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Unidad 1 - La Arqueología

➢ Binford (1988) “En Busca del Pasado” Cap 1

Registro arqueológico (RA): está compuesto de restos materiales y distribuciones de materia. El RA se


encuentra en el presente al igual que las observaciones que hacemos sobre el mismo. Los hechos
observados del RA por sí mismos no nos informan sobre el pasado. Se puede decir que el RA está
compuesto por una estática (los restos materiales observables) y por una dinámica (la vida en el pasado y
las condiciones en que sobrevivieron y llegaron a nosotros los materiales).

El arqueólogo tiene que reconstruir la dinámica de los objetos mediante lo que tenemos en la actualidad
(estática). Para esto es necesario tener y llevar a cabo una metodología que no nos deje caer en la mera
invención de historias del pasado. Lo que se necesita es una ciencia del RA para canalizar los problemas
que surgen en torno a este (adoptar el método de las ciencias naturales). Se debe encontrar un equilibrio
entre el RA en bruto y la interpretación del mismo.

La arqueología: es una disciplina que estudia las actividades humanas en el pasado mediante restos
materiales. Tiene en cuenta tres ejes → la continuidad y el cambio; el tiempo; el espacio. La arqueología
en general tiene grandes interrogantes relacionados a las características propiamente humanas, como por
ejemplo cuándo surgieron y cómo (salto cuantitativo o proceso progresivo) o cuándo nació la agricultura.

➢ Pérez Gollán, Nastri, Politis (2013) “Las arqueologías por venir”

Actualmente, la arqueología posee un campo amplio en el cual no solo se estudia a los pueblo ágrafos,
sino también a las civilizaciones del Mediterráneo (arqueología clásica) y de los primeros estados de
América, África y Asia. Se piensa que en tiempos próximos la arqueología se ocupará también de los
tiempos históricos, el período contemporáneo y el patrimonio cultural.

Las sociedades indígenas americanas del pasado fueron y son el campo principal de interés de los
arqueólogos argentinos. Hay una separación del estudio entre los cazadores-recolectores de Tierra del
Fuego, la Patagonia, la Pampa y Chaco, y las sociedades aborígenes más complejas de agricultores y
pastores sedentarios del Noroeste y las Sierras Centrales, y de los horticultores de la Mesopotamia. Para el
estudio del primer grupo predomina un marco teórico evolucionista, con una visión ecológica de la
cultura. En cambio, para el estudio del segundo grupo predomina un encuadre teórico que coloca el eje
sobre las acciones de individuos y sectores sociales.

Arqueometría: conjunto de técnicas y procedimientos de las ciencias naturales necesarios para arribar a
inferencias arqueológicas. Esto aporta información mediante estudios físico-químicos de una variedad de
materiales, desde textiles a metales y sedimentos.

Arqueología histórica: complementa, contrasta, integra y discute las fuentes documentales con el
registro arqueológico y da protagonismo a actores sociales subalternos del pasado (indios, esclavos,
inmigrantes, mujeres, etc). Busca construir una visión más amplia y pluralista del pasado.

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La arqueología argentina concibe a los yacimientos arqueológicos (YA), en la actualidad del texto, como
patrimonio cultural, con un valor simbólico complejo y amplio (no solo son un mero objeto de estudio).

➢ Renfrew y Bahn (2011) “Arqueología. Teorías, métodos y prácticas” Introducción

La arqueología es tanto una actividad de campo como una actividad intelectual de laboratorio. Esta es
también el “tiempo pasado de la antropología cultural” (los arqueólogos estudian las sociedades del
pasado a través de sus registros materiales)

Habitualmente se relaciona a la arqueología con la prehistoria, siendo esta el período anterior a la


escritura. La prehistoria tiene comúnmente connotaciones negativas y humillantes, debido a que se cree
que los textos escritos son más valiosos y que esto deriva en una inferioridad de las culturas prehistóricas.
Sin embargo, la arqueología forma parte tanto de la antropología (en relación con la prehistoria) como de
la historia (contribuyendo a comprender los períodos donde existen documentos escritos).

Los objetos que descubren los arqueólogos no hablan por sí mismos, sino que el arqueólogo debe realizar
una práctica similar a la de un científico: recoger datos, realizar experimentos, formular hipótesis,
contrastar la hipótesis con más datos y elaborar un modelo. La arqueología es tanto una ciencia como una
disciplina humanística.

Diferentes tipos de arqueologías (cronológicas)


● Arqueología prehistórica (etapa primitiva)
● Arqueología clásica (civilizaciones de China, América, Egipto, Grecia y Roma)
● Arqueología histórica (etapa medieval y postmedieval y etapa colonial)

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Especialidades de la arqueología
● Arqueología ambiental (uso humano de plantas y animales y adaptación al medioambiente)
● Arqueología subacuática (rescate de material arqueológico en las profundidades)
● Etnoarqueología (estudio de comunidades actuales para entender el pasado)
● Bioarqueología (estudio de plantas y animales que formaban parte del medioambiente y la dieta de
los seres humanos en diferentes etapas)
● Geoarqueología (reconstrucción de los antiguos medioambientes)
● Arqueogenética (estudio de la genética molecular del ser humano en sus diferentes etapas)

Los enfoques tradicionales se inclinaron a considerar el objetivo de la arqueología como una


reconstrucción: armar un rompecabezas. Sin embargo, para la actualidad del texto, se busca tener una
imagen clara de cómo vivía la gente y cómo explotaba su entorno pero además el por qué vivían de ese
modo. Esta inclinación por los procesos de cambio cultural está dada por la arqueología procesual.
Algunos enfoques actuales (arqueología postprocesual; arqueología interpretativa) enfatizan la
importancia de los aspectos simbólicos y cognitivos de las sociedades.

➢ Dickson, Oeggl y Handley (2003) “El hombre de los hielos”

Un cuerpo fue hallado en Los Alpes de Ötztal (a 3210m sobre el nivel del mar). Se lo apodó Ötzi.

Cómo se lo encontró → boca abajo, un hombro sobre una roca, el brazo izquierdo sobresaliendo por el
lado derecho y la mano derecha bajo una roca.

Fue un hombre bajo (1.59m de estatura). El estudio de sus huesos reveló que tenía aprox 46 años de edad.
El ADN lo situó (su origen) en Europa norte y central.

Dentro de la estática de este estudio arqueológico se encuentran sus pertenencias: tres capas de ropa
(calzas, taparrabo y chaqueta de ciervo), un gorro de piel de oso, calzado, hacha de cobre [hallazgo muy
importante para la época], cuchillo de sílex, arco, un carcaj de piel con 14 flechas (sólo dos con plumas y
puntas), un bolso con yesca, pirita y sílex, una pequeña herramienta para afilar sílex, hongos de abedul,
fragmentos de una red, el armazón de una mochila y dos recipientes hechos con corteza de abedul (uno
con carbonilla y hojas de arce).

Se sitúa a Ötzi en el Neolítico, en un yacimiento en Juval (a 15km de donde se encontró el cuerpo). Sin
embargo esto no se lo considera 100% seguro.

Dentro de la dinámica que generó el RA se tiene en cuenta la causa de muerte. Es este texto se tiene la
hipótesis de una muerte violenta en un contexto de huida. Esto se debe a que se encontró una punta de
flecha alojada en su espalda, por debajo del hombro izquierdo (prueba de un posible desangramiento que
condujo a la muerte)

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➢ Vanzetti, Vidale, Gallinaro, Frayer y Bondioli (2010) “The iceman as a burial”

Originalmente, en los momentos recientes al hallazgo del cuerpo conocido como “Ötzi”, se creía que la
disposición de los objetos que acompañaban al cuerpo y la postura del mismo en sí estaban fuertemente
asociados con una muerte violenta en un contexto también violento como el de una huida. Sin embargo,
conforme fue pasando el tiempo, se realizaron estudios más detallados que llevaron a otra hipótesis
respecto de este yacimiento: un enterratorio.

En primer lugar, se asociaron los diferentes objetos que se encontraron junto al cuerpo, como un juar
funerario. Luego, producto de diferentes estudios específicos, como el análisis espacial de patrones de
puntos, se determinó que los objetos y el cuerpo fueron cambiando de lugar debido a procesos
postdeposicionales. El cuerpo del hombre de los hielos y los objetos asociados estuvieron ubicados
originalmente sobre la plataforma en la que se encontró colocado (de manera extraña) el cuerpo de Ötzi, y
fueron desplazados hacia el nivel inferior de la depresión y su drenaje a través de la disturbación
producida por el descongelamiento y congelamiento cíclicos (procesos postdeposicionales naturales),
así como por el pisoteo que produjeron las actividades de recuperación entre 1991 y 1992 (procesos
postdeposicionales culturales). Únicamente la estructura de mochila permaneció sobre la plataforma,
atrapada contra una roca sobresaliente en su límite noroeste.

Un enterratorio ceremonial permite explicar mejor la presencia de armas aún sin terminar de manufacturar
(las flechas sin punta y sin plumas), que probablemente hayan sido ítems funerarios, ya que no hubiesen
tenido utilidad alguna para un luchador o cazador vivo que estuviera huyendo en las alturas. También la
hipótesis de un enterratorio provee un contexto más realista para la capa de hierbas y estopa (seguramente
fue un sudario funerario). A su vez, también resultaría extraño que un hombre que huía y fue muerto de
un flechazo no hubiera sido despojado de todas sus pertenencias.

El caso de Ötzi es un claro ejemplo que se puede relacionar con diferentes cuestiones teóricas →
los elementos encontrados en un YA (artefacto, ecofacto y estructura), los procesos
postdeposicionales, los climas relacionados a la conservación de elementos orgánicos e
inorgánicos, etc.

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Unidad 2 - Características, interpretación y protección del registro arqueológico

2.a El rol de la teoría en la Arqueología

➢ González Ruibal y XurxoAyan Vila (2018) “Arqueología. Una introducción al estudio de la


materialidad del pasado”

Cap 3: El surgimiento de la teoría arqueológica

Los arqueólogos no aplican una serie de métodos objetivos y después se plantean preguntas e interpretan
el registro. Antes de nada se plantean preguntas y la naturaleza de estas tiene que ver con la adscripción
teórica del investigador → todos los científicos adscriben a un marco teórico. La propia recolección de
datos está influenciada por las premisas teóricas.

Desde los años 80 del siglo xx se insiste en la imposibilidad de separar la teoría del resto del proceso de
investigación arqueológica. Todos los arqueólogos se adscriben a alguna forma de pensamiento,
consciente o inconsciente, y ello determina las cuestiones que se plantean, los programas científicos, las
interpretaciones y los textos que escriben.

Entre la arqueología histórico-cultural y la primera arqueología teórica

Pocos arqueólogos desarrollaron un pensamiento arqueológico en profundidad antes de mediados del


siglo xx. Esto no quiere decir que no se reflexionara sobre la naturaleza del conocimiento arqueológico, lo
que pasaba era que la reflexión no era ni muy ambiciosa ni muy original, especialmente si se la compara
con otras ciencias sociales, como la antropología o la sociología.

La escuela histórico-cultural consideraba que lo que podía hacer la disciplina era


fundamentalmente definir conjuntos materiales recurrentes, que se identificaban como culturas.

Tras la derrota del nazismo, esta arqueología de corte etnicista-racial cayó en desuso en casi todo el
mundo.

Ya en la década de 1930, el arqueólogo australiano Gordon Childe había expandido los horizontes de la
arqueología histórico-cultural y había propuesto explicaciones de grandes procesos culturales, inspiradas
en parte por el marxismo. Frente al difusionismo, este arqueólogo consideraba que el cambio cultural no
estaba motivado únicamente por migraciones, sino que los factores medioambientales desempeñaban un
importante papel. Defendía que los grandes cambios en la Prehistoria, que llamó “revoluciones”, no eran
tanto cambios tecnológicos como pensaban muchos histórico-culturales, sino transformaciones
económicas que modificaban profundamente la organización sociopolítica.

El panorama arqueológico hasta principios de los años 60 estuvo dominado por una arqueología centrada
por completo en la descripción de objetos.

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La nueva arqueología

La primera arqueología que se presenta con un programa teórico sistemático nace en los años 60. En su
momento se la denominó Nueva Arqueología por la forma en que pretendía romper con la de siempre, es
decir, con la histórico-cultural. En la actualidad se la conoce más bien como Arqueología Procesual,
dado que uno de sus objetivos era descubrir las supuestas leyes del proceso cultural.

La ambición estaba en que la arqueología contribuyera al campo general de la antropología. Lewis


Binford se dio cuenta de que la complejidad de los debates teóricos de la antropología cultural tenía poco
que ver con la monotonía de la descripción de objetos que predominaba en su propio campo. Consideraba
que solo si la arqueología adoptaba el método, razonamiento y los objetivos de las ciencias naturales
podía ganarse el respeto como disciplina científica, y esto significaba explicar cómo sucedieron las cosas
y no solo describirlas. Pero existen diferentes formas en que la ciencia explica y los nuevos arqueólogos
optaron por el modelo que más se parecía al de las ciencias naturales: las leyes generales. Se propusieron
así desentrañar las normas que gobiernen el desarrollo de las sociedades humanas en cualquier lugar y
momento.

La mayor parte de leyes culturales que se propusieron o eran tan vagas que no explicaban nada y se
quedaban en meras obviedades o bien especificaban demasiado y entonces perdían su carácter general.

Binford llegó a la conclusión de que la arqueología necesitaba unos marcos de referencia para poder
enunciar esas leyes → “teorías de alcance medio” → se sitúan a medio camino entre los datos empíricos
observables durante una investigación y las grandes teorías abstractas. En el caso de la arqueología donde
mejor se advierte la utilidad de estas teorías es en la formación del registro arqueológico, aunque se puede
aplicar a otros ámbitos. Es evidente que si no se entiende cómo se forman los yacimientos es difícil que se
pueda proponer leyes generales sobre el comportamiento humano.

Para poder discernir entre procesos deposicionales y postdeposicionales, se desarrollaron en estos


momentos los estudios etnoarqueológicos y tafonómicos. Binford contribuyó decisivamente a la
etnoarqueología con su trabajo sobre los Nunamiut. El principal problema que se ha señalado a las teorías
de alcance medio es que no son realmente universales, con lo cual no sirven para apuntalar leyes del
comportamiento humano más amplias. La etnoarqueología trabaja con un número limitado de sociedades
actuales que difícilmente pueden cubrir toda la variabilidad cultural del pasado.

La preocupación con los procesos de formación del registro arqueológico llevó al desarrollo de otro
paradigma teórico en los años 70 que está muy relacionado con la arqueología procesual pero que ha
evolucionado en una dirección considerablemente divergente. Este paradigma conocido como
arqueología conductual lo propuso el también estadounidense Michael Schiffer quien defendía que el
objetivo de la arqueología debía ser estudiar el comportamiento humano pero esto era imposible si no se
comprendía previamente el registro arqueológico. La propuesta de la arqueología conductual poseía un
importante elemento distintivo → mientras la Nueva Arqueología considera que los objetos son un mero
reflejo del comportamiento humano, y por lo tanto tenemos que estudiarlos como un medio inevitable
para llegar a la conducta, que es lo que nos interesa realmente, Schiffer cree que la meta de la arqueología

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consiste más bien en analizar las relaciones entre los objetos y las personas, sin dar por supuesto que los
primeros son un mero espejo de las segundas.

Pese a que las leyes cayeron pronto en el descrédito y el positivismo a ultranza se ha visto atemperado, la
arqueología procesual sigue teniendo vigencia. Los nuevos arqueólogos pensaban que había muchos
fenómenos que la disciplina podía explorar productivamente. Por primera vez comienza el estudio de la
sociedad a través de la cultura material de forma sistemática. Los arqueólogos buscan encontrar correlatos
materiales a las formaciones sociopolíticas que en esa misma época están definiendo los antropólogos
neoevolucionistas: bandas, tribus, jefaturas y estados. Los arqueólogos procesuales no buscaban
simplemente definir las sociedades sino sobre todo explicar su evolución.

Frente a la arqueología histórico-cultural, la Nueva Arqueología daba prioridad a los procesos endógenos,
es decir, el desarrollo local de las culturas independientemente de influencias externas.

Aparición de la datación de 14C (carbono catorce) a mediados del siglo xx → descubrimiento de que
muchas culturas que se consideraban datadas con cierta fiabilidad a partir de paralelos materiales con
civilizaciones con escritura de Egipto y el Próximo Oriente estaban en realidad mal situadas en la
secuencia cronológica → esto puso en tela de juicio uno de los pilares fundamentales del paradigma
histórico-cultural: el difusionismo. El énfasis se pondría a partir de entonces en los procesos endógenos.
Las migraciones, la llegada de flujos foráneos, los misioneros prehistóricos, todo ello desapareció de las
narraciones arqueológicas a partir de los años 60.

