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Una nueva lectura de Franz Kafka
Entrevista exclusiva para la Barcelona Review con Jordi Llovet a cargo de Marcia
Morgado.

Jordi Llovet
Ensayista, crítico y traductor
[ Barcelona, 1947. Catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada
en la Universidad de Barcelona. Fue miembro fundador del Col-legi de Filosofia de
Barcelona y es director del Institut d´Humanitats de Barcelona. VI Premio
Anagrama de Ensayo (1978) con Por una estética egoísta. Ha editado diversos
libros colectivos sobre estudios literarios y ha traducido al catalán obras de Paul
Valéry, Gustave Flaubert, Friedrich Hölderlin, Reiner Maria Rilke, Robert Musil
y Franz Kafka. Sobre este último, además de numerosos ensayos, ha publicado dos
antologías comentadas de sus narraciones: Bestiario (1990) y Padres e hijos (1992),
así como el estudio introductorio de una edición de La metamorfosis y otros relatos
(1992). Desde 1999 dirige la edición definitiva en lengua española de la obra
completa de Franz Kafka ]

Marcia Morgado
Perodista, poeta y narradora
[ La Habana, 1951. , fue fundadora y editora de la revista literaria Mariel
Magazine. Es autora del libro Rafts (1994) y de la novela 69: memorias eroticas de
una cubanoamericana (1998): primer volumen de una trilogia sobre el Miami
cubano. Vive en Estados Unidos desde 1962; en la actualidad trabaja en la segunda
novela del ciclo, y colabora con la revista electronica The Barcelona Review. ]

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Entrevista publicada en el número 15 de The Barcelona Review [ noviembre 1999 -
enero 2000 ]

La publicación de las Obras completas de Franz Kafka (Galaxia Gutenberg/Círculo de


Lectores, Barcelona, 1999) constituye un verdadero acontecimiento literario y editorial.
En esto coinciden críticos y estudiosos, que le han dispensado una calurosa acogida. A
pesar de haber aparecido sólo el primero de los cuatro volúmenes que la componen, ya
se considera la versión definitiva en castellano de la obra del escritor praguense. La
dirección de la edición está a cargo del ensayista, crítico y traductor Jordi Llovet quien
es además catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en la
Universidad de Barcelona. Conversamos con él, de Kafka, y de estas Obras completas.

Usted ha escrito extensamente sobre Kafka, y lo ha traducido; ¿cómo surge este


proyecto de publicar las obras completas?

Alrededor del año 71, comencé a interesarme a fondo en Kafka, lo incluí en parte de mi
tesis doctoral; aproveché que me encontraba entonces en Francfort, cerca de Praga, para
iniciar los estudios propiamente sobre el terreno. Visité todo el territorio checo, los
lugares de Checoslovaquia donde Kafka había estado, porque contrariamente a lo que se
supone, Kafka viajó bastante por los territorios, no solamente de Checoslovaquia, sino
de todo el imperio austro-húngaro como funcionario del Instituto para Accidentes
Laborales donde trabajaba. Más tarde, en 1978 traduje "La metamorfosis" al catalán, y
trabajé en una edición para Anagrama reuniendo narraciones suyas. Por eso,
posiblemente, Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores acogió muy bien la propuesta
que les hice hace unos ocho o nueve años de editar a Kafka por entero, teniendo en
cuenta que Alemania acababa de empezar a sacar la nueva edición crítica definitiva en
Fischer Verlag. El proyecto fue muy bien acogido y entonces nos empezamos a
movilizar. Escogimos un equipo de grandes traductores: Miguel Sáenz, para las novelas,
(que acaban de salir); Juan José del Solar para las narraciones y Andrés Sánchez
Pascual para los diarios y otros escritos autobiográficos, que incluirá La carta al Padre.
Y luego la correspondencia, que habremos de asignar puesto que la correspondencia
todavía se está editando en alemán.

¿No está afuera aún?

