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EDUCACIÓN PARA LA EMANCIPACIÓN

THEODOR W. ADORNO

Alumna: Diana Fabiola Carranza Kala Grupo: 101

Introducción:

Citas Textuales:

Para precisar esta cuestión voy a referirme sólo al comienzo del breve tratado de
Kant titulado Beantwortung der Frage: Was ist Aufklarung? ("Respuesta a la
pregunta: ¿Qué es ilustración?"). Ahí define la minoría de edad, y con ella
también la emancipación, diciendo que esta minoría de edad es autoculpable
cuando sus causas no radican en la falta de entendimiento, sino en la falta del
valor y de la decisión necesarios para disponer de uno mismo sin la dirección de
otro. (Adorno, 1998, como se citó en Kant, 1784, p. 111).

"La ilustración es la salida del hombre de su minoría de edad autoculpable" (Adorno,


1998, como se citó en Kant, 1784, p. 111).

“La democracia descansa sobre la formación de la voluntad de cada individuo


particular, tal como se sintetiza en la institución de la elección representativa” (Adorno,
1998, p. 111).

La capacidad no viene prefigurada en las personas, sino que depende, en su


desarrollo, de los retos a los que el individuo se ve enfrentado. Esto es, que es
posible "hacer capaz" a alguien. A partir de aquí se puede despertar en
cualquiera la posibilidad de "aprender motivadamente"; una forma particular de
evolución de la emancipación. (Adorno, 1998, p. 112).
A tal efecto se precisa, claro es, un tipo de escuela que no reproduzca las
divisiones específicas de origen clasista en su estructuración, sino que mediante
una superación, ya en la primera infancia, de las barreras específicas de clase,
haga prácticamente posible la evolución hacia la emancipación motivando al
estudio con la ayuda de una oferta sumamente diferenciada. O sea, y por decirlo
en el lenguaje usual, no emancipación por la vía de una escuela general, sino
emancipación mediante el desmontaje de la tripartición tradicional y una oferta
educativa plural y muy diferenciada en todos los niveles, del preescolar a la
formación continua, para desarrollar así en cada individuo particular la
emancipación. (Adorno, 1998, p. 112).

“La capacidad es, en una proporción muy importante, función de las condiciones
sociales, de tal modo que ya los propios presupuestos de la emancipación, de la que
depende una sociedad libre, vienen determinados por la falta de libertad de la sociedad”
(Adorno, 1998, p. 113).

"¿Qué quiere decir realmente 'autonomía'? Literalmente capacidad de darse uno a sí


mismo la ley” (Adorno, 1998, p. 114).

“Creo que se pueden criticar filosóficamente muy bien el concepto de razón absoluta y
la ilusión de que el mundo es el producto del espíritu absoluto” (Adorno, 1998, p. 114).

Que la educación para la minoría de edad domine hoy como ayer en el mundo,
por mucho que la era de la ilustración esté en curso de desarrollo hace ya algún
tiempo, y aunque se encuentren no pocas reflexiones contra esta educación para
la minoría de edad no sólo en Kant, sino también en Marx, no deja de ser un
fenómeno interesante. (Adorno, 1998, p. 115).

“El propio concepto de autoridad es, en principio, un concepto básicamente psicológico-


social, que no remite de modo inmediato y sin más, en su significado, a la realidad
social en cuanto tal” (Adorno, 1998, p. 116).
“La manera en que uno se convierte -psicológicamente hablando- en un ser autónomo,
es decir, emancipado, no pasa simplemente por la rebelión contra todo tipo de
autoridad” (Adorno, 1998, p. 116).

El proceso -caracterizado por Freud como la evolución normal- es el siguiente:


los niños se identifican, por lo general, con una figura paterna, con una autoridad,
por tanto, la interiorizan, se apropian de ella, y seguidamente experimentan, en
un proceso muy doloroso y del que no se sale sin cicatrices, que el padre, la
figura paterna, no corresponde al ideal del yo que aprendieron de él, lo que les
lleva a separarse de él y a convertirse así, y sólo así, por esta vía, en personas
mayores de edad, o lo que es igual, emancipadas. (Adorno, 1998, p. 117).

“Si el papel social (o rol) es convertido, en efecto, en un patrón social de medida nos
encontramos con que, con ello y en ello, se perpetúa el que las personas no sean las
que ellas mismas son, esto es, se perpetúa su no identidad” (Adorno, 1998, p. 118).

Sin hacerme ilusiones sobre mi capacidad para hablar autorizadamente sobre


este sector específico, sí quisiera, con todo, añadir que a la emancipación
corresponde una determinada consistencia del yo, una trabazón del yo, tal como
viene configurada en el modelo del individuo burgués. (Adorno, 1998, p. 119).

Sin necesidad de remitirle a la dialéctica de la ilustración, me limitaré a decir que


el mismo proceso que hace posible la mayoría de edad mediante la
emancipación es, naturalmente, el que en virtud de la debilidad del yo o del
peligro de la debilidad del yo, pone de nuevo en peligro la emancipación en sus
consecuencias. (Adorno, 1998, p. 119).

“El verdadero problema de la emancipación no es hoy otro que el de si la gente puede,


y cómo, oponerse a esto, siendo "la gente" nuevamente otro gran problema” (Adorno,
1998, p. 120).
Conclusión:

Referencia Bibliográfica:

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