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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITÉCNICA
DE LA FUERZA ARMADA NACIONAL BOLIVARIANA
UNEFA-NUCLEO MARACAY

Posición geográfica de
Venezuela.

Integrantes: Profesor:
Eduardo Torres 26.978.062 Cap. Jose Rojas
Jesus Andrades 28.335.303
Jheremy Linarez 28.187.697

Maracay,03 de mayo del 2020


Introducción
La diversidad y diferenciación del espacio ha sido un tema central del pensamiento
geográfico, desde las antiguas tradiciones corográficas hasta los recientes
pensamientos críticos y humanistas. En consecuencia, la geodiversidad acepta
varias lecturas, algunas veces encadenadas, las cuales pueden clasificarse en
cinco categorías: heterogeneidad natural, diversidad geocultural, sistemismo
estructural, regionalización geográfica y nueva territorialidad. Lugares, regiones,
paisajes, complejos territoriales, sistemas espaciales y zonas geográficas, a
diferentes escalas espacio-temporales, forman parte del glosario de la disciplina.
En términos de políticas públicas territoriales, la mayor atención se le ha dedicado
al problema del desarrollo desigual de las regiones y a la necesidad de reducir
dichas desigualdades, con el propósito de mejorar el grado de equidad
socioeconómica del país. Especialmente la economía se ha preocupado por
descifrar por qué el desarrollo económico se manifiesta espacialmente de manera
desigual. Disponibilidad y movilidad de los factores de producción, dotación de
recursos naturales y demanda externa, economías de localización y aglomeración,
son los factores que prevalecen en la mayoría de las explicaciones, las cuales, en
todo caso, sostienen implícita o explícitamente que en el largo plazo las mismas
fuerzas económicas y las regulaciones directas del Estado propenderían a
disminuir las diferencias regionales. Es decir, el desarrollo regional podría
equilibrarse mediante una corrección de los mecanismos de mercado, que
optimice la movilidad territorial del capital y el trabajo, o a través de una
participación directa del Estado, que evite la profundización de las brechas
regionales. En líneas generales, los equilibrios espaciales de la población y la
economía son aceptados como condiciones deseables de los procesos de
desarrollo, aunque son menos consistentes fuera del ámbito teórico, dada la
conformación y perdurabilidad histórica de la heterogeneidad territorial.
Recientemente, el Estado venezolano ha promovido dos estrategias centrales
orientadas a revertir las desigualdades sociales atribuidas al actual modelo
territorial. En efecto, a partir de 1999, se hacen intentos por actualizar los diseños
de ejes territoriales y zonas de desarrollo y, al mismo tiempo, establecer nuevas
formas de redistribución espacial del poder, los cuales han generado intensos
debates académicos y políticos. ¿Son propuestas viables o son ensayos de
laboratorio animados por la extraordinaria renta petrolera y la actual visión
centralizadora del Estado? Para dar respuesta a esta interrogante, se revisa
brevemente la base geohistórica de la estructura que se pretende cambiar y los
lincamientos generales de las estrategias territoriales del Estado. Finalmente, se
presentan algunas reflexiones sobre los procesos de concentración y
descentralización que intentan demostrar la inviabilidad de esas propuestas,
basándose en las ventajas y desventajas en cuanto lo político, social, económico,
militar y cultural para el desarrollo de nuestro pais. La imposibilidad de disponer de
evidencias empíricas, dada la inexistencia o inaccesibilidad de información sobre
los efectos socioterritoriales de la intervención del Estado, determina que las
respuestas buscadas queden más en el orden argumental que en el demostrativo.
Desarrollo:

La preocupación por la profundización, en los últimos años, de los problemas


socioeconómicos en las fronteras venezolanas, ha contribuido a transformar los
marcos normativos con el fin de fortalecer las áreas comunes, incrementar la
seguridad y fomentar el desarrollo social y económico de estos espacios. No
obstante, en el caso específico de la frontera colombo- venezolana, se observa
que existe una brecha importante entre la propuesta gubernamental y la dinámica
propia de la zona.

Para desarrollar este artículo, se utiliza una metodología de tipo descriptiva y de


diseño documental. Para lo cual, se examina la normativa vigente del Estado
venezolano en materia de fronteras(geográfica), a través de la revisión de la
Constitución Nacional, el Plan Nacional de desarrollo 2013-2019 y la Ley de
Fronteras. Además, se estudia la teoría del desarrollo local y literatura que explica
la relación entre instituciones y desarrollo económico. También, se exploran
algunas características geográficas y socioeconómicas, sociales, militares y
culturales, relacionadas con la dinámica de Venezuela. Finalmente, se realizan
algunas recomendaciones de políticas públicas para esta zona, a la luz de los
planteamientos del desarrollo local. Esto, se lleva a cabo a través de la revisión de
material bibliográfico, de periódicos, revistas y vídeos relacionados con la temática
a tratar. El proceso de globalización se efectúa a través de los flujos comerciales
de capital, información y conocimiento, que circulan alrededor del mundo y que
involucran, en mayor o menor medida, a la mayoría de los países.

