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ADVERTENCIAS AL ASPIRANTE ANTE LAS PUERTAS DE LA MASONERÍA

Nuestra vida suele ser un mar poblado de mil tormentas y a su merced se sacude el
Cascarón de nuestra existencia. Vivimos en un estado de tensión permanente donde poco tiempo
hay para respirar y sentir Paz entre necesidades y problemas. Nuestro trabajo, los compromisos
variadísimos en que nos complicamos, nuestras demandas familiares, los sinsabores económicos,
la competencia, los avatares externos que pretenden imponérsenos, nos sumen en una constante
Guerra por la supervivencia donde nuestras fuerzas están casi concentradas en defenderse para
sobrevivir, sin tener a veces tiempo para pensar qué sentido tiene o qué hay más allá de todo esto.
Parece que fuéramos siempre corriendo de atrás a todo y que los hechos se nos escapan, o si se
quiere, vivimos esforzados para tapar los agujeritos de un Dique que está por estallar intentando
ser buenos padres, esposos, parejas o familiares, ejemplares ciudadanos, destacados en algún
campo, en ser reconocidos por los demás por algo.... Cualquier error puede hacer terminar en el
desastre esfuerzos que pueden datar de años, y de ahí el temor constante de fracasar. En medio
de esa tensión cotidiana y absorbente, de vez en cuando resuena esa Voz Interna que nos
pregunta "¿quién soy?", "¿de dónde vengo?", "¿dónde estoy?", "¿hacia dónde me dirijo?". Algo o
Alguien nos sugiere que la Realidad no es el resultado de lo que se nos impone sino el producto de
variados acontecimientos cuyas causas podemos conocer y cuyas consecuencias podemos
manejar. El bíblico "sois dioses" de Sal. 82:6 resuena recordándonos que somos una Chispa de la
misma naturaleza que lo que conocemos como "G.: A.: D.: U.:", y que de la misma manera que El
lo hace con la Creación, nosotros podemos idear nuestra Realidad y nuestra Vida.

Quien se siente conmovido por estas afirmaciones no es un personaje cualquiera, a pesar


que en la maraña social pueda tener un rol de mediocre o de nula entidad, sino alguien que ha
decidido tomar a la Vida en su verdadera dimensión y trascender rescatando de ella lo más
importante. Ve a la Existencia como una posibilidad de adquirir experiencias para aprender y
mejorar, y al Mundo como un campo de pruebas sobre cuya evaluación se adquiere el
perfeccionamiento. Siente que puede hacer algo para dominar y transformar su propia Vida,
dándole un sentido. Se ve como único regente de su Destino y comprende los poderes y alcances
ilimitados a que podría llegar con sólo descubrirse a sí mismo. "Conócete a tí mismo y conocerás el
Universo" decía la inscripción del Oráculo de Delfos, y Lao Tsé enseñaba la supremacía de quien se
domina y se conoce.

Pero los Hombres somos limitados. Larga búsqueda debemos hacer para llegar a
comprender el sentido cabal de estas afirmaciones, buscando a tientas entre las Tinieblas. El
deseo de Dominio Absoluto de nuestra Realidad implica una noción previa de vocación por la
Libertad. En Oriente el Aspirante a lo Superior debe obedecer a rajatabla y ciegamente las
órdenes de un Maestro que se supone sabe más que él y que lo domina y totaliza en todos los
aspectos de su existencia; nada más ajeno a permitirle al Hombre ser el Arquitecto de su propio
Destino. La Libertad como primer principio de acción (en nuestro Mundo imperfecto ésta no
parece positivamente posible como realidad de partida) es necesaria entonces para explorar la
Verdad, máxime cuando siempre percibimos la relatividad de las ideas, filosofías, religiones y otros
sectarismos. Debemos dejar que el propio Hombre sea el Camino, como dice el rochense Alberto
Caymaris. Al decidirnos a ser dueños de nuestra Vida y a tomar la Ruta que nos imponemos
tenemos base para romper "desde el pie" los condicionamientos y para elevarnos en la difícil
Aventura del Conocimiento, de lo contrario continuaremos dando vueltas arrastrando la Cuerda
en la Oscuridad de nuestra Ignorancia. Es pues una postura mucho más activa y arriesgada que la
de aquel a quien una ideología prefabricada le soluciona sus problemas existenciales (o mejor
dicho, se los anestesia), o de aquel que dormita en la indiferencia.

La Vida es muy rica y no podemos experimentarlo todo. Gran parte de ese esfuerzo nos
ahorra el poder compartir experiencias con otros que por su lado realizan la misma Búsqueda
Espiritual. Con nuestros escasos medios, solos es poco lo que se puede hacer. Recordamos de una
historia que alguna vez oímos lo siguiente: Tres sabios que eran ciegos intentaron reconocer a un
objeto que se les había interpuesto por el tacto, que era el único medio de percepción disponible
para ellos. Uno dijo: "es como una enorme manguera". Otro llegó a la conclusión que era como un
enorme barril recubierto por una gruesa lonja y el tercero pensó hallarse ante cuatro columnas.
Como eran sabios aunque ciegos, se dieron cuenta luego de comunicarse e intercambiar sus
percepciones que se hallaban ante un elefante. Sin perder la individualidad, la Verdad también es
el resultado de una experiencia y un intercambio colectivo. La discusión enriquece siempre y
cuando se le reconozca al otro la dignidad de aquello en lo que cree y conoce, de ahí la necesidad
de la Tolerancia. La experiencia ajena es valiosa y aporta elementos de comprensión al otro, por
eso la segunda condición de precepto es reconocer al prójimo un plano de Igualdad en su
experiencia íntima con respecto a la nuestra.

La experiencia colectiva es no sólo enriquecedora sino que compromete a todos los


buscadores espirituales en la obtención de una Obra común, porque la unión crea un edificio
sólido, como si cada persona fuera un ladrillo o Piedra, contra los avatares que nos atormentan,
fomenta la solidaridad, alienta a los buscadores individuales, y mejorando todos también se
mejora cada uno. Entre el individuo y el ser colectivo hay una interacción mutua, lo cual basta
comprenderse cuando se sabe que una personalidad positiva puede cambiar a un grupo y
viceversa, pero a su vez un grupo positivo puede contribuir al mejoramiento de un grupo más
grande. Unidos en las mismas circunstancias, participando de una misma Naturaleza y con idéntico
Norte nos reconocemos como "HH.:". Así, el tercer pilar que fomenta la cohesión y proyecta al
grupo para iluminar a más personas es la Fraternidad. Quien niegue sus conocimientos a los
demás no sólo se perjudica sino que daña a los demás. Quien desde adentro bombardee al grupo
no sólo pierde fuerzas que debería usar para su propia Perfección sino que lastima y desalienta a
sus HH.:.

No falta quienes se pregunten cómo puede perderse el tiempo haciendo Filosofía cuando
tantos problemas cotidianos hay que abordar, pero nosotros a su vez nos preguntamos cómo
puede abordarse las tribulaciones del vivir sin una Perspectiva Trascendental. Los planteamientos
masónicos no son teóricos como pudiera creerse sino que poseen un propósito práctico o
pragmático; es que la Masonería si no sirve para la Vida no sirve para nada.

Queridos Hermanos: Quien viene a la Masonería es aquel Hombre que, cansado de


sobrevivir la cotidianeidad, intenta ir en pos del conocimiento de las Leyes que lo gobiernan para
dominarlas y recrear su propia Realidad. Quiere romper con el Mundo que lo esclaviza y
honradamente (desechando falsos honores o espúreos propósitos como exige el Rit.: de Inic.:) se
propone mejorarse como Persona y propiciar un Nuevo Ambiente a su entorno. Cada M.: debe ser
lo suficientemente humilde para comprender que lo que sabe es poco y que siempre estamos
aprendiendo; quien les habla está a su vez aprendiendo y por éllo los MM.: nos definimos como
"Eternos Aprendices". Por una extraña Ley de Afinidad el Aspirante a lo Superior buscará en el en
el grupo Mas.: también a otros Hombres con las mismas características que participen por su lado
de su individual búsqueda para intercambiarse ideas y comprometerse en la formación de un
Conjunto de Vanguardia que intentará también iluminar u orientar a otras personas o grupos más
grandes, porque en la entrega a los demás todos ganamos y adquirimos otra Oportunidad de
Realización. El compromiso último de esta peculiar y curiosa Hermandad de la Masonería es con la
Verdad que nosotros representamos con el Símbolo de la Luz que resplandece como emanación
del G.: A.: D.: U.:, Luz que aunque no conocemos en su cabalidad y no podemos tocarla sabemos
que nos nutre y que sin ella no podríamos vivir. Por ser Hombres limitados, ciegos pero con
intenciones de aprender, gentes de muy variadas actividades y suertes venimos a esta Escuela
cuya Enseñanza no es sino el resultado de nuestras mutuas experiencias, y que por supuesto no es
infalible ni única (muchos hay que en otras trincheras se empeñan en lo mismo en forma sincera),
pero aspiramos a que se enriquezca con todas las Enseñanzas y con las adquisiciones de cada H.:.
Como nuestra Obra es muy seria y delicada, no buscamos el reconocimiento ajeno ni hacemos
alharaca de nuestros esfuerzos, por eso la acción de la Masonería es discreta. Si vuestras Almas
vibran con estos sentimientos, aquí encontrarán al ambiente propicio para desarrollar vuestras
inquietudes trascendentes.
UN POCO SOBRE LA MASONERIA

La MASONERIA nos plantea desde la Iniciación un Compromiso con la Moral ("hacer el


mayor Bien y el menor Mal") y a su vez con un Principio Supremo. En Ella la Razón y la Fe se dan la
mano, porque no son enemigas sino Fuentes del Conocimiento, integradas a la Experiencia (no
científica sino espiritual, del modo que la Alquimia -Doctrina no ajena a la Ob.:- no es sino una
Química Espiritual).

Muchas vueltas, rectificaciones y coagulaciones (si se nos permite el léxico alquímico), se ha


hecho a través de la Historia para elaborar el concepto de la Masonería, sometido a incesantes
cambios relacionados con la Evolución del Hombre. Para definirla se ha usado distintos vocablos:
secta, religión, sociedad iniciática, institución racionalista o filosófica, fraternidad, facción
revolucionaria, factor de poder. En realidad, todos estos papeles ha tenido que desempeñar la
Mas.: según las circunstancias. Nosotros creemos que la Mas.: tiene un poco de todos estos
ingredientes, como si fuera un enorme puchero que satisface todos los gustos, por eso quizá se
encuentra en Ella gentes de variadas extracciones, actividades y vivencias. Integrada por Hombres,
también forma parte de la Mas.: involuntariamente las veleidades y pasiones humanas por
supuesto. Desgraciadamente, en la Orden se ha mezclado impurezas nada "masónicas" como las
expectativas y ambiciones personales. La Ob.:, reconociendo su propia imperfección y como
Escuela, intenta corregir y erradicar de su seno esas asperezas, porque debe ser un receptáculo
donde predomine la práctica de todas las Virtudes y un lugar donde cada H.: pueda encontrar una
Fortaleza de los Valores constructivos.

A quienes afirman que somos una Secta, es lícito reconocerles que nos importa más la
calidad de los integrantes que el número, pero propendemos al mejoramiento del género humano
y a que un día, cuando se den las circunstancias, todos puedan integrar la Mas.: libremente.
Aunque por ahora, cualquier hombre bueno podría ser H.:.

A quienes creen que somos una Religión, les decimos que creemos en una Hipótesis
Suprema y consideramos que nuestro Camino nos religa (vuelve a unir) con Aquélla, pero cada
uno es su propio Sacerdote, nuestro Libro es la Conciencia Humana, nuestro Credo es la prédica de
la Moral y nuestro Templo reside en el Yo interno, pero ningún M.: está obligado a entender esto y
cada uno redefine estos conceptos por sus convicciones legítimas. Somos Agricultores o
Arquitectos de nuestro propio Destino, pero no desconocemos la Rectoría Divina. Y más que
Religión, somos Acción.
Para los que definen a la Mas.: como Sociedad Iniciática, debemos aseverar que nadie
puede acceder a ella sino a través de una transformación interior que llamamos "Iniciación", pero
si se espera que esto se agote en una Ceremonia, sería preferir la Cáscara a la Sustancia. No se es
M.: por ser iniciado formalmente, sino por la asunción de la Inic.: como un estado de renovación
espiritual. La Inic.: y la Mas.: se experimentan y se viven; uno puede pasar por ellas pero también
debemos permitir que penetren en nosotros.

Para quienes opinan que la Mas.: es una Institución Racionalista o filosófica, es cierto que
cualquier individuo bueno puede adherir cómodamente a la filosofía de la Ord.: y no tiene por qué
avanzar en ella si su Conciencia no lo desea. Pero todo Mas.: sabe que la Razón es un témpano
sobre un Mar de Irracionalidad o de asuntos que todavía no comprendemos, y que la Filosofía es
muy ambiciosa pero posee alas cortas. Más allá, en la Mas.: el Sendero queda abierto a la
Voluntad y a la Imaginación.

Para quienes dicen que somos una Fraternidad, la palabra "H.:" no es un saludo de
protocolo sino un vínculo más fuerte que la Sangre; es una vivencia, un sentimiento, una Palabra
que nos llena de Alegría decir y oírla. Por esto queremos ser más que un club de camaradería.

A quienes la ven como una Facción Revolucionaria, es cierto conceder que la protesta
organizada contra la Tiranía ha comenzado siempre orquestada por pequeños grupos, como el
nuestro en algunas ocasiones. La Mas.: es un grupo inquieto y en el buen sentido de la palabra
Rebelde. Pero el M.: respeta la Ley justa y legítima emanada de la autoridad aceptada por el
cuerpo social, y no se cree mesiánica o destinada a regir sociedades, sino que pretende que cada
Albañil dé un poco más de su esfuerzo por el mejoramiento común de la Sociedad y de cada uno, y
que ese espíritu se contagie a los demás sin imponerlo. Tema en tanto todo Gobierno tiránico o
antipopular a la Mas.:, porque nunca el Despotismo ha conocido enemigo más implacable que ella.

Calificar a la Mas.: como un Factor de Poder supone más de un riesgo. La Ob.: sin duda
influye en los avatares de las sociedades en que se instala, y además de poseer una vocación de
servir, los Gobernantes muchas veces han requerido o necesitado su consejo, de provecho. Somos
en el Mundo Prof.: un Pilar de las Democracias, y eso no puede negarse. Sin embargo la acción
masónica, siempre reservada, ha sido malinterpretada como la de un "poder enquistado y
manejador oculto en las sombras de los Gobiernos"; pero nada más lejano a esta realidad, y
aunque esta opinión mucho mal nos ha hecho, la Ob.: es de acción positiva y prefiere reservar
energías no para refutar sino para actuar bien.
QQ.: HH.:: A veces nos sucede que nos preguntan qué es la Mas.: o qué significa ella para
nosotros. ¿Cómo transmitirse o explicarse algo que sólo se siente a quien no lo conoce? Lo único
que la gente verá son nuestras Obras, y ellas hablan por nosotros. Hagamos pues en consonancia
con lo que creemos, y mostremos lo que en realidad la Mas.: realmente es: un Camino con
Corazón.

SOBRE QUÉ ES LA MAS.:

La inmensa mayoría de nosotros ingresa a la Mas.: sin conocer siquiera someramente en


qué consiste. Sin mucha información al respecto, salvo la que provenga de algunos libros o de
algún H.:, la única que vamos adquiriendo se obtiene por nuestra asistencia regular y según
nuestra propia vivencia en la realidad de la Ord.:. La verdadera esencia de la Mas.: se adquiere a
través del Aprendizaje, la Instrucción, la Práctica y el Tiempo, porque ésta no se muestra sino a
quien persevera en sus ideales. Pero ¿qué es la Mas.:? Cada uno, conforme a sus condiciones
intelectuales o a su trayectoria o vivencias dentro de la Inst.:, posee una idea particular sobre ello,
concepto que se perfecciona y reelabora en el devenir, pero aparte del individual existe un
concepto colectivo de Mas.:, ya que si ésta es tarea de todos, durante su construcción también la
vamos definiendo y redefiniendo. El contenido y significado de la Mas.: es algo que se descubre
con Trabajo, Experiencia y Paciencia, y su verdadera razón no se oculta a nadie que quiera saberlo
honrada y sinceramente. Pero el concepto de Mas.:, tanto individual como colectivo, es dinámico y
se perfila con la Labor y el Tiempo, de ahí que lo que se conozca como tal por los libros es
insuficiente por teórico y por estático.

Existen quienes necesitan definiciones sobre la Mas.: para ubicarla conceptualmente. Las
definiciones, como se sabe, siempre pecan de parciales e incompletas. Pero examinemos algunas.

Es verdad que la Mas.: es una Sociedad, o algo más que ello: una Fraternidad, ideal
expresado en uno de los vértices de nuestro Tríptico. Por el hecho que nos reconozcamos como
"HH.:" admitimos una unión espiritual más estrecha y comprometida que la simple camaradería de
un Club, y por eso nos definimos también como una "Cadena" sólida y unida de Eslabones de
Metal puro, Eslabones que representan a cada H.:. Somos asimismo una Fraternidad reservada o
discreta, y no somos una sociedad secreta donde nadie conoce a quiénes la integran y a veces los
propios afiliados no conocen a sus autoridades. La Mas.: tiene en el Uruguay personería jurídica
desde 1882, sus autoridades son conocidas públicamente y dan reportajes a la Prensa; sus
edificios están a la vista de todo el mundo y sus teléfonos figuran en la Guía Telefónica. Ese
carácter reservado la ha conceptuado a la Ob.: ante sus detractores como un foco revoltoso, un
grupo sospechoso o una "rosca" o entidad organizada para el mutuo provecho o la dominación de
las estructuras políticas nacionales e internacionales. Pero eso no es la Mas.:, que nunca ha salido
al cruce contra tantas mentiras creyendo (quizá hasta ingenuamente) que basta con que la Verdad
se muestre por sí misma. La discreción tienen un propósito fundamental en la Ord.: porque es el
ambiente propicio y necesario para que se desenvuelva y porque no hace alharaca de su Obra, y se
ha preferido no perder tiempo ni fuerzas en el debate contra quienes ven en la Inst.: una Secta o
Célula de fines inefables, canalizando por el contrario las energías en forma positiva dentro del
propio Trab.: masónico. Y por cuanto abarca con su actividad e influencia a todo el Orbe, y admite
a cualquier persona sin distinciones con tal de que sea honesta, la Mas.: se reconoce como
Universal.

Una definición de la Mas.: muy común, que con variantes en su idea recoge el conocido
opúsculo instructivo "¿Qué es la Mas.:?" y nuestra Constitución (que la trata como principio, como
institución, como programa y como pueblo -a cuya lectura nos remitimos-), y posee diversas
versiones conforme textos y autores, es la que a nuestro entender sintetiza correctamente Serge
Raynaud de La Ferrière en la siguiente: "Institución filantrópica, filosófica y progresiva, que tiene
por objeto el ejercicio de la beneficencia, el estudio de la moral universal, el análisis de las ciencias
y de las artes y la práctica de todas las virtudes". Es una definición de carácter institucional que
intenta delinear a la Ord.: por sus fines, y si bien dice bastante peca de definir a la Mas.: por lo que
supuestamente hace o persigue pero no por lo que es. No deja de ser demasiado vaga y superficial
(no hay en élla mucho que nos distinga de otros grupos filosóficos o Clubes) y es asimilable para
los extraños o Profanos, especialmente cuando resalta la obra benéfica de la Ob.: para con la
Humanidad, pero no contentaría a un verdadero M.:.

La Mas.: no es sólo una Asociación o Frat.:, sino que paralelamente la ubicamos como una
"Orden" u "Obediencia", que recuerda los grupos monásticos estructurados bajo una hermandad
colectiva, regulada por una Disciplina estricta bajo Sometimiento voluntario a través de un
Juramento y gobernada por una Autoridad verticalista. A diferencia de una Orden religiosa, la
Mas.: combina también un sentimiento de igualdad entre los HH.: que se observa a rajatabla no
importando el Gr.: o la antigüedad del M.:, y la Autoridad se atempera por la limitación del
mandato, que es periódico y se renueva mediante sufragio, reconociéndose a la Directiva como
primeros circunstanciales entre Pares. Pero una peculiaridad es que el M.: se encuentra ligado por
un Juramento de Fidelidad y Silencio no sólo ante los Profanos sino ante los HH.: de Grados
inferiores por los secretos que va descubriendo en su ascenso, lo que nos evidencia una estructura
de enseñanzas veladas o reservadas, esotéricas, a las que se comienza a conocer por un requisito
previo indispensable cual es el de la experiencia de la Iniciación, de ahí que la Mas.: es
conceptuada como una "Orden esotérica" o "Iniciática".
Otra definición de Mas.: que tomamos de autores ingleses, como Oswald WIRTH, es esta:
"La Mas.: es un sistema filosófico velado por alegorías e ilustrado por Símbolos". Es una
conceptuación muy amplia y dinámica, que apunta al conjunto de creencias que nutre a la Inst.: y
resalta su carácter Esotérico-Iniciático. La Ord.: no posee textos de enseñanza oficial salvo ciertas
lecturas de orientación disponibles que no hay obligación de consultar y donde lo allí dicho corre
por cuenta y no tiene mayor valor que la autoridad del escribiente, porque se entiende que las
Leyendas y Símbolos contienen sintéticamente toda la riqueza ideológica de la Ob.:, que no podría
estar contenida en todos los libros que se escribieren. Son pistas que el M.: debe estudiar y
comprender para descubrir su contenido, lo que podrá lograrse conforme a las luces e inquietudes
de cada uno. Por otra parte, en los Rituales hay también mucha filosofía. También existe la
conceptuación de un Símbolo Máximo, Ser o Ideal Superior bajo cuyo nombre dirigimos nuestras
vidas que es el G.: A.: D.: U.:, lo que provocado grandes discusiones sobre si la Mas.: es o no una
Religión. Si la Mas.: es un Camino de Reencuentro con ese Principio Fundamental que es el G.: A.:
a través de una Doctrina de Elevación Moral, de la Educación Interior y de la Construcción de una
Humanidad evolucionada, ¿por qué no caracterizarla como Religión, no como institución de
creencias sino como forma de vivir trascendental? Quien opina cree que la Mas.: es una Religión,
pero es un decir que sólo corre por su cuenta. Pero en definitiva, la definición de Mas.:
sobreapuntada como sistema filosófico de Leyendas y Símbolos se limita al aspecto teorético,
destacando su naturaleza especulativa, pero no toma en cuenta la Práctica o la Experiencia, que
ha dinamizado y enriquecido con los siglos a la Ord.:, ni considera la labor desempeñada por élla
dentro de sí ni en el campo profano.

El Trabajo, la Experiencia y la Práctica como componentes indispensables del quehacer


masónico denotan a éste como un Oficio o Arte, Arte Elevado porque es espiritual y reservado a
quienes son dignos y aspiran a un noble Corazón, un Arte que se domina solamente por Almas
seleccionadas, y así se habla también de la Mas.: como un "Ars Regia" o "Arte Real", donde cada
H.: es su Rector y Sacerdote, el Obrero, la Cantera, la Herramienta , la Piedra y la Obra, recordando
a las épocas en que la Mas.: nucleaba a obreros y artesanos de la construcción (Mas.: "operativa"),
aunque el Trabajo es hoy netamente filosófico e intelectual.

QQ.: HH.:: La Masonería es todo esto y por supuesto mucho más. Nosotros preferimos
entender a la Mas.: como una Plantita, a quien dedicamos todo nuestro esfuerzo y cuidados en
forma constante y con cuya contemplación nos regocijamos. Como en "El Principito" de Antoine
de Saint-Exupéry, no es la única Rosa, pero es la nuestra y debemos quererla como única porque
con el transcurso del tiempo ella tiene un poco nuestro y nosotros un poco de ella,
transformándonos en un Ser Indivisible consustanciado. Para comprender a la Mas.: primero es
necesario quererla. Es extraña y a veces contradictoria, pero en ésto radica su belleza. En lo
demás, y como dijera Mackey, aprender Mas.: es aprender nuestro Trabajo y realizarlo bien. Con
el devenir ustedes sabrán por qué, recordando al H.: Ricardo Colaneri, la Mas.:
"- Pese a ser racionalista, jamás podrá expresarse ni quedar contenida en una fórmula.

- Pese a ser fraterna, está muy lejos de agotarse en la práctica de la beneficencia.

- Pese a que practica la Tolerancia, no obliga a convivir con los perjuros o simuladores.

- Pese a ser libertaria, es una Orden u Obediencia.

- Pese a que no es una religión, al menos en la acepción corriente del vocablo, tiene una creencia.

- Pese a tener una creencia, no es sectaria.

- Tiene principios inmutables y un cuerpo doctrinario, sin ser dogmática".

HIJOS DE LA LUZ

El vocablo "Francmasón", otra de nuestras denominaciones, significa "Libre Masón" o "Libre


Albañil", que denota una particularidad muy especial de esta antigua Corporación de Albañiles de
la Edad Media que poseía un estatuto especial y diferente al de otras Corporaciones, y en inglés es
"Freemason". "Freemason" es asociado por los autores nórdicos a una supuesta etimología del
antiguo egipcio "Phree Messen", que sería otra acepción de la palabra "Freemason" o
"Francmasón", y significaría ni más ni menos que "Hijo de la Luz", un atributo que también suele
caracterizarnos en nuestras referencias.

Los Masones nos consideramos "Hijos de la Luz" porque nos creemos nacidos a través de la
Inic.: misma hacia una Realidad nueva que nosotros denominamos "la Luz", que se nos brinda en
la Consagración, y que se supone nos guiará como nuestra Madre en el Sendero de la Vida. Es en
la Inic.: que nos despojan de las tinieblas y nos dan las armas de la Luz (Rom. 13:12), donde se nos
hace brillar la Luz en nuestros corazones para hacer resplandecer el Conocimiento de la Gloria de
Dios (2 Cor. 4:6). También la Luz es un atributo de la totalidad del G.: A.: D.: U.:, en la que está
envuelto (Sal. 103:2; Jn. 1:4-9 y 8:12).

El M.: tiene un llamado especial y una vocación por la Luz, de ahí su identificación como
participante de una misma Esencia de la que él se supone originado. La Mas.: busca y aspira a la
Luz, pero ¿a qué Luz nos referimos cuando hablamos de la "Luz Masónica"? Obviamente que no es
otra sino la Luz de la Verdad, por ello hay una correlación entre el obrar en la Verdad como
requisito previo para sentirse atraído por la Gracia del G.: A.: D.: U.:, de ahí que el que obra la
Verdad viene a la Luz (Jn. 3:21). Nosotros la personificamos en ese Gr.: Simb.: que es Dios o el G.:
A.: D.: U.:, al cual consagramos toda nuestra labor. Hijos de Dios, Hijos de la Luz. Disfrutemos de la
misma porque no es únicamente un Don, sino la consecución de un esfuerzo de superación,
catalizado en el proceso de la Iniciación que no todos alcanzan. Y como todos somos Hijos de la
misma Madre, estamos hermanados también en la Luz.

Recordemos que la Luz tuvo que surgir para posibilitar la Creación (Gen. 1:3), y que la Luz es
el atributo de la Vida (Jn. 1:4). Empero la Luz masónica no es una Luz de vida física, sino una Luz de
Vida Anímica, de cuya naturaleza participamos. Y porque el M.: es Hijo de la Luz, él mismo es
también Luz porque está hecho de Luz misma. Dondequiera que esté debe irradiar Espiritualidad,
dar Verdad, impulsar Ardores de Superación. Somos Iluminadores, pero no Iluminados, de ahí
nuestra intervención activa donde nos toque influir. Con todo, reconozcamos límites. Somos Luz y
Energía, pero somos sólo una Chispa de la Luz Divina, por lo que seremos conscientes de nuestra
modestia. Captando conceptos de Carlos Bolaña en una de sus alocuciones, tenemos que alumbrar
nuestro entorno y ya haremos bastante; si tenemos tiempo llegaremos a toda la Humanidad.
Estamos para guiar, pero no caigamos en el mesianismo mal entendido que subestima a los demás
y nos arrogaría una misión a la quizá todavía no estemos dignos; porque tenemos primero que
dominar nuestra Chispa para que produzca buena Lumbre, pero antes deberemos probar cómo
ilumina nuestra Casa. La Mas.: también es Luz, formada por todas nuestras Luces juntas, que se
enriquece y nutre de la Verdad, por ello su ineludible compromiso con ésta.

QQ.: HH.:: Estamos hermanados respecto a nuestra común Madre-Luz de la Verdad, con la
cual se identifica la Ord.: misma. No hay mejor amparo ni cobijo que ella, a quien debemos
siempre recordar en todo momento. Como dijera Jn. 12:36, puesto que tenemos Luz, creamos en
la Luz para ser Hijos de la Luz. Y sobre todo, irradiemos Luz donde estemos y donde se nos
necesite.

SOBRE LA EXPERIENCIA DE LA INICIACION

¿Qué es para nosotros la "Iniciación"?.

Ciertamente, para el Masón Místico es mucho más que una Ceremonia o Celebración de
Admisión.
Es una Experiencia "traumática" o "diferente", que espiritualmente hay quienes desean
asimilar a una verdadera "Experiencia Mística". Pero no habrá de verse como una Revelación.

La Iniciación es una Experiencia de Liberación o de Autoliberación, que detonará un


movimiento continuo que incitará a marchar hacia la Luz (Bauer y Samacoitz).

Se habla de la Iniciación como un Tránsito o Entrada en un Proceso de Autoelevación


Espiritual.

Pero la Iniciación es también una Regeneración.

En la Iniciación no se encuentra el Secreto de la Masonería, sino tan sólo el Principio para


comenzar a buscarlo.

Cuando de la Muerte Santa de la Noche pasamos al Renacer Glorioso del Nuevo Día, también
nuevas posibilidades de ser mejores y diferentes se nos despierta. Entre oscuridades y alboradas
acumulamos y aprendemos de las jornadas vividas, y tras el descanso nocturno nos levantamos
con nuevas posibilidades para usarlas con mejor provecho. Quien comprende que su Vida está
comprometida con un Movimiento Evolutivo descubre que le es menester asentar el cúmulo de
Experiencias para decantarlas y retransformarlas en nuevos influjos. En este proceso cotidiano y
sujetos ordinariamente a las Leyes de Causa y de Efecto, en determinado momento no podemos
manejar la acumulación de acontecimientos y se crea tal situación de Tensión o Vacío con la
Existencia que en ocasiones se nos detona una Crisis, de la cual no podremos salir sino a través de
un profundo Sufrimiento, semejante a una Muerte en Vida, pero que es el paso necesario para
replantear nuestra situación y abrir Caminos Alternativos que nos introduzcan a soluciones de Ser
positivas. Estamos destinados a ser felices, pero vivimos sumergidos en el tembladeral de la
cotidianeidad, de fuerzas externas que no nos dejan ser nosotros mismos y nos sumergen en
sensaciones permanentes de angustia y ansiedad. Dentro de un Mundo donde no acostumbramos
ser los Soberanos de nosotros mismos, en determinado momento será necesario dar un "Golpe de
Estado Interior" para retomar nuestras propias riendas y ser los Gobernadores o Arquitectos de
nuestro Destino, lo cual supone concientizarse con mucha valentía en la necesidad de entrar en un
Proceso Auténtico de Transformación interna. Ser dueños de nuestra Realidad implicará
sufrimientos, rehuir a nuestras pequeñas comodidades personales, repudiar a la consideración
ajena, someterse a pruebas inquietantes. Pero sin riesgos y renuncias nadie podrá emprender un
Camino de Elevación Espiritual, necesario también para una vida más digna y armoniosa con lo
que nos rodea.

Es nuestra Existencia estamos en forma constante llamados u obligados a cambiar para


evolucionar o mejorar. Lo contrario es caer en un enredo de errores de vicios, o esclavizarse a
falsos señores e ídolos de la concupiscencia, todo destinado a la Destrucción. Después de todo,
toda Evolución Humana no es más que un Capítulo dentro de una constante Ley de la Naturaleza.
Quien quiere transformarse y cambiar en serio emprenderá un Reproceso radical e invariable en
tres aspectos: el Espiritual, el de la Personalidad y el de la Relación con el Mundo. Como San
Agustín, tarde o temprano debemos dejar de decir "Mañana, mañana", y en cierto aspecto esta
Reprogramación deberá ser tan profunda que implicará un desandar y recomenzar, redefinir
estructuras y concepciones. Como si tuviéramos que ser diferentes personas, o "matar al anterior
para que nazca otro", lo que implica superar otra forma de ser anterior que no nos beneficiaba. ¿Y
por qué esta necesidad de Transformarse de modo absoluto? Ciertamente por un propósito más
pragmático de lo que se cree. Porque nadie es feliz arrastrando una Vida tras lo Material y donde
uno no pone las Reglas de Juego en esta subsistencia, siempre tras una Felicidad que nunca llega,
necesitándose entonces un Camino diferente o más directo. En segundo término porque
asumiendo un compromiso con Valores y Destinos Trascendentales podemos comprender y
enfrentar con mejores fuerzas los avatares de la Lucha por la Vida, sin secretos ni problemas.
Como dijera Jesús, un compromiso con un Camino Superior nos dará por añadidura todo lo
terrenal que necesitamos (Mt. 6:25-34; Lc. 12:22-31). Generar una Vida mejor, más saludable,
elevada y espiritual nos permitirá otear desde arriba y entender para manejar mejor las Leyes de
lo Cotidiano, posibilitándonos mejores logros. Con las miradas en las Alturas para divisar con
mayor amplitud el campo reconoceremos de forma más eficiente el terreno a avanzar, captando
todas sus dificultades. Cambiar es también una experiencia nueva, necesaria si se quiere mejorar,
que implicaría reconvertir y hasta aniquilar pautas y propiedades para sensibilizarnos al llamado
de las Alturas trascendentales y a un mejor Destino. En esta Necesidad impostergable, una extraña
Ley de Afinidades nos aproxima a la Masonería, que es un Camino de Conversión y Transformación
más como puede haber otros, pero donde la nota clave es marcada por el hecho que propio
Individuo decidirá ser su propio Maestro. La distancia entre la inevitabilidad de cambiar
radicalmente y la Masonería la pondrá el propio Hombre, medida de todas sus cosas; puede
estarse tan cerca como quien se encuentra en el Umbral de una Puerta, o tan lejos como con
respecto a las Estrellas. Pero no se puede asumir la Masonería sin una Mentalidad deseosa de
superar la cotidianeidad. Sin embargo, falta algo más.

Los MM.: creemos que no se puede realmente emprender una tarea de Superación sin pasar
por un Esfuerzo o Proceso de Experiencia (Emocional-catártica-psicológico-moral-espiritual)
compuesta de una serie de Etapas o Pruebas que conocemos como la "iniciación". Muchos
conocen la Ceremonia de la Iniciación pero no han captado ni vivido realmente el tránsito o
Experiencia Iniciática. Memora R. Swynburne Clymer que la Iniciación Verdadera es un Proceso
Interno; la Celebración exterior por sí no tiene vida y sólo simboliza, ilustra.

En sentido Espiritual la Iniciación cataliza la personalidad sacándola de la simple


contemplación, curiosidad y asombro, en un proceso activo que le exige la total disposición de las
cualidades personales (el llamado "Despojo de los MMet.:") y de sus sentidos, concentrando todas
las Energías para el Descubrimiento y la Totalización con lo que llamamos "la Luz". En esta entrada
una Realidad Parte, que "trauma" la vida misma del Iniciando al punto que ya nada será vivido
como antes, será necesario producir una Desprogramación (remarcando este término en el
sentido de “conmoción de estructuras y de defensas e insensibilidades de la psiquis” y no como
una "Alienación" donde el Hombre deja de ser sí mismo para adoptar los patrones de una
Superestructura) profunda, manejando el ánimo del Neófito entre el aturdimiento y la
incertidumbre, para desatarle una Crisis Interna que lo haga más sensible a las Pruebas de los
Elementos donde se adquirirá conocimientos básicos que paulatinamente lo hagan receptivo a la
contemplación de "la Luz", que mirará al principio y no obstante encandilado y desde lejos, como
quien mira a algo en lo más interior de una Casa (nuestro Oriente) desde la Puerta de Entrada. En
el Nuevo Mundo o Estado (representado en el Templ.:), en adelante la distancia entre el Hombre
Nuevo (transformado o reconvertido, "recreado", por la Recomposición que provoca la Inic.:) y la
Luz que para nosotros también simboliza la Verdad, la manejará el propio Aspirante. A través de
esta experiencia, llamada "Iniciática", algo terminó, pero algo comenzará.

De la inducción en la Masonería por la Iniciación a comprender adónde nos lleva como


destino Ella mediará un todo. La Orden es vehículo de Superación Personal a través de una
Disciplina (más que Doctrina, la Ord.: es una Disciplina), Gracia que obtenemos por la Iniciación, y
por éllo entendemos a la Masonería como un "Camino Iniciático". Porque la Iniciación no se agota
en sí misma sino que será el comienzo de nuevas posibilidades que hay que experimentar, en la
aproximación a un Fin Elevado que nosotros simbolizamos con el G.: A.:D.:U.:.

Más que teatralizar ciertos comportamientos ceremoniales, la Iniciación trasciende a una


simple Ceremonia porque pretende que el Iniciado sienta y viva a Pleno procesos Interiores
necesarios para la Transmutación radical de una Persona. Y la Masonería es un Camino Iniciático
porque a a través de una Vivencia de Destrucción y Recomposición Personal, debidamente
sensibilizado o receptivo se introduce al Individuo en una Forma de Vida que por ser muy compleja
se deberá avanzar y profundizar gradualmente, con vistas a pulir durante el proceso las facetas o
aspectos de la Personalidad para poder penetrar a Nuevas Alternativas. En realidad, la Iniciación
es el Comienzo de un Proceso Dinámico de Reestructura y Trabajo permanente, trascendiendo
como único pasar a ser una Experiencia reeditable o recapitulable, cotidiana y constante en el
Masón con se contentará con lo Primero (por así llamarlo) y aspira a adelantar. Vale decir que la
Iniciación en sentido cabal no es sino la partida de Nuevas Iniciaciones o Despertares de la
Consciencia.

Con la Iniciación el Mundo toma otro significado, pasando a ser un Laboratorio de


Experimentación (no un Valle de Lágrimas karmático) y donde forjamos nuestra Temple Espiritual,
a través de ámbitos de Peregrinación que abrirán sucesivas y diferentes perspectivas,
comunicando a Nuevas Puertas y Senderos de Realización. Y porque la correcta Iniciación es una
Vivencia Interior permanente y diaria, observando, corrigiendo y recapitulando conocimientos y
aconteceres "entramos", "nacemos" o "renacemos" siempre. Lo que en Arte Real se llama
"Iniciación" es tan sólo una primera Entrada, y la Ob.: se hace Iniciática porque continuamente nos
prepara y organiza para nuevos y continuos Aprendizajes. Así mucha razón asiste a Paulo Coelho
cuando expresa que "la Búsqueda Espiritual esta hecha de constantes comienzos (de ahí la palabra
"Iniciado", aquel que esta siempre por iniciar algo), y la única cosa que cuenta (siempre) es la
voluntad de seguir hacia adelante".

En otra perspectiva, la Masonería es Iniciática porque abre un Camino o Proceso Selectivo, no


disponible para cualquiera sin que por ello se la pueda catalogar de "elitista". Incluso no basta
tener condiciones morales aceptables (o aun excelentes (desde el punto de vista de la media
cultural) para ser Masón, aunque ya sería bastante. Porque el Iniciado se compromete a seguir
avanzando en terrenos de Realidad inaccesibles o en Senderos de Misterios incomprensibles,
Misterios que escapan al entendimiento del común y a los cuales se puede acceder, como es
sabido por la Iniciación, mas no por la Iniciación que se agota en lo Ceremonial y se teatraliza. Al
Iniciado se le exige, para penetrar con propiedad en los Misterios, nuevos Ojos, como ánimo para
descubrir el Misterio de Sí Mismo porque si no, no comprenderá el Secreto de lo Exterior.

¿Y cómo se penetra en el Sendero Iniciático? Primero, se entiende que el Neófito está


dispuesto a hacerse Dueño y Conductor de su Vida, pero para manejarse se le hace mirar desde
una teatralización o vivencia de Dramas la Tragedia de sí mismo desde afuera, como sólo pueden
verse desde afuera quienes mueren, y reconocer a un Gran Enemigo a superar, que es
paradójicamente el Ego mismo. El Iniciado se compromete a vivir una Pasión o Crisis dolorosas que
lo llevará a un Aniquilamiento o Muerte con vistas a una Reunión consigo mismo pero despojado
de elementos que lo desviaban del objetivo que posibilita la Iniciación (llamado en el Arte Regio
"Excrecencias"), revistiéndole de Dignidad. Recordando a Angelus Silesius, no basta comprender el
Drama de Jesús sino que Jesús tiene que morir dentro de nosotros mismos, y con esta imagen nos
recuerda que el Sendero Iniciático nos invita a vivir y a recapitular continuamente la Muerte
internamente para darnos y sentir paradójicamente más Vida, como también nos demuestra que
la Iniciación es una experiencia de todos los días. A través de la Iniciación, una vivencia de
profunda Transmutación. nos hacemos por la Victoria o Consagración acreedores a disfrutar un
Mundo diferente, pero nos debemos ganar el Derecho de Piso en forma permanente, peleando
día a día en una Batalla muy dura, y como dijera Wirth, abriéndonos paso por las concepciones
mal avenidas, negándonos y destruyéndonos, para poseernos y llegar a la Luz de la Verdad. Por
ello el Drama Iniciático hace ver al Aspirante que redimensionándose puede triunfar sobre las
Pruebas o Etapas que le depara la Vida y la Aventura del Perfeccionamiento. A su vez, cada
Prueba o Etapa es una “Subiniciación” o una Iniciación, en la medida que cada una de ellas abre a
un Estado de Percepción diferente. La Iniciación es un Estado Evolutivo y de Perfeccionamiento
permanente. Que requiere constantemente Pruebas, dominio personal, tristezas, desengaños,
fracasos y una renovación diaria del conflicto (R. Swynburne Clymer).

Como dijera Wirth, se exige buena moral porque el Camino Aureo exige disciplina moral, pero
no alcanza. Muchos no comprenderán la Masonería, aun formalmente admitidos, porque no
sabrán vivir en la Iniciación su aceptación de Pobreza espiritual e intelectual, ni están dispuestos a
morir en el Gran Secreto, ni elevarse por sobre los conflictos, para purificarse. El Sendero de
Perfección en más requiere exactamente lo mismo para avanzar. El Proceso Iniciático no es una
representación de hechos externos, sino un Compromiso Místico para vehiculizarse en Esencia
para participar de la Esencia Misma del G.: A.: D.:U.:.. Y la Vía Iniciática no se transita para padecer
y sufrir, sino como Precio para el Desarrollo que posibilita la Redención y el Triunfo Hermético, que
es (para nosotros) con nuestro Fin mismo, llamémosle Dios, Luz o Verdad.

La Aventura Mística de la Masonería toma consistencia como Camino Iniciático a través de la


Muerte y la Resurrección, Redención o Renacimiento de la Iniciación, pero requiere en más osadía
y Valentía para penetrar en los Misterios y Secretos de la Vida. Abiertos a través de la Experiencia
Iniciática a una Nueva Realidad, comprendemos que nuestro Sendero tiene por Fin y Destino la Luz
de la Vida y de la Verdad, que es posibilitado a través de un Proceso de Transformación o de
Reiniciaciones graduales pero permanentes para lograr un Material Espiritual más Puro y
Resplandeciente, digno para sentir nuevas verdades inaccesibles al común. Lo que nos diferencia
de otros hombres buenos es que hemos asumido un Compromiso o Disciplina de
Perfeccionamiento Trascendental, negándonos a la cotidianeidad y deseando asumir nuestras
riendas. En el Proceso nosotros seremos el Material a transformar, pero a su vez los Arquitectos,
los Obreros y las Herramientas, para dignificar una obra positiva de Liberación Interior, que se
elevará como Tributo Digno para un Principio Superior a quien consagramos las fatigas de nuestro
Viaje, conocido por nosotros como el G.: A.: D.: U.:.

Y hasta aquí nuestra personal opinión sobre la Iniciación, que cada uno enriquecerá y rellenará
con su propia experiencia.

SOBRE LA RELIGION, EL ATEISMO Y LA MASONERIA

El problema de la Religión y la Masonería, o mejor dicho el problema de la Masonería en


relación con la Religión, es una de las cuestiones más polémicas de la Obediencia. Ligada la
temática a cuestiones históricas y atendiendo a las diferentes ópticas ideológicas dentro de
nuestro movimiento, se proyecta a nuestro entender la discusión en dos vertientes: 1) Qué
relaciones existe entre Religión y Masonería; 2) Si es o no la Masonería una Religión. En tan álgido
entredicho pretenderemos sumar nuestro pretendido aporte, que tememos a muchos no
conformará o será objeto de refutaciones. Como el tema Religión y el del Ateísmo en la Orden se
encuentran entrelezados o poseen ciertos puntos de contacto, en su relación con la Masonería
nos gustaría tratarlos dentro de un mismo Capítulo.

La Gran Logia Unida de Inglaterra ha llegado a proclamar a la Masonería ya como una Religión
(carta a la Gran Logia de la Masonería del Uruguay en 1950), ya como un Auxiliar de la Religión
(1981), y ha llegado a negar a la Masonería como Religión (1985). Muchos Autores y Hermanos
autorizados y con todo su derecho han negado a la Obediencia como una Religión. Todas estas
opiniones tienes sus razones y fundamentos, y son todas respetables. En definitiva, cada Masón
dará al tema la respuesta que él desee.

I. El Fenómeno Religioso y la Masonería

Recordando a Leadbeater en las diferentes teorías sobre el Origen de la Masonería


(Auténtica, Antropológica, Mística, Oculta), veremos que sea cual fuere la orientación que se siga
siempre encontramos la Masonería asociada o ligada a Creencias de base Teogónicas. Para
quienes conciben a la Orden como procedente de antiguos cultos que se pierden en la Historia o
en el Antiguo Egipto, siempre se encuentra conectada dentro, paralela o coexistente de las
concepciones teológicas y religiosas de la Epoca. Los relatos concernientes a los diferentes GGr.:
muestran orígenes vinculados a Cuerpos Teocráticos, Ordenes, Colegios de Profesiones influídos
por la Religión institucional oficial de las diferentes épocas. En la Edad Media, las antiguas
Corporaciones de Libres Masones tienen una profunda base religiosa, creen en Dios, tienen Santos
Patronos Protectores, están destinadas originariamente a la Arquitectura de carácter religioso
(Templos, Catedrales). Los primeros importantes doctrinos de la Masonería Moderna fueron
Clérigos (Anderson, Desaguliers), y las invocaciones al G.: A.: D.: U.: como Dios son explícitas en
muchos textos y RRit.: desde hace ya tiempo inmerorable. El Cuerpo de Doctrina y la Emblemática
masónica desde siempre comparten Símbolos de las Religiones (la Menorah, la Estrella de David, la
Cruz en ciertos Grados, la Biblia en la Masonería Regular, por citar elementales ejemplos), y en los
siglos XVIII y XIX fue tolerada o perseguida como "Secta" por la Iglesia Católica. Pero por otra parte
y en contextos históricos de ciertos países como Francia y el Uruguay, polémicas y
enfrentamientos temporales con los movimientos religiosos vernáculos llevó a la Masonería a
querer distanciarse de lo religioso.
Todos recuerdan la famosa frase de las Constituciones de Anderson que el Masón no puede ser
"ni un estúpido ateo ni un libertino irreligioso", cuya Autoridad histórica parece Tabú controvertir
para algunos. Cuando se postuló a Sierra Partida como Gran Maestre de la Gran Logia de México,
alguien objetó su candidatura recordando esta frase ya que Sierra Partida era precisamente Ateo.
Y éste contestó: Sí, es cierto, pero ¿Qué tal un Ateo Inteligente?

Un Landmark de la Masonería Regular ha sido la Creencia en un Gran Arquitecto del Universo


o Ser Supremo (en el Uruguay es el Landmark No. II), que en sus orígenes claramente se asociaba a
Dios aunque hoy se deja que cada H.: se lo imagine y componga como quiera. Pero el Gran Oriente
de Francia, hoy la mayor potencia masónica en ese país, sustituyó la invocación de sus trabajos
bajo el lema "A la Gloria de la Humanidad" y borró su Referencia oficial al G.: A.: D.: U.:, lo que le
valió la ruptura de relaciones con la Gran Logia de Inglaterra por 1877.

La Masonería se define tradicionalmente como una "Asociación Filantrópica, Filosófica y


Progresiva", o "Sistema Moral", para pretender según algunos separarse conceptualmente de una
definición como "Religión". De hecho, no se mete con las creencias personales trascendentales de
sus miembros, y prohibe todo debate o discusión religiosa en las TTen.:, no pontifica sobre dónde
se encuentra la Verdad y deja que cada uno defina y entienda cualquier Principio Superior como él
lo desee. Basado en ello muchos H.:, y destacamos en nuestro país los esfuerzos del Il.: y Pod.: H.:
Roberto Gerla, han entendido que la Masonería no es una Religión por cuanto no define la verdad,
no afirma, no dogmatiza, y deja que cada uno defina al G.: A.: D.: U.: como quiera.

Es cierto que para prohibir las discusiones o debates sobre Religión en las Logias (mejor dicho
sobre cuál son las mejores Religiones positivas, ya que nunca se prohibió la discusión de la Religión
como Fenómeno Humano en un sentido general y no dogmático), la misma Masonería se sintió en
ocasiones necesitada de abjurarse a sí misma como Religión. Pero es ello ante todo, una cuestión
metodológica para la viabilidad de su funcionamiento. El Método por sí no determina ni define la
Naturaleza de una cosa. Prohibir las discusiones religiosas en la Masonería por tanto no la hace ni
irreligiosa, ni intolerante de las Religiones.

No obstante lo expuesto, no podemos negar que en las Emblemas, Signos, Símbolos y


Enseñanzas de la Obediencia hay innegables influencias religiosas, al punto de considerársele por
algunos a nuestra Augusta Institución como una "Síncresis" de carácter Teocéntrica, malgrado su
reniego de ello. Incluso el Elemento "Mágico" que subyace en lo Religioso, es como destaca
Gargiulo otra característica que comparte la Masonería.
Hemos oído decir que la Masonería no es una Religión por cuanto no tiene una Doctrina, Credo
o Libro oficial, ni es Revelada, ni tiene Sacerdotes, ni Dogmas. Pero éstos no son atributos
necesarios de la Religión, o de las Religiones. Los griegos y romanos no tenían una Doctrina, Credo
o Libro Oficial u orgánicos. Los hindúes no tienen uno sino varios Libros (a veces tan
contradictorios entre sí y según las sectas se toman algunos sobre otros), y la Masonería reconoce
como Libro de la Ley a la Biblia pero también al Corán o a los Libros Védicos donde se practica
profanamente dichas religiones. Las Religiones romana y griega no eran "reveladas", y en el
Judaísmo actual, Hinduísmo, Islamismo o en el Budismo (para quienes consideran al último
Religión) no existen Sacerdocios oficialmente organizados o no se precisa Sacerdocio para dirigir el
Culto y la Adoración, si bien hay ciertos profesionales del Culto en algunos casos (caso de los
Rabinos en el Judaísmo o los Imanes en el Islam, pero no son en sentido estricto "Sacerdotes"). En
cuanto a los Dogmas, el Hinduísmo por ejemplo no los tiene, y en cuanto a la Masonería ésta no
puede prescindir de nociones tales como la de "Gran Arquitecto del Universo" y tiene criterios
precisos en los cuales basa su Regularidad por fuera de los cuales no se reconoce a ninguna
organización como masónica, que son los Landmarks.

En otro aspecto debemos recordar que la Obediencia tiene Templos y Rituales, un Sistema de
Creencias ilustrado en Alegorías y Símbolos, cierto Cuerpo de acción un Sistema de Creencias
ilustrado en Alegorías y Símbolos, cierto Cuerpo de acción Moral (como las Religiones PProf.:), a
veces emplea Oraciones o Plegarias rituálicas o improvisadas, y tributa su actuar a la "Gloria del
Gran Arquitecto" o "Gran Símbolo" si bien actualmente ese concepto no tiene una concepción
definida y queda librado al contenido de cada H.: como ya hemos recordado. Mal que bien, no
puede negarse que lo Religioso, de alguna forma u otra, ha influído, influye y no es ajeno a lo
masónico. Otra cosa sería ignorar una Realidad. Cox Learche enseña: "Debemos reconocer que la
Masonería tiene un origen religioso. ¿Por qué sus Templos? ¿Porqué la invocación al G.A.D.U. en
todos sus Rituales?".

Paralelamente existe en la Orden dos vertientes, la Místico-Espiritualista con cortes


judeocristianos, rosacrucianos o teosóficos en algunas orientaciones, y la Agnóstico-Racionalista
que pretende prescindir del fenómeno Deico, en ocasiones con fuertes vertientes Ateístas y
marcada por el Anticlericalismo. Tanto una como otra son hoy aceptadas y reconocidas como
válidas por la Masonería. Como sintetiza muy bien el H.: Jorge Caillabet:, las concepciones
espiritualistas y racionalistas se enfrentan permanentemente buscando el camino apto, pero la
Masonería no puede ni debe descartar ninguna de estas concepciones porque su Esencia, el Libre
Pensamiento, hace que cada hombre pueda elegir su pensar. Pero debe analizarse en sentido
masónico, o sea, libre de dogmas o ataduras si el camino elegido es el correcto, para que el
resultado final sea libre. Para usar las palabras de Alain Bauer, debe existir Equilibrio entre una
dimensión íntima y una dimensión racional hacia siempre una forma de Individualidad.
Quedará claro que la Masonería no es una Religión en el sentido institucional y positivo.
Tampoco es una "Secta" (movimiento religioso positivo de reducidas dimensiones de adeptos).
Debe entenderse el Concepto de Religión desde un punto de vista diferente, mucho más Amplio,
Trascendente, Elevado y Universal.

Todos recordamos que la palabra "Religión" deriva del latín "Religo, are" que significa "Volver a
unir (lo que estaba separado)". Su contenido se acentúa más en el Reencuentro que en la Sujeción
u Obediencia. Supone un Compromiso con lo Trascendental por lo Trascendental mismo y no
únicamente una identificación con una Institución. De este modo lo Religioso no tiene que pasar
necesariamente sólo por la mediación o supeditación a una organización positiva u organizada,
sino que puede aludir a un Comportamiento o Forma de Ser apropiada para aspirar o llegar a ese
Reencuentro que reclama el significado de lo Religioso, a una Conducta para poner al Hombre "en
Sintonía" o contacto con ese otro Extremo. Si la Orden y cada H.: dedica su tarea y tributa su vivir
"A la G.: D.: A.: D.: U.:" o al "Ingens Architectus", podemos ubicar los extremos de la conducta
masónica entre el propio Masón por un lado, y nuestro Gran Símbolo por el otro. Más que un
Camino, hay un verdadero Espacio entre el Hombre y lo Absoluto donde el M.:, como Hombre de
Buenas Costumbres y Libre, tiene posibilidades de ir forjando su propio Sendero. En el Hombre
Libre y de Buenas Costumbres lo Religioso no se conforma con lo Institucional puesto que las
organizaciones llamadas religiosas positivas no han podido probar sean por sí mismas el Camino y
el hecho que no logren convencer a todos muestra su débil relatividad. Las llamadas religiones
positivas y organizadas, como dice Cox Learche, tratan de la periferia de la Religión y se apartan de
la sencillez de la Verdadera Religión. En Masonería la dimensión de lo Religioso se confunde con
una Aventura Espiritual, de contenido más profundo que el que le da la Religión Profana. Así la
Masonería, más modesta, no se afirma como "El Camino" y por eso se descarta como Religión
positiva u organizada como tal, ofreciendo por su parte Espacio como para que cada uno pueda
construir su Camino de Reencuentro, pero para el cual nos da ciertas Pistas que son las Leyendas,
Alegorías y Símbolos. Tampoco lo Religioso tiene que ser cuestión necesariamente de Fe revelada,
puesto que el Masón es un Investigador y un Trabajador, no pudiendo evitar que su camino hacia
el Supremo esté jalonado por la Razón. Aun en sus creencias particulares, el Espíritu masónico no
permite al Hermano admitir su doctrina de creencias individuales o positivas sólo por la Fe, porque
su Razón no le dejará aceptar lo que no le convence.
En una Tumba del Cementerio Central de Montevideo que recuerda a un antiguo H.: en el O.: E.:
encontré esculpido un Círculo dividido en tres partes con la siguiente inscripción: "Hacer el mayor
Bien posible. Hacer el menor Mal posible. Creer en algo Superior a nosotros mismos". ¡Sabio
legado! ¿Habrá acaso algo más Directo a lo Supremo que éste? Esto es una Religión Natural, una
Verdadera Religión Universal en cuanto por su simpleza todos la pueden abrazar sin discusiones,
sin instituciones positivas, basada en la más pura Moral y sin más Dogmas y ataduras que estos
tres principios. Más que una organización, la Real Religión es una forma de actuar. Más que un
Camino, la Religión es Espacio. Cada uno, particularmente, es de este modo un Sacerdote
Militante que no pretende hacer conversos sino generar con su Conducta un Crédito para que la
Humanidad sea más Justa y Perfecta, para llegar a compartir la Bondad del Supremo Principio y
para colaborar como modesto Obrero en la tarea de la Construcción Universal. Ese es nuestro
personal aporte al concepto de Religión. Puede ser que se objete que así se estaría identificando el
concepto de "Religión" con el de "Sistema Filosófico" o de "Filosofía Práctica". Es una cuestión que
nos tiene sin preocupación, del mismo modo que al Budismo se lo parangona como Fenómeno
Religioso o Religión cuando en realidad bien podría ser un Sistema Moral con vistas a lo
Trascendente, pero en lo práctico aquél se ejerce en abstracción a los debates conceptuales.

Pero si definimos a la Religión como una Forma de Ser, de Actuar y de Vivir en la práctica del
Bien con vistas al perfeccionamiento del Hombre y la Gloria del Supremo, y si la Masonería busca
exactamente lo mismo. ¿Por qué no pueden identificarse así Masonería y Religión como lo mismo?

Mackey asevera que un gran número de escritores de ensayos u obras masónicas en el esfuerzo
de probar que la M.: no es una Religión han consumido inútilmente su ingenuidad y su talento,
quizá por miedo a pensar que podría sustituir al Cristianismo o para querer diferenciarse de las
Religiones positivas existentes y de sus defectos. Para ellos la Ob.: es una institución
eminentemente religiosa por los elementos que contiene por su origen y contenido, porque
repasa conceptos de Religión e incluye la creencia en el ser y perfecciones del G.: A.: D.: U.:. La
devoción y piedad de la vida es invariable para el M.:. La práctica de la Piedad y los Deberes hacia
a Dios y con los semejantes. No se hace bien sólo por los Estatutos de la Orden. Pero a diferencia
de lo que llamamos las Religiones en sentido institucional, no pretende ser ni asumir un lugar en el
mundo como sistema de fe y adoración sectaria, ni pretende ser su sustituto. En todo caso, realza
y da nuevos elementos para recalibrar la fe del ya creyente en sus instituciones o sistemas de
creencias. Las señales, ceremonias, símbolos y alegorías masónicas inculcan doctrina religiosa,
pero es una Religión no sectaria, y no rehusa a ninguno por su posición sectaria. Consideran a la
Masonería la Religión trasmitida por el Sacerdocio de Melchisedec que nadie puede definir a qué
institución pertenecía. Por ende la Masonería es una institución religiosa y deberá defenderla bajo
este principio el M.:.
Nosotros opinamos, dentro de este tema polémico y sin pretender imponerlo como Verdad
dejándolo tan sólo como conclusión particular, que la Masonería es conforme a lo dicho una
Religión, acorde a nuestra definición de lo que es "Religión". Obviamente, no entendemos a la
Religión como una institución positiva u organizada con Dogmas, sino como una Forma de Vivir y
de Realizarse Trascendentalmente. Si concibiéramos a la palabra "Religión" como Institución o
Sistema de Creencias de Verdad que se suponen provienen de lo Alto y estarían recogido en
Escrituras Sagradas, con un Proyecto de Salvación o Culto sistemático, todo Dogmático y
Totalizante, es claro que la Mas.: no lo es. La Humanidad ha probado por Experiencia que el
Fanatismo y el Sectarismo es desgastante, que destruye y que nos aleja de todo Proyecto
Evolutivo; aunque se pretexte como Religioso en la práctica nada tiene que ver con lo Religioso. En
verdad, eso es un concepto Profano o Profanizante del sentido "Religión", que no encaja con la
Definición Liberadora del Espacio que nos lleva y liga con nuestro Gran Principio y con lo más
Profundo de Nosotros. Como el significado del G.: A.: D.: U.:, "Religión" es un concepto que se
rellena con el contenido de explicación que le da cada M.:. Porque si "Religión" es para nosotros
una Forma de Ser y Actuar con vistas u orientados a un Designio Superior, dentro de un Espacio
donde la Libertad es el Límite para que el Obrar y el Pensar sea amplio, creativo, fecundo y
constructivo, creyendo en lo que se quiera creer, ¿por qué no admitir que la Masonería no es una
Religión en este buen sentido del término? Nuestro Templo es el Universo Entero como tan amplia
es la dimensión de la Logia, o sea desde el Centro de la Tierra o desde lo más Profundo de
nosotros mismos hasta los confines del Infinito o hacia la Grandeza del Ser Supremo; nuestro
Sacerdote es Uno mismo; nuestro Credo es la Libertad y el Amor que se trasunta en la Igualdad y
la Fraternidad para los demás; nuestro Libro de la Ley es aquel que cada uno reverencia cuyo
Texto se aprende y cuya Enseñanza se atesora en los más Nobles Principios y Virtudes del Corazón;
nuestra Doctrina es Hacer el Bien y Honrar con nuestro Trabajo a nuestro Gran Constructor. Esa es
nuestra pretendida "Religión Masónica", la Religión en su sentido más Puro que recuerda las
Enseñanzas de Grandes Iniciados como Jesús y que resumían la práctica simplemente en Amar a
Dios y al Prójimo como a uno mismo. Cualquiera podría practicar esta Religión sin mengua de sus
particularidades. Y como la Masonería tiene los fundamentos sobre los cuales se asienta una
Religión sin Dogmas y que cualquier Hombre podría aceptar, eso es lo que marca su vocación de
Universal.

Dice Buck: "Quitad los agregados teológicos... y os encontraréis con la Masonería". Sí,
busquemos lo Coincidente y aquello en lo que están de acuerdo las Religiones, y veremos que hay
Unión en lo Principal. En esa "Comun-Unión" está lo más Puro, la Religión Prístina que se hace
Universal porque compendia la Sabiduría de todas. ¿Acaso no coincide ese Sendero común con lo
que enseñamos nosotros?, por no decir: ¿no es lo mismo que enseñamos nosotros? La Obediencia
entonces se constituye en una Real o Verdadera Religión Universal en cuanto compendia lo más
puro y noble de todas, y como enseña Swinburne Clymer, sólo por esta razón única y exclusiva de
abarcar, recibir y aceptar a todas las Religiones, es Universal. La Masonería, por cuanto predica la
Religión Universal, es en cierto modo Religiosa en el sentido más elevado, adogmático y asectario
del término. La Masonería es según Wirth, la Iglesia del Progreso Humano. Sin hacer ninguna
referencia a las formas o modalidades de la Fe, provee a través de sus Símbolos y Leyendas
evidencias indirectas que operan silenciosamente para establecer los grandes principios generales
de la Religión, haciendo del Amor a la Humanidad y a la Vida su verdadera Fe. La Religión
Masónica no revela, sino que invita a descubrir que hay más allá de lo profanamente perceptible.
El acierto de la Obediencia es ofrecer una verdadera Experiencia Religiosa libre de todo sectarismo
o exclusivismo, que cualquier persona puede practicar, porque tiene por Base una Mentalidad
Amplia. Sin ser cristiana, predica una humildad verdaderamente cristiana que haría la envidia de
las Iglesias, con la diferencia que deja los Dogmas y las Teologías a los dogmáticos y a los teólogos.
La Libertad, la Igualdad y la Fraternidad, según la "Revue Maconnique de Lyon" de 1840, sería "la
doctrina misma de Jesús", lo cual no debería escandalizar porque dicho Gran Maestro vino a
enseñarnos a actuar bien y no a fundar una Institución religiosa. A diferencia de las religiones
profanas, la Religión Masónica no pretende competir con ellas. El único secreto es que la Religión
se convierte en un elemento aglutinador de las creencias de todos los Seres Humanos y no una
cuestión que los separa por lo que opinen. Mackey, autoridad doctrinaria indiscutible, proclama
que la Masonería es una institución religiosa, pero que preconiza aquella Religión en la que todos
los Hombres están de acuerdo, guardando en más cada uno sus convicciones particulares cuyas
especificidades la Obediencia tolera libremente y en las cuales no se aventura. Después de todo la
Masonería tolera los sentimientos de Creencias de cada H.:, que luego cada uno aporta como
Ingrediente a ese Gran Puchero en la Búsqueda colectiva de la Verdad con que todos los Masones
hoy nos deleitamos pero del cual cada uno puede escoger lo que más le gusta, con el propósito de
Alimentarse y Crecer en el Conocimiento. Parece mentira, pero para saber qué es Religión
Verdadera en Masonería, las Fuentes nos siguen abrevando. Dicen las Constituciones de Anderson
que la Religión que el Masón profesa es "la que todo hombre acepta, dejando a cada uno libertad
en sus opiniones individuales... De este modo, la Masonería es el centro de unión y el medio de
conciliar verdadera fraternidad entre personas, que hubieran permanecido perpetuamente
distanciadas.". Nuestra Orden sólo pretende rescatar la Tradición más Pura y Universal de nuestra
Relación con lo Trascendente o del Fenómeno Religioso, que paradójicamente es la Doctrina más
antigua que captamos como la "Fe Masónica".

Ricardo Baronio decía que la Historia de la Religión es la Historia del Progreso, donde la
comprensión de los fenómenos del Universo pasa a ser captada en situaciones mas nobles y
racionales. La Religión es una actividad del Hombre que experimenta cambios, que empieza a
preocuparse de la captación intelectual de la relación del Ser Humano con el Universo a través de
una vida de moral coherente y unificada. En su aspecto mas alto y desarrollado aspira a un sentido
de comunión con lo divino y a la paz y seguridad que deriva de la entrega del individuo a la
voluntad de Dios, pero expresa realmente una necesidad moral objetiva, profundamente sentida y
comprendida. Como en el Sendero Camino Iniciático, la Religión es lo que cada hombre hace en su
soledad y desde su soledad. Esto lo elemental y primero. Y ello es un objetivo esencial de la
Masonería configurando su relación fructífera con el hecho religioso. La Masonería, recuerda
Torelló, es esencialmente espiritualista y lo sigue siendo. Por didáctica recurrió a símbolos y se
desarrolló a través de Niveles, y posee orientación filosófica como también lo tiene la Religión.
Religión no es sinónimo de Iglesia, y debemos terminar con la costumbre de referirnos a la
Religión para aludir a instituciones como la Iglesia Católica. El principio religioso no significa la
aceptación de una Divinidad Personal ni un concepto único de interpretación, sino que la Idea
Moral que subyace respecto al Hombre y a la Humanidad es la esencia de la Religión, aunque cada
uno le da su contenido (A. M. Cataldi). La Masonería es Religión puesto que "Religa" a un Grupo de
Profanos convirtiéndolos en HH.:. Pero en la Orden nosotros mismos somos los que quedamos.

