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¿Tuvo Jesús
discípulas
mujeres?
Ariel Álvarez Valdés
Doctor en Teología Bíblica, Santiago del Estero, Argentina

Alejadas de los problemas sociales, excluidas


de la vida pública, las mujeres eran grandes
perdedoras en la sociedad judía de los tiempos
de Jesús. Por eso no deja de sorprender la osadía
del Maestro de Nazaret, que contaba con algunas
de ellas en el grupo itinerante de sus discípulos.
Al verlo pasar, la gente sin duda se preguntaría
cómo era posible que un maestro afamado como
él admitiera a personas que la tradición judía
consideraba no capacitadas para el estudio y el
servicio religioso. Pero la respuesta de Jesús fue
que toda persona es apta para el servicio de Dios.

Benozzo Gozzoli, Mujeres en la tumba (detalle), 1440-41, fresco, Convento de San Marco, Florencia.

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Q
ue Jesús tuvo discípulos varones es algo que ningún seguía” a Jesús (Mc 9, 38). Y cuando aquellos Doce quisieron
estudioso ha negado nunca. Sabemos que durante su recordarle a Jesús que eran verdaderos discípulos, le dijeron:
vida pública se rodeó de un grupo de hombres que lo “Nosotros te hemos seguido” (Mc 10, 28).
seguían a todas partes, lo acompañaban en sus viajes, escu-
chaban sus enseñanzas y lo ayudaban en la tarea de predicar CON LA ESCUELA A CUESTAS
y anunciar el Evangelio. De hecho, la tradición siempre lo ha
descrito en compañía de sus doce apóstoles, recorriendo con Es decir, el seguimiento a Jesús era uno de los rasgos
ellos los pueblos y las aldeas de Palestina. fundamentales que tenía el grupo de discípulos. Pero no
Pero ¿tuvo también discípulas mujeres? ¿Hubo algún gru- era un seguimiento simbólico, como cuando nosotros deci-
po de señoras que formaban parte de su comitiva? De ser así, mos “yo sigo a tal autor” para decir simplemente que somos
habría constituido un fenómeno sorprendente y escandaloso, adeptos a sus ideas. No. Jesús pedía el seguimiento físico,
ya que entre los judíos del siglo I literal, por los lugares y pueblos
estaba mal visto que un maestro ¿Estas mujeres escuchaban también que él recorría predicando y curan-
enseñara la Biblia a mujeres y que, las enseñanzas privadas de Jesús, o no? do enfermos. O sea, seguir a Jesús
además, se dejara acompañar por
¿Estaban, también en ese sentido, al mismo significaba abandonar la casa, la
ellas. ¿Dice algo el Nuevo Testamen- familia y el trabajo para dedicarse
to sobre esto? nivel que los discípulos varones? de lleno a un ministerio itinerante.
Si leemos el primer evangelio No se podía “seguir” a Jesús, per-
que se escribió, es decir, el de san Marcos, veremos que Jesús maneciendo uno en su casa.
solo aparece rodeado de varones, nunca de mujeres. Ellos lo Esa era la principal diferencia con los demás maestros y
acompañan a todos lados: a comer con los pecadores (Mc 2, rabinos de su época. Estos reunían a sus discípulos en un edi-
15), a navegar por el lago de Galilea (Mc 3, 7), a predicar la Pa- ficio o centro de estudio, donde les enseñaban la Ley, y des-
labra de Dios (Mc 4, 34), a curar a los enfermos (Mc 5, 31) y a pués los mandaban de vuelta a sus casas. Además, el plan de
viajar por el país (Mc 6, 1). Eso lleva a pensar que el movimiento estudios que les ofrecían duraba una cantidad fija de años. En
fundado por Jesús era exclusivamente masculino. cambio, Jesús había inventado algo novedoso. No los convo-
caba a ninguna escuela ni les ofrecía un curso fijo: los invitaba
LAS EXTRAÑAS ESPECTADORAS a experimentar en su propia vida la Buena Noticia que él pre-
dicaba. Y para eso los llevaba a todas partes para que vieran
Pero el final del Evangelio nos depara una sorpresa. Cuan- cómo aparecía el Reino de Dios entre la gente: curando enfer-
do Jesús se halla clavado en la cruz, después de morir, Marcos mos, liberando a los oprimidos, perdonando a los pecadores,
dice que “había allí unas mujeres, mirando desde lejos. Entre contagiando esperanza a los desahuciados. De ese modo, era
ellas, estaban María Magdalena, María, la madre de Santiago necesario un seguimiento físico a Jesús.
el menor y de José, y Salomé. Ellas seguían a Jesús y lo servían Esta era, pues, la característica singular de sus discípulos.
cuando estaba en Galilea. Y había también muchas otras, que Ahora bien, si Marcos nos dice que aquellas mujeres que es-
habían subido con él a Jerusalén” (Mc 15, 40-41). taban al pie de la cruz “seguían a Jesús”, es porque formaban
Se trata de un dato sorprendente. Nunca antes Marcos nos parte del grupo itinerante de sus discípulos.
había contado que a Jesús lo seguían mujeres. Solo después de
su muerte aparecen ellas mencionadas por primera vez. NO SOLO LAVAR LOS PLATOS
¿Quiénes son estas mujeres? Marcos da el nombre de algu-
nas de ellas, las más conocidas en su ambiente, y nos señala Lo segundo que el evangelista dice de ellas es que “servían”
tres características. a Jesús cuando estaba en Galilea.
La primera es que “seguían” a Jesús. El verbo “seguir” es ¿Qué clase de servicio prestaban en el grupo? Normalmen-
un verbo especial, que los Evangelios suelen reservar para los te, se piensa que hacían trabajos “de mujeres”, es decir, co-
discípulos de Jesús. Por ejemplo, cuando Jesús llamó a Pedro cinar, servir la mesa, lavar los platos, coser la ropa. Un grupo
y Andrés, que estaban pescando, ellos dejaron las redes y “lo itinerante, como el de Jesús, necesitaría de alguien que se
siguieron” (Mc 1, 18). Cuando llamó a Santiago y a Juan, también ocupara de estos menesteres.
dejaron a su padre y “lo siguieron” (Mt 4, 22). Cuando invitó a Y bien podía haber sido esa la tarea de ellas. Pero, en primer
Leví, solo le dijo “sígueme” y él “lo siguió” (Mc 2, 14). Y al hom- lugar, vemos que muchas de estas funciones en el grupo las
bre rico lo llamó, diciendo: “Sígueme” (Mc 10, 21). cumplían los varones. Así, los discípulos aparecen sirviendo la
Es que, según Marcos, una de las condiciones que Jesús ha- comida (Mc 6, 41), recogiendo las sobras que quedaban (Jn 6,
bía puesto a sus discípulos era que “lo siguieran” (Mc 8, 34). Se 12), comprando alimentos (Jn 4, 8). Estas, pues, no se conside-
trataba de algo tan fundamental y la idea estaba tan arraigada raban tareas femeninas.
en los Doce, que una vez se cuenta que el apóstol Juan encontró Además, en el Evangelio de Marcos la palabra “servir” no
por el camino a un hombre muy bueno, creyente, que hasta rea- significa hacer tareas domésticas, sino anunciar el evangelio.
lizaba milagros, pero no fue considerado discípulo porque “no En efecto, al hablar de su misión en este mundo, Jesús dijo que

