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Alfonso XIII con el general Miguel Primo de Rivera en el primer despacho

que celebra con él, al día siguiente del golpe de Estado en septiembre de
1923, en el Palacio Real de Madrid.
Clasificación
Nos encontramos ante una fotograía que recoge el primer despacho del rey Alfons XIII
con el dictador, el general Miguel Primo de Rivera. Es del día siguiente al golpe de
estado. El tema es político y la función es informar de este primer encuentro entre el
rey y el dictador, que ha pasado a estar al frente del gobierno (Directorio). El
destinatario es el público en genral, ya que se pretende informar gráficamnete del
encuentro.
El autor lo desconocemos. Pero su intención, además de informar es presentar como
algo normal, un hecho excepcional, como ha sido la violación de la Constitución d
e1876 y el establecimiento de un gobierno, al margen de la legalidad.
La escena presenta al rey Alfonso XIII y al dictador, Miguel Primo de Rivera, en ese
primer encuentro de trabajo.
Análisis
La fotografía muestra, al día siguiente del golpe de estado por el que accede al poder
el teniente general Miguuel Primo de Rivera, el primer encuentro entre el rey Alfonso
XIII, que lo ha nombrado al frente del gobierno y el propio dictador.
La escena tiene lugar en el despacho privado del rey en el Palacio Real de Madrid.
Aparecen ambos personajes, frente a frente, en la mesa del rey, aparentemente

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teniendo una sesión de trabajo, donde el rey estudia documentos, presentados por el
nuevo responsable del gobierno, el dictador Primo de Rivera.
Como hemos dicho antes, aparte de informar, esta imagen quiere trasmitir una falsa
sensación de normalidad, sin tener en cuenta que el rey, al nombrar a Primo de Rivera
al frente de un directorio militar que sustituye al gobierno de España, está violando la
constitución de 1876.
Contextualización, causas, desarrollo y consecuencias de la dictadura
Para poder explicar la dictadura de Primo de Rivera debemos apelar a la crisis general
de 1917 y a cómo esta crisis se cierra en falso. El aparente triunfo del sistema de
turnos de partidos hace que este sistema se mantenga hasta 1923, pero a partir de
1917, después del fracaso de los gobiernos de concentración donde se integra la Lliga,
niinguno de los dos partidos del turno (conservador y liberal) consiguen articcular
mayrías estables y sólidas, lo que se traduce en una gran inestabilidad política y en el
recurso a gobernar desde la excepcionalidad (por decreto y con Cortes cerradas). La
situación económica empeora tras el final de la Primera Guerra Mundial y aumenta el
paro, manteniéndose los precios elevados, lo que se traduce en un sustaancial
incremento de la conflictividad social (hueelgas) y la represión, que degeneran incluso
en actos violentos (pistolerismo en Barcelona, trienio “bolchevique en Andalucía), al
recurrir la patronal a los pistoleros y responder un sector de la CNT con actos
terroristas. La oposición, totalmente marginada del poder, tampoco puede articular
una alternativa viable. Sobre estas profundas crisis política, económica, social, de
orden público, incide para agravarlas aún más, los problemas que ocasiona el cobflicto
de Marruecos y los fracasos que se producen, como el de Annual, lo que incrementa el
descontento del ejército, ya que ante los intentos de investigar lo sucedido, se
interpreta por parte de este como un ataque a su honor.
En este clima de descontento generalizado y de diversas crisis (política, económica,
social, de orden público, militar) lo más razonable hubiera sido democratizar el
régimen, pero se opta por la peor de las soluciones, la dictadura militar, poniendo fin a
casi 50 años en los que el ejército se ha mantenido formalmente al margen del devenir
político del país. El compromiso de la monarquia con la dictadura, terminará por
arruinar la confianza en esta y provocará finalmente su caída en 1931.
Cuando en septiembre de 1923, el general Miguel Primo de Rivera se pronuncia contra
la legalidad vigente, declara el estado de guerra y exige al monarca que entregue el
poder a los militares, cuenta con importantes apoyos (empresariado, grandes
propietarios, financieros, una parte del ejército, clases medias y el propio rey Alfonso
XIII) y con muy poca oposición, dado el nivel de deterioro de la vida nacional. Una vez
que el rey entrega el poder a Primo de Rivera, al frente de un gobierno (Directorio)
excclusivamente integrado por militares, suspende el régimen parlamentario y la
constitución.
Las razones y causas que esgrimen Primo de Rivera y sus partidarios para justificar el
golpe de estado son: poner fin a la crisis política, a la conflictividad socil, a la

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inestabilidad política, al desprestigio de la clase política, al fraude electoral, al
terrorismo, el miedo de las clases medias y altas a una revolución social, al auge del
nacionalismo periférico, amenazas a la unidad nacional, el descontento del ejército.
Primo de Rivera justificó el golpe como una solución moral y regeneracionista, que
pretendía acabar con el fraude y con el caciquismo, pero en realidad Primo de Rivera lo
que intenta es perpetuar, mediante la dictadura, un régimen totalmente superado y
evitar la democratización del mismo. Fue, en todo caso, una solució ilegal e
inconstitucional.
La dictadura se presento como un régimen provisional. Al principio, con muy poca
oposición, consigue en los dos primeros años (Directrio militar, 1923-25) imponerse,
restableciendo el orden público y resolviendo el problema de Marruecos, con un grave
disminución de los derechos y libertades.
Pero una vez resueltos estos dos problemas, la dictadura pretende perpetuarse en el
poder (Directorio civil, 1925-30) e institucionalizar el régimen. Aprovechando una
coyuntura económica internacional expansiva y siguiendo una política económica
nacionalista e intervencionista, consigue un importante crecimiento económico
(infraestructuras, fomento de la industria nacional), pero con un importante
endeudamiento público, una cierta paz social, incluso contando con la colaboración del
PSOE y la UGT, pero con una creciente oposición, sin olvidar la represión y la pérdida
de derechos.
La crisis de 1929, pone de manifiesto la debilidad del crecimiento económico y esto
unido a una oposición cada vez más intensa y trasversal (los partidos tradicionale, los
republicanos, socialistas, comunistas, anarquistas, nacionalistas, el mundo intelectual y
una parte del ejército), provoca la retirada de la confianza por parte del rey y la
dimisión del dictador en enero de 1930.
La monarquía piensa que desprendiéndose del dictador y volviendo a la normalidad
constitucional, puede continuar, pero el apoyo del rey al dictador ha contaminado a la
monarquía y hace inviable volver al régimen de la constitución d e1876. Su final se
producirá en 1931, tras unas elecciones municipales, donde la coalición republicano
socialista triunfa en las capitales de provincia y en los principales ciudades, donde le
caciquismo no puede manipular el resultado electoral.

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