En cierta forma y como nos recuerda el H.: Goldenberg, la Masonería es la Religión de las
Religiones en el sentido que sin practicar ninguna de carácter positivo o institucional, educa a
respetar y a amar a todas, como también a la que en Vida cada Profano o H.: para sí elige. La Fe
del Masón es la Luz con que el G.:A.:D.: U.: (en que el Masón cree como parte de su
responsabilidad con lo Trascendente) ilumina o dirige su Espíritu. Su acción está orientada por una
Norma Inspirada se crea en lo Divino o en aquellos Principios Morales en que los Hombres se han
puesto de acuerdo, que simbólicamente se dice compendiada en un Libro de la Ley que se
representa pero no tiene por qué identificarse necesariamente con la Biblia, el Corán, ciertos
Libros Védicos u otros que acostumbre el uso masónico según el ámbito cultural de su región o
país. En cuanto a cómo maneja cada Persona su relación con Dios, la Mas.: lo deja librado a su
Libre Albedrío y a su Esfera Intima, aunque como Institución en más no acepta ni recomienda la
práctica de una Religión Sectarista ni el Fanatismo. Así y sin proponérselo ella misma, sólo como
Camino o Propuesta de Perfección, de Amor y de Unión del Hombre con lo Superior y con la
Humanidad, la Mas.: es una verdadera Religión "del más Noble y Puro Metal".

Por tanto, afirmamos que la Masonería es para nosotros una Religión, en el sentido más Puro y
Universal con que nosotros concebimos y según es para nosotros la palabra "Religión": un simple
Camino de Acción en el Bien y de Reencuentro con Uno Mismo y con ese Principio Supremo del
que venimos y al que tributamos nuestras Obras. El concepto Masónico de Religión para nosotros
es propio, originalísimo y muy diferente al que le da el Mundo Profano. Pero en cuanto al Fin de
Búsqueda de la Verdad y Construcción del Templo Espiritual propio y de la Humanidad, si la
Masonería y la Religión buscan lo mismo, ¿por qué no pensar que son lo mismo?
No nos asusta como se dice, por algunos y no sin cierto ánimo de tacha, que algunos Grados del
Sendero progresivo Masónico sean considerados "Religiosos". En verdad todos los Grados, desde
el Primero hasta intuimos el Ultimo inclusive, lo son. En todo caso, son siempre "Religiosos" en el
Buen y Constructivo Sentido de la palabra y no con acepción Profana o Profanizante. El concepto
de "Religión" debe pues, también interpretarse con otra perspectiva, o sea con el Criterio
Masónico y no con la idea mundana de "institución de creencias positivas y axiomáticas" o de
"Credo". Quien ve en cualquier etapa del Sendero Progresivo nuestro Dogmas o Religión en
criterio positivo u organizacional, a nuestro modo de ver no comprende que en los Estados de
Conciencia Acrecentada que representa cada Grado hay que Abrir y Expandir cada vez más la
Mente, y que los Conceptos o Símbolos deben captarse no en sentido Profano sino en su
Dimensión o Clave Iniciática. Por tanto la palabra "Religión" debe pues, también interpretarse con
Calibre Masónico.

La Masonería nos invita y no nos obliga a ser ejemplos vivientes de virtudes y transmutadores
de las acciones materiales en nutrientes espirituales, manteniendo la Tradición del culto
monoteísta del Dios de cada Corazón (lo que cada uno cree por tal, no el Dios teológico) al que se
designa con el nombre genérico de "G.: A.: D.: U.:". Como Persona comprometida con un Ideal
Elevado, el Masón debe asegurarse en su Templo Interior la Paz que le permita la comunicación
con su Dios personal estableciendo nexos con planos más elevados del ser, ejerciendo un
Sacerdocio de la Vida para la G.: D.: G.: A.: D.: U.:, y para una fluida comunicación fraternal que
ilumine en el Amor y guíe a la Humanidad en la senda del conocimiento espiritual y la
reconciliación, en un Mundo pleno de Armonía y Luz. En una interpretación auténticamente
masónica de estos contenidos, vemos que se preconiza un Justo y Perfecto modo de actuar en
relación a Uno mismo y de Militancia por los demás, en consonancia con el Supremo Principio.
Esto es la forma Realizar la Luz en la Tierra y en el Cielo. Cualquiera puede hacer esta Labor si está
imbuido de los Principios de la Obediencia.
Nosotros hemos concluido personalmente que la Masonería es una Religión en lo que
interpretamos es nuestro significado de dicho término, y en esta orientación podríamos hablar de
una "Religión Masónica". Ojalá, en sentido institucional, la Masonería fuera más Religiosa y la
Religión fuera más Masónica. Creemos que así descubrirían algo más de sí mismas y se
enriquecerían abriendo nuevas Realidades. El Sentimiento Masónico ofrece Espacio, como la
Respuesta de Leuconoe, y no concebimos Religión sin Espacio para permitir volar al Espíritu. Si la
Religión como la Masonería ofrecen Espacio para llegar hacia la misma Patria que es nuestro Gran
Símbolo, ¿por qué no pensar también que pueden ser complementarios, por no decir que pueden
identificarse?

La Masonería prefiere en realidad, más que como Religión, postularse como una Escuela de
Moral y de Virtudes. En este aspecto están de acuerdo con que lo es, tanto los que aceptan como
los que no a la Obediencia como una Religión. Pero sea que la considere como una Religión o
como una Escuela, ello no quita a la Masonería lo que siempre y verdaderamente es: un Camino
con Corazón.

II. Del Ateísmo y la Masonería

La cuestión entre el tema del Ateísmo en relación con la Masonería se plantea como un aspecto
paralelo al problema de las vinculaciones entre la Obediencia y la Religión. Las profundas raíces
religiosas y místicas de la Orden, que ha hecho decir a Cassard que “la Masonería es la verdad y la
esencia de todas las religiones. Tan pura es su doctrina y su moral”, hace entender la ligazón
especial que existe entre ella y la noción de un Principio o Ser Superior. Porque desde todos los
documentos más elementales de la Masonería Regular, y afirmado como Landmark II en el
Uruguay, la Orden trabaja y dedica sus actuaciones, desde las administrativas hasta las morales, a
un Ente o Idea Elevada que alude con el nombre de G.: A.: D.: U.:. En la Doctrina o en el Arte Real
Masónico, el Gran Símbolo es una figura imprescindible en la labor e intimidad de nuestro
quehacer. Vale decir que si se prescinde o no se comprende la importancia de concebir o admitir
su existencia, o por lo menos la posibilidad de su existencia, no se podría ser verdadero Masón.
Masonería sin G.: A.: D.: U.: no es lo mismo, o por lo menos sería otra cosa. Por supuesto no
importa la concepción que se tenga sobre la naturaleza de nuestro Gran Símbolo puesto que nada
se impone al respecto, pero por lo menos cada M.: debe tener una Idea o Aproximación de aquél.
Esto, por cuanto la Figuración del G.: A.: D.: U.: está conectada con el Propósito Trascendente que
anima la Obra de la Orden, siendo su Referente u orientador.

No estableceremos una definición de la palabra “Ateo” pero básicamente todos sabemos que el
Ateo prescinde o niega de la Idea de un Ser Supremo o de un Dios, para diferenciarlo del Agnóstico
que no se introduce ni teoriza en la problemática de Dios aunque no lo niegue eventualmente.
Sólo nos interesa qué cabida pueden tener los Ateos o el Ateísmo en la Masonería.

El texto de las Constituciones de Anderson de 1723 es escueto pero contundente: “El Masón... si
comprende debidamente el Arte, no será jamás un estúpido ateo, ni un libertino irreligioso”. La
Noción o Creencia en un Ser o Idea Superior para el Masón aparece no sólo condición o como una
necesidad “sine qua non”, sino como hasta natural para la comprensión del Mester Masónico. La
práctica Masónica misma lleva por otro lado a la comprensión del G.: A.: D.: U.: o denota al H.: que
la Masonería está animada por la propia Suposición del G.: A.: D.: U:. Y “si comprende
debidamente el Arte” no puede el M.: desligarse de la Idea de un Ser Supremo y por eso
forzosamente no se puede ser Ateo; no porque no se tenga el derecho de serlo, sino porque no se
puede comprender el Arte Masónico sin la Idea del GADU. El Adjetivo “Stupid” (“Estúpido”)
original inglés en las Constituciones no sólo se comprende en su sentido literal insultante de
“Tonto, Idiota” sino en el sentido que tiene la palabra también de “Insensato”, y también de
“Desagradable” o “Rechazable” (“Collins Cobuild English Dictionary”), y se quiso interpretar
también como “Silvestre”, Indómito”. Pero de todos modos la expresión “Estúpido Ateo” denota la
mala idea que se tiene por algunos estudiosos de ellos como presencia en la Masonería. Sobre
este pasaje de las CConst.: de Anderson, Mackey ha explicado que los Masones comprenden lo
peligroso de lo que llama “el dogma del Ateísmo” y lo han desvanecido, exigiéndole a cada
candidato que declare su confianza en Dios. Otros autores en esta línea han rechazado y
condenado al Ateísmo en la Ob.:, como Frau Abrines que lo considerado opuesto a la Masonería
por negar verdades y creencias de la Ord.:, Rizzardo da Camino que afirma que bajo lo increíble de
esa descreencia (que considera al Ateísmo) organízanse las corrientes de los ateístas, o Nessi que
expresa que el Masón no puede ser ateo en forma alguna.

La posibilidad de admitir o no Ateos en el seno de la Orden fue históricamente y aún es a la


Actualidad objeto de polémicas por cuanto siempre se venía admitiendo que en nuestra Augusta
Inst.: “La primera condición es la Creencia en un Ser Superior”, pero esa frase comenzó a sentir
fisuras en la discusión de su alcance, contenido e incluso vigencia. Recordemos los debates ya
endémicos entre Sajones y Latinos que llevó a grandes rupturas como entre el Gran Oriente de
Francia y la Gran Logia Unida de Inglaterra por 1877, o la problemática vivida por 1948 y 1950
entre la Gran Logia de la Masonería del Uruguay y la Gran Logia Unida de Inglaterra (hoy
felizmente superada).

La Idea de que el Masón no puede ser Ateo impone no obstante muchas precisiones. En primer
lugar, no puede negarse las corrientes Agnósticas, Racionalistas, Anticlericales (contra las
religiones positivas) o incluso Ateístas dentro de la Orden que llegan a no observar
incompatibilidad entre la condición de Masón y la condición de Ateo. Asimismo, la interpretación
histórica que se dio posteriormente a la frase de Anderson citada fue recreando y dando otras
aristas a la polémica de las relaciones entre el Ateísmo y la Masonería. En cierto particular, desde
la óptica de la Libertad de Pensamiento o desde una concepción Tolerante, debemos recordar que
la Masonería no segrega a nadie por sus opiniones, y renegar o no aceptar a los Ateos podría
significar una contradicción con la Filosofía de la Tolerancia y respeto que nos jactamos de
profesar. En nombre de la Libertad de Opinión debe respetarse tanto a los que creen en un
Principio Superior como los que no. Los Ateos ocupan en la práctica un lugar en la Orden e incluso
contribuyen con toda su Inteligencia y capacidad intelectual a ella. Y nos preguntamos: ¿Es
incompatible o no el Ateísmo con la Filosofía Masónica? ¿Bajo qué condiciones?
Muchos han planteado el tema del Ateísmo en referencia a la negación de un Ser Espiritual con
Personalidad. Pero ya sabemos que el G.: A.: D.: U.: en Masonería como concepto es mucho más
amplio y que también puede abarcar la Idea de Orientador Filosófico o de Acción Moral.

Parece para algunos que en principio un Masón puede ser Ateo si lo desea. En cuanto su
Creencia o Descreencia no colida con los TTrab.:, aporta y al no estar en contra está a favor de la
Obediencia. Como dijera Castellanos, no hay inconveniente entre ser M.: y Ateo siempre que se
precise que este Ateísmo no niegue el derecho a los demás a creer lo que les parezca y que se
permita la Libertad de Creencias y Conciencias.

Recordamos en el Subcapítulo anterior que cuando se postuló a Sierra Partida como Ven.: Gr.:
Maes.: de la Gran Logia de México alguien objetó su condición de Ateo recordando la famosa frase
de Anderson de que un Masón no podía ser un estúpido ateo. Y Sierra Partida le replicó: “Sí es
cierto, ¿pero qué tal un “Ateo Inteligente”?

A nuestro modo, un Masón no podría ser ni un estúpido ateo, ni un estúpido fanático religioso.

En realidad, un Masón no puede permitirse ser Estúpido, directa y simplemente. Un Masón


siempre debe ser Inteligente, crea en lo que crea o no crea en lo que no crea.
Porque el Masón es ante todo un Buscador o un Investigador, que debe tener hasta suficiente
Autocrítica para eventualmente tener que corregir sus Postulados. Ahora bien, digamos que si
desea profundizar y comprender el Arte en Serio, parecería que tarde o temprano la Noción o Idea
de Ateísta o de Negación de un Ser o Postulado Trascendente, podría quedarle a un M.: estrecha.
Más que el Rechazo o Creencia en un Ser o Ideal Superior, creemos que a la Masonería le interesa
que el H.: tenga una Actitud de Amplitud Mental para no conformarse con lo inmediato, y para
que no descarte nunca la posibilidad aunque fuere hipotética, de que puede haber algún
Orientador o Guiador, o algo más allá o más permanente a descubrir, se llame como pudiera
llamarse. El Masón no tiene por qué creer en un Ser Superior con Personalidad, pero parece
pensable que no puede negar Principios o Ideas Superiores de orientación Espiritual o Moral. Ateo
o Creyente en Dios, el Masón no puede permitirse el lujo de encarar tales posturas como Dogmas
o Postulados inamovibles sino como Hipótesis de Investigación, debiendo comprender que los
requerimientos del Arte Real, esencialmente progresivo y dinámico, pueden implicar siempre la
Redefinición de Conceptos. Pero determinada Elevación en el Camino del Conocimiento Masónico
importa reconocer que sin un Orientador Espiritual o Moral, el Masón no puede continuar en su
Investigación sin perjuicio que pueda incluso hasta redefinir o reapreciar qué significa para él tal
Orientador. Si no sabe hacia dónde quiere el Masón ir y si no tiene un Propósito Trascendental, se
perderá en un lodazal de especulaciones o insensateces.

Un Ateo a nuestro modo es una persona que carece de todo tipo de Orientador Moral o
Espiritual, sea una Idea o una Personalidad, y sin esa Guía no podrá comprender realmente el Arte
de la Masonería. El concepto de Ateo en Masonería sería en nuestra óptica diferente que el
sentido profano referido a quien no cree en un Ser Supremo Espiritual o a quien descree en las
Religiones o Verdades Oficiales. El Ateo sería así y supone la asunción lisa y llana de lo cotidiano
como única verdad o realidad, privándose del Sabor y de la Ventura de creer que se puede
intentar encontrar algo Más Allá. En la resignación a esas Sombras no podrá concebir ni apreciar la
probabilidad de la Luz, un verdadero Lujo o Negación que no le permitirá captar qué es la
Masonería.

Si un Masón, como dijera Cruz, cumple con todas las exigencias morales y espirituales y
quiere llegar hacia una Gran Luz de Verdad, si está dispuesto a que la Masonería lo convierta
internamente, jamás será un Ateo. El Masón puede no creer en Dios, pero no sería admisible que
careciera de sentido Espiritual y de Espiritualidad. Para recordar una idea de Flores Colombino que
nos parece muy apropiada, en la Masonería pueden convivir todos, tanto los que tengan Religión
como los que no creen y los que crean en un Dios como quienes no lo creen, mientras sientan una
Fe Masónica que es independiente a esos temas y no se modifica.

Y así llegamos a la siguiente Idea: El Masón, sea cual sea la postura que tome en relación al
tema de Dios o del G.: A.: D.: U.:, no puede carecer de Orientación o Regulación Espiritual ni de
Espiritualidad. Si no posee ese “Minimum” no tendrá la menor Idea de por qué está en la Orden, ni
comprenderá ni será penetrado internamente los Secretos del Arte Real aunque pase muchos
años. Desde ese punto de vista, si carece de Dimensión o de Referencia Espiritual a nuestro
entender será “Ateo” y así será también “Estúpido” porque sólo perderá el tiempo en nuestra
Institución. Esto, tanto en el Grado 1o. como en los GGr.: que vengan, todos consagrados “A L.: G.:
D.: G.: A.: D.: U.:”.

Sin una noción u orientación de lo Divino o Trascendente, no se puede asumir una Filosofía
orientada y referida hacia lo Divino o Trascendente. Por eso un Ateo, en el sentido de negador de
todo propósito Espiritual o Superior, no tendrá cabida en la Masonería no por precepto o
requerimiento institucional, sino porque la Masonería a la larga o a la corta le resultará algo
insípido que no le reportará nada con la pérdida inútil de esfuerzos y de tiempo para su parte. No
concebimos como Ateo a quien crea en Algo o tenga un Sostén de su Actividad, sea la Realidad, la
Naturaleza, el Destino Humano, El mismo o cualquier otra Idea orientadora de Sentido Elevado;
donde ponga su Corazón allá estará su G.: A.: D.: U.: o Dios. Lo que le reclama la Orden, tanto a él
como a todo Masón Creyente o No Creyente, es ser Inteligente y Atreverse a Abrir su Capacidad
de Comprensión hacia eventuales Realidades Superiores y hacia Altos Valores, que esté en
Consonancia, Coherencia o Relación Directa entre quién es y qué lo anima, que mejor potencie y
disfrute guiado por un Sentido de Orden el Milagro de Vivir. Creemos que va por allí el Secreto y el
Sabor de nuestro Ministerio Sacerdotal en su Concepto más Noble, hasta con prescindencia o
independientemente de la polémica entre Ateísmo y Masonería.
SOBRE EL G.: A.: D.: U.:

Un Símbolo no es sino la representación material de lo inmaterial. Si bien su diseño es


convencional, su contenido puede ser tan amplio como lo permita el conocimiento o la capacidad
de interpretación de quien lo considere. La Mas.: es un sistema de Moral velado por alegorías e
ilustrado por Símbolos, lo que la hace tan rica en su contenido, contenido que está destinado a ser
captado o ampliado por el Inic.:. El Símbolo estimula la investigación del Intelecto y es muy
indicado a nosotros los occidentales para introducirse en el estudio de un Sistema Filosófico. Pero
tenemos también un "Gran Símbolo" que de alguna manera aglutina a todos los SSimb.: de la Ob.:
o hacia el cual se proyectan todos los demás que nosotros llamamos "G.: A.: D.: U.:". A su Memoria
o Gloria dirigimos toda nuestra acción o encauzamos nuestra Vida, entendiéndolo como el
Fundamento y Fin de nuestra Existencia. Ningún M.: o Mas.: puede prescindir de una noción de G.:
A.: D.: U.:, y es que entonces se encuentra recogido en los Ancient Landmarks o Antiguos Límites
de nuestra Gr.: Log.: (No. II). Puesto que somos una Inst.: de LLib.: PPens.:, nadie está obligado a
entender como "G.: A.: D.: U.:", aunque a veces lo designemos como "Ser Supremo", a una Entidad
o a un Ser Espiritual dotado de Voluntad. Por éso ya desde la Inic.: se nos enseña que el contenido
de nuestro Gran Símbolo lo da la conciencia y leal saber y entender de cada H.:, para quien el G.:
A.: D.: U.: puede ser un Espíritu, el Universo, un Principio de Acción o de Moral, un Ideal o una
Meta Superior.
La denominación "G.: A.:" recuerda nuestros orígenes como Corporación de Libres
Albañiles operativa, pero recordemos que ya Hermes Trismegisto hablaba del Superior Principio
"como Gran Obrero Universal" (Tratado "Asclepios") o "Gran Obrero" (Tratado "La virtud del
Mundo").

No han sido pocos los problemas que han existido en la interpretación y la necesidad de
que todo M.: considere la existencia del G.: A.: D.: U.:. Mencionaremos que cuando en México se
propuso la candidatura del H.: Sierra Partida para la Gr.: Maes.:, alguien le recriminó su
incompatibilidad para éllo por su Ateísmo, recordándole que las Constituciones de Anderson
establecen que no puede ser M.: "ni un libertino irreligioso ni un estúpido ateo", a lo que Sierra
Partida le contestó: "Es cierto, ¿pero qué tal un ateo inteligente?". Digamos que este H.: no estaba
ni se sentía obligado a sostener la creencia de un Dios Espiritual. La palabra "Ateo" no la
entendemos hoy los MM.: en el sentido de la prescindencia de toda noción de "Dios", sino que
para nosotros es "Ateo" quien niega que existe un Principio Rector o Fundamento de Todo, o
rechaza la necesidad de Algo o Alguien (sea Entidad, sea Ideal) a quien tributar nuestra Tarea. El
concepto de "Ateísmo" de Anderson debe interpretarse en su sentido histórico y cambia su
significado con los tiempos, como también cambia el contenido del concepto de "G.: A.: D.: U.:" a
medida que el Hombre evoluciona. El alcance del mismo es una conquista que se descubre, se
redescubre, se redimensiona y se perfecciona, por ello es tan complejo y da lugar a tantas
discusiones la definición de nuestro G.: Simb.:.

Sin perjuicio de la libertad individual, los MM.: decimos y debemos "creer" en un G.: A.: D.:
U.: cuyo concepto preciso no podemos traducir o explicar sin caer en nuestras propias opiniones
personales. No podemos asegurar su existencia porque no hay unanimidad de criterios para
determinar su esencia, y menos podríamos imponer una conceptuación. Una Ley de la primera
Revolución Francesa proclamó su existencia, pero no pasó de ser el producto de una Gimnasia
Intelectual y por supuesto no definió qué entendía por "Dios". Los MM.: no perdemos tiempo con
esos devaneos y permitimos que cada uno extraiga de ese G.: A.: D.: U.: lo que entiende como
cierto. Apostamos o creemos que Algo o Alguien hay por sobre encima nuestro como Orientador o
Destino conforme a nuestras particulares convicciones, ciframos una Esperanza en su existencia, lo
que no es muy distinto a decir que la creencia en un G.: A.: D.: U.: es un Acto de Fe y Amor.
Representaciones de ese G.: Simb.: hay muchas. Las más conocidas son el Triángulo o Delta
Radiante con el que llamamos "Ojo que todo lo ve" o la letra "G" (inicial sajona del equivalente a
nuestro español "Dios") en el centro, el entrelazamiento de la Esc.: y el Comp.: con la "G", o las
iniciales "G.: A.: D.: U.:", todo en el Pr.: Gr.:.. Hablamos de Este como un Supremo o Gr.: Arquitecto
o Hacedor, lo que nos lo recuerda como un Planificador y Creador de un Orden Universal. La
palabra "Arquitecto" proviene del griego "Archos" ("Antiguo" o "Principal") y "Tekton"
("Constructor"), que en su interpretación mística toma la palabra "Arché" equivalente a "Materia
Primordial" y así el Principio Supremo es el Edificador sobre la Materia Primordial que forma la
base material del Universo, dinamizada por el Logos o Palabra que le da sentido, por éso en San
Juan 1:1, en donde abrimos la Biblia del Ara, leemos en griego "´En Arché to Lógos"; "En la Materia
Primordial estaba el Principio Dinamizador". "...kai Théos to Lógos"; "...y Dios era el Principio
Dinamizador".

QQ.: HH.:: Tan ilimitado como el Universo es el significado de nuestro Gran Símbolo que
caracterizamos como "G.: A.: D.: U.:", sustrato que da base al Cosmos y a nuestro Microcosmos
individual. Sin un Fundamento, un Ideal, un Proyecto, Algo o Alguien que dé sentido a nuestra
Existencia, no tiene propósito vivir. Nadie puede afirmar, so pretexto de su Libertad de
Pensamiento y de la necesaria diferencia de interpretaciones, como Ser Humano y M.:, y es
absurdo aseverarlo, que no hay nada que nos rija. Dejémonos llevar por Ese Principio, y hagamos
que nuestro Trabajo sea un dedicado Canto de Alabanza a Aquel a quien con nuestro Amor día a
día también construimos mientras edificamos nuestro propio Templo.
SOBRE LA LOGIA Y EL UNIVERSO

Si el Hombre como Ideal debe guardar una Armonía con el Universo del cual forma parte,
siendo a su vez un Miniuniverso con el cual debe guardar Consonancia consigo mismo, es lógico
que la Log.: o Temp.: donde el M.: desarrolla sus TTrab.: sea una representación del Cosmos. Pero
la naturaleza cosmológica del Temp.: no es meramente simbólica; la Log.: en sí es un aparato de
comunicación a través del cual la Mente se pone en contacto con el Universo Exterior, y a su vez,
con el propio Microcosmos Interior. Por eso el Temp.: es no sólo un compendio del Orbe Celeste,
sino también de la propia Alma Humana, y por supuesto, de nuestro Planeta que es un Universo
abarcador de nuestros Miniuniversos personales, y así, para ubicarnos en Sintonía con ellos, en el
Temp.: dejamos nuestro estado de conciencia Prof.: y asumimos una más elevada situación de
Espíritu, siendo necesario previamente a los TTrab.: un momento se Silencio para depurar y olvidar
nuestras inclinaciones y preocupaciones mundanas.

Desde las profundidades del Cuarto de Reflexiones, que representa al Centro de la Tierra,
hasta el Espacio Infinito simbolizado por el techo tachonado de Estrellas que simboliza a la Bóveda
Celeste, igualmente profundo, complejo e inconmensurable se presenta nuestro Espíritu. En el
deambular de nuestra vida, representado por nuestra circunvalación del Temp.: que recuerda al
Movimiento Aparente del Sol alrededor de la Tierra y a través de la Eclíptica por las Casas del
Zodiaco (cuyos Signos adornan nuestra Morada y están también simbolizados en la Columnas
Jónicas y Dóricas), a través de las vicisitudes diversas, las alegrías y los sinsabores nos vamos
sometiendo a Pruebas que pulen nuestras condiciones y nos preparan para nuevos desafíos sin fin,
pero también vamos buscando nuestro Destino y nuestra Verdad. Viviendo una existencia oscura y
tormentosa (el Lado Norte o sombrío donde permanecen los Aprendices), recorremos
insistentemente los confines (circunvalando los cuatro Puntos Cardinales) ansiando la Luz que
llegará desde el Oriente, pero que sólo podemos apreciar temporalmente sin tocar, resignándonos
a observar cómo se nos oculta por el Occidente después de disfrutar una breve intensidad al
encontrarse en el Meridiano.
Corrigiendo, rectificando, entre crisis y treguas nos sacudimos entre las Fuerzas que
dominan la Realidad corriente (el Banco y Negro del Pavimento, y el Sol y la Luna en el Oriente).
Dentro de esa situación, trabajosamente pero a través de una Labor silenciosa y continua, se va
alzando y estabilizando el M.: por su propia intuición, deslumbrado ante la Belleza de la Realidad y
empeñado con Fuerza en afirmarse por sobre la terrenalidad del Pavimento donde luchan las
potencias materiales (simbolizado todo por las CCol.: B.: y J.:), pero ese nuevo Temp.: que surge
dentro de la Log.: no será estable ni concebible hasta que por lo menos consolide una Tercera
Columna, que por ser la más difícil de construir está en continua formación: la de la Sabiduría,
cuya Ciencia de Albañilería sólo conocen los que por sus capacidades se hacen dignos de decorar,
como el Sol y la Luna, al Oriente, Misterio cuya magnitud es enorme como el dibujo del Planeta
Tierra en el pupitre del Ven.: Maest.:, ordenador del Conocimiento del Tall.: y representación
viviente del Temp.: del G.: A.: D.: U.:, si bien a una escala imperfectísima, como inacabado es
asimismo el Ser Humano.

Norte, Sur, Occidente, Oriente, límites cardinales a los cuales se orienta simbólicamente el
Temp.: o Log.: y donde su ubican los HH.: según su Gr.: o condición, son puntos por los cuales se
proyecta toda la Espiritualidad del M.: pero asimismo el Drama tragicómico de su existencia. En su
pasaje por el Mundo abarca no sólo a sí mismo sino a sus prójimos y a los ámbitos donde le toca
desenvolverse, mostrando qué actitud debe asumirse en cada etapa de la Vida. Y sobre la
afirmación personal del M.: , la Tierra y la Bóveda Celeste coronan su trabajo permitiéndole el
disfrute de todos sus Secretos y Riquezas, simbolizados en las Granadas que adornan también las
CCol.: B.: y J.: de Occidente y en el Orden Corintio que las adorna, producto de una Evolución que
sintetizó estilos arquitectónicos y en lo personal simboliza nuestro ánimos. Por el Oeste, una vez
resueltos a abandonar la terrenalidad en el Cuarto de RRef.: (por la presencia del Pr.: Vig.:) y
asumiendo una Nueva Conciencia sólo a través de la Inic.: previa, entramos a tientas deseando la
Iluminación de un Nuevo Día o de una Nueva Realidad, que representamos con la Luz de Oriente
que nos alimenta con el Conocimiento, que filosóficamente surgió históricamente de aquel punto
de la Tierra y fue ganando los confines del Orbe. Desde el Sur o poniendo concentración en todas
nuestras posibilidades también se anuncia la Iluminación de la Verdad para quienes viven en la
Oscuridad de la Ignorancia (mediante los MMaest.: y el Seg.: Vig.: a los AAp.: del Norte).
No en vano la palabra "Log.:" reconoce antecedentes en la palabra sánscrita "Loka" que
denota tanto al Mundo como al Universo, pero a su vez se hace provenir del griego "Logos", el
Principio Creador del Universo o la Voluntad que originó el Cosmos, que a veces se lo confunde
con la Sustancia misma del Universo. Pero el Origen más inmediato del vocablo "Log.:" viene del
inglés "Lodge" que significa "Alojamiento", "Morada", "Hogar", y éso por cuanto la Log.: o Temp.:
es el Habitáculo donde sólo se encuentran a salvo y con comodidad los Hombres de Bien. Uniendo
estas acepciones, podríamos decir que el Universo Entero es la Patria u Hogar del M.:; la Tierra y el
Espacio la verdadera Log.: donde él debe habitar para instruirse.

QQ.: HH.:: En este Templo encontraréis un refugio cálido y seguro donde podrán oírse y
encontrarse a vosotros mismos, y podrán trabajar como pequeños Constructores con las Fuerzas
disímiles de la Existencia para comprender y dominar vuestro propio Orden y el Cosmos que os
Rodea. Como Inmensurable es el Universo, así lo son nuestros sueños, nuestras aspiraciones y así
debe ser nuestro Amor. Dentro de este recinto os halláis en un Crisol gestador de un Nuevo
Sistema y de una Nueva Vida, y os pondréis, si vuestro Espíritu es lo suficientemente decidido, en
una Dulce Armonía con vosotros mismos, el Mundo y el Espacio que os rodea, que no son sino
aspectos de una sóla Realidad que anima al Universo, totalizado por la Personalidad del Supremo
Constructor o G.: A.: D.: U.:.

SOBRE EL SILENCIO
Parecería improcedente o contradictorio hablar sobre el Silencio porque la mejor
referencia sería simplemente callar, y por ello seremos necesariamente breves. No obstante es
necesario entender su sentido cabal dentro del Primer Grado y de los asuntos de la Ord.:. El Sil.: de
la Mas.: no es el de la condescendencia, el silencio cómplice que ampara a la mentira, la hipocresía
y la traición, el silencio que evita comprometerse por interés o por diplomacia, o el silencio
timorato o de la resistencia pasiva. Muy por el contrario, el Sil.: masónico tiene un propósito de
edificación espiritual, permitiendo un ambiente en donde germine la Realidad y la Verdad, y no se
encuentra impuesto sino que se lo asume como libre cuando se comprende su propósito.
Desgraciadamente no falta quien cuestione el hecho que los AAp.: y CComp.: no puedan hablar en
las Tenidas amparados en la una malconceptuada Libertad de Pesnamiento, y por tanto conviene
hacer ciertas precisiones.

En primer lugar, el deber (o mejor dicho recomendación) de guardar Sil.: no es original de


la Mas.:. Muchas órdenes o corrientes filosófico-religiosas lo prescribieron (caso de los
pitagóricos, los Esenios, la Orden Benedictina, ciertas sectas hinduístas), y nuestra Ord.: sólo toma
su tradición. Además los efectos benéficos del Sil.: son ya captados por la propia ciencia popular,
que se aprecia en muchos refranes ("en boca cerrada no entran moscas"; "el Hombre es esclavo
de sus palabras y señor de su Silencio"; "uno tarda dos años para hablar y toda la vida para callar";
"el Silencio es salud"; "el Silencio es la Inteligencia de los tontos", y tantos otros). Nosotros, como
no deberíamos hablar cuando se trata de recordar el Silencio, resumiríamos su significado para el
M.: en tres ideas: "El Silencio es el Arma del Buscador Espiritual" (Sai Baba), "Todo se diviniza a
través del Sil.:" (Kierkegaard), y "La sabiduría ideal está en el Sil.:" (Hermes Trismegisto).
Repasemos a continuación algunas virtudes que nos enseña el Sil.:.

Sabiduría- El Sil.: nos permite concentrar energías en captar y asimilar con plenitud e
integridad enseñanzas, comunicaciones y experiencias ajenas, como también construir,
perfeccionar y evaluar ideas propias. Podemos escuchar la Voz Interna que nos señala el Camino y
nos corrige la Ruta.
Discreción- No sólo para evitar contar las vivencias y negocios masónicos, sino para
negarnos a trasmitir asuntos reservados confiados y para resistirnos a propagar calumnias,
chismes, vituperios, mentiras, difamaciones o maldades. También proporciona un ámbito de
reflexión, medición, selección y control de nuestras expresiones o palabras.

Paciencia- Nos ayuda a esperar y encontrar la oportunidad propicia para hablar, siempre
a su debido tiempo. Ejercita en la Tolerancia.

Humildad- Los más elevados logros u obras pierden brillo y valor por la vocinglería; el M.:
trabaja "sin hacer ruido de Martillo".

HH.: AAp.:: Sabiduría, Discreción, Paciencia, Humildad; ése es el Tesoro que oculta el
Silencio en su seno. El Sil.: no debe sólo observarse como método de aprendizaje y elevación
espiritual masónicos sino que también debe aplicarse en la vida Prof.:. Refugiémonos sobre la Col.:
del Ap.: o del Sil.: para sentir por qué insiste tanto con este tema, y por qué al final de la Ten.: se
recomienda guardar Sil.: por Tres veces.

SOBRE EL SENTIDO DE LA ESTADIA EN LA CAMARA DE REFLEXIONES


El Pasaje por la Cámara de Reflexiones es uno de los temas más tratados por los
Aprendices en sus Trabajos y por supuesto de los más reiterados dentro de las Tenidas del Grado
de Aprendiz. Con mayor o menor amplitud, cada quién da su versión sobre las vivencias
despertadas en este Paso previo a la Inic.: y se destaca continuamente su importancia, pero no
siempre se medita cabalmente sobre qué significa o cuál es el sentido de esta estadía. La estancia
en la Cam.: de RRef.: es en realidad un verdadero Viaje, el primero de todos pese a que no se lo
contabiliza como tal, que se hace por el elemento Tierra. Quizá no se lo enumera como "Viaje"
porque es estático y no supone una progresión o purificación como los Viajes de los restantes
elementos ( Aire, Agua, Fuego) sino un proceso previo contrario, de regresión tendiente a la
aniquilación, y porque se realiza fuera el Temp.:. Sin embargo, sin este Pasaje no puede accederse
a una mejora posterior ni puede desarrollarse la Ceremonia de Inic.:.

La mejora de una materia supone primero la purgación de sus excrecencias y no es esto un


retroceso sino por lo contrario, el comienzo de un Proceso de Perfeccionamiento. La Mas.: como
disciplina espiritual entiende que nadie puede perfeccionarse si no abandona sus viciosos hábitos
primariamente, lo que recoge una milenaria tradición que se ha explicado a través de los más
variados símiles e imágenes: "morir a sí mismo", "destruir el Templo para volverlo a levantar",
"morir como la semilla para germinar y dar fruto", "disolver y depurar los Metales para
rectificarlos y purificarlos", "desbastar la Piedra Bruta para lograr la Piedra Cúbica", "Visita
interiora... (et) rectificando invenies...", y muchos otros. De ahí que en nuestra Inst.: el Tránsito
por la Cam.: de RRef.: nos ubica imaginariamente en el Centro o en lo Profundo de la Tierra, donde
también descansan los cuerpos muertos o inertes. Pero para la Mas.: la Muerte no es un
acontecimiento límite final de la Existencia sino un proceso de Transformación imprescindible para
perfeccionar y mantener la verdadera Vida. Se busca que a través de esa experiencia de estadía en
el Cuarto de RRef.:, pintado de negro en sus paredes representando al Mundo de las Sombras que
se asocia al de la Muerte, el Recipiendario sienta y "viva", si se permite la expresión, la sensación
de la Muerte, y del Abandono y el Silencio total porque son propiedades de la Muerte, despojado
de toda su riqueza material como careceremos de ellas el día que muramos. Por eso en algunos
RRit.: arcaicos, al ingresar por primera vez al Temp.: el Prof.: para ser iniciado se le pregunta en la
propia Ceremonia qué sintió en lo profundo de la Cam.:, y debe contestarse (algunos lo hacen más
por el susto adquirido y de corazón más que por Ritual) "la Muerte".
El sentido de todo ello es que el Ap.: aplique luego la Experiencia de la Muerte a todos los
aspectos de su devenir, porque cotidianamente "morimos" durante nuevos acontecimientos para
enfrentar otros. En el Arte Real, la estadía en la Cam.: de RRef.: nos indicaría que a partir de ese
momento, como en la Muerte, ya nada será igual y que estamos en el comienzo de un cambio
para mejor, se desea desatar una Crisis (tomando su sentido griego que significa más "Proceso de
Evolución" que "caída en el Caos") que le despierte la necesidad de impulsar un nuevo Espíritu y
una manera positiva de encarar la Existencia, porque lo peor de la conmoción sólo indica que lo
mejor acaba de comenzar. A diferencia de las demás ideologías que sólo prefieren ver cómo debe
sobrellevarse la Vida, la Mas.: nos enseña una Filosofía del Morir no para obsesionarnos con el fin
de nuestra existencia sino para comprender un Misterio muy profundo y para prepararnos a bien
desenvolvernos cuando llegue ese Estado de Transformación. Mientras no llegue físicamente,
debemos en esta Vida comenzar a encarar la Transmutación de nuestra Alma, matar lo más
reprochable para crecer en todos los campos en que nos toca desempeñarnos. Si no tomamos
conciencia de nuestros defectos, nunca podremos cambiar ni desarrollar lo más positivo de
nosotros mismos. Y cuando llegue ese día en que nos toque enfrentar el pasaje al Or.: Et.:,
tendremos que saber que gracias a la Tumba nos esperan Nuevos Tiempos en un plano más
evolucionado del Infinito para seguir trabajando, y ésto no es Poesía.

QQ.: HH.:: La Experiencia de la Muerte, en su concepto cabal como Transformación,


Transmutación o Cambio, no sólo se agota en el Pasaje por el Cuarto o Cam.: de RRef.:, sino que
debe recordarse y repetirse toda vez que las circunstancias lo requieran mientras vivamos. De
ocasión en tanto deberemos "morir en vida" para retomar nuestro control y mejorar. A veces
llegaremos a ello a través del Discernimiento y podremos controlar más felizmente el Cambio.
Otras veces lo encontraremos forzosamente aunque no queramos porque será difícil torcer el
rumbo del Exceso y tarde o temprano tendremos que evolucionar ¿pero qué necesidad hay en
ello? No estamos llamados para sufrir o para aprender mediante el Dolor, sino que tenemos
vocación para ser felices, y al desear la Inic.: hemos elegido impulsar y afrontar nosotros el
Cambio, no esperar a que se nos imponga. Si uno valora y comprende el sentido de la Muerte, la
necesidad de la Transformación no sólo física sino vital, nada podrá hacernos mella y
aprenderemos a amar mejor la Vida. Extraño Enigma ése de descubrir el Sentido de la Muerte para
captar el Valor de la Vida que no podrá nunca inteligirse; sólo se lo asimila o no se lo asimila, se lo
siente o no se lo siente ¡Es algo que parece tan incomprensible, y está no obstante tan claro!
Porque no es un Misterio, por paradójico que fuere, sino un Rector de la Vida. En el Viaje por la
Cam.: de RRef.: tenemos la primera pista para aprender a disfrutarlo.
SOBRE LA ESCUADRA Y EL COMPÁS

La mención conjunta de la Esc.: y el Comp.:, los dos primeros Símbolos o Luces del Pr.: Gr.:,
importa su consideración como figuras entrelazadas, lo que ha formado un emblema que de
alguna forma también es el distintivo o logotipo más conocido y uno de los característicos SSimb.:
de la Mas.:. Cualquier Prof.: que vea este diseño conoce que está frente algo relativo a nuestra
Ob.:, ya que se lo identifica como un hito o huella que revela que algún M.: o la Mas.: anduvieron
por allí. Incluso alguna medalla, solapero, o adorno que lleve una persona nos indica que se está
queriendo ésta revelar como H.:.

El entrelazamiento de la Esc.: y el Comp.: tiene un significado muy especial como conjunto


mismo. El Comp.: y la Esc.: por sí y aisladamente poseen como Símbolos contenidos muy
diferentes, muy ricos y cada uno de ellos llenaría en su explicación sin duda varios volúmenes. La
Esc.: y el Comp.: entrecruzados, además de la suma del contenido de cada uno de éstos por
separado, posee también un vastísimo interior aparte. Como no podríamos abarcarlo en estos
Pensamientos, intentaremos más bien una Explicación limitada y modesta que por lo menos
pudiera servir de base para vuestra investigación.
Solamente diremos que la Esc.: es el Símbolo de la Rectitud que debe gobernar todos los
actos del M.: y que el Comp.: es el espectro de posibilidades para desarrollar y perfilar su
trayectoria. Pero entrecruzados también representan Fuerzas antagónicas entre cuya interacción
transcurre la dinámica de una única Existencia: Pasivo-Activo, Pasado-Futuro, Masculino-
Femenino, Bueno-Malo, Alegría-Tristeza, Vida-Muerte, lo Superior y lo Inferior, y tantos otros
extremos. Pero el enriquecimiento de la Unidad no es sino el resultado de la conjunción de las
Fuerzas de la Diversidad ("ex duo unum vel ex uno duo"). Esa interconexión de las Fuerzas
Opuestas entre las que se desenvuelve la Vida también tiene su analogía con otros SSimb.:, como
las Columnas J.: y B.:, el Pavimento Negro y Blanco, el Occidente nocturno y el Oriente
resplandeciente en nuestro Templo, representación del Interior en que se desenvuelve la más
intensa gama de acontecimientos y fenómenos. Y es entre estas Fuerzas que se gesta la Realidad
o la Vida, un nuevo y tercer Elemento que participa de los caracteres de los dos anteriores pero
tiene su esencia propia. En el Tratado "La Inteligencia a Hermes" se dice: "De la concordia y
combinación de los contrarios y desemejantes ha nacido la Luz alumbrada por la energía del Dios
generador de todo bien, cabeza de todo Orden".

Se ha visto en la Esc.: a las Fuerzas Interiores que se abren y elevan hacia lo Alto (por eso se
coloca con sus puntas hacia arriba) y al Comp.: como a las Fuerzas Espirituales Etéreas que
iluminan a los Hombres (de ahí que sus puntas se ubican hacia abajo). También puede asimilarse a
una representación estilizada del amplexo sexual, unión que es un Gran Misterio y que forma la
Unidad Creadora que posibilita la continuación y pervivencia del Universo.

En el Pr.: Gr.: la Esc.: se coloca por encima del Comp.: significando, entre otros contenidos,
que nuestros esfuerzos están concentrados en captar las Energías superiores, por eso la Esc.:
conforma un receptáculo pasivo estilizado.
La acción de la Esc.: y el Comp.: amalgamados forman una Plenitud que se simboliza con la
colocación de una letra "G" en el espacio que delimita su entrelazamiento. Este último es un
Simb.: muy rico, del que por ahora sólo diremos que representa un Nuevo Conocimiento y una
Exaltada Esencia.

QQ.: HH.:: En la unión de la Esc.: y el Comp.: juntamos nuestras cualidades morales con
nuestras posibilidades a fin de construir un Alma Integra y Elevada, posibilitando una nueva y
recreada Persona dotada de Sabiduría y Entendimiento. En el vaivén de la Vida los avatares nos
llevan en todas direcciones, pero entre ellos se afirma el Hombre que amalgama y sublima sus
experiencias, forjando su propia Unidad y Realidad. Esa fusión de diversidades en una Novel
Integración es otro Magno Misterio que encontraremos con Labor y con Reflexión, la única forma
de llegar a las Verdades de la Mas.:.

ACERCA DEL ARA


Delante de los escalones que conducen al Oriente de la Logia o de la cumbre de ellos
dentro del propio Or.: según los usos y costumbres, se encuentra un Ara o Altar de forma
triangular. Este es propio del Rit.: Esc.: Ant.: y Acep.:, no encontrándose en el Rit.: Azul o Moderno.
Sobre el Ara se halla un Candelabro de Siete Brazos o Menorah, cuyos tres Miembros centrales se
encienden en el Gr.: de Ap.: y señalan el Trab.: en este nivel. La tradición judaica que nutre a la
Mas.: no haría en nuestra opinión recomendable un Candelabro en forma de triángulo, como
suele verse en muchos TTemp.: aunque podría admitirse una estilización conforme a los modernos
diseños del original judío. Al pie del Candelabro aparece el Libro de la Ley o la Biblia abierta en el
Cap. I del Evangelio según San Juan (para algunos el verdadero Patrono de nuestra Ord.:). En los
países no cristianos puede encontrarse la Torah abierta en el Génesis o Bereshit, o el Corán (en los
países o regiones musulmanes que se permita o tolere el culto masónico) o algún libro Védico, o
varios de éstos (junto a la Biblia) uno sobre oro, y en algunos países de tradición laica o
secularizados, como el nuestro, se coloca encima de la Biblia la Constitución Nacional o de la Gr.:
Log.: (este último nuestro caso). Sobre estos libros descansa un Comp.: y por encima de él la Esc.:
(colocación del Gr.: de Ap.:). Ciertos Talleres acostumbraban en Pr.: Gr.:, por encima de los libros y
del Comp.: y la Esc.:, o detrás de los Libros, colocar una Espada Flamígera o de Honor con la punta
hacia el Mediodía, usanza hoy suprimida en el Uruguay. El Ara usualmente está adornada con
figuras de carneros o con EEsc.: y CComp.: entrelazados, y generalmente se pinta de negro.

El color negro simboliza el Proceso Transformador que libera las imperfecciones y


transmuta la Materia Inicial en otra perfeccionada. Los Carneros recuerdan la Epoca de Aries y los
tiempos de la Antigüedad precristiana, donde lo normal era el sacrificio de un animal para lograr el
favor de los Dioses o de la Divinidad Suprema. Actualmente esa práctica ha sido superada, y la
Victima del Sacrificio es el Espíritu de uno mismo mientras el Ara es el Campo de la Vida donde el
Alma se transforma para elevarse a los Cielos. En el Ara depositamos la Energía etérea de la Log.:
para que éste la concentre, mejore e irradie positivamente a todos los HH.: y por todos los
confines. En Ella entregamos nuestros Trabajos, nuestros más altos anhelos, lo más preciado de
nosotros mismos, y por supuesto hasta nuestro Honor (comprometido en diversos Juramentos de
orden).

Si comparáramos al Temp.: con el Cuerpo Humano, notaríamos que el Ara ocuparía


analógicamente el lugar del Corazón, a través del cual simbólicamente se purifican las energías
irregulares y desde donde se reconvierten irradiando Ondas de Positivización, y de Puros Ideales y
Virtudes.

QQ.: HH.:: En el Ara entregamos y transmutamos nuestras Fuerzas para proyectarlas sobre
el Tall.: y catapultarlas hacia lo Alto. El Comp.: las concentra y procesadas a través de la Ley Divina
y Natural (simbolizadas por los Libros), la Esc.: las eleva rectificadas gracias a la Luz Trinitaria. Y en
cada Interior el Inic.: asume su propia entrega y deposita su Alma para ser inmolada en el Ara de la
Experiencia, y purificada por el Fuego de la Vida sublimará en Producto Puro hacia el G.: A.: D.: U.:.

SOBRE EL MANDIL

En nuestra Cer.: de Inic.: el H.: Orad.:, mientras nos lo colocan, nos señala que el Mandil es
el Símbolo del Trabajo, que nosotros lo llamamos "Vest.:" porque reviste la Dignidad del M.: y que
sea cual fuere nuestra calidad nunca asistamos a las TTen.: sin él. Pocas palabras que dicen todo,
por lo que nos limitaremos a recargar o glosar con nuestra opinión tales conceptos.
El Mandil recuerda en principio los tiempos en que la Mas.: era una Corporación de
Albañiles en la Edad Media (como se sabe, uno de los orígenes de la palabra "Masón" es la palabra
inglesa "Mason" -"Albañil"- que se castellaniza como la conocemos), y era el delantal que se usaba
para proteger la ropa y el cuerpo durante el duro trabajo, recordando con dicha indumentaria
nuestra Historia. Hoy, transformada la Mas.: de Operativa en Especulativa o Simbólica, esta
prenda nos rememora que el Trabajo es la única Riqueza y Enseñanza que puede brindar o recibir
el H.:, y remarca la importancia que Este tiene en la dignificación humana y de cada uno, como
también que nada se consigue si no es con esfuerzo. Porque el Trabajo no es una maldición ni una
obligación para el M.: sino una oportunidad para demostrar y activar su Capacidad Creadora,
consagrando además un sentido para su Vida. Verdadera desgracia es que un M.: no trabaje en su
Taller o no posea en su ámbito Profano una ocupación o empleo, porque carece de esa
oportunidad de realización.

Tan sólo un simple Mandil, una prenda de trabajo, es el vestido ritual del M.:; nada de
túnicas, capuchas o carnavalerías de que a veces hacen gala otra Sociedades Iniciáticas (dicho con
el mayor de los respetos). El Mand.: nos destaca que somos Obreros de una causa elevada: la
Remodelación de nosotros mismos, la Edificación de la Humanidad, por la mayor Gloria del G.: A.:
D.: U.:. Por ello en el Simbolismo nadie está exceptuado de trabajar en sentido masónico sin esta
indumentaria, distintivo clarísimo de la Mas.: y cuyo uso constituiría un verdadero "Antiguo
Límite" consagrado por la Tradición inveterada. Se desearía que el Mand.: fuera de cuero de
cordero sin mayor tratamiento, pero en la actualidad se ha comenzado a adoptar el uso de
materiales sintéticos.

Según los GGr.: o dignidades, los MMand.: revisten variados adornos pero poseen algo
común: un Fondo y Baveta blancos (blanco como representación de la Pureza y la Inocencia pero
también de la Inexperiencia). Como simplemente esto conforma la indumentaria del Pr.: Gr.:
intentaremos aclarar su significado en este nivel. Habrán observado que el diseño del Mand.: es
diferente al de un delantal de trabajo, o que parece un delantal estilizado a los efectos (ya que no
se emplea actualmente para el trabajo operativo) pero que también es más pequeño que un
delantal de trabajo. Si no tomamos en cuenta nuestras vestimentas PProf.:, su tamaño logra sólo
cubrir nuestras partes pudendas ventrales, lo que nos invita a ignorar nuestros bajos instintos para
aplicarles una dosis de Pureza Espiritual, de ahí también que la Baveta triangular del Ap.:
(simbolizante de los tres atributos del Pensamiento -Voluntad, Inteligencia, Discernimiento-),
apunta hacia arriba o si se quiere hacia el Corazón y la Mente, marcándonos que debemos elevar y
canalizar nuestras Energías para reconvertirlas hacia los Altos Designios. El Mand.: semeja
asimismo a un taparrabo, quizá la más antigua vestimenta de la Humanidad, rememorando la
remota época donde el Hombre comenzó a querer dominar las Fuerzas de la Naturaleza a través
de la Magia y de su Inteligencia. Rituálicamente y en el Simb.:, el Mas.: en Log.: sin Mandil está
"desnudo".

Desde el punto de vista Histórico operativo, la Baveta hacia arriba ayudaba a que el Ap.:
pudiera proteger mejor la mayor superficie de su cuerpo ya que por su impericia estaba sometido
a mayores riesgos el Trabajo, pero actualmente caracteriza al Gr.: Simb.: del usuario. En cuanto a
la base cuadrangular, diremos solamente que representa las Cuatro Naturalezas del Ser Humano (
Física, Astral, Espiritual y Mental).

También puede decirse que la Base cuadrangular del Mand.: recuerda a las cuatro Virtudes
Cardinales (Sabiduría, Templanza, Justicia, Fortaleza) sobre la cual se asienta la Babeta o las tres
Virtudes Teologales (Fe, Esperanza, Caridad o Amor), todas las cuales adornan las personalidad del
buen M.:.

Se ha querido ver uno de los orígenes del Mandil en una prenda semejante que ceñían a su
cintura los antiguos egipcios (los relieves del Templo de Abu Simbel son un ejemplo gráfico), y se
dice que ya lo usaban los antiguos Iniciados de Egipto. No hay en realidad ninguna base seria que
permita afirmar tal cosa, tan imaginativa como lo es atribuir el origen de la Masonería al Antiguo
Egipto, aunque el parecido de aquella prenda (de forma triangular) guarde semejanza con el con el
Mand.:, pero no hay elementos para asimilarla en puridad a una vestimenta Iniciática. El H.:
Eduardo Phillips Müller ve en el origen del Mandil una reminiscencia de la prenda pectoral
iniciática (se llevaba sobre el pecho) de la Escuela Orfico-Pitagórica hacia la Epoca de la primitiva
Masonería de la Edad Media.

En la antigua Roma aparece un antiguo y curioso procedimiento de Derecho llamado la


"pesquisitio per lancem liciumque" ("investigación por el plato y el mandil o lienzo"), referido ya
en las XII Tablas y comentado con perplejidad por su extrañeza por algunos jurisconsultos romanos
como Gayo y Aulio Gelio; de acuerdo a este mecanismo alguien podía cerciorarse si una persona
tenía una cosa suya entrando a su morada desnudo, vestido con un lienzo y un plato en las manos,
y si encontraba el bien se tomaba al morador como incurso en hurto manifiesto y se le sometía a
la pena capital. Ihering, en su Ensayo "Prehistoria de los Indoeuropeos", lo atribuye a una
reminiscencia de la tradición indoeuropea, donde según él el Mandil de cuero era la vestimenta
habitual del indoeuropeo primitivo, explicación que no posee una demostración de rigor histórico
porque no hay evidencia de que el Mandil fuera la prenda típica de aquel conglomerado, pero este
tipo de registro seguía prácticas ancestrales indoeuropeas. Platón señalaba en Libro XII de "Las
Leyes" este procedimiento descrito, donde se usaba una túnica elemental. En leyes escandinavas
primitivas el registro se practicaba mediante el cinturón suelto, descalzo y el pantalón sujeto a la
rodilla (que recuerda cómo entra el Prof.: a la Cer.: de Inic.: según algunos RRit.:). Pero
anteriormente, el Libro Védico "Kauzika Sutra" indicaba un procedimiento de pesquisa con un
taparrabo. En algunas ceremonias las brujas latinas ceñían al cuello y cintura del consultante un
lienzo que bien recuerda a un Mand.: de trabajo ("Satyricón" de Petronio e "Historia Natural" de
Plinio). Se atribuye también un origen mágico a estas ceremonias con un taparrabo, Mand.: o
prenda elemental. Y quizá también posea un sesgo mágico el Mandil en la Mas.:, porque
ritualmente nuestro Vestido es el Mand.:; en rigor debajo de él estamos rituálicamente desnudos,
y no importa qué traje o ropa se use; sin Mand.: no hay Trab.: Mas.:. Desnudos y con sus
taparrabos los Hombres se atrevieron primitivamente a dominar o buscar el favor de sus dioses, y
así desnudo ceremonialmente y vestido sólo de Mand.: el M.: aspira a elevarse al G.: A.: D.: U.:.

QQ.: HH.:: Desde que nos ceñimos el Mand.: estamos preparados para ponernos en un
nivel de Sintonía Superior y en un momento de Elevación Espiritual y Filosófica, canalizando y
manejando Fuerzas de positivización a través de una Operación Ritual. Sea el origen del Mand.:
operativo (como vestimenta de trabajo) o mágico (como prenda rituálica), tanto uno como otro
significado adquieren en la Enseñanza masónica igual relevancia. No lo manchemos a nuestro
Mandil con las impurezas de nuestras faltas, y sí con Honrada Labor.
SOBRE LA PALABRA SAGRADA "BOHAZ"

Hace ya muchos años una Dama que se dedicaba a las Altas Ciencias nos recomendó
ejercitarnos en la repetición de la fórmula "Yo soy la Fuerza del Todopoderoso y nada ni nadie me
podrá vencer". El tiempo ha pasado como aquella persona pero aún hoy, en los momentos aciagos
y cuando todo parece sumergirse en el Negro de la Desesperación y del Infortunio, nos viene
automáticamente esa especie de Oración que como bálsamo nos alivia el mal trace y positiviza el
ánimo, proyectándose como "Mantra" (sánscrito "Liberación de la Mente") que cambia la nota
clave de la situación. Y es en verdad que el Poder está en Dios pero también en nosotros mismos
como dioses mortales y pequeñitos que somos. Este tema lo encontramos posteriormente en la
Masonería sintetizado en una sola Palabra: "B.:", que en el Gr.: de Ap.: adquiere su carácter de
Sagrada porque abre una verdadera Dimensión y propósito que deben descubrirse en la Ob.:.

Todos sabemos que el nombre "B.:" designaba una de las Columnas del Templo de
Salomón, ubicado a la izquierda de la entrada (1 Re. 7:15-21; 2 Chro. 3:15-17) y que en el diseño
de la Log.: se representa en la Col.: que a Occidente se encuentra del lado de los AAp.:. También
recordaremos que se nos dice en nuestra Consagración que significa "La Fuerza radica en el G.: A.:
D.: U.:". Sobre su acepción original y traducción nos detendremos.
La Palabra "B.:" es una palabra hebrea compuesta de una preposición "Bo" que quiere
decir "En El" y el sustantivo "Oz" que se traduce por "Fuerza" pero además en hebreo significa
"Poder", "Fortaleza", "Virtud". "B.:" es, entonces, "En El la Fuerza" o "la Virtud". Pero ese "El"
(tercera persona del singular) es indefinido, tradicionalmente correspondido con el G.: A.: D.: U.:
pero puede serlo también con cualquier Principio o Referencia (como Uno mismo). La Palabra
"Bohaz" como la conocemos masónicamente y la deletreamos es en realidad una corrupción de la
transliteración del hebreo "Bo`oz" (así se llamaba el esposo de Ruth en la Biblia), que en ocasiones
por razones de eufonía se pronuncia en dicho idioma "Bo`az", donde la "H" de la Pal.: Mas.: es una
letra hebrea de sonido gutural de difícil pronunciación para los indoeuropeos y no tiene
representación equivalente en los alfabetos latinos pero que a veces se escribe por "H", llamada
"`ayin" y que podemos representar por el signo "`". Con la escritura consonántica hebrea también
es "B.:" una palabra trilítera: "Bet" ("B" latina), "`ayin" ("`" letra gutural), "Zayin" (no es
precisamente una "Z" española sino una letra que se pronuncia somo la "S" alemana o italiana),
triliteralidad que reitera otro aspecto del Ternario del Simb.:. En hebreo las vocales se
representan modernamente con puntos o la ayuda de otras consonantes en ocasiones, pero en los
textos antiguos se prestaba a ambigüedades o errores de traducción porque una misma palabra,
en escritura consonántica, según se asociara a ciertas vocales podría cambiar el propio contenido y
significado del texto. Eso explica por qué en el alfabeto latino y para la Ord.: posee cinco letras la
Pal.: Sag.: ( a veces puede verse escrita sin la "H" del medio y queda con cuatro letras -"Boaz"-),
pero en su original hebraico posee sólo tres. En dicho idioma las letras adolecen también de valor
numérico y en nuestro caso las tres letras de "B.:" equivalen respectivamente a 2, 70 y 7, cuya
Adición Mística da 79, teniendo así respectivamente los números cabalísticos de la Tierra (7) y de
la Humanidad (9).

En ese significado "En El la Fuerza" hay un sentido oculto de gran valía. A modo de ejemplo
recordemos San Juan 1.1 (donde se abre el Lib.: de la Ley) que comienza "En el Principio era la
Palabra". "Principio" y "Palabra" en el griego original del Evangelio son repectivamente "Arché" y
"Logos", cuyas traducciones pueden ser tan variadas como el traductor, pero podríamos
generalizar diciendo que Arché es el Sustrato Base y Logos la Voluntad cuya propiedad es la Fuerza
o la Acción. La correspondencia entre la Pal.: Sag.: de Ap.: y el inicio del Evangelio según San Juan
es muy interesante, y serviría para intentar profundizarlos. Pero en hebreo la palabra "`oz" está
designando también a la Virtud. Por eso los MM.: hacemos a ese Principio Superior depositario de
todos los Bienes para nosotros más preciados: la Fuerza, la Virtud, el Dominio o la Plenitud que
dinamizan a la Luz de la Verdad. Es que el Principio está identificado con la Fuerza y la Virtud, no
se conciben por separado y son por ende inescindibles. El Poderío o la Perfección no son sólo
atributos de lo Superior, son en verdad un aspecto de su Ser. Pero "El" es también "cada uno de
nosotros" como Estructuradores de nuestros respectivos Microcosmos.

Recordemos que el nombre de la otra Col.: es en realidad la conjugación de una raíz hebrea
(en hebreo no hay verbos sino "raíces" determinadas por su ordenamiento consonántico,
generalmente trilítero) que significa "estabilizará", en su idioma madre "Iajin" o "Iakin", de
escritura originalmente trilítera y cuya interpretación consonántica de J.: y B.:, con otras vocales,
entiende J.: por "Iujan" y B.: por "Be`oz", quedando en hebreo con las letras de las CCol.: del
Temp.: una frase: "Iujan Be`oz" ("haya Estabilidad en el Poder" o "en la Virtud"), comprensible en
una estructura teocrática como la paleohebrea donde la Estabilidad estaba asociada al Favor
Divino por la Corrección, pero también se aplica en un sistema de perfeccionamiento moral como
el masónico.

Para nuestro Pr.: Gr.: la Pal.: Sag.: encierra una Advinanza que el Inic.: está invitado a
descubrir. Pero debe abordarla con cuidado; su escaso conocimiento lo obliga simbólicamente a
pronunciarla como balbuceando y apenas animando a decirla "letra por letra". Es natural porque
una Palabra de Gran Poder debe pronunciarse con prudencia; un pronunciamiento superficial
podría tener consecuencias impensables. Algunos RRit.: antiguos de Retejamiento indican que el
Ap.: debe dar la Pal.: Sag.: letra por letra "porque no sabe escribir sino deletrear", como que
apenas puede decirla leyéndola con trabajo por sus ínfimos conocimientos, lo que es comprensible
para esta etapa en que somos como Analfabetos en el Camino de la Luz.

QQ.: HH.:: En aquello en que vosotros depositéis vuestros Anhelos está la Propiedad o
Fuerza que os anima y el Fin que fundamenta o Estabiliza vuestro tránsito en esta Existencia. En El
encontrarán el Motor, el Estabilizador y el Sentido que se retroalimentan, el Propagador de la Luz
y el Resplandor de la Iluminación que no existen uno sin el otro. Pero en vuestro Micromundo
vosotros mismos sois la Obra y la Voluntad que os da vuestra Naturaleza. H.:, conócete a ti mismo
porque descubrirás el verdadero Poder escondido que hay en ti; en El están latentes todas las
Posibilidades de Realización. Así, y como remata el Oráculo de Delfos, la Esencia y la Fuerza del
Universo se te dará por añadidura porque todos somos una Manifestación del Cosmos. Sabedores
de que poseemos la Fortaleza y la Estabilidad para alcanzar la Virtud, que por supuesto debemos
encuadrar y pulir porque para ello venimos a la Mas.:, ¿qué se nos puede oponer?

SOBRE EL RITO DE CIRCUNVALACIÓN

Dentro de aquellas formas rituales empleadas en el culto masónico, una de las más
frecuentemente incomprendidas o difíciles de asimilar es la Marcha de Circunvalación o
Circulación alrededor del Templo. A veces parece extravagante, cuando no pintoresca, y en
ocasiones es una actividad que despierta alguna resistencia. Es entonces necesario captar su
sentido, ya que es una Tradición o Usanza de la Ob.: que posee universalidad y pertenece a la más
pura Mas.:.
La Circulación está enmarcada en una práctica muy antigua de todas las Religiones de
realizar procesiones a través de determinados circuitos o recorridos por Zonas Sagradas o
Templos, pero con un carácter cíclico o reiterativo. Se puede ver muchos ejemplos en ceremonias
egipcias, hindúes, druídicas, griegas, romanas, y por supuesto en prácticas judaicas, fuentes que
después recogieron los cristianos y de allí pasaron a (o ya conocía) la Mas.:. Una costumbre curiosa
es la de los Derviches turcos, que dan vueltas reiteradas sobre sí mismos. En las prácticas
religiosas, como sabemos, hay un interés del Hombre en obtener una "consonancia" o
armonización con el Movimiento de las Esferas Celestes y del Universo, y estos recorridos,
marchas o procesiones cíclicos son un intento de recordar o imitar el Camino de los Astros, con un
propósito mágico de captar su beneficio. Y es que en el Microuniverso de la Log.: la Circ.: trata
también de establecer esta correspondencia con la Marcha de los Cuerpos Espaciales; recordemos
ese Misterio o Axioma hermético de "como es Arriba es Abajo". Por otra parte, el Movimiento
cósmico da sentido a la Evolución del Universo, por lo que en la Circ.: la Masonería cataliza su
Vitalidad y Dinamismo.

Como podemos advertir, la Marcha alrededor de la Log.: es cíclica como también lo es el


Movimiento Astral. pero aparte de su naturaleza astronómica, la Circ.: recuerda un inevitable
Proceso o Camino de Purificación Moral a través de los diferentes estadios de nuestra Existencia
por los cuales alternamos una y otra vez, sobre lo que intentaremos profundizar más adelante.

Podríamos, entre otras acepciones más literales, atrever un posible origen de la palabra
"Circ.:" que le aproxima mucho a su significado masónico en los vocablos latinos "circuo,ire" ("dar
vueltas") y "vallis" ("valle"), lo que podría querer decir "dar vueltas alrededor o por el Valle", lo
que recuerda no sólo el carácter circular del recorrido por el "Valle", nombre con el que en el
algún tiempo se llamó en el Simbolismo al lugar dominado por los Vigilantes bajo el Oriente, por
donde se hace principalmente la Marcha.
En la Log.: la Circ.: intenta corresponderse con el Movimiento Aparente y Perpetuo del Sol
alrededor de la Tierra en el Hemisferio Norte, saliendo de Or.: (Ven.:) y circulando por el Sur
(asiento del Seg.: Vig.:) para ocultarse por el Occidente (asiento del Pr.: Vig.:) y descender por el
Norte (zona de los AAp.:), siguiendo en el Temp.: el sentido de las agujas del reloj. Durante el
mismo, siempre que la Marcha obligue a pasar frente al Ara (nunca se caminará por detrás de
ella), se debe saludar a ella con el Sig.: del Gr.:. cuando el Movimiento debe iniciarse por la llegada
desde Pasos Perdidos; Uds. saben cómo se hace la entrada. En una ocasión sola se hace en sentido
antihorario (dirección Occidente-Sur-Oriente), y es cuando los Viajes de Purificación del Neófito,
cuyo sentido trascendente, entre otros contenidos, es aportarle Energías desde el Meridiano
Resplandeciente y ayudarlo a emprender el recorrido astral que todavía no se conoce. Se
recomienda que cuando se pase por los ángulos del Temp.: se doble en Esc.:, aunque no se
corresponde con la curvatura de los Movimientos Celestes.