Menos cientifismo, más preguntas: la arqueología posprocesual

Durante los años 70 se produjo una revolución intelectual que para muchos dio al traste con las
aspiraciones cientifistas de las ciencias sociales. Esa revolución recibe el nombre de posmodernismo, pero
en realidad implica toda una serie de cambios culturales más amplios. El posmodernismo pone en tela de
juicio valores fundamentales de la ciencia hasta ese momento como la idea de que existe la objetividad
científica o en el caso de la arqueología que uno puede llegar a reconstruir el pasado tal y como fue.

A finales de los años 70 el que sería el principal proponente de la arqueología posprocesual, Ian Hodder,
estaba todavía trabajando dentro de los parámetros de la Nueva Arqueología.

Interpretación de los fenómenos hasta entonces marginados porque se consideraban poco importantes o
inaccesibles, como es el ritual, las creencias religiosas y un sinfín de prácticas simbólicas que tienen que
ver con el cuerpo, el género, la alimentación, el uso del espacio, etc. → una de las preocupaciones
principales de los posprocesuales era recuperar la capacidad de acción, la agencia, de los seres
humanos. Los posprocesuales defienden, por un lado, que las personas inciden directamente en la historia
y, por otro, que manipulan activamente los objetos con determinados fines sociales o políticos. Es decir,
las cosas no son un mero reflejo de la sociedad, sino que forman parte de la creación y legitimación de un
determinado orden social o lo contrario, se pueden convertir en armas de resistencia para subvertir el
orden establecido.

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La arqueología posprocesual criticó duramente las leyes y las aspiraciones universalistas y
generalizadoras de la NA. Frente a ello volvió a lo local y lo particular y sustituyó los grandes procesos
evolutivos por la historia, incluso la microhistoria. Ian Hodder encontrará inspiración en la filosofía de la
historia. Uno de los aspectos que caracterizarán al nuevo paradigma es su eclecticismo. De la sociología,
por ejemplo, toman prestadas las teorías de la estructuración y de la práctica, desarrolladas por Giddens y
Bpurdieu, y que coinciden en afirmar que la cultura se reproduce en la práctica, en las acciones de la vida
cotidiana. De Foucault adoptan la crítica de la alianza entre saber y poder. Del marxismo, la
reivindicación de los marginados en la Historia.

La arqueología posprocesual se vio desde muy pronto identificada con el relativismo del todo vale y
cualquier interpretación es buena. Sin embargo, a partir del posprocesualismo cobra una gran importancia
la historiografía y la sociología crítica de la disciplina que estudia las relaciones entre diversas formas de
poder y el conocimiento.

Bajo el paraguas de la arqueología posprocesual existe una variedad de aproximaciones muy diversas,
algunas más subjetivas que otras. También se suele asociar con el PP ciertas posturas marxistas y
feministas que rechazan el relativismo por razones políticas. En el extremo más subjetivo se encuentran
las aproximaciones fenomenológicas, que se desarrollaron a partir de inicios de los años 90 y que han
tenido un enorme éxito en el mundo anglosajón. La arqueología fenomenológica se basa en una
aproximación a la materialidad (generalmente el paisaje) a partir de la experiencia corporal del propio
arqueólogo. La fenomenología incide en las experiencias sensoriales y forma parte de un movimiento
teórico que se aparta de la pura semiótica del giro lingüístico para aproximarse a la materialidad de las
cosas mismas.

Teorías críticas

Uno de los puntos clave del posprocesualismo es el postulado de que toda arqueología es política.

Arqueología poscolonial → dos vertientes estrechamente relacionadas:


● siguiendo la línea reflexiva de la arqueología posprocesual, critica la forma en que la disciplina ha
ofrecido sustento intelectual (y a aveces práctico) al dominio occidental sobre otras sociedades.
● trata de comprender mejor el colonialismo en el pasado, como puede ser la expansión fenicia, el
Imperio Romano o la conquista española de América. Y lo hace poniendo el énfasis en las
sociedades indígenas, que son las que tradicionalmente han quedado relegadas en el olvido. No se
trata de sustituir a unos por los otros, sino de desarrollar análisis más complejos sobre las relaciones
entre ambos y el papel que la materialidad ha tenido en la aparición de las culturas híbridas.

Arqueologías indígenas → lo que se propone es dar validez a los puntos de vista no-europeos para
comprender el pasado; permiten descubrir conceptos tradicionales que son de gran utilidad para
comprender a las sociedades prehistóricas, puesto que reflejan cosmovisiones no-modernas muy distintas
de las que manejan los arqueólogos. En Latinoamérica, la arqueología indigena está muy relacionada con
la teoría decolonial, que es una versión más radical, políticamente hablando, del poscolonialismo. Este
pensamiento insiste en que el fenómeno colonial no es cosa del pasado, sino que sigue vigente en la
actualidad. Los decoloniales insisten en la economía y la política.

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Arqueología feminista → gozó de in importante impulso a raíz de la crítica posprocesual, aunque se ha
separado de sus postulados en su negativa a adoptar el relativismo de que hacen gala los posmodernos.
Diferenciar la aqueología de género de la arqueología feminista. La primera estudia la construcción de las
diferencias de género en las sociedades del pasado a través de la cultura material, mientras que la segunda
realiza la misma operación pero desde una perspectiva más militante, pues su objetivo es transformar las
relaciones de género en el presente, que se entienden heredadas de una situación histórica de desigualdad.
Las arqueologías feministas han desempeñado un papel fundamental en al menos dos sentidos: por un
lado han denunciado de forma elocuente el androcentrismo que opera en la disciplina y que no solo limita
el desarrollo académico de las mujeres sino que cercena la posibilidad de que se desarrollen puntos de
vista y teorías distintas. Por otro lado, han ampliado el horizonte interpretativo con nuevas preguntas e
interpretaciones que ponen en tela de juicio los esquemas producidos por hombres y en general las
asunciones androcéntricas.

En relación con la arqueología feminista se encuentra la arqueología queer, que se centra en desmontar
prejuicios sobre el género y el sexo en el pasado.

Arqueología marxista → perspectiva teórica con una gran tradición y autónoma de otros paradigmas
teóricos, pese a que se ha mantenido fructíferos diálogos con ellos. Los arqueólogos marxistas han estado
siempre muy preocupados por la aparición de las desigualdades sociales y su reproducción. Ha gozado de
particular éxito en España y Latinoamérica. En Latam el marxismo unido a la situación política alentó en
los años 70 la aparición de la denominada Arqueología Social Latinoamericana, que todavía tiene un gran
peso en el continente.

Volver a las cosas mismas: arqueologías neomaterialistas

A partir de comienzos del siglo xxi, el argumento de los nuevos teóricos como el noruego Bjornar Olsen
es que la arqueología (pero también la antropología y otras ciencias sociales) se habían apartado
demasiado de los objetos mismos. Por su reivindicación de la materialidad, estas teorías suelen agruparse
bajo el nombre de neomaterialismo.

Para los neomaterialistas, en la arqueología procesual y posprocesual las cosas quedan relegadas a
cumplir la función de meros signos, significantes materiales de significados más profundos. En sí mismas
no tienen mayor importancia. En cambio, consideran que sí lo tienen. Proponen una forma de hacer
arqueología que denominan simétrica. Se tiene que tratar a personas y cosas de la misma forma, sin darle
mayor importancia a unas u otras en la explicación de cómo funcionan las sociedades. Lo que afirma la
arqueología simétrica es que no podemos dar por hecho cómo existen los seres, ni cuáles tienen un papel
más importante en un determinado colectivo, que es cualquier conjunto de seres humanos o no humanos
que funcionan juntos. El principio de simetría procede de la obra de uno de los filósofos más influyentes
del momento, Bruno Latour.

Las teorías neomaterialistas, como la arqueología simétrica, defienden otras ideas controvertidas como
por ejemplo que los objetos tienen capacidad de acción.

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Se trata quizá del primer paradigma arqueológico que en vez de importar teoría desde otras disciplinas
produce sus propios conceptos.

2.b. Características del registro arqueológico

➢ Renfrew y Bahn (2011) “Arqueología. Teorías, métodos y prácticas” Cap 2

→ Artefactos: objetos muebles hechos por los seres humanos.


→ Estructuras: artefactos no portátiles (no muebles). Al sacarlos del contexto del hallazgo, pierden su
significado.
→ Ecofactos: restos orgánicos y medioambientales no artefactuales.
Los tres elementos componen un yacimiento o sitio arqueológico.

El contexto de un objeto consiste en su nivel inmediato (el material que lo rodea, por lo general algún
tipo de sedimento. También se lo denomina matriz), su situación (la posición horizontal y vertical dentro
del nivel) y su asociación a otros hallazgos (la aparición conjunta de otros restos arqueológicos, por lo
general en el mismo nivel).

Cuando se altera un yacimiento, removiendo material que no es de importancia (por ejemplo


saqueadores), se destruye el contexto primario de esos objetos. Si los arqueólogos excavan
posteriormente el material desplazado, deben ser capaces de reconocer que está en un contexto
secundario.

Contexto primario → fue depositado algo donde se utilizó.


Contexto secundario → fue modificado posteriormente al momento de ser depositado.

Procesos postdeposicionales: son los procesos que afectan a los objetos luego de ser depositados. Se
dividen en:
● Procesos postdeposicionales culturales
● Procesos postdeposicionales naturales
Los primeros engloban las actividades deliberadas o accidentales de los seres humanos. Los segundos
están constituidos por los acontecimientos naturales que determinan tanto el enterramiento como la
supervivencia del registro arqueológico. Son vitales para la reconstrucción adecuada de la vida humana.

Procesos postdeposicionales culturales → se divide en varios tipos de procesos:


1. el comportamiento humano primitivo (actividad humana antes de que hallazgo o
yacimiento quedara sepultado). Tiene cuatro actividades importantes que son la adquisición
de la materia prima, la manufactura, el uso y el desecho o abandono (aunque también puede
haber un reciclaje o una reutilización).
2. el enterramiento deliberado de objetos valiosos o de cadáveres. En épocas de conflicto o
guerras, la gente entierra posesiones de valor con la intención de recuperarlas
posteriormente.

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3. el enterramiento de los difuntos, los cuales poseen grandes evidencias de las formas de
vida y cultura.
4. la destrucción humana del registro arqueológico, que generalmente son intencionales.

Procesos postdeposicionales naturales → por lo general las sustancias inorgánicas son mucho más
resistentes que las orgánicas.

Materiales inorgánicos

Los materiales inorgánicos más comunes que sobreviven arqueológicamente son la piedra, la arcilla y los
metales. Los útiles líticos se conservan bien y son de las evidencias más importantes sobre la actividad
humana durante la Antigua Edad de Piedra. La arcilla cocida, como la cerámica y los ladrillos de barro
cocido o el adobe, es casi indestructible si ha sido correctamente elaborada. Los suelos ácidos pueden
deteriorar la superficie de la arcilla cocida y las vasijas o ladrillos de barro poroso, o sometido a una mala
cochura, pueden volverse frágiles en medios húmedos. Los metales se conservan bien. El cobre y el
bronce de baja aleación son atacados por los suelos ácidos y pueden oxidarse hasta el punto de que solo
quede un depósito o mancha verde. La oxidación también es un agente destructivo rápido y poderoso del
hierro, corroyéndolo y dejando solo una decoloración en el suelo. El mar puede conservar los objetos
metálicos mediante sales que los cubren y se conservan pero que tienen que ser tratados mediante la
electrólisis apenas se extraen para que las sales no reaccionen con el aire y destruyan el metal.

Materiales orgánicos

La supervivencia de los materiales orgánicos depende del nivel y del clima. Los suelos ácidos destruyen
los huesos y la madera en pocos años, pero dejan decoloraciones reveladoras en el lugar. El cobre puede
favorecer la conservación de los restos orgánicos, quizás evitando la actividad de microorganismos
destructivos. El clima también desempeña un papel importante en la conservación de los restos orgánicos.
El clima tropical es el más destructivo, con su combinación de lluvias torrenciales, suelos ácidos,
temperaturas cálidas, alto grado de humedad, erosión y riqueza de vegetación y actividad de insectos. El
clima templado no es beneficiosos para los materiales orgánicos; sus temperaturas relativamente cálidas
pero variables y las precipitaciones oscilantes se combinan para acelerar el proceso de descomposición.
Las catástrofes naturales, en ocasiones, protegen los yacimientos para el arqueólogo, incluyendo los
restos orgánicos.

Entornos secos → La gran aridez y la sequedad evitan la descomposición gracias a la escasez de agua,
que permite el desarrollo de numerosos microorganismos destructivos.

Entornos secos → La refrigeración natural puede contener los procesos de descomposición durante
miles de años.

Entornos anegados → La mayoría de los yacimientos son “secos” en el sentido de que su contenido en
humedad es bajo y la conservación de restos orgánicos es mala. Los situados en zonas encharcadas
abarcan todos los encontrados en lagos, marismas, ciénagas, pantanos y turberas. Aquí los materiales
orgánicos quedan realmente sellados en un medio húmedo y carente de aire que favorece su conservación,

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con tal de que el encharcamiento sea más o menos permanente hasta el momento de la excavación.

2.c. Algunas opciones metodológicas

➢ Frere, González, Guráieb y Muñoz (2004) “Etnoarqueología, arqueología experimental y


tafonomía”

La arqueología científica aborda el estudio del registro arqueológico a partir de la definición de un


problema de investigación, planteando hipótesis y sus expectativas tanto generales como particulares. Es
el problema de investigación el que determina qué información debe buscarse, en qué escala de
análisis, por medio de qué estrategia metodológica. Un contexto arqueológico no es el reflejo directo
de los comportamientos humanos en un tiempo dado, sino que son el resultado de una combinación
desconocida de actividades humanas y de diferentes acciones de agentes naturales que se encuentran en el
medioambiente, y que es interrumpida en el momento de la investigación arqueológica en el presente. Es
por esto que no hay una relación directa entre la evidencia material y las conductas que la
originaron.

Sólo en el mundo contemporáneo podemos observar la unión dinámica que le dio lugar al registro y la
estática (los resultados actuales).

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Analogía → cuando se hace una observación de una situación determinada y se proyecta en otra hacemos
una analogía. Desde el punto de vista epistemológico es una correlación entre los términos de dos o
varios sistemas u órdenes. Todo razonamiento analógico se funda en el principio de la uniformidad, el
cual da por sentado que los procesos que actúan en el presente son similares a aquellos que han actuado
en el pasado. Esto permite que la información que obtenemos de observaciones actuales pueda ser
empleada para comprender el registro arqueológico:
1. Analogía directa → basa sus inferencias en el grado de similitud entre la fuente (generalmente
etnográfica) y el objeto comparado.
2. Analogía sustancial → ambos términos análogos poseen cualidades objetivas similares. A través de
fenómenos conocidos se puede intentar interpretar de manera semejante aquellos que no lo son. El
empleo de la analogía sustancial exige reducir las fuentes de variabilidad interna de los dos
análogos y tener cierto control sobre ellas.

Cadenas causales y equifinalidades → muchos de los comportamientos que estudia la arqueología no


escapan a las generalidades de las leyes causa-efecto. Estas leyes son las que nos permiten conocer e
inferir una serie de circunstancias específicas.

Causas mediatas → se eslabonan entre sí generando una cadena de causalidad compleja; pueden no ser
determinantes para establecer cierta configuración específica del registro material. Sin embargo, son
condiciones suficientes de las causas inmediatas (proceso de manufactura para que exista un artefacto
lítico), las que sí poseen un reflejo material. Esta causalidad compleja es típica de la cultura.

Equifinalidad → una determinada configuración del registro puede ser el producto de conductas
diferentes que producen el mismo resultado. Y a la inversa, manifestaciones materiales de una misma
conducta pueden producir resultados diferentes. Esta es una característica de los sistemas abiertos.

Etnoarqueología → estudio en el presente de la relación entre la conducta humana y sus correlatos


materiales. Es etnoarqueología si y solo si se realiza un estudio etnográfico a partir de una pregunta
estrechamente relacionada con un caso de YA. No se puede considerar etnoarqueología a la utilización de
datos etnográficos previos en un yacimiento reciente.

Arqueología Experimental → réplica en el presente de modos de utilización y técnicas de manufactura.

Tafonomía → describe, define y sistematiza la naturaleza y los efectos de los procesos que actúan sobre
los restos orgánicos después de la muerte. Bioestratinomia → historia de los procesos que lo afectan
desde la muerte hasta su enterramiento. Diagénesis → historia de los procesos que lo afectan desde su
enterramiento hasta su descubrimiento.

