros. No
puedo creer que esté a punto de hacer esto. Debería estar
empujándolo lejos ahora mismo. Debería estar tratando de
encontrar una manera de salir de este lugar. Pero mi cuerpo sabe
lo que quiere.
Levantó las caderas, la espalda inclinada sobre el sofá,
suplicándole que me tome ya. Ni siquiera estoy segura de lo que
va a hacerme. Pero le creí antes cuando dijo que nunca me
lastimaría.

Estás tan mojada. Su voz es áspera. Mis pezones se endurecen


doloridos con la misma necesidad que tengo entre mis muslos.
Los dedos de Slade acarician mi clítoris a través del delgado
material de mis bragas. —¿Estás mojada para mí?— Me mira.

—Sí—

Una sonrisa triunfante tira de sus labios, haciéndolo aún más


guapo.

Sus dedos se sumergen en mis bragas, tirando de ellas hacia un


lado. Yo jadeo ante el primer contacto de su lengua con mi
clítoris. Mi cabeza retrocede ante la maravillosa sensación que
me llena. ¿Es esto parte de su plan? ¿Darle tanto placer a mi
cuerpo que nunca voy a querer irme? ¿Para hacerme adicta a él?
40

Porque si es así, está funcionando.


Página
—Dulce como un caramelo— le oigo decir antes de que su lengua
se deslice más abajo. Casi estoy colgando del sofá en este punto.
No podría importarme menos mientras su boca está sobre mí.

—¡Slade!— Jadeo cuando empuja su lengua dentro de mí. Su


pulgar va a mi clítoris, haciendo círculos rápidos contra el bulto
de los nervios. Mi mente comienza a enloquecer con tantas
emociones.

Sigue metiendo su lengua gruesa dentro y fuera de mí. Chillo


cuando presiona un dedo en mi trasero. La leve sensación de
presión es tan inesperada que me hace olvidar. Grito su nombre
mientras el orgasmo se apodera de mi cuerpo. Calidez diferente a
todo lo que he experimentado antes me llena, todo el cuerpo
hasta que me relajo por completo. Mis ojos se cierran mientras
intento saborear el momento. Las últimas veinticuatro horas han
sido estresantes, y se siente bien sacar todo eso de mi mente
durante unos minutos.

El sonido de nuestra respiración agitada llena la habitación. Yo


nunca me sentí tan relajada en toda mi vida. Sé que suena
ridículo considerando que me han secuestrado. Pero no puedo
evitar la manera en que Slade me hace sentir. Me sacudo, mis
ojos vuelan de nuevo abiertos cuando presiona un beso en la
parte superior de mi sexo antes de enderezar mis bragas. La
evidencia de mi excitación brilla en su boca.

—Eres hermosa de esta manera. Tus mejillas sonrojadas. Tus


labios hinchados por los besos que te di—

Juro que este hombre dice las cosas más dulces.

—Gracias— me encuentro diciendo, lo cual es una tontería. No


estoy segura si dije gracias por el orgasmo o por llamarme
hermosa. De cualquier manera, soy una idiota.

—No me agradezcas. Podría lamer tu coño por el resto de mi vida


y morir feliz — Él tira de la camisa hacia abajo cubriendo mis
41

bragas. —Necesitas terminar tu cena, voy a prepararte un plato


Página

nuevo—
La comida está muy lejos de mi proceso de pensamiento en este
momento. Antes de que él se ponga de pie me da un beso en la
boca, puedo saborearme en sus labios. Se echa hacia atrás y se
dirige hacia la cocina. La decepción me llena de inmediato. Que
yo se que es ridículo considerando las circunstancias.

¿Qué diablos acaba de pasar? Ni siquiera estoy segura de como


deje que él le hiciera todo eso a mi cuerpo. Prácticamente le
estaba rogando en un punto. Demonios, quiero preguntarle si
podríamos hacerlo de nuevo después de la cena.

Realmente estoy empezando a pensar que soy la loca aquí.

42
Página
Compruebo la temperatura del agua. Está justo a la templada,
así que sé que a Bunny le encantará.

“Debería estar ofendido” Walter pone sus patas delanteras en el


borde

—¿Por qué?

"Te comiste una gatita". Sus bigotes se mueven divertidos.

—Fue muy bueno. Algo jodidamente increíble. Mejor de lo que yo


imaginaba, y me lo imaginaba bastante— Apagó el grifo.

"Deberías revisar tu teléfono". Él salta y sale disparado del cuarto


de baño.

Me paro y me aseguro de que las toallas esponjosas de Bunny


estén listas para ella, junto con su Kindle. Le gusta leer en el
baño.

Una vez que estoy seguro de que todo es perfecto, entro en el


dormitorio y agarro mi teléfono de la mesita de noche. Unos
pocos me esperan mensajes.

Dos de ellos no son nada. Sin embargo, el último. No es bueno.

Kerrig: ¿Dónde estás?


43
Página
Me quedo mirando la pregunta durante un rato. ¿Por qué me está
contactando? Ha pasado al menos un año y sabe que estoy fuera
de la vida. Demonios, él es quien me ayudó a salir.

Sacudiendo la cabeza, respondo: Estoy ocupado con algunos


asuntos. ¿Qué está pasando?

Guardo mi teléfono en el bolsillo y regreso a la cocina donde


Bunny ha terminado su comida. Parece somnolienta, su cuerpo
relajado a pesar de sus anteriores recelos.

—Tu baño está listo— Limpio su plato.

—¿Baño?— Ella me mira parpadeando.

—Tengo el baño de burbujas de verbena de limón que te gusta—


pongo todo en el fregadero. —El libro más reciente de Lucy
Darling en tu Kindle y una bata cálida para cuando termines—

—Guau— Salta del taburete y la llevó de vuelta a nuestro


dormitorio.

Me doy cuenta de que echa un vistazo a la puerta principal


cerrada cuando la pasamos. —No será así para siempre—

—No entiendo por qué me encerraste aquí en primer lugar— Ella


me frunce el ceño. —¿No confías en mí?—

—Con mi vida— La guío por el pasillo hasta nuestra habitación.


—Pero tengo mis razones. Cuando te encontré en el restaurante.
Eso solo reforzó el punto de que necesitas que te proteja. Hay
gente mala ahí fuera, Bunny. Hombres que lo harían, te
lastimaría si les dieran la mitad de la oportunidad. Aquí conmigo
es un lugar más seguro para ti—

—Escucho lo que estás diciendo. Realmente lo hago. Pero no soy


una niña Slade. Tú lo sabes. Tengo un trabajo, bueno, varios
trabajos, una vida, un gato y una casa— Ella bosteza. —Esto es
44

dulce en un una especie de psicópata, pero no puedes retenerme


Página
aquí— Ella inhala profundamente. —Mmm, realmente
conseguiste las burbujas de baño que me gustan—

—Cualquier cosa por ti— Beso la coronilla de su cabello.

Ella se vuelve y me mira. —Estoy entrando—

—Bien— Levantó el dobladillo de su camisa.


Ella pone su mano sobre la mía. —Sé que simplemente... um, lo
que hicimos en el sofá, pero me sigo sintiendo un poco ...
tímida—

—Oh— ¿Debería decirle que ya he visto cada centímetro de su


preciosa piel a través de las cámaras que tengo en su casa? hago
un análisis rápido de costos/beneficios al respecto y decido no
hacerlo.
—Estaré aquí mismo si me necesitas— Regreso al dormitorio pero
dejó la puerta abierta.

—Gracias— contesta.

Después de unos momentos, la escucho meterse en la bañera, y


el gemido de placer que deja salir tiene mi polla levantándose. La
quiero tan mal, pero en lugar de meterla suavemente en mi cama,
casi hemos estado bailando uno alrededor del otro. Ella no puede
entender por qué hago esto, pero yo no puedo entender cómo no
lo consigue, especialmente cuando su jefe acaba de intentar
aprovecharse de ella. Solo el pensamiento de esa amenaza es
para enviarme a una espiral llena de ira, pero tengo que
recordarme a mí mismo ya me ocupe del tema. Foley no estará
drogando a otra mujer nunca más.

Mi teléfono vibra en mi bolsillo. Lo ignoro y me arrastró hacia la


puerta del baño.

Mierda. Parece una diosa del mar, con la cabeza hacia atrás en la
bañera y burbujas hasta el cuello. Completamente relajada,
parece disfrutar del agua caliente. Quiero saltar a ella, para darle
45

a su cuerpo toda la atención que se merece.


Página
"Esto es lo que ella llamaría comportamiento de enredadera".
Walter pasa a mi lado y camina en forma de ocho por el suelo de
baldosas.

—¿Por qué eres tan idiota?—

Bunny mueve su cabeza hacia mí. —¿Disculpa?

—Hablando con Walter— Me encojo de hombros.

—Él no es un idiota. Es un ángel— Ella extiende una mano fuera


de la bañera, se acerca trotando y le rasca las orejas. —¿No es
así, chico?—

"Absolutamente" Ronronea.

Quiero tirar de él por la cola, pero no lo hago. Me quedo quieto.


Ella no ha protestado por estar aquí mientras está en el baño.
Quizás las burbujas la hagan sentir segura. A mi no me importa
la razón, estoy feliz de estar aquí con ella.

Mi teléfono vuelve a vibrar. Sé que es Kerrig. Justo cuando yo


necesito que me dejen en paz, ahí es cuando decide aparecer de
nuevo. Perfecto.

"Será mejor que vea lo que quiere". Walter se aleja


tranquilamente de la tienda. “Voy a arañar algunos de tus
muebles. A romperlos”.

Manteniendo la voz baja, digo: —Si arañas aunque sea una cosa,
te echare de culo. Estos bosques están llenos de osos y coyotes,
todos ellos en busca de una comida caliente de verano— Miro su
cola flácida mientras sale de mi habitación.

“Temblando hasta las plantas de mis garras, Slade. En verdad"

El gilipollas sabe demasiado bien hasta dónde llegaría mantener


feliz a Bunny. Y da la casualidad de que a ella le encanta la
46

pequeña mierda, así que no puedo tocar ni un solo bigote de su


Página

engreída cara.
—Todavía vamos a hablar de esto. Todo este 'secuestro' la cosa
no es una cosa, ¿de acuerdo? Vamos a …— Ella bosteza fuerte.
—Vamos a hablar de eso, Slade— Ella se ríe un poco. —Sabes,
en realidad me gusta Slade mucho más que Ted—

—Me alegro, y si, podemos hablar, pero por ahora, simplemente


disfruta del baño—

—No tienes que decírmelo dos veces— Deja escapar otro bostezo.

Me siento en el borde de mi cama, ubicándome para poder seguir


viendo a Bunny y saco mi teléfono.

Kerrig: Lo saben.

Kerrig: Slade, ¿estás jodiendo ahí? ELLOS SABEN.

Me envió una foto. Se carga la imagen. Es una foto de una casa


en llamas, las llamas se disparan hacia la noche.

Mi casa.

Finalmente me encontraron.

47
Página
¿De verdad estás hablando con Slade? Le preguntó a Walter.
Estamos ambos acostados juntos en la cama. En realidad no
estoy segura de cómo llegué aquí. Creo que me desmayé en la
bañera. Eso sólo significa una cosa: Slade me sacó y me puso en
cama. ¿Por qué eso me molesta y me excita al mismo tiempo? Así
es. Es porque yo también estoy loca aparentemente.

Walter abre un ojo ante mi pregunta antes de cerrarla.


—Bien. No me hables. No más masajes en la barriga para ti—
Dos pueden jugar este juego.

Walter rueda sobre su espalda, dando por terminado con mi


mentira. Yo resoplo, extendiendo la mano y frotándolo. Supongo
que no puedo ser parte de su club de chicos. Esto es ridículo,
considerando que Walter es mi gato. Si alguien debería poder
hablar con él, debería ser yo.

—Vamos a buscar a mi acosador— Dejó de intentar convencer a


Walter de hablar por ahora. Me estiro mientras salgo de la cama
y me pongo de pie. En mi búsqueda de ropa, encuentro el
armario. No estoy segura de por qué me sorprende toda la ropa
que hay dentro claramente destinada a mí.

Slade realmente se ha tomado su tiempo para aprender todo


sobre mí. La mayoría de estas prendas son de algunas de las
tiendas online que visito o los catálogos que suelen llegar a mi
casa. Slade puede que esté loco, pero también es muy perspicaz.
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Siempre he escuchado que es una fina línea entre el ingenio y la


Página
sensatez. Que puede a menudo difuminarse juntos. Eso debe ser
lo que está pasando aquí.

Dejó caer la bata gruesa y me pongo un par de bragas blancas


sedosas. El material suave se siente bien contra mi piel. Lo
combino con el sujetador a juego antes de engancharme un
suéter.

Walter salta de la cama y me sigue fuera del dormitorio.


No estoy convencida de lo que se supone que debo hacer conmigo
misma. Yo no escucho a alguien más en la casa. Me arrastro
hasta la puerta principal y le doy un tirón, pero por supuesto
todavía está bloqueado. Una chica tiene que intentar.

¿Qué voy a hacer siquiera?¿ Ir corriendo por el bosque como si


estuviera en una película clasificada B? Aunque supongo que
viviría. Sigo siendo una virgen. Al menos hay un lado positivo
para mí estar intacta a esta edad.

Walter maúlla, saltando sobre la encimera de la cocina. —Lo


siento, no tengo idea de lo que estás diciendo. Deberías ir a
preguntarle a tu nuevo mejor amigo, Slade. Posiblemente como
puede entenderte, él podría darte lo que necesitas— presto
atención para ver si escucho cualquier cosa pero todavía nada.
En cambio, Walter se deja caer en el mostrador esperando su
golosina. Yo me rompo y le doy una. Soy una tonta con él, y él lo
sabe.

—¿Cómo salimos de aquí?— Le rasco debajo de la barbilla. No


creo que Walter quiera ir a ningún lado. Esta casa es
encantadora. Es mucho más grande que la mía. —Deberíamos
fisgonear. En mi opinión, el giro es un juego limpio—

Empiezo a abrir cajones al azar, pero no hay nada extraño en


cualquiera de ellos. De hecho, la mayoría están vacíos. No soy
silenciosa mientras lo hago, pero Slade nunca aparece, lo que me
hace preguntarme dónde podría haber ido.
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¿Qué demonios? Él puede salir y hacer cosas, pero yo estoy


Página

encerrada? Eso es un montón de tonterías. Empiezo a moverme a


través de la casa, abriendo puertas a medida que avanzo.
Encuentro algunos dormitorios más que están vacíos. En la parte
de atrás de mi cabeza, mi mente susurra que son cuartos de
niños. Golpeó la puerta, cierro ambas mental y físicamente en
cualquier cosa para bebés.

Cuando llegó al final del pasillo, solo hay una puerta a la


izquierda. Alcanzó la manija y por alguna razón estoy segura no
se abrirá, pero lo hace. Le doy un empujón, dejándolo
completamente abierta.

La habitación está iluminada por pantallas de computadora que


se alinean a lo largo de la parte del escritorio. Doy un paso
dentro, mi mano buscando un botón para la luz. Finalmente lo
encuentro y lo enciendo, llenando la habitación de luz.

