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ABOGACÍA
Ç
FJM1 Introducción al
Derecho
Silvano Penna
Abogado
Luis Calzetta
Abogado
Ivana Her
Abogada
María Canzobre
Abogada
Daniela Picart
Abogada
Material elaborado por la cátedra
Versión Mar. 2017
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Introducción al
Derecho
Módulo de estudio
Autores:
Abog. Silvano A. Penna - Abog. Luis Calzetta
Colaboradoras:
Abog. Ivana Her – Abog. María Canzobre – Abog. Daniela Picart
ABOGACÍA
Índice
Índice ............................................................................................................................................................................................... 1
Fundamentación ....................................................................................................................................................................... 10
Objetivos Generales................................................................................................................................................................. 10
Mecanismos de Evaluación ................................................................................................................................................... 11
Programa de Estudio............................................................................................................................................................... 13
Bibliografía .................................................................................................................................................................................. 20
PRIMERA PARTE.........................................................................................................................................................................xxi
UNIDAD 1 .................................................................................................................................................................................. xxii
1. La Persona Humana..................................................................................................................................................... xxiii
1.1 Conocimiento y Ciencia......................................................................................................................................... xxiii
1.2 El Hombre Como Ser .............................................................................................................................................. xxiv
1.3 Funciones de la Vida Vegetal, Animal y Racional ......................................................................................... xxv
1.3.1 Funciones de la Vida Vegetal ................................................................................................................. xxv
1.3.2 Funciones de la Vida Animal o Sensitiva........................................................................................... xxvi
1.3.3 Funciones de la Vida Humana o Racional ...................................................................................... xxviii
1.3.4 La Vida del Espíritu ..................................................................................................................................... xxx
1.4 La Persona Humana ............................................................................................................................................... xxxii
UNIDAD 2 .................................................................................................................................................................................... 35
2. La Justicia............................................................................................................................................................................ 36
2.1 La Virtud de la Justicia .............................................................................................................................................. 36
2.2 Las Formas de Justicia ............................................................................................................................................... 40
2.3 Justicia y Bien Común ............................................................................................................................................... 41
2.4 Justicia y Caridad ........................................................................................................................................................ 42
2.5 La Plenitud de la Justicia .......................................................................................................................................... 43
UNIDAD 3 ......................................................................................................................................................................................lii
3. El Derecho .......................................................................................................................................................................... 53
3.1 Significación de la Palabra Derecho .................................................................................................................... 53
IndiceAspectos Generales 2
Silvano Penna, Luis Calzetta
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IndiceAspectos Generales 3
Silvano Penna, Luis Calzetta
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IndiceAspectos Generales 4
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IndiceAspectos Generales 5
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IndiceAspectos Generales 6
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IndiceAspectos Generales 7
Silvano Penna, Luis Calzetta
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IndiceAspectos Generales 8
Silvano Penna, Luis Calzetta
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IndiceAspectos Generales 9
Silvano Penna, Luis Calzetta
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Fundamentación
Introducción al Derecho, como su nombre lo sugiere, consiste en una primera
aproximación del alumno a la amplia y compleja realidad del derecho,
concebida como un reclamo inherente a la naturaleza social del hombre
(derecho natural) al que las instituciones de la sociedad especifican y del cual
concluyen en normas y relaciones de justicia entre los individuos y entre los
individuos y la comunidad (derecho positivo).
Objetivos Generales
Abrirse al resto de la carrera con un espíritu amplio y crítico y los
conocimientos y criterios necesarios para abordar las siguientes
materias; con una profunda vocación por la justicia como valor y como
virtud fundamental del mundo jurídico y con una suficiente base
filosófico-jurídica para el discernimiento del hecho jurídico en la
realidad que le toca vivir. (Cap. Identidad institucional 1 y 2 a)
Mecanismos de Evaluación
Seguimiento del grado de participación de los estudiantes.
Correcciones individuales y grupales seguidas de devoluciones
informativas.
Relevamiento informal a través de la mensajería del grado de
satisfacción. Breve cuestionario de satisfacción.
Programa de Estudio
PRIMERA PARTE: LA PERSONA Y EL DERECHO
Conocimiento y Ciencia
El Hombre Como Ser
Funciones de la Vida Vegetal, Animal y Racional
- Funciones de la Vida Vegetal
- Funciones de la Vida Animal o Sensitiva
- Funciones de la Vida Humana o Racional
- La Vida del Espíritu
La Persona Humana
UNIDAD 2: La Justicia
La Virtud de la Justicia
Las Formas de Justicia
Justicia y Bien Común
Justicia y Caridad
La Plenitud de la Justicia
UNIDAD 3: El Derecho
UNIDAD 4: La Ley
La Ley en General
Los Distintos Tipos de Leyes
La Ley Natural
La Ley Humana
El Bien Común
La Conciencia Jurídica
Antecedentes Orientales
- Babilonia
- China
- India
- Israel
Grecia
- La Mitología
- La Literatura
- La filosofía
- Los sofistas
- Sócrates
- Platón
- Aristóteles
Estoicismo
Cicerón
Séneca
Los Juristas
El Cristianismo
- El Cristianismo y el Derecho Natural
- El Cristianismo y el Derecho Romano
La Patrística
- San Agustín
Generalidades
San Isidoro de Sevilla
Santo Tomás de Aquino
- Fundamentos Metafísicos
- Fundamentos gnoseológicos
- La Justicia, el Derecho y la Ley
Segunda Escolástica y Escuela Española de Derecho Natural
- Francisco de Vitoria
Generalidades
Lutero. Calvino. La Reforma Protestante
Responsabilidad
- Responsabilidad e Imputabilidad
- Otras Clases de Responsabilidad
Acto antijurídico o Delito
- Delito Penal
- Delito y Cuasi Delito Civil
Introducción
- Clasificación de las Normas
- Enumeración de las fuentes del derecho
La Ley
- Concepto
- Clasificación de las Leyes
- Derogación de la Ley
- Abrogación de la Ley
- Modificación de una Ley
- Subrogación de una Ley
- Procedimiento para la Formación y Sanción de las Leyes
- Obligatoriedad de las Leyes - Publicación - Error e Ignorancia del Derecho
- Codificación
La Costumbre
- Evolución
- Elementos de la Costumbre
- Clasificación de la Costumbre
- Valor de la Costumbre en Distintas Ramas del Derecho
La Jurisprudencia
- Unificación de la jurisprudencia
- Publicación de la Jurisprudencia
El Contrato
La Doctrina
Los Principios Generales del Derecho
La Equidad
El Derecho Comparado
Introducción
Derecho Minero
- Concepto
- Breve Evolución Histórica en Nuestro País
- Fuentes
- Fundamentos y finalidad del derecho minero
- Definición de Mina
- Categorías de minas
Derecho Procesal
- Proceso
- El proceso como fenómeno cultural
- El proceso judicial como estructura técnico-jurídica
- Fuentes
- Acción
- Prueba
- Medios de prueba
- Organización de la función jurisdiccional del estado
Derecho Penal
- Estructura del concepto de delito
- Pena
- Distintos tipos de pena
- Principales escuelas del derecho penal
- El derecho contravencional
Derecho Internacional Público
- Objeto
Bibliografía
Bibliografía Básica
Bibliografía Complementaria
1. La Persona Humana
1.1 Conocimiento y Ciencia
Cuando se nos presenta una realidad para nuestro conocimiento la
inteligencia es motivada y naturalmente indaga en dicha realidad y se
pregunta ¿QUÉ ES? Se pregunta por la esencia.
1
Así, por ejemplo, si yo veo por primera vez un perro mi inteligencia percibe aquello
que es esencial en él,
de tal modo que si participo en una conversación en la que se menciona a un perro,
no necesito volver a percibirlo con los sentidos para “entender” de qué se trata. Hasta
aquí hay conocimiento. Sin embargo, para poder “definirlo” como animal mamífero,
cuadrúpedo, domesticable y demás cualidades, requiere un esfuerzo intelectual extra,
sistemático y metódico, en la búsqueda de la verdad de la naturaleza pro- pia del
perro. Esto es lo que origina la ciencia.
Estos seres con vida poseen, en sentido amplio, un “alma”, entendida ésta
en su acepción más amplia, como principio vital que informa al cuerpo
(alma “ut forma”): así, podemos decir que hay un alma vegetal, un alma
2
Si nosotros vemos acercarse“algo” en lo lejano, sin alcanzar a descubrir qué es (su esencia), sin
embargo
ya sabemos que “algo” es. Un SER viene acercándose. A medida que se aproxima, podremos ir
“conocien- do” que ese SER, por ejemplo, es ANIMAL porque, por ejemplo, se desplaza por sí
mismo y luego que es HUMANO y, más cercano aún, que es VARÓN o MUJER y así
paulatinamente también sus cualidades o características (alto o bajo, flaco o gordo, etc.), hasta
poder “identificar”, si cabe, quién es.
Funciones Características
Ellos son:
No en todos los animales se dan todos los sentidos externos (por ejemplo, en los
anima- les unicelulares), pero siempre caracteriza a la vida animal esta
capacidad sensitiva.
A. Sentidos Internos:
Ellos son:
B. Apetitos:
Son tendencias naturales del ser que lo inclinan hacia su fin, a través de los
bienes que presentan los sentidos - internos y externos - y que le resultan
arduos y difíciles o placenteros y agradables; por ello, podemos distinguir dos
clases de apetitos, a saber:
3
Sin embargo, corresponde hacer dos salvedades: por un lado, que la Estimativa en el hombre
se denomina Cognitiva, teniendo las mismas funciones y, por el otro, que la racionalidad propia
del hombre (inteligencia y voluntad libres) le permite gobernar sus apetitos y sus sentidos y
ordenarlos hacia sus fines, a diferencia de los animales que no poseen esta capacidad y están
sometidos fatalmente a los fines de su naturaleza y, en consecuencia, a los estímulos de los
sentidos y los apetitos. Por ejemplo, el hombre es capaz de asumir y gobernar virtuosamente su
apetito concupiscible y ordenarlo y moderarlo, racional y libremente, en función de sus ideas y
creencias, es decir, de fines superiores. El hombre no responde “animalmente” a los estímulos
propios de esa dimensión “animal” de su ser, sino racionalmente, humanamente: “Tengo
hambre, hay un alimento que me apetece, pero no lo como, ofreciendo el sacrificio a Dios para
que sostenga a mi familia en una delicada situación que está atravesando”.
4
Las funciones inferiores son asumidas en el ser superior sin menoscabo de la unidad de éste:
esto significa que el animal asume las funciones de la vida vegetativa desde su “animalidad” y
no se presenta en él una dualidad entre sus funciones vegetativas y sus funciones sensitivas. Así,
en el hombre también se da esta unidad substancial, que asume desde su racionalidad propia, y
consecuentemente en forma libre, las funciones de nutrición, crecimiento y reproducción; los
sentidos; los apetitos y su facultad de locomoción. Ésto, como veremos, hace “responsable” al
hombre de sus actos.
5
Por ejemplo, si “todos los hombres son mortales” (premisa mayor)
y “Sócrates es hombre” (premisa menor),
luego: “Sócrates es mortal” (conclusión)
diversos bienes que lo dirigen a sus fines. Todo el obrar humano - como
todo movimiento de los seres - se orienta a la consecución de los fines
propios de su naturaleza. En esta posibilidad misma de elegir entre
diversos bienes o medios para alcanzar sus fines radica la esencia de lo
que llamamos libre albedrío. Pero la libertad no se agota tampoco en
esta primaria indeterminación o posibilidad de querer esto o aquello, ello
es únicamente el ámbito o marco en el cual es ejercida. La libertad es, en
cambio, una realidad espiritual más amplia: supone la posibilidad misma
de dirigir la vida hacia los fines que perfeccionan el propio ser y la propia
naturaleza. Pero también supone la posibilidad de elegir, en ese amplio
marco de indeterminación, dirigir la vida hacia fines que alejan del fin,
mediante bienes que alejan del bien. Y aquí estamos ya en presencia de
cuestiones que comprometen la felicidad y la perfección de la persona
humana y, consecuentemente, su vida moral.
6
Esta nota esencial de la espiritualidad da el carácter de inmortalidad al alma humana
que, por tanto, puede subsistir sin apoyo material. Por ello, el alma humana sobrevive
después de la muerte del hombre, en tanto no puede corromperse, como sí lo hace el
cuerpo.
7
El YO que realiza la vida sensitiva, la vida racional y la vida espiritual es el mismo: esto
lo prueba la propia experiencia personal. Así, usualmente no digo “mi mano toma el
vaso” o “mi inteligencia estudia” o “mi apetito concupiscible desea comer”, sino “YO
tomo el vaso” o “YO estudio” o “YO tengo hambre”.
8
Las substancias se diferencian así de los accidentes, que existen en otro y por otro,
como el color, la altura, el tamaño, etc. que no se pueden entender sino como
predicadas de ciertas substancias (por ejemplo, el color “se asienta” sobre una mesa o
sobre una pared que son de tal color; la altura en cuanto tal no existe si no la
relacionamos con “algo”- substancia - que sea más o menos alto; etc.)
2. La Justicia
2.1 La Virtud de la Justicia
La justicia, junto a la prudencia, la fortaleza y la templanza, integra las
llamadas virtudes cardinales, que son las más importantes de las virtudes
morales.
9
Así como para una especie de planta -en la línea de su perfección- serán buenos el
riego, la luz y el aire; serán malos -en la misma línea- la falta o escasez de agua, la
oscuridad y la falta de aireación.
U2La Justicia 36
Silvano Penna, Luis Calzetta
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Las virtudes morales, entonces, son hábitos operativos buenos que permiten
obrar pronta y fácilmente al hombre, en consonancia con las exigencias de su
naturaleza, para perfeccionarla, y que, en consecuencia, disponen las potencias
del alma con ese fin.
Las principales virtudes naturales son las llamadas virtudes cardinales, y son:
a) la prudencia, la recta razón del obrar, que como tal actúa sobre las
potencias intelectivas (inteligencia) y volitivas (voluntad) del hombre;
b) la justicia, que consiste en dar a cada uno lo suyo, actúa sobre la
voluntad humana (por eso, la definición de Ulpiano: “constante y
perpetua voluntad de dar a cada uno lo suyo”);
c) la fortaleza que, actuando sobre la voluntad, modera al apetito irascible
(natural tendencia a alcanzar bienes arduos y difíciles), dominando en
consecuencia la ira, el cansancio, el sufrimiento, etc.; y, finalmente,
d) la templanza, que modera al apetito concupiscible (natural tendencia a
los bienes placenteros y agradables, derivados fundamentalmente de la
comida, la bebida y la sexualidad), como disposición también de
voluntad.
U2La Justicia 37
Silvano Penna, Luis Calzetta
ABOGACÍA
Por otro lado, ya el solo hecho de decir que la justicia consiste en dar algo nos
sugiere que hay un otro que tiene que recibir ese algo. Aparece así la razón de
alteridad también como nota distintiva: el imperativo de la justicia nos
constriñe a dar algo a otro. Santo Tomás así lo entendió y lo expresó:
Pero hace falta un paso más: es necesario que eso que se da a otro, sea algo
debido, es decir que para que haya una relación de estricta justicia, debe
haber además una razón de debitoriedad, es decir, un debitum que supone la
existencia de un debitor y un creditor, un deudor y un acreedor; un tradens y
un accipiens, uno que da y otro que recibe. Con razón dice Pieper:
“El individuo emplazado por la justicia es siempre un hombre que pasa por el
trance de deberle algo a alguien” .13
10
FRAILE, G., Op. Cit. (T. I), pág. 390.
11
TOMÁS DE AQUINO, Suma Teológica; II-II q.58 a.10, pág. 291.
12
Ibidem, pág. 273.
13
PIEPER, Josef, Las virtudes fundamentales, Rialp, Madrid, 1980, pág. 102.
U2La Justicia 38
Silvano Penna, Luis Calzetta
ABOGACÍA
Claro que, cuando nos referimos no ya al acto justo sino al hombre justo, no
sólo estamos considerando la adecuación o la igualdad exterior entre lo
debido y lo dado, sino la disposición interior (y constante) de la voluntad que
le permite, pronta y fácilmente, realizar actos justos. En este sentido, entonces,
un hombre injusto (por ejemplo, un homicida serial) puede eventualmente
realizar actos justos (por ejemplo, pagar su deuda de locación) y, a la inversa,
puede darse también eventualmente que un hombre justo realice algún acto
injusto, objetivamente considerado (por ejemplo, olvidar pagar sus impuestos).
Si bien como toda elección del bien presupone un acto intelectivo previo que
discurre sobre la verdad y presenta el bien, la justicia tiene como sujeto propio
a la voluntad, por ser ésta la facultad inmediata que ordena la acción.
Asimismo, en cuanto virtud, la disposición estable de la voluntad requiere
también el juicio previo de la virtud de la prudencia que conoce la realidad
para dirigir el obrar. Por eso, con razón, se llama a la voluntad apetito racional.
Pero queda claro que la justicia radica en la voluntad como su sujeto propio.
14
TOMÁS DE AQUINO, Suma Teológica; II-II q.58 a.10., pág. 277.
U2La Justicia 39
Silvano Penna, Luis Calzetta
ABOGACÍA
Por otro lado, como la justicia supone un débito, es necesario preguntarse por
lo debido. Es más, casi podríamos señalar que lo que realizado será el término
o el objeto del acto justo: lo justo. Por eso el derecho (o lo justo o lo debido)
es el objeto de la virtud de la justicia. Es más, casi podríamos decir que es un
presupuesto: es decir, que si no hubiera algo debido en justicia, esto es, si no
hubiera un derecho, no cabría emplazamiento de justicia alguno. En este
sentido, entonces, no debe llamar la atención que santo Tomás comience el
tratado de la justicia hablando de su objeto, el derecho y que, citando a san
Isidoro, afirme:
15
Ibidem, pág. 232.
16
I bídem, pág. 292.
U2La Justicia 40
Silvano Penna, Luis Calzetta
ABOGACÍA
Comunidad
Justicia Justicia
Legal distributiva
Individuo Individuo
Justicia
Conmutativa
17
Cfr. ARISTÓTELES, Ética a Nicómaco (L. V. Lecc.. IV), en SANTO TOMÁS DE AQUINO, La justicia
(Comentarios al Libro Vº de la Ética a Nicómaco de Aristóteles); Trad. y notas de B.
RaffoMagnasco; Buenos Aires, 1946; Ed. Cursos de Cultura Católica, págs. 46 ss.
18
Cfr. TOMÁS DE AQUINO, S., La Justicia (Comentarios al Libro Vº de la Ética a Nicómaco de
Aristóteles); Trad. y notas de B. RaffoMagnasco; Buenos Aires, 1946; Ed. Cursos de Cultura
Católica, págs. 46 ss. – Suma Teológica, II-II q. 58 a.5-9 q.61; Op. Cit., págs. 269 ss.
U2La Justicia 41
Silvano Penna, Luis Calzetta
ABOGACÍA
Sin embargo, es preciso admitir que el fin de la polis, ese buen vivir
romano, esa paz social agustiniana o el bien común tomista, no se agota
por la consecución de la justicia estricta. Requiere de otros vínculos que
exceden lo jurídico o estrictamente justo, como la amistad, la concordia, la
afabilidad.
Por eso repite Cicerón el antiguo adagio griego, atribuido por Plutarco a
Diógenes:
19
CICERÓN M. T. De Officis (Los oficios), Libro I, pág. 47 (y su nota).
U2La Justicia 42
Silvano Penna, Luis Calzetta
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20
“Iuris praecepta sunt haec: honestoe vivere, alterum non laedere, suum quique tribuere".
ULPIANO, Digesto, I, 1, 10, 1. En Instituciones de Justiniano; Tr. M. Ortolan; Buenos Aires, 1976.
Ed. Heliasta S.R.L., pág. 27.
21
Permítaseme aquí una pequeña digresión: es justamente por esto que el matrimonio en modo
alguno pueda concebirse como un contrato y las relaciones conyugales establecerse a través de
cláusulas contractuales. Ello supone una reducción de la dimensión unitiva y amorosa del
vínculo, que excede lo conmutativo y se funda en el amor.
U2La Justicia 43
Silvano Penna, Luis Calzetta
ABOGACÍA
En efecto, ¿qué otra cosa significa la justicia sino hacer el bien y evitar el
mal en las relaciones de alteridad, mediante el otorgamiento en igualdad
del acto exterior debido?
“El temor de los dioses y el culto que se les rinde constituye la religión. La
piedad es el sentimiento que nos advierte los deberes que tenemos con la
patria, con los padres, con todos los que están unidos a nosotros por
vínculos de sangre. La gratitud comprende el recuerdo de los beneficios
recibidos y el deseo de corresponder a ellos. La venganza es el sentimiento
que nos impulsa a rechazar o a castigar la violencia o la injuria que se nos
haga, o a nosotros personalmente o a las personas que deben sernos
queridas; comprende también el castigo de los crímenes. Se entiende por
U2La Justicia 44
Silvano Penna, Luis Calzetta
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“En las virtudes anejas a una virtud principal hay que considerar dos
extremos: primero, que dichas virtudes tengan algo de común con la virtud
principal; segundo, que falte en ellas en algún punto la perfecta razón de la
misma. Ahora bien, puesto que la justicia se refiere a otro, todas las virtudes
referentes al prójimo pueden por razón de esta coincidencia anexionarse a la
justicia. Pero es de esencia de la justicia dar a otro lo que le es debido
conforme a igualdad. (...) Luego una virtud de las que entrañan relación a
otro puede separarse de la esencia de la justicia por dos conceptos: primero,
por defecto de igualdad, y segundo, por defecto del débito”.23
22
CICERÓN, M. T. De Inventione, en Obras Escogidas, Tomo I. Tr. Nicolás Estevanez, París, Casa
Editorial Garnier Hermanos, pág. 300-301.
23
TOMÁS DE AQUINO, S., Suma Teológica; II-II q.80 a.1., pág. 8.
U2La Justicia 45
Silvano Penna, Luis Calzetta
ABOGACÍA
“Hay, efectivamente, ciertas virtudes que nos hacen dar a otro lo debido,
pero sin que podamos entregar la exacta equivalencia. En primer término,
todo lo que el hombre da a Dios se lo debe, y, sin embargo, no puede
devolver la igualdad, es decir, devolverle tanto como le debe (...) En ese
sentido, se adjunta a la justicia la religión, que, como dice Cicerón, ‘ofrenda
respeto, homenaje y culto a cierta naturaleza de orden superior, que llaman
divina’. En segundo lugar, no es posible devolver a los padres en estricta
igualdad lo que se les debe, como Aristóteles pone de manifiesto; por ello se
agrega a la justicia la piedad, por la cual, en frase de Cicerón, ‘tribútanse
benévolos servicios y diligente respeto a los consanguíneos y a los
bienhechores de la patria’. Y en tercer término, el hombre no puede dar a la
virtud una recompensa que sea equivalente, como Aristóteles consigna; por
lo tanto, a la justicia se anexiona la veneración, por la que, en sentencia de
Cicerón, ‘los hombres superiores en dignidad son reverenciados con cierto
culto y respeto’.”24
Sobre estas tres virtudes, especialmente sobre la piedad, y sus relaciones con
las otras dos, volveremos luego. En las siguientes virtudes adjuntas a la justicia,
encontramos ya no el defecto de igualdad, sino el defecto en el débito. Para el
tratamiento de ellas, el Aquinate parte de las diferentes razones o gradaciones
de debitum, que van desde la razón legal hasta la razón moral, según su fuerza
obligatoria por ley (débito legal) o su necesaria conservación por la honestidad
(débito moral). A su vez, se puede distinguir si la deuda proviene del mismo
debitor, como la virtud de la veracidad, o se origina en una acción del creditor,
como la gratitud o la venganza. Finalmente, hay débitos de menor fuerza, cuya
inobservancia no afectan sino sólo indirectamente a la justicia, y tienen por
objeto una mayor honestidad moral y una mejor vida social, como la
liberalidad o la afabilidad.
24
TOMÁS DE AQUINO, Suma Teológica; II-II q.80 a.1. Pág. 9.
U2La Justicia 46
Silvano Penna, Luis Calzetta
ABOGACÍA
Decir la verdad, vivir en la verdad, tiene una significación moral y social tal y
que constituye un fundamento de la relación entre los hombres.
Por eso es una virtud esencial para la vida y para la vida social. Y como toda
virtud hace bueno a quien la posee y hace también que sean buenas sus
obras25, la verdad es convertible con el bien.