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➢ Binford (1988) “En Busca del Pasado” Cap 6

Visión estática de un territorio dinámico

Los yacimientos son el sustento de los arqueólogos. En él se vislumbra un sistema cultural en el que
tuvieron lugar diferentes actividades en distintos espacios. Muchas veces los arqueólogos carecen de los
métodos apropiados para detectar los modelos de uso del espacio y los modelos de asentamiento o escala
regional (por Ej. Para el caso de cazadores-recolectores).
Binford propone explicar el uso del espacio a partir de su estudio entre los esquimales Nunamiut.

La escala de uso del espacio

Las áreas donde viven y se trasladan los cazadores recolectores ocupan grandes dimensiones donde los
arqueólogos deben trabajar.

Discusión con Bordes: Binford dice que aceptando el espacio en que los cazadores recolectores se
mueven es muy grande, ya no se puede decir que las diferencias en las composiciones de los útiles de
piedra depositados en diversos niveles de estos yacimientos son el reflejo de la presencia de cuatro grupos
culturales distintos. El arqueólogo en este caso, ha planteado su investigación acerca del paleolítico desde
una visión sedentaria del mundo.

Ciertos lugares en esa dimensión espacial, fueron ocupados retiradamente año tras año. Este modelo de
reutilización en los modelos ha determinado en gran parte su tamaño en término de distribución de rasgos
y artefactos. Los espacios ocupados repetidamente son considerablemente mayores que los ocupados solo
en forma esporádica. Esto implica que la variabilidad en la cantidad de espacio ocupado por un
yacimiento, que refleja simplemente el grado de repetición respecto a la utilización del medio por la
misma banda móvil (los tamaños del medio no están en relación con el mayor grado de organización de
un grupo).

Ya no se pueden establecer relaciones simples entre la variabilidad en el tamaño del yacimiento y la


naturaleza del grupo que reside allí los ARQUEÓLOGOS DEBEN CONOCER LOS PROCESOS DE
FORMACION DEL RA.

Ciclo humano del uso de la tierra

Los cazadores-recolectores explotan una serie de áreas distintas y ocupan cada una de ellas hasta que el
medio se degrada. La base del modelo es un patrón cíclico de la tierra.

División del territorio:

● Territorio de nacimiento
● Territorio de formación
● Territorio de cortejo
● En el caso del hombre cuando se casa vive en el territorio de su mujer

14
● Cuando ya esta en plena madurez se dirige a un área completamente distinta
● Después de 40 años se traslada a su territorio de nacimiento

El hombre durante toda su vida vive en aproximadamente 5 territorios diferentes y pede tener una
extension de 22000km2.

Complejo situacional en las fuentes de Anavik

Complejo situacional: Cuando una serie de acontecimientos se interrelación formando parte de una
estrategia global, los distintos lugares donde se dan las diversas actividades interrelacionadas forman
un complejo situacional.

En las fuentes de Anavik el complejo situacional esta formado por 3 yacimientos distintos utilizados
conjuntamente durante la caza del caribú:

1. Un campamento de caza.

Los restos de las diversas ocupaciones durante este periodo de tiempo se superponen, y ello da como
resultado un palimpsesto de materiales arqueológicos.

2. Yacimiento de matanza con areas especializadas en el descuartizamiento.

El segundo componente del complejo situacional de las ftes. De Anavik es donde tiene lugar la matanza y
preparación del caribú muerto.

3. Escondrijos de piedra donde se almacena la carne.

Los escondrijos donde se guarda la carne. Se encuentran en las cercanías de los yacimientos de matanza.

Complejo situacional

Puesto de caza
Sirven para ocultar a los cazadores y les protegen del viento durante la espera que puede llegar a
prolongarse entre 8 y 12 horas.
Se ve la presencia de hogares en las paredes de las estructuras.

Campamento base
Otro componente del complejo situacional son los campamentos de base o residencia emplazados
cerca del lago, donde abundan leña y agua corriente.

15
Consideración global del sistema
Para el caso nunamiut es necesario considerar sus yacimientos como parte de un sistema más amplio. Los
arqueólogos deben identificar la función específica de cada uno de los yacimientos y a partir de aquí
colocar las piezas en su sitio para formar un sistema de uso de la tierra prehistórico.

Yacimientos especializados
El estudio arqueológico realizado sobre pueblos actuales, se orienta a observar los distintos tipos de
yacimientos que ocupan, para poder empezar a observar el grado de variabilidad que esperamos encontrar
en el RA.
Los yacimientos especializados pueden variar en función de la homogeneidad o de la variabilidad de los
módulos que los componen.

Yacimientos de proceso de la carne


En los nunamiut hay gran cantidad de yacimientos relacionados con la caza del caribú, y muchos en
donde se efectúa la preparación de la caza.
En los yacimientos se realizan gran variedad de actividades, lo que pone de manifiesto que los diversos
tipos de comportamientos dejan distintas huellas en el RA.

Un reto para nuestra metodología


Para comprender el RA se debe comprender los niveles de organización de los cazadores-recolectores. Se
deben desarrollar metodos que permitan reconocer los tipos de dinámica organizada, detectando las
variaciones que se refieren a la organización de comportamiento a nivel regional.
La existencia de complejos situacionales, en donde una actividad determinada se realiza en 3 o más
lugares distintos es incompatible con métodos que muchos arqueólogos emplearon en el pasado para dar
sentido a las similitudes y diferencias de los conjuntos de artefactos.
Se debe buscar métodos que permitan reconocer cosas diferentes en lugares distintos y componen parte de
un mismo sistema.

16
➢ Politis (2010) “Aplicaciones de la Etnoarqueología para interpretar el registro arqueológico…”

17
18
Unidad 3 - Los cazadores-recolectores del pleistoceno

3.a. Marco cronológico y ambiental, los primeros homínidos: Paleolítico Inferior

19
20
21
➢ Agustí y Antón (2011) “La Gran migración. La evolución humana más allá de áfrica” Selección de
páginas

Entre el bosque y la sabana

A partir del Plioceno, hace unos millones de años → hallazgos realizados desde hace más de 50 años en la
fosa o valle del Rift que recorre África Oriental, desde Etiopía hasta Malawi, pasando por Kenia y
Tanzania. Los restos homínidos de esta primera parte del Plioceno, entre 4.2 y 2.5 millones de años, se
incluyen normalmente en un único género Australopithecus definido originalmente por el médico
sudafricano Raymond Dart en 1925 a partir de un cráneo infantil encontrado en las canteras de Taung, a
unos 100km al norte de Kimberley.

Australopithecus anamensis
4.2 - 3.9 m de años AP
Kenya y Etiopía (África del Este)
Hábitat boscoso con áreas abiertas
Principales rasgos anatómicos: combinación de rasgos encontrados tanto en simios como en
humanos. La tibia muestra una orientación similar a la humana, lo que indica, junto con el fémur, un
andar bípedo regular. Los antebrazos largos y los huesos de las muñecas sugieren que
probablemente también treparon a los árboles (rasgo arcaico). Molares con esmalte grueso y serie
molar robusta.

Australopithecus afarensis
3.9 - 3 m de años AP
África Este (Etiopía, Kenya, Tanzania) y posiblemente África central
Hábitat forestal más o menos cerrado
Principales rasgos anatómicos: por la ubicación del foramen magnum en la base del cráneo, la
articulación de la rodilla y la pelvis acortada, se evidencia una marcha bípeda. Las piernas son
cortas en relación a los miembros superiores y posee falanges curvas .Especie con gran dimorfismo
sexual.
Capacidad craneal: 380 - 450 cc
“Lucy” → 1974. Se preservó aproximadamente el 40% del esqueleto de una hembra adulta de 20
años de edad. Su talla fue estimada en poco más de un metro de altura.
Huellas de Laetoli → 1974. Tanzania. Son huellas de tres individuos cubiertas por ceniza volcánica,
fosilizadas. Presentan una pisada característica del “caminar humano”.

Australopithecus africanus
3 - 2.5 m de años AP
África del sur (Sudáfrica)
Hábitat boscoso con áreas abiertas
Principales características anatómicas: similar a la del A afarensis.

22
Capacidad craneal: 430 - 550 cc

Australopithecus ghari
2.5 m de años AP
Principales características anatómicas: la cara muestra un aspecto más arcaico que A africanus y las
formas primitivas de Homo (siendo que se considera a este como posible antecesor). Dientes,
molares y premolares de gran tamaño.
Capacidad cerebral: 450 cc
Hipótesis de que sea el antepasado directo del género homo, específicamente de los Homo habilis
→ descubrimiento de marcas de corte sobre alguno de los huesos de otros animales asociados a esta
esta especie.

Australopithecus sediba
1.8 m de años AP
Perfecto eslabón intermedio entre Australopithecus africanus y los primeros representantes del
género Homo. El problema es que está fechado posteriormente a la aparición de los primeros
Homo.

La reinterpretación del esqueleto de A afarensis y de otros restos de Australopithecus parecen abonar un


escenario diferente. Para algunos investigadores, el primer análisis de Lucy había pasado por alto una
serie de caracteres que indicarían una vida asociada más al bosque que a la sabana. Es el caso de la
relación entre la longitud de los brazos y las piernas, que indicaría una más que aceptable capacidad para
trepar los árboles. Es el caso también de las falanges de las manos y pies, que en A afarensis eran
curvadas, como ocurre en todos los primates que acostumbran a agarrarse de las ramas. Cuando se
reconstruyó el tronco de Lucy este parecía mostrar una típica forma en cono truncado, con la parte
superior más estrecha y la parte baja más ancha. Esta disposición se encuentra también en muchos
primates arborícolas y desaparece en otros homínidos posteriores que muestran una locomoción
típicamente terrestre. Habrían llevado una vida fundamentalmente arborícola, ayudándose de sus manos y
pies.

Otra vuelta de tuerca

Los Australopithecus aparecen como un grupo relativamente homogéneo y conservador. Todos ellos
corresponden a formas de complexión grácil, cuyo cerebro oscilaba entre los 400 - 550g, no muy
superior al de un gorila o un chimpancé. Su dentición, dotada de grandes premolares y morales de
esmalte grueso, indica una clara tendencia al vegetarianismo, aunque seguramente su dieta incorporara
otros elementos como insectos y pequeños vertebrados. A lo largo de la primera parte del Plioceno es
difícil discernir en este grupo unas tendencias evolutivas claras. Muy probablemente, esta relativa
estabilidad anatómica de los australopithecus haya que encuadrarla en el contexto de estabilidad
climática y ambiental que representa la primera parte del Plioceno.

2.6 m de años AP → se inician las primeras glaciaciones en el ártico. El planeta entró en una dinámica
cíclica de expansión y retracción de los hielos glaciares, de la cual todavía no se ha salido. Cada 80 mil

23
años el frío se extendía sobre buena parte de Europa, dejando paso al cabo de 40 mil años a una nueva
etapa cálida de duración similar. Esta sucesión de fases glaciares e interglaciares dejó una profunda huella
sobre las faunas de este continente.. Por otro lado, las faunas europeas adquirieron un aspecto más
parecido al actual.

Estos cambios también afectaron a los continentes meridionales y más concretamente a África,
traduciéndose en una alternancia de períodos de aridez o de mayor humedad → la sabana seca y el
incipiente desierto ocupaban una superficie cada vez mayor → los refugios de los Australopithecus vieron
progresivamente mermada su extensión transformados en manchas cada vez más discontinuas. Este
cambio climático propició la aparición de Paranthropus y de Homo.

Paranthropus aethiopicus
2.5 - 2.3 m años AP
Kenia y Etiopía (Lago Turkana y Omo)
Hábitat: regiones áridas del Este y Sur de África post cambio climático hace 2.8 m años AP

Paranthropus boisei
2.3 - 1.2 m años AP
África Este (Etiopía, Kenia, Tanzania y Malawi)
Hábitat de pastizales y lugares húmedos más cerrados asociados con ríos y lagos.
Capacidad cerebral: 475 - 530 cc

Paranthropus robustus
1.8 - 1.2 m años AP
Sudáfrica
Hábitat de bosques abiertos y sabana
Capacidad cerebral: 500 - 550 cc
Estatura: 130 cm

Principales rasgos anatómicos y de comportamiento de los Paranthropus → gran robustez del aparato
masticador, la mandíbula y los molares con una capa de esmalte muy gruesa, y unos premolares que se
desarrollan como si se tratase de molares e incisivos y caninos muy pequeños. Posee gran prognatismo,
arcos cigomáticos (mejillas) ampliamente ensanchados y la cresta sagital más grande de todos los
humanos primitivos. Tenía adaptaciones para masticar alimentos muy duros relacionadas con músculos
poderosos en el aparato masticador. En tamaño corporal y capacidad craneal son similares a los
Australopithecus. Boisei tenía mayor robustez, después robustus y por último aethiopicus.

Expandiendo el cerebro

Una dieta basada en tejidos animales es sin duda mucho más provechosa y eficiente que una dieta
estrictamente herbívora o vegetariana. Permite obtener similares niveles de energía con aparatos
digestivos más cortos y con digestiones menos costosas. La energía sobrante puede utilizarse para costear
otros órganos energéticamente caros como es un gran cerebro.

24
Lxs autores consideran que se utilizó la misma técnica que se venía utilizando para por ejemplo cascar
nueces pero ahora con la especificidad de romper huesos para acceder a la médula durante el carroñeo.
Hace unos 2.5 m años AP se encuentra en África las primeras herramientas de piedra de aquella incipiente
humanidad, la primera tecnología de la que se dotaron nuestros lejanos antepasados.

Homo habilis
2.4 - 1.5 m años AP
África Este (Kenia y Tanzania)
Hábitat de sabana
Dieta versátil que incluía plantas leñosas, nueces, semillas, carne, médula y tubérculos.
Principales rasgos anatómicos y comportamentales: el cuerpo no era muy diferente del de los
Australopithecus, pero tenían un cerebro mayor. Su cráneo exhibe un torus supraorbital separado
con un leve surco. Sus proporciones corporales se estiman en 100 - 130cm de altura y 32 kg de
peso. Presenta un alto dimorfismo. Siendo plenamente bípedos, aún conservaba ciertas adaptaciones
arbóreas, como gran longitud de brazos en relación a las piernas aunque el pie presenta un arco
similar al moderno. Tenía dientes más pequeños que los Au. pero su esmalte dental todavía era
grueso y sus mandíbulas eran aún fuertes. Una evidencia directa del consumo de carne asociado a
Homo habilis es el descubrimiento de algunos huesos animales marcados con cortes y percusión de
hace 2.6 m años AP. Las últimas dataciones del Homo habilis se superponen con las del Homo
ergaster.
Tecnología OLDUVAIENSE o MODO I → choppers (tallado de una cara), chopping tools (tallado
de dos caras) y lascas. Salto cualitativo y cognitivo enorme. Planteo de ideas abstractas para la
fabricación de herramientas e ideas no solo desarrolladas por cada individuo sino también el
enseñar a otros congéneres. Ha nacido la transmisión cultural, en definitiva, la cultura. Tras
millones de años, la evolución produce finalmente un mecanismo de transmisión de información
diferente a la lenta reproducción biológica. La tradición cultural permite una transmisión rápida y
eficiente de las innovaciones técnicas y culturales que se producen en la vida de los individuos y
permite la acumulación de las mismas a lo largo de las sucesivas generaciones.
Capacidad craneal: 500 - 700 cc

Homo rudolfensis
1.9 - 1.8 m años AP
Kenia y Tanzania
Hábitat de sabana
Dieta versátil de plantas leñosas, nueces, semillas, carne, médula y tubérculos.
Principales rasgos anatómicos y comportamentales: solo se encontró un cráneo relativamente
completo y escasos restos post-craneales. Originalmente fue considerado como H habilia pero su
base de cerebro más grande, su esqueleto facial más grande, ancho y plano, el torus supraorbital
muy poco marcado y molares y premolares más grandes constituyen evidencia para considerarlos
especies diferentes.

25
También se considera que utilizó el complejo tecnológico Olduvaiense o Modo I aunque no se lo
encontró asociado a este en yacimientos.