—¿Qué demonios es esto?— Yo susurro. Walter da vueltas


alrededor de mis pies antes de saltar hacia el escritorio y saltar
sobre él. Caminando por el teclado antes de dejar caer su
trasero sobre, contento con el mismo.

Armas y cosas que parecen misiles cuelgan por todas partes.


¿Por qué diablos Slade necesita todas estas cosas? incluso
desconozco que son la mayoría de ellos. Armas incondicionales.
Todo el lugar me recuerda a una sala de guerra secreta. Yo
realmente no tengo idea de quién es el hombre con el que he
vivido al lado durante más de un año.

Doy un paso más en la habitación hacia el escritorio. Le doy al


ratón, y aparece un cuadro para ingresar una contraseña.

¿Y si es un espía? Podría trabajar para la CIA o algo así.


¿Espera, no veo a un operativo secuestrando a una mujer al azar,
pero, de nuevo, tal vez? ¿Es demasiado loco pensar que es un
mercenario o incluso sicario?

Debería probar esta teoría la próxima vez que esté de pie a su


lado. Dejaré caer algo y veré qué tan rápido responde. Lo he visto
50

en la película Sr. y Sra. Smith. Agarró a Walter del el escritorio,


Página
haciendo rápidamente mi retirada antes de que Slade sepa que
estoy fisgoneando.

Debería haberme dado cuenta de esto antes. Con un nombre


como Slade, grita villano aterrador. Uno que da asombrosos
orgasmos y baños de burbujas asesinos. Pero sigue siendo un
villano. Quiero decir, strike uno fue el secuestro.

Corro hacia el dormitorio. Pensando que escuche algo, lanzó a


Walter en la cama. Luego saltó a su lado, tirando de las mantas
sobre mi cabeza.

Unos momentos después, la manta se baja lentamente de mi


cabeza. Slade se eleva sobre mí desde el lado de la cama.

—¡Hola!— Chillo. Slade mira a Walter, quien está molesto


conmigo por tirarlo de un lado a otro.

Será mejor que mantenga sellados esos labios de gato.

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Página
—Quiero llevarte al lago hoy — Me pongo a su lado en la cama. —
Si quieres ir—

—¿Te refieres al exterior de la puerta cerrada?—

—Conmigo, sí— Tomó su mano y la aprieto en la mía. —Mientras


yo esté a tu lado, estás a salvo. Nada ni nadie puede tocarte si
estoy aquí—

Abre la boca para responder, luego la cierra de golpe.

—¿Qué?—

—¿Mmm?— Parpadea rápidamente.

—¿Que ibas a decir?

—Nada— Ella se encoge de hombros.

Yo la miro.

Ella se resquebraja rápidamente. —Estaba pensando que suena


maravilloso. Me mantienes a salvo. Pero luego pensé que, sí pero
te secuestró y no te dejará ir, entonces ¿es maravilloso o es
Síndrome de Estocolmo? Y no quise decir esa parte en alto, pero
aquí estamos— Ella tira de la manta sobre su cabeza de nuevo.

—Solo quiero que seamos tú y yo por un tiempo. Así que puedes


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mirar, soy el indicado para ti—


Página
—¿Quieres decir que esta es nuestra noche en la suite de
fantasía?

—¿Qué?— Apartó la manta de su hermoso rostro de nuevo. —


¿Suite de fantasía?

—Como en The Bachelor, donde lo reducen a tres mujeres que le


gustan o algo así y pasan una noche con cada una de ellas solos
y las lleva a follar en un jacuzzi o lo que sea—

No tengo idea de lo que está diciendo. Al parecer, mi cara de


confusión es clara, porque ella se ríe. —Es solo un programa de
televisión. No importa—

Me inclino hasta que nuestros labios están cerca, su aliento


provocando contra mi piel. —Necesito que sepas, Bunny, que
nunca quiero pasar tiempo a solas con otra mujer. Sólo contigo—

Ella levanta una mano y pasa sus dedos por mi frente.


—¿Qué está pasando aquí? Quiero decir, me dices estas
increíbles, pero también piensas que el secuestro es una perfecta
primera cita— Ella sonríe mientras lo dice. —Sin mencionar lo
de hablar con los gatos —

—Soy quien soy, Bunny. No puedo cambiarlo. Pero parte de


quien soy te estara amando hasta mi último aliento —

—Aquí vamos de nuevo— Ella pone los ojos en blanco mientras


se inclina y me besa.

Le respondo deslizando mi lengua contra sus labios mientras me


subo encima de ella. Al mismo tiempo abre sus piernas para mi,
dejándome acomodarme entre ellas mientras profundizó el beso.

“¡Qué asco! No debería estar expuesto a esto. Ella es mi mamá.


Dios." Walter se baja de un salto y sale maullando de la
habitación.
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Página
Ya era hora de librarnos. Me concentro en Bunny, en la forma en
que se siente tan pequeña debajo de mí, en el camino a su coño
que está caliente contra mi polla.

Muevo mis caderas, deslizándome por su cuerpo. Ella imita el


movimiento, su cuerpo se abre más para mí mientras la beso de
su mandíbula a la garganta. De mi mente se ha ido, toda la lógica
volando en pedazos por mi deseo por ella.

Con un tirón, quitó la manta de entre nosotros.

Ella jadea cuando deslizó su bata a un lado y aprieto mi boca


alrededor de su pezón. He querido hacer esto durante tanto
tiempo, solo para sentirla con mi lengua, con cada parte de mí.

Ella se arquea cuando la chupo y expongo su otro pecho


con mi mano, luego lo amaso. Su piel es suave, su teta perfecta
en mi palma. Cuando aprieto su pezón, arrastra sus dedos a
través de mi cabello y lo jala.

Necesito más de ella. Toda ella. Abriendo su bata por completo,


yo beso su estómago a su coño, los pliegues ya están húmedos
para mí. No puedo detenerme. Ahí entierro mi cara, consiguiendo
todos sus jugos sobre mi boca mientras lamo y chupo,
necesitando saborearla por completo.

Mueve las caderas, su cuerpo me exige más. Tengo tantas ganas


de dárselo, de complacerla con mi boca, mis dedos, mi polla

—¡Slade!— Su voz es casi un quejido y no puedo detenerme de


empujar contra la cama mientras presiono mi lengua dentro de
ella.

Cuando deslizo el dedo hacia su clítoris, sus muslos tiemblan, y


cuando chupo esa pequeña protuberancia, su cuerpo se congela.
Ella hace un gemido bajo, su cuerpo se relaja mientras trago su
placer, exprimiendo hasta el último pedacito de ella.
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Página
Cuando ella está suave y lánguida de nuevo, beso un rastro por
su estómago a la boca. Ella envuelve sus brazos alrededor de mi
cuello y me devuelve el beso.

—Eres tan bueno en eso— Ella deja caer su cabeza en la


almohada y me mira fijamente. —Como si hubieras estado
practicando—

—Solo soñaba con complacerte. Pensaba en ello. Lo quería—

—¿Entonces, por qué no me invitaste a salir?— Sus ojos están


pesados, su cuerpo todavía tan relajado.

Mi pecho se hincha de orgullo, soy yo quien le dio lo que


Ella necesitaba. Soy el único hombre que puede complacerla así.
El único hombre que alguna vez lo hará.

—¿Slade?

Me concentro en su pregunta. —Tengo que tener cuidado—

—¿Por qué?

Me siento y tiró de ella conmigo, luego la levantó de la cama y de


sus pies. —Vístete. Hace calor afuera, y el lago está soleado —

—Slade— Ella toma mi mano de nuevo, su mirada seria


sosteniéndola en su lugar. —¿Por qué tienes que tener
cuidado?—

Esta conversación nunca va a ser fácil, pero ahora mismo cuando


ella todavía está en el resplandor de su orgasmo, odio tenerla. Mi
pasado no es algo que pueda discutir a la ligera. Y ahora he
aprendido que tampoco es algo de lo que pueda huir.

—Salgamos al lago y te lo contaré todo, ¿Bien?

Ella duda.
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Página
Aguanto la respiración. ¿Confiará en mí lo suficiente como para
esperar?

Después de unos largos momentos, asiente con la cabeza. —


¿Dónde están los pantalones cortos?

—En el armario— Es ridículo que me sienta tan satisfecho, pero


ahí está. Ella confía en mí. Al menos un poco. Progresando.

“¿Por qué la sonrisa tonta?” Walter regresa manchado de la


barbilla con comida húmeda para gatos.

—Imbécil—

—Walter debe estar de vuelta— Bunny se ríe en el armario.

Él sigue el sonido de su voz, moviendo la cola. "La llevarás al


lago, ¿eh, Slade? Palabra para los sabios: tráeme de vuelta un
pescado fresco o me cago en tus zapatos favoritos”

56
Página
—¿Deberíamos hacer una canasta de picnic? — Sugiero cuando
vuelvo a salir del armario en un par de pantalones cortos y la
parte superior de mi traje de baño.

—¿Canasta?— Slade levanta la cabeza de mi pecho para


encontrarse con mi ojos, haciéndome reír.

—¿Estabas revisando mis tetas?— Me burlo de él.

—Sí— admite sin dudarlo. —Nunca he entendido la fascinación


por los senos antes. He criticado a otros hombres por olvidar de
lo que hablaban cuando una mujer entra en la habitación. Que
se permitirían distraerse tanto. Ahora lo entiendo— Se acerca a
mi.

—Haces que parezca que soy una supermodelo—

—Nunca serás modelo, Bunny— Toma mi mano.


—¿Qué estabas diciendo acerca de una canasta que querías
hacer?—

Echo de un tirón mi mano hacia atrás. Esta es la primera vez que


dice algo hiriente para mí. Eso no debería haberme quemado tan
mal como lo hizo. Es un loco que habla con mi gato. ¿Por qué me
importa si cree que puedo ser una supermodelo o no?

—Creo que he cambiado de opinión. Una siesta puede ser


agradable— Yo doblo mis brazos sobre mi pecho. Quiero decir,
57

estaba empezando a acostumbrarme a él a pesar de que está un


Página

poco loco. Pero sus palabras hirieron mis sentimientos.


—Estás enojada—

—Estoy bien—

—Estás mintiendo— Lo dice con tanta naturalidad.

—No puedes saber eso—

—Puedo—

—¿En verdad?— Es realmente difícil mirar a alguien que es casi


dos pies más alto que tú. Tendré que trabajar en eso.

—Sí. No es difícil. Especialmente con alguien tan expresiva como


tú—

—Bien entonces— Me llevo el dedo a la boca, pensando. —


Entendido. Dime cuál es una mentira de las tres cosas que digo—

—Sigue—

—Yo era la supervisora del pasillo en el séptimo grado— digo


primero con una pausa larga. No muerde. —Cuando tenía diez
años fui al hospital y casi muero…—

—Porque no sabías el jarabe que pusiste en tus panqueques era


de fresa. Yo sé de esa. Tendrás que decir otra—

—Espera. ¿Cómo?— Levantó las manos. Walter lo está


informando. No importa. Walter no es un soplón. Al menos no
creo que lo sea.

—Por supuesto que revisé sus registros médicos. No te llevaría en


medio de la nada sin estar preparado —

Muerdo el interior de mi mejilla para no decirle que creo que eso


es muy dulce. Tengo que recordarme a mí misma que todavía
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estoy enojada con él.


Página
—Lo que sea— Pongo los ojos en blanco, fingiendo estar molesta.
Yo sé que no se lo cree. —Bien. Así que aquí tienes tus nuevas
opciones. Supervisora del pasillo— Levantó un dedo. —Bobby
Parkin robo mi primer beso en el patio de recreo…—

—Mentira— espeta antes de que pueda llegar a la tercera opción.


Aprieto mis labios.

—¿Por qué? Porque Bobby no querría besarme porque no soy una


supermodelo?—

—Bobby no podrá besar a nadie cuando esté muerto—

—¡Bueno, por suerte para Bobby no es real!—

—Sí. Es por eso que sigo parado aquí y no fuera cometiendo


asesinato—

—Bien. Puedes darte cuenta cuando estoy mintiendo— digo. —


De todas formas. Nosotros necesitamos empacar una canasta de
picnic— Trato de cambiar de tema y pasar junto a él pero me
detiene.

—¿Ya no quieres una siesta ahora que te pillé en tu mentira?—

—Hablas mucho para ser un secuestrador—

Él ignora mi jab. —Tú estás enfadada conmigo—

—Me secuestraste— Señalo lo obvio.

—Lo hice. Entonces me dejaste besarte cuando quisiera. Y si yo


recuerdo correctamente, me besaste— Mi cara se calienta. —Yo te
hice sonreír, pero ahora tus ojos están tristes. Dime que hice mal
y lo arreglaré. Por favor— Incluso su expresión es suplicante.

—Dijiste que nunca podría ser modelo. Quiero decir, sé que estoy
un poco en el lado curvilíneo pero aun así. No tienes que ser
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tan... —
Página
—No, nunca te dejaría ser modelo. Eres mía. Yo no quiero pensar
en hombres de todo el mundo mirando fotografías tuyas y
tocándose. Tendría que matarlos a todos — Su agarre se aprieta.
Sus ojos están llenos de rabia.

No esperaba que dijera eso. Tampoco esperaba que mis bragas se


llenaran de humedad mientras mis pezones se endurecen. Su
tono posesivo me enciende.

—Eres perfecta. Quiero decir, tanto que fui a las medidas


extremas de secuestrarte solo para tenerte toda para mí—

—Bien. Así que nada de modelaje— estoy de acuerdo. Quiero


decir, no hay manera de que yo pueda seguir enojada después de
que él dijo todas esas cosas dulces.

—Solo para mis ojos— dice mientras su boca baja a la mía en un


beso posesivo. Gimo en su boca y lo jalo más cerca. Se aparta del
beso, ambos tratando de recuperar el aliento. Es entonces
cuando me doy cuenta de que lo treparía como a un árbol.

Los ojos de Slade vuelven a bajar a los míos, y sé que quiere


seguir besándome. Sinceramente, quiero que lo haga, pero puede
hacerlo en el lago.

—Una canasta de picnic— digo, llevándonos de vuelta al círculo


completo.

—Tengo una en la despensa— Suavemente me vuelve a poner en


mis pies.

—La conseguiré. Necesitas bañador— Tiro de uno de los huecos


de sus jeans. Él asiente, yendo al armario mientras me dirijo a la
cocina.

Mi mente regresa a su aterradora oficina llena de armas y cómo


él dijo que hace cosas para mantenerme a salvo. Es totalmente
un espía. Tiene que serlo. Algo genial, ¿verdad? Claramente soy
60

su debilidad. Él fue y se enamoró de mí, y ahora puedo ser usada


Página

contra él.
Walter maúlla, saltando sobre el mostrador. Me da el ojo de reojo
mientras saco uvas, quesos y pan para poner dentro la cesta.

Si pudiera realmente entender a Walter, probablemente me diría


que estaba equivocada, y Slade es un preparador del fin del
mundo, y yo soy la mujer que necesitará para repoblar el mundo.
Mi cuerpo tiene reacciones extrañas a mi línea de pensamiento.

