Está en la página 1de 7

DISCIPULOS AL ESTILO DE CRISTO

Mt. 16:24-27

TEXTO PARA MEMORIZAR: Mateo 16:24


INTRODUCCIÓN: La palabra “discípulo” es la que se usa sistemáticamente en los
Cuatro Evangelios para indicar la relación existente entre Cristo y sus discípulos.
Jesús mismo la usó al hablarles y ellos la usaron al hablar unos a otros. Todo
aquel que responde al llamado de Cristo se convierte en su discípulo. Cuando
Jesús caminó en el planeta tierra y llamó a sus 12 discípulos les dio algunos
principios que debían poner en práctica al momento de seguirle. Es importante
profundizar y conocer dichos principios que Jesús estableció para todo aquel que
quería seguirle, pues por medio de ellos podemos nosotros ejercitarnos como sus
discípulos y responder cada día a su llamado “Heme aquí”.

O.T. Veamos a través de este pasaje algunos principios para poder ser discípulos
al estilo de Cristo

I. DEFINICIÓN DE DISCÍPULO
Hablando en términos generales y seculares, el diccionario Océano define
discípulo como: “Persona que aprende una doctrina del maestro a cuya
enseñanza se entrega”1. El diccionario de Palabras Bíblica Vine, lo define
como: “Un aprendiz que no solamente aprende, sino un partidario; de ahí
que se le mencione como imitador de su maestro” 2. Esta última nos da la
pauta para el desarrollo y el entendimiento de las palabras de Jesús a sus
discípulos: debían hacer todo como Él lo hizo, si querían seguirle debían
imitarle a Él. Discípulos al estilo de Cristo son aquellos que se esfuerzan
cada día por ser como Él, como su maestro.

Para conocer cuál es el tipo de discípulo que el Señor quiere, debemos primero
conocerlo a Él.

II. CONOZCAMOS AL MAESTRO


Para hablar del perfil del discípulo, primero debemos conocer al maestro,
veremos dos aspectos muy importantes, su carácter y su misión.

A. SU CARÁCTER
El maestro de maestros Jesús, habla en Mt. 11:29 de lo que sus
discípulos tenían que aprender a controlar: su carácter. Habla de sí
mismo pues tiene la potestad de hacerlo, no hay nada que pueda
contradecirle, sus palabras lo demuestran “Soy manso y humilde de
corazón” (Mt. 11:29) y sus hechos lo confirman “enmudeció y no abrió
su boca” (Is. 53:7), “y comenzó a lavar los pies de los discípulos” (Jn.
13:5). Si profundizamos en este último acto, cuando Jesús lavó los pies
de sus discípulos, es interesante notar dos aspectos: 1) fue un hecho
realizado en una cena únicamente con sus discípulos, podríamos
preguntar: ¿porqué lo hizo así? ¿porqué no hacerlo en medio de la
multitud donde habría recibido aplausos y felicitaciones? Es fácil
contestar estas preguntas si recordamos que de quién hablamos es de
Jesús, su único objetivo era que discípulos aprendieran de Él. 2) Esta
era una costumbre de cortesía que realizaban los anfitriones de un
hogar cuando llegaban visitas, ordenaban a sus esclavos que lavaran
los pies de sus invitados. En esta escena Jesús tomó el papel de
esclavo y así demostró su humildad en disponibilidad de servicio.

B. SU MISIÓN
Otro aspecto muy importante a conocer del maestro de maestros, es su
misión ¿para qué vino al mundo? Y esto lo encontramos en un diálogo
que, aunque no fue a sus discípulos resume muy bien su misión – Jn.
3:17 – Él vino a dar su vida para salvar al mundo de pecado, y
nuevamente podemos afirmar que es una realidad no solo por profecía o
palabras de Él mismo, sino también por sus hechos. Cristo Jesús murió
para salvar a todo aquel que cree en Él. En cada momento de su vida se
dedicó a cumplir es misión, concediendo no solamente vida física sino
espiritual, perdonando pecados y así salvando de la muerte eterna. “Él
no vino a la tierra a hacerse cargo de un reino, sino a morir. No vino a
gobernar sino a derramar su sangre en sacrificio y a dar su vida en
rescate de muchos”. Aunque en su humanidad le afligía el hecho del
sufrimiento, el amor de Jesús y su obediencia al Padre lo impulsaron a
cumplir perfectamente su misión. Esto le permitió también darle a sus
discípulos una gran lección de obediencia en cuanto a la Gran
Comisión.