Sólo un volumen, el primero, pero van a ser cinco o seis. Claro, esto es enormemente
laborioso y costoso, no únicamente para nosotros, los trabajadores españoles, digámoslo
así, sino que es muy laborioso y costoso para los propios alemanes; la edición que están
sacando es de una competencia filológica abrumadora, a cada volumen le corresponde
otro de aparato crítico, tal como se presentan únicamente las ediciones críticas de los
grandes autores, como Hölderlin; por ejemplo, de estas características no la tienen de
Goethe. De muy poco autores hay ediciones tan solventes como esta. Claro, ¿por qué se
hizo esta edición de Kafka en Alemania? Porque las antiguas ediciones son las que hizo
Max Brod, el albacea de Franz Kafka, a pesar de que Kafka había dicho que todo lo que
él dejaba como legado debería ser destruido y quemado. En las semanas
inmediatamente posteriores a la muerte de Kafka, Brod reunió todos los manuscritos
que pudo localizar: los que tenía Dora Diamant, la última amante de Kafka, su amante
berlinesa que le cuidó hasta el lecho de muerte; el médico que le atendió en el sanatorio
en Viena; Felicia Bauer, que guardaba correspondencia y otras cosas. Y la mayoría, en
el domicilio familiar donde Kafka vivió hasta su muerte, salvo una última estancia, un
poco larga, de medio año en Berlín. Brod lo reunió todo, y poco a poco, lo publicó. El
lado positivo de esto es que salvó el legado literario de Franz Kafka y lo dio a conocer.
El aspecto negativo es que lo editó muy mal.

¿Cómo escribía Kafka?

De corrido, raramente corregía. Escribió La metamorfosis en quince días, La condena


está escrita en una noche. Algo parecido a Mozart pero en lenguaje literario. De no
morir tan joven, hubiera podido dar una cantidad torrencial de literatura porque --
teniendo en cuenta que trabajaba ocho horas diarias para una compañía de seguros--,
prácticamente en doce años ha dejado un legado tan importante. En doce años Kafka
escribió todo lo que nosotros tenemos.

Háblenos de los manuscritos y del papel de Max Brod...

Se impone una revisión a fondo de los manuscritos. Brod encontró enormes legajos que
Kafka iba bordando sueltos, por suerte había otras cosas que están mejor ordenadas,
como los famosos cuadernos de tapa negra. Y las novelas en legajo aparte, con su título.
En el caso de El desaparecido, que siempre se ha llamado América, no lo pone en el
manuscrito pero él le había dicho a Felice Bauer: "quiero que mi novela americana que
transcurre toda en Estados Unidos, se llame El desaparecido". Por lo tanto, no hay
ninguna duda que debería llamarse El desaparecido. Las novelas se habían editado más
o menos correctamente, hay algún cambio en el orden de los capítulos en la nueva
edición y algunas cuestiones de elección, de transcripción del manuscrito, erróneo por
parte de Brod y corregido por los nuevos editores. Los Diarios sí son distintos y
sobretodo, la Correspondencia, debido a lagunas; eran aludidos todos los amigos de
ambos, y Brod lo editó en vida de muchos de ellos: sobrevivientes del holocausto, si
eran judíos, o gente que vivía todavía porque era joven. Luego tenemos la forma en que
editó el conjunto de las Narraciones; las narraciones de Kafka se encuentran
intercaladas en una especie de torrente literario donde es imposible prácticamente
discernir lo que podría entenderse por narración de la reflexión personal, aforismo,
cuadernos de viajes, anotación biográfica, etcétera, etcétera. Los libros publicados,
también en España, como La muralla china, La condena y otros relatos, o a veces La
metamorfosis y otros relatos, son una invención de Brod que no se sostiene por ningún
lado; obedece a lo que a él le pareció que podía ser entendido como material narrativo.
Algo muy relativo en un escritor como Kafka que es aforístico por definición; por lo
tanto, la frontera entre lo que es un pensamiento abstracto y lo que es una narración está
tocándose, y exige ser editado de acuerdo con esas características de magma torrencial,
de material de difícil discernimiento, de difícil separación por lo que respecta a la idea
de género literario. Los alemanes lo han publicado de la siguiente manera: las
narraciones publicadas en vida, estos siete libritos aparecen en un volumen que se llama
Narraciones publicadas en vida; no hay ningún problema. Los escritos póstumos no los
han editado como narraciones póstumas, sino como escritos póstumos; aparte de los
diarios y de la correspondencia, estos incluyen una mezcla de cuadernos en octavo,
pensamientos, reflexiones, cosas que pueden ser narrativas, muchas de ellas sin título.
Max Brod fue sacando lo que pareció que eran narraciones, las tituló como quiso y así
apareció un cuerpo narrativo kafkiano que de hecho es falso. La edición alemana
corrige esto; la edición española no hace más que seguir la edición crítica alemana ¾
deja fuera todo el aparato filológico basado en el original alemán, puesto que no interesa
para nada al lector español ¾ : coge el texto fundamental de Kafka y lo traduce
fielmente. Teniendo en cuenta la falta de una abundante literatura secundaria en el
mercado español, nuestra edición enriquece lo hasta ahora disponible, con una
introducción general, un prólogo a cada uno de los volúmenes, unas bibliografías,
incluso una filmografía, y unas notas editoriales a cargo del director de la edición, para
mayor comprensión de todo el mundo kafkiana y sobretodo, para mayor interrelación
entre el conjunto de la obra kafkiana: una especie de compleja red con todos los
aspectos que aparecen en la obra kafkiana.