Los escolásticos enseñan que hay una verdad ontológica, que no difiere del
ser; una verdad lógica, que es la adecuación del intelecto a la realidad del ser; y
una verdad moral que consiste en que lo que se obre, diga o haga, se
corresponda con la realidad interior del que obra. A ésta, evidentemente,
corresponde la virtud de la veracidad.
25
TOMÁS DE AQUINO, Suma Teológica; II-II q.109 a.1. pág. 493.
26
CICERÓN M. T. De Officis (Los oficios) Libro I, Buenos Aires - México, 1946. 2ª Edición. Espasa–
Calpe Argentina S.A., Pág. 35.
U2La Justicia 47
Silvano Penna, Luis Calzetta
ABOGACÍA
Afirmamos esto por cuanto todo reconocimiento de débito hacia Dios, los
padres y la patria y las personas de mayor dignidad o virtud requiere una
previa gratitud, por los bienes de ellos recibidos.
“Sí, jueces, porque si no hay virtud que no me agrade poseer, prefiero a todas
la de ser y parecer agradecido. El agradecimiento no sólo es la más bella de
todas las virtudes, sino que, en cierto modo, nacen de ella todas las demás. En
efecto, ¿qué es el amor filiar sino un sentimiento de gratitud a los autores de
nuestros días? ¿Qué es el patriotismo de los buenos ciudadanos, de los
ciudadanos que la patria encuentra siempre dispuestos a sacrificarse por ella,
lo mismo en la guerra que en la paz, sino un testimonio de reconocimiento? Y
esos hombres piadosos, fieles al culto de la religión, ¿qué son más que
espíritus agradecidos a los dioses inmortales? (...) No, nada me parece más
natural en el hombre que agradecer los servicios y aun los simples testimonios
27
TOMÁS DE AQUINO, Suma Teológica; II-II q.106 a.1. pág. 455.
U2La Justicia 48
Silvano Penna, Luis Calzetta
ABOGACÍA
de benevolencia...”.28
28
CICERÓN, M. T. Discurso en defensa de Plancio, en Obras Escogidas; Tomo III, pág. 184-185.
U2La Justicia 49
Silvano Penna, Luis Calzetta
ABOGACÍA
Cicerón, por último, extiende la vindicta a la retribución por el mal recibido por
los seres queridos.
Nadie podrá sensatamente negar que es mejor vivir con los demás en un
armonioso orden de afectos: por las personas, base de la afabilidad; y por las
cosas, base de la liberalidad.
“De las otras tres virtudes, la de más extensión es aquella que tiene por
objeto la sociedad o, por decirlo así, la comunidad de los hombres y de la
vida. Ésta tiene dos partes: la justicia, en que brilla con mayor esplendor de
esta virtud y que da nombre a los hombres de bien, y la beneficencia, que es
inseparable de ella, a la que podemos llamar largueza o liberalidad. La
primera obligación de la justicia es no hacer mal a nadie, y la segunda, usar
de los bienes comunes como comunes y como propios de los nuestros en
particular.”31
29
Cfr. TOMÁS DE AQUINO, Suma Teológica; II-II q.114, pág. 545 ss.
30
Cfr. Ibídem, pág. 562 ss.
31
CICERÓN M. T. De Officis (Los oficios) Libro I, pág. 34.
U2La Justicia 50
Silvano Penna, Luis Calzetta
ABOGACÍA
Finalmente, baste agregar solamente para cerrar este Capítulo, que santo
Tomás también trata entre las partes potenciales o virtudes anejas de la
justicia a la aequitas o epiqueya, virtud que toma de Aristóteles y que es lo
que nosotros conocemos como equidad. Ella consiste en la rectificación de
la ley, allí donde ésta falla en razón de su universalidad.
La ley tiene, por su misma naturaleza, caracteres de necesidad y
universalidad. En cambio, las conductas humanas, ésas a las que la ley rige,
son singulares y contingentes. De esa confrontación pudiera darse una
injusticia concreta de la aplicación de la ley en el caso. Por tal motivo, y sólo
respecto de ese caso, el hombre, y en especial el juez, debe interpretar y
resolver razonablemente, según equidad, apartándose parcialmente de la
ley, para lograr la justicia y el bien común.
32
Ibidem, pág. 39.
U2La Justicia 51
Silvano Penna, Luis Calzetta
UNIDAD 3
El Derecho
ABOGACÍA
3. El Derecho
1.1 Significación de la Palabra
Derecho
La palabra “derecho” es un vocablo análogo, es decir, que la misma palabra
tiene diversos sentidos, aunque todos ellos están relacionados. Así, una
palabra análoga se diferencia de una palabra equívoca, en la cual la misma
palabra se utiliza con significados totalmente distintos (por ej: “banco”
referido a la entidad para sentarse o a la entidad crediticia); o de una palabra
unívoca, que no admite más de un solo significado (por ej: “pared”).
U3 El Derecho 53
Silvano Penna, Luis Calzetta
ABOGACÍA
Pero estos tres significados no tienen la misma jerarquía, pues en la vida social
el derecho objetivo, es decir, lo justo, debe primar sobre la facultad de exigir
por las normas establecidas; ello es así porque no debería existir facultad de
exigir algo que no sea justo; y tampoco se puede considerar legítima una ley a
una norma injusta, por lo tanto lo justo es el criterio de validez del derecho
subjetivo y del derecho normativo. Porque lo justo, lo ajustado lo
estrictamente debido, es lo que se puede exigir (facultad) y es lo que se debe
normar (norma).
La conducta humana
social:
La población y el
Material
territorio. - exterioridad.
- alteridad.
- debitoriedad.
La igualdad objetiva
Formal La ley. entre lo debido y lo
dado.
U3 El Derecho 54
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societas; ubi societas, ibi ius” (“donde hay hombre, hay sociedad;
donde hay sociedad, hay derecho”). No necesita demostración decir
que el hombre es un ser social, político, que interactúa con sus
semejantes y que necesita de ellos para su realización. El derecho,
como veremos más adelante, es, como la misma virtud de la justicia,
esencialmente social. Requiere necesariamente una relación de
alteridad, sólo a partir de la cual se puede explicar y discernir lo justo,
y, en función de ello, lo debido y lo suyo.33 A su vez, las conductas
alcanzadas por la justicia y el derecho son exteriores, pues no se juzga
un acto que no trasciende del sujeto, como un mero pensamiento; y,
finalmente, la conducta jurídica siempre supone un débito pues la
persona en relación jurídica le debe algo a alguien (a otra/s persona/s
o a la comunidad toda, como vimos al analizar las formas de la justicia).
33
Robinson Crusoe, (el náufrago de la famosa novela homónima) solo en su isla, no
“necesita” del derecho –aunque sigue estando bajo la órbita de la ley eterna y de la ley
natural, y consecuentemente, de la moral -, pero al no haber alteridad (un “otro”), no
hay interpersonalidad y no hay derecho ni en sentido objetivo o de justicia, ni en
sentido subjetivo o de facultad, ni en sentido normativo. El derecho recién “aparece”
cuando llega “otro” (“Viernes”, en la novela), porque “comienza” la vida en sociedad.
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U3 El Derecho 56
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U3 El Derecho 57
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Uno de los criterios más difundidos explica la distinción según el origen de las
normas morales y jurídicas. Así, las normas morales serían autónomas, en el
sentido de que provendrían del mismo sujeto, y las normas de derecho serían
heterónomas, porque le vendrían al sujeto desde otro que se las impone. Este
criterio es equivocado en un doble aspecto: por un lado, el hombre descubre
día a día, claramente, en su conciencia normas jurídicas, esto es, de
comportamiento social y conoce naturalmente, al menos, lo prohibido y no
sólo en lo moral sino también en lo jurídico. Baste preguntarle a un hombre si
considera justo no pagar lo que debe o matar a otro, más allá de si conoce o
no las normas positivas que lo prohíben.
U3 El Derecho 58
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ABOGACÍA
Podemos afirmar que en toda norma jurídica hay un componente moral, mas
no a la inversa; es decir, no toda norma moral es jurídica, sino sólo aquellas
que se refieren a conductas exteriores, en relación a un otro, a quien el sujeto
debe algo. Consecuentemente, la moral es el género y el derecho la especie.
Veámoslo así:
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La Ley UNIDAD 4
ABOGACÍA
4. La Ley
4.1 La Ley en General
Santo Tomás enseña que la ley es “una cierta medida de lo justo”, es decir, que
determina una proporción, una regla ordenadora de lo que es justo. Y si el
derecho, como quedó dicho, es lo justo, entonces la ley será una regla
ordenadora de lo justo, una cierta medida del derecho.
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ABOGACÍA
Preferimos esta noción de ley por sobre la más difundida en estos tiempos,
que la define como “norma social obligatoria”. Es que este concepto, de raíz
kelseniana,34 no realiza ningún tipo de valoración en cuanto a la finalidad de la
ley ni ningún tipo de consideración en cuanto a su condición esencial.
Norma social obligatoria puede ser cualquiera que dicte quien detente el
poder, aun un tirano o un déspota, pues tiene la potestad jurídica o
simplemente fáctica de obligar a otro, ya que tiene el poder de sancionar su
incumplimiento.
34
Hans Kelsen (1881-1973). Jurista austríaco. Tal vez uno de los filósofos del derecho
más importantes y reconocidos del siglo XX. Autor de la Teoría Pura del Derecho, su
obra más reconocida, en la cual encuentra su más cabal formulación el positivismo
jurídico, que excluye cualquier consideración del derecho natural (y también de la
historia, de la sociología, de la filosofía, etc.), fundando el análisis de la realidad del
derecho exclusivamente en la ley positiva. Se reconoce en él la influencia filosófica de
Kant y, sin perjuicio de las críticas que se le puedan hacer a su ideología positivista, ha
hecho importantes aportes al derecho y al derecho constitucional, como por ejemplo
su famosa “pirámide jurídica”, mediante la cual propone un orden jerárquico de las
normas positivas en un Estado.
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35
Video/clase: sobre el concepto de ley y los distintos tipos de leyes.
U4 La Ley 64
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Como orden vivo puesto por el Creador en la naturaleza del hombre, consiste
no sólo en impulsos y tendencias, como si fueran meros instintos animales,
sino en un orden racional que está inscripto en la naturaleza humana y que el
hombre es capaz de conocer con su sola razón, y de aceptar (y obedecer o no)
como norma: es inclinación y tendencia natural, pero es también norma y
precepto, en cuanto se puede conocer por la inteligencia y dirigir el obrar,
desde la voluntad.
36
Esta afirmación se fundamenta en que el orden del obrar sigue al orden del ser: es
decir, es bueno aquello que está ordenado en la línea del ser y malo lo contrario, o en
otras palabras, así como un ser es, así obra, así opera. Veamos un ejemplo: si es lo
propio de un cuchillo cortar, será bueno mantenerlo afilado y el mejor cuchillo será el
que mejor corte; y será mal malo (para el ser del cuchillo) dejar que pierda el filo, que
se oxide, mellarlo, etc. En el caso del hombre, se puede afirmar así: el hombre debe
obrar según lo que es, es decir, debe obrar como ser racional, libre y espiritual; por
tanto, será malo (en el orden de su ser) si obra como un ser irracional (como si obrase
respondiendo solamente a sus instintos), o si se le limita o si él mismo se limita la
libertad (como ocurre cuando obra coaccionado por una amenaza o debilitado por un
vicio); o, finalmente, si no cultiva las dimensiones del espíritu humano (como si no se
cultiva en la cultura, en las ciencias, en el arte, en la vida social, en el amor, en los
afectos, etc.).
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U4 La Ley 68
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Primera conclusión:
37
La historia prueba que ni la mayor riqueza es suficiente para alcanzar la felicidad.
Imaginemos un multimillonario sin amigos, sin afectos, sin cultura; tendrá todo lo
material que desee, pero, ¿será feliz?
U4 La Ley 69
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ABOGACÍA
En segundo lugar, debemos decir que este bien es común. Es decir, que es el
bien de la totalidad de los integrantes del cuerpo social, de sus individuos y de
sus grupos. Pero el bien de todos, el bien común es, necesariamente, objetivo
respecto de todos; caso contrario, sería el bien subjetivo de muchos que,
llegado el caso, puede no consistir, esencialmente, en un bien. He aquí una
segunda conclusión:
Pero el bien común no es sólo condición y medio para que el hombre alcance
su perfección, en cuanto parte del todo, informando así el contenido mismo
de la vida del hombre social, de la sociedad misma, de la política, del estado,
del poder, del derecho y de la ley. El bien común es una totalidad ordenada de
bienes que son comunes. Y su contenido es concreto, real y mensurable. Es la
perfección de la vida social. Veámoslo con este gráfico:
38
Esto significa que, si bien las mayorías pueden ser un indicativo de los bienes
comunes que reclama una sociedad, por sí mismas no pueden determinar que eso sea
así; pues la historia ha mostrado que muchas veces las mayorías se han equivocado,
han sido manipuladas, han obrado siguiendo pasiones sociales, etc. Recordemos, por
ejemplo, que Cristo fue crucificado por la aclamación de alguna mayoría; o que Hitler
(y tantos otros totalitarismos en la historia) gozaban de consenso mayoritario.
U4 La Ley 70
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ABOGACÍA
Religión, Artes
Ambitos de Ciencias, Tecnologías
BIENES DEL la cultura Educación
ESPRITU
Ambitos de Justicia y demás
virtudes socales
PAZ la política y Prudenca y
del derecho concordia política
Ámbios Alimento,
vivienda
BIENES MATERIALES de la Abrigo, salud,
economía etc.
El bien común se llena así de contenido, y deja de ser una mera expresión
retórica o teórica39.
39
Video/clase: sobre el contenido del bien común.
U4 La Ley 71
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U4 La Ley 72
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SEGUNDA
PARTE
Curso
Introductorio al
Derecho Natural
El Derecho UNIDAD 5
Natural en la
Antigüedad I
ABOGACÍA
ninguna valoración, sólo explica los motivos o causas que me llevaron a obrar
de tal o cual manera. Esto es lo que llamamos conciencia psicológica.
Y aquí entramos de lleno en nuestro tema: el derecho natural. Pero desde una
recorrida histórica, como la que haremos a continuación, nos toparemos con
una primera certeza: que desde siempre el hombre buscó en el marco de su
conciencia jurídica la respuesta a esas preguntas fundamentales. El hombre
buscó siempre en qué normas, pautas o criterios afirmar la respuesta de
40
Video 1: conciencia moral y normas (ejemplo de la línea diagonal).
1.2.2 China
En segundo lugar, en China, una escuela filosófica muy importante llamada
taoísmo (entre los años 395 y 303 a.C), formuló una expresión filosófica
fundamental para nuestro tema: el “orden del tao".
El primer orden que rige todo el universo, el orden del tao, ejerce sobre los
otros dos órdenes una relación de superioridad, una relación jerárquica de
supremacía; es un orden religioso. Por otro lado, el orden de los ritos es un
orden moral, que también tiene supremacía sobre el orden positivo, que se
conforma por las normas dictadas por la autoridad para el pueblo.
1.2.3 India
En la India, dentro de la gran variedad de
civilizaciones y expresiones religiosas y
filosóficas que hubo, encontramos como
elemento de interés para nuestro tema las
leyes de Manú, que datan
aproximadamente el año 200 a.C. y que se
dice fueron promulgadas por Manú, hijo de Brahma, padre de todos los
hombres.
Encontramos allí una cierta noción de ley natural, en cuanto principio ético y
teológico, que incluye y subordina a lo jurídico. Por otro lado, encontramos
una gran valoración de la justicia, como virtud, como principio de justificación
de los actos humanos y como vínculo con la divinidad.
1.2.4 Israel
Una especial importancia tiene para
nosotros la consideración de la
existencia de un orden jurídico
superior en el pueblo de Israel. Ello no
sólo por ser Israel la cuna del
cristianismo y el pueblo en el cual nació el Redentor de todos los hombres.
Israel tiene una importancia histórica en nuestro tema a partir de una
concepción de Dios, el mundo y el hombre radicalmente distinta a otros
pueblos importantes de la Antigüedad.
En primer lugar, podemos afirmar que la mayoría de los pueblos antiguos son
politeístas, es decir, que creen en la existencia de muchos dioses. Estos dioses
se ordenan jerárquicamente y con diversas funciones, no necesariamente son
buenos, y tienen una relación con el hombre que se caracteriza por el dictado
de normas de comportamiento, el juicio sobre sus actos y los premios o
castigos que les aplican.
Por otro lado, los pueblos de la Antigüedad también suelen ser panteístas y
animistas. Se llama panteísta a una concepción que niega la verdadera
distinción de Dios con el mundo material. Por lo tanto sostiene que Dios, por
un lado, termina identificándose con la materia (panteísmo materialista) y, por
el otro, Dios termina siendo el “alma del mundo” (panteísmo espiritualista).
Sus fórmulas más corrientes son “Todo es Dios” y “Dios es todo”. Es por ello
que en muchos pueblos antiguos se rinden cultos de adoración a cosas
materiales, a animales, etc.
41
Video 2: ¿Por qué decimos que el hombre antiguo caía en ese pesimismo existencial?
42
La Revelación de Dios al pueblo de Israel está contenida en el Antiguo Testamento, la parte
de las Sagradas Escrituras (o Biblia) que está a su vez integrada por un conjunto de libros
antiguos que relatan la Creación y la Antigua Alianza, que es la alianza que Dios hace con el
Pueblo Elegido, Israel. Las Sagradas Escrituras se completan y perfeccionan con el Nuevo
Testamento, que constituye el conjunto de libros inspirados a partir de la venida al mundo de
Dios hecho hombre, el Hijo de Dios, Nuestro Señor Jesucristo; y posteriormente, del Espíritu
santo. Así se constituye una Nueva Alianza, ya no con un solo pueblo, sino con todos los
hombres, con la humanidad toda, llamada entonces el Nuevo Pueblo de Dios.
consecuentes derechos) hacia el otro, todos los cuales han sido recogidos
en distintos ordenamientos jurídico-positivos a través de la historia.
e) Finalmente, encontramos en el Antiguo Testamento verdaderos preceptos
o normas que rigen la vida social. Por ejemplo, el principio de igualdad
entre los hombres, expresado en el libro del Levítico, tercer libro del
Antiguo Testamento, cuando Dios le manda al hombre: "amarás a tu
prójimo como a ti mismo"(Lev 19,18), sin distinguir si ese "otro" es libre o
esclavo, es varón o mujer, es mayor o menor, es autoridad o súbdito.
También en ese mismo capítulo 19 encontramos otras normas que, sin
dudas, revisten la condición de jurídico-naturales, tales como: “No
oprimirás a tu prójimo, ni lo explotarás. El salario del jornalero no pasará la
noche contigo hasta la mañana siguiente… Siendo juez, no hagas
injusticia… No andes difamando entre los tuyos… No profanarás a tu hija,
prostituyéndola… Al forastero que vive entre vosotros, lo miraréis como a
uno de vuestro pueblo… No cometáis injusticia ni en los juicios ni en las
medidas de longitud, de peso o de capacidad: tened balanza exacta, peso
exacto, medida exacta y fanega exacta”. A su vez, encontramos la llamada
regla de oro de la vida social, en el libro de Tobías, que se formula así: "No
hagas a nadie lo que no quieras que te hagan"(Tob 4,15), principio
fundamental del derecho y de cualquier relación social. En este mismo
libro y capítulo se presentan otras normas dadas por Dios, que también
conforman preceptos de derecho natural; así, por ejemplo: “Practica la
justicia todos los días de tu vida y no andes por caminos de injusticia…, “no
retengas el salario de los que trabajan para ti”, entre otras.
1.3 Grecia
1.3.1 La Mitología
Al igual que en otros pueblos de la
Antigüedad (excepto Israel, como
vimos), Grecia tuvo un primer
período mítico en el que la justicia y
el derecho fueron personificados por
divinidades. Esto confirma lo que venimos afirmando, es decir que también en
Grecia se verifica la creencia en la existencia de realidades jurídicas, de deberes
y derechos que están establecidos por encima de las leyes humanas.
Por tanto, las normas de justicia que debían regir la vida de los hombres por
las cuales el hombre iba a rendir cuentas ante Zeus e iban a ser juzgados en
relación al ejercicio de sus derechos y al cumplimiento de sus deberes, eran
normas de origen divino, tanto externas al hombre, procedentes de Themis,
como internas al ser del hombre, procedentes de Diké.
Esta primera consideración mitológica nos revela algo muy importante: por un
lado, como venimos diciendo, que las normas que el hombre debe obedecer
en primer lugar proceden de la divinidad; pero aparece también ya en esta
mitología que, dentro de las normas de origen divino, hay una doble
condición: las normas externas al hombre y las que el hombre podrá descubrir
en su propio ser, en su propia naturaleza. Aquí hay una semilla para
comprender una primera noción de derecho natural.
1.3.2 La Literatura
En la literatura griega, si bien con una finalidad artística y no jurídica, aparece
nuevamente el tema del origen de las leyes y de la relación que hay entre las
leyes dadas por los dioses y las leyes dictadas por los hombres.
Así, por ejemplo, en la obra cumbre de Homero, los poemas épicos La Ilíada y
La Odisea (que se dicen escritos en el siglo VIII a.C.), se representan las
consecuencias que van a sufrir quienes dictan sentencias injustas o quienes no
observan la justicia, pues ellos desencadenan la ira de los dioses. Asimismo, se
muestran a los dioses sobrevolando la tierra y observando los
comportamientos de justicia de los hombres, o bien su insolencia o
prepotencia, llamada "hybris".
44
La historia sigue así: Creonte condena a muerte a Antígona. Hemón, hijo de Creonte y
prometido de Antígona, pide a su padre que derogue esta sentencia, que considera injusta. Su
padre no accede, y el joven se va al antro en donde ha sido encerrada Antígona; pero, cuando
llega ésta ya se ha suicidado. El adivino Tiresias anuncia a Creonte los tristes acontecimientos
Además del admirable coraje con el que la mujer se enfrenta al tirano, en esta
pieza clásica de la literatura universal encontramos algunos tópicos muy
importantes con relación a nuestro tema: por un lado, se plantea el dilema de
todos los tiempos: la posible contradicción entre la norma dictada por la
autoridad humana y la norma de origen divino, inscripta en el corazón del
hombre. En segundo lugar, el planteo de cuál debe ser la norma a obedecer en
caso de darse dicho conflicto. La solución que propone la tragedia es clara: se
debe obedecer antes la ley divina que la ley humana. Y es la misma Antígona
quien fundamenta esta solución, pues afirma que las normas divinas existen
desde siempre, no son de hoy ni de ayer dice la protagonista; y además, que
es preferible padecer los castigos humanos que someterse a la ira de los
dioses, lo cual implica, por un lado, el reconocimiento de un orden jerárquico,
en el cual la norma de origen divino prevalece sobre las leyes humanas; y, por
otro lado, que las leyes divinas (y las naturales, como veremos más adelante),
también están dotadas de una sanción por su incumplimiento. Así ya lo
consideraban los antiguos, como se ve claramente en esta célebre tragedia.
1.3.3 La filosofía
Es reconocido en la historia de la humanidad que la filosofía encuentra su cuna
en Grecia. El pueblo griego fue especialmente dotado para la reflexión
filosófica por su carácter esencialmente humanista. Toda la cultura griega se
desarrolla en torno a la reflexión sobre el hombre y su lugar en el universo. La
contemplación de la naturaleza en general, y de la naturaleza humana en
particular, constituyen el punto de partida de la reflexión filosófica.
que deducidos de sus presagios se avecinan, y el Coro exhorta a Creonte a que, para evitarlos,
rectifique su sentencia, perdone a Antígona y dé sepultura a Polinice. Creonte, aunque de mala
gana, accede; pero tardíamente, pues Hemón, en su desesperación, al encontrar a Antígona
muerta, se suicida a la vista de su padre. Un mensajero viene a anunciar a la reina Eurídice la
muerte de su hijo. Ella, enloquecida por el dolor que le produce la noticia se retira en silencio y,
dentro del palacio, se hunde una espada y muere increpando a Creonte por la muerte de sus
hijos. Creonte se ve castigado, como lo dice el Coro: «¡Qué tarde parece que vienes a entender
lo que es justicia!», y añade: «Hay que ser sensato en las resoluciones y no violar las leyes
escritas, las leyes eternas».
concebida como ciencia que intenta explicar, a la luz de la sola razón, toda la
realidad a partir de sus primeros principios y de sus últimas causas.