Homo ergaster
1.8 - 1.3 m años AP
África
Se tiene un conocimiento bastante detallado de la anatomía de esta especie gracias al
descubrimiento del famoso niño o jóven de Turkana (esqueleto bastante completo). Ya posee un
aparato locomotor muy parecido al anatómicamente moderno; los brazos se habían acortado
alcanzando las proporciones que hoy son normales entre nosotros. La caja toráxica es cilíndrica y
estrecha. Era un individuo grácil y esbelto.
Nos encontramos con la primera evidencia de un homínido que ha abandonado definitivamente el
hábitat boscoso de sus antepasados y que muestra una perfecta adaptación a un entorno de pradera
abierta.
Capacidad craneal: 800 cc
Su dieta era carnívora y eso puede verse en sus molares pequeños.
Asociado al Modo II o Achelense. Característico de este modo es el bifaz → un elaborado filo
cortante que se extiende a lo largo de toda la herramienta; se convierte en un útil multiusos que
puede ser transportado a través de largas distancias. El bifaz sirve para cortar, cavar, trocear, picar,
romper y cualquier otro cometido surgido de las necesidades primarias de aquellos homínidos.
Este homínido es capaz de alejarse de sus fuentes inmediatas de aprovisionamiento en busca de
nuevos recursos. Se establece así una dicotomía entre unos campamentos base, más o menos
estables, y unas estaciones temporales, que las partidas de homínidos ocupan de manera esporádica.
Tras la extinción definitiva de los Paranthropus , el Homo ergaster se convirtió en el único
homínido bípedo del continente africano.

Homo erectus
1.9 m años AP - 200 mil años AP
Asia (China, Indonesia y capaz Georgia)
Tecnología Modo II o Achelense.
Misma capacidad craneal que el Homo ergaster.
Podrían considerarse ambos como un par en cuestión de análisis, solo que uno se encuentra en
África y el otro en Asia.

El yacimiento de Dmanisi

Se encuentra a unos 85 km al suroeste de Tiflis, la capital de Georgia, enterrado bajo las ruinas de la
ciudad medieval del mismo nombre, en el valle del río Mashavera. El yacimiento debe tener una edad
estimada de aproximadamente 1.7 m años AP.

Los descubrimientos de este yacimiento han obligado a replantear profundamente los supuestos sobre la
primera migración humana fuera de África. En lugar de los Homo ergaster, con su estilizada anatomía,
gran cerebro y avanzada cultura, hoy se sabe que los protagonistas de esta primera epopeya humana

26
apenas habían sobrepasado el estadío de los más antiguos representantes de nuestro género, como Homo
habilis. En el yacimiento de Dmanisi se asocia la tecnología Modo I u Olduvaiense.

Homo antecessor
Relacionado al yacimiento de Atapuerca (Gran Dolina y la Sima de los huesos). Debido a sus
características próximas a los Homo Neanderthelensis se los consideró como pre-neandertales y
posteriormente se los bautizó como Homo antecessor.
Corresponde a una forma notablemente evolucionada dentro de la escala de la evolución humana.
Tenía una avanzada morfología facial que prefigura la configuración existente en los neandertales y
en el hombre moderno.
Capacidad craneal: 1.100 cc
Los homínidos de Atapuerca no procedían de la primera colonización homínida de Eurasia sino que
pertenecen a una segunda oleada migratoria de África. Gracias a la Sima de los huesos se llegó a la
conclusión que los homínidos adjudicados al Homo antecessor correspondían al Homo
heidelbergensis en sus últimos momentos.

Homo heidelbergensis
600 - 200 mil años AP
África (Este y Sur) denominado Homo rhodesiensis; Europa y posiblemente Asia (China)
Hábitats variados por su amplia dispersión, desde bosques a estepas.
Principales características anatómicas y comportamentales: Los africanos poseen características
intermedias entre especies más arcaicas y más modernas, pudiendo ubicarlo como antecesor de la
línea sapiens, mientras que los europeos poseen características más cercanas a los Neandertales. Fue
la primer especie humana primitiva en vivir en climas más fríos; sus cuerpos cortos y anchos eran
probablemente una adaptación a la conservación del calor. Eran capaces de controlar el fuego
construyendo fogones. Fue la primera en construir refugios simples (además de usar refugios
naturales). Fue el primer cazador de animales grandes. Tenía una altura entre 160 - 180 cm y pesaba
aprox 50 -70 kg. Tenían un dimorfismo sexual parecido a los H. sapiens. Crestas supraorbitales
dobles de grosor variable. Leve prognatismo y mandíbulas robustas. Reducción de las piezas
dentales respecto a especies anteriores, pero más grandes en relación a H. sapiens. Sin menton
prominente. Indicios de cooperación social/comunal.
Asociado a la tecnología Modo II o Achelense
Capacidad craneal: aprox 1250 cc → lóbulos frontales y parietales que demuestran mayor
complejidad cerebral.

Sima de los huesos

Es el primer yacimiento de Atapuerca en proporcionar restos humanos. Se encuentra al final de un pozo


de trece metros de profundidad, a unos 500 metros de la llamada Cueva Mayor de Atapuerca. Aunque
limitado a una reducida cavidad de no más de 15m2, este yacimiento ha proporcionado una gran cantidad
de restos fósiles que incluye restos de un oso cavernario. Hay una extraordinaria cantidad de restos
humanos, en la actualidad más de 5000 y representan hasta 28 individuos diferentes, que incluyen a un
niño, más de una docena de adolescentes de entre 10 y 17 años, cerca de una decena de adultos de entre

27
18 y 25 años y otros tantos adultos de más de 25 años, de los que solo tres habrían superado los 35 años.
Ambos sexos aparecen equitativamente representados. La edad del yacimiento ha podido ser estimada por
métodos radiométricos en unos 400 mil años AP, aunque datos recientes han proporcionado una fecha que
podría sobrepasar el medio millón de años.

En general, el conjunto de homínidos de la Sima de los Huesos muestra el tipo de caracteres que ya se
habían observado de una manera dispersa entre los otros restos europeos de Homo heidelbergensis. Una
de las características más sobresalientes del ejemplar número 5 de la SdlH es el gran tamaño de su cara
con respecto al resto del cráneo. La parte media de esta cara está proyectada hacia adelante y sobresale
por debajo de las órbitas. Estos caracteres faciales relacionan a los homínidos de la SdlH con los
Neandertales, especialmente con algunos representantes arcaicos de esta especie. Se observa una marcada
reducción de la dentición posterior (premolares y molares).

Los homínidos de la SdlH llegaban a los 170cm para un peso aprox de 95kg. Eran bastante robustos y
fornidos en comparación con H sapiens. No se observaba un gran dimorfismo sexual en talla, sino que es
similar a la de los humanos actuales (aprox 10%). A pesar de la robustez, lxs autores comentan que los
homínidos de la SdlH ya eran plenamente modernos.

Raíces africanas

Lxs autores dicen que Homo heidelbergensis y Homo rhodesiensis constituían una misma especie. Los
Homo heidelbergensis europeos habrían dado lugar a los pre-neandertales y a los neandertales, mientras
que el Homo heidelbergensis africano habría dado lugar al H sapiens. Se piensa que esta especie es la que
habría llevado a cabo la segunda ola migratoria desde África.

La domesticación del fuego

A partir de hace 400 mil años AP las evidencias de hogares comienzan a generalizarse por toda Europa.
Gracias al control de fuego (control no es lo mismo que producción), aquellos primeros homínidos
pobladores de las estepas europeas pudieron sobrevivir a las sucesivas fases glaciales que sobrevinieron
hace 250 mil años AP y 180 mil años AP. Tras estas últimas glaciaciones, los lazos con los parientes
africanos se rompieron definitivamente. A partir de entonces, los homínidos de África y Eurasia siguieron
caminos muy divergentes. De esta divergencia nació la primera especie humana propiamente europea.

➢ Gómez Castanedo y YravedráSáinz de los Terrenos (2009) “Las herramientas de piedra más
antiguas de África. Una visión general y algunas reflexiones”

Son uno de los principales elementos de estudio de los arqueólogos. La arqueología experimental y las
prácticas actualísticas se están configurando como un importante recurso interpretativo para los
arqueólogos.

Al día de hoy es asumido que en África se originaron las industrias de piedra más antiguas.

28
Tras ese despegue inicial, se desarrolla un período conocido como la Temprana edad de piedra que
incluye a dos tecnocomplejos con producciones materiales caracterizadas por una relativa simplicidad:
● Complejo Olduvaiense
● Complejo Achelense
Ambos comprenden un período temporal que va desde 2.6 m años AP hasta los 300-200 mil años AP.

Complejo Olduvaiense

Sistema de producción de características bastante elementales. Resultan de un proceso carente de


organización y generado por el simple golpe de una piedra con otra, asemejándolo, por parte de algunos
autores, al tipo de uso que le dan a este recurso los simios antropoides.

El esquema de tallado estaría basado en la consecución de un conjunto de lascas tras el golpeo de un


nódulo mediante percusión directa.

Grupo de homínidos → con bajo desarrollo psicosomáticos, con pobres aptitudes para la talla de la piedra
y una carencia de esquemas desarrollados de planificación, organización y cooperación a la hora de
explotar la materia prima.

Evidencias más arcaicas: África Oriental, con fechas de 2.6-2.5 m de años AP. Caracterizada por la
presencia de materia prima basáltica y de cuarzo. Asociado a Homo habilis en el yacimiento Hadar en
Etiopía. También asociado con el Homo rudolfensis.

A partir de los 2 m de años AP aumenta en número de yacimientos con industria de este tipo aumenta
pudiendo deberse a la importancia de su uso.

Respuesta innovadora y adaptativa a las condiciones cambiantes del entorno y sus presiones que se
observan desde hace 2.8 m de años AP hasta unos 2.4 m de años AP. El procesado y consumo de aportes
nutritivos de carne y proteína animal junto a otros nutrientes básicos en la dieta de homínidos,
fundamentalmente del género Homo, pero quizás otros homínidos como australopithecus o paranthropus.

Complejo Achelense (evolución cultural acumulativa)

Hace 1.5 m de años AP con la incorporación de las herramientas de filos largos.

Se asocian a homínidos que presentaban ya un patrón biológico y físico cercano al de los humanos
anatómicamente modernos y con unas capacidades cognitivas más desarrolladas, asociadas a mejoras de
tipo sociocultural. Supone así la emergencia de otro innovador sistema de producción de herramientas de
piedra en el que el producto estrella sería, en un principio, el bifaz o hacha de mano. Los soportes eran
trabajados por las dos caras logrando un filo activo que implicaba todos los laterales del canto. Los
talladores operaban con un esquema mental distinto de cara a obtener el útil final.

Asociado con H ergaster / erectus y posteriormente Homo heidelbergensis / rhodesiensis. Distribución


geográfica amplia, en zonas al aire libre, cerca de fuentes de agua o yacimientos en cueva.

29
Olduvaiense → administraban dominio de fractura concoidea

La utilización de herramientas líticas ofreció a los homínidos una oportunidad de superar los
cambios del final del Plioceno. Aumentaron la eficiencia del uso de recursos, permitiendo un
mayor desarrollo del neurocráneo en detrimento de la parte facial que se reducía.

A nivel de las estrategias alimentarias y mayor necesidad energéticas → la dieta principalmente


vegetariana de paranthropus, australopithecus y otros primates cambia. El género Homo parece
dar mayor importancia a la adquisición de proteínas animales.

➢ Thompson, Carvalho y Marean (2019) “Origins of the human predatory pattern. The transition…”

(1) El consumo habitual de recursos provenientes de grandes animales diferencia el comportamiento de los
primates humanos del de los no humanos. Uso de herramientas de piedra tallada, otro importante
comportamiento hominino, a menudo es relacionado con la necesidad de contar con filos para cortar
tejido animal.

Lxs autores proponen que la explotación regular de recursos provenientes de animales grandes (Patrón
Depredador Humano) comenzó con un énfasis en la búsqueda de nutrientes del interior de los huesos a
través de su percusión, independientemente del surgimiento de las primeras industrias de piedra tallada.
Esto involucra un conjunto de pruebas empíricas que se aceptan de los escenarios propuestos
anteriormente para comprender los orígenes del “consumo de carne”.

Los humanos son los únicos primates vivos que explotan regularmente animales de su mismo o mayor
tamaño corporal. Se lo ha conceptualizado como PDH.

(2) La explotación de animales grandes ha caído tradicionalmente bajo el término general de “consumo de
carne”, representado por paquetes concentrados de grasas y proteínas fácilmente digeribles y ricas en
kcal. A menudo descritos como parte de la dieta de alta calidad que resultó necesaria para que se
desarrollaran importantes cambios biológicos como los cerebros y cuerpos más grandes que presentan
algunos homininos del Pleistoceno temprano.

Sin embargo, incluso la extracción de carne de carcasas de animales grandes conlleva costos
significativos en términos de exposición a depredadores, carga de bacterias y energía para masticar.

La calidad alimentaria puede alcanzarse también mediante el consumo de fuentes alternativas de grasas y
proteínas (ej. insectos) o mediante el procesamiento premasticatorio de alimentos no derivados de
animales.

30
(3) Se basó en modelos derivados de la ecología de simios actuales, especialmente de los chimpancés. De
este modelo se desprende la idea de que la transición al PDH ocurrió por medio de la expansión de la
dieta omnívora existente para incluir también presas más grandes, a partir del comportamiento de la caza
cooperativa, incrementado mediante el nuevo énfasis en el uso de herramientas.

Independientemente del modo de la adquisición inferido (caza, carroñeo pasivo o activo), prevalece
siempre el supuesto de que para los Homo posteriores los recursos animales grandes ofrecían beneficios
que superaban sus costos.

Lxs autores critican el modelo según el cual la explotación de animales grandes emerge como una
extensión de la caza cooperativa de pequeñas presas y sugieren una hipótesis alternativa en la cual los
homininos del Plioceno comenzaron su trayectoria hacia el PDH explotando principalmente los nutrientes
del interior de las carcasas de animales grandes utilizando tecnología de percusión, pero NO
NECESARIAMENTE herramientas de piedra tallada.

También rechazan el uso extensivo del término “consumo de carne”, ya que prioriza los nutrientes del
exterior de los huesos (carne) a expensas de los del interior (grasa en el cerebro y médula). Estos tienen
micronutrientes con distinta características; requisitos mecánicos para el acceso; costos de búsqueda,
manejo y competencia, etc que habrían exigido distintas soluciones tecnológicas y de comportamiento.

Lxs autores investigan los orígenes del PDH específicamente, en lugar del consumo de carne en general.

(4) Riesgos: exposición a depredadores. El trabajo grupal habría mitigado el riesgo de predación por parte de
carnívoros, pero también habría incrementado la competencia por los sitios de carroñeo.

Riesgos de salud: los nutrientes por fuera de los huesos adquieren gran cantidad de bacterias luego de las
primeras 24hs de exposición. Se puede hacer frente con la composición del microbioma intestinal.

Sin embargo, la médula ósea tiene muy bajo contenido de bacterias sumado a que disminuye el riesgo de
enfrentarse con carnívoros que permanecen cerca de las matanzas.

Los nutrientes del interior de los huesos poseen más posibilidades de selección por su resistencia, sabor y
alto contenido de grasa.

Ventajas → En los ambientes más húmedos, las áreas más boscosas proveen de oportunidades menos
frecuentes y más riesgosas de carroñeo, en comparación con entornos más abiertos → carroñeo pasivo
carcasas → durante el desarrollo de otras actividades es más productivo que el carroñeo activo, ya que la
mayoría de los restos carroñables se encuentran en el interior de los huesos.

(5) Diversidad en el grupo de carnívoros, incluyó especies que no poseen análogos ecológicos actuales, tales
como hienas gigantes, felinos dientes de sable, entre otros.

31
Apunta a mayores y más variedad de oportunidades de carroñeo, así como a mayores peligros por parte de
predadores ante carcasas frescas, con respecto a lo que se observó actualmente.

(6) La morfología del agrietamiento de los huesos evolucionó como una adaptación especializada para
acceder a los nutrientes del interior de los mismos en carcasas de animales grandes. En el Plioceno
africano, dicha morfología aparece por primera vez hacia los 3.6 m de años AP sugiriendo la expansión
de las oportunidades de carroñeo focalizadas en los nutrientes del interior de los huesos que permanecían
una vez removida la carne. Los Australopithecus fueron uno de los tantos grupos en pugna por la espacios
en los nuevos nichos que emergieron cuando los recursos cambiaron y los ambientes abiertos se volvieron
más fácil de explotar. Mediante el uso de tecnología básica los homininos del Plioceno pudieron haber
aprovechado rápidamente los recursos que los carnívoros romperdores de huesos, en su evolución,
estaban preparados para explotar.

Arqueología de primates → intersección entre consumo de carne y el uso de herramientas. Piedra →


materia prima con una alta probabilidad de preservación. El uso de herramientas líticas en primates →
elementos de percusión (evolución convergente en varios momentos) seleccionados cuidadosamente.