Agarró una de las botellas de vino que hay junto al nevera para
llevar con nosotros. Realmente no me gusta el vino, pero parece
adecuado. Me doy la vuelta para ponerlo en el mostrador junto a
la canasta para encontrar unas copas. La botella se desliza de mi
mano aterrizando solo parcialmente en el mostrador. Grito
cerrando los ojos preparándome para el chorro de vidrio que
nunca llega.

Me asomo abriendo un ojo para ver a Slade sosteniendo la botella


en su mano.

—Oh, gracias a Dios— Yo suspiro. Es totalmente un espía.

61
Página
—Es tan... grande— Bunny mira fijamente al brillante agua, el
sol jugando en la superficie.

Yo sonrío. —Es todo tuyo—

—¡Cielos!— Ella chilla cuando empiezo a frotar el protector solar


por todas partes de su espalda. —¿De dónde salió eso?—

—¿Crees que te dejaría salir aquí sin protección?— sacudo mi


cabeza. —Tienes mucho que aprender sobre mí, Bunny. Cuando
dije que nunca te haría daño, lo dije en serio. Yo nunca permitiré
que sufras algún daño— Paso mis manos por sus hombros y
brazos. Sentirla bajo mis palmas es un sueño, y cuando suspira
contenta, juro que mi corazón late el doble de tiempo.

—Date la vuelta— Mi voz suena más ronca de lo que pretendía,


pero ella no parece darse cuenta.
Ella me sonríe mientras froto el protector solar en su pecho,
deslizando mis manos debajo de la parte superior de su bikini.

—¿Es realmente necesario?— pregunta mientras le aprieto las


tetas.

—Necesito asegurarme de que estás cubierta— No puedo


detenerme; aprieto su pezón, y un suave gemido sale de su
garganta.

—Mierda— Me inclino y tomo su boca.


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Página
Envuelve sus brazos alrededor de mi cuello y se inclina hacia mí.
La necesito aquí en este muelle. Pero el sol está caliente y yo
tengo que pensar en sus necesidades antes que en mis deseos.

Con un gemido, me aparto de ella y tomó el envase de protector


solar, luego vuelve a trabajar en su lindo estómago.

—Oooh— grita mientras lo deslizo a lo largo de la cintura de su


pantalones cortos, luego me arrodillo y unto en sus piernas. Yo
incluso aplicó entre los dedos de los pies.

—Eres minucioso— dice entre dientes mientras me pongo de pie


de nuevo.

—Yo protejo lo que es mío—

Ella arquea una ceja. —No soy una posesión, ¿sabes?—

—No, eres la mujer más preciosa del mundo, y eres toda mía—
Beso su frente, luego la llevó al bote de remos.
Cuando me detengo para quitarme la camisa, sus ojos se
agrandan.

—¿Qué?— La arrojó a la cubierta y la subo al bote.

Presiona su palma contra mi pecho. —¿No vas a necesitas


protector solar?

—Me bronceo—

—Afortunado— Ella se lame los labios.

—Italiano— Me encojo de hombros.

—Oh. Hice esa prueba de ADN. Yo vengo de occidente de un


grupo de campesinos europeos o algo así. Por eso soy tan
razonable. Directamente de un barrio pobre de Londres—
63

Me río. A veces dice las cosas más extrañas creo que es una de
Página

las razones por que la amo.


—¿Qué estás pensando?— Ella se acerca y toma mi mejilla
mientras me acomodo en el bote.

—Acerca de ti—

—Haces mucho eso—

—Como le gusta señalar a Walter, soy un acosador— Con un


empujón, nos sacó al lago y luego empiezo a remar.

—Santo…— Su boca se abre mientras remo con fuerza para


movernos a través del agua tranquila.

—¿Qué?— Pregunto.

—Es solo... es que tus músculos son tan... quiero decir, guau—

—Todos tuyos— Sigo tirando, disfrutando de la sensación de su


mirada. No extraño la forma en que aprieta un poco los muslos.
El poder de poder excitarla joder, podría emborracharme en eso.

Se aclara la garganta y finalmente mira al otro lado del agua. —


Todo esto. ¿Es tuyo?

—Nuestro, sí— Asiento con la cabeza.

—¿Cuánto tiempo llevas planeando esto?

—Yo era dueño de la tierra antes de conocernos, pero no tenía


nada pensado hasta que te vi—

—Y eso es otra cosa— Ella se recuesta, dejando que el sol juega


contra su piel suave. —¿Cuándo te enamoraste de mí?

—Buena pregunta. Lo he pensado mucho últimamente— Reduzco


la velocidad y nos llevó hasta qué estamos flotando a la sombra
moteada de los árboles colgantes a lo largo del banco del este.
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Página
—Hermoso— Ella mira los árboles cubiertos de musgo. —Sigue—
Ella me empuja con el pie.

Lo atrapo y lo empiezo a masajear. —Bueno, te vi—

—¿Amor a primera vista?

—No sé. Pero en el momento en que te vi, fue como que algo
cobró vida dentro de mí—

—¿Entonces, fue cuándo te mudaste a la casa de al lado?—

Me río, bajo y áspero. —No—

—Espera, ¿cuándo me viste?

—Estabas en uno de tus trabajos temporales. Un centro de gran


altura. Y creo que trabajabas para un tal Sr. Dantonio—

Ella arruga la nariz. —Lo recuerdo—

—Eras su recepcionista—

—¿Nos conocimos entonces?

Le doy un asentimiento.

—Oh—

Puedo ver que está tratando de pensar y recordarme.

—Tú no me habrías notado—

—¿Estás bromeando?— Ella se queda boquiabierta. —No sé cómo


no te habría notado. Eres tan guapo y grande y… — se palmea la
boca cerrada, sus mejillas enrojecidas.

Yo sonrío. Dios, se siente bien saber que está atraída por mí.
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Página
—Estaba con un grupo de hombres y tenía un vendaje que cubría
algo de mi cara. Estabas un poco detrás del escritorio buscando
algo—

—Oh— Chasquea los dedos. —Ese fue el día que llevé a Walter al
trabajo y había salido de su transporte de animales. Estaba
aterrorizada de que el señor Dantonio lo encontrara. Resulta que
había encontrado la hierba gatera en mi bolso y se desmayó
detrás de la impresora—

—Suena bien— Todavía puedo ver su faldita gris y la forma en


que se había recogido el pelo en un moño. —No estabas
mirándome, pero justo en el momento en que pasé, finalmente
miraste hacia arriba. Y ahí fue cuando tuve ese sentimiento— Yo
toco mi pecho. —Aquí dentro. E incluso después de que me fui,
no pude dejarlo ir. Yo seguía pensando en ti, en esa extraña
sensación que nunca me había sentido antes—

—¿Entonces de alguna manera te convertiste en mi vecino?

—Arregle bastantes cosas para poder acercarme a ti— No está de


más admitirlo ahora.

—Walter tiene razón— Ella asiente con apreciación.

—¿Cómo es eso?

—Eres un acosador—

Me río de nuevo y me alivia que lo diga con alegría en lugar de


sospecha. —No puedo negarlo. Tuve que mantenerte cerca, para
asegurarme de que estuvieras a salvo. Tú eres mi obsesión—

Saca el pie y yo masajeo el otro. —¿Por qué tenías un vendaje?

—¿Mmm?— Me vuelvo y examinó los árboles del otro lado del


lago. Algunas codornices se levantan del prado detrás de la línea
de árboles.
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Página

—Dijiste que tenías un vendaje el día que me viste—


—Cuando dejé mi trabajo anterior, hubo algunas...
complicaciones. Y salí con mi libertad, pero también tuve una
lesión cerebral que tardó un poco en sanar—

—¿Qué tipo de trabajo te dejaría con una lesión cerebral?— Ella


se levanta. —¿Slade?

Estoy concentrado en la orilla opuesta. Mis pelos se levantan y yo


alcanzo los remos.

—¿Slade?— Ella se inclina hacia adelante. —Eres un…—

Salto sobre ella, inmovilizándola debajo de mí mientras el fuego


rocía agua en el bote.

67
Página
No tengo idea de lo que está pasando, pero me aferro a Slade
cuando fuertes golpes llenan el aire. Salpica agua en el barco.

—Quédate abajo— dice, su boca junto a mi oreja. Yo hago lo que


él me dice, porque sé que me protegerá con su vida.

Observó como Slade saca una pistola de la canasta de picnic.


¿Cómo diablos, metió eso allí? Sé que no lo empaqué. Me doy
cuenta de repente que son los sonidos fuertes. Alguien nos está
disparando. Realmente es un maldito espía.

—Slade— gimo. ¿Cómo es esta mi vida?

—No dejaré que nada te lastime— gruñe.

Su rostro está lleno de absoluta rabia. Se pone de rodillas con la


pistola en su mano. Dispara un tiro antes de cambiar y apunta
otras dos rondas. Levantó la mano para agarrarlo, tirando de él
vuelve a caer encima de mí. No quiero que nada malo le suceda.

—¿Y tú, tonto? No quiero que te lastimes tampoco— Esta vez soy
yo la que gruñe.

Parpadea un par de veces antes de que parte de la rabia se libere


de su rostro. El Slade que conozco está regresando lentamente a
mí.

—Están muertos, pero vendrán más— Se sienta de nuevo y echa


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un último vistazo a su alrededor. Una vez que está satisfecho de


Página

que hay nadie más por ahí, agarra los remos y comienza a guiar
el bote de regreso a la orilla. Puedo ver un pequeño hilo de agua
comenzando a entrar donde las balas golpearon el bote.
Empiezo a levantarme.

—Quédate abajo— ordena. Yo resoplo... pero hago lo que me dice,


mirándolo él todo el tiempo.

Su comportamiento ha cambiado. Es como si otra persona se


hubiera apoderado de mi Slade. Mi secuestrador que habla dulce
se ha ido temporalmente. Tonterías. Ahí va ese síndrome de
Estocolmo de nuevo.

Mientras lo miro, empiezo a captar la realidad de lo que


sucediendo. Alguien intenta matarnos. Mientras yo estoy
jodidamente segura de que no quiero morir, no quiero que le pase
nada a Slade. Su plan de secuestrarme y hacer que me enamore
de él realmente está funcionando.

Al menos Slade tiene una excusa para estar loco. Lo he visto en


esas series de crimen donde muestran lo que le puede pasar a la
gente después de una lesión en el cerebro. No me ha pasado
nada y ya estoy media enamorada con mi desperfecto acosador.
¿Qué dice eso sobre mí? Se me ocurre un pensamiento extraño.
¿Si no estuviera dañado, habría sido un punto en su radar?

—Casi llegamos— Me saca de mis pensamientos. —Necesito que


me escuches atentamente. Cuando lleguemos a tierra necesito
que permanezcas abajo hasta que pueda revisar el área. ¿Puedes
hacer eso?—

Asiento con la cabeza.

—¿Tú qué? No quiero que te pongas en camino de ser dañado—

Su rostro se suaviza con mis palabras.

Yo estoy tensa. —¿Qué pasa si hay más de ellos?


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—¿Confías en mí?
Página
—Sí— La única palabra sale de mis labios sin pensar. Si yo se
algo sobre Slade, es que nunca dejaría nada lastímame. Juro que
su pecho se hincha un poco más ante mi respuesta, antes de que
salte del bote. Se siente como si pasaran los minutos, pero sé que
son solo unos segundos antes de que Slade regrese y proceda a
sacarme del bote. Me pone en mis pies, guiándome de regreso a
la casa.

—Es mejor que estos bastardos no hayan hecho ningún agujero


en mi casa de ensueño— resopló cuando llegamos dentro.

—Puedo arreglarlo— dice Slade mientras cierra la puerta


principal, haciendo clic en las cerraduras en su lugar. —Walter—
Slade silba, y en verdad viene trotando. Lo llamo todo el tiempo y
él incluso ni abre sus malditos ojos. —Jaula—

Casi me río a carcajadas por el hecho de que Slade piensa que


Walter está va a escucharlo y a subir a su jaula.

Walter mira a Slade. —No tenemos tiempo para esto. Conseguiré


tu pescado más tarde— La cola de Walter se mueve de un lado a
otro, pero segundos más tarde, verdaderamente se mete dentro
de su jaula. Miró como Slade cierra la puerta antes de levantarla.

—¿Qué demonios?— De hecho, estoy empezando a pensar que tal


vez están hablando entre ellos. Frotó la parte de atrás de mi
cabeza para ver si me golpee el cráneo cuando Slade me tiró al
suelo del barco.

—Por este camino— Me agarra de la mano, arrastrándome a su


habitación de combate.

—Vaya, no tenía idea de que esto estaba aquí—

—Mentira— grita Slade mientras sus dedos hacen clic en el


teclado.

—Eso es realmente molesto—


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Levanta la cabeza para mirarme. —Mentir— Incluso él parece un
poco sorprendido de que fuera una mentira.

—Está bien, es un poco genial— Pongo los ojos en blanco.

Él sonríe y vuelve a hacer clic. Lo siguiente que yo se es que se


está cambiando y sacando bolsas que ya están llenas de cosas. —
¿A dónde vamos? Tienes un submarino en ese lago o algo así?—

—Esa no es una mala idea. Tendré que investigar eso—

Tomó la jaula de Walter y sigo a Slade al garaje. Arroja todo a la


parte trasera del coche.

—¿Por qué siempre tienes que ser un imbécil?— Slade dice,


hablando a Walter mientras toma la caja de mi mano. —Estarás
bien, gran bebé—

—¿Walter siempre es tan bocón?— Pregunto.

—No tienes idea— Me abre la puerta del coche. Este realmente no


es un momento en el que debería reírme, pero no puedo evitarlo.

—¿Habla mierda de mí?

—Te necesito en el coche, nena. Entonces te responderé todo lo


que quieras saber—

—Está bien— digo. —Pero primero— Agarro su camisa, tirando


de él hacia abajo por un beso. Los ojos de Slade se agrandan por
un segundo antes de devolverme el beso.

—No te mueras— ordenó cuando rompo el beso, y entro en el


coche.

Dejó escapar un grito cuando Slade no se molesta en abrir la


puerta de la cochera. En cambio, acelera y el coche lo atraviesa
como si estuviéramos en una película de acción.
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—Eso no sucedió simplemente— exhalo.


—Está hecho para romperse. La puerta del garaje a la casa es
segura—

—Oh— Quiero decir, lo entiendo. No puedes estar esperando


una puerta de garaje para abrir cuando intentas hacer una
escapada. —Aprendes eso en la escuela de espías?

—Nunca dije que era un espía—

¿Entonces, qué diablos es él?

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Entramos en la autopista y aceleró.

—¿Quiénes eran esas personas?— Ella agarra el cinturón de su


asiento. —Si no eres un espía, ¿quién eres?

—Soy tuyo— Le digo la verdad.

—Necesito más que eso, Slade. Necesito saber qué diablos está
sucediendo ahora mismo. Estoy asustada—

¿Por qué su declaración se siente como un cuchillo entre mis


costillas?

Miro mis espejos y reduzco la velocidad. Nadie nos sigue. No hay


peligro inmediato. Cuando extiendo la mano y tomó la de ella me
deja.