Desgraciadamente, la Marcha en sentido horario adoptada por decisión relativamente


reciente de la Gr.: Log.: y sus grupos federados en ella luego de una práctica de años en contrario y
en sentido inverso antihorario, es un remedo de la Trayectoria Solar Aparente alrededor de la
Tierra por el Hemisferio Norte, cuando en nuestro Hemisferio Sur el Movimiento Aparente del Sol
por la Tierra se hace por el Norte, lo que pone otro problema porque en el Norte el Sol se
encuentra "oculto" (de ahí que se llama también al Norte de la Log.:, asiento de los AAp.:, como
"el Lado Oscuro") pero en nuestro Hemisferio Sur el Norte es la zona cumbre del Sol. El
movimiento horario sólo se corresponde con el Movimiento Aparente del Sol por su Eclíptica anual
por las Casas Zodiacales (movimiento absoluto horario), pero no con la Trayectoria del Sol durante
el Año Zodiacal (antihorario). A pesar de esa inconsecuencia, el significado Filosófico e Iniciático de
la Circunvalación o Circulación no se pierde; después de todo, en este caso el orden de los
Factores no altera el Producto.

Como en la Vida, en los diferentes momentos y estadios en que vivimos donde pasamos
por varios y sinfines Ciclos, el Proceso Evolutivo se representa en círculos donde subimos y
descendemos, pero no hay que perder nuestro propósito trascendental. Siempre buscando la Luz
del Oriente irradiada, nuestras limitaciones nos la hacen perder constantemente y llegando a un
punto culminante (el Sur), nuestros defectos y vicios nos precipitan en la Caída hacia la Tribulación
del Occidente para hundirnos en la Humillación del Norte, pero es el recorrido que
obligatoriamente debemos emprender si queremos otra vez realcanzar la Plenitud, y así tantas
veces circunvalaremos las alternativas de la Vida como nuestro bagaje de impurezas nos lo
obligue. Pero desde lo Alto el Oriente nos guía y su Plano Superior nos espera. Si nos libráramos de
las Leyes de Causa y Efecto o de la Dualidad Binaria (los alternativos Norte y Sur, Este y Oeste),
podríamos ascender a una Nueva Situación. No basta acercarse al Oriente; hay que elevarse hacia
lo Superior, representado en ese Nivel más alto que se yergue sobre la Hondonada de la Log.:, que
no es sino una representación del Mundo de lo Material. Mientras tanto, nuestra imperfección nos
hará siempre vagar por etapas momentáneas entre el Norte (el Tormento, la Pasión y la
Irracionalidad) y el sur (el Discernimiento y la Razón), a través de instantes de precario equilibrio
entre el Este y el Oeste.

QQ.: HH.:: En la Circunvalación recordamos el Drama y el Misterio de los Ciclos y


Movimientos Cósmicos, pero también apreciamos el Drama de nuestra Vida. Es bueno ponernos
en Armonía con el Universo y en Consonancia con nosotros mismos, pero el M.: está llamado en
verdad a trascender este Movimiento Reiterativo y Condicionado para adquirir una Trayectoria
Propia y una Nueva Dimensión en un Plano Superior que ubicamos "sobre" ( y no "en el") Oriente.

SOBRE EL PROCEDIMIENTO DE ENTRADA AL TEMPLO


Saber andar por la Vida y determinar qué y cómo hay que dar los pasos necesarios es un
Arte que se aprende con esfuerzo, experiencia, paciencia, observación y discernimiento. También
es un Arte estimar cuándo hay que avanzar, o eventualmente retroceder momentáneamente para
asegurar la Marcha. En la Existencia, como en la Mas.:, que es una Escuela de Vida y está destinada
a la Vida, hay "que saber moverse". En la Ob.: se encuentra estatuido cómo se ha de ejecutar la
marcha en el Temp.: no sólo por requerimiento rituálico sino también para captar el Simbolismo
que encierra y para conocer cómo aplicarlo a nuestra cotidianeidad. En alguna ocasión intentamos
explicar cómo se realiza la circunvalación por el recinto; básicamente en sentido horario,
saludando al Ara cuando se pasa por delante de ella o nos encontramos entre las CCol.:, nunca
pasando por detrás del Ara, haciendo un movimiento de ángulo recto (90o.) en los ángulos o
rincones del Vall.:, siempre con el Sig.: Gut.: a la Orden (o al Orden, como se prefiera). En esta
ocasión nos referiremos al procedimiento de entrada al Temp.:, insoslayable cuando se está
funcionando "en Log.:", a no ser que el Ven.: Maest.: autorice la entrada informal o "en Familia".

Encontrándose cerrada la puerta del Tall.:, todo H.:, sea cual fuere su Gr.: o dignidad
masónica, debe golpearla por tres veces. Cada golpe se halla ligado a una sentencia bíblica y a un
atributo: "Buscad y encontraréis (el Temp.:)", Golpead y se os abrirá (la Puerta)", "Pedid y se os
dará (la Entrada)". A esos tres golpes sigue un período de espera.

Una primera reacción desde adentro del Temp.: será dar un sólo golpe de respuesta. Significa
que hay que esperar momentáneamente porque todavía no se está preparado o en condiciones
de recibirnos (sea por la ejecución de alguna parte del Ceremonial, la realización de algún Trabajo,
o para esperar la oportunidad de anunciar la llegada del foráneo al Venerable Maestro, por
ejemplo).

Otra respuesta puede ser que escuchemos desde el interior tres golpes; significa que no se
está trabajando en Pr.: Gr.:, por lo que si se conoce los golpes siguientes hay que darlos, y si no
hay que retirarse.
Podría ocurrir que no se recibiera respuesta. Significa que se sabe quién está afuera, y que
por alguna razón ése no es digno de que se le tribute contestación. Que nunca le suceda a nadie
tal infamia.

Si no se recibiera respuesta porque el Temp.: estuviere vacío, nadie podría abrir la puerta sin
la autorización del Dignatario correspondiente.

Un golpear irregular de las puertas del Temp.: puede significar la ejecución de la entrada
inicial del neófito a su Inic.: (hecho por el Pr.: Exp.: según el Rit.: del caso), o que hay un Prof.:
llamando y desconociendo el sistema para anunciarse. Conviene en ese último supuesto sacarse
en el interior las vestimentas masónicas y abrir la puerta para atender; no sería recomendable
armarse (las Espadas al Orden) porque podría causarse un efecto negativo al extraño, aunque por
supuesto debe restringírsele la Ent.:).

Volviendo al golpe de respuesta interior que indica "esperar", el Cubridor Interno avisa el
llamado en forma discreta al Pr.: Vig.: y sólo éste último lo anuncia en voz alta al Ven.: Maest.:, a
cuya respuesta debe atender y obedecer. Este Principal le indicará cuándo se cerciorará de quién
entra y bajo qué condiciones se permitirá entrar, lo que el Pr.: Vig.: comete al Cub.: Int.: en su
ejecución. Si hubiere alguna dificultad, imprevisto o situación anómala, o se encuentra con la
llegada de algún visitante ilustre, el Cub.: Int.: no debe resolver la situación por sí sino que debe
transmitir la circunstancia al Pr.: Vig.:, quien a su vez consultará al Ven.:, de quien dependerá la
decisión.
Si ocasionalmente se trabaja con Cub.: Ext.:, éste debe golpear desde afuera (donde se
encuentra) la puerta por tres veces y aguardar la reacción desde dentro, siguiéndose en más lo
que ya se ha dicho.

El Temp.: es un Recinto Sagrado, consagra A L.: G.: D.: G.: A.: D.: U.:. Por tanto, se debe
entrar a El con la disposición de espíritu y ánimo apropiado. Adentro se guarda una sintonía y un
Nivel de Conciencia más elevado, y si lo dicho no se observa se puede ocasionar una alteración.
Por lo menos, gran cosa sería disponerse a entrar con una cuota de respeto, amén de las
solemnidades del caso.

Una breve meditación mediante una puesta momentánea de silencio o sobre alguna
reflexión o frase (lo cual sería procedente tanto antes de entrar a trabajar como en forma personal
cuando el grupo está en Log.: y nos disponemos a ingresar) no estaría de más justamente para
lograr predisponerse a otra tonalidad como la que se observa dentro del Temp.:. Por supuesto, ni
pensarse en entrar fumando. También recomendamos que nuestra conciencia no esté por ninguna
razón alterada. Afuera del Temp.: dejaremos nuestras preocupaciones e inquietudes Profanas que
puedan distraernos en Log.:. Se evitará asimismo la previa ingesta alcohólica o de cualquier otra
clase de drogas (entrar así a un Temp.:, aparte de que no nos permite la concentración y
espiritualidad necesarias, es una falta de respeto a los TTrab.: y a los HH.:). Desgraciadamente se
ha mostrado común el "hacer Bar o Cantina" antes de comenzar, y si bien eso puede ser tolerable
en pro de la interacción o buen relacionamiento fraternal, es deplorable pensarse en entrar a algo
tan solemne como lo es una Cer.: Mas.: o a algo tan importante como un Temp.: Mas.: con unas
copas (o algo más) encima.
Con el estado espiritual de elevación que requiere las circunstancias, nos dispondremos a
ingresar una vez nos han abierto la Puerta y concedido la Entrada.

Hasta no ponerse entre Columnas no haremos el Signo Gutural. No se le ocurra a nadie


perder tiempo saludando a los HH.: más próximos a la Puerta, o como se ha visto
desafortunadamente en una ocasión, saludar profanamente y en voz alta a los HH.: uno por uno.
Por supuesto, una vez que se nos abrió la Puerta, no distraerse con HH.: que andan afuera. Al
Temp.: se entra en Silencio, como en Sil.: debe estarse mientras se está fuera, porque los ruidos
ajenos o externos distorsionan los Trabajos adentro.

Una vez puestos entre CCol.:, con el Signo Gutural al Orden, el pie izquierdo hacia el Oriente
y el derecho hacia el Sur o Mediodía juntos y angulados en 90o., daremos tres pasos sucesivos
adelantando el pie izquierdo y llevando luego el derecho en la misma posición observada en cada
uno de los tres pasos. Sin moverse se saluda en la pose descripta al Ven.: Maest.:, luego al Pr.: Vig.:
y por último al Seg.: Vig.:. En la misma postura (Sig.: al Orden y pies juntos en ángulo recto -
izquierdo hacia Oriente y derecho hacia Sur-), esperaremos las directivas del Ven.: Maest.:, y si
éste nos recomienda "ocupar nuestro lugar", lo haremos con la Marcha ritual, con seriedad y en
Sil.:, sin saludar a los HH.: por los quienes se pase. Si se autoriza la entrada “en Familia” se
prescinde de los tres pasos, pero no del sentido de la Marcha y del uso el Sig.:. Todo ésto ha de
seguirse tanto si se es H.: regular del Cuad.: (o sea, de la Log.: a cuyos TTrab.: se entra), como si se
es H.: visitante. Si quien entra es una autoridad de la Gr.: Log.: o de otra Pot.: Mas.:, se observa el
orden de entrada ceremonial del caso, todo lo que debe comandar el Ven.: Maest.: debidamente
asistido.

Volviendo a los tres pasos, hay varios usos y costumbres diferentes para darlos. A veces se
da un paso pequeño, uno largo y otro tercero promedial ("entre el Miedo y el Atrevimiento se
debe optar por la Prudencia"), o se acostumbra también dar un paso cada vez más largo que el
otro, tendencialmente de 9, 12 y 15 pulgadas respectivamente (cuya adición mística da 36, y 3 + 6
= 9, el número de la Perfección que debe guiar nuestros pasos). La recomendación actual es que
los pasos sean en lo posible los tres iguales entre sí (entre otras cosas, equivalente a la identidad
potencial de las fuerzas de los Ternarios y Trípticos).

QQ.: HH.:: Como en la Vida, en la Mas.: hay que saber andar porque en la nivelación y
calibrado de nuestras opciones y pasos es que evolucionamos y adelantamos en facultades. El
pensamiento debe guiar nuestra marcha con Prudencia, ponderando por igual todas las fuerzas y
cualidades que se nos pone a disposición para hacerlas rendir su máximo. Y como a la Vida, la
entrada al Templo debe tomarse en serio y con la lucidez y elevación que se merece. En la
Existencia como en nuestros Santuarios se aprende, y ese internarse por sus laberintos requiere
por lo menos de respeto y concentración, o siquiera una debida atención. Entrar el Temp.: significa
ingresar a un Recinto Solemne y Sagrado cuyas Fuerzas Interiores están armadas por nuestra
propia Energía. Ustedes elegirán si el Temp.: sirve para vuestra propia edificación anímica o como
casa para dar alegre rienda y distensión a los vicios.

SOBRE EL SIGNO GUTURAL Y LA PENA EN QUE INCURREN LOS AAP.: MMAS.: PERJUROS
Sin entrar a polemizar en el tema sobre qué diferencias hay entre los vocablos "Signo" y
"Símbolo", diremos que un "Signo" es un acuerdo convencional que traduce gráficamente un
objeto o concepto con contenido predeterminado y concreto, y un "Símbolo" es también una
convención, pero esboza una síntesis representativa de un conjunto de ideas cuyo alcance y
significado queda librado a la inteligencia del intérprete. En muchos casos, sin embargo, no es
posible hacer diferencias de grado entre una y otra palabra, ya que una convención puede a la vez
ser Signo y Símbolo. En Mas.: es posible advertir en muchas ocasiones este fenómeno, como la
letra "G" por ejemplo, y también lo es el caso del Saludo de nuestro Pr.: Gr.:, llamado también
"Signo" o "Símbolo Gutural".

Esta es quizá una de las primeras instrucciones que nos quedan grabadas, porque ya la
conocemos en nuestra Cer.: de Inic.:, y una vez conocido ya nos será inolvidable y perfectamente
identificable. En nuestra Inic.:, ya superadas las Pruebas de rigor, el Ven.: nos instruye
personalmente cómo se realiza. Un posterior estudio recomienda que el Signo o Símbolo Gutural
debe hacerse correctamente, o como se dice de acuerdo a Rit.:, "perfectamente encuadrado": la
mano derecha abierta con el Dedo Indice formando una perfecta Esc.: recta con el Pulgar, que
rodean a la garganta apoyando el Indice sobre ella y el Pulgar sobre el costado derecho del cuello.
El brazo derecho formará un ángulo de 90 grados estricto (en realidad un encuadre perfecto de
mano con brazo derecho implica colocar la punta del Pulgar derecho sobre la garganta), que al
"desarmar", "quebrar" o "cubrir" (o sea retirar) el Signo se practica retirando el brazo hacia atrás y
en 90 grados, manteniéndolo en ángulo recto como la Escuadra entre el Indice y Pulgar de la
meno, que se desliza por la garganta con el dedo Indice, para dejar caer el brazo verticalmente
cuando el antebrazo queda perpendicular a la línea de los hombros. No es correcto unir el Pulgar
con el Indice derechos cuando se retira el Signo, como tampoco lo es, una vez ya caído el brazo
derecho, hacerlo golpear contra la cadera o costado del muslo derecho, provocando ese ruido
sordo tan molesto que equívocamente haría pensar en un golpe o gesto extra. El nombre de
"Gutural" resulta porque la mano derecha apunta o abarca a la garganta.

Como Signo, el Gesto Gutural indica el Gr.: de Ap.: en que se trabaja y circunvala el Temp.:, el
nivel de HH.: con quien se está, y resulta un saludo del Gr.: de Ap.: de estricta observancia como si
fuera una venia, sea cuando se nos saluda o se nos dirige en Log.: una alusión o la palabra, como
también un signo de identificación en ámbitos no masónicos y dentro de la Log.: Hasta hace poco
acompañaba al uso de las Herramientas por un H.: unido a su postura de pie, pero los recientes
Congresos MMas.: de la Gr.: Log.: han desaconsejado su uso, permitiéndose dirigir la palabra con
el gesto cubierto (sin él), lo que ha causado ciertas resistencias particularmente por razones de
Tradición, por lo que algunos HH.: continúan utilizando el Sig.:, otros hablan sin él, y otros solicitan
anuencia siempre al Ven.: para cubrirlo, en ocasiones cuando se lee un Trabajo escrito que
requiere el uso de las dos manos para sostener o pasar las hojas y por razones de comodidad. El
conocimiento del Sig.: Gutural habilita al Ap.: a ser reconocido por su Gr.: y le permite entrar en
los TTrab.: si lo realiza correctamente al ser retejado.

Como Símbolo, el Gesto Gutural apunta al órgano fonador, la Laringe, o a la Garganta, o sea la
zona donde se produce el Sonido. Entre otras ideas, nos recuerda que nuestras palabras deben ser
prudentes y rectas, o sea perfectamente encuadradas. No es sólo una invitación al Silencio,
porque también recuerda una especie de Sello sobre el órgano emisor de la voz, sino a hacer buen
y moderado uso de la palabra, tanto en la esfera Prof.: como en la Mas.:. La emisión de la voz no
es sólo una propiedad que contribuyó al desarrollo de la Especie Humana sino un profundo
Misterio, ya que la Palabra por sí es Creadora, y ésto no es mera Poesía. El Indice sobre la
Garganta recuerda al filo de la hoja de un arma blanca, navaja o cuchillo que nos rememora
nuestro deber de guardar Discreción sobre la Ord.: y sus Misterios o asuntos tratados
interiormente. En el ámbito Prof.: el Gesto Gutural recuerda al ademán que entre niños de los
países anglosajones realizan representando que se ha hecho un juramento inviolable, de ahí su
probable origen que llegó por los usos ingleses a nuestra Ob.: Hay cierta coacción a través de él de
no revelar nuestros Secretos a los PProf.:, y que nos destaca y reafirma la Promesa de Honor
hecha en la Cer.: de Inic.: de no revelar jamás a nadie nuestras tareas y asuntos por obras, escritos
o palabras, so pena de caer en "la Pena en que incurren los Aprendices Masones perjuros".

¿En qué consiste esto de "la Pena en que incurren los AAp.: MMas.: perjuros"?. En principio su
significado parece terrible. A veces se nos dice que los MM.: preferiríamos cortarnos o
seccionarnos la Garganta antes que violar nuestro deber de reserva. En otros casos nos recuerda
que se nos seccionaría la Garganta y nuestro nombre sería recordado con el anatema de Traidor;
que se nos mataría y se nos enterraría a la orilla del Mar de modo que la Marea o el avance de las
olas borrara todo vestigio o rastro nuestro, y otras puniciones de semejante violencia.
Actualmente hoy no se amenaza con tales rigores, pero sigue vigente una pena para los AAp.:
MMas.: perjuros que incumplen su Promesa, quizá más tormentosa y permanente porque dura
como la Vida misma, que es la del Deshonor y Descrédito en que cae la persona que traiciona la
palabra dada, lo que masónicamente tampoco nos hará dignos para acceder a otros GGr.:.

QQ.: HH.:: El correcto uso de nuestro Signo o Símbolo Gutural nos permite un buen
desempeño dentro del Pr.: Gr.:, nos demanda una conducta de Prudencia y Reserva en el hablar y
nos recuerda que la Promesa de no revelar nuestros Misterios o Obras no se agota en la Cer.: de
Inic.: sino que es de aplicación permanente y durará de por Vida, estemos dentro o fuera de la
Mas.:. Pensemos si nuestras actitudes y si nuestra Discreción están bien encuadradas con aquél, y
perseveremos por que no sea un sólo gesto exterior sino una actitud interna de Vida.

OBSERVAR EL SOL EN SU MERIDIANO

Entre los múltiples simbolismos y complejidades del Rit.: Mas.:, y especialmente durante el
desarrollo de los TTrab.:, existe una serie de expresiones y frases a las que nos acostumbramos a
escuchar durante las sucesivas TTen.:, pero ante las cuales no nos detenemos a analizar su
significado. Sin embargo, cuando tenemos la oportunidad de hacerlo, nos sorprendemos con que
la respuesta no aparece con facilidad. Es deseable que el M.:, no obstante la vigilancia y empeño
que debe poner en la construcción de su personalidad, también se preocupe por estudiar la
riqueza que oculta el Rit.: de la Ob.:, porque en él se hallan muchas pistas y claves para
desentrañar los Misterios de esta Aventura de hacer Masonería, y especialmente deberíamos
prestar atención a esas expresiones que en el Simbolismo aparecen fugazmente, casi
desapercibidas en esa maraña compleja que resulta ser el ceremonial Mas.:, pero que poseen
incalculable valor. Nunca no ha dejado de llamar la atención una de estas expresiones, cual es
"Observar el Sol en su Meridiano", y que será objeto de nuestras reflexiones.

La expresión "Observar el Sol en su Meridiano" aparece en el Rit.: del Ap.: y en ocasión de la


Apert.: de los Ttrab.:. Preguntado el H.: Seg.: Vig.: por el Ven.: Maest.: para qué ocupa el lugar del
Mediodía, este primero contesta "Para mejor observar el Sol en su Meridiano, mandar a los
Obreros al Trabajo y llamarlos a la Recreación, a fin de que la Orden reciba Honra y Gloria". Esta
respuesta está muy relacionada con el hecho de que los TTrab.: comienzan ritualmente "a
Mediodía en punto". El Ven.: pregunta al H.: Pr.: Vig.: sobre a qué hora comienzan sus TTrab.: los
AAp.: MMas.:, quien le informa que comienzan a Mediodía en punto. Como el H.: Seg.: Vig.: está
siguiendo simbólicamente la marcha aparente del Sol hacia el Cenit, el Ven.: lo interroga sobre la
hora y aquél da noticia a la Primera Luz de la Log.: que ha llegado el momento propicio para
comenzar la labor del Tall.:, señalándole que se está en la hora exacta para iniciarlos: "Mediodía
en punto, Ven.: M.:".

Será necesario explicar la expresión "Observar el Sol en su Meridiano" haciendo referencia


sumaria a algunas cuestiones sobre Astrología y Astronomía, la orientación de la Log.: y la alusión
a que los TTrab.: comienzan a Mediodía en punto y terminan a Medianoche en punto.

Hagamos un repaso sobre la orientación y las representaciones astrológicas y astronómicas de


la Log.:. Como se sabe, el decorado del Tall.: es una representación simbólica del Universo (la
palabra "Logia" proviene, entre otros orígenes, del sánscrito "Loka", que significa "Mundo" o
"Universo"). El techo tachonado de estrellas representa a la Bóveda Celeste, los signos zodiacales
simbolizan a los Doce Tutores astrales de nuestro Sistema Solar, la marcha ritual en sentido
antihorario hace alusión al Movimiento Aparente del Sol por los doce Signos del Zodíaco a lo largo
del "Año Solar" (unos 25.868 años terrestres). El Sol y la Luna, representados en el techo del lado
del Or.: hacen referencia a los principales astros rectores de la Tierra, y la altura y tamaño
simbólico de la Log.: es desde el Centro de la Tierra hasta el confín del Cosmos. Recordando
simbólicamente a la orientación que poseían los antiguos Santuarios Iniciáticos, como la Gran
Pirámide o las Catedrales góticas, el Temp.: posee cuatro lados que corresponden a los Puntos
Cardinales y que en sentido Antihorario son: a) Occidente, hacia la entrada del Templo, luga donde
toma asiento el H.: Pr.: Vig.:, con Bóveda Celeste oscura y cubierta de nubes y las CCol.: J.: y B.:; b)
Sur, o Mediodía, donde toma asiento el Seg.: Vig.:; c) Oriente, hacia el fondo y en el terreno más
alto del Temp.: luego de traspasados los tres escalones, donde toma asiento el Ven.: y con Bóveda
Celeste iluminada y despojada de nubes; y d) Norte, donde toman asiento los AAp.:, lugar de
oscuridad y llamado también "el Lado Profundo" u "Oscuro". Esta orientación, que hace referencia
al Movimiento Aparente del Sol en el hemisferio nórdico y más propia para las LLog.: del Norte, no
resulta congruente con el Movimiento Aparente del Sol en el Hemisferio Sur. En efecto, el
Movimiento Aparente del Sol no es igual en el Norte como en el Sur, cuando lo hace alrededor de
la Tierra. En el Hemisferio Septentrional el Sol sale por el Este, llega a su punto más alto por el Sur
al Mediodía (en latín "Meridies", que significa "Sur" y de ahí la palabra "Meridiano"), se pone por
Occidente y se oculta a medianoche en su punto más bajo del Norte (el lugar simbólico de los
AAp.:). Por el contrario, en el Hemisferio Sur el Sol nace por el Este, llega a su punto más alto en el
Norte, se esconde por el Oeste y a medianoche está en el Sur.

De lo expuesto se deduce que la ubicación en nuestros TTemp.: del Ven.: (Oriente), Seg.: Vig.:
(Sur o mediodía nórdico), Pr.: Vig.: (Occidente) y AAp.: (Norte), es una reminiscencia del origen
septentrional o nórdico de la Mas.: actual, aunque incongruente con nuestro Hemisferio Sur, por
lo menos si tomamos en cuenta el movimiento aparente del Sol alrededor de nuestro planeta. Sin
embargo se corresponde con el Movimiento Aparente del Sol a través de los Signos del Zodiaco.
En nuestras Latitudes la ubicación correcta sería a nuestro entender: Ven.: al Oriente (igual), Seg.:
Vig.: al Norte (corrección, donde el Sol llega a su máxima altura diaria), Pr.: Vig.: al Occidente
(igual), AAp.: al Sur (corrección, en el Hemisferio Sur "Lado Profundo"). : . También la marcha en
sentido Horario, adoptada a raíz de nuestro últimos Congresos MMas.:, es comprensible para el
Hemisferio Norte pero inconsecuente con el Hemisferio Sur, por lo que debería restaurarse la
Marcha Antihoraria (a partir de las CCol.:) Occidente-Sur-Oriente- Norte, que coincidiría además
con el Movimiento del Sol por el Año Solar. Los Signos del Zodiaco en el Temp.: pueden dejarse
como están, ya que la Eclíptica es Absoluta para los dos Hemisferios.
Así en nuestras LLog.: sureñas el Seg.: Vig.:, ubicado en el ala Sur del Temp.:, que observa al Sol
en su Meridiano ("Meridies" o "Sur") señala lo que sería para el Hemisferio Nódico el punto más
alto y donde mayor esplendor alcanza el Sol, que marca el comienzo de los TTrab.: del Tall.:. Como
en el Hemisferio Sur el punto más alto del Sol se encuentra en el Norte (coincidente con la Col.: de
los AAp.:), en nuestras Latitudes el H.: Seg.: Vig.: contempla estratégicamente desde el Sur al Sol
en su punto más alto (Norte). No obstante, a pesar de esta salvedad, la interpretación, significado
y trascendencia filosófica del simbolismo Mas.: de la expresión "Observar el Sol en su Meridiano"
no ha perdido vigencia.

Cuando el H.: Seg.: Vig.: se ubica en su lugar "para mejor observar el Sol en su Meridiano" lo
hace para estar atento al pasaje del Sol por su punto más alto o Mediodía, que señala la apertura
ritual de los TTrab.:, que tienen duración simbólica desde el Mediodía en punto hasta la
Medianoche en punto. Este período de la labor en Ten.: de Ap.: es meramente ritual, y se ha
observado su origen en el Mazdeísmo iniciático, en la antigua Persia, donde Zoroastro y sus
discípulos se reunían y comenzaban su actividad cuando el Sol se ponía exactamente en su punto
más alto (Mediodía), prolongándose la jornada hasta la Medianoche, culminándose los TTrab.: con
un Convite o Banquete de clausura. Algunos autores remontan esta práctica aún más atrás en la
Historia, exponiéndola como ya practicada por antiguas Escuelas Iniciáticas del Antiguo Egipto. En
la Mas.: medieval, el Mediodía marcaba el fin del trabajo operativo para discutir sobre el Arte,
admitir miembros y reparar fuerzas.

Hechas todas estas disquisiciones, nos resta estudiar el contenido filosófico de la expresión
"Observar el Sol en su Meridiano" o "Mediodía". En el plano de la vida diaria, es común reconocer
que el Mediodía es el momento del día en que el Hombre y todas las criaturas poseen la plenitud
de sus potencias físicas y mentales. En este orden de ideas, el H.: Lumen sostiene que el pasaje del
Sol en su Movimiento Aparente alrededor de la Tierra a través de sus cuatro puntos o "Puertas" es
representativo del Ciclo de la Conciencia Humana. Así el Mediodía, momento en que el Sol se
muestra con su mayor fuerza, coincidiría con la representación del momento en que nuestra
Mente se encontraría en la cumbre de su capacidad. Debemos recordar que la Enseñanza Iniciática
exige de nosotros la total Concentración para poder captar su rico bagaje de Sabiduría. Castaneda
menciona cómo el Brujo Juan Matus lo hacía entrar en estados de Conciencia Acrecentada a fin de
instruirle en el Conocimiento, ya que requería de él toda su atención para ello. También existen
antiguos Rituales Masónicos que requieren previamente al inicio de los TTrab.: un instante de
Silencio con el objeto de despejar de nuestro pensamiento toda cuestión profana que pudiera
entorpecernos en nuestra concentración y para atender al desarrollo de la Ten.:. Trasladando lo
sobredicho a nuestro tema, resulta claro que el H.: Seg.: Vig.: controla que exista el clima
necesario de compenetración para que los HH.: puedan dedicarse a la labor del Tall.:, y
especialmente a que los AAp.: se encuentren bien dispuestos para recibir su Instrucción. La
facultad de dedicar todas las energías al Aprendizaje se encuentra apoyada en la Disciplina del
Silencio, que permite al H.: de Pr.: Gr.: concentrar todos sus sentidos para captar y procesar la
Inst.: que recibe reunión a reunión.

Cada H.:, que es también un Universo o Logia como persona, debe estar atento y expectante al
momento propicio en que todas sus facultades y energías estén reunidas para proyectarlas hacia
la Acción y las Realizaciones. Observando el Sol de nuestro Espíritu preparado para toda Obra en el
Meridiano de nuestra Voluntad y Posibilidades bien dispuestas a trabajar, se logra la conjunción
necesaria para conseguir las Metas que nos propongamos. Es probable que la expresión "Observar
el Sol en su Meridiano" también nos ponga al tanto de una Disciplina de la Atención y la
Observación, con el fin de estudiar profundamente nuestro Interior y al Mundo Exterior para
conocerlos y dar con los medios para perfeccionarlos. El Trab.: Mas.: es así exigente porque
requiere lo mejor de nosotros mismos.

En otro orden de asuntos, la expresión "Observar el Sol en su Meridiano" podría significar


también nuestro deber de velar por que nuestros esfuerzos estén siempre inspirados y
encaminados hacia los más altos y nobles ideales, con la intención de llegar en lo posible hacia lo
Superior, como lo conceptualizara Griffin.

QQ.: HH.:: Que el momento en que se nos llama al Trab.: de Log.: se encuentre el Sol de
nuestro Espíritu bien alto y vigoroso en el Meridiano de sus Potencialidades, a fin que podamos
aprovechar al máximo la Enseñanza de la Ord.: y de rendir lo más posible en la tarea de lograr una
Inst.: más poderosa y un Mundo mejor. Tengamos siempre el Sol de estos Proyectos nuestros
ubicados en el Meridiano de nuestros Ideales, cuya expresión más elevada está simbolizada para
los MM.: en la figura del G.: A.: D.: U.:.

SOLSTICIOS Y EQUINOCCIOS

El Universo es una enorme Orquesta cuya Música anima la Danza Cósmica de las Esferas y de
todo lo que existe. Esto no es una imagen poética sino una realidad que ya se había advertido en la
Antigua Grecia. Pitágoras en este caso había sentado en Occidente las bases al respecto, y ya los
arcaicos griegos y romanos basaban su ideal de Perfección en mantener una Vía "en consonancia"
(término muy aplicado en Música del latín "cum sonare", "sonar con") con el Universo. Y bien
cierto es la necesidad de vivir en esta Armonía no sólo con las Esferas sino con el propio Mundo
que nos rodea, ya que los mismos fenómenos que se dan en el Macrocosmos también se dan en el
Microcosmos, incluso dentro de nuestro ser que de por sí es todo un Universo, de ahí también la
necesidad de estar también "en Paz y Armonía con nosotros mismos". "Como es arriba es abajo"
es un axioma hermético que hoy encuentra confirmación a nivel científico. Los mismos fenómenos
se repiten en las Galaxias, los Sistemas, los Astros, las Creaturas y la Materia. Las Esferas Celestes y
los Seres Vivientes están integrados por múltiples unidades sometidas a constante movimiento
interno con ciclos de Nacimiento, Crecimiento, Desarrollo y Extinción (o Transformación); no hay
un Elemento en el Universo que no se encuentre en la Tierra (hasta ahora por lo menos según lo
entienden las más modernas investigaciones científicas). Tampoco hay que adentrarse muy lejos
para comprender el por qué de las cosas; dentro de nosotros mismos, en nuestro pequeño
Universo, tenemos la Clave para entender y cambiar nuestra Realidad, lo cual nos proporciona a su
vez pistas para conocer a nuestro Entorno Exterior. "Conócete a tí mismo y conocerás el
Universo", la leyenda en la Entrada del antiguo Templo de Delfos, nos muestra que dentro de
nosotros están las respuestas de Todo ya que nuestro Cosmos corporal e interior guarda una
Correspondencia estructural semejante con el Macrocosmos. Pero a su vez, sin perder nuestra
individualidad microcósmica, formamos parte del Sistema Macrocósmico cual células o partículas
especializadas dentro del Cuerpo Universal y todo cambio en cualquiera de sus partes, a la corta o
a la larga, influirá en el resto. La Ecología, hoy tan en boga, se basa en este principio de
interacción, correlación y relación armónica entre los Seres y el Mundo.

El Hombre desde muy antiguo comprendió esta correspondencia estructural y su integración


inescindible con su Universo. En la investigación de los enigmas de la Naturaleza, en el estudio de
los Astros, ha buscado no sólo explicar cómo y por qué se desenvuelven sino que ha intentado
estudiar cómo repercuten y cómo se relacionan con uno mismo, y a través de ellos ha querido
definirse y explicarse. El Ser Humano comenzó a intentar explicar su Alrededor a través del Estudio
del Macrocosmos exterior natural y astral, y sabiendo la correspondencia entre uno y otro
proyectó las reglas que encontraba en el segundo para ver cómo se entendía el primero. Se
advirtió una regularidad en los fenómenos astrales, manifestada a través de movimientos cíclicos
o periódicos, y se comprendió que coincidían o se relacionaban con fenómenos climáticos,
naturales o de la vida de un Pueblo o persona, que a su vez también se definían en Ciclos o
Períodos que pautaban la naturaleza de cómo devendrían los acontecimientos. Al principio se
habría desarrollado estas investigaciones como método para ayudarse en la supervivencia
(particularmente con la Agricultura, porque las temporadas la de plantaciones y cosechas
precisaban condiciones climáticas especiales); la Astrología, la comprensión religiosa, filosófica y
científica, seguramente vinieron después y ayudaron a formar Sistemas de interpretación
intelectual sobre el cómo y el por qué y sobre la interrelación entre los Astros, la Naturaleza y el
Ser Humano. En este estudio de cómo los Astros se relacionaban con la Naturaleza y la Vida del
Hombre adquiere relevante importancia la consideración sobre los Solsticios y los Equinoccios,
acontecimiento astronómico que guarda relación con fenómenos climáticos y etapas
fundamentales de la Naturaleza y el Ser Humano.

En su movimiento aparente por la Bóveda Celeste, el Sol describe una trayectoria hacia el
Este conocida como "Eclíptica", anual y a través de las Casas Zodiacales. Esta línea no coincide con
el Eje del Ecuador Terrestre y que sobre la bóveda se proyecta en el Ecuador Celeste, y con
respecto a éste la Eclíptica se presenta como una línea inclinada, lo que evidenciará los fenómenos
que intentaremos señalar más adelante.

La Eclíptica, en su proyección con la línea del Ecuador (o proyectada ésta sobre la Bóveda
Celeste), en determinado momento coincide con la segunda en un Punto al pasar el Sol por el
Signo de Aries, lo que se llama en Astronomía "Punto Aries", anualmente correspondiente entre el
20 y 21 de marzo, punto convencionalmente ubicado en el Oeste. El Sol se encuentra sobre el
Ecuador y sus Rayos se reflejan equidistantes sobre las dos Latitudes (Norte y Sur), y eso hará que
el día dure igual que la noche. A esta etapa se la conoce como "Equinoccio", palabra que deriva de
la palabras latinas "aequus" ("igual") y "nox" ("noche"), por lo que traducido literalmente
significaría "igual noche", en alusión a la equivalencia horaria de ésta con el día. Para quien no está
en el Ecuador el Sol estará con respecto al Horizonte racional doce horas sobre él y doce horas
debajo. La declinación en el Equinoccio de Aries es nula y su ascensión recta 0 grado.

Al ascender el Sol en su declinación llega a un punto máximo coincidente con la casa de


Cáncer a unos 23o. 27´ actualmente del Ecuador (a la altura del Trópico de Cáncer terrestre),
máxima latitud igual a la oblicuidad de la Eclíptica y con una ascensión recta de 90o., donde logra
el Sol su máximo acercamiento a la tierra por el Hemisferio Norte, que hará que los rayos solares
caigan más perpendicularmente sobre el Norte en esta etapa (alrededor del 21 o 22 de junio) y
por ende aumente la temperatura terrestre en dicha zona; la mayor cercanía del Sol aparejará
mayor Luz y por tanto un aumento en la duración del día en el Hemisferio Norte, que en esta
etapa llegará a su máximo. Por lo contrario y debido a la forma de la Tierra, el Sol estará más
"alejado" del Hemisferio Sur, cayendo entonces sus Rayos en forma más inclinada y por ende en
dicha mitad el clima será más frío y el día será el más corto del año. En el Polo Sur el Sol será
imperceptible comenzando la larga Noche que durará seis meses. Pero en dicho período, donde el
Sol llega su punto más alto de la Eclíptica, parecería que se detuviera sobre el Horizonte por un
tiempo (siempre en su movimiento aparente por la Bóveda Celeste) y quedará "quieto" en dicho
lugar, ocultándose en el mismo sitio como si "parara", momento que se conoce como "solsticio",
palabra de origen latino compuesta de dos vocablos de dicho idioma, "sol, is" (vocablo
correspondiente al español "Sol") y "stare" o "sistere" (verbos equivalentes a "estar" o
"permanecer" en sentido temporal).
Al continuar el Sol su ruta por la Bóveda Celeste nuevamente llega a un punto de
coincidencia con el Ecuador Celeste al pasar por Libra, por el 23 de setiembre aproximadamente y
en el extremo oriental de la Eclíptica, donde desde el punto de vista de la duración del día y la
noche hay una nueva equivalencia entre ambos, y esto señala otro "Equinoccio". La declinación es
nula nuevamente y la ascensión recta 180 grados.

Por último, el Sol llegará dentro de la Eclíptica a su declinación más baja al llegar sobre el
Hemisferio Sur por la altura del Trópico de Capricornio (23o. 27´ "debajo" del Ecuador), con una
ascensión recta de 270o., y veremos una nueva "detención" momentánea del Sol en este extremo
por el 21 o 22 de diciembre, lo que nos indica la presencia de otro "Solsticio". Se advertirá
fenómenos inversos o "negativos" respecto al Solsticio anterior ya que el Sol se encuentra en la
antípoda de su posición de junio. En el Hemisferio Sur, donde los Rayos solares caerán con mayor
perpendicularidad y donde el Sol estará más "cerca", el día será el más largo del año mientras que
en el Norte, donde los Rayos caerán con mayor inclinación, la noche será la más extensa. Así el
clima será más caluroso en el Sur en esta etapa mientras que el Norte presentará sus
temperaturas más bajas. Comenzará el "día polar" en el Polo Sur mientras que en el Polo Norte,
donde el Sol ya no será visible, se inaugura una larga noche por seis meses hasta el próximo
Solsticio (donde se dará lo inverso).

Como el Sol continúa su Ruta Celeste por la Eclíptica, nuevamente aparecerá por el "Punto
Aries" en marzo, lo que determinará que la sucesión de estas cuatro etapas descriptas se suceda
año tras año en forma cíclica y permanente.
Estos cuatro extremos del Movimiento Aparente Solar donde en dos de los cuales la
duración del día iguala a la de la noche (Equinoccios de marzo o Aries y de setiembre o Libra) y en
los otros donde se produce el día o la noche más larga del año según los Hemisferios (Solsticios de
junio o Cáncer, llamado también "hienales", y de Capricornio o diciembre, conocidos por
"vernales") marcan la entrada de las Cuatro Estaciones, de tres meses cada una. En los Solsticios la
diferencia entre la duración del día y la Noche llega a su máximo, y en los Equinoccios dicha
prolongación se equilibra en tiempo. Siguiendo una Ley Universal de Coexistencia de los
Contrarios, en el mismo Planeta Tierra tendremos Estaciones antitéticas donde se marcan efectos
naturales inversos pero que poseerán en común su carácter solsticial o equinoccial según los casos
(el Tercer Aspecto Unificador de los contrarios, además de su temporalidad en el año (Cuarto
Aspecto Realizador). La entrada del Sol en Aries (convencionalmente el 21 de marzo) inaugura el
Otoño en el Hemisferio Sur y la Primavera en el Norte; el ingreso en Cáncer coincide con el
Invierno en el Sur y el Verano en el Norte; la introducción en Libra marca la Primavera en el Sur y
el Otoño en el Norte, y el pasaje por Capricornio inicia el Verano en el Sur y el Invierno en el Norte.

Cada una de estas etapas estacionales inauguradas por los diferentes Equinoccios y
Solsticios se corresponde también con modificaciones climáticas de importancia en la Tierra,
marcado por perpendicularidad de la caída o ángulo de incidencia de los Rayos solares. Los
máximos y mínimos de temperatura se advierten en los Solsticios (mayor calor en Verano y frío
más acentuado en Invierno, según Hemisferios y Estaciones), mientras que en los Equinoccios de
Otoño y Primavera parecería llegarse a un punto de equilibrio térmico, produciéndose un
descenso o ascenso según la proximidad del Invierno o el Verano respectivamente. La evolución
de la Naturaleza parece acompasarse con esta alternancia de Solsticios y Equinoccios, influida por
la intensidad solar y las variaciones climáticas cíclicas. En Invierno se registra la mínima actividad
vital, produciéndose un compás de resistencia hasta la máxima intensidad en el Verano para
decaer al llegar el Otoño (época de madurez y cosecha de los productos de la Primavera) y
después disminuirse a medida que se aproxima el próximo Inverno. A su vez, los Solsticios de
Invierno y Verano marcan una época de máximos contrastes climáticos y vitales entre los
Hemisferios Sur y Norte para llegar a un breve punto de casi semejanza en los Equinoccios de
Otoño y Primavera (aunque después evolucionarán según las latitudes hacia estados diferentes).
Pero estos cuatro estadios equinocciales y solsticiales son extremos y por tanto breves; en los
Solsticios la intensidad solar, climática y vital puede ser la máxima en Verano o mínima en Invierno
pero ésta disminuirá o crecerá al llegar el Otoño o Primavera respectivamente, y asimismo el
precario equilibrio de los Equinoccios de Otoño y Primavera se desestabilizará hacia una
disminución o aumento en las fuerzas naturales según avancemos hacia el Invierno o Verano
respectivamente. En fin, dos épocas de estabilidad (con un punto equilibrante en la entrada de
cada Equinoccio) y dos de total inestabilidad, extremas como breves y contrastantes entre los dos
Hemisferios de la Tierra en un sólo año que marcan hitos importantes, donde las fuerzas
Macrocósmicas del Sol y las Estrellas (constelaciones zodiacales y las que conforman la Bóveda
Celeste) se proyectan o corresponden con la vida Microcósmica de la Tierra.

Esta coincidencia astronómica, climática y biológica, con sus particularidades y contrastes


como los que hemos descrito, seguramente llamó al Ser Humano la atención desde mucho tiempo
atrás, quizá tan atrás que se pierde en los abismos del Pasado y de la Humanidad. El
descubrimiento en la Naturaleza de ese Reloj cuyos cuartos de hora corresponden a las Cuatro
Estaciones ya se había comprendido en los más remotos tiempos, y los seres vivos no escapan a su
influencia, al punto tal que llevan el movimiento estacionario en sus propios genes; ya se ha
encontrado recientemente regiones en el ADN de los cromosomas desde los hongos e insectos
hasta los Seres Humanos que regulan los ritmos estacionales, prueba contundente que demuestra
nuestra sincronización con los Movimientos Astrales. En los cultos a las Fuerzas Naturales y a los
Astros sin duda los Solsticios y Equinoccios formaron parte importante de reverencia, como puede
advertirse en los Estudios sobre Religiones de pueblos primitivos y de Religión comparada, que por
su riqueza no podemos detallar. Y no es para menos; ligada al principio la Religión a la
supervivencia, seguramente el Hombre, desde siempre atraído por la necesidad de explicar y
dominar los Misterios que le rodeaban, comprendió desde muy antiguo la correspondencia entre
lo climático y lo que obtenía por su caza o recolección, sus ganados y cosechas más tarde. En los
diferentes períodos estacionales advirtió cuáles eran los más propicios para la abundancia y para
la escasez, para la preparación y para la cosecha, y luego aprendió a prever y medir esos períodos
orientándose en los Signos de la Naturaleza y en las observaciones astrales. En el descubrimiento
de la producción periódica o cíclica de los Solsticios y Equinoccios comprendió y pudo marcar
cuándo comenzaban y también finalizaban cada uno de esos períodos estacionales. Al comprender
este Lenguaje de la Naturaleza y de las Estrellas, también la Vida del Hombre se orientó conforme
a ellas, porque esto garantizaba su subsistencia. Sin embargo, cuando la Religión comienza a
dirigirse al Interior de cada Individuo, vemos que los Solsticios y Equinoccios aparejarán también
un significado espiritual. Porque es cierto que los Solsticios y Equinoccios también operan
transmutaciones invisibles a nivel espiritual y a nivel de la Humanidad, como observará Cassard.

La Agricultura, que marca un pilar fundamental en la Evolución de la Humanidad, fue una de


las más beneficiadas por la comprensión de los Solsticios y los Equinoccios. Los más primitivos
Calendarios (hechos al principio por necesidades estrictamente agrícolas) siempre están
referenciados con la Agricultura, y los inicios del ciclo anual generalmente toman comienzo en un
Solsticio o Equinoccio, o en oportunidad cercana a su entrada. Por ejemplo, en Egipto antiguo el
año comenzaba en el período de "Shait", época de inundación del Nilo coincidente con nuestro
mes de junio (entrada del Solsticio de Cáncer). El Calendario de Guezer está siempre referenciado
a los trabajos agrícolas de cada período y señala una época coincidente con marzo-abril y la
entrada en Aries (Nizán) para la recolección de la cosecha. El primitivo Calendario romano
comenzaba en marzo (recién con la reforma Juliana se transferirá el principio del año a Enero -
"Januarius"-), coincidente con la Primavera en dicha latitud y la época de las cosechas, que
inauguraba las Bacanales, Fiestas de la Fecundidad y del Triunfo de la Vida en la Naturaleza que se
pierden en la Historia y se relacionan con otros dioses de la Generación o de la Resurrección como
Osiris, Astarté, Freya, Afrodita o Venus, que era también la diosa de la Fecundidad de la Tierra que
renacía luego de cada Solsticio, y por supuesto Dionisos o Baco. Los Celtas también rindieron culto
especial a los Solsticios y Equinoccios, haciéndose aún hoy Fiestas anuales importantes por
quienes manifiestan recoger su legado. Toda una Tradición que todavía importa a la producción
agrícola y de la cual no ha podido desprenderse ni el Cristianismo (a pesar que se originaba en
creencias "paganas") ni la Sociedad Secularizada actual. Por donde lo queramos ver, los Solsticios y
Equinoccios forman parte de la Vida del Ser Humano, como veremos más adelante.

Estas arcaicas veneraciones a la entrada de los Solsticios y Equinoccios, que se remontan a los
más lejanos tiempos de la Humanidad, han servido a algunos de base para fundamentar que la
Masonería proviene de la más remota Antigüedad. En Masonería Simbólica sólo se celebra las
Fiestas Solsticiales, que se hace coincidir en los 24 de junio (Fiesta de San Juan, verdadero Día del
Ap.:) y 21 de diciembre (Fiesta del Sols.: de Ver.:). La diferente graduación de la Luz, que orienta a
la Ord.:, determina que la oscuridad del invierno sea espiritualmente propicia para las IInic.:, y la
luminosidad del Verano favorezca la instalación de los GGr.: MMaest.: y hasta VVen.: (aunque se
prefiere en el último caso el Equinoccio de Primavera u Otoño según el Hemisferio Norte o Sur). En
los Equinoccios, que se celebrarían en los CCap.:, en la Mas.: Simbólica uruguaya se hace coincidir
el 21 de marzo con el Día del Compañero y el 21 de setiembre se festeja el Día del Ap.:. El
Equinoccio de marzo es propicio para el inicio anual de los TTrab.:; tradición que viene del Norte
ya que allí es Primavera y el Sol se encuentra con fuerza, y más por razones de conveniencia el Sur
la mantuvo, ya que en el Solsticio de diciembre (cuando cesan los trabajos hasta el Equinoccio de
marzo) en el Norte hay poca intensidad del Sol y se inicia el período de Oscuridad simbólica, pero
en el Sur comienzan las Vacaciones de Verano, donde todos naturalmente se dispersan o
disminuyen su ritmo de actividad, con lo que decrece el Trab.: Mas.:. Se dice que los antiguos
conocían en lenguaje metafórico a los Solsticios y Equinoccios como las "Puertas del Cielo", y así
también se conocería en la Iglesia (Psal. 78 -77-:23), de las cuales las dos principales eran las del
Norte y las del Sur, las cuales servían de límite o "nec plus ultra" al Sol y se corresponden con las
CCol.: B.: y J.: en nuestra Log.:, Puertas extremas que en la Leyenda de los Doce Trabajos de
Hércules (analogía del Zodiaco) limitaron sus viajes. Las Puertas Celestes del Norte (Cáncer) y del
Sur (Capricornio) eran también conocidas como la "Puerta de los Mortales" o "del Infierno" (que
franqueaba el paso de los morales) y la "Puerta de los Inmortales" o "del Cielo" (que daba paso a
los dioses), respectivamente. Por eso los Pitagóricos consideraban que el Alma, liberada por la
Muerte, ascendía y entraba al Cielo por la Puerta Solsticial de Cáncer hasta que al liberarse
definitivamente después de Reencarnaciones penetraría al Cielo para siempre por la Puerta
Solsticial de Capricornio. Custodiando estas Puertas estaba para los romanos el dios Jano, quien
abría el Cielo a la Luz y lo cerraba como Portero Celestial, cuyos atributos más característicos son
la Llave y las Dos Caras (de ahí el nombre de "Jano bifronte"), que representan el conocimiento del
Pasado y del Devenir. En algunas representaciones se lo llega a ver hasta con cuatro caras, y eso
puede recordar a las Cuatro Estaciones o al Devenir. Era en Roma el dios del Cielo Luminoso y el
dios de los Orígenes y Comienzos pero también el de los finales, y por ser el Portero Celestial era el
dios de las puertas de los Hogares y de los días que se abrían invocando su nombre. Por la entrada
del Solsticio de diciembre se realizaba las Fiestas Januarias que podrían considerarse antecedentes
de las Fiestas desde el 1o. de enero, de ahí que el mes de enero se pasara, en la reforma Juliana
del Calendario romano (antiguamente el Calendario en Roma comenzaba en marzo, mes del
Equinoccio de Primavera, como dijimos), a inaugurar el año en el mes de Jano o Januarius (de ahí
el español "enero"). En estas Fiestas Januarias los amigos y parientes se enviaban presentes,
viéndose aquí un anticipo de nuestras Fiestas Tradicionales. El nombre latín de Jano es "Janus",
que en latín significa "Puerta" y en plural es "Janua"; así "Janua Coeli" son las "Puertas del Cielo"
de los Antiguos. "Janus" o "Janua" ha sido relacionado con el nombre de Juan, vinculado en la
adaptación que hizo el Cristianismo de las Fiestas paganas solsticiales puesto que dos Juanes
presiden en el Santoral la entrada del Invierno y el Verano; de este modo el 24 de junio es el Día
de San Juan Bautista (para algunos como Cassard el verdadero Patrono de la Masonería), que en
épocas de oscuridad (que recuerda a la del Invierno moral humano) para Israel predicó ante un
ambiente totalmente hostil la venida de la Luz del Cristo, y el 27 de diciembre el Día de San Juan
Apóstol y Evangelista (a quien se venera por por la Ord.:), quien da testimonio directo de la
Iluminación Crística, pero esto es en el Hemisferio Norte ya que el desfasaje solsticial en los dos
Hemisferios terrestres también produciría cambios en los Santorales respectivos, porque en el
Hemisferio Sur San Juan Evangelista debería recordarse el 24 de junio y San Juan Bautista el 27 de
diciembre (al revés). Este dato es de relevancia por la importancia de San Juan en la Masonería,
por cuanto se reconoce en nuestra Ob.: a las Fiestas Solsticiales como las "Fiestas de San Juan".
Aparte, recordaremos que el 23 de diciembre (vísperas de Nochebuena) se venera en el Santoral a
San Juan de Kety.
Para la Masonería, que transporta el fenómeno astronómico y el Mito Cosmogónico a la
Realidad Espiritual del Hombre, los Solsticios y Equinoccios constituyen cuatro estadios
importantes en el Movimiento y Transcurso de la Realidad, de todas las Realidades que en verdad
no son sino Capítulos de la Realidad Unica. Como dijera Heráclito, todo es Devenir constante, a
través de cuatro etapas que él representó con los Cuatro Elementos (Tierra, Aire, Agua y Fuego).
Véase así la correspondencia que después contemplará la Alquimia en cuatro Operaciones
fundamentales de la Gran Obra (Arte Real, como le llamamos): Disolución, Coagulación,
Putrefacción, Clarificación. Sucesión de operaciones antitéticas que se suceden en la consecución
de Quinto Fin que es la Piedra ( o mejor dicho, Lápida). Ya hicimos referencia a las Columnas J.: y
B.: como señaladores de los "nec plus ultra" solsticiales, pero también debemos buscar otra
representación, dentro el Verdadero Universo que simboliza la Log.: (existe en sánscrito una
palabra parecida a Logia que es "Loka" o Universo, de donde se ha querido ver un origen de la
primera). Así tenemos en nuestro Sur un Occidente ariano nebuloso, el Norte canceriano oscuro,
el Oriente librano luminoso y el Sur o Meridiano sagitariano resplandeciente. Concordante con los
Pasos de la Vida que recordamos en nuestra circunvalación por el Templo, como dijera el H.:
Valanzani.

El Solsticio de Invierno representa una etapa de recogimiento, de reflexión dentro de un


estado crítico de nuestras fuerzas anímicas en medio del triunfo de las agresiones negativas
exteriores. Pero también es una época de Esperanza y de renovación del optimismo, de saber que
si bien hemos llegado a lo más profundo de la depresión ahora comienza necesariamente un
proceso de reordenamiento y reconversión espiritual al que nos dirigimos sin retorno. Las Fuerzas
de la Noche, representadas en la Mentira, la Ignorancia y la Ambición, parecen tener su máxima
potencia y semeja el momento más duro de la Batalla Espiritual, pero será la oportunidad de su
inminente y paulatina declinación en el que cederán poco a poco a las Fuerzas de la Iluminación y
la Vida, que impulsarán el Triunfo de la Luz que emana de la Ob.:, así como el Solsticio de Invierno
marca el comienzo del fin de la mala Estación. El Solsticio de Invierno recuerda a la Muerte que en
su carácter trascendental es un proceso difícil pero es la condición necesaria para que el Inic.:
pueda elevarse hacia la Realización. En el Hemisferio Norte se vive la Navidad en un clima de
recogimiento pero también de Fe en el Futuro, en la que se renueva los Votos de la Fe y que se
traduce en el recordado Nacimiento de Jesús. Es en la oscuridad y la depresión anulatoria del
Invierno donde se produce el verdadero Inicio, por eso la Muerte y el Nacimiento no son sino
aspectos de un mismo fenómeno, visto desde dos perspectivas diferentes, por lo menos para
quienes creemos en el Ciclismo del Devenir. La Vida nace de la Muerte, en la Muerte toma inicio la
verdadera Vida, y este arcaico Misterio, que en realidad es el Norte de la Sabiduría Humana, se
representa en las leyendas del Martirio, Muerte y Resurrección de Hiram y en el asesinato del
Maest.: Hiram. La Muerte nos trae la Esperanza de la Resurrección porque la primera es el pasaje
que asegura y trae de la mano a la segunda.

En el Equinoccio de Primavera el ánimo se encuentra ya fortalecido y enhiesto. El predominio


de la Vida es evidente. Espiritualmente reina visiblemente un retorno de la Fe y la alegría, que se
advierte en el ánimo nuestro y de los que nos rodean, época para desarrollar los vínculos
amorosos. Los espíritus se sienten renovados. En la Iconografía, la Primavera es representada
como una joven hermosa (Símbolo de la fecundidad y de la Matriz o Crisol genitor) vestida con un
traje blanco del lado derecho y negro del lado izquierdo (representación del equilibro por la unión
de las fuerzas opuestas solsticiales) ciñéndose un cinturón de estrellas (en referencia al Cielo),
portando además una corona de flores (símbolo de la Vida que renace) y apoyándose sobre un
carnero (por el signo Aires que en el Norte inaugura la Primavera).

Al llegar el Solsticio de Verano se produce la culminación de la Plenitud espiritual, donde la


algazara y el optimismo llegan a su máximo. En el Hemisferio Sur se vive por la Navidad un clima
de intensa y particular emoción que anima las Fiestas de fin y principio de año donde se propicia el
encuentro con amigos y familiares, época apta para repasar y evaluar lo vivido para luego planear
y proyectarse aprovechando ese clímax espiritual para enfrentar las incertidumbres que aparejará
el año siguiente. El Nacimiento del Cristo es el Triunfo total del Bien que inaugura una nueva Era.
Las fogatas de San Juan que se hacen en las noches breves solsticiales de Verano en junio para el
Norte y en diciembre para el Sur (que todavía vemos en algunos barrios donde se mete en la
Hoguera a la representación en muñeco de Judas), no es sino una celebración del Triunfo de la Luz
sobre la Noche y el deseo de mantener esa Iluminación perpetuamente porque la Luz permite el
fortalecimiento de la Vida, ese deseo de dominar la Realidad venciendo o poniendo a raya a la
Noche hermana de la Muerte, resabio de viejas fiestas paganas en cuyo significado hoy cada vez
más nos cuesta creer pero que todavía repetimos como recuerdo de una Tradición de nuestros
Padres que se remonta a generaciones atrás.
Las Fuerzas declinan al aproximarse el Equinoccio de Otoño, pero todavía conservan su
fuerza y frescura. Es una etapa de maduración, recuerdo, de recolección de experiencias pero
también de previsión y preparación para las épocas desfavorables que se avecinan. El estado de
ánimo debe encontrarse equilibrado para afrontar una época done vemos todo alrededor nuestro
claudicar. El Otoño se representa con la figura de un Varón (presencia fecundante pero símbolo de
culminación) vestido de igual forma que la mujer primaveral, pero con una canastilla (aludiendo a
la maduración de lo originado en la Primavera) en una mano y una balanza en la otra (por la
coincidencia en el Norte del Otoño con el paso del Sol en su eclíptica por Libra). Referido a la
Mujer simbólica primaveral, el Varón otoñal es su complementario y no su antitético.

Podemos advertir una correlación cíclica y alternada entre cuatro etapas: Inicio o
Nacimiento, Crecimiento o Desarrollo, Plenitud o Adultez, Fin o Muerte. En toda la Naturaleza, en
cada cosa, ser, Astro o Universo, en cada Alma o esencia puede advertirse este proceso que
alterna entre máximos, períodos estables y mínimos. Recordando el axioma hermético de "como
es arriba es abajo" captaremos que no hay nada que escape a esta Alternancia que se transforma
y reinicia una u otra vez en forma continua. Este mecanismo se retroalimenta en una cadena cuyos
eslabones se encuentran todos unidos, (representado en la Alquimia por el Uroboros, la Serpiente
que se muerde la cola), cuya nueva entrada marca el Renacimiento de un nuevo ciclo. Mañana,
Día, Tarde y Noche (cada día repite sintéticamente los fenómenos de los Solsticios y Equinoccios);
Nacimiento, Crecimiento, Adultez y Decrepitud; Primavera, Verano, Otoño e Invierno; Ascenso,
Afirmación, Plenitud y Caída; Guerra, Holocausto, Armisticio y Paz. Después de cada derrota
personal se inicia un proceso de Reafirmación para superar la conflictiva. Tales son las Puertas que
marcan cada etapa de un único movimiento que no cesa y no retrocede, que en el nombre Yávico
o Tetragrammaton secreto se encuentran representados respectivamente en la primigenia letra
"Y" (inicio o Solsticio de Invierno), "H" (desarrollo o Equinoccio de Primavera), "V" (plenitud o
Solsticio de Verano) y nuevamente "H" (decadencia o Equinoccio de Otoño). Apreciemos que las
dos "H" marcan los dos puntos de equilibrio equinocciales, siendo "Y" y "V" los extremos
solsticiales, porque cierto es que entre los apogeos y crisis tenemos períodos de consolidación y
estabilización, pero no son sino hitos de un movimiento tan perpetuo y continuo como el de las
Estrellas. Como dijera Alberto Magno, no se puede ir de una extremidad para otra sin pasar por un
medio, y de arriba hacia abajo (Verano a Invierno) o de abajo hacia arriba siempre se atraviesa una
etapa intermedia necesaria (otoño y primavera respectivamente).
Para las enseñanzas rosacrucianas, la secuencia entre los Solsticios y su interrelación con los
Equinoccios y los fenómenos espirituales y naturales está influido por la intensidad de las fuerzas
crísticas que actúan en esos períodos. En el Equinoccio de otoño (Primavera del Sur) comienzan
por el Norte a actuar los Rayos vigorizantes del Cristo que actúan sobre cada átomo existente en la
Tierra, que llegan al centro del Planeta por el Norte y cuya fuerza todavía no llega al Sur. En el
Solsticio de Invierno (Verano sureño) los Rayos crísticos llegan al Centro de la Tierra y están en su
mayor potencia, inaugurando el más grande despertar espiritual en ambos Hemisferios, pero la
potencia mayor está en el Norte hasta que un día el Tercer Movimiento de rotación de los polos
terrestres le dé al Sur la misma ventaja relativa. La influencia del Cristo purifica anualmente la
Tierra hasta el Equinoccio de Primavera boreal (Otoño meridional), estando todavía activa la Vida
en el Otoño sureño por mantenerse con vigor la Fuerza Crística por el retraso relativo de su poder
en llegar al Sur, y en esa época egresa de la Tierra por el Sur para purificarse en el Sol de las
contaminaciones que adquirió en nuestro Planeta (representado en la Muerte de Jesús para
limpiar los pecados del Mundo por la Semana Santa, en la primera Luna llena después de entrado
el signo de Aires -21 de marzo- y la subida posterior al Reino del Padre), y luego regresará con el
Padre en el Solsticio de Verano norteño y de Inverno sureño, para retornar nuevamente en el
Equinoccio de Otoño y ayudar así invisiblemente a la Evolución terrestre.

Entre los extremos de las Fuerzas Blancas y Negras (o Solsticios) se da una Lucha constante y
eterna cuyo fin es uno: la Evolución de todo Ser, que se perfecciona después de varios Ciclos o
Renacimientos. Como dijera Lumen, el Ciclo de la Vida sigue el esquema de a Naturaleza, y si el Día
y la Noche, el Invierno y el Verano se suceden, ¿por qué no admitir una sucesión de Nacimientos y
Muertes en nuestras vidas? En los períodos intermedios: Mañana y Tarde, Primavera y Otoño,
Desarrollo y Madurez; la Luz, la Vida y el Ser Humano se perfeccionan y los extremos gozan de su
unión y belleza. Intentando transportar e interpretar el mensaje de Zósimo a nuestro trabajo, en la
Separación del Invierno y Verano y en la Unión de la Primavera y Otoño se realiza el paso de los
Cuatro Elementos (la Tierra que germina la semilla en Invierno, el Agua que la hace desarrollar y le
permite autonomía en la Primavera, el Fuego de los Rayos del Sol estivales que le da su máximo
esplendor y el Aire otoñal que le ayuda a madurar), por el cual la Naturaleza se transforma, y así
una y otra vez porque la Muerte es en realidad un Transformación como dijera Hermes. El Invierno
es la Antesala de la Primavera. Pero conjunto a este Movimiento Cíclico Cuaternario que nos
presenta la Realidad falta definir un Quinto Movimiento, que es el que nos impulsa utilizar este
Mecanismo Cuaternario que nos está predeterminado, y este Quinto es el que se denomina como
"Epigénesis", que no significa nada más ni nada menos que cambiar nuestra Realidad, propósito
del verdadero Iniciado. Este no es diferente o antagónico al Mecanismo Cuaternario sino que le
permite una perspectiva de impulso y cambio que enriquece y redimensiona a este segundo,
permitiendo un producto más evolucionado. Por eso el mecanismo evolutivo puede bien
esquematizarse como una espiral ascendente y circular que marca los Ciclos de la Naturaleza,
dirigiéndose hacia arriba representado a la Superación Evolutiva. Conocer el Mecanismo
Cuaternario es bastante, pero es "A-B-C-" cuando se trata de dominarlo y trascender a él para
transformar la propia Realidad. Vivimos en un campo de experiencias cuyas Leyes no podemos
cambiar pero sí utilizarlas en nuestro beneficio. Esto es la Epigénesis y el Secreto del Inic.:, que se
representa en el triángulo o Estrella Davídica nucleador que abrazan al Tetragrammaton.