Sin embargo, este proceso es profundamente asimétrico y favorece a un pequeño


grupo de naciones altamente desarrolladas, quienes controlan la economía
mundial, mientras la mayoría de países debe conformarse con el papel de actores
pasivos y altamente vulnerables a los cambios internacionales, influenciados por
las políticas aplicadas por los centros de poder económico, político, cultural y
militar.

De otro lado, pese al innegable avance del comercio internacional y de los flujos
financieros, la mayor parte de la actividad se realiza al interior de los países, o
dentro de mega bloques económicos, como la Unión Europea o el Tratado de
Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

El avance de la globalización ha sido obstaculizado también por grandes conflictos


bélicos (primera y segunda guerras mundiales), así como por las crisis
económicas de carácter hemisférico. Igualmente, las políticas proteccionistas y
discriminatorias, practicadas por las naciones opulentas, impiden que la mayoría
de los países participe activamente en los intercambios comerciales y financieros;
es decir, no logran globalizarse, y si lo hacen es solamente a través de las
transnacionales residentes en sus economías de enclave.
El soporte material de la globalización es la profundización de la división
internacional del trabajo, donde el predominio corresponde a un puñado de países
altamente desarrollados. Los avances de los países más atrasados están
determinados por la presencia del capital extranjero en sus economías, el cual ha
ido perfeccionando un esquema de inserción apendicular, donde las decisiones
estratégicas son tomadas desde afuera por las empresas transnacionales y sus
países de origen. En estas condiciones, cualquier posibilidad de desarrollo
independiente es cada vez más difícil. Socialmente la globalización afecta el índice
de desarrollo humano. De acuerdo con el PNUD, el índice del desarrollo humano
“ provee una medida compuesta de tres dimensiones del desarrollo humano: vivir
una vida larga y saludable (medida por la esperanza de vida); tener educación
(medida por la tasa de alfabetización de adultos y de matriculación en la
enseñanza primaria, secundaria y terciaria); y gozar de un nivel de vida digno
(medido por el ingreso según la paridad del poder adquisitivo).

El índice no es en modo alguno una medida integral del desarrollo humano. Por
ejemplo, no incluye indicadores importantes tales como respeto por los derechos
humanos, la democracia y la igualdad, aunque sí provee una amplia perspectiva
para ver del progreso humano y la compleja relación entre el ingreso y el
bienestar” (PNUD, 2006: 47). Además la evolución del IDH a lo largo de los años
no ha sido igual para todos los países y no necesariamente los más desarrollados
económica y tecnológicamente son los que muestran los mejores resultados.

Resumiendo, se puede afirmar que ha habido un importante avance en materia de


desarrollo humano. Sin embargo, persiste una situación precaria para el grupo de
países de DH e ingreso bajos, que incluye un importante porcentaje de la
población mundial, situándola al margen de los beneficios de la globalización. El
soporte ideológico de todo lo anterior nombrado, hablado y de la etapa actual de la
globalización es el pensamiento neoliberal, que promueve el libre comercio y la
hegemonía del mercado, como regulador de las relaciones de producción en el
mundo.

En la práctica, los programas de ajuste promovidos por el Fondo Monetario


Internacional (FMI) y el Banco Mundial, han empeorado la situación social y
económica de los países menos desarrollados, convirtiéndolos paulatinamente en
enclaves del capital extranjero. Los efectos, las ventajas y desventajas Sustentada
en la fetichización del mercado, la globalización capitalista promueve al máximo el
consumismo desaforado, la cultura del “ úselo y tírelo” , con el consecuente
deterioro del medio ambiente y el agotamiento de los recursos naturales no
renovables.

Este modo de consumo se traslada a través de múltiples canales a las naciones


menos desarrolladas, las cuales, sin haber alcanzado el nivel de desarrollo
adecuado, se ven abocadas a asimilar patrones culturales ajenos a sus propias
realidades, provocando distorsiones de índole estructural e impidiendo el
desarrollo del mercado interno.
Un efecto importante es la imposición, por parte de organismos como el FMI y el
Banco Mundial, (bajo el comando de las transnacionales), de políticas de ajuste
estructural de las economías dependientes, tales como una mayor apertura a la
competencia externa, privatización de las empresas estatales y extranjerización de
las privadas nacionales, flexibilización jurídica para que haya una mayor afluencia
de inversiones extranjeras, flexibilización laboral, para garantizar un marco jurídico
de explotación del recurso humano local en condiciones ventajosas.