—No tienes que tener miedo—

—La gente nos disparaba. Podrían haberte lastimado— Ella


aprieta mi mano. —Dime qué está pasando. Todo esto tiempo,
estaba pensando que tal vez eras un espía o algo así. Quiero
decir, tienes todas estas habilidades y puedes atrapar botellas de
vidrio antes de que lleguen al suelo, tienes pistolas, y... ya sabes,
hablas con gatos y esas cosas, así que... —

—No gatos. Solo Walter — Me encojo de hombros.


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—¿Es el único gato que te habla?


Página
—Si— Mantengo un ojo en el espejo retrovisor. —Yo no tengo el
hábito de andar con otros animales para ver si puedo oírlos. Y
soy muy consciente de que la voz probablemente esté en mi
cabeza de alguna manera, especialmente desde que tuve la
lesión, pero juro que es él. Es su voz —

“Suenas como un loco, y estoy aquí por cada segundo de eso,


idiota” Walter se ríe desde el asiento trasero.

—Y es tan grosero. Incluso cuando todavía estaba trabajando en


ejecución, nunca fui ni la mitad de grosero que este maldito
gato—

—¿En ejecución?— Ella levanta las cejas mientras me mira. —


¿Eras policía?—

Casi me ahogo con mi saliva. —¿Un policía? No—

—¿Entonces qué?

He pensado en tantas formas diferentes de decírselo, pero no


puedo incluso pensar en cómo empezar ahora que se ha reducido
a esto. Supongo que solo necesito dar un salto de fe. Ella lo vale y
sé que nuestro amor lo vale.

—Yo solía ser parte de la Familia Sardinia—

—¿Es como un lugar que pone esos pequeños peces en latas o


algo así?

Tengo que reprimir la risa. —No, estás pensando en las


sardinas—

—Correcto. Sardinas — Suena escéptica. —¿Así que si no eres


dueño de un imperio de pescado en lata, entonces, qué tienes
que ver con las sardinas?

—Sardinia— corrijo suavemente. —Es una familia muy


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conocida en la ciudad. Son dueños de los tribunales, la policía y


Página

todas las empresas que puedas imaginar. Apuestas…—


—¿Te gusta el bingo?— Ella entrecierra los ojos. —Siempre pensé
que había algo sospechoso en todos esos ancianos que van a las
noches de bingo—

—Algo así, seguro— Desearía poder poner en palabras lo


absolutamente jodidamente adorable que es, pero no puedo. —
Apuestas, drogas, todas las cosas malas que hay en el mundo...
los Sardinias los controlan. Solía jugar un papel importante en
todo eso—

—¿Te refieres a todas las cosas malas?

—Sí— Desearía poder ocultarle la verdad, pero ella la única


persona en el mundo a la que quiero decirle mi verdad, todo eso,
no importa lo feo que sea. —Cosas malas. Cuando dije que
manejaba, me refería al control de la familia—

—¿Qué significa eso?— pregunta ella en voz baja.

—Significa que si alguien estuviera invadiendo nuestro territorio,


yo tendría que encargarme. Si alguien de la familia no estaba
siguiendo nuestro código, yo me encargaba. Si alguien intentara
venir por nosotros, hacía sofocar la amenaza—

—¿Mataste gente?— Su voz suena pequeña ahora.

—Sí—

Ella se pone tensa y me temo que aparte su mano, pero no lo


hace. —¿Pero ya no haces eso?

—Ya no trabajo para ellos, no. Aproximadamente un mes antes


de que yo te viera, estaba en el puerto en uno de nuestros barcos
de contrabando. Cuando bajé a la bodega para inspeccionar la
carga, alguien embistió el barco con un remolcador robado. Me
desperté en el hospital una semana después, afortunado de estar
vivo. Pero tuve una lesión cerebral masiva, y no estaban seguros
75

de si podría volver funcionar como antes —


Página
—Pero estás bien ahora, ¿verdad?— Suena preocupada. Me
derrito cuando se preocupa por mí, porque sé que no lo merezco.

—Estoy bien mientras te tenga— Acercó su mano a mi boca y la


beso. —Mientras te mantenga cerca, a salvo y feliz, estoy
perfectamente.

—¿Entonces, cuando te lastimaste, tuviste que retirarte?—

—No exactamente— Doy la vuelta a la autopista y llego a una


carretera secundaria. —Cuando eres parte de la Familia
Sardinia, no puedes simplemente abandonarla. No tenía
intenciones de irme, incluso después del accidente, hasta que un
día fui a visitar a uno de nuestros rivales. Sal Dantonio—

—Señor. Dantonio— Ella jadea.

—Sí. Ese fue el día que te vi. El día que cambió mi vida.
A partir de ese momento, creé un plan para dejar la
Familia Sardinia. Y funcionó. Fingí mi lesión en la cabeza estaba
afectando mi juicio, que ya no podía seguir el ritmo. Sal, el jefe de
la familia, me ordenó un golpe, queriendo sacrificarme a pesar de
todos esos años de servicio. Yo también sabía mucho— Me obligó
a relajar mi agarre en su mano. —Pero yo lo vi venir, y cuando se
suponía que iba a ocurrir el golpe, fingí mi muerte—

—Guau. Eso es tan... intenso—

—Tan pronto como pude, vine directo a ti— giró el volante a la


derecha para evitar un surco particularmente grande mientras
viajamos camino de vuelta a la cima de una pequeña montaña.
—Tengo todos mis documentos falsificados para poder ser tu
vecino, Ted, y cuidarte a ti—

—Entonces me secuestraste — dice pensativa.

—Que tiene sentido. Tú y yo, tenemos perfecto sentido. No puedo


explicarlo— Reduzco la velocidad hasta detenerme.
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Página

Se inclina hacia adelante y mira por la ventana. —¿Q-qué es eso?


—Una torre de vigilancia contra incendios. Estarás a salvo aquí—

—¿Una qué?— Ella mira las escaleras de madera que conducen


a la pequeña percha sobre el bosque.

—Es temporal—

“No puedo vivir así” Walter maúlla su disgusto.

—Sólo temporal— les aseguro a ambos. —Tengo una vista de


todo el valle desde aquí. Podemos ver nuestro lago y nuestra
casa. Y sé que estarás a salvo. Es el lugar perfecto quedarte
mientras yo me ocupo de los Sardinias—

—No— Bunny niega con la cabeza.

—¿Qué?

—De ninguna manera— Ella me quita la mano y cruza de brazos


sobre su pecho. —Sé que estás haciendo un secuestro y todo,
pero me niego. No. No está pasando. No me gustan las alturas, y
no me gusta que me dejes sola aquí mientras vas a hacer cosas
peligrosas. ¡Podrían matarte! —

—Bunny…—

—¡No!—

—Bunny, si tengo que llevarte por esas escaleras por encima de


mi hombro, lo haré. Haré cualquier cosa para mantenerte a
salvo—

Ella me mira boquiabierta. —¡No te atreverías!—

Walter se ríe.

Yo suspiro.
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Página

Esta va a ser una noche larga.


Slade merodea alrededor de la torre, comprobando y
asegurándose de que todo esté seguro. Puedo decir por el
lenguaje de su cuerpo que está al borde. Finalmente me he
calmado del pequeño ataque de ansiedad que tuve por hacer la
escalada a esas malditas escaleras aterradoras. Realmente no me
gustan las alturas. Esto no es lo que tenía en mente de niña
cuando pensaba sobre tener una torre propia para que viniera un
príncipe a salvarme.

Ese cuento de hadas podría estar un poco sobrevalorado. Parece


que soy más en el tipo de villanos locos. Cada segundo que paso
con Slade, me enamoro cada vez más de él. Sé que
supuestamente es un chico malo, pero no ha sido más que dulce
conmigo.

Debo admitir que me sorprendió un poco descubrir que trabajaba


fuera de la ley con criminales que hacen cosas muy malas. Yo sé
que no debería sorprenderme ya que él, después de todo, me
secuestró. No creo que los espías que trabajan para el gobierno
secuestren chicas, pero probablemente me equivoque. ¿Quién
sabe?

—¿Por qué no vienes y te sientas?— Doy unas palmaditas en el


asiento junto a mí en el sofá. La torre está un poco polvorienta,
pero entre otras cosas aparte de eso no es un lugar terrible para
permanecer ocultos por un tiempo. Él hace una pausa por un
momento, sus ojos se detienen en mis piernas desnudas.
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—Tengo que asegurarme de que no haya nadie— Rasga su


Página

mirada lejos de mí para volver a caminar.


Tengo esta necesidad de intentar calmarlo. Es tonto. Pero no me
gusta verlo de esta manera. No estoy segura de por qué estoy
preocupada por él. El hombre admitió que mata gente. Él es un
maldito asesino. Debería estar planeando mi escape, no tratando
de atraerlo al sofá conmigo.

Murmura algo en voz baja sobre no dejar que alguien se me


acerque. Estoy bastante segura de que escuché algunas
promesas de muerte a cualquiera que piense que podría intentar
arrebatarme de él. Tengo que admitir que me encanta el hecho de
que me quiera demasiado. Tanto es así que está dispuesto a
matar para protegerme.

Me encuentro más y más excitada cada segundo que escucho sus


promesas de muerte a todo el que se atrevan a mirar mi camino.
Me muevo en mi asiento, preguntándome cómo podría atraerlo
por aquí y calmarlo. No estoy segura cuanto tiempo tenemos,
pero sé que necesito pensar en algo para calmarlo.

Algunas cosas pasan por mi mente. Trato de recordar


algo que me calmó en el pasado, esperando poder usarlo para
ayudar a Slade. Finalmente me golpea. Nunca me sentí más
tranquila que cuando Slade puso su boca entre mis piernas.
Estaba tan distraída, que casi me había olvidado de que estaba
secuestrada.

Aprieto mis muslos juntos mientras pienso en hacer lo mismo


para él. Nunca antes había hecho una mamada, pero sé lo
básico. Lo he leído en libros antes. Además, Slade no sabría si
soy terrible en eso. Soy la única chica con la que ha hecho
cualquier cosa.

El latido entre mis muslos comienza a crecer con ese


recordatorio. ¿No se supone que las chicas quieren hombres
experimentados? ¿Quién sabe lo que están haciendo? Me parece
increíblemente caliente ser la única mujer en todo el mundo que
alguna vez tentó a Slade a desear algo sexual. En todo caso,
79

debería ser fácil atraerlo hacia mí.


Página
—Slade— lo llamo. Se gira para mirarme. —¿Podrías venir
aquí?—

Señaló el lugar que tengo enfrente en el suelo. Sin preguntar se


acerca. Él se eleva sobre mí. Dejo caer mi cabeza de nuevo para
encontrar su mirada.

—¿Necesitas algo, Bunny?— él pregunta.

Ni siquiera me preocupo por las palabras; Simplemente me


arrodillo enfrente de él. Mis manos se estiran para desatar su
cinturón. Yo intento darme prisa para que no me detenga. Pero
antes de que sepa que está sucediendo, agarra mis manos,
tomándolas entre las suyas.

—¿Qué estás haciendo, Bunny?— Su voz sale ronca haciendo


que mis pezones se aprieten. Cuando lo miro, puedo ver la lujuria
en sus ojos. Su respiración se vuelve pesada.

—Déjame hacer esto. Por favor— le suplico, sabiendo que puedo


ayudarlo.

Por un segundo, creo que me va a decir que no cuando suelta


mis manos y me rodea. La decepción me llena.
Antes de que sepa lo que está pasando, me levanta del suelo, y
coloca un cojín del sofá en el suelo debajo
mi. Suavemente me coloca encima de él para que mis rodillas
estén sobre algo blando y no sobre el suelo duro.

Este hombre de alguna manera está haciendo que una mamada


sea dulce.

—Dejaré que me hagas lo que quieras—

—Entonces siéntate— Me doy la vuelta para mirar hacia el sofá y


palmear el lugar de enfrente. Hace lo que le pido, sentándose con
los muslos apoyados a ambos lados de mí.
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Busco el botón de sus pantalones. Esta vez no me detiene.


Página

Incluso se levanta un poco para ayudarme a liberar su polla. Yo


jadeo por su tamaño, envolviendo mi mano alrededor de la base
con curiosidad. No puedo hacer que mi pulgar se encuentre con
mi dedo. ¿Cómo será? ¿Alguna vez encajara dentro de mí?

Lo agarró con más fuerza, sorprendida de lo suave que es. Un


fuerte gemido viene de Slade. Retiro mi mano rápidamente.

—No pares— Me agarra de la muñeca, trayendo mi mano de


vuelta a su polla.

—Pensé que te había lastimado—

—No— Él niega con la cabeza. —La única forma en que podrías


lastimarme es si me dejas—

Juro que es el hombre más romántico del mundo.

—No voy a ninguna parte— Envuelvo mi mano alrededor de su


polla. Una pequeña gota de semen se forma en la punta que se
está convirtiendo en un color púrpura. —¿Estás adolorido?

No espero una respuesta. Me inclino y me lamo los labios


queriendo probar a qué sabe. Deslizó codiciosamente mi lengua a
través de la punta de su polla, robando el semen para mí misma.
Otra cuenta se forma instantáneamente.

—Bunny—

—Voy a hacerlo mejor— digo, envolviendo mi boca alrededor de la


cabeza de su polla. Él gime mi nombre de nuevo mientras yo
comienzo a chupar. Los sonidos que vienen de lo más profundo
de él me animan. Muevo la cabeza, tomando más de él en mi
boca pulgada a pulgada.

—Joder, Bunny— grita mientras me muevo más rápido,


llevándolo todo el camino hasta el fondo de mi garganta.
Intento frotar mis muslos juntos, necesitando algún tipo de
fricción para mí. No tenía idea de lo caliente que sería chupar la
81

polla de Slade. Los sonidos que emite son adictivos. Eso me hace
Página

chupar más fuerte y más rápido.


Antes de saber lo que estoy haciendo, tengo mi mano entre mis
piernas, mis dedos jugando con mi clítoris.

—Bunny. Tienes que parar— No paro. Estoy demasiado cerca


cuando sus dedos se enredan en mi cabello, me preocupa que me
jale, así que lo tomó tan profundo como puedo en mi boca. La
cabeza de su polla golpea la parte posterior de mi garganta. Sus
muslos se flexionan, por todo su cuerpo comienza a ponerse más
tenso.

—¡Bunny!— grita mi nombre mientras él inunda mi boca con su


liberación. Activando la mía.

Gimo a su alrededor mientras mi propio placer recorre mi cuerpo.


Lo chupo, tragando cada gota que él libera en mi boca.

Sus manos se deslizan por debajo de mis brazos y me levanta del


suelo. Su polla se desliza libre de mi boca mientras me junta en
sus brazos. Yo me siento a horcajadas sobre él; su boca toma la
mía. Me besa largo y duro.

Si el plan de Slade es hacerme adicta a él, así nunca quiera


dejarlo, entonces está más que funcionando. Ahora mismo, no
quiero irme a ninguna parte. Incluso podría llegar a amar esta
torre.

Estoy bastante segura de que ya estoy empezando a amarla.


82
Página
Bunny duerme profundamente en el pequeño catre junto al muro
de la torre de fuego. Ella parece un ángel en luz de la luna, su
cabello extendido a su alrededor mientras sus respiraciones son
lentas y profundas.

“No podemos quedarnos aquí para siempre". Walter mueve la cola


de su lugar en el sofá.

—Soy consciente de eso— Miro por la ventana más cercana.