¿Fuera de Alemania, es esta la primera versión definitiva de las obras completas


de Kafka que se publica?

Sin duda. Se entiende que otros países no lo hayan abordado todavía puesto que no está
completa la edición alemana crítica; esperan que terminen los alemanes de publicarla,
para entonces lanzarla, pero como sabíamos del plan de edición y los alemanes son muy
sistemáticos, lo emprendimos. Vamos a ser los primeros, no hay ninguna duda porque
conozco el mercado editorial inglés, francés, italiano, y nadie se ha atrevido a hacer la
operación que ha hecho Galaxia/Círculo. Claro que muchos editores tenían ya
traducciones a todos estos idiomas de la obra de Kafka, y justamente ahora que se
encuentra libre de derechos, iniciar la operación de retraducirlo todo, es una operación
costosísima. Que los editores, pues, intentan ahorrarse. No voy a mencionar nombres,
pero una editorial española muy famosa, en cuyo poder obran las traducciones antiguas,
muy antiguas, argentinas básicamente, de los años cuarenta, cincuenta, de Emecé y
Losada, se apresuró a sacar en el último año o año y medio la obra entera de Kafka,
siguiendo aquellas antiguas traducciones donde todo está equivocado: las traducciones y
el texto del que se parte; es una incorrección editorial bastante grave.

¿Las editoriales que se apresuraron a publicar las traducciones antiguas lo


hicieron previendo que con esta nueva edición, las suyas resultarían obsoletas y
perderían mercado?

Esa es la esclavitud o la servidumbre de una concepción comercial de la literatura. Claro


en un momento en que están libres los derechos y que se pueden editar miles de
ejemplares sin tener que pagar una sola peseta o un solo marco a los herederos de
Kafka. Se entiende muy bien desde lo comercial, pero como operación editorial es más
bien lamentable porque ellos sabían perfectamente que lo que publicaban era ya
obsoleto y erróneo.

Para un lector común de Kafka: ¿cree usted que esta nueva edición cambiará,
aunque sea de una manera mínima, la apreciación que se tiene del mundo
kafkiano?

La cambiará en el sentido del rigor de las traducciones, es decir Kafka tiene que ser
traducido en arreglo a su curioso dominio de la lengua alemana, que es muy particular,
y a su particular manera de puntuar, dos cosas que no respetaron los editores hasta hoy.
Nadie acertó a traducir correctamente porque no se conocían trabajos estilísticos
suficientes sobre el peculiar alemán de Kafka. Él vivía rodeado de una sociedad checo
parlante y tenía el alemán como lengua familiar y administrativa: la lengua de los
funcionarios del imperio austro-húngaro en Praga. Una lengua hablada por el 15 o el 20
por ciento de la población de Praga y de Bohemia; es decir que el alemán hablado en
Praga en tiempos de Kafka no era una lengua tan viva como lo es el castellano en
Madrid o el francés en París, o el alemán en Viena o en Berlín.