QQ.: HH.:: A través de la compensión de los Solsticios y los Equinoccios la Mas.: se ha hecho
dueña de un importante Misterio donde se percibe la Coreografía de una Danza Cósmica que
domina la existencia de nosotros y de todo lo que nos rodea. La comprensión de los Solsticios e
Inviernos nos hace sentir partícipes de un engranaje natural que poseemos a todos los niveles, y
nos invita a integrar nuestro Cuerpo y Espíritu a la Naturaleza, manifestación del Dios Vivo. Como
dijera un Trab.: sobre el Solsticio de Invierno de 1973 de un H.: anónimo, sólo los fuertes son
poseedores de este Misterio, y nosotros, pobres cosas pecadoras mortales, debemos su
conocimiento a la Mas.:. En los Solsticios tributamos recuerdo y respeto a la Vida (Verano) y a la
Muerte (Invierno), y en los Equinoccios conmemoramos el éxito de la Esperanza (Primavera),
disfrutando el producto de nuestras experiencias (Otoño). Tras todo ello surge la perennidad del
Devenir, el Triunfo del Bien y de la Luz, y esto es según Vidal Buyo el Mensaje de San Juan de
Escocia. Nosotros agregamos, es también la Suprema Enseñanza de los casos de Jesús e Hiram. Los
Astros eclosionan o se funden en la inmensidad del Espacio o de otros Astros, civilizaciones
atraviesan períodos de apogeo y disolución, los problemas de la Vida nos carcomen entre las
Alegrías, todo entre etapas de preparación y asimilación intermedios, pero no son sino etapas
transitorias dentro de un único proceso de Transformación. La Muerte no es sino un pasaje hacia
la Reconversión o Renacimiento, proceso necesario para la Perfección, porque hay que Renacer
para mejorar, algo que intuyó Nicodemo cuando interrogó a Jesús (Jn. 3:1-21). Si se nos permite,
en el Invierno está la verdadera Primavera, por ello el Año Iniciático comienza en el Invierno del
Norte. Quien tiene vocación por la Luz sabe que la Muerte es el paso irreductible y necesario que
debe enfrentarse para Revivir. Pero a contrapelo de todo eso, la Ignorancia, la Mentira y la
Ambición infundieron al Hombre miedo a la Muerte y la presentaron como una etapa terminal.
Como señalara Max Heindel, estamos sobrecargados de filosofías para sobrellevar la Vida pero no
hay una Enseñanza que nos ayude a comprender la Muerte, y cuando dijo esto no hacía alusión a
cómo poder prepararnos para lo peor sino para que en la comprensión de la Muerte
entendiéramos la verdadera riqueza de la Existencia. Y así entre la Desesperación, el Consumismo,
la Lucha por el Bienestar material en el desperdicio inútil de nuestras fuerzas y de nuestro Planeta,
el Hombre trata de olvidar lo que cree su inexorable Fin, o lo que es peor, como denunciaría Juan
Matus, nos creemos inmortales sin saber la vanidad de ese sentimiento y la Necesidad de la
Muerte. Pero sin avisar llegará la Hora de atravesar el Umbral del O.: E.: sin oportunidad para
llevarse nada o hacer las maletas, y de nosotros no quedará nada. Eso desespera a muchos cuando
desconocen que la Muerte es en verdad una ilusión, un proceso de Desprendimiento de lo
superfluo para aflojar la Esencia transformada y mejorada. Hoy ya sabemos que un día dentro de 5
mil millones de años, camino a morir, el Sol crecerá en tamaño hasta abarcar y fundir en sí la
Tierra, lo que aniquilará todo rastro nuestro mientras el Sol se consuma y convierta en un punto
negro y apagado. No más Filosofía, no más Música, no más Bienes, no más Vida terrestre. Pero el
Universo seguirá intacto y vivo sin casi sentirlo., del mismo modo que puede morir un glóbulo rojo
en nuestro cuerpo sin que nos moleste, y aunque parezca el Fin, aun así en el Universo nosotros
no desapareceremos sino que permaneceremos en El transformados. El Mensaje final de los
Solsticios es comprender que la Muerte y la Vida son parte de un mismo proceso, y que valorando
y rescatando el valor positivo de la Muerte ensalzamos más el sentido de la Vida. El Misterio de los
Equinoccios nos enseña que este proceso es gradual y nos prepara para soportar los duros
momentos del Nacimiento y de la Muerte. Nuestra Existencia es una Eclíptica que va desde el
Solsticio del (Re)Nacimiento, pasando por los Equinoccios del Desarrollo y de la Madurez hasta el
Solsticio de la Muerte, continuando el tránsito hacia el Equinoccio de la Purificación Espiritual
hasta una nueva Venida. Porque seguramente volveremos como el Sol lo hace cada mañana o
como la Primavera cada año. Sabedores de todo esto nada podemos temer. Después de todo,
¿acaso no somos una Chispa de la misma naturaleza y semejanza al G.: A.: D.: U.:?

SOBRE LAS AUTORIDADES DE LA LOGIA

Expresa el art. 40 de la Const.: de nuestra Gr.: Log.: que el Gobierno y la Administración


completa de un Tall.: se compone de un total de siete DDig.: (Ven.: Maest.:, Pr.: Vig.:, Seg.: Vig.:,
Or.:, Sec.:, Tes.: y un Hops.:) y de ocho OOf.: (Pr.: y Seg.: Exp.:, Hosp.:, Pr.: y Seg.: MMaest.: de
CCer.:, Pr.: y Seg.: DDiac.:, un Cub.: Int.: y un Cub.: Ext.:). Este orden toma una línea jerárquica de
mayor a menor nivel, sin perjuicio de que en una Log.: todos contribuyen por igual al
sostenimiento de los TTrab.: (art. 31 Const.: Mas.:). Estas AAut. lo son de carácter ejecutivo,
porque sin perjuicio de la verticalidad de la Ob.:, el órgano deliberativo de la Log.: que es la
Asamblea que forman todos sus HH.: tiene también un peso importante.

Los siete DDig.: son la autoridad máxima de toda Log.: y ninguna podría sobrevivir, existir o
sesionar regularmente sin que estos puestos estén cubiertos en forma permanente o
circunstancialmente en ocasión de la Ten.: porque Siete es el número mínimo de integrantes que
forman la Log.: o el número habilitante para sesionar en Log.: (arts. 39, 46 y 49 de la Const.:). Si
bien es recomendable que todos los DDig.: sean MMaest.:, lo aceptable es que por lo menos tres
sean MMaest.: (art. 47 de la Const.:). Pero "condictio sine qua non" de toda reunión masónica es
la existencia de las llamadas "Tres LLuc.:" que sostienen las CCol.: de la Log.: y de la reunión, que
son el Ven.: Maest.:, el Pr.: Vig.: y el Seg.: Vig.:, que serán necesariamente MMaest.: y que
orgánicamente pueden formar el número integrador de la unidad orgánica masónica mínima: el
Triángulo, que lleva como mínimo Tres miembros (art. 44). También sería necesario que el Orador
fuera Maest.:, ya que su misión es disertar y los Mmand.: BBl.: no podrían hablar.

El Gobierno y responsabilidad primordial de la Logia es del Ven.: Maest.: y de los dos VVig.:
(Landmark XVI), pero bajo la dirección del Ven.: se encuentran los VVig.: y los cuatro restantes
DDig.:. Los OOf.: están destinados a tareas de apoyo para la ejecución material de la Ten.: y las
órdenes de las LLuc.:, como también asisten o secundan a los DDig.: según el caso.

Sin perjuicio de éllo, existen otros puestos de importancia, como en el Uruguay son los
Delegados ante la Cam.: de MMaest.:, ciertos Cargos o Comisiones especiales previstas por los
RReg.: Especiales de cada Tall.: y Mandatos o Cargos "Ad Hoc" que se agotan en su comisión, cual
es el caso de los HH.: AAplom.: u otros encargos particulares que haga el Ven.: Maest.:.
Sobre el Ven.: Maest.: de Log.:.

No trazaremos por supuesto su perfil ideal; debemos cuidar que estas consideraciones no se
tomen como una instrucción o señalamiento a los respectivos titulares de los sostenes principales
de los TTall.:, sino que desearíamos explicar cuál es la trascendencia , en el particular, del cargo de
Ven.:, el más importante dentro de la Log.: Simb.:, como también en el futuro lo haremos con los
restantes puestos.

El nombre del principal o Presidente del Tall.: se llama "Ven.: Maest.", dicho vulgarmente
"Ven.:" a secas, y bien colocado está el nombre, pues debe ser objeto de la admiración y ejemplo
para los HH.:. En realidad, no será como tal por ser el menos malo de todos, pero sí debe ser
destacado porque el Ven.: intenta encarnar el caudal y riqueza de toda la Log.:, y siendo soporte
de la Col.: de la Sab.: (todavía en formación), representa la Sapiencia y el Perfeccionamiento a los
cuales se ha llegado por el Grupo, y así tendrá que usar e incrementar esas fuerzas para
gobernarlo. Su Insignia es la Esc.:, indicando que su comisión es velar por la rectitud de los TTrab.:.

Desgraciadamente hay HH.: que año a año intentan desesperadamente y llegan a veces a
lamentables triquiñuelas para llegar a ser Ven.:. Si supieran que en realidad dicho puesto no tiene
dentro de la Mas.: verdadera la trascendencia que creen, y si fueran conscientes de la
responsabilidad que conlleva, bien lo pensarían antes de aspirar a dicha ambición. Porque quien
acepta la Veneratura se compromete a llevar con brillantez la marcha de la Log.: y a aumentar sus
conquistas, por lo cual no es un lugar figurativo u honorífico sino de mucho trabajo. Además, el
Ven.: es el canalizador personal de todas las voluntades y energías de los HH.: que conforman el
Tall.:, y tiene la dura misión de orientar a todo el Grupo. En este sentido, los Juramentos y
Promesas al asumir el Mando son terribles, y cuidado tendrá en poseer una línea de conducta
digna en la ardua tarea que afrontará; su proceder imperfecto puede desembocar en la catástrofe
de la Log.: o desatar conflictos de magnitudes impensables.

El Ven.:, si bien es el primero entre los iguales, es mínimo frente a todos porque es un
representante circunstancial de todos. Si bien se le debe obediencia y no puede ser enjuiciado o
condenado por su Log.:, caer en el descrédito de ella puede llegar a ser su mayor desgracia. En un
país donde poco se reconoce los logros y donde tanto se exige responsabilidades como también se
es presto para la condena como el Uruguay, sea muy precavido quien quiera ser Ven.: porque no
escapará a esa realidad, sabiendo que se lo elige tal para trabajar cargando arriba su destino
propio, el destino de sus HH.: y el destino del Tall.:. Siendo un eterno Ap.: imperfecto tendrá el
riesgoso deber de guiar a otros HH.: también ciegos.

Los usos y costumbres obligan a elegir anualmente al Ven.: Maest.: a través de una "Terna";
en Cam.: del Med.: los tres candidatos más votados eligen quién será el Ven.:, pudiéndose formar
otra Lista que encabece otra proposición y sometiéndose luego a votación secreta de la Cofradía,
todo conforme a normas vigentes que no viene al caso detallar en cuanto a ellas ni al
procedimiento. El electo juramentará en el ejercicio anual siguiente (hoy día les da posesión en su
Cargo el Ven.: Gr.: Maest.: de la Gr.: Log.: o quien designe como su representante "ad hoc"), y su
Mandato durará por un año, pudiendo ser reelecto hasta dos veces seguidas y así gobernar hasta
por tres años (depende de los RReg.: particulares, pero aquello es lo máximo). Con ayuda de los
candidatos a Pr.: y Seg.: Vig.: conformará el resto de su equipo que adornará la Lista y, si es electo,
lo secundará en su actuar. Una vez impuesto de su condición, a su Luz quedará el gobierno y la
conducción de la Log.:, debiendo recibir todo el apoyo de los HH.:, lo cual no es sólo un derecho
del Ven.: (que también debe ganárselo) sino también un deber del M.:, incurriendo en falta
masónica quien desobedezca a su Ven.: Maest.: o le niegue su ayuda, porque se lo hace también a
la Log.: (a todos los HH.:) en la persona del Ven.: Maest.:, no por verticalismo.
Algún día serán ustedes los encomendados personalmente por vuestros Pares para regir los
destinos de vuestro Tall.:. Quien ponga esfuerzo y reciba el apoyo de los HH.: para mantener y
sacar esta Log.: hacia arriba y hacia adelante sólo cumplirá con su deber, pero aquel que por cuya
culpa desestimule a los camaradas de asistir y con su proceder disoluto contribuya a desintegrar
este Grupo de Amigos que es la Log.: será eternamente excecrable. ¿Qué clase de Ven.: Maest.:
querrían ustedes y qué clase de Ven.: Maest.: querrían ser ustedes?

Sobre el Pr.: y Seg.: Vig.:.

Retomando aquella idea directriz de no dar nuestra opinión sobre cómo deberían ser
idealmente los DDig.: y OOf.: de la Log.: sino constreñirnos a explicar su función dentro del Tall.:,
hablaremos del Pr.: y del Seg.: Vig.:.

El Pr.: Vig.: sigue en orden de jerarquía al Ven.: Maest.: y es así quien lo suplanta en casos de
ausencia temporaria o definitiva (Landmark XVI). Su atributo es el Niv.:, símbolo del
Discernimiento. En una Ten.: Ordinaria normalmente anuncia y controla el uso de la palabra en la
Col.: de la F.: o dirige la Bat.: de AApl.: cuando el Ven.: no puede hacerlo, lo que muchas veces no
resalta su verdadera Dignidad en Pr.: Gr.:. Pero el Pr.: Vig.: vigila la marcha e instrucción de los
HH.: CComp.: y les asigna su Sal.: a los HH.: AAp.:, por lo que su trabajo es silencioso e
imperceptible pero muy efectivo. Se debe ser muy criterioso en la Log.: para establecer la persona
más idónea para ocupar dicho Cargo, ya que una ausencia del Ven.: temporaria o permanente lo
puede hacer nuestro Ven.:, por lo que las mismas precauciones que se toma para seleccionar al
Ven.: deben intervenir para elegir al Pr.: Vig.:. También controla a través del Cub.: Int.: o en
ocasiones con el Cub.: Ext.: quién entra a la Reunión, y a veces determina cuándo será la
oportunidad para permitir, con la anuencia del Ven.:, la entrada de algún regular M.: (en
oportunidades ordena a los CCub.: indicar al foráneo que está trabajando en otro Gr.: o puede
suspenderle la entrada sin anunciárselo al Ven.: de acuerdo a la naturaleza de los diversos TTrab.:,
pero esta práctica requiere la previa conformidad del Ven.: o Pres.:).

En cuanto al Seg.: Vig.:, su intervención parece mayor en Gr.: Pr.: porque instruye a los AAp.:
en las TTen.: SSimb.:, que mayormente se hacen en Pr.: Gr.: dentro del Simb.:. Como el Pr.: Vig.: y
el Ven.:, debe ser necesariamente de Gr.: de Maest.:, y como posee una función de orientación de
los AAp.: tanto en la Enseñanza Mas.: como en la espiritual, poseerá por lo menos una capacidad
intelectual mínima y por supuesto condiciones personales para tan delicada misión. Su Insignia es
la Plom.:, para ajustar la Labor de los AAp.:. Recomendará el Aum.: de Sal.: para los AAp.: a su
cargo y cuidará incesantemente de convocarlos y reunirlos para Inst.: en el Arte Real,
manteniendo en lo posible su interés en cuidar su asistencia. Otorgará la palabra en su momento a
las personas sentadas en la zona de la Col.: de la B.:. Estimular a los AAp.: al Trab.: y al
Conocimiento es una labor que se predicará con el ejemplo, debiendo el Seg.: Vig.: no sólo saber
de Mas.: sino querer y saber transmitir lo que se educa. Sólo se enseña y transmite lo que se
conoce y se ama.

Los HH.: VVig.: son, con el Ven.:, las Tres Luces o Sostenes de la Log.:. El Pr.: Vig.: representa la
Fuerza del Temp.: cuya solidez está basada en el Poderío de los HH.: CComp.: y MMaest.:, y el Seg.:
Vig.: se deleita en procurar que los Ap.:, en cuya etapa se gesta la base de la formación Mas.:,
aprendan a dominar y a trabajar la Forma por la idea de la Belleza. La Belleza (la contemplación
que motiva la Búsqueda del diseño geométrico) y la Fuerza (el Conocimiento unido a la Voluntad y
el Entusiasmo para hacer material la Cosa conceptuada estéticamente en el Intelecto), traducen la
Obra perfeccionada y redimensionada por la Sabiduría cuyo bagaje se encuentra depositado en el
Libro Abierto que representa la Experiencia del Tall.: custodiada por el Ven.: Maest.:.
Sobre el Orad.: y demás DDig.: y OOf.:.

Luego de los tres principales soportes de la Log.:, sigue en importancia el Orad.:. Este
representa a la Ley que se dinamiza y regula los TTrab.: a través de la palabra, considerado así el
Fiscal del Tall.:. Custodia que los TTrab.: se desenvuelvan según el Rit.:, las normas generales de la
Ord.:, RReg.: PPart.: de la Log.: y los Usos y Costumbres (siendo él un Libro Abierto de referencia
cual es su atributo), y es necesariamente el último en intervenir en el cierre de un debate, la
consideración de algún asunto o en los TTrab.: de Log.:. También es el último en hablar en la
exposición sobre asuntos generales de la Ob.: o peculiares del Tall.:. Si advierte alguna
irregularidad en la ejecución de la actividad debe señalarlo expresamente cuando le toca su turno,
al pedírsele sus conclusiones sobre lo hecho en la Reunión, mas debe hacerlo con criterio
orientador y constructivo, no para censurar o descalificar. El Orad.: es también el portavoz oficial
de la Log.:, que da la bienvenida por ella a los recién Iniciados, a los VVis.: o a Personajes Ilustres, y
toma la palabra como Disertante de Rigor en ocasiones solemnes, por ello debe ser una persona
de recta locuacidad pero también administrará correctamente su oratoria. Tiene asimismo una
función de educación a los HH.: en cuanto a las normas que rigen la organización y actividad del
Taller, y es una referencia de consulta del Ven.: Maest.: y de la Log.: en cuanto a los aspectos de
Derecho Mas.: aplicables para encaminar el tema que se discute o cualquier otro caso de interés
para el Grupo.

El Secretario, que no habrá de confundirse con el llamado Guardasellos, no sólo posee como
misión confeccionar el Acta de las actividades, leer los AAs.: EEnt.: o apuntar al Ven.: Maest.: el
Orden del Día, sino que tiene una función de relacionamiento muy importante con las otras LLog.:,
la Gr.: Log.: o LLog.: de otras PPot.: a través de la comunicación epistolar. Su Insignia, la Pl.:, le
indica que es el Escriba que transmitirá la Memoria Viva de la Log.:. Lleva además los Archivos
documentales del Tall.: y procura que estén a buen recaudo. Su trabajo es muy complejo y
agotador, sobretodo por la gran cantidad de documentos cuya confección queda a su cargo (Actas,
correspondencia), muchas veces ordenados por el Ven.: especialmente, y por el trabajo de
Despacho de comunicaciones. Su función es tan importante que una buena o mala Secretaría
puede adornar o arruinar una excelente Veneratura.

El Tes.: tiene las funciones por todos conocida de guardar y administrar los fondos del Tall.:,
como también de ejecutar los pagos de obligación al Fondo Común de la Federación o Gr.: Log.:
que es el Gr.: Cof.: y los dispendios de cada caso particular. Su tarea no es simpática o agradable,
ya que tiene que apuntalar que los HH.: estén al día con sus obligaciones económicas, dando
cuenta al Ven.: de las situaciones que pudiere suscitarse en ese aspecto.

Difícil ha sido la caracterización de los cometidos del HH.: Pr.: Exp.:, al punto que muchas
LLog.: prescinden por lo general de dicha función a pesar que se trata de un cargo de Diganatario,
sustituyéndolo por el Maest. de CCer.:. En la práctica sus funciones se reducen a conducir a los
PProf.: ante la Log.: luego de pasar por Cam.: de RRef.: y a custodiar el paso del Sac.: de Ben.:. Pero
en realidad es quien tiene la principal obligación de retejar a los que pretenden entrar al Temp.: y
de examinar sus Credenciales, por lo que se exige que posea un Gr.: elevado.

En cuanto a los OOf.: recalcaremos las funciones de Pr.: Maest.: de CCer.: en primer lugar. Se
preocupa por que la ejecución de los TTrab.: sea Justa y Perfecta en la práctica, y recibe, anuncia
entre CCol.: y conduce a los VVis.:, Personajes o AAut.: al lugar que les corresponde, como
también guía a los HH.: que deben abandonar por cualquier razón el Tempo.:. También controla el
resultado de las votaciones y lo anuncia para su proclamación y documentación. Le ocupa hacer
las Proclamaciones o anuncios en los RRit.: de Inic.: y de Inst.: de AAut.:. Porque debe conocer
todos los detalles de las distintas CCer.:, en las que por su parte le corresponde una intervención
especial según los casos, se recomienda que sea una persona de mucho conocimiento y
experiencia, en lo posible de los GGr.: más elevados cuando la Log.: se puede dar ese lujo. Por
último, hace circular el Sac.: de PProp.:.
El H.: Hosp.: tiene funciones análogas a los monjes hospitalarios de las Ordenes religiosas. Vela
por las necesidades de los HH.: y sus familias, debiendo reportar el estado de todos ante el Tall.:, y
tiene que confortar a los HH.: en caso de tribulación, enfermedad o agonía, disponiendo todo lo
necesario para que en caso de Pasaje al Or.: Et.: de un H.: se practique su última voluntad, estén
todas las previsiones para su velatorio y entierro tomadas, y ver en qué necesidades quedarán la
viuda, hijos y familiares de aquel H.:. También controla y administra el destino del Sac.: de Ben.:,
que hace en la Ten.: circular acompañado del Pr.: Exp.:, con quien ayudará a los HH.:, familiares de
HH.: pasados por la P.: del Sil.:, o a Pprof.: necesitados. En otras oportunidades, agasaja y le
proporciona tema de conversación a los HH.: VVis.:, procurando que se hallen a gusto.

En cuanto a la función de los HH.: Pr.: y Seg.: DDiac.:, su contenido está claramente
establecido en el Rit.: de Apert.: de los TTrab.:, al cual nos remitimos. Transmiten la Luz (son una
representación de los místicos Angeles luciferianos -"Lucifer" significa en latín "portador de la
Luz"-), la Palabra del Ven.: y la Pal.: Sag.:.

El Cub.: Int.: es un Of.: acólito al Pr.: Vig.:. Controla que el Temp.: esté cubierto a la
indiscreción de los PProf.:, reteja en ocasiones a HH.: extraños al Tall.: y advierte quién quiere
entrar al Temp.: durante la ejecución de los TTrab.: al Pr.: Vig.:. Asimismo custodia y administra la
entrada y salida del Temp.: hacia o desde su interior.

El Seg.: Exp.: y el Seg.: Maest.: de CCer.: cumplen tareas de complementación


respectivamente al Pr.: Exp.: y Pr.: Maest.: de CCer.: en ocasiones solemnes o de asistencia
multitudinaria. Por ejemplo, si se circulan varios SSac.:, éstos serán acompañados de los dos
EExp.:, o si se necesita una presencia activa del Maest.: de CCer.:, puede necesitarse otro que lo
ayude. Por último, el Cub.: Ext.: se coloca del lado de afuera y a las PP.: del Temp.:, por lo general
en oportunidades solemnes u otras muy reservadas, y será el primer filtro para la entrada. Muchas
veces este cargo es desempeñado por AAp.:.

SOBRE EL ASIENTO VACIO

Frente al sitial del H.: Seg.: Vig.:, en el lugar que ocuparía el H.: Pr.: Exp.: o al lado derecho de
la Col.: J.: según los usos y costumbres, suele ubicarse una silla o sillón especial que nadie debe
ocupar, a veces adornado con cintas, representando al H.: que salió a la Aventura de su Búsqueda
Personal. En muchos TTall.: sin embargo esto no se usa o no se le presta la debida atención, pero
su simbolismo es muy interesante. A veces, este asiento está a la derecha o izquierda del Seg.:
Vig.:. Esta alegoría no es original de la Mas.:. Baste recordar la costumbre Prof.: de reservar un
asiento libre en los Banquetes para una supuesta persona que apareciera a saludar (se ve
especialmente en las Fiestas Tradicionales, dejándose también un plato y demás utensilios vacíos).

Esa ausencia del H.: no borra su recuerdo. Por el contrario, siempre se le guarda su lugar que
ocupaba, demostrando que se siente aún su presencia y que se lo extraña, estando no obstante
presente en el recuerdo de los HH.:. Pero a su vez, remarca un deseo y esperanza de que ese H.:
retorne algún día, para regalarnos otra vez con su amistad, compartir las experiencias que vivió, y
para transmitirnos lo que aprendió. Y no se oculta la expectativa de sentir por labios del propio
Hermano ausente a su regreso, de que ha encontrado lo que buscaba, y que vuelve para
enseñarnos o avisarnos de ello.

Se dice según las explicaciones que el H.: ausente salió a buscar la Verdad o a su Maestro.
Difíciles intentos los dos, porque la Verdad, como las Estrellas, parecería inalcanzable, y porque el
Maestro verdadero no es otro que uno mismo. También se interpreta que el H.: ausente ha salido
a buscar la Palabra Perdida. ¿Qué es esto de "la Palabra Perdida"? Diremos sólo, porque ocuparía
un Capítulo aparte, que es la Clave a develarse para abrir todos los Misterios de la Vida, con cuya
pronunciación todo se comprende y clarifica.

Existe la costumbre de reservar un asiento vacío en conmemoración de un H.: recientemente


pasado al O.: E.:, como recuerdo de su presencia, palpitante aunque etérea. Ese H.: también está
haciendo su tránsito hacia un Mundo donde se comprende mejor la Verdad, porque la Muerte es
un ascenso en el Aprendizaje.

¿Cuándo llegará ese H.: que salió en búsqueda de lo Suyo? ¿Regresará algún día? Nunca lo
sabremos. Mientras tanto esperamos, lo esperamos; deseamos que para él el viaje esté exento de
peligros y que algún día pueda encontrar lo que persigue, o por menos, que se encuentre más feliz
que antes de partir. Su ausencia nos desgarra el corazón, sea por su partida física o simbólica, pero
nos conforta la esperanza de su regreso, o de que alguna forma nos reencontremos. Quizá, como
expresara el H.: Italo Castillos, sólo logre volver para descansar aunque fuere un poco. Y aunque
no hubiere encontrado lo que ansiaba o volviese derrotado, ¿quién de sus Hermanos no lo
recibiría henchido de alegría el corazón?
QQ.: AAp.:: Ese H.: que desocupó su Asiento para salir a buscar la Verdad, la Palabra Perdida
o a su Maestro, ha dejado su comodidad para arriesgarse al sufrimiento; abandonó sus bienes más
preciados, sus seres queridos, y olvidó su seguridad para aventurarse en un camino sin retorno o
sin éxito probable. Démosle nuestra bendición y oremos por él. Su triunfo puede ser también el
nuestro. En su Odisea también apostamos nosotros. Deseemos que su esfuerzo le valga la pena, o
por lo menos, lo haga más Hombre. Su experiencia. cuando vuelva siempre nos enriquecerá,
aparte de devolvernos la alegría su regreso. Quizá algún día esté de vuelta para contarnos sólo el
sufrimiento que pasó. Pero el mero hecho de tornar es una victoria, por que muchos en su
búsqueda sincera dejan la vida.

SOBRE LA PIEDRA CUBICA

Hace un tiempo la hija de un H.: pasado al O.: E.:, integrante ella de una Log.: femenina
Paramas.:, obsequió a un Cuadro un Piedra Cúbica tallada en mármol blanco, como homenaje
recordatorio y simbólico de todos el Trab.: que aquel fallecido compañero había realizado en su
vida por el perfeccionamiento. No dejó de llamarnos la atención ese Cubo de mármol
correctamente tallado y pulido, sólido y sin defectos aparentes. Consultando con un entendido en
el labrado de mármol, éste nos explicó que si bien tal Piedra Cúbica no requiere para su
construcción una capacidad excepcional, se necesita trabajar duro, disponer de herramientas
necesarias y conocer el oficio para lograrla. Trabajo, Equipamiento y Conocimiento son también
los elementos idóneos para obtener la Piedra Cúbica de nuestra Personalidad, por lo cual no
resultan extrañas la riquísima Filosofía y la profunda Enseñanza, por tantos autores y HH.:
comentada, que encierra la Piedra en la doctrina de la Masonería. Pero a pesar de ser uno de los
símbolos más importantes de la Ord.:, no es de su exclusivo patrimonio. Libros religiosos de
Oriente y Occidente, diversas creencias y fuentes de conocimiento esotérico utilizan a la Piedra
como representación del Hombre. Es probable que haya reflejado la Piedra para muchos pueblos
una simbolización del Ser Humano porque existe entre una y el otro una analogía casi perfecta; en
efecto, las propiedades físicas de una Piedra pueden simbolizar todas las características morales y
espirituales de una persona, como también las corporales. El Hombre ha adorado también a lo
largo de la Historia y a través de algunas civilizaciones piedras que poseían forma Cúbica o
tendencialmente Cúbica, lo cual es un capítulo de los cultos idólatras, y pertenece generalmente a
una etapa más avanzada de las representaciones de ciertos dioses, en un proceso que abarcó
desde el culto de piedras informes o brutas ("petra" en latín) hasta la idolatría de representación
animal o antropomórfica. Se podría mencionar algunos ejemplos, pero preferiríamos destacar que
en las épocas arcaicas de la Antigua Grecia algunos grupos helenísticos representaban al dios
Hermes como Piedra Cúbica ("lapis" es en latín la Piedra trabajada), lo que llama la atención si
pensamos que Hermes es uno de los dioses de mayor enjundia dentro de las tradiciones
Iniciáticas, y cuyo nombre jamás deberá confundirse con el M.: Inic.: Hermes Trismegisto.

Se conoce al Cubo como una de las formas más perfectas que haya creado la abstracción
mental del Ser Humano, y se ha dicho que sobre él se pueden trazar todas las figuras y formas de
la Geometría. Como cuerpo el Cubo de la imaginación; no ha podido conocerse en la Tierra o en
astros donde haya llegado visual o físicamente el Hombre formas cúbicas, y quizá no exista en
toda la Naturaleza un cuerpo cúbico perfecto si no es por el trabajo y dedicación de una persona,
que traduzca en el Mundo Físico por su esfuerzo la imagen mental de un Cubo. Sin embargo,
puede encontrarse que los cristales de la Sal de Sodio común son en su forma más pura casi de
forma cúbica, y recordemos con el Cristo que somos "la Sal del Mundo", pero las formas puras en
la Naturaleza no existen (tampoco los elementos puros, sabiendo que convencionalmente se
considera por convención químicamente "puro" un elemento cuando contiene una proporción del
99,99 %), siempre hay impurezas que trastornan las formas.

Dentro del Arte Real, la Construcción de un Ser más perfecto se expresa simbólicamente en
una puesta de acción que transforme la Piedra Bruta de nosotros mismos (En Alquimia, la "Piedra
de los Filósofos") en una Piedra Cúbica (la "Piedra Filosofal"), porque la Obra somos nosotros
mismos a partir de ideas y valores morales. Desde el punto de vista morfológico, cosmológico y
numérico, el número de sus caras (6) y sus aristas (12) se relaciona con la Numerología masónica
por ser múltiplo de Tres, y en el caso de las aristas, con los Doce Signos Zodiacales. El número de
lados de cada cara (4) y de sus vértices lo muestran como múltiplo del 4 o número Yávico. La
adición de 4 más 8 da 12, múltiplo de 3 y 4, y la suma total de todos estos números (6+12+4+8) es
igual a treinta. De más quedaría destacar la trascendencia de todos estos números mencionados
en la Ciencia de la Cábala y en nuestro Arte.

Podríamos asimismo establecer otro tipo de relaciones. Desde el punto de vista de su figura, y
entre otros contenidos, el Triángulo es una representación abstracta y en perspectiva dentro de
un plano bidimensional de los Rayos del G.: A.: D.: U.: que desde el Infinito se proyectan en el
plano terrestre. En un plano tridimensional, la representación se podría asimilar a un Cuerpo
Piramidal tomando en cuenta cuatro vértices en su base (correspondientes simbólicamente a las
Cuatro Materias de los Antiguos, las Cuatro Virtudes Fundamentales, los Cuatro Puntos Cardinales
de la Tierra y el Universo y los Cuatro Vehículos del Ego humano), lo que recuerda a la famosa
Gran Pirámide de de Keops o Khufu, símbolo que abarca a toda la Creación de la Tierra y de gran
riqueza cosmológica. El volumen de esa Pirámide de base cuadrada resultará la tercera parte del
volumen de un cubo de similares dimensiones en cuanto a base y altura (otra vez el número 3). La
Pirámide también podría ser una representativa síntesis de grandes conocimientos adquiridos en
una época histórica (nos referimos a la Gran Pirámide), pero el Cubo es en realidad el símbolo de
todos los Conocimientos que están destinados a ser alcanzados por el Hombre.

La Piedra Cúbica es para nuestra Ob.: el emblema de los conocimientos humanos y del total
desarrollo de nuestro Ser precedido por una correcta Instrucción. Tomándola como punto de
referencia, sobre ella ejercitan los MMas.: sus cualidades y adquieren lecciones de las experiencias
cotidianas que les permiten corregir los defectos y errores propios. El Trabajo de la Inic.: Mas.:, o
el tallado de la Piedra Bruta primordial con vistas a lograr una Piedra Cúbica, es una experiencia
que no requiere más condición que un buen ánimo, ya que cualquiera podría realizarlo con éxito si
lo deseara.
En la Mas.: el simbolismo de la Piedra Cúbica se remonta a antiguos mitos de la época de la
construcción del Templo de Salomón (o quizá más antiguos) y de la tarea operativa de las
Corporaciones de albañiles libres de la Edad Media. Se dice que en dichos tiempos los grados de
estos artesanos se reflejaban en la destreza y en la especialización que tenían para tallar las
piedras que servirían para construir los Santuarios y Edificaciones. Los Aprendices (que no estaban
duchos en el Arte de la Construcción) daban los primeros toques y forma a la piedra; los
Compañeros, que ya poseían más experiencia y colaboraban en la instrucción de los AAp.:,
perfeccionaban la obra de aquéllos y la terminaban; por último los Maestros controlaban la
calidad del trabajo sobre la piedra, y de ser necesario le daban los últimos retoques o, para el caso
que no sirviera, la desechaban. Enriquecidas en el transcurso de los siglos las Corporaciones de
Libres MMas.: con la participación de miembros de diversos Círculos y Sociedades Iniciáticas, la
Piedra Cúbica adquirió el carácter de Símbolo Filosófico y pasó a representar una de las
enseñanzas más preciadas de la Mas.: especulativa. La Piedra Cúbica se convirtió por fin en el
Símbolo del Hombre Perfecto y plenamente realizado por el Trabajo espiritual efectuado sobre sí
mismo.

Entre los emblemas a representar en el Cuadro de Pr.: Gr.: la P.: C.: ocupa el tercer lugar,
evidente relación con el número 3 característico del Gr.: de Ap.:. En el R.: E.: A.: y A.: se ubica a la
derecha de la Columna J.:. La P.: C.: tiene un significado trascendental porque indica desde el inicio
al Ap.: cuál será el fin último de su Trab.: en la Ord.: y a través de los GGr.: que le toque acceder en
el futuro por su propia persona y por el Mundo que le rodea.

Como la Piedra Bruta e informe que nos brinda la Naturaleza, así el Alma basta del Hombre
se encuentra primordialmente falta de lineamientos que definan los rasgos de su personalidad,
esclavizada por sus instintos y los arrebatos de las pasiones irracionales. Así como ninguna piedra
se encuentra naturalmente con forma cúbica (siempre hay impurezas de otros elementos) según
referimos anteriormente, ningún Ser Humano nace en estado de Perfección; trabajar la Piedra
Bruta de su Espíritu para transformarse en Piedra Cúbica de un Ser enteramente realizado será
una obra de su exclusiva responsabilidad y voluntad. Sólo él podrá convertirse a sí mismo. En esta
tarea toda persona que aspire a mejorarse deberá emprender un sostenido trabajo de Recreación,
esto es, realizar una Nueva Creación sobre el material de la personalidad primigenia enriquecida
por la Instrucción que nos dan la Experiencia y los Maestros más sabios. El M.: moldeará
individualmente la P.: B.: de su Ser impulsado por su propio entusiasmo, ayudándose
principalmente con las herramientas del Martillo de la Voluntad, el Cincel del Discernimiento y la
Escuadra de la Rectitud, limando las asperezas de los errores y dando perfil a las aristas de las
buenas virtudes. El M.: es el Constructor, Piedra y Obra en este Arte Real de la Formación de una
Personalidad Plena que puede demandar años o vidas, constantemente tentados a abandonar o a
sucumbir en los abismos del Error, y que encierra secretos cuyo contenido lo aprenderemos en el
pasaje por los sucesivos GGr.: donde se aprende a mejorar el Trab.:. Cada P.: C.: bien terminada
que forme cada H.: en sí mismo contribuirá para iluminar a la Humanidad toda, o si se prefiere, el
empeño que ponga cada H.: en trabajar lo mejor posible en su pequeño campo de acción pero de
forma coordinada con otros HH.: ayudará a transformar en P.: C.: este Mundo informe donde la
Ignorancia, la Mentira y la Ambición no han podido todavía ser desterradas.

QQ.: HH.:: No olvidemos que la Construcción de nuestra P.: C.: no puede demorarse ni
interrumpirse. Que en nuestros descansos y entre el fragor de la lucha por sobrevivir resuene la
Palabra Perdida que nos recuerda esa necesidad que tenemos los MM.: por un Espíritu más
auténtico y un Mundo mejor donde puedan ser realidad nuestros más elevados ideales. Ojalá cada
instante de nuestra existencia importe en la formación de las PP.: CC.: de nuestra persona y de la
Humanidad. No es otro el fin último de nuestra Ord.:, consagrada desde lejanos tiempos a
conseguir ese postergado Destino de Elevación y Plenitud que aún nos reserva el G.: A.: D.: U.:.

SOBRE EL CONCEPTO MASONICO DE LIBERTAD


La Mas.: es una Sociedad Iniciática y Espiritual, si bien reconoce sus raíces y nutrientes en la
sociedad civil y política cuya cultura le ha dado base y donde se mueve. Sus Enseñanzas y
Conceptos, sin perjuicio de poseer contactos con doctrinas y nociones del Mundo Prof.:, deben
principalmente poseer un contenido Trascendental, no sólo Universalista; vale decir que deben ser
más profundos que los terrenales y apuntar a provocar una Transformación de la estructura
individual del M.:.

En el Simb.: es común asociar el concepto de "Libertad" a aspectos de su proyección profana,


principalmente en lo ideológico y político, sobre lo cual no detallaremos y lo cual no es del todo
improcedente, pero se corre el riesgo de quedarnos con su fachada y de descuidar su real
dimensión para el Buscador Espiritual. La verdadera Libertad es un sentimiento interior que va
más allá de las circunstancias sociales, políticas y personales en que nos toca vivir, un ámbito
inexpugnable de potencias que jamás se podrán segar desde el exterior, ya que la Libertad se
encuentra dentro de uno mismo y se afirma con tenacidad al Alma. La Libertad en sentido
Trascendental es el entero Poder para determinar y transformar (transmutar) la Realidad
circundante, pero también la Facultad de establecer en qué entorno queremos desenvolver
nuestra Existencia; es así un atributo de la Divinidad a la que estamos destinados.

Lo interesante es destacar que la Libertad es ante todo una noción Espiritual y una inquietud o
anhelo interno, pero cuyas manifestaciones pueden iluminar no sólo el Alma y la vida del propio
individuo sino proyectarse beneficiosamente en el Mundo Prof.: ayudando a su Progreso, como la
Luz de Or.: o el Compás que acercan la Energía Superior de la Elevación Anímica. Para el M.:
podría, como ser espiritualista que es, existir Libertad Interior en un ambiente Prof.: que no la
tenga desde el punto de vista social, religioso o político. Pero consustanciado con el Mundo en que
vive y de donde extrae experiencias de Vida necesarias para el desenvolvimiento total, el M.: no
puede soportar con facilidad una realidad que sojuzgue al Hombre e intente restringirlo, a veces
con la pretensión de controlar su fuero íntimo. La Libertad Espiritual no se agota en sí misma
dentro del propio Ser Humano sino que le demanda un compromiso de Iluminación a los demás
para que a su vez adquieran condiciones para desarrollar su propia Libertad Interna, lo que se
traducirá en mejores condiciones de convivencia y de vida entre los Seres Humanos. La Libertad
Espiritual para los MM.: debe orientar a la Libertad terrena, porque ésta no se asume ni se logra si
no existe previamente en el Alma de los que componen el cuerpo civil.

Los MM.: forman una colectividad de personas Libres (espiritualmente hablando), o por lo
menos aspirantes a ello, que han decidido unir sus capacidades para transmitir un Nuevo Mensaje
de Trascendencia a sus prójimos y que a su vez han adquirido un concepto colectivo de Libertad,
perfeccionando las nociones individuales. La Humanidad no ha tenido mucha muerte; de épocas
de fanatismo violento se ha pasado a una era de apatía y anomia moral, lo que le ha significado
sólo mantenerse en el oscurantismo que obnubila o hace desaparecer la visión de la Libertad,
tanto espiritual como Prof.:. En ese ambiente hostil nuestra Hermandad pretende enseñar que
tenemos vocación por la Libertad y que nuestros afanes de Libertad de creencias y Libertad
política y social no son sino traducciones y conquistas en lo terrenal que se nutren de Energías de
origen anímico, y que tendrán verdaderamente lugar si son precedidas por la existencia de una
Dimensión Espiritual de la Libertad en los individuos.

En suma, a nuestro entender el concepto de Libertad Masónica es sinónimo de Libertad


Espiritual y Trascendental que se realiza en el Mundo Prof.: orientando y provocando nuevos
afanes y condiciones para el desenvolvimiento irrestricto de todas las posibilidades individuales y
sociales.
SOBRE LA LIBERTAD DE PENSAMIENTO

El tema o Problema de la Libertad de Pensamiento es uno de los más frondosamente tratados


en el Simb.:. Como aspecto de la Lib.: que forma uno de los Vértices de nuestro Tríptico, como
tema en sí, por el Aniversario del Día de la Libertad de Pensamiento (20 de setiembre), como
Derecho democrático e inherente al Ser Humano respecto a la concepción y difusión de sus
creencias, muy unido a la Laicidad o Laicismo, como virtud Mas.:, como Derecho y Deber de
Práctica Moral de los HH.: en la Ord.: y en el Mundo Prof.:, y así tantas otras perspectivas....
Creemos que, con mayor o menor extensión, con mayor o menor riqueza literaria de ideas y de
conceptos, bastante ya se ha dicho sobre esa cuestión, quizá demasiado, pero en realidad no se ha
dicho todo. El resto debemos elaborarlo y descubrirlo nosotros mismos, y en ese sentido la L.: de
Pens.:, como todos los elementos de la Mas.: (hay quienes ven en la L.: de Pens.: un verdadero
Símbolo), tiene un propósito fermentador dentro del Alma del M.: y un gran Enigma a resolver,
porque la L.: de Pens.:, como cada Misterio o Simb.: Mas.:, es todo un Universo. Para escuchar lo
que representa para cada uno de nosotros la L.: de Pens.:, dejemos hablar a la Voz de nuestro
corazón buscando el Sil.: de la Col.: del Ap.:, y pensemos, por ejemplo:

- Que la Libertad de Pensamiento es la posibilidad de echar al vuelo nuestra Imaginación y


hacerla viajar por todos los confines a través de nuestras Ideas;

- Que por ser Poderosa e Inquebrantable resiste a la censura, a la mentira, a la hipocresía, a la


estrechez ideológica, al fanatismo sectorialista de toda clase, al "establishment" socioeconómico,
a la Seguridad de Estado y a la intolerancia religiosa;
- Que se nutre del concepto de que la Verdad es el producto de la discusión y Armonía entre
todas las verdades que se saben parciales, y por éso es mucho más que un derecho político y
moral; es un derecho sagrado;

- Que la Lib.: de Pens.: permite una Cultura de Comprensión más abierta a nuestros prójimos
y a través de la mutua Tolerancia, nos hace sentir Hermanos, igualados en un mismo Plano
Espiritual y en una Nueva Mentalidad;

- Que no obstante ser una de las conquistas del Hombre que costó más sangre de Inocentes y
Mártires, todavía hay quienes la resisten y no escatiman medios para coartarla o impedirla;

- Que mientras que la Esclavitud mental a través del terror, la pauperización intelectual y el
consumismo frívolo mantienen la Tiranía sobre los Pueblos, la Lib.: de Pens.: es el temible enemigo
de los Totalitaristas porque corroe sus afanes de dominación;

- Que la Lib.: de Pens.: es un sentimiento rebelde en el auténtico sentido del término,


porque naciendo del Corazón Espiritual busca nuevos Tiempos, trasciende a los Tiempos, pero a la
vez armoniza con los Tiempos, aprendiendo de éllos;
- Que en Ella profetizamos y creemos porque la sentimos como Clave en el Progreso de la
proteica y asombrosa Especie Humana, y porque nos hace más Dueños de nosotros mismos;

- Que la Lib.: de Pens.: no es un Don sino una Lucha de día a día que vale la pena. Por eso la
Mas.: embandera con Ella su pecho;

- Que la Lib.: de Pens.: es una Profesión de Fe y Amor, nutrida del sentimiento de aspiración
a la Verdad...

...Y todo lo que más deseéis. La Lib.: de Pens.:, como en "la Respuesta de Leuconoe" de Rodó,
reclama Espacio. Reflexionemos, mis HH.:.
SOBRE EL DEBER DE RESERVA MASONICO

La Masonería se dice depositaria de una Verdad Iluminadora y Redentora, la cual se mantiene,


como es sabido, en cautelosa reserva de los IInic.: y no es accesible a los PProf.:. ¿Por qué tanto
sigilo? ¿Acaso Jesús no dijo que "no se oculta una lámpara debajo del techo sino que se la coloca
bien alto para que arda con fuerza a ilumine a todos los Hombres", y también que "no había nada
oculto que no deba ser revelado"? Pero así como expresaba eso, asimismo explicaba las Verdades
no directamente sino a través de Parábolas, agradeció a su Padre porque ocultó sus Misterios a los
intelectuales y se los reveló a los sencillos, y advirtió que "no debía entregarse perlas a los cerdos".

Tanto para los MMas.: cristianos como para los no cristianos se plantea una disyuntiva:
revelar nuestras Enseñanzas y Asuntos a personas que se supone pueden aprovechar, o
mantenerlas a cubierto de los oídos indiscretos o no capacitados. En realidad, un adecuado
balance de estas dos alternativas puede mostrarlas como complementarias. Un Prof.: no tiene por
qué conocer directamente nuestras Doctrinas, pero podemos hacérselas conocer en forma
indirecta, a través de nuestra personalidad y de nuestro ejemplo en el obrar. Hay también ciertas
conductas que cualquier persona puede tomar como referencia de la Mas.: con provecho (el
actuar solidario y tolerante, el deseo de perfeccionarse, la inquietud por los temas
trascendentales, por ejemplo) sin que tenga que saber que son necesariamente masónicas.

El tema de la Obligación de Reserva está relacionado con el Deber de Discreción, que siempre
ha sido una virtud preconizada desde muy antiguo en la Humanidad, y es una hermana legítima
del Silencio, de la Sencillez y de la Prudencia. De alguna manera es un ingrediente necesario de
toda Disciplina de Perfección, y por ello no podría faltar en la Mas.:. Porque la Discreción nos
aparta del Mal, nos ayuda a gobernar nuestras palabras y a manejar mejor nuestra relación con los
demás, nos hace dignos de la confianza ajena y nos permite un ambiente de Tranquilidad Interior
donde atesorar y asimilar el Aprendizaje de la Vida. No debería sorprender la trascendencia que da
la Ord.: a la virtud de la Discreción, que nos es advertida en nuestra entrada a Pasos Perdidos
cuando se nos dice que la Inst.: es una Asociación Discreta y se nos alecciona a ser discretos, lo
que se reitera en la Cer.: de Inic.: y se sostiene constantemente en todos los GGr.:. Es que la
obligación de Discreción se va acentuando a medida que avanzamos en el Sendero de la Luz al ser
los SSec.: cada vez más importantes. Hay que acumular fuerzas de Reserva operacional y moral a
medida que se penetra cada vez más profundo en el "Sancta Sanctorum" del Corazón, no perder
Energía con la revelación o demostración. Cada uno verá por sí mismo la Verdad si quiere llegar y
si necesidad de que se la expliquen.

No obstante, se insiste con el deber de reserva a las MMas.: en los Juramentos, en la


advertencia final de la Tr.: Inv.: de Sil.:, en el Sig.:, lo cual también fue la primera Enseñanza con la
impresión de la Punta de la Esp.: sobre el pecho al entrar cuando aspiramos a la Luz (no ser nunca
indiscretos). Como contrapartida, a veces sentimos que lo que vemos y oímos en las TTen.: no es
nada tan misterioso como para que pueda conocerlo cualquier "quidam", y que muchos de los
SSimb.: MMas.:, Enseñanzas, y Ceremonias se encuentran en libros de difusión pública al alcance
de todos.

Puntualizaremos enfáticamente que lo que se encuentra en los libros que por ahí se pueden
comprar no posee ni una pequeñísima parte de la Riqueza de la Ob.:. Nadie es Mas.: por leer
mucho, y si no vive a la Ord.: interiormente, no deja de ser un conocimiento teórico. Aparte, la
experiencia interior Mas.:, por ser muy personal y profunda, es muy difícil de transmitir con
palabras a terceros y es intransferible. Nadie es Mas.: si no pasa por la Transformación de la Inic.:,
y lo que asimila a través suyo es algo que se atesora en el Corazón. Nadie puede acceder a una
emoción o sentimiento personal, lo que ya muestra que hay elementos que no se pueden revelar.
Y ni que hablar que la Mas.: se asimila a través de la práctica de nuestras Sesiones o TTen.:.
Las primeras Doctrinas o Asuntos MMas.: podrán parecer muy simples, pero sepan que se
vuelven más complejas e inaccesibles a medida que se profundiza en la carrera y transcurso de los
GGr.:. Si no sabemos guardar los secretos sencillos, ¿qué discreción observaremos respecto a los
más importantes, necesariamente más sustanciosos? Por otra parte, mientras más los reservemos,
más puros los mantendremos.

Deberemos también cuidarnos de las personas que toman a mofa nuestras Tradiciones, como
también de aquellas a quienes nuestra condición de MMas.: pueda despertarles animadversión o
agresividad contra nosotros, a veces por ignorancia o natural intolerancia, para no vernos en una
situación de debate o malestar que bien podríamos evitar, o para cuidarnos de que no nos vean
como extravagantes, dejando que ante todo conozcan el valor de nuestra persona y la calidad de
nuestras obras (ante todo somos Hombres y luego MMas.:). La Discreción nos salvará de muchas
situaciones escabrosas. Rechacemos también el revelar nuestra condición de MMas.: para darnos
importancia ante amigos, conocidos o Damas, porque ser MMas.: no es un título honorífico sino
un pesado deber. A nuestros defectos la gente alineará nuestra situación de Mmas.:, y su
asociación será negativamente implacable, lo que no dejará bien parada a la Ord.:.

La obligación de Reserva (no secreto, porque cualquier cuestión Mas.: puede ser alcanzada si
uno se hace digno) nos impone también no revelar los conocimientos de nuestro Gr.: a los de los
estadios inferiores, y por supuesto frente a los PProf.:. Será mejor que ellos los conozcan por sí
mismos y por voluntad propia sin necesidad de nuestra "interesante" transmisión.

Nadie que no haya calibrado correctamente el deber de Discreción o Reserva puede entrar en
el Temp.: de los IInic.:. Sin perjuicio del retejamiento del Cub.: o Exp.:, o el ritual, cada uno debería
hacer un Examen de Conciencia para determinar si aún entra al Santuario con su recordatorio de
Reserva intacto. Ayudados por la virtud cardinal de la Fortaleza anímica nos instruiremos en la
obligación de ser discretos y de Callar, la Cuarta Regla de Zoroastro, para hundirnos en la Tierra
donde germina el Espíritu Nuevo y desde la cual se eleva el Temp.: sin las molestias y distorsiones
de la vida Prof.: (el Temp.: se construye "sin ruido de Martillos") donde también son relegados los
vicios, forjando un Alma Resplandeciente que será Luz por sí sola y que manifestará "seipsa
loquens" a su debido momento.

La obligación de reserva masónica no consiste en no revelar los SSimb.: o RRit.:. Estos se


encuentran en libros documentados al alcance de cualquier Prof.:. No nos hagamos "trampas al
solitario", porque hoy toda persona puede conocer nuestras Tradiciones, que incluso se están
transmitiendo por Internet. Pero sin embargo, hay algo que debemos mantener en Silencio, y que
es el Sentido Profundo y la Vivencia que encierra el vivir la Aventura de la Masonería; eso sí es
intransmisible e intransferible, y tal es la Verdadera y Arcana Enseñanza que debemos preservar.
Los SSimb.: y RRit.: son mero ropaje, ceremonial exterior, cáscara; al M.: Místico eso no le importa.
En Masonería no es lo que se ve o se conoce, sino lo que se aprende y se siente. Por más que se
lea y conozca, nadie, incluso algunos HH.:, nunca entenderán nada. Jesús explicó clara y
sencillamente las Verdades, y muchos, por sabios y piadosos que hubieren sido, no
comprendieron; él se dirigía a la multitud pero apuntaba a los que podían entenderle, por éllo
predicaba con tranquilidad sin perder autoridad y sin bastardear los Arcanos. En la Masonería es
igual, por tanto podemos considerar nuestros Misterios a salvo. Podrá leerse muchos libros, podrá
conocerse nuestros Usos y Costumbres, nuestros Signos y Rituales, podrá serse o no Mas.:, pero
nuestros Secretos se preservan solos frente a quienes no tienen mentalidad para comprenderlos.
Lo que nos corresponde, en realidad, es no vilipendiarlos y no develarlos inútilmente.
Guardémoslos para quienes sepan hacer buen uso de ellos.

QQ.: HH.:: La obligación de Discreción o Reserva no sólo está unida a una respetable y sabia
forma de comportamiento sino que ayuda a preservar nuestras Enseñanzas frente a quienes no
están por diversos motivos aptos para comprenderlas con cabalidad. A su vez, nos disciplina a
guardar los Misterios que se profundizan no para ocultarlos, sino para conservar su pureza y
asimilarlos con claridad. Cuidémonos antes y no nos engañemos; no sea que a través de la
transmisión de nuestros Misterios no se revele también nuestra vanagloria o nuestros errores,
porque mayor será el mal que causaremos. No perdamos tiempo en entregar el rico patrimonio de
nuestros Secretos a quienes no les corresponde. Ser cauteloso es, pues, provecho. Recordemos a
Fedro: "Los antiguos ocultaron a conciencia la Verdad, para que el Sabio la reconociera y se
engañara el ignorante" (Fabs. V,5).
SOBRE EL DEBER MASONICO DE ASISTENCIA A LAS TTEN.:

Si hay un deber elemental y primario para el M.:, ése es el deber de guardar Asistencia
continua y regular a las TTen.:. Desde el primer día en que se entra a la Ord.: a través de la Inic.:, o
incluso antes cuanto se aceptó ingresar, debe cada uno establecer una disciplina de Asistencia, y si
de ésto no se toma conciencia más vale no entrar o abandonar la Ob.:, porque a la Mas.: no le
interesa el número sino la participación activa de sus MMiemb.:. El día de reunión de la Log.: se
tornará incompatible con cualquier causa de impedimento personal o Prof.. a menos que motivos
realmente graves hagan imposible desde todo punto de vista la concurrencia. El Pad.: insistirá al
Ap.: y Comp.: ahijado y vigilará su Asistencia, aunque después del Sil.: es la segunda obligación del
Mand.: Bl.:)., y por supuesto el Pad.: dará ejemplo en los hechos. Cuando uno ya es Maest.:
recordamos que se fue exaltado en el entendido que se asumió ya la presencia a las reuniones
como una necesidad y obligación, y la Asistencia es la mínima enseñanza que un Maest.: podría
dar a un Ap.: o Comp.:.

En los primeros GGr.: la Asistencia proporciona un índice que determinará el merecimiento


para el Aumento de Salario dado que hace suponer que durante la concurrencia se aprendió y
asimiló las IInst.: necesarias mínimas, que sólo se obtienen a través de la presencia reiterada. La
Concurrencia no sólo demuestra que un Mand.: Bl.: ha tenido la perseverancia suficiente e interés
para pasar de Gr.: sino que es el filtro que permite decantar y separar a aquellos que poseen un
compromiso tibio con la Mas.:. Incluso diríamos que un Ap.: o un Comp.: puede dar lecciones a un
Maest.: omiso con su sóla Asistencia. ¡Infelices los TTall.: que aumentan el Sal.: a un H.: inasistente
con la esperanza de que sienta estimulado a venir, porque en vano lograrán, conforme lo
demuestra la realidad y habiendo perdido esfuerzos y tiempo, su propósito!

Quien inasiste a los TTrab.:, aparte de denotar una desconsideración con sus HH.: sumidos en
la preocupación y frustración por sentir no poder habido transmitir todo su ardor en el H.:
descuidado, resta esfuerzos y aportes positivos a la Log.:, quien tiene que perder energías
apuntalando la concurrencia para fortalecerse, y puede llegar a comprometer la estabilidad de las
CCol.:. Nada demuestra más el empuje de un grupo o el entusiasmo de sus miembros que la
presencia regular y constante de sus adeptos porque revela interés, solidaridad y disponibilidad en
la causa que los une y a su vez les permite crecer juntos, invita a incorporar nuevos elementos
humanos y motiva la permanencia de los recién ingresados.

Se ha dicho que circunstancias externas como las preocupaciones personales, la problemática


económica, la falta de interés por ocuparse de actividades no redituables materialmente o la
"chatura" de la idiosincrasia del medio conspiran contra la Asistencia a las TTen.:. Nada mejor que
despreciar esa afirmación, tan manida que parece esloganaria, con el ejemplo de HH.: tan
atareados o complicados en su vida que a pesar de ello se permiten un tiempo para venir a
Trabajar y es más, logran aquí una distracción y amortiguan sus problemas recordando también su
compromiso con lo Trascendental.

Reunirse con los HH.: cuando se los siente como tales o se los aprecia realmente debería ser el
primer motor de nuestra Asistencia. Estar con un grupo de amigos como el que pretendemos ser,
donde nos sostenemos espiritualmente intercambiando vivencias y donde aliviamos el dolor de
nuestras tribulaciones ya sería suficiente motivo para reunirse. No falta quien dice sentirse
desestimulado porque se ha cansado de asistir a las Log.: y no ha encontrado algo de interés o
porque simplemente considera que "no pasa nada" y se prefiere dedicarse a otras ocupaciones
"más importantes". Estos pretextos, que revelan mucha pasividad y desconocimiento por los
propósitos e la Ord.: y los esfuerzos de los HH.:, revela una actitud mezquina y que priva de
aportes a los Camaradas, que se sentirían tan reconfortados con una presencia silenciosa de cada
Miembro, que ya bastante ofrece. Antes de preguntarnos qué puede darnos la Ob.:, preguntemos
qué deberíamos darle. Hay que reconocer, no obstante, que la inasistencia puede ser la
consecuencia de que las LLuc.: no están dando la orientación debida a los TTrab.:, pero sería
bueno la concurrencia de los HH.: para explicar cuáles son las falencias y para aunar fuerzas en
corregirlas. Algunos HH.: omisos se escudan tras sus problemas u ocupaciones PProf.: y
personales, que pueden ser muy entendibles o incluso valiosos (hay quienes hacen una verdadera
"Masonería sobre la Tierra", pero el Trab.: masónico no es sólo afuera sino adentro de los
TTemp.:). Si estas situaciones ya existían antes de ingresar a la Mas.: debían haber ayudado a
calibrar la conveniencia de la entrada. Pero ¿por qué no intentar igual venir a las TTen.:? ¡Cuánto
puede hacer el Tall.: por todo ello, tanto para ayudar al H.: atribulado aunque fuere con sólo
escucharlo, como también para asistirlo en su tarea?

En la Mas.: no sólo se aprende y se recibe sino que también se enseña y se da a los demás;
nadie es tan encumbrado o autovalente como para no necesitar nada. ¿Podríamos abandonar a
HH.: que nos necesitan y nos esperan con ansiedad, semana a semana? ¿Por qué restarle brillo a
los TTrab.: con nuestra ausencia?

Asistir regular y constantamente a la Log.: no sólo es un deber moral del Mas.: sino un deber
estatutario establecido en normas de la Mas.: y RReg.: de los TTall.:. Todo M.: está obligado a
asistir con regularidad a los TTrab.: MMas.:, cuya omisión incluso lo hace pasible de falta que lo
expone a perder el carácter de M.: previo juicio masónico o a ser suspendido en sus derechos
(Landmark No. XII y arts. 24 lit. j, 25 lit. f y 26 lit. c, 52 lits. e y h más arts. 140 a 144 de la
Constitución de la Gr.: Log.: de la Mas.: del Uruguay).
QQ.: HH.:: Asistir a la Log.: con frecuencia y continuidad no es sólo un deber moral y
normativo sino también conveniente para nuestra salud o progreso espiritual de los HH.: y de la
Ob.:. La Mas.: ocupa un lugar muy importante para quienes la queremos y ésta nos exige la mayor
dedicación posible, y así la Concurrencia es por lo menos lo mínimo que todos, por igual y sin
distinciones, podemos entregar salvo causas de verdadera fuerza mayor. Una Log.: repleta
adquiere dinamismo, entusiasmo y da sentido a nuesro Trab.:, tan importante como razón de ser y
logro de todo M.:.

RECORDANDO LA FRATERNIDAD Y LA SOLIDARIDAD

Vana pretensión sería una exposición sobre Fraternidad, ese ingrediente de nuestro Tríptico
hermana de la Solidaridad. Todos sabemos, aunque fuere teóricamente, qué significa una y otra,
pero no somos quiénes para instruir sobre Fr.: y Sol.: porque se las siente o no se las siente. Sin
embargo no viene mal recordarlas, sobretodo en esta época en que se encuentran durmiendo
dentro del quiste de materialismo e indiferencia que hoy maneja nuestra Sociedad. Puede que un
grupo social adolezca de falta de Fr.: y Sol.: y así se mantenga, aunque corre peligro de destruirse y
llegar a la anomia, pero podría sobrevivir sin éllas. En la Mas.:, en cambio, la Fr.: y la Sol.: son el
Aire y el Alimento que la nutre, y sin aquéllas perecería en forma rápida. No se conceptualiza una
Ord.: como la nuestra sin Fr.: y Sol.:.
La Ob.: puede moverse en mundos sin Libertad (como se ha visto durante muchos regímenes
totalitarios), o sin Igualdad (se conoció Mas.: en tierras esclavistas, o aún hoy, donde la igualdad
entre los Hombres es más formal que real), pero no puede la Ord.: nuestra soportar un mundo sin
Fr.: y Sol.:, por ello es en estas épocas cuando nuestra Cadena (el Simb.: de la Fr.: y la Sol.:) debe
ser más sólida para combatir al embate externo. En realidad, sin Hombres que vivan Libres y en
Igualdad de condiciones se hace muy difícil el reconocimiento de HH.:, aunque no es imposible.
Pero nuestra Cadena debe vibrar y así, la Fr.: y la Sol.: debe ser una práctica viva. Si los MM.: nos
llamamos "HH.:" no es por distintivo grupal, sino por el reconocimiento de un vínculo más fuerte
que la sangre, que es el del Corazón, y en el cual se cree.

Lo fraterno y solidario comienza por casa; de esta manera únicamente les damos dinámica y
realidad, inicial y modestia pero insoslayable. Demostraremos que podemos conseguir la unión de
la Humanidad cuando primero acreditemos que cultivamos la Fr.: y la Sol.: en nuestras familias y
con nuestros HH.: de modo sólido. Vivir en Fr.: y Sol.: es recibir la alegría y la expresión del corazón
ajeno con autenticidad, tendiendo al otro un puente espiritual de afecto y comprensión. Compartir
el triunfo y la desgracia del H.:. Brindar el respaldo o ser el receptáculo donde el prójimo pueda
desahogar su entusiasmo, su incertidumbre o su llanto. Somos fraternos y solidarios cuando
ofrecemos y nos jugamos todos por ayudar a un H.: necesitado, dando lo que podamos por su
beneficio. Vivir ésto sería bastante. Una Frat.: y Sol.: mal entendidas deben evitarse, porque nos
hace valer una conceptuación a la Mas.: como "rosca" o Asociación para fines inefables.

Habíamos dicho que no íbamos a teorizar sobre la Fr.: y la Sol.:. Lo mejor sería imponernos
un Examen de Conciencia, y preguntémonos por ejemplo:

- Qué es para nosotros la Fr.: y la Sol.:;


- Si esperamos en la Ord.: recibir o dar, y que se desea más;

- Cómo vivimos en nuestra práctica la Fr.: y la Sol.: con nuestras familias y con nuestros HH.:;

- Si nos preocupamos por el H.: o familiar que sufre, que padece enfermedad, problemas
económicos, falta de trabajo, soledad, angustia y desazón espiritual, y si atendemos cómo
podríamos aliviar o ayudarle en su situación;

- Si entramos en la Ord.: con la esperanza de obtener favores, provechos o relaciones, y si


estamos tomando tal por la Sol.: y Fr.: MMas.:;

- Con qué retribuimos a los demás lo que ellos han hecho por nosotros;

- Si recibimos a un H.: M.: y le damos un tratamiento más atento que el de costumbre a


cualquier tercero, o su presencia o su solicitud nos ocupa nuestro querido tiempo;

- Si queremos realmente a los HH.:, o los tomamos como otros socios más o los escogemos
por el interés que nos reportarían;

- Si usamos la Fr.: para cubrir, abusando de la Sol.: y la Paciencia MMas.:, actividades


nuestras de dudosas costumbres, irregularidades o infidelidades a nuestras parejas;

- Qué poco ejemplo damos de Fr.: y Sol.: cuando procuramos "ventajitas" en las comidas o
TTen.:.

¿Qué puntaje obtuvimos en este Test de Fr.: y Sol.:?


QQ.: HH.:: Sin la Fraternidad y la Solidaridad nuestra Orden no tiene sentido. La intensa
sensación que de esos valores se ve en los TTall.: no es una vanagloria sino una realidad que ha
despertado equivocadamente envidia y recelo en los PProf.:, pero para nosotros es el combustible
de nuestro Proyecto Constructivo, y nos da un manto de aliento en el aporte de la unión y la
compañía para poder vivir. Pero a la Fr.: y a la Sol.: también se la conquista y se lucha por
mantenerlas. El mundo Prof.: actual quiere exactamente lo contrario: la competencia, el
sojuzgamiento y la explotación del uno por el otro, el egoísmo y la anestesia moral. Es muy difícil
ya no sólo lograr el Imperio de la Fr.: y la Sol.: en la Humanidad, pero buena cosa sería por lo
menos que fuera una Verdad en los MMas.: y en las familias de los MMas.:. Por supuesto, no
olvidemos ser fraternos y solidarios con nuestros amigos buenos, a quienes también se proyectan
estas líneas. Y puesto que la Fr.: y la sol.: se enseñan sólo con el ejemplo, una vez más callemos y
actuemos al respecto sin hacer ruido de Mallete.

SOBRE EL LAICISMO

Es deber del Aprendiz Masón guardar una actitud adecuada para capacitarse y comprender
todos los secretos del Arte Real con que los MM.: glorifican su Existencia. Nuestros sentidos se
entrenan en el Silencio que permite la Observación y la Reflexión para el Trabajo, pero también se
nos pide su aplicación a la Obra. Evidentemente, se nos deberá disculpar por nuestras
limitaciones, que son múltiples debido a lo poco que conocemos de la Ord.:, a nuestra ignorancia y
escasa experiencia, como también se nos perdonará por la osadía de querer aportar a ustedes en
estas condiciones algunas reflexiones y pensamientos personales sobre un tema que le es tan caro
a los MM.: cual es el del Laicismo. Mucho nos costó abordar esta tarea porque debemos confesar
que para muchos, cuando no se tiene la debida instrucción, y nosotros no somos la excepción
porque siempre estamos conociendo, es muy difícil hablar sobre el Laicismo, por lo que nos
constreñiremos a tomar como base todo lo que hemos aprendido de la enseñanza de otros HH.:
en Log.: (la única forma de captar la Mas.:). Orientados, pues, por la Luz que nos brindan los
TTrab.: que burilaron tan ilustrados HH.:, nos abocaremos a iniciar el nuestro. "¿Qué es el
Laicismo?", nos preguntamos muchos MM.: (no sólo los PProf.:). ¿Es una ideología? ¿Es
únicamente una orientación pedagógica? ¿Es un concepto utópico y arcaico pasado de moda, que
era solamente justificable y comprensible en un determinado contexto histórico pero que hoy no
tiene sentido? Por éllo, la importancia del tema dice por sí misma la necesidad de obtener en su
tratamiento no sólo la mayor claridad expositiva sino también la mayor precisión conceptual. Son
todas estas preguntas, y más preguntas que lamentablemente no recibirán en este Trab.. una
completa respuesta; únicamente escucharán ustedes, QQ.: HH.:, los resultados de una humilde
pero sincera meditación que no pretende enseñar, imponer o demostrar ciencia, y de la cual
somos los responsables, pero que sí desea como fin sembrar la semilla de la inquietud, la reflexión
y la discusión tolerante y fraterna entre los HH.:. Si así lo consiguiéramos, grande sería la alegría
que inundaría nuestro Corazón.