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allí muchas mujeres mirando desde lejos, aquellas que habían


seguido a Jesús desde Galilea para servirlo. Entre ellas esta-
ban María Magdalena, María la madre de Santiago y de José,
y la madre de los hijos de Zebedeo” (Mt 27, 55-56).
Mateo, al igual que Marcos, da el nombre de tres de ellas.
Solo cambia el de la tercera mujer. Mientras Marcos cita a Salo-
mé, Mateo habla de la madre de los hijos de Zebedeo (es decir,
la madre de Santiago y Juan). Posiblemente, Mateo lo hace por-
que no sabía quién era Salomé. En cambio, sabía que la madre
de los Zebedeo estuvo siguiendo a Jesús durante su vida; de
hecho, la menciona en una escena (Mt 20, 20).
De todos modos, lo que nos dice de ellas es lo mismo que
Marcos: que seguían al Señor, y que le servían.

AUNQUE PERJUDICABA
A SU MARIDO

También Lucas menciona a las mujeres discípulas al final


Dieric Bouts , El entierro, c.1450, temple sobre lienzo de lino, 90,2 x 74,3 cm., de la vida de Jesús (Lc 23, 49; 23, 55). Pero este autor nos de-
Galeria Nacional, Londres.
para una sorpresa, pues hizo algo que ningún otro evangelista
se animó a hacer: las menciona como acompañantes de Jesús
él no vino “a ser servido, sino a servir y a dar su vida” (Mc 10, “durante” su vida pública.
48). O sea que servir, en el lenguaje evangélico, equivale a dar En efecto, en cierta ocasión en que Jesús iba de viaje por Ga-
la vida por los hermanos, pero cumpliendo una misión evange- lilea, dice Lucas: “Recorría las ciudades y pueblos, proclaman-
lizadora. Esa misma, dice Jesús, es la misión de todo discípulo do y anunciando el Reino de Dios; lo acompañaban los Doce y
(Lc 12, 35-48; 17, 7-10). Incluso la perfección cristiana se obtiene algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos
con el servicio (Mt 25, 44). y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían
En otras palabras, si estas mujeres “servían” a Jesús es salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, un administrador
porque de alguna manera predicaban el evangelio, sanaban de Herodes; Susana, y muchas otras que lo servían con sus
enfermos, expulsaban demonios y realizaban las mismas fun- bienes” (Lc 8, 1-3).
ciones de los demás discípulos, no porque cumplían tareas de Notemos cómo el evangelista coloca tanto a los Doce como
cocina y limpieza. a las mujeres en un mismo nivel, puesto que une a los dos gru-
Por último, Marcos dice que ellas “habían subido con Jesús pos con la conjunción “y”, que sirve para igualarlos. Nos dice
a Jerusalén”. Es decir, no eran mujeres locales que al enterarse además que eran mujeres de buena posición económica, pues-
de su muerte se habían reunido espontáneamente a contemplar to que ayudaban material y económicamente el movimiento de
el macabro espectáculo, sino mujeres de Galilea que habían Jesús con su propio dinero.
viajado con Jesús y sus discípulos a Jerusalén para celebrar la Pero sobre todo resulta interesante ver los nombres que
fiesta de Pascua. Habían hecho, pues, el largo viaje relatado aparecen en la lista, especialmente el de una tal Juana. De ella
en Mc 10, 1 - 11, 11. se nos explica que estaba casada con Cusa. Ahora bien, este
era nada menos que el administrador de Herodes Antipas, go-
OTROS NOMBRES PERO LA MISMA FUNCIÓN bernador de Galilea, con quien Jesús se llevaba tan mal. La ten-
sión entre ambos se debía a que Antipas había hecho degollar
Si Jesús tuvo durante su vida pública, además de los Doce, a Juan el Bautista, por considerarlo su enemigo.
un grupo de mujeres que lo acompañaban en sus viajes y ¿Qué habrá dicho ahora Antipas al enterarse de que la espo-