"¿Qué vas a hacer?"

—Baja la voz— Enganchó un pulgar a Bunny.

Sus bigotes se contraen. “¿En serio? Ella no puede oírme.


Solamente tú puedes, gracias a ese golpe que te dieron en la
cabeza “

—No lo creo— Tomo mi Glock y la meto en la funda en mi pecho.

"Los locos nunca creen que están locos", canta.

Miro a Bunny una vez más, luego abro la puerta que da a la


plataforma que rodea la parte superior de la torre. El área está
despejada, el bosque tranquilo y la única luz es de la luna y las
estrellas.

Dejarla me duele más de lo que puedo decir, pero tengo que irme.
83

Es la única forma en que puedo entender el terreno.


Página
Cierro y bloqueo la puerta, luego miró por la ventana.
Walter se ha sentado al lado de Bunny en el catre, su cola metida
alrededor de él. Puede que sea un imbécil, pero al menos yo sé
que ama a Bunny y haría cualquier cosa por ella. No es que él
fuera de mucha ayuda si alguien viniera a buscar. Ese
pensamiento envía una calma a mi columna vertebral.

Pero me recuerdo a mí mismo que ella estará a salvo aquí. Nadie


sabe sobre esta vieja torre de incendios, y no hay posibilidad de
que nos hayan seguido.

Con pasos silenciosos, regreso al auto y lo pongo en marcha. Me


doy la vuelta y vuelvo a bajar por los baches de la carretera.
Manteniendo un ojo en la línea de árboles, voy lentamente hasta
alcanzar la carretera y la pequeña valla que bloquea este tramo
de bosque. La pongo en su lugar y, con una mirada más atrás,
llegó la autopista.

Conozco el camino al complejo de los Sardinias. Es como si


tuviera un mapa dentro de mí, y los Sardinias son una parte tan
importante de él, Siempre puedo encontrar mi camino de regreso.
Pero es oscuro y peligroso, no es un lugar al que alguna vez haya
querido volver, especialmente no con Bunny.

Un Mercedes negro espera en una curva de la carretera. Cuando


lo paso, comienza a rodar.

Agarro mi teléfono y marco.

Kerrig responde al primer timbre. —Te tomó el tiempo suficiente


para venir aquí—

—¿Saben que vamos a venir?

—Aún no— Él suspira. —¿Estás seguro de que es una buena


idea?—

—No. Pero nunca he huido de nadie, y no estoy empezando


84

ahora— No soy tonto. Los chicos que enviaron al lago tuvieron


Página

muchas oportunidades para dispararme. Ellos no lo hicieron.


Ellos no me acabaron, pero solo porque no se les ordenó hacerlo.
Estoy seguro de que les dijeron que me asustaran y volvieran a
Sal Sardinia. Lástima que fracasaron en ambos aspectos. Estoy
jodidamente furioso, no asustado, y ellos nunca regresaran.

—Simplemente no veo a Sal haciendo lo razonable y dejándote


seguir tu camino—

—Yo tampoco—

Él tose. —¿Entonces, qué estamos haciendo?

—Haciéndole saber que si viene a buscarme de nuevo, cortaré


sus piernas de debajo de él y enviaré el resto de él a casa en una
bolsa para cadáveres. Ahora prepárate como te dije— Terminó la
llamada luego ruedo hasta detenerme frente a la amplia puerta
de metal con el llamativa S en la parte superior.

Un soldado sale, su rifle semiautomático listo.

Abro mi ventana. —Estoy aquí para ver a Sal—

—El señor Sardinia no tiene citas esta tarde— dice secamente.

—Él me verá—

—Necesitas irte— Hace cosquillas en el gatillo con el dedo


mientras me mira fijamente.

—Hazme un favor. Dile que Slade está aquí para verlo— Sus ojos
se abren, su dedo suelta el gatillo. —¿Slade?

—¿Que soy un maldito tartamudo?—

Da un paso atrás, casi se cae de culo, luego se da vuelta y corre


de regreso a la caseta de la puerta. Después de jugar con su
teléfono, finalmente comienza a hablar con alguien.
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La puerta comienza a abrirse.


Página
—Él está conmigo— Digo mientras empiezo a conducir por el
recto carril entre árboles y jardines. Kerrig me sigue.

Para cuando lleguemos a la casa al final del carril, al menos dos


docenas de soldados han salido y se paran amenazadoramente
en filas.

Me detengo y, luego salgo.

Kerrig silba entre dientes mientras se acerca a mí. —¿No es una


bonita foto?

Todos los soldados nos apuntan con sus armas.

Kerrig cambia de un pie al otro. —Entonces, qué vamos a


ha…—

Se abre la puerta de entrada negra y Sal sale a zancadas, con los


brazos abiertos. —¡El hijo pródigo ha vuelto!— Él sonríe mientras
viene hacia mí y me abraza, dándome palmadas en la espalda
como si fuéramos dos amigos. —¡Armas abajo!— él ladra y sus
soldados obedecen.

Él retrocede, sosteniéndome con los brazos extendidos. —Es


bueno verte. Ha pasado mucho tiempo—

Lo miro y sofocó mi deseo de golpear su cara estúpida en una


fina niebla rosa. —Enviaste a dos idiotas a mi propiedad. Ahora
están muertos—

—Te envié un poco de práctica de tiro— Se encoge de hombros.


—Un poco de diversión. Ahora entra. Tomemos una copa y
hablemos de negocios—

Él se voltea.

Yo no sigo.
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Se detiene en el último escalón. —Slade— Su voz lleva una


Página

advertencia.
No sé quién cree que soy, o si piensa que la herida en el cerebro
me ablandó. Pero ese no es el caso. Nunca he sido la perra de
nadie, y no voy a empezar ahora.

—Enviaste hombres a mi casa— Me mantengo firme.

El cambia, la falsa calidez desapareció de su comportamiento.


Sus ojos fríos y calculadores me toman en cuenta. —¿Pensabas
que podrías desaparecer? ¿Pensaste que podías dejar de ser parte
de esta empresa?—

—Intentaste hacer que me mataran— Hago crujir mis nudillos.


Algunos de sus soldados vuelven a levantar sus armas.

—Mierda— Kerrig se aleja un poco de mí, liberando espacio entre


nosotros para que podamos maniobrar.

—Eso es agua debajo del puente. Estás aquí ahora, y tú pareces


estar en forma de lucha. Reanudarás tus funciones para mí—

—No, no lo haré— Doy un paso adelante, ignorando las armas y


la creciente ira en el rostro de Sal. —Si vienes por mí de nuevo,
no detendré a los que envíes. Volveré aquí y te quemaré hasta los
cimientos—

Todas las armas me apuntan de nuevo, y Sal frunce el ceño.

—¿Por qué?— Él mete la mano debajo de la chaqueta del traje y


saca una pistola. —¿Por qué le darías la espalda a la familia? ¿Es
por la pequeña perra con la que te has metido?

—Nunca hables de mi mujer de esa manera— mantengo


mi nivel de tono pero letal, y luego agito dos dedos a mi lado.

Escuchó el segundo Kerrig tira del pasador de la granada, pero


nadie lo hace.
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—Has cometido tu último error, Slade. Es una verdadera lástima.


Página

Tú podría haber sido útil—


Como si estuviera coreografiado por un maestro, Sal levanta su
arma, Kerrig lanza la granada, y luego el mundo explota y
tiembla a mi alrededor.

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Me doy la vuelta, alcanzando a Slade pero solo sube un peludo
Walter. Le doy unos besos en la cabeza antes de sentarme.
Incluso mientras duermo quiero a Slade. Sé que no está en la
cama conmigo es la única razón por la que me desperté. Esto
suena loco, pero he dormido mucho mejor desde que me
secuestró.

—¿Slade?— Parpadeo mis ojos un par de veces, tratando de


ajustarme a la oscuridad. —Slade— llamó de nuevo, cada vez
más incómoda por el silencio. No le tengo miedo a la oscuridad
en general, pero estoy en el medio de la nada.

Me levanto de la cama para ir a buscarlo. No me había dado


cuenta lo espeluznante que es este lugar hasta ahora. Cuando
Slade está cerca de mí, nada es realmente aterrador. El pánico
comienza a aumentar. ¿El solo me dejaría? Alejo ese pensamiento
rápidamente. Mi loco hombre está obsesionado conmigo. No se
iría a menos que tuviera que hacerlo.

Empiezo a caminar de un lado a otro. —Walter. Si realmente


puedes hablar ahora sería un buen momento para comunicarte
conmigo. ¿Dónde se fue Slade? Espero un segundo, pero lo único
que hace Walter es darse la vuelta sobre su espalda. —Apuesto a
que te lo dijo. Vamos, Walter. Puedes hacerlo esta vez— Yo
resoplo cuando el silencio continua—

Walter, sin embargo, decide sentarse y verme pasear por la


habitación. —Esto es un montón de tonterías. ¿Puedes hablar
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con Slade pero no conmigo? Yo soy la que te salvó cuando


Página

estabas varado al lado del camino. Eres mi bebé, no de él— lanzó


mis manos arriba en frustración. Walter simplemente deja
escapar un maullido.

Me acerco a una de las ventanas gigantes y trato de mirar hacia


abajo. Afuera está demasiado oscuro para poder ver si el auto de
Slade está todavía ahí abajo. Tal vez sí bajo un poco las
escaleras, podría ver mejor.

—Puedo hacer esto— le digo a Walter. Gira unas cuantas veces


en un círculo antes de acostarse en mi lugar en el pequeño catre.
—No eres de ayuda en lo más mínimo. Estoy empezando a creer
las cosas que Slade dice sobre ti son ciertas—

Walter está completamente indiferente por esto. Él pone su


cabeza en sus patas delanteras y se pone cómodo. Se ve tan
malditamente adorable que ni siquiera puedo estar molesta con
él.

Voy en busca de pantalones; bien podría estar preparada si voy a


tener que echar un vistazo afuera. Solo estoy en una de las
camisas gigantes de Slade. La levanto de mi pecho, inhalando su
aroma. Eso de alguna manera me calma. Él estará de vuelta. De
eso no tengo ninguna duda. No habría pasado por todas las cosas
que hizo para conseguirme y solo dejarme aquí olvidada.

La puerta se abre de golpe un momento después. Una figura


gigante llena todo el espacio. Mi estómago se hunde por un
momento porque yo sé que no es mi Slade.

—¡Slade!— Gritó tan fuerte como puedo. El hombre de la puerta


es empujado hacia adelante. Se tropieza, casi se cae de culo pero
se atrapa a sí mismo. Slade viene corriendo detrás de él.

—Bunny— grita, corriendo hacia mí. Sus grandes manos


ahuecan mi rostro cuando una luz suave llena la habitación.—
¿Estás herida?—

Niego con la cabeza, pero las lágrimas comienzan a rodar por mis
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mejillas. —La asustaste— le grita Slade al otro hombre.


Página
—Todo lo que hice fue abrir la puerta— El hombre se defiende
rápidamente él mismo. Slade mira al hombre como si lo quisiera
golpear él.

—Estoy bien— trato de tranquilizarlo, atrayendo su atención de


nuevo hacia mí.

—Estás llorando—

—Estaba asustada cuando desperté y no pude encontrarte. Eso


es todo— Envuelvo mis brazos alrededor de él, necesitándolo
cerca.

—Estaba volviendo. Tuve que manejar algo— Él sigue hablando,


pero no lo escucho. Una cálida humedad se siente a través de mi
estómago. Retrocedo para tratar de ver qué es.

—¡Slade!— Jadeo cuando veo la sangre.

—Es un rasguño— dice rápidamente. Su rostro es más blanco


que antes. Le levantó la camisa.

—Eso no es un rasguño— Intento jalar su camisa del resto de su


cuerpo. Tiene que ayudarme. Hay un puñado de arañazos por
todas partes, pero hay uno grande. —Esto es va a necesitar
puntos de sutura—

Empiezo a correr alrededor de la torre, esperando que haya algún


tipo de botiquín de primeros auxilios en alguna parte. —¿Esto es
obra tuya?— Le siseo al otro hombre. Sus ojos se agrandan y
levanta las manos en el aire.

—No, señora— se apresura a decir. —Creo que iré a comprobar


el perímetro— En un abrir y cerrar de ojos, el hombre ha vuelto a
la puerta, dejándonos a Slade y a mí solos.

—¡Lo tengo!— Saco el kit de uno de los cajones.


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—Bunny— Slade llama mientras se sienta lentamente en el
pequeño sofá. —Ven aquí— Me hace señas. —Tienes que parar
el llanto. Me está matando—

—No creo que sean mis lágrimas las que te estén matando. Estas
sangrando hasta morir—

—Es un rasguño—

—No lo es— Sollozo, abriendo el kit. —Te voy a curar bien, y


luego nunca más podrás irte de mi lado. ¿Entendido?— lo
fulmino con la mirada. Una sonrisa ilumina su rostro. Realmente
está loco. Está sangrando por todas partes y sonriendo.

Me agarra y me pone en su regazo. —¡Slade!— Le gritó. ¿El


hombre no siente dolor?

—Necesito besarte—

—Tienes que dejarme hacer las suturas. Trabajé en un


consultorio veterinario durante seis meses. Debería poder hacer
esto— Al trabajar allí, quiero decir que respondí los teléfonos,
pero vi al médico hacerlo un par de veces, y sé coser. Eso no
puede ser tan difícil.

—Bésame— ordenó, todavía sonriéndome.

—¿Por qué sonríes?— Le gruño.

—Estás enamorada de mí— dice antes de presionar su boca a la


mía.
92
Página
—Sé que esto duele— Bunny hace una mueca mientras me
sutura.

—No está bien— Ella niega con la cabeza, luego se detiene y cose
otra puntada. —¿A dónde fuiste? ¿Qué sucedió? ¿Quién es ese
tipo?—

Abro la boca para responder.

—¡No! No hables. Solo descansa—

La miro. Ella está enamorada de mí. Puedo sentirlo con cada una
de las puntadas, con cada mirada de preocupación. Necesito
besarla de nuevo, para sentir esa conexión entre nosotros.

Con un tirón, la jalo hacia mí.

—¡Oye!— protesta mientras reclamó sus labios.

Pero ella deja de pelear conmigo cuando paso mi lengua por la


costura de su boca. Cuando ella se abre para mí, finalmente me
siento bien, como si todo hubiera encajado en su lugar.

Enredando una mano en su cabello, uso la otra para inclinarla


cabeza para poder besarla más profundamente. Su sabor a miel
es el cielo en mi lengua, y necesito más. Toda ella. Palmeo una de
sus tetas, la amasó, luego pellizcó la punta rígida.
93

—¡Slade!— Ella jadea y trata de retroceder.


Página
No la dejo. En cambio, aprieto mis labios a su garganta,
chupando y besando hasta la clavícula. Ella gime.

—Tengo que terminar la sutura—

—No— Paso mis dientes por su cuello.

—Por favor—

—No— Parece que no puedo dejarla ir. Toda la experiencia-


cercana a la muerte de la última hora me hacen anhelarla más
que siempre.

Deslizando una mano entre sus piernas, siento lo caliente que


está por mí. —Te necesito en mi polla, Bunny—

—Slade— Ella mueve sus caderas contra mi palma, luego sacude


su cabeza. —No. Tengo que terminar tus puntos—

Beso más bajo. —Te haré un trato—

—¿Qué?