Laicismo. Etimología y concepto.

Como todos sabemos, la palabra "Laicismo" tiene su etimología en la palabra griega "laikós",
que significa "lo popular" o "seglar", y que a su vez deriva de "Laós" ("pueblo"). Dicha palabra se
latinizó en el vocablo "laicus", que a su vez pasó al español como "lego". "Lego" es toda persona
no instruida o iniciada en ciertas Artes, doctrinas o teorías. En la Iglesia Católica se llama "laico" a
toda persona no ordenada sacerdote, monja o monje, es decir, no iniciada en la consagración
religiosa. A partir del siglo III, ya perfilada institucionalmente en el Catolicismo la separación entre
clérigos por un lado, y laicos o seglares por el otro, comienza a distinguirse convencionalmente lo
religioso o clerical de lo profano, laico o seglar en todos los aspectos de la Sociedad Occidental.
Queremos recordar que esta división entre clérigos o laicos es una división que hace el Catolicismo
tomando en cuenta como criterio diferenciador la existencia o no de consagración religiosa. Cabría
preguntarse si no es un error opinar (como suele hacerse) que lo clerical y religioso es dogmático o
fuente de dogmas, y lo laico es libre y antidogmático. El equívoco consistiría al parecer en tomar
como orientador de esta afirmación lo que ocurriría en la Iglesia Católica (aunque incluso la misma
no hace tal tajante distinción), cuando en realidad no se tiene presente que no toda Religión es
dogmática (Hinduísmo, Budismo, Zen, Iglesias cristianas disidentes), ni toda Religión posee clero
(caso del Islam o del Hinduísmo). Todo varía de acuerdo a las diferentes sociedades. Según los
valores sacros o seculares que predominen en una comunidad, o los movimientos de preferencias
de ciertos valores por otros, es que podríamos distinguir bien entre "sociedades sacramentalistas"
y "sociedades laicistas". El Laicismo, por oposición al Sacramentalismo, es un movimiento que
persigue la desacralización de las estructuras y valores sociales, así como la erradicación de las
influencias e instituciones religiosas de la esfera del gobierno temporal para reducirlas al campo
de lo espiritual. Procura en principio así el Laicismo secularizar, o sea volver y mantener en el
"Siglo" ("Seculum", como característico de lo mundano y no sacro), desacralizar, a la Sociedad,
borrar la influencia de elementos religiosos. "Laicidad" denota como vocablo una orientación
valorativa y filosófica, a pesar de que comúnmente (y quiza lo hagamos en este Trab.:), "Laicismo"
y "Laicidad" se usan como sinónimos.

Históricamente el Laicismo aparece como movimiento de Occidente que busca combatir y


eliminar la influencia de la Iglesia Católica Apostólica Romana, en un tiempo opresora y cuyas
ideas, so pena de castigos y penas espirituales o físicos (a través del "brazo seglar") no podían
admitir contradicción a causa de su riguroso dogmatismo. Por éllo intentó el Laicismo combatir, de
la mano con las corrientes que propugnaban la Libertad de Conciencia y de Pensamiento, al
Catolicismo en la persona de sus representantes clericales, catalogado como enemigo y opresor de
la Libertad, para disminuir su poder e ingerencia en la Educación, el Gobierno y por fin, en toda la
Sociedad. Apreciamos entonces que el Laicismo ha luchado por la emancipación intelectual,
educacional y política frente al Dogma.
¿Pero qué es un Dogma? Siguiendo en esto el camino que ya trazara el H.: Alliaume,
podemos decir que "Dogma" es un principio fundamental de una doctrina religiosa o filosófica,
declarado de certeza firme e innegable, y por lo que no admite discusión. Apenas sí podemos
agregar a esa explicación que, en Religión, la innegabilidad e infalibilidad del Dogma obedece,
generalmente, a que se acepta y afirma que es una verdad revelada por Dios o por sus Elegidos, y
en otros casos, como ocurre en la Religión Católica, con los dictados que efectúan "ex cathedra"
los Papas, por tener carácter de Vicarios de Dios, lo cual fue consagrado como Dogma de Fe
católico en el Concilio Vaticano I, reunido en 1869 bajo el papado de Pio IX. También se suele usar
la palabra "Dogma" en el sentido de "imposición", aunque es un significado impropio.

Creemos que hoy día, y tomando en cuenta la existencia y gravitación de las ideologías
políticas, podríamos ampliar el concepto del Laicismo, principalmente atendiendo a la neutralidad
política del Estado en cuanto a la Educación y uniéndolo a la libertad de creencias políticas.
Aunque a veces opinamos, dado que los valores sociales religiosos se han sustituido por valores
políticos, que pensar en un "Laicismo político" es algo utópico, máxime cuando actualmente
parecería que todo es político, o por lo menos, todo toca el terreno de lo político. Pero como esta
particularidad limitativa del libre examen, que consiste en aceptar la certeza e innegabilidad de
una idea con carácter absoluto y "a priori" del dictado de la Razón, no es propia sólo de las
Religiones sino que existen también doctrinas filosóficas, políticas, económicas, jurídicas y sociales
que pretenden fundarse en principios indiscutibles y que aceptan y afirman verdades
inconmovibles, el concepto de Dogma se amplía y hoy comprende también, además de lo
religioso, a lo filosófico, político, económico, lo jurídico y lo social, o sea en definitiva, a todo
sistema especulativo que se asiente en un principio o principios indiscutibles cuya aceptación
necesaria pretenda ser impuesta para la construcción y mantenimiento del sistema o de la
doctrina que lo enuncia o acepta. De lo expuesto surge que la extensión del concepto de Dogma y
que la idea de que ha trascendido lo religioso para reconocerse su existencia en otros campos o en
otras disciplinas, lleva de la mano a la extensión del radio de acción de la prédica laicista,
abarcando la defensa de la independencia y libertad del Hombre contra toda influencia e
imposición dogmática en cualquier orden de ideas y cualquiera sea la disciplina de que se trate.

Es evidente, entonces, la relación existente entre el Laicismo y la Libertad de Pensamiento


porque ésta se puede ver afectada y cercenada por una serie de factores a los que se refería el
Resp.: H.: Ariel Estable en su Conferencia sobre "Libertad de Pensamiento", entre los cuales se
encuentran los Dogmas, de cualquier clase que sean, y nos previene que "la liberación de los
Dogmas religiosos no debe llevarnos a cambiar de prisión sustituyendo un Dogma por otro,
cayendo en Dogmas racionales como pueden serlos los políticos o filosóficos" (pensemos con
sinceridad cuántos de nosotros somos "dogmáticos al revés"), destacando asimismo este H.: el
importantísimo papel que tiene en la formación del pensamiento independiente la Laicidad, en
tanto que liberándole de preconceptos, evitando que se limite su iniciativa y sus facultades de
libre determinación, y procurando que su conciencia no sea aprisionada y mantenida en la
esclavitud de la Ignorancia por los Dogmas impuestos por su propia Familia, inculcados por la
Enseñanza, la Religión, la superstición o hasta por la propia Sociedad organizada en el Estado. El
Laicismo es entonces la garantía fundamental de la Libertad de Pensamiento. El Dogma que
encasilla, anquilosa y aprisiona la conciencia, se autocalifica como inmutable e inconcuso, por
tanto se opone a toda idea de progreso y de destrucción de perjuicios, constituyéndose en un
"factor paralizante y masificador", al decir de Ingenieros, según nos recordaba el H.: Estable.
Debemos destacar, además, que el Laicismo intenta liberar al individuo no sólo del Dogma sino
también de cualquier otro tipo de imposición ideológica, ya que la imposición ideológica aspira a
reinar fundada en la coacción irracional y no en la libre aceptación.

Ingenieros nos enseña que "quien dice dogma, pretende invariabilidad, imperfectibilidad,
imposibilidad, imposibilidad de crítica y reflexión". Y de nada tampoco sirve, nada se adelanta, si
en lugar de apoyar las verdades pretendidamente inmutables en la revelación de una divinidad, en
la autoridad o en el dictado de ciertos principios, los afirmamos en nombre de la Razón
considerada perfecta o infalible. De ahí que el Dogma no puede atenazar el Espíritu Libre del
Hombre laicista. El Laicismo es consciente de que no existen verdades absolutas, habiendo tantas
verdades como personas, y que la posible Verdad única sólo es el producto de una búsqueda
conjunta y de una discusión constructiva. Las verdades inmutables se sustituyen con el Laicismo
por las hipótesis fundadas en la experiencia moral, que a su vez pueden también modificarse por
otras que consideremos mejores, pero también perfectibles. Y sólo así transitamos por la vía
ascendente y escarpada del progreso hacia la inalcanzable Luz de la Perfección.

Podríamos también definir al Laicismo como "una doctrina filosófica del respeto y la
tolerancia". Por tanto no basta reconocer el derecho del Hombre a independizarse de los Dogmas
e imposiciones de toda clase, sino que el Laicismo procurará garantizar el ejercicio libre del
pensamiento en todos los órdenes de la Vida, y de ahí que es muy importante proporcionarle a la
persona un ambiente de neutralidad que lo libre de la influencia de todo tipo de imposiciones que
restrinjan su acceso a la investigación de la Verdad y a una objetiva información, pero que también
cuide que dicho individuo no pretenda imponer sus conclusiones a quienes no están dispuestos a
aceptarlas si no es por el camino de la Razón. Sabiendo que toda verdad es relativa, el Laicista
debe abstenerse de imponer, y tendrá que limitarse a exponer y entregar a la reflexión sus propias
ideas por métodos pacíficos, como también a transmitir toda la verdad cuando por su posición o
actividad debe brindar información de toda clase a otras personas. Por otra parte, nunca hay que
olvidar que los pensamientos de los demás podrían ser más correctos que los nuestros, por lo que
se necesita guardar hacia aquéllos una amplia consideración. Observar una conducta parcializante
de la Verdad, intolerante e incluso cercenadora de la libertad de expresión de ideologías religiosas
o de cualquier otra índole, es demostrar miope Jacobinismo, pero no Laicismo.

El Laicismo, librando al Hombre de las cadenas de la imposición dogmática y permitiéndole


explorar por su cuenta el Universo, creando su propia Verdad en un clima de comprensión y
tolerancia así como creyendo en ella con sincera convicción, forma en él alas que lo estimulan a
pensar, ya que lo hacen consciente de que tendrá que hallar él mismo los fundamentos de su
propio sistema de ideas, lo que siempre exigirá más esfuerzo y trabajo, en una investigación
constante que día a día progresará y no deberá cesar, evidentemente menos cómoda que el
facilismo de la verdad segura y prefabricada que ofrecen la imposición y el Dogma. Así, como
dijera Jean Jaurès, librepensador francés de fines de siglo pasado y comienzos del actual: "la
neutralidad sería una prima para la pereza de la inteligencia...", y agrega: "ser laico es no consentir
el cometimiento de la razón al dogma inmutable, ni la abdicación del espíritu humano ante lo
incomprensible". Al afirmar la absoluta Libertad del Hombre desde el punto de vista moral e
ideológico, lo que significa dignificarlo, es necesario pues asegurarle su Libertad, y ello supone un
régimen de Igualdad absoluta, que en suma importa aceptar que todo el conjunto de individuos
reunidos en una Nación forman un cuerpo soberano, de ahí la estrecha vinculación del Laicismo
con el Liberalismo como su expresión política, y con la Democracia como sistema de organización
de la Sociedad Libre unida a una concepción de la Vida. Es asimismo frecuente encontrar
postulados laicos en diversas corrientes filosóficas. Sin perjuicio de ello, puede afirmarse que la
base filosófica del Laicismo se encuentra en el Racionalismo, en tanto éste defiende a la Razón
como pilar fundamental del Conocimiento y al Libre Examen como corolario natural de la Libertad
del Hombre.
En cuanto a la cuestión religiosa, el Laicismo se ha mostrado radicalmente anticlerical, viendo
al Clero como depositario de la imposición y el Dogma, sin que se haya pronunciado
unánimemente sobre el problema de Dios. En verdad, el Laicismo combatió siempre contra la
Religión como institución, pero no existe un ataque frontal contra la propia divinidad del Ser
Supremo.

Hoy día el Laicismo no posee un contenido meramente combativo (anticlerical,


antidogmático), incluso en instancias donde no sólo se lucha contra el dogmatismo religioso sino
también contra el dogmatismo político. Basado en el Respeto y la Tolerancia, el Laicismo no podría
ser un movimiento opositor o contestatario, sino que más se preocupa por difundir un estilo de
vida. Es colocar una "a" en lugar de una "anti"; es decir "adogmatismo" en lugar de
"antidogmatismo" y "asectoralismo" en lugar de "antisectorialismo". El Laicismo bien practicado
observa una conducta positiva y progresista, respetuosa. Quizá no exista más concisas pero
hermosas y claras palabras que las del H.: Néstor Píriz, y que transcribiremos a continuación, para
ilustrar la tolerancia del Laicismo como condición indispensable para garantizar la libra exploración
de la Verdad: "...no le preocupa la existencia de dogmas, pero no reconoce derecho a dogmatizar;
no le interesa que existan sectas, pero no reconoce derecho a sectarizar.", "...Dicen las sociedades
sectarias: En la unidad absoluta de credo y en la disciplina del pensamiento reside la grandeza de
la nación.- Dice la LAICIDAD: El perfeccionamiento humano nunca es definitivo; el ideal consiste en
la diversidad de opiniones y en la tolerancia de la oposición.- Dicen las sociedades sectarias: Tu
piensas como yo, eres mi hermano; tú no piensas como yo, eres mi enemigo.- Dice la LAICIDAD: Tú
piensas como yo, eres mi hermano; tú no piensas como yo, doblemente eres mi hermano: juntos,
en la diversidad de opiniones buscaremos la Verdad y perfeccionaremos la vida...". En estas
palabras del Q.: H.: Píriz advertimos cuán unidos se encuentran estos hermanos cuyos nombre son
Dogmatismo, Imposición, Sectarismo y Fanatismo. Sin embargo, no tenemos derecho a obligar al
sectario o dogmático a que abjure de sus convicciones sectarias o fanáticas. Podremos inducirlo,
orientarlo, mas nunca criticarlo o perseguirlo, sabiendo siempre de nuestro limitado derecho, ya
que tampoco nosotros tenemos la razón absoluta. Sepamos sí combatir a dichos cuatro enemigos
mediante la práctica militante como a través del ejercicio ejemplarizante del Respeto y de la
Libertad; sepamos descubrir ese Misterio que en el perfeccionamiento y gracias al Laicismo nos
proporciona la Armonía de la Unidad en la Diversidad.
El H.: Píriz definía al Laicismo (o como prefería él, a la Laicidad) como "...un estilo de vida,
basado en el respeto y en la tolerancia...", "...un método de relación humana, intercomprensión
social y comunicación de las ideas, fundamentado en la doncuta adogmática y asectaria de cada
hombre". Para Víctor Hugo "...es el orden viviente que es el progreso, el orden tal como resulta del
crecimiento normal, pacífico, natural del pueblo, el orden que se produce, a su vez, en los hechos
y en las ideas por la plena irradiación de la inteligencia racional".

No podríamos dejar de mencionar que, sin temor a equivocarnos, podríamos también


caracterizar al Laicismo o Laicidad como un verdadero Derecho del Hombre; como decía el H.:
Píriz, sería un derecho a no ser esclavizados por Dogmas enemigos del progreso y de la Libertad, a
ser respetados en la libre formación de la personalidad y del pensamiento; un derecho a ser
respetados en nuestras ideas pero a la vez un deber de respetar en la misma forma a los demás.
Todo ordenamiento democrático debería encarnarse como defensor de este importantísimo
derecho, que estaría consagrado en el Uruguay a través de los arts. 72 y 332 de nuestra
Constitución, porque sin duda el derecho a la Laicidad es inherente a la personalidad humana y se
deriva de nuestra forma republicana de gobierno.

Es necesario a esta altura estudiar la posible diferencia entre "Laicismo" y "Laicidad".


Habíamos dicho anteriormente que el Laicismo era un movimiento, mientras que la Laicidad era
una orientación valorativo-filosófica. Otros caracterizan a la Laicidad como una doctrina mientras
que el Laicismo sería la puesta en práctica de esa doctrina. No creemos de utilidad ahondar en
esta cuestión.

Luego de haber examinado al Laicismo o Laicidad como un movimiento de desacralización


de las estructuras y valores sociales, como sistema que intenta emancipar al individuo de las
influencias dogmáticas e imposiciones, como filosofía del respeto y la tolerancia garante de la
Libertad del Pensamiento y como movimiento progresista, digamos por fin que el Laicismo o la
Laicidad consagra la total autodeterminación del Hombre, basado en la Libertad de Pensamiento,
de acuerdo a los dictados de la Razón y del leal saber y entender de cada uno, con prescindencia
de toda influencia dogmática no sólo religiosa, sino filosófica, política y social, o de cualquier otro
tipo de constricción. Habiendo ya trascendido su carácter de método educacional, de anticlerical y
de histórico, hoy día el Laicismo se ha transformado en una forma de ser y de vivir, en una filosofía
"per seipsa" y en un principio orientador del pensamiento humano; por lo menos así lo sentimos
los MMas.:. No es pues de extrañar por qué la Ob.:, consustanciada con estos ideales, ha luchado
tanto por su promoción, porque sin duda la filosofía laicista y la filosofía másonica son muy afines
entre sí. Laicismo y Masonería aparecen muy unidos en la acción y esto no podría ser de otra
manera.

Por tanto podríamos sintetizar tres sentidos del término "Laicismo" o "Laicidad": 1) Como
equivalente a "neutralidad ideológica"; 2) Como filosofía de respeto a las ideas de los demás; 3)
Como modelo de vida en el que no se admite ningún tipo de Dogma (H.: A. Viera Machado).

Antecedentes históricos.

Dentro de la Iglesia Católica la división entre "clérigos" y "seglares" o "laicos" ya aparece en


los primeros tiempos del Cristianismo, según lo confirman ciertos pasajes bíblicos (v.g. Act. 6:1-6;
13:1-2, etc.). Dicha diferenciación fue reconocida también por los propios perseguidores del
Crisitianismo como los Emperadores Valeriano y Diocleciano, que aplican sanciones más graves a
los clérigos que a los laicos. Para caracterizar al "laicado". en la Iglesia Católica existe dos criterios
diversos: 1) Por un lado, uno de tipo monástico, dominante entre el fin de la Edad Antigua y
mediados de la Edad Media, que centra la distinción en el "estilo de vida"; se trata de un criterio
predominantemente moral: clérigos y monjes se dedican en especial al servicio divino, mientras
que los laicos viven dedicados a las cosas terrenas, criterio que culminará hacia la época de la
reforma de Gregorio VII (siglos XI y XII) que determinó un acentuamiento de la espiritualidad,
reflejada en la exigencia a los clérigos de observar hábitos de vida casi monacales; 2) El segundo
criterio, de índole canónica, basa la distinción con respecto al concepto de "officium", de la
función o potestad que se desempeña. Así serán clérigos (prelados o monjes) quienes por la
Ordenación poseen las "potestates ordinis et jurisdictionis" en la Iglesia, y laicos (determinados
monjes, o civiles no consagrados) quienes carecen de ordenación y, por tanto, de "officium" y
"potestas". Este criterio se consolidará a partir del siglo XIII, cuando la vieja cultura simbólica,
sintética y moral de la Patrística deja su lugar a a una nueva dialéctica que influirá en la
estructuración eclesiástica.

Si bien el Can. 588 del actual Código de Derecho Canónico (1983) establece que el estado de
vida consagrada (monástico) no es ni clerical ni laical (una suerte de "tertium genus" dentro del
pueblo católico), un criterio amplio permite conceptuar al laico como todo cristiano no clérigo ni
religioso (monje con o sin "officium" o "potestas"), criterio que en realidad consagra la distinción
entre lo sacro y lo profano, tomando en cuenta a la persona dentre de su lugar en la Iglesia.

El triunfo de la Iglesia sobre el sistema del Imperio Romano, que trajo su solidificación como
institución espiritual pero que se tradujo en poder temporal, preocupó ya desde los comienzos de
la Edad Media a gobernantes civiles y pensadores para disminuir la ingerencia que tomaba el
Catolicismo y el Papado en todos los órdenes de la vida. Este hecho era de por sí una amenaza
para los titulares del poder político temporal, que necesitaban consolidar su autoridad. Una de las
primeras soluciones ensayadas para menguar el poderío de los eclesiásticos fue intentar juntar en
la cabeza del Emperador la supremacía de la autoridad civil y eclesiástica (doctrina del
Cesaropapismo, practicada sin mucho éxito por Justiniano). Durante el transcurso de la Edad
Media el poder papal es cada vez mayor, lo que le lleva a pretender el hegemonismo temporal y
religioso, y que motivó a algunos aislados pensadores ( a pesar de las censuras) a sostener que ya
no existía una "Iglesia de Pedro" (espiritual) sino una "Iglesia de Constantino" (comprometida con
la sed de poder político). Entre las ideas más importantes de este período, y que podríamos
considerar lejanas precursoras del Laicismo, estarían las de la obra atribuida a Dante Alighieri "De
Monarchia", donde esboza esta tesis original: los poderes espiritual y temporal, encarnados
respectivamente en el Papa y en el Emperador, deben estar separados porque nada tienen que ver
entre sí, si bien los dos derivan su autoridad de Dios, pero cada uno tiene un ámbito de ejercicio
diferente, y no deben nunca mezclarse.
Es en el Renacimiento, con el impulso incontenible de la Reforma que cuestiona críticamente
y lesiona el muro de las posturas dogmáticas del Catolicismo, que comienza a perfilarse el
Racionalismo. La Reforma fue la aplicación de la crítica racionalista, inspirada en el libre examen y
estudio de la Biblia, dentro del campo estrictamente religioso, y aunque no atacaba a la Fe, puso
en movimiento el principio de la Libertad, que llegaría finalmente a cuestionar a la institución
católica, alcanzando a manifestarse también en el campo profano y llegando a su eclosión en el
movimiento racionalista que surge ya en el siglo XVII pero será patente en el siglo XVIII, y cuyas
manifestaciones extremas estarán constituidas por las posiciones agnósticas y ateas, que se
apartan totalmente de la tradición cristiana y religiosa. La crítica racionalista de la Teología
dogmática llega a su punto culminante con los Enciclopedistas y Voltaire, quienes infringieron un
ataque ideológico demoledor al Cristianismo tergiversado y al Clero, particularmente a los
Jesuitas. Ya triunfante la Revolución Francesa, serán interesantes los esfuerzos hechos para laicizar
a lo espiritual, que tuvo uno de sus puntos de partida en la llamada "Constitución Civil del Clero".

La palabra "Laicismo", en su acepción moderna, se debe a Condorcet quien hacia 1792, en la


Comisión de Instrucción Pública y en plena Revolución Francesa, comienza a perfilar las líneas de
una nueva filosofía de la Educación. Un repaso de la Historia nos muestra que en los países
anglosajones el problema del Laicismo careció de entidad, e incluso en los Estados Unidos el
proceso de separación entre la Iglesia y el Estado y el proceso de laicización fue muy pacífico. El
art. VI,2 y la Enmienda I de la Constitución norteamericana de 1787, enmendada por primera vez
en 1791, estableció que en los EE.UU. a nadie se le exigiría una declaración de fe para obtener
cargos públicos, y que el Congreso no podría promulgar leyes relativas a la institución de una
Religión o a la prohibición de su libre ejercicio, solución que recibió la aprobación y beneplácito de
muchos clérigos estadounidenses, incluso católicos. En los EE.UU. se acostumbra invocar a Dios
oficialmente (véase incluso la leyenda "In God we trust" de cualquier dólar), pero el Estado no
aparece vinculado a institución religiosa alguna. En Inglaterra, el Estado no aparece vinculado a
institución religiosa alguna. En Inglaterra, el Estado posee una Iglesia oficial (la Anglicana) pero la
libertad religiosa es muy amplia y el inglés, de hábitos tradicionalistas, no siente molestias por
dicha situación, por lo menos a partir de 1929, donde ya no se exigiría la condición de no ser
católico para acceder a los puestos públicos.
En los países donde la Iglesia Católica tuvo gran influencia social y aparecía muy relacionada
con el Estado como verdadero factor de poder, particularmente en los países latinos (Francia,
España, Italia, América Latina), el proceso hacia la laicización fue muy debatido, luchándose en
forma muy hostil (y a veces violenta) contra la Iglesia Católica y sus privilegios. Francia, donde el
Racionalismo se manifestó como corriente filosófica integrante del Espiritualismo metafísico pero
fue más tarde superado por el Materialismo y el Positivismo formando las bases de lo que sería el
Liberalismo político, fue uno de los primeros y principales escenarios de esta lucha, reavivada en
diversas oportunidades, principalmente durante la III República, que llegó a límites rayanos con la
intolerancia por parte de los anticatólicos y dio lugar a la expulsión de órdenes religiosas, cierres
de monasterios y seminarios, como a restricciones a la libertad de profesión de fe católica,
proceso que se detiene entre la segunda y tercera décadas del siglo XX, cuando con el Papa
Benedicto XV se cambia de actitud y la Iglesia, que había demostrado gran patriotismo en la I
Guerra Mundial, y con medidas hábiles como la canonización de Juana de Arco (1920), retoma sus
buenas relaciones con el Estado francés. En Italia, el Laicismo está muy asociado a la lucha por la
unificación política italiana y contra la Iglesia (que por otra parte se oponía a la unificación). En
España y Portugal la pugna laicista está vinculada, como en Francia e Italia, a la prédica liberal
contra la monarquía absoluta y los privilegios eclesiásticos, y como preparador de la separación
entre la Iglesia y el Estado. América Latina, que recibirá las influencias de estos conflictos
europeos, iniciará por mediados del siglo XIX un proceso de emancipación del predominio de la
Iglesia Católica, con resultados diversos según los países.

Como puede verse, el Laicismo nace y crece hermanado con la oposición y el odio hacia la
Iglesia Católica Apostólica Romana, la prédica anticlerical y antidogmática de los sectores liberales
y la "desreligionización" (si se nos permite este neologismo) de las estructuras culturales y
educativas de las sociedades donde la Iglesia Católica tenía un papel protagónico. Felix Pecaut,
uno de los primeros fundamentadores teóricos del Laicismo, sólo lo concibe como
antidogmatismo religioso. Aristides Briand decía que un Estado Laico "no es religioso, no tiene
derecho a ser religioso, es irreligioso". Pero sobre todo, se acostumbra vincular la palabra
"Laicismo" al campo de la Enseñanza, unido a la Libertad de Educación y neutralidad religiosa en
materia pedagógica, lo que no aceptaba la Iglesia Romana en el siglo XIX (por supuesto en los
lugares donde tenía mucha influencia). El Catolicismo, que recibía las fuertes andanadas de las
ideas laicistas y anticlericales (hasta hace unos años eran prácticamente lo mismo), respondió con
toda una batería de Bulas, Encíclicas y Anatemas.
La Encíclica "Nobbilissima" de León XIII califica a la enseñanza laicista como falsa, malsana y
perversa. En "Humanum Genus" (contra la Masonería) León XIII asocia a la prédica laicista con la
actividad de los Masones y califica a la enseñanza laica como carente de firmeza y fomentadora
del soplo de las pasiones. Este Papa no vaciló en denunciar en el Laicismo la causa de la
desintegración social, la impiedad, la proliferación de ideas disolventes y el aumento de los
crímenes ("Humanum Genus" y "Quod Multum"). En "Octobri Mense" condena en nombre de los
católicos explícitamente al Laicismo como destructor y subversivo pervertidor de las mentes
infantiles. Poteriormente, Pío X (Encs. "Vehementer Nos" y "Une fois encore") condena todos los
procesos de laicización como escalones preparadores del remate final: la separación entre el
Estado y la Iglesia Católica. En "Editae Saepe" Pío X critica al Laicismo (refiriéndose a la escuela
"neutra" o "laica") como disimulado centro de oscuro sectarismo, formador de espíritus libertinos,
en cuyas aulas sólo se oyen palabras de impiedad. Su sucesor Pío XI agrega una denuncia más
contra el Laicismo: lo acusa como fomentador de odios entre las naciones y lo responsabiliza de
haber preparado el terreno que las llevó a la I Guerra Mundial ("Ubi Arcano"), y reafirma la
condena del Laicismo antirreligioso ("Maximam Gravissimamque") como "peste de nuestros
tiempos", germen de discordia e intemperancia, igualador de la "Iglesia de Cristo con las otras
religiones falsas", y privador a la Iglesia de su derecho "derivado del derecho de Cristo, de enseñar
a las gentes, esto es de dar leyes, y de gobernar a los pueblos" ("Quas primas"). "Divini Illius
Magistri" reitera la condena a la enseñanza laica como esclavizadora del niño a su ciego orgullo y a
sus desordenadas pasiones. El proceso de separación entre la Iglesia y el Estado y la secularización
de la sociedad son anatemizados por Pío XI en "Caritate Christi Compulsi" y "Dilectissima Nobis":
"La separación... no es más que una funesta consecuencia del Laicismo, o sea de la apostasía de la
sociedad moderna que pretende separarse de Dios y por lo tanto de la Iglesia". La doctrina de la
Separación ya era condenada por Pío IX en "Quanta Cura" y el "Syllabus".

Pío XII es de los últimos Pontífices que condenan al Laicismo como socavador del espíritu
cristiano y sistema de educación nocivo para el intelecto y la moral ( v. "Summi Pontificatus" y
"Sertum Laetitiae"). En los últimos tiempos se observa una conducta diferente y más abierta, y
Pablo VI, comentando un pasaje del Concilio Vaticano II conocido como Constitución "Lumen
Gentium", afirma que "la legítima y sana laicidad del Estado es uno de los principios de la doctrina
católica" (aunque "Lumen Gentium" en realidad condena al Laicismo antirreligioso). Los católicos
han llegado a reconocer que la separación de su Iglesia con el Estado les ha reportado incluso más
beneficios, y actualmente en países como Argentina, los prelados católicos participantes en la
Comisión que designó el Presidente Raúl Alfonsín para estudiar la Reforma de la Constitución
argentina, no se oponen a la separación con el Estado. La Iglesia Católica, por supuesto, se sigue
oponiendo a la prédica antirreligiosa y anticlerical, pero no se opone cuando se mueve ella misma
en un ambiente de libertad de creencias, e incluso es hoy día una reivindicadora principal de la
Libertad de Enseñanza. Sin embargo, sus corrientes reaccionarias siguen viendo al Laicismo un
sinónimo de Ateísmo, irreligión e indiferencia religiosa; "Ignorancia religiosa prepotente y
obligatoria", lo califica Mons. Miguel Balaguer, obispo uruguayo. Pero digamos en resumen que en
la actualidad la Iglesia Católica no cuestiona al Laicismo cuando respeta la Libertad de
Pensamiento de todas las clases, mas se opone al llamado "Laicismo tutorial", es decir a aquella
corriente que aspira a laicizar e imponer el Laicismo al individuo. La imposición del Laicismo en la
Enseñanza es mirado desde las filas del Catolicismo como un ataque a la Libertad de Enseñanza,
como una limitación.

En el Uruguay el Laicismo aparece unido principalmente a lo educacional y de la mano del


espiritualismo ecléctico racionalista existente a mediados del siglo XIX, que va cediendo lugar a las
corrientes positivistas, y se continúa con la reacción espiritualista de la última década del siglo XIX,
movimientos de neto cuño liberal, impregnadas de anticlericalismo. En 1858 el gobierno de
Bernardo Berro seculariza los Cementerios, punto de partida de una proceso que fue "in
crescendo". En 1873 Agustín de Vedia presenta un Proyecto de Ley para implantar la enseñanza
laica. Tradicionalmente se ha dicho que 1877 marcó, con el Decreto-Ley de Educación Común
(24.8.1877), el comienzo de la enseñanza laica en nuestro país, pero esto representaría un error.
Es cierto que Varela era partidario de la enseñanza no dogmática e irreligiosa, pero dichas ideas,
que vertió en su Proyecto al incluir un Curso sobre principios generales de Moral y Religión Natural
y agregando que cada Comisión de Distrito podía establecer la enseñanza de la religión católica o
del catecismo católico fuera del horario de clase y a condición de no exigir la asistencia obligatoria
a la misma, fueron rechazadas por la Comisión que estudió el proyecto debido a la influencia del
clericalismo, tesitura que mantuvo Lorenzo Latorre. El art. 18 del Decreto-Ley "vareliano" disponía
que la enseñanza de la religión católica sería obligatoria en las escuelas del Estado, pero se
exceptuaba a los alumnos de otras creencias y a los hijos de los padres que se opusieran
expresamente a dicha instrucción. Pero la Iglesia, que no perdonaba a Varela que incluyera en su
Proyecto la enseñanza obligatoria de la Moral y de los principios de la Religión Natural, y que
suprimiera la enseñanza obligatoria de la religión católica, no obstante haber logrado imponer la
enseñanza del catecismo católico, si bien con la salvedad anotada, continuó luchando para que se
suprimiera de los Programas las materias que transformaban al niño de mero repetidor mecánico
de frases prehechas de la antigua escuela, en el razonador y observador de la Escuela Reformada.
Así consiguen los clericalistas que se apruebe en la Cámara de Diputados a mediados de 1879 un
Proyecto contra la Reforma, suprimiendo las materias que la Iglesia conceptuaba como
"peligrosas". La Prensa católica recibía la sanción por Diputados de ese Proyecto con estas
palabras: "La organización nueva nos va a librar del señor Varela que junto con ser un mal
ciudadano es, al mismo tiempo, el peor de nuestros adversarios". Pero Varela poseía ideas que
trascendían los compromisos sectaristas; respondiendo desde la Presidencia de la Sociedad de
Amigos de la Educación Popular a una Pastoral de Jacinto Vera, afirmó que su objeto era
puramente educacional; "como no sirve a determinada idea política, no sirve tampoco a
determinada idea religiosa". En toda la obra de Varela existe una clara compenetración del
Racionalismo metafísico que se entronizó en el Uruguay por la influencia del pensamiento de
Francisco Bilbao y que se proyecta en el campo filosófico con la posición liberal hacia las religiones
positivas o reveladas. Pero tendrá que esperarse hasta 1909, en que por Ley se aprobará un
Proyecto de Genaro Gilbert para asistir a la abolición de la enseñanza religiosa en las Escuelas
Públicas.

Sucesivas normas legales harán avanzar el proceso de laicización. Por D.L. No. 1470 del
11.2.1879 se secularizó al Registro Civil. El 14 de julio de 1885 se aprueba la "Ley de Conventos" y
el 18 de mayo de ese año, la Ley de Matrimonio Civil obligatorio. Ese mismo año se sanciona la
primera Ley Orgánica de la Universidad (que abarcaba también a la Enseñanza Secundaria) que
postulará los principios laicistas en la Educación: La Ley de Divorcio (28.10.1907) supondrá un duro
golpe para los católicos. El 9.9.1913, por Ley se suprimen los crucifijos y las Hermanas de Caridad
en los Hospitales públicos. En 1917, por aprobación de una Reforma constitucional, se declara la
separación entre la Iglesia y el Estado y se eliminan los juramentos por los Santos Evangelios. En
1919 se suprime los feriados religiosos, sustituyéndoselos por equivalentes pero con nombres
laicos. La Ley de Educación de 1933, la Ley No. 14.101 y la actual 15.739, mantienen los postulados
laicistas en la Educación Primaria, Secundaria y Técnico Profesional, y la actual Ley Orgánica de la
Universidad (1958) posee igual tesitura.

No podemos olvidarnos de la influencia que en este proceso de laicización de la sociedad


uruguaya tuvo la Masonería, sea en los campos privado y público como a nivel de Gobierno.
Mucho antes de 1877 allá sostuvo, bajo el patrocinio de Sociedades Filantrópicas paramasónicas, a
las llamadas "Escuelas Filantrópicas" que funcionaron en Salto (que todavía funciona bajo el
nombre "Escuela Hiram" y que en su momento fue dirigida por el H.: Leandro Gómez), en
Montevideo entre las décadas del cincuenta y sesenta del siglo XIX, y en Tacuarembó a fines del
siglo pasado, creadas como contribución alternativa a una cultura libre y popular, de asistencia
gratuita, y aunque en casos como la de Montevideo se enseñaba el Catolicismo, éste no era
impuesto a los alumnos, y se educaba en la últimas enseñanzas de la ciencia de la época y se
ponían en práctica nuevos y revolucionarios métodos pedagógicos. Las calificaciones de sus
educandos y su rendimiento eran muy buenos, como lo prueba a título de ejemplo los resultados
de una Mesa Examinadora de la Escuela Filantrópica que sostuvo la Log.: "Esperanza y Unión" de
Tacuarembó, y de los cuales el periódico público masónico "La Idea Liberal" (año II No. 16, Mont.
1893) dio cuenta: ¡223 B, 114 MB y 178 S, sin ninguna reprobación, todos examinados por un
Tribunal imparcial calificador y constituido por destacados docentes de la época! También es
bueno recordar a la Sociedad de Amigos de la Educación Popular, creada por Varela y otros
jóvenes pujantes, algunos de ellos HH.:, que pese a que todavía existe tendría una alarmante
inacción y esclerosamiento, sosteniendo Escuelas privadas que nada tienen que ver con el espíritu
valeriano.

Los MMas.: también contribuyeron a fundar en el Ateneo, en pleno Militarismo, una


Universidad Libre, de enseñanza gratuita con cursos de Preparatorios y Facultad de Derecho, de
inspiración liberal. Debemos destacar el papel fundamental de la Masonería, pues nuestros
antepasados eran muy activos en los ambientes donde se movían y a ellos debemos gran parte de
las conquistas que hoy corremos peligro de perder. En esta serie de esfuerzos no olvidemos el
Proyecto de Ley masónico presentado por el Pod.: H.: Aníbal Carini, aprobado por el Ser.: Gr.: O.:
del Uruguay el 14.4.1891, en cuyo art. 2o. se establece el compromiso de "Activar trabajos de
propaganda incesante para que las familias prefieran para la educación de sus hijos las escuelas
laicas y liberales". Por todas partes surgirán Clubes Liberales que propagarían las ideas laicistas, y
el 18 de julio de 1893 se reúne el Primer Congreso Liberal, difundido por el periódico masónico "El
Intransigente" No. 1 del 21.6.1894, donde se insiste en excluir la enseñanza de las religiones
positivas de las escuelas y en separar al Estado de la Iglesia. En 1949, y cuando se evidenciaba un
claro retroceso de la Laicidad, se funda la paramasónica Alianza para la Educación Laica (A.P.E.L.),
que ha trabajado y continúa hoy trabajando incansablemente en estos momentos donde el
Laicismo como concepto y práctica se encuentra en crisis y aún cuando muchos pretenden dejarlo
de lado porque les incomoda o les parece anacrónico. Todos los MMas.: deberíamos ayudar a esta
institución paramasónica. Tampoco olvidemos todas las tareas realizadas en estos tiempos por la
Ord.: para fortalecer el espíritu laicista, en especial los últimos Encuentros de Educadores Laicos.
Recordemos los aportes de la Conferencia Masónica Interamericana, especialmente la realizada
por primera vez en Montevideo del 14 al 20 de abril de 1947, como la III y V, donde el tema
"Laicismo" ocupó un lugar importante en las deliberaciones.
Laicismo y Religión

Es común escuchar la opinión de que el Laicismo propugna la antirreligión absoluta, pero


quienes piensan así están a nuestro parecer muy alejados de la verdad. El Laicismo, a diferencia de
lo que creen sus detractores, no es un movimiento antirreligioso porque éste no es indiferente al
problema religioso. En cuanto la Religión procure tanto la superación y la Liberación Interior del
Hombre, como manifieste la creencia en un Principio o Ser Superior que rige su Vida, y coincida
con los fines de nuestro Tríptico, el Laicismo le dispensa su tolerancia y le permite que siembre el
Amor en su territorio. Pero cuando una Religión busque la dominación del individuo a través del
servilismo, el dogmatismo irracional e incondicional, predique o tolere la desigualdad y el odio
fanático entre Hombres, clases o razas, someta a las personas al sacrificio de prestaciones en
bienes o en dinero, diezmos o cualquier otro tipo de dádivas forzosas, el Laicismo (pero también la
Mas.:) será implacable y usará todas sus fuerzas para combatirla y erradicarla mediante la prédica
viva de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad. Recordando a las Constituciones de Anderson, el
laicista (y el laicista M.:) no puede ser "ni un estúpido ateo ni un libertino irreligioso". No se tome a
mal ésto; para calmar a muchos HH.: que suponemos pueden sentirse molestos con estas
opiniones, aclaremos qué entiende el laicista por "Religión". Es evidente que si creemos la palabra
"Religión" en sentido de "institución de creencias religiosas dogmáticas y positivas", el Laicismo
nada tendrá que ver con instituciones de esa índole. Pero si entendemos como "Religión" a "una
forma de ser y vivir sustentada por una sólida normativa moral", "un libre compromiso de
superación personal que también obliga a los Hombres iguales a unirse por la elevación y la
fraternidad de la Humanidad, tomando como orientación un Principio superior a nosotros"; si
entendemos como "Religión" a "esa manera de pensar y vivir personal, auténtica, libre y basada
en la recitud y en el espíritu progresista", todo lo cual supieron comprender el H.: Luis Ramicone
cuando titulaba a su poema "Mi Credo Laico" y Fernand Bruisson a su libro "La Fe Laica", no
podríamos dudar que en este sentido el laicista es un ser religioso. Pero el Laicismo sustituye la
creencia en un Dios con rasgos antropomórficos por una Moral situada en lo más alto del
pensamiento humano y sin Iglesias o Templos físicos. "Nuestra Moral (señala el H.: Adolfo
Vázquez-Gómez) es la Religión de las Religiones. Para observarla no son indispensables las penas
eternas ni las promesas de un cielo. La satisfacción de la conciencia: he ahí el ideal supremo" ("El
Intransigente", No. 7, 4.8.1894). Y Prudencio Vázquez y Vega decía en un artículo aparecido en el
diario "La Razón" del 12.8.1879: "Existe una religión verdadera que es la religión filosófica, que se
hermana con una fe también filosófica, esa religión es la religión del deber o la religión natural,
existen muchas religiones falsas que son las religiones reveladas o positivas, que a su vez se
hermanan con una fe también infundada y errónea". La Religión del laicista es pues la prédica y
práctica de la Moral y de la Virtud, no es la religión positiva y sectaria. Escribe Luigi Rostelli en la
Revista "Equilátero" No. 2, 1956, p. 15: "Jamás los pensadores laicos se alejaron de la creencia en
dios, como tampoco se apartaron de las reglas morales. El concepto de dios se elevó y la moral
salió beneficiada por nuevas reglas racionales. La idea del dios antropomórfico se sustituyó con
pensamientos sublimes que lo elevaron a una forma ideal. La moral en su concepto mejoró porque
los laicos perfeccionaron los primitivos mandamientos para constituir un código de honestidad
humana que llamamos moral". "... Solamente el laico puede creer en dios sin necesidad de
iglesias, de imágenes...". "Afirmar que el laico es ateo, es decir una barbaridad...". "El laico no es
antirreligioso sino arreligioso (según el autor, en cuanto a que no sigue religiones positivas) pero
en su íntimo cree en dios: lo adora siguiendo la moral que es la base de comprensión entre
hermanos y hombres y ley necesaria para la felicidad de los mismos". No hay mejores palabras que
estas de Rostelli para ilustrar qué relación hay entre Laicismo y Religión. El Laicismo es entonces
asectario pero no ateo, y tampoco busca crear conciencias ateas.

Siendo pues el Laicismo una filosofía viva y práctica, el M.: tendrá a bien proyectar una
conducta laicista o laica, con el ejemplo y no sólo con la palabra, en los distintos ámbitos donde se
mueve y construye, sea en la propia Ord.:, en su familia o en el Mundo Prof.:, conducta elevada e
iluminadora que demuestre la calidad del metal y el ideal progresista de Liberación masónico
transformado en Acción.

Laicismo en la Orden
Así como la caridad comienza por casa, en nuestra Q.: Ord.: no puede faltar el espíritu laico
o laicista, sea en el desarrollo de nuestros RRit.: y TTrab.: como en la exposición de nuestras
opiniones. Convencidos produndamente de que en cuanto a la Verdad Absoluta, si bien existe,
nadie está capacitado todavía para conocerla ni para ser su interlocutor válido, los MMas.:
debemos ser conscientes, en primer lugar, que la Inst.: no intentará recetarnos ninguna Verdad
para aceptar sin cuestionar, y que ningún M.: tiene derecho a inculcar opiniones o ideas a sus HH.:.
Lo único que puede transmitir la Ord.: se halla palpitante dentro de sus RRit.: y SSimb.:, pero están
al criterio de la libre interpretación personal que pueda elaborar cada H.:. La Verdad de la Mas.: es
la Verdad que cada uno de sus adeptos posee libremente, Verdad seleccionada por el relativo
Tribunal Interno que cada uno de nosotros tiene. La Ob.: ve con muy buenos ojos el intercambio y
la discusión fecunda de las ideas entre sus Hijos, porque la riqueza de la Mas.: es el producto del
intercambio libre y constructivo de las diversas opiniones de los HH.: teniendo cada uno la
seguridad de que no se intentará imponerles nada y de que se les dejará libres para adoptar
nuevas conclusiones o mantener sus posturas iniciales. El Laicismo se convierte por lo tanto en
una garantía de la Libertad de Pensamiento de los MM.: dentro de la Ord.:, alimentado por el
fuego de la Frat.: que debe reinar entre nosotros. La Laicidad es uno de los mayores valores de la
Mas.:. Como dijera Albert Bayet ("Laicidad siglo XX"), según palabras que aplican a la Mas.: y a los
MM.:, "... los laicistas podemos tender la mano tanto a los fieles de todas las religiones, como a los
que sostienen las diversas corrientes de opinión. A los que afirman como a los que dudan, a los
que saben como a los que investigan... es decir, a todos los que piensan". En un Trab.: que aparece
en el Boletín de la Gr.. Log.: de la Mas.: del Uruguay de 1985, el fin del Laicismo está identificado
con el espíritu masónico: "...En lugar del fanatismo que separa y restringe la laicidad busca la
armonía en la variedad y concibe a la verdad como una búsqueda conjunta, donde las diversas
corrientes tienen que aportar". "...lo absoluto y lo inmutable...deben ser sustituídos por lo relativo
y lo variable, por la duda fecunda y por la razón inquisitiva". Así, en la teoría hecha práctica, Ten.: a
Ten.: se labra el Laicismo en la Ord.:. El Laicismo dentro de nuestra Inst.:, comos sabemos, es
tolerancia, paz y respeto, y si en el interior de los TTemp.: y del corazón de los HH.: no brilla la Luz
del Laicismo, más nos valdría retirarnos en el Silencio de Ap.: (aunque esta vez Silencio de la
humillación) a nuestras moradas.

En la Constitución de nuestra Gr.: Log.:, todo H.: tiene derecho "a emitir sus ideas en las
Logias y reuniones masónicas, encuadradas siempre de las normas generales de cultura" (art. 23,
lit. b); como decía la antigua Const.: y Cod.: del Gr.: Or.: y Sup.: Cons.: del Uruguay, art. 15 num. 9:
"a emitir libremente sus ideas in voce o por escrito, siempre que éstas no salgan del orden moral y
se expresen con la cultura debida". Pero a su vez, todo M.: tiene el deber de "respetar las ideas
ajenas sin perjuicio de luchar e imponer por la razón las propias" (art. 24, lit. f, Const.: de la Gr.:
Log.:), aunque la verdadera actitud no debería ser de intentar imponer, sino de proponer, de dar a
reflexionar. Y todos debemos escuchar a esos HH.: con gusto, en Silencio y humildemente,
sabiendo que siempre habrá en sus palabras algo para enriquecernos. En este ambiente de
respeto y tolerancia, nuestra Gr.: Log.: busca "propender a la evolución general de la Orden dentro
de su tradicionalismo racionalista, buscando siempre la Verdad y respetando la de cada uno"
(Const.:, art. 11, lit. g). Este debe ser el ambiente laicista dentro de nuestra Mas.:.

El Neófito que se halla en las tinieblas y en la oscuridad del Cuarto de Reflexiones ya puede
encontrar este sentimiento laico o laicista. A diferencia de antaño, ya no se pregunta ni averigua la
Religión de los PProf.: a iniciar. Respetuosa al máximo nuestra Ord.: de la no imposición de formas
de pensar a los individuos, se sustituyó en los TTest.: MMas.: la antigua pregunta "¿Qué debe el
hombre a Dios?", para cuidar que el neófito no se viera comprometido a responder sobre algo que
pudiere lastimas sus íntimas convicciones, por la pregunta "¿Qué concepto tiene de la Creación y
de la Vida?". Recién ingresado en el recinto del Temp.:, el Ven.: Maest.: le aclara al neófito desde
el principio que no hay ánimo de inculcarle ideas; sólo de levantar una punta del velo de las
enseñanzas de la Ord.:. "No tengo el deber de hacer otra cosa, sin el derecho de imponer a vuestra
conciencia convicciones que son puramente mías y de las cuales yo soy el solo y único
responsable". Estas palabras son una síntesis clara que tendría que orientar el sentimiento laicista
entre los HH.: MM.:.

En la transmisión de las enseñanzas y en la explicación de los SSimb.: MMas.: no podemos


olvidarnos del ideal laicista. Los HH.: y en especial los HH.: SSeg.: VVig.:, encargados
particularmente de instruir a los AAp.:, deben cuidarse muy bien de advertirle a estos AAp.: que su
intención nunca será la de inculcarles ideas, ni de transmitirles una "Verdad oficial de la Ord.:"
(Verdad que ésta no tiene) sino la de orientarles y de darles elementos para que ellos mismos se
animen y lancen a buscar e investigar, a fin de que cada Ap.: labre su Verdad personal y logre una
convicción firme sobre el tema objeto de la instrucción. El H.: Seg.: Vig.: no es ningún profesor
sapientísimo sino un simple y humilde orientador que también busca la Verdad con los AAp.:.
Intentando respetar al máximo la libertad individual y el deseo de no imponer creencias, en
el Uruguay se quitó en una época la Biblia del Ara, lo que se transformó en un doloroso y
desgraciado episodio que nos valió en su momento que la Gr.: Log.: de Inglaterra nos retirara su
reconocimiento (6.9.1950), aunque posteriormente la Biblia, más por tradición formal que por
convicción, volvió a nuestras Aras, e Inglaterra nos devolvió su reconocimiento recién por 1990.
Francia supo ser más independiente de criterio cuando en 1877 eliminó a la Biblia del Ara y
suprimió las invocaciones al G.: A.: D.: U.:, lo que condujo al cisma y ruptura de relaciones entre las
potencias masónicas de Inglaterra y Francia, conflicto que se mantienen hoy día a pesar de todo el
daño que éllo ocasiona a nuestra Cadena.

Ser Laico o Laicista en la Mas.: significa, como dijimos, tolerancia, respeto y permitir la
libertad de conciencia absoluta, para que el H.: adepto desenvuelva tranquilamene sus propias
convicciones y maneje sin presiones sus propios asuntos. Por éso cabe mencionar aquí la
infelicidad de ciertas proposiciones como la del Folleto "¿Qué es la Masonería?" que edita nuestra
Gr.: Log.:, y que menciona entre los "Requisitos y condiciones para ser Masón" que éste debe ser
"partidario y presto a mantener acción y preocupación por que sus hijos se eduquen en centros
educacionales laicistas". Resulta paradójico, pero creemos que no hay nada más antilaicista que
exigir ésto como requisito y condición para ser Masón. Nuestra Ord.: debe respetar el derecho a
que todo Masón, como Hombre y como padre, escoja para sus hijos la enseñanza que más desee
(derecho consgrado por el art. 68 inc. 3o. de la Constitución nacional). Esperemos que en una
futura reimpresión de este Folleto mencionado se corrija ese error que seguramente fue
involuntario, porque inflamado de celo laicista llegó a caer en cierto tipo de imposiciones que
nada tienen que ver con el Laicismo. No olvidemos que, respetuosa al máximo de la Libertad de
Pensamiento, la Ord.: ni siquiera tendría que exigir a sus adeptos ser partidarios de ideas laicistas;
claro está que éllo no debe permitir a los HH.: no laicistas un pretexto para ir contra las ideas de
otros HH.:, como contrapartida.

Laicismo en la Familia
El aspecto de la Laicidad que abordaremos ahora, es la importancia de ésta en el núcleo
familiar. Podemos entonces para simplificar el análisis, tomar un grupo familiar constituído por
tres personas: un padre, una madre, un hijo. Cuando se plantea el tema "Laicidad en la Familia",
rápidamente uno se situa en la perspectiva del padre (o madre) con respecto al hijo, pero no
debemos olvidar también la relación entre ambos padres respecto al tópico que nos ocupa. Este
punto de vista es muy importante, dado que forma uno de los lados de eses Triángulo dinámico
formado por los tres integrantes de esa familia, y de la armoniosa interrelación entre esos tres
estamentos o vértices va a surgir una familia con plena capacidad de desarrollo tanto individual
como del conjunto. Podríamos considerar a la relación de Laicidad padre-madre como la base de
lo que va a suceder luego con los hijos, porque si ésta es sólida, podemos decir que posiblemente
lo mismo sucederá en la relación entre padres e hijos.

Dado que en ambas puntas de la relación padre-madre tenemos dos seres adultos, los
principios de Laicidad son los mismos que existen o deberían existir entre dos personas cualquiera,
basados en el respeto mutuo y la tolerancia en cuanto a Religión, posiciones filosóficas o políticas,
etc.. Y debido a que estas dos personas tienen una estrecha relación por la causa de su vínculo de
pareja, esa tolerancia debe ir más allá y llegar aún a cosas mucho más cotidianas. Como
herramienta fundamental para alcanzar un verdadero Laicismo en la pareja tenemos el diálogo
abierto y franco, que allana las diferencias y permite la comprensión, estrechando los vínculos ya
existentes y construyendo (por qué no) nuevos lazos de unión, que siempre van a resultar
beneficiosos para la pareja. Es necesario que los integrantes de la pareja comprendan y respeten
sus propias opiniones y practiquen mutuamente la tolerancia como un aspecto más de su Amor,
buscando no que los cónyuges lleguen a pensar igual, lo que sería demás de imposible,
sumamente monótono y aburrido. Ante todo, de las discrepancias debe surgir la Armonía.

Pasando ahora al otro aspecto del Triángulo, o sea la relación entre padres e hijo(s), el
problema se torna más complejo. Primariamente podemos tener dos posiciones. A veces
observamos que tratan los mayores de imponer sus creencias, gustos y opiniones sobre su hijo, a
los que podríamos considerar padres dogmáticos, que intentan hacer de su hijo un modelo de
persona según lo que ellos creen que es correcto, adoptando así una posición de poseedores de la
Verdad, y olvidando que su hijo es un Ser Humano y como tal, con libertad de elección pese a su
menor edad. Tener dicha actitud no implica que el progenitor lo haga con mala voluntad, sino que
realmente se trata de una posición muy humana, ya que en general a los padres les agrada que sus
hijos sigan su propios pasos, en un afán de prolongar a través de aquéllos su propia vida.

Por otra parte tenemos a padres que adoptan (o por lo menos lo intentan) una posición
laicista, tratando que sus opiniones e ideas no influyan en la dúctil mente de un ser aún en
desarrollo. Una dificultad que se puede encontrar es que ese mismo desarrollo lleva implícito un
proceso por el cual el niño toma imágenes y modelos paternales y los internaliza haciéndolos
suyos, deseando él mismo transformarse total o parcialmente según el modelo que vio en su
progenitor. Esto, unido a la necesidad que tienen los padres de transmitirle pautas educativas y
culturales para que dicho hijo se desempeñe en la Vida, quizá lleva al cuestionamiento de la
posibilidad de la existencia del Laicismo en la educación el hijo en el seno de la Familia, y más aún
cuando esto implica transmitir en el hijo valores que son siempre subjetivos, salvo los valores que
la Moral Universal considera fundamentales y que son comunes a todas las creencias, pero la
carencia de ciertas pautas valorativas y educacionales sería perjudicial para la formación del hijo.
Este mecanismo psicológico que describimos podría ser reelaborado y contrarrestado creando en
el niño una conciencia crítica. Pero no crítica en el sentido destructivo de desconformidad
continua y con todo, sino un espíritu crítico que aprenda a jerarquizar aspectos positivos y
negativos de diferentes hechos o ideas, para conseguir así una Libertad de Pensamiento y de
Criterio que no lo ate a nada ni a nadie sin antes reflexionarlo. Esto tal vez conduzca a que en
algún momento llegue a cuestionar planteamientos de sus propios padres, y ahí es cuando
justamente a través del diálogo y una actitud abierta puedan enriquecerse tanto el padre que
aporta sin imponer sus ideas, como también sus experiencias recogidas a lo largo de los años, del
mismo modo que el hijo por ser joven pueda aportar nuevas ideas y puntos de vista,
estableciéndose así una relación basada en el respeto hacia el padre no por la autoridad impuesta
por éste sino por su propio valor moral, y hacia el hijo cuando su padre lo considera un ser con sus
propias ideas y dueño de su propio destino.

A su vez, una posición laicista implica para el padre, sobre todo en las primeras etapas de la
formación de su hijo, una actitud activa y de interés frente a las inqiuetudes de éste, tratando de
que cuando se encuentre ante la posibilidad de elegir una carrera, una Religión, una posición
política o filosófica, su padre se preocupe por darle todos los elementos de juicios posibles, sin
interponer sus deseos o ideas, de tal forma que el hijo haga una elección libre y con clara
conciencia e información del camino a seguir. La actitud laicista entraña así, por encima de todo,
una paternidad responsable y una alto compromiso con la vida que ha generado.

Laicismo en la Educación

En cuanto a la Laicidad en la Educación, debemos anotar que la Mas.: ha luchado en forma


incansable por este principio ideal que siempre le fue tan querido. Aparte de los antecedentes
históricos que ya hemos mencionado, tengamos presente que de acuerdo al art. 15 lit. “e” de
nuestra Constitución Masónica, nuestra Gr.: Log.: debe "auspiciar y fomentar la enseñanza laica y
liberal-democrática".

Y tan necesario es para la Mas.: la propagación de la Educación laica, que de acuerdo con la
Carta de Montevideo, aprobada en la XIII Asamblea de la C.M.I. (1985), consideró que "resulta
imprescindible la defensa del sistema de instrucción y educación laica como el más compatible con
el libre desenvolvimiento de las actitudes naturales del hombre, pues toda dependencia... conlleva
inevitablemente a la esclavitud". Esta preocupación ya existía en la I, III y V Conferencias que
trataron el tema de la defensa del Laicismo y que reseñaremos más adelante.
Básicamente, una educación laicista propugna una formación libre de adoctrinamientos.
Una concepción pobre del laicismo educacional lo ha concebido como un sistema de Enseñanza
"neutra" u "objetiva". Para combatir esta falacia, digamos que en primer lugar no existe la
pretendida "Enseñanza objetiva", ya que esto significaría la mera introducción en el educando de
varias posiciones y teorías en un bloque que no tendría para él ningún sentido. Además, todo
sistema educacional está orientado de acuerdo a valores y principios, que como dijera uno de los
Jiménez de Aréchaga, nada tienen de objetivos, sino que son más especiales, apriorísticos y
subjetivos. La neutralidad u objetividad es un método de trabajo, pero no un ideal pedagógico. Y
de ahí surge una pregunta: ¿cuáles son los "valores laicos" o "laicistas" en materia de educación?

En primer orden, el fin que persigue la educación laicista es fomentar el libre ejercicio de la
discusión reflexiva y el desarrollo del espíritu crítico, que cuestiona todo y no acepta nada sin
someterlo previamente al aplomado de lo que cada uno entiende por recto, justo y perfecto. No
podemos tomar como ejemplo de una correcta educación laica a aquella que induzca a que un
alumno aprenda con pretendida objetividad: "en X cuestión A piensa así, B opina diferente y C es
ecléctico", porque ésto le sería totalmente estéril y antieducativo, aparte de una mera
introducción de información. Una verdadera educación laicista debe pretender que el alumno
procese debidamente esa información y reflexione así: "sobre X problema, y considerando las
posiciones de A, B, y C, yo opino de acuerdo a mi criterio que A pueda tener razón por
determinados fundamentos, no comparto la posición de B por determinado motivo, y aunque C en
algunos aspectos se muestra más débil estoy más de acuerdo con su pensamiento; ahora bien,
creo que si agregamos algunos elementos de razonamiento más podré llegar a esta conclusión
personal Z". El Maestro laicista, respetando las libres convicciones de sus alumnos e intentando
crear entre ellos un ambiente de tolerancia y respeto, los orientará a descubrir y usar su sentido
crítico, permitiendo que cada uno construya sus propias ideas internas y personales, liberando e
independizando el pensamiento de los ídolos del Dogma, la Ignorancia, la Mentira, el Fanatismo y
los compromisos ideológicos o políticos que atentan contra la búsqueda racional de la Verdad. De
ahí que una Enseñanza laicista debe suponer la ausencia de todo adoctrinamiento, lo que es
diferente a que se carezca de principios educativos. La palabra "educar" proviene del latín
"educere" o "ex ducere", esto es, "sacar hacia afuera", lo que recuerda al método de la Mayéutica
socrática, que permite llegar a la Verdad a través del análisis personal del alumno debidamente
orientado por el Maestro, buscando que aquél infiera y saque sus propias conclusiones,
descubriéndolas mediante el uso de su capacidad reflexiva. Así la Educación laicista es ante todo
Mayéutica, porque Maestro y alumnos discurren y se entrenan en el análisis y la búsqueda de la
Verdad, haciendo aflorar y salir hacia afuera todas las propias ideas que va descubriendo por sus
propios medios y razonamientos.
En el proceso del Pensamiento, el H.: Ariel Estable distingue dos etapas. Una, que es la de
creación de las ideas, de la formación del pensamiento, momento puramente interior de la
Psiquis, etapa en la cual es menester lograr la Libertad de Pensamiento y donde la Laicidad cobra
particular importancia, y para éllo debe estimularse al espíritu de iniciativa ofreciéndole a cada
uno la oportunidad de optar por sí mismo y forjar su propio pensamiento. En dicha etapa, según
un artículo publicado en el periódico de neto corte masónico "La Idea Liberal", Año II No. 22, del
5.3.1894, el educando prepara su corazón para sentir y gozarse en las buenas acciones
encaminándose en el Laicismo además por una Moral práctica libre de preceptos, y a causa de
distintas impresiones se determina libremente por unas ideas o rechaza otras que le desagradan,
siente voluntad para decidirse por unas ideas u otras, y a esto se llama "querer". Emparentando
las diferentes ideas forma juicios que combinándose unos con otros dan como producto el
raciocinio. La Laicidad educacional debe respetar por lo tanto la armonía de las facultades
cognoscitivas del alumno. En la segunda etapa, que es la de expresión del Pensamiento (momento
de exteriorización del mismo), el educando debe encontrar espíritus tolerantes dispuestos a
escucharlo y a discutir con él en pos de la obtención de una Verdad común, y si no fuera posible
deberá respetarse la reafirmación e incluso la reformulación de las opiniones particulares.

¿Pero cómo lograr una verdadera Educación Laicista o laica? Compartimos el concepto del H.:
Villemur Triay cuando dice que se debe estimular en el educando una actitud activa de estudio, de
crítica y toma de posición en los diversos problemas. Pero ese estudio, esa toma de posición y esa
crítica no la debe imponer el docente laico, sino que debe adoptarla el propio educando. Si no se
trabaja así, el docente laicista está sustituyendo el ejercicio mental que debe el discípulo realizar
por sí mismo, está frustrando su formación y convirtiéndolo en dogmático.

Para despertar el espíritu crítico de los educandos no se les debe dar los elementos de
razonamiento y las conclusiones ya elaborados por el educador. Se debe tener inclusive la valentía
e hidalguía de contemplar cómo los alumnos puedan discernir y elaborar posiciones distintas y aun
contrarias a las del Maestro. Si en algún caso un discípulo, en este proceso discursivo, llegara a
abjurar y renegar de sus antiguas convicciones religiosas, filosóficas o políticas, lo hará siempre
libremente y debido a que gracias al Laicismo descubrió elementos de razonamiento más
satisfactorios que los que le ofrecía su antiguo modelo ideológico. En todo caso, muchas
instituciones no deberían culpar al Laicismo de disolver el antiguo convencimiento que las
personas tenían antes en sus creencias, cuando deberían culpar en realidad al bajo poder que
tienen esas ideologías para llegar al corazón de los Hombres.

No cabe olvidar que muchos grupos atacaron al Laicismo como instrumento para que por
medio el Estado ciertos grupos (entre los que se acusa a nuestra Ob.:) impusieran la "ignorancia
religiosa obligatoria". Varela contesta muy claramente a esta denuncia desde la Presidencia de
Amigos de la Educación Popular a una Pastoral de Jacinto Vera, diciendo que "su objeto (el de la
enseñanza laica) es puramente educacional; como no sirve a determinada idea política, no sirve
tampoco a determinada idea religiosa". En su obra "La Educación del Pueblo" (1874), en el
Capítulo "La Enseñanza Dogmática", decía Varela: "La escuela laica responde fielmente al principio
de la separación de la Iglesia y del Estado. Desde que vamos a sostener la justicia y la conveniencia
de no enseñar en las escuelas públicas, o mejor dicho, de no enseñar en la escuela, los dogmas de
una religión positiva cualquiera, empecemos por rechazar el cargo injusto que nos dirigen los
adversarios de esa doctrina diciendo que los que así piensan quieren el establecimiento de la
escuela antirreligiosa. No: como dicen los americanos, es "unsectarian", pero no "godless": no
pertenece exclusivamente a ninguna secta, y, por la misma razón, no es atea, ya que el ateísmo es
también una doctrina religiosa, por más absurdo que pueda considerarse". "Es menester que el
pueblo entienda (dice la Revista "Surcos", año I, Número 1 del 22.8.1942) que la enseñanza laica
no es atea. Esta libera al niño de prejuicios religiosos (agregamos "e ideológicos") y le da amplitud
de conciencia para seguir el camino que mejor le cuadre para llegar a su Dios", o a su principio
fundamental como lo es el Gran Arquitecto del Universo para nosotros los MM.:. Creemos que si
la Mas.: se comprometió en algún momento con cierta "imposición de la irreligiosidad", en el
futuro debería ser más prudente al respecto. La Ord.: sí puede auspiciar y fomentar la Educación
laicista, pero nunca deberá imponerla ni tampoco pretender que sea la única Enseñanza que se
imparta, ya que debe respetar el principio democrático de Libertad de Enseñanza. El Estado no
puede laicizar al individuo sino permitirle pensar y difundir sus ideas en un marco de tolerancia y
respeto. Recordando a Reina Reyes, no debe perderse tiempo combatiendo la enseñanza religiosa,
sino ampliar y superar la enseñanza laica que proporciona el Estado, institución política y no
religiosa según mostrara Varela.
Cabría preguntarse si el problema del Laicismo queda en realidad solamente restringido al
campo de las disciplinas humanísticas, que permiten por su naturaleza la especulación y la
coexistencia de diferentes opiniones. No parece posible concebir un Laicismo en disciplinas como
las Ciencias Naturales (salvo, claro está, cuando se remarca la libertad de investigación científica,
pues las conclusiones científicas, en realidad, nunca son definitivas), y máxime cuando pensamos
en las ciencias exactas, que poseen axiomas dogmáticos y donde por ejemplo 2 + 2 = 4 para el
cristiano, el musulmán, el ateo, el capitalista y el comunista. Renunciaremos a dar una respuesta
sobre el particular, y apelaremos a la opinión que cada uno tenga sobre el particular.