Pese a que algunos de los autores o corrientes que se mencionan serán objeto
de un desarrollo específico por su especial contribución a nuestro tema,
presentamos a continuación un sintético cuadro que describe las distintas
etapas que se reconocen en la filosofía griega.
Así, por ejemplo, Anaximandro ya había advertido una idea de justicia ("diké")
en el orden del universo, concebido éste como una gran comunidad sometida
a una ley que le daba ese orden.
Por otro lado, en la escuela de Pitágoras45 se elaboró una primera teoría griega
de los números, y la justicia estaba representada por los números 4 y 9, pues
ellos son producto del igual por el igual (2x2=4 y 3x3=9). A su vez, el número
8 representa la armonía y la amistad social. Es decir, ya estaba presente en la
noción de justicia la noción de igualdad, y siendo que para los pitagóricos los
números representan la explicación del orden del universo, la igualdad y la
justicia estaban presentes en ese orden universal. Y el universo entero era
representado a su vez como una totalidad dotada de armonía y regularidad.
Demos un paso más: como anticipamos, con los sofistas y con Sócrates
comienza el período antropológico de la filosofía griega. En esta época la
reflexión filosófica ya no se asienta sobre la realidad exterior, como en los
presocráticos, sino que comienza el espíritu humano a reflexionar sobre sí
mismo.
45
Se atribuye a Pitágoras haber acuñado la palabra filosofía, pues él no se consideraba sabio o
sophos, sino philosofhos, es decir amante de la sabiduría.
46
Esto significa que si uno entra a un río, y sale, cuando vuelve a ingresar ese río ya no
será el mismo pues no es la misma agua la que moja los pies, ya que el agua fue
fluyendo constantemente.
En cuanto a nuestro tema, podemos encontrar entre los sofistas tres aportes
fundamentales: a) son los primeros en elaborar una distinción entre lo justo
por naturaleza y lo justo por ley. Lo justo es lo adecuado, lo conforme, lo
ajustado; ello puede provenir de la misma naturaleza humana o de las leyes de
la polis; b) pero ambos conceptos, expresados como "physis" y "nomos", en el
pensamiento sofista aparecen contrapuestos, es decir el nomos no se ajusta o
no se debe ajustar a la physis, es decir, no hay una exigencia de que la ley
positiva deba ser conforme a la ley de la naturaleza;c)y, por el contrario, que
las leyes de la polis suelen ser contrarias a las leyes de la naturaleza;la
exigencia será vivir conforme con la naturaleza, entonces el nomos deberá
ceder ante la physis.
1.3.5 Sócrates
47
La palabra sofista proviene del griego sophos que significa sabiduría. Ello porque los sofistas
se llamaban a sí mismos sabios, que enseñaban la sabiduría, que enseñaban la sabiduría, y cuyos
recursos de lógica y oratoria (muchas veces sin tomar en cuenta si era verdadero lo que se
defendía) permitían lograr a quienes los contrataban, el éxito económico y político. Vivieron en
el siglo V a.C. y viajaban por las ciudades enseñando y conociendo diferentes culturas, distintas
a la griega. Entre los más destacados sofistas encontramos a Protágoras, Calicles y Gorgias.
Pero ese diálogo será empleado por el maestro ateniense de modo diverso,
según su interlocutor. Si se trata de un hombre que se considera sabio, el
diálogo buscará conducir al otro al reconocimiento de la propia ignorancia, a
través de la ironía pues, mediante hábiles preguntas y repreguntas, intentará
hacerle caer en contradicciones, o dudar de sus afirmaciones; pero si del
interlocutor es un joven, o quien se reconoce ignorante, el bueno de Sócrates,
mediante el diálogo, intentará "dar a luz" los conocimientos que el hombre
tiene en su interior. Es por ello que este método es llamado "mayéutica",
48
Sócrates vivió y enseñó en Atenas entre los años 470 y 399 a.C. No dejó legado escrito. Sus
enseñanzas nos han llegado a través de sus discípulos, en especial Platón, Jenofonte y Aristipo.
Su discípulo más aventajado fue Platón, quien fuera posteriormente fundador de la Academia,
en la que se formara Aristóteles. Estos tres grandes filósofos se han convertido en referentes
ineludibles de la filosofía universal.
También en nuestro tema se diferencia Sócrates de los sofistas. Por ese mismo
determinismo psicológico y moral mencionado, para Sócrates no hay
contradicción posible entre physis y logos, pues las leyes de la polis siempre
serán justas, por cuanto ellas concretan las leyes divinas y naturales; así se lo
enseñaba a sus discípulos y en coherencia con ello vivió y murió.49
1.3.6 Platón
Nacido en Atenas en el año 429 antes de Cristo,
Platón se formó como filósofo bajo la guía de
Sócrates, de quien fue su discípulo más destacado.
Luego fundó su propia escuela, la Academia, donde
se formaría tal vez el más grande de los filósofos de
la historia: Aristóteles.
49
Acusado de corromper a la juventud y de no reconocer a los dioses de la polis, Sócrates fue
condenado a muerte, o al exilio. Como buen ateniense, amante de su patria, consideraba el
exilio peor que la muerte; y entonces, pese a que sus amigos planearon su huida, para darles un
póstumo ejemplo, Sócrates prefirió acatar la ley (en este caso, la condena) y murió por ello,
bebiendo serenamente el veneno (cicuta) que establecía la condena, método de ejecución a
muerte habitual en la Grecia de aquellos tiempos.
Platón separa la realidad en dos mundos: por un lado, el mundo de las ideas
puras, concebido como una realidad superior, invisible, eterna e inmutable; y,
por otro lado, el mundo físico, que es material, visible, imperfecto, temporal y
cambiante. Ambos mundos aparecen en el pensamiento platónico como
contrapuestos, como lo perfecto y lo imperfecto.
50
En una caverna se encuentra un grupo de hombres, prisioneros desde su nacimiento, amarrados
por cadenas de tal modo que únicamente pueden mirar hacia la pared del fondo de la caverna. A sus
espaldas, se encuentra un muro con un pasillo y luego una gran hoguera y la entrada de la cueva. Por el
pasillo del muro circulan las cosas, cuyas sombras se proyectan, por la luz de la hoguera, en la pared que
los prisioneros pueden ver.
Los hombres encadenados sólo consideran como verdad lo que ven, es decir, las sombras de los
objetos, difusas, imperfectas; están condenados a conocer sólo las sombras proyectadas, sin poder
contemplar la realidad que transcurre a sus espaldas.
Se plantea Platón qué ocurriría si alguno de los prisioneros fuese liberado y pudiese girar, dejar de
contemplar las sombras y ver la realidad, quitando lo imperfecto y lo difuso de las sombras que sólo
podía ver en el fondo de la caverna.
Luego, el hombre así liberado podrá ir hacia afuera de la caverna, en una subida ardua y difícil, para
poder conocer una nueva realidad: los hombres, los árboles, los lagos y montañas, los animales, los
astros, etc. tal cual son, su esencia, la realidad inteligible, que es el fundamento de las anteriores
realidades que había conocido antes, y así, finalmente, podrá ver directamente el sol y su esencia, que
representa la idea que preside el mundo de las ideas, la idea de Bien. Acá hay también una verdadera
teología platónica.
Pero la alegoría continúa: es preciso que el hombre vuelva a entrar a la caverna para "liberar" a sus
antiguos compañeros encadenados. Pero éstos se reirán de él, afirmarán que sus ojos se enceguecieron
al salir de la oscuridad de la caverna y contemplar el sol. Pero si aun así los logra liberar de sus cadenas y
En este mito (y en otros lugares de su gran obra, como se verá) Platón ofrece
una respuesta filosófica a esas tres grandes cuestiones antes esbozadas: en
primer lugar, el ser tiene una manifestación material, sensible e imperfecta,
que es la que percibimos con los sentidos, pero que representa sólo una
sombra difusa de lo que el ser verdaderamente es, es decir que las esencias de
las cosas que vemos están fuera de ellas, están en ese mundo ideal al cual
accederemos luego de liberarnos de las cadenas que significan los sentidos y
la materia de nuestro cuerpo;51 por otro lado, el mito nos explica el
conocimiento humano aunque en su faz imperfecta, toda vez que el
conocimiento sensible es imperfecto, confuso y está divorciado y contrapuesto
al conocimiento intelectual, que será el conocimiento perfecto y certero52; y,
finalmente, que la felicidad del hombre está asociada a la liberación de las
cadenas que nos sujetan al fondo de la caverna, por lo tanto el camino del
bien, de la virtud y de la felicidad están ligados al conocimiento del mundo de
las ideas. En todo este contexto antropológico, se destaca entonces la figura y
la misión del filósofo, quien tendrá el cometido de conducir a los hombres al
mundo de las ideas, presidido por la idea de bien.
conducirlos hacia la luz, Platón dice que serían capaces de matarlo, lo que parece ser una alusión a la
muerte de su maestro, Sócrates, quien pese a su esfuerzo por llevar a los hombres a la luz, fue
condenado a muerte.
51
Esta concepción antropológica platónica se advierte más claramente con el mito del carro alado,
presentado por Platón en su obra “Fedro”. Allí describe el alma, representada como un carro alado que
es conducido por un áuriga (la razón) y tirada por dos caballos: uno negro que representa las pasiones, y
el otro blanco, que representa las virtudes; mientras el caballo negro tira el carro hacia abajo, el blanco
lo tira hacia arriba. En un momento el caballo blanco es derribado por el negro y así el alma y su áuriga
quedan encerrados en un cuerpo, anhelando liberarse de esa prisión; el cuerpo es, en la antropología
platónica, “cárcel del alma”. Y por ello, todo lo que el hombre tiene de corpóreo y material estará en
constante tensión con el alma espiritual.
52
A su vez, los mitos de la caverna y del carro alado se complementan, para mejor interpretar el
pensamiento platónico, con la teoría de la reminiscencia, según la cual la razón del hombre
conoció las verdades puras, o ideas puras, antes de caer encarcelado en el cuerpo; ahora,
prisionero de los sentidos que forman parte del cuerpo, el conocimiento es imperfecto; y lo que
en este mundo sensible conoce es reminiscencia o recuerdo de las ideas puras que conoció en
ese mundo de las ideas, antes de quedar encerrado en el cuerpo. Es por eso que, para Platón, el
hombre tiene ideas innatas, es decir, preexistentes en su razón, antes de la experiencia del
conocimiento sensible. Al percibir, luego de encarnarse, las realidades sensibles, sólo estará
recordando, de un modo difuso e imperfecto aún, esas esencias o ideas puras que conoció
antes, en el mundo de las ideas.
Pero así como en el hombre individual estos tres niveles, más las pasiones, el
corazón y la razón deben estar dotados de unidad y armonía, así también en la
polis los tres estamentos deben constituir una unidad y una armonía. Ello se
logrará a través de la justicia, la más bella de las virtudes para Platón.
La justicia es, para Platón, una virtud general que comprende y armoniza a las
demás virtudes, tanto en el orden individual (justicia del cuerpo) como en el
orden social (justicia de la polis). Será el reflejo del orden universal conocido
en el mundo de las ideas.
Así, entonces, advierte Platón que la ley procede de las costumbres y que tiene
por finalidad guiar y corroborar a las costumbres del pueblo. Por otro lado
sostiene que la ley se funda en la razón o logos, y que dicho logos procede del
logos divino, razón y medida de todas las cosas. Finalmente, afirma que la ley
de la polis debe ser puesta por escrito y conocida para que, aceptada por el
pueblo, se convierta en norma común de la ciudad.
1.3.7 Aristóteles
Discípulo y amigo de Platón, con quien se formó en la Academia, Aristóteles
(348-322 a.C.) fue tal vez el más grande de los filósofos de la historia. Su
Y esa finalidad que mueve a la ciudad, como cualquier fin que mueve a la
acción (nadie obra sino por un fin) tiene una razón de bien (todo fin se
presenta bajo alguna razón de bien) en cuanto se procura la felicidad. Y la
felicidad consiste en vivir bien y obrar bien. Ese vivir bien y obrar bien, en la
vida social, consiste en conseguir riquezas, en perseguir la utilidad común, etc.
Pero eso no es suficiente, como no es suficiente para el hombre individual la
sola riqueza o la utilidad común. El buen vivir aristotélico va mucho más allá:
53
Video 3. Ejemplos de la unidad de materia y forma.
Y por último, para Aristóteles el derecho es lo justo, es decir aquella cosa (una
cosa o una conducta) que se le debe a un sujeto porque a él le corresponde en
justicia. Justo es lo que cada uno debe dar o debe recibir, que le puede ser
exigido o que puede exigir. Por eso en Aristóteles el derecho no es la ley, ni la
posibilidad de exigir, sino principalmente una cosa o una conducta concreta,
que puede uno exigir o que debe uno dar. Entonces, eso que puede uno exigir
o que debe uno dar, es lo justo, es el derecho.
54
A diferencia de Platón, quien admitía una justicia individual, como se mencionó antes.
Y al conocer el fin de la cosa puedo comprender qué actos acercan qué actos
acercan al fin perfectivo y qué actos lo alejan de esa perfección. De esta
manera, analizando los actos libres del hombre (que son el objeto material de
la ética), teniendo en cuenta que el hombre es un ser racional, con voluntad
libre y social, se puede establecer qué conductas son irracionales, o afectan la
55
Si debo pagar $1.000 o si me obligo a trabajar 6 horas; o si me deben pagar el alquiler de mi
propiedad en $1.500 por mes; o si me deben remunerar mi trabajo en $10.000 mensuales; todo
ello no representa una justicia ideal, sino que hay algo bien concreto y real. De tal modo que si
no pago los $1.000 que debo; o si no trabajo las 6 horas que me obligué; o si no me pagan
mensualmente los $1.500 convenidos; o si no me pagan el sueldo acordado de $10.000; en fin,
si algo de eso ocurre, la balanza (símbolo de la justicia desde la Antigüedad) se desequilibra.
Hay injusticia, no en relación a un ideal de justicia, sino a un débito concreto y real.
56
Así, por ejemplo, si yo quiero definir la esencia de un cuchillo, es decir (y disculpándome por
la falta de propiedad del término), su “cuchilleidad”, previamente debo conocer su finalidad. Y
entonces, ¿para qué es un cuchillo? Pues, claramente, es para cortar (obviemos otras finalidades
secundarias, no propias, como si alguien dice que es como objeto de adorno); entonces será
tanto mejor cuchillo en cuanto con mayor facilidad pueda cortar, es decir, en tanto mejor filo
tenga y, por lo tanto, cumpla más perfectamente su finalidad..
libertad, o conspiran contra la vida social, y por tanto serán malas, porque
alejan al hombre de su finalidad.57
57
Siguiendo con el ejemplo del cuchillo, será bueno para su ser (y para su finalidad) mantenerlo
afilado; y será malo, en consecuencia, dejar que se oxide, que se melle su filo, etc.
6. El Derecho Natural en la
Antigüedad II
6.1 Estoicismo
La filosofía estoica representa una etapa muy importante en la historia de
la filosofía. Por un lado, porque ha sido una escuela filosófica que ha
mantenido su influencia y vigencia, por más de 500 años., entre los siglos
III a.C. y II d.C. Pero además ha sido el vehículo que ha permitido que la
filosofía griega llegue al mundo romano e, incluso, son en su mayoría los
filósofos estoicos quienes permitieron a los romanos conocer las ideas
filosóficas de Sócrates, los sofistas, Platón y Aristóteles. Así, los juristas, los
políticos e incluso los poetas romanos pudieron profundizar sus
respectivas ciencias o artes, con la reflexión filosófica.
SUGERENCIA:
Se recomienda la lectura del tema
“ESTOICISMO”, en el Cap. II del libro “Curso
de Derecho Natural”, Editorial Abeledo-
Perrot, 3ra. edición, Buenos Aires,
6.2 Cicerón
Antes de entrar directamente en el tema, tal vez convenga una breve
aproximación a la figura de Marco Tulio Cicerón.58 Nació en Arpino, una
provincia romana, hacia el año 106 a.C y fue asesinado en un oscuro suceso en
el año 43 a.C.
58
Podemos distinguir varias facetas en la vida pública de Cicerón: un orador como pocos, que
abogó por sí y por otros en el foro, con defensas memorables; el político, que alcanzó la
Senaduría y el Consulado y que llegó a proponer, en su obra De República, un modelo nuevo de
constitución, una constitución mixta; el humanista, que no cerró sus ojos a la cultura griega y
que, de las distintas doctrinas filosóficas que conoció, tomó lo que le pareció mejor de cada una
de ellas; y, por último, el lingüista, que dotó a la lengua latina de sistematicidad, riqueza y rigor
inusitados y que lo erigieron como un referente ineludible, para muchos, del mejor latín legado
a la posteridad.
59
Cfr. Cicerón, M. T., Sobre la República. III, 22,33. En Cicerón. Obras Políticas. Introducción,
traducción y notas de Álvaro D’Ors y Carmen Teresa Pabón de Acuña. Biblioteca Gredos. Madrid,
1982. pág. 105.
6.3 Séneca
Lucio Anneo Séneca (4 a.C.-65 d.C.), fue el
máximo representante del estoicismo. Fue
filósofo, político, orador y escritor. Durante su
notable actividad política fue cuestor, pretor y
senador, una figura predominante durante la era
imperial. Y tras la decadencia de la república
romana, su gran preocupación fue devolverle
moralidad al Imperio, ya que la sociedad
romana había perdido los valores de sus
antepasados, lo que al final la conduciría a su
propia destrucción.
que todo el universo está regido por un logos universal que dicta
las distintas leyes, físicas y morales, inseminando las mismas en
cada cosa, de modo tal que cada ser tiene su propia virtud, en
cuanto cumplimiento de la ley inseminada en su ser.60
a) a todos los seres, en cuanto leyes que rigen todo el orden físico,
comprendido por lo que llamaríamos simplemente las leyes de la
naturaleza, leyes físicas que rigen a todos los seres;
b) en segundo lugar, hay un ius común a hombres y animales, normas
instintivas y comunes que parte de la constatación de que hombres y
animales tienen reacciones naturales semejantes frente a estímulos
semejantes (por ejemplo, ante la crueldad, hombres y animales
reaccionarán frente al cruel de modo semejante, y frente a la bondad,
también, pero, obviamente, la diferencia estará en la reacción racional por
parte del hombre), y, en un sentido analógico, Séneca puede hablar de
Justicia o injusticia en el baldío de los seres vivos; y
c) en tercer lugar, hay un orden, un ius propiamente humano, que a su
vez reconoce tres modos de expresión, a saber:
una ley propia de la condición humana, que no es verdadero
derecho, porque no se refiere al obrar libre del hombre sino que
expresa la misma condición humana (por ejemplo, que el hombre es
libre);
una ley común a todo el género humano pero que tampoco hace
referencia a una verdadera norma, sino más bien a la constatación
de que hay algo en común entre los hombres de todos los pueblos
(por ejemplo, los sentimientos de amistad y el deseo de la paz); y,
finalmente,
un ius Gentium (derecho de gentes), que sí es verdadero derecho,
conformado por normas comunes a todos los pueblos, como reglas
del derecho natural (por ejemplo, el deber y el derecho de educar a
los hijos).
60
Así, por ejemplo, se podría hablar de la virtud del caballo, cuyo galope o cuya fuerza se
destacan y son admirables; o la virtud de un fruto, que ha alcanzado la mayor perfección de su
madurez y de su sabor.
TRABAJO:
A partir de la lectura del tema “LOS JURISTAS”, en el
Cap. III del libro Curso de Derecho Natural, de
Bernardino Montejano (h.). Ed. Abeledo Perrot, deberá
distinguir la concepción que tienen los juristas Gayo,
Paulo y Ulpiano qué concepción tiene cada uno de ellos
de los siguientes conceptos: DERECHO NATURAL,
DERECHO DE GENTES y DERECHO CIVIL.
6.5 El Cristianismo
6.5.1 El Cristianismo y el Derecho Natural
El cristianismo no es una filosofía. Tampoco es un sistema jurídico ni político.
El cristianismo no es solamente un conjunto de normas morales. El
cristianismo es una religión, que surge a partir de un hecho esencialmente
religioso: Dios se hizo hombre para que el hombre se haga "como Dios": Dios
asume la naturaleza humana para poder elevarla, con el auxilio de la gracia,
hacia su mayor perfección.
Por otro lado, es preciso afirmar que el cristianismo no significó una ruptura
con el pensamiento pagano. Es que la fe sobrenatural y la razón son diversos
Antes de adentrarnos en los textos más significativos que vienen a reforzar los
conceptos que venimos estudiando, es conveniente recordar que las Sagradas
Escrituras son, para la concepción judeocristiana, enseñanzas y normas dadas
por Dios a los hombres. Es decir, aun cuando son textos escritos por hombres,
son inspirados directamente por Dios, para conocimiento y aceptación de los
hombres. Las Sagradas Escrituras están divididas en dos grandes partes: el
Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento.
Así, por ejemplo, es sabido que en esos tiempos la esclavitud era una
institución reconocida y aceptada entre los pueblos, e incluso regulada para
regir también el tráfico de esclavos. Pero, por el contrario, desde la
perspectiva del derecho natural el hombre es libre por naturaleza.
Consecuentemente, se presenta una aparente contradicción entre ambos
órdenes jurídicos, el natural que afirma la libertad del hombre, y el derecho de
gentes, que regula la esclavitud.
Algo similar ocurría entre las normas que regían las guerras, propias del
derecho de gentes (que ya de un modo incipiente empezaba a perfilarse como
derecho internacional), en relación al natural deseo que el hombre tiene por la
paz. Nuevamente se presenta esa apariencia contradictoria.
Por eso decimos que el cristianismo, al afirmar la libertad natural del hombre y
el natural deseo por la paz, permitió comprender el sentido y el contenido del
derecho de gentes. Este no va a ser contradictorio al derecho natural, toda vez
que el derecho de gentes de lo que se ocupa es de reconocer hechos, con
consecuencias jurídicas, extendidos en todo el mundo, y procurando ordenar
esos hechos según el derecho natural.
61
Es la más importante recopilación de derecho romano de la historia. Fue realizada entre los
años 529 y 534 d.C. por orden del emperador bizantino Justiniano I y lo integran el Codex, el
Digesto, las Institutas, el nuevo Código y las Novelas.
6.6 La Patrística
Con el nombre de Patrística se conoce a un conjunto de Padres de la
Iglesia que vivieron desde la muerte de los últimos apóstoles hasta el siglo
VI a VIII aproximadamente, y que fueron escritores cristianos que se
distinguieron por su santidad y ortodoxia y a los que la Iglesia reconoció.
En este período se formulan los primeros dogmas de la Iglesia y comienza
a tomar forma el cuerpo doctrinal del cristianismo, al tiempo que se iba
extendiendo su influencia por todo el mundo antiguo.
San Justino, quien refiere que hay cosas que son justas siempre y en
todo lugar y que ello ha sido manifestado por Dios a los hombres a
través de la conciencia.
Tertuliano62, por su parte, recordando el texto ya comentado de san
Pablo, afirma que hay una ley común a judíos y gentiles, y que ello es
el mismo derecho natural que los vincula. Ese derecho natural tiene
como maestra a la naturaleza y como alumna al alma humana, por ello
cuando se corrompe la naturaleza, el alma tiende a olvidar los
preceptos naturales.
A su vez, San Ambrosio al referirse al derecho natural, afirma que todo
el obrar justo puede sintetizarse en dos preceptos: ayudar a los demás
y no dañar a nadie.
62
Quinto Septimio Florente Tertuliano, más comúnmente conocido como Tertuliano
(ca. 160-ca. 220) fue considerado por muchos como un Padre de la Iglesia, aunque al
igual que Orígenes, sus desvíos de la fe católica lo ubican más como un “escritor
eclesiástico”.
63
Herejía que consistía en negar que el pecado original haya trascendido a los otros hombres,
después de Adán y Eva. Ese pecado, además, no había herido radicalmente la naturaleza humana.