—Dejaré que termines de coserme si, cuando termines, cabalgas


mi polla como una buena chica—

Se estremece, sus caderas se mueven contra mi palma de nuevo.


—Nunca he…—

—Lo sé, pero se sentirá tan bien. Te daré lo que necesitas Bunny.
Siempre— Lamo un lado de su garganta. —Sólo déjame dártelo a
ti—

—Yo…— Aprieta mi bíceps mientras mordisqueo su oreja.

—Por favor, Bunny— le susurro.

Se le pone la piel de gallina a lo largo de su suave piel.


94
Página

—Sí— Ella asiente. —Sí—


Le muerdo el cuello y luego me recuesto.

Ella toma una respiración profunda y yo meto mis manos detrás


de mi cabeza.

—Estás sonriendo— Vuelve a mi herida de cuchillo.

—Estoy anticipando— Mi polla patea un poco cuando lo digo y


sus ojos van directamente a ella. Joder, se siente como su toque.

—No deberías estar haciendo nada vigoroso con estas heridas—


Frunce el ceño y sigue cosiendo.

—Es por eso que voy a dejar que te subas a la cima—


Corro mi mano arriba y abajo de su muslo.

Se abre la puerta y entra Kerrig.

—Vete a la mierda. Estamos ocupados— No apartó los ojos de mi


mujer.

—Necesitamos hablar—

—Luego— Le hago un gesto para que se aleje mientras Walter se


acerca a él. —Llévate a Walter contigo—

—No me gustan los ga…—

Walter se sube por la pernera de sus pantalones y sigue subiendo


hasta que Kerrig lo toma en un brazo.

—Jesús— Kerrig mira a su nuevo amigo felino.

—Quédate cerca. Pero no demasiado cerca— Corro mi mano


hacia arriba del muslo de Bunny mientras termina los puntos.

Los ojos de Kerrig se entrecierran. —No tenemos tiempo para


95

eso— Él retrocede de la torre de todos modos. —Bajaré el auto a


Página
la carretera, para ver si tenemos alguna acción en camino— Con
un suspiro, cierra la puerta y sus pasos se alejan por la escalera.

Bunny corta el hilo de coser y se sienta para inspeccionar su


trabajo, luego pone la venda.

—Quítate la ropa— agarro su camisa. —Quiero verte toda—

Ella se pone de pie, nerviosa en sus movimientos.

Me siento. —Oye…—

—¡Acuéstate!— ella grita.

Hago lo que dice, disfrutando de su tono atrevido.

—Teníamos un trato. Tú te quedas ahí y yo me encargo de ti—

—Sí— Asiento y dejo que mi mirada recorra su cuerpo. Ella se


mira increíble en mi camisa. La quiero en el maldito piso. —
Encárgate de mí, Bunny. Por favor—

Con un pequeño asentimiento, alcanza el dobladillo de la camisa


y se la saca. Se me hace agua la boca cuando veo sus tetas y los
duros pezones que adornan las puntas.

—Más— Me agacho y desabrocho mi cinturón, luego empujo mis


pantalones y calzoncillos bóxer hacia abajo.
Sus ojos van directo a mi polla dura, y cuando la lame labios,
gimo.

—¿Oh no, te duele?— Ella da un paso adelante y alcanza el


vendaje.

Agarro su cintura y con un tirón fuerte, le quitó los pantalones y


bragas hasta los tobillos. Su coño fragante está justo en frente de
mi cara, y no puedo evitar deslizar mi lengua entre los pliegues
mojados y robar una probada.
96
Página

—¡Slade!— Ella intenta retroceder.


No la dejo. La levantó y uso mis pies para patear sus pantalones
el resto del camino, luego la traigo a mi cara.

—¡Slade!— ella llora de nuevo mientras presiono su coño contra


mi boca.

La lamo toda, asimilando su dulzura mientras se arquea por


encima de mí. Joder, mi polla ya está a punto de estallar. Tengo
que ir despacio y concentrarme en su placer, en hacerla sentir
bien. Entonces lo hago.

Presionando mi lengua dentro de ella, alcanzo y palmo sus tetas.

—No debería estar haciendo esto— Ella dice las palabras, pero su
cuerpo está siguiendo mi iniciativa. Moviendo las caderas, monta
mi cara. Aun así, yo Necesito más, así que agarro su trasero y la
presionó contra mí.

—¿Puedes respirar?— ella jadea.

No quiero respirar. Solo quiero comerle el coño hasta que ella


grite. Lamo y chupo, pasando mi lengua por la carne caliente de
una y otra vez. Y luego voy por su pequeño clítoris apretado. Ella
se detiene protesta y comienza a frotarlo. La disfruto y no toma
mucho tiempo para que sus caderas se bloqueen, su respiración
es pesada y su coño se aprieta alrededor de mi lengua. Ella se
corre en gemido bajo, con mi nombre en su lengua. Nunca
quiero que esto termine, nunca quiero dejar de complacerla.

Sigo lamiendo, pero luego ella se levanta y baja por mi cuerpo.

—Necesito más— Coloca sus caderas sobre las mías.

Nunca había tenido una vista tan sexy en mi puta vida.

—Te necesito a toda, Bunny. Por siempre— Agarro sus caderas y


empujo su espalda para que mi polla tenga un lugar en su
97

entrada.
Página
Ella toma una respiración profunda y se extiende aún más.

En un movimiento rápido, empujo hacia arriba, tomando su


virginidad y haciéndola mía.

98
Página
Clavo mis uñas en el pecho de Slade mientras mi cuerpo intenta
ajustarse a su tamaño. Por mucho que duela, también hay esa
exactitud. Nunca me sentí tan conectada con alguien como lo
estoy en este momento.

—Bunny— Slade exhala mi nombre y se sienta. Dejo salir un


pequeño jadeo, su polla moviéndose dentro de mí. Sus grandes
manos ven a mi cara con una tierna dulzura. —Dime que estás
bien—

Esta es la primera vez que Slade parece estar en dolor. Sé que


tampoco es por su herida. Soy yo. El hombre no puede sentir su
propio dolor, pero puede sentir el mío. Él odia el hecho de que me
está lastimando de alguna manera.

—Estoy bien— Me inclino hacia él, presionando mi boca contra


la suya. —Estoy más que bien— digo entre besos.

Las manos de Slade se hunden en mi cabello mientras se hace


cargo. Sus dedos me dan un pequeño tirón para inclinar mi
cabeza hacia atrás para profundizar nuestro beso. Muevo mis
caderas mientras mi cuerpo se ajusta más a su polla. Empiezo a
derretirme a su alrededor.

—Necesito algo— exhalo, rompiendo nuestro beso.


Su boca va por mi cuello, su mano ahuecando mi pecho. Él
pellizca mi pezón, aumentando mi excitación. Estoy tan llena, es
como si estuviera en todas partes.
99
Página
—Me necesitas— Empuja sus caderas hacia arriba, golpeando un
punto muy dentro de mi. —Dilo. Quiero las palabras de tu
boca—

—Te necesito— Le doy lo que pide. No solo porque lo exigió, sino


porque tiene razón.

Todo este tiempo he estado a la deriva por la vida, sin estar


segura de lo que he querido o donde pertenezco. Asegurándome
de que nada nunca es permanente. Desafortunadamente, de niña
aprendí que nada es para siempre. Así que me he protegido
sabiendo que si no me apego en algo, nunca podré ser herid.

—Yo también te necesito, Bunny— Muerde mi cuello.

En secreto espero que me deje una marca. Una que deje ver a
todos sé que le pertenezco. El solo pensamiento de eso me tiene
moviendo mis caderas, queriendo darle todo de mí.

—Necesito más— Levantó las caderas y me dejó caer sobre él.

—Entonces tómalo. Cabalga mi polla y haz que me corra. Y


cuando lo haga, vas a tomar hasta la última gota— Sus palabras
estimulan mi acción. Gimo su nombre mientras tomo cada
centímetro de él una y otra vez.

Mis caderas suben y bajan solas. Empujó el pecho de Slade


haciéndolo recostarse. Me mira fijamente con los ojos muy
abiertos mientras observa cada uno de mis movimientos.

Sus ásperas manos comienzan a vagar por mi cuerpo antes de


tomar mis pechos que rebotan con mis movimientos. Sus
pulgares rozan en cada uno de mis pezones, haciéndome gemir.
El placer sigue creciendo dentro de mí. Mi orgasmo está cerca,
pero fuera de mi alcance. Necesito algo más.

Los dedos de Slade bajan más abajo, yendo a mi clítoris. Mi


100

cabeza cae hacia adelante, mis manos van a descansar en su


amplio pecho, mi cuerpo sabiendo que necesito prepararme para
Página

lo que viene.
—Bunny— Slade deja escapar un gemido gutural mientras sus
dedos acarician mi clítoris. Todo su cuerpo se tensa debajo de mí
mientras su calor florece dentro de mí. Le da a mi clítoris un
pequeño pellizco, arrojándome al borde del placer.

Mi sexo se encierra alrededor de su polla. Grito su nombre


cuando mi orgasmo me invade. Las manos de Slade se apoderan
de mí enganchando mis caderas. Me mueve arriba y abajo de su
polla mientras sigue corriéndose dentro de mí.

Es interminable. Su semen ya se me escapa por como me sigue


deslizando en su polla. —No puedo parar— gruñe. El sonido
vibra a través de mi cuerpo, disparándome a otro orgasmo.

—¡Slade!— Gritó su nombre mientras mis brazos ceden. Caigo


sobre su pecho. Su polla se sacude dentro de mí mientras
empuja hacia arriba tres veces más antes de que otro gemido se
extraiga de él mientras entra dentro de mí una vez más. Me
acuesto encima de él, No estoy segura de si podré moverme de
nuevo.

Nos acostamos en silencio, nuestra respiración es el único


sonido que llena la habitación. Los dedos de Slade suben y bajan
sobre mi espalda desnuda.

—Estás herido— recuerdo de repente. Trato de levantarme para


comprobarlo, pero envuelve sus brazos a mi alrededor en un
fuerte agarre para que no pueda ir a ningún lado. —Slade—
resoplo.

—Estoy bien— Él acaricia el costado de mi cuello, haciéndome


sonreír. No se equivocó cuando dijo que estoy enamorada de él.
Hizo que fuera difícil no amarlo incluso con sus pequeñas
peculiaridades. Y no es como si no tuviera ninguna propia.

—¿Puedo preguntarte algo?— giro mi cabeza para descansar en


101

su pecho.
Página
—Me puedes preguntar lo que sea— Sus manos vuelven a vagar
arriba y abajo de mi espalda desnuda ahora que sabe que no
estoy intentando zafarme de su agarre.

—Dijiste que estás enamorado de mí—

—Lo estoy— asiente sin perder el ritmo.

—No importa— Me convenzo de no hacer la pregunta.

—Bunny. No me gusta que me ocultes cosas— El casi suena


como si estuviera haciendo pucheros.

—¿En verdad? Estoy en shock — digo secamente. Él está


acostumbrado a fisgonear alrededor y encontrar lo que quiera
cuando se trata de mí. Supongo que no es tan fácil cuando está
dentro de mi cabeza. Tan loco por cómo es que él hizo todo esto,
estoy igual de loca porque lo encuentro dulce de una manera
extraña. Supongo que estoy un poco loca también.

—Dilo— Su mano agarra mi cabello, inclinando mi cabeza para


mirar hacia él. Su polla se sacude dentro de mí.

—Soy la primera chica que has... — me callo, no sabiendo cómo


decir esto.

—Deseado— dice por mí.

—Deseado— repito, lamiendo mis labios. —Pero no empezaste


queriéndome hasta después de tu accidente. ¿Y si solo me amas
por lo que te paso? ¿Incluso me habrías notado antes? Preguntó.

Algunas dudas sobre mí misma comienzan a caer sobre mí


mientras espero con conteniendo el aliento para que él responda.
102
Página
La pregunta me golpea justo en el hueso de la risa. Yo ladró una
risa y trato de sofocar a otra mientras su nariz se arruga.

Cuando intenta soltarse de mi agarre, solo la aprieto más fuerte,


mi cuerpo tiembla mientras me río.

—¡Slade!— Ella se retuerce en mi agarre. —¿Qué es tan gracioso?

—Bien bien— Me trago la risa. —Cálmate—

—¡Tranquilizarme! Te hago una pregunta importante, ¿y tú te ríes


de mí?

—No me estoy riendo de ti—

Ella resopla. —Seguro que suena como si lo estuvieras—

—No— acaricio su cabello, luego agarro su barbilla y levanto su


cara. —Me estaba riendo de lo absurdo de la pregunta—

Sus ojos se entrecierran. —¿Cómo es eso mejor?—

Suspiro y contemplo su hermoso rostro, los pequeños hoyuelos


que actualmente están escondidos, y la mirada seria en sus ojos.
—Bunny, te conozco—

—Te conozco— responde ella.


103

—Exactamente— Beso su frente. —Incluso si nunca tuviera una


Página

lesión cerebral, incluso si tuviera 50, no importaría — Yo tomo su


mano y la coloco sobre mi corazón. —Porque te conozco aquí.
Este corazón late solo por ti, y eso es todo lo que ha hecho. Tu
eres mi mundo. He estado esperando toda mi vida para
encontrarte. ¿Lo de la cabeza? Fue una lesión, sí. Y si, tal vez yo
creo que tu gato me habla, y sí eso es un poco loco. Lo entiendo.
¿Pero esto?— Aprieto su mano mientras descansa sobre mi
corazón. —¿Nosotros? Somos reales. Tan real como parece. No
importa lo me pase, te conozco— Mantengo mi mirada fija en la
de ella, y cuando sus ojos comienzan a lagrimear, la acercó más.
—Somos para siempre, Bunny. Tú y yo—

—¿Por qué eres tan dulce?— Ella descansa su cabeza en el hueco


de mi cuello.

—Nunca fui dulce hasta que te conocí, y solo soy dulce por ti—

—Es porque me amas—

—Sí— Acarició su cabello.

—Y te amo—

Mi respiración se detiene. ¿Escuché lo que escuché?


—¿Bunny?

—¿Mmm?

—No creo que esté alucinando. Realmente no quiero estar


alucinando ahora mismo. Pero podría jurar que te acabo de
escuchar deci…—

—¿Qué te amo?— Ella besa mi cuello. —Lo hago. Te amo tanto


tanto que estoy empezando a pensar que estoy loca—

La agarró y la giró sobre su espalda. —Dilo otra vez—

—¿Creo que estoy loca?


104

—No— Ahuecó su cara. —La otra parte—


Página
Ella sonríe e ilumina cada rincón oscuro de mi mente revuelta. —
Te amo—

La beso, dándole todo lo que tengo. Es todo lo que puedo hacer


cuando estoy lleno a reventar de tanto amor por ella. Quiero decir
que mi plan funcionó, que esto sucedió de la manera que sabía
que pasaría, pero eso no es cierto. Secuestrarla no me llevó aquí.
Ella lo hizo.

Nos besamos hasta que nos quedamos sin aliento, hasta que
estamos tan adentro de cada uno que no podemos ver nada más.
Quiero que esto dure para siempre, y sé que haré todo lo posible
para que Bunny sea feliz.