En nuestro ordenamiento constitucional no existen normas expresas que consagren la


Laicidad de la Enseñanza. Sin embargo, cabe inferir que la Educación estatal es laica al interpretar
diversos artículos de la Constitución nacional. Al no tener el Estado uruguayo una filosofía religiosa
o ideológica oficial (art. 5o. Const.), podemos apreciar que éste nunca podrá imponer en la
Educación pública determinadas creencias religiosas. El art. 68 de la Constitución se limita a
garantizar la Libertad de Enseñanza (esto es, el derecho de cada uno a enseñar lo que quiera, sea
dogmático o no), así como el derecho de todo padre a elegir el sistema educacional que quiera
para la instrucción de sus hijos (sea dogmático o no), pero al disponerse que "La ley reglamentará
la intervención del Estado al sólo objeto de mantener la higiene, la moralidad, la seguridad y el
orden públicos", se consagra indirectamente la Laicidad del Estado frente el campo educacional ya
que éste no podrá intervenir para imponer, sea en la Enseñanza privada sea en la pública, ninguna
orientación ideológica o dogmática. Resulta curioso, pero la Constitución consagra la
obligatoriedad de la enseñanza primaria, media, agraria o industrial, como también la utilidad
social de la gratuidad de la Educación oficial, pero nada habla sobre la Laicidad de la Enseñanza
pública; sin embargo, las Leyes de los Entes estatales de Enseñanza y sus reglamentos son muy
claros en cuanto a consagrar la laicidad de la Enseñanza estatal. En párrafos anteriores defendimos
el "derecho a la Laicidad" como un derecho derivado de la forma democrático-republicana de
gobierno (arts. 72 y 332 Const.), que beneficia al propio educando.

La autonomía máxima que tienen hoy nuestros Entes estatales de Enseñanza es todavía una
garantía constitucional que cuida la intromisión de la influencia de concepciones ideológicas del
Estado (o mejor dicho, del Gobierno de turno) en la Educación y formación de nuestros jóvenes. La
autonomía de los Entes de Enseñanza es el signo institucional que preserva la Laicidad estatal
frente a la Educación. Sin embargo, el abuso de la libertad de cátedra por parte de los docentes
(otra garantía de la laicidad en la Enseñanza, pero que desgraciadamente se ha usado para
adoctrinar), replantea la cuestión de la posible efectividad y vigencia del Laicismo cuando
observamos el doloroso panorama de la lucha entre ciertos profesores, que quieren lograr que
primen en la Educación Pública ciertas concepciones políticas, y el Gobierno, que se dice defensor
del Laicismo como pretexto para tomar mayor ingerencia en la Enseñanza y ganar la batalla
política. Tengamos los MM.: conciencia de ello y seamos muy cuidadosos al respecto,
advirtiéndolo aun a costa de tener que reconocer nuestros posibles compromisos políticos con el
tema.

No podemos soslayar en el tema del Laicismo la cuestión de la Enseñanza Privada. La


Enseñanza en nuestro país, como sabemos, es enteramente libre, y además las instituciones
privadas de Educación cumplen un papel muy importante en la formación de nuestros habitantes.
El Laicismo no puede ir contra ella, mostrándose intolerante, sino que más debería dedicar y
concentrar esfuerzos para mejorar el nivel de la Enseñanza laica pública, por desgracia cada vez
más aquejada de carencias. Si la calidad de la Enseñanza Pública mejorara, los uruguayos no
tendrían que recurrir a los institutos privados (especialmente los religiosos) para cubrir las
deficiencias de los establecimientos públicos laicos. Recordemos que desde fines de los años
sesenta, y en especial, durante la época del último Gobierno de facto, mientras nadie contenía la
creciente decadencia de la Educación Pública, muchos establecimientos privados, y muchos de
ellos religiosos, dieron incluso una Educación más laica y formativa que unos cuantos
establecimientos públicos de la Dictadura, en los cuales estaba prohibida toda opinión discrepante
con la del Gobierno y se debía soportar en silencio las imposiciones del llamado "Proceso cívico-
militar". Actualmente, las polémicas frente el Gobierno y las gremiales de docentes no hacen nada
bien al Laicismo cuando en el fondo se mueven intereses políticos. Si no solucionamos el problema
y no revertimos la situación, la preciada conquista del Laicismo se perderá sin remedio.

A pesar de todo, quienes seguimos luchando insistimos en que el Laicismo en la Educación


tiene como valores directrices el desarrollo del espíritu crítico, emancipar al Alma de la ignorancia
y como decía Dewey, educar al individuo para la Libertad evitándole el adoctrinamiento y la
imposición de ideas. Educar para la Libertad no es frustrar sino respetar la Mente y la formación
del educando. Educando para la Libertad educamos en favor de la Igualdad de los Hombres, como
era el deseo de Varela. "Los que alguna vez (expresaba el Reformador) se han encontrado juntos
en los bancos de una escuela, en la que eran iguales, a la que concurrían usando un mismo
derecho, se acostumbran fácilmente a considerarse iguales, a no reconocer más diferencias que
las que resultan de las aptitudes y la virtudes de cada uno; y así la escuela gratuita es el más
poderoso instrumento para la práctica de la igualdad democrática". Y esta educación en la
Igualdad los educa también en la Fraternidad, porque aprenden a erradicar desde pequeños las
injustas diferencias de sexo, raza, Religión, ideas y de posición económico social entre los
Hombres. Laicidad en la Educación es, por fin, "fomentar los espíritus sin conformarlos,
enriquecerlos sin adoctrinarlos, armarlos sin enrolarlos, comunicarles fuerza para que puedan
ejercer su Fuerza, reducirlos a la Verdad para llevarlos a su propia Verdad, darles lo mejor de
nosotros mismos sin esperar ese salario que es la reciprocidad", como decía el biólogo francés
Jean Rostand.

Basado en la Razón y no en la imposición o la emoción, el Laicismo crea el ambiente propicio


para el desarrollo del espíritu científico (Reina Reyes); "científico" debería entenderse en sentido
amplio, o sea referido a todo tipo de Conocimiento.

Aunque no se hace mención a los términos "Laicismo" o "Laicidad" propiamente dichos, los
textos internacionales aprobados por el Uruguay, entre los más recientes la Convención
Internacional sobre los Derechos del Niño (Ley nacional por la No. 16.137), consagran el derecho
del niño a que respete su libertad de expresión, su integridad de pensamiento, el derecho a
formar su conciencia sin restricciones, la facultad de que profese sus creencias de todo tipo y de
que pueda educarse sin imposiciones.

Laicidad en el Mundo Prof.:


La Laicidad no está reservada a Elegidos y se proyecta a través de los diversos ámbitos del
quehacer humano, de los cuales la Ord.:, la Educación y la Familia son casos especiales. Filosofía
de la tolerancia y del respeto, el Laicismo proporciona las bases y garantías para el armonioso
ejercicio del pluralismo ideológico, elemento fundamental de un sistema de convivencia que
nosotros llamamos "Democracia". Intentando levantar las barreras de la intolerancia, el
dogmatismo, la incomprensión y la ambición que enfrenta a Hombres contra Hombres, a
Hermanos contra Hermanos, la Laicidad se convierte en norma de conducta ordenadora de las
acciones sociales, desbrozando y construyendo camino de Paz, Concordia, Libertad y absoluto
respeto de los Derechos Humanos. El Laicismo es ese condimento que da a la Democracia su
aptitud para aspirar a ser la verdadera custodia de los valores fundamentales del Hombre. Usando
las palabras del H.: Alliaume: "La mutua tolerancia, el respeto de los derechos de cada uno, es la
base para que todos los seres humanos puedan vivir sobre la Tierra, en armonía, y por tanto
abrazar la causa del laicismo". En este sentido, ha sido positivo que el Laicismo hubiera propiciado
(y en algunos casos obtenido) lograr en las Democracias separar a la Religión del Estado (en
nuestro país, a través del Art. 5o. de la Constitución nacional), y también cuando se garantiza la
Libertad de Pensamiento (art. 29 Const.). Sin embargo idéntico texto sería imposible y utópico en
cuanto separar al Estado de lo político (partidista). En Uruguay, el art. 77 num. 4o. de la
Constitución intentó desvincular a ciertos funcionarios estatales del poder político y de sus
influencias, lo que no impide sus reiteradas contravenciones, así como las que se realizan al art. 77
num. 5o. , que establece previsiones en sentido semejante. No obstante, el Estado uruguayo ha
proclamado constitucionalmente su neutralidad filosófica y renunció a todo adoctrinamiento o
ingerencia en las opiniones ideológicas de sus habitantes.

Todos conocemos cuánto ha hecho nuestra Q.: Ord.: para difundir, convencida de estos
ideales, el pensamiento y la acción laicista a lo largo y a lo ancho del Orbe. Hemos ya mencionado
la iniciativa de 1891 del H.: Carini para ser más activos en la difusión del sistema de educación
laicista. Mucho más detalladas son las conclusiones de las I, III, y V Conferencias Masónicas
Interamericanas, que recomiendan iniciativas a nivel del sistema educacional, proponiendo
acentuar la separación entre la Iglesia y el Estado, así como la creación y organización de
sociedades influyentes de acción laicista en el ámbito social y gremial, y la mancomunidad de
esfuerzos para frenar el avance del dogmatismo y conseguir se cumplan los anhelos económicos y
sociales que permitan la realización de América Latina y de la Humanidad. En el Encuentro
Masónico de Educadores del 27.9.86, la Comisión de Acción Laica propone difundir el Laicismo
como nutriente de la promoción y la educación en la convivencia pacífica de los pueblos a través
de Encuentro de Pedagogos y Filósofos americanos, ideando un Instituto Superior del Magisterio
Americano y recomendando que el Uruguay defendiera a nivel de organismos internacionales la
adopción de una conducta nutrida por la Laicidad como contribución y fundamento para la Paz
entre los pueblos.

A modo de conclusión

Respeto y tolerancia, emancipación del dogmatismo y sectarismo de toda clase, educación


para la Libertad y la Democracia. Tales son los postulados que el Laicismo y los laicistas aspiramos
a ver transformados en realidad para obtener la Realización plena y la Liberación interior del Ser
Humano. Sin embargo, la realidad no aparece tan auspiciosa para el Laicismo como quisiéramos,.
Hasta ahora hemos dedicado largo tiempo a explicar qué debería ser el Laicismo, pero no hemos
examinado qué está ocurriendo con el Laicismo. Deberíamos preguntarnos si realmente es hoy la
cuestión religiosa un problema de entidad. Creemos sinceramente que por lo menos en nuestro
país el tema del Laicismo contra el dogmatismo religioso ha quedado en la actualidad superado, ya
que pese al enorme crucifijo que adorna un sector de Montevideo y a los avances que intenta el
Catolicismo para ganar espacio en nuestra sociedad, nuestro pueblo no le permite mucha
oportunidad a la Iglesia Católica ya que por lo general el uruguayo es indiferente en materia de
Religión. Careciendo hoy la cuestión religiosa de verdadera entidad, deberíamos concentrar
nuestra preocupación por el problema del Laicismo frente a los conflictos políticos y gremiales
(nutridos estos últimos de una claro tinte político), pues son ellos los que actualmente socavan al
Laicismo. La sociedad uruguaya está desgraciadamente minada por la conflictividad político-
partidaria. Los grandes temas de interés nacional, los que cuestionan valores importantes y los
problemas que enfrenta nuestra Democracia, se politizan con gran facilidad y se tornan piezas que
se manejan en un Ajedrez donde se especula con posibles beneficios electorales. Los conceptos de
"Estado", "Bien Común" e "Interés General" son menoscabados para ser reducidos a los intereses
partidistas y de grupo. La información suele ser políticamente tendenciosa y manipulada, haciendo
que la gente confíe menos en lo que le comunica la Prensa, lo que contribuye asimismo a lesionar
la credibilidad en las instituciones. La Familia, la Educación y la propia Ord.: no resisten el embate
y se transforman muchas veces en terrenos donde en aras de intereses políticos en disputa se
corre el peligro de echar por la borda el rico tesoro de la Laicidad que tanto costó forjar. Cabría
cuestionarse la actitud que toma a veces nuestra Ob.: frente a la gravedad del tema, porque da la
impresión de que la forma en que tratamos el tema del laicismo en nuestra TTen.: deja a algunos
HH.: insatisfechos. Ha resultado hasta el momento muy difícil desprender al Laicismo de lo
estrictamente religioso o declamatorio, y no estamos poniendo esfuerzo en "aggiornar" el
concepto, planteando, por lo contrario, el tema sin mayores originalidades en mucho tiempo, y en
términos y cuestionamientos ya bastante pasados de moda. Sabemos que muchos de Uds. podrá
discrepar con nuestra posición, pero sin duda esto nos debería motivar a la reflexión.

Seamos conscientes de lo expuesto, mis HH.:; estrechemos aún más fuerte nuestra Cadena y
seamos más vigorosos en golpear con nuestros instrumentos de trabajo. Recordemos las palabras
del Encuentro de Educadores, ya citado: "Cada eslabón de nuestra Cadena debe ser un predicador
del hacer laico, en una acción fecunda, levantando barreras, intensificando los ideales,
desarrollando los valores, proyectando a la Ord.:, iluminando el pensamiento a través de la
búsqueda constante de la verdad, desarrollando intensamente una conciencia total, viva y
fraterna". Activemos los esfuerzos operativos de nuestra Ob.: a fin de que el Laicismo no pierda
vigencia. Sin duda que en la defensa y la revitalización del Laicismo se juega buena porción de la
vida de nuestra Ord.:, su proyección y su victoria en el porvenir. Salgamos, pues, a buscar y
reencontrar los valores fundamentales del Laicismo, y esforcémonos para lograr que se consoliden
(mas no mediante la imposición) como los rectores de toda sociedad libre y democrática. Hoy día
los amigos del sectarismo y del fanatismo no sólo visten sotana y cuello clerical, sino también saco
y corbata; algunos incluso ocupan cargos públicos, políticos y gremiales, y usan nuestro mismo
lenguaje. Recordemos las palabras de viejos HH.:, que aún hoy resuenan con preocupante
dramatismo: "Sino procedemos con entereza, sino tenemos corage para imitar á los antepasados
que nos legaron conquistas preciadas, es el caso de preguntar, con desesperación y vergüenza: -
¿Adónde vamos?". "¿De quién será la victoria? ¿Del más activo? ¡Masones del Uruguay: unión es
fuerza; trabajo es premio futuro; inacción, es sombra y derrota!". No le demos, pues, ni un minuto
de descanso al Dogma, a la imposición, a los prejuicios y a las supersticiones, colocando en sus
trincheras banderas de Libertad, Razón y Democracia, esos tres importantes lábaros del Laicismo.

QQ.: HH.:: meditemos en la Col.: del Sil.: estas reflexiones, para aunar luego con más
entusiasmo nuestras herramientas y luchar para que un día los rayos del Laicismo iluminen a la
Humanidad entera trayéndole respeto, Paz y Amor fraternal. Ese día quizá no sea más necesaria la
Mas.:, y habiendo cumplido ya con nuestra misión liberadora del Espíritu, sellaremos con alegría
las puertas de nuestros Templos una vez terminada nuestra Tarea y nuestra Obra; éste será sin
duda el más hermoso regalo con que glorificaremos a ese principio tan amado por nosotros como
es el G.: A.: D.: U.:.

HACIA UNA RELIGION UNIVERSAL

El relato bíblico de la expulsión de Adán y Eva del Paraíso nos recuerda y smboliza la pérdida
para el Hombre de su contacto directo con Dios. Esta leyenda, que se remonta a muy antiguas
historias de la Mesopotamia asiática, sigue todavía hoy ilustrándonos uno de los más grandes
dramas del Género Humano, cual es el de la lejanía en que se encuentra respecto a lo Absoluto.
Parecería que en algunos momentos los asuntos del Mundo y nuestro deseo por los placeres
terrenales nos tuvieran tan envueltos en su torbellino que, en un estado anímico de desesperanza,
podríamos pensar que la distancia entre nosotros y el Ser Supremo es insalvable. Sin embargo
siempre surge desde lo más profundo del Alma humana un anhelo de aspirar y volver a su
verdadera Patria, a recuperar el terreno perdido, a reconquistar ese destino de Gloria que nos
habían asignado los Cielos. Y si el Hombre que aspira a lo superior siente esa "Nostalgia de Dios",
como expresara Van Der Meer, es porque su vocación es la Divinidad.
La Aventura de la Búsqueda de la Luz implica la elección de un Camino apropiado que nos
conduzca a las Alturas y nos permita el contacto directo con el G.: A.: D.: U.:; es así que la Religión
se nos ofrece como una de las sendas más indicadas. La palabra "Religión" proviene del verbo
latino "religo, are", que significa "volver a unir (lo que se había separado)". De su etimología se
desprende, pues, la verdadera naturaleza de este concepto; la Religión es un medio, un nexo que
liga dos extremos que se habían desunido: Dios y el Hombre. Esta forma de definir a la Religión,
que se va difundiendo a medida que la Humanidad evoluciona en su pensamiento, es contraria y
excluye a ese otro significado, tan pobre como vulgar, que se da a la palabra "Religión" en el
sentido de "institución religiosa". Por otra parte, existe también otra lamentable confusión entre
"Religión-Movimiento Espiritual" y "Religión-Institución"; el Cristianismo sería como ejemplo un
Movimiento Espiritual, dentro del cual se mueven diversas Instituciones (Iglesia Católica
Apostólica Romana, Iglesia Reformada Luterana, Iglesia Evangélica Bautista o Pentecostal, etc.,
etc.). Por sus tiendas, el Hinduísmo y el Islamismo no escapan a este fenómeno, pues los mismos
poseen dentro de sí inmensas divisiones. Como se puede ver, QQ.: HH.:, siempre se tergiversa los
términos y el error ha llevado a desnaturalizar el verdadero concepto de la "Religión", que
intentaremos aquí devolver en su prístina esencia. No obstante, usaremos este término a lo largo
de estas palabras con los diversos sentidos, por lo que apelaremos a vuestra comprensión para
advertir, momento a momento, en qué sentido haremos la referencia.

Si estudiamos la Historia del Ser Humano advertiremos que a medida que éste adelanta en el
conocimiento de la Verdad las religiones avanzan desde un estado de multiplicidad y sectarización
hacia otro de unificación, donde los variados caminos confluyen y se reducen; es probable que en
el futuro adopten una única senda. Según algunas Escuelas filosóficas antiguas, en una primitiva
etapa de la evolución de la Humanidad y a través de los llamados "Angeles de Raza" se nos enseñó
las primeras religiones, una diferente según la raza o pueblo; el panorama espiritual del Mundo se
encontraba por entonces muy atomizado. A partir, por un lado, de los grandes Imperios que
extienden su poder sobre vastas zonas del Mundo Antiguo, y por otro lado, del trabajo de los
Grandes Iniciados del Asia (Confucio, Buda, Zoroastro), comienza el proceso de fusión, integración
y universalización de las religiones, y surgen así movimientos espirituales que se lanzan a educar
en sus principios a los diferentes pueblos, trascendiendo razas y espacios geográficos.
Posteriormente, Jesús el Cristo proclamará que el Camino hacia el Padre puede ser recorrido por
todos los Hombres de buen Corazón de la Tierra, no importando su raza, nacionalidad o nivel
intelectual, económico y social. Sin embargo, para que esta evolución continuara mucho ha tenido
que sufrir el Género Humano, que pagó con la Muerte y el Sufrimiento de enorme cantidad de
personas el precio de sus guerras religiosas, como también asesinatos y otros crímenes y
atropellos motivados sólo por el fanatismo y la ambición de quienes perseguían otras metas
diferentes a las celestiales. A pesar de ello, gracias a que por fin comenzamos a entender los
errores del sectarismo, la libertad de creencias ha triunfado últimamente y ella ha tomado como
morada el espíritu de los Hombres Buenos. El terreno actual fue labrado con dolor y abonado con
mucha sangre.

En nuestros días asistimos a un fenómeno muy especial: los intensos contactos entre
Occidente y Oriente permiten una amalgamación e interacción cada vez más profunda entre sus
culturas y religiones; el Cristianismo adopta técnicas orientales para la oración y la meditación, y
en Oriente la filosofía cristiana y el nombre de Jesús se van introduciendo cada vez con mayor
dulzura. Los antiguos sectarismos van desapareciendo en beneficio de la adopción de actitudes
más receptivas y el deseo de enriquecerse con las influencias y experiencias ajenas. La llamada
"Globalización" acentúa la unificación cultural, pero también la comprensión humana. El Hombre
está aprendiendo a buscar a Dios con independencia de Credos o sectas. La posible unificación de
las religiones se hace en nuestros días bastante perceptible, y de a poco, en un futuro no lejano,
aprenderemos a entender a la Religión no como Institución, sino como una forma de vivir respecto
a lo Absoluto. Queda entonces la necesidad de estudiar como resolver el conflicto conceptual
entre "Religión-Institución" y Religión-Praxis de Vida"; lo conocido como "Religión-Movimiento
Espiritual" se ubicaría como un estadio intermedio entre aquellos extremos.

Los fenómenos observados en la Humanidad actual nos ponen ante la cuestión de examinar
la posible existencia de un fundamento común que mueva a la totalidad de las religiones. Todas
están de acuerdo en los límites: parten del mismo Ser Humano y se dirigen a la misma Divinidad,
se llame Allah, Dios, Jehová, Krishna o cualquier otro nombre; se puede apreciar entre ellas
asombrosas semejanzas de principios y creencias, las cuales se advierten con tan sólo un
superficial estudio comparado de las diversas doctrinas religiosas, lo que hasta hiciera pensar en
un antiguo camino único que un día remoto se diversificó. ¡Y sin embargo los senderos de las
distintas Religiones parecen tan diferentes! ¿No habrá acaso un sólo río donde navegan todas
estas barcas? ¿Hay acaso diferencias insalvables entre los distintos movimientos religiosos, o por
lo contrario, los anima un mismo espíritu? Pero seamos más incisivos, ¿por qué no pensar, sin
pecar de idealistas, que estas divisiones carecen de sentido y que nos aproximamos a conocer y
vivir en una Nueva y Unica Religión para toda la Tierra, que no hará más diferencias entre
movimientos espirituales o instituciones religiosas, que no poseerá Templos, ni bienes ni
preceptos, y donde cada persona será el propio Sacerdote de sí misma?
Esto no es nada nuevo; sucedió que la misión de los Grandes Iniciados enviados fue por
desgracia mal comprendida. Ellos no vinieron a crear instituciones o a sectarizar, sino a
enseñarnos cómo se debe obrar bien; esto, y no otra cosa, es la verdadera Religión. Al contrario de
lo que muchos pretenden, Jesucristo, ese Gran Maestro de la Humanidad y de nuestra Ord.: Mas.:
(¿por qué negarlo?), no vino a fundar una Iglesia en particular, sino a orientarnos sobre cómo
actuar si queremos alcanzar la perfección y vivir en comunidad con el Ser Supremo. El mismo nos
dio un principio rector para nuestra acción: Amar a Dios y al Prójimo como a nosotros mismos (Mt.
22:34-40; Mc. 12:28-34; Lc. 10:25-28). ¿Y quién puede atreverse a decir que este principio es
patrimonio exclusivo de los cristianos? ¡Si todos los movimientos religiosos elevados en mayor o
menor medida, con palabras más o menos parecidas, han hecho de esta enseñanza el fin de su
prédica!

El fundamento común de todas las religiones es hacer el Bien, y hacer el Bien no es otra cosa
que obrar con Amor. El Amor constituye el basamento y sustancia de todas las religiones bien
inspiradas; Amor que resulta indispensable para quien desea alcanzar la Verdad. Con este
razonamiento, vemos que carece de sentido, para los Corazones elevados, hablar de Religión
como Institución o como Movimiento Espiritual. La verdadera Religión es la práctica del Bien y del
Amor.

La Religión tendría que haber ayudado a liberar a la Humanidad, pero ¡ay! se la ha usado para
esclavizar al Hombre en el servilismo de los dogmas, en el temor al castigo divino y la obediencia
reverencial hacia las autoridades religiosas. Se crean etiquetas y nombres pomposos para agrupar
a las personas en "religiones". Se dice: "Aquellos que poseen nuestra denominación poseen la
Verdad, y los que no la tienen están equivocados, lejos de la Plenitud y son pasibles de ser
condenados a la perdición y al Infierno si no reveen su actitud". Hay religiones que no paran
mientes en esquilmar el bolsillo y la vida del adepto que busca desesperadamente la Verdad.
Hemos llegado a creer que un católico, un budista, un musulmán y un protestante como personas
son totalmente diferentes e incompatibles entre sí. ¡Cuán lejos del Espíritu Universal de Amor y
Concordia que debe movernos a todos hacia el reencuentro con ese G.: A.: D.: U.: que es el Padre-
Madre Dios! Y sin embargo, tras la cáscara débil de las diferencias ideológico-religiosas, el Hombre
es uno sólo, y todos participan por igual de los mismos bienes que el Creador nos da.

La Humanidad de nuestros días, que estrecha cada vez más sus lazos hacia la Unión en una
Gran Fraternidad Mundial (organismos supranacionales y globalización mediante), debe
comprender que se encamina a vivir también bajo los postulados de una única Religión Universal o
Religión Natural, nombre con el cual ya la preconizaban los filósofos europeos del siglo XVIII. Si
somos observadores y recordamos cómo las distintas disciplinas religiosas se mueven hacia su
unificación lograremos entender que estamos en la antesala de una nueva época. Debemos vivir
en el Amor desinteresado, abierto totalmente a los demás y sin restricciones para su entrega si
queremos que esta nueva etapa llegue más pronto; ya los Maestros nos enseñaron cómo dar los
primeros pasos.

Hacer el mayor Bien posible, hacer el menor Mal posible, creer en un Ser Superior como
Fundamento de nuestras vidas y amar la Virtud. No existe mejor Religión que ésta ni camino más
directo al Principio Supremo. ¿Hay acaso, QQ.: AAp.:, otra Religión más noble o comprometida?
Prestemos atención entonces, porque estos cuatro principios son los pilares básicos del Triunfo
Espiritual de la Humanidad y del regreso a lo Absoluto.

Y estemos también atentos, mis HH.:, porque estos cuatro basamentos enunciados
conforman lo que podríamos llamar la "Religión Masónica". La Mas.:, como sabemos, no es una
institución religiosa ni nació con esa pretensión, pero indudablemente la práctica constante de los
ideales de la Ord.: es Religión pura. Nuestra Religión Mas.: es esencialmente práctica, y el Mas.: es
así religioso por naturaleza porque es un devoto sin condiciones del Bien, del Amor, de la
Elevación espiritual, de la Justicia y de la Verdad. La práctica misma de la Religión Mas.: es la
práctica misma de la Religión Universal o Natural (a la cual se encuentra referencias ya en las
CConst.: de Anderson). Desde ya hace tiempo los Hijos de la Viuda, fieles Heraldos de los tiempos
que se avecinan, aprenden a vivir conforme a esta Religión desconocida todavía para muchos
Hombres. En nuestras manos está, en buena parte, la responsabilidad de guiar a la Humanidad por
este sendero.

QQ.: HH.:: La Religión del futuro será Unica y Universal. No será esclavizadora sino
Liberadora. No será otra nueva institución sino un permanente ejercicio de la Virtud. No
diferenciará a unas personas de otras sino que las unirá en una Cadena Universal de Fraternidad y
Amor. No necesitará de edificios destinados para la adoración sino que el Mundo entero será el
Templo donde se alabará la Gloria Sublime del G.: A.: D.: U.:.

SOBRE UN PROCEDIMIENTO PARA RECONOCER LA VERDAD

Elegir el camino correcto, saber dónde está lo mejor y reconocer lo Verdadero es uno de los
problemas más difíciles de nuestra Vida, pero debemos tomar constantemente determinaciones al
respecto, con mayor o menor éxito. Como nuestro Exito se compone en definitiva de un gran
porcentaje de aciertos positivos, es de suma importancia encontrar mecanismos que nos ayuden a
adoptar soluciones lo más felices posible. Normalmente conocemos al procedimiento de
selección, examen y determinación de alternativas como Discernimiento, pero no conocemos cuál
es la fórmula para ejercerlo e ignoramos cómo reconocer si elegimos lo mejor. Así, es imperioso
encontrar al respecto una regla general.

Francis Bacon distinguió tres caminos para captar el Conocimiento: la Intuición o Fe, el
Razonamiento y la Experimentación. De alguna manera podría aplicarse a nuestra vida cotidiana,
pues ya sea obedeciendo a nuestros pálpitos y apostando, examinando a través de la lógica o
resolviendo someter a una prueba la alternativa se puede encontrar una regla única que aglutine a
estos tres caminos y que sea muy sencilla de recordar, e inclusive nos falta cómo poder calibrar si
una decisión tomada es la correcta.

Otro tipo de referencia puede ser el asesoramiento externo (amigos, consultas), pero al final
la decisión siempre recaerá sobre nosotros y todavía nos queda la incógnita sobre cómo evaluar si
la resolución tomada fue buena o no.

Se ha tratado también de fijar cierto procedimiento de adopción de decisiones en base a


parámetros fijos y de cierta objetividad. Por ejemplo, los Rotarios tienen su Prueba Cuádruple; a
través de la contestación positiva de un Proyecto a cuatro preguntas fijas "¿Es la verdad? ¿Es
equitativo para todos los interesados? ¿Creará buena voluntad y mejores amistades? ¿Será
beneficioso para todos los interesados?", podría según ellos calibrarse la validez de cualquier Plan,
resolución o Idea. Tal procedimiento falla cuando se trata de tomar decisiones que
necesariamente afectarán a una persona o grupos, y deja sin dilucidar cómo determinar la Verdad
(primera pregunta de la Prueba Cuádruple).
Las Ideologías, en cuanto pretenden soluciones totalizadoras sobre el Mundo, son una luz a la
que frecuentemente se recurre para examinar una decisión o proyecto, justamente porque
intentan una explicación cosmovisional de las cosas (en alemán la palabra "Ideología" es
"Weltanschauung" que significa justamente "cosmovisión"). Pero actualmente las Ideologías han
entrado en crisis por su relatividad, lo cual ha desembocado en otro peligro tan dramático como el
fanatismo: la Apatía y la Anomia Moral. Y aunque las Ideologías todavía sean importantes para
guiar a Hombres de espíritus todavía no desarrollados, éstas son insatisfactorias para las personas
que sueñan con horizontes más amplios o posean carencias muy concretas en lo material y
espiritual. Aparte, una Ideología no puede jamás, por omnicomprensiva que desee ser, abarcar los
problemas más complejos o cotidianos de cada persona.

En realidad, todo mecanismo externo de discernimiento resulta falible o incompleto a la hora


de adoptar una decisión al pecar de apriorísticos, e ignoran que sólo el propio Individuo puede
fijar la conveniencia o no de la misma.

¿Cómo conocer si una decisión es acertada, o cómo saber si algo es válido?

Creemos que existe la Voz de un Tribunal Interior a la que podemos consultar con toda
confianza y que nos puede indicar qué camino seguir. Esta comprende y conoce la exacta medida
de nuestras necesidades y capta perfectamente la Verdad, y si no la desnaturalizamos con
nuestros vicios jamás nos permitirá engañarnos aunque queramos lo contrario, porque en realidad
nosotros siempre sabemos cómo obramos acertadamente y cuándo nos equivocamos, cuándo
estamos ante lo cierto y cuándo en el Error. No hay nada más implacable pero justo que nuestro
Juez Interno. Los cristianos lo llaman en ocasiones "Conciencia" (no como estado psicológico sino
como detonador del Discernimiento y evaluador de su proceder), pero preferimos hablar de un
"Tribunal Interior de la Verdad" como lo hiciera Max Heindel porque es mucho más complejo en
su ontología al no ser solamente un Vigilante de nuestro comportamiento. Los Grandes Auxiliares
con los que se ayuda esta Audiencia Interna para deliberar, seleccionar la alternativa, ejecutarla y
apreciar los resultados son las Cualidades Morales y la Reflexión.

QQ.: HH.: Para reconocer lo Cierto y distinguir la Mentira, para adoptar una decisión correcta
y desterrar el Error, para regular nuestras actitudes, consultemos siempre a ese invalorable
Tribunal Interno de la Verdad que no nos defraudará y nos dará la solución exacta y justa. No
intentemos torcer su consejo con nuestras veleidades, porque podremos engañar a los demás o
negar la realidad, pero nunca convenceremos a nuestro Tribunal Interior que nos conoce a
cabalidad. Por el contrario, cultivémoslo con nuestra Experiencia e Intelecto, manteniéndolo
honrado y puro.

CUANDO NOS HALLAMOS EN LA MAYOR NECESIDAD

Cuando nos hallamos en la mayor necesidad o en la Tribulación, el panorama de nuestra vida


se desfigura, los horizontes existenciales se hacen difusos, nos gana la Incertidumbre y la Angustia
nos distrae. En los riesgos constantes a los que estamos sometidos, solemos enfrentarnos a
problemas de difícil o nula solución, y la Impotencia ante éllo hace más desesperante nuestro paso
por este Mundo. Para lidiar con los problemas se precisa Valentía y no cabe la huída. Después de
todo, somos Guerreros en la Batalla por la Vida y no habrá buen fin para los cobardes o indecisos,
así que debemos acopiar elementos para derrotar o neutralizar las acechanzas de la Mala Fortuna.

A pesar de navegar en la procelosa Mar de la Desventura, sin embargo será en estos


momentos cuando más serenos y tranquilos deberemos permanecer, porque ordenando fuerzas y
propósitos sabremos cómo enfrentar las situaciones adversas. La Columna de Ap.: que todos
poseemos interiormente nos ofrece un espacio para la reflexión, permitiendo escuchar nuestra
Voz Personal que nos ayudará a encontrar respuestas. Pensemos cómo se gestó el insuceso,
rastreemos hacia atrás y adelante, analizando la cadena de causas y efectos en que desembocó
cada una de sus etapas evolutivas; quizá descubramos que parte del proceso se originó o aceleró
por nosotros mismos, y en nuestra acción estará entonces la respuesta. Quizá la supuesta Molestia
no sea tan mala o de la entidad que le dimos, o tiene una posibilidad de solución simple. Cuando el
problema se compone de elementos externos a nosotros y cuya causalidad no podemos manejar,
cuando fuimos objeto de la impiedad ajena, o cuando poco o nada se puede hacer por un
problema por ser su consecuencia ya inevitable, recordemos nuestra Palabra que nos dice "dioses
sois", que estamos integrados a un Campo de Experiencias donde la Tribulación suele ser una
Prueba o Derecho de Piso necesarios para hacernos merecedores de nuestra Existencia.
Enfrentemos con ánimo firme las malas consecuencias, de repente son el tránsito hacia una
situación mejor que por ahora desconocemos. ¿Se puede hacer algo frente a lo inevitable, salvo
tener templanza y paciencia, dejando que el Tiempo haga su tarea de cicatrización y mitigue el
dolor?

Si no sabemos o no podemos por la confusión intentar encontrar una solución, busquemos a


Amigos sinceros que con sólo escucharnos nos harán gran bien, porque el comentar los problemas
alivia las cargas, que quedan por el camino sin pesarle a nuestros seres queridos. En el propio
planteamiento y sin una palabra ajena podemos encontrar una solución, pero aun en su caso una
palabra de consuelo o de consejo nos aliviará. La Mas.: nos permite tener un grupo de buenos
amigos que mucho nos puede ayudar, por lo menos así será si una verdadera Fraternidad reina
entre nosotros.
QQ.: HH.:: Tenemos en nosotros capacidad de respuesta o la posibilidad de hacer frente y
soportar las adversidades, y tengamos la seguridad de que no estamos solos; poseemos nuestras
propias fuerzas superiores y amigos dispuestos a ayudarnos. Podemos solucionar un problema o
enfrentar sus inevitables fatales desenlaces, pero nunca la Adversidad nos vencerá. Mal que bien,
la vida sigue su curso y continuamos adelante, pero no debe perderse de vista una meta positiva,
porque como dijera Nietzsche, lo que no nos mata sirve para hacernos más fuertes; y si el gran
problema fuera el tener que enfrentar nuestra propia Muerte, sepamos que es ésta el principio de
una Transformación de Perfeccionamiento que todos tarde o temprano tendremos que sufrir, y
glorifiquémonos con su soportamiento.

UN CONSUELO EN LA LUCHA POR LA VIDA

Vivir, Experimentar y Sufrir para Aprender. Aprender para capitalizar y lograr el


Conocimiento. Alcanzar el Conocimiento para perfeccionar y dignificar nuestra Vida. Honrar
nuestra Vida para hacerla rendir el máximo de frutos y posibilidades. Todo ello porque nuestra
Obra es trascendente y debe sobrevivirnos. Nuestra Muerte es inevitable pero que integramos una
Operativa suprapersonal en pro de mejores condiciones, para la Humanidad y para el Universo,
también es un hecho real.
Ya sabemos que no es fácil nuestra Labor, por eso Sufrimos. También requiere comprender
nuestra Realidad, por eso debemos Experimentar, y por demás, debemos rescatar su esencia
positiva, sintiendo y amando para poder Vivir. Aprender es asimismo un deber insoslayable
porque está destinado al mejor manejo de nuestro Conocimiento, para integrarnos a la Obra y así
darle el sentido trascendente a nuestra Vida. ¿Qué otro propósito tiene sino un peregrinaje por la
Existencia destinado a la Muerte? No hay tiempo para la Paz; todo es dinamismo, todo es
esfuerzo, pero también llega su momento de disfrute en el descanso.

Los MMas.: debemos dar gracias al G.: A.: D.: U.: por tener Templos donde abrevamos
nuestra Sed de inquietudes, nos entrenamos en pulir las Herramientas necesarias en esta Batalla
de la Existencia y nos podemos confortar unos a otros. En nuestras Columnas encontramos el
reparo necesario para poder seguir. Las letras iniciales de aquéllas, como todos ustedes conocen,
son "J" y "B", que en hebreo son "yod" (transliterable como "y") y "bet" (nuestra "b") que
indicaban los atributos del Temp.: de Jerusalem, "En El la Fuerza" y "Dará Estabilidad". Pero
también la palabra "yod", "yad" significa en hebreo "mano" y la palabra "bet", "casa". Y aquí
tendríamos una Enseñanza.

Si se nos permite entonces la asociación, en este Templo que nos cobija tenemos una Casa
segura donde hallarnos a gusto, donde encontraremos con seguridad la Mano amiga de los HH.:
que nos da el sostén, la Fuerza y la Estabilidad para no caer. Sin duda, el Tesoro de la Espiritualidad
y de la Amistad es lo que debemos preservar siempre vivo, siempre resplandeciente. Pero también
acá venimos a aportar, a entregar, a construir. Que nunca se nos olvide.

QQ.: HH.:: La Vida es una serie de azarosos procesos a que estamos constantemente
sometidos, pero aquí tenemos un Apoyo. Trabajemos entonces por un Templo sólido, tanto
colectivo como individual, para enriquecer su materialidad y dotarlo del verdadero Templo Etéreo
que le da su verdadero sentido.

SOBRE LA LEY DE CAUSA Y EFECTO O "KARMA"

"Qual é a maior mentira do mundo?

- indagou o rapaz.

- É esta: en determinado momento

da nossa existencia, perdemos o

controlo das nossas vidas, e ela passa

a ser governada pelo destino. Esta é


a maior mentira do mundo."

Paulo Coelho, "O Alquimista"

Nuestra actividad, bien orientada, provoca una positivización de nuestra Realidad que a su
vez nos acarrea beneficios y alegrías espirituales. Y esto no es sino parte de la aplicación de la Ley
de Causa y Efecto; obrando bien obtendremos buenos resultados. También tiene su "contracara";
nuestras malas acciones se traducirán en inconvenientes consecuencias. Este fenómeno, llamado
por los orientalistas "Karma" (en sánscrito, "deber prescrito"), es un Principio de Acción que los
occidentales hemos asimilado según nuestra mentalidad secularizada como una Ley.

Todo acontecer produce una consecuencia o variadas consecuencias, que a su vez generan
episodios que derivan en nuevos resultados. Por esto la cadena de acontecimientos y resultados
se deshilvana en un sinfín de hilos de proyecciones múltiples e insuperables. En esa estructura nos
movemos todos los días, a la cual agregamos nuestra acción y sus efectos tienen un ámbito de
influencia inesperado. Paralelamente también desencadenamos respuestas frente a impulsos que
proceden del exterior (personas ajenas, circunstancias que debemos enfrentar), produciéndose y
enriqueciendo nuevos avatares.

Nada nos ocurre por casualidad, sino que todo es resultado de lo que hacemos y de lo que
merecemos, y para demostrarlo repasemos nuestra cotidianedidad para apreciar que ello es así.
Nuestras actitudes provocan constantemente consecuencias sobre nuestras vidas. A su vez,
nosotros proyectamos nuestro actuar o nuestras vicisitudes en los demás, y generamos de su
reacción un ambiente acorde y en relación directa a lo que transmitimos. Como la cadena de
acciones y resultados es tan compleja y no depende de nosotros mismos en un principio, a veces
atribuimos la felicidad a la suerte o la desgracia a cualquier acontecimiento extraño menos a
nosotros mismos. Pero si repasamos hacia atrás cómo se estructuró la cadena de hechos que
desembocaron en nuestro beneficio o en nuestro infortunio, veremos que todo se origina en un
actuar nuestro aunque en ocasiones su determinación resulte difícil. Un actuar positivo genera un
entorno positivo y grandes resultados, pero un accionar torcido, si no lo evaluamos y corregimos a
tiempo, ya sabemos qué mal terminará.

Hay fenómenos que parecen no ser influenciables por nosotros (la muerte de un ser querido,
por ejemplo). Seguramente hay acontecimientos que escapan en una primera apreciación de
nuestro radio de acción, y de ahí que debamos reconocer nuestra limitación. Pero el entramado de
los sucesos es tan complejo que si aceptamos que todo está interrelacionado en un Universo que
se nutre del juego entre sus partes, no podríamos descartar quizá alguna intervención (remotísima
o despreciable, pero existente al fin) nuestra en el Devenir, por extraño que parezca.

La Ley de Causa y Efecto no tiene un efecto descriptivo, punitivo contra los que actúan mal o
de recompensa para los que obran bien, sino que se nos ha dado su comprensión por su profunda
pedagogía y como instrumento para nuestro beneficio en la construcción de nuestra Existencia.
Debemos comprender su contenido y desentrañar su mecanismo, y a través del estudio de los
hechos corregir o encaminar nuestro quehacer en forma positiva. El hombre común vive esclavo o
condicionado a los acontecimientos o frente a hechos que se le imponen porque no comprende su
origen, o no los sabe o no los quiere sobrepujar, y si bien las condiciones y el medio influyen
también sobre uno, el ser de espíritu elevado y despierto domina la cadena de los sucesos y
controla su acción para imponer y proyectar la Realidad que él crea (o recrea) y desea. Y la
comprensión de la Ley del Karma no nos lleva sino a la conclusión de que el único camino de buen
retorno es el del Bien.

QQ.: HH.:: La Ley de la cual hablamos no es un Misterio; es una constante que se verifica día
a día hasta en las más pequeñas cosas. Se la ha definido en principios lógicos y filosóficos ("todo
tiene su razón suficiente" -Leibniz-), en refranes ("todo Hombre recibe lo que merece", "quien
siembra vientos recoge tempestades" -en este último caso indicando que los males ocasionados se
recibirán en contra multiplicados-, "quien planta una rosa, tendrá una vida hermosa"), en máximas
del actuar (la famosa "Ley de Murphy" según la cual "lo que se puede salir mal terminará mal"),
todas derivaciones de un simple Principio único. Ejercitémonos en estudiar nuestros actos para
comprender el hilvanado de su proceso y para prevenir mejores resultados en nuestra acción y en
nuestra vida. No cuesta mayor trabajo que el ponerse a reflexionar y observar las acciones y los
acontecimientos que nos rodean e influyen, y como todo ejercicio, no da sólo esfuerzo sino
también placer y beneficio.

SOBRE EL ENTUSIASMO

Se dice, y se dice con mucha razón, que el Poder de la Inic.: Mas.: (el de la verdadera Inic.:,
que no se agota en las simples ceremonias) no es un Don ni algo innato a la persona. Este Poder,
que no es otro que el de la Realización Espiritual, se adquiere a través de la Lucha constante, del
Trabajo paciente y del prudente Discernimiento; sobre esta idea nunca se insistirá lo suficiente.
Entre el Hombre común y el Hombre Justo y perfecto existe un largo y tortuoso camino a salvar
por cada uno de nosotros, donde sólo contamos con nosotros mismos. La única llama que nos
alumbre será la que produzca nuestro Interior, y la única fuerza que dispondremos será sólo la de
nuestra Voluntad. Tomando así estos aspectos, se hace presente como elemento unificador e
impulsador de nuestra Búsqueda una gran virtud que no debe faltar en los MMas.:, cual es la del
Entusiasmo, ya que nuestro éxito o fracaso dependerá de la mayor o menor cantidad de
Entusiasmo que alimente a nuestro Fuego Interno.
Difícil es definir a la palabra "Entusiasmo", pero de la evolución de este concepto podremos
extraer algunos datos que nos ayuden a precisar su significado.

La expresión "Entusiasmo" proviene del griego "énthousiasmós", que significa "transporte",


"inspiración", que deriva de la expresión "énthous" o "én Theos", lo cual hace referencia a una
suerte de posesión divina o sobrenatural. Voltaire, en su "Diccionario Filosófico" define a este
término como "emoción de las entrañas, agitación interior". Estas significaciones no están muy
lejos de la definición del Diccionario de la Real Academia Española: "exaltación y fogosidad del
ánimo, excitado por algo que lo cautiva o admira. Adhesión fervorosa que mueve a favorecer una
empresa. Inspiración divina de los profetas".

Se afirma que Esquilo habría usado por primera vez en la Literatura , en su obra "Los Siete de
Tebas", la expresión "énthousian" como sinónimo de "enajenación", "arrebatamiento", y Eurípides
también la tomó en el sentido de "delirio", "estar fuera de sí". Con esta acepción, la palabra
"Entusiasmo" hacía referencia también al furor y arrebatamiento de las profetisas de Delfos al dar
sus oráculos, que se decían inspirados en la Divinidad de Apolo, el cual poseería en el ritual
adivinatorio la mente de la pitonisa, usándola como vehículo para transmitir su oráculo (a partir de
los estudios de Hoffmann se habría concluido que los devaneos y raptos místicos de las profetisas
de Delfos se debían a un hongo de ciertas gramíneas que crecían en la zona y que ellas consumían,
con un principio activo psicotrópico que era el L.S.D. -ácido lisérgico-). Así, tomando en cuenta esa
imagen del vidente o profeta dominado por el dios o ser sobrenatural en forma irracional, los
filósofos comenzaron a estudiar desde el punto de vista de su disciplina el fenómeno del
Entusiasmo. Platón, y posteriormente Plotino, lo identificaron como un estado afectivo del Alma
que intimaba al individuo a la unión con Dios. Teodoreto hacía referencia a los Massalianos como
"enthusiastas", relatando sobre los arrebatos que sufrían por ciertos espíritus. Con esa
conceptuación del Entusiasmo como una posesión irracional, como un fenómeno de enajenación o
furor proveniente de una conmoción o locura interior, o provocada por un ser sobrenatural
(generalmente mística), dicha palabra llegó hasta la Edad Media y pasó sin variantes a la Edad
Moderna, cuya mentalidad cada vez más racionalista comenzó a individualizarlo con un
sentimiento negativo y como sinónimo de fanatismo irracional, preferentemente religioso. El art.
8o. de la Liga de Esmalcalda previene a sus seguidores contra el Entusiasmo, para evitar que se
crea que el Espíritu Santo se comunica o tiene eficacia fuera de la Palabra de Dios, en lo que
también insisten Lutero y Melanchton. El término "Entusiasmo" es usado de este modo en sentido
peyorativo, y los primeros protestantes no vacilaron en atacar al Papado como un "merus
enthusiasmus". También se usó el nombre de "enthusiastas" para denominar a algunas sectas
reformistas fanáticas, como los anabaptistas, los cuáqueros y los primeros metodistas, que se
creían inspirados y henchidos de la sabiduría del Espíritu Santo, quien (se decía) se revelaba a
dichos fieles.

En los siglos XVII y XVIII los filósofos intentan definir y estudiar los límites del Entusiasmo.
Shaftesbury caracteriza al Entusiasmo como sinónimo de fanatismo y visionarismo religioso, como
un sentimiento falso y engañador, predicando contra él una religión inspirada en los valores
universales de la Naturaleza y en los ideales elevados. Para Locke, se debe amar la Verdad para
buscarla, pero descarta el Entusiasmo como fundamento de la Verdad, ya que por ser irracional
produce opiniones extrañas y extravagantes, no permitiendo el examen racional de la Verdad y de
la Revelación. Leibniz afirma que el Entusiasmo es el defecto de quienes imaginan una Revelación
no fundada en la Razón, una especie de desequilibrio espiritual. Sin embargo, no sólo es peligroso
el Entusiasmo para el sentimiento religioso, porque según Shaftesbury hay "ateos entusiastas" (o
sea, fanáticos) y Voltaire advierte que el espíritu de partido o sectario predispone al Entusiasmo.
Vemos aquí que el Entusiasmo, como concepto, hacía referencia al fanatismo irracional,
obnubilador de la Verdad. "El Entusiasmo es como el vino", decía Voltaire.

En la Epoca Contemporánea, el concepto que nos ocupa comienza a positivizarse. Se ha


definido al Entusiasmo como un sentimiento moral intenso (Mme. de Stäel), lo cual reconoce
antecedentes en Aristóteles cuando define al Entusiasmo como un estado patético con vistas al
orden moral. En este corriente, el filósofo español Diego Ruiz ha predicado un ética basada en el
Entusiasmo, y Scheler nos hace pensar que sin cierto Entusiasmo no hay ética posible.
Debo pediros perdón, QQ.: HH.:, por esta disgresión intelectual que no pretende demostrar
conocimientos. Actualmente la palabra "Entusiasmo" ha perdido contenido filosófico; no obstante,
de la evolución del vocablo podemos extraer algunas ideas que perfilen cuáles son los rasgos que
caracterizan a un espíritu Entusiasta.

Puede dudarse si el Entusiasmo es una virtud, mas no cabe duda que se trata de una pasión o
sentimiento. Resulta muy importante destacar el elemento de agitación o conmoción interior que
produce en las Almas el Entusiasmo. Es una fuerza interna, que como la lava que hierve en lo
profundo de la Tierra (pido perdón por los ejemplos e imágenes, ya que la Poesía no es mi fuerte),
se revuelve esperando estallar cuando la motiva alguna idea del Espíritu. Agitación, empeño,
excitación, emoción de las entrañas, son todas palabras que caracterizan al Entusiasmo y denotan
actividad, inquietud, sentimiento vigoroso, que manifiestan su fortaleza y energía en la mirada
firme, en la conmoción estática de los ojos llameantes, lo que hace recordar aquella frase de Max
Heindel de que "los ojos son las ventanas del Alma". El Entusiasmo, como el fuego, posee un
potencial cuyo vigor puede ser destructivo y devastador cuando se lo malemplea, pero benéfico y
enriquecedor para quienes saben hacer buen uso de él. El Entusiasmo es una emoción que puede
ser aprovechada y dominada por la Razón para enaltecer y desarrollar todo nuestro Ser interno,
del mismo modo en que un corcel salvaje o la corriente de un río son dominados no para limitarlos
o someterlos, sino para hacerlos más útiles. De este modo, el Hombre de elevado Espíritu ve
crecer su impulso interior dirigiendo y canalizando su Entusiasmo hacia la consecución de los más
sublimes ideales universales de perfección personal y humana. En términos de Alquimia, el
Entusiasmo interviene como un catalizador en el proceso de transformación de nuestros metales.
El Entusiasmo, sabia y rectamente dirigido, es una fuerza modeladora de todo cuanto abarca su
potencia. Sin Entusiasmo nadie se sentiría motivado a trabajar sin pausa para su
perfeccionamiento o para mejorar en cualquier terreno de la Vida. Si no nos alumbrara en forma
constante una llama de Entusiasmo, seguramente nos dejaríamos vencer por el cansancio y las
dificultades que nos pone la Existencia y nuestros estados de ánimo. El Entusiasmo es en este Valle
terrenal de sufrimiento el clarín porfiado e infatigable que nos recuerda que continúa el Combate
de la Existencia. Sin Entusiasmo, pues, nadie desearía superarse día a día. Mucha razón asistía a
Giordano Bruno cuando aseveraba que el Entusiasmo es como el furor heroico, capaz de traspasar
los límites humanos; por supuesto, cuando se lo emplea con ansias de mejorar y de crecer, vivo y
vital en la percepción de lo nuevo (Jaspers).
A diferencia de lo que creían muchos filósofos de los siglos XVII y XVIII, es posible conciliar la
Razón con el Entusiasmo. El Entusiasmo inspirativo ofrece al Artista el poder creador, pero el
intelecto plasma en la Obra una traducción material de las potencias creadoras internas. Y
justamente la combinación de la Emoción con la Razón, ese juego, es el rasgo distintivo del Arte. El
Arte es acción, práctica, y también la construcción de la personalidad es un Arte, un Arte Real. El
Entusiasmo sume al Hombre en locas carreras, pero dicha carrera debe estar trazada y delimitada
de antemano por la técnica del auriga. Existe un adagio latino que precisa esta pauta de acción:
"sine ira et cum studio", que traducido significa "sin arrebatamiento y con Entusiasmo". Lo difícil
de la empresa es intentarlo, valiéndonos del Martillo de la Voluntad y del Cincel del
Discernimiento. Sin Entusiasmo no hay iniciativa que llegue a buen término, y con Entusiasmo
todo se logra y se alcanza, pero corresponde proceder con buen tino. Un Entusiasmo maldirigido
conduce a la perdición, libera a la ambición y al egoísmo y conduce al fanatismo, particular forma
de demencia mental; un Entusiasmo conducido hacia metas nobles nos abre la puerta de un
futuro de realizaciones a través de influjos creadores y vivificantes, hacia adelante y hacia arriba
para siempre. Así relata Rodó el impulso del Entusiasmo: "...Recuerda aquel instante en que la
pasión estalla en ti con su más ciego impulso; en que un movimiento superior a tí mismo, arrollada
tu voluntad por tu emoción, junta en una tus fuerzas; las multiplica si es preciso, con maravillosa
intensidad, y te arrebata a defender el bien que te disputan; a atacar al enemigo a quien odias: a
realizar o hacer tuyo, el bien que deseas". Este pensador describe dos clases de almas
"entusiastas": "...Hay el entusiasta inflexible, alma monocorde y austera: y hay aquel cuyo
entusiasmo asume las múltiples formas de la vida.... De los unos y de los otros...y sólo de ellos es
el secreto de la acción.... La más alta forma de la perseverancia, del entusiasmo y de la fe, es su
aptitud para extenderse y transformarse, sin desleírse ni desnaturalizarse...". El Entusiasmo
transformador pero íntegro es, para Rodó, un principio básico de construcción de la personalidad.

El Masón, que es a la vez un Hombre bueno, modela en la fragua del Entusiasmo su Alma; este
sentimiento vivificador lo guía en su Obra Constructora por el tortuoso y duro camino de la Vida,
que como señala el Rit.: de Inic.: del Ap.: "es una serie ininterrumpida de goces y disgustos".
Mantengamos así firme con los leños del nuestro Entusiasmo un ánimo sereno pero perseverante
en las tormentas del Espíritu, y que éste nos ilumine ayudándonos a avanzar y crecer, hasta que un
día, en esta o (por qué no) en otras existencias, con impetuosa plenitud nuestra Chispa Divina
explote dentro de la Estrella de nuestro cuerpo para proyectar nuestra Luz de Entusiasmo y
Esperanza (ambos fraternos hermanos) hacia los otros Hombres y hacia el Mundo. Las
realizaciones de la Humanidad que causan admiración y son modelos ejemplares para los grandes,
pero resultan motivo de envidia para los pequeños de corazón, no son más que el producto del
esfuerzo renovado alimentado por la perseverancia y el vivo Entusiasmo. Porque sin duda alguna
el Entusiasmo favorece la fecundidad de iniciativas y motivo el impulso creador.

Recordemos que un Espíritu Entusiasta es ante todo un espíritu juvenil, no importa su edad
biológica. Si un M.: o si nuestra Q.: Ord.: no poseyeran el Entusiasmo de un sentimiento juvenil
¿qué otra cosa podríamos esperar sino nuestro propio fin? El Entusiasmo del Anima juvenil está
naturalmente impregnado de rebeldía, rebeldía revolucionaria en el buen sentido del término,
inconforme con las injusticias y contradicciones de la Realidad, ávida de transformaciones y
nuevos horizontes, ansiosa por crear un Mundo respaldado en los impulsos del Entusiasmo,
espíritu de rebeldía revolucionaria muchas veces ingenuo pero puro. Bien decía Ingenieros que
"juventud sin rebeldía es servilismo precoz". Que nunca falte entonces en la Masonería, en estas
épocas donde impera el deseo a nivel profano de mantener, conservar, defender, solidificar
(siempre para dominar), el Entusiasmo revolucionario, que en el pasado tantos cambios y tantos
espacios de Libertad conquistó para el Género Humano a lo largo y a lo ancho de la Tierra.

QQ.: HH.:: Meditemos en la Col.: de la B.: con el Silencio de nuestro Gr.: a fin de sentir
nuestro Interior Profundo y de intentar percibir qué intensidad poseen el Sonido, la Luz y la Fuerza
de nuestro Entusiasmo. Si son débiles, saquemos bríos de flaqueza y avivemos la fragua, y si no es
suficiente sigámoslo intentando. El Tiempo, la paciente perseverancia y el esfuerzo nos darán, si lo
hacemos, la Victoria. Si son potentes velemos con la cautela del centinela que no se confía ni en
los momentos más calmos para que nuestro Entusiasmo no se apague. Trabajemos con
Entusiasmo firme, con Entusiasmo inquieto, con Entusiasmo rectamente dirigido, con Entusiasmo
constructivo, con Entusiasmo infatigable, con Entusiasmo juvenil y rebelde, para legar a las futuras
generaciones de MM.: una Ob.: sólida y una Cadena próspera y prestigiosa que nos llene de
orgullo. No cabe duda que los futuros HH.:, fortaleciendo aún más a la Ord.: con el Entusiasmo que
a su vez aporten, conseguirán modelar a sus Almas y a las Almas del Orbe entero, para la mayor
G.: D.: G.: A.: D.: U.:.
NOTAS SOBRE MOZART Y LA MASONERIA

Nuestra intención no es exponer al Mozart persona, músico o a su obra musical en general,


sino un tema muy concreto de su vida: Mozart como M.: y su obra musical masónica. A pesar que
hoy día las biografías y estudios sobre la personalidad de este Maestro son innumerables, son muy
pocos los que se dedican exclusivamente al tema de Mozart y de nuestra Ord.:, y algunas obras
apenas tratan unos fragmentos, cuando no soslayan el tema. Y sin embargo en la vida de Mozart la
Mas.: fue un aspecto muy importante. Porque Mozart no tenía a la Ob.: como una de tantas
actividades recreativas, sino que se sentía realmente comprometido con la causa masónica; para
él ser M.: era un motivo de orgullo y no se molestaba en proclamarlo y decirlo abiertamente en
público, y todo el mundo conocía su filiación masónica. Mozart se consideraba un Masón
militante, lo cual le ocupó un lugar muy destacado en su existencia y le amplió su horizonte. Por
otra parte, a las actividades masónicas dedicaba gran parte de su tiempo y anhelos, y sobre todo,
le brindó su más grande talento musical, dirigiendo conciertos de beneficencia o en honor de la
Ob.: o los TTrab: de Música en los TTall.:, y componiendo obras en honor o para eventos de la
Mas.: u obras PProf.: donde la impronta de aquélla se hallaba presente, como expondremos más
adelante en detalle.

1784, el año de la consagración masónica de Mozart, cuando éste tenía veintiocho años de
edad y tan sólo cinco años antes de lo que después sería la Revolución Francesa (1789), veía una
Mas.: muy activa y entusiasta en el Imperio de Austria, y particularmente en su capital Viena.
Gozaba de la condescendencia y protección del Emperador José II, a quien se atribuye la
reorganización de las LLog.: en Viena, y a quien se asocia en la ópera "La Flauta Mágica" con el
sacerdote Sarastro, de lo cual no hay sin embargo parecer unánime de los estudiosos de la obra
mozartiana. La Mas.: vienesa era pujante y progresista, nutriente y difusora de las Nuevas Ideas
que circulaban por Europa, y buscaba espíritus innovadores, esclarecidos. Es de mencionar que la
Mas.: de esa época no era incompatible con el Catolicismo, a pesar que la Iglesia ya la había
condenado en la Encíclica "In Eminenti" (1738), por lo que es de destacar que Mozart jamás abjuró
de su condición de católico. Aparte, no debe olvidarse que la Gran Asociación, que no era
considerada secreta en esos días, constituía toda una novedad y moda en Viena, lo que impelía a
muchas personas a querer pertenecer a la Ob.:. Sin embargo, la tensión que vive Europa a nivel
político hacia esa época, la cual se sacude por la onda expansiva de la Revolución Francesa, motiva
que la Mas.: comience a ser mal mirada por los pertenecientes al "establishment" y a ser tomada
como subversiva, máxime cuando se sabía que se discutía en el seno de las LLog.: temas atinentes
a Política, y el propio Emperador José II toma una postura de distancia y de vigilancia, y a su
muerte (1790), su sucesor Leopoldo II iniciará un tratamiento hostil respecto a la Ord.:,
prohibiéndose más tarde.

Como M.:, Mozart creía en la Naturaleza y en la Igualdad de los Hombres, y realmente creía
que en la Mas.: este segundo ideal encontraba su realidad. Se considera que Mozart era de
espíritu bueno, generoso y compasivo, y tal fue el ardor con que Mozart tomó a la Ord.: y tal la
devoción que tenía por su Log.: que determinó que su padre entrara también poco más tarde. De
la Ob.:, y particularmente de algunos generosos HH.:, Mozart recibió ayuda económica en sus
tiempos más difíciles, por lo que guardó también un profundo agradecimiento. Sin embargo, a
nivel de la sociedad establecida Mozart comenzó a ser mal mirado por su condición de M.:, siendo
objeto de discriminaciones y postergaciones por otros músicos intrigantes y mediocres, y al punto
tal que la Iglesia le escatimó sus auxilios religiosos en los momentos últimos por el sólo hecho de
ser M.:.

El día 5.12.1784 la Resp.: Log.: "Zur Wohltätigkeit" ("A la Beneficencia") dirige una Plancha
consignando que el día 14.12.1784 a las 18.30 hs. sería iniciado el "director de orquesta Mozart",
lo cual es confirmado en otra Pl.: de fecha 11.12.1784. Finalmente Mozart, tal cual lo previsto, es
iniciado el 14.12.1784 en la Log.: "Beneficencia". Poco después comienza a participar activamente
en otra Log.: llamada "Zur Wahren Eintracht" ("A la Verdadera Concordia"), de tendencia
progresista, registrándose su nombre en la Lista de Visitantes el día 24.12.1784. En esta segunda
Logia se le da un Aumento de Sal.: a Comp.: por delegación y solicitud de su Log.: Madre en fecha
7.1.1785. En esta Log.: "A la Verdadera Concordia" se inicia Haydn, otro gran músico y amigo de
Mozart, ceremonia a la cual este segundo no puede concurrir por postergarse del 28.1.1785 para
el 12.2.1785. Se dice que Mozart pudo haber llegado a Maest.:, de lo cual nada consta en los
Archivos, no pudiendo en verdad ser ésto corroborado. Habíamos dicho que impelido por su hijo,
Leopold Mozart se inicia en la Gran Cofradía, lo que se concreta en 1785 en la Log.: "A la
Verdadera Concordia" y tan grande fue su esfuerzo que en poco tiempo y en el mismo año llegó al
Gr.: de Maest.:. Consta la participación de Mozart en la dirección de un concierto de beneficencia
de la Mas.: fechado el 20.10.1785. Poco después, y debido a una reestructura de las LLog.:
vienesas, la Log.: Madre de Wolfgang Mozart se funde con la Log.: "Zur Neugekronten Hoffnung"
("A la Nueva Coronada Esperanza"), en donde nuestro músico concluirá su carrera masónica, que
sólo se interrumpirá con su pasaje al O.: E.:. En esta Log.: conocerá a Schikaneder, quien será
importante colaborador con los libretos de algunas obras musicales de contenido masónico.

Se considera a Mozart el creador o el impulsor más destacado del simbolismo musical


masónico. De su actividad para nuestra causa el H.: Mozart dedicó muchas composiciones a los
TTrab.: de las LLog.: a cuyo Cuad.: pertenecía o con quienes mantenía vinculaciones. Aún hoy
muchas de sus composiciones masónicas se escuchan en las LLog.: de Alemania y Austria, y un
fragmento de una obra suya es nuestro actual Himno Masónico.

Como obras que podríamos considerar "premasónicas" tenemos una pequeña Aria
acompañada de teclado llamada "Die Freude" ("La Alegría"), compuesta sobre un poema
masónico y que data de 1767; en segundo lugar "O Heiliges Band" (Indice Köchel 148), año 1772.

Dentro de las obras musicales masónicas propiamente dichas de Mozart tenemos:


- Cantata "Dir, Seele des Weltalls" (I.K. 429) de 1783, dedicada al Sol y en modo Mi b Mayor
(tres bemoles), tonalidad muy usada en las composicones masónicas mozartianas.

- "Gesellenreise (Die ihr einem neuen Grade)", I.K. 468, "El Viaje del Compañero", compuesta
según se dice para el Rit.: de Col.: del padre de Mozart. Del 26.3.1785.

- Cantata "Die Maurerfreude" o "Sehen, wie dem staren Forscherauge" (I.K. 471), "La Alegría
de los Masones", compuesta en honor de Ignaz Von Born, Ven.: Maest.: de la Log.: "A la Verdadera
Concordia" y benefactor de Mozart, estrenada en presencia del padre de Mozart, y con la cual fue
recibido en Praga por los HH.: de la Log.: "A la Verdad y la Unión" con motivo del estreno en esa
ciudad de su ópera "La Clemenza di Tito". Data del 26.4.1785.

- "Oda Fúnebre" o "Maurerische Trauermusik" (I.K. 477), de noviembre de 1785, en honor de


los HH.: Macklenburg y Esterhazy. Se la ha considerado un enlace entre la Misa en Do menor y el
Requiem.

- Dos Lieder para tenor, coro y piano "Zerfliesset heut, geliebte Brüder" y "Ihr, unsre neuen
Leiter" (I.K. 483 y 484 respectivamente). Este segundo para instalación de funcionarios de Logia, y
de 1786.

- Adagio en Fa, para entrada solemne de Miembros de Log.:. En éste se podía escuchar el
ruido de los malletes. Hoy supuestamente perdida.

- Cantata "Die ihr des unermesslichen Weltalls Schopfer ehrt" (I.K. 619).

- "Eine kleine Freimaurer-Kantate" ("Pequeña Cantata Masónica"), para la inauguración del


nuevo Temp.: de la Log.: "A la Nueva Coronada Esperanza" en el 15.11.1791, que llegó a dirigir
Mozart, en Do Mayor y una de sus últimas obras, ya en su lecho de muerte, uno de cuyos
movimientos constituye el actual Himno Masónico nuestro, del cual en el Diccionario
Enciclopédico de la Masonería consta una transcripción para piano con una letra en español del H.:
Rosendo Arus y Arderiu de pésimo contenido literario y que no se corresponde con el texto
original alemán (I.K. 623).

- "Lasst uns mit geschlungen Händen" (I.K. 623 a), himno a la Fraternidad Universal y que
sirvió como base para el Himno Nacional Austríaco.

- "La Flauta Mágica" ("Die Zauberflöte"), I.K. 620, sobre libreto del H.: Schikaneder. No es una
obra propiamente masónica, si bien texto y música se inspiran en la simbología Mas.:. Opera en
alemán que presenta a primera vista un argumento fantasioso pero apreciable para Iniciados,
ambientada en el Egipto antiguo, cuya Obertura está escrita en Mi b Mayor (tres bemoles) y
comienza con tres acordes. Su análisis daría lugar a un tema aparte.

