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Iglesia Ortodoxa Rusa

 

 HOROLOGION 
OFICIO DE LAS HORAS

Patriarcado de Moscú

 

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TABLA DE CONTENIDO

Vísperas Menores Pág. 3


Vísperas Mayores Pág. 18
Oficio de Litya o Artoclasia Pág. 34
Oraciones Secretas de Vísperas Pág. 40
Los ocho tonos Pág. 43
Troparios y Contaquios Para los Días de la Semana Pág. 80
El Salterio Pág. 84
Laudes Tiempo Ordinario Pág. 86
Oraciones Secretas de Laudes Pág. 124
Laudes Dominical y Festivo Pág. 129
Evangelios Matutinos de la Resurrección Pág. 161
Completas Menores Pág. 170
Las Grandes Completas Pág. 181
Hora Prima Pág. 209
Hora Tercia Pág. 218
Hora Sexta Pág. 228
Hora Nona Pág. 238
Oficio de Media Noche Diario Pág. 248
Oficio de Media Noche del Sábado Pág. 265
Oficio de Media Noche Dominical Pág. 281
Proquímenon del Octótono Pág. 289
Odas para todos los días Pág. 292
Oficio de Cuaresma Pág. 305
Despedidas Especiales Pág. 310
Fiesta de Pentecostés Pág. 313
Maitines de Pentecostés Pág. 318
Oficio de Typica (Obednitza) Pág. 335
Oficio de Maitines durante el tiempo de Cuaresma Pág. 353
Cuadros comparativos de los Oficios Pág. 375
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VISPERAS MENORES

 
Celebradas entre semana, de domingo a viernes

Es un oficio parecido al de las Vísperas Mayores. Se diferencian en que es más simple,


el Sacerdote oficia solo, o puede celebrar con Diácono, y se pone únicamente el
epitrakilio. La Puerta Real permanece cerrada. La primera mitad del oficio es
prácticamente lo mismo, pero después del Proquímenon, se cambia el orden de las
Letanías.
El Sacerdote estará vestido con razo y calimafio; Dentro del santuario, hace tres
metanías delante del Altar, después de las cuales besa el Evangeliario. Habiéndose
vestido con el epitrakilio, sale y parado frente al iconostasio comienza el oficio
exclamando:
Sacerdote: Bendito  sea nuestro Dios, eternamente, ahora y siempre,
y por los siglos de los siglos.
Lector: Amén.
La Hora Nona es normalmente leída antes de comenzar Vísperas. Si es leída, o en
tiempo pascual, no es necesario leer el Trisagio (es reemplazado por la recitación por
tres veces de: “Cristo ha resucitado de entre los muertos, con su muerte Él ha vencido la
muerte, y a aquellos que estaban en la tumba Él les ha dado la vida”); de la fiesta de la
Ascensión del Señor hasta la víspera de Pentecostés se comienza directamente con:
“Vengan adoremos y postrémonos ente nuestro Rey y Dios…,” de lo contrario hay que
decirlo:

Lector: Gloria a Ti, Dios nuestro, gloria a Ti. Rey Celestial, Consolador,
Espíritu de Verdad, que estás en todo lugar y que todo lo llenas, Tesoro
de bienes y Dador de la vida, ven y habita en nosotros, purifícanos de
toda mancha, y salva, Tú que eres bueno, nuestras almas
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*Santo  Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, Ten piedad de
nosotros. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visítanos y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro...
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre,  Hijo
y del Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Kyrie eléison. (Doce veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante nuestro Rey y Dios.
(Metanía profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante Cristo, nuestro Rey y Dios.
(Metanía profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante el mismo Cristo, Él es
nuestro Rey y nuestro Dios. (Metanía profunda)

 Salmo 103  (leído)


El principal de la asamblea o el Lector
Bendice, alma mía, al Señor. Señor, Dios mío, te has ensalzado
sobremanera. Te has vestido de gloria y magnificencia; te arropa la luz
como un manto. Él, que extiende el cielo como una piel; Él, que sobre las
aguas levanta sus altas moradas. Él, que pone nubes para su ascensión;
Él, que camina sobre las alas del viento. Él, que hace a sus ángeles
espíritus, y a sus ministros llamas de fuego. Él, que fundó la tierra sobre
sus bases; no vacilará por los siglos de los siglos. Océanos abismales
como manto la cubren; sobre los montes se establecen las aguas. Con tu
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reprensión huirán; a la voz de tu trueno se atemorizarán. Suben los
montes y descienden los valles, al lugar donde las fundaste. Les pusiste
límite, el cual no traspasarán, ni volverán a cubrir a la tierra. Él, que hace
salir manantiales en precipicios; en medio de las montañas fluirán las
aguas. Abrevan a todas las bestias del campo; reciben a los onagros para
que calmen su sed. Junto a ellas habitarán las aves del cielo; en medio de
las piedras cantarán. Riegas los montes desde tus altas moradas; del
fruto de tus obras se saciará la tierra. Él, que levanta el heno para los
ganados, y verduras al servicio del hombre. Para obtener pan de la tierra;
el vino alegra el corazón del hombre. El aceite hace lucir su rostro, y el
pan sustenta su corazón. Se sacian los árboles del llano, los cedros del
Líbano que Tú plantaste. Allí anidarán las aves; soberano a ellos, el nido
de la cigüeña. Los montes altos para los ciervos; las piedras, madrigueras
para conejos. Hizo la luna para marcar los tiempos; el sol conoció su
ocaso. Puso las tinieblas, y se hizo de noche; en ella rondan todas las
fieras de la selva. Los leoncillos rugen para raptar y para clamarle a Dios
por su alimento. Al levantarse el sol se reúnen, a echarse en sus guaridas.
Sale el hombre a sus cultivos, y a su labor hasta el atardecer. ¡Cuánto se
han engrandecido tus obras, Señor! Todo lo has creado con sabiduría. Se
llenó la tierra de tus criaturas. He aquí el mar, el grande y dilatado; en él
habitan reptiles sin número, animales pequeños y grandes. Allí surcan
navíos; el Leviatán que creaste para que jugase en él. Todos ellos esperan
de Ti que les des su alimento a buen tiempo. Al darles, lo recogen. Al
abrir tu mano, integras las cosas se hartan de bondad. Cuando retiras tu
rostro, se turban. Les retiras su aliento y expiran; al polvo que son
retornan. Envías tu aliento, y son creados; y renuevas la faz de la tierra.
Sea la gloria del Señor por los siglos; se alegra el Señor en sus obras. Él,
que mira a la tierra y la hace temblar; Él, que toca los montes y humean.
Al Señor cantaré en mi vida; salmodiaré a mi Dios mientras exista. Que
le sea dulce mi poema; mas yo, me alegraré en el Señor. Que
desaparezcan los pecadores de la tierra y los inicuos, para que no
existan. Bendice, alma mía, al Señor.
Y repite: El sol conoció su ocaso. Puso las tinieblas, y se hizo de noche.
¡Cuánto se han engrandecido tus obras, Señor! Todo lo has creado con
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sabiduría. Gloria al  Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y
siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya. Aleluya. Aleluya. Gloria a Ti, oh Dios. (Tres veces)
Señor, esperanza nuestra, gloria a Ti.
Mientras se lee el Salmo 103, el Sacerdote sale del sale del santuario por la puerta norte,
y ante la puerta real, lee en secreto las 7 oraciones de vísperas (pág. 40). Al finalizar las
oraciones secretas el sacerdote entra nuevamente al santuario por la puerta sur para el
inicio de la letanía de la paz.

LETANÍA DE LA PAZ
Sacerdote: En paz, roguemos al Señor.
Coro: Kyrie eléison. (Se repite a cada petición)
Sacerdote: Por la paz que viene de lo Alto y por la salvación de
nuestras almas, roguemos al Señor.
Sacerdote: Por la paz del mundo entero, la estabilidad de las Santas
Iglesias de Dios, y por la unión de todos, roguemos al
Señor.
Sacerdote: Por esta santa casa y por todos los que en ella entran con fe,
respeto y temor de Dios, roguemos al Señor.
Sacerdote: Por nuestro patriarca N., por nuestro obispo N., por el
honorable presbiterado y el diaconado en Cristo; por todo
el clero y el pueblo, roguemos al Señor.
Sacerdote: Por este país y por quienes nos gobiernan, roguemos al
Señor.
Sacerdote: Por esta ciudad, por toda ciudad y país, y por los fieles que
en ellos habitan, roguemos al Señor.
Sacerdote: Por un clima propicio, por la abundancia de los frutos de la
tierra, y por tiempos de paz, roguemos al Señor.
Sacerdote: Por quienes viajan por aire, mar o tierra, por los enfermos,
los afligidos y los cautivos, y por su salvación, roguemos al
Señor.
Sacerdote: Para que nos libre de toda tribulación, ira, peligro y
necesidad, roguemos al Señor.
7
Sacerdote: Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros y
protégenos, oh Dios, por tu gracia.
Sacerdote: Habiendo suplicado a nuestra Señora la Santísima,
Purísima, Benditísima, y Gloriosa Madre de Dios y siempre
Virgen María, junto con todos los Santos,
encomendémonos: cada uno a sí mismo y unos a otros, y
nuestra vida entera, a Cristo nuestro Dios.
Coro: A Ti, Señor.
Sacerdote: Porque a Ti se debe toda gloria, honor y adoración: 
Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los
siglos.
Coro: Amén.

 SALTERIO 
El lector lee un Katisma del Salterio (ver pág. 83).
Cada Katisma está dividido en tres partes. Al final de cada tercera parte, entre el Lector
y el Coro se hace el siguiente diálogo:

Lector: Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.


Coro: Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya. Aleluya. Aleluya. Gloria a Ti, oh Dios. (Tres veces).
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.
Lector: Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén. (Y
continúa la lectura).
Al final de la tercera vez, el mismo lector dice todo lo anterior él solo, y termina
diciendo:

Señor, esperanza nuestra, gloria a Ti.

Al final del Katisma, el Sacerdote o el Diacono, recita la Letanía menor:

Sacerdote: Una y otra vez en paz roguemos al Señor.


Coro: Kyrie eléison.
Sacerdote: Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros, y
protégenos, oh Dios, por tu gracia.
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Coro: Kyrie eléison.
Sacerdote: Habiendo suplicado a nuestra Señora la Santísima,
Purísima, Benditísima, y Gloriosa Madre de Dios y siempre
Virgen María, junto con todos los Santos,
encomendémonos: cada uno a sí mismo y unos a otros, y
nuestra vida entera, a Cristo nuestro Dios.
Coro: A Ti, Señor.
Sacerdote: Porque tuyos son el reino, el poder y la gloria: Padre, 
Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
El Sacerdote, bendice el incienso
Sacerdote: (en voz baja) Incienso  te ofrecemos, Cristo Dios nuestro,
como suave olor de fragancia espiritual; al recibirlo en tu Altar celestial,
envíanos a cambio la gracia de tu Santísimo Espíritu.
En el momento en que el Coro canta “... como el incienso...”, el sacerdote (o el Diacono)
comienza a incensar el Altar, dándole la vuelta, y la mesa de la Prótesis. Luego sale por
la puerta septentrional, inciensa los iconos del iconostasio tres veces cada uno. Después
incensa al coro, al pueblo, a recorre toda la iglesia comenzando por el costado sur
(izquierdo) y volviendo por el norte. Vuelve a incensar los iconos principales del
iconostasio, entra al santuario por la puerta sur, para volver a incensar el Altar, el
icono mayor, el Sacerdote y termina.

Salmos del Lucernario

 Salmo 141 

Lector: Señor, a Ti he clamado, óyeme;* óyeme, Señor.* Señor, a Ti he


clamado, óyeme;* presta atención a la voz de mi petición,* cuando a Ti
clamaré;* óyeme, Señor.

Que mi oración se dirija* como el incienso a tu presencia;* sea la


elevación de mis manos, como sacrificio vespertino;* óyeme, Señor. Pon,
Señor, guardia a mi boca* y una puerta reforzada a mis labios. No
inclines mi corazón a palabras de malicia,* para buscar excusas a mis
pecados. Con los hombres que obran iniquidad;* no tendré parte en sus
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deleites. El justo me corregirá y me reprenderá con misericordia;* mas
el aceite del pecador no ungirá mi cabeza. Porque aun mi oración será
contra lo que a ellos les place;* sus jueces han sido aplastados enseguida
por la piedra. Oirán mis palabras, pues fueron eficaces.* Como el grueso
terrón que cae y se desmenuza sobre la tierra,* así han sido esparcidos
sus huesos a la vera del hades. Porque hacia Ti, Señor, Señor, están mis
ojos;* en Ti he esperado, no me quites el alma. Guárdame de las trampas
que me han tendido,* y de los escándalos de los que obran iniquidad.
Caerán en su propia red los pecadores;* solitario sigo yo, hasta que pase
adelante. Con mi voz clamé al Señor,* con mi voz, al Señor imploré.
Derramo ante Él mi ruego;* mi pena, ante de Él anunciaré. Mientras va
desfalleciendo mi espíritu,* y Tú conoces mis senderos. En este camino,
en que andaba,* me ocultaron una trampa. Miraba a mi diestra y veía;*
mas no había quien me conociese. Se me perdió el lugar de huida,*
tampoco hay quien busque por mi vida. Clamé hacia Ti, Señor, y dije: Tú
eres mi esperanza,* mi porción eres, en la tierra de los vivientes. Presta
atención a mi ruego,* porque estoy abatido sobremanera. Líbrame de
quienes me persiguen,* porque se han fortalecido más que yo.
Si hay diez estiquerios (troparios), se comienzan a cantar intercaladamente a partir del
siguiente Estíquio (verso)
Saca mi alma de prisión,* para confesar tu nombre.

(9)Me estarán aguardando los justos,* hasta que me hayas


recompensado.
Salmo 129

Si hay ocho estiquerios, a partir del siguiente Estíquio.
De lo profundo a Ti clamé, Señor;* Señor, atiende a la voz de mi súplica.

(7)Que tus oídos estén atentos * a la voz de mi plegaria.


Si hay seis estiquerios, a partir del siguiente Estíquio.
Si mirares la iniquidad, Señor; ¿quién Señor, resistiría?* mas por Ti la
propiciación es aceptada.
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(5)Por amor a tu nombre, Señor, te he aguardado; mi alma ha
aguardado tu palabra;* mi alma tiene esperanza en el Señor.
Si hay cuatro estiquerios, a partir del siguiente Estíquio.
Desde la vigilia matutina hasta la noche;* desde la vigilia matutina,*
tened Israel esperanza en el Señor.

(3)Porque de parte del Señor es la misericordia, y en Él hay abundante


redención;* y Él redimirá a Israel de todas sus iniquidades.

 Salmo 116 
(2)Alabad al Señor todas las naciones;* ensalzadle todos los pueblos.

(1)Porque se ha afirmado su misericordia sobre nosotros;* y la verdad


del Señor permanecerá eternamente.

Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.


Si la fiesta del día tiene tropario para el "Gloria", se canta aquí. Si no, se canta
inmediatamente el "Ahora y siempre".
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén .

El coro canta el Teotoquio que corresponda según el tono del Doxasticó, o sea del
tropario del "Gloria". Si no hay Doxasticó, entonces el que corresponda al tono de la
semana y el día de la semana, que se encuentra en el Libro Paraklitiquí.
En Vísperas Menores no hay entrada.

El himno de “agradecimiento con la luz de las lámparas”, es cantado por el coro:


Luz apacible de la santa gloria* del Padre inmortal;* celeste, santo y
bienaventurado, oh Jesucristo.* Al llegar a la puesta del sol;* viendo la
luz vespertina;* cantamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, un solo
Dios;* digno es en todo tiempo* celebrarte con voces santas,* Hijo de
Dios, Dador de vida;* por eso el mundo te glorifica.
Concluido el himno por el Coro, el Sacerdote dice ubicándose en la parte trasera del
altar de cara al pueblo:
Sacerdote: Estemos atentos. La paz  sea con ustedes.
Coro: Y a tu espíritu.
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Sacerdote: Sabiduría.
Lector (o Sacerdote): Proquímenon vespertino tono _.
A continuación se canta el Proquímenon del día.

 PROQUÍMENOS DE TODA LA SEMANA 

La tarde del DOMINGO, tono 8, del Salmo 133:

Lector: Aquí y ahora, bendecid al Señor,* siervos todos del Señor.


Coro: Aquí y ahora, bendecid al Señor,* siervos todos del Señor.
Lector: Los que estáis en la casa del Señor, en los atrios de la casa de
nuestro Dios.
Coro: Aquí y ahora, bendecid al Señor,
Lector: Siervos todos del Señor.

La tarde del LUNES, tono 4, del Salmo 4:

Lector: El Señor me escucha,* cuando hacia Él clamo.


Coro: El Señor me escucha,* cuando hacia Él clamo.
Lector: Al clamarte me escuchaste, Dios de mi justicia.
Coro: El Señor me escucha,
Lector: Cuando hacia Él clamo.

La tarde del MARTES, tono 1, del Salmo 22:

Lector: Tu misericordia Señor, me acompañará,* todos los días de mi


vida.
Coro: Tu misericordia Señor, me acompañará,* todos los días de mi vida.
Lector: El Señor es mi pastor y nada me faltará; en verdes campos me
hará reposar.
Coro: Tu misericordia Señor, me acompañará,
Lector: Todos los días de mi vida.

La tarde del MIÉRCOLES, tono 5, del Salmo 5:

Lector: Dios, por tu nombre sálvame,* y en tu poder júzgame.


Coro: Dios, por tu nombre sálvame,* y en tu poder júzgame.
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Lector: Dios, escucha mi oración; presta oído a las palabras de mi boca.
Coro: Dios, por tu nombre sálvame,
Lector: Y en tu poder júzgame.
La tarde del JUEVES, tono 6, del Salmo 120:

Lector: Mi auxilio viene del Señor,* que hizo el cielo y la tierra.


Coro: Mi auxilio viene del Señor,* que hizo el cielo y la tierra.
Lector: Alcé mis ojos a los montes, de donde llegará mi socorro.
Coro: Mi auxilio viene del Señor,
Lector Que hizo el cielo y la tierra.

La tarde del VIERNES, tono 7, del Salmo 58:

Lector: Dios, Tú eres mi protector,* tu misericordia irá delante de mí.


Coro: Dios, Tú eres mi protector,* tu misericordia irá delante de mí.
Lector: Protégeme oh Dios de mis enemigos, y líbrame de los que contra
mi se sublevan.
Coro: Dios, Tú eres mi protector,
Lector: Tu misericordia irá delante de mí.
Finalizado el Proquímenon, el Sacerdote vuelve a su lugar delante del altar, mientras
que el lector lee lentamente (si es tiempo de Cuaresma, o hay Lectura de los Profetas, el
sacerdote permanece en su sitio hasta el fin de la lectura):

Concédenos, Señor, esta tarde guardarnos sin pecado. Bendito eres,


Señor Dios de nuestros padres y alabado y glorificado sea tu nombre por
los siglos. Amén.
Que tu misericordia venga sobre nosotros Señor, porque hemos puesto
nuestra esperanza en Ti.
Bendito eres, Señor, enséñame tus justos preceptos.
Bendito eres, Soberano, hazme entender tus justos preceptos.
Bendito eres, Santo, ilumíname con tus justos preceptos.
Tu misericordia Señor, es para siempre; no desprecies las obras de tus
manos.
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A Ti pertenece la alabanza, a Ti pertenece el himno, a Ti pertenece la
gloria: Padre,  Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos
de los siglos. Amén.
El Sacerdote o el Diacono, recita la Letanía Complementaria

LETANÍA COMPLEMENTARIA

Sacerdote: Completemos nuestra súplica vespertina al Señor.


Coro: Kyrie eléison.
Sacerdote: Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros y protégenos,
Dios, por tu gracia.
Coro: Kyrie eléison.
Sacerdote: Que la tarde entera sea perfecta, santa, pacífica y sin
pecado, pidamos al Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
Sacerdote: Un ángel de paz, guía fiel, custodio de nuestras almas y
cuerpos, pidamos al Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
Sacerdote: Perdón y remisión de nuestros pecados y transgresiones,
pidamos al Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
Sacerdote: Cuanto es bueno y conveniente para nuestras almas, y por
la paz del mundo, pidamos al Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
Sacerdote: Que el tiempo restante de nuestra vida se complete en paz
y penitencia, pidamos al Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
Sacerdote: Un fin cristiano de nuestra vida, exento de dolor y de
vergüenza, pacífico, y una buena defensa ante el temible
tribunal de Cristo, al Señor pidamos.
Coro: Concédelo, Señor.
Sacerdote: Habiendo suplicado a nuestra Señora la Santísima,
Purísima, Benditísima, y Gloriosa Madre de Dios y siempre
Virgen María, junto con todos los Santos,
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encomendémonos: cada uno a sí mismo y unos a otros, y
nuestra vida entera, a Cristo nuestro Dios.
Coro: A Ti, Señor.

Sacerdote (Exclamación): Porque eres un Dios bueno y amante de la


humanidad, y a Ti rendimos gloria: Padre,  Hijo, y Espíritu Santo,
ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
El Sacerdote se voltea hacia el pueblo y lo bendice.
Sacerdote: La paz  sea con ustedes.
Coro: Y con tu espíritu.
Diacono: Inclinemos la cabeza ante el Señor.
Coro: Ante Ti, Señor.
El Sacerdote lee la oración llamada”de inclinación de cabeza”
Sacerdote (en secreto): Señor, Dios nuestro, que has inclinado los cielos y
que descendiste para la salvación del género humano, mira a tus siervos
y a tu heredad. Pues ante Ti, el temible y filántropo Juez, tus siervos han
inclinado sus cabezas y han sometido sus cervices; no están esperando la
ayuda de los hombres, sino aguardan tu misericordia y esperan recibir tu
salvación. Protégenos en todo tiempo, en esta tarde y en la noche que se
aproxima, de todo enemigo, de toda acción diabólica adversa, de
pensamientos vanos y de recuerdos malignos.
Sacerdote (Exclamación): Bendito y glorificado sea el poder de tu Reino,
Padre,  Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los
siglos.
Coro: Amén.

 LOS APÓSTICOS 
El Coro canta los Aposticos que consisten en tres troparios, con sus estiquios, el
Doxasticó y el Teotoquio. Estos se encuentran en el Libro Meneo, o sea el que tiene las
fiestas para cada día del año. Si la fiesta del día no tiene Aposticos, son cantados del
Libro Paraklitiquí, según el tono de la semana y el día de la semana. En período de
Cuaresma, se encuentran en el Libro Triódio, y en el Pascual en el Libro Pentecostárion.
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Se comienzan a cantar por el coro izquierdo. El primero se canta sin Estíquio
(versículo), los dos siguientes son cantados intercaladamente con las siguientes
estiquios:
Estíquio antes del 2º Apóstico
Hacia Ti elevo mis ojos, a Ti que habitas en los cielos. Así como los ojos
de los siervos están fijos en las manos de sus amos; como los ojos de la
esclava están fijos en las manos de su señora; así están nuestros ojos fijos
en el Señor Dios nuestro, hasta que tenga misericordia de nosotros.
Estíquio antes del 3º Apóstico:
Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros, porque muy
hartos estamos de oprobios; llena de ellos está nuestra alma; el desprecio
de los dirigentes y la mofa de los soberbios.

Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.


(Y el Tropario de la fiesta, si lo hay)

Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.


Y el Teotoquio, según la fiesta, según el tono del “Gloria...”, o según los Aposticos del
Octátonos para días entre semana

Lector:
Ahora, Señor según tu palabra, puedes dejar a tu siervo irse en paz;
porque mis ojos han visto la salvación, que tú has preparado a la vista
de todos los pueblos. Luz para alumbrar a las naciones, y gloria de tu
pueblo Israel.
Se dice el Trisagio.
Lector: Santo  Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, ten piedad de
nosotros. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visítanos y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
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Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por
los siglos de los siglos. Amén.

Padre Nuestro...
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre,  Hijo
y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

 APOLITIQUIO 
Enseguida el Coro canta el Apolitíquio (tropario de despedida) del Santo del día, (o los
Apolitíquios, si se celebra más de una fiesta), seguido por el Teotoquio que corresponda
al tono del Apolitíquio. En lugar de estos, es posible también cantar los Apolitíquios del
día de la semana con su respectivo Teotoquio.

El Sacerdote o el Diacono dice la Letanía final

LETANÍA FINAL
Sacerdote: Ten piedad de nosotros, oh Dios nuestro, por tu gran
misericordia, escúchanos y ten piedad.
Coro: Kyrie eléison. (Tres veces)
Sacerdote: Suplicamos aún por nuestro patriarca N., por nuestro
obispo N y por todos nuestros hermanos en Cristo.
Coro: Kyrie eléison. (Tres veces)
Sacerdote: Suplicamos aún por este país y por quienes lo gobiernan.
Coro: Kyrie eléison. (Tres veces)
Sacerdote: Suplicamos aún por nuestra fraternidad y por todos los
cristianos.
Coro: Kyrie eléison. (Tres veces)

Sacerdote (Exclamación): Porque tú eres un Dios misericordioso y


amante de la humanidad, y a Ti rendimos gloria: Padre,  Hijo y
Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Sacerdote (desde el Santuario): Sabiduría.
Coro: Bendice, Padre.
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Sacerdote (mirando hacia el oriente): Que nos bendiga Aquel que Es
bendito, Cristo Dios nuestro, eternamente; ahora y siempre y por los
siglos de los siglos.
Coro: Amén. Que el Señor Dios acreciente la santa fe ortodoxa por los
siglos de los siglos. Amén.
El Sacerdote sale a la Solea, y mirando hacia el pueblo, dice
Sacerdote: Santísima Madre de Dios sálvanos.
Lector: Más honorable que los querubines e incomparablemente
más gloriosa que los serafines, Tú que incorrupta diste a luz
a Dios el Verbo, verdadera Madre de Dios, te
magnificamos.
Sacerdote: Gloria a Ti, Cristo  Dios, esperanza nuestra, gloria a Ti.
Lector: Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y
siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Kyrie eléison. (Tres veces)
Bendice, Padre.
Sacerdote: Cristo, nuestro verdadero Dios, por las oraciones de su
purísima e inmaculada Madre, de los santos gloriosos y alabadísimos
Apóstoles (del santo titular del templo, si es Apóstol), de los santos gloriosos y
victoriosos Mártires (del santo titular del templo, si es mártir), de nuestros
justos y teóforos Padres (del santo titular del templo, si es un justo), de los
santos y justos abuelos del Señor, Joaquín y Ana, de san N. (del santo titular
del templo, si no ha sido conmemorado en alguno de los anteriores grupos), de los
santos (se conmemora al santo del día), cuya memoria celebramos en este día,
y de todos los santos, tenga misericordia de nosotros y nos salve, El que
es bueno y amante de la humanidad.
El Sacerdote se voltea hacia el icono del Señor y hace la exclamación final

Sacerdote (exclamación): Por las oraciones de nuestros Santos Padres,


Señor Jesucristo,  Hijo de Dios, ten piedad de nosotros y sálvanos.

Coro: Amén.

 

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VISPERAS MAYORES


Celebradas los sábados por la tarde y tardes anteriores a fiestas mayores.

El Sacerdote vestido con el epitrakilio y el felonio, y el Diacono con su estikario. Se
ubican uno frente al otro en el altar: el sacerdote sostiene el incensario en la mano
derecha y un cirio en la izquierda, y el diácono un cirio en la mano derecha. El
Sacerdote abre la puerta santa, y comienza el oficio. El sacerdote inciensa el altar por
sus cuatro costados mientras el diácono está frente a él con el cirio. Luego el diácono
sale a la solea y de cara al pueblo exclama: De pie! E ingresa nuevamente al santuario
para continuar la incensación.

Sacerdote: Bendito  sea nuestro Dios, eternamente, ahora y siempre,


y por los siglos de los siglos.
Si las Vísperas son seguidas del oficio de maitines de domingo entonces el sacerdote
dice:
Sacerdote: Gloria a la Santa,  Consubstancial e Indivisible Trinidad,
eternamente, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Lector: Amén.

❖ Vengan adoremos y postrémonos ante nuestro Rey y Dios.


(Metanía profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante Cristo, nuestro Rey y Dios.
(Metanía profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante el mismo Cristo, Él nuestro
Rey y nuestro Dios. (Metanía profunda )
19
A continuación el sacerdote sale del santuario a incensar el iconostasio, al pueblo y todo el
templo. Mientras tanto el lector o el coro leen o cantan el salmo 103, o lee en secreto las siete
oraciones que se encuentran en la pág. 40.

 Salmo 103 (leído) 


El coro o el Lector:
Bendice, alma mía, al Señor. Señor, Dios mío, te has ensalzado
sobremanera. Te has vestido de gloria y magnificencia; te arropa la luz
como un manto. Él, que extiende el cielo como una piel; Él, que sobre las
aguas levanta sus altas moradas. Él, que pone nubes para su ascensión;
Él, que camina sobre las alas del viento. Él, que hace a sus ángeles
espíritus, y a sus ministros llamas de fuego. Él, que fundó la tierra sobre
sus bases; no vacilará por los siglos de los siglos. *(Océanos abismales
como manto la cubren; sobre los montes se establecen las aguas. Con tu
reprensión huirán; a la voz de tu trueno se atemorizarán. Suben los
montes y descienden los valles, al lugar donde las fundaste. Les pusiste
límite, el cual no traspasarán, ni volverán a cubrir a la tierra. Él, que hace
salir manantiales en precipicios; en medio de las montañas fluirán las
aguas. Abrevan a todas las bestias del campo; reciben a los onagros para
que calmen su sed. Junto a ellas habitarán las aves del cielo; en medio de
las piedras cantarán. Riegas los montes desde tus altas moradas; del
fruto de tus obras se saciará la tierra. Él, que levanta el heno para los
ganados, y verduras al servicio del hombre. Para obtener pan de la tierra;
el vino alegra el corazón del hombre. El aceite hace lucir su rostro, y el
pan sustenta su corazón. Se sacian los árboles del llano, los cedros del
Líbano que Tú plantaste. Allí anidarán las aves; soberano a ellos, el nido
de la cigüeña. Los montes altos para los ciervos; las piedras, madrigueras
para conejos. Hizo la luna para marcar los tiempos; el sol conoció su
ocaso. Puso las tinieblas, y se hizo de noche; en ella rondan todas las
fieras de la selva. Los leoncillos rugen para raptar y para clamarle a Dios
por su alimento. Al levantarse el sol se reúnen, a echarse en sus guaridas.
Sale el hombre a sus cultivos, y a su labor hasta el atardecer. ¡Cuánto se
han engrandecido tus obras, Señor! Todo lo has creado con sabiduría. Se
llenó la tierra de tus criaturas. He aquí el mar, el grande y dilatado; en él
habitan reptiles sin número, animales pequeños y grandes. Allí surcan
20
navíos; el Leviatán que creaste para que jugase en él. Todos ellos
esperan de Ti que les des su alimento a buen tiempo. Al darles, lo
recogen. Al abrir tu mano, integras las cosas se hartan de bondad.
Cuando retiras tu rostro, se turban. Les retiras su aliento y expiran; al
polvo que son retornan. Envías tu aliento, y son creados; y renuevas la
faz de la tierra. Sea la gloria del Señor por los siglos; se alegra el Señor en
sus obras. Él, que mira a la tierra y la hace temblar; Él, que toca los
montes y humean.)* Al Señor cantaré en mi vida; salmodiaré a mi Dios
mientras exista. Que le sea dulce mi poema; mas yo, me alegraré en el
Señor. Que desaparezcan los pecadores de la tierra y los inicuos, para
que no existan. Bendice, alma mía, al Señor.
Y repite: El sol conoció su ocaso. Puso las tinieblas, y se hizo de noche.
¡Cuánto se han engrandecido tus obras, Señor! Todo lo has creado con
sabiduría.

*Lo señalado entre paréntesis, puede suprimirse por razones de brevedad.

Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los


siglos de los siglos. Amén.
Aleluya. Aleluya. Aleluya. Gloria a Ti, oh Dios. (Tres veces)
Señor, esperanza nuestra, gloria a Ti.
El Diácono, Finalizado el Salmo 103, sale por la puerta norte a la solea y recita la
Letanía de la Paz:

LETANÍA DE LA PAZ

Diácono: En paz, roguemos al Señor.


Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por la paz que viene de lo Alto y por la salvación de
nuestras almas, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por la paz del mundo entero, la estabilidad de las Santas
Iglesias de Dios, y por la unión de todos, roguemos al
Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
21
Diácono: Por esta santa casa y por todos los que en ella entran con
fe, devoción y temor de Dios, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por los piadosos cristianos ortodoxos, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por nuestro patriarca N., por nuestro obispo N por el
honorable presbiterado y el diaconado en Cristo; por todo
el clero y el pueblo, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por nuestro país y por quienes lo gobiernan, roguemos al
Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por esta ciudad, por toda ciudad y país, y por los fieles que
en ellos habitan, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por un clima propicio, por la abundancia de los frutos de la
tierra, y por tiempos de paz, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por quienes viajan por aire, mar o tierra, por los enfermos,
los afligidos y los cautivos, y por su salvación, roguemos al
Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Para que nos libre de toda tribulación, ira, peligro y
necesidad, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros y protégenos,
oh Dios, por tu gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Habiendo suplicado a nuestra Señora la Santísima,
Purísima, Benditísima, y Gloriosa Madre de Dios y siempre
Virgen María, junto con todos los Santos,
encomendémonos: cada uno a si mismo, y unos a otros, y
nuestra vida entera, a Cristo nuestro Dios.
Coro: A Ti, Señor.
22
Sacerdote: Porque a Ti se debe toda gloria, honor y adoración: Padre,
 Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

 SALTERIO 

El lector lee un Katisma del Salterio. Los sábados se lee el primer Katisma, es decir los
Salmos 1 al 8.
En las vísperas de grandes fiestas, no se lee Katisma, sino la primera tercera parte del
primer Katisma, es decir los Salmos 1 al 3.
Cada Katisma está dividido en tres partes. Si se desea, para resumir se lee solo el Salmo
1.

 Salmo 1 

Lector:
¡Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se
detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los
impíos, sino que se complace en la ley del Señor y la medita de día y
de noche! Él es como un árbol plantado al borde de las aguas, que
produce fruto a su debido tiempo, y cuyas hojas nunca se marchitan:
todo lo que haga le saldrá bien. No sucede así con los malvados: ellos
son como paja que se lleva el viento. Por eso, no triunfarán los
malvados en el juicio, ni los pecadores en la asamblea de los justos;
porque el Señor cuida el camino de los justos, pero el camino de los
malvados termina mal.
Lector: Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.
Coro: Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya. Aleluya. Aleluya. Gloria a Ti, oh Dios. (Tres veces).
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.
Lector: Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Señor, esperanza nuestra, gloria a Ti.


Al final del Katisma, vuelve el Diácono a la Solea y recita la Letanía menor:
Diácono: Una y otra vez en paz roguemos al Señor.
23
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros, y
protégenos, oh Dios, por tu gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Habiendo suplicado a nuestra Señora la Santísima,
Purísima, Benditísima, y Gloriosa Madre de Dios y siempre
Virgen María, junto con todos los Santos,
encomendémonos: cada uno a si mismo, y unos a otros, y
nuestra vida entera, a Cristo nuestro Dios.
Coro: A Ti, Señor.
Sacerdote (Exclamación): Porque tuyos son el reino, el poder y la gloria:
Padre,  Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los
siglos.
Coro: Amén.
El Diácono, entra al Santuario y acerca el incensario al Sacerdote para que lo bendiga.
Diácono: (en voz baja) Bendice Padre el incienso.
Sacerdote: (en voz baja): Incienso  te ofrecemos, Cristo Dios nuestro,
como perfume de suave fragancia espiritual; al recibirlo en tu Altar
celestial, envíanos a cambio la gracia de tu Santísimo Espíritu.
En el momento en que el Coro canta “... como el incienso...”, el Diácono comienza a
incensar el Altar, dándole la vuelta, y la mesa de la Prótesis. Luego sale por la puerta
norte, inciensa los iconos del iconostasio tres veces cada uno. Después inciensa al coro,
al pueblo, y todo el templo comenzando por el costado sur y volviendo por el norte.
Vuelve a incensar los iconos principales, y entra al santuario por la puerta sur, para
volver a incensar el Altar, el icono mayor, al sacerdote, y termina.
Si no hay Diácono, el Sacerdote es quien debe hacer la incensación.

Salmos del Lucernario


 Salmo 141 

Lector o coro:
Señor, a Ti he clamado, óyeme;* óyeme, Señor.* Señor, a Ti he clamado,
óyeme;* presta atención a la voz de mi petición,* cuando a Ti clamaré;*
óyeme, Señor.
24
Que mi oración se dirija* como el incienso a tu presencia;* sea la
elevación de mis manos, como sacrificio vespertino;* óyeme, Señor. Pon,
Señor, guardia a mi boca* y una puerta reforzada a mis labios. No
inclines mi corazón a palabras de malicia,* para buscar excusas en
pecados. Con los hombres que obran iniquidad;* no tendré parte en sus
deleites. El justo me corregirá y me reprenderá con misericordia;* mas el
aceite del pecador no ungirá mi cabeza. Porque aun mi oración será
contra lo que a ellos les place;* sus jueces han sido aplastados enseguida
por la piedra. Oirán mis palabras, pues fueron eficaces.* Como el grueso
terrón que cae y se desmenuza sobre la tierra,* así han sido esparcidos
sus huesos a la vera del hades. Porque hacia Ti, Señor, Señor, están mis
ojos;* en Ti he esperado, no me quites el alma. Guárdame de las trampas
que me han tendido,* y de los escándalos de los que obran iniquidad.
Caerán en su propia red los pecadores;* solitario sigo yo, hasta que pase
adelante. Con mi voz clamé al Señor,* con mi voz, al Señor imploré.
Derramo ante Él mi ruego;* mi pena, ante de Él anunciaré.
Mientras va desfalleciendo mi espíritu,* y Tú conoces mis senderos. En
este camino, en que andaba,* me ocultaron una trampa. Miraba a mi
diestra y veía;* mas no había quien me conociese. Se me perdió el lugar
de huida,* tampoco hay quien busque por mi vida. Clamé hacia Ti,
Señor, y dije: Tú eres mi esperanza,* mi porción eres, en la tierra de los
vivientes. Presta atención a mi ruego,* porque estoy abatido
sobremanera. Líbrame de quienes me persiguen,* porque se han
fortalecido más que yo.
Si hay diez estiquerios (troparios), se comienzan a cantar intercaladamente a partir del
siguiente Estíquio (verso)
Saca mi alma de prisión,* para confesar tu nombre.

(9) Me estarán aguardando los justos,* hasta que me hayas


recompensado.

 Salmo 129 
Si hay ocho estiquerios, a partir del siguiente Estíquio.
De lo profundo a Ti clamé, Señor;* Señor, escucha mi voz.
25
(7)Que tus oídos estén atentos * a la voz de mi plegaria.
Si hay seis estiquerios, a partir del siguiente Estíquio.

Si mirares la iniquidad, Señor; ¿quién Señor, resistiría?* mas por Ti la


propiciación es aceptada.

(5)Por amor a tu nombre, Señor, te he aguardado; mi alma ha aguardado


tu palabra;* mi alma tiene esperanza en el Señor.
Si hay cuatro estiquerios, a partir del siguiente Estíquio.
Desde la vigilia matutina hasta la noche;* desde la vigilia matutina,*
tened Israel esperanza en el Señor.

(3)Porque de parte del Señor es la misericordia, y en Él hay abundante


redención;* y Él redimirá a Israel de todas sus iniquidades.

 Salmo 116 
(2)Alabad al Señor todas las naciones;* ensalzadle todos los pueblos.

(1)Porque se ha afirmado su misericordia sobre nosotros;* y la verdad


del Señor permanecerá eternamente.

Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.


Si la fiesta del día tiene tropario para el "Gloria", se canta aquí. Si no, se canta
inmediatamente el "Ahora y siempre".

Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.


El coro canta el Teotoquio. Si es sábado, el que corresponda según el tono de la semana;
si hay otra fiesta, el Teotoquio que corresponda a la fiesta, o que corresponda al tono
del Doxasticó, o sea del tropario del "Gloria".

El Diácono dice en voz baja: Oremos al Señor.


El Sacerdote recita la oración de la Entrada en voz baja:
En la tarde, en la mañana y al mediodía, Te alabamos, Te bendecimos, Te
agradecemos y Te suplicamos, Soberano de todos, el Señor Amante de la
Humanidad. Eleva nuestra Oración como el incienso ante Ti, y no
26
inclines nuestros corazones hacia palabras o pensamientos malos; sino
sálvanos de todos aquellos que persiguen nuestras almas. Porque, Señor,
nuestros ojos están elevados hacia Ti, y en Ti hemos confiado, no nos
decepciones, oh Dios nuestro. Y en voz alta: Porque a Ti se debe toda
Gloria, Honor y Adoración, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y
siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Cuando el coro canta "Ahora..." y el Teotoquio, el Diácono abre las Puertas Reales, y
Sacerdote y Diácono realizan la Entrada. El Diácono lleva el incensario en la mano
derecha, algo elevado, y le sigue el Sacerdote. Salen por la puerta septentrional y hacen
la vuelta hasta llegar en frente de las Puertas Reales y en medio de los dos coros. Si el
Sacerdote celebra solo, el mismo lleva el incensario.
En el caso que el oficio de Vísperas tenga lectura evangélica, la entrada no se hace con
incensario, sino con el Evangeliario.
Llegados frente al iconostasio el Diácono inciensa desde la santa puerta el altar 3 veces,
3 veces al sacerdote y, ubicándose al lado derecho, señala hacia el altar con el orarión,
mientras dice al Sacerdote en voz baja:

Diácono: Bendice, Señor, la Santa Entrada.

El Sacerdote bendiciendo hacia el oriente dice:


Bendita  sea la entrada de tus Santos, en todo tiempo, ahora y por
siempre y por los siglos de los siglos.

Diácono: Amén.
Al acabar el Coro de cantar el Teotoquio, el Diácono ubicado en el umbral de la puerta
mayor mirando hacia el altar exclama elevando el incensario:

Diácono: Sabiduría. ¡Estemos de pie!


El himno de “agradecimiento con la luz de las lámparas”, es cantado solemnemente por
el coro:
Luz apacible de la santa gloria* del Padre inmortal;* celeste, santo y
bienaventurado, oh Jesucristo.* Al llegar a la puesta del sol;* viendo la
luz vespertina;* cantamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, un solo
Dios;* digno es en todo tiempo* celebrarte con voces santas,* Hijo de
Dios, Dador de vida;* por eso el mundo te glorifica.
27
Mientras se canta el himno el Diácono entra al santuario e inciensa la mesa del altar
por sus cuatro costados y se ubica a la derecha incensando hacia la puerta mayor
esperando que el Sacerdote entre al santuario después de haber besado los iconos de
Cristo y de la Virgen. Luego el sacerdote y el Diácono se dirigen detrás del altar y
mirando hacia el pueblo, el Diácono exclama:
Diácono: Proquímenon vespertino. Estemos atentos.
Sacerdote: La paz  sea con ustedes.
Coro: Y con tu espíritu.
Diacono: Sabiduría.
El lector y el Coro cantan el Proquímenon

 PROQUÍMENO DE LA TARDE DEL SABADO 


Lector: Proquímenon Tono 6 (del Salmo 92):
Lector: El Señor ha reinado,* de magnificencia se ha vestido. El Señor se
ha vestido de poder y se ha ceñido.
Coro: El Señor ha reinado,* de magnificencia se ha vestido.
Lector: Cimentó, en efecto al mundo, el cual no tambaleará.
Coro: El Señor ha reinado, de magnificencia se ha vestido.
Lector: A tu morada Señor, conviene la santidad por días sin término.
Coro: El Señor ha reinado, de magnificencia se ha vestido.
En las vísperas de las fiestas mayores hay tres lecturas del Antiguo Testamento, (o en
algunos casos de las Cartas Apostólicas). El Diácono exclama: “Sabiduría”. El lector
anuncia el titulo de la lectura bíblica. El diacono exclama: “atendamos’. El lector lee el
pasaje bíblico; y esto se repite al comenzar cada una de las tres lecturas. Si las lecturas
son del Antiguo Testamento las Puertas Reales estarán cerradas, si las lecturas son del
Nuevo Testamento las Puertas reales estarán abiertas.
Después del Proquímenon (o de las lecturas, si las hay), el Diácono o los acólitos,
habiendo cerrado las puertas Reales, sale por la puerta norte a la solea para recitar las
letanías de la Súplica Ferviente y la Complementaria. Las respuestas pueden ser dichas
en forma simple por el Lector, o ser cantadas por el coro, cuando el oficio es solemne.