III. PRINCIPIOS PARA SER UN DISCÍPULOS DE CRISTO


¿Qué se necesita para ser un discípulo? No un discípulo cualquiera, sino un
discípulo de Cristo.

A. DETERMINACIÓN: “Si alguno quiere venir en pos de mi”


“Cristo no quiere personas forzadas a seguirle sino voluntarios” 4, Él no
nos obliga a seguirle, pero toda persona que quiere ser su discípulo ha
sido atraído y ha respondido a su amor, por lo tanto, de su voluntad
decide seguirle. Esto debe ser una firme y deliberada resolución, pues
implica muchos aspectos, como en otra ocasión también Jesús se los
hizo ver a sus discípulos, el evangelio de Lucas nos lo relata:
1. “Si alguno viene a mí y no aborrece a su padre y madre y mujer e
hijos, y hermanos, hermanas y aún también su propia vida, no puede
ser mi discípulo”. Si ha de ser un buen discípulo de Cristo ha de
menospreciarlos si es necesario en comparación con Él, no es que
haya de aborrecer literalmente a nadie, sino que el consuelo y el
apoyo que en ellos hallamos han de subordinarse al amor que
hemos de profesar al Señor.
2. “Cualquiera de vosotros que no renuncie a todo lo que posee, no
puede ser mi discípulo”
3. “Y el que no lleve su cruz y viene en pos de mi no puede ser mi
discípulo” (Lc.14:26-27;33)

Debemos ser cuidadosos en el servicio al Señor, pues no basta un


deseo de seguirle, debe haber una convicción, o podemos caer en la
situación que también nos cuenta Lucas 9:57-62. El título que lleva
este pasaje nos da la pauta de la falta de decisión en estas personas
“Los que querían seguir a Jesús”, suena como un sueño frustrado,
donde se ven envueltos en diversas excusas hasta que deben
escuchar al maestro decir: ¡basta!... nadie que haya tomado una
decisión y mira lo que deja atrás como deseándolo, es apto para
obtenerlo. Nuestra decisión debe ser: si son buenas condiciones le
seguimos y si en malas condiciones estamos, también le seguimos.
Dios demanda de sus discípulos, determinación en su decisión de
seguirle.

B. NEGACIÓN DE SÍ MISMO
“¿Qué significa, en realidad, negarse a sí mismo? ¿negar que uno
existe, o que es lo que es? ¡no! Negarse a sí mismo es decirle a ese
“Yo” que hay dentro de nosotros y que nos inclina a ser egocéntricos,
autónomos y autosuficientes, que no, que no queremos seguir nuestros
propios planes ni servir a nuestros propios intereses, sino depender en
todo de Dios y hacer todo y sufrir todo por su causa, esta es la tarea
más difícil para el que quiere ser su discípulo, pero aquel que ha
experimentado el amor transformador del Padre y está totalmente
agradecido, lo hará por amor a Él y aún cuando esto implique dejar
muchas cosas agradables pero vivir para y por Cristo sobrepasa
cualquier deleite en este mundo.
C. TOMAR LA PROPIA CRUZ
En aquel tiempo, la cruz era la pena de muerte que el imperio romano
imponía a los marginados y a los bandidos. Tomar la cruz y cargarla
detrás de Jesús era lo mismo que aceptar el ser marginado por el
sistema injusto que legitimaba la injusticia. La Cruz no es fatalismo, ni
exigencia del Padre. La Cruz es consecuencia del compromiso
libremente asumido por Jesús: revelar la Buena Nueva del amor Dios. A
causa de este anuncio revolucionario, Jesús fue perseguido y no tuvo
miedo a dar su vida. No hay prueba de amor más grande que dar la vida
por los hermanos (Jn 15,13). Así pues el seguidor de Cristo ha de
alistarse en la fila de condenados a muerte, que van tras Él llevando
cada uno su propia cruz; esta cruz no consiste en la resignación para
soportar las molestias de la vida, sino en pagar como Cristo, con la
misma contradicción de pecadores que Él soportó. Todo discípulo de
Cristo ha de tomar voluntariamente esta cruz suya y seguir las pisadas
del maestro. La gente señalaba a Jesús de falso profeta, de mentiroso,
aún al pie de la cruz. Fue la misma historia con los discípulos pero esto
no hizo que retrocedieran, a pesar de la situación siempre siguieron
adelante tomando esta cruz y confiando en Dios. No es muy diferente a
lo que nos toca actualmente como discípulos de Cristo,
independientemente de esto, tomemos nuestra cruz y sigamos a Jesús.

