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A una nariz

Erase un hombre a una nariz pegado,


érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba
erase un pez espada muy barbado.

Erase un reloj de sol mal encarado


érase una alquitara pensativa
erase un elefante boca arriba
era Ovidio nasón más narizado.

Erase un espolón de una galera


érase una pirámide de Egipto
Las doce tribus de narices era

Erase narcisimo infinito


Muchísima nariz, nariz tan fiera
Que en la cara de Anás fuera delito

Me gustan que hablen de las partes del cuerpo


¡Ay tus manos cargadas de rosas! Son más puras
tus manos que las rosas. Y entre las hojas blancas
surgen lo mismo que pedazos de luceros,
que alas de mariposas albas, que sedas cándidas.

¿Se te cayeron de la luna? ¿Juguetearon


en una primavera celeste? ¿Son de alma?
...Tienen esplendor vago de lirios de otro mundo;
deslumbran lo que sueñan, refrescan lo que cantan.

Mi frente se serena, como un cielo de tarde,


cuando tú, como tus manos, entre sus nubes andas;
si las beso, la púrpura de brasa de mi boca
empalidece de su blancor de piedra de agua.

¡Tus manos entre sueños! Atraviesan, palomas


de fuego blanco, por mis pesadillas malas,
y, a la aurora, me abren, como son luz de ti,
la claridad suave de oriente de plata.
Es muy bonito todos los poemas a mi me guastan

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