LA GRAN LETANÍA

Diácono: Digamos aun con toda el alma, y con todo nuestro


entendimiento, digamos:
Coro: Kyrie eléison.
28
Diácono: Señor Omnipotente, Dios de nuestros padres, te
suplicamos: escúchanos y ten piedad.
Coro: Kyrie eléison.
Diácono: Ten piedad de nosotros, Dios nuestro, por tu gran
misericordia, escúchanos y ten piedad.
Coro: Kyrie eléison. (Tres veces)
Diácono: Te suplicamos aun por todos los piadosos cristianos
ortodoxos.
Coro: Kyrie eléison. (Tres veces)
Diácono: Te suplicamos aún por nuestro patriarca N., por nuestro
obispo N. y por toda nuestra fraternidad en Cristo.
Coro: Kyrie eléison. (Tres veces)
Diácono: Te suplicamos aún por los sacerdotes, los Diáconos, los
monjes, y por toda nuestra fraternidad en Cristo.
Coro: Kyrie eléison.
Diácono: Te suplicamos aún por nuestro país y por quienes lo
gobiernan, a fin que podamos vivir en toda justicia y
santidad.
Coro: Kyrie eléison. (Tres veces)
Diácono: Suplicamos aún por nuestros padres y hermanos difuntos,
que yacen piadosamente aquí, y por todos los fieles
difuntos del mundo entero.
Coro: Kyrie eléison. (Tres veces)
Diácono: Suplicamos aún para que obtengan gracia, larga y pacifica
vida, santidad de alma y cuerpo, perdón y remisión de sus
pecados, tus siervos, los habitantes de nuestra ciudad.
Coro: Kyrie eléison. (Tres veces)
Diácono: Suplicamos aún por los benefactores de esta santa casa, por
aquellos que se fatigan trabajando en ella, por sus
cantores, y por todo el pueblo presente que espera de Ti tu
grande y copiosa misericordia.
Coro: Kyrie eléison. (Tres veces)
Sacerdote (Exclamación): Porque tú eres un Dios misericordioso y amante
de la humanidad, y a Ti rendimos gloria: Padre,  Hijo y Espíritu Santo,
ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
29
Coro: Amén.
Lector: Concédenos, Señor, esta tarde guardarnos sin pecado. Bendito
eres, Señor Dios de nuestros padres y alabado y glorificado sea tu
nombre por los siglos. Amén. Que tu misericordia venga sobre nosotros,
Señor, porque hemos puesto nuestra esperanza en Ti.
Bendito eres, Señor, enséñame tus justos preceptos.
Bendito eres, Soberano, hazme entender tus justos preceptos.
Bendito eres, Santo, ilumíname con tus justos preceptos.
Tu misericordia, Señor, es para siempre; no desprecies las obras de tus
manos.
A Ti pertenece la alabanza, a Ti pertenece el himno, a Ti pertenece la
gloria: Padre,  Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos
de los siglos. Amén.

El Diácono, permaneciendo en la solea, recita la Letanía Complementaria

LETANÍA COMPLEMENTARIA

Diácono: Completemos nuestra súplica vespertina al Señor.


Coro: Kyrie eléison.
Diácono: Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros y protégenos,
Dios, por tu gracia.
Coro: Kyrie eléison.
Diácono: Que la tarde entera sea perfecta, santa, pacífica, y sin
pecado, pidamos al Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
Diácono: Un ángel de paz, guía fiel, custodio de nuestras almas y
cuerpos, pidamos al Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
Diácono: Perdón y remisión de nuestros pecados y transgresiones,
pidamos al Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
Diácono: Cuanto es bueno y conveniente para nuestras almas, y por
la paz del mundo, pidamos al Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
30
Diácono: Que el tiempo restante de nuestra vida se complete en
paz y penitencia, pidamos al Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
Diácono: Un fin cristiano de nuestra vida, exento de dolor y de
vergüenza, pacífico, y una buena defensa ante el temible
tribunal de Cristo, pidámosle.
Coro: Concédelo, Señor.
Diácono: Habiendo suplicado a nuestra Señora la Santísima,
Purísima, Benditísima, y Gloriosa Madre de Dios y siempre
Virgen María, junto con todos los Santos,
encomendémonos: cada uno a si mismo, y unos a otros, y
nuestra vida entera, a Cristo nuestro Dios.
Coro: A Ti, Señor.
Sacerdote (Exclamación): Porque tú eres un Dios bueno y amante de la
humanidad, y a Ti rendimos gloria: Padre,  Hijo y Espíritu Santo, ahora
y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
El Sacerdote se da vuelta hacia el pueblo y lo bendice.

Sacerdote: La paz  sea con ustedes.


Coro: Y con tu espíritu.
Diácono: Inclinemos la cabeza ante el Señor.
Coro: Ante Ti, Señor.
El Sacerdote lee la oración llamada ‘de inclinación de cabeza’.
Sacerdote (en secreto): Señor, Dios nuestro, que inclinaste los cielos y
bajaste para la salvación del género humano, mira a tus siervos y a tu
heredad. Pues ante Ti, el temible y filántropo Juez, tus siervos han
inclinado sus cabezas y han sometido sus cervices; no están esperando la
ayuda de los hombres, sino aguardan tu misericordia y esperan recibir tu
salvación. Protégenos en todo tiempo, en esta tarde y en la noche que se
aproxima, de todo enemigo, de toda acción diabólica adversa, de
pensamientos vanos y de recuerdos malignos.
31
Sacerdote (Exclamación): Bendito y glorificado sea el poder de tu Reino:
Padre,  Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los
siglos.
Coro: Amén.
Una vez haya terminado la exclamación, termina el oficio del Diácono, y entra al
santuario por la puerta del meridional.
 LOS APÓSTICOS 
Luego se cantan los Aposticos (troparios) de la resurrección, según el tono, o los
propios de la fiesta. Si es tarde del Sábado, se cantan 4 Aposticos del Octotonos, según
el tono de la semana, y comenzando por el coro izquierdo. El primero se canta sin
Estíquio (versículo), los tres siguientes son cantados intercaladamente con las siguientes
estiquios: Pero, si hay Lity, se cantan los estiquerios (troparios), de la fiesta o del
templo. En tal caso los Aposticos se canta después de las peticiones del Lity.
Antes del 2º Apóstico:
El Señor ha reinado, de magnificencia se ha vestido. El Señor se ha
vestido de poder y se ha ceñido.
Antes del 3º Apóstico:
Cimentó, en efecto al mundo, el cual no tambaleará.
Antes del 4º Apóstico:
A tu morada Señor, conviene toda santidad, por días sin término.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.
Y el Tropario de la fiesta, si lo hay
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Y el Teotoquio, según la fiesta, según el tono del “Gloria...”, o según los Aposticos del
Octótonos para días entre semana)
Las fiestas especiales del Señor, de la Madre de Dios o de Santos, tienen sus propios
Aposticos.

Atención: Si hay Lytia se termina aquí, si no se continúa con el Cantico de Simeón.


Al completarse los Aposticos, el Sacerdote se para al frente de la Puerta Real y mirando
hacia el oriente, mientras el coro o la asamblea entonan en voz alta lee el himno de San
Simeón.
Coro: Ahora Señor, según tu palabra puedes dejar a tu siervo irse en paz;
porque mis ojos han visto tu salvación, la cual has preparado a la vista
32
de todos los pueblos. Luz para alumbrar a las naciones, y gloria de tu
pueblo Israel.
Se dice el Trisagio.
Lector: Santo  Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, ten piedad de
nosotros. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros. Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visita y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Kyrie eléison. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro...

Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre,  Hijo


y del Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Lector: Amén.
 APOLITIQUIO 
Enseguida el Coro canta el Apolitíquio (tropario de despedida), (o los Apolitíquios, si
se celebra más de una fiesta), seguido por el Teotoquio. Los sábados se canta dos veces
el Apolitíquio de la Resurrección según el tono de la semana, y después el Teotoquio
del mismo tono, intercalados con el "Gloria..." y el "Ahora...".
En grandes fiestas del Señor o de la Madre de Dios, el Apolitíquio se canta tres veces,
intercalados con el "Gloria..." y el "Ahora...".
En días normales se canta el Apolitíquio del Santo, y el Teotoquio que corresponda al
tono del Apolitíquio.
Diácono (desde el Santuario): Sabiduría.
Coro: Bendice Padre.
Sacerdote (mirando hacia el oriente): que nos bendiga Aquel que Es bendito,
Cristo Dios nuestro, eternamente; ahora y siempre y por los
siglos de los siglos.
Coro: Amén. Que el Señor Dios acreciente la santa fe ortodoxa
por los siglos de los siglos.
33
El Sacerdote sale a la Solea, y mirando hacia el pueblo, dice:
Sacerdote: Santísima Madre de Dios sálvanos.
Lector: Más honorable que los querubines e incomparablemente
más gloriosa que los serafines, Tú que incorrupta diste a luz
a Dios el Verbo, verdadera Madre de Dios, te
magnificamos.
Sacerdote: Gloria a Ti, Cristo  Dios, esperanza nuestra, gloria a Ti.
Lector: Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y
siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Kyrie eléison. (Tres veces)
Bendice, Padre.

Sacerdote: Aquel que resucitó de entre los muertos (si es domingo o


cualquier día en época Pascual; en otro día, simplemente:) Cristo, nuestro
verdadero Dios, por las oraciones de su purísima e inmaculada Madre,
de los santos gloriosos y alabadísimos Apóstoles (del santo titular del templo,
si es Apóstol), de los santos, gloriosos y victoriosos mártires (del santo titular
del templo, si es mártir), de nuestros justos y teóforos Padres (del santo titular
del templo, si es un justo), de los santos y justos abuelos del Señor, Joaquín y
Ana, de san N. (del santo titular del templo, si no ha sido conmemorado en alguno
de los anteriores grupos), de los santos (se conmemora al santo del día), cuya
memoria celebramos en este día, y de todos los santos, tenga
misericordia de nosotros y nos salve, El que es bueno y amante de la
humanidad.
El Sacerdote se voltea hacia el icono del Señor y hace la exclamación final:

Sacerdote (exclamación): Por las oraciones de nuestros Santos Padres,


Señor Jesucristo,  Hijo de Dios, ten piedad de nosotros y sálvanos.
Coro: Amén.

 

34
LITYA O ARTOCLASIA PARA LOS SÁBADOS O VÍSPERAS DE
GRANDES FIESTAS

En el marco de la vigilia nocturna de grandes fiestas, la Litya y Artoclasia encuentran


su lugar al final de las vísperas. Después de la letanía de las demandas y la oración de
la inclinación de las cabezas, viene el canto de la Litya acompañando la procesión.
Entre los griegos, la artoclasia se celebra con la Litya abreviada en diversas ocasiones,
por una fiesta o una circunstancia particular, después de vísperas, o después de
maitines, o bien, en ciertos casos, en reemplazo de la Divina Liturgia.

El Diácono o el Sacerdote dicen las oraciones. El coro responde con un número variable
de Kyrie eléison (1, 3, 12, 40 o 50) según las iglesias.

El coro o el lector canta 3 veces el tropario de la fiesta, o si es sábado en


la tarde:
Alégrate Virgen Madre de Dios, oh María llena eres de gracia, el Señor
es contigo, bendita tú eres entre las mujeres y bendito es el fruto de tu
vientre, porque tú has dado a luz al Salvador de nuestras almas.

Diácono: Salva Señor a tu pueblo y bendice tu heredad. En tu piedad y


tu compasión visita este mundo que es tuyo, concede la victoria a los
cristianos ortodoxos y haz descender sobre nosotros el tesoro de tu
misericordia; por la intercesión de nuestra Señora, la purísima Madre de
Dios y siempre Virgen María; por el poder de la preciosa y vivificante
Cruz; por la protección de las celestes Potestades incorpóreas; por las
oraciones del venerable y glorioso Profeta, el Precursor y Bautista Juan;
de los Santos, gloriosos e ilustres Apóstoles; de nuestros Padres entre los
Santos, los grandes Obispos y Doctores universales: Basilio el grande,
Gregorio el teólogo y Juan Crisóstomo; Atanasio y Cirilo, arzobispos de
Alejandría, Nicolás, arzobispo de Myra en Lycia, y Espiridón, obispo de
Trimitonte; de los Santos Mártires Jorge y Demetrio; de todos los Santos
y victoriosos Mártires; de nuestros Padres venerables y Teóforos; de San
N. Patrón de esta iglesia (de San N. cuya memoria celebramos en este
día); de tus Santos y justos abuelos Joaquín y Ana, y de todos los Santos;
35
te suplicamos Señor, en tu gran misericordia, escucha la plegaria que
nosotros pecadores te dirigimos, y ten piedad.

Coro: Kyrie eléison. (12 veces)

Diácono: Roguemos también por nuestro Patriarca N., por nuestro


Obispo N., y por todos nuestros hermanos en Cristo; por toda alma
cristiana que implora de Dios piedad y socorro en la angustia y la
aflicción; por la protección de esta ciudad y de quienes en ella habitan;
por la paz y la tranquilidad del mundo entero; por la prosperidad de las
santas iglesias de Dios; por la salud y el bienestar de nuestros padres y
hermanos que están a tu servicio con diligencia y temor de Dios; por
aquellos que están ausentes o en viaje; por la curación de los enfermos;
por el descanso eterno, la feliz memoria y la remisión de los pecados de
nuestros padres y hermanos difuntos y de los difuntos del mundo
entero; por la liberación de los cautivos; y por todos nuestros hermanos
que sirven o han servido en esta santa iglesia, digamos todos.

Coro: Kyrie eléison (12 veces)

Diácono: Roguemos también por nuestra país y por quienes lo


gobiernan; por esta ciudad y por el país entero, a fin que ellos sean
protegidos contra la hambruna, las epidemias, los terremotos, las
inundaciones, los incendios, las invasiones y la guerra civil; y porque
nuestro Dios, en su bondad y su amor por la humanidad, nos sea
propicio y misericordioso, aparte de nosotros toda adversidad, nos libre
de los justos castigos que nos amenazan, y que Él tenga piedad de
nosotros.

Coro: Kyrie eléison (3 veces)

Diácono: Roguemos también a fin que el Señor nuestro Dios escuche la


oración suplicante de nosotros pecadores y que El nos tenga piedad.
36
Coro: Kyrie eléison (3 veces)

Sacerdote: Escúchanos Señor, nuestro Dios y Salvador, esperanza de


aquellos que habitan hasta los confines de la tierra o de aquellos que
están en alta mar; se indulgente oh Soberano, a causa de nuestros
pecados y ten piedad: Porque tú eres un Dios de misericordia, pleno de
amor por los hombres, y nosotros te rendimos gloria a Ti, Padre, Hijo y
Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.

Coro: Amén.

Sacerdote: Paz a  todos.

Diácono: Inclinemos la cabeza delante del Señor.

Coro: Delante de ti, Señor.

Sacerdote: Soberano pleno de misericordia, Señor Jesucristo Dios


nuestro, por la intercesión de nuestra Señora, la purísima Madre de Dios
y siempre Virgen María; por el poder de la preciosa y vivificante Cruz;
por la protección de las celestes Potestades incorpóreas; por las oraciones
del venerable y glorioso Profeta, el Precursor y Bautista Juan; de los
Santos, gloriosos e ilustres Apóstoles; de nuestros Padres entre los
Santos, los grandes Obispos y Doctores universales: Basilio el grande,
Gregorio el teólogo y Juan Crisóstomo; Atanasio y Cirilo, patriarcas de
Alejandría, Nicolás, arzobispo de Myra en Lycia, y Espiridón, obispo de
Trimitonte; de los Santos Mártires Jorge y Demetrio; de todos los Santos
y victoriosos Mártires; de nuestros Padres venerables y Teóforos; de San
N. patrón de esta iglesia; de tus Santos y justos parientes Joaquín y Ana;
de los Santos Mártires Vladimir de Kiev y Benjamín de Petrogrado, de
todos los nuevos Mártires y Confesores de la fe, y de todos los Santos; te
suplicamos Señor, en tu gran misericordia, escucha la plegaria que
nosotros pecadores te dirigimos, y ten piedad. Acoge con generosidad
nuestras súplicas, concede la remisión de nuestras faltas, a la sombra de
37
tus alas protégenos, aleja de nosotros todo enemigo y adversario,
pacifica nuestra vida, Señor ten piedad de nosotros y de este mundo que
es tuyo, y salva nuestras almas, tú que eres bueno y amas a la
humanidad.

Luego del canto de los Apósticos se entona el Cántico de Simeón.

Coro: Ahora Señor, según tu palabra puedes dejar a tu siervo irse en paz;
porque mis ojos han visto tu salvación, la cual has preparado a la vista
de todos los pueblos. Luz para alumbrar a las naciones, y gloria de tu
pueblo Israel.

Se dice el Trisagio.
Lector: Santo  Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, ten piedad de
nosotros. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros. Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visita y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Kyrie eléison. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro...
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre,  Hijo
y del Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Lector: Amén.
Mientras que el coro canta por tres veces el tropario de la fiesta, En la
tarde del sábado, Alégrate…), el Diácono inciensa por los 4 costados la
mesa de la artoclasia, dando la vuelta 3 veces alrededor de ella). Luego él
dice en alta voz:
38
Roguemos al Señor.

El Sacerdote bendiciendo, dice: Señor Jesucristo Dios nuestro, que has


bendecido  cinco panes en el desierto para alimentar a cinco mil
personas, bendice tú mismo estos panes, este trigo, este vino y este
aceite; multiplícales en esta ciudad (o santa casa) y en el mundo entero, y
santifica a los fieles que los recibirán.
Porque tú eres quien bendice y santifica todas cosas, oh Cristo Dios
nuestro, y nosotros te rendimos gloria, así como a tu Padre eterno y a tú
Santísimo, bueno y vivificador Espíritu, ahora y siempre y por los siglos
de los siglos

Coro: Amén. (Y agrega 3 veces): Sea bendito el nombre del Señor desde
ahora y por los siglos.

Sacerdote: que la bendición del Señor  descienda sobre vosotros, en su


gracia divina y en su amor por los hombres, en todo tiempo, ahora y
siempre y por los siglos de los siglos.

Coro: amén.

 

39
LITYA ABREVIADA Y ARTOCLASIA GRIEGA

Si la Litya sigue a las vísperas se canta primero las estijeras de la Litya o el tropario del
apolitikio.
Diácono o Sacerdote
Ten piedad de nosotros, oh Dios, por tu gran misericordia, Roguemos
también para ser protegidos contra la hambruna, las epidemias, los
terremotos, las inundaciones, las invasiones y la guerra civil; y porque
nuestro Dios en su amor por la humanidad, nos sea propicio y generoso,
que El aparte de nosotros toda adversidad, nos libre de los justos
castigos que nos amenazan y que Él tenga piedad de nosotros.

Roguemos también a fin que el Señor nuestro Dios atienda la oración


suplicante de nosotros pecadores y que Él tenga piedad de todos.
El Sacerdote continua como está escrito más arriba: escúchanos, Dios salvador
nuestro… e inciensa los panes mientras se canta:

Alégrate, Virgen Madre de Dios, oh llena de gracia, el Señor es contigo.


Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre,
porque tú has dado a luz al Salvador de nuestras almas.
Después de la bendición de los panes (como está escrito más arriba, se dice: Señor
Jesucristo Dios nuestro, que has bendecido cinco panes…) el sacerdote
canta una vez el siguiente verso:

Los ricos conocerán el hambre y la escasez, pero a aquellos que buscan


al Señor no les faltara ningún bien. (Este verso será después cantado 2 veces por
el coro)

 

40
ORACIONES DE
"ENCENDIMIENTO DE LAS LÁMPARAS"

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Mientras se lee el Salmo 103, el Sacerdote, parado frente al Altar, lee en secreto estas 7
oraciones.

Roguemos al Señor; Señor ten piedad.


Primera Oración
Señor, compasivo y misericordioso, pacientísimo y muy clemente, presta
oído a nuestra oración y atiende la voz de nuestra súplica. Danos una
señal para bien. Condúcenos por tu camino, para que marchemos en tu
verdad. Alegra nuestros corazones para que temamos tu santo Nombre.
Porque Tú eres grande y hacedor de maravillas; Tú sólo eres Dios, y
entre dioses no hay semejante a Ti, Señor; poderoso en misericordia y
bondadoso en fortaleza, para socorrer, consolar y salvar a todos los que
tenemos esperanza en tu santo Nombre.
Porque a Ti se deben toda gloria, honor y adoración: Padre,  Hijo y
Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Segunda Oración
Señor, no nos reprendas con tu ira, ni nos amonestes en tu furor;
muéstrate con nosotros en cambio Médico y Sanador de nuestras almas
según tu condescendencia. Guíanos al puerto de tu santa voluntad.
Ilumina los ojos de nuestros corazones al conocimiento de tu verdad y
concede que el resto del presente día y todo el tiempo de nuestra vida
sea pacífico y sin pecado. Por las intercesiones de la santísima Madre de
Dios y de todos los santos.
Porque tuyos son reino, el poder y la gloria: Padre,  Hijo, y Espíritu
Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
41
Tercera Oración
Señor Dios nuestro, acuérdate de nosotros tus pecadores e inútiles
siervos, cuando invocamos tu santo Nombre y no nos avergüences en la
esperanza de tu misericordia; en cambio, concédenos Señor, todas las
peticiones que nos conduzcan a la salvación. Haznos dignos de amarte y
de temerte con todo nuestro corazón y de hacer siempre tu voluntad en
todas las cosas.
Porque eres un Dios bueno y amante de la humanidad, y a Ti rendimos
gloria: Padre,  Hijo, y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos
de los siglos. Amén.
Cuarta Oración
Tú, a quien ininterrumpidamente son cantados himnos y doxologías
incesantes por las santas Potestades, llena nuestra boca de tu alabanza
para que podamos engrandecer tu santo Nombre; y concédenos parte y
herencia con todos los que en verdad te temen y guardan tus mandatos.
Por las intercesiones de la santísima Madre de Dios y de todos tus
santos.
Porque a Ti se debe toda gloria, honor y adoración: Padre,  Hijo y
Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Quinta Oración
Señor, Señor, quien en la purísima palma de tu mano sostienes el
universo; que eres misericordioso con nosotros y desistes de castigarnos
por nuestras maldades; acuérdate de tu compasión y de tu misericordia.
Visítanos con tu bondad, y concédenos poder evadir, durante el resto de
este día, las diversas maquinaciones del maligno, y conserva nuestra
vida sin sus asechanzas, por la gracia de tu santísimo Espíritu.
Por la misericordia y el amor a la humanidad de tu Hijo Unigénito, con
quien eres bendito,  juntamente con tu santísimo, bueno y vivificador
Espíritu, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Sexta Oración
Dios, grande y maravilloso, que gobiernas todo el universo con inefable
bondad y abundante providencia; que nos has regalado los bienes
terrenales, y nos garantizas el reino prometido por las buenas cosas que
42
ya nos concediste. Que has hecho que evitemos cualquier inclinación
maligna durante lo transcurrido de este día, concédenos completar lo
que resta de él, sin mancha ante tu santa gloria, y cantándote a ti el único
Dios, bueno y amante de la humanidad.
Porque Tú eres nuestro Dios y a ti rendimos gloria: Padre,  Hijo y
Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Séptima Oración
Dios grande y altísimo, el único poseedor de inmortalidad, que moras en
la luz inaccesible; que has formado toda la creación con sabiduría; que
pusiste división entre la luz y las tinieblas: colocando al sol para regir el
día, la luna y las estrellas para regir la noche; que nos has hecho dignos a
nosotros pecadores, en esta hora presente, de llegar ante tu presencia en
confesión, y presentarte nuestra doxología vespertina. Tú mismo, Señor,
amante de la humanidad, dirige nuestra oración como incienso ante Ti, y
recíbela como perfume de suave fragancia. Concede también que esta
tarde y la noche que se aproxima sean pacificas. Revístenos con
armadura de luz. Líbranos del temor nocturno y de todo lo que se
mueve en las tinieblas. Danos un sueño reparador para dar reposo a
nuestra debilidad y líbranos de toda fantasía diabólica. Si, Maestro de
todos y dador de todo lo bueno, para que siendo movidos a compunción
sobre nuestro lecho, nos acordemos durante la noche de tu nombre; y
siendo iluminados con la meditación en tus mandamientos, nos
levantemos con gozo de alma para glorificar tu bondad; presentando a
tu compasión súplicas y plegarias, por nuestros propios pecados y los de
todo tu pueblo, por las intercesiones de la santísima Madre de Dios.
Porque eres Dios bueno y amante de la humanidad, y a Ti rendimos
gloria: Padre,  Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos
de los siglos. Amén.

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
43
Los Ocho Tonos

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
Tono 1
SÁBADO, VÍSPERAS MAYORES (VISCHERNIA).
Para Señor, a ti he clamado, cantamos 10 estiquios: 7 de los Ocho Tonos (es decir,
3 de la Resurrección y 4 graduales) y 3 del Menaio. Los estiquios de la Resurrección,
tono I
1. Oh Señor Santo, recibe nuestras oraciones vespertinas, y concédenos
el perdón de nuestros pecados, porque solo tú has revelado tu gloriosa
Resurrección al mundo.
2. Rodead a Sión, oh pueblos, rodeadla, y glorificad al que en medio de
ella se levantó de entre los muertos, porque Él es nuestro Dios, el que nos
ha librado de nuestros pecados.
3. Venid, oh pueblos, y cantemos a Cristo, y postrémonos ante Él,
glorificando su Resurrección de entre los muertos, porque Él es nuestro
Dios, que al mundo libró del engaño del enemigo.
Los estiquios graduales, tono I
1. Regocijaos oh cielos, tocad trompetas cimientos de la tierra, dad
estruendos de alegría montes, porque he aquí que Emmanuel ha clavado
en la Cruz nuestros pecados, y el Dador de Vida ha dado muerte a la
muerte, levantando a Adán, por amor a la humanidad.
2. Al que en la carne, por nuestra causa y por su propia voluntad:
padeció, fue crucificado, murió, fue sepultado, y resucitó de entre los
muertos, cantemos diciendo: confirma en la ortodoxia a tu Iglesia, oh
Cristo, y da paz a nuestra vida, porque eres bueno y amas a la
humanidad.
3. Estando ante tu vivificadora tumba, nosotros, aunque indignos,
ofrecemos glorificación a tu inefable ternura, Cristo Dios nuestro, porque
44
aceptaste la Cruz y la muerte, oh Impecable, para conceder la
resurrección al mundo, Amante de la humanidad.
4. Cantemos al Verbo sin principio y coeterno con el Padre, que brotó
inefablemente del vientre virginal, que de su propia voluntad y por
causa nuestra aceptó la Cruz y la muerte, y se levantó en gloria diciendo:
¡Gloria a ti, Señor, Dador de vida, Salvador de nuestras almas!
Luego tres estiquios del Menaio
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Teotoquio (Dogmático)
Cantemos a María Virgen, nacida del género humano, quien dio a luz al
Maestro de todo, gloria del mundo entero, puerta del cielo, canto de los
ángeles y adorno de los fieles, porque ella se reveló como cielo y templo
de la divinidad, destruyendo la fortaleza de la enemistad, introdujo la
paz y abrió las cerradas puertas del Reino. Por tanto, teniendo en ella la
confirmación de la fe, tenemos también al Defensor, al Señor nacido de
ella. Sé valiente, pueblo de Dios, sé valiente, porque Él conquistará a tus
enemigos, mostrando que es Todopoderoso.
La Entrada y... Luz apacible...
El Proquímenon del día, El Señor se ha hecho Rey... y después de las letanías el
Apóstica
Apóstica de la Resurrección, tono I.
Por tu Pasión, oh Cristo, hemos sido redimidos del pecado, y por tu
Resurrección hemos sido librados de la corrupción; Señor, gloria a ti.
El Señor ha reinado, de magnificencia se ha vestido.
Antes del 2º Apóstico:
El Señor se ha vestido de poder y se ha ceñido.
Regocíjese la creación, alégrense los cielos, aplaudan con gozo las
naciones, porque Cristo nuestro Salvador ha clavado nuestros pecados
en la Cruz. Dando muerte a la muerte y levantando a Adán, padre de
la humanidad, nos ha concedido vida, porque solo El ama a los hombres.
Cimentó, en efecto al mundo, el cual no tambaleará.
Antes del 3º Apóstico:
Rey de los cielos y de la tierra, tú que eres inescrutable, por tu propia
voluntad fuiste crucificado por amor a los hombres; habiéndose
45
enfrentado contigo el infierno fue contrariado, las almas de los justos
se alegraron al recibirte, y Adán al verte a ti, Creador, destruyendo la
muerte, también él se levantó. ¡Qué maravilla que la Vida de todos ha
probado la muerte! Mas tú quisiste alumbrar al mundo, que clama a ti
diciendo: Tú que de entre los muertos resucitaste Señor ¡Gloria a ti!
Antes del 4º Apóstico: A tu casa Señor, es debida santificación, por largos
días.
Las portadoras de mirra, llevando perfumes, se apresuraron a tu tumba
lamentándose, y no hallando tu purísimo cuerpo, se enteraron por el
ángel de la nueva y Gloriosísima maravilla, luego dijeron a los
apóstoles: Ha resucitado el Señor que al mundo concede la gran
misericordia.
Gloria...del Menaio, si hay, pero si no:
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
He aquí que se ha cumplido la profecía de Isaías, porque siendo Virgen
tú concebiste y permaneciste después del alumbramiento intacta como lo
eras antes; porque el que nació de ti era Dios, y así fue renovada la
naturaleza. Por lo tanto, oh Madre de Dios, no desprecies las súplicas
que tus siervos te ofrecen en tu templo, y puesto que has llevado en tus
brazos al Compasivo, ten compasión de tus siervos e intercede para que
salve nuestras almas.
Luego: Ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo irse en paz... el Trisagio, y después del
Padre nuestro... el tropario, tono I:
Tropario de la Resurrección (Apolitíquio), tono I.
Estando la piedra sellada por los judíos, y mientras los soldados
vigilaban tu purísimo Cuerpo, te levantaste al tercer día, oh Salvador,
dando vida al mundo. Por ello las potestades de los cielos te aclaman,
Dador de Vida: ¡Gloria Cristo, a tu Resurrección; gloria a tu Reino; gloria
a tu Providencia; oh único amante de la humanidad!
Gloria al Padre  ... ahora y siempre...
46
El Teotoquio
Al saludarte Gabriel, oh virgen, con el ¡Salve! Se encarnó en ti el Señor
de todo. Oh arca sagrada, como te llamó el justo David; fuiste hecha más
extensa que los cielos llevando dentro de ti a tu Creador. Gloria al que en
ti habitó, gloria al que de ti brotó, gloria al que por tu alumbramiento
nos liberó.
Si hay Vigilia, en vez del tropario y el Teotoquio se canta tres veces, Salve, oh Virgen
Madre de Dios...Luego:
Bendito sea el nombre del Señor, desde ahora y para siempre (tres veces)
Y el sacerdote da la bendición.

DOMINGO, EN LA LITURGIA.
En la Liturgia, cuando se cantan los salmos típicos, estos estiquios con La
Bienaventuranzas, tono I:
1. Por comer del árbol prohibido, perdió Adán el paraíso, y por el árbol
de la Cruz, Cristo introdujo en él al buen ladrón que clamaba:
¡Acuérdate de mí, cuando vengas en tu Reino!
2. Adoro tu Pasión, glorifico también tu Resurrección; por eso
uniéndome a Adán y al buen ladrón, clamo a ti: ¡Acuérdate de mí,
Señor, cuando vengas en tu reino!
3. Fuiste crucificado, oh Impecable, y fuiste voluntariamente puesto en
una tumba, mas has resucitado siendo Dios, levantando contigo a
Adán, que clamaba: ¡Acuérdate de mí, cuando vengas en tu Reino!
4. El templo de tu Cuerpo levantaste de tu sepultura de tres días,
juntamente con Adán has levantado, oh Cristo Dios, a sus
descendientes que a ti claman: ¡Acuérdate de nosotros cuando
vengas en tu reino!
5. Las portadoras de mirra llegaron temprano lamentándose a tu
tumba, oh Cristo Dios nuestro, y hallaron a su lado al ángel sentado
vestido de blanco, el cual exclamó: ¿Qué buscáis? Cristo ha
resucitado; en adelante no lloréis.
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6. Tus apóstoles, oh Señor, habiendo llegado al monte que tú les
ordenaste, habiéndote visto a ti Salvador, te adoraron. A éstos los
enviaste luego a las naciones a doctrinarlas y a bautizarlas.
Gloria al Padre,...
A la trinidad: Adoremos todos juntos al Padre, glorifiquemos al Hijo, y
cantemos al Santísimo Espíritu, clamando y diciendo: Santísima
Trinidad, sálvanos a todos.
Ahora y siempre...
Tu pueblo, oh Cristo, pone ante a ti a tu madre como intercesora; por sus
preces concédenos, tú que eres bueno, tus compasiones para que te
glorifiquemos a ti, que brillaste sobre nosotros desde la tumba.
El contaquio, tono I.
Tú como Dios, te has levantado de la tumba, y has revivificado al mundo
y a la naturaleza humana; por eso, te cantamos a ti, que eres Dios y que
has vencido a la muerte. Adán se regocija oh Maestro, y Eva, ahora libre
de sus vínculos, se alegra y exclama: Tú, oh Cristo, eres el que a todos da
la resurrección.
Proquímenon, tono I.
¡Cuánto te han engrandecido tus obras, Señor! Todo lo has creado con
sabiduría.
Verso: Bendice, alma mía al Señor. Salmos 32
Aleluya, tono I.
Es Dios quien me asegura la victoria y somete mis adversarios.
Verso: Salva maravillosamente a su siervo y muestra su misericordia con
su ungido.
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Tono 2
SÁBADO, VÍSPERAS MAYORES (VISCHERNIA)
Para Señor, a ti he clamado, cantamos 10 estiquios, de los Ocho Tonos 7 (es decir, tres
de la Resurrección y 4 graduales) y 3 del Menaio.
Los estiquios de la Resurrección, tono 2:
1. Venid, adoremos al que del Padre nació antes de todos los siglos, al
Verbo de Dios, encarnado de la Virgen María. Porque habiendo sufrido
la Cruz por su propia voluntad, fue enterrado. Luego se levantó de entre
los muertos, y me salvó a mí, que estaba perdido.
2. Cristo nuestro Salvador clavó a la Cruz la antigua condena contra
nosotros y la borró, y el poder de la muerte abolió. Adoremos pues su
Resurrección al tercer día.
3. Cantemos con los arcángeles la Resurrección de Cristo. Él es el
Redentor y Salvador de nuestras almas. Y otra vez ha de venir con
temible gloria y fuerte potestad a juzgar al mundo que Él creó.
Los estiquios graduales, tono 2
1. A ti que fuiste crucificado y sepultado, el ángel te proclamó Maestro
y dijo a las mujeres: Venid y ved vacio el lugar donde fue puesto el
Señor. Ha resucitado, como lo había dicho, porque El es todopoderoso.
Te adoramos a ti, el único inmortal, oh Cristo Dador de Vida, ten piedad
de nosotros.
2.Por tu Cruz aboliste la maldición del árbol; por tu sepultura diste
muerte al poder de la muerte; y por tu Resurrección iluminaste la raza
humana. Te aclamamos, oh Cristo Dios nuestro, gloria a ti.
3. Las puertas de la muerte se abrieron ante ti con temor oh Señor, y al
verte los porteros del infierno temblaron. Rompiste sus puertas de
bronce y hollaste sus rejas de hierro; nos sacaste de las tinieblas de
muerte y anulaste la antigua condena.
4. Entonemos todos un canto de salvación; Venid todos, postrémonos
en la casa del Señor, anunciando, que tú fuiste crucificado en un
madero, que te levantaste de entre los muertos, y que permaneces en el
seno del Padre, limpiándonos de nuestros pecados.
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Luego tres estiquios del Menaio
Gloria... ahora... y
Teotoquio (dogmático)
La sombra de la ley ha sido iluminada por la venida de la gracia, y como
en otro tiempo ardía la zarza sin consumirse, así, oh Virgen madre, diste
a luz permaneciendo siempre virgen; en lugar de la columna de fuego,
brilló el Sol de Justicia, y en lugar del libertador Moisés, tenemos a
Cristo, el Salvador de nuestras almas.
La Entrada y luz apacible.
El Proquímenon del día, El Señor se ha hecho Rey... y después de las letanías, el
Apóstica.
Apóstica de la Resurrección, tono 2
Tu Resurrección, Cristo Salvador, ha iluminado al mundo entero y tú has
llamado a tu criatura a la vida, oh Señor poderoso, gloria a ti.
El Señor ha reinado, de magnificencia se ha vestido.
Antes del 2º Apóstico:
El Señor se ha vestido de poder y se ha ceñido.
Por el árbol, Salvador, has anulado la maldición del árbol; y por tu
sepultura has dado muerte al poder de la muerte; has iluminado al
género humano por tu Resurrección. Por tanto, te aclamamos, Cristo
Dador de Vida, Dios nuestro, gloria a ti.
Antes del 3º Apóstico: Cimentó, en efecto al mundo, el cual no tambaleará.
Tú, oh Cristo, cuando apareciste clavado en la Cruz invertiste la
hermosura de la creación. Y en crueldad los soldados traspasaron tu
costado con una lanza. Y los judíos, no creyendo en tu autoridad rogaron
que se sellara tu tumba. Mas tú, por la compasión de tus misericordias te
sometiste a la sepultura, y te levantaste al tercer día, oh Señor, gloria a ti.
Antes del 4º Apóstico: A tu casa Señor, es debida santificación, por largos
días.
Oh Cristo, Dador de Vida, sufriste la Pasión voluntariamente por los
mortales. Descendiste al infierno con fuerte poder y arrebataste de la
mano del monstruo a los que te esperaban allí, dándoles una morada en
el paraíso a cambio del infierno. Por tanto concédenos a los que
50
glorificamos tu Resurrección al tercer día purificación de nuestros
pecados y tu gran misericordia.
Gloria del Menaio, si hay, pero si no
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Oh milagro nuevo mayor que todos los milagros antiguos, pues ¿quién
ha sabido de una madre que haya dado a luz sin varón y que haya
llevado en sus brazos al que sostiene a la creación entera? Fue la
voluntad de Dios nacer de ti. Tú, oh Purísima, lo has llevado en tus
brazos como niño y con Él posees privilegio materno. No ceses pues de
rogarle por los que te honramos, para que tenga compasión de nosotros
y salve nuestras almas.
Luego: “Ahora, Señor, deja ir en paz a tu siervo”… el Trisagio, y después del Padre
Nuestro. El tropario, tono 2
Tropario de la Resurrección (Apolitíquio), tono 2
Cuando descendiste a la muerte, oh Vida Inmortal, destruiste el poder
del infierno con el resplandor de tu divinidad, y cuando resucitaste a los
muertos de sus sepulcros, las potestades celestiales exclamaron: ¡oh
Dador de Vida, Cristo Dios nuestro, gloria a Ti!
Gloria al Padre... ahora y siempre...
El Teotoquio
Sobremanera gloriosos, trascendiendo todo entendimiento, son todos tus
misterios, oh virgen madre, porque siendo sellada en pureza y
preservada en virginidad fuiste reconocida como la Madre que diste a
luz al Dios verdadero. Por tanto ruégale que salve nuestras almas.
Si hay vigilia, en vez del tropario y el Teotoquio, se canta tres veces, Salve, oh Madre de
Dios, Virgen...
Luego: Bendito sea el nombre del Señor, desde ahora y para siempre. (Tres
veces.)
Y el sacerdote da la bendición.
51
DOMINGO, EN LA LITURGIA
En la Liturgia, cuando se cantan los Salmos Típicos, estos estiquios con las
Bienaventuranzas, tono 2.
1. La suplica del ladrón te ofrecemos y clamamos a ti: acuérdate,
Salvador, de nosotros en tu Reino.
2. Te ofrecemos la Cruz por el perdón de nuestras ofensas. Por nosotros
tu la recibiste, oh Amante de los hombres.
3. Veneramos, oh Maestro, tu sepultura y tu Resurrección, por las que
has librado al mundo de la corrupción, oh Amante de los hombres.
4. Por tu muerte, oh Señor, ha sido devorada la muerte, y por tu
Resurrección, oh Salvador, el mundo ha sido salvado.
5. Los que dormían en las tinieblas te han visto a ti que eres la Luz, y se
levantaron del abismo del infierno, oh Cristo.
6. Cuando te levantaste de la tumba, las mujeres portadoras de mirra te
encontraron y tú mandaste a tus discípulos que proclamaran tu
Resurrección.
Gloria a la Trinidad: Glorifiquemos al Padre, adoremos al Hijo, y
fielmente cantemos al Espíritu Santo.
Ahora y...
Salve, oh Trono y figura de la zarza ardiente; Salve, oh Esposa sin
desposar; Salve, oh Virgen que diste a luz a Dios para la salvación de los
hombres.
El contaquio, tono 2
Te has levantado de la tumba, Salvador Todopoderoso, y el infierno,
viendo esta maravilla, se amedrentó y los muertos resucitaron. La
creación también se regocija contigo y se alegra Adán. El mundo,
Salvador mío, te canta para siempre.
Proquímenon, tono 2
El Señor es mi fortaleza y mi cantar, y se ha hecho mi salvación.
Verso: El Señor me ha castigado sobremanera, mas no me ha entregado a
la muerte.
52
Aleluya, tono 2:
Que el Señor te escuche en el día de la tribulación; que te proteja el
nombre del Dios de Jacob.
Verso: Oh Señor, salva al rey, y escúchanos en el día en que te clamemos.

Tono 3
SÁBADO, VÍSPERAS MAYORES (VISCHERNIA)
Para Señor, a ti he clamado, cantamos 10 estiquios, de los Ocho Tonos 7 (es decir, 3 de
la Resurrección y 4 graduales).
Los estiquios de la Resurrección, tono 3
1. Por tu Cruz, oh Cristo Salvador nuestro, el dominio de la muerte ha
sido destrozado, el engaño del Diablo ha sido anulado y la raza de los
hombres salvada por la fe, por eso te ofrecemos himnos sin cesar.
2. Ha sido iluminado todo por tu Resurrección, Señor, de nuevo está
abierto el paraíso y toda la creación, exaltándote, himnos te ofrece sin
cesar.
3. Glorifico del Padre y del Hijo el poder, y canto del Espíritu Santo la
autoridad; Deidad invisible, increada, Trinidad consubstancial, para
siempre reinante.
Los estiquios graduales, tono 3
1. Tu preciosa Cruz adoramos, oh Cristo, y cantamos y glorificamos tu
Resurrección, porque por tus heridas fuimos todos sanados.
2. Cantamos al Salvador encarnado de la Virgen, porque por nosotros
fue crucificado y al tercer día resucitó concediéndonos la gran
misericordia.
3. Hasta el infierno descendió Cristo y les anunció a los que estaban en
él: animaos, ahora he vencido, yo soy la Resurrección y os levantaré,
porque he destrozado las puertas de la muerte.
4. Siendo indignos de estar en tu inmaculada Casa, un himno
vespertino te ofrecemos, clamando de lo profundo de nuestro corazón:
oh Cristo Dios nuestro, Tú que iluminas al mundo por tu Resurrección al
53
tercer día, libra a tu pueblo de las manos de sus enemigos, pues solo
Tú eres Amante de los hombres.