Otra de las “ recomendaciones” de estos organismos es el recorte del gasto


público, que se traduce, en la práctica, en el desmejoramiento de la seguridad
social, la prestación de servicios públicos, la educación y la salud, entre otros.

Se argumenta que con los “ ajustes adecuados” , los países en desarrollo podrán
insertarse exitosamente en la economía internacional, es decir, globalizarse. Sin
embargo, los resultados de más de una década de ajustes han demostrado que la
pobreza y las desigualdades sociales y territoriales, en vez de disminuir aumentan.

Rasgo característico de la fase actual del desarrollo capitalista mundial es la


profundización de la tendencia general hacia el parasitismo económico,
representado por el predominio del capital financiero especulativo sobre la
circulación de mercancías. Esta situación afecta directa o indirectamente a las
naciones menos desarrolladas, expuestas a las oscilaciones de los mercados
financieros internacionales.

En el informe sobre las perspectivas globales de la economía, el Banco Mundial es


optimista al señalar que “ la próxima globalización – una profunda integración con
la economía mundial a través del comercio, los flujos de información, las finanzas
y la migración – ofrecerá nuevas y mejores oportunidades para incrementar la
productividad y elevar los ingresos.

Los productores que participan en los grandes mercados internacionales podrán


producir en gran escala, acceder a tecnologías y conocimientos más apropiados y
participar en la creciente integración global de las cadenas productivas. Los
consumidores en todas partes tendrán acceso a los últimos productos
internacionales” (The World Bank, 2007: vii).

Sin embargo, de acuerdo a Romero y Vera (2009) como lo deja entrever el


informe, esta posibilidad es solo potencial. Tal vez en otro contexto la
globalización podría significar una oportunidad histórica para la mayoría de países
atrasados, que son víctimas de un orden internacional adverso a sus intereses.
Esto solo será posible en la medida que el proceso de globalización genere
condiciones en las que el mercado, controlado por el capital transnacional, trabaje
en favor de las naciones menos favorecidas y no al contrario. Hay que advertir
sobre el riesgo que esto representa, en ese sentido, los organismos económicos
internacionales, influyen en la desregulación económica, especialmente en el
ámbito monetario y financiero, pero también en el comercial y productivo.
La volatilidad de la economía y la deficiente distribución de la renta, esta vez a
escala mundial, serán como tantas veces los frutos de ellos. Solo con la
constitución de organismos económicos mundiales con suficiente poder, con
objetivos estratégicos definidos (desarrollo humano, seguridad social, garantía y
estabilidad y sobre todo un sistema monetario desarrollista) podrá evitar esta
situación.

Desde aquí se defiende por la existencia de un gobierno mundial, que coordine,


regule y limite la actividad de los agentes económicos mundiales, que mitiguen los
problemas que plantea el sistema capitalista y que favorezca a los más
desfavorecidos, también hoy insertados en el proceso de globalización. Con el
presente trabajo lo que se quiere es analizar la potencialidad del uso de políticas
sociales, militares, económicas y culturales, al servicio de una política referida a
los comportamientos demográficos. Abandona así una polémica larga y estéril
respecto de las perfidias o las virtudes casi mágicas de las políticas de población.
Se muestra la coincidencia entre los intereses del país, según las expresiones de
los gobiernos nacionales, y los deseas de las parejas, lo que permite dejar de lado
una concepción que asociaba las políticas de población con imposiciones y
arbitrariedades de intereses espúreos . En lugar de ello se adopta una perspectiva
que parte de los derechos de las personas a elegir sus conductas reproductivas y
su residencia en lugares específicos del territorio nacional. Un lugar importante en
el trabajo, lo ocupa la argumentación que muestra la potencialidad de las políticas
sociales para asegurar a los individuos tanto el acceso a una mayor calidad de
vida como al ejercicio efectivo del derecho a regir su comportamiento demográfico.
Junto con ello, se muestra la posibilidad de una autonomía relativa de lo social y
de lo cultural respecto de lo económico que permite la realización de políticas
sociales y de población con relativa independencia de la dinámica económica. El
documento también discute el papel de los científicos sociales en la elaboración y
ejecución de las políticas sociodemográficas, preservando la soberanía del poder
político para fijar los objetivos y medios que hacen parte de aquellas políticas.
Finalmente, el papel del poder central versus el papel de los poderes locales, y las
ventajas comparativas de estos últimos, en la elaboración y ejecución de políticas
en general, y sociodemográficas en particular, es un aspecto que el trabajo
considera de vital importancia para ser tenido en cuenta en el ejercicio del poder
en relación a los hechos económicos, sociales y demográficos.