—¡Tu herida!— Intenta sentarse.

No dejo que se mueva ni un centímetro. —No siento ningún


dolor, Bunny. No cuando te tengo a ti—

Ella sonríe. —Siempre dices las cosas más dulces. Tu puedes ser
un loco, pero eres mi loco— Inclinándome, sobre ella me besa
despacio. Entonces ella se detiene y me da una curiosa mirada.
—No me dijiste cómo te cortaron—

—¿Tengo que?— Beso su cuello.

—Sí— Ella golpea mis hombros. —¡Oh, lo siento!

—Estoy bien— Suspiro y me siento, luego la pongo en mi regazo.


Agarrando la pequeña manta, la envuelvo alrededor de su
espalda.

—Hora del cuento— Ella me mira expectante.

Esto es duro. Especialmente después de lo que acabamos de


compartir. Pero debo decirle la verdad, para explicarle el hombre
que era antes y el hombre que soy para ella ahora.
105

—¿Así de mal?— Se muerde el labio inferior.


Página
—Si— La acerco y apoyó la mejilla contra mi pecho.
—Volvamos al principio— Le cuento todo. Como yo fui criado
para ser un soldado de la Familia Sardinia, cómo maneje
empresas criminales, discipline y cobre impuestos, como no tuve
reparos en todas las leyes que violé y tratos sucios que hice
realidad.

Ella se queda callada, así que continúo, contándole cómo hice


una fortuna, cómo pensaba seguir trabajando hasta convertirme
en la cabeza de la familia, incluso si eso significaba matar hasta
el último Sardinia.

—¿Y luego tuviste el accidente?— pregunta ella en voz baja.

—Sí. Y luego te vi, y me di cuenta de que no quería esa vida más.


Quería ser alguien con quien pudieras contar alguien a quien
puedas amar. Así que lo dejé. Hice una nueva vida, intenté ser
un buen hombre, e hice todo lo que pude para cuidar de ti—

—Me acosaste— Ella se mueve un poco en mi regazo. — De la


forma en que tu solías acechar a tus enemigos—

Ay. Quiero decir, sí, tiene razón, pero nunca pensé realmente de
esa manera. —Usé las habilidades que aprendí en mi vida
anterior para mantenerte a salvo en la nueva—

El silencio vuelve a caer.

Después de un largo tiempo, dice: —Es mucho que procesar—


Ella se pone de pie y quiero acercarla a mí, pero no lo hago.
Puedo decir que necesita espacio. Al menos por un momento. Es
difícil para mí dárselo, pero yo siempre le daré lo que necesita.
Nada menos.

Se viste rápido.

Yo también lo hago, luego voy a la puerta. —Estaré afuera. Toma


106

todo el tiempo que necesites— Hago una pausa. —Pero necesito


que lo sepas, Bunny. Te amo y no puedo dejarte ir. Yo nunca
Página
podría. El momento en que yo te vi, eso fue todo para mí. Te
necesito como necesito oxígeno y lucharé por retenerte —

Ella me mira fijamente, y casi creo que me besará, pero ella no lo


hace. En cambio, asiente y tira de la manta alrededor de sus
hombros. —No vayas muy lejos—

Siento que puedo respirar de nuevo. Al menos un poco. Me


arriesgo y rozo mis labios con los de ella. Ella me deja, y una vez
más, yo puedo tomar un respiro.

Cuando me voy, dejo mi corazón en sus manos. El mismo lugar


siempre ha estado.

107
Página
En el momento en que la puerta se cierra detrás de Slade quiero
llamarlo para que regrese, pero no lo hago. Todo esto es un poco
agobiante. Los últimos días han cambiado toda mi vida. Sé que
nada más volverá a ser igual. No es que yo quiera que lo sea, pero
hay mucho que procesar.

Amo a Slade. He pasado casi toda mi vida sin él, y ahora no


puedo imaginar pasar un minuto más sin él ser parte de ella. Las
circunstancias de cómo llegamos a estar juntos puede que no
sean perfectas, pero eso no significa que nos amemos menos.

Me miro en el espejo. Mis labios todavía están hinchados por los


besos que me dio. Mi cuerpo está bien amado. Puedo sentir ese
amor con cada respiro que tomo. Slade volviendo a mí con una
herida de cuchillo en su estómago me hizo aceptar cómo me
siento. La idea de perderlo me aterroriza.

Ahora, sabiendo lo rápido que puede cambiar mi mundo, necesito


que Slade sepa que lo amo. Más aún después de que me contó la
historia de su vida. Nadie ha amado a Slade como debería ser. El
hombre se dedica a las personas de su vida que le importan. Es
desgarrador que nadie le haya mostrado esa devoción de regreso.
Yo lo haré.

Paso mis dedos por mi cabello. Prefiero disfrutar el olor de Slade


en mi piel. De hecho, ya he tomado una decisión. Lo quiero de
108

vuelta. Su pasado no es un brillante monumento a la bondad,


pero me ama. Me protege. Y yo lo amo tanto, que apenas puedo
Página

pensar con claridad.


Al abrir la puerta, llamó su nombre en la oscuridad.
Juro que solo se necesitan cinco segundos para que Slade
aparezca en la puerta con Walter en sus brazos.

—¿Vez? Te dije que está bien— le dice a Walter antes de ponerlo


en el suelo. —¿Por qué siempre eres una reina del drama?

Muerdo el interior de mi mejilla para evitar sonreír.

—¿Rey?

Slade se burla. —Princesa sería mejor— No me pierdo la mirada


que Walter le dispara.

—Si alguien va a ser la princesa por aquí, con mucho gusto tomo
el título— bromeó.

Slade vuelve la cabeza en mi dirección, y juro que se sonroja, por


haber sido atrapado una vez más teniendo una pelea con Walter.
Creo que es adorable que tenga una conexión con mi bebé
peludo. Walter no lo dejaría pasar si realmente se estuviera
comunicando con Slade.

—Me llamaste para que regresara— Él sostiene mi mirada.

—Yo nunca te dejaré ir—

La sonrisa en su rostro es una maravilla, lo hermoso y guapo de


él me deja sin aliento. Pero también hay una sombra. —¿Todo
bien?— Pregunto, acercándome y agachándome para darle a
Walter un rasguño en la cabeza antes de hacer mi camino hacia a
Slade. Dejó caer la cabeza hacia atrás y le ofrezco mi boca. Él la
toma.

—Por ahora. Kerrig va a comprobar las cosas—


109

—Cuando dices “cosas", ¿te refieres a las personas que te quieren


muerto?
Página
Sus manos en mis caderas se tensan. —Sí—

—¿Será así nuestra vida? ¿Siempre mirando por encima de


nuestros hombros?

—No. Voy a remediarlo—

—¿Remediarlo como si fueras a matar a quienquiera que sea?—

Me da un rígido asentimiento. ¿De verdad estoy hablando


casualmente de matar a alguien?

—No sientas pena por ellos. Vinieron tras nosotros. Me dejaron


sin elección—

—No siento pena por ellos—

La cara de Slade no muestra sorpresa por mi respuesta, pero yo


sé que lo es.

—Tienes razón. Vinieron tras nosotros. No quiero siempre estar


preocupada por esta gente— Pongo mi mano en mi estómago. —
No siempre seremos solo tú y yo—

De todos modos, odio a estos hombres. Pasaron años usando mi


Slade, y luego intentaron matarlo porque quería algo diferente.
Podrían haberlo dejado irse. No me importa si ellos mueren.
Supongo que algo de mi Slade se me está contagiando en más de
una forma.

Esta vez, Slade no puede ocultar sus emociones cuando se da


cuenta de lo que estoy insinuando. Sus ojos se abren y su mirada
se posa en mi estómago. No me había pasado desapercibido que
Slade y yo no usamos protección, y supongo que no hay planes
en el futuro para hacerlo. No veo condones alrededor de nuestras
nuevas actividades.
110

—¿Quieres eso?— Me atrae hacia él para que mi


el cuerpo está enrojecido contra el suyo. —¿Niños?
Página
—Sí— Me lamo los labios. —Te he estado esperando. He gastado
años tratando de averiguar dónde encajo y qué quiero en la vida.
Nada se sentía bien hasta ahora. Hasta tú—

—Siempre encajarás conmigo, Bunny—

Deslizó mis manos por su pecho, envolviéndolas alrededor de su


cuello.

—Te daré todo lo que me pidas—

—Quiero nuestra casa en el lago y una familia propia. Eso es


todo lo que yo quiero—

Slade dijo que había estado planeando ser el jefe de la Familia


Sardinia hasta su accidente. Quiero que sea el jefe de nuestra
familia. Una que haremos por nuestra cuenta.

—Entonces esto es lo que tendrás— promete, su boca baja sobre


la mía. El beso es tan poderoso, el suelo se mueve bajo nuestros
pies. Una explosión me hace caer de mis pies. Yo no creo que fue
solo el beso después de todo.

111
Página
Aquí no hubo ninguna advertencia. Sostengo con fuerza a Bunny
mientras la torre de fuego comienza a inclinarse, luego gana
velocidad. Nosotros caemos: cristales rotos, astillas de madera y
todo al infierno.

Ella grita cuando algo aplasta mi espalda. Yo tengo dejarla ir


para evitar que mi peso caiga sobre ella. Su llanto resuena en mis
oídos mientras la pierdo en el caos y el eventual impacto con el
suelo debajo.

—¡Bunny!— Luchó por salir de debajo de la viga del techo que se


utilizó para sostener la parte superior de la torre.

Ella no responde.

Grito como un animal herido con la pata en una trampa y


empujó los escombros lejos de mí. Walter salta encima de la viga,
luego se sumerge en el desastre, su cola desaparece mientras yo
comienzo después de él.

“¡Ella está aquí!" él maúlla.

Cuando me paro para abrirme camino hacia ella, un disparo


atraviesa el noche, luego siguen varios más. Me agacho, paso por
el sofá roto, el catre arruinado y un montón de madera rota.
¿Dónde diablos está Kerrig? No me advirtió una mierda.
112

—Sal, Slade— Es Sal. Me encontró de alguna manera.


Página
Derribé el infierno sobre la mujer que amo. —Por favor que todo
esté bien— Sigo empujando a través de los escombros.

"Ella está respirando, pero está inconsciente". La voz de Walter


está más cerca, pero todavía tengo más escombros que atravesar
para llegar a Bunny.

Suena otro disparo y siento que una bala me atraviesa el hombro


y por la parte superior de mi brazo. Estoy a punto de seguir
adelante cuando veo mi bolsa de lona negra delante de mí, un
lado rasgado completamente abierta con armas derramándose.

Al voltearme, veo a Sal. Él está parado al lado de un banco de


tres todoterrenos negros. Deben haber subido silenciosamente, o
tal vez estaba demasiado ocupado amando a mi mujer para
darme cuenta.

Estoy desesperado por encontrar a Bunny, pero tengo que


decidir. Si me quedo mirando, Sal me va a disparar, no hay duda.
Y si eso sucede, Bunny podría morir en estos restos. No dejaré
que eso pase.

En cambio, me agacho y busco mis armas.

—¿Escondiéndote, Slade? Eso no es propio de ti— Sal suena más


enojado que alguna vez que lo haya escuchado. —Vienes a mi
casa y matas a mis hombres, ¿cuándo aparezco aquí en tu casa,
te escondes de mí? Eso es no de manera, hijo—

—No soy tu maldito hijo— Revisó la recarga en mi Sig Sauer.


Llena. Vamos, maldición.

—Podrías haberlo sido. Podrías haber tenido toda mi operación si


sólo hubieras mantenido el rumbo conmigo—

—Enviaste a alguien a matarme. ¿Recuerdas eso?— Después


guardando mis armas, me pongo de pie.
113

—¡Vete a la mierda!— Kerrig grita cuando uno de los secuaces de


Página

Sal lo empuja de rodillas.


—¿Dónde diablos estabas?— Doy un paso adelante, dirigiendo la
atención de todos hacia mí y luego hacia Kerrig. —Se supone
que eras el maldito vigilante. Un trabajo, Kerrig. ¡Un maldito
trabajo!

Él juega con facilidad. —No puedes culparme de esta mierda. Fui


a mear, y luego este imbécil apareció tratando de ¡darme un
alcance!— Él mira al soldado que empujó abajo.

Sal mira al soldado. —¿Tu qué?

—Sí, dijo que me haría gárgaras si me quedaba callado, y luego


me dejaría ir. Me prometió que si le dejaba tener su maneras
conmigo. Dije que no, y luego este hijo de puta me golpeó.
¿Puedes creerlo?— Kerrig escupe un poco de sangre de su labio
roto. —Contratas a algunos tipos raros, Sal—

—¿Qué carajo?— Sal inclina la cabeza hacia un lado.


Sigo moviéndome hacia adelante y hacia la izquierda, abriéndome
camino hacia un tiro limpio a Sal.

El soldado niega con la cabeza. —No lo hice…—

—Kerrig, siempre fuiste un tipo chistoso, ¿no?— Sal levanta su


pistola.

Eso es todo. Mi oportunidad de salvar a Bunny. Levanto mi arma


y disparó, apuntando a Sal en el estómago mientras Kerrig se
levanta y ataca al soldado más cercano.

Todo el infierno llueve sobre nosotros desde los árboles mientras


los soldados de Sal avanzan. Ruedo detrás de un trozo del
mirador roto y saco hombre tras hombre. No hay tantos como
esperaba. Supongo que Kerrig y yo reducimos un poco las filas
con esa granada. Aun así, nos superan en número.
114

Kerrig se agacha detrás de una de las vigas de los cimientos, su


rostro ensangrentado mientras revisa el arma que debe haber
Página

tomado de uno de los muertos. —Demasiados— grita a medida


que más disparos socavan las vigas de madera y la estructura
rota a nuestro alrededor.

Miro mi bolso de lona. La parte que aún está intacta tiene más
granadas en ella. Si pudiera hacerlo, entonces podría...

—Sal, Slade. Enfréntate a tu destino como un hombre— gruñe


Sal. —Tuviste tu oportunidad. Ahora es mi maldito turno—

—No estará pasando— Lanzo mi arma vacía y agarro otra


mientras trato de averiguar cómo volver a la bolsa
Miro a Kerrig, y él hace un gesto con la mano para cubrirme. Aun
así, si está casi vacío, no tiene sentido. No llegaré a tiempo. No
puedo dejar que eso suceda, no cuando Bunny me necesita.

"Mátalos. ¡Vamos, Bunny necesita ayuda! “Walter grita y hace


estallar su cabeza entre los escombros.

La frente de Sal se arruga. —¿Eso es un gato?

Mantengo mi voz baja. —Ve a la bolsa y saca una granada para


mí—

"¿Una qué?"

—¿Sabes que las bolitas verdes que dijiste parecen juguetes de


hilo? ¿Con las que seguías intentando jugar en la cabaña?—

“¿Los que dijiste que hacen kaboom?" Su cola se mueve.

—Sí—

—¿Estás …— Kerrig se queda boquiabierto. —¿Estás hablando


con el gato?