Se puede decir que era la lengua oficial...

...más que el checo...

...la lengua de la burocracia...

...claro, claro, incluso los ciudadanos checos que querían hacer una instancia tenían que
pasar por traductores alemanes, hasta que se proclamó la república de Checoslovaquia
en1918. Los alemanes también conocían imperfectamente el alemán. Es decir que el
alemán de Kafka siendo estupendo, siendo correctísimo, --puesto que asistió al
elemental alemán, al instituto alemán, estudio en la universidad alemana Carolina, la
Karls Université de Praga--, no se puede permitir jamás esos laberintos sintácticos que
se permite Thomas Mann porque habría naufragado. Lo que se nota en Kafka es un uso
de la lengua de una prudencia casi escolar que es enormemente peculiar de su estilo, y
esta es la cuestión que un traductor debe reflejar en el uso del castellano. Donde la
palabra sea una palabra elemental por falta de dominio de un sinónimo más complicado,
no se puede usar un sinónimo complicado en castellano, hay que poner la palabra
correspondiente en la lengua castellana. Y eso en Argentina, donde además son muy
dados a la metaforización del lenguaje --en fin, toda Hispanoamérica es muy dada, y no
es que sea muy dada, es que tienen un léxico más rico y más vivo que el español, esta es
la pura verdad--, pues entonces, esos se explayan, se...

...se desmelenan...

...eso, se desmelenan, eso… y en el caso de Kafka uno tiene que reprimirse muchísimo:
las frases son enormemente escuetas, la sintaxis está calculada al detalle y el léxico es
siempre relativamente... no diré fácil, pero sí, sucinto; un léxico que si se pone al lado
de Thomas Mann o del propio Goethe --estos grandes autores, estos grandes estilistas de
la lengua alemana--, se descubre que estaba a cierta distancia. Un ejemplo parecido al
de Kafka es el Canetti, que tiene un alemán que no es propiamente de país donde se
habla alemán, tiene un alemán propio de su paso por Alemania. Otro ejemplo: Rilke,
que también es praguense, no quiso que se notara ese dominio ligeramente imperfecto
del alemán que acusaba a todo alemán parlante de Praga, y se pasó la vida estudiando el
diccionario académico alemán para incorporar a su léxico palabras que dieran a
entender que era un dominador extraordinario de la lengua alemana; que al final acabó
por serlo. Eso jamás lo hizo Kafka. Kafka sabía ese alemán y es el que utiliza. Es un
autor que no es muy difícil de leer desde ese punto de vista. Pero sí lo es, un poco,
porque usa una lógica sintáctica kafkiana, una lógica de la frase kafkiana que es
propiamente una antilógica, una lógica paradógica donde se empieza afirmando A=B,
B=C, pero A no es igual a C. Esas cosas que en matemáticas no suceden pues si A=B y
B=C, A debe ser igual a C, en Kafka ocurre que A=B, y sigue la frase con un punto y
coma o una coma, y B=C, pero luego de pronto, otro punto y coma, y A no es igual a C.
En casos así han fallado los traductores.

Por lo tanto esta nueva traducción establece un gran cambio en los textos.

Muchísimo, es otro Kafka, es un Kafka mucho más llano. Esa es la diferencia que hay
entre unas traducciones barroquizadas cuando en realidad hay que dar la idea de un
lenguaje en cierto modo sencillo, elemental, escueto, muy exacto en las descripciones,
pero que por falta de dominio ha sido calibrado hasta la última expresión.

...también las repeticiones...