En el peor de los casos fue simplemente un “mal ejemplo”. Por eso Pelagio afirmaba que el hombre con sus
solas fuerzas naturales podía lograr la perfección moral (y, por ende, la salvación eterna). En consecuencia,
no había culpa ni necesidad de Redención, de Gracia y de Sacramentos. Por el contrario, el Cristianismo el
cristianismo sostiene que el pecado original de Adán y Eva —pecado de soberbia desobediencia y de falta
de confianza en la bondad de Dios— implicó una “herida” en la naturaleza humana que produjo un
desequilibrio en todas las relaciones del hombre: con Dios, con los otros hombres y con la misma naturaleza
creada. A tal punto se dio este debilitamiento que el hombre necesitó (y necesita) del auxilio divino para su
reparación, es decir, de la gracia sobrenatural cuya fuente es la Redención de Jesucristo conseguida por su
Pasión y Muerte en la Cruz, y que es comunicada de manera ordinaria por medio de los sacramentos
administrados por la Iglesia. Sin la gracia el hombre está radicalmente incapacitado para llegar a la salvación
sobrenatural, y ni siquiera en esta vida podría sostenerse en el bien sin pecar gravemente ni conocer las
verdades morales de orden natural sin error.
64
El maniqueísmo concibe al mundo como una constante tensión entre dos principios de la realidad que
luchan entre sí, el bien y el mal, y que ambas tienen existencia; y así, por ejemplo, el alma humana le
pertenece al bien (Dios) y el cuerpo al mal (el demonio). Contra esto, el cristianismo afirma que todo lo que
existe creado por Dios es bueno; el mal, por su parte, para el cristianismo tiene una “existencia paradójica”,
“existe y no existe”. No existe como ser. Existe como privación, es decir, la ausencia de un bien debido, algo
que debería estar y que falta para la perfección de algo. Por eso mientras el maniqueísmo deriva en un
pesimismo existencial (porque se considera que el hombre no puede escapar del mal que, además, tiene el
mismo poder que las fuerzas del bien), la filosofía cristiana siempre ha sostenido que para que haya mal
tiene que existir bien, puesto que el mal no tiene existencia “propia”, entidad propia, sino que solo “existe”
como privación de algo bueno en aquello que ya existe como bueno. Ejemplo: la ceguera no existe como
tal, sino que existe el hombre (bueno) ciego (privación de bien). Además, el cristianismo se caracteriza por
una actitud existencial de radical esperanza debido a la superioridad esencial de Dios sobre todo mal y a lo
revelado sobre el triunfo final de Cristo.
1.1 Generalidades
En primer lugar, corresponde hacer una breve mención del significado
histórico que tuvo el Medioevo o Edad Media. Es, frecuentemente y de manera
superficial, calificada con el mote de “Edad oscura”.
Por eso decimos que es injusta la calificación de “Edad oscura”, pues a los
primeros siglos de barbarie sucedieron varios siglos de esplendor, en gran
65
Volver a ver Unidad 5. Punto 5. Subtítulo “El cristianismo y el derecho natural”.
Como antes fue dicho, por lo tanto, caracterizar a la Edad Media como una edad
oscura sólo puede responder a un interés ideológico, ordenado a negar o
66
La vida de santo Tomás de Aquino es digna de ser conocida. Si uno quiere conocerla de un
modo novelado, recomiendo la obra La luz apacible, de Louis de Wohl. Y si uno quiere conocer
un poco más de su tiempo y de su personalidad y de su pensamiento, es muy recomendable
leer el libro Santo Tomás de Aquino, de Gilbert K. Chesterton.
67
Pero no corrompida (aunque sabemos que esa naturaleza es buena en cuanto creada por
Dios) que torna costoso y arduo el cumplimiento de las normas morales naturales. En realidad
es imposible para el hombre –al menos por largo tiempo– mantenerse en el bien sin caer en
faltas graves, y también es imposible para el hombre herido por el pecado conocer con firme
certidumbre y sin error todas las verdades religiosas y morales derivadas de la ley natural y del
derecho natural. El auxilio absolutamente necesario de la gracia es el que hace posible lo que es
imposible para la naturaleza humana librada a sus solas fuerzas. Es cierto que esto no impide
que el hombre caído, sin ayuda de la gracia, pueda cumplir cualquier precepto de la ley natural
considerado aisladamente, a excepción del precepto de amar a Dios sobre todas las cosas. Sin la
En la vasta obra del Aquinate, los temas referidos justicia, el derecho y la ley
están tratados y desarrollados fundamentalmente en su obra más importante:
la Suma Teológica. Pero antes de ingresar a considerar sus aportes específicos
a nuestro tema, el derecho natural, es preciso hacer una breve mención a los
fundamentos de su pensamiento.
Santo Tomás parte del concepto de creación, y a partir del mismo distingue
entre el Creador, que es el ser por esencia, de las criaturas, que son verdaderos
seres, pero por participación, por cuánto el Creador les ha participado el ser.69
gracia es imposible cumplir esto último. Además, cualquiera que esté en pecado mortal, dice
santo Tomás, puede evitar por sus propias fuerzas los pecados mortales en particular, pero no
todos colectivamente. Podrá evitar éste o aquél pecado determinado pero no todos en
conjunto. En definitiva, sin la gracia podrá hacer esta o aquella obra buena pero no podrá evitar
caer en faltas graves en algún momento.
68
La metafísica es la parte de la filosofía que estudia al ser en cuanto ser; es decir, es el plano
superior del pensamiento filosófico, que considera a todos los seres en lo que tienen en común:
el mismo ser; pues tanto Dios como los ángeles, los hombres, los animales, las plantas o los
minerales tienen en común que son, es decir, que existen (existir el acto propio del ser).
69
Si bien excede a nuestro tema, es preciso destacar la noción de participación, pues es muy rica:
en las realidades espirituales, el ser participante no pierde nada de su ser al participarlo en las
criaturas; lo contrario ocurre con las realidades materiales, que cuanto más se participan, más le
restan al ser participante (por ejemplo, cuanto más “participo” de una pizza, menos pizza me
queda). Con las realidades espirituales, por el contrario, puede decirse que se enriquecen al
participarlas (por ejemplo, el amor, la amistad, los conocimientos, etc., cuanto más se participan,
más plenamente se poseen y de algún modo también hacen más pleno al que ama, al que
enseña, etc.).
Pues bien, cada criatura ha recibido del Creador un orden específico, que le
hace ser lo que es y no otra cosa. De ese orden se desprende su modo de
obrar, y se desprende también el deber ser de su obrar.70 Veamos.
El orden del obrar humano, es decir su orden moral, está determinado por el
orden específico de su ser, es decir, de su animalidad, pero también de su
racionalidad (inteligencia y voluntad libre) y de su espiritualidad, ordenadas
jerárquicamente (esto porque en el orden humano, lo racional es superior a lo
animal). Por tanto, el orden del obrar humano debe considerarse bueno en
cuanto perfecciona su naturaleza, y malo en cuanto la degrada. Obrar
conforme al ser (bien) u obrar quebrantando el ser (mal), constituyen los
criterios morales del obrar humano.
Dijimos que el obrar sigue –y debe seguir– al ser. Por tanto, para buscar la
norma del obrar, la norma moral, se debe acudir a la misma naturaleza. Allí
estará la norma del obrar, que sigue al ser. Entonces, la ley natural es la norma
del obrar, que habita en la misma naturaleza del hombre.
La conciencia moral será, en este orden moral, la normal moral subjetiva que,
para no juzgar erróneamente la conducta, deberá adecuar el juicio a la norma
moral objetiva, la ley natural. Es decir, si la conciencia fuese totalmente
autónoma (autos-nomos= que se dicta su propia norma), habría tantos
“bienes” y “males” como sujetos hay, y sería imposible la convivencia misma.
Lo que para uno estaría bien, para otro estaría mal; entonces solo quedaría la
posibilidad de dejar que otro decidiera, para evitar el caos; y así, entonces, la
determinación de lo bueno y lo malo, de lo justo y lo injusto, quedaría en
manos de una autoridad, o de una clase dominante, o del voto popular.
Cicerón, frecuentemente citado por santo Tomás en estos temas, decía con
singular elocuencia:
“Porque si por los mandatos de los pueblos, si por los decretos de los
príncipes, si por las sentencias de los jueces, fueran constituidos los
70
Así, por ejemplo, el orden específico de un felino lo distingue de otras especies animales y
permite determinar su modo de obrar; pero también su deber ser, pues mal haríamos en
pretender que un felino vuele como un águila o nade como un pez.
71
CICERÓN, Marco Tulio. De Legibus. XVI, 43-44.
72
A modo de breves, pero contundentes ejemplos, podemos mencionar: a) que el juicio y la
condena de Cristo fueron injustos, aunque hayan tenido en ese momento la aclamación de una
“oligarquía” dominante; b) que las leyes y políticas en la Alemania nazi, y la misma autoridad de
Hitler, gozaron de un enorme respaldo popular; c) que la mujer es igual en dignidad al hombre,
y siempre lo fue, aunque hayan Estados y culturas que así no lo hayan reconocido o no lo
reconozcan; etc.
73
La gnoseología es una parte de la filosofía que estudia los principios, los alcances, los procesos
y los modos del conocimiento humano. Así, por ejemplo, estudia cómo el hombre forma un
concepto, como elabora un juicio, cómo desarrolla un razonamiento, cómo accede a la verdad,
cuáles son las causas del error, etc. También los tipos de conocimiento, como el intuitivo, el
deductivo, el especulativo, el práctico, etc.
Pero luego, esa primera percepción de los sentidos externos comienza a “des-
materializarse” (por decirlo de algún modo), cuando se aloja en los sentidos
internos, como la memoria o la imaginación. Y así, el hombre puede recordar
la imagen de aquel perro, o imaginar ese sonido determinado, aunque no esté
en el momento viendo al perro ni escuchando el sonido. Seguirá siendo un
conocimiento sensible, de los sentidos internos, también singular (este perro,
ese sonido), pero inmaterial.
74
Por eso, por ejemplo, un ciego de nacimiento no puede comprender el concepto “color”
debido a que el color sólo se puede apreciar a través del sentido externo de la vista.
concepto de validez universal, es decir, válido para todos los individuos que
abarca el concepto. Y así, ya no necesita ver un perro ni escuchar un sonido, ni
siquiera recordarlos ni imaginarlos, para comprender los conceptos "perro" y
"sonido", pues esos conceptos ya adquirieron valor universal y podrá aplicarlos
acualquier perro o a cualquier sonido.
Ahora bien, santo Tomás distingue dos modos de obrar de la razón humana:
De este primer principio, surge toda la dimensión moral, y también jurídica, del
obrar humano; pues en un adecuado pensamiento tomista, el derecho se
integra en el orden moral, pues el obrar jurídicotrata también de conductas
humanas libres, en el orden de la vida social, dirigidas a la perfección y a la
felicidad de la persona humana, en sus relaciones de alteridad y débito.
tiempo y uno de los más grandes difusores del pensamiento de santo Tomás.
Con él nace la “Escuela Española de Derecho
Natural”.
Siguiendo en este punto a Montejano75, entre los aspectos más salientes del
pensamiento de Victoria en relación al derecho natural podemos mencionar:
75
MONTEJANO, Bernardino. Curso de Derecho Natural. Ed. AbeledoPerrot. Buenos Aires, 1986.
Págs. 143 y ssgts.
8. El Derecho Natural en la
Modernidad
8.1. Generalidades
En la periodización histórica, se suele ubicar el comienzo de la Edad Moderna
en el Descubrimiento de América en 1492 o bien en la caída del Imperio
romano de Oriente, la caída de Constantinopla en 1453En cuanto a su
finalización, si bien muchos suelen ubicarla con la Revolución francesa, en
1789, también muchos reconocen que las características esenciales de la
Modernidad se han mantenido y profundizado mucho tiempo después de ese
hecho.
76
SANCHO IZQUIERDO, Miguel- HERVADA, Javier. Compendio de Derecho Natural.
Tomo II. Ed. EUNSA. Barañain, Pamplona, 1981. Págs. 299 y ssgts.
Por más de diez siglos la unidad europea se asentó en una unidad cultural, de
bases religiosas y cristianas. La Reforma protestante, acaecida durante la
primera mitad del siglo XVI, al producir una profunda división religiosa a partir
de una verdadera revolución teológica, necesariamente produjo también una
revolución cultural, afectando la unidad europea bajo la fe católica y la
autoridad papal y acarreando indudables y muy profundas consecuencias en
los órdenes moral, jurídico, político, etc.
El otro gran reformador fue Juan Calvino (1509-1564), quien también parte del
supuesto de una naturaleza corrompida por el pecado original, que ha
corrompido también la inteligencia y la voluntad humana.
Hay también algún signo exterior que permite intuir que Dios ha elegido a
alguno, con independencia de su obrar, su esfuerzo, o su intención: en este
sentido, la prosperidad material es, para Calvino, un signo de que Dios ha
elegido al hombre próspero y ha reprobado al pobre, quien, por el contrario,
recibe una señal de condenación.
Para evitar esta guerra, y la barbarie que pone en peligro a la misma especie
humana, Hobbes propone la institución del Leviatán, estado, que va a imponer
la paz, arrebatándole a los hombres sus libertades naturales, en pos de una
organización omnipresente que dictará las leyes y amenazará con la sanción
para obligar a su cumplimiento. Este estado debe poseer un poder absoluto es
el único intérprete del derecho natural, del estado de naturaleza.
voto de las mayorías, creándose así una verdadera “religión civil” fundada en la
voluntad general.
8.4 El Racionalismo
Se llama racionalismo a una actitud que dominó el ambiente cultural europeo
entre los siglos XVII y XIX y que se caracterizó por una exagerada confianza en
el poder de la razón humana, capaz de resolver cualquier problema y de
develar cualquier misterio.
8.5 Kant
Immanuel Kant (1724-1804), tal vez una de las
figuras más importantes en la historia de la filosofía,
constituye sin lugar a dudas un hito en la historia del
derecho natural.
Hay en Kant una primacía de la idea sobre la realidad, por ello su filosofía
también fue llamada idealismo trascendental o crítico.
78
Así, por ejemplo, al conocer una mesa, en el entendimiento ya existe la forma (esencia)“a
priori” de una mesa; los sentidos proporcionan datos de una realidad de madera, patas,
La moral clásica, que estaba fundada en una noción de bien es desplazada por
una moral autónoma subjetiva fundada en el deber. Por lo tanto, desde esta
perspectiva, la moralidad del acto no se funda en su objeto, como sería el bien,
sino en su forma, que es la conciencia del deber.
“Obra siempre según una máxima que puedas erigir en ley de validez universal.”
Entonces, el criterio del obrar moral parte del sujeto que se autoimpone como
deber una conducta y, entonces, desde su propia conciencia subjetiva juzga si
superficie, color, etc., pero todo ello asume la forma (esencia) de mesa en el intelecto. Es decir, la
esencia “mesa” está en el intelecto, es una realidad de razón, no está en la mesa misma. Es por
eso que el idealismo supone la prioridad de la idea sobre la realidad.
8.5.3 El Derecho
En el esquema kantiano de pensamiento, el derecho queda así reducido a un
conjunto de normas o leyes exteriores a la persona. “Es el conjunto de leyes
susceptibles de ser plasmadas en una legislación exterior.”80
79
Conviene en este punto recordar que, para la moral clásica, el bien es la adecuación de una
conducta a una norma moral objetiva, la ley natural, cuyo primer principio manda hacer el bien y
evitar el mal. De tal modo que será bueno, objetivamente, aquello que perfecciona a la
naturaleza; y malo lo que la degrada. La conciencia moral es norma moral subjetiva, que juzga la
conducta según su adecuación o no a la norma moral objetiva, experimentando felicidad
verdadera ante la conquista de un bien objetivo; y culpa o remordimiento ante la realización de
una conducta mala. Por supuesto, como hemos visto, la conciencia puede ser oscurecida,
manipulada y juzgar equivocadamente la conducta; por ello, es necesario aferrarse a un criterio
o norma objetivo.
80
SANCHO IZQUIERDO, Miguel - HERVADA, Javier. Compendio de Derecho Natural,
op. cit., pág. 357.
Serán esas leyes las que establecen “el conjunto de condiciones bajo las cuales
el arbitrio de uno puede conciliarse con el arbitrio de otro según una ley
general de libertad”.81
Es por ello que la coerción será entonces una condición inescindible del
concepto de derecho, va indisolublemente unida a él, pues arbitrar la
coexistencia de libertades supone el poder de obligar coercitivamente a lograr
esa coexistencia.83
81
KANT, I. Metafísica de las costumbres. Introducción a la teoría del derecho. §B.Cit.
por SANCHO IZQUIERDO, Miguel HERVADA, Javier. Compendio de Derecho Natural,
op. cit., pág. 358.
82
KANT, I. Metafísica de las costumbres. Introducción a la teoría del derecho. §C.Cit.
por SANCHO IZQUIERDO, Miguel - HERVADA, Javier. Compendio de Derecho Natural,
op.cit., pág. 359.
83
Pero en la experiencia jurídica todo el día y todos los días los hombres realizamos conductas
jurídicas sin que esté presente la coerción; las más de las veces cumplimos lo debido sin temor a
la sanción, sino simplemente porque ello (cumplir lo debido) está establecido como norma en la
misma naturaleza humana, propia de la vida social. Tanto es así esto, que cabe preguntarse,
sencillamente: ¿sería posible la vida social misma si no fuese obligatorio cumplir con lo que se
debe?
Por lo tanto, el derecho natural son reglas formales, leyes de la razón, sin
contenido jurídico y que sirve a los efectos de contraponerlo con el verdadero
derecho, que está en la ley escrita. Así, el derecho natural constituye “lo mío y
lo tuyo” interiormente considerado pero, siendo el derecho la legislación
exterior, el verdadero derecho es el positivo.
Tal vez la posición más eminente del positivismo jurídico sea la de Hans Kelsen
(1881-1973).
Para ello plantea la estructura lógica de una norma, a la cual define como un
juicio hipotético, que parte de un antecedente (situación de hecho), seguida
por un consecuente (sanción) ambos integrados por una cópula (deber ser). Se
puede formular así:
Por otro lado, para Kelsen, la validez de las normas no resulta de un juicio de
valor axiológico en cuanto a su valor de justicia, ni de un juicio causal en
cuanto a su adecuación a otra norma, como la de la naturaleza. La validez de la
Para Kelsen el derecho natural es, entonces, solamente una idea (aquí se
adivina la matriz kantiana de su pensamiento), pero que no es verdadero
derecho si no se individualiza y se positivista, es decir, para él no hay más ley
que la establecida y positiva, pues a partir de allí se convierte en un dato
empírico que permite hacer ciencia del derecho.
Por otro lado, y también como tributo a la influencia de Kant, Kelsen niega el
carácter jurídico del derecho natural por su ausencia de poder coactivo. El
derecho no recibe su obligatoriedad por ser justo o conforme con la
naturaleza. El derecho es obligatorio porque ha sido así establecido y porque
quien detenta el poder estatal puede amenazar con la sanción a quien no
cumple con la norma. Una comparación puede expresar más claramente la
diferencia esencial entre el positivismo jurídico de Kelsen y el realismo jurídico
de un santo Tomás. Para Kelsen “el homicidio es malo porque está prohibido”.
Para un santo Tomás, por el contrario, “el homicidio está prohibido porque es
malo”. Queda claro en las frases destacadas que en el primer caso la maldad
del acto es determinada por una decisión de la voluntad subjetiva del
legislador, mientras que, en el segundo caso, es la prohibición la que es
determinada por la maldad intrínseca del acto.
84
En rigor, desde una perspectiva iusnaturalista, no hay problema alguno en admitir que existe
una jerarquía de normas jurídicas, pues es propio de cualquier orden establecer relaciones de
prioridad y de subordinación. La crítica que se le puede hacer a la pirámide jurídica de Kelsen
radica solamente en que se presenta clausurada en una norma jurídico-positiva, la Constitución,
cerrando así la apertura a dimensiones jurídicas supraconstitucionales, y de las cuales la misma
Constitución depende en su validez. Así, por ejemplo, lo reconoció el mismo Constituyente
argentino al sancionar nuestra Constitución reconociendo que ella misma depende de Dios, al
invocarlo como “fuente de toda razón y justicia”. Así también lo han reconocido grandes
constitucionalistas, quienes advierten la existencia de normas implícitas y supraconstitucionales,
entre nosotros, Bidart Campos y Sagüés, entre otros.
Si bien Cossio trata la temática del derecho natural con profundidad y lucidez,
la considera como una cuestión que no tiene que ver con la experiencia
jurídica pues la experiencia del derecho sólo se funda en el derecho positivo.
Expresamente Cossio reconoce, por ejemplo, que son verdaderas leyes las
leyes injustas, como son verdaderas esculturas las esculturas feas. Así, dentro
de la experiencia jurídica, hay leyes buenas o malas. Y el derecho natural, que
manda u ordena siempre lo que es justo, está fuera de la experiencia.
Por otro lado, no es menos cierto que los grandes regímenes totalitarios que
han producido grandes injusticias, muertes y discriminaciones de todo tipo,
han tenido constituciones, han tenido leyes y han tenido en algunos casos
formulaciones normativas portentosas. Pero aun así han fracasado.
Entre los autores que más se han destacado en los últimos tiempos en cuanto
a su aporte al resurgimiento de la ciencia del derecho natural y a la renovación
de sus estudios y actualización de su contenido, podemos mencionar a
Georges Renard (1876-1943), de la Universidad de Nancy (Francia), Jacques
Leclercq (1891-1971), de la Universidad de Lovaina (Bélgica), Giorgio Del
Vecchio (1878-1970), de la Universidad de Roma (Italia), Michel Villey (1914-
1988), de la Universidad de París (Francia), Francesco Carnelutti (1879-1965),
de la Universidad La Sapienza de Roma (Italia), todos ellos citados y
85
MONTEJANO, Bernardino. Curso de Derecho Natural. Ed. Abeledo-Perrot. Buenos Aires.
Toda norma jurídica contiene, en forma más o menos aparente una hipótesis y
una disposición. El derecho en su deseo de regular la conducta humana
mediante normas previamente determinadas, se ve obligado a formular juicios
hipotéticos o supuestos jurídicos, cuya realización ha de originar ciertas
consecuencias.
El artículo 1716 del Código Civil dispone: "La violación del deber de no dañar a
otro, o el incumplimiento de una obligación, da lugar a la reparación el daño
causado". En este ejemplo la hipótesis reside en prever que alguien puede
causar un daño a otra persona o incumplir cualquier obligación. Y la
Todo esto nos habilita para analizar con mayor precisión aún los distintos
elementos que integran las normas, en torno a esas dos partes que forman su
estructura. Para que entre en vigencia un precepto del derecho es necesario
que ocurra el hecho previsto o supuesto en la hipótesis. Ese hecho ha de
originar una relación jurídica entre dos o más personas, que son los sujetos del
derecho. Además, la relación jurídica tiene por objeto una determinada
prestación. La parte dispositiva entra entonces en juego, fijando los derechos y
obligaciones que corresponden a esos sujetos. Y si no se cumple la prestación
a que está obligado el sujeto pasivo, la norma establece también una sanción
cuya realización efectiva requiere a veces el uso de una coacción sobre la
persona obligada o sobre sus bienes (esto se hará apelando a la autoridad
86
La referencia a la persona humana podría parecer redundante en una primera aproximación,
pero en consideración a la teología que ha explicado el Misterio de la Santísima Trinidad a partir
de la existencia de tres personas divinas, se comprende la razón de la aclaración. Al tratarse del
análisis en estas unidades, de las normas humanas, nos referimos cuando hablamos de persona
a las personas humanas, es decir, a todos los hombres.
un medio, el sujeto un fin al cual se ordena todo medio, todo objeto. Esta
dignidad la posee el hombre, pero también ciertos grupos humanos poseen
un valor más que utilitario, más que instrumental para los fines del hombre -al
menos para sus fines particulares y no esenciales- o, lo que es lo mismo,
tienen una dignidad, una condición de fin con respecto a los objetos, y en este
sentido son igualmente sujetos de derecho, y análogamente se les llama
“personas”.
87
En nuestro territorio la “libertad de vientres” (los hijos de los esclavos nacían libres) había sido decretada por la
Asamblea del año XIII (1813). La Constitución Nacional de 1853 abolió la esclavitud, pero legalmente recién con la reforma
de la Constitución en 1860 la abolición quedó completa al establecerse la libertad de esclavos de extranjeros introducidos
por sus amos al territorio argentino. Aún así debe indicarse que a los extranjeros que, antes de la abolición, visitaban el
territorio nacionalles llamaba la atención el buen trato que se dispensaba aquí a los esclavos, en comparación con lo que
ocurría en otros países (especialmente del área anglosajona). Se atribuye a dos hechos la dramática disminución del
número de afroargentinos (a punto tal que en 1887 el porcentaje oficial de población negra fue computado en un 1,8% del
total): por un lado la Guerra del Paraguay (1864-1870) y por el otro la epidemia de fiebre amarilla en Buenos Aires (1871).
