Desarrollo físico, cognoscitivo y lingüístico en el preescolar.
(Resumen).
RosmarI Ysabel Peña.
Hay una enorme distancia por recorrer entre los 2 y 6 años en la adquisición de los procesos de pensamiento indispensables para la instrucción formal. Los niños se convierten poco a poco en personas realistas que forman conceptos y muestran competencia lingüística. Aprenden el lenguaje para comunicar sus necesidades, ideas y sentimientos. De manera rápida en interacción con los desarrollos cognoscitivos y social. A medida que aprende la sintaxis y el vocabulario, asimila los valores sociales culturalmente apropiados: urbanidad, obediencia t roles de género. Los progresos en el pensamiento, el lenguaje y las habilidades motoras están interrelacionados. A medida que adquieren fuerza física y destrezas, se sienten motivados para aplicar las habilidades que va dominando a la exploración y el aprendizaje. Las formas en las que el niño se comporta y piensa constituyen un sistema integrado. Desarrollo físico y motor El desarrollo del cerebro da origen a habilidades más complejas y refinadas de aprendizaje, así como al perfeccionamiento de las habilidades motoras gruesas y finas. Tamaño y proporciones corporales. El crecimiento físico del individuo es resultado de la genética, la alimentación y las oportunidades de jugar y hacer ejercicio. La relación entre alimentación y crecimiento se manifiesta en las diferencias entre los niños que viven en países industrializados y en naciones pobres. Una privación prologada de nutrientes esenciales ocasiona efectos importantes en el desarrollo físico y motor. Los periodos prolongados de desnutrición durante la niñez temprana limitan directa e indirectamente el desarrollo cognoscitivo. No se trata de simple desnutrición, pues se presenta primero una condición de daño cerebral y luego de retraso del desarrollo cognoscitivo; daño cerebral que algunas veces es reversible y otras no. La desnutrición retrasa el crecimiento físico y la adquisición de habilidades motoras; a su vez, esto aminora las expectativas de los padres y contribuye al retraso del desarrollo cognoscitivo. Proporciones corporales. A lo largo de la niñez las proporciones corporales cambian. De los dos a los seis años, la tasa del crecimiento es más lenta en comparación con la de los dos primeros años de vida. Como ocurre con otros aspectos del crecimiento, los niños presentan tasas y aumentos muy variables de crecimiento en la etapa preescolar, y los padres no deben intentar acelerarlo sobrealimentando ni obligándolos a hacer demasiado ejercicio. El centro de gravedad en los niños de corta edad está por encima del de los adultos, en la parte superior del cuerpo, este centro de gravedad va descendiendo al área pélvica conforme va modificándose las proporciones corporales. Maduración esquelética. Los huesos se desarrollan y endurecen por medio de la osificación (tejido blando o cartílago se transforma en hueso). La edad esquelética de la madurez de los huesos se mide con radiografías de los huesos de la muñeca. Desarrollo de las habilidades motoras Las habilidades motoras del niño mejoran durante el periodo preescolar. Los cambios se concentran en las habilidades motoras gruesas, en cambio las finas se desarrollan con mayor lentitud. Sin embargo resulta difícil distinguir el desarrollo motor-perceptual del cognoscitivo global. Casi todo lo que hace el niño en los primeros años supone una interacción entre éstos, juntos con el desarrollo social y emocional. Aunque gran parte de lo que hace perece ser una exploración sensorial, sus acciones suelen ser propositivas y estar encaminadas a metas. Algunas secuencias del desarrollo comprenden lo que se conoce como subordinación funcional, integración de varias acciones o esquemas simples a un patrón de conductas más complejo. Habilidades motoras gruesas. Los niños de dos años son competentes, aunque les queda un camino por recorrer. Su conducta motora gruesa empieza a dar señales de automaticidad (realizar conductas motoras bien practicadas sin tener que pensar en ellas) La actividad global alcanza su punto más elevado entre los dos y los tres años y disminuye en forma gradual durante el resto del periodo preescolar, primero en las niñas. Habilidades motoras finas. Exigen el uso coordinado y diestro de la mano, los dedos y el pulgar. Las habilidades provienen de procesos superpuestos que comienzan antes del nacimiento. Hacia el final del tercer año surgen nuevas habilidades manuales cuando el niño empieza a integrar y coordinar esquemas manuales con conductas motoras, perceptuales o verbales. Las habilidades motoras finas también empiezan a mostrar automaticidad. Pero a pesar de una mayor competencia, le cuesta mucho ejecutar movimientos finos con precisión. Esta dificultad está ligada a la inmadurez del sistema nervioso central, lo mismo que a su escasa paciencia y lapso de atención relativamente corto. Conforme va dominando este tipo de habilidades, se vale por sí mismo con mayor competencia y realizar mejor sus actividades diarias. Aprendizaje y habilidades motoras. Las primeras habilidades motoras que empiezan a aprender el preescolar suelen ser acciones ordinarias, aunque no las dominará hasta el final del periodo preescolar. Estas habilidades mejoran su capacidad para desplazase, valerse por sí mismo y comportarse de manera creativa. Los investigadores han identificado condiciones importantes del aprendizaje motor: aprestamiento, práctica, atención, competencia, motivación y retroalimentación. El aprestamiento es