...sí, pero eso es una cuestión estilística de Kafka, repite mucho el nombre de los
personajes; lo que hace es repetir muchas veces el pronombre y otras muchas veces el
nombre, en vez de alternar como hace cualquier buen estilista la repetición del
sustantivo correspondiente o del nombre del personaje correspondiente con el
pronombre. Y él lo que hace es repetir adjetivos; un buen estilista no se permite eso,
aunque uno de los modelos de Kafka fue siempre Gustave Flaubert, que jamás se habría
permitido poner en una misma página el mismo adjetivo dos veces o el mismo adverbio
o el mismo sustantivo, pues estas cosas así se le escapan... o no es que se le escapen, es
que esas pequeñas cosas le dan igual. Es decir no es ningún mal estilista pero lo que
Flaubert nunca se habría permitido, y mucho menos Thomas Mann, que era capaz de
buscar un sinónimo que nunca se haya oído en lengua alemana solo para no tener que
repetir una palabra que ha puesto ya en la página precedente. En Kafka es
completamente secundario. Por lo tanto, el traductor no puede decir ahora no voy a
repetir aquí la palabra "tirano", pondré "déspota". No, no, si Kafka repite "tirano", pues
tirano. Kafka tenía su registro de sinónimos y si no quiso usarlos, o no pudo, esto hay
que respetarlo. Y luego en el orden tipográfico: en Alemania desde siempre la entrada
de los personajes se sitúa con el uso de las comillas y no de guiones, lo que suele
hacerse es sangrar esas comillas cuando entra el personaje. Kafka quería que el discurso
del narrador siguiera con los dos puntos antes de la intervención del personaje, a
continuación esa intervención entre comillas, y continuar el discurso del narrador. De
esa forma se confunde permanentemente lo que es el discurso del narrador de lo que es
intervención de personajes. Muchísimo más en castellano, por el mero hecho de estar
entre comillas y no con guiones, y sobretodo, por el hecho que no están sangradas las
intervenciones. Hasta el punto de que hay algunos capítulos del Castillo y del Proceso
de veinte o veinticinco páginas sin un solo punto y aparte. Ni uno solo. Nuestro
traductor de las novelas presentó en principio una de las novelas, con el sistema
ortotipográfico español y lo que hice yo, como director editorial, fue decirle: "por favor,
respete usted el sistema de las comillas", aunque la página quede muy densa y muy
apretada pero de eso se trata. Hay que respetar eso, en algunos autores del siglo veinte
alemán puede no ser pertinente, pero en el caso de Kafka es importantísimo, él lo decía:
"me gusta ver la página densa, llena, esa mancha negra de escritura", dominando la
página de margen a margen y sus propios manuscritos no dejan márgenes para nada.
Parecía como si el papel le costara muy caro, que no es el caso sino la necesidad de
llenarlo todo, incluso en los márgenes ponía dibujitos. La idea es que ha ocupado, como
un campo de batalla, ha ocupado enteramente el territorio de la página. De modo que
hay que hacerlo como él lo planteó y lo dejó escrito en los Diarios, y en la
Correspondencia, hay que respetar esta cuestión y traducir según el deseo kafkiano.

¿Determinó en su modo de escribir esas características de su dominio de la lengua?


Esas limitaciones, digamos, del dominio del alemán. Es decir, hubiera escrito
diferente de haber tenido el dominio del alemán que tenía Thomas Mann..

Yo diría que con el conocimiento que tenía del alemán es enormemente atrevido. Es
muy prudente su léxico pero complica la frase desde un punto de vista sintáctico, y
sobretodo, lógico. Por un lado hay una cierta falta de dominio de la lengua y por otro,
hay una entrada a saco en las posibilidades llevadas al extremo de lo que él podía
articular.

¿Usted comparte esa visión de que Kafka es el gran interprete de nuestros


tiempos?

Estoy convencido. Para poner un ejemplo que ilumine a Kafka, tomemos a Günter
Grass, que ha escrito esa novela extraordinaria: El tambor de hojalata. Pero él ha vivido
toda la evolución del nacimiento del Tercer Reich, del Holocausto y de la posguerra.
Una época que describe magistralmente en su novela. El tambor de hojalata resume un
tanto por ciento importantísimo de los grandes conflictos de este siglo, por lo menos en
Europa...