88
Cfr. BIDART CAMPOS, Germán J. Manual de la Constitución reformada. EDIAR.
Buenos Aires, 1998. Tomo I, pág. 542.
la vida del otro (salvo que “el otro” sea un injusto agresor de mi vida o de la de
otros a mi cargo) y el derecho a que se respete mi propia vida (salvo que yo sea
el injusto agresor). El problema será: ¿desde cuándo hay vida humana y,
consecuentemente, persona humana, que deba ser respetada en su vida? El
dato de la ciencia médica y de la embriología ha venido a confirmar
contundentemente lo que ya intuyeron, sin valerse de un microscopio, los
antiguos: desde el instante de la concepción comienza la vida, el proceso vital
que sólo se interrumpirá con su contrario, la muerte. Entre ambos hitos
naturales, vida y muerte, allí están el deber y el derecho recíprocos, del respeto
a la vida humana, que no es otra cosa que el respeto a la persona humana (ya
que no hay ser humano que no sea, al mismo tiempo, persona humana).
reconocen que todo niño tiene el derecho intrínseco a la vida. 2. Los Estados
Partes garantizarán en la máxima medida posible la supervivencia y el
desarrollo del niño". Poco antes, en su artículo 1° había establecido que "para
los efectos de la presente Convención, se entiende por niño todo ser humano
menor de dieciocho años de edad, salvo que en virtud de la ley que le sea
aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad", a lo que la República
Argentina formuló la siguiente reserva al ratificar la Convención: "Con relación
al artículo 1° de la Convención sobre los Derechos del Niño, la República
Argentina declara que el mismo debe interpretarse en el sentido que se
entiende por niño todo ser humano desde el momento de su concepción y
hasta los 18 años de edad".
La persona es tal, según lo reconocía el anterior Código Civil en sus arts. 51, 63
y 70, desde el momento de la concepción89. Al respecto, dice Llambías:
“En esta forma Vélez adapta el derecho a la realidad biológica. Pues desde que
ha comenzado a existir el nuevo ser, por la fecundación del óvulo materno, es
innegable que se está en presencia de un individuo de la especie humana, que
existe antes del nacimiento ya que este hecho sólo cambia, aunque
sustancialmente, el medio en que se desarrolla la vida del nuevo ser”.90
Por otro lado, el Código Penal Argentino protege a la persona humana desde
la concepción a través de la tipificación del delito de aborto (adviértase que
está incluido en el capítulo denominado “Delitos contra la Vida”, dentro del
Título llamado “Delitos contra las Personas”, en los Artículos 85 a 88),
estableciendo penas tanto para la mujer embarazada, como para “los médicos,
cirujanos, parteras, o farmacéuticos que abusaren de su ciencia o arte para
causar el aborto o cooperaren a causarlo”.
Por último, cabe hacer mención también a los llamados Principios generales
del derecho, que no son otra cosa que fórmulas extraídas a modo de
conclusiones inmediatas del derecho natural, recogidas en gran parte también
por el derecho romano, no escritas, y de un ámbito espacial y temporal de
validez, si no universal, al menos bastante aceptado.
89
Si bien nos estamos refiriendo al anterior Código, pues allí se ubica el comentario
del Dr. Llambías que resaltamos, el nuevo Código, como se verá, no ha cambiado en
esencia el concepto de Vélez.
90
LLAMBÍAS, Jorge J. Tratado de Derecho Civil Parte General (14ª Edición). Ed. Perrot.
Buenos Aires, 1991, págs. 251-2.
El principio de la duda, que implica que en caso de duda siempre hay que estar
a favor del más débil. Si esto es así en el caso del delincuente –“in dubio pro
reo”– y en el caso de trabajador –“in dubio pro operario”– con mucha más
razón debemos admitirlo en el caso del nasciturus y su derecho a la vida –“in
dubio pro vita”. Así lo expresa, con meridiana claridad, el Dr. Jorge Scala:
Aun concediendo que alguien –por ignorancia o mala fe– pudiera dudar sobre
el comienzo de la vida humana, precisamente por ser el sustrato que permite
el ejercicio de todo otro derecho, debe adoptarse el principio ético y jurídico
que, en caso de duda, es obligado tomar el momento más remoto en que
comienza la duda –in dubio pro vita–; y éste no puede ser otro que el
comienzo de la fertilización; momento que se designa con el nombre jurídico
de “concepción”.
“ ... vuelvo al foco práctico jurídico de nuestro interés para plantear este
hipotético caso: Ud. está tirando al blanco, a una piedra que está allí no más a
unos metros, y en un momento determinado duda de si es una piedra o si es
la cabeza de un pobre caballo que está allí atado. ¿Qué hace? ¿No es cierto
que si Ud. no es un insensible formularía el criterio ‘puede ser un animal, ergo
no le tiro’?. (La hipótesis no es la de caza de animales sino que Ud. creía que
iba a tirar a una piedra y resulta que era la cabeza de un caballo vivo que está
ahí, atado). Imagínese, además, que se da cuenta que es un caballo al que Ud.
conoce y que él lo conoce a Ud. (hay una canción, ‘El corralero’, en que el
cantor se resiste a sacrificar a su caballo... ¿recuerdan?). Mi querido amigo, en
caso de duda Ud. adopta el criterio ‘in dubio pro equum’. ¿No sería
monstruoso seguir tirando cuando hay siquiera la más mínima duda de que
estemos no ante una piedra sino ante un caballo? ¿Y no es peor si se trata de
un caballo doméstico, de su propiedad? ¿No será que si Ud. sigue tirando
tiene una cierta falla en su estimativa? (Y esto aunque no esté en juego el
mandato de respetar, obviamente, la vida humana). ¿Qué le contestaría a un
91
HERNÁNDEZ, Héctor H. Disertación: “Comienzo de la persona humana; consecuencias y un
embate cultural”. En las Jornadas Marplatenses Preparatorias de las XIX Jornadas Nacionales de
Derecho Civil. Universidad FASTA, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Instituto de Derecho
Civil. Mar del Plata, 21 de agosto de 2003.
A grandes rasgos entre ellas están las civiles, que no persiguen fines de lucro,
como asociaciones civiles, fundaciones, sociedades civiles; y las comerciales,
que sí lo hacen, como lo son las sociedades comerciales, en sus diversos tipos.
92
Cf. Díez-Picazo, Luis; Gullón, Antonio. Sistema de Derecho Civil, Editorial Tecnos,
Madrid.1989. Págs. 336-337, 420, 422.
Objeto del derecho es, por consiguiente, la prestación debida por el sujeto
pasivo de la relación, o sea el obligado, al sujeto activo, que también se llama
titular del derecho y acreedor en sentido amplio.
2) Hechos u omisiones, que son todos los deberes que el sujeto pasivo se
encuentra obligado a cumplir: obedecer a los padres, dictar clases, publicar las
leyes sancionadas, realizar la obra encomendada, no dañar a otro, etcétera.
Estos hechos, como dice el artículo 279 del Código Civil y Comercial, no deben
ser 'imposibles o prohibidos por la ley, contrarios a la moral, a las buenas
costumbres, al orden público, o lesivos de los derechos ajenos o de la
dignidad humana". Conviene, por lo demás, no confundir estos hechos u
omisiones, que forman el objeto sobre el cual recae la relación jurídica, con los
hechos jurídicos propiamente dichos que dan nacimiento a esa relación, y de
los cuales nos ocuparemos en el siguiente apartado.
Los hechos que pueden dar origen a la aplicación del derecho se clasifican en
dos grandes grupos: los hechos exteriores o naturales, que se producen por
causas extrañas al hombre y sin embargo pueden originar una adquisición o
pérdida de derechos, como el nacimiento, la muerte, un terremoto, el siniestro
que obliga a pagar el seguro, etcétera; y los hechos humanos, producidos por
los sujetos de derecho o personas.
El artículo 259 del Código Civil y Comercial, define: “El acto jurídico es el acto
voluntario lícito que tiene por fin inmediato la adquisición, modificación o
extinción de relaciones o situaciones jurídicas”. Tales son los contratos, los
testamentos, la adopción, las transacciones, la renuncia de derechos, etcétera.
Por eso se fueron creando las garantías individuales, el derecho social y del
trabajo, la protección de los hijos contra los malos tratamientos de los padres,
la concesión de ciertos beneficios a los deudores imposibilitados de cumplir su
obligación, y también la idea de que el dominio sobre las cosas debe utilizarse
teniendo en cuenta los fines de bien común que la propiedad está llamada a
satisfacer.
Los dos sujetos que forman la relación jurídica se llaman, como ya dijimos,
activo y pasivo, pretensor y obligado, acreedor y deudor en sentido amplio. El
primero tiene la facultad, el derecho o el poder de exigir el cumplimiento de
una prestación: y el segundo tiene el deber o la obligación de hacerla efectiva,
dando, haciendo o no haciendo, lo que forma el objeto sobre el cual recae el
vínculo jurídico. Derecho y obligación, poder y deber son correlativos: aquellas
expresiones se usan con preferencia en el derecho privado, y éstas en el
público.
Los sujetos de derecho no pueden ser más que personas. Se nos puede
plantear una confusión con respecto a los derechos reales (los derechos sobre
las cosas, como la propiedad) en los cuales parecería que la relación jurídica se
establece entre una persona y una cosa, pero, en realidad, en tales casos el
sujeto activo es el propietario, y el sujeto pasivo lo forma la totalidad de las
personas obligadas a respetar el derecho de aquél, (por ej. no dañar la
propiedad privada). Lo mismo ocurre con los derechos que hacen a la
dignidad de la persona, el derecho a la vida, al honor, etcétera, las diversas
garantías de que gozan los sujetos, son derechos correlativos de una
obligación pasiva universal (obligación de no hacer, de no dañar).
Por ejemplo, una persona reclama a otra que le pague una deuda en virtud del
derecho subjetivo que tiene en razón del contrato firmado (derecho objetivo)
toda vez que “el contrato es ley entre las partes”.
Estos derechos subjetivos deben surgir, en primer lugar, del derecho natural,
pues nadie debería tener derecho subjetivo a exigir algo injusto; y, en segundo
Ahora bien, en el fuero interno de cada persona, ésta toma conciencia de estar
en posesión de derechos o facultades que se pueden hacer valer frente a los
demás, o sea que el hombre tiene facultades para obrar y conducirse en
determinados sentidos dentro de una cierta esfera.
Pero hay que destacar un aspecto más: desde el punto de vista subjetivo el
derecho tiene siempre un carácter individual, mientras que lo justo (derecho
objetivo) y la norma (derecho normativo) siempre tienen un carácter general,
que colocan en manos de una persona una facultad de exigir frente a otras.93
93
Así, por ejemplo, si en general es justo que se deban pagar las deudas porque hay que “dar a
cada uno lo suyo”; y la norma legal, también general, establece que se debe pagar y determina
las consecuencias para el que no paga, por ejemplo, en un contrato de locación; entonces, a
partir de allí, se genera el derecho subjetivo de la parte cumplidora para exigir, aun
judicialmente, de la parte incumplidora el adecuado cumplimiento de la prestación a su cargo, o
bien la correspondiente indemnización por daños y perjuicios.
c) Como pretensión, toda vez que al titular del derecho subjetivo le asiste
el derecho de exigir de otro el cumplimiento de un deber impuesto por
alguna norma de justicia. Y en este aspecto, la facultad de hacer
efectiva la consecuencia de la relación jurídica, haciendo valer el
derecho subjetivo.
c) Mixto: es imposible crear una noción del abuso del derecho que se
pueda aplicar a todas las clases porque para algunas situaciones se
La innovación –respecto del art. 1071 en su redacción original (mod. por Ley
17711)– consiste en su último párrafo, es decir que ensaya una solución para el
supuesto de un abuso del derecho. Así, el juez podrá adoptar las medidas que
sean necesarias para evitar la perduración o concreción de los efectos de tal
ejercicio abusivo, sea que este provenga de un acto concreto o se presente
como una situación jurídica abusiva (art. 1120 CCyC).
94
La expresión 'número cerrado' significa que no hay más incapacidades que las que expresamente
establece la ley. O sea, y por ejemplo, no se podrían establecer incapacidades por un contrato entre partes
Estas incapacidades,
Muy importante es recalcar que durante la vigencia del originario CC, y sus
sucesivas modificaciones, el universo humano se dividía, en dos: capaces e
incapaces. No había medias tintas. Esto es lógico teniendo en cuenta que en el
siglo XIX la psiquiatría y psicología no había alcanzado el desarrollo científico
actual. Los primeros aportes relevantes en esas materias datan recién de 1930
en adelante, y el CC originario entró en vigencia en 1871.Estudios posteriores
llevan al legislador al convencimiento de que en esta materia “no todo es
negro o blanco”, sino que existen los matices.
–en sus arts. 24 y ss.– trata a los incapaces del ejercicio del derecho. A
continuación se transcriben los artículos pertinentes:
CAPÍTULO 2: Capacidad
Sección 1°
Principios Generales
Artículo 22.-
•Capacidad de derecho. Toda persona humana goza de la aptitud para ser titular
de derechos y deberes jurídicos. La ley puede privar o limitar esta capacidad
respecto de hechos, simples actos o actos jurídicos determinados
Artículo 23.-
•Capacidad de ejercicio. Toda persona humana puede ejercer por sí misma sus
derechos, excepto las limitaciones expesamente previstas en este Código y en
una sentencia judicial
Artículo 24.-
•Personas incapaces de ejercicio. Son incapaces de ejercicio:
•la persona por nacer
•la persona que no cuenta con la edad y grado de madurez suficiente, con el
alcance dispuesto en la sección 2da de este capítulo.
•la persona declarada incapaz por sentencia judicial, en la extensión dispuesta
en esa decisión.
Sección 2°
Persona menor de edad
Artículo 25.-
• Menor de edad y adolescente. Menor de edad es la persona que no ha
cumplido dieciocho años.
• Este código denomina adolescente a la persona menor de edad que
cumplió trece años.
Artículo 26.-
• Ejercicio de los derechos por la persona menor de edad. La persona
menor de edad ejerce sus derechos a través de sus representantes
legales
• No obstante, la que cuente con edad y grado de madurez succiente
puede ejercer por sí los actos que le son permitidos por el
ordenamiento jurídico. En Situaciones de conflicto de intereses con sus
representantes legales puede intervenir asistencia letrada.
• La persona menor de edad tiene derecho a ser oída en todo proceso
judicial que le concierne así como a participar en las decisiones sobre su
persona.
95
Ver punto 10.1.1.
2.1 Responsabilidad
A lo largo del estudio del derecho se notará que determinadas personas
resultan responsables de cumplir un acto en favor de otra, o se les atribuye
determinadas consecuencias jurídicas por actos propios o de terceros.
La naturaleza jurídica del contrato hace que el que contrata esté obligado a
cumplir su parte en el mismo, ya que desde el derecho romano existe el
principio general del derecho de “pacta sunt servanda” (“los contratos se han
hecho para cumplirse”). Por lo tanto, la parte de la relación contractual que no
cumple incurre en responsabilidad contractual, lo que habilitará a la parte
cumplidora a exigir su cumplimiento; y, si ello no se produce, a exigir
judicialmente por el cumplimiento y/o por los daños que el incumplimiento le
genere.
Por eso la responsabilidad penal que justifica una sanción penal por un delito
cometido es, normalmente, subjetiva y directa; en tanto que la responsabilidad
civil que origina el deber de reparar un daño puede ser subjetiva u objetiva y
puede ser directa o indirecta, según el caso.
Si una persona incumple una norma jurídica, por ejemplo, violando su deber
jurídico de no dañar la vida o los bienes de otra persona, y causando así un
perjuicio, o comenzando a ejecutarlo, pone en peligro un bien jurídico
protegido por el derecho, estamos en presencia de un acto contrario al orden
de justicia que prevé el sistema jurídico con su conjunto de normas. Se trata
de un acto antijurídico, también conocido como delito.
Antíjurídica: para que una acción típica sea delito debe ser, además,
antijurídica, es decir, que no debe estar permitida en alguna otra parte
del ordenamiento jurídico, pues hay casos de acciones típicas (como,
por ejemplo, matar) que, en casos especiales y también descriptos, sí
están permitidas (como matar en legítima defensa propia, art. 34 inc. 6°
del Código Penal). Por tanto, la acción típica será antijurídica cuando
no esté amparada por lo que se denomina una “causal de justificación”
(así, por ejemplo, quien rompe voluntariamente un vidrio ajeno,
comete el delito de daño; pero si lo hace un bombero, con el fin de
rescatar a una persona atrapada por el fuego, está amparado por una
Así, el juez puede calificar como delito civil a cualquier acción que –esté o no
descripta en una ley– cause un daño. Eventualmente, un delito civil puede
coincidir con un delito penal en el mismo hecho, si concurren las
circunstancias; por supuesto, las consecuencias serán distintas.
tal recaudo es, a veces, innecesario. Así, por ejemplo, en los delitos
de peligro de explosivos, abuso de armas y en los delitos que
quedan en grado de tentativa (art. 42 del Código Penal), el daño
no es necesario, basta el peligro causado.
Es del caso recordar que en todo sistema republicano quien puede obligar a
una persona a hacer, no hacer o tolerar algo es el juez; esta facultad está
expresamente vedada al ejecutivo y al legislador.96 Y para ello se cuenta con
dos atributos o medios de la autoridad: coerción y coacción.
96
Así, por ejemplo, el juez puede ordenar aun usando de la fuerza pública que alguien concurra a su
juzgado; que alguien sea desalojado de una casa; o que permanezca callado en el juicio, etc., sin siquiera
determinar si la persona se hará acreedora a una sanción.
La fuerza que en tales casos se emplea constituye así la mejor garantía del
libre albedrío, pues permite obrar bien y sólo castiga el mal. Al asegurar la
libertad para cumplir el derecho, y al reprimir los actos que lo vulneran, el
sistema jurídico se ajusta a la naturaleza misma de toda comunidad humana,
que requiere un orden y un poder que lo mantenga. La coacción se manifiesta
así como un elemento indispensable al derecho, pues éste no se basta a sí
mismo como la moral, ni alcanza siempre a convencer de su necesidad y de su
eficacia social. Y como el poder de reprimir las violaciones del orden jurídico
no puede dejarse librado a la iniciativa individual, preciso es que sean los
órganos del Estado, con todo el prestigio y la fuerza de que disponen, los que
aseguren a la va la aplicación efectiva del derecho y la justicia de esa
aplicación.
97
En efecto, la coacción no es esencial al derecho. Cabe insistir en esta cuestión ya que
muchas veces se ha dicho que “el derecho es la fuerza” o “el derecho es coacción”. Así,
Héctor Hernández sostiene: “Pues bien, sin perjuicio de destacar la importancia de la
coacción, poniéndola como integrante de la educación y hasta como medio de llegar a
la virtud, defendemos que la nota de la coerción no es constitutiva de la conducta
jurídica debida. Puede haber obligación jurídica, y cumplimiento efectivo de conducta
justa, sin que haya habido de hecho coacción. (Recuérdese que la coacción es un
hecho. Otra cosa es el derecho a ejercer la coacción, como potestad en general o en
cada caso en particular)”. En Clases de Filosofía del Derecho. Parte Sistemática. Cap. 2.
La conducta jurídica. p.17.
2.3.3 Sanción
Cuando el derecho se refiere a sanción, hace referencia a un castigo o a una
pena, a una consecuencia negativa, consecuencia de una conducta también
negativa por parte del responsable. En nuestro sistema penal las sanciones o
penas son: prisión, reclusión, inhabilitación y multa.
En general, se sostiene que la única rama del derecho que aplica sanciones es
la penal; en las otras ramas se aplican medidas que, dentro de lo posible,
intentan que las cosas vuelvan al “statu quo ante”, o a la situación en que
estaban antes de que haya acontecido el hecho disvalioso. Así, por ejemplo,
ante una deuda en mora se prevé aplicar al moroso un interés que compense
al acreedor por el tiempo que no tuvo la suma de dinero, el cual debió
haberse pagado en tiempo y forma.
Condición de la sanción
De manera tal que para que concurra una sanción es necesario que el
comportamiento que dé origen a la misma deba estar contenido en una ley,
en su sentido más amplio, es decir ley, decreto, disposiciones administrativas,
etc. Sin perjuicio de ello, dicho en forma general, conviene dejar en claro que,
en particular en nuestro orden jurídico, la única forma de tipificar conductas
como delitos y establecer sanciones penales es a través de una ley dictada por
el Congreso de la Nación. Por tanto, no correspondería que decretos o
disposiciones establezcan sanciones penales por su incumplimiento.
Por el contrario, no hay dudas de que el derecho penal sí aplica sanciones que
no tienen en miras el resarcimiento o compensación de la víctima de un delito
sino, específicamente, la retribución o castigo (fin retributivo de la pena) que se
aplica al reo por haber lesionado o haber amenazado lesionar (en los casos de
Es así como, en general, todas las acciones del derecho pueden ser ejercidas
únicamente por la persona damnificada (o sus derechohabientes, como los
herederos, por ejemplo): así, si a Juan le deben una suma de dinero, será él (o
su heredero, por ejemplo) quien puede reclamarla, y no cualquier otra
persona, aunque conozca el perjuicio que sufre el nombrado.
98
Sin perjuicio de lo expuesto, en los últimos tiempos se han admitido en materia penal algunas
alternativas de solución de conflictos penales que tienen en cuenta criterios “de oportunidad”,
algunos de los cuales sí consideran la adecuada reparación del daño causado y la composición
con la víctima. Así, por ejemplo, los archivos con condiciones (vgr. arts. 56 bis y ccdts. del
Código Procesal Penal de la provincia de Buenos Aires) o el instituto de la Suspensión del Juicio
a Prueba (arts. 76 bis y ssgts. del Código Penal).
cargo, a través de los órganos que en cada caso se determinan, pero dirigidos
por un órgano judicial, fiscal o juez, según el sistema: a) investigar el hecho; b)
determinar su materialidad delictiva y la autoría responsable; c) aplicar la
sanción, si corresponde; pero todo ello, d) respetando las garantías
constitucionales que rigen esta actuación, como las que establece el art. 18 de
la Constitución Nacional, que dice:
Por eso, la mayoría de los delitos penales son de acción pública, tal como lo
dice el art. 71 del Código Penal. Es decir, que pueden ser denunciados por
cualquier persona y deben ser proseguidos por el estado. Sin embargo, este
principio no es absoluto y reconoce las siguientes excepciones:
Es la aplicación del principio “nullum crimen, nulla poena, sine praevia lege”, es
decir, no hay crimen ni pena sin ley previa.
2.4 Competencia
99
Ver punto 10.3.3.
Sin embargo, no todos los jueces están autorizados a intervenir en todos los
casos. Para decidir en qué caso debe intervenir cada juez, deben seguirse las
reglas de la competencia, que es, en general, la limitación de la jurisdicción. La
competencia, por lo tanto, permite establecer en qué casos debe intervenir
cada juez. Veamos, entonces, las principales reglas de la competencia:
A esta altura es menester aclarar que los códigos de fondo (los que dicen qué
es lo obligado, lo permitido y lo prohibido en todo el territorio nacional) son
dictados por el Congreso de la Nación, así como las leyes nacionales, pero los
mismos son aplicados, salvo el caso de la competencia federal, por los jueces
de las provincias (justicia o competencia ordinaria).
Resulta lógico, entonces, que los códigos y leyes que determinan a qué juez
provincial le corresponde actuar y cómo proceder ante los tribunales y jueces
de provincia sean códigos y leyes dictados por el Poder Legislativo de cada
provincia. Hay tantos códigos de procedimientos como provincias. Sin
embargo, las provincias “nuevas”, es decir, las que fueron territorio nacional y
luego provincializadas (como Tierra del Fuego), adoptaron el Código de
Procedimiento de la Nación. Hay una tendencia a unificar los procedimientos
(Véase Ley 22172).
100
En cada caso, se deberá recabar información de la organización de la competencia en cada provincia.
- Civil y Comercial.
- Contencioso Administrativo.
- Criminal y Correccional.
- Laboral.
- Familia.
- Responsabilidad Penal Juvenil.