Las bases cognitivas y de requerimientos anatómicos para la tecnología de percusión repetitiva y


socialmente pautada está profundamente enraizada en el linaje de los primates, principalmente en el
contexto de acceso a lípidos y proteinas resistentes de alto valor energético. Usualmente, este forrajeo
extractivo se asocia a más grandes.

La obtención de lascas constituye una producción lítica secundaria que requiere al menos uno o dos
elementos (un percutor y un nódulo o un yunque y un nódulo) para crear otra herramienta (lasca).

(7) Es densa en calorías y nutrientes pero posee problemas similares a otros alimentos recurrentes →
fluctuación estacional (calidad y contenido graso declina si el animal está estresado), distribución en
parches y no ambiente extremo duro.

(8) A. Corte → procesamiento de nutrientes externos → bajo en grasas → rápida descomposición → mayor
riesgo de presencia de otros carnívoros → menor tasa de encuentro.
B. Percusión → procesamiento de nutrientes internos → mayor contenido de grasa → persistentes y
transportables → mayor facilidad de encuentro.

Ambas actividades dejan huellas tafonómicas

Las marcas de corte son propensas a la equifinalidad dado que marcas similares pueden haber sido
causadas por otros agentes como el pisoteo por ejemplo.

Otra dificultad es que el procesamiento de animales para la obtención de carne o médula puede crear
marcas que poseen una amplia variedad de formas. La distribución y la forma de las marcas puede
relacionarse con tipo de actividad (fileteado, desarticulación, ruptura o rebanado), pero no parece
relacionarse con la cantidad de carne removida.

32
(9) Hasta los 2.6-2 m años AP las herramientas de piedra son poco comunes.

2.6 m de años AP en Yona → importantes eventos de especiación en el linaje hominino, una posición
reforzada por un ejemplar de Homo temprano hallado en los depósitos cercanos de 2.3 m de años AP en
Hadar Etiopía. Sin embargo, el Homo más antiguo ha sido reportado en 2.8 m de años AP en Etiopía; la
evidencia de procesamiento en Dik 55 en 3.4 m de años AP y las herramientas lascadas más antiguas en
3.3 m de años AP en Lom - 3.

Ha habido una ruptura convincente y tradicional tríada: los primeros Homo, el PDH y las primeras lascas
líticas no parecen haber emergido simultáneamente a comienzos del Pleistoceno.

Los candidatos parecen ser los australopithecus que vivieron al menos 700 mil años antes.

(10) No dependió de una tecnología de lascas para cortar carne, sino de una extracción de nutrientes del
interior del hueso por medio de la percusión.

Desplazan el énfasis otorgado a la extracción de carne y a las marcas de corte. El modelo que explica los
orígenes del PDH aludiendo al carroñeo por percusión → la extracción por percusión y la manufactura de
herramientas sobre lascas representan comportamientos fundamentales → aplicadas al conjunto → con
distinta distribución espaciales, características, costos, beneficios, etc.Estas técnicas (percusión y tallado
de lascas) no no necesariamente tienen que haber estado ligadas al comportamiento o emergido juntas.

Distribución espacial y frecuencia → reducida, oportunista, estacional y ligada a la ecología local.


Evidencia es escasa, concentrada en ríos, arroyos, ligado al campo de acción de los carnívoros.

Evidencia directa → marcas de percusión y agujeros/muescas en huesos largos, altamente fragmentados,


mándibulas y fragmentos de cráneo.

A diferencia de algunos escenarios de la evolución humana en que las hembras son provistas pasivamente
de carne, la explotación temprana de animales, especialmente en grupos sociales grandes, habría dado
lugar a un rol femenino más relevante.

(11) La coincidencia temporal de las primeras herramientas sobre lascas y la evidencia más antigua de
explotación de animales grandes carece de poder explicativo sobre la emergencia, el rol y la relación de
estos comportamientos en la ecología y la evolución hominina temprana.

El paradigma de acuerdo con el cual la emergencia de la manufactura olduvaiense de herramientas de


piedra coincide con el surgimiento del aprovechamiento sistemático y repetido de animales grandes por
parte de miembros del género Homo aún resulta heurística y coherente. Sin embargo, la evidencia actual
no sostiene la interrelación de estos tres elementos. (advenimiento de la tecnología de lascas -
explotación de animales grandes - especiación hacia Homo) como un modo de explicar sus orígenes.

Deben desarrollarse nuevos abordajes teóricos y empíricos para entender el contexto de su emergencia
más temprana y posiblemente desacoplada.

33
Lxs autores proponen un nuevo modelo: la explotación regular de recursos animales grandes - el
PDH - comenzó con un énfasis en el carroñeo basado en la percusión para la obtención de
nutrientes del interior del hueso, independientemente de la emergencia del uso de herramientas
sobre lascas.

➢ Shipman (1984) “ScavengerHunt” ; Blumenschine y Cavallo (1992) “Carroñeo y evolución


humana” ; Potts (1984) “Home base and early hominids” ; Rose y Marshall (1996) “Meateating,
hominidsociety and home bases revisited”

Una de las hipótesis más importantes sobre la evolución de los humanos se encuentra alrededor del
consumo de carne ya que contribuyó a onformar poco a poco el cerebro, el comportamiento y la
capacidad creadora de útiles del humano moderno. Pero, ¿cómo conseguían carne? ¿Cazaban o era
carroñeros?

Tal como afirman Blumenschine y Cavallo, la caza es portadora de una imagen más noble que el carroñeo
y también parece más provechosa. La poca atención que los antropólogos le dedicaron al carroñeo se debe
en parte a que muchos han tendido a proyectar sobre el pasado los modos de vivir actuales. Los
partidarios de la teoría “hombre cazador” también elevan a los homínidos sobre los demás seres, como si
nuestros antepasados fuesen inmunes a las tensiones que configuran las relaciones entre predadores y
presas.

Fue Darwin quien presentó la caza como el catalizador que encauzó la selección hacia el agrandamiento
del cerebro, el empleo de artefactos y el bipedismo. Separando así los linajes de los humanos de los
simios. Dart, descubridor del género Australopithecus, se pasó años tratando de demostrar que su
homínido pudo haber cazado los animales cuyos huesos se encontraban mezclados con los suyos. Para
obviar el problema de la ausencia de artefactos en estos yacimientos, propuso un juego
“osteodontoquerático”. Esta interpretación se ganó el apoyo popular en las versiones que se dieron del
“primate cazador”. Pero cayó en descrédito ante las comprobaciones decisivas del precursor de la
taxonomía, Brain, quien demostró que los australopitecinos no habían participado en la recolección de
osamentas de otros animales. Y sostuvo que los leopardos cazaban tanto homínidos como ungulados y los
devoraban dejando caer sus huesos al pie de los árboles. Sin embargo, la hipótesis de la caza se sostuvo
en pie por más que hubiese que aplicarla a un estadio posterior de la historia de la evolución, iniciado al
parecer por el Homo habilis.

Los argumentos en pro de la teoría del hombre cazador alcanzaron pleno desarrollo en 1968, donde se
bosquejaba un proceso evolutivo que exigía complementar su dieta vegetariana con cantidades crecientes
de carne. La caza premiaba al mismo tiempo la previsión y la destreza y reforzaba a su vez la capacidad
técnica. Esta teoría prevaleció hasta fines de los 70, cuando Isaac desplazó el foco de interés de la
obtención de carne al reparto de la misma. Demostró que los primeros homínidos se asentaban en
campamentos base, lo cual en su opinión implicaba una división sexual, los machos recorrían mayores
distancias en busca de presas o de carroña, las hembras recogían frutas y tubérculos y luego compartían
todo lo recolectado. Con el tiempo esta conducta es la que impulsa la selección en pro de la inteligencia,
el lenguaje y la cultura.

34
Binford en 1981 sostuvo que en los tiempos del Homo habilis, la evolución no había llegado a la caza ni a
compartir alimentos. Los homínidos se habían limitado a aprovechar los escasos alimentos abandonados
por carnívoros más hábiles. El carroñeo no podría haber proporcionado los excedentes de carne
requeridos para compartir de un modo continuo la comida. Sostuvo después que incluso el primer Homo
sapiens moderno de África meridional y los Neandertales europeos dependían del carroñeo para
alimentarse de animales grandes y cazaban solo aquellos de menor tamaño. Mantenía la hipótesis de la
caza, pero la aceleraba más hacia el presente, encajándola en los últimos 100 mil años.

Evaluar la proeza que, para los primeros homínidos, supondría la práctica de la caza. La contextura física
del Australopithecus y del primer Homo no serían imponentes → la estatura de las hembras rondarían los
120cm, con un peso aprox de 30kg. Mientras que los machos alcanzarían apenas 150cm y pesarían unos
45kg. La longitud de sus brazos indica que seguirían refugíandose en los árboles, enfrentados como
estaban a predadores temibles como los felinos. En cuanto a sus artefactos, incluso el Homo, manejaba un
tipo muy primitivo de raspadores, es decir que no aparecen en los regístros arqueológicos armas
propiamente dichas.

En Olduvai se han encontrado artefactos de piedra junto a fragmentos de huesos fósiles.

Pero, ¿cómo podían los proto humanos haber dado muerte a animales tan poderosos? Ello indujo a los
autores a pensar que el carroñeo merecía un examen más detenido.

En la transición del Plioceno al Pleistoceno (plio-pleistoceno), hace 2 m años, tal vez el carroñeo haya
sido más común que la caza. Los artefactos de piedra tallada, la práctica de descuartizar y trozar grandes
animales y la evolución del Homo de mayor cerebro aparecen todos por primera vez en el registro fósil en
ese período.

El hábito carroñero puede haber convertido la estación seca en un tiempo de abundancia. El hambre y la
caza producen gran mortalidad de animales. Se consiguen así alimentos con más rapidez que recolectando
plantas y, si se hubiesen guiado por el criterio de productividad, los homínidos habrían preferido siempre
el carroñeo a la recolección en todas las ocasiones en que hubiese sido posible. Añádase los menores
riesgos que comporta el carroñeo.

Los primeros homínidos probablemente practicaban el carroñeo y atrapaban con sus manos presas
pequeñas. Pero fue su exclusividad al paso siguiente: empezar a servirse de artefactos para trozar.

El carroñeo no tiene nada de fácil para un primate lento, de poca talla y romos dientes. Para localizar
restos antes que otro merodeadores debimos aprender a interpretar las diversas señales que indican la
presencia de un cuerpo muerto. Por otro lado, la sociabilidad no habría progresado a no ser que el
carroñeo influyese también selectivamente en pro a la cooperación del grupo. Los despojos capaces de
alimentar a un solo individuo, sin dejar ninguna sobra que compartir, probablemente habrían alentado la
compartición.

35
Los autores realizaron estudios actualísticos de tipo tafonómicos, especialmente de bioestratinomia
estudiando el patrón de carroñeo de los carnívoros actuales. Llegaron a la conclusión de que había dos
oportunidades de carroñeo para los primeros homínidos: los bosques ribereños y la sabana abierta,
considerando al primero como más factible debido a la menor exposición a depredadores y peligros y a la
mayor disponibilidad de carcasas por mayor cantidad de tiempo antes de ser encontradas por otros
carroñeros.

De la misma forma, Patt Shipman sostiene que los antecesores de los humanos son representados como
cazadores tanto en libros como en películas. De cerebro reducido, posición erecta y su cuerpo cubierto de
pelo. Manipulando hábilmente unas pocas y rústicas herramientas, útiles líticos. El alimento es
compartido por los integrantes del grupo en campamentos temporarios. Sin embargo, el papel de la caza
en la vida de los homínidos no puede determinarse de manera inequívoca por la falta de evidencias
directas.

En 1980 se hallan casi simultáneamente lo que parecían ser marcas útiles líticos grabadas sobre huesos
fósiles provenientes de la Garganta de Olduvai y de Koobi Fora. Muchos de los fósiles que tenían huellas
de corte mostraban igualmente marcas de dientes de carnívoros y que algunas de las huellas de corte se
encontraban en lugares que resultaban ser inesperados: en huesos que en vida portaban poca carne.

Mediante diferentes estudios (tafonomía y arqueología experimental) se pudo determinar que las
homínidos tempranos no desarticulaban asiduamente los cadáveres de sus presas. Esta comprobación
plantea serias dudas respecto de la idea de que los homínidos transportaban sus matanzas al campamento
para compartirlas, dado que tanto el acarreo como el compartir son difíciles a menos que las presas sean
trozadas. En los huesos fósiles de Olduvai aparecen conjuntos superpuestos. Dichos conjuntos incluyen
ambos tipos: huellas de corte y marcas de dientes de carnívoros. En ocho casos los homínidos dejaron
huellas de corte después de que los carnívoros hicieran marcas con sus dientes. Este hallazgo sugirió una
nueva hipótesis → en vez de cazar presas y abandonar restos que serían carroñados, es decir que tal vez
los homínidos carroñaban a posteriori de la actividad cazadora de los animales carnívoros. Esto explica
por qué los homínidos aparentemente aprovechasen sistemáticamente los cadáveres de los animales,
sacaban lo que podían, fuese cuero, tendón o carne.

¿Cuáles son los costos y beneficios de carroñeo comparados con los de la predación?

El carroñeo evita la tarea de tener que asegurar la muerte de su alimento. Un predador sufre un desgaste
energético mayor. El carroñeo puede resultar económico, pero sin embargo, es muy arriesgado.
Raramente los predadores dejan su presa sin defenderla de este tipo de animales. Tanto predadores y
carroñeros sufren los gastos inherentes a la lucha por la posesión de los alimentos. En resumen, el mayor
costo del carroñeo es la necesidad de cubrir y explorar una mayor cantidad de territorio, un espacio más
amplio que los predadores, para poder hallar el alimento.

El antiguo hábitat asociado a los fósiles de Olduvai y Koobi Fora habría sostenido numerosos herbívoros
y carnívoros. Las tres especies de homínidos que coexistían en el tiempo (Homo habilis,
Australopithecus, Australopithecus robustus), estaban adaptadas al habitual bipedismo erecto. Si bien el
bipedismo es un peculiar modo de locomoción, hay tres puntos generales de acuerdo:

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1) El andar bípedo es enérgicamente más eficiente que el andar cuadrúpedo. La bipedación es
un excelente medio para cubrir lentamente amplias áreas.
2) La bípedación eleva la cabeza, acrecentando así la habilidad del homínido en detectar
objetos en el suelo.
3) La bipedación libera las manos, posibilitando el acarreo de objetos.
Es decir, la bipedación es compatible con una estrategia carroñera. Se desarrolló porque proporcionaba
una ventaja sustancial a los hompinidos carroñeros.

En síntesis, las evidencias de huellas de corte en los huesos, el desgaste dentario y la bipedación sumadas
a nuestro conocimiento de la adaptación carroñera en general, es consistente con la hipótesis de que hace
dos millones de años los homínidos fuesen carroñeros más que idóneos y consumados cazadores. El
humano cazador puede haber aparecido recién entre 1.5 millones y 700 mil años AP.

En Olduvai y Koobi Fora, datados entre 1.8 y 1.5 millones de años, fueron considerados como “pisos de
viviendas” o como “bases habitacionales”. Sin embargo, la interpretación de esos sitios y sus implicancias
respecto del comportamiento homínido fueron objetos de controversia. En los inicios de los 80 se
pensaron no como focos de diversas actividades diurnas y nocturnas, sino como localizaciones
temporarias de acumulación o procesamiento de alimentos. Dos importantes factores que contribuyeron a
esa hipótesis:
1. La creciente importancia que se otorgó en algunos sitios a la actividad carnívora.
2. Los cambios de enfoque en cuanto a las habilidades de los primeros homínidos, en particular
su capacidad de competir con carnívoros.

Los efectos de la ingestión de carne en los primeros homínidos y sus relaciones con los carnívoros del
plio-pleistoceno, rara vez se han examinado desde la perspectiva de la ecología del comportamiento. Rose
y Marshall sugieren que los homínidos habrían estado sometidos a los mismos tipos de presiones
ecológicas que los otros primates. En particular la competencia por los recursos y los riesgos de
predación. Las pautas cooperativas de predación y defensa de los recursos habrían sido factores que
promovieron el desarrollo del uso de la tierra en forma de bases habitacionales o emplazamientos
centrales y la intensificación de la sociabilidad por parte de los homínidos.

Trasfondo histórico → de todos los análisis e interpretaciones de las excavaciones de Olduvai y Koobi
Fora las investigadoras trabajan con las dispersiones líticas y faunísticas vertiblemente concentradas en
sedimentos de grano fino. Durante el período de formación de esos sitios estaban presentes en África
oriental al menos dos homínidos (australopitecus y Homo habilis).