Luego tres estiquios del Menaio


Gloria... ahora...
Teotoquio (dogmático):
Oh Augustísima ¿cómo no nos maravillarnos por tu alumbramiento del
Dios-hombre? Porque sin conocer varón, oh Purísima, en la carne diste a
luz sin padre al Hijo, que fue engendrado del Padre antes de todos los
siglos sin madre, y que no sufrió cambio alguno, ni confusión, ni
división, mas conservó plenamente lo propio de cada sustancia. Por
tanto, Virgen Madre Señora nuestra, ruégale a Él que salve a los
ortodoxos que a ti, como Madre de Dios, te confesamos.
La Entrada y Luz apacible...
El Proquímenon del día, El Señor se ha hecho Rey... y después de las letanías, el
Apóstica

Apóstica de la Resurrección, tono 3


Por tu Pasión, oh Cristo, oscureciste el sol, y por la Luz de tu
Resurrección lo has iluminado todo. Acepta nuestro himno vespertino,
Amante de los hombres.
El Señor ha reinado, de magnificencia se ha vestido.
Antes del 2º Apóstico:
El Señor se ha vestido de poder y se ha ceñido
Tu vivificante Resurrección, oh Señor, ha iluminado a todo el mundo, y
ha reclamado tu creación, que había sido corrompida. Por tanto, librados
de la maldición de Adán, te aclamamos, Señor Todopoderoso: ¡Gloria a
ti!
Antes del 3º Apóstico: Cimentó, en efecto al mundo, el cual no tambaleará.
Siendo Dios inmutable, sufriendo en la carne te cambiaste, y la creación,
no pudiendo contemplarte suspendido, se agobió por temor, y
lamentando te canta por tu pasión.
Descendiendo al infierno, tú has resucitado al tercer día, dando al
mundo vida y gran misericordia.
54
Antes del 4º Apóstico: A tu casa Señor, es debida santificación, por largos
días.
Para librar nuestra raza de la muerte, oh Cristo, sufriste la muerte, y al
tercer día, resucitando de entre los muertos, has levantado contigo a los
que te conocen como Dios, y has iluminado al mundo. Señor, gloria a ti.
Gloria... del Menaio, si hay, pero si no
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Sin simiente, del Espíritu Divino, por la voluntad del Padre has
concebido al Hijo de Dios, que sin madre era del Padre antes de todos los
siglos, que por causa nuestra de ti nació en la carne sin padre, y tú le has
amamantado como criatura. Por eso, no ceses de interceder que Él libre
de peligros nuestras almas.
Luego: Ahora Señor, deja ir en paz a tu siervo..., el Trisagio, y después del Padre
Nuestro.
Tropario, de la Resurrección (Apolitíquio), tono 3
Regocíjense los cielos, y alégrese la tierra, porque ha manifestado el
Señor la fuerza de su brazo, y con su muerte venció a la muerte.
Llegando a ser el primogénito de entre los muertos; nos ha librado de las
entrañas del infierno, revelando al mundo su gran misericordia.
Gloria al Padre, ... ahora y siempre...
El Teotoquio
Te cantamos a ti, que eres Mediadora por la salvación de nuestra raza,
Virgen Madre de Dios, porque de ti tomó carne, tu Hijo y Dios nuestro,
después de aceptar la Pasión de la Cruz, nos redimió de la corrupción,
pues El es amante de los hombres.
Si hay Vigilia, en vez del tropario y el Teotoquio, se canta tres veces, Salve, oh Virgen
Madre de Dios... Luego
Bendito sea el nombre del Señor desde ahora y para siempre. (Tres veces.)
Y el sacerdote da la bendición.
55
DOMINGO, EN LA LITURGIA

En la Liturgia, cuando se cantan los Salmos Típicos, estos estiquios con las
Bienaventuranzas, tono 3
1. Oh Dios, has expulsado a nuestro padre Adán del paraíso, porque él
había transgredido tu mandamiento. Y tú Cristo por tu compasión
has hecho vivir allí al ladrón que en la Cruz te confesó clamando:
Acuérdate de mí, Salvador en tu Reino.
2. Dador de vida y Señor, a los que habíamos pecado nos condenaste a
la maldición de la muerte. Y sufriendo en tu impecable cuerpo, has
hecho vivir a los mortales que claman: acuérdate de nosotros también
en tu Reino.
4. Señor resucitado de entre los muertos, nos has resucitado de la
muerte y destruiste toda su fuerza por tu Resurrección. Por tanto,
con fe clamamos a ti: acuérdate de nosotros también en tu Reino.
5. Por tu sepultura de tres días, tú has levantado a los que estaban
muertos en el infierno, dándoles vida. Y siendo bueno has derramado
incorruptibilidad sobre todos los que siempre con fe clamamos a ti:
acuérdate de nosotros también en tu Reino.
6. Habiéndote levantado de la tumba te apareciste primero a las
mujeres portadoras de mirra, y por ellas hiciste saber a tus amigos de
tu Resurrección, oh Cristo: acuérdate de nosotros también en tu
Reino.
7. En el monte, Moisés con los brazos extendidos, prefiguró la Cruz y
derrotó a Amalec; y habiéndola recibido con fe como poderosa arma
contra los demonios, todos clamamos a ti: acuérdate de nosotros
también en tu Reino.

Gloria al Padre,...

A la Trinidad Cantemos, oh fieles, con fe, las alabanzas del Padre, del
Hijo y del Espíritu Santo, porque la Trinidad es triple Luz, a semejanza
de un solo sol, iluminando a todos los que clamamos: acuérdate también
de nosotros en tu Reino.
56
Ahora y siempre...

Salve, Puerta de Dios, por quien pasó el Hacedor encarnado,


preservándote sellada. Salve, Nube iluminada, que llevó a Cristo, la
Divina Lluvia. Salve, Escalera y Trono Celestial. Salve, Monte de Dios
que manando leche ha quedado intacta.

El contaquio, tono 3
Este día tú, oh Compasivo, te has levantado de la tumba y nos has
conducido fuera de las puertas de la muerte. Este día Adán exulta y Eva
se regocija; con ellos los profetas y patriarcas alaban sin cesar el divino
poder de tu autoridad.
Proquímenon, tono 3
Cantad salmos a nuestro Dios; cantad salmos a nuestro Rey.
Verso: Aplaudid juntos pueblos todos; clamad a Dios con voz de júbilo.
Aleluya, tono 3
En ti Señor he confiado; no permitas que sea yo confundido. Por tu
justicia líbrame.
Verso: Se tú para mí un Dios protector, y un refugio para mi salvación.

Tono 4
SÁBADO, VÍSPERAS MAYORES (VISCHERNIA)
Para Señor, a ti he clamado, cantamos 10 estiquios, de los Ocho Tonos 7 (es decir 3 de la
Resurrección y 4 graduales) y tres del Menaio.
Los estiquios de la Resurrección, tono 4
1. Adoramos sin cesar tu vivificante Cruz, Cristo Dios nuestro, y
glorificamos tu Resurrección al tercer día, porque por ella, oh
Todopoderoso, has renovado la naturaleza corrompida de los hombres.
Y de nuevo has abierto para nosotros las puertas del paraíso, porque solo
tú eres bueno y amas a los hombres.
2. Clavado voluntariamente al madero de la Cruz, tú has abolido el
castigo de desobediencia cometida por medio del árbol, y habiendo
descendido al infierno, siendo Todopoderoso, has roto los vínculos
57
mortales. Por tanto, adoramos tu Resurrección de entre los muertos, y
regocijados clamamos: gloria a ti, Señor Todopoderoso.
3. Has roto las puertas del infierno Señor, y por tu muerte has puesto
fin al dominio de la muerte, libertando a los hombres, y concediendo al
mundo la incorruptibilidad, la Vida y tu gran misericordia.
Los estiquios graduales, tono 4
1. Venid, pueblos todos, cantemos la Resurrección al tercer día del
Salvador, porque por ella hemos sido librados de los vínculos
inquebrantables del infierno, y habiendo recibido la incorruptibilidad y
la Vida, clamemos todos: Sálvanos por tu Resurrección, tú que fuiste
crucificado, sepultado y resucitado, porque solo tú amas a los hombres.
2. Los ángeles y los hombres cantan tu Resurrección al tercer día oh
Salvador, pues has iluminado los confines de la tierra, y todos, librados
de la esclavitud del Enemigo, a ti clamamos: Salvador Todopoderoso,
Creador de la Vida, sálvanos por tu Resurrección, porque solo tú amas a
los hombres.
3. Has roto las puertas de bronce; has quebrantado las cadenas, y has
levantado al hombre caído, Cristo Dios nuestro. Por tanto, aclamamos
unánimes: Señor resucitado de entre los muertos: ¡gloria a ti!
4. Tu nacimiento del Padre es eterno y sin tiempo Señor; tu encarnación
es inexplicable y sobrepuja al entendimiento del hombre, y tu descenso
al infierno dio miedo al diablo y a sus ángeles. Porque al tercer día tu
resucitaste hollando a la muerte, y dando a los hombres la
incorruptibilidad y gran misericordia.
Luego tres estiquios del Menaio.
Gloria al Padre… ahora y…
Teotoquio (dogmático)
David, el profeta, hecho antepasado de Dios, por medio de ti, cantó
antiguamente en salmos las grandes cosas hechas por ti: a tu diestra
estaba la Reina. Porque Dios que sin padre quiso hacerse hombre por ti,
te ha hecho Madre de la Vida y Mediadora, para renovar la imagen
corrompida del hombre por las pasiones, y Cristo encontrando la oveja
perdida entre los montes, llevarla en sus hombros y ofrecerla al Padre,
58
quien mostrando grande y rica misericordia, quiso agregarla a las
huestes angelicales y salvar al mundo por medio tuyo, oh Madre de
Dios.
La Entrada y Luz apacible…
El Proquímenon del día, El Señor se ha hecho Rey… y después de las letanías, el
Apóstica
Apóstica de la Resurrección, tono 4
Ascendiendo a la Cruz Señor, has abolido la maldición ancestral, y
descendiendo al infierno y libertando a los que estaban vinculados desde
la eternidad, has dado a los hombres la incorrupción y la vida. Cantamos
y glorificamos, por tanto, tu redentora Resurrección al tercer día.
El Señor ha reinado, de magnificencia se ha vestido.
Antes del 2º Apóstico:
El Señor se ha vestido de poder y se ha ceñido.
Colgado del árbol, tú que solo eres poderoso, has sacudido la creación
entera; sepultado has levantado a los que estaban allí, y has concedido la
vida e incorrupción a los hombres. Cantamos y glorificamos, por tanto,
tu redentora Resurrección al tercer día.
Antes del 3º Apóstico: Cimentó, en efecto al mundo, el cual no tambaleará.
El pueblo impío que te entregó oh Cristo, a Pilatos, te condenó a la
crucifixión mostrando ingratitud para con su Benefactor. Más tú quisiste
sufrir la sepultura, y por tu propio poder divino resucitaste al tercer día,
para darnos vida sin fin y mostrar tu gran misericordia.
Antes del 4º Apóstico: A tu casa Señor es debida santificación, por largos
días.
Las mujeres que te buscaban llegaron llorando hasta tu tumba, y no
encontrándote se lamentaron y llorando dijeron: oh Salvador nuestro y
Señor de todos ¿cómo fuiste hurtado? Y ¿qué lugar contiene tu
vivificante cuerpo? Un ángel se les apareció y contestó: no lloréis, id mas
bien y proclamad las buena nueva de que el Señor ha resucitado y nos
concede la felicidad, porque solo él es compasivo.
Gloria… del Menaio, si lo hay, pero si no
59
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y por
los siglos de los siglos. Amén.
Atiende, Virgen inmaculada a las súplicas de tus siervos. Has reprimido
los feroces ataques dirigidos contra nosotros y apaciguas nuestra
angustia. Tú eres el único refugio seguro y firme, y hemos obtenido tu
intercesión. No seamos avergonzados, oh Señora, los que clamamos a ti:
apresúrate a escuchar las súplicas de los que con fe clamamos a ti: Salve
Señora, Socorro de todos, Regocijo, Amparo y Salvación de nuestras
almas.
Luego: Ahora, Señor, deja ir en paz a tu siervo… el Trisagio, y después del Padre
Nuestro… el tropario, tono 4
Tropario de la Resurrección (Apolitíquio), tono 4
Las Discípulas del Señor, al conocer del Ángel el glorioso anuncio de la
Resurrección y rechazando la sentencia ancestral, con entusiasmo decían
a los Apóstoles: ¡la muerte ha sido vencida, Cristo nuestro Dios ha
resucitado! dando al mundo su gran misericordia.
Gloria al Padre,… ahora y siempre…
El Teotoquio
El misterio escondido desde la eternidad e ignorado por los ángeles se
reveló a los terrestres por medio de ti, oh Madre de Dios. Dios se encarnó
en unión sin confusión, y por nuestra causa aceptó voluntariamente la
Cruz; y por ella levantó al que había formado primero, y salvó nuestras
almas de la muerte.
Si hay Vigilia, en vez del tropario y el Teotoquio, se canta tres veces, Salve, oh
Theotokos Virgen…
Luego
Bendito sea el nombre del Señor desde ahora y para siempre. (Tres veces.)
Y el sacerdote da la bendición.

DOMINGO, EN LA LITURGIA.
En la Liturgia, cuando se cantan los Salmos Típicos, estos estiquios con las
Bienaventuranzas, tono 4
60
1. Por el árbol fue privado Adán del paraíso; por el madero de la
Cruz fue el ladrón a vivir en él. El primero, al probar la fruta, rechazó
el mandamiento del Creador, y el otro, crucificado contigo te confesó
a ti, Dios incógnito, y clamó: acuérdate de mí en tu Reino.
2. Ascendiendo a la Cruz Señor, has destruido el poder de la muerte y
has borrado la antigua sentencia contra nosotros. Tú que amas a los
hombres, danos el arrepentimiento del ladrón a los que con fe
adoramos y clamamos a ti, oh Cristo Dios nuestro: acuérdate también
de nosotros en tu Reino.
3. Por la lanza y la Cruz, oh Señor, has roto el antiguo decreto contra
nosotros, y al ser contado entre los muertos, has atado al tirano
librándonos de los vínculos del infierno por tu luminosa
Resurrección. Por eso clamamos a ti, Señor que amas a los hombres:
acuérdate también de nosotros en tu Reino.
4. Oh tu que fuiste crucificado y te levantaste de la tumba al tercer día,
y siendo poderoso, contigo levantaste a Adán a quien formaste
primero. Tú que solo eres inmortal, concédeme Señor volverme de
todo corazón al arrepentimiento y clamar a ti siempre con ferviente
fe: acuérdate de mí, oh Salvador, en tu Reino.
5. El que es libre de sufrimiento, por nosotros se hizo un varón de
dolores, y al ser clavado en la Cruz por su propia voluntad, con él
nos levantó. Por eso, glorificamos su Cruz, su Pasión y su
Resurrección, por las cuales hemos sido renovados y salvados,
clamando: acuérdate también de nosotros en tu Reino.
6. Al que resucitó de entre los muertos destruyendo el poder de la
muerte, al que vieron las portadoras de mirra y que les saludó
diciendo: Regocijaos, a Él roguémosle, oh fieles, que libre nuestras
almas de la corrupción, siempre clamando con la voz del sabio
malhechor: acuérdate también de nosotros en tu Reino.

Gloria al Padre,…

A la Trinidad Oh fieles, roguemos unánimes que podamos glorificar


dignamente al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, una sola Deidad en
61
tres personas, quedando sin confusión, sencilla, indivisible,
inaccesible; por ella somos librados del fuego de Gehena.
Ahora y…

Oh Cristo, Maestro de grande misericordia, te ofrecemos a tu Madre, que


te engendró sin simiente en la carne y quedó verdaderamente incorrupta
después del alumbramiento, para que nos concedas remisión de los
pecados a los que a ti clamamos siempre: acuérdate también de nosotros
en tu Reino.
El contaquio, tono 4
El Salvador y Redentor mío, siendo Dios, has librado a los hombres de
sus cadenas y ha roto las puertas del infierno, y siendo Maestro ha
resucitado al tercer día.
Proquímenon, tono 4
Cuántas son tus obras, oh Señor, todas las hiciste con sabiduría.
Verso: Bendice alma mía al Señor, Dios mío, mucho te has engrandecido.
Aleluya, tono 4
Ciñe tu espada con majestad y esplendor, cabalga victorioso por causa
de la verdad y de la justicia.
Verso: Amaste la justicia y detestaste la iniquidad, por eso Dios te ungió
con el óleo de la alegría.
Contaquio a La Madre de Dios tono 4
Oh Protectora invencible de los cristianos; Mediadora eficaz ante el
Creador: no desprecies las súplicas de nosotros pecadores, sino acude a
auxiliarnos Virgen bondadosa, a los que te invocamos con fe. Sé presta
en intervenir y apresúrate a presentar nuestras súplicas, oh Madre de
Dios, que siempre proteges a los que te honran.
62
Tono 5
SÁBADO, VÍSPERAS MAYORES (VISCHERNIA)
Para Señor, a ti he clamado, cantamos 10 estiquios, de los Ocho Tonos 7 (es decir, 3 de
la Resurrección y 4 graduales) y tres del Menaio.

Los estiquios de la Resurrección, tono 5


1. Con tu noble Cruz, oh Cristo, has avergonzado al diablo, y con tu
Resurrección has aniquilado el aguijón de la muerte. Nos has salvado de
las puertas de la muerte, y por eso te glorificamos a ti, oh Unigénito.
2. El Dador de la Resurrección a la humanidad fue conducido como
oveja al matadero. Y los príncipes del infierno fueron atemorizados a
causa de Él, y sus portales de agonía fueron levantados, pues Cristo el
Rey de gloria ha entrado por ellos diciendo a los presos: Salid; y a los
que estaban en las tinieblas: manifestaos.
3. Es grande maravilla, porque el Creador de las criaturas invisibles ha
sufrido en la carne por su amor a los hombres, y el Inmortal se ha
levantado. Venid, pues, las naciones todas, adorémosle, porque por su
compasión hemos sido libertados de la desobediencia y hemos
aprendido a alabar a Dios Uno en tres personas.
Los estiquios graduales, tono 5
1. Oh Luz que no tiene ocaso, te ofrecemos el culto vespertino porque
has brillado sobre el mundo en la carne como en un espejo, tú que eres
hasta el fin de los siglos; al infierno descendiste y libraste a los que
estaban en las tinieblas, revelando la Luz de tu Resurrección a las
naciones , Dador de vida, gloria a ti.
2. Glorifiquemos a Cristo, al Autor de nuestra salvación, porque
habiéndose levantado de entre los muertos, ha salvado al mundo del
engaño, los coros de los ángeles se alegraron, la falsedad ha
desaparecido, el caído Adán se levantó y el Diablo fue vencido.
3. Los soldados fueron instruidos por los transgresores de la ley para
ocultar la Resurrección de Cristo, pues les dijeron: tomad la plata y
decid: he aquí que mientras dormíamos el cuerpo fue robado del
sepulcro. Más ¿quién ha sabido o ha visto que un cuerpo fuera robado,
63
desnudo y embalsamado, dejando su mortaja en el sepulcro? No seáis
engañados, oh judíos, recordad lo dicho por los profetas y sabed que éste
es en verdad del Redentor del mundo, el Omnipotente.
4. Oh Señor, Salvador nuestro, que te bajaste al infierno y a la muerte
aplastaste, iluminando al mundo con tu preciosa Cruz: ten piedad de
nosotros.
Luego tres estiqueras del Meneo
Gloria al Padre,… ahora y…
Teotoquio (dogmático)
La figura de la Esposa que no conoció varón fue una vez revelada en el
mar rojo, porque allí Moisés abrió las aguas, y fue Gabriel el ministro
del milagro, Entonces Israel cruzó el abismo a pie enjuto; y ahora la
Virgen ha dado a luz a Cristo sin simiente. El mar permaneció
intransitable después del paso de Israel, y la Purísima permaneció
incorruptible después de dar a luz al Emmanuel. Oh Dios, que desde la
eternidad fuiste, y como hombre apareciste, ten piedad de nosotros.
La Entrada y Luz apacible…
El Proquímenon del día, El Señor se ha hecho Rey… y después de las letanías, el
Apóstica
Apóstica de la Resurrección, tono 5
Oh Cristo Salvador, que sin dejar los cielos te encarnaste, te alabamos
con las voces de nuestro canto porque recibiste la Cruz y la muerte por
causa nuestra, porque eres Señor que amas a los hombres. Destruiste las
puertas del infierno levantándote al tercer día y salvando nuestras almas.
El Señor ha reinado, de magnificencia se ha vestido.
Antes del 2º Apóstico:
El Señor se ha vestido de poder y se ha ceñido.
Tu costado, habiendo sido atravesado oh Dador de Vida, vertió para
todos manantiales de perdón, vida y salvación. Recibiendo la muerte en
la carne, a nosotros nos concediste inmortalidad. Y permaneciendo en la
tumba nos libertaste y nos levantaste en la gloria contigo, porque eres
Dios. Por tanto, clamamos a ti, oh Señor que amas a los hombres, gloria a
ti.
Antes del 3º Apóstico: Cimentó, en efecto al mundo, el cual no tambaleará.
64
Maravillosos son tu crucifixión y tu descenso al infierno. Después de
destruirlo y de llevar contigo a los que estaban encadenados desde
antaño, abriste el paraíso y concediste que en él entrara el hombre.
Límpianos, pues del pecado, a nosotros que glorificamos tu Resurrección
al tercer día y concede que nosotros también moremos en Edén, porque
tú solo eres misericordioso.
Antes del 4º Apóstico: A tu casa Señor es debida santificación, por largos
días.
Tú que por nosotros aceptaste el sufrimiento en la carne y has resucitado
al tercer día de entre los muertos, sana las pasiones de nuestra carne,
levántanos de nuestras penosas iniquidades y sálvanos, porque tú solo
amas a los hombres.
Gloria… del Menaio, si hay, pero si no
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Oh Virgen alabadísima, tú eres Templo y Puerta; Palacio y Trono del
Rey. Cristo el Señor, mi libertador, por medio de ti, se reveló a los que
dormían en las tinieblas, porque Él, el Sol de la justicia, quiso iluminar la
obra de sus manos formada a su imagen. Como tú tienes privilegio
materno con tu Hijo, te suplicamos a ti, alabada de todos los hombres,
ruégale que salve nuestras almas.
Luego: Ahora, Señor, deja ir en paz a tu siervo… el Trisagio y después del Padre
Nuestro… el tropario, tono 5
Tropario de la Resurrección (Apolitíquio) tono 5
Al Verbo coeterno, con el Padre y el Espíritu, nacido de una Virgen por
nuestra salvación, alabemos fieles todos, y adorémoslo; pues Él quiso
carnalmente ser levantado en la Cruz, padecer la muerte y resucitar a los
muertos con su gloriosa Resurrección.
Gloria al Padre,… ahora y siempre…
El Teotoquio
Salve, oh Puerta inviolable. Salve, oh Muro y Protección de los que a ti se
acogen. Salve, oh Refugio seguro que no has conocido varón, tú que has
65
dado a luz en la carne a tu Creador y Dios, seguirás intercediendo por
aquellos que te alaban y adoran tu alumbramiento.
Si hay Vigilia, en vez del tropario y el Teotoquio, se canta tres veces: Salve, oh Virgen
Madre de Dios… Luego:
Bendito sea el nombre del Señor desde ahora y para siempre, (tres veces.)
Y el sacerdote da la bendición.

DOMINGO, EN LA LITURGIA.
En la Liturgia, cuando se cantan los Salmos Típicos, estos estiquios con las
Bienaventuranzas, tono 5
1. El ladrón en la Cruz creyendo oh Cristo, que Tú eres Dios, te confesó
de todo corazón clamando: acuérdate de mí, Señor, en tu Reino.
2. Alabemos unánimes como Salvador y Creador al que hizo florecer la
vida en el género humano; por el madero de la Cruz, hizo marchitar
la antigua maldición causada por el árbol.
3. Por tu muerte, oh Cristo, has destruido el dominio de la muerte y has
levantado contigo a los que estaban muertos desde antaño,
alabándote ellos como Dios verdadero y Salvador nuestro.
4. Las venerables mujeres llegando a tu tumba, oh Cristo, te buscaban
oh Dador de Vida, para ungirte, y un ángel se les apareció
exclamando: el Señor ha resucitado.
5. Tú has sido crucificado, oh Cristo, entre dos ladrones juzgados: el
uno, blasfemando fue condenado justamente, y el otro, confesándote
fue a vivir en el paraíso.
6. A la asamblea de los apóstoles vinieron las venerables mujeres y
exclamaron: Cristo ha Resucitado. Adoradle como Maestro y
Creador.
Gloria al Padre,…
Oh Trinidad indivisible, Una, Creadora de todo y Omnipotente: Padre,
Hijo y Espíritu Santo, te alabamos como Dios y Salvador nuestro.
Ahora y…
66
Salve, Templo vivo de Dios y Puerta inviolable. Salve, Trono en forma
de fuego nunca consumido. Salve, Madre del Emmanuel que es Cristo
Dios nuestro.
Exapostelarión
Oh Salvador, cuando resucitaste del sepulcro, te manifestaste como
verdadero hombre en medio de tus discípulos comiendo con ellos; les
enseñaste el bautismo del arrepentimiento; y de inmediato subiste hacia
tu Padre Celestial, prometiendo enviarles al Consolador. ¡Oh Dios todo
Divinidad, Dios Encarnado, gloria a Ti!
El Contaquio, tono 5
Al infierno, Salvador mío, descendiste y quebrantaste sus puertas, siendo
Todopoderoso. Levantaste contigo a los muertos, siendo Creador, y
destruiste el aguijón de la muerte. Adán también ha sido libertado de la
maldición, oh Amante de los hombres, y por tanto a ti clamamos: oh
Señor, sálvanos.
Proquímenon, tono 5
Nos protegerás, oh Señor; nos conservarás desde esta generación y por
siempre jamás.
Verso: Sálvame, Señor, pues ya no hay más hombres justos. Porque la
verdad no se aprecia ya entre los hijos de los hombres.
Aleluya, tono 5
Tus misericordias Señor, cantaré para siempre. De generación en
generación proclamaré tu verdad con mis labios.
Verso: Porque tú lo has dicho: la misericordia se erigirá para siempre. Tu
verdad se establecerá en los cielos.

Tono 6
SÁBADO, VÍSPERAS MAYORES (VISCHERNIA)
Para Señor, a ti he clamado, cantamos 10 estiquios, de los Ocho Tonos 7 (es decir, tres
de la Resurrección y cuatro graduales) y tres del Menaio.
Los estiquios de la Resurrección, tono 6
1. Triunfante sobre el infierno, oh Cristo, tú ascendiste a la Cruz para
levantar a los que estaban a la sombra de la muerte. Tú que eres libre
67
entre los muertos, Salvador Todopoderoso, que haces brotar la vida de
tu Luz, ten piedad de nosotros.
2. Este día, Cristo ha destruido la muerte y ha resucitado como lo había
dicho, dando regocijo al mundo para que le cantemos un himno
diciendo: tú eres fuente de vida y Luz inaccesible, Salvador
Todopoderoso, ten piedad de nosotros.
3. Oh Señor, ¿dónde podremos ocultarnos de ti nosotros los pecadores?
¿en los cielos? Tú moras allí. ¿en el infierno? tú has destruido la muerte.
¿en fondo de la mar? Aun allí está tu mano, oh Maestro. A ti acudimos
pidiendo refugio y postrándonos te suplicamos, a ti que resucitaste de
entre los muertos, ten piedad de nosotros.

Los estiquios graduales, tono 6


1. En tu Cruz nos gloriamos, oh Cristo, y tu Resurrección cantamos y
glorificamos, porque tú eres nuestro Dios, y aparte de ti no conocemos a
ningún otro.
2. Siempre bendiciendo al Señor cantemos su Resurrección, porque
habiendo sufrido la crucifixión, la muerte por la muerte Él ha
conquistado.
3. Gloria a tu fuerza, oh Señor, porque has aplastado el dominio de la
muerte, y nos has renovado por tu Cruz, concediendo vida e
incorruptibilidad.
4. Tu sepultura, oh Señor, ha quebrantado los vínculos del infierno y tu
Resurrección de entre los muertos ha iluminado al mundo. Gloria a ti,
Señor.
Luego tres estiquios del Menado
Gloria al Padre,… ahora y…
Teotoquio (dogmático)
¿Quién no te bendice, oh Santísima Virgen? ¿Quién no canta tu
alumbramiento libre de dolor? Porque el que siempre resplandece del
Padre, el Hijo Unigénito, vino de ti, Purísima, habiéndose encarnado
inefablemente. El que es de naturaleza Divina, se hizo de naturaleza
68
humana por causa nuestra, sin división en dos personas, es conocido
en dos naturalezas sin confusión. Suplícale, tú que eres honrada y
Benditisima, que tenga piedad de nuestras almas.
La Entrada y Luz apacible…
El Proquímenon del día, El Señor se ha hecho Rey… y después de las letanías, el
Apóstica.

Apóstica de la Resurrección, tono 6


Tu Resurrección, oh Cristo Salvador, los ángeles cantan en los cielos.
Concede que nosotros que estamos en la tierra te glorifiquemos con
corazón puro.
El Señor ha reinado, de magnificencia se ha vestido.
Antes del 2º Apóstico:
El Señor se ha vestido de poder y se ha ceñido.
Habiendo quebrado las puertas de bronce y derrumbado los portales del
infierno, tú, Dios Todopoderoso, has levantado a la raza caída de los
hombres, y nosotros también unánimemente clamamos: tú que
resucitaste de entre los muertos, Señor, gloria a ti.
Antes del 3º Apóstico: Cimentó, en efecto al mundo, el cual no tambaleará.
Queriendo restablecer nuestro antiguo estado, Cristo fue clavado a la
Cruz y colocado en una tumba. Buscándole lacrimosas las portadoras de
mirra dijeron lamentándose: ¡Ay de nosotras, oh Salvador de todos!
¿Cómo te dignaste morar en una tumba? Y, si lo quisiste, ¿cómo fuiste
robado? ¿Cómo fuiste llevado a otra parte? ¿Qué lugar escondió tu
vivificante cuerpo? Mas, oh Maestro, revélate a nosotras y seca la fuente
de nuestras lágrimas. Y mientras lloraban un ángel exclamó: cesad
vuestras lamentaciones y decid a los apóstoles que el Señor ha
resucitado, concediendo al mundo purificación y grande misericordia.
Antes del 4º Apóstico: A tu casa Señor, es debida santificación, por largos
días.
Crucificado según tu voluntad, te despojaste de la muerte por tu
sepultura y te has levantado al tercer día en gloria, siendo Dios;
concediendo al mundo la vida sin fin y grande misericordia.
69
Gloria… del Menaio, si hay, pero si no
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Oh Virgen Santísima, Cristo el Hacedor, Libertador y Señor, habiendo
venido de tu seno, y vistiéndose con tu carne, libró a los hombres de la
original maldición de Adán. Por eso, oh purísima Virgen, te cantamos
como a verdadera Madre de Dios con el saludo del ángel: Salve, Señora,
Defensora y Salvación de nuestras almas.
Luego: Ahora, Señor, deja ir en paz a tu siervo… el Trisagio, y después del Padre
Nuestro…
Tropario de la Resurrección (Apolitíquio), Tono 6
Las Potestades Angélicas aparecieron ante tu sepulcro y los que te
vigilaban cayeron como muertos; María se detuvo frente a la tumba
buscando tu purísimo Cuerpo. Aprisionaste al infierno, sin ser tentado
por él; Te encontraste con la Virgen, dando la vida al mundo. ¡Tú que
resucitaste de entre los muertos, Señor, gloria a Ti!
Gloria al Padre… ahora y siempre…
El Teotoquio
El que te llamó Madre Bendita, fue a sufrir voluntariamente queriendo
rescatar a Adán, y resplandeció desde la Cruz, diciendo a los ángeles:
regocijaos conmigo, porque he hallado la moneda perdida. Gloria ti, oh
Dios, que todo lo has ordenado con sabiduría.
Si hay Vigilia, en vez del tropario y el Teotoquio, se canta tres veces, Salve, oh Virgen
Madre de Dios… Luego:
Bendito sea el nombre del Señor desde ahora y para siempre. (Tres veces.)
Y el sacerdote da la bendición.

DOMINGO, EN LA LITURGIA.
En la Liturgia, cuando se cantan los Salmos Típicos, estos estiquios con las
bienaventuranzas, tono 6
1. Acuérdate de mí, oh Dios Salvador mío, cuando vengas en tu Reino,
y sálvame porque solo tú amas a los hombres.
70
2. Por el madero de la Cruz has salvado de nuevo a Adán, quien fue
engañado por el árbol, y al ladrón que clamó: acuérdate de mí, Señor,
en tu Reino.
3. Oh Dador de vida y Salvador, quebrando las puertas y los vínculos
del infierno, tú has levantado a todos los que claman: gloria a tu
Resurrección.
4. Acuérdate de mí, oh tú que te despojaste de la muerte en tu sepultura
y llenaste todo de júbilo por tu Resurrección, tú que eres compasivo.
5. Cuando las portadoras de mirra llegaron a tu tumba, oyeron anunciar
al ángel: Cristo ha resucitado llenando el mundo entero de Luz.
6. Alabemos unánimemente a Cristo clavado al madero de la Cruz, por
la que libró al mundo del engaño.

Gloria al Padre,…

En la Trinidad: Glorificamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,


diciendo: Santísima Trinidad, salva nuestras almas.

Ahora y…
Oh Virgen que inefablemente en estos últimos días concebiste y diste a
luz a tu Creador, salva a los que te magnificamos.
El Contaquio, tono 6
Levantando a todos los muertos con tu vivificante mano del valle de las
tinieblas, Cristo Dios nuestro, Dador de vida, quisiste conceder la
resurrección al género humano. Porque Tú eres el Salvador de todos, la
Resurrección, la vida y Dios de todo.
Proquímenon, tono 6
Salva Señor a tu pueblo y bendice tu heredad.
Verso: A ti clamaré, oh Señor mi fortaleza; no guardes silencio para mí.
Aleluya, tono 6
El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del
Omnipotente.
71
Verso: Diré yo al Señor: Esperanza mía y fortaleza mía, mi Dios, en él
confiaré.

Tono 7
SÁBADO, VÍSPERAS MAYORES
Para Señor, a Ti he clamado, cantamos 10 estiquios, de los Ocho Tonos 7 (es decir, tres
de la Resurrección y 4 graduales) y 3 del Menaio.
Los estiquios de la Resurrección, tono 7
1. Venid, alegrémonos en el Señor, que ha destruido el poder de la
muerte y ha iluminado a los hombres, exclamando con los incorpóreos:
gloria a ti, Creador y Salvador nuestro.
2. Por nosotros, oh Salvador, sufriste la Cruz y la sepultura. Más a la
muerte diste muerte, siendo Dios. Por tanto, adoramos tu Resurrección
al tercer día, oh Señor, gloria a ti.
3. Cuando los apóstoles vieron la Resurrección del Creador,
deslumbrados cantaron alabanzas angelicales; esta es la gloria de la
Iglesia, esta es la riqueza del Reino. Tú que sufriste por nosotros, Señor,
gloria a ti.
Los estiquios graduales, tono 7
1. Aunque fuiste aprehendido, oh Cristo, por los transgresores de la ley,
tú eres mi Dios y no me avergüenzo. Y aunque fuiste azotado, no te
negaré, fuiste clavado a la Cruz y no lo ocultaré, porque en tu
Resurrección me glorío, pues tu muerte es mi vida, oh Todopoderoso
que amas a los hombres, gloria a ti.
2. Cristo ha cumplido la profecía davídica, pues a sus discípulos
manifestó la majestad de su morada en Sión, y se reveló alabado y
glorificado por siempre con el Padre y el Espíritu Santo; siendo primero
el Verbo incorpóreo sin origen y luego encarnado por causa nuestra;
muerto como hombre y resucitado con poder, porque El es amante de los
hombres.
3. Como Dios y Señor, oh Cristo, de tu propia voluntad descendiste al
infierno despojándote de la muerte, y al tercer día resucitaste,
72
levantando contigo a Adán, vinculado por las cadenas del infierno y
de la corrupción, y él exclamó diciendo: gloria a tu Resurrección, tú que
eres el único amante de la humanidad.
4. Oh Señor, fuiste puesto en un sepulcro como uno que dormía, y al
tercer día resucitaste con fuerza potente, levantando contigo a Adán de
la corrupción mortal, porque eres Todopoderoso.
Luego tres estiquios del Menado
Gloria al Padre,… ahora y…
Teotoquio (dogmático)
Tú, oh Madre de Dios, fuiste conocida como Madre sobrenatural, y
permaneciste Virgen indescriptible e incomprensiblemente, y la
maravilla de tu alumbramiento la lengua no puede contar. Gloriosísima
fue tu concepción e inconcebible tu alumbramiento. Pues cuando Dios lo
quiere cambia el orden de la naturaleza. Por tanto, todos reconociéndote
como la Madre de Dios, te rogamos, suplica por la salvación de nuestras
almas.
La Entrada y Luz apacible…
El Proquímenon del día, El Señor se ha hecho Rey… y después de las letanías, el
Apóstica
Apóstica de la Resurrección, tono 7
Te has levantado del sepulcro, oh Salvador del mundo, y con tu cuerpo
has levantado a la humanidad, oh Señor, gloria a ti.
El Señor ha reinado, de magnificencia se ha vestido.
Antes del 2º Apóstico:
El Señor se ha vestido de poder y se ha ceñido.
Venid, adoremos al que de entre los muertos se levantó, y que a todos ha
iluminado, pues de la opresión del infierno nos ha librado por su
Resurrección al tercer día, concediéndonos vida y grande misericordia.
Antes del 3º Apóstico: Cimentó, en efecto al mundo, el cual no tambaleará.
Oh Cristo Señor nuestro, único amante de los hombres, descendiste al
infierno despojándote de la muerte y resucitando al tercer día, nos has
levantado contigo y glorificamos tu todopoderosa Resurrección, oh tú
que amas a los hombres.
73
Antes del 4º Apóstico: A tu casa Señor, es debida santificación, por largos
días.
Apareciste con aspecto terrible, oh Señor, puesto que habías sido puesto
en un sepulcro como quien duerme, mas te levantaste al tercer día
siendo poderoso, y contigo levantaste a Adán, que exclama: Gloria a tu
Resurrección, oh único amante de la humanidad.
Gloria… del Menaio, si lo hay, pero si no
Gloria al Padre,  al Hijo, y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Todos los que estamos en la tierra, Señora, buscamos refugio en tu
protección, oh Madre de Dios, esperanza nuestra, líbranos de nuestros
innumerables pecados y sálvanos.
Luego: Ahora, Señor, deja ir en paz a tu siervo… el Trisagio, y después del Padre
Nuestro… el tropario, tono 7

Tropario de la Resurrección (Apolitíquio), tono 7


Destruiste a la muerte, con tu Cruz, abriste al ladrón las puertas del
Paraíso, transformaste en júbilo el llanto de las portadoras de mirra; y a
tus Apóstoles mandaste a predicar. Pues has resucitado, Cristo Dios,
concediendo al mundo Tu gran misericordia.
Gloria Al Padre, … ahora y siempre…
El Teotoquio
Siendo tú la puerta de nuestra Resurrección, tú que eres alabada por
todos, condúcenos del abismo profundo de la trasgresión a la luz gozosa
de la vida a nosotros que ponemos en ti nuestra esperanza, porque has
salvado a los culpables del pecado, habiendo dado a luz al Salvador, tú
que fuiste Virgen antes , en y después del parto.
Si hay Vigilia, en vez del tropario y el Teotoquio, se canta tres veces, Salve, oh Virgen
Madre de Dios… Luego
Bendito sea el nombre del Señor desde ahora y para siempre. (Tres veces.)
Y el sacerdote da la bendición.
74
DOMINGO, EN LA LITURGIA.
En la Liturgia, cuando se cantan los Salmos Típicos, estos estiquios con las
Bienaventuranzas, tono 7
1.
Hermoso a la vista y bueno como alimento fue el fruto que me mató,
mas Cristo es el árbol de la vida. Comiendo de El no muero, por eso
clamo con el ladrón: acuérdate de mí, Señor, en tu Reino.
2. Levantado en la Cruz, tú que eres compasivo, has borrado la
sentencia del antiguo pecado de Adán. Y has salvado del engaño a
toda la raza de los mortales. Por eso te cantamos, oh Benefactor y
Señor.
3. Has clavado nuestros pecados a la Cruz oh Cristo compasivo, y por
tu muerte has dado muerte a la muerte, levantando a los muertos del
sepulcro. Por eso veneramos tu santa Resurrección.
4. La serpiente una vez vertió su veneno en el oído de Eva, y Cristo en
el madero de la Cruz vertió dulzura vital sobre el mundo. Acuérdate
de mí en tu Reino.
5. En la tumba fuiste puesto como un mortal oh Cristo, Vida de todos,
tú has quebrantado las cadenas del infierno, has resucitado al tercer
día siendo poderoso y has iluminado a todos. Gloria a tu
Resurrección.
6. El Señor resucitó de entre los muertos al tercer día, dio la paz a sus
discípulos, los bendijo y los envió diciendo: conducid a todos los
hombres a mi Reino.

Gloria al Padre,…

En la Trinidad: El Padre es Luz, el Hijo y Verbo es Luz, Luz es el


Espíritu Santo. Mas los tres son una sola Luz, porque Dios es uno en tres
personas; uno en esencia y dominio, indivisible, sin confusión y pre-
eterno.

Ahora y…
75
Como tú misma sabes, has concebido en la tierra y en la carne al Hijo y
Verbo del Padre, oh Madre de Dios. Por eso, oh Virgen Madre, los que
hemos sido deificados clamamos a ti: Salve, tú que eres esperanza de los
cristianos.
El Contaquio, tono 7
La muerte no puede dominar más al hombre, porque Cristo ha
descendido hasta ella aboliendo y destruyendo su poder. El infierno ya
está vinculado, y los profetas se regocijan diciendo unánimes: el
Salvador se ha aparecido a los que tienen fe; salid, oh fieles, a contemplar
la Resurrección.
Proquímenon, tono 7
El Señor dará fuerza a su pueblo.
Verso: ¡Rendid al Señor, hijos de Dios, rendid al Señor gloria y honor!
Aleluya, tono 7
Es bueno alabar al Señor y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo.
Verso: Proclamar tu misericordia al amanecer y tu verdad por la noche.

Tono 8
SÁBADO, VÍSPERAS MAYORES. (VISCHERNIA)
Para Señor, a ti he clamado, cantamos 10 estiquios, de los Ocho Tonos 7 (es decir, 3 de
la Resurrección y 4 graduales) y 3 del Menaio.
Los estiquios de la Resurrección, tono 8
1. Te ofrecemos, oh Cristo, nuestro himno vespertino y nuestro culto
racional, porque quisiste tenernos piedad por tu Resurrección.
2. Señor, Señor, no nos apartes de tu rostro, mas ten piedad de nosotros
por tu Resurrección.
3. Regocíjate, oh santa Sión, Madre de las Iglesias y morada de Dios,
porque fuiste la primera entre las que fueron perdonadas por la
Resurrección.
Los estiquios graduales, tono 8
76
1. Engendrado antes de todos los siglos por Dios Padre, el Verbo, que
en estos últimos días se quiso encarnar de la que no conoció varón,
sufrió la muerte en la Cruz y ha salvado por su Resurrección al hombre
que de antaño fue sometido a la muerte.
2. Glorificamos tu Resurrección de entre los muertos, oh Cristo, por la
que has libertado a la raza de Adán del sufrimiento infernal, y siendo
Dios has concedido al mundo la vida eterna y grande misericordia.
3. Gloria a ti, oh Cristo Salvador, Hijo Unigénito de Dios, que fuiste
clavado a la Cruz y al tercer día resucitaste de la tumba.
4. Te glorificamos, oh Cristo, que de tu propia voluntad sufriste la Cruz
por nuestra causa, y te adoramos, Salvador Todopoderoso, que amas a
los hombres. No nos apartes de tu rostro, mas escúchanos y sálvanos por
tu Resurrección.
Luego tres estiquios del Menaio.
Gloria al Padre,… ahora y…
Teotoquio (dogmático)
Por su amor a los hombres, el Rey celestial apareció en la tierra y habitó
entre ellos. Tomó carne de una Virgen pura, y encarnado nació de ella. Él
es Uno, doble en naturaleza más no en persona. Al proclamarle hombre
perfecto y Dios perfecto, confesamos a Cristo nuestro Dios. Suplícale, oh
Madre no desposada, que tenga piedad de nuestras almas.
La Entrada y Luz apacible…
El Proquímenon del día, El Señor se ha hecho Rey… y después de las letanías, el
Apóstica
Apóstica de la Resurrección, tono 8
Oh Jesús que descendiste de los cielos, tú ascendiste a la Cruz. Viniste a
la muerte, oh Vida Inmortal, verdadera Luz de los que andaban en
tinieblas, y Resurrección de todos los caídos. Salvador nuestro que nos
iluminas, gloria a ti .

El Señor ha reinado, de magnificencia se ha vestido.