3.1 Introducción101
La palabra “fuente” en el ámbito jurídico designa el origen de las normas
jurídicas. Se trata de un término equívoco, que es pasible de múltiples
interpretaciones.
Von Savigny102 sostenía que las fuentes son las causas de nacimiento del
derecho general, o sea, tanto de las instituciones jurídicas como de las reglas
jurídicas.
101
En varios puntos de este Capítulo haremos referencia (en textos y páginas) a la obra “Introducción al
Derecho”, de Carlos Mouchet-Ricardo Zorraquín Becú. Ed. Lexis Nexis.
102
Friedrich Karl von Savigny fue un jurista alemán, nacido en Fráncfort del Meno el 21 de febrero de 1779 y fallecido en Berlín el 25 de
octubre de 1861, fundador de la escuela histórica del derecho alemana.
que están presentes en las leyes, ya que son los principios más elementales
que regulan la vida del hombre. Asimismo, todos los acontecimientos
susceptibles de influir en la producción del derecho, determinan la elaboración
de normas que podemos llamar sociales, ya que las elabora el hombre para
regular los distintos aspectos de la vida en sociedad.
Sabemos que las normas provienen de actos humanos que las elaboran, es la
voluntad de una o más personas que da nacimiento a una norma jurídica103,
pero Zorraquìn Becú aclara que:
103
Esto no significa que las normas provengan de modo absoluto de la voluntad del
hombre, ya que la creación de las normas es también un acto racional o intelectual. La
esencia de la norma consiste en señalar lo que es bueno, o lo que es justo. y tal
distinción entre la conducta debida y la conducta contraria no puede formularse sino
por medio de la razón. p.186
jurídicas, pero en realidad las leyes, como también las sentencias, reglamentos,
etc. contienen las normas, pero no son en sí mismos la norma.
104
Nos referimos aquí a los principios generales del derecho brindados por el derecho
natural y por la razón humana. El positivismo, por el contrario, ha intentado encontrar
principios generales dentro del mismo ordenamiento positivo, por lo que estos no se
diferenciarían de las normas. Es una consecuencia más del postulado de Kelsen de que
la ley es todo el derecho. Es verdad que dentro del Códigos y en las mismas leyes,
solemos encontrar un apartado de normas de carácter general, que suelen llamarse
“principios generales”, lo que puede llevar a caer en el error respecto de cuáles son los
principios que verdaderamente sostienen la validez de las normas jurídicas.
Se podría pensar que estas leyes son redundantes, ya que toda autorización
para obrar quedaría fuera del derecho, integrando la esfera de libertad de las
personas. Sin embargo, lo que en realidad sucede con estas normas, es que se
pueden integrar con una norma imperativa. Por ejemplo, la norma del CCyC
que permite contratar en la forma que cada uno estime conveniente.
105
DEL VECCHIO, Giorgio, Filosofía del Derecho, Barcelona, 1947, pág. 345.
Ley
Costumbre
Jurisprudencia
Principios generales del derecho
Doctrina
Contratos
Equidad
Derecho Comparado
En lo que resta del capítulo haremos referencia a las fuentes del derecho como
los recursos que el jurista puede utilizar para conocer y aplicar el derecho.
3.2 La Ley
3.2.1 Concepto
La ley es una de las fuentes del derecho, y por lo tanto uno de los modos -sin
duda el más importante-en que se manifiestan las normas que regulan con
carácter obligatorio la convivencia humana. La expresión sugiere de inmediato
la idea de un orden, de una imposición, de un precepto establecido para
orientar y dirigir la actividad de los hombres en la vida social. P.194
Se recomienda profundizar este tema con la lectura de las páginas 195 y 196
de “Introducción al Derecho”, de Mouchet-Zorraquín Becú (Ed. Lexis Nexis)
Hay que establecer, además, que hay diversas causas que pueden llevar a lo
que sería la derogación de una ley en concreto. Así, entre las más frecuentes
se encuentran las siguientes:
Por razones propias de la ley. Esto se da cuando ella ha sido establecida para
la duración de un tiempo concreto o cuando ha caducado de manera
absolutamente espontánea.
Porque se ha sancionado otra ley que la deja sin efecto o que incluso
directamente establece su fecha de caducidad.
Las derogaciones tácitas tienen lugar cuando una nueva norma deja sin efecto
a aquellas que la preceden y que ordenan lo opuesto a la normativa
promulgada.
Artículo 81
Proyecto desechado
No puede repetirse en las
(rechazado en su
sesiones de ese año.
totalidad)
Artículo 81
Artículo 81
No puede desechar el
adiciones o correcciones:
Artículo 81
No puede desechar el
proyecto ni introducir nuevas
adiciones o correcciones:
PODER EJECUTIVO
Promulgación o Veto
Pero lo fundamental en este caso es que para que la ley sea obligatoria debe
ser publicada.
“Se entiende por error el falso conocimiento que se tiene acerca de una cosa; y
para que produzca efectos jurídicos debe ser de hecho, esencial y excusable;
como vicio del consentimiento que es, da lugar a la nulidad del acto jurídico
obrado en tales condiciones” (CNCom., sala A, 7/9/1982, ED, 103-412). El
subrayado y resaltado me pertenece.
Así, según la jurisprudencia traída, para admitir el error como razón para
“perdonar” un acto, el mismo debe ser:
Excusable: que quien lo cometió reúna las cualidades necesarias como para,
razonablemente, creer que pudo haberse equivocado, vgr. un abogado no
puede esgrimirlo para solicitar la validez de un contrato, firmado entre él y un
menor.
3.2.9 Codificación
Conforme al Diccionario de la Real Academia Española, “codificar es hacer o
formar un cuerpo de leyes armónico y sistemático”. El resultado de la
codificación son los códigos, los cuales son cuerpos legales sistemáticos,
redactados con la técnica legislativa más depurada. La codificación, por lo
general, es encargada a una comisión de jurisconsultos para que redacten el
Código.
Como nota curiosa se aclara que Vélez escribió el Código únicamente con la
sola ayuda de su hija Aurelia, que no era abogada, y dos escribientes, alumnos
de la Facultad de Derecho de la Universidad de Córdoba. Estaban recluidos en
una quinta en Almagro, presionados para su terminación por el entonces
presidente Sarmiento, quien pretendía poder promulgarlo durante su
presidencia, con evidentes fines políticos. Además, el apuro del Presidente
estaba justificado ante la avanzada edad del Dr. Vélez Sarsfield ya que, si él
moría, hubiera sido difícil encontrar en nuestro país alguien más con su
capacidad para concluir la tarea.
Una vez terminado, fue votado “a libro cerrado”, es decir, sin debatirlo por el
Congreso.
Para entender en parte la orientación general de esta obra, hay que tener
presente que para el Dr. Vélez Sarsfield una economía sería exitosa siempre y
cuando existiese el movimiento libre del capital. Es evidente que Vélez se
inspiró en los economistas liberales de su época. Así las cosas, todos los
artículos de su código tendían a evitar tanto el estancamiento del capital como
la limitación a la duración de las locaciones, la indisponibilidad de bienes, la
fijación de un número limitado de derechos reales, etc.
3.3 La Costumbre
La costumbre jurídica es una norma no escrita, practicada por una comunidad
por ser considerada jurídicamente obligatoria. Se constituye por la repetición
de los mismos actos, considerados como exigencias jurídicas, a través de
períodos prolongados, y se va formando así lo que se conoce como “derecho
consuetudinario”.
3.3.1 Evolución
En las sociedades antiguas era la principal fuente del derecho. Y si bien, los
romanos dieron importancia a la ley escrita, el derecho consuetudinario seguía
106
Mocuhet-Becú p.222
Una ley o sentencia dictadas por las autoridades, tendrán una mejor recepción
por parte de la comunidad si responden a actos practicados espontáneamente
por ella. A su vez, no es conveniente ni posible, abarcar la regulación de todas
las cuestiones bajo el paraguas de la ley.
El art 17 del C.C, en su redacción original, disponía: “Las leyes no pueden ser
derogadas en todo o en parte sino por otras leyes. El uso, la costumbre o la
práctica no pueden crear derechos sino cuando las leyes se refieren a
ellos” (costumbre secundum legem). Este artículo no sólo proscribía la
costumbre contra legem, sino también la que colma un vacío de la ley
(costumbre praeter legem).
art. 17, podían, entonces, hacer una amplia aplicación de la costumbre ante el
silencio de la ley. Pero hay un punto en que el art. 17 coincide con el anterior:
la costumbre contra legem carece de valor jurídico. Este principio es elemental
en todo derecho positivo y, si no existiera, se fomentaría la desobediencia, ya
que bastaría que la comunidad se opusiera al cumplimiento de una ley para
que ésta cayera en desuso y perdiera su fuerza obligatoria.
En el nuevo CCyC, estos aspectos son tratados en los primeros dos artículos.
Cabe resaltar la incorporación, como criterios de interpretación, a la finalidad
de la norma, y lo previsto en los tratados de derechos humanos. De este modo
“los casos que este Código rige deben ser resueltos según las leyes que
resulten aplicables, conforme con la Constitución Nacional y los tratados de
derechos humanos en los que la República sea parte. A tal efecto, se tendrá en
cuenta la finalidad de la norma. Los usos, prácticas y costumbres son
vinculantes cuando las leyes o los interesados se refieren a ellos o en
situaciones no regladas legalmente, siempre que no sean contrarios a
derecho”.
Asimismo, “la ley debe ser interpretada teniendo en cuenta sus palabras, sus
finalidades, las leyes análogas, las disposiciones que surgen de los tratados
sobre derechos humanos, los principios y los valores jurídicos, de modo
coherente con todo el ordenamiento”. (López Aufranc, Patricia y Paluszkiewic,
María Claudia: “¿El nuevo Código incorpora modificaciones a los principios
generales del Derecho Civil y Comercial?”, Buenos Aires, 30 de octubre de
2014)107.
107
http://www.marval.com/publicacion/?id=11862
Mención aparte merece el derecho penal: según el art. 18 CN, nadie puede ser
condenado sino por sentencia dictada por el juez natural, previo juicio, y
basado en ley anterior al hecho del proceso. Esta preclara declaración, sumada
a la definición de delito penal, nos lleva a concluir que solamente existe
condena si existe ley previa (nulla lege, nulla poena). Esto descarta de plano la
posibilidad de condenar a alguien en virtud de la costumbre.
3.4 La Jurisprudencia
Se llama jurisprudencia al conjunto de fallos que dictan los jueces. Las
sentencias son fuente del derecho ya que ellas crean una norma nueva.
Cuando el obligado a cumplir una norma, se rebela contra ella, el titular del
derecho subjetivo tiene la facultad de recurrir a los tribunales para que
impongan el cumplimiento de la norma. Por ejemplo, si Juan y Pedro firmaron
un contrato de compraventa por el cual Juan se obligó a entregar a Pedro una
cantidad de mercaderías contra el pago de un precio en dinero por parte de
este último, en caso de que uno de los dos no cumpliera su obligación, el otro
está facultado a solicitar al juez que ordene la conducta debida. Se trata del
aparato coactivo del derecho que empieza a funcionar. En el ejemplo, si Pedro
no paga el precio, Juan puede recurrir a la justicia: se inicia un juicio en el que
las partes tendrán la posibilidad de presentar pruebas, y ejercer otros
derechos, y el proceso tendrá fin cuando el juez dicte la sentencia definitiva.
el conjunto de normas jurídicas que emana de las sentencias dictadas por los
tribunales. p.232
Más allá de los efectos que una sentencia produce para las personas a las que
se dirige, la función de la jurisprudencia como fuente del derecho es
complementar, interpretar o precisa el alcance de las otras fuentes formales108.
108
cf. Becu p.233
Puede ocurrir que una sala falle en un sentido y las restantes en otro. Se
produce entonces el llamado “escándalo jurídico”, que se da, pues, en el
mismo departamento. La resolución de un tema será distinto, conforme la sala
que intervenga.
Al ocurrir eso, todas las salas se reúnen juntas, en pleno, para finalmente votar
la solución o criterio a adoptar: a ello se llama “fallo plenario”. El fallo plenario
es obligatorio en su criterio y parte dispositiva para todo el departamento
judicial.
3.5 El Contrato
Se define al contrato como el acuerdo de voluntades al que las partes se
obligan como a la ley misma. La ley prevé un número infinito de contratos,
siempre que su objeto sea lícito y no afecte a la moral y a las buenas
costumbres.
Según se vio al tratar la ley como fuente del derecho, existen, entre otras
divisiones, las leyes de orden público y las leyes de orden privado. Las
3.6 La Doctrina
La doctrina, como fuente del derecho, consiste en los estudios acerca de
temas jurídicos que realizan los doctrinarios del derecho, y que exponen a
través de publicaciones, libros, ponencias en congresos científicos, etc.
Podemos aclarar el valor y papel del aporte doctrinal con un ejemplo: cuando
se sanciona una nueva ley, los estudiosos publican artículos o elaboran
manuales donde exponen los antecedentes de esa ley, los motivos que
llevaron a su sanción; sistematizan la estructura de la norma, desde los
principios generales y valores jurídicos que consagra, comentando cada
artículo y su vinculación lógica, efectuando un análisis respecto de posibles
Los principios generales del derecho han dado origen a diversos criterios para
precisar su contenido o el alcance de la expresión. De acuerdo a la postura
filosófica de cada uno de los autores, se los ha identificado con el derecho
natural, los principios fundamentales de la legislación positiva, el ideal jurídico
de la comunidad, las reglas de la equidad, etcétera. Si partimos de la base de
que se trata de integrar o complementar el derecho vigente, podemos llegar a
la conclusión de que el Código ordena recurrir a principios que no forman
parte de la legislación positiva. Es decir, que no han sido sancionados en forma
expresa. De lo contrario, si esos principios hubieran sido ya incorporados al
a) Los preceptos del derecho natural que no forman parte del derecho
positivo, pero que lo integran racionalmente, ya porque sus
aplicaciones demuestran su vigencia implícita (como el derecho a la
vida, a la integridad física y moral, al honor y buen nombre, al
predominio de la moral en las relaciones sociales y jurídicas), ya porque
no se han incorporado todavía al derecho expresamente sancionado
pero no existen normas que los contradigan (el enriquecimiento sin
causa, la represión de la usura, la equidad, etc.).
b) Los principios generales sobre los cuales se ha constituido el derecho
positivo, es decir, las bases fundamentales en que se apoya la
organización política, social y económica de una comunidad. Así por
ejemplo las notas que caracterizan al sistema republicano.
representativo y federal que la Constitución “adopta” (art. 1"), la teoría
de la separación de los poderes, los principios que inspiran las leyes
sociales y del trabajo, los que fundamentan la organización y el
régimen del matrimonio, la familia y el derecho sucesorio, etcétera.
También caben, en este grupo, los principios generales que sirven de
fundamento a una institución jurídica, y las grandes construcciones del
derecho realizadas por la doctrina.
Esto pone de manifiesto que, si bien existen lagunas en la ley, no hay lagunas
en el derecho. Si una situación jurídica no tiene solución legal, el juez,
obligado a fallar en todos los casos, deberá buscarla en los principios de leyes
análogas o en los principios generales del derecho, y encontrar allí la norma
aplicable. Es lo que se llama la plenitud del orden jurídico. El derecho no
reconoce ni admite lagunas, pues constituye un conjunto homogéneo,
3.8 La Equidad
El destacado jurista uruguayo Eduardo Couture109 define a la equidad como la
gozosa rectificación de la justicia, generalmente también se define a la
equidad como la justicia aplicada a un caso determinado.
109
Eduardo Juan Couture Etcheverry (1904-1956), abogado y profesor uruguayo, destacado procesalista. De su importante obra, se
recuerda especialmente su famoso y muy profundo “Decálogo del Abogado”, el cual reza así: I. Estudia. El Derecho se transforma
constantemente. Si no sigues sus pasos serás cada día un poco menos Abogado. II. Piensa. El Derecho se aprende estudiando, pero se
ejerce pensando. III. Trabaja. La Abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la Justicia. IV. Lucha. Tu deber es luchar por el
Derecho, pero el día que encuentres en conflicto el Derecho con la Justicia, lucha por la Justicia. V. Sé leal. Leal como tu cliente al que
no puedes abandonar hasta que comprendas que es indigno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando él sea desleal contigo. Leal
para con el Juez que ignora los hechos y debe confiar en lo que tú le dices y que, en cuanto al Derecho, alguna que otra vez debe
confiar en el que tú le invocas. VI. Tolera. Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada la tuya. VII. Ten
paciencia. El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su colaboración. VIII. Ten fe. Ten fe en el Derecho, como el mejor
instrumento para la convivencia humana; en la Justicia, como destino normal del Derecho; en la Paz, como substitutivo bondadoso de
la Justicia; y sobre todo, ten fe en la Libertad, sin la cual no hay Derecho, ni Justicia, ni Paz. IX. Olvida. La Abogacía es una lucha de
pasiones. Si en cada batalla fueras llenando tu alma de rencor llegaría un día en que la vida sería imposible para ti. Concluido el
combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota. X. Ama tu profesión. Trata de considerar la Abogacía de tal manera que el día
que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que sea Abogado.
Así, antes de que rija el CCyC, existían muchas dudas acerca de la naturaleza
jurídica de los “clubes de campo” (Country Clubs). Para resolver entuertos
originados por esta cuestión, se debió recurrir al derecho extranjero,
especialmente al español.
12.1 Introducción
Hasta ahora hemos visto una definición del derecho, lo que significa la
jurisdicción, las facultades del juez, y cuáles son las fuentes a las que puede
recurrir el operador del derecho para conocer el qué y el cómo de un sistema
jurídico.
Así, aplicando una categoría filosófica, podría decirse que el método del
derecho es “dialéctico”, pues debe existir un permanente “movimiento” del
hecho al derecho, y vuelta, del derecho al hecho.
Esa necesaria conexión entre las normas y los hechos es a lo que nos referimos
con el concepto de “aplicación del derecho”. Sobre este concepto podemos
analizar dos teorías: la teoría de la subsunción y la teoría de la
individualización.
110
Nos referimos a la aplicación del “derecho”, ya que no sólo es preciso aplicar las
leyes, sino toda norma jurídica, ya sea, consuetudinaria o jurisprudencial, incluso las
que derivan de un contrato celebrado entre particulares.
Muchas veces la operación que deben realizar los jueces va más allá de
un simple silogismo y se torna compleja, ya que la realidad de los
hechos acontecidos requiere estudios profundos, y así se debaten en los
juicios esas cuestiones de hecho; otras veces al juzgador se le presentan
más de una norma como posiblemente aplicable al caso. Por eso es que
no debemos comprender la tarea de los jueces de aplicar el derecho,
como una operación mecánica. Se trata de una actividad en la que
interviene la reflexión intelectual, y que se hace compleja como veremos
más adelante, en los casos de interpretación y de integración del
derecho.
111
Es preciso tener en cuenta que los organismo judiciales son a los que más propiamente les
corresponde aplicar el derecho, ya que ellos tienen la palabra última y definitiva sobre las cuestiones
que son llevadas a juicio; y, siempre que haya una relación jurídica, estará la posibilidad de que las
partes resuelvan en última instancia, sus pretensiones, a través de un proceso judicial.
112
Es interesante remarcar que toda teoría que provenga de Kelsen es una teoría “pura”, “estéril”,
divorciada del derecho natural, de la moral, del orden social y hasta de la voluntad popular. El resaltado
y subrayado de más arriba se ha hecho expresamente para ilustrar acerca de este tema. Es por ello que
la teoría de este filósofo austríaco es la “Teoría Pura del Derecho”, en extremo positivista. Para Kelsen,
es jurídico y justo toda prescripción de la ley, promulgada de acuerdo con los principios constitucionales;
y sin que proceda otro análisis. Por ello, para Kelsen no existe el problema (como sí existe para los
iusnaturalistas y en menor grado para los sociologistas) de “la ley injusta”. Por el contrario, y como
ejemplo ilustrativo, es muy común en nuestro país (y en casi todos los órdenes constitucionales) oír
hablar de la declaración de inconstitucionalidad. Ello es una pura aplicación y confirmación de que,
según nuestro sistema, sí procede considerar las “leyes injustas”, como contrarias a derecho; por ello,
en virtud de dicho proceso, se habilita a las personas a plantear ante el juez estos reproches y solicitarle
que no se aplique la norma a un caso determinado.
Una vez que se establecieron los hechos se debe trabajar con las normas
generales y abstractas. Pero no se debe olvidar que esta operación se realiza
conjuntamente, es decir, que al examinar los hechos de la realidad se hace en
función de las normas aplicables. Aquí es donde se debe buscar la norma
general para poder aplicar al hecho concreto.
La teoría subjetiva dice que, si aceptamos que las normas jurídicas son la
expresión de la voluntad del legislador, interpretar sería establecer lo que el
legislador quiso decir por medio de la norma, sería explicitar la voluntad del
legislador.
Pero esto no siempre es posible porque pudiera ser que el legislador ya no sea
ubicable (normas muy antiguas); puede ser imposible identificarlo como
persona individual, ya que es el integrante de una o más cámaras
parlamentarias; aunque sea una iniciativa individual, podría ser que la misma
haya sido modificada a lo largo de todo el proceso de elaboración de la
norma. Todo esto lleva a preguntarse, a cuál voluntad recurrir, cómo identificar
ese legislador.
Estos elementos, dice el autor, no deben utilizarse en forma aislada sino que
deben tenerse en cuenta todos, conectándolos entre sí.
113
Es importante tener presente esto, de lo contrario podemos pensar que la
aplicación e interpretación del derecho es una tarea mecánica, o simplista, como si un
artículo contenido en una ley bastara para regular una relación jurídica. Algo que
sucede constantemente en las leyes es que una norma queda configurada por
diversos artículos, incluso puede haber contradicciones entre ellos, y es necesaria la
labor del juez, que siguiendo los criterios de justicia y los principios del derecho en
conformidad con el objetivo de la ley, reordena y jerarquiza su contenido, para darle
así un sentido y determinar cuál es la norma aplicable, su sentido y alcance para el
caso.
Para Kelsen, los medios usuales de interpretación carecen de todo valor, como
lo demuestra el hecho de que conducen a resultados contrapuestos, y no hay
ningún criterio para decidir cuándo debe aplicarse cada uno de ellos. Kelsen se
refiere a las "lagunas técnicas” que existen cuando el legislador ha omitido
reglamentar algo que era indispensable para hacer posible la interpretación de
un precepto. Las lagunas técnicas son, o bien lagunas en el sentido
anteriormente indicado, o bien consecuencias del carácter más o menos
indeterminado y general de la ley.
114
Recordemos que H. Kelsen separa totalmente el derecho positivo del natural, al que
no reconoce ningún valor. Por lo que su razonamiento queda sin sustento, ya que al
descartar la existencia y el valor del derecho natural, no puede proveer a su teoría un
criterio de justicia que fundamente el orden jurídico y al cual éste tiende como a su fin
propio.
Para conocer el espíritu de la ley, una vía es la consulta de los fundamentos del
texto legal, los antecedentes parlamentarios y antecedentes legislativos; pero
también, la llamada ratio legis, esto es, la finalidad de la ley.
Cabe señalar que la Corte Suprema había pronunciado en varias ocasiones que
el criterio último que guía la tarea interpretativa es el de administrar justicia.
Toda la labor de los jueces debe tender a ese fin.
La norma del art. 2º sigue un sistema similar al del art.16 del Código original.
Agrega la referencia a los tratados sobre derechos humanos y reconoce valor
interpretativo a los principios y valores jurídicos, aunque no menciona a las
circunstancias particulares del caso, principio de equidad, que consideramos
importante en la labor interpretativa para la aplicación del derecho.
Ya mencionamos que muchos juristas han visto a los principios generales del
derecho como simples normas generales que están presentes en las mismas
leyes, quedándose así en una visión positivista. La otra mirada es la que
considera que el derecho surge de la observación prudencial de la realidad, de
la naturaleza de las cosas, que brindan principios éticos, que sirven de
fundamento al orden jurídico. Señalamos esta divergencia porque el nuevo
Código Civil y Comercial dará sin duda, lugar a numerosas interpretaciones. La
postura que asuman magistrados y doctrinarios encaminará la labor
interpretativa.
Para concluir este apartado nos parece interesante reflexionar con Mouchet –
Zorraquín Becú:
“La forma de interpretar las leyes constituye uno de los elementos de mayor
trascendencia en la vida del derecho.