Como lector noto una gran diferencia y es que El tambor de hojalata es la gran
novela escrita por un narrador de un tiempo y de unos acontecimientos. Kafka,
no...

...No, Kafka, no... ahí quería llegar...

...Kafka es el espejo...

...Sí, sí...

...donde se mira ese tiempo, que son dos cosas muy diferentes...

...pero como él dijo en las conversaciones con Gustav Janouch, es un espejo que se
adelanta, un espejo que tiene la capacidad como algunos relojes, de adelantarse. Esto es
lo que hizo él, no por un modo profético, no se trata de profecía, se trata de percepción,
que es una cosa muy distinta y que suele ser mucho más habitual en los escritores que
las profecías; eso sí lo son los escritores, muy perceptivos. Y en este sentido creo que ha
sido el más perceptivo de los escritores del siglo veinte. O sea el hombre que vio hacia
dónde evolucionaría la distancia entre estado e individuo, máquina de poder e
individuo, singularidad y colectividad, masa y ser ciudadano. Kafka ve el panorama más
allá en la evolución. De ahí la razón por la que le gustaba tanto a Franz Kafka la obra de
Flaubert Bouvard et Pécuchet, donde hay ya un diagnóstico de cómo la estupidez
avanzará imparable en el mundo occidental y en ese sentido, Kafka da un paso más. Va
mucho más allá que todas sus fuentes de inspiración y describe el núcleo del problema;
la situación de absoluta imposibilidad, de impotencia del individuo frente a la máquina
devastadora del poder, de la burocracia, del sistema político. En este sentido --teniendo
en cuenta que no ha cambiado nada, sino que no ha hecho más que empeorar puesto que
todos vivimos en este régimen y este orden--, ese no hay salida desesperado que se
presenta en la obra de Kafka ahora también lo podíamos formular, lo que pasa es que
ahora ya no nos desesperamos, sino que decimos: pues qué le vamos a hacer. Él es el
hombre que en el momento justo, antes de producirse esa especie de magnificación
extraordinaria del poder absoluto que significa el Tercer Reich, ofrece el diagnóstico de
una situación conflictiva entre individuo y poder que nadie había dado con tanta
perspicacia y tanta penetración intelectual.

Usted ha mencionado el humor en Kafka, lo cual es un ángulo kafkiano del que


poco se habla...

Eso ocurre porque la gente no lo ha estudiado a fondo, si lo estudiaran un poco más se


habrían dado cuenta que Kafka se formó en las filas de tres escritores humorísticos: el
que menos Flaubert, Chéjov mucho más y el que más Charles Dickens. La primera
novela que aborda Franz Kafka, El desaparecido, está escrita con la voluntad de ser una
adaptación a su situación histórica del David Copperfield de Dickens. Un autor con un
gran elemento humorístico. Pues yo diría que El desaparecido es una novela cómica,
como dijera Walter Benjamin, es una gran payasada, uno puede reírse en cada página.
Pero incluso en El castillo o El proceso, que son novelas que han agobiado y angustiado
tanto, hay muchas situaciones que pueden despertar hilaridad. Hilaridad que uno
contiene inmediatamente porque está metido dentro de un absurdo, de una problemática
que es aterradora; casi diría que estos elementos humorísticos que sin duda existen
permanentemente en su literatura --salvo algunas narraciones donde no hay elemento
humorístico para nada, pero muy pocas--, son el contrapunto que el propio Kafka
establece en su literatura para sacarle un poco de presión...

...como crear un ambiente donde se difumine un poco la carga de agobio...

...exactamente...

¿Cree que esta nueva edición ayude a apreciar mejor ese humor...?

