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Actividad N° 5 - Las fuerzas armadas en la escuela y la década del 30

Durante su primera presidencia y al verse acosado dentro de la propia UCR, Yrigoyen


decidió escoger como candidato a Presidente, el entonces embajador de Argentina en
Francia, Marcelo Torcuato de Alvear.

Alvear llego a el país cuando finalizaba la crisis posguerra, lo que ayudo a mejorar la
economía. Como primera medida nombro a su gabinete, esto provoco malas impresiones
entre muchos radicales ya que en su mayoría eran personalidades de reconocida capacidad
intelectual y casi ninguno partidario del expresidente. Por otro lado, visito el círculo militar
para recomponer las relaciones poniendo algunas autoridades militares en frente de algunos
ministerios.

Mientras impulsaba la obra pública y sanciono leyes de previsión social, Alvear produjo un
fuerte impulso de renovación y modernización de las fuerzas armadas aumentando
significativamente los gastos militares y formando la Fuerza Aérea y escuelas militares.
Alvear creía que la militarización era un rasgo muy importante en nuestro país ya que para
él lo militar era patriótico.

Sin embargo, durante el gobierno de Alvear hubo un retroceso en las reformas educativas.
Alvear se alió con los conservadores y coloco funcionarios políticos en cargos directivos
del sistema escolar, que se caracterizaron por deficiencias administrativas, la escasez
presupuestaria y el mal estado de los edificios educativos. Por otro lado, su buena relación
con los militares, produjo que se estandarizara la escuela de una forma militar. La escuela
no solo creaba ciudadanos, sino que debía formar futuros soldados, se debía respetar los
símbolos y fechas patrias, pero de forma militar.

En 1928, Yrigoyen fue elegido nuevamente como presidente tras derrotar a una coalición
de conservadores y radicales antipersonalistas. Sin embargo, su segundo gobierno se
desarrolló dentro de un panorama económico mientras tenia gran presión por parte de los
sectores más conservadores, se produce la gran crisis del 29. En plena crisis económica y
política, y cuando aún faltaban cuatro años para las elecciones presidenciales, la debilidad
del gobierno de Yrigoyen se hizo crítica. El radicalismo estaba completamente dividido y el
gobierno no tenía diálogo con la oposición cada vez más poderosa.
Esto llevo a que el 6 de septiembre de 1930 se produjera un golpe militar encabezado por
los generales Agustín P. Justo y José F. Uriburu, quienes pusieron fin a la segunda
presidencia de Irigoyen. La oligarquía tomo el control del Estado y de la administración
pública con gran apoyo de la población que creían que en aquel periodo de crisis social y
económica era necesaria la intervención de las fuerzas militares.

La Década Infame

Se conoce como Década Infame al periodo que comienza el 6 de septiembre con el golpe
cívico-militar que derroco a Irigoyen y que finaliza el 4 de junio de 1943.

Durante este periodo el ejercito que en aquel entonces había tomado el poder se separó en
dos sectores de derecha que pese a tener pensamientos diferentes trabajaban en conjunto: la
derecha Nacionalista, quienes tenían ideas y objetivos más orientados al fascismo italiano y
alemán, buscaban llevar a la argentina a ser potencia mundial. Querían un país fuerte y
poderoso donde ellos pudieran gobernar. Y por otro lado la derecha Liberal, ellos eran parte
de la oligarquía que apoyaban el modelo agroexportador y se habían favorecido
enormemente del comercio exterior con Gran Bretaña. Además, ellos contaban con la idea
de que el ejército para cumplir estos objetivos debía mantener el control del país.

Uriburu, quien pertenecía a la derecha Nacionalista intento un plan económico, había


decretado la inconvertibilidad del peso para así no entrar en cesación de pagos de la deuda
externa para así poder solucionar los problemas causados por la Gran Depresión. Creó
nuevos impuestos y congelo las obras públicas, así como otorgo créditos para retener
cosechas y poder competir con las empresas exportadoras en la comercialización al
exterior.

Uriburu tenía ideales muy autoritarios y corporativistas, y aspiraba a reemplazar la


Constitución y el sistema democrático por otro en el cual el voto no decidiera el rumbo
político, sino la opinión de las corporaciones. Sus discursos mencionaban la necesidad de
restaurar el orden, la propiedad y las jerarquías. Sin embargo, a diferencia de los fascismos
europeos, la derecha argentina consideraba que la clave del sistema político propuesto era
el Ejército, y no organizaciones paramilitares.
Sin embargo, al no poder alcanzar las expectativas y adoptar ideas muy nacionalistas, fue
desplazado por la derecha Liberal. Agustín. Justo asumió entonces como presidente el 20
de febrero de 1932. Él quería mantener el voto para la designación de presidentes, pero de
forma fraudulenta.

Durante su gobierno y ante las constantes problemáticas que trajo consigo la crisis
económica, aquella parte de la derecha liberal, comenzaron a pensar que la única forma de
solucionar los problemas económicos era invertir enormemente en obras públicas. De esta
manera se cerraron pensiones, se comenzó a formar el estado del bienestar al invertir en
hospitales y volviendo la salud pública. También, regulan las importaciones y controlan las
monedas extranjeras para así poder fijar tasas de interés bancarias, lo que daría la fundación
del Banco Central y las juntas reguladoras de carne, granos, algodón para asegurar precios
mínimos.

Temiendo al futuro de las exportaciones de materias primas se comienza a estrechar las


relaciones con Gran Bretaña, firmando así el pacto Roca-Runciman. Sin embargo, esto
produce grandes controversias debido a los altos precios de los productos comprados a
Gran Bretaña en comparación a Estados Unidos, y los monopolios del trasporte que serían
otorgados a empresas británicas.

Los cambios políticos y económicos producidos en la época del 30, fueron acompañados
con la ruptura de diversas tendencias haciendo visible el descenso de la fecundidad, se
comienza a ver de forma negativa a los inmigrantes europeos ya que venían con otras
ideologías y se acrecentó en gran medida la migración interna hacia la capital. Mientras que
elite política continuaba llenando sus bolsillos a partir de los modelos exportadores, los
sectores más pobres comenzaron a pasar grandes dificultades.

Los grandes movimientos de inmigrantes sumado a la crisis económica produjeron que la


tasa de crecimiento de la población urbana fuese mayor a la del crecimiento de la población
industrial, lo que provocó una masa de marginados del proceso productivo o de una
inserción inestable. Esto trajo consigo una acelerada expansión del área metropolitana,
junto a la consolidación de formas precarias e ilegales, denominadas “villas miseria”.

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