"LA FLAUTA MAGICA", LA GRAN OPERA ESOTERICA DE MOZART

Entre los múltiples medios que nos ha dado en su infinita bondad el Gran Arquitecto del
Universo para elevar nuestros espíritus se encuentra el Arte, que nos permite estar en
consonancia con la Armonía Universal de la cual nunca debimos separarnos. Acostumbrados a
caminar a tientas entre las tinieblas del Mundo, no todos podemos captarlo con la sensibilidad
conveniente que se requiere, pero Almas espiritualmente superiores y adelantadas dedican su
tiempo, sacrificio y esfuerzo a recoger ese Don sublime y ponerlo al servicio de sus Hermanos, no
sólo para deleitar sus sentidos sino para transmitirles profundas Enseñanzas. El Arte es una
invitación a la superación personal, una Voz constante que nos recuerda el destino de Glorificación
que nos tienen reservados los Cielos, y el Artista se convierte, pues, en un Portador de Luz para los
espíritus más pequeños.

Jesucristo reveló a los Hombres verdades cósmicas mediante Parábolas. Nunca expuso estas
Enseñanzas directamente porque sabía que la Humanidad no había adelantado lo suficiente para
entenderlas, así como un escolar de grado inferior no comprendería los más complicados
teoremas matemáticos. Pero hay más: la transmisión de una verdad superior a través de un simple
cuento puede asimilarse mejor, ya que quien lo recibe está obligado a preguntarse: "qué quiso
decir esta persona con este relato"?, y éllo lo determina a efectuar un trabajo de elaboración
intelectual para desenterrar mediante la Razón el mensaje que ocultaba dicho cuento, mensaje
que perdurará más en su Corazón que si se le hubiera transmitido como simple afirmación. Lo que
hemos dicho muestra el verdadero sentido de por qué el Cristo explicaba sus Enseñanzas
mediante Parábolas: "para que viendo no vean y escuchando no entiendan, porque miran sin ver y
escuchan sin oir ni entender" (Is. 6:9-10; Mt. 13:13-17; Mc. 4:10-12; Lc. 8:9-10). El nos obligaba a
pensar, a masticar y digerir la Verdad; no se limitaba a hacer simples afirmaciones.

Del mismo modo grandes personajes instruidos en los Misterios, a lo largo de la Historia y en
cuentos inocentes, intentaron exponer Enseñanzas que sólo a ellos les había sido revelado
directamente y en la más absoluta reserva. Los mitos, bajo la apariencia de relatos ingenuos,
intentan explicar grandes Misterios e interrogantes sobre la Naturaleza, la Existencia y el Hombre.

En el terreno de la Música sucede un fenómeno particular: el compositor, señala la Doctrina


Rosacruz, capta por su sensibilidad, adquirida en sucesivas vidas, armonías superiores de una
Música que rige la evolución y movimiento del Universo, conocida en la Doctrina Iniciática como la
"Música de las Esferas". Ya desde los antiguos griegos se hablaba de la Música como medio
adecuado al Alma para entrar en contacto con los Mundos Invisibles, y el ideal griego de
realización era ponerse en "consonancia" con la "Armonía" Universal (todos términos hoy usados
en Música). Es también muy conocido el poder de la Música para inspirar los más nobles
sentimientos, y basta recordar que la Alquimia, ciencia eminentemente espiritual, es conocida
asimismo como "Arte de Música".

Música y Literatura pueden confluir para exponer con gran éxito Doctrinas elevadas. Estas
dos disciplinas se conciben hoy como separadas e independientes, pero hasta el Renacimiento
formaban un todo indivisible. Platón afirmaba en "La República", "La Música se compone de tres
elementos: la palabra, la melodía y el ritmo", y en la Edad Media Folquet de Marsella decía que
"un Poema sin Música es como un molino sin agua".

Cuando a la Música y Literatura se une el Drama, a los fines de escenificación, se puede dar
un mensaje todavía más claro, ya que se pone en juego el uso de más sentidos: oídos para adaptar
música y texto y ojos para mirar aquello que se intenta transmitir.

Estas tres Artes (Música, Literatura y Drama) son los principales conformadores de la Opera,
que se ha revelado muy idónea para transmitir Verdades Iniciáticas a "oídos que no oyen y ojos
que no ven".

"La Flauta Mágica" ("Die Zauberflöte"), Indice Köchel 620, es una Opera de contenido
esotérico; no es un obra rica solamente en Música sino también en filosofía. Superficialmente se
observa una trama fantasiosa y mágica (hasta "kitsch" y trivial), ¡pero felices aquellos que
comprenden que la Música y Texto de esta Opera son sólo meros pretextos para revelar una
Enseñanza Sublime, y más felices aquellos que no se limitan a entender el simbolismo que encierra
sino que se sienten invitados por élla a recorrer el Camino de la Luz! Como todos sabemos,
Wolfgang Amadeus Mozart y Emmanuel Schikaneder (autores de la música y libreto de aquella
Opera respectivamente) eran Iniciados Masones. El libreto de "La Flauta Mágica" está inspirado en
una obra de Wieland (1733-1813). Se menciona por algunos estudiosos la participación de otro
Iniciado en la composición del libreto, llamado Karl Ludwig Giesecke (1761-1831). Sin perjuicio de
lo que se explicitó en nuestras alusiones sobre Mozart y la Masonería, una relación de las obras
inciáticas de Mozart puede consultarse en el libro de Serge Raynaud de la Ferrière, "El Libro Negro
de la Francmasonería", Ed. Diana, México, 1984, pag. 126 en nota.

La Opera "La Flauta Mágica" destaca dos temas principales; el primero muestra la lucha
entre dos potencias ocultas y simbólicas, donde triunfa el Bien sobre el Mal, la Sabiduría contra el
Oscurantismo, la Luz sobre las Tinieblas, la Razón contra el Dogmatismo. En suma, resultan
victoriosas la Verdad y los Nobles Ideales.

El segundo tema es el más importante y tal vez el menos advertido por todos, salvo para los
IInic.:. La obra de que tratamos nos hace penetrar en la Aventura de la Iniciación. El sendero que
lleva a ella no es muy fácil, ya que requiere tiempo y sacrificio, pero sobretodo Elevación Anímica
en el Amor y la Virtud. Desgraciadamente ¡ay! la inmensa mayoría de la Humanidad no sólo no lo
comprende sino que se encuentra inmadura para recorrerlo. Debemos recalcar, no obstante lo
expuesto, que no podríamos considerar en nuestra opinión a "La Flauta Mágica" una obra
propiamente masónica a pesar de su contenido educativo y de la clara influencia de la simbología
de la Ord.:. Pero no cabe duda que está inspirada en lo masónico.

La Obertura de "La Flauta Mágica" no es importante sólo musicalmente sino que posee gran
valor esotérico, haciendo una vez más presente la genialidad de Mozart. Nuestra afirmación se
demuestra confrontando la Obertura con la organización general de la Opera, dominada por la
cifra 3, uno de los números fundamentales dentro de la Numerología de los Iniciados, ya que es la
cifra que representa la Perfección. La misma puede apreciarse en los tres acordes iniciales de la
Obertura, así como en su tonalidad (Mi b Mayor, armada con tres bemoles en clave). Esta posee
asimismo un "Ethos" o carácter que implica Virtud e ideales elevados.

De más está indicar el sentido simbólico y mágico del número 3, que data de tiempos tan
antiguos como la propia Humanidad. Bajo este número se ha sintetizado procesos, principios y
esencias que forman en sí universalidades: los tres estados del Sol (aurora, mediodía y ocaso), los
estados del Hombre (Físico, Astral y Divino), los principios sexuales (Macho, Hembra y Neutro), los
tres elementos alquímicos básicos (Mercurio, Azufre y Sal), la triple constitución del Ser Humano
(Alma, Mente y Cuerpo), el lema "Libertad, Igualdad, Fraternidad", las Virtudes Teologales (Fe,
Esperanza, Caridad o Amor), los tres reinos de la Naturaleza (mineral, vegetal y animal), etc., etc..
El 3 simboliza, además, la síntesis o producto del conflicto de las Fuerzas opuestas. Mucha razón
asistía a Lavinius de Moravia cuando afirmaba "de tres proceden y a tres van todas las cosas de la
Naturaleza".

Dicha Obertura nos prepara, pues, para la trama que se desarrollará en los dos actos que
componen la genial Opera de Mozart y Schikaneder.

Acto I
Al contrario de muchas Operas, la primera escena de esta obra comienza pletórica de
acción y dinamismo, hecho que sin duda nos llama la atención; la música sugiere confusión,
peligro ante la posibilidad de un acontecimiento fatal, trances desagradables. Pero si analizáramos
el drama de nuestra vida apreciaríamos que nos movemos en un ambiente semejante.

Tamino, el personaje principal de la obra, aparece corriendo asustado, corriendo con un


arco sin flechas para escapar de la persecución de una serpiente; el arco sin flechas nos muestra su
falta de protección frente al peligro que enfrenta. Esta imagen es muy rica en símbolos: la
serpiente representa las más bajas pasiones del Mundo que acechan al Hombre, no es sólo
tentadora sino también agresiva. El Alma que triunfa y alcanza la Luz es aquella que vence a la
Serpiente del Mundo y de las tentaciones que atentan contra su adelanto; pero en este caso
Tamino es incapaz de combatirla porque se encuentra desarmado de los instrumentos espirituales
para derrotarla. Tamino es en estos momentos la personificación de la virtud aún no
perfeccionada, que no es eficaz, decidida ni valiente, falta de la fuerza moral y espiritual de la
Iniciación.

Falto de toda protección y por no saber cómo enfrentarla, Tamino siente miedo y huye. Si
bien la inocencia y virginidad espiritual son aspectos positivos para el Alma, ellas no son por lejos
el ideal del candidato a la Iniciación; en efecto, el Hombre timorato y falto de experiencias y
tentaciones no tiene idea de cómo luchar contra los problemas de la Vida, hecho que no permite
que evolucione y se realice. Recordemos a Parsifal, de la Opera homónima de Wagner, en su etapa
de "tonto virgen", porque guarda muchas semejanzas con Tamino. Más adelante veremos cómo
Tamino se va puliendo y perfeccionando, mostrando al final de la Opera que estudiamos una
personalidad totalmente diferente y contrastante con la que posee en esta escena.

Sólo los Hombres fuertes en su Interior, ricos en experiencias y vencedores sobre las
tentaciones y pruebas de la Vida, conquistarán la Victoria de la Plenitud.
Para triunfar sobre las desviaciones y las bajas pasiones tampoco debemos huir de ellas como
lo hacen lamentablemente muchas personas que se alejan a los lugares más remotos, lejos de
todo posible contacto mundano, o tratan de escapar de la tentación aferrándose ciega y
tozudamente a un "ideal" tan inexistente como su propia fantasía, manteniendo en los dos casos
una pureza ficticia. Tenemos que armarnos de nuestro coraje, tomando la Espada de la Fortaleza
Anímica y el Escudo de la Virtud, y bajar a las mismas arenas de la Realidad para luchar hasta
vencer las acechanzas de esta Tierra. La rica imagen alquímica de San Jorge derrotando al Dragón
(a veces representado como serpiente) nos enseña qué debemos hacer si deseamos alcanzar la
Felicidad del Alma.

Incapaz de defenderse por sí sólo, y desmayado a causa de la fatiga, el miedo y la falta de


esperanza, Tamino necesitará una ayuda exterior a él para salvarse, acudiendo en su auxilio las
Tres Damas de la Noche, quienes matan al monstruo con sus lanzas de plata. Las Tres Damas de la
Noche personifican a los Angeles, Espíritus superiores y quienes guían y trabajan por la superación
del Hombre; si no fuera por ellos éste ya hubiera perecido por su inidoneidad para dominar sus
pasiones, perdiéndose en el más grande abismo, pero en su gran bondad nos tutelan y protegen
nuestro desenvolvimiento. El Alma poco desarrollada necesita de fuerzas exteriores para ayudarse
a alcanzar el adelanto, y así muchas personas se sienten hoy impulsadas a pedir auxilio a espíritus
elevados, sea Angeles, Santos u otras entidades similares. Pero cuando nos hayamos conquistado
a nosotros mismos a nadie deberemos recurrir sino a nuestras propias fuerzas.

Habíamos dicho que las lanzas con que las Tres Damas de la Noche matan al monstruo son
de plata. En Alquimia la plata representa una de las personalidades de Dios, que es el Espíritu
Santo, gran auxiliar de la Humanidad en los momentos presentes; es el metal de la Luna y del sexo
femenino, así como la diosa Isis de los egipcios y la Eva del Génesis. Se opone al oro y al Sol, por lo
que la plata es un metal característico de las fuerzas de la Noche.
Todo esto nos muestra los caracteres que individualizan al Reino de la Noche; de allí es
originaria Pamina, de quien hablaremos más adelante, también de sexo femenino como las Tres
Damas. Veremos que, por el contrario, Sarastro y sus Sacerdotes son del sexo masculino. Tamino y
Pamina unirán e integrarán por el Amor a los dos sexos, transformarán la Dualidad en Unidad.
Personas como ellos dos, puras, nobles e inspiradas por la Iniciación formarán la base de la Unión
de la Humanidad en una Gran Fraternidad Universal.

Las Tres Damas de la Noche (recordemos la presencia del numero 3) se sienten enamoradas
de Tamino debido a su belleza, y todas quieren quedarse a cuidarlo, sin ponerse de acuerdo sobre
quién avisará a la Reina de la Noche. En efecto, los espíritus angélicos se sienten atraídos a
proteger a aquellos que demuestran condiciones espirituales. Al final deciden ir todas juntas.

Luego que las Tres Damas de la Noche corren a buscar a su Reina, Tamino despierta. No
puede creer cómo sigue vivo y cómo la serpiente yace muerta a sus pies. Del mismo modo que él
no entiende cómo fue muerta la serpiente nosotros no tomamos conciencia de que si no fuera por
el trabajo incesante de la Jerarquías Invisibles hubiéramos caído ya mucho tiempo atrás en la
Perdición. No tenemos idea de cuán poderosas son las Fuerzas del Mal, pero menos imaginamos
cuán fuertes serían si no fuera por la tarea sin pausa y en el Silencio que hacen las Logias y
Hermandades Blancas para contrarrestarlas. La Maldad existente en nuestro Mundo es un grano
de arena comparado con lo que habría sido de no ser por el esfuerzo de muchos seres que, en su
gran amor desinteresado hacia el Género Humano, se ofrecen como soldados valientes dispuestos
a ayudarlo a superarse.

El miedo no ha desaparecido de Tamino, y se esconde al sentir la aproximación de un


extraño. Aparece Papageno con su pajarera al hombro y entonando una canción de carácter jovial
y alegre por la cual se presenta. Su imagen es la de un ser simple, despreocupado y amante de la
vida fácil y divertida, que como todo varón desea una mujer, mas su amor es más sensual que otra
cosa. ¡Qué distinto será del que se despertará en Tamino por Pamina!

Desearíamos ahora detenernos en la figura de Papageno. Para Sören Kierkegaard éste se


ubica en el segundo de tres estadios de la sensualidad según la clasificación que establece en su
obra "El Erotismo Musical", y que define como "estadio Etico", caracterizado por un deseo
inspirado a hacer descubrimientos. Los estadios de referencia son el estético (soñador, intuitivo),
el ético (reflexivo, inquisitivo) y el místico (anhelante, absoluto); estos tres se encuentran
encarnados en tres personajes de Operas de Mozart, respectivamente Cherubino, Papageno y Don
Giovanni. Pero Papageno es el hombre que se contenta con lo simple y trivial, cuya máxima
preocupación es vivir alegre y sin mayores complicaciones; su máxima ambición es conseguir una
mujer, y su apego a lo material es tan pronunciado que le estorba para llegar a metas superiores.
¡Cuán lejos está este estado espiritual del Adelanto!. Sin embargo ¡ay! así somos la mayoría:
siempre despreocupados y sordos al llamado de los Cielos, porque Papageno representa al
hombre sensual, vulgar, demasiado vinculado y amigo de los placeres terrenales; por eso la razón
de que posee una Flauta de Pan.

El mismo instante del encuentro y del diálogo entre Tamino y Papageno nos muestra qué
opuestas e incompatibles son sus personalidades; Papageno no puede comprender cómo Tamino
no lo conoce y éste le revela su condición de Príncipe. Su dignidad nobiliaria evidencia no
solamente su posición social sino la superioridad de su Alma sobre la de Papageno.

Papageno no puede concebir la existencia de otras tierras o personas más allá de la comarca
donde habita. Las tierras allende a la suya simbolizan los Mundos Superiores donde se alcanza la
Virtud; los que vivimos apegados a la Tierra estamos tan absorbidos y acostumbrados a ella que
creemos que la nuestra es la única realidad que tenemos. Cuando nos hablan de "otras tierras" o
de los Mundos Suprafísicos, nuestros oídos se resisten a dar crédito a tales afirmaciones.
Recordemos cuando, en la hermosa Alegoría de la Caverna de Platón, aquel que pudo apreciar y
conocer la Luz que estaba fuera de la caverna intenta revelar y explicarlo a los demás, pero éstos
no pueden comprenderle. En el caso de Papageno, su vulgaridad es tal que tan sólo ve esas nuevas
tierras como lugares donde pueda tener más posibilidades de comerciar con sus pájaros; pero de
la misma forma nosotros no captamos debidamente el verdadero sentido de los Mundos
Superiores, concibiéndolos como lugares donde podremos continuar la vida y los placeres de este
Mundo.

Tamino desea saber más sobre la vida de Papageno, el cual no le da más datos que los que
conforman la descripción de un hombre simple; de su pasado solamente conoce cómo vino al
Mundo. Sólo trabaja para vivir con un criterio totalmente prosaico. El prototipo del Hombre
común, una vez más, que vive no conociendo más que su presente y trabaja para sobrevivir,
fenómeno muy lamentable que cada vez se observa más en la vida de las ciudades modernas ¡Si
tan sólo fuéramos capaces de darle un mejor contenido a nuestras ocupaciones laborales!

Si bien Tamino es extraño para Papageno, también Papageno es extraño para Tamino. Esto
remarca las dos naturalezas diferentes de que participan ambos. Pero Papageno se quiere valer de
la inocencia y credulidad de Tamino, haciéndole creer que mató a la serpiente que lo perseguía.

La actitud de Papageno nos recuerda a la de aquellos charlatanes que bajo el disfraz de


"profetas", "enviados" o "maestros" aseguran y prometen a sus prosélitos la salvación y la solución
de sus problemas existenciales, cuando en realidad ocultan las sustanciosas ganancias que
pretenden obtener lucrando con la credulidad de sus víctimas. Ellos se colocan como "salvadores y
mensajeros de Dios para la Humanidad", ¡pero a cuántos espíritus ingenuos han hecho caer en el
error! Jesucristo nos ha dado un consejo muy práctico para desenmascararlos: "por sus obras los
conoceréis" (Mt. 7:15-16). Infortunadamente muchos, en su afán y desesperación por encontrar
algo a qué aferrar su débil existencia, se entregan incondicionalmente a estas personas sin
escrúpulos.
Tamino, como es inocente, cree las palabras de Papageno, pero las Tres Damas de la Noche
se aparecen y amonestan a Papageno por su mentira. Debemos recordar que un rasgo esencial de
estas Tres Damas, así como de la Reina de la Noche, es que están cubiertas por un Velo, símbolo
de la preservación y ocultamiento que deben tener los Misterios a los ojos de los profanos.

Estas le dan a Papageno agua en vez de vino y una piedra en vez de pan, y en este episodio
se ofrece un simbolismo muy rico. Recordemos que a los antiguos Atlantes se les dio el vino como
medio para conquistar el Mundo Físico y Material, y no permanecieran tanto en los Mundos
Espirituales; actualmente las condiciones han cambiado, y es recomendable liberarnos del alcohol
y comenzar la lucha por alcanzar los Mundos Superiores, sustituyendo al Vino por el Agua. La
piedra que se le da a Papageno es una piedra negra, basta, que representa a su Alma; es una
invitación a pulir su Piedra, es decir, a perfeccionarse. Y la invitación a alcanzar las Alturas también
está destinada a todos nosotros.

Por su mentira Papageno es castigado a llevar un candado que deja cerrada su boca. Esta
sería la mejor pena para todos los embusteros que prometen falsamente la Salvación (y también
para todos los embusteros en general): ser obligados a callar. Las Leyes de los Estados deberían
vigilar y ser más severas contra los falsos profetas que juegan con la ingenuidad, el dinero y
muchas veces la libertad física de aquellos que atrapan en sus redes.

Una vez revelada la verdad sobre quién mató a la serpiente, las Tres Damas muestran a
Tamino el retrato de Pamina, quien se enamora instantáneamente de ella. Como Tamino es un
Alma de grandes condiciones recibe para su elevación un instrumento apto: la contemplación de
los más puros ideales, representados en la imagen de Pamina, como también la experimentación
del Amor más puro; ese Amor desprovisto de pasión sexual, y que un día forjará el Poder Creador
de la Palabra Perdida. Con el retrato de Pamino el corazón de Tamino se transforma; comienza a
cambiar su estado de espíritu, antes temeroso e inseguro, por uno valiente y decidido.

La figura de Pamina tiene un carácter muy especial como símbolo porque ella misma es toda
una alegoría. Pamina, principio femenino representado en Alquimia por el Azufre, es el Alma del
Ser Humano y personifica además los ideales cuyo desarrollo conducen a la Perfección. Sabiendo
que el Hombre está compuesto de Cuerpo, Espíritu y Alma podremos percibir que Papageno,
Tamino y Pamina se corresponden respectivamente con cada una de estas tres esencias.

Las Tres Damas y la Reina de la Noche (que entra a esta altura en escena) convencen a
Tamino que Pamina, hija de la Reina, es prisionera y flagelada por Sarastro. Si bien Tamino está
ahora animado por el valor no deja de perder su ingenuidad y mantiene actitudes de un Alma no
muy pulida, porque es convencido por aquéllas a través de sus palabras cariñosas y reacciona con
vehemencia, deseando llevarse todo por delante para rescatar a su amada, falto de toda
prudencia.

Nosotros veremos más adelante que Sarastro no será un malvado sino que es el Jefe de la
Hermandad de los Iniciados. Su nombre (Sarastro) oculta en realidad el de Zoroastro, uno de los
Grandes Maestros de la Antigüedad. Si Pamina está prisionera en su castillo, es porque en realidad
se encuentra destinada a ser preservada para la Perfección, ya que los Iniciados sólo están
interesados en su bien.
Algunos han visto en la Reina de la Noche una alegoría de la Iglesia, que intenta preservar
bajo su égida a todas las Almas e intenta convencer a sus fieles de que los que la abandonan se
encuentran en el error y en la perdición. Si bien ésta cumple un papel importante en la evolución
de la Humanidad (recordemos que sus palabras impulsan y dan ánimo a Tamino, provocando en él
una transformación de ánimo), los Hombres sienten en determinado momento la necesidad de
dejarla de lado ya que es necesario seguir adelantando y elevarse a otros planos; eso supone un
gran esfuerzo personal, muchas veces doloroso por los sacrificios, miedos e inseguridades que se
experimentan al principio. Pero muchas Almas humanas necesitan un amparo que las cobije, y
abandonar su protección supone una aventura riesgosa cuyo resultado no puede predecirse
muchas veces, ya que el único refugio espiritual que los albergue será el que pueda construir uno
mismo con su trabajo, refugio que podría derrumbarse si la tarea de perfeccionamiento en el Bien
no ha sido emprendida convenientemente.

Tamino queda maravillado ante lo vivido con la Reina y las Tres Damas de la Noche;
Papageno, en tanto, no puede decir palabra a causa del candado que cierra su boca. Pero la Gracia
de la Iglesia, que tiene poder para perdonar las faltas, es considerable, y en un noble gesto libran
del castigo a Papageno, quien promete no volver a mentir más. Ha aprendido la lección y se
corregirá por la angustia que ha experimentado al ver que había quedado enmudecido. El Poder
de las Palabras es muy especial y no pueden ser usadas para la mentira, la calumnia, el insulto o
las expresiones soeces. El buen uso que se dé a la Palabra es importante para la Elevación del
Género Humano, y sabemos que un día la Palabra tendrá un Poder Creador.

Todos cantan una sentencia muy hermosa, de alto contenido y gran verdad:

"Bekämen doch die Lüger alle

Ein solches Schloss vor ihren Mund;


Statt Hass, Verleumdung, schwarzer Galle,

Bestünde Lieb und Bruder Bund".

("Si recibieran todos los mentirosos

Semejante candado en su boca,

En vez de odio, calumnia y rencor,

Reinaría el Amor y la Unión Fraternal").

Las Tres Damas de la Noche le regalan a Tamino una Flauta, cuyo sonido le ayudará en sus
peripecias en el castillo de Sarastro. El influjo mágico de las flautas es tratado en la Literatura
desde los tiempos más remotos de la Humanidad. Los filósofos griegos criticaron al principio el uso
de este instrumento por considerarlo sensual y causante de encantamientos; con el tiempo se
abandona esta idea y se difunde su práctica, dando lugar a un verdadero virtuosismo por parte de
algunos instrumentistas. Se cuenta que Sócrates, próximo a beber la cicuta, ensayaba una melodía
en una flauta y alguien le preguntó por qué lo hacía, seguramente viendo que éllo, dado el escaso
tiempo de vida que le quedaba a aquel filósofo, poco beneficio práctico le reportaría. Sócrates le
respondió: "¡Para morir sabiéndola!". Esa melodía que ensayaba en su flauta le ayudaría en su
preparación al tránsito fuera de este Mundo. La leyenda del Flautista de Hamelin, de contenido
también iniciático, es otro ejemplo ilustrativo de los efectos mágicos de la flauta, y para terminar
este punto diremos que los médicos antiguos recomendaban el son de la flauta para curar ciertas
enfermedades. En la India la flauta del dios Krsna o Krishna, para los hindúes, es una
representación de invitación a la Devoción y a la Vida Superior. La Flauta Mágica no simboliza otra
cosa que la Voz del Silencio, aquel llamado que sale desde lo más profundo de la Conciencia y que
impulsa a dominar las pasiones para salir al encuentro de la Palabra Perdida.

Papageno, queriendo evitar los riesgos y peligros de la aventura que emprenderá Tamino,
desea irse. Así son todas las personas simples y conformistas: contentas y satisfechas con su
pequeña seguridad buscan eludir las responsabilidades y las complicaciones, son perezosas para
los asuntos que demanden mayor esfuerzo y entrega pero lo que es peor, son cobardes para
arriesgarse. Sabemos muy bien que el Alma Elevada debe proteger a sus hermanos más débiles
aun a riesgo de su propia vida; pero las personas como Papageno carecen del más elemental
sentido de solidaridad y temen perder sus comodidades. Tamino, resuelto y decidido; Papageno
temeroso. El Espíritu es fuerte pero la Carne es débil....

Resulta extraño cómo las Tres Damas de la Noche (representantes de la autoridad


eclesiástica) ponen consciente a Tamino (personificador del Espíritu) de un instrumento divino tan
elevado como lo es la Voz del Silencio, pero recordemos el papel que cumple la Iglesia en el
adelanto de la Humanidad, aunque ese adelanto llega tarde o temprano a una altura que nos sitúa
ante las mismas puertas de la Iniciación. Más tarde veremos que la Voz del Silencio impulsa a
penetrar y seguir en el Sendero de la Luz, cortándose todo lazo con la Oscuridad.

Si bien se recomienda a los Iniciados participar activamente en la Iglesia, a fin de imprimir a


los menos avanzados el impulso para su Elevación, esto les resulta difícil porque se mueven en
terrenos superiores. El florecimiento de las Escuelas de Misterios sería la Salvación del Mundo,
pero todavía se necesita que el Ser Humano trabaje en la Iglesia.
A Papageno también se le da un instrumento para ayudarlo en la peripecia que emprenderá
junto a Tamino: un juego de campanitas, cuyo significado explicaremos más adelante. Hay
también una invitación insistente al Hombre común a recorrer el Camino de la Perfección.

Tamino y Papageno no estarán solos sino que serán guiados al Castillo de Sarastro por tres
jóvenes. Observamos cierta analogía entre ellos y los Tres Angeles Tutelares que protegen la
existencia de cada individuo: uno que rige en el Signo Zodiacal en que nacimos, el segundo que
gobierna en el día de nuestro nacimiento y el tercero que regula la hora de nuestro nacimiento
dentro de un período de veinte minutos en la jornada diaria. Ellos forman parte de un conjunto de
setenta y dos Angeles, conocidos como los setenta y dos rostros de la Divinidad, cuyos nombres
poseen tres sílabas. Es conveniente rezar a nuestros Tres Angeles Tutelares y conocerlos, porque
son verdaderos Auxiliares.

La escena cambia y nos encontramos en el Palacio de Sarastro. Aparece Pamina por primera
vez, prisionera y sufriente por su falta de libertad. Monostatos es su guardián, el cual la desea
amorosamente. El es la personificación del amor grosero y sensual que persigue la satisfacción de
sus bajos instintos. Su color oscuro de piel revela su baja espiritualidad y su adhesión a los placeres
del Mundo Físico (debemos tener presente que la Opera comentada se creó en la Europa de raza
caucásica, y hoy día no debe dársele a este carácter de Monostatos una connotación o sesgo
etnocentrista o racista). Personifica al Iniciado que usa sus poderes y facultades para provocarse
bienes y placeres terrenales, de los cuales no se ha podido desprender.

Habíamos identificado a Pamina con el Alma Humana; aunque se encuentra fuera de la


Oscuridad debe sufrir porque necesita liberarse de muchos vicios y errores que todavía la
encadenan. Ese es el primer sacrificio que deben realizar las Animas que comienzan a avanzar
solas.
Una vez retirado Monostatos, Papageno aparece y encuentra a Pamina. Tamino, sin
embargo, deberá recorrer más para encontrarla. Nos llama la atención el hecho que Papageno
llegue más pronto, pero recordemos que éste no tiene ningún nexo especial frente a Pamina.
Espíritu superior, Tamino no podría encontrarla hasta después de poner a prueba sus sentimientos
hacia ella y corregir muchos de sus defectos para hacerse digno de aquélla; todavía está inmaduro
para encontrarla porque aún no se ha perfeccionado lo suficiente, pero tendrá su recompensa si
persevera y trabaja, recompensa que no será otra que Pamina.

La alegría que experimentan Papageno y Pamina por el encuentro es grande. Pamina


despertará en su corazón el amor hacia Tamino y deseará encontrarlo. Papageno y Pamina
finalizan la escena alabando las maravillas del Amor y cantan un duetto cuyos últimos versos
transmiten una gran enseñanza:

"Mann und Weib, und Weib und Mann,

Reichen an die Gottheit an."

("Varón y mujer, y mujer y varón,

alcanzan a la Divinidad.")
La unión del Varón y la Mujer forma una misma carne (Gen 2:24), y en ese instante se cumple
no sólo una etapa importante de la Creación, en la que Varón y Mujer son capaces de forman un
nuevo ser como una Unidad Creadora, sino que, como lo afirma Magus Incognito, la Nueva Carne
formada por la conjunción de los dos sexos se corresponde con el Andrógino Universal, que es
hermafrodita y gracias al cual el Gran Arquitecto ha formado el Universo. Cuando Varón y Mujer
forman una sóla carne se convierten en Creadores como lo es el Ser Supremo, se transforman en
un Ser Divino que trabaja en la tarea constructora del Universo, tomando como generador
material sus propios cuerpos. Este es el sentido trascendente de la unión sexual.

La escena cambia totalmente para que podamos apreciar qué le sucede a Tamino. Todo
acontece en un bosque; el color verde de las hojas de los árboles nos dan el fondo escénico
apropiado porque este color, como sabemos, simboliza la pureza de intenciones y actos, virtudes
que debe poseer el candidato al Sedero Iniciático.

Tamino se encuentra ante la puerta de Tres Templos: el de la Sabiduría, el de la Razón y el de


la Naturaleza (otra vez la presencia del número 3), a los cuales fue guiado por los tres muchachos.
Estos le recomiendan Firmeza, Paciencia Silencio, tres cualidades que debe poseer el Aspirante a
la Iniciación. El camino no es nada fácil; se requiere Firmeza, ya que éste es muy largo, cuando no
tortuoso y difícil; en segundo lugar es necesario ser Paciente porque es necesario trabajar
sabiendo que los resultados muchas veces no serán inmediatos. Trabajo y Tiempo van siempre
muy unidos en el pulimiento interno. Es un hecho muy lamentable que muchos impacientes
quieran conseguir con súplicas y dinero el Poder Espiritual, muchas veces para satisfacer
ambiciones materiales o de Poder terrenal. Como ven que no pueden conseguir su propósito de
los Verdaderos Maestros terminan retirándose, vitupereándolos y caluminiándolos ante los
profanos. Pero el tiempo prueba al verdadero candidato y lo separa del ambicioso.
Por último, es muy importante guardar Silencio respecto del Trabajo Espiritual. Las reglas de
Zoroastro son cuatro: "Scire, audere, potere, tacere", de las cuales la última ("tacere", callar)
indica en qué forma se debe trabajar. Desconfiemos de aquellos que se proclaman como Iniciados
o Elevados Espíritus, ya que el Verdadero Iluminado no habla del asunto ni siquiera a sus amigos y
familiares más queridos o próximos. Por que el Silencio no sólo es modestia sino humildad.

La mejor Obra es la que se hace en el Silencio y en la más absoluta reserva. En estos mismos
momentos, miles de Hermanos en la Tierra y en los otros Mundos trabajan por la Evolución y la
Prosperidad de la Raza Humana, todo dentro del más absoluto secreto; todos notan los cambios
en el Mundo mas nadie sabe quién los provoca, y es un hecho visible que el Espíritu Humano ha
avanzado nomás de un siglo atrás hasta nuestros días: la esclavitud ha sido abolida y es hoy
repudiada (lo que no significa que no se la disimule en otras formas de explotación humana), el
problema el hambre cada vez mueve a más conciencias, se ha comprendido que la unión posibilita
logros más inmediatos para todos, sea para el Progreso común como para la preservación de
nuestra Gran Casa la Tierra. ¡Sí, cuánto mejor que la obra que alaba sus logros y méritos
ampulosamente, y que generalmente se queda en palabras! ¡Trabajo, no vocinglería; brazos largos
y lenguas cortas! En su "Diapsalmata" Kierkegaard afirma: "todo se alcanza calladamente y se
diviniza en el secreto". ¡Aprendamos a callar; el que sabe no habla y el que habla no sabe!

Si bien las escenas siguientes tienen mucho que ver con la Ceremonia de Iniciación en las
Logias masónicas, hay mucho material de fermento espiritual para todas las Escuelas de Misterios.
Porque la Iniciación no se queda en la simple espectacularidad de una Ceremonia, sino que es un
experiencia interior tan profunda que no puede medirse en palabras. Además, el propósito de
nuestro estudio es extraer de "La Flauta Mágica" enseñanzas para toda la Humanidad sin
distinción; en un momento que nos encaminamos hacia la Gran Fraternidad Universal es
conveniente trabajar con la perspectiva de encontrar una enseñanza que pueda servir a todos los
Hombres.
Tamino es echado de los Templos de la Sabiduría y la Naturaleza violenta y secamente con
una palabra: "¡Atrás!". El Hombre inmaduro espiritualmente no puede aspirar a llegar
directamente a penetrar en los Secretos de la Sabiduría y la Naturaleza; es necesario desarrollar
una virtud que muchos todavía no han alcanzado, pero conforme avanzamos en la Historia se van
dando condiciones nuevas para llegar a descubrir los Misterios del Conocimiento y la Vida. Ese día
está próximo, pero por ahora no estamos preparados como se debe. Por otra parte Tamino,
espíritu muy impulsivo, no puede entrar porque es profano a los secretos iniciáticos. Pero la
Humanidad posee un camino para comprender su Universo: el de la Razón. Por eso cuando llega a
este Templo la respuesta es otra.

El Oficial que lo atiende desde adentro del Templo es buen escrutador del Pensamiento y
comprende que Tamino tiene ánimos de venganza y odio, ajenos al candidato a la Luz. El Amor y la
Virtud deben ser puros si queremos entrar en el Sendero de la Perfección.

Nuestro héroe odia a Sarastro por las solas habladurías de la Reina de la Noche, por lo que
en el fondo no tiene verdaderas razones para fundamentar su deseo de combatirlo. Cuando el
Oficial desea conocerlas, Tamino sólo se limita a calificarlo de Monstruo y Tirano. Acostumbrados
a vivir esclavizados por la Fe y el Dogma hemos creído a pies juntillas y sin cuestionar todo lo que
la Iglesia ha dicho en contra de los que no piensan como ella; no deberíamos ser tan crédulos de lo
que nos dicen. No es muy inteligente la actitud de alguien que habla mal de otra persona sin
conocerla, tomando como base lo que otros dijeron. Este mismo razonamiento puede inferirse no
sólo respecto a la Iglesia sino también respecto a demás Instituciones en general, que hoy día
pretenden sojuzgarnos igual o más que aquélla.

El Oficial conoce que Pamina se encuentra a salvo y viva; sin embargo, sabiendo que
decirlo tranquilizaría a Tamino y le quitaría un problema, es tal su deber al Secreto que prefiere
callar. Así lo han hecho siempre las Escuelas Iniciáticas frente a las calumnias de los profanos;
sabiendo que tienen la Luz, no se preocupan de demostrarlo a los ciegos de corazón.

Tamino queda tan confundido que no ve nada claro:

"O ew´ge Nacht! Wann wirdst du schwinden?

Wann wird das Licht meine Augen finden?"

("¡Oh, noche eterna! ¿Cuándo desaparecerás?

¿Cuándo mis ojos encontrarán la Luz?"

A su respuesta interviene el Coro:

"Bald, bald, Jüngling, oder nie!"


("¡Pronto, pronto, joven, o nunca!")

Aunque nuestro protagonista está cerca del encuentro de Pamina (el éxito), se encuentra
preso de la mayor desesperación. En estos momentos sólo puede seguir o retroceder. Así es el
Camino del Perfeccionamiento del Espíritu: o se vence o se muere, o se desgasta o se herrumbra.

La voz del Coro resuena desde adentro del escenario, significando la Voz de las Jerarquías
Superiores que resuena en lo profundo del Ser Humano y posibilita su ayuda.

Al saber que Pamina vive, su corazón se llena de gozo y saca su Flauta Mágica, cuyo sonido se
corresponde con el de la Flauta de Pan de Papageno, y por los cuales pueden encontrarse. Las dos
clases de flautas representan las diferentes naturalezas de los cuerpos del Hombre. Papageno es el
nexo entre Tamino y Pamina, así como el Cuerpo Físico es el vehículo y asiento donde se mueven
el Alma y el Espíritu.

La alegría de Papageno y Tamina por saber que Tamino se encuentra cerca es grande, pero
todo parece derrumbarse con la aparición de Monostatos y sus esclavos, que cargan cadenas
destinadas a hacer prisioneros a aquéllos. La Cadena, símbolo de la Unión Fraternal, también lo es
de la ligazón de la Humanidad al pecado, y en este episodio posee el último sentido.

Ante el peligro Papageno no se asusta, y recurre a su juego de campanitas. En la Literatura las


campanas tienen un papel relevante como alejadoras de los demonios; en el caso de la Opera que
estudiamos producen la música que excita la nota clave especial de los seres inferiores y
malvados, de ahí el efecto tan particular de que produce sobre Monostatos y sus esclavos: los
hace danzar y cantar, quitándoles por un momento toda idea de maldad. Se resalta así el papel de
la Música como un medio apropiado para la Elevación.

Se oyen voces anunciando la llegada de Sarastro, el Jefe de la Hermandad de Iniciados. El


Coro le da la bienvenida, alabando su grandeza. Pamina, llena de temor, le pide clemencia y
libertad para volver con su madre. Sarastro, si bien las otorga, no puede permitirle que regrese
con la Reina de la Noche, su madre.

El estado espiritual de Pamina es demasiado alto para dejarle volver atrás. Las Escuelas de
Misterios deben vigilar siempre por la mejoría y avance de las Almas que están a su cargo; una vez
que se ha penetrado en la búsqueda de la Luz sólo se puede seguir adelante, si no queremos pagar
con una gran responsabilidad por la oportunidad que rechazamos. No hay momento de mirar
hacia atrás y desear lo pasado como lo hizo la mujer de Lot (Gen. 19:26).

Tamino es traído ante la presencia de Sarastro por Monostatos y este hecho provoca el
encuentro, al fin, de aquél con Pamina. Monostatos trata de provocar en Sarastro su reprobación
por los amantes, así como su castigo por haber intentado escapar. Como símbolo, Monostatos no
sólo representa los bajos instintos sino que muestra la actitud de aquellos Hermanos que acceden
a las Ordenes de Misterios con el fin de obtener poderes materiales y satisfacer sus ambiciones.
Muchos de ellos pretextan actuar bien en beneficio de la Hermandad y de los demás, pero sólo
desean prosperar ellos mismos. Si bien esta actitud no puede ser advertida por los Hermanos más
inexperientes, ello no es posible para los Grandes Maestros, cuya sabiduría les permite conocer a
fondo los verdaderos sentimientos de los Hombres; el Cristo los conocía, y esto sólo muestra de
por sí su Maestría (Jn. 2:24-25). Por éso Sarastro castiga a Monostatos: porque sabe que él no está
excedido en su celo por ser vigilante sino que el hecho de apresar a Tamino le permitiría conseguir
a Pamina. Mas una prenda tan elevada no puede ser jamás para seres de tan bajos propósitos.

El Hombre se encuentra destinado a la Perfección; no es un juguete de demonios, falto de


toda posible elevación, como tampoco necesita autoflagelarse físicamente para evitar la
tentación. Sólo le basta ser firme espiritualmente, virtuoso, justo y cada vez más conocedor de sí
mismo. Cuando todos podamos vivir en este espíritu sucederá lo que ilustran los últimos versos
del Acto I de "La Flauta Mágica":

"Wenn Tugend und Gerechtigkeit

Den Grossen Pfad mit Ruhm bestreit,

Dann ist die Erd ein Himmelreich,

Und Sterbliche den Göttern gleich".


("Cuando la Virtud y la Justicia

Esparzan la Gloria sobre el Camino de los Grandes,

La Tierra será entonces un Reino de los Cielos,

Y los mortales serán iguales a los dioses").

Esta es la misión de las Escuelas y Ordenes Iniciáticas: procurar que cada uno desarrolle la
Chispa de Dios que tenemos adentro. Porque el Hombre es un Dios en potencia, con un destino
superior al de los propios Angeles. Cuando la Biblia dice que Dios creó al Hombre a su imagen y
semejanza (Gen. 1:26-27) no es porque lo haya hecho parecido físicamente a El (el Gran
Arquitecto no tiene cuerpo físico), sino porque le dio su misma Esencia y Poder para
desenvolverlos y participar un día de la Tarea de Construcción en el Universo.

¡Es posible hacer de la Tierra un Reino de los Cielos! ¡Cultivemos este pensamiento divino!

¡Ojalá que toda la Humanidad, unida por la Cadena de la Virtud y el Amor, comprenda un día
su destino glorioso y camine hacia el encuentro de la Luz!
Acto II

Tamino, Papageno, Sarastro y los Sacerdotes (o Hermanos) entran en un bosque de palmeras


de oro y plata (las vías antitéticas y paradójicamente complementarias), preparando todo para la
Iniciación de los dos primeros. Los Sacerdotes o Hermanos que aparecen en la Opera son
dieciocho. Aparte de su papel musical como conjunto de voces, hay otro aspecto a destacar y es el
del número respectivo: el 18 no sólo significa un Grado muy importante dentro del Sendero
Espiritual sino que la suma de sus cifras da 9 (1+8=9), que no es ni más ni menos que el número
perfecto que representa a la Humanidad, y que en un futuro próximo vivirá unida en la
Hermandad Universal. El 9 es también el último grado menor de ciertas Hermandades Rosacruces.
El oro y la plata representan los dos principios activo (masculino) y pasivo (femenino) de la
Creación y el Orden Universal, así como la nobleza y fuerza del Espíritu; son también los metales
más importantes dentro de la Gran Obra. Existen además otros símbolos para definir lo mismo: el
Sol y la Luna, las Columnas Jakin y Bohaz, el Compás y la Escuadra respectivamente. Asimismo el
oro y la plata son los metales de los dioses Osiris e Isis, a los cuales Sarastro invoca pidiéndoles
firmeza para los candidatos. El Templo del Norte se oscurece, mostrándose que a partir de ese
momento el Error queda atrás (en Logia se llama a la zona Norte "el Lado Oscuro"), en adelante
sólo habrá Luz. Todo Hombre tiene la posibilidad de optar por lo que estime más conveniente,
pero asumirá y será responsable por el resultado de su decisión.

La invocación de Sarastro a Isis y Osiris nos ubica en el lugar geográfico donde transcurre la
trama de "La Flauta Mágica": el antiguo Egipto. Si bien las enseñanzas iniciáticas se remontan a los
más inmemoriales tiempos de la Historia de la Humanidad, las primeras Escuelas de Misterios de
Egipto son las más antiguas que conocemos, de las cuales recibieron sus doctrinas las órdenes de
los Rosacruces y quizá (no confirmado y por ahora en lo conjetural) la Masonería. Las antiguas
Pirámides, principalmente la de Keops, fueron los Santuarios en cuyas cámaras se reunían los
Iluminados para sus Trabajos; de allí la Enseñanza se extendió a todo el Mundo civilizado y algunos
grandes personajes como Moisés, Hiram Abí, el Rey Salomón, Tales de Mileto, Pitágoras, Herodoto
y Platón la recibieron. Las pruebas para alcanzar la Iniciación en el antiguo Egipto eran
rigurosísimas y ponían en examen la fortaleza anímica, el valor y la confianza en sí mismos de los
aspirantes. Actualmente son simbólicas en muchas Hermandades, pero conservan el mismo
contenido mágico de aquel entonces.

Los Sacerdotes dan a Tamino y a Papageno un consejo: cuidarse de las mujeres. No se


refieren por supuesto a las tentaciones sensuales femeninas únicamente, sino que la mujer
aparece también como imagen del engaño mundano y de la debilidad espiritual. Pero la cuestión
no es cuidarse de las mujeres o de la sensualidad que en sí no ofrecen ningún peligro, sino de uno
mismo, de los errores en que se cae y del tiempo que se pierde por apetecerlas. Las pruebas
mostrarán la resistencia de Tamino y Papageno; sin embargo los dos no entran con el mismo
ánimo: Papageno estará temeroso y débil; Tamino, decidido y fortalecido. Esto ya prevé el futuro
resultado de ambos, y nos permite observar dos clases de hombres: el común terrenal, temeroso
de arriesgar, y al animado a luchar y pasar por los más pesados infortunios en pro de conseguir la
Verdad.

Tamino y Papageno se encuentran con los ojos vendados. Este hecho, común en los ritos de
Iniciación de muchas sociedades esotéricas y especialmente en la Masonería, tiene un especial
contenido místico: se muestra al candidato ciego e inmerso en la más profunda oscuridad de la
ignorancia, deseoso de la Luz de la Verdad; también enseña que la búsqueda de lo Superior exige
no prestar atención a lo físico y material. Si el Aspirante se deja conducir por su Guía Interior, y si
no hace caso a los ruidos exteriores, si continúa marchando sin importarle lo que ocurra a su
alrededor, logrará el éxito y aprenderá la inutilidad de la lucha por los bienes materiales y la
sujeción a los dioses terrenales. Para aspirar a la Luz de la Iniciación se debe renunciar a las
riquezas y placeres, y Jesuscristo mismo señalaba al joven rico que si deseaba alcanzar la Vida
Eterna debía despojarse de sus bienes, vendiendo y dando lo producido a los pobres (Mt. 19:16-
22; Mc. 10:17-22; Lc. 18:18-23). Es la verdadera Prueba del Aire: hacer oídos sordos a los ruidos
del Mundo.
El primer obstáculo que encuentran Tamino y Papageno son las Tres Damas de la Noche,
quienes con palabras persuasivas desean hacerlos desistir amenazándoles con el Infierno y la
Pérdida de su Alma si persisten. Es esta, desgraciadamente, una actitud muy común que observa la
Iglesia respecto a quienes deciden abandonarla y buscar su propio camino hacia la Luz. ¡Cuántas
veces se ha oído hablar por los clérigos de los Iluminados como personas perversas, cuyas
doctrinas son violatorias de los principios cristianos y evangélicos! ¡De los Masones se ha llegado a
decir que rinden culto al Demonio en sus ceremonias! Falta de medios más convincentes, se debió
recurrir a la intimidación, la calumnia y la provocación de la indignación social contra los que
intentaron escapar de la Iglesia. Otros Grupos, religiosos o políticos, también caen en estas
prácticas nefastas. Pero no es interés de nuestras Escuelas devolver las mentiras con otras o tomar
venganza, sino continuar, recibiendo golpe tras golpe, trabajando en Silencio por la elevación de la
Humanidad. La actitud del Iniciado no debe ser la de levantar un dedo de acusación o ataque
contra la Iglesia u otras agrupaciones totalitarias, sino la de intentar que ellas se superen a fin de
que puedan servir más eficazmente al Hombre. Debemos ayudarlas a evolucionar, no condenarlas.
Todo esfuerzo destinado a rebatir mentiras nos haría perder fuerzas para seguir adelante en
nuestro camino, y por eso Tamino y Papageno deben callar y hacer oídos sordos a las palabras de
las Tres Damas. Pero este primero debe sostener al segundo para que no se deje levar por las
amedrentaciones de aquéllas.

Pero por suerte logran pasar la prueba y el Error es aniquilado, por eso las Tres Damas son
expulsadas con todo rigor y precipitadas al abismo. Hay asombrosa correspondencia entre estas
Tres Damas de la Noche y los tres discípulos que matan a su Maestro Hiram, personificadores de la
Mentira, la Ignorancia y la Ambición. A esta altura podemos aclarar sin problemas que mientras la
Reina de la Noche simboliza al Error humano y la oscuridad, Sarastro encarna la Luz de la Verdad.
Papageno cae debido al estruendo que ello provoca, símbolo de su fragilidad espiritual, pero él
también pasó la prueba junto con Tamino.

La escena cambia para nostrarnos qué suerte corre Pamina. Ella también se halla acosada por
el peligro acechante: de un lado está Monostatos que la observa con lascivia, y del otro la Reina de
la Noche quien le entrega a su hija Pamina una daga para matar a Sarastro mientras la presiona
afectivamente a hacerlo. Cuando se va aparece Monostatos y la obliga a que se le entregue; no
pudiendo conseguir sus deseos intenta matarla pero Sarastro lo detiene Monostatos desaparece
para aliarse con la Reina de la Noche.
La piedad y magnanimidad de Sarastro es enorme, porque a pesar de los males que quisieron
cometer la Reina de la Noche y Monostatos no serán por aquél castigados. En su corazón no hay
lugar para la ira, el rencor o la venganza. El verdadero Iniciado sólo conoce el Amor y el perdón y
debe amar desinteresadamente, aun a aquellos que desean su mal. Cuando aprendamos a amar y
perdonar como acto de desprendimiento espontáneo y de servicio, y no por obligación religiosa o
interés, estaremos ante la Puerta de una Nueva Tierra.

Mientras tanto aparecen los Tres Niños, quienes entregan a Tamino y Papageno la Flauta
Mágica y el juego de campanas que les habían sido quitados por los Sacerdotes. Las pruebas serán
en adelante más difíciles y necesitarán que su Voz Interior los anime y les dé confianza en sí
mismos. Estos señalan a Tamino y Papageno comida para tomar fuerzas; el primero opta por tocar
su Flauta pero el segundo se entrega al comer, dos actitudes que muestran hasta qué punto puede
dejar cada uno lo material para elevarse. La debilidad e ineptitud de Papageno para la Iniciación es
indiscutible: no puede fácilmente guardar Silencio y está demasiado ligado a lo terrenal, con lo que
corre peligro de perder la prueba. Distinto es el caso de Tamino, cuyo desprendimiento material es
grande y conserva con gran ánimo su Silencio. El Silencio es una de las virtudes más importantes
de la Gran Obra; era la primer virtud preconizada por los pitagóricos, virtud que por la meditación
fortifica el Alma y la prepara para todos los peligros conocidos, ayudándola a construir su Templo
sin hacer ruido de martillo. En este escena apreciamos dos formas de callar: Papageno que no dice
palabra porque está muy ocupado en comer, y Tamino que guarda Silencio por su fortaleza
espiritual.

El sonido de la Flauta Mágica atrae a Pamina, que deseará hablar con Tamino, pero éste
recuerda su deber de callar si desea el triunfo y se verá obligado, aun a costa de sufrir y sacrificar
sus sentimientos, a no prestarle atención. No poder hablarle a Pamina es una de las pruebas más
duras y crueles que debe soportar Tamino. Sin embargo su fortaleza para llegar a la Luz es tan
fuerte que resistirá a los lamentos de la propia Pamina. Esta prueba revela otro aspecto
relacionado con la Iniciación que es el de la Castidad, que no tiene por qué significar ausencia de
relaciones sexuales. Max Heindel, en su libro "Masonería y Catolicismo", nos enseña que es
recomendable al aspirante renunciar a sus pasiones carnales tratando de dar a la función sexual
una función creadora. Pamina representa en su sexo el vínculo que ata a Tamino a la Tierra: el
amor femenino; si él desea alcanzar las Alturas espirituales deberá evitar y no prestar atención al
llamado de la pasión sexual terrenal. Pamina no puede comprender su Silencio porque el interior
de Tamino se mueve en planos más altos e inaccesibles a ella. El sufrimiento de Tamino es enorme
porque se siente presionado por su vínculo a Pamina, pero tiene la suficiente fuerza interna para
salir airoso de la prueba. Por otra parte, se ejercita en el Arte del Silencio.

Quien aspira a la Verdad no sólo debe renunciar a todo tipo de ambiciones materiales, sino
que necesita desligarse de toda sujeción dogmática, sectaria, e incluso de los propios lazos
afectivos y familiares, amigos y seres amados. El abandono de toda clase de seguridad terrenal
para alcanzar la Verdad es de rigor e impone, pues, gran sacrificio que pocos están dispuestos a
afrontar. Demostrando una vez más su sabiduría, el Cristo dice: "las zorras tienen sus madrigueras,
pero el Hijo del Hombre no tiene dónde reclinar su cabeza" (Mt. 8:19-20; Lc. 9:57-58). Quien
renuncia a todo y a todos no reconoce como sus hermanos en la búsqueda de la Luz sino a los que
anhelan llegar al Padre (Mt. 10:37 y 19:29; Mc. 3:31-35; 10:29-30; Lc. 14:26; 18:29-30). Si se quiere
la Plenitud y la Perfección, se debe comprender que sólo por el sacrificio, el sufrimiento y el dolor
se conquista la Victoria; el emblema del cráneo y las dos tibias es muy elocuente al respecto.

Este Tamino es muy diferente del que conocimientos al principio de la Opera. Su espíritu ha
pasado por tres estados: el primero, de total ingenuidad, inseguridad e ignorancia; el segundo, de
decisión pero incontrolada vehemencia, puesto que todavía no estaba lo suficientemente
perfeccionado; el tercero, de sólida firmeza y seguridad en sí mismo.

La tristeza que cobra Pamina contrasta con la de Sarastro y la de los Sacerdotes; Tamino
revela gran pureza de espíritu y dignidad para entrar en la Fraternidad. Las trompetas que
resuenan y oyen Tamino y Papageno muestran que la meta final no está muy lejos.
Desgraciadamente Papageno no responderá igual que Tamino, ya que no posee gana alguna por
encontrar la Iluminación y cede abandonando las pruebas para preferir vivir como un hombre
cualquiera con su Papagena; un buen reflejo de la persona común que no tiene otras metas que
casa, dinero, comida y compañía sentimental. Aunque su castigo debería ser grande por rechazar
nada menos que la oportunidad de adelanto que se le ofrecía, el perdón de los Cielos es más
enorme aún; el Iluminado debe también observar los principios de magnanimidad, tolerancia y
amor. Papageno abusa de la bondad de Sarastro y los Sacerdotes, ya que es perdonado con una
piedad sin límites. Ningún hombre es forzado a iniciarse, ya que el deseo del alcanzar la Verdad es
voluntario y nace de lo más profundo del Alma. Pero rechazar la oportunidad que se ha
conseguido es una acción muy grave, que ya tendremos oportunidad de pagar. Porque quien yerra
por ignorancia es digno de contemplación, pero quien obra mal habiendo recibido más es digno
del desprecio. No obstante, ¿qué no nos perdonan los Cielos? Del mismo modo, sepamos tener la
misma actitud con aquellos que nos causan daño o no comparten nuestros ideales.

Sarastro y los Sacerdotes se encuentran en la Gran Pirámide, que como ya dijimos era uno de
lo lugares de reunión de los Iniciados del Antiguo Egipto. En ese lugar se efectuaban las últimas
pruebas, también las más terribles. El espíritu de Tamino está listo, una vez despojado de toda
ligazón terrenal, a sortear nuevos obstáculos. Debemos recordar que la verdadera Iniciación
implica que el Aspirante esté capacitado para abandonar libremente su cuerpo físico e instruirse
en el Gran Templo etéreo; abajo, reposando, queda nuestro cuerpo carnal. En este etapa Tamino y
Papageno no están más vendados.

Pamina, ignorante de por qué su amado no responde a sus lamentos, y desesperada por el
sufrimiento decide quitarse la vida, pero la nueva intervención de los Tres Niños detienen su
intento y la conducen a Tamino.

Todos encuentran lo mejor para ellos: Papageno a Papagena, porque sus ambiciones no eran
mayores, y Tamino a Pamina, como premio de su valentía y esfuerzo.
Hamos llegado al punto cumbre de la Opera, donde la intensidad emocional llega a su más
alto nivel. Después de tanto haber sufrido, Tamino y Pamina se reencuentran, y a partir de ese
momento nada más los podrá separar; la meta está muy cerca de ser alcanzada, y juntos en el
Amor atravesarán el resto del camino. Dos Pruebas más les restan: la del Fuego y la del Agua. De
gran contenido alquímico, estas Pruebas, si bien breves, son también las más terribles; el Espíritu
es purificado mediante el Fuego de toda pasión y deseo, y la Prueba del Agua examina la
resistencia a los elementos terrenales. Las Pruebas del Fuego y del Agua nos enseñan también el
pasaje que debe hacer el Espíritu desencarnado una vez que ha abandonado el cuerpo físico y se
encuentra en la Regiones Superiores. El signo del Fuego y del Agua, se combinan para formas la
conocida Estrellas de seis puntas, o de David. Pero Tamino y Pamina se sostienen por su Amor, y a
través de la música de la Flauta de Tamino las sortean con éxito. La música de la Flauta Mágica
señala el coraje espiritual desarrollado por Tamino, coraje que le ayudó a guardar la victoria.
Papageno quedó atrás, pero aunque se detuvo terminó feliz a su manera, porque conquistar todos
los dones del Mundo Físico era lo que deseaba.

Tamino y Pamina alcanzaron la Iniciación; el ambiente de júbilo es total entre Sarastro y los
Sacerdotes: acaban de recibir a dos miembros dignos de entrar en la Hermandad. Pero esta alegría
suprema se contrasta violentamente por el ataque de las fuerzas de la Noche, comandadas por la
Reina de la Noche y el traidor Monostatos. Las fuerzas de la Noche no son otras que las de la
Ignorancia, el Dogmatismo y el Oscurantismo, que en un último intento usan la fuerza contra los
que han alcanzado la Plenitud y el Conocimiento por su propio camino. Pero como quien posee la
Firmeza de la Verdad y la confianza en sí mismo, dones de la Iniciación, no puede jamás ser
vencido, las fuerzas de la Noche son vencidas y precipitadas al Abismo, a la oscuridad en la que
ellos desearon siempre vivir.

El enfrentamiento entre las fuerzas de la Noche y las de la Luz, conflicto entre dos fuerzas
relativas y opuestas, es un símbolo de la lucha en la búsqueda del adelanto entre las fuerzas que
pugnan por el progreso y el avance contra las que desean el estancamiento, que no es otra que la
lucha sin pausa que sufre la Humanidad por alcanzar su destino de glorificación.

Por fin todo es claridad; la aventura ha sido riesgosa y difícil pero valió la pena porque su
premio es muy elevado. Sarastro, Tamino, Pamina y los Sacerdotes (Hermanos) alaban a Isis y
Osiris y festejan el final feliz de todo lo ocurrido.

"La Flauta Mágica" nos ha brindado una invitación a cultivar nuestra aspiración a alcanzar la
Iluminación. Quien ha sabido escuchar sabe que para él no tiene cabida la negativa o el retroceso.
Debemos asumir el compromiso de buscar la Luz de la Verdad, porque el día del Mundo Nuevo
está cada vez más cerca. Sepamos buscarnos a nosotros mismos, crezcamos en Divinidad y
hagamos de esta Tierra una Gran Fraternidad Universal, que camine en el Amor hacia el encuentro
de la Luz del Gran Arquitecto del Universo.

Lo dicho es solamente una interpretación personal sobre el argumento y música de "La


Flauta Mágica" de los HH.: Mozart y Schikaneder. Es también una exposición abierta a todo aporte,
como también a toda crítica o desacuerdo.
SOBRE LA ACACIA

Cuando vamos avanzando en nuestro Conocimiento a través de los sucesivos niveles de la


Masonería y comenzamos a comprender su carácter de Orden Iniciática por sobre su anterior
conceptuación de club filosófico, sentimos que los Símbolos de la Obediencia conocidos toman
nuevos y más ricos significados y contenidos, pero también advertimos la aparición de Símbolos
propios de los respectivos Grados que levantan otras puntas del Velo. Comenzamos a captar otra
realidad oculta y a intuir la existencia de Misterios, Misterios que no son otros sino los de la
Aventura humana y los del Universo. Y uno de los Símbolos más importantes del Tercer Gr.: de
Maest.:, cual es el de la Acacia, debe comprenderse en su cabal significado, ya que es una de las
principales claves de esta etapa y de la Masonería toda.

Llama mucho la atención que el árbol de la Acacia, que posee en la mayoría de sus
variedades una vistosidad y belleza mucho menor a las de otros árboles más admirables por su
apariencia (salvo en su floración donde parecería mutara también su naturaleza), haya sido
tomado no sólo por la Mas.: sino por otras Enseñanzas esotéricas como representación de algunos
de los más grandes enigmas de la Vida, pero un examen más profundo de la Acacia nos aclarará la
cuestión.

En el Ritual del Gr.: de Maest.: del R.: E.: A.: y A.: se menciona que los tres asesinos de la
Leyenda, tras haber asesinado al M.: Hiram.:, ocultaron su cuerpo y al proceder a enterrarlo en la
cumbre de una montaña, plantaron en el túmulo una rama de Acacia para señalar y reconocer el
lugar. Sin embargo, no parece haber uniformidad en cuanto a esta sección del relato. Lumen
señala que los Rituales sajones mencionan que aquéllos habían plantado un arbusto ("shrub"),
diciendo los adaptadores Masones de la Europa continental que se trataba de una Acacia, y otros
estudiosos, como Magister, no informan de ninguna colocación de planta o señal sobre el
montículo. Los RRit.: brasileños que conocemos no hacen mención a la puesta de ningún tipo de
planta, pero los buscadores de Hiram aprecian en la tumba una rama de árbol que sustituyen con
una rama de Acacia, en lo cual presenta una variación con Portugal, donde a pesar de no
destacarse la colocación de vegetal alguno los pesquisadores del cadáver de Hiram encuentran
una rama de Acacia sobre el montículo mortuorio. Wirth alude incluso a que los asesinos pusieron
a los lados de la Acacia una Escuadra y un Compás. En cuanto al encuentro por los MMaest.: de la
tumba de Hiram, algunas versiones de la Leyenda expresan que éstos plantaron una rama de
Acacia para recordar el lugar de la tumba, y otras, que por la rama de Acacia plantada y sin raíces
se advirtió el túmulo de Hiram, versiones que pudimos cotejar, entre las más importantes, la de
Eliphas Levi y la del Rit.: de York, pero sea como sea, estas divergencias no quitan en nada el valor
ritualístico y simbólico de la Acacia en este Tercer Gr.: de Maest.:.

La Acacia, en sus diferentes géneros y variedades conocidos hasta la fecha, presta a lo largo
del Mundo (la Acacia se encuentra difundida por todo el Orbe), innumerables utilidades al
Hombre. Su madera resistente, al punto que los antiguos la creían incorruptible, se usa para
fabricar ruedas y piezas durables de barcos en algunos países. También se extraen productos muy
empleados en Medicina todavía hoy día como el catecú (de la Acacia de igual nombre) y sustancias
que sirven para curar la disentería, escorbuto y oftalmias, además aptas como astringentes contra
diarreas, hemorragias y vómitos. Se puede utilizar algunas especies para perfumería (caso de la
Acacia Farnesiana) e incluso para el lavado, como se la emplea en la India. Asimismo, se puede
extraer de algunas clases de Acacias goma arábiga y tanino, de gran utilidad industrial. En algunas
regiones se usa el veneno de las hojas de la Acacia Penninervis para la pesca. Por su enorme
resistencia y capacidad de adaptación a suelos muy pobres, se la emplea como una eficaz aliada en
la recuperación de tierras y en la lucha contra la desertificación, especialmente en los desiertos del
Africa, donde se desarrollan Programas de forestación en base a plantaciones de Acacias. La
escasez de pasturas en dichos lugares obliga a los pastores de los desiertos africanos a procurar
alimento urgente para sus animales, para lo cual aprovechan las Acacias que crecen por la zona, de
las cuales cortan sus ramas de abundantes hojas verdes, que come el ganado con gran avidez. En
el Uruguay la Acacia ha sido la forestación de vanguardia para contener el avance de las arenas
costeras y permitir el terreno donde se asentarán posteriormente otras especies de árboles. No es
extraño por tanto el papel y la presencia tan cotidiana que tiene esta planta para los pueblos, y
particularmente respecto a los pueblos antiguos de Asia y Africa, lo cual es muy probable influyera
asimismo en sus creencias y enseñanzas religiosas, como realmente ocurrió.
La Acacia, que de acuerdo a Wirth sería un símbolo de inmortalidad en Oriente, era uno de
los árboles mejor conocidos del Antiguo Egipto, donde constituía un emblema solar que se
consagraba al dios de la Luz y de la cual se hacía uso en los sacrificios que se le hacían. Se la
denominaba "schent", que significaba "espina", quizá tomando como referencia una especie
espinosa de aquella región que conocieron los hebreos y que habría servido de base para la
leyenda que relata que la corona de espinas que mortificaba a Jesús en su Pasión era hecha de tal
variedad de Acacia egipcia. Herodoto cuenta que este árbol era utilizado por los antiguos egipcios
para fabricar barcas, estatuas y muebles, y es probable que también se utilizara en la elaboración
de instrumental y enseres destinados al culto religioso. La Acacia crece también en el Sinaí y en
Palestina, especialmente en la zona del Jordán, y el pueblo hebreo la utilizó en forma especial para
la construcción de sus objetos religiosos, como bien lo documentan los textos bíblicos, y su
madera era considerada sagrada, quizá influencia de los egipcios; de ella se construyeron el
Tabernáculo, el Arca de la Alianza, la mesa de los panes de proposición y otros adornos (Ex. 25:5,
10, 13, 23 y 28; 26:15, 26, 32, 37; 27:1, 6; 30:1,5; 35:7, 24; 36:20, 31; 37:1, 4, 10, 25 y 28; 38:1, 6;
Dt. 10:3). En hebreo su nombre es "shittaj", plural "shittim", que como en egipcio también quiere
decir en español "espina". No se debe confundir con una palabra hebrea parecida, "shataj", que
aunque significa en una de sus acepciones "extender una cosa en el suelo o sobre una superficie"
no debe establecerse una relación entre la Acacia y el depósito en una tumba del cadáver de
Hiram. Sin embargo, encontramos en Os. 5:2 una referencia a que "han ahondado la tumba de
Setim" ("Shajatah Setim"), expresión de un pasaje bíblico oscuro cuya traducción más literal podría
ser "la tumba o corrupción de los caídos (en la perdición)", que hebraístas como Zorell y los
comentaristas ligan con el episodio del libertinaje de los israelitas con las hijas de los moabitas en
Shittim o `abel Hasshittim" (Acacias o Prado de las Acacias) de Num. 25:1. En árabe la
denominación es semejante ("sunt"), de cuya madera la primitiva tribu árabe de Shalfan poseía un
ídolo que fue destruído por Mahoma. En la Antigüedad la Acacia era considerada como eficaz
contra la mala suerte, curativa y símbolo de prosperidad. Ragon explica que los antiguos habían
preferido en los rituales fúnebres a esta planta ya que se la consideraba incorruptible y no era
afectada por los animales. Así la versión bíblica griega llamada "de los LXX" y otras griegas
posteriores traducen a la Acacia como "xylon asepton" ("madera incorruptible"), que no se
corresponde con la Vulgata latina, que traduce a la "`etsé shittim" hebrea como "ligna setim" y en
algún pasaje la traduce como "spinae", coherente con su acepción hebrea ("irrigabit torrentem
spinarum" -Joel 3:18-). Lumen, sin embargo, critica esta opinión expresando que los Antiguos no
eran tan incrédulos como para pensar que la madera de la Acacia era incorruptible; así en el
momento de construir el Templo de Jerusalem se prefirió otros árboles como el Cedro y no se
menciona a la Acacia. En algunas monedas del Imperio Bizantino, luego del Emperador León I,
aparece a veces una rama de Acacia en la mano de dicho jerarca, en ocasiones representada por
un saquito de tela, exhortándole a vivir "a-kakía", esto es sin maldad ni crimen, también símbolo
de la fragilidad de su poder.
La Acacia, por sus propiedades, ha inspirado a los propulsores de la Ob.: a tomarla como
símbolo de algunos aspectos que definen la filosofía que debe conocer el Maest.: M.:. Mackey
destaca la Inmortalidad, la Inocencia y la Iniciación, y nosotros nos atreveríamos a remarcar dos
más: la Esperanza y la Integridad. Siguiendo a Mackey, diremos también que todas estas
enseñanzas están íntimamente conectadas.