D. SEGUIR AL MAESTRO
Esta frase tiene un significado muy profundo ya que no es un simple
“seguir”, ahora se supone “seguirle cargando la cruz” y es una frase
específica para todo aquel que ha cumplido los requisitos antes
mencionados, a todos ellos Jesús invita a seguirlo. Esta invitación
implica aprender a ir por donde va. Poner los pies sobre sus huellas,
arriesgarse a ir por caminos que quizá uno no elegiría porque no
siempre son fáciles o agradables, con frecuencia parecen demasiado
empinados o polvorientos, a veces oscuros, a veces solitarios, solo en el
seguimiento de Cristo, en el camino tras Él vamos aprendiendo a imitar
su mirada compasiva, su sonrisa, su mano tendida.

E. DARLO TODO
Quien pierda su vida: No habla de ‘perder’ en sentido humano, no nos
invita a ‘perdernos’, sino en sentido espiritual: perder la vida significa
darla, entregarla. Perderla significa... “Tomar distancia respecto a la
tendencia a tenerlo todo, a ganarlo todo, a usar en provecho nuestro
todas las cosas que están a nuestro alrededor...Quien está anclado en
su pequeño yo, sólo experimenta ‘angustia y preocupación de sí mismo’
Quien pierda su vida por Mí: Cabe hacer notar que no se trata de
perderla así nomás, sino de perderla ‘por Él’. ¿Cuál es la diferencia?
Perderla por amarlo a Él, por imitarlo a Él. Se trata de estar dispuestos a
perder la seguridad. Tal vez la tenemos puesta en el dinero, en la salud,
en las relaciones personales. Seguir al Señor implica no confiar en
nuestras propias fuerzas sino en Él y aceptar seguirlo aunque no se
tengan todas las respuestas.

CONCLUSIÓN:. Ser discípulos al estilo de Cristo implica no solamente emoción,


decisión o convicción, es una entrega total en espíritu, cuerpo y alma hasta darlo
todo para Él. Debemos de vivir como si el Señor viniera hoy pero trabajar y
seguirle como si Él fuese a tardar mucho tiempo en regresar. Pueda ser que
hemos estado siguiéndole pero a nuestro propio estilo en nuestras comodidades.
No perdamos sus pisadas, sigámosles y seamos discípulos a su estilo.
SEMINARIO TEOLÓGICO “AMIGOS” BEREA
PROFESORADO EN TEOLOGÍA
VIDA DE CRISTO
Lic. HELA ESPERANZA GUTIERREZ

“DISCÍPULOS AL ESTILO
DE CRISTO”

ANA JHENNSY RAMÍREZ PINEDA


1ero. PROFESORADO

CHQUIMULA, 13 DE SEPTIEMBRE DE 2012


BIBLIOGRAFÍA
 Comentario William Macdonald
 Comentario Matthew Henry- Obra completa
sin abreviar, Editorial Clie, traducido y
adaptado al castellano por Francisco La
Cueva(4)
 Comentario Bíblico Beacon, Casa
Nazarena de Publicaciones
 El Discipulado cristiano, G. Cmpbell
Morgan
 Diccionario Océano (1)
 Diccionario de palabras bíblicas VINE(2)
 Los evangelios explicados J.C. RYLE (3)

También podría gustarte