De la inteligencia que los tribunales den a las normas jurídicas depende, o bien
la permanencia de las instituciones, las seguridad individual -y la certeza de los
resultados a los que cada uno puede aspirar, o bien la inestabilidad de los
derechos y la subordinación de todas las situaciones jurídicas al criterio
individual del juzgador. Cuando los magistrados interpretan los textos legales
de acuerdo a reglas uniformes, los particulares pueden predecir los resultados
de sus actos y obrar en consecuencia. Cuanta mayor libertad de apreciación se
conceda a los jueces, menor será, en cambio, la seguridad jurídica que exista
en una nación. De ahí la conveniencia de fijar con caracteres precisos, en lo
posible, las reglas a las que deberá ajustarse el intérprete y los límites mismos
de esta actividad.
común. La mejor interpretación será entonces la que realice esos valores. Pero
no por la vía de la originalidad ni del subjetivismo, pues entonces se corre el
riesgo de caer en la arbitrariedad, sino mediante la subordinación rigurosa y
permanente a lo que es el derecho, en cuanto conjunto orgánico de normas
positivas o tácitas.
Por ello, a veces, cuando debemos solucionar una situación, nos podemos
encontrar con que el legislador no ha pensado en ese caso y, por lo tanto, no
existe una norma jurídica; generándose lo que se llama “lagunas jurídicas” o
“vacío legal”.
115
El derecho solo ocupa una parcela de lo social. En algunos casos solo puede “suavizar con unas gotas de aceite”. En
otros, solo puede liquidar situaciones para no arreglar nada.
En los fundamentos del nuevo CCyC se lee que “se regula la obligación de
decidir, dirigida a los jueces, conforme con la tradición en nuestro Código
Civil”. No se advierte, entonces, innovación alguna en este punto (lo que es
lógico), pues perviven los presupuestos que lo justifican. Además, se expresa
que se agrega que “la decisión debe ser razonablemente fundada”.
modo que “la razonabilidad operaría como un criterio o límite general del
razonamiento jurídico”; y el otro, estricto, en el que “la razonabilidad puede
predicarse únicamente de cierto tipo de decisiones jurídicas: las que no
podrían (o no deberían) adoptarse siguiendo criterios de estricta racionalidad”,
que son aquellas que “únicamente respetan las reglas de la lógica deductiva”.
“Los casos que este Código rige deben ser resueltos según las leyes
que resulten aplicables, conforme con la Constitución Nacional y los
tratados de derechos humanos en los que la República sea parte. A tal
efecto, se tendrá en cuenta la finalidad de la norma. Los usos,
prácticas y costumbres son vinculantes cuando las leyes o los
Como mencionamos anteriormente, el artículo primero no hace mención expresa a los principios y
valores jurídicos, por lo que podría entenderse que el legislador les ha reconocido una función
interpretativa, pero no integradora del derecho. Conforme el análisis que venimos realizando,
consideramos que los principios y valores jurídicos, gozan de dicha función, porque constituyen el
fundamento del derecho, y orientan a todo el ordenamiento hacia su fin: la justicia y el bien común.
Este principio hace que exista un “juego limpio”, y evita la arbitrariedad que
podría ejercer un gobierno si, por atender a sus fines particulares más que al
Un punto importante es que, cuando una ley es territorial, significa que en ese
estado o a ese hecho no puede aplicarse nunca ninguna otra.
Por otra parte, también llamamos derecho a la facultad de los sujetos de exigir
lo que le es debido (derecho en sentido subjetivo) y al amplio abanico de
116
cf. Tale, Camilo. Los conceptos de derecho. Qué es “Derecho vigente”. Ediciones
Trejo y Sanabria. Serie de Filosofía del Derecho. Córdoba. 2016. p.33.
117
Así, Hernández sostiene que la actitud más congruente con el realismo
gnoseológico y político, y ético es la de centrar la consideración del derecho en la
conducta justa, la conducta debida que concreta, en el aquí y ahora, la exigencia de la
justicia de dar a cada uno lo suyo. En Clases de Filosofía del Derecho. Parte
Sistemática. Cap. 1, p.9.
La gran cantidad de derecho escrito que regula las relaciones jurídicas de una
comunidad, no quita principalía a la definición del derecho como la misma
cosa justa; un ejemplo de esto son los numerosos casos en que los jueces en
sus sentencias se han apartado de preceptos legales por considerar que no
consagraban la solución justa para el caso. Por ejemplo, la Ley de Adopción
19.134 (que fue derogada), autorizaba a los tribunales a no admitir la
intervención de los padres de sangre en el juicio en determinados casos. Pero
hubo Cámaras de Apelaciones que entendieron que esta norma violaba el
derecho de defensa en juicio de los padres, por lo que dejaron de lado esta
norma119.
Para resolver esta cuestión, nos puede ayudar un texto de Santo Tomás:
118
Consideramos un sentido amplio de la expresión derecho objetivo, comprensiva de
las distintas fuentes del derecho. Hay también un sentido que reduce el derecho
objetivo al proveniente de fuente legal. Cf. Tale, Camilo, p.22/23.
119
cf. Tale, Camilo. Los conceptos de derecho… cit. p10.
120
Fundamentos del Anteproyecto de Código Civil y Comercial de la Nación, 2012,
Título Preliminar, 2.
121
Santo Tomas. Suma Teológica. Del Derecho y la justicia. II-II, q.57, art.1, ob.1.
122
Cf. Tale, Camilo. Los conceptos de derecho… cit. p.34.
Mientras que para los positivistas, solo las normas emanadas de las
autoridades competentes, y creadas por los procedimientos previstos,
gozarían de validez; se trata de una validez formal. Claro está que una norma
de positiva, como es una ley, siempre que guarde un contenido de justicia,
tendrá, además de validez formal, validez intrínseca. Pero una ley injusta,
gozará solo de validez formal. Conforme a la doctrina que venimos siguiendo,
la mera validez formal no es elemento suficiente para hablar de una ley como
derecho en su sentido más propio.
Muchos autores han hablado también de eficacia del derecho para designar
aquellas normas que son cumplidas por sus destinatarios y aplicadas por los
jueces. Camilo Tale, en el texto que venimos siguiendo, nos brinda el ejemplo
de la pena de muerte, que estuvo vigente en el Código Penal argentino desde
1976 hasta 1984, conminada para ciertos homicidios calificados y para el
secuestro seguido de muerte, pero ningún tribunal del país aplicó tal pena en
dichos casos123.
123
cf. Tale, Camilo. Los conceptos de derecho… cit. p.43
124
cf. García Maynez, Eduardo. Filosofía del derecho, cit. en Tale, Camilo. Los
conceptos de derecho… cit. p.44.
Para que un conjunto de saberes pueda ser considerado una rama del
derecho, no tiene que tener todas las autonomías, sino que basta que tenga
sólo algunas. De todos modos, se reitera: el criterio para establecer una rama
es elástico.
Lo cierto es que una rama del derecho, que comúnmente se conoce como
pública por excelencia, como es el derecho penal, sin embargo, también tiene
normas de índole privado, en efecto ciertos delitos son llamados “de acción
privada”, como se verá más adelante. Y, por el contrario, una rama del derecho
considerada como eminentemente privada, el derecho civil, tiene también
normas de orden público, como la prohibición a las partes de crear derechos
reales fuera de los contemplados en la ley.
Sus fuentes son los textos científicos sobre la ciencia política y la ciencia del
estado; los estudios históricos y sociológicos; y las constituciones y las leyes.
125
Hoy se discute, con buen criterio, si la soberanía es absoluta, pues resulta innegable la
creciente interdependencia que existe entre los estados, en especial en las relaciones
económicas entre los mismos y con los órganos internacionales como, asimismo, por la también
creciente cantidad de normas transnacionales que los obligan, si bien se puede reconocer que
las mismas surgen generalmente a partir de tratados y pactos internacionales, que el mismo
estado suscribió, en ejercicio soberano de su autonomía.
126
Esta concepción de los “Derechos humanos” que exponemos aquí, es la visión compatible
con la doctrina que venimos estudiando a lo largo de la materia. Los hombres tienen derechos
naturales que derivan del derecho natural, de la razón y de la misma naturaleza humana. Se
trata de un orden objetivo de valores y fines. En este sentido, no cualquier pretensión de una
persona o de un conjunto de personas constituye un verdadero “derecho humano”. No
obstante, han surgido teorías acerca de los derechos humanos, para las cuales estos no
provienen de la naturaleza ni del derecho natural, sino que se trata de recoger en las leyes los
intereses de las personas y grupos. Estas teorías se basan en un orden de justicia y de razón,
sino que erigen a la libertad humana como el primer derecho fundamental o presupuesto del
que derivan todos los derechos.
Para que un gobierno sea considerado republicano, debe tener las siguientes
características:
127
No confundir la teoría del derecho divino de los reyes, de corte protestante y modernista, con la teoría sobre el origen
divino del poder, de inspiración claramente católica, sostenida desde siempre por la Iglesia católica, y que encuentra su
fundamento en las Sagradas Escrituras y en el derecho natural (cfr. Jn 19, 11; Rom 13, 1-2). La primera tuvo su auge a partir
de la Revolución religiosa luterana del siglo XVI. La noción de ley a partir del erróneo teologismo y voluntarismo de
Guillermo de Ockham en el siglo XIV y del pensamiento protestante derivará en el absolutismo real de un Hobbes.
Sacudido el “control ético” de la Iglesia, sólo queda el “autocontrol” del legislador secular. Martín Lutero colaboró con su
prédica para liberar al individualismo latente, de la disciplina impuesta por la Iglesia Católica, e indirectamente favoreció el
impulso económico de la burguesía que hallaba en el orden católico serias dificultades para su desenvolvimiento, pero, al
mismo tiempo y como réplica a los desórdenes provocados por sus “malos intérpretes”, los campesinos anabaptistas,
fortaleció la autoridad del estado convirtiéndolo en una potestad de institución divina. Lucien Febvre, poco amigo de la
tradición eclesiástica romana, considera que fue Lutero y sólo él “el primero que ha legitimado verdaderamente, que ha
fundado plenamente en Dios, el poder absoluto de los Príncipes”. El mismo Lutero reconoció haber sido el inventor de este
principio cuando en 1525 escribió con orgullo: “Nuestra enseñanza ha dado a la soberanía secular la plenitud de sus
derechos y de su poder, realizando así lo que los papas no han hecho, ni han querido hacer nunca” (citado por Febvre,
Lucien, Martín Lutero, Fondo de Cultura Económica, México, 1975, pág. 248).La consecuencia venía un poco como de suyo.
Si se destruía el derecho divino de la Iglesia se hacía menester apuntalar el poder público convirtiéndolo en fuente de
autoridad religiosa.
ante el pueblo, o ante las autoridades eclesiásticas, sino ante Dios (que
era quien –según esta teoría– lo había elegido).128
Periodicidad de los cargos: todos los funcionarios políticos duran un
tiempo determinado en sus mandatos, es decir, que no son vitalicios.
Ello, con excepción de los jueces que duran en sus cargos mientras
dure su buen desempeño.
Publicidad de los actos de gobierno: como ya se resaltó al hablar de la
publicación y de las leyes, en un estado de derecho no pueden existir
leyes secretas, en el sentido amplio de la acepción. Este concepto se
extiende a todos los actos del gobierno. En cuanto a los actos
judiciales, salvo casos de excepción, los expedientes son públicos, así
como las sentencias dictadas.
Respeto por los derechos humanos: huelga aclarar que el respeto por
estos derechos es una condición imprescindible de un estado
republicano y en un sistema democrático. Nuestra Constitución, y
como muestra de su genialidad, menciona en su primera parte, varios
derechos fundamentales de la persona, pero el principio general es el
que establece el art. 33:
128
Como dato de color, es remarcable que en Europa solamente hay dos estados con monarquía, en los que –
paradójicamente–, es ejemplar el respeto por los derechos humanos: Mónaco y el Estado del Vaticano.
Negro, Chaco, Formosa, Santa Cruz, Misiones, La Pampa y Santiago del Estero,
entre otras) y otras lo hicieron alrededor de la década del 90. La reforma de la
Constitución Nacional de 1994, modificó el viejo art.106 que pasó a ser el
nuevo art.123, recogiendo el criterio de la autonomía.
“Artículo 121.- Las provincias conservan todo el poder no delegado por esta
Constitución al Gobierno federal, y el que expresamente se hayan reservado
por pactos especiales al tiempo de su incorporación”.
“Artículo 122.- Se dan sus propias instituciones locales y se rigen por ellas.
Eligen sus gobernadores, sus legisladores y demás funcionarios de provincia,
sin intervención del Gobierno federal”.
129
Cf. Marzoratti, Carlos Martín. Autonomía Municipal: una asignatura pendiente en la
Provincia de Buenos Aires. Revista Foro Tandilense. Año III. Nº XI. 2005.
Es la rama del derecho que regula las relaciones jurídicas de los sujetos
intervinientes directa o indirectamente en toda la actividad de exploración,
adquisición, producción, explotación, comercialización, transformación y
aprovechamiento de recursos naturales no renovables: estableciendo
derechos, obligaciones y procedimientos en armonía con la naturaleza, con el
objeto de obtener el abastecimiento y beneficios a distribuir, equitativamente,
entre los distintos sectores intervinientes y el desarrollo integral de la
sociedad.
El mismo comenzaba así: “Todas las minas de oro, plata, plomo que se
encuentren en el dominio del Rey son de propiedad de éste y nadie puede
trabajar en ellas sin su mandato”.
En 1544 fue hallada la primera gran veta de plata que tanto habían buscado,
en el cerro Rico –bautizado luego Potosí– en el Alto Perú (actual Bolivia) y a
sus pies se levantó una villa que, en muy poco tiempo, desbordó de riqueza las
arcas españolas. Sin embargo, según crónicas potosinas de la época, tan
pronto los conquistadores “encontraron fortunas fabulosas con la explotación
de las minas, se dedicaron a dilapidarlas importando perlas de Ceylán,
especias de Malasia y telas de Oriente…”.
Por eso, se hizo evidente que el nuevo territorio necesitaba una legislación
particular para la minería. El primero en advertirlo fue don Francisco de Toledo,
Virrey del Perú.
Así, Toledo se adelantó a su época y en el año 1574 dictó las Ordenanzas que
llevan su nombre (Ordenanzas de Toledo) y que se convirtieron en el primer
cuerpo legislativo sobre minería dictado en el territorio americano. Gran parte
de las normas que luego formaron el Código de Minería Argentino fueron
inspiradas en aquellas ordenanzas.
Toledo quería evitar que se abandonara la explotación de las minas, y, por ello,
dedicó el título séptimo de las ordenanzas a señalar los procedimientos para
desapoderar al minero que no trabajara sus pertenencias. Además las
ordenanzas eran estrictas con respecto al personal que obligatoriamente debía
ocuparse. De no observarse estas prescripciones legales, se la daba por
despoblada y se la adjudicaba al primero que la pidiera.
más tarde esta disposición fue derogada por otras que volvían a establecer el
trabajo “de sol a sol”.
Existía también un Real Tribunal de Minería para resolver los conflictos que se
presentaban en la actividad. Este tribunal estaba incluso por sobre las
diputaciones mineras. Se crearon, además, juzgados penales de minería y
juzgados de alzada donde se recurría para apelar los pleitos de más de 400
pesos. Había cuerpos de peritos facultativos de minas y peritos beneficiadores,
que, obligatoriamente, debían asistir a los mineros en sus trabajos y adecuar
éstos a las reglas de la ciencia mineralógica.
El Reglamento de Mayo
La ley, creada por el ministro de hacienda del Triunvirato, don Manuel José
García, abría un nuevo campo a la industria minera, aceptando el provechoso
concurso del extranjero y dando por tierra con las medidas de rigor que,
contra ellos, contenían las demás legislaciones.
El Bando de Barrenechea
recibió duras críticas, pero además lo acusaron de haber sido impuesto por la
fuerza, abochornando a los mineros que se negaron a cumplirlo. Por otra
parte, el Bando contradecía las Ordenanzas de Nueva España, derogando la
jurisdicción de los jueces y diputados mineros y obligando a los propietarios
de las minas a llevar las causas ante el mismo Barrenechea.
14.1.3 Fuentes
No fue fácil conseguir una ley uniforme, y menos lograr que la misma
convirtiera al país en una nación con minería. De hecho, pasaron muchos años
antes de que esto sucediera.
Pese a ello, fue severamente criticado por no haber logrado superar las
ordenanzas mexicanas que tantos conflictos habían causado en la minería
nacional.
Los primeros treinta años que transcurrieron desde la puesta en vigencia del
Código no trajeron ninguna expansión de las actividades mineras. La minería
quedó relegada a la explotación de canteras y de algunas minas de cobre, oro
y sal, en pequeña escala. Las viejas minas de cobre y oro de Famatina y
Durante los años siguientes y hasta la década de los años ’90 poco y nada se
hizo en materia de reforma de las leyes mineras. Recién en la década de los
noventa se encararon las modificaciones que hoy en día nos rigen y que
significaron una verdadera transformación para la industria minera.
Hay que destacar que entre los minerales que se encuentran con mayor
frecuencia en las zonas de extracción son: el cobre, el carbón, los diamantes, el
oro, la plata, y la piedra caliza. La dificultad para aprovechar estos recursos
varía según las características propias del área en las que se sitúan, y del grado
de trabajo que implique la sustracción de cada uno de ellos dependerá el valor
que tendrán en el mercado, aunque su
precio no sólo se fija por esa condición,
sino que también intervienen la cantidad
comprobada de ese mineral en el mundo, la
funcionalidad que posea y sus
características físicas.
14.2.1 Proceso
La voz “proceso” deriva de procedere, que significa “avanzar hacia un fin
determinado”, pero no a través de un solo acto, sino por medio de varios actos
desplegados en sucesivos momentos. Todo proceso es pues, en general, una
actividad, una serie de actos.
Elementos
14.2.4 Fuentes
En escala decreciente de obligatoriedad constituyen fuentes del derecho
procesal:
1. La ley.
2. La jurisprudencia obligatoria.
3. La costumbre.
4. La jurisprudencia no obligatoria.
5. La doctrina.
Respecto a la fuente legal debemos decir que, sin perjuicio de que el art. 123
de la Constitución Nacional establece la potestad a cargo del Congreso
Nacional de dictar las leyes de fondo, es obligación de las provincias dictar las
normas que regulen la aplicación del mismo.
14.2.5 Acción
Sin perjuicio de que el concepto de acción es pasible de críticas por la
doctrina, nos ubicaremos dentro de las doctrinas modernas para definir la
acción.
En este caso diremos que es el derecho público subjetivo que incumbe a todo
ciudadano por el solo hecho de serlo y cuyo objeto consistirá, simplemente, en
la prestación de la actividad jurisdiccional, cualquiera sea el contenido
(favorable o desfavorable) del fallo en que esa prestación de concrete.
14.2.6 Prueba
Toda norma jurídica condiciona la producción de sus efectos a la existencia de
determinada situación de hecho. Por consiguiente, la parte que aduce que se
ha verificado en la realidad la situación de hecho descripta por la norma o
normas que invoca como fundamento de su pretensión o defensa, debe, en
principio, asumir la carga de afirmar la existencia de esa situación.
“la actividad procesal, realizada con el auxilio de los medios establecidos por la
ley, y tendiente a crear la convicción judicial sobre la existencia o inexistencia
de los hechos afirmados por las partes como fundamento de sus pretensiones
o defensas”.
En principio sólo los hechos afirmados por los litigantes pueden constituir
objeto de prueba. Pero además estos deben ser:
“La prueba deberá producirse por los medios previstos expresamente por la
ley y por los que el juez disponga, a pedido de parte o de oficio, siempre que
no afecten la moral, la libertad personal de los litigantes o de terceros, o no
estén expresamente prohibidos para el caso”.
I. Justicia federal
Los órganos que componen a la Justicia Nacional Ordinaria son los siguientes:
Tribunales Orales
Existencia de una norma que los crea y que les conceda facultades para
resolver conflictos entre particulares, y que la razonabilidad del
objetivo económico tenido en cuenta para otorgarles esa facultad sea
manifiesta;
Que se encuentren dotados de especialización técnica, independencia
e imparcialidad indubitadas;
Que sus decisiones estén sujetas a control judicial amplio y suficiente.
14.3.2 Pena
La pena es la facultad que tiene el estado para reprimir las conductas
delictivas, pero es también utilizada como una “amenaza”, que pretende así
disuadir a las personas, para evitar que cometan delitos.
Como se dijo antes (Unidad 10), la pena tiene un fin retributivo que consiste en
la aplicación de una sanción, en retribución del delito cometido. Además, la
pena tiene también como fines preventivos la resocialización del delincuente
(fin preventivo especial) y la ejemplariedad para el resto de la sociedad (fin
preventivo general).
130
Recordemos, por ejemplo, la crucifixión de Cristo; la muerte en la hoguera de Santa Juana de Arco, los
fusilamientos, la horca, las decapitaciones, etc. Además, este tipo de penas siempre iban acompañadas de un
carácter infamante, a modo de exhibición pública, con predominio del fin ejemplificador, Ya en tiempos más
modernos, para reducir la crueldad de este tipo de penas, no se buscó tanto el fin ejemplificador y se justificó
sólo en el fin retributivo, ante delitos de extrema gravedad y renunciando, obviamente, a cualquier fin
resocializador. Entonces, aparecieron ejecuciones no públicas, sin exacerbación del sufrimiento, tales como la
silla eléctrica, el envenenamiento, el gas o las inyecciones letales, etc.
inhabilitación (art. 5 del Código Penal). Han quedado abolidas, para siempre y
con fundamento constitucional, la pena de muerte, las torturas u otro tipo de
tormentos físicos, el destierro y la confiscación de bienes (subsiste el
decomiso, de efectos vinculados al delito).
Si bien fue visto en extenso antes, conviene recordar algunos principios. Por
derecho natural se entiende “el conjunto de reglas universales e inmutables
que se fundamentan y se derivan de la naturaleza humana” y respecto de las
cuales es necesario y deseable que sean reconocidas en y por las leyes
positivas.
Desde esta perspectiva, se niegan las tesis del contrato social relativista que
aplicaron los representantes de la Ilustración en el derecho penal, como
Beccaría, Bentham, Howard. Pero también se niega la idea del derecho natural
de inspiración racionalista que hacía de aquél un código ya hecho, un “castillo
de fórmulas ideales”, de normas “claras y distintas”, un código numerado y con
parágrafo, completo y perfecto. Por el contrario, a la luz de una metafísica
realista se puede decir que el derecho natural es un núcleo de principios, en
los cuales deberán inspirarse las fórmulas de los Códigos.
“Los preceptos de la ley natural se relacionan con la razón práctica como los
primeros principios de la demostración se relacionan con la razón especulativa.
Así también es necesario que la razón humana proceda de los preceptos de la
ley natural, como de ciertos principios comunes e indemostrables, para
disponer algunas cosas más particularmente” (Suma Teológica, I-II, 94, 2).
Queda, pues, abierto el campo a la actividad humana. Hay todavía lugar para
los Códigos positivos, más aún, es el mismo derecho natural el que los llama a
la existencia, porque necesita de sus determinaciones.
El derecho natural realista es, pues, un derecho que puede ser introducido en
la historia. No es la ley eterna, sino que es la participación de ésta en la
naturaleza humana, por lo cual no puede sustraerse completamente a sus
enfermedades.131
Es cierto que el hombre debe vivir conforme a esa ley natural, pero ya vimos
que esta naturaleza humana, aunque de suyo es buena, está herida y
131
Extractado de Pablo Marini, “Hacia una noción realista del derecho natural. Inmutabilidad y mutabilidad del derecho natural”,
en Ética cristiana, Universidad Libros, Buenos Aires, 2006, volumen 1, pág. 109-110.
debilitada.132 Por lo tanto ese orden natural no será suficiente. Para que estas
leyes naturales sean cumplidas es necesario el auxilio de leyes sancionadoras,
de leyes humanas o positivas que reconozcan, protejan y hagan respetar esas
leyes naturales.
Sobre esta base, la razón de ser de la justicia penal, para la Escuela Clásica,
radica en la necesidad de dotar al hombre y a la sociedad, de la necesaria
tutela jurídica, para ordenar la vida social y, en su caso, para recomponer el
orden perturbado por el delito.
132
Cfr. Unidad 5, pág. 13, nota 5. Introducción al Derecho, carrera de Abogacía a Distancia, Universidad FASTA.