Antes del 2º Apóstico:
El Señor se ha vestido de poder y se ha ceñido.
77
Glorifiquemos a Cristo resucitado de entre los muertos, que tomó para
sí cuerpo y alma, y los separó por su Pasión; luego su alma purísima
descendió al infierno despojándolo de sus víctimas, y en la tumba el
sagrado cuerpo del Libertador de nuestras almas no conoció la
corrupción.
Antes del 3º Apóstico: Cimentó, en efecto al mundo, el cual no tambaleará.
Glorificamos tu Resurrección de entre los muertos oh Cristo, con salmos
y cánticos, porque por ella nos has librado de los sufrimientos infernales,
y siendo Dios, nos has concedido la vida eterna y grande misericordia.
Antes del 4º Apóstico: A tu casa Señor es debida santificación, por largos
días.
Oh Señor de todos, incomprensible Hacedor de los cielos y de la tierra,
por tu Pasión en la Cruz nos has librado de la pasión. Y sufriendo la
sepultura has resucitado con gloria, levantando también a Adán con tu
poderosa mano. Gloria a tu Resurrección al tercer día, por la que nos has
concedido la vida eterna y la purificación de nuestros pecados, porque
solo tú eres compasivo.
Gloria al Padre,… del Menaio, si lo hay, pero si no
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Oh Virgen no desposada, Madre del Dios Altísimo, has concebido
inefablemente a Dios en la carne; y siendo inmaculada nos has concedido
a todos purificación de nuestros pecados. Recibe las súplicas de tus
siervos, y ruega, tú que aceptas nuestras preces, que nuestras almas sean
salvadas.
Luego: Ahora, Señor, deja ir en paz a tu siervo… el Trisagio, y después del Padre
Nuestro… el tropario, tono 8
Tropario de la Resurrección (Apolitíquio), tono 8
De las alturas descendiste, oh Misericordioso, y aceptaste sufrir la
sepultura de tres días, para librarnos de nuestras pasiones, Señor, ¡Vida
y Resurrección nuestra, gloria a Ti!
Gloria al Padre,… ahora y siempre…
78
El Teotoquio
Tú que por nuestra causa naciste de una Virgen, oh Bondadoso, y
sufriste la crucifixión destruyendo la muerte por tu muerte, y siendo
Dios manifestaste la Resurrección: no desprecies las obras de tus manos.
Muestra tu amor a los hombres, oh Misericordioso. Recibe la intercesión
hecha por nuestra causa por la Madre que te dio a Luz, y salva a tu
angustiado pueblo, oh Salvador nuestro.
Si hay Vigilia, en vez del tropario y el Teotoquio, se canta tres veces, Salve, oh Virgen
Madre de Dios… Luego
Bendito sea el nombre del Señor desde ahora y para siempre. (Tres veces.)
Y el sacerdote da la bendición.

DOMINGO, EN LA LITURGIA.
En la Liturgia, cuando se cantan los Salmos Típicos, estos estiquios con las
Bienaventuranzas, tono 8
1. Acuérdate, oh Cristo Salvador del mundo, de nosotros como te
acordaste del ladrón en la Cruz. Haznos a todos dignos de tu Reino
celestial, tú que eres el único compasivo.
2. Escucha, Adán, y regocíjate con Eva, porque el que de antaño es
condenado y os hizo cautivos por el engaño, es conquistado por la
Cruz de Cristo.
3. Salvador nuestro, siendo clavado voluntariamente en la Cruz, has
destruido la maldición del árbol que recibió Adán, y siendo
compasivo has dado a los que tienen tu imagen una morada en el
Paraíso.
4. Este día Cristo ha resucitado de la tumba, dando a todos los fieles la
incorrupción y hace regocijar a las portadoras de mirra después de su
Pasión y la Resurrección.
5. Regocijaos, sabias portadoras de mirra, las primeras que vieron la
Resurrección de Cristo y que anunciaron a los apóstoles las buenas
nuevas de la restauración del mundo entero.
79
6. Vosotros apóstoles, verdaderos amigos de Cristo, y entronizados
con Él en la gloria, interceded como sus discípulos para que podamos
atrevernos a estar junto a Él.

Gloria al Padre,…

Oh Trinidad sin origen, oh Ser indivisible, Uno en Tres, un solo Trono,


cuyo honor y gloria son iguales en Naturaleza y Reino; que eran antes
que comenzara el mundo. Salva a los que te alaban con fe.

Ahora y…

Salve, Morada amplia de Dios; Salve, Arca del Nuevo Testamento; Salve,
Urna de oro de la que brota el maná celestial para todos.
El contaquio, tono 8
Habiéndote levantado de la tumba, tú has dado vida a los muertos y has
levantado contigo a Adán; Eva también se regocija con tu Resurrección.
Y todos los confines de la tierra están triunfantes a causa de tu triunfo
sobre la muerte, oh tú que eres grande en misericordia.
Proquímenon, tono 8
Bendito eres Señor, Dios de nuestros Padres.
Verso: Porque eres justo, en todos tus actos.
Aleluya, tono 8
Venid, regocijémonos en el Señor, cantemos a Dios, Salvador nuestro.
Verso: Vengamos ante su presencia con alabanzas, aclamémoslo con
cánticos.

 

80
Troparios, Teotoquios y Contaquios Para los
Días de la Semana

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
Los lunes, Arcángeles, Ángeles y Huestes Angélicas
Tropario tono 4
Adalides de las huestes celestiales, nosotros indignos os imploramos que
por vuestras suplicas nos cobijéis bajo el amparo de las alas de vuestra
gloria inmaterial, protegiendo a los que caemos, y clamamos con
diligencia: Redimidnos del peligro, vosotros los adalides de los ejércitos
de las potestades en lo alto.
Teotoquio, en el mismo tono
A la Purísima doncella consagrada en el templo para el Santo de los
Santos, a la que estaba revestida de fe, de sabiduría y de intachable
virginidad, el Adalid le trajo el saludo de los cielos: Salve,
Bienaventurada; Salve, Gloriosa, el Señor esta contigo.
Contaquio tono 2
Adalides de Dios, ministros de la gloria divina, guías de los hombres y
jefes de los incorpóreos, pedid lo que es útil para nosotros y obtenednos
grande misericordia, pues sois de Dios los mensajeros.

Los martes, a San Juan Bautista


Tropario tono 2
La conmemoración del Justo es acompañada de veneración, mas para ti,
Precursor, es suficiente el testimonio del Señor, pues te has revelado
como el más laureado de los profetas, porque te fue concedido bautizar
en el Jordán a Aquel a quien predicabas. Y habiendo luchado con
regocijo por la verdad, anunciaste también a los que estaban en el
infierno a Dios manifestado en la carne, el que quita los pecados del
mundo y que nos concede grande misericordia.
81
Teotoquio, en el mismo tono
Nosotros hemos sido hechos partícipes de la naturaleza divina por
medio de ti, Madre de Dios, siempre-virgen, porque diste a luz para
nosotros al Dios encarnado. Por tanto, justamente, todos con piedad te
engrandecemos.
Contaquio tono 3
La que antes era estéril ahora da a luz al Precursor de Cristo, en
cumplimiento de todas las profecías, porque en el Jordán impuso las
manos sobre el que fue anunciado por los profetas, y se reveló como el
Profeta del Dios Verbo, Predicador y Precursor.

Los miércoles, a la Madre de Dios al Pie de la Cruz


Tropario tono 1
Salva, Señor, tu pueblo y bendice tu heredad; concede victoria a tu
iglesia contra sus Enemigos, y protege a tu pueblo por la fuerza de tu
Cruz.

Teotoquio, tono 1
Teniendo tu protección, Virgen Inmaculada, liberados por tus súplicas
de toda angustia, y guardados en todo por la gloriosa Cruz de tu Hijo,
como es justo, todos con piedad te magnificamos.
Contaquio tono 4
Tú, que de tu propia voluntad, fuiste levantado sobre la Cruz, derrama
tus misericordias sobre el nuevo pueblo que lleva tu nombre, oh Cristo
Dios nuestro; alegra con tu poder a tu pueblo fiel, concediéndole la
victoria sobre el Enemigo, demostrando que goza de tu auxilio, arma de
paz, trofeo invencible.

Los jueves, a los Apóstoles y Padres de la Iglesia


Tropario a los Apóstoles, tono 3
Santos Apóstoles, interceded ante Dios misericordioso, para que
conceda a nuestras almas el perdón de las ofensas.
82
Tropario a Nicolás, tono 4
La verdad de tus obras te mostró ante tu grey, como canon de la fe,
ejemplo de virtud y maestro de la abstinencia; así como por la humildad
obtuviste las alturas y por la pobreza las riquezas, oh Padre y Jerarca
Nicolás, ruega a Cristo Dios que salve nuestras almas
Teotoquio
Al Verbo del Padre, Cristo Dios nuestro, le hemos conocido encarnado
de ti: Virgen Madre de Dios, la única pura, la única bienaventurada. Por
tanto, sin cesar te cantamos y te engrandecemos.
Contaquio a los Apóstoles, tono 2
A los intrépidos Predicadores inspirados de Dios, jefes de tus Discípulos,
Señor, los recibiste en el gozo de tus bienes y en el reposo de los justos;
aceptaste su aflicción y su muerte como el más precioso de los
holocaustos, tu que eres el Único que conoces el corazón humano.
Contaquio a Nicolás, tono 3
Oh San Nicolás, en Myra te probaste a ti mismo como sacerdote, porque
en el cumplimiento del Evangelio de Cristo, Oh venerable, entregaste tu
vida por tu grey y salvaste a los inocentes de la muerte. Por esto fuiste
santificado como gran guía hacia la divinidad.

Los viernes a la Crucifixión de Cristo, Los Troparios, etc. como los del
miércoles.

Los sábados, a todos los santos y por los difuntos


Tropario a todos los santos, tono 2
Apóstoles, Mártires, Profetas, Obispos, Venerables y Justos, que habéis
peleado el buen combate, preservando la fe, ya que tenéis amistad con el
Salvador, suplicadle a El que es bueno, que salve nuestras almas.
Tropario por los Difuntos, tono 8
Acuérdate, Señor Bondadoso, de todos tus siervos, y perdónales todos
los pecados de su vida, pues fuera de ti no hay ninguno sin pecado, sólo
Tú puedes dar reposo a los difuntos.
Teotoquio
83
Padre de la Luz inefable, con himnos angelicales te honramos y con
piedad te engrandecemos.

Contaquio por los Difuntos, tono 8


Haz descansar con los Santos, oh Cristo, las almas de tus siervos, allí
donde no hay enfermedad, ni dolor, ni gemido, sino la vida eterna.
Contaquio a Todos los Santos, tono 8
Como primicias de la naturaleza al Sembrador de la creación, El mundo
te ofrece, Señor, a los Mártires Teóforos; por sus intercesiones y por la
Madre de Dios, conserva a tu Iglesia y a tu pueblo en profunda paz, Tú
que eres grande en misericordia.

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84
EL SALTERIO
El Salterio está dividido litúrgicamente en veinte Katismas. Estos se leen por grupos en
los oficios de Vísperas y Láudes de tal manera que se lea todo el Salterio en el ciclo de
una semana.
En tiempo ordinario, la distribución de Katismas en los oficios de Vísperas y Láudes se
hace de la siguiente manera:

DIA LAUDES VISPERAS


DOMINGO II III XVII No hay
LUNES IV V VI
MARTES VII VIII IX
MIERCOLES X XI XII
JUEVES XIII XIV XV
VIERNES XVI XVII XVIII
SABADO XIX XX I

Durante Cuaresma, se duplica la lectura del Salterio de tal manera que se lea dos veces
en el ciclo de una semana, cambiando así la distribución.

Abajo está la distribución de Salmos para cada Katisma. La numeración de los salmos
está de acuerdo al texto Bíblico de los Setenta, que varía con las traducciones del
Vulgata, aumentando un salmo a partir del salmo noveno, (por ejemplo el salmo 118 de
aquí, corresponde al salmo 119 en las Biblias occidentales).
85

CATISMA CANTIDAD SALMOS


I 8 1 al 8
II 8 9 al 16
III 7 17 al 23
IV 8 24 al 31
V 5 32 al 36
VI 9 37 al 45
VII 9 46 al 54
VIII 9 55 al 63
IX 6 64 al 69
X 7 70 al 76
XI 8 77 al 84
XII 5 85 al 90
XIII 10 91 al 100
XIV 4 101 al 104
XV 4 105 al 108
XVI 9 109 al 117
XVII 1 118
XVIII 15 119 al 133
XIX 9 134 al 142
XX 8 143 al 150
86
OFICIO DE LAUDES
TIEMPO ORDINARIO

 
Oficiado de Lunes a Sábado

Después del oficio de Medianoche, el Sacerdote entra al Santuario, abre el Bello Velo, y
mirando hacia el oriente, exclama:
Sacerdote: Bendito  sea nuestro Dios, eternamente, ahora y siempre,
y por los siglos de los siglos.
Lector: Amén.
Si es leída, o en tiempo pascual, no es necesario leer el Trisagio (es reemplazado
por la recitación por tres veces de: “Cristo ha resucitado de entre los muertos,
con su muerte Él ha vencido la muerte, y a aquellos que estaban en la tumba Él
les ha dado la vida”); de la fiesta de la Ascensión del Señor hasta la víspera de
Pentecostés se comienza directamente con: “Vengan adoremos y postrémonos
ente nuestro Rey y Dios…,” de lo contrario hay que decirlo:
Lector: Gloria a Ti, Dios nuestro, gloria a Ti. Rey Celestial, Consolador,
Espíritu de Verdad, que estás en todo lugar y que todo lo llenas, Tesoro
de bienes y Dador de la vida, ven y habita en nosotros, purifícanos de
toda mancha, y salva, Tú que eres bueno, nuestras almas
Santo Dios,  Santo Poderoso, Santo Inmortal, Ten piedad de nosotros.
(Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
87
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visítanos y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro...
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre,  Hijo
y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Lector: Amén.
Señor, ten piedad. (Doce veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante nuestro Rey y Dios.
(Metanía profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante Cristo, nuestro Rey y Dios.
(Metanía profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante el mismo Cristo, Él es
nuestro Rey y nuestro Dios. (Metanía profunda)

Este oficio puede suprimirse y pasar directamente a los Seis Salmos (pág. 90).

 EL OFICIO REAL 
Antiguamente dedicado al Emperador
Luego se leen los Salmos siguientes, y mientras tanto, el Sacerdote, bendice el incienso
y comienza a incensar en forma más silenciosa y ligera que lo normal.
Sacerdote: (en voz baja):
Incienso  te ofrecemos, Cristo Dios nuestro, como olor de fragancia
espiritual; al recibirlo en tu Altar celestial, envíanos a cambio la gracia de
tu Santísimo Espíritu.
Cuando el Coro comienza a cantar, el Sacerdote comienza a incensar el Altar, la mesa
de la Prótesis y todo el santuario. Luego sale por la puerta norte, inciensa el Trono y al
Obispo, si está, y los iconos del iconostasio. Después inciensa al pueblo, comenzando
por el costado sur del templo, y volviendo por el norte. Vuelve a incesar el Trono, los
iconos, y entra al santuario por la puerta sur, para volver a incensar el Altar, y termina.
88
 Salmo 19 
Que el Señor te oiga en el día de aflicción; defiéndete el nombre del Dios
de Jacob. Que te envíe ayuda desde el santuario, y desde Sión te ampare.
Que recuerde todas tus ofrendas, y que tu holocausto sea aceptado. Haga
contigo según tu corazón y cumpla todos tus designios. Nos
regocijaremos en tu salvación y en el nombre del Señor nuestro Dios
seremos enaltecidos. Cumpla el Señor todas tus peticiones; ahora he
conocido, que el Señor ha hecho salvo a su Cristo. Le oirá desde su cielo
santo, por la fuerza de su diestra es la salvación. Estos confían en carros,
y aquellos en caballos; mas nosotros invocaremos el nombre del Señor
nuestro Dios. Ellos se doblegaron y cayeron; mas nosotros nos
levantamos y nos enhestamos. Señor, salva al Rey y escúchanos en el día
en que te invoquemos.
 Salmo 20 
Señor; en tu poder se alegrará el rey y en tu salvación se regocijará en
gran manera. Le concediste el deseo de su corazón y no le privaste la
demanda de sus labios. Porque te le adelantaste con bondadosas
bendiciones; le pusiste sobre su cabeza una corona de piedras preciosas.
Te pidió vida, y le diste longitud de días por los siglos de los siglos.
Grande es su gloria en tu salvación; gloria y magnificencia pondrás sobre
él. Porque le darás bendición por los siglos de los siglos; lo colmarás de
gozo con tu rostro. Por cuanto el rey confía en el Señor, y en la
misericordia del Altísimo, no será conmovido. Encontrará tu mano a
todos sus enemigos; que tú diestra encuentre a todos los que le
aborrecen. Los pondrás como en horno de fuego, al momento de mostrar
tu rostro. El Señor los conturbará con su ira, y el fuego los devorará. Su
fruto exterminarás de la tierra, y su linaje de entre los hijos de los
hombres. Porque se inclinaron a hacerte el mal; pensaron designios los
cuales no podrán mantener. Pues Tú los pondrás en fuga; con tus
sobrevivientes prepararás sus rostros. Ensálzate, Señor, en tu poder,
alabaremos y salmodiaremos a tu poderío.
Lector: Santo Dios,  Santo Poderoso, Santo Inmortal, ten piedad de
nosotros. (Tres veces)
89
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por
los siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visita y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro...
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre,  Hijo
y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Lector: Amén.
Y lee los siguientes troparios:
Lector: Salva Señor a tu pueblo y bendice tu heredad; concede la victoria
a tu Iglesia contra sus enemigos, y preserva a los que te pertenecen, por
el poder de tu Cruz.

Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.

Tú que, voluntariamente ascendiste a la Cruz, concede tus compasiones,


Cristo Dios nuestro, al pueblo nuevo que lleva tu nombre. Exalta con tu
poder a los cristianos ortodoxos, concediéndoles la victoria sobre sus
adversarios. Teniendo tu auxilio en el combate, pues Tú eres arma de
paz y trofeo invencible.

Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Oh buena y alabadísima Madre de Dios, nuestra temible e infalible


protección, no desprecies nuestras súplicas, confirma el vivir de los
ortodoxos, salva a los que Tú has ordenado gobernar, y concédeles la
victoria que viene de lo alto, Tú que diste a luz a Dios, única bendita.

Sacerdote: Ten piedad Dios, de nosotros, por tu gran misericordia, te


suplicamos, escúchanos y ten piedad.
Lector: Señor, ten piedad. (Tres veces)
90
Sacerdote: Te suplicamos por nuestro patriarca N., por nuestro
Obispo N, y por todos nuestros hermanos en Cristo.
Lector: Señor, ten piedad. (Tres veces)
Sacerdote: Te suplicamos por este país y por quienes lo gobiernan.
Lector: Señor, ten piedad. (Tres veces)
Sacerdote (Exclamación): Porque eres Dios misericordioso y amas a la
humanidad, y a Ti rendimos gloria: Padre,  Hijo y Espíritu Santo,
ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Lector: Amén.
En el nombre del Señor, bendice, Padre.
Sacerdote (Exclama mientras traza con el incensario la señal de la cruz frente al altar):
Gloria a la santa,  consubstancial, vivificadora e indivisible Trinidad,
eternamente, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Si se viene de celebrar las Vísperas del sábado en la tarde, se comienzan directamente
aquí las Laudes del domingo.

 LOS SEIS SALMOS 


El principal en la asamblea, o el Lector:
Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres de buena
voluntad (tres veces).
Señor, abrirás mis labios y mi boca proclamará tu alabanza (dos veces).
Mientras se leen los Seis Salmos, el Sacerdote lee en secreto las 12 oraciones de Laudes
(Pág. 123).
 Salmo 3 
Señor, ¿por qué se han multiplicado los que me atribulan? Muchos se
levantan contra mí. Muchos dicen a mi alma: no hay salvación para él en
su Dios. Más Tú, Señor, eres mi protector, mi gloria y el que levanta mi
cabeza. Con mi voz clamé al Señor y me oyó desde su monte santo. Yo
dormí y tuve profundo sueño; me levanté, porque el Señor me protegerá.
No temeré a los diez millares de gentes que me rodean y atacan.
Levántate, Señor, sálvame, Dios mío. Por cuanto Tú has golpeado a
todos quienes sin causa se enemistaron contra mí; has quebrantado los
91
dientes de los pecadores. La salvación es del Señor y sobre tu pueblo
tu bendición.
Y repite: Yo dormí y tuve profundo sueño; me levanté porqué el Señor me
protegerá.
 Salmo 37 
Señor, no me reprendas con tu furor, ni me instruyas con tu ira. Porque
tus saetas se me han clavado y has asentado sobre mí tu mano. No hay
curación para mi carne a causa de tu ira: no hay paz en mis huesos a
causa de mis pecados. Porque mis iniquidades sobrepasaron mi cabeza y
como carga pesada se agravaron sobre mí. Hedían pudriéndose mis
llagas a causa de mi necedad. Me he hecho miserable y encorvado estoy
hasta lo sumo: todo el día caminaba contristado. Porque cargados están
de escarnio mis lomos y no hay curación para mi carne. Estaba muy mal
y me humillé hasta lo extremo; rugía a causa del lamento de mi corazón.
Señor, delante de Ti está todo cuanto deseo, y mi gemido no te es
desconocido. Mi corazón está perturbado, mi fuerza me ha abandonado
y aún la luz de mis ojos, tampoco ella está ya conmigo. Mis amigos y mis
vecinos se acercaron y delante de mí se mantuvieron. Y mis más
allegados se mantuvieron de lejos. Y me fastidiaron los que buscaban mi
alma. Y los que buscaban mi mal hablaron vanidades y todo el día
urgían engaños. Mas yo como un sordo no oía y fui como un mudo que
no abre su boca. Y me hice como hombre que no oye y que no tiene en su
boca réplica. Porque en Ti, Señor, esperé: Tú me escucharás, Señor Dios
mío. Pues dije: no sea que alguna vez se rían de mí mis enemigos y
mientras mis pies vacilaban, hablaron con soberbia contra mí. Porque
preparado estoy para flagelaciones y mi dolor está siempre delante de
mí. Pues yo publicaré mi trasgresión y me preocuparé por mi pecado.
Mas mis enemigos viven y se han hecho más fuertes que yo, y se han
multiplicado los que me odian injustamente. Los que devuelven mal por
bien, murmuraban sobre mí porque yo perseguía lo bueno.
Y repite: No me desampares, Señor Dios mío: no te apartes de mí. Acude
prontamente a socorrerme, Señor Dios de mi salvación (dos veces).
92
 Salmo 62 
Dios, Dios mío, hacia Ti madrugo. Mi alma tuvo sed de Ti y aún más mi
carne con ímpetu anhela por Ti, en tierra yerma, intransitable y sin agua.
Allí también me presenté como en tu santuario para ver tu fuerza y tu
gloria. Porque tu misericordia es mejor que la vida: mis labios te
alabarán. Y así bendeciré durante mi vida y en tu nombre alzaré mis
manos. Como de grosura y de gordura sea saciada mi alma y con labios
de regocijo te alabará mi boca. Si me he acordado de Ti sobre mi lecho,
en las madrugadas medité en Ti. Porque fuiste mi ayudador. Y al
amparo de tus alas me regocijaré. Mi alma se apegó a Ti, tu diestra me ha
amparado. Mas ellos que en vano buscaron mi alma, entrarán en lo más
bajo de la tierra: serán entregados en manos de espada, ración serán de
los zorros. Mas el Rey se alegrará en Dios, aprobados serán todos los que
juran por Él: pues fue tapada la boca de los que hablan cosas inicuas. En
la madrugada meditaré en Ti: porque fuiste mi ayudador. Y al amparo
de tus alas me regocijaré. Mi alma se apegó a Ti; tu diestra me ha
amparado.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
Aleluya, aleluya, aleluya, gloria a Ti, Dios (tres veces, sin metánias).
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.

 Salmo 87 
Señor Dios de mi salvación, de día y de noche clamé delante de Ti. Que
llegue a Ti mi oración; inclina tu oído a mi plegaria. Porque se colmó mi
alma de maldades y mi vida se ha acercado al infierno. He sido contado
con los que descienden al hoyo; he sido como hombre sin socorro,
abandonado entre los muertos. Así como los heridos que duermen en los
sepulcros, de quienes no te acuerdas ya más y ellos son desechados de tu
mano. Me has puesto en una fosa profunda: en lugares tenebrosos y en
sombra de muerte. Sobre mi se ha confirmado tu furor y todas tus
exaltaciones has echado sobre mí. Has alejado de mí a mis conocidos: me
han tenido como abominación para ellos. Entregado fui y no me libraré:
93
mis ojos han desfallecido de miseria. A Ti, Señor, he clamado todo el
día: he extendido hacia Ti mis manos. ¿Acaso harás maravillas por los
muertos o los médicos los resucitarán y te alabarán? ¿Acaso contará
alguno en el sepulcro tu misericordia y tu verdad en el Abadán?
¿Acaso serán conocidos en las tinieblas tus milagros y tu verdad en la
tierra del olvido? Más yo a Ti he clamado, y en la madrugada mi oración
llegará ante Ti. ¿Por qué, Señor, desechas mi alma, y apartas de mí tu
rostro? Pobre soy yo y en sufrimientos estuve desde mi juventud. Me
elevé, me humillé y desfallecí. Sobre mí han pasado tus iras y tus
intimidaciones me han conturbado. Me han cercado como agua, aunados
me han dominado todo el día. Has alejado de mí al amigo y al cercano y
a mis conocidos por causa de mi miseria. Señor Dios de mi salvación, de
día y de noche clamé delante de Ti. Que llegue ante Ti mi oración; inclina
tu oído a mi plegaria.

 Salmo 102 
Bendice, alma mía, al Señor y todas las cosas que hay dentro de mí, a su
Santo Nombre. Bendice, alma mía, al Señor y no te olvides de todos sus
galardones. Él redime tu vida de la corrupción, Él te corona de
misericordias y de generosidades. Él colma de bienes tu deseo: se
renovará como la del águila tu juventud. El Señor hace misericordias y
justicia a todos los que sufren agravios. Hizo conocer sus caminos a
Moisés, y sus deseos a los hijos de Israel. Generoso y misericordioso es el
Señor: pacientísimo y muy misericordioso. No estará enojado para
siempre ni se enemistará eternamente. No nos ha tratado según nuestras
iniquidades ni nos ha retribuido según nuestros pecados. Porque cuan
alto está el cielo sobre la tierra, tanto ha confirmado el Señor su
misericordia sobre los que le temen. Cuanto dista el oriente de occidente,
tanto ha alejado de nosotros nuestras iniquidades. Así como un padre se
compadece de los hijos, así el Señor se apiada de los que le temen;
porqué Él conoce de qué estamos plasmados, recuerda que somos polvo.
Los días del hombre son como la hierba y él como la flor del campo que
desflorecerá. Pasará por él un soplo y ya no estará, y hasta su propio
lugar no le reconocerá. Mas la misericordia del Señor está desde los
siglos por los siglos, sobre los que le temen. Y su verdad sobre los hijos
94
de los hijos, de aquellos que guardan su alianza y se acuerdan de sus
mandamientos para cumplirlos. El Señor ha confirmado en el cielo su
trono y su reino domina sobre todos. Bendecid al Señor todos sus
ángeles, poderosos en fortaleza, ejecutores de su orden en cuanto oyen la
voz de sus palabras. Bendecid al Señor todas sus fuerzas, siervos suyos,
ejecutores de su voluntad. Bendecid al Señor todas sus obras; en todo
lugar de su señorío, bendice alma mía, al Señor.
Y repite: En todo lugar de su señorío, bendice alma mía, al Señor.

 Salmo 142 
Señor, oye mi oración; presta oído a mi súplica según la verdad de tus
promesas, óyeme en tu justicia. Y no entres en juicio con tu siervo,
porque ningún ser viviente puede aparecer justo en tu presencia. Porque
el enemigo ha perseguido mi alma; humilló hasta el suelo mi vida. Me ha
confinado en lugares tenebrosos, como a los muertos de antaño; se
desalentó en mí mi espíritu, mi corazón está en zozobra. Me acordé de
días antiguos; me puse a ponderar en todas tus obras, en las creaciones
de tus manos ponderaba. Extendí mis manos hacia Ti; mi alma te anhela
como tierra sedienta. Óyeme pronto Señor, mi espíritu ha desfallecido.
No retires de mí tu rostro, para no asemejarme a los que bajan a la fosa.
Hazme oír por la mañana tu misericordia, pues en Ti he puesto mi
esperanza. Muéstrame Señor, el camino que debo seguir, ya que hacia Ti
he elevado mi alma. Líbrame de mis enemigos, Señor, en Ti me refugio.
Enséñame a hacer tu voluntad, pues Tú eres mi Dios. Tu espíritu bueno
me conducirá a la tierra de la rectitud. Por amor a tu nombre, Señor,
vivifícame. En tu justicia, sacarás mi alma de aflicciones, y en tu
misericordia exterminarás a mis enemigos. Y destruirás a todos los que
afligen mi alma, porque siervo tuyo soy.
Y repite: Óyeme, señor, en tu verdad y no entres en juicio con tu siervo
(dos veces).
Tu espíritu bueno me guiará a tierra de rectitud.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Aleluya. Aleluya. Aleluya. Gloria a Ti, oh Dios. (Tres veces).
Señor, esperanza nuestra, gloria a Ti.
95
LETANÍA DE LA PAZ
El Sacerdote recita la Letanía de la Paz:
Sacerdote: En paz, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Por la paz que viene de lo Alto y por la salvación e nuestras
almas, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Por la paz del mundo entero, la estabilidad de las Santas
Iglesias de Dios, y la unión de todos, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Por esta santa morada y por todos los que en ella entran
con fe, devoción y temor de Dios, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Por los piadosos cristianos ortodoxos, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Por nuestro Patriarca N., por nuestro Obispo N, por el
honorable presbiterado y el diaconado en Cristo; por todo
el clero y el pueblo, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Por nuestra piadosa nación, por toda autoridad y poder,
por el ejército que ama a Cristo, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Por esta ciudad, por toda ciudad y país, y por los fieles que
en ellos habitan, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Por un clima propicio, por la abundancia de los frutos de la
tierra, y por tiempos de paz, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Por quienes viajan por aire, mar o tierra, por los enfermos,
los afligidos y los cautivos, y por su salvación, roguemos al
Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Para que nos libres de toda tribulación, ira, peligro y
necesidad, roguemos al Señor.
96
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros y protégenos,
oh Dios, por tu gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Habiendo suplicado a nuestra doncella la Santísima,
Purísima, Benditísima, y Gloriosa Madre de Dios y siempre Virgen
María, junto con todos los Santos, encomendémonos: cada uno a si
mismo, y unos a otros, y nuestra vida entera, a Cristo nuestro Dios.
Coro: A Ti, Señor.
Sacerdote (Exclamación): Porque a Ti se deben toda gloria, honor y
adoración: Padre,  Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Los Coros cantan, en el tono del Apolitíquio.


Sacerdote (o Diácono): El Señor es Dios, El se nos ha revelado. Bendito el
que viene en nombre del Señor. Dad gracias al Señor
porque El es bueno, porque eterna es su misericordia.
Coro: El Señor es Dios, El se nos ha revelado. Bendito el que viene
en nombre del Señor.
Sacerdote (o Diácono): Todas las naciones adversas me han rodeado, más
en el nombre del Señor las he rechazado.
Coro: El Señor es Dios, El se nos ha revelado. Bendito el que viene
en nombre del Señor.
Sacerdote (o Diácono): No, yo no moriré, yo viviré y anunciaré las obras
del Señor.
Coro: El Señor es Dios, El se nos ha revelado. Bendito el que viene
en el nombre del Señor.
Sacerdote (o Diácono): La piedra que rechazaron los arquitectos, es ahora
la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un
milagro patente.
Coro: El Señor es Dios, se nos ha revelado. Bendito el que viene
en nombre del Seño
97
 APOLITIQUIOS Y TEOTOQUIO 
Si es día normal, se canta el Apolitíquio del Santo del día, (o los Apolitíquios, si se celebra a
más de un Santo) y el Teotoquio del tono que corresponda al mismo Apolitíquio, intercalando el
"Gloria..." y el "Ahora...". El coro Canta el tropario del Santo del día, si es sábado en la tarde,
cantamos el Tropario de la Resurrección según el tono dominical dos veces; Gloria al Padre...
Tropario del Santo del día: El himno a la Madre de Dios del tono según el tono del Santo. Si es
una Fiesta de los 12 principales, se canta 2 veces el Tropario de la Fiesta Principal, si es Fiesta
de la Virgen no se usa el himno del Teotoquio.
En la cuaresma se canta Aleluya (tres veces) en lugar de "Dios el Señor." El sacerdote lee
los siguientes versículos alternando con el coro del tono de la semana de 1° al 8° tono.
Sacerdote: Aleluya, Aleluya, Aleluya (tono del Triodio Cuaresmal).
Coro: Aleluya, Aleluya, Aleluya.
Sacerdote: Mi ser te anhela de noche, mi espíritu madruga por
buscarte. (Is. 26:9)
Coro: Aleluya, Aleluya, Aleluya.
Sacerdote: Porque cuando juzgas a la tierra, Aprenden la justicia sus
habitantes.
Coro: Aleluya, Aleluya, Aleluya.
Sacerdote: Vean tu celo y queden confundidos los que envidian a Tu
pueblo. (Is. 26:11)
Coro: Aleluya, Aleluya, Aleluya.
Sacerdote: Que el fuego devore a tus adversarios.
Coro: Aleluya, Aleluya, Aleluya.
Himnos a la Trinidad: Primer Tono — Triodio Cuaresmal.
Elevando nuestras mentes al pensamiento espiritual y con el auxilio de
tus Huestes Incorpóreas, recibiendo el resplandor de la Divinidad de las
tres Hipostasis, cantamos como los querubines al Único Dios, tres veces
Santo:

Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.

Con todas las huestes celestiales permítenos, como los querubines,


cantarte a ti que moras en las alturas, la alabanza al tres veces Santo: oh,
Dios nuestro; por las intercesiones de todos tus Santos, ten piedad de
nosotros.
98
Ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Al levantarnos acudimos a Ti, oh Bondadoso, y Te entonamos, oh


Omnipotente el himno angelical: Santo, Santo, Santo, eres Tú oh Dios,
por la intercesión de la Madre de Dios, ten piedad de nosotros.
Se debe saber decir los términos de todos los himnos de la Trinidad de los ocho tonos:
El lunes, termina así:
Por las mediaciones de Tus huestes incorpóreas, ten piedad de nosotros.
El martes:
Por las intercesiones de Tu Precursor, ten piedad de nosotros.
El miércoles y el viernes:
Por el poder de Tu cruz, protégenos, oh Señor.
El jueves:
Por las intercesiones de tus Santos Apóstoles y de San Nicolás, ten
piedad de nosotros.
En cuanto a los otros dos Himnos de Triodio se dicen según como se escriban sus
términos.

Himnos a la Trinidad: Segundo Tono


Imitando en la tierra a los poderes celestiales, Te ofrecemos, oh,
bondadoso, la canción de triunfo: Santo, Santo, Santo eres Tú oh Dios
nuestro...

Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo:

Oh, Tú que eres por naturaleza increado, y Creador de todo, abre


nuestros labios para que podamos proclamar Tu alabanza mientras
cantamos: Santo, Santo, Santo eres, oh Dios nuestro; por las intercesiones
de todos tus Santos, ten piedad de nosotros.

Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Del lecho y del sueño me levantaste Señor: ilumina mi espíritu y mi


corazón y abre mis labios para que Te alabe, Oh Santa Trinidad
diciéndote: Santo, Santo, Santo eres Tú Oh Dios, por las intercesiones de
la Madre de Dios, ten piedad de nosotros.
99
Himnos a la Trinidad: Tercer Tono
Oh, consubstancial e indivisible Trinidad, coexistente Unidad, a Ti como
Dios cantamos el himno angelical: Santo, Santo, Santo eres, oh Dios
nuestro...

Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo:

Al increado Padre Eterno, al coeterno Hijo, al siempre existente Espíritu,


una Divinidad, osando glorificarte como los querubines, decimos: Santo,
Santo, Santo eres, oh Dios nuestro; por las intercesiones de todos tus
Santos, ten piedad de nosotros.

Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

El Supremo Juez vendrá de improviso y las obras de cada uno serán


descubiertas, por eso en medio de la noche Te invocamos con temor:
Santo, Santo, Santo eres Tú, oh Dios, por las intercesiones de la Madre de
Dios ten piedad de nosotros.
Himnos a la Trinidad: Cuarto Tono
Osando unirnos al himno de tus ministros angélicos, nosotros, los
mortales, te decimos: Santo, Santo, Santo eres, oh Dios nuestro...

Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo:

Como las jerarquías de los ángeles en el cielo, permaneciendo, sin


embargo, con temor, los hombres en la tierra, Te ofrecemos un victorioso
himno a Ti, Oh, bondadoso: Santo, Santo, Santo eres Tú, oh Dios nuestro;
por las intercesiones de todos tus Santos, ten piedad de nosotros.

Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

A Tu Padre eterno, a Ti, oh Cristo Dios, y a Tu Espíritu Santo, osando


como los querubines a glorificarles, decimos: Santo, Santo, Santo eres Tú
oh Dios nuestro; por las intercesiones de la Madre de Dios, ten piedad de
nosotros.
100
Himnos a la Trinidad: Quinto Tono
Es el momento de la canción y la hora de la oración; fervientemente
clamamos al único Dios: Santo, Santo, Santo eres Tú oh Dios nuestro...

Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo:

Osando representar tus ejércitos angelicales, oh, Increada Trinidad, con


labios indignos clamamos: Santo, Santo, Santo eres Tú oh Dios nuestro;
por las intercesiones de todos tus Santos, ten piedad de nosotros.

Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Oh, Tú que estuviste en las entrañas virginales y no fuiste separado del


lado del Padre, acéptanos, oh, Cristo Dios, clamando a Ti con los ángeles:
Santo, Santo, Santo eres Tú oh Dios nuestro; por las intercesiones de la
Madre de Dios, ten piedad de nosotros.
Himnos a la Trinidad: Sexto Tono
Ante Ti están los querubines con temor y los serafines con admiración,
ofreciendo con resonante voz el himno Trisagio, nosotros los pecadores,
también nos unimos a sus cantos diciendo: Santo, Santo, Santo eres Tú
oh Dios nuestro...

Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo:

Con labios incorpóreos, con resonantes doxologías, los seis alados cantan
a Ti el himno al tres veces Santo, oh Dios nuestro, y nosotros que
estamos en la tierra con indignos labios damos alabanzas a Ti: Santo,
Santo, Santo eres Tú oh Dios nuestro; por las intercesiones de todos tus
Santos, ten piedad de nosotros.

Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Glorifiquemos a la Divina Trinidad en Unidad sin mezcla y cantemos el


himno angelical: Santo, Santo, Santo eres Tú oh Dios Nuestro; por las
intercesiones de la Madre de Dios, ten piedad de nosotros.

Himnos a la Trinidad: Séptimo Tono


101
Oh, Tú que en lo más alto poder eres alabado por los querubines y en
la divina gloria eres adorado por los ángeles, acéptanos a nosotros que
estamos en la tierra, quienes con indignos labios, Te damos alabanzas:
Santo, Santo, Santo eres Tú oh Dios nuestro...

Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo:

Habiendo apartado la pereza de nuestra alma dormida, nos permitiste


demostrar nuestra corrección ante el Juez y cantar con temor: Santo,
Santo, Santo eres Tú oh Dios nuestro; por las intercesiones de todos tus
Santos, ten piedad de nosotros.

Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Ofreciendo alabanzas con los serafines al tres veces Santo, a la


Inalcanzable Divinidad en la unidad de la Trinidad, con temor
clamamos: Santo, Santo, Santo eres Tú oh Dios; por las intercesiones de
la Madre de Dios, ten piedad de nosotros.
Himnos a la Trinidad: Octavo Tono
Elevando nuestros corazones al cielo, imitamos a los ejércitos angelicales
y nos arrodillamos con temor ante el Juez, proclamando la victoriosa
alabanza: Santo, Santo, Santo eres Tú oh Dios nuestro.

Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo:

Aunque tienen la osadía a mirarte, los querubines, volando cantan con


himno divino del tres veces Santo; con ellos también clamamos a Ti:
Santo, Santo, Santo eres Tú oh Dios nuestro; por las intercesiones de
todos tus santos, ten piedad de nosotros.

Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Abatidos por la multitud de nuestras iniquidades y no osando mirar


hacia la altura celestial, inclinando nuestras almas y cuerpos, con los
ángeles Te cantamos el himno: Santo, Santo, Santo eres Tú oh Dios, por
las intercesiones de la Madre de Dios, ten piedad de nosotros.
102
 SALTERIO 
Se leen los dos Katismas (porciones del Salterio) acostumbrados.
Cada Katisma está dividido en tres partes. Al final de cada tercera parte, entre el Lector
y alguien del Coro se hace el siguiente diálogo:
Lector: Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.
Coro: Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya. Aleluya. Aleluya. Gloria a Ti, oh Dios. (Tres veces).
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.
Lector: Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Y continúa la lectura. Al final de la tercera vez, el mismo lector dice todo lo anterior él
solo, y termina diciendo:
Lector: Señor, esperanza nuestra, gloria a Ti.
Después del primer Katisma, el Sacerdote recita la Letanía Menor:
Sacerdote: Una y otra vez en paz roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros, y protégenos
oh, Dios por tu gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Habiendo suplicado a nuestra Soberana la Santísima,
Purísima, Benditísima y Gloriosa Madre de Dios, y Siempre
Virgen María, junto con todos los Santos, encomendémonos
cada uno a sí mismo y unos a otros y toda nuestra vida a
Cristo Dios.
Coro: A Ti, Señor.
Sacerdote (Exclamación): Porque Tuyos son el Reino, el poder y la gloria:
Padre,  Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los
siglos.
Coro: Amén.
En seguida son cantadas las Catísmatas. Si hay lectura del Salterio, después de cada
Katisma se cantan las Catísmatas con su Teotoquio. Si no hay lectura del Salterio, se
cantan todas juntas después de la Letanía Menor. Después de la lectura del segundo
Katisma del Salterio, el Sacerdote recita otra vez la letanía menor, con la siguiente
exclamación sacerdotal.
103
Sacerdote: Como una presa entre sus dientes, no abandones, oh
Salvador, a Tu siervo; porque de la misma manera que un león, mis
enemigos se alzan contra mí.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
Al Espíritu Santo le pertenece el origen de la vida y su honor, porque
todo lo creado, como Dios, el Existente lo preserva con el poder, en el
Padre a través del Hijo.
Antífona 3
Los que confían en el Señor han llegado a ser como un monte sagrado;
de ninguna manera, son conmovidos por los asaltos del enemigo.
Ante la iniquidad, que el justo no haga justicia con sus propias manos;
para que no sufra él también el castigo.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
Del Espíritu Santo emana toda la sabiduría; por tanto, da la gracia a los
apóstoles; los mártires son coronados con sufrimientos y los profetas ven
el futuro.
Hypakoy: Tono 3
Asombroso por su aparición, refrescante por su lenguaje, dijo el radiante
ángel a las Miróforas: “por qué buscan al Vivo en la tumba? El ha
resucitado, ha dejado el sepulcro; conózcanlo como el inmutable
Eliminador de la corrupción; digan a Dios; que maravillosas son tus
obras, porque has salvado a la humanidad”.
Los Graduales: Tono 3 Antífona 1
El cautiverio de Babilonia te ha llevado fuera de Sión; líbrame de las
pasiones de la vida; oh Palabra.
En el sur, los que cosechaban lágrimas divinas, cosechan lágrimas de
felicidad en la vida eterna.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
En el Espíritu Santo, así como en el Padre y en el Hijo, se refleja cada
buen don, por ellos cada cosa vive y se mueve.
104
Antífona 2
Si el Señor no edifica la casa, en vano laboramos: y cuando El protege
nuestras almas, nadie osará atacarnos.
Fruto de la acción del Espíritu nacieron hijos para Ti, oh Cristo, así como
para el Padre: los Santos.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
En el Espíritu Santo está inspirada toda santidad y toda sabiduría,
porque El crea a cada ser; sirvámoslo pues El es Dios, de la misma
manera que el Padre y el Verbo encarnado.
Antífona 3
Bienaventurados los que temen al Señor y caminan en sus
mandamientos, ellos comerán del fruto de la vida.
Regocíjate oh Sumo Pastor, viendo alrededor de Tu mesa tus frutos de
buenas obras.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
Del Espíritu Santo proviene toda abundancia de gloria, de El también
emana la gracia y la vida de cada criatura, por tanto se cantan himnos a
El, al Padre y al Verbo encarnado.
Hypakoy: Tono 4
El día de tu glorioso despertar, oh Cristo, las Miróforas, que habían ido a
buscarte a la tumba, proclamaron a los Apóstoles que Tú habías
resucitado como Dios, concediendo al mundo gran misericordia.
Los Graduales: Tono 4 Antífona 1
Desde mi juventud, muchas pasiones me acosan, pero Tú oh mi
Salvador, socórreme y sálvame.
Vosotros, que odiáis a Sión, seréis detestados por el Señor y como hierba
ante el fuego, así seréis secados.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
Por el Espíritu Santo es vivificada toda alma, exaltada por la purificación
e iluminada por la Unidad Tri-una en una forma sagradamente
misteriosa.
105
Antífona 2
Te he llamado oh Señor, ardientemente desde la profundidad de mi
alma, que tus divinos oídos escuchen mi llamado.
El que se ha ganado la confianza del Señor es superior a todo aquel que
le aflige.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
Del Espíritu Santo emanan los torrentes de gracia que llenan a todo ser
para su vivificación.
Antífona 3
Deja que mi corazón se eleve hasta Ti oh Verbo, y no permitas que
ninguno de los encantos de este mundo me hechicen hasta la debilidad.
Así como se tiene afecto por la madre, así también al Señor se debe un
amor más sincero.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
Del Espíritu Santo emana la abundancia del conocimiento de Dios, la
contemplación y la sabiduría; porque por El son revelados mediante el
Verbo todos los preceptos del Padre.
Hypakoy: Tono 5
Las Miróforas asombradas, llevando en su mente la visión del ángel y
sus almas iluminadas por el divino despertar, dijeron a los Apóstoles:
proclamen a las naciones la Resurrección del Señor, quien obra
maravillas y nos concede gran misericordia.
Los Graduales: Tono 5 Antífona 1
En mi aflicción yo Te canto como David, oh Salvador mío, libra mi alma
de una lengua aduladora.
Para los que llevan una vida desolada, la felicidad está bajo las alas del
amor divino.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
Por el espíritu Santo son gobernadas todas las cosas, visibles e invisibles,
porque El es poderoso, verdaderamente uno de la Trinidad.
106
Antífona 2
Hasta las montañas, oh alma mía, seamos elevados; vayamos hacia
donde proviene la ayuda.
Que Tu diestra, oh Cristo, pueda tocarme también y protegerme de toda
vanidad.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
Digamos al Espíritu Santo palabras divinas; Tú eres Dios, Amor, Vida y
Mente; Tú eres la bondad, y reinarás eternamente.
Antífona 3
Al decirme entremos a la casa del Señor me lleno de regocijo elevando
a El mis oraciones.
En la casa de David, ocurrieron cosas terribles, porque el fuego allí
consumió toda mente impía.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
Al Espíritu Santo le pertenece la dignidad del origen de la vida, dado
que por El, así como el Padre junto con el Hijo, es animado todo ser.
Hypakoy: Tono 6
Habiendo destruido, con Tu muerte voluntaria y dadora de vida, las
puertas del hades como Dios, nos has abierto el antiguo paraíso y
habiendo resucitado de la muerte, has liberado nuestra vida de la
corrupción.
Los Graduales: Tono 6 Antífona 1
A los cielos levanto mis ojos, a Ti oh Verbo eterno del Padre, ten
compasión de mi para que pueda vivir para Ti.
Ten piedad de nosotros indignos, haciéndonos nuevamente tus siervos
útiles, oh Verbo.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
Al Espíritu Santo le es propio ser causa salvadora; a quienquiera que El
inspira dignamente, lo saca de las cosas terrenales, le da alas, lo hace
crecer y lo asienta en las alturas.
107
Antífona 2
Si el Señor no hubiera estado con nosotros, ninguno podría haber
resistido los ataques del adversario, pues los vencedores son elevados
sobre todo.
No dejes que mi alma sea atrapada como un ave entre sus dientes oh
Verbo eterno; ay de mí ¿cómo puedo escapar del enemigo, siendo un
amante del pecado?
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
Del Espíritu Santo llega a todos la divina inspiración, la buena voluntad,
el entendimiento, la paz y la bendición; porque El obra maravillas con el
Padre y el Verbo.
Antífona 3
Aquellos que confían en el Señor son terribles frente a sus enemigos y
admirables para todos pues ellos miran hacia lo alto.
Ante la iniquidad los justos se conservan pues te tienen a Ti como su
socorro, oh Salvador.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
Al Espíritu Santo pertenece la soberanía de todas las cosas; ante El se
inclinan los ejércitos celestes y todo lo que respira en la tierra.
Hypakoy: Tono 7
Tú que adoptaste nuestra forma y soportaste la Cruz corporalmente,
sálvame por Tu resurrección, oh Cristo Dios, pues Tú que amas a la
humanidad.
Los Graduales: Tono 7 Antífona 1
Habiendo apartado toda decepción de Sión en su cautiverio, vivifícame
así también a mí, oh Salvador, liberándome de la esclavitud de las
pasiones.
El que siembra aflicciones de ayuno y lágrimas cosechará abundancia de
alimento y vida eterna.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
108
En el Espíritu Santo está el manantial de los divinos tesoros; de él
proviene la sabiduría, la inteligencia y el temor; a él pertenece la
alabanza y la gloria, el honor y el dominio.
Antífona 2
Si el Señor no edifica la casa del alma, en vano laboramos, porque sin él
ningún hecho ni palabra se cumple.
Del fruto de las entrañas de los hijos adoptivos, movidos por el Espíritu,
germinan las tradiciones de los Santos Padres.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos.
Por el Espíritu Santo, todo lo que es tiene su existencia. Señor de todo
porque El ante todo es Dios; es la luz inaccesible, la vida de todo.
Antífona 3
Aquellos que temen al Señor habiendo encontrado el camino de la vida,
son ahora y siempre, bendecidos con la gloria inmortal.
Viendo alrededor de Tu mesa, como las ramas de olivos a tus hijos
regocíjate y alégrate llevándolos hasta Cristo, el sumo Pastor.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
En el Espíritu Santo están la multiplicidad de dones, las riquezas de la
gloria y los mandatos de gran profundidad; junto al Padre y al Hijo El
será siempre servido.
Hypakoy: Tono 8
Las Miróforas ante el sepulcro del Dador de la vida, buscaron al Maestro,
el Inmortal, entre los muertos y habiendo recibido del ángel la alegre
noticia, anunciaron a los Apóstoles que Cristo Dios había resucitado,
concediendo al mundo gran misericordia.
Los Graduales: Tono 8 Antífona 1
Desde mi juventud, el enemigo me tienta y me consumo en los deleites;
pero teniendo confianza en Ti, oh Señor siempre lo venzo.
Que aquellos que odian a Sión sean como la hierba antes de ser
arrancada, porque Cristo los castigará con el tormento.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
109
Del Espíritu Santo emana todo para la vida; luz de la luz, El es
también Dios; alabémoslo con el Padre y con el Verbo.
Antífona 2
Permite que mi corazón sea humilde, pleno de temor por Ti, para que no
llegue a ser vanidoso y se aparte de Ti, oh Clemente.
El que confía en el Señor no será atemorizado cuando El deba juzgar
todo con fuego y tormento.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
Por inspiración del Espíritu Santo se obran grandes maravillas; cantemos
por eso al Dios triple, porque aunque la Divinidad brilla triplemente,
tiene un sólo origen.
Antífona 3
Te he llamado oh Señor, escúchame, inclina Tu oído hacia mí cuando Te
invoque y purifícame antes de presentarme ante Ti.
Retornando al seno de la tierra, todos se corrompen nuevamente,
recibiendo los castigos o recompensas por su vida.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
Del Espíritu Santo es la teología Trinitaria: porque el Padre es Increado,
de Quien, eternamente, nació el Hijo y procede el Espíritu co-reinante y
de la misma naturaleza.
Antífona 4
Contemplen como es bueno y agradable vivir los hermanos en mutua
unión, porque por eso el Señor prometió la vida eterna.
La vestimenta con la que El que adorna los lirios del campo, refleja la
inmensidad de la bondad divina.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
Del Espíritu Santo, como de una fuente, todo se sustenta y obtiene la paz,
porque El es Dios de una misma esencia con el Padre y el Hijo.
En todas las vigilias mayores, la víspera de todas las Fiestas Principales, Fiestas
Medianas, o cuando hay polileo se canta este:
110
Antífona: Tono 4
Desde mi juventud muchas pasiones me acosaron, pero Tú oh mi
Salvador, socórreme y sálvame.
Vosotros que odiáis a Sión, seréis detestados por el Señor, como hierba
en el fuego seréis secados.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén
Por el Espíritu Santo es vivificada toda alma, exaltada por la purificación
e iluminada por la triple unidad en una forma sagradamente misteriosa.
Sacerdote (Exclamación): Porque Tú eres un Dios bueno que amas a la
humanidad, y a Ti rendimos gloria, Padre,  Hijo y Espíritu Santo, ahora
y siempre, y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

 Salmo 50 

El Lector lee el Salmo 50.


Ten piedad de mí, oh Dios, según tu gran misericordia; según la
multitud de tus piedades, borra mi iniquidad. Lávame más y más de mis
transgresiones, y límpiame de mis pecados. Pues reconozco mi maldad,
y mi pecado está siempre ante mí. Contra Ti sólo he pecado, he hecho el
mal en tu presencia, por lo tanto, eres justo en tu sentencia, soberano en
tu juicio. Considera que en maldad fui formado, y en pecado me
concebido mi madre. Ciertamente, Tu amas la verdad; los misterios
escondidos y ocultos de tu sabiduría, me los has revelado. Rocíame con
hisopo y seré limpio; lávame y emblanqueceré más que la nieve. Hazme
oír gozo y alegría, y se alegrarán mis huesos tan humillados. Aparta tu
rostro de mis pecados, y borra todas mis iniquidades. Crea en mí, oh
Dios, un corazón limpio, y restaura en mis entrañas un espíritu recto. No
me arrojes de tu presencia, y no retires de mí tu Espíritu Santo.
Devuélveme el gozo de tu salvación, y sostenme con espíritu soberano.
Enseñaré a los pecadores tus caminos, y los impíos volverán hacia Ti.
Líbrame de la sangre, oh Dios, Dios de mi salvación; se alegrará mi
lengua de tu justicia. Abre Señor mis labios y mi boca proclamará tus
111
alabanzas. Porque si quisieras sacrificio, te lo ofrecería; más no te
complacen los holocaustos. Sacrificio a Dios es el espíritu contrito; el
corazón contrito y humillado, Tu Dios, no lo desprecias. Señor, en tu
bondad, trata benignamente a Sión, para que puedan reedificarse los
muros de Jerusalén. Entonces aceptarás el sacrificio de justicia, las
ofrendas y los holocaustos, entonces se ofrecerán novillos sobre tu altar.

 LOS CÁNONES 
Los Cánones consisten en una agrupación de cantos en 8 Odas (no se canta la segunda),
cuya estructura principal son las 9 odas Bíblicas. Los versos de estas Odas se cantan
intercaladamente con troparios compuestos también en 8 Odas que se encuentran en
los siguientes libros: del Paraklitikí (Libro del Octótono); del Meneo; del Teotokario; en
tiempos de Cuaresma, del Triodio; y en tiempos de Pascua del Pentecostarion.
Se cantan las Odas Primera y Tercera.
Al final, el Sacerdote o el Diacono, recita la Letanía Menor:
Sacerdote: Una y otra vez en paz roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros, y protégenos
oh, Dios por tu gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Habiendo suplicado a nuestra Soberana la Santísima,
Purísima, Benditísima y Gloriosa Madre de Dios, y Siempre
Virgen María, junto con todos los Santos, encomendémonos
cada uno a sí mismo y unos a otros y toda nuestra vida a
Cristo Dios.
Coro: A Ti, Señor.
Sacerdote (exclamación): Porque Tú eres nuestro Dios, y a Ti rendimos
gloria, Padre,  Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos
de los siglos.
Coro: Amén.
Luego se canta un Katisma y su Teotoquio. Se leen o cantan las Odas Cuarta, Quinta y
Sexta. Al final, el Sacerdote o el Diacono recita la Letanía Menor:
Sacerdote: Una y otra vez en paz roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
112
Sacerdote: Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros, y
protégenos oh, Dios por tu gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Habiendo suplicado a nuestra Soberana la Santísima,
Purísima, Benditísima, y Gloriosa Madre de Dios y siempre
Virgen María, junto con todos los Santos,
encomendémonos: cada uno a si mismo, y unos a otros, y
nuestra vida entera, a Cristo nuestro Dios.
Coro: A Ti, Señor.
Sacerdote (exclamación): Porque Tú eres el Rey de la paz y el Salvador de
nuestras almas, y a Ti rendimos gloria, Padre,  Hijo y Espíritu Santo,
ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Se lee el Contaquio de la fiesta con su Teotoquio.
Luego se lee el Synaxario del día (libro que nombra los Santos conmemorados cada día
del año). Si es período de Cuaresma o Pascual, se lee también el Recuerdo del día. Se
siguen cantando o leyendo las Odas Séptima y Octava. Finalizadas estas Odas, se
cantan las Catabasías de cada Oda según el período eclesiástico, hasta la Catabasía de la
octava Oda.

 EL MAGNIFICADO 

Se presenta el incienso al sacerdote quien lo bendice.


Sacerdote: (en voz baja): Incienso te ofrecemos, Cristo Dios nuestro, como
suave perfume de fragancia espiritual; al recibirlo en tu Altar celestial,
envíanos a cambio la gracia de tu Santísimo Espíritu.
El diácono (o el Sacerdote) comienza a incensar el Altar, la mesa de la Prótesis y el
santuario. Luego sale por la puerta norte, con el incensario en la mano, inciensa la parte
central y derecha del iconostasio y luego exclama mirando hacia el icono de la Madre
de Dios mientras traza con el incensario el signo de la cruz:
Sacerdote: Magnifiquemos  con nuestros himnos a la Madre de Dios,
Madre de la Luz.
Después continúa incensando el iconostasio, el trono y al obispo, si está presente,
inciensa al pueblo comenzando por el costado sur del templo, y volviendo por el norte.
Vuelve a incensar el Trono, los iconos, y entra al santuario por la puerta sur, para
volver a incensar el Altar y termina.
113

Coro: Engrandece mi alma al Señor, y se alegra mi espíritu en Dios, mi


Salvador.
Más honorable que los querubines e incomparablemente más
gloriosa que los serafines, Tú que incorrupta diste a luz a Dios el
Verbo, verdadera Madre de Dios, te magnificamos.
Coro: Porque ha visto la humildad de su sierva, todas las generaciones
me llamarán bienaventurada.
Más honorable que los querubines…
Coro: Porque ha hecho por mí grandes cosas el Poderoso; y Santo es su
Nombre. Y su misericordia va de generación en generación sobre
los que le temen.
Más honorable que los querubines…
Coro: Desplegó el poderío con su brazo. Dispersó a los soberbios de
corazón.
Más honorable que los querubines…
Coro: Derribó del trono a los poderosos, y ensalzó a los humildes. Colmó
a los hambrientos de bienes, y a los ricos los despidió vacios.
Más honorable que los querubines…
Coro: Acogió a Israel su siervo acordándose de la misericordia, como lo
había prometido a nuestros padres, a Abraham y su descendencia
por los siglos.
Más honorable que los querubines…
Coro: Digno es en verdad bendecirte, oh Madre de Dios, siempre
bienaventurada e inmaculada; más honorable que los querubines
e incomparablemente más gloriosa que los serafines, Tú que
incorrupta diste a luz a Dios el Verbo, verdadera Madre de Dios,
te magnificamos.
En las fiestas del Señor y de la Madre de Dios, durante la Gran Semana Santa, y en los
domingos desde Pascua hasta la Ascensión del Señor, no se canta “El Magnificado…”.
Se canta la novena Oda, con sus Megalinários y su Catabasía. Finalizado el
Magnificado, el Coro continúa cantando la Novena Oda del Canon. A su conclusión, el
Sacerdote o el Diacono recita la Letanía Menor:
114
Sacerdote: Una y otra vez en paz roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros, y protégenos
oh, Dios por tu gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Habiendo suplicado a nuestra Soberana la Santísima,
Purísima, Benditísima, y Gloriosa Madre de Dios y siempre Virgen
María, junto con todos los Santos, encomendémonos: cada uno a si
mismo, y unos a otros, y nuestra vida entera, a Cristo nuestro Dios.
Coro: A Ti, Señor.
Sacerdote (exclamación): Porque a Ti te alaban todas las potestades
celestiales, Padre,  Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos.
Coro: Amén.
 EXAPOSTILARIO 
Se cantan los Exapostilarios de la fiesta, que se encuentran en el Meneo (Colección de
12 tomos con oficios litúrgicos para Santos o fiestas de cada día del año), o los del día
de la semana en el Libro de las Horas.

 LAS ALABANZAS 
Si la fiesta del día tiene troparios para Láudes, entonces son cantadas. De lo contrario,
son leídas.
Coro derecho: Todo lo que tiene aliento alabe al Señor. Alabad al Señor
desde los cielos: alabadle en las alturas. A Ti pertenece el himno, oh
Dios.
Coro izquierdo: Alabadle todos sus ángeles; alabadle todas sus
potestades. A Ti pertenece un himno, oh Dios.
Alabadle, sol y luna; alabadle todas las estrellas y la luz.
Alabadle, cielos de los cielos, y las aguas que están más alto que los
cielos.
Alábese el nombre del Señor, porque Él dijo y fueron; Él ordenó y se
crearon.
Las estableció para siempre, y por los siglos de los siglos; puso ley que
no será quebrantada.
Alabad al Señor desde la tierra, los dragones y todos los abismos.
115
El fuego, el granizo, la nieve, la helada, el espíritu de tempestad, que
ejecutan su palabra.
Los montes y todos los collados, el árbol de fruto y todos los cedros.
Las bestias y todo ganado; reptiles y aves.
Los reyes de la tierra y todos los pueblos; los príncipes y todos los jueces
de la tierra.
Los jóvenes y las doncellas; los ancianos con los niños. Alábese el
nombre del Señor, porque solo su Nombre es elevado.
Su confesión es en la Tierra y en el Cielo. Y Él ensalzó el cuerno de su
pueblo.
Un himno a todos sus Santos, a los hijos de Israel, un pueblo cercano a
Él. Cantad al Señor una canción nueva, Su alabanza en la Iglesia de los
Santos.
Alégrese Israel en su Hacedor; los hijos de Sión se gocen en su Rey.
Alábese Su Nombre en coro; con adufe y arpa, a Él canten salmos.
Porque el Señor se complace en su pueblo, y enaltecerá a los mansos
para su salvación.
Los Santos consagrados se regocijarán en gloria; y se alegrarán en sus
lechos.
El ensalzamiento de Dios en sus gargantas, y espadas de dos filos en sus
manos.
Para hacer venganza en las naciones, y reprensión en los pueblos.
Para aprisionar a sus reyes con grilletes, y a sus nobles con grilletes de
hierro en las manos y los pies.
Si hay seis estiquerios (troparios), se comienzan a cantar intercaladamente a partir del
siguiente Estíquio (versículo)
Para hacer sobre ellos el juicio escrito. Esta gloria será para todos Sus
Santos consagrados.
Alabad a Dios en Sus Santos, alabadle en el establecimiento de Su poder.
Si hay cuatro estiquerios, a partir del siguiente Estíquio.
Alabadle por Sus poderíos; alabadle por la multitud de Su grandeza.
Alabadle al son de la trompeta; alabadle con salterio y cítara.
Alabadle con pandero y coro; alabadle con cuerdas y órgano.
116
Alabadle con címbalos sonoros; alabadle con címbalos de júbilo. Todo
lo que tiene aliento, alabe al Señor.
"Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo"
Se canta el Doxasticó de la fiesta (si lo tiene).
"Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén."
Se canta el Teotoquio de la fiesta (si lo tiene), o el que corresponde al día de la semana
en el tono del Doxasticó.

 LA DOXOLOGÍA MENOR 
Existen dos Doxologías: la Doxología Mayor, cantada, y la Menor leída. Si es domingo,
o día de fiesta, se canta la Gran Doxología. De lo contrario, es leída la Menor por el
Principal de la asamblea o el Lector.
A Ti se debe gloria, Señor Dios nuestro, y a Ti rendimos gloria, Padre,
Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Gloria a Ti, que nos has mostrado la luz. Gloria a Dios en las alturas y en
la tierra paz a los hombres de buena voluntad. Te alabamos, te
bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias por tu gran
gloria.
Señor, Rey, Dios celestial, Padre Todopoderoso; Señor Hijo unigénito,
Jesucristo; y el Espíritu Santo. Señor, Dios, Cordero de Dios, Hijo del
Padre, Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros, Tú
que quitas los pecados del mundo, Recibe nuestra oración; Tú que estás
sentado a la diestra del Padre, y ten piedad de nosotros. Porque sólo Tú
eres Santo, sólo Tú eres Señor, Jesucristo, en la gloria de Dios Padre.
Amén. Cada día te bendeciré y alabaré tu Nombre por los siglos de los
siglos. Señor, te has hecho nuestro refugio de generación en generación.
Dije, Señor, ten piedad de mí, sana mi alma, porque he pecado contra ti.
Señor, a Ti acudo; enséñame a hacer tu voluntad, porque Tú eres mi
Dios. Porque en Ti está la fuente de la vida; en tu luz veremos la luz.
Extiende tu misericordia a quienes te conocen.
Guárdanos, Señor, este día sin pecado. Bendito eres Señor, Dios de
nuestros padres, y alabado y glorificado sea tu Nombre por los siglos.
Amén. Sea sobre nosotros tu misericordia, Señor, como hemos esperado
de Ti. Bendito eres, Señor: instrúyeme con tus justos preceptos. Bendito
117
eres, Soberano, hazme entender tus justos preceptos. Bendito eres,
Santo, ilumíname con tus justos preceptos. Tu misericordia, Señor, es
para siempre, no desprecies las obras de tus manos. A Ti pertenece la
alabanza, a Ti pertenece un himno, a Ti pertenece la gloria, Padre, Hijo y
Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
El Sacerdote o el Diácono recita la Letanía Complementaria.

LA LETANÍA COMPLEMENTARIA
Sacerdote: Completemos nuestra súplica matutina al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros y protégenos,
Dios, por tu gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Que el día entero sea perfecto, santo, pacífico, y sin pecado,
pidamos al Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
Sacerdote: Un ángel de paz, guía fiel, custodio de nuestras almas y
cuerpos, pidamos al Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
Sacerdote: Perdón y remisión de nuestros pecados y transgresiones,
pidamos al Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
Sacerdote: Cuanto es bueno y conveniente para nuestras almas, y por
la paz del mundo, pidamos al Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
Sacerdote: Que el tiempo restante de nuestra vida se complete en paz
y penitencia, pidamos al Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
Sacerdote: Un fin cristiano de nuestra vida, exento de dolor y de
vergüenza, pacífico, y una buena defensa ante el temible
tribunal de Cristo, pidámosle.
Coro: Concédelo, Señor.
Sacerdote: Habiendo suplicado a nuestra Soberana la Santísima,
Purísima, Benditísima, y Gloriosa Madre de Dios y siempre
118
Virgen María, junto con todos los Santos,
encomendémonos: cada uno a si mismo, y unos a otros, y
nuestra vida entera, a Cristo nuestro Dios.
Coro: A Ti, Señor.
Sacerdote (Exclamación): Porque eres un Dios de misericordia y amas a la
humanidad, y a Ti rendimos gloria, Padre,  Hijo y Espíritu Santo,
ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
El Sacerdote se voltea hacia el pueblo y lo bendice.
Sacerdote: Paz  a todos.
Coro: Y a tu espíritu.
Sacerdote o Diacono: Inclinemos la cabeza ante el Señor.
Coro: Ante Ti, Señor.
Sacerdote:
Santísimo Señor, que habitas en las alturas, y que te inclinas bondadoso
hacia los humildes; pues con tu mirada poderosa, velas sobre toda
creatura. Nosotros inclinamos nuestras almas y nuestros cuerpos,
delante de Ti y te suplicamos. Oh Santo de los santos, desde tu santa
morada, extiende tu mano invisible, y danos a todos tu bendición.
Sacerdote (Exclamación): Porque a Ti pertenece tener misericordia de
nosotros y salvarnos, oh Cristo Dios nuestro, y nosotros te rendimos
gloria, con el Padre,  y el Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos.
Coro: Amén.

 LOS APÓSTICOS 
El Coro canta los Aposticos que consisten en tres troparios, con su Doxasticó y el
Teotoquio. Estos se encuentran en el Libro Paraklitiquí, según el tono de la semana y el
día de la semana.
Se comienzan a cantar por el coro izquierdo. El primero se canta sin Estíquio
(versículo), los dos siguientes son cantados intercaladamente con las siguientes
estiquios:
119
Estíquio antes del 2º Apóstico:
En la mañana fuimos saciados de tu misericordia Señor, y nos alegramos
y regocijamos en todos nuestros días; nos alegramos en los días en que
nos humillaste, en los años en que vimos males. Mira sobre tus siervos,
sobre tus obras, y conduce a sus hijos.
Estíquio antes del 3º Apóstico:
Que el esplendor del Señor nuestro Dios sea sobre nosotros y que
conduzca las obras de nuestras manos.

Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.


Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Y se canta el Teotoquio, o el Stavroteotoquío si es miércoles o viernes.

 LOS APÓSTICOS DE LOS SÁBADOS 


Si es un sábado normal, en el que se canta “Dios el Señor, se nos ha revelado…”,
entonces se cantan los Aposticos de los mártires, con los siguientes estiquios:
Estíquio antes del 2º Apóstico
Maravilloso es Dios en sus Santos.
Estíquio antes del 3º Apóstico
A los Santos que están en su tierra, el Señor los ha hecho maravillosos.
Si es un “Sábado de las almas”, en el que se canta “Aleluya…”, entonces los troparios a
los Mártires se cantan con las Alabanzas, y los Aposticos de los difuntos con los
siguientes estiquios:
Estíquio antes del 2º Apóstico
Bienaventurados, Señor, los que has escogido y has tomado para Ti.
Estíquio antes del 3º Apóstico
Sus almas vivirán al abrigo de todo lo bueno.
Estíquio antes del 4º Apóstico:
Su memoria será recordada de generación en generación .

Luego el principal de la Asamblea, o el Sacerdote dice:


Bueno es confesar al Señor, y salmodiar tu nombre, oh Altísimo; de
anunciar por la mañana tu misericordia, y por la noche tu verdad.
El Lector dice el Trisagio
120
Lector: Santo Dios,  Santo Poderoso, Santo Inmortal, ten piedad de
nosotros. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visita y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Kyrie eléison. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro...
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria, Padre,  Hijo
y del Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Lector: Amén.
 APOLITIQUIO 
El Coro canta el Apolitíquio (o los Apolitiquitos del día si hay más que uno), y el
Teotoquio, o el Stavroteotoquío del día de la semana, que corresponda al tono del
Apolitíquio, con el “Gloria…” y el “Ahora…” intercalados.
Luego comienza inmediatamente el Sacerdote la Divina Liturgia.
Si no hay Divina Liturgia, entonces se lee la Hora Prima. Terminada la oración final
“Cristo la verdadera luz…”, se lee la Epístola y el Evangelio del día.
Sacerdote: Atendamos.
El lector dice el Proquímenon correspondiente
Sacerdote: Sabiduría.
Lector: Lectura de la Epístola de…
Sacerdote: Atendamos.
El lector lee la Epístola
Mientras es leída la Epístola, el sacerdote inciensa ligeramente el altar, los íconos del
iconostasio y el pueblo.
Sacerdote: ¡Sabiduría! ¡De pie! Escuchemos el Santo Evangelio.
El Sacerdote sale a bendecir al pueblo.
Sacerdote: Paz  a todos.
121
Coro: Y a tu espíritu.
Sacerdote: Lectura del Santo Evangelio de san... ¡Atendamos!
Coro: Gloria a Ti, Señor, gloria a Ti.
El Sacerdote lee el Evangelio desde la Puerta Real.
Coro: Gloria a Ti, Señor, gloria a Ti.
Luego el Sacerdote o el Diacono recita la Gran Letanía.

LA GRAN LETANÍA
Sacerdote: Digamos con toda el alma, y con todo nuestro espíritu,
digamos:
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Señor Omnipotente, Dios de nuestros padres, te
suplicamos: escúchanos y ten piedad.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Ten piedad de nosotros, Dios nuestro, por tu gran
misericordia, escúchanos y ten piedad.
Coro: Señor, ten piedad. (Tres veces)
Sacerdote: Te suplicamos una vez más por los piadosos cristianos
ortodoxos.
Coro: Señor, ten piedad. (Tres veces)
Sacerdote: Suplicamos aún por nuestro Patriarca N., por nuestro
Obispo N.
Coro: Señor, ten piedad. (Tres veces)
Sacerdote: Suplicamos aún por los Sacerdotes, los Diáconos, los
monjes, y por toda nuestra fraternidad en Cristo.
Coro: Señor, ten piedad. (Tres veces)
Sacerdote: Te suplicamos aun por nuestra patria y por aquellos que la
gobiernan, a fin que nosotros podamos vivir en toda
justicia y santidad.
Coro: Señor, ten piedad. (Tres veces)
Sacerdote: Suplicamos aún por piedad, vida, paz, salud, salvación,
visitación, perdón y remisión de los pecados de los
servidores de Dios, los habitantes de nuestra ciudad.
Coro: Señor, ten piedad. (Tres veces)
122
Sacerdote: Suplicamos aún por los bienaventurados y siempre
recordados fundadores de esta santa iglesia, y por nuestros
padres y hermanos difuntos que yacen piadosamente aquí,
y por todos los difuntos del mundo entero.
Coro: Señor, ten piedad. (Tres veces)
Sacerdote: Suplicamos aún por los benefactores y bienhechores de esta
santa casa, por los que se fatigan trabajando en ella, por sus
cantores, y por todo el pueblo que espera de Ti el gran
tesoro de tu misericordia.
Coro: Señor, ten piedad. (Tres veces)
Sacerdote (Exclamación): Porque eres Dios misericordioso y amante de la
humanidad, y a Ti rendimos gloria, Padre,  Hijo y Espíritu Santo,
ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Sacerdote o Diacono: Sabiduría.
Lector: Bendice.
Sacerdote (mirando hacia el oriente): Que nos bendiga aquel que Es bendito,
Cristo nuestro verdadero Dios, eternamente; ahora y siempre y por los
siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Sacerdote, o el primero de la asamblea: Que el Señor Dios acreciente la
santa fe ortodoxa por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
El Sacerdote sale a la Solea, y mirando hacia el pueblo, dice:
Sacerdote: Santísima Madre de Dios sálvanos.
Lector: Más honorable que los querubines e incomparablemente
más gloriosa que los serafines, Tú que incorrupta diste a luz
a Dios el Verbo, verdadera Madre de Dios, te
magnificamos.
Sacerdote: Gloria a Ti, Cristo Dios, esperanza nuestra, gloria a Ti.
Lector: Gloria al Padre  y al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y
siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Bendice Padre.
123
Sacerdote: Cristo, nuestro verdadero Dios, por las oraciones de su
purísima e inmaculada Madre, de los santos gloriosos y alabadísimos
Apóstoles (del santo titular del templo, si es Apóstol), de los santos, gloriosos y
victoriosos mártires (del santo titular del templo, si es mártir), de nuestros
justos y teóforos Padres (del santo titular del templo, si es un justo), de los
santos y justos abuelos del Señor, Joaquín y Ana, de san N. (del santo titular
del templo, si no ha sido conmemorado en alguno de los anteriores grupos), de los
santos (se conmemora al santo del día), cuya memoria celebramos en este día,
y de todos los santos, tenga misericordia de nosotros y nos salve, El que
es bueno y amante de la humanidad.
El Sacerdote se voltea hacia el icono del Señor y hace la exclamación final:

Sacerdote (exclamación): Por las oraciones de nuestros Santos Padres,


Señor Jesucristo,  Hijo de Dios, ten piedad de nosotros y sálvanos.
Coro: Amén.

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124
Oraciones Secretas del Sacerdote
En Laudes

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Mientras se leen los Seis Salmos, el Sacerdote, parado inicialmente frente al Altar, lee en
secreto estas 12 oraciones.
Primera Oración
Roguemos al Señor; Señor ten piedad.
Te agradecemos, Señor Dios nuestro, que nos levantaste de nuestros
lechos y pusiste en nuestra boca palabras de alabanza, y para venerar e
invocar tu santo Nombre. Imploramos tus compasiones, las que siempre
tuviste a favor de nuestra vida. Y ahora, envía tu ayuda a quienes están
delante de tu santa gloria y aguardan recibir de Ti abundante
misericordia. Concédeles adorarte, alabarte, loarte y reverenciar tu
inenarrable bondad con amor y temor. Porque a Ti se debe toda gloria,
honor y alabanza, Padre,  Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por
los siglos. Amén.
Segunda Oración
Desde la noche vela nuestro espíritu hacia Ti, nuestro Dios, porque tus
mandatos son luz sobre la tierra; danos sensatez a fin de practicar la
justicia y la santidad en tu temor. Porque a Ti te glorificamos, nuestro
Dios realmente existente; inclina tu oído y escúchanos. Acuérdate, Señor,
de los aquí presentes y que oran con nosotros, de cada uno por su
nombre, y sálvalos por tu poder. Bendice a tu pueblo y santifica tu
heredad. Concede la paz a tu mundo, a tus Iglesias, a los Sacerdotes, a
nuestros gobernantes y a todo tu pueblo. Porque ha sido bendecido y
glorificado tu muy honrado y majestuoso Nombre, Padre,  Hijo y
Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos. Amén.
125
Tercera Oración
Desde la noche se eleva nuestro espíritu hacia Ti, Dios nuestro, porque
tus mandatos son luz. Enséñanos ¡oh! Dios, tu justicia, tus
mandamientos y tus justos preceptos. Ilumina los ojos de nuestra mente,
no vaya a suceder que nos adormezcamos en pecados de muerte. Disipa
toda oscuridad de nuestros corazones; concédenos el sol de justicia y
preserva nuestra vida exenta de tentaciones, con el sello del Espíritu
Santo. Dirige nuestros pasos por el camino de la paz; concédenos ver el
alba y el día con alegría, para que elevemos a Ti oraciones matutinas.
Porque Tuyos son el reino, el poder y la gloria, Padre,  Hijo y Espíritu
Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Cuarta Oración
Señor y Dios, santo e incomprensible, quien dijo que entre las tinieblas
resplandecerá la luz; quien nos hizo descansar con el sueño de la noche,
y nos levantó para glorificar y suplicar su bondad. Aplacado por tu
propia compasión, acéptanos a nosotros que ahora nos prosternamos
ante Ti, y te agradecemos según nuestras fuerzas. Concédenos todas
nuestras súplicas de salvación; haznos hijos de la luz y del día, y
herederos de tus bienes eternos. Acuérdate Señor, de acuerdo a la
multitud de tus compasiones de todo tu pueblo, de los que están aquí
presentes y rezan con nosotros; y de todos nuestros hermanos que están
en tierra, en el mar y en cualquier lugar de tu dominio, que están
suplicando tu filantropía y tu ayuda, y concédeles a todos tu gran
misericordia. A fin de que quedando siempre salvados en alma y en
cuerpo, glorifiquemos con confianza, tu maravilloso y bendito nombre,
Padre,  Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los
siglos. Amén.
Quinta Oración
Tesoro de lo bueno, fuente inagotable, Padre santo, hacedor de
maravillas, todopoderoso y omnipotente, todos te adoramos y te
suplicamos, invocando tus misericordias y tus conmiseraciones, como
ayuda y amparo de nuestra humildad. Acuérdate, Señor, de tus
suplicantes; recibe de todos nosotros las súplicas matutinas, como
126
incienso delante de Ti; y no permitas que alguno de nosotros resulte
rechazado, sino consérvanos a todos nosotros con tus compasiones.
Acuérdate, Señor, de quienes velan y cantan tu gloria, y la de tu Hijo
unigénito y Dios nuestro, y la de tu Espíritu Santo. Se para ellos
ayudante y protector, recibe sus súplicas sobre tu celestial y racional
altar. Porque Tú eres nuestro Dios y a Ti rendimos gloria,  Padre, Hijo
y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Sexta Oración
Te agradecemos Señor, Dios de nuestra salvación, porque siempre haces
todo para favorecer nuestra vida, a fin de que tengamos siempre los ojos
puestos en Ti, salvador y benefactor de nuestras almas; porque nos
hiciste descansar a lo largo de la noche pasada y nos levantaste de
nuestros lechos para adorar tu precioso nombre. Por eso te suplicamos,
Señor, danos la gracia y la fuerza, para que seamos dignos de cantarte
con circunspección y orar incesantemente con temor y estremecimiento,
preparando nuestra propia salvación, bajo el amparo de tu Cristo.
Acuérdate, Señor, de quienes te imploran por las noches; escúchales y
tenles piedad; y destroza bajo sus pies a los invisibles y belicosos
enemigos. Porque Tú eres el rey de la paz y el Salvador de nuestras
almas; y a Ti rendimos gloria, Padre,  Hijo y Espíritu Santo, ahora y
siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Después de la sexta oración, el Sacerdote sale del Santuario y lee las siguientes seis
oraciones enfrente al iconostasio.
Séptima Oración
Dios y Padre nuestro Señor Jesucristo, que nos levantaste de nuestros
lechos y nos reuniste a la hora de la oración, concédenos gracia al abrir
nuestra boca, y acepta los agradecimientos que, en la medida de nuestras
posibilidades te dirigimos. Enséñanos tus justos preceptos, porque no
sabríamos rezar como es debido, sino nos condujeras Tú, Señor, por
medio de tu Santo Espíritu. Por lo cual te suplicamos, si en algo hemos
pecado hasta la hora presente, en palabra, obra o pensamiento,
voluntaria o involuntariamente, perdónalo y olvídalo. Porque si
observases iniquidades, Señor, ¿quién Señor podrá subsistir? Porque en
Ti está la redención, Tú eres el único santo, auxilio y defensor poderoso
127
de nuestra vida, y a Ti se dirige nuestra alabanza por siempre. Sea la
soberanía de tu reino bendita y glorificada, Padre,  Hijo y Espíritu
Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Octava Oración
Señor Dios nuestro, que disipaste la pereza del sueño y nos convocaste
con santa invitación, a también elevar de noche nuestras manos y
confesarte por las sentencias de tu justicia; recibe nuestras súplicas, las
peticiones, las confesiones, las adoraciones nocturnas; y concédenos, oh
Dios, fe que no se avergüenza, esperanza segura, amor no fingido.
Bendice nuestras entradas y salidas, nuestras acciones, obras, palabras,
pensamientos; y concédenos llegar a los comienzos del día alabando,
loando y bendiciendo la indescriptible bondad de tu probidad. Porque
ha sido bendecido tu santísimo Nombre, y ha sido glorificado tu reino,
Padre,  Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los
siglos. Amén.
Novena Oración
Haz que brille, Señor filántropo, en nuestros corazones, la luz pura de tu
divino conocimiento; y abre los ojos de nuestra mente a la comprensión
de tus evangélicas proclamaciones. Infúndenos también el temor a tus
bienaventurados mandamientos, a fin de que, pisoteando los deseos
carnales, pasemos a una forma de vida espiritual, pensando y obrando
todo para tu agrado. Porque Tú eres nuestra santificación e iluminación
y a Ti rendimos gloria, Padre,  Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y
por los siglos de los siglos. Amén.
Décima Oración
Señor Dios nuestro, que a través del arrepentimiento concediste a los
humanos la remisión; y para ser perdonados, nos indicaste como modelo
de reconocimiento y de confesión de los pecados, el arrepentimiento del
profeta David; Tú mismo, Señor, ya que hemos caído en muchas y
grandes faltas, apiádate de nosotros, según tu gran misericordia, y según
la multitud de tus piedades, borra nuestras iniquidades. Porque contra
Ti hemos pecado, Señor, que conoces todo lo escondido y lo oculto del
corazón humano, y eres el único que tiene autoridad para perdonar
128
pecados. Crea además en nosotros un corazón limpio, y sostennos
con espíritu soberano; haznos conocer el regocijo de tu salvación, y no
nos rechaces de tu rostro; sino, ten el beneplácito de concedernos, como
bondadoso y filántropo que eres, el ofrecerte, hasta nuestro último
aliento, sacrificios de justicia y oblaciones sobre tus santos altares. Por la
misericordia, la compasión y la filantropía de tu Hijo unigénito,  con
quien eres bendito, con tu santísimo, bondadoso y vivificador Espíritu,
ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Undécima Oración
Señor, Dios nuestro, que has sometido a tu voluntad a las potestades
celestes y racionales, te rogamos y te suplicamos; acepta la glorificación
que te elevamos, en la medida de nuestras posibilidades, junto a la de
todas tus creaciones, y recompénsanos con las abundantes gracias de tu
bondad. Porque ante Ti hincan la rodilla todos los seres celestiales,
terrenales e infernales, y todo aliento y cosa creada alaba tu gloria
inalcanzable; porque Tú eres el único Dios verdadero y muy
misericordioso. Porque a Ti te alaban todas la potestades del cielo, y a Ti
te rinden gloria, Padre,  Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por
los siglos de los siglos. Amén.
Duodécima Oración
Te alabamos, te cantamos, te bendecimos y te agradecemos, Dios de
nuestros padres, porque apartaste la sombra de la noche y nos mostraste
nuevamente la luz del día. Pero suplicamos a tu bondad; se propicio
para con nuestros pecados y acepta nuestras súplicas en tu gran
misericordia, pues en Ti nos refugiamos, Dios compasivo y
Todopoderoso. Haz que brille en nuestros corazones el verdadero sol de
tu justicia; ilumina nuestra mente y conserva todos nuestros sentidos, a
fin de que, como si fuera de día, podamos circular con decoro por el
camino de tus mandamientos y alcancemos la vida eterna. Pues en Ti
está la fuente de la vida, haznos dignos de disfrutar de la luz inaccesible,
Porque Tú eres nuestro Dios y a Ti rendimos gloria, Padre,  Hijo y
Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
129
OFICIO DE LAUDES
DOMINICAL Y FESTIVO

 
Después del oficio de Medianoche, el Sacerdote entra al Santuario, abre el Bello Velo, y
mirando hacia al oriente, exclama:
Sacerdote: Bendito sea nuestro  Dios, eternamente, ahora y siempre,
y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Si es leída, o en tiempo pascual, no es necesario leer el Trisagio (es reemplazado
por la recitación por tres veces de: “Cristo ha resucitado de entre los muertos,
con su muerte Él ha vencido la muerte, y a aquellos que estaban en la tumba Él
les ha dado la vida”); de la fiesta de la Ascensión del Señor hasta la víspera de
Pentecostés se comienza directamente con: “Vengan adoremos y postrémonos
ente nuestro Rey y Dios…,” de lo contrario hay que decirlo:
Lector: Gloria a Ti, Dios nuestro, gloria a Ti. Rey Celestial, Consolador,
Espíritu de Verdad, que estás en todo lugar y que todo lo llenas, Tesoro
de bienes y Dador de la vida, ven y habita en nosotros, purifícanos de
toda mancha, y salva, Tú que eres bueno, nuestras almas
Lector: Santo Dios,  Santo Poderoso, Santo Inmortal, Ten piedad
de nosotros. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visítanos y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
130
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro...
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria, Padre,  Hijo
y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Lector: Amén.
Señor, ten piedad. (Doce veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante nuestro Rey y Dios. (Metanía
profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante Cristo, nuestro Rey y Dios.
(Metanía profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante el mismo Cristo, Él es nuestro
Rey y nuestro Dios. (Metanía profunda)

Este oficio puede suprimirse y pasar directamente a los Seis Salmos (pág. 133).