en su misión, ¿por qué Marcos guardó silencio sobre ellas sa de su gerente general andaba deambulando atrás de Jesús,
durante todo su Evangelio y solo al final las menciona? Po- un Maestro revolucionario radical y, para colmo, ex discípulo
siblemente, porque su presencia en el grupo de Jesús era de Juan el Bautista? Para empeorar las cosas, en cierta ocasión
un dato escandaloso para los lectores. Por eso prefirió no Jesús mismo criticó públicamente a Antipas, llamándolo “zo-
nombrarlas. Pero el hecho de que ellas hubieran estado pre- rro”, por su temperamento pérfido y codicioso (Lc 13, 31-32).
sentes durante su muerte, e incluso durante su resurrección, Todo esto, ¿habrá hecho peligrar la situación laboral de
era tan conocido que Marcos ya no pudo callarlo. Por eso Cusa? ¿Se habrá enojado el gobernador con él y lo habrá ex-
terminó mencionándolas al final y explicando quiénes eran pulsado de su trabajo? No lo sabemos. Lo que sí sabemos es
y de dónde habían venido. que Juana, a pesar de que su seguimiento a Jesús ponía en
Pero Marcos no es el único evangelista que las menciona. riesgo la carrera de su marido, nunca abandonó al Maestro y
También Mateo, al relatar la muerte de Jesús, agrega: “Había lo siguió hasta el final (Lc 24, 10).

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Fra Angelico, Resurrección de Cristo y mujeres en la tumba, 1440-41, fresco, 189 x 164 cm., Convento de San Marco, Florencia.

LAS LECCIONES FEMENINAS Si Jesús tuvo durante su vida pública, además de los
Doce, un grupo de mujeres que lo acompañaban en
El hecho de que los evangelios mencionen nada menos que
sus viajes y en su misión, ¿por qué Marcos guardó
en cinco oportunidades a un grupo de mujeres que seguían a
Jesús es, sin duda, un indicio de que estamos ante un valioso silencio sobre ellas durante todo su Evangelio,
testimonio histórico. y solo al final las menciona?
Pero falta responder a unas preguntas: ¿estas mujeres escu-
chaban también las enseñanzas privadas de Jesús, o no? ¿Estaban,
también en ese sentido, al mismo nivel que los discípulos varones? Frente a este clima adverso hacia la enseñanza de las mu-
La cuestión es importante porque en tiempos de Jesús los jeres, ¿cómo actuó Jesús?
judíos no permitían que las mujeres estudiaran la Palabra de Los evangelios no nos dicen nada. Sin embargo, cuando ellas
Dios. Se pensaba que ellas estaban en condiciones intelec- van a su tumba la mañana de Pascua y la encuentran vacía,
tuales inferiores respecto del varón y que era peligroso ense- cuenta san Lucas que se les aparecen dos ángeles y les dicen:
ñarles algo tan sagrado por los errores que podían sacar de “¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está
las Escrituras. Sabemos, por ejemplo, que los rabinos solían aquí, ha resucitado. Recuerden cómo les habló cuando estaba
decir: “Es preferible quemar el Libro de la Ley, antes que ense- todavía en Galilea, diciendo: ‘Es necesario que el Hijo del Hom-
ñarle a una mujer”. Otro maestro judío, Rabí Eliezer, en el siglo bre sea entregado en manos de los pecadores y sea crucifica-
I d.C. comentaba: “Quien le enseña a su hija la Ley, le enseña do, y al tercer día resucite’”. Y Lucas continúa: “Ellas entonces
obscenidades”. También decían los rabinos: “Todos los males recordaron sus palabras” (Lc 24, 5-8).
que existen en el mundo entran por el tiempo que los hombres Notemos cómo en este pasaje se repite dos veces la pala-
pierden hablando con las mujeres”. bra “recordar”. O sea que, según Lucas, las mujeres también

