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Instrucciones:
En cada texto, preste atención a los siguientes aspectos y conteste las siguientes
preguntas, con aptitud clara, definida de los textos bíblicos:
Textos:
1. Un momento de curación (Mateo 8:1-4)
Al ver este pasaje, podemos ver que el leproso se arrodilla a los pies de Jesús
diciéndole: “Si quieres puedes sanarme y dejarme limpio”. Para la sociedad de
aquel tiempo, el leproso debía gritar ante todos que era inmundo. Otra de las cosas
que podemos ver es que Jesús rompiendo los paradigmas toca al leproso,
implicando que se ha contaminado. Jesús no se contamina (toca lo inmundo) pero
sana al leproso al instante. Esto demuestra que podemos vivir en un mundo
contaminado pero sin contaminarnos, siempre y cuando permanezcamos separados
para Dios.
Jesús amó y no rechazó al leproso, aun sin importar su condición. Jesús tan pronto
el leproso se le acercó buscando sanidad, éste le tocó, dispuesto a restaurarle.
Podemos aprender que hemos sido llamados para saciar la necesidad de aquellos
que buscan restauración, sanidad y liberación. El toque es algo que llega al corazón
de aquellos quienes lo reciben y tal como Jesús debemos estar dispuestos a ir un
poco más allá de la norma.
Podemos aprender de este pasaje que Jesús nos conoce por completo. No
podemos esconder nada delante de él; podemos ser honestos y sinceros por qué
sabe quiénes somos y cuál es la intención de nuestro corazón. El hecho de que
Jesús conozca todo de nosotros, no implica que quiere hacernos daño, sino
sanarnos y libertarnos.
Esta porción nos enseña que Jesús puede sentarse con todos y no convertirse a
ninguno de ellos, sino que ellos llegan a ser impactados por él y de ahí surgir una
transformación. Jesús (verso 13), nuevamente confronta a aquellos hipócritas que
se jactan mucho de la verdad pero la practican poco.
5. Las manos que bendicen (Marcos 10:13-15)
La impresión en estos versos es la de un Jesús indignado cuando los discípulos no
permiten que los niños se le acerquen. En aquel tiempo, los niños no tenían valor
social, pero Jesús si les dio el lugar que ellos tienen no solo en la esfera humana,
sino en el reino de los cielos. Los discípulos aún mantenían su perspectiva de ver y
valorar las cosas según la corriente de la época y no según las enseñanzas de
Jesús.
En este aspecto, Jesús se acerca a los niños porque los ama y los valora; tan es así
que les dice a los discípulos que de ellos es el reino de los cielos. Jesús nos manda
a que si no fuésemos como ellos (si tuviésemos su corazón) no heredaremos el
reino de los cielos. La meta de Jesús es que le imitemos tal como él es.
Esta porción nos enseña a amar a todos sin importar sus estatus, su edad, etc. El
valor que Jesús le da a la niñez es impresionante, colocándolos en una lugar de
importancia dentro de la sociedad.
Podemos aprender que como ministros hemos sido llamados a bendecir del todo a
la grey que ha sido colocada en nuestras manos. Es nuestra responsabilidad ser
pastores como Jesús. Debemos practicar la compasión y ocuparnos de la
necesidad de los demás.
Jesús recibió con agrado a aquella mujer, el vio el precio de su sacrificio, tal y como
él lo haría luego en la cruz del calvario. Para algunos era algo que se estaba
echando a perder, mientras para otros significa gratitud, amor incondicional,
sacrificio.
Podemos aprender que tal como hizo esta mujer, Jesús derramó su vida hasta morir
por toda la humanidad, entregó todo. Debemos amarle con todo nuestro corazón.
Jesús en este pasaje manifestó un amor verdadero, aun sabiendo que el joven no le
seguiría. Jesús dirige la atención del joven hacia Dios, pero aun así el da la espalda.
De este pasaje podemos aprender que es necesario dejar todo por seguir a Cristo.
Nuestro corazón no puede estar colocado en las cosas materiales, sino en las que
no perecen y nos llevan a alcanzar la vida eterna.
Aprendemos de esto que llevar a cabo la obra del Señor es muy importante, pero
Jesús reconocía que hacer una obra eficaz para Dios requiere descanso y
recuperación de las fuerzas.
Jesús demostró ser amigo, tuvo empatía con todos los que estaban allí.
Podemos aprender que debemos celebrar cuando las personas que Dios ha
colocado en nuestras manos triunfan, pero debemos estar en el momento difícil
cuando hay pérdidas tal como lo es la vida de un ser querido. La empatía por sobre
todo nos llevará a que la gente se acerque y pueda ver en nosotros el carácter de
Cristo.