En las secuencias de Koobi Fora y Olduvai, la reconstrucción paleoambiental indica que hubo
considerable variación del hábitat en el espacio a través del tiempo. Entre 2.1 y 1.7 millones de años AP,
las condiciones eran más húmedas que en la actualidad. Siguió un período seco y luego se establecieron
condiciones muy parecidas a las de la actualidad. La mayoría de las bases habitacionales parecen haber
estado en áreas selváticas cercanas a lagos o ríos dentro de un mosaico de bosque-selva-sabana. Estas
bases habitacionales fueron consideradas campamentos o focos de actividades ocupados temporalmente, a
donde los grupos de homínidos regresaban después de forrajear y donde preparaban y comían alimentos y
desarrollaban actividades sociales basadas en la familia. La divisipon sexual del trabajo y la compartición

37
de comida habrían constituido importantes presiones a favor del desarrollo del lenguaje, de normas
culturales y de un creciente tamaño cerebral [aunque las autoras no comparten la teoría de la división
sexual del trabajo planteada como estaba por Isaac].

Binford propuso que las presuntas bases habitacionales habrían sido acumulaciones formadas por
carnívoros y luego carroñadas por los homínidos o localizaciones de descanso al mediodía, momento en
que los homínidos comían parte de los cuerpos carroñados, con relativa seguridad respecto de los
carnívoros. En la mayoría de lo sitios las pautas de sedimentación no son compatibles con un transporte
hídrico significativo, también quedó descartado que hubiera sido un proceso de mortandad animal. Por lo
que Potts propone que podría ser a causa de la acción de carnívoros. Al mismo tiempo, al encontrarse los
restos faunísticos junto a herramientas líticas, se considera que los homínidos también estuvieron
involucrados en la formación de estos yacimientos y que la asociación de elementos líticos y huesos con
marcas de carnívoros no es producto de la simple casualidad temporoespacial.

Koobi Fora y Olduvai han proporcionado importantes evidencias de que los primeros homínidos
transportaban artefactos líticos y materias primas, en algunos casos por varios km. Los análisis muestran
que los utensilios se confeccionaron en los sitios y que los huesos eran partidos para extraer la médula. En
los sitios se procesaba parte de las carcasas de animales y sugieren que allí se comía carne.

Potts planteo entonces una alternativa innovadora: las localizaciones estratégicamente ubicadas de
“escondrijos” que habrían permitido a los homínidos procesar partes de las carcasas animales en forma
rápida y eficiente, y usar sitios más seguros para la actividad social y dormir. Los homínidos usaban
estrategias de evitación como respuesta a la competencia con carnívoros.

Ha ganado creciente aceptación la idea de que lo homínidos plio-pleistocénicos, más que cazar y
carroñear, primordialmente carroñaban. Sin embargo, Rose y Marshall sostienen que la importancia
otorgada al carroñeo refleja presunciones insuficientemente examinadas sobre la incapacidad de los
primeros homínidos para defenderse frente a los grandes carnívoros o competir con ellos.

Es probable que haya existido algún tipo de carroñeo, lo que habría excluido el uso de bases
habitacionales. Sin embargo, un modo de existencia carroñera y una pauta de bases habitacionales en el
uso de la tierra son estrategias de comportamiento a las que se ha llegado a considerar como si fueran
mutua e insoslayablemente excluyentes. Es decir, algunos excluyen la idea de bases habitacionales por el
probable carroñeo, sosteniendo lo que dice Binford: el carroñeo proporcionaría insuficiente carne como
para permitir la compartición de alimentos [como también dice Shipman]. Esta dicotomía entre carroñeo
y bases habitacionales es la que rechazan Rose y Marshall, quienes sostienen que el riesgo de predación y
competencia con los carnívoros podría haber promovido comportamientos sociales cooperativos ya que la
respuesta más común ante el riesgo de predación es aumentar la cohesión grupal y la cooperación en la
defensa contra los predadores, y el transporte regular de recursos cárnicos a sitios específicos defendibles.

La competencia y la significación del consumo de carne → una de las hipótesis más importantes que
proponen las autoras es que más que abandonar los sitios debido a la posible amenaza de carnívoros
carroñeros, los homínidos habrían desarrollado la tendencia hacia la defensa cooperativa como otros
primates, protegiéndose activamente a sí mismos y a sus recursos.

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La discusión en torno del carroñeo activo vs. el carroñeo pasivo pareció coherente con las posiciones
que se oponían o favorecían la hipótesis de las bases habitacionales. Suponer que los homínidos
dependían solo de las oportunidades del carroñeo pasivo implica que tenían poca capacidad cooperativa:
la carne habría sido insuficiente para requerir almacenamiento o compartición. Además, la presunta
carencia de capacidad competitiva implica que los homínidos no habrían podido defenderse a sí mismos o
defender sus recursos contra los carnívoros. Por el contrario, ver a los homínidos como capaces de
enfrentarse exitosamente en un carroñeo activo o “confrontativo” implica que poseían considerable
capacidad competitiva.

El modelo de sociabilidad primate centrado sobre la defensa de los recursos remarca la competencia por
parcelas de recursos especialmente fijos, por ejemplo árboles productivos en frutos, pero puede ser
ampliado para incluir otros competidores. Los cuerpos animales ricos en carne, cazados o carroñados,
representan para los homínidos plio-pleistocénicos parcelas de recursos transportables de alta calidad que
necesitaban ser defendidos frente a competidores tales como otros grupos de homínidos o carnívoros. De
igual forma, hay que prestar atención a recursos clave tales como el agua, frutos y otros alimentos
vegetales, sombra de árboles, sitios para dormir, utensilios y materia prima para confeccionarlos.

Ingestión homínida de carne → Riesgo de predación → Competencia de carnívoros


→ Transporte homínido de porciones de carcazas de animales → Sitios focales:
defensa de los recursos → Compartición de comida.

3.b. Pleistoceno Final: Paleolítico Medio y Superior

➢ Agustí y Antón (2011) “La Gran migración. La evolución humana más allá de África” Selección de páginas

Cap 6: Los Neandertales

1ros restos encontrados → Neander, Alemania. En un principio, los restos del llamado “hombre de Neandertal”
aportaron poco al entonces desvaído (por no decir inexistente) árbol de la evolución humana.

Homo neanderthalensis

250 - 30 mil años AP


Europa, sudeste y centro de Asia
Hábitat variado, tanto condiciones glaciares como templadas
Dieta a base de carne, obtenida mediante técnicas de caza compleja, plantas, hongos, mariscos.
Principales rasgos anatómicos y comportamentales → los neandertales son nuestro pariente humano
extinto más cercano. Tenía un marcado torus supraorbital, frente baja, cráneo alargado y proyectado
hacia atrás, prognatismo medio facial, ausencia de mentón, dientes pequeños con espacio retromolar
(luego del tercer molar) y una cavidad nasal grande. Sus cuerpos eran más cortos y robustos que el

39
nuestro. Los machos tendrían un promedio de 1.64m de altura y 65kg y las hembras 1.55 de altura y
54kg. Tenían manejo controlado del fuego, vivieron en refugios, hicieron y usaron ropa. Es una rama
separada del árbol genealógico humano (especies separadas)
Los neandertales hicieron y usaron un conjunto diverso de herramientas sofisticadas denominadas
industria Musteriense o Modo 3. Sofisticadas herramientas de lascas que se separaron de un núcleo
de piedra preparada. Dichas lascas son las que eran utilizadas como herramientas individuales y
especializadas.
Capacidad craneal 1200 - 1700 cc

Algunas características, como la del prognatismo medio facial, ya se observaban en algunos individuos de H
heidelbergensis como los de la SdlH.

La revolución tecnológica del Modo III

Cazaban (presas grandes y pequeñas de ser necesario), recolectaban y carroñaban. Los neandertales estaban mucho
mejor equipados que sus antecesores del Pleistoceno Medio. Finales del Pleistoceno Medio → nueva revolución
tecnológica → aparición de útiles líticos más sofisticados y adaptados a una gran variedad de nuevas funciones →
Modo III o Musteriense → se asienta en el Modo II pero lo supera ampliamente → raederas, puntas, muescas y
denticulados. El aprovechamiento de las materias primas que sirven para fabricar estos útiles es también mucho
mayor. Las piezas se retocan repetidas veces a fin de sacar el máximo provecho de ellas → continuo morfológico.

La gran revolución tecnológica del Modo III es sin duda la llamada técnica Levallois. A diferencia de los métodos
de desbastado anteriores, es decir, percusión sobre un núcleo para extraer sucesivas lascas que luego se retocan
hasta convertirlas en el útil final, la técnica Levallois procede a preparar el útil final sobre el mismo núcleo, antes
de su extracción. En lugar de desbastar la pieza de una manera más o menos simétrica, como en el caso de los
bifaces, en el núcleo Levallois se preparan diferencialmente dos superficies paralelas. Una de ellas es la que
proporcionará el útil, normalmente una punta muy característica conocida como punta levallois. La otra superficie,
opuesta a la anterior, es la que recibirá el impacto que permitirá desgajar el útil previamente preparado. Un mismo
núcleo de tamaño más o menos grande podrá ir proporcionando sucesivas puntas, de manera que se consigue un
nuevo máximo en la optimización de los recursos líticos.

El lenguaje de los neandertales

Este grupo debió corresponder a un tipo de homínido muy avanzado, dotado de un alto nivel cultural, ciertamente
no muy alejado del nuestro. Existe una fuerte división de opiniones respecto de las habilidades intelectuales de los
neandertales. Para algunos (el entorno científico mediterráneo) los neandertales eran semejantes a nosotros en casi
todo. Para otros (el entorno anglosajón) los neandertales eran todavía formas muy arcaicas que carecían de
auténtico pensamiento simbólico y que todavía no habían desarrollado un lenguaje como el nuestro.

Lo que nos permite tener un lenguaje articulado es el descenso de la laringe que en los antropomorfos (y los bebés
sapiens) se encuentra en la base del cráneo (lo que al mismo tiempo les impide ahogarse o atragantarse con trozos
de comida), pero en los humanos anatómicamente modernos desciende para confluir con la faringe y permitir el
habla (aunque somos propensos ahogarnos con comida). En los neandertales las observaciones parecen indicar que
no se había dado todavía el descenso de la laringe, lo que hace suponer que no tenían una versatilidad en cuanto a
fonemas.

40
enterraban sus muertos por una cuestión ecológica
y que no quede ahí

¿Pensamiento simbólico entre los neandertales?

La SdlH retrotrae a otro aspecto controvertido respecto de las inhumaciones intencionadas en la evolución humana.
Para Lxs autores, enterrar un semejante puede considerarse como la primera manifestación de una mente simbólica,
en tanto implica una percepción más profunda de la significación de la muerte y una conexión diferente con
nuestros pares.

Se ha postulado por parte del equipo de investigación de Atapuerca que la primera evidencia de una inhumación
intencionada se encuentra en la SdlH → la acumulación de cadáveres en este yacimiento es inexplicable por causas
naturales y corresponde a una sima en la que los H heidelbergensis habrían abocado los restos de los compañeros
que morían durante las cacerías o por enfermedades. A esto se le agrega el bifaz en perfecto estado, sin uso, que se
encontró con los cuerpos.

Por lo que respecta a los neandertales, a mediados del siglo xx se dio por sentado que muchos de los hallazgos de
este tipo de homínidos estaban asociados a verdaderos enterramientos. A finales del siglo xx estas interpretaciones
fueron puestas en duda y sometidas a una severa revisión. Otra vez se da una división entre los investigadores
mediterráneos y anglosajones.

Enterramientos en el cercano oriente: Kebara, Israel; Shanidar, Irak; Teshik Tash, Uzbekistán.

Dicen lxs autores, si los neandertales constituyeron realmente una especie biológica distinta, habremos de admitir
que determinadas facetas del pensamiento simbólico han aparecido independientemente en dos linajes evolutivos
diferentes. Ello equivaldría a decir que en cierta medida el pensamiento simbólico es un producto necesario de la
evolución y que este se da de manera más o menos automática, una vez se han superado determinados niveles de
volumen cerebral.

Los neandertales y nosotros.

El ADN mitocondrial aportó a la teoría que considera a los neandertales y los sapiens como especies distintas (a
diferencia de la época donde se consideraba a los neandertales Homo Sapiens Neandertalensis y a los sapies Homo
Sapiens Sapiens). Sin embargo, el genoma humano y el neandertal comparten entre un 1 y un 4%. Hay un gen
relacionado a la pigmentación colorada que habría quedado en nuestro linaje. Muy posiblemente la hibridación se
habría dado en los primeros momentos en que Homo Sapiens salió de África. entre unos 60-40 mil años AP en el
cercano oriente.

Los últimos neandertales

Durante más de 10 mil años los humanos modernos y los neandertales convivieron en varios puntos de Europa sin
ninguna evidencia de exclusión. Sin embargo, gradualmente el territorio neandertal comenzó a menguar y las zonas
de estos quedaron cada vez más reducidas hacia el sur europeo. Uno de sus últimos refugios se registra en la
península Ibérica.

Cap 7: La gran evasión

África → 200 mil años AP → primeras evidencias de un nuevo tipo de humano.

Herto, Etiopía y Omo Kibish, Etiopía → 160 mil años AP.

41
El cráneo se vuelve alto y globuloso y muestra un contorno típicamente pentagonal, con la máxima anchura situada
muy arriba en la bóveda craneal. El volumen del cerebro crece hasta superar los 1.400g. La frente se alza
verticalmente y los arcos supraorbitarios tienden a disminuir su grosor hasta conformar unas órbitas bajas y
cuadrangulares. La dentición se reduce y en esta reducción arrastra a los maxilares de manera que la cara se hace
corta y plana y en la mandíbula se destaca el mentón.

En Europa las primeras evidencias culturales de colonización por parte de los humanos modernos datan de hace
más de 40 mil años AP, aunque los restos humanos de unos hace 35 mil años AP.

La presencia de Homo sapiens plenamente moderno en Asia puede retrocederse hasta hace unos 130 mil años AP,
yacimiento Linjang, China.

Los humanos modernos fueron protagonistas de una significativa innovación tecnológica, la talla laminar, que
permitió una optimización de los recursos líticos y la elaboración de útiles cada vez más sofisticados y eficaces.

Homo sapiens arcaico → África → Edad de Piedra Media → equivalente al Modo III europeo

Homo sapiens → característica fundamental → pensamiento simbólico → objetos que “no sirven para nada” →
Blombos, Sudáfrica 75 mil años AP. Estos objetos corresponderían con un proceso de estructuración social
(cohesión entre grupos de humanos que sobrepasan los cincuenta individuos)

➢ Tattersall (2012) “¿Quiénes eran los Neandertales?”

La primera especie extinta de nuestra familia que descubrimos y bautizamos allá por medidados del siglo
xix fueron los neandertales.

Cierto cráneo hallado en un yacimiento del norte de Francia conocido como Biache-Saint-Vaast
representa el fósil más antiguo atribuible de forma incontestable a esta especie. Es de hace no menos de
170 mil años y la fauna que apareció a su alrededor indica que vivió en unas condiciones climatológicas
de frío moderado.

Uno de los motivos por los que abunda el registro fósil europeo es la frecuencia extendida de caliza que
ofrecía a los homínidos cuevas y salientes que explotar en forma de abrigo. Los vestigios de ocupación
que dejaron en tales lugares debieron ser arrastrados por las aguas que los inundaron todo cada vez que se
derretían los hielos y sin embargo lo que queda posee la suficiente calidad para permitir inferir que el
Homo heidelbergensis existió también en Europa en los tiempos en que vivió el linaje de los neandertales.
Esto viene a reforzar la idea de que durante el Pleistoceno Medio se desarrolló en el subcontinente un
complejo certamen entre especies homínidas. De ser así, los neandertales, gente de cerebro más
voluminoso, hubieron de hacerse con la victoria, por cuento, llegado el tiempo de los fósiles de
Biache-Saint-Vaast, si no antes, se habían convertido en sus únicos ocupantes.

En los 200 mil años que duró su presencia, los neandertales se extendieron con profusión en Europa y
Asia occidental.

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Los yacimientos en que se hallan representados están esparcidos por una porción grande de espacio y se
dan en una gran variedad de altitudes, tipografías y latitudes. Esta distribución la presenta como una
especie dura y muy adaptable capaz de hacer frente a una serie de entornos diferentes (rompe con el mito
de la mera adaptación al frío).