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El hecho de que los evangelios mencionen nada podemos imaginar el espectáculo que brindaría aquel grupo
menos que en cinco oportunidades a un grupo de mujeres.
de mujeres que seguían a Jesús es, sin duda,
LA APTITUD DEL CORAZÓN
un indicio de que estamos ante un valioso
testimonio histórico. Ya de por sí la gente criticaba a Jesús diciendo que era un
comilón y un borracho, amigo de pecadores (Mt 11, 19) y de
habían escuchado las enseñanzas privadas que Jesús había prostitutas (Lc 7, 39); lo tildaba de loco (Mc 3, 20-21) y ende-
impartido en Galilea sobre los últimos acontecimientos de su moniado (Jn 8, 48). Pero verlo además acompañado de un sé-
vida y que en los evangelios aparecen como transmitidas solo quito de mujeres sin maridos, algunas de las cuales eran anti-
a los varones (Lc 9, 18-27). guas endemoniadas, que lo sostenían económicamente con su
Igualmente Marcos (16, 6-7) da a entender que las mujeres dinero y que viajaban con él por las zonas rurales de Galilea,
participaron de esas enseñanzas. escuchando y aprendiendo sus enseñanzas al mismo nivel que
los varones, debió de haber sido algo escandaloso y, sin duda,
UNA OSADÍA ESCANDALOSA debió de haber aumentado la desconfianza hacia su persona,
en la sociedad campesina tradicional de aquel tiempo. Al verlo
Durante su vida, Jesús conformó un nuevo tipo de discipu- pasar, la gente seguramente se preguntaría cómo era posible
lado itinerante. Es decir, creó un grupo de discípulos para que que un maestro afamado como él admitiera a personas que la
lo acompañaran por todas partes, escuchando y aprendiendo tradición judía consideraba no capacitadas para el estudio y el
sus enseñanzas por el camino. Pero su actitud más innovadora servicio religioso. Pero la respuesta de Jesús, al aceptarlas en
y audaz fue la de haber admitido en ese grupo a mujeres que su grupo, fue que toda persona es apta para el servicio de Dios.
viajaban con él, compartiendo esas instrucciones. Los golpes de la vida, la incomprensión de la sociedad, las
En su época, a las mujeres no se les permitían semejantes críticas de nuestra familia, van haciendo que mucha gente poco
libertades. No era bien visto que ellas tuvieran trato directo a poco se sienta incapaz de muchas cosas, se crea inferior a los
con hombres que no fueran sus propios familiares (Jn 4, 27). demás, se piense no apta para las tareas que la rodean y sospe-
Y, cuando asistían al templo con motivo de una fiesta religiosa, che que no está a la altura de los desafíos modernos. Pero no es
no podían ingresar en el patio donde estaban los hombres y así. En las manos de Jesús, en el grupo de Jesús, en la escuela
debían permanecer en un claustro exclusivo para ellas. Asimis- de Jesús, todos somos valiosos e importantes. Más aún, todos
mo, cuando iban a rezar a las sinagogas, debían permanecer somos necesarios. De aquellas mujeres, a quienes la sociedad
separadas de los varones en un lugar diferente. de su época no consideraba, Jesús supo sacar enormes riquezas
Alejadas de los problemas sociales, excluidas de la vida y descubrir un potencial impresionante. Porque nuestro valor
pública, apartadas de los debates religiosos, sin competen- como personas no depende de la aceptación de los demás, ni de
cia en cuestiones políticas, las mujeres eran las grandes que los otros nos reconozcan o aprueben. Depende del llamado
perdedoras en la sociedad judía de los tiempos de Jesús. de Jesús a cada uno. Eso es lo que vuelve a alguien extraordi-
Su función se reducía prácticamente al cuidado de la casa nariamente importante.
y de los hijos. Y él sigue hoy llamándonos a hacer cosas grandiosas. A to-
Por eso no deja de sorprender la osadía del Maestro de dos. Basta con escucharlo y preguntarle: ¿a dónde nos quieres
Nazaret. Si nos ponemos en el lugar de sus contemporáneos, llevar? MSJ

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