El problema de la Inmortalidad ha preocupado y se ha constituido en uno de los Misterios


más importantes que enseñan las religiones y disciplinas exo y esotéricas. El Hombre ha
sospechado desde tiempo inmemorial que tras la Muerte, acontecimiento seguro, implacable y
límite de la Existencia, hay algo que perdura o que trasciende. Se ha dicho que la Muerte es un
fenómeno más aparente que real, un verdadero proceso de transformación o de transmutación,
un estado de tránsito hacia una Vida Superior y de mayor plenitud, o un compás de espera hacia
una triunfal resurrección del Espíritu o de la Carne. Algunas doctrinas sostienen que no sólo
perviviría el Alma humana sino el de toda criatura viviente, o aun más, de todo el Universo, en un
proceso único a través de varias vidas o Ciclos. No pretendemos entrar en el abismo sin fondo del
tema de la Inmortalidad en este resumen de sistemas escatológicos, pero lo importante es
enmarcar que el M.: debe tomar conciencia de ese "Más Allá" o "Algo más" que perdura de
nuestra Existencia, y que nosotros traducimos en el concepto de "Oriente Eterno", que de acuerdo
a las diversas concepciones de los HH.: podrá ser tomado como estadio definitivo, transitorio o
espiritual. La supuesta incorruptibilidad de la madera de Acacia y su capacidad para sobrevivir y
brotar en los terrenos más hostiles la ha caracterizado como símbolo de todo aquello que
trasciende a la Muerte, y como dijera Eliphas Levi, recuerda a la Cruz elevada sobre los altares de
sacrificio cristianos, pero también es la Clave para comprender el destino de plenitud espiritual.
Existe una ilustrativa y sustanciosa Leyenda, relatada en muchos libros, que expresa que la Cruz en
la que fue clavado el Cristo era de madera de Acacia, como la rama de Acacia sobre el túmulo de
Hiram. Al igual que Jesús no podía Hiram morir, pues fueron matados en vista de su glorificación.
Por eso cuando el Maest.: M.: dice "conozco la Acacia" o "mi nombre es Acacia", nos muestra no
sólo que posee jurisdicción para trabajar en el Ter.: Gr.: sino que conoce los más profundos
Misterios de ese trío dinámico y cíclico de la Muerte, la Regeneración y la Vida. Por dicha razón
para Oliver el Masón Maestro debe haber estado en la tumba y triunfado de ella, levantándose de
entre los muertos, y por su regeneración poseer el derecho a la Vida Eterna. Experimentar este
sentimiento místico espiritual de dominar y escapar a las fuerzas de la Naturaleza, y por último a la
más potente de ellas, que es la Muerte, no es otra cosa que recordar en carne propia el drama de
Hiram, muy paralelo a la Pasión, Muerte y Resurrección del Cristo, que como dijera Angelus
Silesius, si no se vive interiormente dentro de uno en vano se podría comprender. En otro orden,
Manuel Arao nos explica que la rama de Acacia es el símbolo de una Masonería que debe
mantenerse siempre floreciente, perdurable e inmortal a pesar de este mundo plagado de vicios y
defectos; una Masonería que, siguiendo a Ribeiro de Magalhaes, debe tomar conciencia del
incesante e ininterrumpible trabajo vital que debe emprender. Mackey nos recuerda que en los
Oficios Fúnebres la Acacia nos pone al tanto de que en nuestro Interior existe una parte inmortal
que ha de sobrevivir a la tumba y que nunca jamás ha de perecer, porque es emanación del G.: A.:
D.: U.:. El Maest.: M.: es una persona que reconoce, según Magister, la permanencia de la Vida
Eterna e Inmortal del Espíritu tras la apariencia de la Muerte, por éso sólo él puede vivificar al
cadáver de Hiram (que también es el del Maest.: M.: mismo).

La Acacia es también un símbolo de Inocencia, de ese espíritu puro y "akakía" ("sin maldad")
que debe llevar el Alma del Iniciado como "condictio sine que non" para aspirar a una superación
transcendental, demostrando el estado de niñez anímica que requería Jesús en los Evangelios (Mt.
!8:1-6; 19:13-15; Mc. 9:32-36; 10:13-16; Lc. 9:46-48; 18:15-17). Y como sobre el túmulo de Hiram,
la Acacia de nuestra Pureza y Eterna Primavera Anímica debe ser visible y evidente a los ojos de las
demás personas, a fin de que sirva como modelo y ejemplo iluminador de sus conciencias, según
recuerda Mackey. Manténgase nuestra Alma tan pura e incorruptible como la madera de la Acacia.

La tercera particularidad mística de la Acacia, y es probablemente según Mackey la más


primitiva y original de sus interpretaciones, es resultar símbolo de la Iniciación. La Acacia es un
emblema que recién comienza a aparecer y comprenderse en los TTrab.: de Ter.: Gr.:, que es en
realidad la etapa de la Iniciación Esotérica propiamente dicha y por lo que se relaciona
íntimamente con un cúmulo de Enseñanzas diferentes y propias del Gr.: que en lo futuro deberán
desarrollarse con más fuerza. En otro aspecto, la Acacia supone el Despertar Interior de una
Conciencia Acrecentada que nos pone ante una situación aparte a la ordinaria cual es la de la
Realidad de los Misterios Iniciáticos.
Habíamos dicho anteriormente que la Acacia es una representación de la Esperanza, habida
cuenta de su capacidad para resistir los suelos y climas más difíciles. De acuerdo a Ribeiro de
Magalhaes, esta planta posee en todos los climas el color verde de la Esperanza que subsiste a
pesar de la tribulación. El Maestro M.:, a pesar de los problemas que lo limitan, debe apostar y
jugarse entero por una Vida y un Futuro mejores dentro de su entorno físico y espiritual exterior e
interior en los cuales se mueve. Así seamos la Masonería y nosotros refugio y modelo de ánimo en
estos duros momentos que nos toca vivir, manteniendo la vanguardia y el ánimo siempre firmes,
alimentando nuestro Entusiasmo con la Esperanza. Plantemos en este arduo terreno nuestra
Acacia combativa y constructiva. Busquemos y encontraremos. Golpeemos y se nos abrirá. Un
buen final espera a nuestro trabajo ("finis coronat opus").

Es asimismo la Acacia símbolo de la Integridad que debe revestir al Maest.: M.: y mantenerlo
puro e incorruptible como la madera de este vegetal. Recordemos a nuestro Rit.: de Exal.:, el cual
en las palabras del Ven.: Maest.: Orad.: es sumamente elocuente: "Por su madera, es incorruptible
y nada puede alterar la pureza de la Mas.:. Por su corteza, que aleja de sí todo insecto maligno, así
como la Mas.: aleja a todos los vicios".

QQ.: HH.:: Cuando decimos que "nuestro nombre es Acacia", "conocemos la Acacia" o "la
Acacia nos es conocida", no sólo hacemos referencia a que poseemos capacidad o jurisdicción
para trabajar en el Ter.: Gr.: sino que manifestamos nuestra aspiración y deseo de colaborar por
lograr obtener al Alma conocedora de los profundos Misterios de la Inmortalidad y la Vida Eterna,
logrado a través de una existencia de Inocencia e Integridad, coronada por el resultado positivo de
un trabajo realizado con la Esperanza de ser cada día mejor, y despierta a la nueva Realidad de la
Iniciación. No olvidemos tampoco que la Acacia es el símbolo de la Verdad, íntegra, incorruptible,
imperecedera. ¿Que es un Masón? Un Hombre de metal de Oro y de madera de Acacia. El
individuo acaciano es probablemente esa persona plena manifestando su Poder Divino en todo su
esplendor y fuerza, como lo representa la Est.: Flam.: con la letra "G" y el Triángulo del Ser
Supremo. Sepamos pues resucitar a nuestro Maest.: Hiram, como expresara Wirth, para restaurar
la Tradición y Misterios de la Mas.: y para darle su verdadero valor, y tomemos conciencia por la
Acacia de ese incesante trabajo sin interrupción que debemos emprender para reecontrar a
nuestro Maestro Interno y volver a escuchar esa Palabra Perdida que en boca del M.: iniciado será
liberadora y creará una nueva Dimensión, donde en la culminación de nuestros esfuerzos
podamos vernos cara a cara con nuestro Destino final, que no es otro que el de la comunión con el
G.: A.: D.: U.:.

SOBRE EL M.: HIRAM

El Maest.: Hiram es uno de los temas más difíciles de la Masonería; porque detrás de él se
encuentra una Personalidad, una Historia y un Misterio.

Las fuentes que poseemos para conocerlo no son abundantes, pero habría tenido existencia
real en los tiempos antiguos. La Biblia, con algunas discordancias según los pasajes, nos relata que
Hiram rey de la ciudad-estado fenicia de Tiro (que no hay que confundir con el Maest.: Hiram) le
envió para ayudar a Salomón en la construcción del Templo de Jerusalem a Hiram o Hiram-Abí,
hijo de una viuda de Neftalí (a este origen materno se afilia la tradición Mas.:) o de la Tribu de Dan,
pero cuyo padre era de Tiro (1 Re. 7:13; 2 Ch. 2:12), lo que muestra que participaba de un origen
común a Tiro e Israel, que mantenían buenas relaciones e intercambio en tiempos de Hiram Rey
de Tiro y David y Salomón, según relatan los Textos Sagrados. Para Flavio Josefo, Hiram era de
madre de la Tribu de Neftalí y su padre se llamaba Uría, de raza israelita (Ant. Jud. VIII,III,76),
atribuyéndole así un origen enteramente judío. La Biblia caracteriza a Hiram como una persona
llena de Sabiduría, conocimiento y habilidad para trabajar el oro, la plata, el bronce, el hierro, la
piedra, la madera, la púrpura, el jacinto, el lino y la escarlata, y para grabar toda suerte de figuras
(1 Re. 7:13-14 y 2 Ch. 2:12-13), por lo que revela su total idoneidad para ejecutar cualquier trabajo
que estuviera relacionado con la construcción o adorno del Templo. Por ejemplo, Flavio Josefo
destaca que Hiram era un artesano "experto en todo trabajo" (Ant. Jud. VIII,III,76). Nuestro
personaje fue conceptuado pues como hábil edificador y artífice, aunque alguien ha destacado
que Hiram era más artista que constructor o arquitecto. A Hiram también se atribuye la creación
de los Mares de Bronce para el adorno el adorno del Templo y la confección de los instrumentos
del culto (1 Re. 7:23-50 y 2 Ch. Caps. 3 y 4). También se expresa que formó las CCol.: J.: y B.: (1 Re.
7:15-22; 2 Ch. 3:15-17). Nada más dice la Biblia sobre Hiram. Es de destacar que el "Hiram" se
escribe distinto según los pasajes bíblicos en el original hebreo. 1 Re. 5:24 y 32 refiriéndose a
Hiram de Tiro lo escribe como "Hirom" y 2 Ch. 2:12; 4:11 y 4:16 lo hace como "Huram" al que
adosa "Abí" ("Huram Abí" -"Abí", en hebreo "mi padre"-) en 2 Ch. 2:12 o "Abío" ("su padre") en 2
Ch. 4:16. Vemos así que hay cinco formas para nombrar el nombre del Maest.:), a saber: "Hiram"
(o "Chiram" según algunos MMas.:), "Hirom", "Huram", "Huram-Abí" ("Abif" o "Abiff" dicen los
anglosajones) o "Huram Abío". Como puede verse, la alusión bíblica a Hiram, que no es más que
breve e incidental dentro del Libro Sagrado, muestra puntos de díficil dilucidación desde el punto
de vista de la comprensión histórica y de la exégesis literaria.

Resulta curioso cómo este oscuro personaje bíblico es quizá el principal personaje de la
Mas.:, lo que se debe sin lugar a dudas a una tradición que la Ord.: ha recibido de fuentes
filosóficas de las cuales se ha nutrido. Es más, en los antiguos documentos de la Ob.: relativos a la
Const.: del Temp.: el Arquitecto es individualizado con nombres varios, con abreviaturas que abren
a la especulación, o se oculta bajo puntos suspensivos, y recién el nombre de Hiram o Hiram Abí
aparece por los siglos XVII y XVIII (Manuscrito Inigo Jones, CConst.: de Anderson). La llamada
"Leyenda de Hiram" encuentra orígenes en enseñanzas rabínicas de la Edad Media (que influyó en
la base ideológica de la Ob.:), aunque no falta quien la retrotraiga a la época de la construcción del
Templo de Jerusalem (siglo X A.C.) o la haga perder en los más remotos tiempos de la Humanidad,
pero resulta claro que este relato nos proporciona las principales pautas para conocer a Hiram,
cuyo nombre podría descomponerse en las palabras hebreas "Hay" ("Vida") y "Ram" ("alto",
"elevado").
Es en la Mas.: que el Hiram-artesano bíblico se solidifica como Hiram-arquitecto. Según
Brett ya había una tradición de caracterizar a Hiram como constructor cuya fuente sería un
escritor judeohelenístico llamado Eupolemo (ca. 150 A.C.) y recoge Eusebio (S. IV D.C.). Pero de
todos modos, llamará la atención que el Gran Héroe de la Mas.: sea un hombre de trabajo
(artesano, constructor o arquitecto). La tradición esotérica considera a Hiram como un
descendiente o Hijo de Caín, que según la Leyenda es hijo de Eva y del demonio Samael. a quien
Dios lo apartó de Eva y por éso a Caín se lo conoce como el primer "Hijo de la Viuda" (nombre con
el que también se conoce hoy a los MM.:), cuyo descendiente fue Tubalcaín que forjaba los
metales (Gen. 4:22), y ya vimos que Hiram era hijo de una mujer viuda israelita y también artesano
en metales, por lo que estaba gobernado por el elemento de la Industria, que es el Fuego. La Mas.:
considera a Hiram no sólo como un habílisimo trabajador sino como una persona dotada de
Sabiduría y Bondad espiritual, por lo que une a la perfección operativa la perfección anímica. La
Leyenda de Hiram es por todos conocida, aunque posee diversas variaciones según los GGr.:, RRit.:
o versiones, la cual se resume así: Hiram (al que se ha confundido o dado equivocadamente el
sobrenombre de "Adonhiram"), Hijo de una Viuda de la Tribu israelita de Neftalí y de un tirio
llamado "Ur" (en hebreo "´or" es "Luz", por éso también Hiram es "Hijo de la Luz") dirigía por
encargo del Rey Salomón las obras de la construcción del Templo de Jerusalem para lo que
organizó a 30.000 leñadores y en la construcción a 70.000 que cortaban las piedras, 80.000 que las
pulían y daban forma, y 3.300 que perfeccionaban las piedras ya trabajadas (Flavio Josefo, Ant.
Jud. VIII, III, 59). 1 Re. 5:15/29 y 5:16/30 más 2 Ch. 2:17 hablan de setenta mil hombres para el
transporte, ochenta mil cortadores en el monte (de canteras) y 3.330 principales jefes para
mandar a los grupos de trabajadores. Hiram los dividió por su habilidad en AAp.: CComp.: y
MMaest.:, uniendo a trabajadores israelitas y tirios en una Frat.: común. Los primeros recibían su
salario en la Col.: B.:, los segundos en la Col.: J.: y los terceros en la Cam.: del Med.:, y a todos
comandaba por la Palabra y Signo. Un día que Hiram concurre a la Cam.: del Med.: a orar, tres
atrevidos CComp.: que la versión del Ter.: Gr.: conoce como Jubelaz, Jubeloz y Jubelum (aunque en
otras versiones se los conoce como Hobbhen, Sterké y Austerfluth) y que personifican a la
Mentira, la Ignorancia y a la Ambición, luego de intentar arrancarle la Palabra y Signo de Meast.:
por la fuerza del lado del mediodía y Occidente del Templo lo matan por el Or.: y escapan por el
Norte con el cadáver de Hiram, al cual entierran en una Tumba. Tras afanosa búsqueda y
preocupados por la pérdida de su Maestro y de la Palabra, la cual Hiram era el depositario, un
discípulo encuentra el túmulo y no pueden levantarlo debido a que el avanzado estado de
descomposición les impedía hacerlo sin que se fragmentara, de ahí la expresión M.: B.: o "Mac
Benah" ("la carne se desprende de los huesos"). Luego de ir a buscar ayuda para proseguir la tarea
de recuperación del cuerpo, se encuentran con que Hiram había resucitado, iniciando una era de
Armonía, siendo los conspiradores condenados a la execración. En otras versiones de la Leyenda el
cadáver de Hiram es enterrado en la Log.: cerca del Templo o en el mismo Temp.: grabándose una
placa triangular de oro con el Nombre Sagrado y se consignó en lugar secreto del Templo una
medalla con la Palabra Divina, mientras sus Asesinos fueron descubiertos y condenados a muerte.
Pero existe una Leyenda de Hiram conocida como la "Leyenda del Mar de Bronce". Un día que
Hiram se encontraba vigilando los trabajos de confección de adornos para el Templo y los objetos
de culto se produce una tremenda explosión al mezclarse el Bronce fundido del Mar con el Agua
que habían puesto unos discípulos en la pila que recibía la aleación incandescente. Desde el centro
del bramante fuego Hiram oye la voz de Tubalcaín que le invita a sumergirse dentro del Mar de
Brone, a través del cual y luego de pasar por nueve capas Hiram llega al Centro de la Tierra. Allí se
ve cara a cara con Caín que le da una Nueva Palabra y un Nuevo Martillo para lograr una correcta
mezcla entre Agua y fuego. Al volver Hiram a la Tierra lo matan sus asesinos, encontrando sus
discípulos a su Muerte el disco o medalla que ocultaron como se ha dicho. Tan confusas como las
fuentes bíblicas son las versiones de las Leyendas masónicas sobre Hiram (sobretodo cuando en
unas resucita y en otras permanece muerto), de lo cual esto es un extracto de las versiones más
autorizadas.

Hasta ahora hemos tratado a Hiram como Personalidad (un hábil constructor y artesano de
gran Sabiduría, Habilidad y Elevado Espíritu, o como dice el Rit.: de Ter.: Gr.:, un Maest.: bueno,
justo y perfecto). También hemos conocido su Historia, documentada en la Biblia y conocida por la
tradición de las Leyendas de Hiram o del Ter.: Gr.: y del Mar de Bronce. Resta entonces descubrir
cuál es el Misterio que rodea a este Hombre que ha sido tomado por algunos como el fundador de
la Masonería.

Hiram tiene que descender a las profundidades de la Tierra para obtener el Martillo y la
Palabra. Hiram también muere para resucitar, o para significar la pérdida de la Palabra que debe
privarse a los indignos. Recordar la Tumba de Hiram y reflexionar en élla nos invita a pensar en el
Misterio de la Muerte y de la nuestra propia, porque nosotros también somos como Hiram; es la
Lección de la Muerte, amarga pero necesaria ya que sobran filosofías sobre la Vida pero son
huecas si no van acompañadas de una filosofía sobre la Muerte, y se relaciona con una antigua
doctrina esotérica conocida como "Afanismo". Pero en la Mas.: la Muerte tiene un sentido positivo
porque es una etapa de un proceso de transformación física y también espiritual, por eso Hiram
luego de hundirse en la profundidad de la Tierra o de sufrir los fenómenos del deceso "resucita".
Así la Semilla debe morir sepultándose en la Tierra para nacer transformándose en la Planta que
dará copioso fruto, y la Muerte de Hiram es el precio necesario para ocultar la Palabra de los
indignos, que sólo será recuperada por los verdaderos MMaest.:. cuando Hiram resucite. Hiram es
la víctima inocente de un crimen cruel que se abomina cuando más se comprende la Pulcritud de
virtudes y Sabiduría que formaban el metal del Maest.: y cuando se rememora que se hizo a través
de un proceso de sufrimiento por las previas sevicias en las Puertas del Mediodía y Occidente del
Templo, lo que recuerda otros crímenes como el de Abel por Caín, el de Osiris por Set o Tifón, y el
de Jesús por el pueblo judío. Pero a la vez, era su tormento y muerte la Prueba que debía sufrir
Hiram para saber con qué fidelidad mantenía la reserva de la Palabra, y la Resurrección es su
Premio de Glorificación. El M.: no debe limitarse a ser un expectador del proceso de la Tumba de
Hiram o un conocedor de su Muerte, sino que debe "vivirla" o sentir la Muerte del Maestro dentro
de sí., o de lo contrario el "Drama de Hiram" sería un conjunto de pintorescas Leyendas sin
contenido aplicable al Drama de nuestra Vida, donde la Muerte es tan sólo un aspecto. Durante
nuestra existencia "morimos" en los sufrimientos constantes del duro vivir, pero la carga se hace
más liviana cuando recordamos que la Leyenda de Hiram nos muestra que la Tribulación y el Error
son un proceso necesario para mejorar y revalorar lo que tenemos, y que de sus aspectos
negativos debemos extraer una enseñanza positiva para redimensionarnos. El Hombre tiene
vocación para la Felicidad y para Evolucionar, como Hiram para la Resurrección.

Desde el punto de vista alegórico filosófico (dejaremos de lado la interpretación


astronómica de los Misterios Hiramianos), Hiram es la personificación de la Sabiduría y la Plenitud,
la Razón (como recuerda la Liturgia Mas.: de Ter.: Gr.:) que intentan turbar la Mentira, la
Ignorancia y la Ambición (representadas en los tres asesinos de la Leyenda). En tiempos donde
predomina la Pasión, Hiram aparece como Guía no sólo operativo sino espiritual de Hombres que
a través del Esfuerzo realizan su Vida, integrando las vivencias del Mundo Físico con las del Mundo
Espiritual. Porque la Tierra es un campo de enseñanza y de experiencia para perfeccionar el Alma,
por eso su Muerte origina el malestar al perderse la línea de la Razón Eterna, la Ciencia, la
Naturaleza, la Justicia y la Virtud resumida en una Palabra Clave cuyo conocimiento, por su gran
Poder Transformador, sólo puede ser conocida por pocos y preservada frente a aquellos que
quieren usarla para sus planes mezquinos y personales. Y así los MMas.: nos proclamamos como
los conservadores de una Palabra que en realidad proviene desde una remota doctrina que hemos
recogido (y que también recogió el Cristianismo en la Persona, la Historia y el Misterio de
Jesucristo). Esta Palabra, a pesar del embate constante de las fuerzas negativas, se eleva para
positivizar a la Humanidad y sólo es conocida por el correcto M.:, y a pesar del triunfo aparente de
la Maldad en el mundo Prof.:, la búsqueda de los MMaest.: por Hiram, junto al cual se encuentra
la Palabra, se opone como valla tenaz, alimentada por la Esperanza del reencuentro con el Maest.:
resucitado, con cuya Muerte se salvó el Verbo de los malvados para volver con su revivimiento a
sus dignos depositarios. Como enseña la Religión, el destino de los impíos es la Perdición y el de
los Justos es la Victoria, porque la Palabra que sólo conocen los buenos no se halla perdida, sino
oculta dentro de nosotros mismos. Nos resta sólo hacer resucitar nuestro propio Hiram Interior
para conocer y utilizar sus propiedades, que crearán una Nueva Realidad en nuestra Existencia y
en el Universo.
Comprender el sentido de la Muerte como antesala de la verdadera Vida se liga a la
necesidad de descubrir en nosotros mismos a través del Trabajo la palabra Transformadora. La
búsqueda de Hiram y la comprensión de su Vida, Pasión, Muerte y Resurrección en nuestro
Interior se acompaña también de la persistencia en la construcción del Templo y en la edificación
de nuestra Virtud como tributo a su Memoria y como ámbito para generar una nueva Mentalidad
en nosotros y en la Humanidad toda, donde impere la Verdad, la Razón y la Justicia sobre la
Mentira, la Ignorancia y la Ambición. A ello nos invita el conocimiento de la Personalidad, la
Historia y el Misterio de Hiram. La comprensión de su Drama nos arroja Luz sobre la Tragedia de
nuestra Existencia, por eso el sufrimiento que experimentamos en los tropiezos diarios (Muerte en
Vida constante) no es sino un incentivo para el Progreso y la Felicidad representado por la
Resurrección del Q.: Maest.: bueno, justo y perfecto. Nosotros somos Hiram cuando nos
perfeccionamos a través del Trabajo en el Mundo Físico y sobre nosotros mismos, y de nuestras
cualidades dependerá nuestra Regeneración o Renacimiento hacia el inicio de una Realidad
Distinta plena de alegrías, signada por el Reino de la Palabra y la G.: D.: G.: A.: D.: U.:.

SOBRE LA PALABRA PERDIDA

Algún Hermano dijo que en la Masonería no debemos tanto pensar y aprender sino sentir, para
que se comprenda, para vivirla en lo más profundo de la Experimentación interior y para que la
propia Masonería nos "penetre". En ese proceso hay quienes afirman que podríamos llegar a
escuchar una Voz Interna que se distinguiría de todo estímulo exterior o de nuestros
discernimientos. ¿Será el Llamado de nuestra Conciencia Moral o de nuestro Tribunal Interno?
¿Será aquella Voz de Dios “cuando su Palabra era rara” que sintió Samuel (1 Sam. Cap. 3) para
recordarnos nuestro propósito trascendente? ¿Es algo dispuesto a decirnos o animarnos a hacer
algo? ¿Será una herramienta de transformación espiritual? Hay quienes dicen que si por lo menos
no la escuchamos no podríamos ser verdaderos Masones, pero se nos pide algo más que la mera
audición, que es saber cuál es y qué nos dice esta Palabra, o sea la expresión de esa Voz Profunda,
que por su importancia destacamos con Mayúscula y que se dice que estaría Perdida porque hoy
día todavía no se conocería y escaparía del conocimiento ordinario. A través de la peregrinación
por nuestro Interior, en la contemplación de la Vida también, sin manifestarse ni expresarse se
dice nos podría hablar “sine verba loquens” pero si no la escuchamos debemos buscar hasta
hallarla. Pero ¿por qué? ¿Tiene ese Conocimiento o esa Búsqueda de tal Palabra algún propósito o
importancia?

Dentro de nuestros conocimientos elementales sabemos que la Palabra no es sólo la expresión de


la Voz que emite el órgano fonador, por ser inseparable de sus efectos. Las vibraciones mueven
las ondas del aire pero también provocan efectos en los ambientes y en los espíritus. Unas
Palabras de encomio y coraje elevan las gentes y los ánimos. Palabras amables y de afecto pueden
unir voluntades y permitir que consigamos lo que deseemos de los demás. Palabras de consuelo,
conforto y humor alegran al corazón, deshacen las penas y se ha visto que hasta pueden aliviar o
incluso curar enfermedades. Pero las Palabras insultantes, las calumnias, las diatribas y los
vituperios hieren como la Espada, generan rencores, peleas, animadversiones o destrucción entre
las gentes. Una expresión simple puede a todo nivel generar la Paz o provocar una Guerra. ¿Por
qué no reconocer que las Palabras crean entornos, realidades, o que las Palabras contribuyeron a
transformar o construir la Historia y el Destino de la Humanidad? Como dice Fulcanelli, ¡“Cuántas
maravillas, cuántas cosas insospechadas no descubriríamos, si supiésemos disecar las palabras,
quebrar su corteza y liberar su espíritu, la divina luz que encierran!”.

Quizá las Palabras tienen un gran Poder propio, revelando su potencia por las fuerzas visibles o
invisibles que mueven. Las Palabras son Vibración (Clymer), principio que gobierna la Evolución del
Universo y también son Fuerza. Quizá hay una Magia en todas las Palabras porque provocan,
transforman o recrean verdaderos acontecimientos. Jesús nos recordaba que no es bueno o mal o
lo que entra por la boca, sino lo que sale de ella. ¡Cómo debemos cuidar nuestras Palabras! No
sería muy disparatado reconocer la influencia que aquéllas tienen en nuestros procesos evolutivos
o involutivos. Y si todo eso sucede con las Palabras ordinarias, ¿qué no podría entonces ocasionar
una Palabra Especial o que se supone o dice tiene un gran Poder? ¿Qué capacidades o grandes
transformaciones podría generar? ¿Qué beneficios podría ocasionar bien empleada pero qué
calamidades sucederían si cayera en manos inapropiadas?

Pero por lo pronto, la Masonería cono movimiento constructivo y positivo que es encuentra en la
Palabra un sentido reestructurador hacia un Individuo o un Mundo mejor.

Como en las Leyendas y Alegorías de nuestra Elevada Doctrina, nuestra Realidad muestra grandes
tormentas de aflicciones, la Estabilidad parece algo inalcanzable, todo es Transitorio porque
vegetamos al vaivén de los acontecimientos que ya ni reconocemos que manejamos, la Maldad
siempre aparenta ganar y quien desea perseverar en el Bien vive entre Tormentos. ¿Qué hemos
perdido que ya perdimos el control de nuestras Vidas, al punto que parece en la práctica también
olvidamos la vocación por la Felicidad y la real noción del Bien? Y para nuestra Obediencia no es
ajeno a todo esto la Pérdida de la Palabra, que se supone era la Palabra Clave en la Construcción
de del Templo Simbólico que se asocia al Templo de la Humanidad.

¿Cuál es y qué propiedades posee esa Palabra especial que se ha disipado y escapa a nuestro
común alcance, cuyo extravío tanto mal ocasiona?
Hay quienes dicen que la Palabra se identificaba con el Nombre-Símbolo de Dios
representado en el Tetragrama “yod-he-vau-he” que era impronunciable en Israel hasta el punto
que se olvidó hace tiempo hasta para los Sacerdotes cuál era. La Tradición enseña que era una
Palabra poderosa que podría crear o aniquilar Universos, confundiéndose la Palabra (“dabar”) con
el Nombre (“hasshem”). De ese Nombre Hermes decía. “...Es necesario darle un solo nombre, o
mejor todos los nombres, puesto que es uno y todo; hay que, o bien decir que todas las cosas son
su nombre, o nombrarlo con nombres de todas las cosas”. La Biblia abunda en citas para enseñar
que este Nombre-Palabra era Sagrado y por sí mismo objeto de respeto cuyo uso en vano estaba
prohibido, prohibición que se extendió más tarde a su utilización, pero llegó un momento que no
se supo más cuál era. Había escritos como el “Toledot Jeshua” que atrevieron a decir que Jesús
conocía y empleaba esta Palabra para hacer sus Milagros. ¿Tradición-Fantasía o Recuerdo de una
Realidad que se deseó preservar a los profanos y a los malvados? La Biblia muestra en el Comienzo
del Génesis y en nuestro querido Evangelio de San Juan que es con la Palabra (“Dabar” o “Logos”)
que se creó el Orden Universal, la cual debe volver a bajar para recrear al Hombre en la Verdad, y
Hermes aseveraba que Dios había a través de Palabras “místicas y poderosas” insuflado a las cosas
el Movimiento y la Vida. Las Leyendas de Hiram (algunas masónicas y otras no) dicen que aquél
dirigía el ritmo de los Trabajos de Construcción del Templo de Jerusalem empleando la Palabra,
que se reservaba en secreto de los Aprendices y Compañeros. Por querer obtenerla y defenderla
hasta las últimas consecuencias es que los pérfidos Asesinos matan a nuestro Antiguo Maestro en
su desesperación por no poder arrancársela. La Muerte del Maestro sume al Mundo en el Caos,
ambiente donde los Discípulos buscan a su Maestro para recobrarlo pero también para
reencontrar la Palabra cuyo extravío ha dejado a todo en la desolación. Sólo la Perseverancia
permite encontrar al Maestro y a la Palabra misma para restaurar la Paz y la Armonía. En otras
Leyendas Hiram no resucita y la Palabra se entierra sea en una Plancha de Oro o con el Med.: de
Hiram en una Bóveda especial o en una zona especial del Templo de Jerusalem. En la Leyenda del
Real Arco Henoc entierra una Plancha de Oro en una Bóveda con la Palabra o el Nombre,
descubierta durante los Trabajos de Construcción en un Subterráneo en el Templo de Jerusalem.
Pero todas estas alegorías no especifican que ninguna de las que conocemos como “Palabras
Místicas” de Paso o Sagradas realmente sean esta "Palabra Perdida". Todas las Palabras Místicas
sea de Paso o Sagradas en Masonería podrían oficiar como Palabras Sustitutas de la Perdida mas
de ninguna forma indican cuál es la Palabra Perdida, y aunque puedan acercarse ni por asomo
captan toda la riqueza de su Poder y Esencia. La Palabra se da simbólicamente por hallada pero se
busca en realidad Tenida a Tenida porque el Trabajo para la Recuperación de la verdadera Palabra
nunca termina realmente. Lo esencial de todas estas referencias es destacar que la Palabra
Perdida opera latente en el Orden del Cosmos por el G.: A.: D.: U.: y que por nuestra Mentira,
Ignorancia y Ambición la perdimos. En realidad tal Palabra o "Palabra de Maestro" nos es
Desconocida e incluso como dice Login, para ese Enigma no quizá no haya otra Respuesta que el
Eco de nuestra pregunta y nunca sabremos si la encontraremos. Mas aunque no la conozcamos es
nuestra misión recuperarla, conocerla para manejarla y activarla con propiedad y sentido
constructivo. Algunos identifican a esa Palabra como la “Piedra Oculta” en el Interior de cada uno
representado por el Centro de la Tierra, que el Maestro Tubalcaín entregó en forma de Nueva
Palabra a Hiram para la Culminación del Templo y la Salvación del Mundo. Como en el Viaje de los
Peregrinos en la Oscuridad Profunda del Valle, Magister nos recuerda que la Palabra no se
encuentra en el Exterior sino que revela desde el Interior (nosotros decimos “Interiora Terrae”) su
Luz propia.

De todos modos, es bueno destacar que ningún Masón ni la Masonería poseen la Palabra,
sino que la buscan con la Perplejidad de que no saben cuál es ni cómo se pronuncia, creyéndola
"Perdida" pero no dejando de sentirla.

La Rosa Roja en la Cruz, Hermoso Símbolo, nos recuerda que aquella Flor sin casualidad se
ubica en el cruce de los travesaños de la segunda, en palmaria alusión a la ubicación de nuestro
Organo Fonador, casi en el cruce que forma los brazos extendidos del Ser Humano con su cuerpo
vertical. El Rojo de la Rosa se identifica con la Pasión y el Fuego, o aquello que todo consume pero
todo retransforma y renueva en la Naturaleza. Usando términos e imágenes de una Realidad que
nos es comprensible, se nos enseña que la Palabra que creemos Perdida es pronunciable y que
tiene Poder creativo, que totaliza, con propiedades para generar o revivificar.

¡Hermosos símbolos, leyendas y alegorías! Pero ¿es que realmente hay una Pal.: de Poder que se
ha perdido y debemos encontrar para restaurar el Orden que se ha también relajado? Pregunta de
hace un rato, que no contestamos.

La Masonería nos enseña que en esa Palabra Especial está la Herramienta que hemos extraviado
pero con su Pérdida la Humanidad perdió la noción de cómo debía conducir y comprender su
Realidad, dejando de Vivir en la Verdad. Y la Búsqueda de esta Palabra Perdida ha pasado a ser,
según compartimos con Mackey, el Verdadero objeto de la Ob.:, que precisa alimentarse de
aquélla y pretendemos alimente también al Mundo para su Salvación. Pero es interesante
destacar que quienes peregrinan no encontrarán en su Drama la Palabra por la Razón, sino por
perseverar en Virtudes espirituales sosteniéndose en la Fe, no perdiendo la Esperanza y ejerciendo
la Caridad o el Amor. Porque, como dijera Lumen, la Palabra Perdida no es únicamente la Verdad
intelectual o moral, sino la verdad espiritual, desconocida o ignorada que no puede nombrarse y
conocerse. Parece entonces que no sería tanto por la Capacidad de Inteligir sino por una fórmula
de Vivir en Intensidad Espiritual y en la Piedad donde estaría el Camino para encontrar o recuperar
a Palabra Perdida. Así como todo Bien debe comenzar por Casa, ni podríamos pretender emplearla
afuera si primero no nos hacemos receptores dignos y no dejamos que la Pal.: nos interpenetre
para renacernos o cambiarnos.

Para Mackey no existe una Verdadera Pal.: Perdida, ni siquiera interesa saber cuál es ni importa si
se perdió o por qué. En la Pal.: Perdida ve dicho estudioso un Simb.: de la Verdad perdida y
referencia de la Evolución espiritual cuya orientación hoy desde tiempo inmemorial se ha perdido
por la pérdida de la Religión en su verdadero significado, y esta reorientación, su comprensión en
su verdadero calibre, es el verdadero objeto de la Mas.:. Para dicho autor la Verdad y la Pal.: se
comprenden verdaderamente en el tránsito “post mortem”. Pero ¿es posible encontrar esta Pal.:
en la Tierra, o el M.: tiene que resignarse a seguir buscándola en vano en este Lugar de
sufrimientos? También hay quienes opinan que esa Palabra Perdida no sería otra que “Amor”, en
el que si vivimos cambiaría la perspectiva de las cosas y es más factible ejercerlo en el Mundo. Y si
leemos en el Capítulo Primero del Evangelio según San Juan vemos que el Logos o Palabra, el
principio Creador vehiculizado por el Aliento (“Ruaj”) del Dios en el Génesis (Cap. I.) que es
identificado con la Vida que es la Luz de los Hombres, alude también al propio Jesús mismo que
vino a traer con su prédica y su Inmolación la Buena Nueva y una Perspectiva diferente para el
Mundo.

Pensamos que la Verdad, la Vida y el Amor serían quizá propiedades, aunque no la Pal.: Perdida
misma. Son atributos, como lo son las PPal.: Misteriosas o sustitutas que nos da la Ob.:; pero no
son la Pal.: Extraviada. Podría opinarse que detrás de la Luz de la Verdad, de la Vida y del Amor
estaría oculta la Pal.: Inhallada, y aunque podríamos comprenderlo, ¡qué lejos estamos de conocer
cuál es la Pal.: Perdida y aun cuál son sus caracteres si tanto nos cuesta actualmente vivir en
Verdad y Amor, aunque parecería en lo teórico y declamatorio tan posible! No obstante, creemos
que la Verdad y la Palabra pueden realizarse en la Tierra que después de todo, es nuestro campo
de Ejercicio.

De alguna forma y aunque no la conozcamos, intuimos la existencia de esa Pal.:, que como Soplo y
Pan Espiritual alienta al Peregrino M.: en su busca por una personalidad y un Mundo mejor.
Aunque no la capta, el Masón siente en su Interior su presencia elocuente e intuye en ella una
orientadora de su actuar, obteniendo pistas de las diversas Palabras Misteriosas, Místicas o
Sustitutas que va reconociendo en su Camino por los GGr.:, porque como dijera Lumen, la Palabra
Perdida no puede nombrarse con las lenguas ordinarias y su conocimiento exige el empleo de otra
previa. Animado por las virtudes de la F.: E.: y C.: el M.: procura y busca. Permítasenos recordar a
un elevado Maest.: como lo fue Roberto Ruggiero Grimaldi. El nos invita a aceptar nuestra
actualidad imaginando lo futuro, que es el alcance de la Pal.: Perdida para transformarla en
Palabra de Poder, que puede obtenerse por la Alquimia Interna y la canalización de nuestras
propias potencias. No tenemos que ascender a las Cumbres Místicas ni a las Esferas para saberlo.
Nosotros que luchamos y sufrimos, nosotros que tenemos las mismas inquietudes de un Dios
aunque pequeñitos, hacemos esfuerzos, microesfuerzos, pero estamos en un esfuerzo creador
que iremos dominando. Nosotros iremos con nuestra Búsqueda por la educación y el método
conociendo como trabajar y descubrir nuestro Poder propio, que representamos en la Palabra.

Probablemente el Logos o Verbo Divino que creó en el Macrocosmos el Universo es en lo


Microcósmico la misma Palabra Perdida pero no inhallable que nos devuelve el Camino de la
verdadera Religión y nos reúne con la Senda de la Evolución hacia el G.: A.: D.: U.:. Perdida para el
Mundo, se intenta recuperar por el Trabajo Masónico. En la Alquimia Masónica, se revelándose
transformando en Fuego y purificando la podredumbre del Túmulo (lo más vicioso de nosotros),
elevando al Cielo el Sacrificio de la Carne y la Sangre. Porque la Palabra Perdida es Ignea, para que
abrase y llegue lejos y por siempre.
La Or.: nos pide con todo un esfuerzo más allá y nos reclama el mayor esfuerzo para exteriorizar
nuestro Verdadero Valor y Poder, para embarcarnos juntos en una Búsqueda comunitaria y
uniendo nuestras Potencias hacia una Verdad Iluminadora que no sabemos por ahora dónde está
pero que nos obliga no perder tiempo. La Humanidad y nosotros dependemos de ella y la
precisamos YA, porque no sólo vivimos del Pan sino de la Palabra que nos anima en la Lucha por
Vivir, pero no hablamos de una Palabra de Aliento sino de una Palabra de Vida Verdadera cuya
trascendencia debemos recuperar. Con expresiones de Max Heindel, el Masón Místico cuando ha
oído esta cierta Voz sin Palabras se siente en su interior impelido por una fuerza a buscar la
Palabra Perdida, a construir una casa para Dios, un Templo del Espíritu, donde se pueda encontrar
al Padre frente a frente y contestar a su Llamada. Si buscamos con sinceridad, esfuerzo y
alumbrados con propósitos puros, todos podríamos llegar a descubrir no sólo la Palabra, cuyo
pronunciamiento en sí no importa, sino su verdadera propiedad e influencia. Recordemos: si
palabras comunes pueden mover Notas Claves en lo cotidiano e influir en los Destinos humanos,
curar o propiciar nuevas Realidades, ¿qué no podríamos conseguir usando LA PALABRA donde nos
toca vivir? En nuestras Alegorías y en las Enseñanzas de los MMaest.: tenemos pistas, bases de
aprendizaje y de posibilidades para encontrarla. Pobres de nosotros, buscando con nuestras
lucecitas del Corazón a la Luz con Mayúscula, pero nuestras Leyendas y Símbolos nos comunican
que el resultado es accesible para quien persevera. Vivamos en el Amor y la Caridad, alentemos la
Esperanza en lo Mejor y sobre todo tengamos Fe en nuestro elevado Destino. Intentemos saber
qué es, cuál es o por lo menos queramos sentir a esta Pal.:, pero descubramos qué nos quiere
transmitir y cómo usarla porque es una Herramienta positiva y no un Fin en sí mismo. Estemos en
Paz con nosotros y los demás. Actuemos con Conciencia constructiva. La Pal.: se acercará sola
poco a poco a nosotros, pequeños Albañiles remedos del G.: A.: D.: U.: para que la reconozcamos,
para que nos retransforme, y luego para revelar cómo poder usarse para completar nuestra Obra
de Transformación de la que tanto aguarda la Humanidad. La Pal.: de Poder encontrada no será
sólo la Culminación de nuestro Triunfo Anímico como Constructores Obreros del Alma sino la
unicanalización de todas nuestras facultades y potencialidades para regenerar a esta alicaída
Realidad. Busquemos, sepamos oír qué quiere decir la Palabra, pero también preparémonos ya
viviendo sin pretensiones de gloria o vanidad en la Verdad y en el Amor para hacernos
receptáculos propicios en que actúe esta Palabra con todo su Poder. Quizá si así lo hacemos,
“Nosotros llegaremos”.
SOBRE LA PALABRA SAGRADA DEL MAESTRO

En la Masonería hay dentro de los diversos GGr.: muchas de esas Palabras llamadas
Misteriosas o Poderosas, Pistas conductoras hacia una única Perdida Palabra de la cual las Palabras
Misteriosas o Poderosas no son sino diferentes aspectos de aquella Palabra Perdida.
Ocasionalmente nos referiremos a una de esas PPal: Misteriosas, que es en el Gr.: 3o.: del R.: E.:
A.: y A.: la llamada "Palabra Sagrada", recordada siempre a través de las letras que adornan el
Mandil del Maes.: M.: que por el momento llamaremos "M B".

La Palabra Sagrada del Gr.: de Maestro no ha de confundirse a nuestro entender con la


Pal.: de Maest.: que los tres Malvados CComp.: Asesinos pretendieron en vano arrancarle a la
Fuerza al Maest.: Hiram. En realidad tal Pal.: de Maest.: nos es Desconocida e incluso como dice
Login, para ese Enigma no hay otra Respuesta que el Eco de nuestra pregunta y nunca sabremos si
la encontraremos. Pero la Pal.: Sag.: de Maest.: es también un Misterio porque está en discusión
cuál sería realmente la misma y qué significaría. Está en cuestionamiento por otro aspecto, si la
palabra "M.: B.:" ("M B") sería una o dos Palabras.

En nuestro Rit.: en la práctica del Tercer Gr.:, en el Rosicrucanismo de Kilwinning o en el


Grado 9. de la Mas.: Adonhiramita, en los Grados 10, 15 y 18 del Rito de Misraim, la palabra M.: B.:
(permítasenos pronunciarla todavía "Eme Be") la conocemos como "Moabon" o "Mohabon" (con o
sin "H" en el medio) y la traducimos o queremos significar tradicionalmente como "La Carne se
desprende de los Huesos" o "La Carne abandona los Huesos" ("La Chair quitte les Os", como se
dice en los RRit.: Franceses), recordando la Exclamación en la Leyenda del Tercer Gr.: de los HH.:
fieles, representados en la Cer.: por los VVenb.: HH.: Pr. y Seg.: Vig.: cuando una vez despejado el
Cadáver de Hiram del Pozo o Tumba en que había sido enterrado, intentan levantarlo por el Sig.:
de Comp.:.

Etimológicamente no puede pretenderse que la Palabra "Moabon" signifique "La Carne se


desprende de los huesos". En primer lugar porque "Moabon", suponiendo que fuera una Palabra
Hebrea o Aramea (recordando que la Leyenda del Tercer Gr.: se ambienta en la antigua Israel del
Rey Salomón), en dichos idiomas no significa nada ni hay ninguna Palabra de tal clase, por lo que
no puede dársele equivalencia con ningún concepto especial y nada puede asociar tal vocablo a "la
Carne se desprende de los huesos" en cualquiera de esas lenguas. El H.: Salomón Sapov decía que
“Moabon” podía como lo más parecido en Hebreo, significar “Es el Maestro”, pero nos permitimos
dudar de ello no obstante tan autorizada opinión. Nos atreveríamos a decir que en el antiguo
Fenicio tampoco nada quiere decir, por lo menos porque los antiguos HH.: probablemente no
conocerían ese idioma, así que no pudieron de allí extraer o conocer el vocablo "Moabon". La
expresión "Moabon" o "Mohabon" parece más una expresión fabulesca o propia de Jerigonza, a
primera vista y sin perjuicio de lo que veremos más adelante.

Ridley nos dice que los Masones de “Piedra Franca” de Escocia por fines de la Edad Media y
en la Epoca Moderna trataron de fortalecer su posición e Identidad mediante el uso de una
Contraseña que era transmitida sólo a los Maestros Masones, a la que ni los AAp.: ni Comp..: ni
Prof..: tenían acceso. Esto permitía que los Maestros Masones se reconocieran entre sí y evitaba
que los AAp.: o Comp..: realizaran las Tareas de un Maestro. Esta “Palabra Clave” se hizo conocida
como “Palabra Masónica” y quizá era “Mohabyn”, que se relaciona con la acepción “Marrow” y
que se utilizó hasta el Siglo XIX en Escocia con el significado de “Compañero” o “Camarada”. Se
cree originada en Escocia por 1550, pero es bueno recordar que en esos tiempos ni en Inglaterra,
ni en el resto de las Islas Británicas ni en la Europa Continental se empleaba ninguna “Palabra
Clave” para el Reconocimiento entre los Masones. Tampoco se usaba “Palabras Misteriosas” en el
“Compagnonnage” (Francia) ni por los “Steinmetzen” (Europa Central).
Se dice que "Moabon" podría ser una adaptación, variación defectuosa o corrupción de los
RRit.: Franceses de la expresión "Mac Benah", "Mac Benach", "Mac Benak" o "Mac Benaj" (o sea,
en cualquiera de las formas que se le escriba son dos Palabras), que algunos dicen sería una
Invención de Dermott o de los Antiguos HH.:. La Palabra "Mak" con "Kaf" se traduciría según
algunos como "Dolor", "Herida", "Aflicción", porque en Hebreo se dice "Makh´ob" (Is. 53,3; Jr.
51,8; Job 33,19; Ec. 1,18 y 2,23), viendo así que las letras "M" y "B" serían la primera y última letras
de "Makh´ob" (una sola Palabra). En algunos casos se la traduce como "Podrido" o "estar podrido"
porque "Maq" con "Q" (“Qof“) en Hebreo significa "Pútrido", "Purulencia", "Podredumbre".
"Benah", que para este caso no se confundirá con "Binah" ("Inteligencia") quiere decir en Hebreo
"La Hija", y podría significar "Mac Benah" "Dolor de la Hija", "Hija del Dolor" o como dijera Lumen
"Hija de la Podredumbre" o "de la Desgracia". Si la B.: fuera abreviatura de "Benaj" (“He” con un
punto dentro) se puede relacionar en Hebreo o Arameo con el significado "Hijo de Dios", que
evoca a Jesús cuya figura guarda un gran paralelismo con el Maestro Hiram, y así "Mac Benaj"
sería traducible como "Dolor o Podredumbre del Hijo de Dios", recordando el Dolor de la Pasión y
la Muerte de los Martirios que tanto Hiram como Jesús soportaron. En otra acepción, "Mac"
significa en Hebreo "que (cosa hay) como" y podría así equivaler a "qué cosa hay como el Hijo de
Dios" o "como la Hija". Mackey hace derivar "Mac Benach" del Gaélico o Céltico, donde "Mac" es
"Hijo" y Benach" es "Bendito", pudiendo significar en dicho idioma "Hijo Bendito", recordando la
Santidad de Jesús y de Hiram y la Preferencia que les dispensaba Dios; pero los Historicistas les
dan a este significado un origen más Político que Filosófico, haciendo ver en "Mac Benach" el
nombre con que los Escocistas partidarios de los Estuardo caracterizaban a su Sucesor
Pretendiente del Trono de Inglaterra. En el Rito de Misraim, Grado 32 del Gran Arca, se conoce
una palabra parecida, "Makbanai", que se traduce por "Humildad del Hijo" y que recuerda
también a un Gadita soldado diestro que se unió a David (1 Chro. 12, 14). "Mackbenah" es en la
Biblia un integrante de la genealogía de Caleb (1 Chro. 2, 49).

Otra Palabra relacionada con el Episodio y que se traduce también por "La Carne se
desprende de los Huesos" es "Iclingue" o "Ic Lingue", mencionada por algunas versiones de la
Leyenda Hirámica y la recogen Lumen y Eliphas Levi, que también se le traduce como "Huele Mal"
. Mas esta Palabra ya no se corresponde con las letras "M" y "B", y no deja de ser asaz fantasiosa.

Se conoce como otra versión de la Pal.: Sag.: del Gr.: de Maes.: el vocablo "Majobim",
"Makobim" , Machobim" o "Mahaben" que significa "Dolores" ("Makh´obim" es en Hebreo el
plural de "Makh´ob", "Dolor"). Se la interpretaría litúrgicamente "Es El (el Maestro), Ha Muerto",
usada en otros grados del Rit.: Escocés y por el Verdadero Maestro Escocés de Jacobo VI, de los
Grandes Escoceses de la bóveda de Jacobo VI. También se usa la Palabra "Mahabin" que se
significa por algunos autores como "Silencio", "Respeto". Pero también sería "Majabo´im" con
"Het" ("se pronuncia como “j” española), "Escondrijos" ("latibula") según Zorell (Is. 32,2; 1S
23,23), que podría recordar como tal el Túmulo donde fue enterrado el cadáver de Hiram para su
Ocultamiento.

En el Rit: de York: se hace referencia a dos PPal.: SSag.:: una conocida como "M.:H..:B.:"
(tres Consonantes, que podría ser "Mahobim" dado por sílabas) o "M.:B." (dos consonantes), que
significarían respectivamente según el Rito "La Muerte del Constructor" y "El Arquitecto ha
Muerto". Recuerda a la palabra "M B". relacionada con la significación "Aedeficantis putrido"
("Banah" en Hebreo es "Edificar", lo que ha hecho traducir imaginariamente "Mak o Maq Benah"
como "Podredumbre o Dolor del Constructor"). En otra acepción, la Palabra "M.: B.:" se
asocia a "Hijo del Padre" o "de la Vida Nueva". En Charleston, se dice que la Pal.: Sag.:
del 3o. Gr.: se pronuncia "Menemaharabak" según el "Diccionario Enciclopédico de la Masonería".

Entre opiniones e imaginerías, a nuestro entender, todas estas pretendidas o más serias
que otras acepciones o posibles orígenes o explicaciones de la palabra "M.: B.:" (M B), no son más
que especulaciones. Ninguna de ellas puede tener sino una pretensa y cuestionable explicación de
cuál es y qué quiere decir la Pal.: Sag.: del Gr.: de Maes.:.

"Moabon", "Mac Benach" o cualquier otra Palabra o Palabras, no son más que
convenciones simbólicas que establecen los diferentes Rituales o intentos de los Eruditos, porque
respecto a cuál será la Palabra concreta, a esta altura no podrá haber acuerdo o no podrá ya
saberse. Lo único que se mantiene de todas esas diferentes versiones de la Pal. Sag.: del Tercer
Gr.: son las Consonantes "M" y "B", pero no parecen sino parte de una Expresión o Palabra que se
perdió hasta para los IInic.: o Estudiosos. Recuerda esto en cierta forma el caso del
Tetragrammaton, cuyas Consonantes se conservan pero al no recordarse las Vocales, nadie puede
con propiedad decir cuál es el Verdadero Nombre Inefable, al punto que esa Palabra se olvidó.

Pero repensando lo que hemos dicho al comienzo y para nuestro tema, lo más
importante de la Palabra Sagrada del 3o. Gr.: no es ella en sí misma, sino lo que ella quiere decir.
Especialmente, lo que significa para nosotros y cómo la interpretamos nosotros.

En el caso de la Pal.: Sag.: "Moabon" o cualquiera fuere, lo necesario para captar la


Esencia del Gr.: 3o. es en realidad entender qué significa eso de "La Carne se desprende de los
Huesos".

Desde el punto de vista tanatológico, el desprendimiento de la Carne de la Armazón


esquelética está asociado a la Podredumbre o Corrupción de la Materia Orgánica que sobreviene
con la Muerte, y desde una perspectiva de Estado del Alma al Dolor que supone la Inevitabilidad
de la Muerte y el Horrible espectáculo que supone para los que todavía estamos Vivos. Miasmas y
Contaminación del Aire; un espectáculo indudablemente Lamentable, pero Real. Nos recuerda
nuestra Animalidad cuyo Reino compartimos y cómo los Animales sufrimos la misma corrupción
orgánica, un vértice del Delta de la Naturaleza.

Pero sólo en este vértice no está llamado el Hombre a concluirse.


Obviamente, por sí el Simbolismo de la Muerte estaría Incompleto sin algo más.

La Muerte, la Podredumbre y el Dolor es un proceso que vivimos al cabo de nuestras


Vidas, pero si observamos, veremos momentos de verdadera Muerte, Dolor y Bajeza, Angustias y
Agonías ligados a diferentes etapas y experiencias dentro del tránsito de cada una de nuestras
Vidas, como cuando perdemos o corremos posibilidad de perder un Ser Querido, un Trabajo,
cuando sufrimos nuestras Miserias y Vicios. La Muerte es, espiritual y Masónicamente hablando,
no sólo un Fenómeno Físico de Aniquilación de la Vida Terrena, sino también una Experiencia
dentro del Drama y a través de las diferentes etapas de nuestras propias Vidas. Pero ¿por qué y
hacia qué?

Como Sociedad Positiva, la Mas.: propone que en la Agonía, la Podredumbre y el Dolor


de la Muerte, tanto la propiamente dicha como la que experimentamos de alguna forma en
ciertos momentos duros de nuestra Existencia, está la Oportunidad para conocer un Enorme
Espacio, una Oportunidad para comprender y encarar las cosas de un modo diferente.

La Muerte tiene un Sentido insoslayable para la Comprensión de la Vida y para dar


sentido y enriquecer a cada una de nuestras Vidas.

Hiram y Jesús sufrieron y vivieron la Agonía y su Deceso, para glorificarse y perpetuarse


a través de ellos simbolizado en su Triunfal Resurrección que hay quienes ven corporal, y hay
quienes comprenden como Espiritual.
"La Carne se desprende de los Huesos" es una Enseñanza que ya vivimos encerrados o
enterrados en la Cam.: de RRef.:, donde nos despojamos de nuestra Condición de Profanos
muriendo a la Terrenalidad y desprendiéndonos de nuestras Impurezas Materiales para poder
acceder a la Inic.: y al Mundo Masónico; allí conocimos el Drama de Hiram sin saberlo. El proceso,
que en Alquimia se conoce como "Putrefactio", es un Fenómeno de Aniquilación donde nuestras
Purulencias se desprenden como Etapa Necesaria para posibilitar un Proceso posterior, una
Recomposición y Resurrección simbólicamente hablando, un Mejoramiento como Personas en lo
cotidiano, el Abordaje de otros Estados de Conciencia en lo Iniciático pero también en el Or.:
Eterno. En todos los GGr.: se recapitula desde ópticas diferentes esta Necesidad de "Morir" o
"Sacrificarse", ligada a la Esperanza de verdaderamente "Renacer". Esta Tradición Masónica que
Mackey recuerda en los Antiguos Misterios se conoce como "Afanismo", la "Lección de la Muerte",
es también el legado de muchas Religiones de las cuales la Masonería destiló la Esencia de su
Enseñanza para Liberar lo más Puro del Hombre. Al Inic.: y al Maes.: se le invita a "Morir" dentro
de Sí mismo, no sólo a contemplar o dramatizar Ceremoniales, para encontrar su más Auténtica
Dimensión Espiritual. No basta como dijera Angelus Silesius contemplar la Cruz (Símbolo de la
Muerte como Tránsito hacia la Gloria) en el Gólgota, sino que es necesario levantarla dentro de
nosotros mismos.

"La Carne se desprende de los Huesos" para poder advertir el verdadero Valor de la
Vida y como más Impresionante y Triunfal la Reviviscencia del Maes.:. De la misma manera, el
Sufrimiento entre la Maldad hace más Contundente y alimenta la Esperanza de la Victoria del Bien
y de la Justicia. La Comprensión de la Muerte y de las Adversidades ayuda a valorar el Milagro y las
Alegrías de la Vida. La Tribulación durante nuestros Problemas Personales puede ser el Medio para
emprender los Cambios que precisamos. "La Carne se desprende de los Huesos" no es un Mensaje
de Derrota, sino la Antesala de la Esperanza.

QQ.: HH.:: Intentar saber cuál es la verdadera Pal.: Sag.: del Gr.: de Maes.: es mera
Gimnasia Intelectual. Aprender y Vivir su Significado es lo Correcto para Disfrutar los Beneficios de
su Profunda Filosofía. La Enseñanza de la Muerte que se manifiesta a través de la Pal.: Sag.: nos
enseña paradójicamente el Sentido de la Vida y del Cambio. El Sufrimiento y la Podredumbre de
nuestros Errores, todo Trauma o Sufrimiento, tienen un contenido Elevador porque nos educan y
son Oportunidades que nos obligan primero y luego nos encaminan al Bienestar. Tras lo Peor
siempre está lo Mejor, como la Noche es el recordatorio de la Luz del Día próximo. Hiram, como
Jesús, como Horus, con sus Pasiones y Muertes ganaron la Gloria. En nuestra Dimensión de Seres
Humanos, como Masones, se nos propone que la Muerte sea comprendida en su Sentido
Pedagógico para todos los aspectos de la y de nuestra Existencia, que la vivamos o sintamos en
cierto modo para poder Valorar lo que tenemos y para aspirar a otras Posibilidades Diferentes. En
lo Iniciático, la Muerte Simbólica es el primer Tránsito de una Aventura a nuevos Estados de
Conciencia. Tras la Aniquilación se encuentra, paradójicamente, el Acceso Directo a lo más Puro de
nosotros mismos que nos reencuentra con el Cosmos y con ese Principio Superior que conocemos
como el "G.: A.: D.: U.:".

MENSAJE FINAL

Estas líneas no pretendieron enseñar; tan sólo nos limitamos a transmitir lo que aprendimos
de otros, con quien guardamos enorme gratitud y así obramos como mejor forma de retribuir su
favor. Quizás el contenido de los temas impartidos a lo largo de estas charlas les pudiere hacer
caer en la tentación de creer que las Enseñanzas MMas.: ocultas en sus alegorías y símbolos son
una gimnasia, entretenimiento o devaneo intelectual para liberar la imaginación o abstraerse de la
Realidad. No obstante la Filosofía Mas.: se creó con un propósito esencialmente práctico, como
una Disciplina de Autoperfeccionamiento y de Convivencia que no es Teoría sino Técnica o
Práctica, que también llamamos Arte, pero Arte del más sublime cual es el de la Construcción de
Uno Mismo, y por tanto hablamos del Saber Mas.: como "ARS REGIA" o "ARTE REAL", y no como
Ciencia. Si la Filosofía masónica no se toma como un Entrenamiento para la Vida y si no es su Fin
primordial no sirve para nada, porque es fundamentalmente una Obra, o también, si se quiere, un
Instrumento de Iluminación. Por eso se hace necesario en esta Ord.:, si se me permite una licencia,
"bajar la Pelota de la Filosofía y hacerla jugar en el Campo de la Experiencia". A la delineación ideal
e intelectual de su contenido (sostén de la Belleza en la Col.: B.:) debemos traducirla en Práctica
ayudados por la Fuerza (sostén de la Col.: J.:) utilizando el Discernimiento o Sabiduría (Col.: en
formación en el O.:) para concordar el pergeño filosófico con la perfección de la Tarea.

La Mas.: nos prepara nuestras virtudes para librar las Batallas de la Vida, pero también es una
preparación para la Muerte y para lo que le sigue. Eso es la razón fundamental para que
mantengamos la Pureza y para que disfrutemos esta Aventura a la que accedimos por la Gracia de
la Inic.:. El Trab.: a Rit.: en Log.:, aunque su ceremonial exterior no es lo sustancial porque lo
importante es el contenido de nuestros MMist.:, debe ser estricto por su propósito práctico. Y no
seremos abundantes en demostrar por qué debemos vigilar su regularidad, pero también nuestro
proceder de conducta exterior debe ser lo más ejemplar posible. Por ser Hijos de la Luz buscamos
y tenemos Sed de la Luz de la Verdad y de la Revelación, pero paradójicamente esto no está lejos o
en lugares fantásticos o ideales, sino en Nosotros mismos, en nuestro Quehacer y en el Mundo.

El Sol no necesita iluminar porque se autoabastece en ese sentido, pero su trascendencia


radica en poder alumbrar a los otros Astros y proyectar su poder energético. Para Dar, que es
nuestro propósito de realización, debemos arder otorgando lo mejor de nosotros mismos aquí
dentro pero asimismo hacia afuera. Y para transmitir mejor nuestra Disciplina en forma positiva en
Log.: o hacia el mundo Prof.:, primero amémosla y conozcámosla; nada llegará a nuestro Interior o
hacia los demás si no es así.
Recordando a Leadbeater, "Que cada Log.: sea un modelo de eficiente trabajo, para que
cuando alguien la visite quede impresionado por la bondad de los trabajos y por el vigor de su
magnético ambiente; y por lo tanto, pueda inducírsele a que tome parte en este vasta empresa
(de la Mas.:)". Por nuestra parte, deseemos que reine entre nosotros la Alegría y la Fraternidad, no
sólo a través de abrazos o del trato afable sino que vayamos mucho más profundo.
Preocupémonos si nuestro H.: se encuentra bien de salud física, espiritual y moral; si tiene
problemas económicos o si posee el Pan y el Trabajo para su familia. Evitemos el vituperio y el
hablar mal de los HH.:, los corrillos, chismes, disputas y las discusiones internas. Tratemos de
zanjar a tiempo las diferencias o desacuerdos. Obremos para la Comunidad que nos cobija con
alguna Tarea que le sea de provecho, dentro del marco de nuestras posibilidades. Seamos lo mejor
dentro de los papeles que nos toca desempeñar (padres, esposos, amigos, actividad laboral o
social). De esta forma se manifiesta nuestra Luz y se realiza nuestra Filosofía.

QQ.: HH.:: Así como los antiguos FFrancmas.: albañiles operativos de la Edad Media se
extendieron por toda la Europa para construir TTemp.: , el G.: A.: D.: U.: nos ha deparado también
igual placer en diversos puntos de nuestra Patria, seguramente para nuestra instrucción y
mejoramiento. Pero mucho mayor que el orgullo de tal Tarea es el regocijo de vibrar junto a este
Grupo tan maravilloso que hoy conformamos. Queremos agradecerles por vuestro Trab.: y por
vuestro impulso tan entusiasta, por los momentos vividos con Vosotros y por todo lo que nos han
enseñado y enriquecido. Ojalá hayamos podido hacerles conocer y entregarles algo que para
nosotros ha sido muy valioso; nosotros sólo aprendimos que a la Mas.: no se la comprende si no se
la quiere, aunque ¿cómo difundir un sentimiento?. Pero, como dijera Mackey y lo que remarca
nuestro propósito práctico, "aprender Francmas.: es conocer nuestro trabajo y realizarlo bien.
¿Cuál será el buen Ob.: que se atreva a no realizar esta Labor?".

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