Poseían una variabilidad fenotípica dentro de la especie. Sus huesos eran largos y gruesos con macizas
epífisis. Su torso era como un embudo que se ensanchaba hacia abajo hasta igualar la amplitud de su
pelvis. Por esto se piensa que tenían un andar distinto al nuestro, más rígido y con una rotación mayor de
la cadera a cada paso (balanceo). La robustez puede relacionarse a una gran demanda metabólica. El
período de desarrollo neandertal era más corto que el nuestro.

Los genes neandertales

La del Homo neanderthalensis se convirtió en 1997 en la primera especie extinta de homínido cuyo ADN
se secuenció.

La poca variabilidad genética hizo pensar a los investigadores que eran poblaciones reducidas.
Compartimos entre el 1 y el 4% del genoma → evidencia de hibridación (posiblemente temprana), aunque
no es significativa para Tattersall.

La dieta neandertal

El estudio de yacimientos de Italia occidental muestran una actividad de carroñeo → se habían


alimentado en una yacimiento de 120 mil años AP de animales muertos por causas naturales. En otro de
hace 50 mil años si se observaba evidencia de caza.

En períodos más fríos la carne constituía la fuente de energía fundamental → análisis de isótopos de
nitrógeno 15 y 14 → gran cantidad comparable incluso con algunos carnívoros. Sin embargo, los
alimentos vegetales también tuvieron un peso significativo en la dieta.

Cueva de Shanidar, Irak. Un espécimen con una antigüedad de 46 mil años AP. Este es el yacimiento en el
que apareció el esqueleto del varón con un brazo atrofiado que habría tenido así la mayor parte de su vida,
lo que lleva a pensar en un apoyo continuado de un grupo social.

Cueva de Spy, Bélgica. Habitada hace aproximadamente 36 mil años AP. Pese a estar separados en el
tiempo ambos yacimientos, espacio y representar entornos que van del clima mediterráneo a uno más
fresco, las dos nos refieren historias muy similares: en los dos lugares consumieron los neandertales una
variedad amplia de alimentos vegetales que refleja o dilatado de los recursos que había disponibles en el
entorno local.

Homo neanderthalensis era un omnívoro oportunista

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Estilo de vida neandertal

Un equipo de investigadores españoles que trabajaban en el yacimiento El Sidrón, de 50 mil años AP, ha
planteado una serie de propuestas basadas en vestigios tanto físicos como moleculares.

La cueva de El Sidrón es un laberinto largo y complejo de galerías excavado en la caliza por un antiguo
sistema fluvial subterráneo y posee una historia complicada. En el fondo de uno de los ramales quedó
depositado un conjunto extenso de huesos de neandertal al desplomarse sobre él el suelo de la superficie
exterior (o la galería de arriba). Un número ingente de piedras talladas se vio mezclado con huesos fósiles
y otros restos. El que haya sido posible unir muchos de los fragmentos de aquellas hasta completar cantos
enteros hace pensar que el lugar en que se produjo el derrumbamiento era donde se hacían utensilios. los
1800 fragmentos fósiles encontrados entre los cascajos representan restos fracturados de doce
neandertales: seis adultos, tres adolescentes, dos niños y un infante, muertos, al parecer, antes del
derrumbamiento, que debió debió de producirse poco tiempo después. Lo que más llama la atención es
que habían sido víctimas de una matanza, siendo así que muchos de los huesos muestran marcas de corte
y percusión que casan con prácticas de desollamiento y canibalismo.

Los indicios de despellejamiento no son poco habituales en los huesos de la especie y muchos científicos
han señalado que el acto de descarnar a los cadáveres no tiene por qué ser prueba de antropofagia [por
ejemplo esto dice Kate Wong al final de su texto]; pero lo cierto es que la idea de que los huesos de
homínidos de El Sidrón se quebraron con el fin de usarlos de alimento resulta muy convincente y cada
vez parece más probable que este hábito formara parte del repertorio de los neandertales.

Supuestamente, los homínidos de El Sidrón fueron víctimas de un canibalismo de supervivencia → signos


de estrés en el cuerpo.

Los ADN realizados a los cuerpos revelaron que los tres varones adultos correspondían al mismo linaje
materno, mientras que las mujeres no estaban emparentadas ni con ellos ni entre sí y los niños eran hijos
de una de las mujeres → evidencia que avala la hipótesis de una familia y de la exogamia.

Los espacios por donde se movían los neandertales eran acotados y había una gran defensa de los mismos
por lo que hay una teoría que dice que esta familia fue masacrada como represalia por invadir territorio
ajeno.

Tattersall comenta que los neandertales llevaban a cabo inhumaciones, razón por la cual llegaron hasta
estos días numerosa cantidad de restos. Sin embargo, a diferencia de Agustí et al, Tattersall no considera
la actividad de inhumación en sí misma como un proceso simbólico.

Neandertales y materiales

La aparición de raspadores y puntas con rastros de resina confirma que, a menudo, los dotaban de astiles
de madera o los usaban para hacer lanzas, afirmándolos a la posición deseada con cordones de cuero o
tendones. El herramental musteriense era obra de seres inteligentes y diestros.

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Poseían diferencias debido a la disponibilidad de recursos, no tanto a la variabilidad de formas per se.
Raras veces usaban otros materiales que no sean piedra o madera.

Para Tattersall, no hay nada en la producción tecnológica de los neandertales que permita atribuirles
pensamiento simbólico. Y en cuanto a la conducta la plantea como un continuum con el pasado, no le
atribuye ruptura alguna en las cuestiones comportamentales con respecto a sus predecesores.

➢ Carbonell (2005) “Homínidos: las primeras ocupaciones de los continentes”

Hay hipótesis de todo tipo con respecto a la desaparición de los Neandertales, pero son dos las
principales:
1. Las ecologistas, más deterministas, que achacan al cambio climático la desaparición de esta especie
de homínidos. Le atribuyen al cambio ecológico y a la falta de adaptación de esta especie a las
nuevas condiciones . Es decir, una inadaptación a zonas abiertas que fueron entonces ocupadas por
los humanos anatómicamente modernos, convirtiéndose en la especie dominante. [Cuadro1]
2. Las de tipo fisiológico, que se basan concretamente en la distinta capacidad reproductiva de los
neandertales respecto a los Homo sapiens procedentes de África. Según esta proposición, los
homínidos europeos (Neandertales), sufrían una gran caída reproductiva por cuestiones
etofisiológicas. [Cuadro2]
Una de estas hipótesis es la que habla de mayor estructuración y resistencia del aparato inmunológico que
poseía la especie Homo sapiens sobre los Neandertales. La superioridad inmunológica habría actuado
como factor determinante en el aumento demográfico de las nuevas poblaciones salidas del continente
africano, mientras que los sistemas inmunológicos más débiles de los europeos habría jugado en
inferioridad de condiciones. [Cuadro3]

De todas formas hay otras hipótesis, por ejemplo, que atribuyen al lenguaje articulado la desaparición de
los Neandertales, postulando que estos no tenían capacidad comunicativa a nivel de habla igual a la de los
humanos anatómicamente modernos. [Cuadro4] Según esta hipótesis, la capacidad de transmitir
información permitía que se establecieran redes de cooperación y de estructuración entre grupos. Dicha
propiedad, inexistente en los Neandertales, habría sido determinante para que la selección natural actuara
en contra de los que no disponían de lenguaje articulado.

Otra de las hipótesis es la que plantea la superioridad cultural y técnica de los Homo sapiens respecto de
los Neandertales. Esta plantea que la organización y el desarrollo técnico de los emigrantes del continente
africano era muy superior a la que poseían los homínidos residentes de Europa. [Cuadro5] Esta última
hipótesis es refutada por el autor ya que asegura que sus investigaciones muestran todo lo contrario e
indican una compleja organización del espacio en torno a hogares y la posible construcción de estructuras
de protección que no tienen nada que envidiar a la de los pobladores del Paleolítico Superior.

De todas formas, aún no existen evidencias directas de cómo fue la desaparición de los Neandertales. Pero
el autor opina que fue consecuencia de una combinación de factores donde el inmunológico podría ser el
determinante en última instancia. En cambio, si ha sido contrastada empíricamente la cronología del
fenómeno → El Neandertal resiste la extinción de las penínsulas europeas, sobretodo en Italia y España, y

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en los bordes de lo que antes habría sido su territorio social, es decir, toda Europa y el Próximo Oriente
hasta Asia central. Mientras el Homo sapiens ya ocupaba grandes extensiones del territorio europeo, los
Neandertales perdieron la hegemonía en el oeste del continente euroasiático para desaparecer
definitivamente de forma misteriosa.

La llegada del Homo sapiens → En general se considera que la aparición de lo shumanos anatómicamente
modernos en Europa coincide con el tiempo y está relacionada con la emergencia de los nuevos patrones
culturales que definen al Paleolítico Superior. La identificación arqueológica del Auriñaciense tiende a
considerarse como un reflejo directo de la llegada del Homo sapiens a Europa, la cual podría datarse en
torno a los 40 mil años AP.

El Homo sapiens en Europa → La aparición de estas nuevas poblaciones, dotadas de un equipamiento


cultural que les proporcionaría una mayor capacidad adaptativa, provocaría el desplazamiento de las
poblaciones neandertales o fenómenos de aculturación que estarían en el origen de los complejos de
transición como el Chatelperroniense.

Buena parte de los ámbitos conductuales accesibles a través del registro arqueológico muestran cambios
significativos con la emergencia del Paleolítico Superior. Estos argumentos se fundamentan en la
“explosión simbólica”.

Caracterizaría al Paleolítico Superior ya desde sus primeras manifestaciones y que se expresaría en


aspectos como las primeras manifestaciones artísticas la aparición de elementos de adorno personal, las
prácticas funerarias o las pautas de variabilidad temporal y espacial de los artefactos líticos y óseos. Lo
cierto es que, dejando de lado la implicaciones cognitivas entre Neandertales y Homo sapiens, dichas
manifestaciones dan como resultado una dicotomía evidente entre los registros arqueológicos de ambos
períodos (Medio y Superior). Estos artefactos líticos y óseos proporcionaron los primeros argumentos
para diferenciar desde el siglo xix, el Paleolítico Medio del Superior. Por otra aprte, algunos de los
artefactos característicos del Paleolítico Superior aparecen en proporciones variables en yacimientos del
Paleolítico Medio, aunque isn el grado de estandarización que mostraría posteriormente. Las
características técnicas de los artefactos muestran claros patrones de cambio temporal que han permitido
definir secuencias culturales de alcance continental. Paralelamente, la distribución geográficamente
discreta de algunos artefactos o asociaciones de artefactos se traduce a la existencia de facies regionales
mejor divididas, esta tendencia a la regionalización se incrementa a lo largo de la secuencia del
Paleolítico Superior.

Se trata en general de artefactos trabajados mediante las mismas técnicas de percusión utilizadas en la
talla de la piedra. La proliferación de puntas de proyectil, tanto en materias duras de animales como en
piedra, muestran la importancia de las armas en el Paleolítico final, a diferencia del Medio, en la cual está
muy discutido la existencia de las mismas.

Los elementos perforados, interpretados como objetos de adorno personal, constituyen otra de las
novedades documentadas en los inicios del Paleolítico Superior. Estos objetos se realizaron a partir de una
amplia gana de materiales: huesos, dientes, conchas y rocas. Algunos muestran incluso un transporte
desde largas distancias. Los elementos de adorno personal, dada su capacidad para expresar la

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individualidad y el estatus, serían uno de los ejemplos más claros de la utilización de la cultura material
como medio para transmitir información, uno de los aspectos fundamentales de la “explosión simbólica”
que caracteriza al Paleolítico Superior. Estos elementos de adorno personal aparecen con frecuencia en
contextos funerarios, el cual aumentó en complejidad en el Paleolítico Superior. La riqueza del ajuar
funerario constituye una buena muestra de este comportamiento y sugiere la posibilidad de que se tratase
de individuos que tendrían una posición especial dentro del grupo y esto muestra los procesos de
diferenciación social.

Una de las expresiones más espectaculares del nuevo repertorio es la presentada por las manifestaciones
artísticas, tanto parietales como mobiliares. Estos cambios en la cultura material podrían estar reflejando
transformaciones de carácter más general que afectarían a la estructura social de los grupos. Algunos
datos sugieren que a partir de ese momento se produce una ocupación más intensiva en cuevas. Esta
cultura material habría favorecido la aparición de redes sociales más amplias, necesarias para la
ocupación efectiva del ambiente de alto riesgo, en el marco de las condiciones rigurosas predominantes
durante el último tercio del Pleistoceno Superior. La amplia dispersión geográfica de algunos motivos
iconográficos serían un testimonio del alcance de estas redes de transmisión de información. Estos
fenómenos de orientación espacial y temporal reflejan los avatares del poblamiento humano del
continente, cuyas transformaciones pueden relacionarse con las cambiantes condiciones ambientales
características del período comprendido entre los 40 mil y os 10 mil años AP definida por una tendencia a
la instalación de condiciones rigurosas que culminara con el Máximo Glacial hace 18 mil años AP.

La secuencia del Paleolítico Superior se inicia con el Auriñaciense, cuya aparición se ha detectado en
diferentes áreas del continente entre los 40 mil y los 30 mil años AP, a juzgar por las dataciones aportadas
por los yacimientos de la Península Ibérica. Esta aparición está relacionada con la instalación de las
condiciones climáticas relativamente benignas que pudieron favorecer los desplazamientos de
poblaciones al provocar un retroceso de las masas glaciares. Este auriñaciense inicial se caracteriza por
las estrategias de producción de laminitas, que son configuradas mediante retoques marginales. Se
observa una tendencia a la variabilidad regional que ha permitido distinguir tres faciles: las del
Mediterraneo Occidental, la de Europa central y la balcánica. El auriñaciense antiguo (34-31.5 mil años
AP) se caracteriza por la importancia de la talla laminar, al tiempo que la producción de laminitas
desciende sensiblemente. Las láminas retocadas, los raspadores y los útiles del sustrato son mayoritarios.
Pero será más tarde, con el auriñaciense reciente (31.5-30 mil años AP) cuando este tecnocomplejo
alcanzará su máxima expresión.

En cuanto a la forma de expresión simbólica, la mayoría de las manifestaciones artísticas asociadas al


auriñaciense manifiestan la adquisición plena de las convenciones expresivas que definirían el desarrollo
del arte paleolítico. Los motivos dominantes difieren de los posteriores y las representaciones de
carnívoros y de grandes herbívoros son más frecuentes. Los primeros conjuntos gravetienses se
documentan en Europa en torno a los 28 mil años AP. Su principal carácter distintivo es la importancia
que adquieren los artefactos fabricados mediante retoque abrupto.

Todo parece indicar que el Máximo Glacial tuvo importantes repercusiones en el continente europeo, las
cuales tendieron a concentrarse hacia el sur, quedando prácticamente despobladas amplias zonas de
Europa septentrional y central. En este contexto hay que situar la aparición del Solutrense, cuya

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emergencia viene precedida por una serie de conjuntos caracterizados por una cierta crisis de las
tecnología laminares y de los artefactos característicos. Dicha tecnología consiste esencialmente en su
utilización del retoque plano para la configuración de instrumentos, lo que da lugar a una serie de
artefactos definitorios de este momento. En conjunto, las industrias solutrenses se documentan entre los
21.5 y los 18.5 mil años AP, aunque en algunas zonas se ha sugerido una perduración mayor.

Los conjuntos posteriores al Solutrense reflejan un fenómeno similar al de las fases inmediatas anteriores,
con unos índices bajos de talla laminar y porcentajes importantes de los denominados artefactos del
sustrato.

Transformaciones económicas y sociales de los últimos cazadores recolectores → Algunos datos sugieren
que el Paleolítico Superior contempló una serie de transformaciones significativas en el ámbito de las
relaciones sociales. Dichas transformaciones estarían en el origen de los elementos de la cultura material.
Las capacidades cognitivas y comunicativas de los humanos del Paleolítico Superior serían las mismas
que las de los actuales. Tres aspectos de la organización social:
1. La estructuración de las bandas
2. La existencia de las redes sociales de amplio alcance territorial
3. Los fenómenos de desigualdad dentro de los grupos

Uno de los cambios sociales significativos que se han sugerido para el Paleolítico Superior es el
reforzamiento de las estructuras de agregación social. El establecimiento de redes sociales lo más amplias
posibles ha sido considerado como una forma de reducir el riesgo subsistencial. Esto significaría reforzar
las entidades sociales de rango superior a la banda. Los mecanismos simbólicos se reflejan en el terreno
de la cultura material mediante la aparición de códigos compartidos a lo largo de amplios territorios, uno
de los ejemplos más importantes son las “venus”, las cuales se documentan durante el Gravetiense por
todo el continente, desde Rusia hasta los Pirineos. La unidad de estilo sería un reflejo de estas redes
sociales mantenidas mediante la utilización de los mismos códigos simbólicos.