...seguro, yo he repasado página por página, siempre con el original, las traducciones
que de por sí eran ya magníficas de Sáenz, y ahora estoy haciendo lo propio con las
Narraciones y los Diarios, de lo que ya tenemos, y claro, que ya estaba muy bien de
entrada pero si alguna cosa hay que lijar, terminar de pulir, son estos pequeños detalles
que son muy importantes sobretodo en determinados personajes, que no pueden hablar
con cierto empaque y si hablan con empaque tienen que hablar con mucho empaque,
tanto que se convierten en personajes de dramaturgia, tales como los tres famosos
inquilinos de La metamorfosis. Kafka apunta en sus Diarios: "hemos leído en casa de
Max La metamorfosis. Nos hemos reído mucho". Esto, hoy día a un lector común le
parecería extraño que Kafka pudiera decir "nos hemos reído mucho". También Kafka
pretendió que se rieran cuando se fue una vez a Munich a leer En la colonia
penitenciaría, que es una narración realmente brutal pero tampoco hay una ausencia de
elementos irónicos; pues no solo que la gente no se rió para nada, sino que tres damas
tuvieron que ser asistidas porque se desvanecieron. Kafka se quedó perplejo, como
diciendo qué he hecho yo para que estas señoras se desmayen.

¿Cree que el lector común pueda esperar en cierta medida, redescubrir a Kafka en
esta edición de GalaxiaGutenberg / Círculo de Lectores?

En el caso de las novelas, por el tipo de lenguaje que se usa y por la estructura
sintáctica: las frases que tenía el esquema A=B B=C, coma y A distinto de C, el
esquema lógico-sintáctico que aparece muy a menudo en Kafka, los traductores solían
resolverlo poniendo A=B B=C, punto, y luego A distinto de C. Claro si se pone todo
separado por comas, se entra en una especie de órbita caótica, que es la kafkiana...

...que es diferente...

...que es diferente y eso es lo que esta edición respeta sistemáticamente. Y casi también
sistemáticamente no respetaban otras traducciones. Se descubre otro Kafka por la
cuestión del registro verbal, el registro del lenguaje nunca puede ser muy complicado,
no se puede usar una palabra cultista en ningún momento de una traducción de alemán
al castellano en el caso de Kafka porque no convence. El alemán cultista
thomasmanniano que es el ejemplo más pertinente citar, o el de Rilke, no es el de
Kafka. Hay que usar un lenguaje mucho más de andar por casa, mucho más elemental;
es fundamental no permitirse barroquismos verbales en la traducción de Kafka. En los
volúmenes de Diarios, y más todavía en las Narraciones, es que se descubrirá un nuevo
Kafka. Esa especie de escritura magmática que presentará el tercer volumen sí es un
verdadero descubrimiento. El de un hombre preocupado únicamente de escribir que es
capaz en un mismo cuaderno de: poner una reflexión de tipo filosófico; pasar, o no, una
raya para establecer una separación; dejar, o no dejar, una raya blanca, y entonces una
narración, un aforismo, y después un discurso sobre la lengua yiddish, y luego un
programa para las literaturas menores. Esta es la mezcla de géneros que aparece en los
Diarios. Como director de la edición incluiré una nota aclaratoria: de tal línea a tal línea
es lo que siempre hemos denominado narración tal; en las ediciones habituales ad usum,
eso se denominaba, narración tal. Aparte, incluiremos las variaciones de diversas
narraciones de Kafka, hay una versión en los Diarios, otra que la corrige en un
cuaderno, otra que luego a lo mejor edita, aparecerán numeradas del uno al tres, de esa
manera el lector observará el proceso de maduración de la narración hasta llegar a la
definitiva.

¿Cuál es el plan de publicación de las Obras Completas?

El calendario... bueno pues en períodos de seis u ocho meses irán saliendo los próximos
volúmenes, por lo que no creo que tengamos el último de ellos que es la
Correspondencia hasta el año 2002.

Para concluir, nos gustaría saber cuáles son sus planes futuros.

Por el momento, estoy atado kafkianamente a este proyecto, no tengo salida. Y debo
decir que es algo que me ha hecho muy feliz. Aunque lo que más placer me produce es
enseñar. Soy, básicamente, un profesor.

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