La preocupación por influir en la dinámica demográfica aparece con frecuencia en


los escritos de los científicos sociales que se ocupan del tema, como propuestas
de lo que se ha dado en llamar "políticas de población". Sin embargo, el poder
político no ha respondido a esa preocupaci6n de modo satisfactorio. La mayoría
de los países de la región no tiene una política explícita respecto de los aspectos
demográficos; algunos la tienen al nivel de principios generales que suelen
incorporarse incluso a alguna "Ley de Población"; mientras muy pocos poseen un
aparato institucional que realice acciones concretas tendientes a lograr metas
demográficas fijadas por el poder público. Antes de señalar algunos factores que
estarían relacionados con esta situación, valgan algunas aclaraciones con
respecto al tipo de acciones que justifican hablar de una política sociodemográfica.
En primer término, conviene destacar dos tipos de acciones que se vinculan con
los comportamientos demográficos pero que no pueden ser comprendidos dentro
del campo de las políticas sociodemográficas. El primero de ellos se refiere a la
creaci6n y el seguimiento de diversas fuentes de información (estadísticas vitales,
censos, encuestas) que permiten conocer, entre otras cosas, el volumen,
características y distribución espacial de la población, así como las tendencias
pasadas y estimaciones futuras de los comportamientos demográficos. Esta
información es fundamental para las acciones de los organismos públicos, pero
todavía no hay una intencionalidad política de influir sobre esa dinamita que se
está registrando a través & diversas fuentes. Un segundo tipo se refiere al uso de
esa informaci6n por parte dé1 poder público, para una mejor planificación o, más
generalmente, para la toma de decisiones económicas, sociales y culturales, ya
sea a nivel global, regional, sectorial o local. Estas acciones, que dan lugar a lo
que suele llamarse "incorporación de las variables demográficas en las políticas,
planes o acciones económico-sociales" toman a esa dinámica demográfica como
un hecho frente al cual se reacciona buscando los recursos para atender las
necesidades sociales y de empleo, cualquiera sean las posibilidades del sistema,
pero aún sin plantearse influir sobre esa dinamita.

Resumiendo todo lo planteado No cabe duda de la necesidad urgente de


humanizar la globalización. Por eso hay que impulsar el desarrollo
humano como alternativa al actual ordenamiento nacional, buscando un
mayor equilibrio socioeconómico y político, militar y cultural con
sostenibilidad, pensando en la calidad de vida de las generaciones
futuras.
CONCLUSION:

Se concluye el carácter excluyente y polarizador del actual proceso de


globalización, que tiende a favorecer más a un pequeño grupo de países
altamente desarrollados, los cuales concentran el conocimiento de punta y la
producción, aparte de controlar el comercio y las finanzas internacionales.
Mientras persista este esquema de reproducción a escala global, será difícil
alcanzar el equilibrio entre las naciones, lo cual generará mayores conflictos, entre
ellos están lo geográficos.

A nivel local los más beneficiados por la globalización son los sectores
empresariales relacionados con el comercio exterior, especialmente los
importadores y aquellos exportadores que, o se han asociado con el capital
extranjero, o encuentran todavía ciertos nichos de mercado en los países más
desarrollados.

Estos sectores, en general, son los que defienden “ a capa y espada” la apertura
incondicional de la economía a la competencia externa, al capital extranjero;
abogan por la firma de tratados de “ libre” comercio con Estados Unidos y
Europa, y son los principales propagandistas de la ideología neoliberal.

Los especialistas del tema que se aborda en este artículo, coinciden al señalar
que los esfuerzos realizados por las autoridades siguen siendo insuficientes y que
variables como la porosidad de la frontera, las irregularidades del terreno, el alto
nivel de desempleo, el diferencial cambiario entre ambos países y las divergencias
políticas, sociales y económicas han contribuido a fomentar el tráfico ilícito de
personas y mercancías, principalmente, el contrabando de extracción de gasolina
venezolana hacia Colombia. En este sentido, es importante atender a las
recomendaciones realizadas, y avanzar en temas sociales, económicos y políticos,
culturales y militares de manera mancomunados, orientados a mitigar las
carencias presentes en calidad de vida de los pobladores y las asimetrías
existentes entre ambas naciones; a través de una estructura de incentivos
adecuada y un sistema de sanciones creíble, confiable y bien fundamentado que
permitan reducir el intersticio que se hace evidente en una zona en donde
confluyen dos modelos de país divergentes y en donde hace falta más que retórica
y voluntad política para resolver los problemas que aquejan a los pobladores. De
allí, la necesidad de instrumentar políticas públicas de desarrollo local en
conjunción con el sector privado y los actores sociales de la población que
atiendan a las especificidades de esta zona y que garanticen aprovechar las
oportunidades y fortalezas para superar las debilidades y amenazas.

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