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➢ Haidle (2012) “Desarrollo cognitivo. El Homo Sapiens. Polifacético, flexible e ingenioso”

El hombre también es un ser social. Nuestras comunidades abarcan desde estructuras de convivencia
duraderas, como la familia, hasta redes laxas que incluyen millones de miembros. En estos grupos
intercambiamos sin cesar información, de forma directa o indirecta. El ser humano se caracteriza, ante
todo, por usar herramientas. La enorme flexibilidad que caracteriza a nuestra especie se debe, ante todo, a
tres factores:
1) Una constitución física que nos capacita para llevar a cabo actividades de toda clase → factor físico.
2) Un elevado grado de desarrollo de las capacidades cognitivas → factor cognitivo.
3) Una notoria necesidad de crear cultura → factor cultural.

El género Homo existe desde hace dos millones de años aprox. Al igual que sus antepasados, los
australopitecinos, caminaban erectos. Las poderosas mandíbulas de sus ancestros se habían reducido, lo
que confería un aspecto menos amenazador. Su constitución corporal se adecuaba más a la resistencia que
a la fuerza física. Y sus manos, en unos brazos cada vez más cortos, contaban con un pulgar que permitía
un mecanismo de agarre fuerte y preciso. Poco a poco, el cerebro aumentó de tamaño; esta transformación
requirió incrementar de manera notable el consumo de energía. Al mismo tiempo, se redujo la longitud
del aparato digestivo, se hicieron cada vez más dependientes de una dieta que debía ser tan energética
como de fácil digestión. De esta forma, se podría pensar que los primeros representantes del género Homo
no gozaban de las condiciones más prometedoras para garantizar el éxito en la árida sabana africana.

Las características tan especiales del desarrollo cultural y la flexibilidad del género Homo se hacen
patentes en su manera de manipular herramientas. El empleo de herramientas no es exclusivo del hombre,
si un chimpancé desea comer una nuez busca una piedra para sacar el fruto. Pero, sin embargo, hay otra
facultad fundamental que hasta ahora no ha sido documentada en ningún otro animal: el uso secundario
de herramientas. Podemos decir que la historia cultural del hombre empezó con un modo revolucionario
de solucionar problemas → nuestros ancestros eran capaces de obtener, a partir de una matriz de piedra,
cantos afilados con los que desmembrar presas. Los ejemplos más antiguos se remontan a África hace 2.6
m años AP y constituyen la primera prueba del uso de una herramienta para manufacturar otra.

Hace dos millones de años, nuestros antepasados comenzaron a invertir más tiempo en la fabricación de
herramientas. No solo recolectaban el material en el lugar donde pretendían utilizarlo, sino también en
zonas situadas a kilómetros de distancia.

Hace 1.9 m de años AP, nuestros antepasados abandonaron África y se adentraron en zonas más frías,
hasta llegar al este de Asia. Aún no utilizaban fuego, pero probablemente observaban con tranquilidad
pequeños incendios y quizá fue en estas circunstancias cuando se aficionaron a la carne a la brasa, tras
alimentarse de animales muertos a causa del fuego. Pero habría de transcurrir largo tiempo alte de que los
seres humano lograsen manejarlo, se sitúa este hito hace 800 mil años AP.

Puede que hoy parezca natural hasta nuestra capacidad de transmitir de generación en generación nuestros
logros técnicos e intelectuales, pero para llegar hasta aquí nuestros antepasados tuvieron que aprender a
percibir al prójimo como individuos capaces de actuar de manera consciente, así como saber ver en las
técnicas del trabajo un principio independiente, más allá de sus aplicaciones concretas. Una piedra no solo

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servía para cascar nueces u obtener utensilios cortantes, también podía utilizarse a modo de martillo. Así
se construyeron aparatos concretos, como útiles o armas que se montaban a partir de piezas diferentes.
Los primeros en utilizar esta técnica fueron los Neandertales, hace 200 mil años AP, con brea de abedul
aprendieron a afianzar puntas de piedra en lanzas de madera.

A medida que nuestros antepasados iban descubriendo nuevas aplicaciones para sus herramientas, nació
en ellos la sensibilidad estética. Puede que todavía no se tratase de arte, pero de todas formas aumentó con
rapidez la preferencia de utensilios de piedra simétricos, de mayor tamaño, o de colores llamativos. Ello
condujo a nuevas formas de expresión artística, desde la decoración de herramientas y la confección de
adornos personales a la creación de mundos abstractos por medio de pinturas y símbolos. Aunque el arte
paleolítico no pareciese desempeñar ninguna función, constituía un nuevo medio para la transmisión de
tradiciones y mitos, así como indicaciones de estatus social que complementaban el lenguaje hablado.
Esto y diferentes estudios realizados en el tema llevó a suponer que los humanos de hace 600 a 400 mil
años AP ya podían emitir sonidos similares a palabras y posiblemente también escucharlas.

La sobresaliente capacidad de intercambiar información, ya fuese por medio de palabras o de


imágenes, permitió continuar acumulando conocimiento.

Gracias a su continuación anatómica y a la flexibilidad que ésta proporcionaba, Homo sapiens amplió las
posibilidades de sus manifestaciones culturales hasta una dimensión inesperada.

➢ Wong (2005) “Aparición de la mente moderna”

El origen del Homo sapiens, el humano anatómicamente moderno, suele considerarse un evento exclusivo
de África. En 2003 se descubrieron en Herto (Etiopía) unos fósiles que demostraron que H sapiens
apareció hace unos 160 mil años AP. Hace poco tiempo se descubrió otro yacimiento que sitúa la
aparición de nuestra especie hace 195 mil años AP.

Sin embargo, la datación del origen de la mente moderna entraña mayor dificultad. Los expertos han
sostenido que la humanidad sufrió una revolución comportamental hace alrededor de 40 mil años AP.
Basaban esta hipótesis en la abundancia de restos culturales dejados por los antiguos pobladores del
continente europeo. En Europa, el registro arqueológico se divide en dos períodos:
● Paleolítico Medio (40 mil años AP de antigüedad)
● Paleolítico Superior (desde los 40 mil años AP de antigüedad en adelante)
Los humanos del paleolítico medio seguían empleando los mismos tipos de útiles líticos, simples, que
venían produciendo desde hacía decenas de miles de años. Los del paleolítico superior, en cambio,
comenzaron a desarrollar toda una variedad de prácticas avanzadas → salto enorme de desarrollo de
herramientas y demás cosas del Paleolítico Medio al Superior.

Los humanos que vivían desde el Valle del Ródamo hasta Rusia empezaron a fabricar armas más
refinadas, a tejer redes de intercambio a larga distancia, a expresarse a través del arte y de la música, y a
desarrollar un conjunto de actividades que los arqueólogos asocian con la modernidad.

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El tesoro arqueológico de Blombos

Los hallazgos de Blombos han venido a arrojar nueva luz sobre esta vieja polémica respecto de dónde y
cuándo surgió el pensamiento simbólico del humano anatómicamente moderno. Blombos se encuentra en
Sudáfrica y abunda en útiles de la Edad de Piedra Media africana. 75 mil años AP → 40 útiles de hueso
(punzones y puntas bifaciales); peces de aguas profundas; hueso con incisiones; nueve plaquetas de ocre
grabadas y docenas de pequeñas cuentas (conchas marinas perforadas y que posiblemente estén
atravesadas con un cordón). Gran cantidad de ocre procesado → 130 mil años AP.

Mentalidad simbólica

Para Wong el hecho de que los neandertales enterraran a sus muertos representa una especie de
simbolismo, incluso poniendo en duda la cuestión del canibalismo ya que comenta que los neandertales
podían tener la costumbre ritual de limpiar los huesos de sus muertos antes de las inhumaciones

Quizás la capacidad de pensar de forma simbólica se desarrollara independientemente en los neandertales


y en los humanos anatómicamente modernos. Es posible también que surgiera en su antepasado común
antes de que ambos grupos se separasen en dos líneas evolutivas distintas. En opinión de Henshilwood [el
de los hallazgos de Blombos], el origen del pensamiento simbólico se encuentra en la Edad de Piedra
Media.

➢ Fernández (2011) “El inicio del comportamiento moderno y el arte paleolítico europeo”

A la aparición de nuestra especie se asocia una serie de conductas que han agrupado bajo el nombre de
comportamiento humano moderno que se caracteriza por los siguientes rasgos:
➔ ocupación de nuevos ambientes
➔ capacidad de respuesta a los cambios ambientales y asentamientos en campamentos organizados
➔ explotación de recursos marinos y fluviales
➔ entierros (inhumaciones intencionales de los muertos)
➔ utilización de pigmentos y de objetos de adorno personal
➔ aparición de las primeras manifestaciones artísticas.

El simbolismo es la forma de exteriorizar un pensamiento a través de un signo o medio de expresión. Un


paso fundamental en la evolución de las capacidades humanas la constituye la facultad de almacenar
conceptos a través de símbolos materiales.

Las primeras evidencias de comportamiento simbólico están representadas por el hallazgo de ciertos
pequeños caracoles marinos que habrían sido perforados para luego ser utilizados como adornos.
Provienen de dos sitios: Skhul (Israel) y Oued Djebbana (norte de África) que poseen 100 mil y 90 mil
años AP de antigüedad respectivamente. Ambos sitios se encuentran alejados de la costa, lo que indicaría
que hubo selección y transporte deliberado de los mismos por parte de los grupos humanos.

La Cueva Blombos proporcionó restos de 41 caracoles perforados, un poco más cercanos en el tiempo:
75 mil años AP. Pero pertenecen a la misma especie de los caracoles hallados en Israel y en el norte de

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África. Además, cerca de 8500 restos de ocre que probablemente sirvieron a fines estéticos o rituales, se
dataron en 140 mil años AP. Algunos de ellos fueron formatizados a modo de lápiz o crayón, sea para
aplicar directamente sobre el cuerpo o sobre la ropa. Finalmente, se halló una pequeña porción de hueso
con incisiones intencionales que comparte técnica y diseño con los fragmentos de ocre.

El arte mobiliar se encuentra distribuido por todo el continente europeo y comprende gran variedad de
objetos.

1. Útiles y armas
● Arpones, punzones, agujas y cinceles. Se perdían o rompían fácilmente con el uso, debían por esto
tener una decoración muy sencilla.
● Bastones perforados, propulsores y espátulas. Poseerían decoraciones más elaboradas ya que son
objetos con mayor vida útil, más duraderos
2. Objetos para colgar: con perforaciones o muescas que pueden ser utilizados como colgantes o
cosidos a la ropa, decorados, caracoles.
3. Objetos religiosos: son los más elaborados y son recuperados con frecuencia de contextos
especiales tales como enterratorios. Se agrupan aquí esculturas, plaquetas, cantos decorados y
huesos grabados. Entre los más conocidos se encuentran las venus, cuyo registro comienza a partir
del Auriñaciense. Se trata de figuras realizadas en piedra, arcilla o marfil, generalmente sin fasgos
faciales y con atributos femeninos destacados y caderas prominentes.

El arte parietal se encuentra, a diferencia del mobiliar, mayormente en el sudoeste de Europa → centro y
sur de Francia (Periford, Quercy, Pirineos y Valle de Ardeche) y la Península Ibérica, el resto de las
cuevas con este tipo de arte se encuentran en diversos sitios, por ejemplo, en España se agrupan hacia el
norte (Asturias, País Vasco) y en menor medida en la región del arco mediterraneo. También se
registraron algunas ocurrencias en Italia, así como en el suroeste de Alemania, Yugoslavia, Rumania y
Rusia.

Esta distribución del arte está condicionada por la disponibilidad de un soporte adecuado. A ello se debe
sumar el hecho de que no todas las manifestaciones de este arte han sobrevivido al paso del tiempo.

La aparición de espacios rituales puede ser vista como una forma de afianzar los derechos de un grupo
sobre sus tierras. Paralelamente, el aumento demográfico puede haber puesto en rigor la subsistencia, de
modo que fuese necesario acceder a recursos de otras áreas.

Una primera aproximación a la edad del arte parietal consiste en la posibilidad de establecer asociaciones
con otras evidencias de actividad humana, la cronología de los sedimentos puede dar una aproximación
acerca de la edad de las representaciones parietales. Otro criterio utilizado es el estilístico que se basa en
el establecimiento de semejanzas entre las manifestaciones diversas, por ejemplo, las representaciones
parietales y los diseños del arte mobiliar.

❖ El período primitivo: presenta imágenes abstractas de cabezas o cuartos delanteros de animales,


mezclado con motivos generales.

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❖ El período arcaico: refleja un perfeccionamiento de la técnica y de la calidad de la ejecución. Los
cuerpos siguen siendo grandes en relación con las cabezas y las extremidades.
❖ El período clásico: refleja un realismo de formas muy avanzadas y las cavernas decoradas alcanzan
su máxima extensión geográfica.
❖ El período tardío: las cavernas dejan de ser decoradas y el arte se hace esencialmente mobiliar.

Estos modelos suponen que el arte sigue un desarrollo único y uniforme para períodos de miles de años y
que existe una tendencia que parte de las representaciones más sencillas a las más elaboradas.
Actualmente un número de factores pusieron a prueba estos esquemas:
● La posibilidad de aplicar métodos de datación absoluta sobre las pinturas mismas permitió ubicarlas
con precisión en su marco cultural y temporal.
● La intensificación de las investigaciones en el norte de España contribuyó a mostrar la diversidad
del arte paleolítico y las dificultades que presentan los intentos de clasificación.

Características del arte paleolítico → se ha dicho que este tipo de arte es animalista. Herbívoros como
bisontes, ciervos, mamuts son los más abundantes. No faltan los carnívoros como el león o los osos.
Algunos son poco frecuentes como peces y pájaros. Mientras que otros son muy raros, como pingüinos,
búhos y hienas.

Las representaciones pueden ser completas o parciales, las cabezas de ciervos de Lascaux tuvieron
diferentes interpretaciones.

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Las representaciones humanas completas son escasas y esquemáticas, si las comparamos con la
abundancia y el realismo con que se trazaron los animales. Por ejemplo, “el hombre asesinado” de
Cosquer.

Pero más abundantes son las representaciones del cuerpo humano, como manos o vulvas. Todos estos
motivos se asocian con signos geométricos.

Si bien no hay escenas de tipo narrativo, si existen composiciones de motivos interrelacionados en las que
se puede percibir cierta unidad. Y no se encuentran representados paisajes.

Otra peculiaridad del arte constituye su ubicación → las cavernas profundas que exigen uso de luz
artificial. “arte de luz” y “arte de tinieblas” son dos tendencias que coexisten durante el prolongado
período de su desarrollo. Muchos de los abrigos con arte presentan evidencia de haber sido habitados, la
gente ocupaba esos espacios y desarrollaba en ellos sus tareas cotidianas en contacto directo con las
representaciones artísticas. Por el contrario, las cuevas profundas y poco iluminadas no eran habitadas.
Esta situación refleja dos formas distintas de concebir el arte: en el primer caso formaba parte de la vida
diaria, podía ser borrado, dañado, destruido o sepultado; en el segundo, era respetado y conservado. A
pesar de esta diversidad funcional, los temas representados fueron los mismos. Pero las técnicas técnicas
y estilos son muy variados → las figuras pueden estar terminadas o no, representar los más mínimos
detalles o ser apenas unos trazos que esquematizan sus contornos, ser estáticas o dinámicas, aprovechar la
topografía de la roca para dar un relieve o ignorarla completamente.

Entre las técnicas más utilizadas se encuentran la pintura y el grabado. Menos frecuente son las
esculturas, el picado, el modelado sobre arcilla. Además, se utilizaron métodos de iluminación artificial y
de andamiaje para llegar a zonas inaccesibles. Para la producción de pinturas se utilizaba ocre, los negros
se obtenían de óxido de manganeso o de carbón.

Algunas interpretaciones sobre el arte parietal → existe acuerdo entre los especialistas en cuanto a
entender el arte, de modo general, como un medio de comunicación. Es complicado establecer cuáles son
los mensajes que se intentan transmitir, hacia quiénes fueron dirigidos y cómo variaron a lo largo del
tiempo y del espacio. A comienzos del siglo xix se ha presentado la hipótesis del arte por el arte mismo,
es decir, interpretado como una manifestación puramente estética. En cambio, en los últimos años se ha
propuesto su posible relación con las religiones chamánicas. En conclusión, hay tres interpretaciones:
● Comunicación de algún mensaje (el arte como medio de comunicación)
● El arte por el arte mismo
● El arte en relación a las religiones chamánicas.

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