necesario para aprender cualquier habilidad, tanto cognoscitiva como motora. Se necesitan madurez y ciertas habilidades básicas para que le niño aproveche el entrenamiento. El niño desea aprender, disfruta la práctica y le fascina su desempeño. Muchas veces da indicaciones del momento en el que ha alcanzado el aprestamiento. La práctica es indispensable para el desarrollo motor. Cuando viven en un ambiente limitado y restringido, su adquisición de habilidades motoras se regaza. Les resultará difícil adquirirlas a quienes no tienen objetos con que jugar, lugares que explorar, herramientas que usar, ni personas a quienes imitar. En un ambiente rico y dinámico suelen ajustar bien su ritmo de aprendizaje. Desarrollo cognoscitivo Cuando observamos los cambios en el desarrollo es difícil distinguir las contribuciones de la competencia física y las del desarrollo cognoscitivo. Las teorías de Piaget con una base para entender el desarrollo cognoscitivo. Más allá de Piaget: perspectivas sociales Algunos psicólogos del desarrollo ven el desarrollo cognoscitivo desde una perspectiva muy distinta. Ponen en juicio la idea piagetana según la cual el niño es un explorador solitario que trata de interpretar el mundo por su cuenta. No excluyen la exploración activa, pero aseguran que adquiere más a menudo sus habilidades cognoscitivas interactuando con personas de más experiencia que transmiten las reglas y las expectativas de la sociedad. Función de la memoria en el desarrollo cognoscitivo La memoria es un aspecto fundamental del desarrollo cognoscitivo. Percibir de manera selectiva, razonar, clasificar y avanzar hacia conceptos más complejos se dan junto a la maduración y la adquisición de los procesos de memoria. Procesos de memoria. Cuando la información visual entra, el registro sensorial la conserva por un periodo muy breve, antes que otra la reemplace o sea transmitida para su procesamiento. La memoria sensorial auditiva dura más tiempo. La información a la que prestamos atención pasa a la memoria a corto plazo o de trabajo, y allí es procesada, es esencialmente la conciencia. La información permanece durante 15-20 segundos. Si tratamos de recordarla pasa a la memoria a largo plazo, que se considera permanente y se basa en los cambios estructurales del cerebro. Los recuerdos guardados en ella son accesibles durante toda la vida y constituyen al almacenamiento acumulado del conocimiento al que accedemos cuando reconocemos lo familiar y aprendemos cosas nuevas. Como la memoria consta de imágenes, acciones o palabras, aluden a ella como visual, motora o verbal. Reconocimiento y recuerdo. Son dos habilidades de retención. El reconocimiento es identificar objetos o situaciones que se han visto o experimentado antes. El recuerdo es la capacidad de hacer remembranzas de largo plazo con pocas claves o pistas. Los investigadores dicen que el preescolar logra excelentes resultados en las tareas de reconocimiento, pero que su desempeño en el recuerdo es deficiente, ambas mejoran entre los 2-5 años. El preescolar es mejor en el reconocimiento que en el recuerdo, pero este último es mejorable si sus cuidadores le hacen preguntas que exijan el ejercicio del recuerdo. El juego y el desarrollo cognoscitivo. El juego favorece el desarrollo cognoscitivo, y conocer su entorno físico, dominar la representación simbólica y aumentar sus conocimientos sociales. Exploración de los objetos físicos. Cuando juega con objetos físicos aprende las propiedades y las leyes físicas que los rigen. Al realizar el juego constructivo, adquiere información que le servirá para crear el conocimiento, y a su vez le permitirá una comprensión y competencia de más alto nivel. Aprende a comparar y clasificar los objetos y los hechos; comprensión más completa de conceptos como tamaño, forma y textura. Además, adquiere habilidades que lo hacen sentirse físicamente seguro y tranquilo. Juego y egocentrismo. Los niños observan a otros y parecen interesarse, pero pocas veces se les acerca. Si lo hacen, se concentra en jugar con el mismo juguete y no con el niño. El juego dramático refleja mayor madurez social. Muestra una mejor comprensión de las ideas ajenas, los cual les permite participar de manera más eficaz en la representación de roles. El éxito se basa en la colaboración de los actores. Pero la madurez social es relativa igual que ocurre con cualquier conducta. De tres o cuatro años todavía pueden ser muy obstinados y negativos. A loa tres suelen estar más dispuestos a corresponder a las expectativas de a gente. Le interesan más los efectos que sus acciones tienen y obtienen gran satisfacción al mostrar a los otros lo que ellos hacen. Juego dramático y conocimiento social. En la etapa preoperacional los niños mayores ensayan su conocimiento social en el juego dramático. Favorece el dominio de la representación simbólica merced de la imitación, la simulación y la representación de roles. Permite que los niños se proyecten en otras personalidades, encarnen diversos roles y experimenten más pensamientos y emociones. La función de los compañeros. El preescolar a veces pasa más tiempo interactuando de manera directa con sus compañeros que con los adultos. Los grupos informales a menudo están constituidos por niños de diversas edades. Estos ofrecen a los niños mayores la oportunidad de practicar la enseñanza y el cuidado de los pequeños, los cuales imitan y ejercitan las relaciones de roles con ellos. En estos ambientes, el juego estimula la adquisición de nuevas formas de pensar y de resolver problemas.