133
Como nos lo recuerda el Catecismo de la Iglesia Católica (cfr. N°2266).
134
La denominación de “clásica” le corresponde a Enrico Ferri, quien la usó en forma peyorativa, para referirse a
“lo viejo”, a “lo caduco”, “lo antiguo”.
En esta obra Lombroso formula la tesis del “delincuente nato”, naciendo así la
Antropología criminal. El ius puniendi (el derecho de aplicar penas) pertenece
al Estado, a título de defensa social.
Es la rama que rige las relaciones entre los distintos Estados, o entre Estados y
organizaciones internacionales reconocidas (UE, OEA, ONU, etc.).
Al igual que los Estados, estas Organizaciones pueden crear normas jurídicas
internacionales en tratados y en costumbres jurídicas internacionales pero,
como ya se dijo, sólo dentro de su limitada capacidad.
14.4.1 Objeto
Luego de la Paz de Westfalia135 el Derecho Internacional Público se orienta a:
135
El término de Paz de Westfalia se refiere a los Tratados de Paz que posibilitaron dar por concluidas la
Guerra de los Treinta Años en Alemania y la Guerra de los Ochenta Años entre España y los Países Bajos. Se la
reconoce como el primer congreso diplomático moderno y se considera que a partir de entonces se formula un
nuevo concepto de soberanía nacional, se afirma el principio de integridad territorial y se marca el nacimiento
del concepto de Estado Nación.
Su fin primordial es la paz entre las naciones y sus fuentes principales son los
Tratados celebrados entre los Estados. A falta de ellos, se aplican doctrinas y
costumbres internacionales, que la mayoría de los países tienen como válidas.
La Argentina está vinculada con los estados limítrofes a través del Tratado de
Derecho Civil Internacional (1940), más conocido como "Tratado de
Montevideo", que contempla casi todos los supuestos del derecho civil.
Se denomina derecho civil a un grupo de normas de tipo jurídicas del derecho que
se encargan de regular las relaciones entre las personas o de tipo patrimonial, las
cuales pueden ser voluntarias o forzosas, tanto físicas o jurídicas, privadas o
públicas. El derecho civil es el principal encargado de regular las relaciones de los
individuos con sus semejantes y con el estado. Las normas de este sistema,
generalmente, se ven incluidas en un código civil.
El derecho civil consta de varias pautas y normas que lo definen como tal:
15.3 Derecho
Comercial
Es la rama del derecho que estudia las
relaciones entre comerciantes.
Concepto jurídico
15.3.2 Comerciante
El concepto de comerciante comprende a las personas que se dedican a
negociar comprando y vendiendo distintas mercaderías como actividad
económica, negocio, oficio o profesión. Se asume que los comerciantes son
aquellas personas que compran productos a un determinado precio, para
luego venderlo a un precio mayor y así obtener una diferencia, que constituye
la ganancia. Puede suceder que antes de venderlo se le haya aplicado al bien
alguna transformación que le provea un valor agregado, o que directamente
sea vendido de la misma forma en la que se compró. En este último caso la
función del comerciante se limita a acercar a los clientes productos que, de
otra manera, probablemente no conseguirían.
Muchos son los factores que han ido determinando las características del
comercio y de los comerciantes en las distintas partes del mundo (regulación o
desregulación por parte del Estado, nuevas tecnologías, bancarización,
digitalización de los procesos, etc.). Sin embargo, sigue necesitándose la
existencia del comercio como intercambio de productos por dinero y, por lo
pronto, el comerciante es una figura imprescindible para esto.
El derecho mercantil es la rama que se dedica al estudio del marco legal del
comercio, y considera que los comerciantes son solo las personas que de
manera habitual (y no ocasional) se ocupan de las actividades que la ley
considera mercantiles. Los códigos de comercio de los países son los que
establecen las particularidades de estas transacciones, pero, en muchos casos,
coinciden las apreciaciones. En nuestro país, los actos de comercio son los
actos jurídicos lícitos realizados para constituir o modificar obligaciones
comerciales entre partes. Estos actos deben ser realizados a cuenta de una
persona, no adquiriendo la categoría de comerciante los intermediarios (como
empleados, transportistas o gerentes). Para estas transacciones, las personas
deben poseer capacidad, no pudiendo ser menores de edad, ni inhabilitados
por demencia o por enfermedades particulares, así como tampoco las
personas que ocupan una serie de cargos que se consideran incompatibles
para ejercer el comercio (magistrados, jueces o empleados en recaudación y
administración de fondos públicos, por ejemplo). El ejercicio de esta clase de
actividad está regulado en todos los casos (aunque sea mínimamente) y le
otorga al comerciante una serie de derechos pero también una cantidad de
obligaciones. Los primeros le son garantizados sólo si cumple con las
segundas, y se incluyen, entre ellos, la utilización de los libros contables como
medio de prueba, la no discriminación por parte de los entes regulatorios, o la
capacidad de pedir acuerdos judiciales con los eventuales acreedores. Las
obligaciones comerciales en la Argentina son las siguientes:
“.. Habrá sociedad si una o más personas en forma organizada conforme a uno
de los tipos previstos en esta ley, se obligan a realizar aportes para aplicarlos a
la producción o intercambio de bienes o servicios, participando de los
beneficios y soportando las pérdidas. La sociedad unipersonal sólo se podrá
constituir como sociedad anónima. La sociedad unipersonal no puede
constituirse por una sociedad unipersonal”.
En esa época nace una típica institución del derecho agrario argentino que se
proyecta hasta nuestros días, cuando se registran las primeras marcas.
Pero del otro lado Brebbia refiere a esta marca bonaerense, la estancia, como
solicitada por Francisca Salas Videla. En tanto cita como primera en todo el
Virreinato, la peticionada en 1576 por don Francisco de Sierra. Con este
La figura del juez de paz lego, creado por primera vez en diciembre de 1821,
tanto por su ubicación física en la campaña como por el objeto de sus pleitos,
es un antecedente remoto del fuero agrario.
¿Son estos antecedentes de las comisiones paritarias del siglo XX? Además de
resolver en forma verbal los pequeños negocios de la campaña y cuestiones
de vecindad y policiales, en 1825 se les otorga competencia en materia de
abigeato (robo o hurto de ganado).
Estos datos sustentan la primer política agraria nacional propuesta por Juan
Bautista Alberdi en sus Bases y continuada por Sarmiento y Avellaneda. La
inmigración dio pujanza al desarrollo económico general y dinamizó el
desarrollo de la agricultura, hasta ese momento de autoconsumo.
“el derecho rural es una formación de nuestros tiempos. Más bien podría
decirse que es una consagración reciente, puesto que siempre existió
informe o implícito en el civil y otros derechos. Las necesidades modernas le
han dado ambiente y razón de ser para que actúe con autonomía”.
Los años 1940-60 son los años de oro del derecho agrario argentino. El
instituto de los contratos agrarios –modificada la Ley 11170, por la Ley 11627
de 1932, y nuevamente por la Ley 13246 de 1948, que independiza el texto del
Código Civil como muestra de la autonomía alcanzada– logra realizar una
verdadera transformación de la estructura agraria argentina a punto tal de no
hacer necesario en la Argentina, como sí lo fue en la mayoría de los estados
latinoamericanos, la reforma agraria. La Ley 13246 consolida principios
fundamentales en la perspectiva del orden público económico y social,
permite el ascenso social de los agricultores sin tierra, genera principios
jurídicos que se expanden hacia otros institutos del derecho agrario y formula
el antecedente administrativo de jurisdicción agraria, capaz de generar
jurisprudencia, fomentar doctrina y el entusiasmo por la especialidad de
jóvenes abogados y otros operadores jurídicos.
Los recursistas, entre los más destacados Guillermo Cano y Eduardo Pigretti,
proponían la creación de una nueva orientación bajo el nombre de
“Legislación de los recursos naturales”. Partiendo del principio de la
independencia de los recursos naturales, entendían que era conveniente un
tratamiento legal integrado y omnicomprensivo de todos los recursos.
También a este objetivo contribuyó la Ley de colonización nacional 12636,
llamada Ley agraria nacional, y las leyes y políticas provinciales sobre esa
materia.
Por otra parte, siendo el origen de las distintas disciplinas, por lo común, una
actividad económica, estas responden a conceptos técnicos totalmente
diversos y, por lo tanto, inentendibles para quien sólo quiera verla desde un
punto de vista exclusivamente jurídico.
136
Abelardo Torré. Introducción al Derecho. 14ª ed. Abeledo-Perrot, págs.825/828. Este apartado es tomado del libro de referencia.
En este sentido son muchos los países que han tomado una serie de medidas
tendientes a solucionar los problemas agropecuarios, entre las cuales
podemos citar las referidas a evitar la subsistencia de latifundios
improductivos, así como también la formación de minifundios —mal opuesto
al anterior, pero también antieconómico—, tratando de lograr una más justa
distribución de la tierra entre los auténticos trabajadores del campo. Además,
las que se refieren a la transmisión hereditaria de los predios rurales, a efectos
de evitar el excesivo fraccionamiento entre los herederos, la obligatoriedad de
cultivar el campo so pena de expropiación, etc.
A tal fin, es decir, para que esas tierras pasen a ser ocupadas por auténticos
pobladores, que las trabajen y le incorporen mejoras, hay distintos medios
(alquiler, venta, etc.), sin perjuicio de lo cual se acepta que lo más conveniente
es la venta a quienes deseen poblarlas y trabajarlas, venta que debe estar
sujeta a ciertas condiciones, para que dichos objetivos se cumplan, sin que ello
impida la formación de fracciones superiores a la unidad económica, pues
posibilitan la producción en gran escala.
En lo que respecta a las tierras públicas del Estado nacional, cabe recordar un
hito importante que fue la Ley 14.408 (B. O., 30-VI-55), de provincialización de
los ex territorios nacionales que subsistían por aquel entonces. En rigor,
alcanzaron dicha jerarquía institucional, las actuales provincias de Formosa,
Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz (la provincialización de Tierra del
Fuego, Antártida Argentina e Islas del Atlántico Sur, recién se dispuso por Ley
del año 1990).
Colonización
Los resultados del proceso hablan por sí solos: la región pampeana, esa vasta y
fértil planicie de clima templado situada en el centro del país, se había
Arrendamientos Rurales
En este escenario se dicta la Ley 13246 que fue modificada por la Ley 22298,
actualmente en vigencia. Esta ley legisla los contratos agrarios y los clasifica en
contratos de cambio y contratos asociativos.
137
DJENDEREDJIAN, Julio C. La colonización agrícola en Argentina, 1850-1900:
Problemas y desafíos de un complejo proceso de cambio productivo en Santa Fe y
Entre Ríos
Esta cuestión de los plazos debe tenerse especialmente en cuenta, por cuanto
aun cuando en el contrato se establezca un plazo de duración menor (dos
años, por ejemplo) o un plazo de duración mayor al legal (vgr. quince años),
deben tomarse por las partes los plazos mínimos y máximos establecidos en la
ley, de tres y diez años respectivamente. Así, no es infrecuente encontrarnos
con contratos realizados por dos años que luego son extendidos por un año
más, la mayoría de las veces por petición del arrendatario, con el sólo trámite
de enviar un telegrama o carta documento a la otra parte solicitando la
aplicación del plazo legal.
Otro rasgo destacable es que los arrendamientos rurales son contratos intuitae
personae138, en los que resulta determinante al contratar –y, especialmente
para el dueño del campo– la experiencia, condición técnica o moral de la
persona del arrendatario. No es lo mismo un inquilino que otro. Por eso está
prohibida por ley la cesión del arrendamiento a terceros y, en igual sentido, en
caso de fallecimiento del arrendatario o inquilino, el contrato queda
138
Es una locución latina que significa “en función de la persona” o “respecto a la
persona” o “en atención a la persona”, y que es especialmente utilizada para calificar la
relación interpersonal existente entre dos o más personas, o una determinada
circunstancia, que no puede ser transportada o transferida a terceras personas (pues
depende específicamente de la o las personas involucradas).
extinguido, salvo que sus herederos –que quieran continuarlo– hayan tenido
participación en la explotación.
Finalmente, el precio del alquiler debe fijarse siempre en una suma de dinero.
El precio debe ser cierto, determinado o fácilmente determinable. Su valor se
fija libremente entre las partes, existiendo otras legislaciones (Brasil y
Paraguay, por ejemplo), en las que rige un precio máximo fijado por el
gobierno.
Debemos reconocer que –tal vez por una cuestión de costos, o de privacidad–
es poco frecuente la realización de este trámite.
No obstante, es de gran importancia para el dueño del campo, por cuanto una
vez homologado el contrato por el juez, si el inquilino no deja el campo luego
de levantada la cosecha, se ordena el inmediato desalojo del inmueble (sin
aguardar toda la realización del juicio de desalojo) y se le impone una multa
diaria, a favor del dueño del campo, del 5% del alquiler hasta tanto restituya el
bien.
Por último, digamos que con fundamento en aquel interés del estado en la
producción que antes mencionamos, tanto en los arrendamientos rurales
como en los accidentales está prohibida la explotación irracional de la tierra. El
incumplimiento de esta previsión, también de orden público, autoriza al dueño
del campo a solicitar el desalojo del inmueble y a reclamar el pago de los
daños y perjuicios que se le hubiere ocasionado .
Aparcerías Rurales
En el contrato de arrendamiento, el
arrendador está totalmente desvinculado
de la explotación y los riesgos propios de
la actividad agropecuaria.
De acuerdo con la Ley 13246, en estos contratos, la pérdida de los frutos por
caso fortuito o fuerza mayor debe ser soportada en la misma proporción en
que fue fijada la distribución de los frutos. Muchas veces al contrato de
aparcería se lo vincula con los contratos laborales, pero también se diferencian
de estos, pues en los laborales quien realiza el trabajo tiene un vínculo de
dependencia o subordinación que no existe en la aparcería.
Estos contratos deben ser realizados por escrito, aunque si se omite esta
formalidad y su existencia pudiere probarse, se lo considerará encuadrado
dentro de la normativa de la Ley de arrendamientos y aparcerías rurales.
Asimismo, cualquiera de las partes puede emplazar a la otra para que otorgue
contrato escrito y también pueden ser inscriptos en los registros inmobiliarios,
siempre que las firmas estén certificadas.
Plazo de la Aparcería
Aparcería Pecuaria
Aparcería Agrícola
A diferencia del contrato anterior, aquí las partes pueden decidir con libertad
el porcentaje en la distribución de los frutos, no pudiendo ninguna de las dos
disponer de ellos antes de su distribución, salvo autorización expresa. En la
aparcería agrícola, está prohibido fijar como pago una cantidad fija de frutos o
su equivalente en dinero (contratos canadienses). En cuanto a los plazos, hay
dos excepciones, a saber: celebración de contratos accidentales por una o
hasta dos cosechas, pero no anuales, y el contrato accidental de pastoreo, que
puede ser celebrado por un plazo no mayor de un año. Finalmente debemos
recordar que los contratos de aparcería están regidos por la Ley de
arrendamiento y aparcería rural, cuyas previsiones son de orden público y las
partes no pueden obviar. Sin embargo, si los contratantes acordaran lo
contrario y posteriormente surgieran conflictos, el juez deberá considerar en
función de lo establecido en la ley139.
139
Cf. GIGENA, Carmen
16.1.1 Definición
La rama del derecho que se
encarga de regular las relaciones
que se establecen a raíz del trabajo
humano se conoce como derecho
laboral.
16.1.2 Fuentes
Es la misma Ley de Contrato de Trabajo (LCT) la que, taxativamente, enuncia
las fuentes de esta rama:
16.1.3 Trabajador
Según el art. 21 de la LCT, trabajador es
16.1.4 Empleador
Se considera “empleador” a la persona física o conjunto de ellas, o jurídica,
tenga o no personalidad jurídica propia, que requiera los servicios de un
trabajador.
140
Cf. CARREIRA GONZÁLEZ, Guillermo “Avance de la autonomía de la voluntad en el
derecho societario” en Compendio Jurídico ERREPAR N°38- marzo 2010, pág. 71. 1.
Sociedad Rural Argentina (SRA). Poco después, antes de terminar el siglo XIX,
los industriales crearon la Unión Industrial Argentina (UIA). Ya en el siglo XX
los empresarios fueron creando grandes organizaciones patronales como la
Cámara Argentina de Comercio (CAC), la Asociación de Bancos Argentinos
(ADEBA), la Cámara Argentina de la Construcción, el Consejo Empresario
Argentino (CEA), la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y
La Pampa (CARBAP), la Fedecámaras Argentina, la Confederación Argentina de
la Mediana Empresa (CAME), entre otras. Además esas grandes organizaciones
patronales están integradas por gran cantidad de cámaras sectoriales (del
juguete, los supermercados, del calzado, de la indumentaria, la metalúrgica,
del automóvil, de los madereros, etc.). El sector patronal también ha creado
organizaciones de investigación como), Fundación de Investigaciones
Económicas Latinoamericanas (FIEL), el Centro de Estudios Macroeconómicos
de Argentina (CEMA), y la Fundación Mediterránea y la Universidad del CEMA.
141
En este contexto, “perfecta” debeentenderse de la sociedad u organización que posee todos los medios en sí misma para
cumplir con sus fines. En este sentido, por ejemplo, la familia, siendo “la célula básica de la sociedad”, no es sociedad
perfecta porque necesita de la interacción social para que sus miembros puedan alcanzar su finalidad perfectiva.
y convenios del estado con las confesiones religiosas. Por otra parte, la
relevancia del derecho matrimonial exige dedicar especial atención al estudio
del sistema matrimonial español, así como a los aspectos más importantes de
la regulación del matrimonio religioso y sus cauces jurídicos.
Surge con palmaria claridad que mientras el derecho canónico rige las
relaciones de la Iglesia con los fieles, y de estos entre sí, mayormente el
eclesiástico lo hace con las relaciones entre el estado y la Iglesia.
Los decretos ejecutorios: por otro lado podemos hablar de los decretos
ejecutorios que son aquellos que en ningún momento pueden ser contrarios a
las leyes. Estos decretos son lo que normalmente se denominan reglamento,
por ello no pueden ir en contra de la ley y tienen que respetarla. Van a regirse
por los cánones que se refieren a ellos. Existe una relación de jerarquía entre
los decretos generales y los ejecutorios.
Las instrucciones: Las instrucciones son aquellas normas que van dirigidas a
quienes compete que se cumplan las leyes. Es decir los destinatarios serán los
funcionarios y todas aquellas personas que quieren ver cómo se cumple la ley.
Con las instrucciones se van hacer aclaraciones de las leyes e incluso se van a
desarrollar las mismas, nunca pueden ir en contra de la ley. El canon 34 lo
establece al decir que:
“Las instrucciones por las cuales se aclaran las prescripciones de las leyes y se
desarrollan y determinan los modos en que ha de realizarse su ejecución se
dirigen a aquellos a quienes compete cuidar que se cumplan las leyes, y les
obligan para la ejecución de las mismas; quienes tienen potestad ejecutiva
pueden dar legítimamente instrucciones, dentro de los límites de su
competencia".
142
http://www.der.una.py/PROGRAMAS/Derecho%20de%20Transporte.pdf
sus efectos a partir del acuerdo de partes), bilateral (genera obligaciones para
ambas partes) y oneroso.
El transporte puede ser nacional (regido por normas de cada país, que
incluyen derecho marítimo y aéreo) o internacional (regido por las normas de
transporte internacional).
16.3.2 Transporte
Marítimo
El transporte marítimo es el sistema de
intercambio de mercadería que más ha
utilizado el hombre a lo largo de su
historia, y el mismo mantiene su posición de privilegio en materia de comercio
internacional, a pesar de los adelantos tecnológicos que han mejorado
enormemente el transporte terrestre y han posibilitado la existencia de otros
medios como el aéreo.
Que sea el más utilizado por el hombre es fácil de explicar teniendo en cuenta
que el planeta Tierra está cubierto por agua en sus dos terceras partes y que el
hombre siempre se ha aventurado a surcarlas.
143http://www.enciclopedia-juridica.biz14.com/d/derecho-de-la-
navegaci%C3%B3n/derecho-de-la-navegaci%C3%B3n.htm
16.4.1 Denominaciones
Dada la diversidad de criterios existentes en lo que respecta a la órbita de esta
rama jurídica, es lógico que las denominaciones difieran en función de las
opiniones sustentadas.
16.4.2 Caracteres
La doctrina actual señala los siguientes:
16.5 Derecho
Aeronáutico
El derecho aeronáutico (“aéreo”, “aviatorio”, “de la
aviación”) puede definirse como el conjunto de
principios y reglas que ordenan las condiciones
en que debe utilizarse el espacio aéreo por las aeronaves y los servicios de
apoyo a la circulación por este espacio, así como las relaciones jurídicas que
tienen lugar con motivo de tal actividad. Con dicha definición se comprende
un complejo sistema normativo pues abarca disposiciones tanto de carácter
público (administrativo, penal, fiscal, etc.) como privado (civil, mercantil),
nacionales o internacionales.
Por ello, cabe advertir que no nos encontramos ante un derecho plenamente
original o autónomo, sino ante un conjunto de disposiciones de la más variada
procedencia (administrativa, civil, mercantil, penal, fiscal, etc.) que se aplican a
un fenómeno nuevo como es el hecho aviatorio y las relaciones jurídicas que
de esto se derivan.
16.5.1 Caracteres
Aunque, como queda dicho, no se trata de un derecho desvinculado de las
disciplinas jurídicas tradicionales, ya que participa de los principios y normas
generales de éstas, goza de una cierta autonomía científica y legislativa, en
razón de la peculiar manera de contemplar y aplicar aquél derecho común y a
determinados caracteres que lo singularizan en relación con otras ramas de
este derecho.
Así:
16.5.3 Fuentes
De ahí que sea posible ya elaborar, sujeta al desarrollo y rectificaciones que los
hechos puedan ulteriormente aconsejar, una teoría del derecho espacial –
terminología ésta, la más aceptada– y al que definimos como el “conjunto de
principios y reglas que ordenan las condiciones en que debe desenvolverse la
exploración, uso y explotación del espacio y de los cuerpos celestes, los
vehículos que por ellos circulan o se estacionen, el personal responsable de su
tripulación y las relaciones jurídicas que surjan como consecuencia de tales
actividades”.
En todo caso, esta nueva disciplina jurídica no deberá ser considerada como
un derecho de naturaleza y fundamento esencialmente distinto a las demás
ramas del derecho tradicional, sino, más bien, como el resultado de los
esfuerzos por hallar en las “veteranas” disciplinas jurídicas los principios
inspiradores de las normas que hayan de regular las nuevas situaciones a que
dé lugar la conquista y utilización del espacio exterior. Si estos supuestos
llegaran a desbordar –como de hecho ya ha ocurrido– las previsiones de aquel
derecho tradicional positivo, deberá el jurista acudir al derecho natural el cual,
por tener sus raíces en la ley eterna (“la razón y voluntad de Dios manda que
se conserve el orden natural, y se prohíba su perturbación”), que rige el orden
armonioso de la creación, proporcionará siempre la inspiración de las normas
que hayan de regularlas.
Tales caracteres son, por otra parte, consecuencia de la cada día más necesaria
cooperación internacional para que los avances de la técnica espacial no
impongan la ley del más fuerte o del más desarrollado en la carrera por la
conquista y exploración del espacio. Como secuela, e inseparablemente unidos
a ese universalismo que trasciende las fronteras nacionales, se pueden
reconocer los que pudiéramos denominar principios fundamentales del
derecho espacial, que, en síntesis, enumeramos a continuación:
144 En 1969, cuando se produjo el primer alunizaje con astronautas, los periodistas
le preguntaron a varias personas, teniendo en cuenta que eran los norteamericanos
los primeros en llegar al satélite natural de la Tierra, de quién era la Luna. Y todos
discutían y daban distintas respuestas. Para unos era evidente queera propiedad “de
los EE.UU.” (incluso habían plantado una bandera), para otros,“de la Humanidad” o
“de las Naciones Unidas”. Y cuando le tocó el turno a una niña, su cándida respuesta
se hizo famosa en todo el mundo: “La Luna es de Dios”.
Todas las normas, leyes y convenios de esta nueva rama del derecho tienden a
imponer un orden jurídico eficaz en la exploración, ocupación y en la
explotación futura del prodigioso ámbito espacial que se abre a la actividad
del género humano, y a lograr un régimen de convivencia pacífica.
Tanto los EE.UU. como en su momento la Unión Soviética han enviado sondas
145