 EL OFICIO REAL 
Antiguamente dedicado al Emperador
Luego se leen los Salmos siguientes, y mientras tanto, el Sacerdote, bendice el incienso
y comienza a incensar en forma más silenciosa y ligera que lo normal.
Sacerdote: (en voz baja) Bendito sea nuestro  Dios eternamente, ahora y
siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Incienso  te ofrecemos, Cristo Dios nuestro, como perfume de fragancia
espiritual; al recibirlo en tu Altar celestial, envíanos a cambio la gracia de
tu Santísimo Espíritu.
Cuando el Coro comienza a cantar, el Sacerdote comienza a incensar el Altar, y la mesa
de la Prótesis. Luego sale por la puerta septentrional, inciensa el Trono y al Obispo, si
está, y los iconos del iconostasio. Después incesa al pueblo, comenzando por el costado
meridional del templo, y volviendo por el septentrional. Vuelve a incesar el Trono, los
iconos, y entra al santuario por la puerta meridional, para volver a incensar el Altar, la
mesa de la Prótesis, y termina.
131
 Salmo 19 

Que el Señor te oiga en el día de aflicción; defiéndete el nombre del Dios


de Jacob. Que te envíe ayuda desde el santuario, y desde Sión te ampare.
Que recuerde todas tus ofrendas, y que tu holocausto sea pingüe. Haga
contigo según tu corazón y cumpla todos tus designios. Nos
regocijaremos en tu salvación y en el nombre del Señor nuestro Dios
seremos enaltecidos. Cumpla el Señor todas tus peticiones; ahora he
conocido, que el Señor ha hecho salvo a su Cristo. Le oirá desde su cielo
santo, por la fuerza de su diestra es la salvación. Estos confían en carros,
y aquellos en caballos; mas nosotros invocaremos el nombre del Señor
nuestro Dios. Ellos se doblegaron y cayeron; mas nosotros nos
levantamos y nos enhestamos. Señor, salva al Rey y escúchanos en el día
en que te invoquemos.
 Salmo 20 
Señor; en tu poder se alegrará el rey y en tu salvación se regocijará en
gran manera. Le concediste el deseo de su corazón y no le privaste la
demanda de sus labios. Porque te le adelantaste con bondadosas
bendiciones; le pusiste sobre su cabeza una corona de piedras preciosas.
Te pidió vida, y le diste longitud de días por los siglos de los siglos.
Grande es su gloria en tu salvación; gloria y magnificencia pondrás sobre
él. Porque le darás bendición por los siglos de los siglos; lo colmarás de
gozo con tu rostro. Por cuanto el rey confía en el Señor, y en la
misericordia del Altísimo, no será conmovido. Encontrará tu mano a
todos sus enemigos; que tu diestra encuentre a todos los que le
aborrecen. Los pondrás como en horno de fuego, al momento de mostrar
tu rostro. El Señor los conturbará con su ira, y el fuego los devorará. Su
fruto exterminarás de la tierra, y su linaje de entre los hijos de los
hombres. Porque se inclinaron a hacerte el mal; pensaron designios los
cuales no podrán mantener. Pues Tú los pondrás en fuga; con tus
sobrevivientes prepararás sus rostros. Ensálzate, Señor, en tu poder,
alabaremos y salmodiaremos a tu poderío.
Lector: Santo  Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, ten piedad de
nosotros. (Tres veces)
132
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por
los siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visita y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Padre nuestro...
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder, y la gloria, Padre,  Hijo
y del Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Y lee los siguientes troparios:
Lector: Salva Señor a tu pueblo y bendice tu heredad; concede la victoria
a tu Iglesia contra sus enemigos, y preserva a los que te pertenecen, por
el poder de tu Cruz.

Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.

Tú que, voluntariamente ascendiste a la Cruz, concede tus compasiones,


Cristo Dios, al pueblo nuevo que lleva tu nombre. Alegra con tu poder a
los cristianos ortodoxos, concediéndoles la victoria sobre sus
adversarios. Teniendo tu auxilio en el combate, Tú que eres arma de paz
y trofeo invencible.

Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Buena y alabadísima Madre de Dios, nuestra temible e infalible


protección, no desprecies nuestras súplicas, confirma el vivir de los
ortodoxos, salva a los que Tú has ordenado gobernar, y concédeles la
victoria que proviene de lo alto, Tú que diste a luz a Dios, única bendita.
Sacerdote: Ten piedad Dios, de nosotros, por tu gran misericordia, te
suplicamos, escúchanos y ten piedad.
Coro: Señor, ten piedad. (Tres veces)
133
Sacerdote: Suplicamos aun por nuestro Patriarca N., por nuestro
Obispo N. Y por toda nuestra fraternidad en Cristo.
Coro: Señor, ten piedad. (Tres veces)
Sacerdote: Te suplicamos por este país y por quienes lo gobiernan.
Coro: Señor, ten piedad. (Tres veces)
Sacerdote (Exclamación): Porque eres Dios misericordioso y amas a la
humanidad, y a Ti rendimos gloria, Padre,  Hijo y Espíritu Santo,
ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Lector: Amén. En el nombre del Señor, bendice, Padre.
Sacerdote (Exclama mientras traza la señal de la cruz con el incensario frente al altar):
Gloria a la santa,  consubstancial, vivificadora e indivisible Trinidad,
eternamente, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Coro: Amen.
Ahora se comienza a leer los Seis Salmos y todos escuchamos de pie, en silencio y con
reverencia. Si hay Vigilia (es decir, las Grandes Vísperas unidas a Laudes), se comienza
desde aquí.
 LOS SEIS SALMOS 
El principal en la asamblea, o el Lector: Gloria a Dios en las alturas y en
la tierra paz, a los hombres de buena voluntad (tres veces).
Señor, abrirás mis labios y mi boca proclamará tu alabanza (dos veces).

Mientras se leen los Seis Salmos, el Sacerdote lee en secreto las 12 oraciones que se
encuentran en la pág. 123.

 Salmo 3 
Señor, ¿por qué se han multiplicado los que me atribulan? Muchos se
levantan contra mí. Muchos dicen a mi alma: no hay salvación para él en
su Dios. Más Tú, Señor, eres mi protector, mi gloria y el que levanta mi
cabeza. Con mi voz clamé al Señor y me oyó desde su monte santo. Yo
dormí y tuve profundo sueño; me levanté, porque el Señor me protegerá.
No temeré a los diez millares de gentes que me rodean y atacan.
Levántate, Señor, sálvame, Dios mío. Por cuanto Tú has golpeado a
todos quienes sin causa se enemistaron contra mí; has quebrantado los
dientes de los pecadores. La salvación es del Señor y sobre tu pueblo tu
bendición.
134
Yo dormí y tuve profundo sueño; me levanté porqué el Señor
Y repite:
me protegerá.
 Salmo 37 
Señor, no me reprendas con tu furor, ni me instruyas con tu ira. Porque
tus saetas se me han clavado y has asentado sobre mí tu mano. No hay
curación para mi carne a causa de tu ira: no hay paz en mis huesos a
causa de mis pecados. Porque mis iniquidades sobrepasaron mi cabeza y
como carga pesada se agravaron sobre mí. Hedían pudriéndose mis
llagas a causa de mi necedad. Me he hecho miserable y encorvado estoy
hasta lo sumo: todo el día caminaba contristado. Porque cargados están
de escarnio mis lomos y no hay curación para mi carne.
Estaba muy mal y me humillé hasta lo extremo; rugía a causa del
lamento de mi corazón. Señor, delante de Ti está todo cuanto deseo, y mi
gemido no te es desconocido. Mi corazón está perturbado, mi fuerza me
ha abandonado y aún la luz de mis ojos, tampoco ella está ya conmigo.
Mis amigos y mis vecinos se acercaron y delante de mí se mantuvieron.
Y mis más allegados se mantuvieron de lejos. Y me fastidiaron los que
buscaban mi alma. Y los que buscaban mi mal hablaron vanidades y
todo el día urgían engaños. Mas yo como un sordo no oía y fui como un
mudo que no abre su boca. Y me hice como hombre que no oye y que no
tiene en su boca réplica. Porque en Ti, Señor, esperé: Tú me escucharás,
Señor Dios mío. Pues dije: no sea que alguna vez se rían de mí mis
enemigos y mientras mis pies vacilaban, hablaron con soberbia contra
mí. Porque preparado estoy para flagelaciones y mi dolor está siempre
delante de mí. Pues yo publicaré mi trasgresión y me preocuparé por mi
pecado. Mas mis enemigos viven y se han hecho más fuertes que yo, y se
han multiplicado los que me odian injustamente. Los que devuelven mal
por bien, murmuraban sobre mí porque yo perseguía lo bueno.
Y repite: No me desampares, Señor Dios mío: no te apartes de mí. Acude
prontamente a socorrerme, Señor Dios de mi salvación (dos veces).
 Salmo 62 
Dios, Dios mío, hacia Ti madrugo. Mi alma tuvo sed de Ti y aún más mi
carne con ímpetu anhela por Ti, en tierra yerma, intransitable y sin agua.
Allí también me presenté como en tu santuario para ver tu fuerza y tu
135
gloria. Porque tu misericordia es mejor que la vida: mis labios te
alabarán. Y así bendeciré durante mi vida y en tu nombre alzaré mis
manos. Como de grosura y de gordura sea saciada mi alma y con labios
de regocijo te alabará mi boca. Si me he acordado de Ti sobre mi lecho,
en las madrugadas medité en Ti. Porque fuiste mi ayudador. Y al
amparo de tus alas me regocijaré. Mi alma se apegó a Ti, tu diestra me ha
amparado. Mas ellos que en vano buscaron mi alma, entrarán en lo más
bajo de la tierra: serán entregados en manos de espada, ración serán de
los zorros. Mas el Rey se alegrará en Dios, aprobados serán todos los que
juran por Él: pues fue tapada la boca de los que hablan cosas inicuas. En
la madrugada meditaré en Ti: porque fuiste mi ayudador. Y al amparo
de tus alas me regocijaré. Mi alma se apegó a Ti; tu diestra me ha
amparado.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén. Aleluya, aleluya, aleluya, gloria a Ti, Señor
(tres veces, sin metanías).
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
 Salmo 87 
Señor Dios de mi salvación, de día y de noche clamé delante de Ti. Que
llegue a Ti mi oración; inclina tu oído a mi plegaria. Porque se colmó mi
alma de maldades y mi vida se ha acercado al infierno. He sido contado
con los que descienden al hoyo; he sido como hombre sin socorro,
abandonado entre los muertos. Así como los heridos que duermen en los
sepulcros, de quienes no te acuerdas ya más y ellos son desechados de tu
mano. Me has puesto en una fosa profunda: en lugares tenebrosos y en
sombra de muerte. Sobre mi se ha confirmado tu furor y todas tus
exaltaciones has echado sobre mí. Has alejado de mí a mis conocidos: me
han tenido como abominación para ellos. Entregado fui y no me libraré:
mis ojos han desfallecido de miseria. A Ti, Señor, he clamado todo el día:
he extendido hacia Ti mis manos. ¿Acaso harás maravillas por los
muertos o los médicos los resucitarán y te alabarán? ¿Acaso contará
alguno en el sepulcro tu misericordia y tu verdad en el Abadán? ¿Acaso
136
serán conocidos en las tinieblas tus milagros y tu verdad en la tierra
del olvido? Más yo a Ti he clamado, y en la madrugada mi oración
llegará ante Ti. ¿Por qué, Señor, desechas mi alma, y apartas de mí tu
rostro? Pobre soy yo y en sufrimientos estuve desde mi juventud. Me
elevé, me humillé y desfallecí. Sobre mí han pasado tus iras y tus
intimidaciones me han conturbado. Me han cercado como agua, aunados
me han dominado todo el día. Has alejado de mí al amigo y al cercano y
a mis conocidos por causa de mi miseria. Señor Dios de mi salvación, de
día y de noche clamé delante de Ti. Que llegue ante Ti mi oración; inclina
tu oído a mi plegaria.

 Salmo 102 
Bendice, alma mía, al Señor y todas las cosas que hay dentro de mí, a su
Santo Nombre. Bendice, alma mía, al Señor y no te olvides de todos sus
galardones. Él redime tu vida de la corrupción, Él te corona de
misericordias y de generosidades. Él colma de bienes tu deseo: se
renovará como la del águila tu juventud. El Señor hace misericordias y
justicia a todos los que sufren agravios. Hizo conocer sus caminos a
Moisés, y sus deseos a los hijos de Israel. Generoso y misericordioso es el
Señor: pacientísimo y muy misericordioso. No estará enojado para
siempre ni se enemistará eternamente. No nos ha tratado según nuestras
iniquidades ni nos ha retribuido según nuestros pecados. Porque cuan
alto está el cielo sobre la tierra, tanto ha confirmado el Señor su
misericordia sobre los que le temen. Cuanto dista el oriente de occidente,
tanto ha alejado de nosotros nuestras iniquidades. Así como un padre se
compadece de los hijos, así el Señor se apiada de los que le temen;
porqué Él conoce de qué estamos plasmados, recuerda que somos polvo.
Los días del hombre son como la hierba y él como la flor del campo que
desflorecerá. Pasará por él un soplo y ya no estará, y hasta su propio
lugar no le reconocerá. Mas la misericordia del Señor está desde los
siglos por los siglos, sobre los que le temen. Y su verdad sobre los hijos
de los hijos, de aquellos que guardan su alianza y se acuerdan de sus
mandamientos para cumplirlos. El Señor ha confirmado en el cielo su
trono y su reino domina sobre todos. Bendecid al Señor todos sus
ángeles, poderosos en fortaleza, ejecutores de su orden en cuanto oyen la
137
voz de sus palabras. Bendecid al Señor todas sus fuerzas, siervos
suyos, ejecutores de su voluntad. Bendecid al Señor todas sus obras; en
todo lugar de su señorío, bendice alma mía, al Señor.
Y repite: En todo lugar de su señorío, bendice alma mía, al Señor.

 Salmo 142 
Señor, oye mi oración; presta oído a mi súplica según la verdad de tus
promesas, óyeme en tu justicia. Y no entres en juicio con tu siervo,
porque ningún ser viviente puede aparecer justo en tu presencia. Porque
el enemigo ha perseguido mi alma; humilló hasta el suelo mi vida. Me ha
confinado en lugares tenebrosos, como a los muertos de antaño; se
desalentó en mí mi espíritu, mi corazón está en zozobra. Me acordé de
días antiguos; me puse a ponderar en todas tus obras, en las creaciones
de tus manos ponderaba. Extendí mis manos hacia Ti; mi alma te anhela
como tierra sedienta. Óyeme pronto Señor, mi espíritu ha desfallecido.
No retires de mí tu rostro, para no asemejarme a los que bajan a la fosa.
Hazme oír por la mañana tu misericordia, pues en Ti he puesto mi
esperanza. Muéstrame Señor, el camino que debo seguir, ya que hacia Ti
he elevado mi alma. Líbrame de mis enemigos, Señor, en Ti me refugio.
Enséñame a hacer tu voluntad, pues Tú eres mi Dios. Tu espíritu bueno
me conducirá a la tierra de la rectitud. Por amor a tu nombre, Señor,
vivifícame. En tu justicia, sacarás mi alma de aflicciones, y en tu
misericordia exterminarás a mis enemigos. Y destruirás a todos los que
afligen mi alma, porque siervo tuyo soy.
Y repite: Óyeme, señor, en tu verdad y no entres en juicio con tu siervo
(dos veces).
Tu espíritu bueno me guiará a tierra de rectitud.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Aleluya. Aleluya. Aleluya. Gloria a Ti, oh Dios. (Tres veces).
Señor, esperanza nuestra, gloria a Ti.
138
LETANÍA DE LA PAZ
El Diácono, saliendo a la Solea, recita la Letanía de la Paz:
Diácono: En paz, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por la paz que viene de lo Alto y por la salvación de
nuestras almas, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por la paz del mundo entero, la estabilidad de las Santas
Iglesias de Dios, y la unión de todos, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por esta santa morada y por todos los que en ella entran
con fe, devoción y temor de Dios, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por los piadosos cristianos ortodoxos, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por nuestro Patriarca N., por nuestro Obispo N, por el
honorable presbiterado y el diaconado en Cristo; por todo
el clero y el pueblo, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por nuestra piadosa nación, por toda autoridad y poder,
por el ejército que ama a Cristo, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por esta ciudad, por toda ciudad y país, y por los fieles que
en ellos habitan, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por un clima benéfico, por la abundancia de los frutos de la
tierra, y por tiempos pacíficos, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por quienes viajan por aire, mar o tierra por los
enfermos, los afligidos y los cautivos, y por su salvación,
roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Para que nos libres de toda tribulación, ira, peligro y
necesidad, roguemos al Señor.
139
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros y protégenos,
Dios, por tu gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Habiendo suplicado a nuestra doncella la Santísima,
Purísima, Benditísima, y Gloriosa Madre de Dios y siempre
Virgen María, junto con todos los Santos,
encomendémonos: cada uno a si mismo, y unos a otros, y
nuestra vida entera, a Cristo nuestro Dios.
Coro: A Ti, Señor.
Sacerdote (Exclamación): Porque a Ti se debe toda gloria, honor y
adoración: Padre,  Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Los Coros cantan, si es domingo, en el tono de la semana. Si es otro día, en el tono del
Apolitíquio.
Diacono: El Señor es Dios, El se nos ha revelado. Bendito el que viene
en nombre del Señor. Dad gracias al señor, porque El es
bueno, porque es eterna su misericordia.
Coro: El Señor es Dios, El se nos ha revelado. Bendito el que viene
en nombre del Señor.
Diacono: Todas las naciones adversas me han rodeado, mas en el
nombre del Señor las he rechazado.
Coro: El Señor es Dios, El se nos ha revelado. Bendito el que viene
en nombre del Señor.
Diacono: No, yo no moriré, yo viviré y anunciaré las obras del
Señor.
Coro: El Señor es Dios, El se nos ha revelado. Bendito el que viene
en nombre del Señor.

Diacono: La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra


angular, es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro
patente.
Coro: El Señor es Dios, El se nos ha revelado. Bendito el que viene
en nombre del Señor.
140
 APOLITIQUIOS Y TEOTOQUIO 
Luego se cantan el o los Apolitíquios (himnos de despedida) y el Teotoquio. Si es
domingo, se canta el Apolitíquio de la Resurrección, según el tono de la semana,
después del "Gloria..." se repite, y después del "Ahora...", el Teotoquio del mismo tono.
Si es domingo y además fiesta, se canta el Apolitíquio de la Resurrección dos veces,
seguido de "Gloria..." y el Apolitíquio de la Fiesta, y el "Ahora...", y el Teotoquio según
el tono del Apolitíquio de la fiesta. Si es fiesta del Señor o de la Madre de Dios, se canta
el Apolitíquio tres veces, intercalando el "Gloria..." y el "Ahora...".
Si es día normal, se canta el Apolitíquio del Santo del día y el Teotoquio del tono que
corresponda al mismo Apolitíquio, intercalando el "Gloria..." y el "Ahora...".

 SALTERIO 
Se leen los Katismas (porciones del Salterio) acostumbrados (ver cuadro al final). Para
los domingos son el segundo y tercer Katisma, (es decir los Salmos 9-16, y 17-23), y el
Katisma 17 (Salmo 118).
Si es día en que se festeja la memoria de algún Santo, en lugar del Katisma 17, se canta
el Polyéleon, (o sea los salmos, y una terminación especial para cada fiesta). Cada
Katisma está dividido en tres partes. Al final de cada tercera parte, entre el Lector y
alguien del Coro se hace el siguiente diálogo:
Lector: Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.
Coro: Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya. Aleluya. Aleluya. Gloria a Ti, oh Dios. (Tres veces).
Gloria al Padre  al Hijo y al Espíritu Santo.
Lector: Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén. (Y
continúa la lectura).
Al final de la tercera vez, el mismo lector dice todo lo anterior él solo, y termina
diciendo:
Señor, esperanza nuestra, gloria a Ti.
Después del primer Katisma, el Diácono, saliendo a la Solea, recita la Letanía Menor:
Diácono: Una y otra vez en paz roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros, y protégenos
oh, Dios por tu gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Habiendo suplicado a nuestra doncella la Santísima,
Purísima, Benditísima, y Gloriosa Madre de Dios y siempre
141
Virgen María, junto con todos los Santos, encomendémonos: cada
uno a si mismo, y unos a otros, y nuestra vida entera, a
Cristo nuestro Dios.
Coro: A Ti, Señor.
Sacerdote (Exclamación): Porque Tuyos son el dominio, el Reino, el poder
y la gloria, Padre  Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos.
Coro: Amén.
En seguida son cantadas las Catísmatas. Si hay lectura del Salterio, después de cada
Katisma se cantan las Catísmatas con su Teotoquio. Si no hay lectura del Salterio, se
cantan todas juntas después de la Letanía Menor. Después de la lectura del segundo
Katisma del Salterio, el Diácono recita otra vez la letanía menor, con la siguiente
exclamación sacerdotal.
Sacerdote (Exclamación): Porque Tú eres Dios bueno que amas a la
humanidad, y a Ti rendimos gloria, Padre,  Hijo y Espíritu Santo, ahora
y siempre, y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
 LAS BENDICIONES 
Si es domingo, inmediatamente después del Katisma 17, o del Polyeleon y de la
exaltación, si es además fiesta, se cantan los siguientes Troparios de la Resurrección en
el tono 5, con su versículo:
Coro: Bendito eres Señor, enséñame tus justos preceptos. El coro
angelical se asombró al verte contado entre los muertos, Salvador, a Ti,
que destruiste el poder de la muerte, levantando contigo a Adán, y
liberando a todos del infierno.
Coro: Bendito eres, Señor, enséñame tus justos preceptos. El ángel
radiante que estaba cerca del sepulcro, dijo a las portadoras de
ungüentos: ¿discípulas: por qué mezcláis el bálsamo con lágrimas de
compasión? Contemplad el sepulcro y entiendan, ya que el Salvador
resucitó de la tumba.
Coro: Bendito eres, Señor, enséñame tus justos preceptos. Las
portadoras de ungüentos muy temprano, lamentándose, fueron
presurosas a tu sepulcro; mas el ángel se les presentó diciéndoles: ¡no
142
lloréis! ha pasado el tiempo de los lamentos; anunciad, pues, a los
apóstoles la resurrección.
Coro: Bendito eres, Señor, enséñame tus justos preceptos. Las mujeres
portadoras de ungüentos, al llegar con miro a tu sepulcro, ¡oh, Salvador!
lloraron. Mas les habló el ángel diciendo: ¿Por qué pensáis que el que
Vive está entre los muertos? Siendo Dios, ha resucitado del sepulcro.
Coro: Gloria al Padre  y al Hijo y al Espíritu Santo. Adoremos al Padre
y a Su Hijo y al Espíritu Santo. Trinidad Santísima, Una en esencia,
clamando con los serafines: Santo, Santo, Santo eres Señor.
Coro: Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén. Habiendo
dado a luz al Dador de Vida, ¡oh, Doncella! salvaste a Adán del pecado;
cambiaste en júbilo la tristeza de Eva. El Dios y Hombre encarnado de Ti,
encaminó hacia la vida a quienes de ella habían caído.
Coro: Aleluya, aleluya, aleluya, Gloria a Ti, ¡oh Dios!
Coro: Aleluya, aleluya, aleluya, Gloria a Ti, ¡oh Dios!
Coro: Aleluya, aleluya, aleluya, Gloria a Ti, ¡oh Dios!
El Diácono, saliendo a la Solea, recita la Letanía Menor:

Diácono: Una y otra vez en paz roguemos al Señor.


Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros, y protégenos
oh, Dios por tu gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Habiendo suplicado a nuestra doncella la Santísima,
Purísima, Benditísima, y Gloriosa Madre de Dios y siempre
Virgen María, junto con todos los Santos,
encomendémonos: cada uno a si mismo, y unos a otros, y
nuestra vida entera, a Cristo nuestro Dios.
Coro: A Ti, Señor.

Sacerdote (Exclamación): Porque bendito es tu nombre y glorificado tu


Reino, Padre,  Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de
los siglos. Amén.
Se lee el Hipacoe (significa obediencia o atención) del tono del Octótonos.
Luego se cantan las Antífonas Graduales, (o Anabáticas) del tono del Octótonos.
143
Y luego el Proquímenon del tono, cantado lentamente entre dos coros, y el verso
salmodiado por el Lector.
 LOS PROQUIMENOS 
Tono Primero
Coro: Ahora resucitaré, dice el Señor, me prepararé para la
salvación; no vacilaré en ello.
Coro: Ahora resucitaré, dice el Señor, me prepararé para la
salvación; no vacilaré en ello.
Lector: Versículo Las palabras del Señor son palabras puras.
Coro: Ahora resucitaré, dice el Señor,
Coro: Me prepararé para la salvación; no vacilaré en ello.

Tono Segundo
Coro: Levántate, Señor Dios mío, por el precepto que has
ordenado, y te rodeará la congregación del pueblo.
Coro: Levántate, Señor Dios mío, por el precepto que has
ordenado, y te rodeará la congregación del pueblo.
Lector: Versículo Señor Dios mío, en Ti he puesto mi esperanza, sálvame.
Coro: Levántate, Señor Dios mío, por el precepto que has
ordenado,
Coro: y te rodeará la congregación del pueblo.
Tono Tercero
Coro: Decid entre las naciones, que el Señor se ha entronizado;
porque Él ha establecido el universo, que no será movido.
Coro: Decid entre las naciones, que el Señor se ha entronizado;
porque Él ha establecido el universo, que no será movido.
Lector: Versículo Cantad al Señor una canción nueva; cantad al Señor, toda
la tierra.
Coro: Decid entre las naciones, que el Señor se ha entronizado;
Coro: porque Él ha establecido el universo, que no será movido.
Tono Cuarto
Coro: Resucita, Señor, socórrenos, y líbranos por causa de tu nombre.
Coro Resucita, Señor, socórrenos, y líbranos por causa de tu nombre.
144
Lector: Señor, lo hemos oído con nuestros oídos, y nuestros
Versículo
padres nos lo han anunciado.
Coro: Resucita, Señor, socórrenos,
Coro: y líbranos por causa de tu nombre.
Tono Quinto
Coro: Resucita, Señor Dios mío, y álcese tu mano, porque reinas
por los siglos.
Coro: Resucita, Señor Dios mío, y álcese tu mano, porque reinas
por los siglos.
Lector: Versículo Te confesaré, Señor, con todo mi corazón, proclamaré
todas tus maravillas.
Coro: Resucita, Señor Dios mío, y álcese tu mano,
Coro: porque reinas por los siglos.
Tono Sexto
Coro: Señor, exalta tu fuerza, y ven para salvarnos.
Coro: Señor, exalta tu fuerza, y ven para salvarnos.
Lector: Versículo Escucha, Pastor de Israel, que conduces a José como
cordero.
Coro: Señor, exalta tu fuerza,
Coro: y ven para salvarnos.
Tono Séptimo
Coro: Resucita, Señor Dios mío, álcese tu mano; no te olvides de
tus pobres hasta el fin.
Coro: Resucita, Señor Dios mío, álcese tu mano; no te olvides de
tus pobres hasta el fin.
Lector: Versículo Te confesaré, Señor, con todo mi corazón, proclamaré
todas tus maravillas.
Coro: Resucita, Señor Dios mío, álcese tu mano;
Coro: no te olvides de tus pobres hasta el fin.
Tono Octavo
Coro: El Señor se entronizará por los siglos, Tú Dios, oh Sión, de
generación en generación.
145
Coro: El Señor se entronizará por los siglos, Tú Dios, oh Sión, de
generación en generación.
Lector: Versículo Alaba, alma mía, al Señor; en mi vida alabaré al Señor.
Coro: El Señor se entronizará por los siglos,
Coro: Tú Dios, oh Sión, de generación en generación.

 LOS CANONES 
Los Cánones consisten en una agrupación de cantos en 8 Odas (no se canta la segunda),
cuya estructura principal son las 9 odas Bíblicas (ver el Libro de las Horas). Los versos
de estas Odas se cantan intercaladamente con troparios compuestos también en 8 Odas
que se encuentran en los siguientes libros: del Paraklítiki (Libro del Octótono); del
Meneo (Colección de 12 tomos con oficios litúrgicos para Santos o fiestas de cada día
del año); del Teotokario (Colección de cantos a la Santísima Theotokos); en tiempos de
Cuaresma, del Triodio (Libro con oficios del período Cuaresmal); y en tiempos de
Pascua del Pentecostarion (Libro con oficios del período Pascual). Se cantan las Odas
Primera y Tercera.
Al final, el sacerdote y el diácono salen al centro de la iglesia donde habrá un atril
preparado para colocar el evangeliario. El Diácono recita la Letanía Menor:

Diácono: Una y otra vez en paz roguemos al Señor.


Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros, y protégenos
oh, Dios por tu gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Habiendo suplicado a nuestra doncella la Santísima,
Purísima, Benditísima, y Gloriosa Madre de Dios y siempre
Virgen María, junto con todos los Santos,
encomendémonos: cada uno a si mismo, y unos a otros, y
nuestra vida entera, a Cristo nuestro Dios.
Coro: A Ti, Señor.

Porque Tú eres nuestro Dios, y a Ti te glorificamos,


Sacerdote (exclamación):
Padre,  Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los
siglos.
Coro: Amén.
Luego se canta un Katisma y su Teotoquio. Se leen o cantan las Odas Cuarta, Quinta y
Sexta. Al final, sale el Diácono a la Solea y recita la Letanía Menor:
146
Diácono: Una y otra vez en paz roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros, y protégenos
oh, Dios por tu gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Habiendo suplicado a nuestra doncella la Santísima,
Purísima, Benditísima, y Gloriosa Madre de Dios y siempre
Virgen María, junto con todos los Santos,
encomendémonos: cada uno a sí mismo, y unos a otros, y
nuestra vida entera, a Cristo nuestro Dios.
Coro: A Ti, Señor.

Sacerdote (exclamación): Porque Tú eres Rey de paz y Salvador de nuestras


almas, y a Ti rendimos gloria, Padre,  Hijo y Espíritu Santo, ahora y
siempre, y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Se lee el Contaquio y el Ikos de la Resurrección, y si además hay fiesta, se canta el
Katisma del Santo o de la fiesta con su Teotoquio.
Luego se lee el

 SYNAXARIO DEL DÍA 


(Libro que nombra los Santos conmemorados cada día del año). Si es período de
Cuaresma o Pascual, se lee también el Recuerdo del día. Se sigue cantando o leyendo
las Odas Séptima y Octava. Finalizadas las Odas, se cantan las Catabasías de cada Oda
según el período eclesiástico, hasta la Catabasía de la octava Oda.
 EL EVANGELIO 
Todos los domingos y en las grandes fiestas hay lectura del Evangelio en Laudes. Los
Evangelios dominicales relatan la Resurrección del Señor, y están divididos en 11, los
cuales se leen cíclicamente (ver al final los Evangelios y consultar el Calendario
Litúrgico).
El Diácono entra al santuario y sale por la Puerta Real a la solea, y mirando hacia el
pueblo, exclama:
Diácono: Roguemos al Señor.
Sacerdote (Exclamación): Porque Tú eres santo, ¡oh, Dios nuestro! y
descansas entre los santos, y a ti rendimos gloria, Padre,  Hijo y
Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
147
Coro: Amén.
El Coro canta lentamente:
Coro: Todo lo que tiene aliento alabe al Señor.
Coro: Todo lo que tiene aliento alabe al Señor.
Lector: Alabad a Dios en sus Santos; alabadle en el establecimiento
de su poder.
Coro: Todo lo que tiene aliento
Coro: Alabe al Señor
El Diácono vuelve a salir a la solea por la Puerta real y sosteniendo en alto el
evangeliario, mirando hacia el pueblo, exclama:
Diácono: Y para que nos conceda dignos de escuchar el santo
Evangelio, roguemos al Señor nuestro Dios.
Coro: Señor, ten piedad. (Tres veces).
Diácono: ¡Sabiduría! ¡De pie! Escuchemos el Santo Evangelio.
El Diácono se dirige hasta donde se encuentra el sacerdote en el centro de la iglesia y le
presenta abierto el evangeliario. El sacerdote lee el evangelio mientras sostiene un cirio
encendido en la mano izquierda.
Sacerdote: Paz  a todos.
Coro: Y a tu espíritu.
Sacerdote: Lectura del Santo Evangelio según San...
Diácono: ¡Atendamos!
Coro: Gloria a Ti, Señor, gloria a Ti.
El sacerdote lee el Evangelio y al final lo besa, lo cierra y bendice al pueblo con el
Evangeliario.
Coro: Gloria a Ti, Señor, gloria a Ti.
El evangeliario, se coloca en el atril y todos pasan a besarlo con reverencia. Después de
besar el evangeliario los fieles pasan frente al sacerdote para recibir la unción con el
aceite en la frente y el pan bendito remojado en vino de la Lytia. Mientras tanto, si es
domingo, o época Pascual, el lee la siguiente oración. Si no es domingo, o si no es época
Pascual, se omite y se lee directamente el Salmo 50.
Habiendo visto la Resurrección de Cristo, postrémonos ante el Santo
Señor Jesús, el único sin pecado. Ante tu cruz, Cristo nos postramos, y tu
santa resurrección cantamos y glorificamos; porque Tú eres nuestro
148
Dios, y otro más que Tú, no conocemos; pronunciamos tu nombre.
Venid, fieles todos, adoremos la santa Resurrección de Cristo, pues por
la Cruz vino el regocijo a todo el mundo. Siempre bendiciendo al Señor,
cantemos Su Resurrección; pues al sufrir la Cruz por nosotros, con la
muerte ha destruido la muerte.
El coro canta lentamente, verso por verso, el Salmo 50 .

 Salmo 50 
Ten piedad de mi, oh Dios, según tu gran misericordia; según la
multitud de tus piedades, borra mi iniquidad. Lávame más y más de mis
transgresiones, y límpiame de mis pecados. Pues reconozco mi maldad,
y mi pecado está siempre ante mí. Contra Ti sólo he pecado, he hecho el
mal en tu presencia, por lo tanto, eres justo en tu sentencia, soberano en
tu juicio. Considera que en maldad fui formado, y en pecado me
concebido mi madre. Ciertamente, Tu amas la verdad; los misterios
escondidos y ocultos de tu sabiduría, me los has revelado.
Rocíame con hisopo y seré limpio; lávame y emblanqueceré más que la
nieve. Hazme oír gozo y alegría, y se alegrarán mis huesos tan
humillados. Aparta tu rostro de mis pecados, y borra todas mis
iniquidades. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y restaura en mis
entrañas un espíritu recto. No me arrojes de tu presencia, y no retires de
mí tu Espíritu Santo. Devuélveme el gozo de tu salvación, y sostenme
con espíritu soberano. Enseñaré a los pecadores tus caminos, y los
impíos volverán hacia Ti. Líbrame de la sangre, oh Dios, Dios de mi
salvación; se alegrará mi lengua de tu justicia. Abre Señor mis labios y
mi boca proclamará tus alabanzas. Porque si quisieras sacrificio, te lo
ofrecería; más no te complacen los holocaustos. Sacrificio a Dios es el
espíritu contrito; el corazón contrito y humillado, Tu Dios, no lo
desprecias. Señor, en tu bondad, trata benignamente a Sión, para que
puedan reedificarse los muros de Jerusalén. Entonces aceptarás el
sacrificio de justicia, las ofrendas y los holocaustos, entonces se ofrecerán
becerros sobre tu altar.
Cuando todos hayan venerado el evangeliario y recibido la unción, el sacerdote lo lleva
de nuevo con él al Santuario.
149
Luego canta el Coro, solemnemente:
Coro: Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo. Por las
plegarias de los Apóstoles, ¡oh Misericordioso! limpia la multitud de
nuestras transgresiones.
Coro: Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén. Por
las plegarias de la Madre de Dios, ¡oh Misericordioso! limpia la multitud
de nuestras transgresiones.
Coro: Ten piedad de mí, oh Dios, según tu gran misericordia; según
la multitud de tus piedades, borra mi iniquidad.
Si es domingo, se canta el siguiente:
Coro: Resucitó Jesús del sepulcro, así como lo había predicho, nos
ha otorgado la vida eterna y gran misericordia.

Si es otro día se canta el de la fiesta. Si hay Evangelio en Laudes, sale el Diácono a la


Solea y recita la Gran Intercesión:
Diácono: Salva, ¡oh Dios!, a tu pueblo y bendice tu heredad.
Coro: Amén.
Diácono: Visita a tu mundo con piedad y generosidades.
Coro: Amén.
Diácono: Acrecienta la fe de los cristianos ortodoxos, y envía sobre
nosotros tus abundantes misericordias.
Coro: Amén.
Diácono: Por la intercesión de su purísima e inmaculada Madre, por
el poder de la vivificante y preciosa Cruz, la protección de las celestiales
potestades incorpóreas, las súplicas del venerable y glorioso profeta,
Precursor y Bautista, Juan; (del santo titular del templo, si es profeta), de los
santos gloriosos, alabadísimos y corifeos Apóstoles Pedro y Pablo y
todos los santos Apóstoles (del santo titular del templo, si es Apóstol). De
nuestros Padres entre los Santos, grandes jerarcas y ecuménicos maestros
Basilio Magno, Gregorio el Teólogo y Juan el Crisóstomo. Atanasio y
Cirilo, Juan el Misericordioso patriarcas de Alejandría; Nicolás de Myra,
Spiridón de Trimitonte y Nectario de Pentápolis los milagrosos (del santo
titular del templo, si es jerarca). De los santos y gloriosos mártires Jorge y
Demetrio. De los santos, gloriosos y victoriosos mártires (del santo titular
150
del templo, si es mártir),de nuestros venerables y teóforos Padres, que
lucieron en la vida ascética (del santo titular del templo, si es un santo
consagrado). De san N. (del santo titular del templo, si no ha sido conmemorado en
alguno de los anteriores grupos de santos). De los santos y justos abuelos del
Señor, Joaquín y Ana, de san (se conmemora al santo del día), cuya memoria
celebramos, y de todos los santos.
Coro: Amén.
Diácono: Te suplicamos, Señor, grande en misericordia, escúchanos a
nosotros pecadores que te suplicamos y ten piedad de
nosotros.
Coro: Señor, ten piedad (cantado 12 veces, en 4 grupos de 3 por cada Coro).
Sacerdote: Por la misericordia, las generosidades y el amor a la
humanidad de tu Hijo unigénito, con quien eres bendito, con tu
Santísimo  Bueno y Vivificador Espíritu, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos.
Coro: Amén. -

 EL MAGNIFICADO 

El Sacerdote, bendice el incienso.


Sacerdote: (en voz baja): Incienso te ofrecemos, Cristo Dios nuestro, como
suave perfume de fragancia espiritual; al recibirlo en tu Altar celestial,
envíanos a cambio la gracia de tu Santísimo Espíritu.
Si no hay Diácono, el Sacerdote es quien debe hacer la incensación, revestido con el
felonio. El Sacerdote comienza a incensar el Altar, la mesa de la Prótesis y el santuario.
Luego sale por la puerta norte, con el incensario en la mano, inciensa la parte central y
derecha del iconostasio y luego exclama mirando hacia el icono de la Madre de Dios:
Sacerdote: Magnifiquemos con nuestros himnos a la Madre de Dios,
Madre de la Luz.
Después continúa incensando el iconostasio, el trono y al obispo, si está presente,
inciensa al pueblo comenzando por el costado sur del templo, y volviendo por el norte.
Vuelve a incensar el Trono, los iconos, y entra al santuario por la puerta sur, para
volver a incensar el Altar y termina.
151
Coro: Engrandece mi alma al Señor, y se regocijó mi espíritu en Dios,
mi Salvador. Más honorable que los querubines e incomparablemente
más gloriosa que los serafines, Tú que incorrupta diste a luz a Dios el
Verbo, verdadera Madre de Dios, te magnificamos.
Coro: Porque ha visto la humildad de su sierva, todas las generaciones
me llamarán bienaventurada. Más honorable que los querubines…
Coro: Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; y santo es su
nombre. Y su misericordia es de generación en generación a los que le
temen. Más honorable que los querubines…
Coro: Desplegó el poderío con su brazo. Dispersó a los soberbios por la
intención de sus corazones.
Más honorable que los querubines…
Coro: Derrocó a los poderosos de los tronos, y elevó a los humildes.
Colmó a los hambrientos de bondades, y despidió a los ricos sin nada.
Más honorable que los querubines…
Coro: Recibió a su siervo Israel acordándose de la misericordia, como
habló a nuestros padres, a Abraham y su simiente por los siglos.
Más honorable que los querubines…
Coro: Digno es en verdad bendecirte, oh Virgen María, siempre
bienaventurada e inmaculada, y Madre de nuestro Dios; más honorable
que los querubines e incomparablemente más gloriosa que los serafines,
Tú que incorrupta diste a luz a Dios el Verbo, verdadera Madre de Dios,
te magnificamos.
En las fiestas del Señor y de la Madre de Dios, durante la Gran Semana Santa, y en los
domingos desde Pascua hasta la Ascensión del Señor, no se canta “El Magnificado…”.
Se canta la novena Oda, con sus Megalinários y su Catabasía. Finalizado el
Magnificado, el Coro continúa cantando la Novena Oda del Canon. A su conclusión,
sale el Diácono a la Solea y recita la Letanía Menor:
Diácono: Una y otra vez en paz roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros, y protégenos
oh, Dios por tu gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Habiendo suplicado a nuestra doncella la Santísima,
Purísima, Benditísima, y Gloriosa Madre de Dios y siempre
152
Virgen María, junto con todos los Santos,
encomendémonos: cada uno a si mismo, y unos a otros, y
nuestra vida entera, a Cristo nuestro Dios.
Coro: A Ti, Señor.

Sacerdote (exclamación): Porque a Ti te alaban todas las potestades


celestiales y te glorifican, Padre,  Hijo y Espíritu Santo, ahora y
siempre, y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Se canta lentamente:
Coro derecho: Santo es el Señor nuestro Dios.
Coro izquierdo: Santo es el Señor nuestro Dios.
Los domingos se agrega:
Coro derecho: Ensalzad al Señor nuestro Dios y venerad el pedestal de
Sus pies.
Coro izquierdo Porque Él es Santo.

 EXAPOSTILARIO 
Si es domingo, se canta el Exapostilario matutino del Octótono que corresponde al
Evangelio Matutino, (uno de los 11 Evangelios Matutinos, descritos al final del Libro
Paraclitiquí) y su Teotoquio. Para otros días, ver los Exapostilarios de la fiesta en el
Meneo (Colección de 12 tomos con oficios litúrgicos para Santos o fiestas de cada día
del año), o los del día de la semana en el Libro de las Horas.

 LAS ALABANZAS 
Luego si es domingo, o una fiesta del Señor, o de un Santo, en el que se canta la Gran
Doxología, también se cantan las alabanzas. De lo contrario, son leídas.
Coro derecho: Todo lo que tiene aliento alabe al Señor. Alabad al Señor
desde los cielos: alabadle en las alturas. A Ti pertenece el himno, oh
Dios.
Coro izquierdo: Alabadle todos sus ángeles; alabadle todas sus
potestades. A Ti pertenece un himno, oh Dios.
Alabadle, sol y luna; alabadle todas las estrellas y la luz.
153
Alabadle, cielos de los cielos, y las aguas que están más alto que los
cielos.
Alábese el nombre del Señor, porque Él dijo y fueron; Él ordenó y se
crearon.
Las estableció para siempre, y por los siglos de los siglos; puso ley que
no será quebrantada.
Alabad al Señor desde la tierra, los dragones y todos los abismos.
El fuego, el granizo, la nieve, la helada, el espíritu de tempestad, que
ejecutan su palabra.
Los montes y todos los collados, el árbol de fruto y todos los cedros.
La bestia y todo ganado; reptiles y aves.
Los reyes de la tierra y todos los pueblos; los príncipes y todos los jueces
de la tierra.
Los jóvenes y las doncellas; los ancianos con los niños. Alábese el
nombre del Señor, porque solo su Nombre es elevado.
Su confesión es en la Tierra y en el Cielo. Y Él ensalzó el cuerno de su
pueblo.
Un himno a todos sus Santos, a los hijos de Israel, un pueblo cercano a
Él. Cantad al Señor una canción nueva, Su alabanza en la Iglesia de los
Santos.
Alégrese Israel en su Hacedor; los hijos de Sión se gocen en su Rey.
Alábese Su Nombre en coro; con adufe y arpa, a Él canten salmos.
Porque el Señor se complace en su pueblo, y enaltecerá a los mansos
para su salvación.
Los Santos consagrados se regocijarán en gloria; y se alegrarán en sus
lechos.
El ensalzamiento de Dios en sus gargantas, y espadas de dos filos en sus
manos.
Para hacer venganza en las naciones, y reprensión en los pueblos.
Para aprisionar a sus reyes con grilletes, y a sus nobles con grilletes de
hierro en las manos y los pies.
Si hay seis estiquerios (troparios), (ocho los domingos), se comienzan a cantar
intercaladamente a partir del siguiente Estíquio (versículo)
Para hacer sobre ellos el juicio escrito.
154
Esta gloria será para todos Sus Santos consagrados.
Alabad a Dios en Sus Santos, alabadle en el establecimiento de Su poder.
Si hay cuatro estiquerios, a partir del siguiente estíquio.
Alabadle por Sus poderíos; alabadle por la multitud de Su grandeza.
Alabadle al son de la trompeta; alabadle con salterio y cítara.
Alabadle con pandero y coro; alabadle con cuerdas y órgano.
Alabadle con címbalos sonoros; alabadle con címbalos de júbilo. Todo lo
que tiene aliento, alabe al Señor.
Si es domingo, se agregan los dos siguientes:
Levántate, Señor Dios mío, levántese tu mano; no te olvides de tus
pobres para siempre.
Confesaré a Ti, oh Señor, con todo mi corazón; proclamaré todas tus
maravillas.

"Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo"


Si es domingo, el "Gloria..." de las Estíqueras corresponde al Evangelio Matutino, (uno
de los 11 Evangelios Matutinos descritos al final. Ver el Libro Paraklitikí). En otro día
festivo, fuera del domingo, se canta el Doxasticó de la fiesta.

"Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén."


Si es domingo se canta el siguiente Teotoquio. Si es otro día, se canta el Teotoquio de la
fiesta (si lo tiene), o el que corresponde al día de la semana en el tono del Doxasticó.
Muy bendita eres, ¡oh, Virgen Madre de Dios! Ya que por medio de
Quien se encarnó de Ti, el infierno fue puesto en cautiverio, Adán fue
restaurado, la maldición fue anulada. Eva fue liberada, la muerte fue
aniquilada y nosotros fuimos vivificados. Por lo tanto, cantando
clamamos: Bendito eres Cristo Dios, porque así fue tu beneplácito; gloria
a Ti.
 LA DOXOLOGÍA MAYOR 
Si es domingo, o día de fiesta, se canta la Gran Doxología. De lo contrario, es leída por
el Principal de la asamblea.
Coro derecho: Gloria a Ti, que nos has mostrado la luz. Gloria en las
alturas a Dios y en la tierra paz; entre los hombres, benevolencia.
155
Coro izquierdo: Te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te
glorificamos, te damos gracias por tu gran gloria.
Coro derecho: Señor, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso, Señor, Hijo
unigénito Jesucristo y el Espíritu Santo.
Coro izquierdo: Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre, que quitas
el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Tú que quitas los pecados
del mundo.
Recibe nuestra oración, Tú que estás sentado a la diestra del Padre, y ten
piedad de nosotros. Porque sólo Tú eres santo, sólo Tú eres Señor,
Jesucristo, para gloria de Dios Padre. Amén.
Cada día te bendeciré, y alabaré tu nombre para siempre y por los siglos
de lo siglos.
Concédenos, Señor, guardar este día sin pecado. Bendito eres, Señor Dios
de nuestros padres, y alabado y glorificado es tu nombre por siempre.
Amén. Que tu misericordia sea sobre nosotros, Señor, como hemos
puesto nuestra esperanza en Ti.
Bendito eres, Señor, enséñame tus justos preceptos.
Bendito eres, Señor, enséñame tus justos preceptos.
Bendito eres, Señor, enséñame tus justos preceptos.
Señor, Tú has sido nuestro refugio de generación en generación.
Te dije, Señor, ten piedad de mí, cura mi alma, porque he pecado contra
Ti. Señor, a Ti acudí, enséñame a hacer tu voluntad, porque Tú eres mi
Dios. Porque en Ti está la fuente de la vida; en tu luz encontraremos la
luz. Extiende tu misericordia a los que te conocen.
Santo  Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.
(Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo,
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.
Santo Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, Ten piedad de nosotros.
Luego cantamos el Apolitíquio de la fiesta, pero si es domingo cantamos uno de los
siguientes: Si corresponde el tono 1, 3, 5, o 7, este:
156
Hoy ha venido la salvación al mundo. Cantemos al que resucitó del
sepulcro y es el Autor de nuestra vida. Porque, habiendo destruido la
muerte por la muerte, nos ha dado la victoria y gran misericordia.
Y si corresponde el tono 2, 4, 6, u 8, este:
Cuando resucitaste de la tumba, y rompiste las ataduras del infierno,
destruiste la condena de la muerte, Señor, redimiendo a todos de las
redes del enemigo. Cuando apareciste ante tus Apóstoles, los enviaste a
predicar, y por intermedio de ellos has concedido al universo tu paz.
¡Oh, Único muy misericordioso!
El Diácono sale a la solea y recita:

LA GRAN LETANÍA

Sacerdote: Digamos con toda el alma, y con todo nuestro


entendimiento, digamos:
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Señor Omnipotente, Dios de nuestros padres, te
suplicamos: escúchanos y ten piedad.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Ten piedad de nosotros, Dios nuestro, por tu gran
misericordia, escúchanos y ten piedad.
Coro: Señor, ten piedad. (Tres veces)
Sacerdote: Te suplicamos una vez más por los piadosos cristianos
ortodoxos.
Coro: Señor, ten piedad. (Tres veces)
Sacerdote: Suplicamos aún por nuestro Patriarca N., por nuestro
Obispo N.
Coro: Señor, ten piedad. (Tres veces)
Sacerdote: Suplicamos aún por nuestros hermanos los sacerdotes, los
diáconos, los monjes, y por toda nuestra fraternidad en
Cristo.
Coro: Señor, ten piedad. (Tres veces)
Sacerdote: Suplicamos aún por piedad, vida, paz, salud, salvación,
visitación, perdón y remisión de los pecados de los
157
servidores de Dios, de todos los piadosos cristianos ortodoxos y de
los habitantes de esta ciudad.
Coro: Señor, ten piedad. (Tres veces)
Sacerdote: Suplicamos aún por los bienaventurados y siempre
recordados fundadores de esta santa iglesia, y por todos
nuestros padres y hermanos difuntos, que yacen
piadosamente aquí, y por todos los difuntos del mundo
entero.
Coro: Señor, ten piedad. (Tres veces)
Sacerdote: Suplicamos aún por los benefactores y bienhechores de esta
santa y venerable casa, por los que se fatigan trabajando en
ella, por sus cantores, y por todo el pueblo presente que
espera de Ti tu grande y copiosa misericordia.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote (Exclamación): Porque eres Dios misericordioso y amante de la
humanidad, y a Ti rendimos gloria, Padre,  Hijo y Espíritu Santo, ahora
y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

LETANÍA COMPLEMENTARIA
Diácono: Completemos nuestra súplica matutina al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros y protégenos,
Dios, por tu gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Que el día entero sea perfecto, santo, pacífico, y sin pecado,
pidamos al Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
Diácono: Un ángel de paz, guía fiel, custodio de nuestras almas y
cuerpos, pidamos al Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
Diácono: Perdón y remisión de nuestros pecados y transgresiones,
pidamos al Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
158
Diácono: Cuanto es bueno y conveniente para nuestras almas, y por
la paz del mundo, pidamos al Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
Diácono: Que el tiempo restante de nuestra vida se complete en paz
y penitencia, pidamos al Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
Diácono: Un fin cristiano de nuestra vida, exento de dolor y de
vergüenza, pacífico, y una buena defensa ante el temible
tribunal de Cristo, pidámosle.
Coro: Concédelo, Señor.
Diácono: Habiendo suplicado a nuestra doncella la Santísima,
Purísima, Benditísima, y Gloriosa Madre de Dios y siempre
Virgen María, junto con todos los Santos,
encomendémonos: cada uno a si mismo, y unos a otros, y
nuestra vida entera, a Cristo nuestro Dios.
Coro: A Ti, Señor.
Sacerdote (Exclamación): Porque eres Dios de misericordia, de compasión
y de amor a la humanidad, y a Ti rendimos gloria, Padre,  Hijo y
Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
El Sacerdote se voltea hacia el pueblo y lo bendice
Sacerdote: Paz  a todos.
Coro: Y a tu espíritu.
Diácono: Inclinemos la cabeza ante el Señor.
Coro: Ante Ti, Señor.
Sacerdote: Santísimo Señor, que habitas en las alturas, y que te inclinas
bondadoso hacia los humildes; pues con tu mirada poderosa, velas sobre
toda creatura. Nosotros inclinamos nuestras almas y nuestros cuerpos,
delante de Ti y te suplicamos. Oh Santo de los santos, desde tu santa
morada, extiende tu mano invisible, y danos a todos tu bendición.
Sacerdote (Exclamación): Porque a Ti pertenece tener misericordia de
nosotros y salvarnos, oh Cristo Dios nuestro, y nosotros te rendimos
gloria, con el Padre,  y el Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos.
159
Coro: Amén.
Diácono: Sabiduría.
Lector: Bendice.
Sacerdote (mirando hacia el oriente): Que nos bendiga aquel que es bendito,
Cristo Dios nuestro, eternamente, ahora y siempre y por los siglos de los
siglos.
Lector: Amén. Que el Señor Dios acreciente la santa fe ortodoxa
por los siglos de los siglos. Amén.
El Sacerdote sale a la Solea, y mirando hacia el pueblo, dice:
Sacerdote: Santísima Madre de Dios sálvanos.
Lector: Más honorable que los querubines e incomparablemente
más gloriosa que los serafines, Tú que incorrupta diste a luz
a Dios el Verbo, verdadera Madre de Dios, te
magnificamos.
Sacerdote: Gloria a Ti, Cristo  Dios, esperanza nuestra, Señor gloria a
Ti.
Lector: Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y
siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Señor, ten piedad. (Tres veces)

Sacerdote: Cristo, nuestro verdadero Dios (que resucitó de entre los


muertos), por las oraciones de su purísima e inmaculada Madre, de los
santos gloriosos y alabadísimos Apóstoles (del santo titular del templo, si es
Apóstol), de los santos gloriosos y victoriosos Mártires (del santo titular del
templo, si es mártir), de nuestros justos y teóforos Padres (del santo titular del
templo, si es un justo), de los santos y justos abuelos del Señor, Joaquín y
Ana, de san N. (del santo titular del templo, si no ha sido conmemorado en alguno
de los anteriores grupos), de los santos (se conmemora al santo del día), cuya
memoria celebramos en este día, y de todos los santos, tenga
misericordia de nosotros y nos salve, El que es bueno y amante de la
humanidad.

El Sacerdote se voltea hacia el icono del Señor y hace la exclamación final:


160
Sacerdote (exclamación): Por las oraciones de nuestros Santos Padres,
Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de nosotros y sálvanos.

Coro: Amén.

 

161
LOS EVANGELIOS MATUTINOS
DE LA RESURRECCIÓN
Leídos en Laudes de los domingos

 
PRIMER EVANGELIO MATUTINO
(Mateo 28, 16-20)
 Por su parte, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que
Jesús les había indicado. Y al verle le adoraron; algunos sin embargo
dudaron. Jesús se acercó a ellos y les habló así: “Me ha sido dado todo
poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las
gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he
aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.”

SEGUNDO EVANGELIO MATUTINO


(Marcos 16, 1-8)
 Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago y Salomé
compraron aromas para ir a embalsamarle. Y muy de madrugada, el
primer día de la semana, a la salida del sol, van al sepulcro. Se decían
unas otras: « ¿Quién nos retirará la piedra de la puerta del sepulcro?» Y
levantando los ojos ven que la piedra estaba ya retirada; y eso que era
muy grande. Y entrando en el sepulcro vieron a un joven sentado en el
lado derecho, vestido con una túnica blanca, y se asustaron. Pero él les
dice: “No os asustéis. Buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado; ha
resucitado, no está aquí. Ved el lugar donde le pusieron. Pero id a decir a
sus discípulos y a Pedro que irá delante de vosotros a Galilea; allí le
162
veréis, como os dijo.” Ellas salieron huyendo del sepulcro, pues un
gran temblor y espanto se había apoderado de ellas, y no dijeron nada a
nadie porque tenían miedo...

TERCER EVANGELIO MATUTINO


(Marcos 16, 9-20)

 Jesús resucitó en la madrugada, el primer día de la semana, y se


apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete
demonios. Ella fue a comunicar la noticia a los que habían vivido con él,
que estaban tristes y llorosos. Ellos, al oír que vivía y que había sido visto
por ella, no creyeron. Después de esto, se apareció, bajo otra figura, a dos
de ellos cuando iban de camino a una aldea. Ellos volvieron a
comunicárselo a los demás; pero tampoco creyeron a éstos. Por último,
estando a la mesa los once discípulos, se les apareció y les echó en cara
su incredulidad y su dureza de corazón, por no haber creído a quienes le
habían visto resucitado. Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la
Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará;
el que no crea, se condenará. Estas son las señales que acompañarán a los
que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas
nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no
les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán
bien.» Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo
y se sentó a la diestra de Dios. Ellos salieron a predicar por todas partes,
colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales
que la acompañaban.

CUARTO EVANGELIO MATUTINO


(Lucas 24, 1-12)
 El primer día de la semana, muy de mañana, fueron al sepulcro
llevando los aromas que habían preparado. Pero encontraron que la
piedra había sido retirada del sepulcro, y entraron, pero no hallaron el
cuerpo del Señor Jesús. No sabían que pensar de esto, cuando se
presentaron ante ellas dos hombres con vestidos resplandecientes. Como
ellas temiesen e inclinasen el rostro a tierra, les dijeron: « ¿Por qué
buscáis entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado.
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Recordad cómo os habló cuando estaba todavía en Galilea, diciendo:
“Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los
pecadores y sea crucificado, y al tercer día resucite.” Y ellas recordaron
sus palabras. Regresando del sepulcro, anunciaron todas estas cosas a los
Once y a todos los demás. Las que decían estas cosas a los apóstoles eran
María Magdalena, Juana y María la de Santiago y las demás que estaban
con ellas. Pero todas estas palabras les parecían como desatinos y no les
creían. Pedro se levantó y corrió al sepulcro. Se inclinó, pero sólo vio las
vendas y se volvió a su casa, asombrado por lo sucedido.

QUINTO EVANGELIO MATUTINO


(Lucas 24, 12-35)
 Pedro se levantó y corrió al sepulcro. Se inclinó, pero sólo vio las
vendas y se volvió a su casa, asombrado por lo sucedido. Aquel mismo
día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que distaba sesenta
estadios de Jerusalén, y conversaban entre sí sobre todo lo que había
pasado. Y sucedió que, mientras ellos conversaban y discutían, el mismo
Jesús se acercó y siguió con ellos; pero sus ojos estaban retenidos para
que no le conocieran. El les dijo: “¿De qué discutís entre vosotros
mientras vais andando?” Ellos se pararon con aire entristecido. Uno de
ellos llamado Cleofás le respondió: “¿Eres tú el único residente en
Jerusalén que no sabe las cosas que estos días han pasado en ella?” El les
dijo: “¿Qué cosas?” Ellos le dijeron: “Lo de Jesús el Nazareno, que fue un
profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el
pueblo; cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a
muerte y le crucificaron. Nosotros esperábamos que sería él el que iba a
librar a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde
que esto pasó. El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han
sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro, y, al no hallar su
cuerpo, vinieron diciendo que hasta habían visto una aparición de
ángeles, que decían que él vivía. Fueron también algunos de los nuestros
al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a él no
le vieron.” El les dijo: “¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer
todo lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Cristo
padeciera eso y entrara así en su gloria?” Y, empezando por Moisés y
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continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él
en todas las Escrituras. Al acercarse al pueblo a donde iban, él hizo
ademán de seguir adelante. Pero ellos le forzaron diciéndole: “Quédate
con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado.” Y entró a
quedarse con ellos. Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos,
tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando.
Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de
su lado. Se dijeron uno a otro: “¿No estaba ardiendo nuestro corazón
dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las
Escrituras?” Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y
encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos, que
decían: “¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!”
Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le
habían conocido en la fracción del pan.

SEXTO EVANGELIO MATUTINO


(Lucas 24, 36-53)
 Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de
ellos y les dijo: «La paz con vosotros.» Sobresaltados y asustados, creían
ver un espíritu. Pero él les dijo: «¿Por qué os turbáis, y por qué se
suscitan dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies; soy yo
mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como
veis que yo tengo.» Y, diciendo esto, los mostró las manos y los pies.
Como ellos no acabasen de creerlo a causa de la alegría y estuviesen
asombrados, les dijo: «¿Tenéis aquí algo de comer?» Ellos le ofrecieron
parte de un pez asado. Lo tomó y comió delante de ellos. Después les
dijo: «Estas son aquellas palabras mías que os hablé cuando todavía
estaba con vosotros: “Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito
en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí.”» Y,
entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras,
y les dijo: «Así está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre
los muertos al tercer día y se predicara en su nombre la conversión para
perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén.
Vosotros sois testigos de estas cosas. «Mirad, y voy a enviar sobre
vosotros la Promesa de mi Padre. Por vuestra parte permaneced en la
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ciudad hasta que seáis revestidos de poder desde lo alto.» Los sacó
hasta cerca de Betania y, alzando sus manos, los bendijo. Y sucedió que,
mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo. Ellos,
después de postrarse ante él, se volvieron a Jerusalén con gran gozo, y
estaban siempre en el Templo bendiciendo a Dios.

SEPTIMO EVANGELIO MATUTINO


(Juan 20, 1-10)
 El primer día de la semana va María Magdalena de madrugada al
sepulcro cuando todavía estaba oscuro, y ve la piedra quitada del
sepulcro. Echa a correr y llega donde Simón Pedro y donde el otro
discípulo a quien Jesús quería y les dice: «Se han llevado del sepulcro al
Señor, y no sabemos dónde le han puesto.» Salieron Pedro y el otro
discípulo, y se encaminaron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el
otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero
al sepulcro. Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llega
también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas
en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino
plegado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el
que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó, pues hasta
entonces no habían comprendido que según la Escritura Jesús debía
resucitar de entre los muertos. Los discípulos, entonces, volvieron a casa.

OCTAVO EVANGELIO MATUTINO


(Juan 20, 11-18)
 Estaba María junto al sepulcro fuera llorando. Y mientras lloraba se
inclinó hacia el sepulcro, y ve dos ángeles de blanco, sentados donde
había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies. Le
dicen ellos: «Mujer, ¿por qué lloras?» Ella les respondió: «Porque se han
llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto.» Dicho esto, se volvió y
vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Le dice Jesús: «Mujer,
¿por qué lloras? ¿A quién buscas?» Ella, pensando que era el encargado
del huerto, le dice: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has
puesto, y yo me lo llevaré.» Jesús le dice: «María.» Ella se vuelve y le dice
en hebreo: «Rabbuní» - que quiere decir: «Maestro» -. Le dice Jesús: «No
166
me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis
hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro
Dios.» Fue María Magdalena y dijo a los discípulos que había visto al
Señor y que había dicho estas palabras.

NOVENO EVANGELIO MATUTINO


(Juan 20, 19-31)
 Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando serradas,
por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los
discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con
vosotros.» Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos
se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros.
Como el Padre me envió, también yo os envío.» Dicho esto, sopló sobre
ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los
pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan
retenidos.» Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con
ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: «Hemos visto al
Señor.» Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los
clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano
en su costado, no creeré.» Ocho días después, estaban otra vez sus
discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando
las puertas cerradas, y dijo: «La paz con vosotros.» Luego dice a Tomás:
«Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi
costado, y no seas incrédulo sino creyente.» Tomás le contestó: «Señor
mío y Dios mío.» Le dice Jesús: «Porque me has visto has creído.
Dichosos los que no han visto y han creído.» Jesús realizó en presencia
de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro.
Estas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de
Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre.

DÉCIMO EVANGELIO MATUTINO


(Juan 21, 1-14)
 Después de esto, se manifestó Jesús otra vez a los discípulos a orillas
del mar de Tiberíades. Se manifestó de esta manera. Estaban juntos
Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de
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Galilea, los de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. Simón Pedro
les dice: «Voy a pescar.» Le contestan ellos: «También nosotros vamos
contigo.» Fueron y subieron a la barca, pero aquella noche no pescaron
nada. Cuando ya amaneció, estaba Jesús en la orilla; pero los discípulos
no sabían que era Jesús. Les dice Jesús: «Muchachos, ¿no tenéis
pescado?» Le contestaron: «No.» El les dijo: «Echad la red a la derecha de
la barca y encontraréis.» La echaron, pues, y ya no podían arrastrarla por
la abundancia de peces. El discípulo a quien Jesús amaba dice entonces a
Pedro: «Es el Señor», se puso el vestido - pues estaba desnudo - y se
lanzó al mar. Los demás discípulos vinieron en la barca, arrastrando la
red con los peces; pues no distaban mucho de tierra, sino unos
doscientos codos. Nada más saltar a tierra, ven preparadas unas brasas y
un pez sobre ellas y pan. Les dice Jesús: «Traed algunos de los peces que
acabáis de pescar.» Subió Simón Pedro y sacó la red a tierra, llena de
peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y, aun siendo tantos, no se rompió
la red. Jesús les dice: «Venid y comed.» Ninguno de los discípulos se
atrevía a preguntarle: «¿Quién eres tú?», sabiendo que era el Señor.
Viene entonces Jesús, toma el pan y se lo da; y de igual modo el pez. Esta
fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después de
resucitar de entre los muertos.

UNDÉCIMO EVANGELIO MATUTINO


(Juan 21, 14-25)
 Dicho esto, se volvió y vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Le dice Jesús: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?» Ella, pensando
que era el encargado del huerto, le dice: «Señor, si tú lo has llevado, dime
dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré.» Jesús le dice: «María.» Ella se
vuelve y le dice en hebreo: «Rabbuní» - que quiere decir: «Maestro» - Le
dice Jesús: «No me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete
donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios
y vuestro Dios.» Fue María Magdalena y dijo a los discípulos que había
visto al Señor y que había dicho estas palabras. Al atardecer de aquel día,
el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las
puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús
en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros.» Dicho esto, les
168
mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al
Señor. Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me
envió, también yo os envío.» Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan
perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.» Tomás,
uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino
Jesús. Los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.» Pero él les
contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi
dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no
creeré.»

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169
COMPLETAS MENORES

 
El Sacerdote, habiéndose revestido del epitrakilio, besa el altar, sale del santuario y se
para en frente a las Puertas Reales. Comienza el oficio exclamando:
Sacerdote: Bendito  sea nuestro Dios, eternamente, ahora y siempre, y
por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Si no hay sacerdote: Por las oraciones de nuestros Santos Padres, Señor
Jesucristo, Hijo de Dios, Ten piedad de nosotros y sálvanos. Amén.
Si es leída, o en tiempo pascual, no es necesario leer el Trisagio (es reemplazado
por la recitación por tres veces de: “Cristo ha resucitado de entre los muertos,
con su muerte Él ha vencido la muerte, y a aquellos que estaban en la tumba Él
les ha dado la vida”); de la fiesta de la Ascensión del Señor hasta la víspera de
Pentecostés se comienza directamente con: “Vengan adoremos y postrémonos
ente nuestro Rey y Dios…,” de lo contrario hay que decirlo:

Lector: Gloria a Ti, Dios Nuestro, Santísima Trinidad, Gloria a Ti. Rey
Celestial, Consolador, Espíritu de Verdad, que estás en todo lugar y que
todo lo llenas, Tesoro de bienes y Dador de la vida, ven y habita en
nosotros, purifícanos de toda mancha, y salva, Tú que eres bueno,
nuestras almas
Santo  Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, Ten piedad de nosotros.
(Tres veces)
Gloria al  Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
170
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visítanos y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.

Padre Nuestro...

Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre,  Hijo


y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Si no hay sacerdote: Por las oraciones de nuestros Santos Padres, Señor


Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de nosotros y sálvanos. Amén.

Lector: Señor ten piedad (12 veces)

❖ Vengan adoremos y postrémonos ante nuestro Rey y Dios.


(Metanía profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante Cristo, nuestro Rey y Dios.
(Metanía profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante el mismo Cristo, Él es nuestro
Rey y nuestro Dios. (Metanía profunda)

 Salmo 50 
Lector: Ten piedad de mí, oh Dios, según tu gran misericordia; según la
multitud de tus piedades, borra mi iniquidad. Lávame más y más de mis
transgresiones, y límpiame de mis pecados. Pues reconozco mi maldad,
y mi pecado está siempre ante mí. Contra Ti sólo he pecado, he hecho el
mal en tu presencia, por lo tanto, eres justo en tu sentencia, soberano en
tu juicio. Considera que en maldad fui formado, y en pecado me
concebido mi madre. Ciertamente, Tú amas la verdad; me has revelado
los misterios ocultos de tu sabiduría.
Rocíame con hisopo y seré limpio; lávame y emblanqueceré más que la
nieve. Hazme oír gozo y alegría, y se alegrarán mis huesos tan
171
humillados. Aparta tu rostro de mis pecados, y borra todas mis
iniquidades. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y restaura en mis
entrañas un espíritu recto. No me arrojes de tu presencia, y no retires de
mí tu Espíritu Santo. Devuélveme el gozo de tu salvación, y sostenme
con espíritu soberano. Enseñaré a los pecadores tus caminos, y los
impíos volverán hacia Ti. Líbrame de la sangre, oh Dios, Dios de mi
salvación; se alegrará mi lengua de tu justicia. Abre Señor mis labios y
mi boca proclamará tus alabanzas. Porque si quisieras sacrificio, te lo
ofrecería; más no te complacen los holocaustos. Sacrificio a Dios es el
espíritu contrito; el corazón contrito y humillado, Tu Dios, no lo
desprecias. Señor, en tu bondad, trata benignamente a Sión, para que
puedan reedificarse los muros de Jerusalén. Entonces aceptarás el
sacrificio de justicia, las ofrendas y los holocaustos, entonces se ofrecerán
becerros sobre tu altar.
 Salmo 69 

¡Líbrame, Dios mío! ¡Señor, ven pronto a socorrerme! Que se


avergüencen y sean humillados los que quieren acabar con mi vida.
Que retrocedan confundidos los que desean mi ruina; que vuelvan la
espalda avergonzados los que se ríen de mí. Que se alegren y se
regocijen en ti todos los que te buscan; y digan siempre los que desean tu
victoria: "¡Qué grande es nuestro Dios!" Yo soy pobre y miserable: ven
pronto, Dios mío; tú eres mi ayuda y mi libertador, ¡no tardes, Señor!

 Salmo 142 

Señor, oye mi oración; presta oído a mi súplica según la verdad de tus


promesas, óyeme en tu justicia. Y no entres en juicio con tu siervo,
porque ningún ser viviente puede aparecer justo en tu presencia. Porque
el enemigo ha perseguido mi alma; humilló hasta el suelo mi vida. Me ha
confinado en lugares tenebrosos, como a los muertos de antaño; se
desalentó en mí mi espíritu, mi corazón está en zozobra. Me acordé de
días antiguos; me puse a ponderar en todas tus obras, en las creaciones
de tus manos ponderaba. Extendí mis manos hacia Ti; mi alma te anhela
como tierra sedienta. Óyeme pronto Señor, mi espíritu ha desfallecido.
172
No retires de mí tu rostro, para no asemejarme a los que bajan a la
fosa. Hazme oír por la mañana tu misericordia, pues en Ti he puesto mi
esperanza. Muéstrame Señor, el camino que debo seguir, ya que hacia Ti
he elevado mi alma. Líbrame de mis enemigos, Señor, en Ti me refugio.
Enséñame a hacer tu voluntad, pues Tú eres mi Dios. Tu espíritu bueno
me conducirá a la tierra de la rectitud. Por amor a tu nombre, Señor,
vivifícame. En tu justicia, sacarás mi alma de aflicciones, y en tu
misericordia exterminarás a mis enemigos. Y destruirás a todos los que
afligen mi alma, porque siervo tuyo soy.

 LA DOXOLOGÍA MENOR 
Coro: Gloria en las alturas a Dios y en la tierra paz a los hombres que
ama el Señor. Te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias por tu gran gloria. Señor, Rey, Dios celestial, Padre
Todopoderoso; Señor Hijo unigénito, Jesucristo; y el Espíritu Santo.
Señor, Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre, Tú que quitas el pecado
del mundo, ten piedad de nosotros, Tú que quitas los pecados del
mundo. Recibe nuestra oración, Tú que estás sentado a la diestra del
Padre, y ten piedad de nosotros. Porque sólo Tú eres santo, sólo Tú eres
Señor, Jesucristo, en la gloria de Dios Padre. Amén. Cada tarde te
bendeciré, y alabaré tu Nombre para siempre, y por los siglos de los
siglos. Señor, te has hecho nuestro refugio de generación en generación.
Dije: Señor, ten piedad de mí, sana mi alma, porque he pecado contra ti.
Señor, a Ti acudo; enséñame a hacer tu voluntad, porque Tú eres mi
Dios. Porque en Ti está la fuente de la vida; en tu luz veremos la luz.
Extiende tu misericordia a quienes te conocen. Concede, Señor,
guardarnos esta noche sin pecado. Bendito eres Señor, Dios de nuestros
padres, y alabado y glorificado sea tu Nombre por los siglos. Amén. Sea
sobre nosotros tu misericordia, Señor, así como hemos esperado en Ti.
Bendito seas, Señor: instrúyeme con tus justos preceptos. Bendito seas.
Soberano, hazme entender tus justos preceptos. Bendito seas. Santo,
ilumíname con tus justos preceptos. Tu misericordia, Señor, es para
siempre, no desprecies las obras de tus manos. Te pertenece la alabanza,
te pertenece un himno, te pertenece la gloria, al Padre, al Hijo y al
Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
173
 CREDO 
Coro: Creo en un solo Dios, Padre Omnipotente, Creador del cielo y de
la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Y en un solo Señor, Jesucristo,
Unigénito Hijo de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos; Luz
de Luz, Dios Verdadero de Dios Verdadero, engendrado, no creado,
consubstancial al Padre, por quien todo fue hecho. Quien por nosotros
los hombres y por nuestra Salvación descendió de los cielos, y se encarnó
del Espíritu Santo y de María la Virgen, y se hizo hombre. Fue
crucificado por nosotros bajo Poncio Pilato, padeció y fue sepultado. Y
resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras. Y ascendió a los cielos y
está sentado a la diestra del Padre. Y de nuevo vendrá, con gloria, para
juzgar a los vivos y a los muertos. Y su Reino no tendrá fin. Y en el
Espíritu Santo, Señor, Vivificador, que procede del Padre, que junto con
el Padre y el Hijo es adorado y glorificado, que habló por medio de los
profetas. Y en la Iglesia  Una, Santa, Católica y Apostólica. Confieso un
solo Bautismo para la remisión de los pecados. Espero la resurrección de
los muertos, y la vida en la era futura. Amén.
Digno es en verdad bendecirte, oh Madre de Dios, siempre
bienaventurada y exenta de pecado; más honorable que los querubines e
incomparablemente más gloriosa que los serafines, Tú que incorrupta
diste a luz a Dios el Verbo, verdadera Madre de Dios, te magnificamos.
Aquí se puede insertar un Canon Salutatorio.
En los primeros cinco viernes de Cuaresma, se comienza a cantar el Himno Acathistos,
con las Salutaciones a la Madre de Dios.
Lector: Santo  Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, ten piedad de
nosotros. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visita y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
174
Padre nuestro...
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre,  Hijo
y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.

Coro: Amén.
Si no hay sacerdote: Por las oraciones de nuestros Santos Padres, Señor
Jesucristo, Hijo de Dios, Ten piedad de nosotros y sálvanos. Amén.

 Troparios 
Ahora se lee el Contaquio del Santo o la fiesta del día, o si no, los siguientes tropários:
Dios de nuestros padres, que siempre nos tratas según tu clemencia, no
apartes de nosotros tu misericordia, mas por las intercesiones de tus
santos guía nuestra vida en paz.
Por todo el mundo, como de oro y de púrpura, se ha adornado tu Iglesia
con la sangre de los mártires, y por medio de ellos clama a ti, Cristo
verdadero Dios: ¡Envía tu compasión sobre tu pueblo, da paz a tu
heredad y a nuestras almas el tesoro abundante de tu misericordia!

Gloria al Padre,  al Hijo, y al Espíritu Santo.

Con los santos, haz reposar, Cristo, a las almas de tus siervos, ahí donde
no hay enfermedad, ni dolor, ni gemido, sino la vida eterna.

Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Por la intercesión, Señor, de todos los santos y de la Madre de Dios,


concédenos tu paz, y ten piedad de nosotros, pues eres el único
Compasivo.
La noche del viernes, después del Tropario del Santo o la fiesta del día, cantamos los
tropários siguientes:

Apóstoles, mártires, profetas, obispos, venerables y justos, que han


librado el buen combate, preservando la fe, y tienen confianza con el
Salvador, les rogamos supliquen al que es bueno que nos salve.
Gloria al Padre,  al Hijo, y al Espíritu Santo,
175
Con los santos haz reposar, Cristo, a las almas de tus siervos, donde
no hay enfermedad, ni dolor, ni gemido, sino la vida eterna.

Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Como primicias de la naturaleza al autor de la creación, el universo te


ofrece, Señor, mártires portadores de Dios, por cuyas intercesiones, y por
las de tu inmaculada Madre, conserva a tu Iglesia en profunda paz, tú
que eres el único que amas a la humanidad.

Señor, ten piedad. (Cuarenta veces) durante todo el año.


Sacerdote (o lector): Tú que en todo tiempo y lugar, en el cielo como en
la tierra, eres adorado y glorificado, oh Cristo Dios nuestro, lento a la
cólera y rico en misericordias; que amas a los justos y tienes piedad de
los pecadores, que a todos llamas a la salvación, por la promesa de los
bienes venideros. Tú mismo, Señor, recibe también en esta hora nuestras
súplicas, y dirige nuestra vida por la senda de tus mandatos. Santifica
nuestras almas, purifica nuestros cuerpos, guía nuestros pensamientos,
limpia nuestras intenciones; líbranos de toda aflicción, maldad y
dolencia. Rodéanos como un muro con tus santos ángeles para que con
su poder, seamos protegidos y guiados, a fin de llegar a la unidad de la
fe, y al conocimiento de tu inaccesible gloria. Porque eres bendito por
los siglos de los siglos. Amén.
Coro: Señor, ten piedad. (Tres veces)
Lector: Gloria al Padre,  al Hijo, y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y
por los siglos de los siglos. Amén.
A la más honorable que los querubines y más gloriosa
incomparablemente, que los serafines; a Ti, la que incorrupta diste a luz
a Dios el Verbo, verdaderamente Madre de Dios, te magnificamos.
En el nombre del Señor, bendice padre.
Sacerdote: Que el Señor Dios, tenga misericordia de nosotros, nos
bendiga  haga resplandecer su rostro sobre nosotros, y perdone
nuestras faltas.
Coro: Amén.
176
Si no hay sacerdote: Por las oraciones de nuestros Santos Padres,
Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de nosotros y sálvanos. Amén.

Señor, ten piedad. (Doce veces)


Sacerdote: Sálvanos, ayúdanos y protégenos, oh Virgen Madre de Dios.

 ORACIÓN A LA SANTÍSIMA MADRE DE DIOS 

(Compuesta por Pablo, monje del convento de Evergetinos, es decir, de la Benefactora)


Lector: Virgen sin tacha, sin mancha, incorrupta, pura, Esposa de
Dios y Señora, que uniste al Verbo de Dios con los hombres por tu
maravillosísimo alumbramiento, y juntaste la naturaleza apóstata de
nuestra raza con la celestial, ya que eres esperanza inigualable de los
desesperados, auxilio de los perseguidos, socorro pronto de los que
acuden a Ti, refugio de todos los cristianos, no me aborrezcas a mí,
pecador maldito que me he hecho completamente indigno por mis
pensamientos, palabras y hechos malignos, y que por pereza de mente
me he hecho esclavo de los placeres de la vida. Mas, siendo Tú madre de
Dios, que ama a la humanidad, en tu amor al hombre ten misericordia de
mí, pecador y pródigo, y recibe mi plegaria, la cual te ofrezco con labios
impuros, y ejerciendo tu influencia maternal implora a tu Hijo, quien es
también nuestro Dueño y Señor, que me abra las profundidades de su
amor y de su infinita bondad, y pasando por alto mis innumerables
ofensas, que me mueva al arrepentimiento, y que me convierta en fiel
cumplidor de sus mandatos. Protégeme siempre, pues eres
misericordiosa, ferviente protectora y socorro en esta vida. Ampárame
de los ataques del Adversario y condúceme a la salvación; a la hora de
mi muerte cuida mi miserable alma alejando de ella las oscuras visiones
de demonios malignos; y en el temible Día de juicio líbrame del
tormento eterno, revélame como heredero de la inefable gloria de tu
Hijo y Dios nuestro, lo cual obtendré, Señora mía y Santísima Madre de
Dios, por tu mediación y socorro, ante la gracia y el amor a la
humanidad de tu Hijo unigénito, Señor Dios y Salvador nuestro,
Jesucristo, a quien pertenece toda gloria, honor y adoración, con su
177
Padre, que es sin origen, y su Santísimo Espíritu Bueno y Vivificador,
ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

 ORACIÓN A NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO 


(Compuesta por Antioquio, monje y autor del Pandecto)
Lector: Concédenos, Dueño nuestro, al ir a dormir, reposo de cuerpo y
alma, y guárdanos de tenebrosos sueños de pecado, y de todo placer
oscuro nocturno. Calma los impulsos de la pasión; extingue las flechas
ardientes del Maligno lanzadas contra nosotros con engaño. Tranquiliza
las rebeliones de nuestra carne. Pacifica nuestros motivos terrenos y
carnales y concédenos, Dios, mente vigilante, razonamiento casto,
corazón sobrio, sueño ligero y libre de toda fantasía del Maligno; vuelve
a levantarnos a la hora de la oración confirmados en tus mandamientos y
guardando firmemente la memoria de tus juicios. Concédenos doxología
que dure toda la noche, a fin de que podamos alabar, bendecir y
glorificar tu honorable y magnífico nombre, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Gloriosísima Madre de Cristo Dios, siempre Virgen, ofrece nuestras
plegarias a tu Hijo, Dios nuestro, para que, por ti, salve nuestras almas.

 ORACIÓN DE SAN JUANICIO 

Lector: El Padre es mi esperanza, el Hijo mi refugio y el Espíritu Santo


mi protección, Santísima Trinidad, gloria a ti.
A ti encomiendo todas mis esperanzas, Madre de Dios, guárdame bajo tu
protección. Amén.
En ti, llena de Gracia toda la creación se regocija, tanto la compañía de
los ángeles como la raza de los hombres. Santísimo templo y paraíso
espiritual, orgullo de las vírgenes: de ti Dios se encarnó, y se hizo un
niño, Él, nuestro Dios que existía desde antes de todos los tiempos; Él
hizo de tu matriz un trono y tu vientre más amplio que los cielos. En ti,
llena de Gracia, toda la creación se regocija. Gloria a ti.
178
 ORACIÓN AL ÁNGEL DE LA GUARDA 

Lector: Ángel santo, que custodias mi atribulada alma y mi impetuosa


vida, no me abandones a mí, pecador, ni te apartes de mí por culpa de
mi intemperancia. No des lugar al demonio artificioso para que pueda
prevalecer sobre mi cuerpo mortal. Da fuerza a mi pobre y débil mano y
guíame por el camino de la salvación. Sí, santo ángel de Dios, custodio y
protector de mi desdichado cuerpo y de mi alma: perdóname todo
cuanto te he ofendido todos los días de mi vida, y todos los pecados que
he cometido durante este día. Protégeme durante la noche presente y
guárdame de toda tentación del Enemigo, a fin de que yo no incurra en
la ira de Dios a causa de pecado alguno. Ruega al Señor por mí, que me
establezca en su temor, y hazme, su siervo, digno de su bondad. Amén.
Salve, Madre de Dios, virgen María, llena eres de Gracia, el Señor es
contigo; bendita tú eres entre las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre: pues has llevado en tu seno, al salvador de nuestras almas. (Tres
veces)
Si hay sacerdote

Lector: Gloria al Padre,  al Hijo, y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y


por los siglos de los siglos. Amén. Señor, ten piedad. (Tres veces) Bendice,
padre.
El Sacerdote se vuelve a parar enfrente a las Puertas Reales, y mirando hacia el pueblo,
hace la despedida.
Sacerdote: Cristo, nuestro verdadero Dios, por las oraciones de su
Santísima y Purísima Madre, de los santos gloriosos y alabadísimos
Apóstoles (del santo titular del templo, si es Apóstol), de los santos, gloriosos y
victoriosos mártires (del santo titular del templo, si es mártir), de nuestros
justos y teóforos Padres (del santo titular del templo, si es un justo), de los
santos y justos abuelos del Señor, Joaquín y Ana, de san N. (del santo titular
del templo, si no ha sido conmemorado en alguno de los anteriores grupos) , de los
santos (se conmemora al santo del día), cuya memoria celebramos en este día,
y de todos los santos, tenga misericordia de nosotros y nos salve, El que
es bueno y amante de la humanidad.
Luego se voltea hacia el oriente y dice estas peticiones:
179
Sacerdote: Roguemos por la paz del mundo.
Coro: Señor ten piedad.
Sacerdote: Roguemos por los piadosos cristianos ortodoxos.
Sacerdote: Roguemos por nuestro Patriarca N., por nuestro Obispo N.,
y por todos nuestros hermanos en Cristo.
Sacerdote: Por este país y por quienes lo gobiernan.
Sacerdote: Por los que nos aman y por los que nos odian, y por los que
se han encomendado a nuestras oraciones, a pesar de lo
indignos que somos.
Sacerdote: Por aquellos que tienen autoridad sobre nosotros.
Sacerdote: Por la pronta liberación de los cautivos y secuestrados.
Sacerdote: Por nuestros padres y hermanos ausentes.
Sacerdote: Por los que viajan por tierra, mar o aire.
Sacerdote: Por los que padecen enfermedades.
Sacerdote: Roguemos por abundancia de los frutos de la tierra.
Sacerdote: Y por toda alma cristiana.
Sacerdote: Por nuestros padres, hermanos y seres queridos difuntos, y
por todos los fieles difuntos del mundo entero.
Sacerdote: Digamos por todos ellos: Señor ten piedad, Señor ten
piedad, Señor ten piedad.
Sacerdote: Y de nosotros también, Señor ten piedad y sálvanos, Tú que
eres Bondadoso y Amante de la humanidad.
Y luego, todos cantan lenta y solemnemente
 Teotoquio 

Asombrado por la belleza de tu virginidad y la extrema claridad de tu


pureza, Gabriel exclamó ante ti: Salve, Madre de Dios. ¿Qué himno que
sea más digno de tu alabanza puedo yo ofrecerte? ¿Y cómo puedo
llamarte? Estoy confundido y asombrado. Por ello, como me ha sido
ordenado, clamo a ti: ¡Alégrate, llena de Gracia!

Al final, todos nos pedimos mutuamente perdón, recibimos la bendición del sacerdote,
si hay, y nos vamos a dormir en paz.
180
Por las oraciones de nuestros Santos Padres, Señor Jesucristo,  Hijo
de Dios, Ten piedad de nosotros y sálvanos. Amén.


