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Se me viene a la mente aquellas personas que deciden vivir un estilo de vida mas profunda, que
optan vivir en un monasterio o un lugar de misión o de formación muy alejado del mundo. Es
por eso que Tomas Merton usa la palabra “Atrever”, porque el dar este paso conlleva el
armarse de valor, arriesgarse, lanzarse, para dejar absolutamente todo y estar vacío, solo con
uno mismo.
Y es en esta soledad y vaciamiento donde el hombre puede llegar a ver lo que en realidad
estaba llenando su corazón, es ahí donde se da cuenta que tenia una vida muy superficial, es un
choque brusco contra el muro de la realidad y el encuentro con su verdadero Yo.
El adentrarse mucho más en las profundidades de uno mismo, es una decisión que pocas
personas eligen y aterrorizan a otras, porque esto implica despojarnos de aquellas cosas al que
el ser humano esta apegado. A muchas personas le cuesta tomar el camino a la interiorización,
porque te llegas a encontrar con contigo mismo, donde ves muchas debilidades,
imperfecciones, errores, etc.
Pienso que este texto es una invitación para nosotros como Iglesia a no olvidarnos de
alimentar nuestro ser espiritual, de poder ver conocer nuestro verdadero Yo, para que desde
ahí podamos crecer, madurar y sobre todo alcanzar la santidad, porque en lo más íntimo de
nosotros también encontramos a Dios.
Pienso que en algún momento de nuestra vida hemos llegado a actuar de esta manera, de
llegar a vivir dentro de nuestro caparazón y con una o varias máscaras, porque existe en
nosotros el miedo a que los demás nos conozcan tal cual somos. Claro que en el fondo no
logramos tener una relación autentica con los demás, engañamos y nos engañamos a nosotros
mismos.
Pero pienso que trascender no significa que uno viva alejado de la realidad o de sentirse
superior a los demás, sino que es una invitación a también a saber actuar dentro de la realidad
en el que vivimos. Al igual que muchos santos han llegado a un grado superior de
contemplación, pero estos no se han quedado ahí, sino que con su propia vida han sido
verdadero testimonio de Dios, gracias a su desapego del mundo y de las cosas superficiales, nos
enseñan que la verdadera felicidad está en el encuentro verdadero con Dios y el darse a los
demás, que es el resultado. Si amas a Dios lo demostrarás con los demás.