—Sabes, es bueno que ya no estés trabajando para mí— Sal se


ríe, pero su voz es tensa. La herida de bala lo está drenando
115

lentamente. —Porque eres un puto lunático. Cuando recibiste


ese golpe en la cabeza, te convertiste en un perdedor. Un puto
Página
monstruo. Y aquí estás probando que estoy en lo correcto. No
eres bueno para nadie—

—Ve a buscar la bola de hilo. ¡Vamos!— Le hago un gesto con la


barbilla a Walter.

Salta sobre un trozo de pared, dirigiéndose por el camino


correcto. Le hago una señal a Kerrig y salgo corriendo hacia la
bolsa de lona.

Kerrig dispara, Walter golpea la bolsa y yo me sumerjo al mismo


tiempo. Walter aplasta dos granadas, ambas aterrizando y
rodando. Las garro, cayendo y un trozo de hierro me atrapa en el
tobillo. El dolor es intenso, pero lo ignoro agarrando la granada,
tiro del pasador y lo lanzó directamente a Sal.

—¡Mierda!— Se voltea para correr.

Apuntó y vacío mi cargador, deteniéndose en seco. Cuando cae,


la granada detona. La explosión lo desgarra pedazos, y los
soldados que quedan caen con trozos de metralla y las balas de
Kerrig alojándose en su interior.

—¡Los autos!— Kerrig grita y se agacha.

Agarro a Walter en mis brazos y me sumerjo bajo los escombros,


aterrizando junto a Bunny. Tomo su mano y sostengo a Walter
apretándolo mientras los autos explotan en un silbido de
gasolina, vidrio roto y metal retorcido. 116
Página
—Bunny— advierte Slade mientras voy por mi cinturón de
seguridad. Ese tono podría funcionar en todos los demás en el
mundo, pero no me asusta. En realidad es bastante
impresionante. Con un pequeño cambio de voz, puede conseguir
que cualquiera que se ponga firme y haga lo que quiera. También
puede ser bastante molesto.

Los pobres médicos del hospital se habían sentido tan


intimidados por él que hicieron lo que él dijo, incluido
mantenerme allí durante casi dos semanas. Sé que estaba
preocupado, pero después de unos días, estaba totalmente bien.
Me golpee un poco fuerte.

—¿Qué? Estamos en el maldito camino de entrada— yo estoy tan


emocionada para quedarme quieta. Finalmente estamos en casa.
De vuelta a la casa del lago, una vez pensé que era mi prisión.
Ahora es el único lugar donde quiero estar.

—Puedes esperar unos segundos más—

—No, no puedo— Me rebelo.

El sonido de mi cinturón de seguridad soltándose es fuerte en el


auto. Un sexy gruñido viene de Slade. Me incorporo un poco más
recta. Mi cuerpo recuerda que han pasado más de dos semanas
desde que estuvo dentro de mí. Todo lo que he conseguido son
unos roces de su boca contra la mía. Sigue insistiendo en que mi
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cuerpo necesita descansar cada vez que intento avanzar las


cosas. Ya tuve suficiente de él conteniéndose.
Página
Una chica tiene necesidades, maldita sea.

Necesidades de las que ni siquiera sabía hasta que llegó y las


despertó todas. ¿Y ahora se está resistiendo porque un estúpido
golpe en mi cabeza que se está curando? ¡Esto es una mierda! El
médico me dio luz verde. Estoy lista. Lástima que Slade no lo
esté.

—Voy a darte unos azotes en el culo— Presiona el botón para


abrir la puerta del garaje. Alguien ha estado ocupado. Si no lo
conociera mejor, nunca podría decir que la atropellamos hace
semanas. Realmente no hay nada que Slade no pueda hacer. Se
aseguró de que este lugar estuviera todo arreglado antes de que
yo llegara a casa.

—¿Puedes azotarme ahora mismo? Me bajaré los pantalones— Yo


voy por los cordones de mis pantalones de chándal. Estaciona el
coche antes de estirarse y agarrar mi muñeca para detenerme.

—Bunny, por favor. Me estás matando aquí. Apenas estoy


resistiendo— La súplica en su voz me detiene. Dejo ir los
cordones de mis pantalones. Mis manos se acercan para ahuecar
su hermoso rostro.

—Estoy bien, Slade— Me inclino y rozo mi boca contra la suya.


Por supuesto que estoy bien. Slade nunca dejaría que me pase
nada. No ha hecho más que protegerme desde el principio.
Bueno, además de todo el asunto del secuestro.

—Nunca había estado más asustado en mi vida— admite


poyando su cabeza contra la mía. —No puedo perderte, Bunny.
Tú eres mi mundo—

—Todo salió bien. Todos los hombres malos están muertos.


Ahora nosotros no tenemos que pasar el resto de nuestras vidas
cuidando nuestra espalda—
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Al menos eso es lo que me dijo. Todo lo que recuerdo es el mundo


inclinándose y luego desperté en el hospital. Slade dijo que yo
Página
había estado fuera por unos días. Me habían puesto en coma
inducido para evitar que mi cerebro se inflamara.

Las enfermeras y los médicos dijeron que Slade apenas se apartó


de mi lado. Unas pocas noches recuerdo despertarme y él no
estaba allí. Pero Kerrig estaba allí vigilando. Yo sabía que Slade
estaba atando cabos sueltos. Él no me habría traído de vuelta
aquí si todo no se hubiera arreglado.

Si me preguntara, salí un poco fácil. En un abrir y cerrar de ojos,


todo había terminado para mí. Sé que no ha sido tan fácil para
Slade. Tuvo que esperar días antes de saber que estaba
realmente bien. Estoy segura que fue una tortura para él verme
acostada en la cama del hospital.

—Es mi culpa que te lastimes. Si nunca…—

Lo corto —Si nunca hubieras hecho todas las cosas que hiciste,
entonces no estaríamos aquí— señalo. Me arrastró hacia su
asiento para montarlo a horcajadas. —La realidad es que la
Familia Sardinia nos dio conocernos en cierto modo. Claro, si
nunca hubieras entrado en mi vida, yo no habría tenido mi
pequeño golpe en la cabeza—

—Pequeño— gruñe. Pongo mi mano sobre su boca y sigo yendo.

—Mi vida apestaba, Slade— Estaba muy solitaria y un poco


patética. Todo lo que tenía era Walter. —Si no hubieras entrado
en mi vida, ¿quién me hubiera salvado de mi jefe esa noche?— le
recuerdo —Mi vida habría empeorado mucho. Tu eres el héroe de
mi historia— Puede que no lo vea de esa manera, pero yo siempre
lo haré.

Quita mi mano de su boca para besarme. —Te amo, Bunny—

—Entonces llévame adentro y hazme el amor, Slade— Yo


presiono mi pecho contra el suyo mientras aprieto su polla. Se
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endureció en el segundo subí a su regazo. —¿No extrañas estar


dentro de mí?
Página
—Bunny— aprieta entre dientes. Sus caderas empujan hacia
arriba.

—Slade— Gimo mientras empujo hacia atrás. —¿Me estás


diciendo que no?

—Nunca— finalmente espeta, sin control. En un abrir y cerrar de


ojos, sale del coche y me lleva a la casa. Él no se detiene hasta
que estamos en el dormitorio. Me deja caer en la cama y
comienza a quitarse la ropa. Me lamo los labios cuando la camisa
de Slade sale volando, revelando cada centímetro de su ancho
pecho para mí. Las heridas recién curadas sólo aumentan su
atractivo.

“No quiero ver esta mierda. ¿Dónde está mi saludo o un gracias


por salvar la vida de todos? Espero esto de ti, Slade, pero no de
mi dulce Bunny". Walter sacude la camisa de Slade que aterrizó
en su cabeza.

—¡Ahora no!— Slade gruñe. —Y para que quede claro, ella es mi


Bunny—

"Ya lo veremos."Walter se acerca a la cama, saltando arriba y


justo en mi regazo. “Me robaré toda su atención. Tu polla va a
permanecer seca como un hueso todo el tiempo que yo quiera".

—Eres un pequeño bastardo— Slade mira a Walter.

—Walter— Agarro a mi pequeño bebé peludo.

"¿Vez? Yo gano, imbécil.

—¿Quién te enseñó a hablar así?— Lo sostengo frente a mi.

"¿Qué mierda?" Walter dice.

—¡Walter!— Yo lo reprendo. — Ese lenguaje—


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—¿Lo escuchas?— Slade pregunta, sonriendo.


Página
Asiento y toco el lugar donde me golpeé la cabeza en la explosión.
¿Qué diablos está pasando? Esto no puede estar sucediendo.
Pero lo está. Lo escucho.

—Te dije que no es un ángel inocente. Es un idiota— Slade me lo


quita.

“Mentiras. ¡Me han incriminado!” Walter sisea.

—¿No necesitas ir a lamerte el culo o algo así? Mamá y Papá


están ocupados— Slade deja a Walter en el pasillo antes cerrarle
la puerta del dormitorio en la cara.

"¡Ella puede estar contigo, pero nunca te llamaré papá!"


Walter grita a través de la puerta.

—Ropa, Bunny— dice Slade, volviendo a la cama. pateando sus


zapatos. Rápidamente me desnudo. Walter puede que no llame a
Slade papá, pero no creo que sea por mucho tiempo hasta que
alguien más lo haga.

No puedo esperar para agregar a alguien más a nuestra pequeña


y loca familia.

121
Página
Bunny revolotea por el baño, su cabello ondeando detrás de
ella. —¿Has visto a Bishop? Se supone que estar preparándome
para salir al lago, pero no puedo encontrarlo—

La sigo mientras se asoma a la bañera y luego se apresura hacia


el armario. —Tendré que ponerle protección solar a cada pulgada
de su vida. Ya sabes cómo se olvida—

—Tiene seis años— Me encojo de hombros.

—Se está escondiendo— Suspira y se vuelve hacia mí.


Agarró sus caderas y la sostengo en su lugar. —Podría
acostumbrarme a este vestuario. Pareces el sueño húmedo de un
granjero—

—Es solo ropa— Ella trata de darse la vuelta.

—No, no solo es ropa— La levantó, apretándole el culo mientras


la llevo a nuestra cama. —Puedo ver la curva de tu dulce trasero
en la parte inferior, y tienes la camisa atada debajo de esas tetas
perfectas— La beso, mi polla se agita contra mi cremallera
mientras la acuesto en nuestra cama.

—¿Qué pasa con Bishop?—

—Probablemente esté abajo con Walter— Corro mis labios hacia


su cuello y chupo el lugar que más le gusta.
122

Ella se estremece y se agarra a mis bíceps. —Se supone que


Página

debo empacar una canasta de picnic. Eres de lo peor—


—Te encanta cada segundo— Beso más allá de su camisa por su
vientre desnudo y redondo, allí también la beso.

Sus caderas se mueven contra mí. —Sabes que estoy tan


cachonda cuando estoy embarazada. Te estas aprovechando de
todas mis hormonas—

—Tienes toda la maldita razón— Le desabrocho los pantalones


cortos y luego tiró de ellos y sus bragas por sus piernas. Cuando
miro su coño mojado, me muevo más rápido, desnudándome
hasta que estamos piel con piel.

Cuando empujo dentro de ella, agarra mis hombros y gime bajo


en su garganta. Aquí es donde pertenezco. Con mi Bunny
complaciendo su cuerpo y dándole todo lo que pudo querer o
necesitar.

—Más rápido— Ella se lanza contra mí, su cuerpo hambriento de


más sensaciones.

Levantando su camisa, chupo uno de sus pezones con mi boca


mientras empujo más fuerte, moliendo su clítoris con cada
empujón en su apretado coño.

—¡Sí— Ella se arquea, sus caderas se bloquean, y ya se está


corriendo.

—Joder, sí, Bunny. Tómalo todo— La golpeó más fuerte cuando


ella cabalga su ola de placer, sus pezones duros y apretados
mientras yo paso mis dientes por ellos y los chupo. Ella aprieta
mi polla tan perfectamente que es difícil no correrse, pero
conozco a mi Bunny.

Ella tiene otro orgasmo allí, tal vez dos o tres si soy afortunado.
Quiero hasta el último de ellos.
123

—Pero Bishop…—
Página
Terminó su protesta con mi boca, besándola hasta que está
moviéndose conmigo de nuevo, su coño resbaladizo hecho para
mi polla. Lamiendo mi pulgar, alcanzó entre nosotros y frotó su
clítoris.

—¡Slade!— Eso es todo lo que se necesita.

Su orgasmo la atraviesa, reclamándome con su voz mientras


rueda en ola tras ola de dicha. La miro como ella se corre, la
tensión que se desvanece de su hermoso rostro, la forma en que
su labios están separados, mi nombre en sus susurros.

Quiero seguir adelante, obtener más de ella, pero mirándola así


tiene mi polla enriqueciéndose aún más, mi carga sobre mí. —
Tan sexy, Bunny. Tan jodidamente sexy — Empujó
profundamente en ella y me dejo ir, mi polla palpita mientras la
lleno con mi liberación. Cada vez que estoy con ella es tan
malditamente bueno, y yo no puedo dejar de quererla más.
Siempre más. Siempre con ella.

Cuando dejo de mover mis caderas, ella suspira. —Dios,


necesitaba eso—

Mordisqueo su garganta. —¿Ese fue el quinto del día?

—Una dama nunca lo dice—

—Tu coño me dice que está bien—

Ella golpea mi brazo y la besó de nuevo, saboreando cada


pedacito de ella.

Solo me levantó cuando escuchó pasos en el pasillo.

—¿Mamá? ¿Papá?

—Bajaremos en un minuto, Bishop— ella contesta. —Solo espera


124

nosotros en la puerta trasera —


Página

—Está bien, mami—


“Eww. Están follando de nuevo”, gruñe Walter desde el
Vestíbulo. “Siempre en celo, esos dos. Asqueroso. Si, volvamos
abajo. Voy a mover mi trasero a lo largo de su alfombra para
mostrar mi disgusto”.

—¡Walter, mantén tu trasero alejado de mi alfombra!— Bunny


grita mientras yo la limpio con un paño tibio.

—Es un idiota. Siempre lo será— Agarro sus bragas y shorts, la


visto, luego me visto yo mismo.

—Todo juntos de nuevo— Ató su camisa de nuevo, pero me


aseguro de rozar sus tetas un par de veces más de lo necesario
mientras lo hago.

Ella me da una media sonrisa. —Casi nos pillan—

—Me rompí— Yo sonrío. —Tú también lo hiciste—

Ella vuelve a golpearme el brazo. —Eres lo peor—

—Pero me amas— Rozo mis labios contra los de ella.

Ella entrelaza sus brazos alrededor de mi cuello y me mira. Dios,


amo a esta mujer. Todo sobre ella. No es de extrañar que yo me la
robara en el momento en que tuve la oportunidad. Lo haría todo
de nuevo otra vez.

—Te amo. Más de lo que creía posible — Ella da un pequeño


encogimiento de hombros. —¿Qué puedo decir? Supongo que tu
locura y mi locura estaban destinadas a ser.—
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MINK escribe romances dulces y salados que siempre satisfacen
con un felices para siempre. El trabajo de sus sueños es Editora
en Jefe en Cat Fancy, y se la puede encontrar con un gatito en su
regazo, su Kindle en la mano y una taza de café humeante a su
lado.

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