Bautista, primo de Jesús, hasta el momento mismo del nacimiento de Cristo se menciona una y otra vez el gozo y la alegría.
Por ejemplo, a Zacarías, el padre del Bautista,
se le dijo: “…tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento…” Lucas 1:14
Lucas 1:41-44 también narra cómo, cuando
María saludó a Elizabet, madre del Bautista, el bebé en el vientre de Elizabet saltó de alegría, siendo lleno del Espíritu Santo. “Porque tan pronto como llegó la voz de tu saludo a mis oídos, la criatura saltó en mi vientre”.
Y María levantó, entonces su voz en un
cántico, diciendo: “Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador”.
La noche del nacimiento del Señor, se les dijo
a los pastores que velaban sus rebaños: “les traigo buenas noticias de gran gozo, que será para todo el pueblo…”Luc. 2:10-11
Esa noche hubo un coro celestial que
alababan a Dios. Al regresar a sus rebaños, los pastores iban “glorificando y alabando a Dios por las cosas que habían visto y oído” Luc. 2:20
Y no era para menos. Este nacimiento era la
respuesta de Dios a la necesidad humana de salvación.
Por esta, y otras razones, nosotros también
celebramos el nacimiento de Cristo.
1. Gozo, porque la luz que alumbra a todo
hombre, que creó todo lo que existe, venía a este mundo, a darnos esperanza y salvación. Juan 1:1-5, 9-10; Lucas 2:11; Mateo 1:20-21; Lucas 1:68-69 2. Gozo, porque su venida significó el principio del fin del reino del maligno en este mundo, y su gracia u poder sobre nosotros. 1 Juan 3:5, 8b; Lucas 1:68-75
3. Gozo, porque este regalo, nacido en
Belén de Judea, era para todo el mundo. Jesús, Salvador de toda la humanidad. Pastores representando al pueblo judío; unos sabios de oriente, representando a los gentiles; Lucas 2:25-32.
CONCLUSION/LLAMADO
Celebra con gozo el nacimiento de Cristo. No
hablamos del 25 de diciembre, sino del día del nacimiento de Cristo, sea cual haya sido.
Si estás pasando por tiempos difíciles,
refúgiate en el gozo del Señor. Las escrituras declaran en Nehemías 8:10 que el gozo del Señor es nuestra fortaleza. El profeta Habacuc llegó a decir: “Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya fruto; aunque falte el producto del olivo y los campos no produzcan alimento, aunque se acaben las ovejas del redil y no haya vacas en los establos; con todo yo me alegraré en el Señor y me gozaré en el Dios de mi salvación. El Señor Dios es mi fortaleza…” 3:17-19ª
Hay quienes en este tiempo se sienten
deprimidos, en angustia; algún ser querido que ha partido, y se extraña;