 

181
GRANDES COMPLETAS 

 
Las Grandes Completas son recitadas en la temporada del Gran Ayuno (la Santa
Cuaresma), las tardes del lunes, martes, miércoles y jueves, hasta el día Martes Santo.
Sacerdote: Bendito  sea nuestro Dios, en todo tiempo, Ahora y siempre
y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Lector: Gloria a Ti, Dios Nuestro, Santísima Trinidad Gloria a Ti. Rey
Celestial, Consolador, Espíritu de Verdad, que estás en todo lugar y que
todo lo llenas, Tesoro de bienes y Dador de la vida, ven y habita en
nosotros, purifícanos de toda mancha, y salva, Tú que eres bueno,
nuestras almas
Santo  Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, Ten piedad de nosotros.
(Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visítanos y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro...
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre, Hijo y
Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
182
Si no hay sacerdote: Por las oraciones de nuestros Santos Padres,
Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de nosotros y sálvanos. Amén.
Lector: Señor ten piedad (12 veces)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante nuestro Rey y Dios. (Metanía
profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante Cristo, nuestro Rey y Dios.
(Metanía profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante el mismo Cristo, Él es nuestro
Rey y nuestro Dios. (Metanía profunda)

 SALMO 4 
Lector: Respóndeme cuando Te llamo, oh Dios, sé testigo de mi
inocencia; Tú, que en el apuro me abres salidas, tenme piedad y escucha
mi oración. ¿Hasta cuándo, hombres, insultaréis mi honra, amaréis la
vanidad y andaréis tras la mentira? Sabed que el Señor me distingue con
Su Amor, el Señor me escucha cuando le llamo. Temblad y no pequéis,
reflexionad en el lecho y callad. Ofreced sacrificios justos y confiad en el
Señor. Muchos dicen: “¿Quién nos hará ver la dicha?”. ¡Haz brillar sobre
nosotros la luz de Tu Rostro! Señor, me has dado más alegría interior
que cuando ellos abundan en trigo y en mosto. En paz me acuesto y en
seguida me duermo, pues Tú Solo, Señor, me haces vivir tranquilo.
 SALMO 6 
Señor, no me corrijas con Tu Cólera, no me castigues con tu furor.
Piedad, Señor, que estoy baldado, cura, Señor, mis huesos sin fuerza. Me
encuentro del todo abatido. Y Tú, Señor, ¿hasta cuándo? Vuélvete, Señor,
restablece mi vida, ponme a salvo por Tu Misericordia. Que después de
morir nadie Te recuerda, y en el Sheol ¿quién Te alabará? Estoy
extenuado de gemir, baño mi lecho cada noche, inundo de lágrimas mi
cama; mis ojos se consumen de rabia. La insolencia define a mis
opresores, ¡apartaos de mí, malhechores! Que el Señor ha escuchado mi
llanto; el Señor ha escuchado mi súplica, el Señor acepta mi oración.
¡Queden corridos, confusos mis enemigos, retrocedan de inmediato,
cubiertos de vergüenza!
183
 SALMO 12 
¿Hasta cuándo, Señor? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo me
ocultarás tu rostro? ¿Hasta cuándo andaré angustiado, con el corazón en
un puño día y noche? ¿Hasta cuándo me someterá el enemigo? ¡Mira,
respóndeme, Señor Dios mío! Da luz a mis ojos, no me duerma en la
muerte, no diga mi enemigo: “¡Le he podido!”, no se alegre mi
adversario al verme vacilar. Pues yo confío en Tu Amor, en Tu Salvación
goza mi corazón. ¡Al Señor cantaré por el bien que me ha hecho, tañeré
en honor del Señor, el Altísimo!
Gloria al Padre… Ahora… Amén.
Aleluya, Aleluya, Aleluya, Gloria a Ti, Oh Dios. Señor ten Piedad. (Tres
veces)
Gloria al Padre… Ahora… Amén.
 SALMO 24 
A Ti, Señor, dirijo mi anhelo. A Ti, Dios mío. En Ti confío, ¡no quede
defraudado, ni triunfen de mí mis enemigos! El que espera en Ti no
queda defraudado, queda defraudado el que traiciona sin motivo.
Muéstrame Tus Caminos, Señor, enséñame Tus Sendas. Guíame
fielmente, enséñame, pues tú eres el Dios que me salva. En Ti espero
todo el día, por Tu Bondad, Señor. Acuérdate, Señor, de Tu Ternura y de
Tu Amor, que son eternos. De mis faltas juveniles no Te acuerdes, acuér-
date de mí según Tu Amor. Bueno y Recto es el Señor: muestra a los
pecadores el camino, conduce rectamente a los humildes y a los pobres
enseña Su Sendero. Amor y verdad son las sendas del Señor para quien
guarda Su Alianza y Sus Preceptos. Haz gala de Tu Nombre, Señor, y
perdona mi culpa, que es grande. Cuando un hombre respeta al Señor, Él
le indica el camino a seguir; vivirá colmado de dicha, su estirpe poseerá
la tierra. El Señor se confía a Sus adeptos, los va instruyendo con Su
Alianza. Mis ojos están fijos en el Señor, que sacará mis pies de la
trampa. Vuélvete a mí, tenme piedad, me siento solo y desdichado. La
angustia crece en mi corazón, hazme salir de mis tormentos. Mira mi
aflicción y mi penar, perdona todos mis pecados. Mira cuántos son mis
enemigos, la violencia del odio que me tienen. Guarda mi vida, ponme a
salvo, no me avergüence por confiar en Ti. Integridad y rectitud me
184
ampararán, porque espero en Ti, Señor. Redime, Dios, a Israel de
todas sus angustias.
 SALMO 30 
En ti, Señor, me cobijo, ¡nunca quede defraudado! ¡Líbrame conforme a
Tu Justicia, tiende a mí Tu Oído, date prisa! Sé mi roca de refugio, alcá-
zar donde me salve; pues Tú eres mi peña y mi alcázar, por Tu Nombre
me guías y diriges. Sácame de la red que me han tendido, pues Tú eres
mi Refugio; en Tus Manos abandono mi vida y me libras, Señor, Dios
fiel. Detestas a los que veneran ídolos, pero yo confío en el Señor. Me
alegraré y celebraré Tu Amor, pues Te has fijado en mi aflicción, conoces
las angustias que me ahogan; no me entregas en manos del enemigo, has
puesto mis pies en campo abierto. Ten piedad de mí, Señor, que estoy en
apuros. La pena debilita mis ojos, mi garganta y mis entrañas; mi vida se
consume en aflicción, y en suspiros mis años; sucumbe mi vigor a la
miseria, mis huesos pierden fuerza. De todos mis opresores me he
convertido en la burla; asco doy a mis vecinos, espanto a mis familiares.
Los que me ven por la calle se apartan lejos de mí; me olvidan igual que
a un muerto, como objeto de desecho. Escucho las calumnias de la turba,
terror alrededor, a una conjuran contra mí, tratando de quitarme la vida.
Pero yo en Ti confío, Señor, me digo: “Tú eres mi Dios”. Mi destino está
en Tus Manos, líbrame de las manos de enemigos que me acosan. Que
brille Tu Rostro sobre Tu siervo, ¡sálvame por Tu Amor! Señor, no quede
yo defraudado después de haberte invocado; que queden defraudados
los impíos, que bajen en silencio al Sheol. Enmudezcan los labios
mentirosos que hablan insolentes contra el justo, llenos de orgullo y
desprecio. ¡Qué grande es Tu Bondad, Señor! La reservas para Tus
adeptos, se la das a los que a Ti se acogen a la vista de todos los hombres.
Los ocultas donde Tú solo los ves, lejos de las intrigas de los hombres;
bajo techo los pones a cubierto de las querellas de las lenguas. ¡Bendito el
Señor que me ha brindado maravillas de amor (en plaza fuerte)! ¡Y yo
que decía alarmado: “Estoy dejado de Tus Ojos”! Pero oías la voz de mi
plegaria cuando Te gritaba auxilio. Amad al Señor, todos Sus amigos, a
los fieles protege el Señor; pero devuelve con creces al que obra con
orgullo. ¡Tened valor, y firme el corazón, vosotros, los que esperáis en el
Señor!
185
 SALMO 90 
El que habita al amparo del Altísimo y mora a la sombra de Dios del
Cielo diga al Señor: “Refugio, Baluarte mío, mi Dios, en quien confío”.
Pues Él te libra de la red del cazador, de la peste funesta; con Sus Plumas
te protege, bajo Sus Alas hallas refugio: escudo y armadura es Su
Fidelidad. No temerás el terror de la noche, ni la saeta que vuela de día,
ni la peste que avanza en tinieblas, ni el azote que devasta a mediodía.
Aunque caigan mil a tu lado y diez mil a tu derecha, a ti no te alcanzará.
Basta con que fijes tu mirada, verás la paga de los malvados, tú que
dices: “El Señor es mi refugio”, y tomas a Altísimo por defensa. El mal
no te alcanzará, ni la plaga se acercará a tu tienda; que Él ordenará a Sus
Ángeles que te guarden en todos tus caminos. Te llevarán ellos en sus
manos, para que en piedra no tropiece tu pie; pisarás sobre el león y la
víbora, hollarás al leoncillo y al dragón. Puesto que Me ama, lo salvaré,
lo protegeré, pues Me reconoce. Me llamará y le responderé, estaré a su
lado en la desgracia, lo salvaré y lo honraré. Lo saciaré de larga vida,
haré que vea mi salvación.
Lector: Gloria al Padre… Ahora… Amén.
Aleluya, Aleluya, Aleluya. Gloria a Ti, Oh Dios.
Señor, ten piedad. (Tres veces) Gloria al Padre… Ahora… Amén.
De inmediato, con reverencia y gran voz, serán intercalados los siguientes Stíjos, de
parte de los dos cantores, repitiendo detrás de cada Stíjo
“Porque Dios está con nosotros.” (Refiérase a Isaías 8 y 9)
❖ Dios está con nosotros; sabedlo, pues, naciones; que seréis
destrozadas. Porque Dios está con nosotros.
❖ Escuchad, hasta los confines de la tierra. Porque Dios…
❖ Poderosos seréis destrozados. Porque Dios…
❖ Porque, aunque volvéis poderosos, otra vez seréis destrozados.
Porque Dios…
❖ Trazad un plan; y el Señor lo hará Fracasar... Porque Dios…
❖ Decid una palabra, y no se cumplirá... Porque Dios…
❖ De vuestras amenazas no temamos ni temblamos... Porque Dios…
❖ Al Señor, Dios nuestro, a quien santificamos y a Él tememos... Porque
Dios…
186
❖ Y confiado en Él, Él me será un Santuario... Porque Dios…
❖ Y esperaré en Él, y seré salvo... Porque Dios…
❖ Aquí estamos yo y los hijos que me ha dado el Señor... Porque Dios…
❖ El pueblo que andaba a oscuras vio una luz grande... Porque Dios…
❖ Los que Vivían en la tierra de sombras, una luz brillará sobre
vosotros... Porque Dios…
❖ Porque una criatura nos ha nacido, un hijo se nos ha dado... Porque
Dios…
❖ Estará el señorío sobre su hombro... Porque Dios…
❖ Y su paz no tendrá fin... Porque Dios…
❖ Y se llamará su nombre, mensajero de la Gloriosa Opinión... Porque
Dios…
❖ Maravilla de Consejero... Porque Dios…
❖ Dios Fuerte, Soberano, Príncipe de Paz... Porque Dios…
❖ Siempre Padre... Porque Dios…
❖ Gloria al Padre… Porque Dios…
❖ Ahora… Amén. Porque Dios…
Primer Cantor: Dios está con nosotros; sabedlo, pues, naciones; que
seréis destrozados. Porque Dios está con nosotros.
Y directamente el lector recita los siguientes Troparios
❖ Habiendo llegado al final del día, Te doy gracias, Señor, y Te suplico
otorgarme, Salvador, pasar sin pecado, esta tarde y la noche y
sálvame.
❖ Gloria al Padre…
❖ Habiendo llegado al final del día, Te glorifico, Soberano, y Te suplico
otorgarme, Salvador, pasar sin tropiezo, esta tarde y la noche y
sálvame.
❖ Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
❖ Habiendo llegado al final del día, Te alabo, Santo, y Te suplico
otorgarme, Salvador, pasar sin novedad, esta tarde y la noche y
sálvame.
Y los dos cantores intercalan los siguientes Stíjos - Tono Sexto
❖ La Naturaleza de los querubines incorpóreos, Te glorifica con
alabanzas incesantes.
187
❖ Y los serafines, los seres de seis alas Te exaltan con himnos, sin
cesar.
❖ Y todos los ejércitos angelicales Te alaban con el himno Tres veces
Santo.
❖ Porque Tú, Padre, existes antes de todo, y Tu Hijo que no tiene
principio Te iguala en la eternidad.
❖ Y como llevas al Espíritu de la Vida, que Te iguala en el Honor,
revelas que la Trinidad es Indivisible.
❖ ¡Santísima Virgen Madre de Dios y vosotros testigos oculares del
Verbo y sus ministros!
❖ ¡Legiones de profetas y mártires, que poseéis Vida Eterna!
❖ ¡Interceded sin cesar, por todos nosotros caídos en desgracia!
❖ Así, siendo salvados de los errores del maligno; con el himno de loa
ángeles exclamamos diciendo:
❖ Santo, Santo, Santo, ¡Señor!, Tú que eres Tres veces Santo, ten piedad
de nosotros y sálvanos. Amén.

 EL CREDO 
Coro: Creo en un solo Dios Padre, Todopoderoso, Creador del Cielo y
de la Tierra, de todo lo visible e invisible. Y en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo Unigénito de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos; Luz
de Luz, Dios Verdadero de Dios Verdadero; nacido, no creado;
Consubstancial al Padre, por Quien todo fue hecho. Quien por nosotros,
los hombres, y para nuestra salvación, descendió de los cielos, y se
encarnó del Espíritu Santo y de María Virgen y se hizo hombre. Crucifi-
cado también por nosotros bajo Poncio Piloto, padeció y fue sepultado. Y
resucitó al tercer día conforme a las Escrituras. Y subió a los Cielos y está
sentado a la Diestra del Padre. Y otra vez ha de venir con gloria, a juzgar
a los vivos y a los muertos y Su Reino no tendrá fin. Y en el Espíritu
Santo, Señor Vivificador, que procede del Padre, que con el Padre y el
Hijo es juntamente adorado y glorificado, y que habló por los profetas.
En la Iglesia que es Una, Santa, Católica y Apostólica. Confieso un solo
bautismo para la remisión de los pecados. Espero la resurrección de los
muertos. Y la vida del mundo venidero. Amén.
Y los dos cantores intercalan los siguientes Stíjos
188
❖ ¡Santísima Madre de Dios, intercede por nosotros, pecadores! (Tres
veces)
❖ ¡Todos los poderes celestiales, los Santos Ángeles y Arcángeles,
interceded por nosotros, pecadores! (Dos veces)
❖ ¡San Juan, Profeta, Precursor y Bautista de nuestro Señor Jesucristo,
intercede por nosotros, pecadores! (Dos veces)
❖ ¡Vosotros, Oh justos padres, revestidos de Dios, pastores y maestros
ecuménicos, interceded por nosotros, pecadores! (Dos veces)
❖ ¡San N (el patrono de la Iglesia) intercede por nosotros, pecadores! (Dos
veces)
❖ ¡Invencible, Inefable y Divino Poder de la Preciosa y Vivificadora
Cruz, no nos abandones, a nosotros pecadores! (Dos veces)
❖ ¡Señor, perdónanos, a nosotros, pecadores! (3 veces)
❖ Y ten piedad de nosotros.
Se reza el Trisagio

Lector: Santo Dios,  Santo Poderoso, Santo Inmortal, ten piedad de


nosotros. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visita y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Padre nuestro...
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre,  Hijo
y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.
Troparios - Tono Segundo
189
Lector: ¡Cristo Dios! Alumbra mis ojos, para que yo no duerma hacia
la muerte; y para que mi enemigo no diga: yo he prevalecido sobre él.

Gloria al Padre…

¡Dios Mío!, sé el Defensor de mi alma; porque estoy caminando en medio


de muchas trampas. Rescáteme, pues de ellas, Bondadoso, y sálvame,
porque tú eres Amante de la Humanidad.

Ahora… Amén.

Al no tener favores por la multitud de nuestros pecados, rogad, Virgen


Madre de Dios, a Aquél que nació de Ti; porque las súplicas de la madre
tienen gran poder para obtener los favores del Soberano. No desprecies,
Venerabilísima, las súplicas de los pecadores. Porque Aquél que aceptó
sufrir por nosotros, es Misericordioso y Capaz de salvarnos.

Otros Troparios Que serán cantados de día a día

Señor, Tú conoces el no descanso de mis enemigos invisibles; y has


sabido, Creador mío, de la debilidad de mi cuerpo miserable. Por esto,
en Tus Manos confío mi alma. Cúbreme, pues, con las alas de Tu
Bondad, para que yo no duerma hacia la muerte. Alumbra mis ojos
racionales con el deleite de Tus Palabras Divinas, y despiértame en el
momento apropiado para glorificarte, porque tú eres Bondadoso y
Amante de la humanidad.
Stíjo: ¡Escucha, Señor, ten piedad de mí! (Salmo 29 ‘30’, 11a)
¡Verdaderamente, terrible será Tu juicio, Señor! cuando los Ángeles
estarán de pie, los hombres congregados, los libros abiertos, las obras
reveladas y los pensamientos develados. ¿Qué juicio entonces será el
mío, yo prisionero del pecado? ¿Quién extinguirá las llamas de fuego
para mí? ¿Quién alumbrará mi oscuridad, si Tú no tienes piedad de mí,
Señor?, porque tú eres Amante de la humanidad.

Gloria al Padre… 
190
Dame lágrimas, Dios, como diste antiguamente a la mujer pecadora.
Hazme digno siempre de lavar Tus Pies, y de ofrecerte como ungüento
de rica fragancia: una vida pura adquirida por el arrepentimiento, para
que yo también, pueda oír de Tu dulce Voz: “tu fe te ha salvado, vete en
paz”.

Ahora… Amén.

¡Madre de Dios! Habiendo poseído la confianza en Ti que no abandona,


seré pues salvo; y habiendo logrado Tu Ayuda, ¡Purísima!, no temo;
perseguiré, pues, a mis enemigos y los ahuyentaré, llevando sólo Tu
Escudo por coraza; y a Ti exclamo, suplicando Tu Ayuda todopoderosa;
¡Sálvame, Señora, por Tus intercesiones, y despiértame del sueño
tenebroso, para glorificarte; por el poder del Hijo de Dios encarnado de
Ti!
Lector: Señor, ten piedad. (Cuarenta veces)
Gloria al Padre… ahora… Amén.
¡Tú que eres mas Honorable que los Querubines e incomparablemente,
más Gloriosa que los Serafines; Tú que incorrupta diste a luz a Dios el
Verbo; Verdaderamente Madre de Dios Te magnificamos!
En el nombre del Señor, bendice, Padre

Sacerdote: Por las oraciones de nuestros Santos Padres Señor Jesucristo,


ten piedad de nosotros y sálvanos.
Todos: Amén.
El sacerdote o el lector dice la siguiente oración de San Basilio El Grande:
¡Oh Señor!, que nos has liberado de cada saeta que de día vuela, sálvanos
también de todo lo que avanza en la oscuridad. Recibe la elevación de
nuestras manos, como una ofrenda vespertina. Haznos dignos también,
de pasar sin reproche el curso de la noche sin ser tentados por cosas
malas; y líbranos de toda perturbación y miedo que vienen a nosotros
del demonio; concede a nuestras almas la contrición y a nuestros pensa-
mientos la preocupación acerca del sondeo de Tu Juicio justo y temible.
Reprime nuestra carne en Tu Temor; y mortifica a nuestros miembros
terrenales que, aun en la quietud del sueño, podemos también ser ilumi-
191
nados por la contemplación de Tus Preceptos. Retira de nosotros toda
fantasía impropia y deseo dañino. Levántanos en la hora de la oración,
firmes en la fe, y prósperos en Tus Mandamientos; por la complacencia,
la gracia y la bondad de Tu Hijo Unigénito, con quien eres bendito, junto
con Tu Santísimo, Bueno y Vivificador Espíritu, ahora y siempre y por
los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Lector:
❖ Vengan, adoremos y postrémonos ante nuestro Rey y nuestro Dios.
❖ Vengan, adoremos y postrémonos ante Cristo, nuestro Rey y nuestro
Dios.
❖ Vengan, adoremos y postrémonos ante Cristo, Él es nuestro Rey,
nuestro Señor y nuestro Dios.

 SALMO 50 
Lector: Ten piedad de mí, Oh Dios, por Tu Bondad, por Tu Inmensa
Misericordia borra mi delito, lávame a fondo de mi culpa, purifícame de
mi pecado. Pues yo reconozco mi delito, mi pecado está siempre ante mí;
contra Ti, contra Ti solo pequé, lo malo a Tus Ojos cometí. Por que seas
Justo cuando hablas e Irreprochable cuando juzgas. Mira que nací culpa-
ble, pecador me concibió mi madre. Y Tú amas la verdad en lo íntimo del
ser, en mi interior me inculcas sabiduría. Rocíame con hisopo hasta que-
dar limpio, lávame hasta blanquear más que la nieve. Devuélveme el son
del gozo y la alegría, se alegren los huesos que Tú machacaste. Aparta
Tu Vista de mis yerros y borra todas mis culpas. Crea en mí, Oh Dios, un
corazón puro, renueva en mi interior un espíritu firme; no me rechaces
lejos de Tu Rostro, no retires de mí Tu Santo Espíritu. Devuélveme el
gozo de Tu Salvación, afiánzame con espíritu generoso; enseñaré a los
rebeldes Tus Caminos y los pecadores volverán a Ti. Líbrame de la
sangre, Oh Dios, Dios salvador mío, y aclamará mi lengua Tu Justicia;
abre, Señor, mis labios, y publicará mi boca Tu Alabanza. Pues no Te
complaces en sacrificios, si ofrezco un holocausto, no lo aceptas. Dios
quiere el sacrificio de un espíritu contrito, un corazón contrito y humi-
llado, Oh Dios, no lo desprecias. ¡Sé benévolo y favorece a Sión, recons-
192
truye los muros de Jerusalén! Entonces Te agradarán los sacrificios
legítimos -holocausto y oblación entera- entonces se ofrecerán novillos
sobre Tu Altar.
 SALMO 101 

Escucha, Señor, mi oración, llegue mi grito hasta Ti; no ocultes de mí Tu


Rostro el día de la angustia; tiende hacia mí Tu Oído, ¡responde presto el
día en que Te invoco! Pues mis días como humo se disipan, mis huesos
calientan como brasas; mi corazón se seca como heno segado, pues me
olvido de comer mi pan; agotado de tanto sollozar, mis huesos se pegan
a mi piel. Me parezco al búho del páramo, estoy como lechuza entre
ruinas; de continuo me desvelo y gimo cual solitario pájaro en tejado;
todo el día me insultan mis enemigos, los que me alaban maldicen por
mi nombre. Ceniza como en vez de pan, mezclo mi bebida con lágrimas,
debido a Tu Cólera y Tu Enojo, pues me alzaste y luego me tiraste. Mis
días declinan como sombra, me voy secando como el heno. Pero Tú,
Señor, reinas por siempre, Tu Memoria alcanza de edad en edad. Te
alzarás, compadecido de Sión, que es tiempo de apiadarte de ella
(porque se ha cumplido el plazo). Tus siervos aman sus piedras, sienten
compasión de sus ruinas. Temerán las naciones el nombre del Señor,
todos los reyes de la tierra Tu Gloria; cuando el Señor reconstruya Sión y
aparezca lleno de esplendor, se volverá a la oración del despojado, su
oración no despreciará. Quedará esto escrito para la edad futura, y un
pueblo renovado alabará al Señor: se ha inclinado desde Su Santa Altura,
desde el Cielo ha mirado a la tierra, para escuchar el suspiro del cautivo,
para librar a los que aguardan la muerte. Para proclamar en Sión el
Nombre del Señor, y su alabanza en Jerusalén; cuando a una se
congreguen los pueblos y los reinos para servir al Señor. Él ha agotado
mi fuerza por el camino, ha reducido el número de mis días. Me dije:
¡Dios mío, en la mitad de mis días no me lleves, Tú, que vives por
generaciones! Desde antiguo fundaste la tierra, los cielos son obra de Tus
Manos; ellos pasan, más Tú Permaneces, todos como ropa se desgastan,
serán como vestido que se muda. Mas Tú eres el Mismo, no tienen fin
Tus Años. Los hijos de Tus siervos tendrán una morada, su descendencia
subsistirá en Tu Presencia.
193
 La Oración de Manasés rey de Judá 

Sacerdote o lector: Señor Todopoderoso, Dios de nuestros padres,


Abraham, Isaac, Jacob y de su justa descendencia; Tú que has hecho el
cielo y la tierra y todo lo formado en ellos; Tú que has ligado el mar por
la palabra de Tu Orden; que has cerrado el profundo y lo has sellado por
Tu Nombre Temible y Glorioso; Tú, a quién todas las cosas temen, y ante
Su Poder tiemblan; pues la majestad de Tu Gloria no se puede resistir, y
Tu Cólera de amenaza para con los pecadores es intolerable; Más la
misericordia de Tu Promesa es inmensurable e inescrutable; Porque Tú
eres el Señor Altísimo, el Compasivo, muy Longánimo, de abundante
misericordia y se arrepiente de los males de las gentes contra mí. Tú, Se-
ñor, según Tu Gran Bondad, has prometido arrepentimiento y perdón a
aquellos que pecaron contra Ti, y por Tu Compasión infinita has fijado el
arrepentimiento a los pecadores, para que ellos puedan salvarse. Por
consiguiente, Tú, Señor, Dios de las potestades, no has fijado el
arrepentimiento a los justo, Abraham, Isaac y Jacob, que no han pecado
contra Ti; pero Tú has fijado el arrepentimiento para mí, yo pecador;
porque mis pecados son más que las arenas del mar en número. Mis
transgresiones se multiplicaron, Señor, se multiplicaron mis transgre-
siones, y yo no soy digno de mirar y fijar la vista contemplando la altura
del cielo, por la multitud de mis iniquidades. Estoy encorvado por
muchas cadenas de hierro, pues no pueda alzar mi cabeza a causa de mis
pecados, ni tengo reposo; porque he provocado Tu Ira y he hecho lo
malo ante Ti; no hice Tu Voluntad, ni guardé Tus Mandamientos; he
levantado abominaciones y he multiplicado las cosas detestables. Por
tanto, ahora inclino la rodilla de mi corazón, suplicando Tu Bondad: ¡Yo
he pecado, Señor, he pecado, y reconozco mis iniquidades! pero humil-
demente Te pido, perdóname, Señor, perdóname, y no me destruyas con
mis iniquidades. No estés para siempre enojado conmigo, reservando
mis maldades para mí; ni me aprisiones en lo más profundo de la tierra;
Porque Tú, Señor, eres el Dios de los arrepentidos; y en mí muestras toda
Tu Bondad; porque soy indigno, y Tú me salvarás según Tu Gran
Misericordia. Y Te alabaré, perpetuamente, todos los días de mi vida.
194
Porque a Ti alaban todos los poderes celestiales, y Tuya es la Gloria
por los siglos de los siglos.
Se reza el Trisagio

Lector: Santo  Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, ten piedad de


nosotros. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visita y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro...
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre,  Hijo
y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.

Coro: Amén.

Troparios- Tono Sexto Lector:


¡Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros! Pues faltos de
toda respuesta, nosotros pecadores, Te ofrecemos ésta súplica, Soberano,
ten piedad de nosotros.

Gloria al Padre… 

¡Ten piedad de nosotros, Señor, pues hemos puesto nuestra confianza en


ti! No Te irrites con nosotros ni Te acuerdes de nuestras iniquidades;
sino, siendo Compasivo, míranos ahora con ternura y líbranos de
nuestros enemigos. Porque Tú eres Nuestro Dios y nosotros somos Tu
pueblo. Todos somos obra de Tus Manos e invocamos Tu Nombre.

Ahora… Amén.
195
¡Ábrenos la puerta de la compasión, Bendita Madre de Dios! Pues,
confiados en Ti, no seremos defraudados, sino por Ti nos libraremos de
todas las aflicciones, porque Tú eres la salvación del pueblo cristiano.
Lector: Señor, ten piedad. (Cuarenta veces)
Gloria al Padre… ahora… Amén.
¡Tú que eres más Honorable que los Querubines e incomparablemente,
más Gloriosa que los Serafines; Tú que incorrupta has dado a luz a Dios
el Verbo; Verdaderamente eres la Madre de Dios, a Ti te magnificamos!
En el nombre del Señor, bendice, Santo Padre
Sacerdote: Por las oraciones de nuestros Santos Padres, Señor Jesucristo
Hijo de Dios, ten piedad de nosotros y sálvanos.
Todos: Amén.
El Sacerdote, parado frente de la Puerta Real, hace tres Metanías, pide el perdón al
pueblo y entra al Altar de la Puerta Sur.

 Oración por San Mardario 


Lector: ¡Soberano Dios, Padre Todopoderoso, Señor, Hijo Unigénito,
Jesucristo, y Espíritu Santo! Una sola Divinidad y Un Solo Poder; ten
piedad de mí, indigno pecador; y con los juicios que Tú has establecido,
sálvame, a mí Tu siervo, porque Tú eres Bendito por los siglos de los
siglos.
Coro: Amén.
Luego, inciensa el Altar y todo el templo como de costumbre y al terminar de incensar,
sale de la Puerta norte y para de nuevo ante la silla que le es designada. Mientras tanto
Lector:
❖ Vengan, adoremos y postrémonos ante nuestro Rey y nuestro
Dios.
❖ Vengan, adoremos y postrémonos ante Cristo, nuestro Rey y
nuestro Dios.
❖ Vengan, adoremos y postrémonos ante Cristo, Él es nuestro Rey,
nuestro Señor y nuestro Dios.
196
SALMO 69 
Lector: ¡Líbrame, Dios mío! ¡Señor, ven pronto a socorrerme! Que se
avergüencen y sean humillados los que quieren acabar con mi vida.
Que retrocedan confundidos los que desean mi ruina; que vuelvan la
espalda avergonzados los que se ríen de mí. Que se alegren y se
regocijen en ti todos los que te buscan; y digan siempre los que desean tu
victoria: "¡Qué grande es nuestro Dios!" Yo soy pobre y miserable: ven
pronto, Dios mío; tú eres mi ayuda y mi libertador, ¡no tardes, Señor!

SALMO 142 
Escucha, Señor, mi oración, y presta oído a mi súplica; respóndeme leal,
por tu justicia. No entres en pleito con Tu siervo, pues no hay ser vivo
justo ante Ti. Me persigue a muerte el enemigo, aplasta mi vida contra el
suelo; me obliga a vivir entre tinieblas, como los que han muerto para
siempre. Ya se apaga el aliento en mí, mi corazón por dentro enmudece.
Recuerdo los días de antaño, medito todas Tus Acciones, pondero las
obras de Tus Manos; hacia Ti tiendo mis manos, como tierra sedienta de
Ti. ¡Respóndeme pronto, Señor, que ya me falta el aliento; no escondas
Tu Rostro lejos de mí, pues sería como los que bajan a la fosa! Hazme
sentir Tu Amor por la mañana, pues yo cuento contigo; muéstrame el ca-
mino que he de seguir, pues estoy pendiente de Ti. Líbrame de mis
enemigos, Señor, pues busco refugio en Ti; enséñame a cumplir Tu
Voluntad, Tú, que eres mi Dios; Tu Espíritu, que es Bueno, me guíe por
una tierra llana. Por Tu Nombre, Señor, dame la vida, por Tu Justicia,
líbrame de la angustia; por Tu Amor, aniquila a mis enemigos. Pierde a
todos mis opresores, porque yo soy Tu servidor.

 LA PEQUEÑA DOXOLOGÍA 

Coro: Tuya es la Gloria, Señor y Dios nuestro; y a Ti glorificamos, Padre,


 Hijo y Espíritu Santo. Ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Amén.
Gloria a Ti, Tú que nos muestras la Luz. Gloria a Dios en las alturas y en
la tierra paz a los hombres de buena voluntad. Te alabamos, Te
bendecimos, Te adoramos, Te glorificamos, Te damos gracias, por Tu
197
Gloria Majestuosa. Señor Dios, Rey Celestial, Padre Todopoderoso,
Señor, Hijo Unigénito Jesucristo y Espíritu Santo. Señor Dios, Cordero de
Dios, Hijo del Padre, Tú que quitas los pecados del mundo, ten piedad
de nosotros; Tú que quitas los pecados del mundo: Recibe nuestras
súplicas. Tú que estás sentado a la Diestra del Padre: ten piedad de
nosotros. Porque Sólo Tú eres Santo, Sólo Tú eres el Señor Jesucristo, en
la Gloria de Dios Padre. Amén. Todos los días Te bendigo y alabo Tu
Nombre perpetuamente y por los siglos de los siglos. Señor, Tú has sido
nuestro refugio de generación en generación; yo dije: Señor, ten piedad
de mí y sana mi alma, porque he pecado contra Ti. Señor, a Ti acudo,
enséñame a cumplir Tu Voluntad, porque Tu eres mi Dios. Porque de Ti
brota el manantial de la vida y por Tu Luz hemos visto la luz. Extiende
Tu Piedad sobre los que Te conocen.
Haznos dignos, Señor, de guardarnos esta noche sin pecado. Bendito
eres Tú, Señor, Dios de nuestros padres; alabado y glorificado es Tu
Nombre para siempre. Amén.
Que Tu Piedad, esté con nosotros, Señor, según hemos puesto nuestra
confianza en Ti. Bendito eres Tú, Señor, enséñame Tus Mandamientos.
Bendito eres Tú, Soberano, hazme entender Tus Preceptos. Bendito eres
Tú, Santo, ilumíname por Tu Justicia. Que Tu Misericordia, Señor,
perdure para siempre y no desprecies la obra de Tus Manos. Porque a Ti
es debida la alabanza, a Ti es digna la adoración y a Ti pertenece la
gloria, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de
los siglos. Amén.
Nótese que aquí, en la primera semana del Gran Ayuno, será cantado el Gran Canon,
(encuéntrelo en el día jueves de la quinta semana). Sino directamente:
Lector: Santo  Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, ten piedad de
nosotros. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visita y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
198
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por
los siglos de los siglos. Amén.
Padre nuestro...
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre,  Hijo
y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Y el siguiente Tropario que será repetido con sus Stíjos
Tono Sexto
Primer Cantor: ¡El Señor de las potestades esté con nosotros! Pues no
tenemos, por Auxiliador en las tristezas, otro fuera
de Ti.
¡El Señor de las potestades esté con nosotros!
Segundo Cantor: Alabad a Dios en Su Santuario; Alabadlo en Su
Poderoso Firmamento.
¡El Señor de las potestades esté con nosotros!...
Primer Cantor: Alabadlo por Sus Grandes Hazañas; Alabadlo por
Su Inmensa Grandeza.
¡El Señor de las potestades esté con nosotros!...
Segundo Cantor: Alabadlo con el toque de cuerno; Alabadlo con arpa
y con cítara.
¡El Señor de las potestades esté con nosotros!...
Primer Cantor: Alabadlo con tambores y danzas; Alabadlo con
cuerdas y flautas.
¡El Señor de las potestades esté con nosotros!...
Segundo Cantor: Alabadle con címbralos sonoros; Alabadle con
címbalos y aclamación. ¡Todo cuanto respira alabe al
Señor!
¡El Señor de las potestades esté con nosotros!...
Primer Cantor: Alabad a Dios en Su Santuario.
Segundo Cantor: Alabadlo en Su Poderoso Firmamento.
Los dos cantores juntos: ¡El Señor de las potestades esté con nosotros!
Porque no tenemos, por Auxiliador en las
199
tristezas, otro que a Ti. ¡El Señor de las potestades esté con nosotros!

Lector: Gloria al Padre,…

Tono Sexto
Si Tus santos no son nuestros intercesores y Tu Bondad no es compasiva
para con nosotros, ¡Señor! ¿Cómo pudiéramos atrevernos a alabarte,
¡Salvador! a Ti, a Quien los Ángeles bendicen sin cesar? Pues, Tú que
conoces lo secreto de los corazones, compadécete de nuestras almas.

Ahora y siempre… Amén

¡Madre inmaculada de Dios! Mucho se han multiplicado mis


iniquidades, por tanto, a Ti acudo, buscando la salvación. Visita, pues,
mi alma débil e intercede ante Tu Hijo y nuestro Dios, para que me dé el
perdón de mis pecados, ¡Única Bendita!
¡Santísima Madre de Dios! No me desampares todos los años de mi vida,
¡oh Intercesora de la humanidad! Sino, ayúdame y ten piedad de mí.
En Ti he puesto toda mi esperanza, ¡Madre de Dios!, guárdame bajo la
Protección de tus alas.
Lector: Señor, ten piedad. (Cuarenta veces)
Sacerdote o lector: Ten misericordia de nosotros y sálvanos, ¡Hijo
Unigénito de Dios! Tú que, en todo tiempo y a toda hora en el cielo y en
la tierra, eres Adorado y Glorificado, Cristo Dios; que eres muy Paciente,
Misericordioso y Compasivo. Que amas a los justos y tienes piedad de
los pecadores; que llamas a todos a la Salvación por la promesa de los
bienes futuros. Tú, ¡Señor!, recibe en esta hora nuestras súplicas y dirige
nuestra vida en las sendas de tus Mandamientos. Santifica nuestras
almas; purifica nuestros cuerpos; guía nuestros pensamientos; purifica
nuestras intenciones; líbranos de toda aflicción, maldad y dolencia;
rodéanos con tus Santos Ángeles para que con su poder, seamos guiados
y protegidos, a fin de llegar a la unidad de la fe y al conocimiento de tu
Gloria Inaccesible, porque Tú eres Bendito y Glorificado por los siglos de
los siglos. Amén.
200
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre… ahora… Amén.
¡Más Honorable que los querubines e incomparablemente, más Gloriosa
que los Serafines! Tu que incorrupta, diste a luz a Dios el Verbo;
verdaderamente Madre de Dios Te magnificamos!
En el Nombre del Señor, ¡Bendice, padre!

Sacerdote: Que el Señor Dios, tenga misericordia de nosotros, nos


bendiga  haga resplandecer su rostro sobre nosotros, y perdone
nuestras faltas.

 Oración de San Efrén ‘el Sirio’ 

Sacerdote: ¡Señor y Soberano de mi Vida! No me abandones al espíritu


de pereza, de indiscreción, de ambición y de habladuría.
Postración
Más bien concede a tu siervo un espíritu de pureza, de humildad, de
paciencia y de caridad.
Postración
Sí, ¡mi Señor y Rey! Dame la capacidad de ver mis faltas y de no juzgar a
mis hermanos; pues Tú eres Bendito por los siglos de los siglos. Amén.
Postración

En esta última parte hacemos doce reverencias pequeñas santiguándonos en cada una
de ellas, mientras decimos: Oh Dios, purifícame, a mí, pecador.

¡Señor y Soberano de mi Vida! No me abandones al espíritu de pereza,


de indiscreción, de ambición y de habladuría.
Más bien concede a tu siervo un espíritu de pureza, de humildad, de
paciencia y de caridad.
Sí, ¡mi Señor y Rey! Dame la capacidad de ver mis faltas y de no juzgar a
mis hermanos; pues Tú eres Bendito por los siglos de los siglos. Amén.
(Postración).
201
Coro: Amén.

Lector: Santo Dios,  Santo Poderoso, Santo Inmortal, ten piedad de


nosotros. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visita y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Padre nuestro...
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre,  Hijo
y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Lector: Señor, ten piedad. (Doce veces) ¡Santísima Madre de Dios, sálvanos!
Nótese que en caso que varios sacerdotes participen del Oficio; dos de ellos, parados
frente al iconostasio, el primero ante el Icono de la Santísima Virgen y el segundo ante
el Icono del Señor; intercalan las siguientes oraciones:
Primer Sacerdote: ¡Señora, Virgen Santa y Novia Pura de Dios! Tú, que
con Tu Alumbramiento milagroso, has unido al Verbo de Dios con la
humanidad; y has ligado nuestra naturaleza caída con los seres
Celestiales. ¡Tú! que eres Única Esperanza de los desesperados, Ayuda
de los oprimidos, Protección infalible para aquellos que acuden a Ti; ¡Oh
Refugio de todos los Cristianos! No me desprecies a mí pecador,
envilecido enteramente por viciosos pensamientos, palabras y obras; que
he llegado a ser, por falta de voluntad, un indigno siervo y esclavo de los
placeres mundanos. Pero, como Tú eres la Madre del Dios que ama a la
humanidad; ten compasión y apiádate de mí, Tu siervo pródigo y
pecador; y acepta de mis labios impuros las súplicas que Te ofrezco. Por
medio de la influencia maternal que Tú tienes con tu Hijo, Nuestro Sobe-
rano y Señor, ruégale para que despliegue sobre mí las alas de Su Amor,
Su Compasión y Su Bondad; y que borre mis innumerables
202
transgresiones y me vuelva hacia el arrepentimiento, y me haga un
fiel cumplidor de Sus Mandamientos; Y esté siempre presente conmigo.
¡Misericordiosa, Compasiva y Bondadosa!, Protégeme en esta vida
presente, por el fervor de Tu Intercesión y Ayuda, alejando de mí las
malas asechanzas de los adversarios y condúceme a la salvación. En el
momento de la agonía, apresúrate a rodearme, apartando y dispersando
las visiones de los malos espíritus. Y en el terrible día del juicio, líbrame
de los castigos eternos y de los sufrimientos perpetuos; y preséntame
como heredero del honor indescriptible de la gloria de Tu Hijo Nuestro
Dios; que obtendré por Tu Mediación y Ayuda, ¡Santísima, Soberana mía
Madre de Dios! Por la Gracia, la Compasión y el Amor a la humanidad
de Tu Hijo Unigénito, Nuestro Señor, Dios y Salvador Jesucristo a Quien
es debida toda gloria, honor y adoración, junto a Su Padre Eterno y Su
Santísimo, Bueno y Vivificador Espíritu, ahora y siempre y por los siglos
de los siglos.
Coro: Amén.
Segundo Sacerdote: Y concédenos, ¡oh Soberano!, al acostarnos, el
reposo del alma y del cuerpo; guárdanos del sueño vil del pecado y de
todo placer tenebroso nocturno. Apacigua los asaltos de las pasiones;
apaga los dardos ardientes del maligno, lanzados insidiosamente contra
nosotros. Calma las agitaciones de nuestra carne y adormece nuestros
pensamientos terrenales ilusorios. Danos, Dios, una mente alerta, un
pensamiento puro, un corazón despierto y un sueño tranquilo libre de
toda imaginación diabólica. Levántanos a la hora de la oración, firmes en
Tus Mandamientos, manteniendo siempre en nuestras almas el recuerdo
de Tus Preceptos. Y concédenos palabras para glorificarte toda la noche,
alabando, bendiciendo y glorificando Tu Honorabilísimo y Majestuoso
Nombre; Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de
los siglos.
Coro: Amén.
Primer Sacerdote: ¡Gloriosa, Bendita Madre de Dios y Siempre Virgen
María! presenta nuestras oraciones ante Tu divino Hijo, rogándole, que
salve, por Tu Mediación a nuestras almas.
Segundo Sacerdote: El Padre es mi Esperanza, el Hijo es mi Refugio y el
Espíritu Santo es mi Fortaleza; ¡Santísima Trinidad, Gloria a Ti!
203
Primer Sacerdote: En Ti he puesto toda mi esperanza, ¡Madre de
Dios!, guárdame bajo las alas de Tu Protección.
Nótese que solamente en la primera semana de la Santa Cuaresma. Será leído el Santo
Evangelio, como sigue:
Sacerdote o Diácono: Para que seamos dignos de escuchar el Santo
Evangelio, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad. (3 veces)
Sacerdote o Diácono: ¡Sabiduría! Estemos de pie y escuchemos el Santo
Evangelio.
Obispo o el que preside: La Paz  sea con vosotros.
Coro: Y con tu espíritu.
Sacerdote: Lectura del santo evangelio según San…
Coro: ¡Gloria a Ti, Señor, gloria a Ti!
Sacerdote o Diácono: Atendamos. Y lee e Evangelio del día
LUNES: [Lucas 21: 8 - 36]
8Dijo el Señor: “Mirad, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos

usurpando Mi Nombre y diciendo: ‘Yo soy’ y ‘el tiempo está cerca’. No


les sigáis. 9Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no os
aterréis; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin
no es inmediato.” 10Entonces les dijo: “Se levantará nación contra nación
y reino contra reino. 11Habrá grandes terremotos, peste y hambre en
diversos lugares, habrá cosas espantosas y grandes señales del cielo.
12“Pero, antes de todo esto, os echarán mano y os perseguirán, os

entregarán a las sinagogas y cárceles y os llevarán ante reyes y


gobernadores por mi nombre; 13esto os sucederá para que deis
testimonio. 14Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa,
15porque yo os daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán

resistir ni contradecir todos vuestros adversarios. 16Seréis entregados por


padres, hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros.
17Todos os odiarán por causa de Mi Nombre. 18Pero no perecerá ni un

cabello de vuestra cabeza. 19Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras


almas. 20Cuando veáis a Jerusalén cercada por ejércitos, sabed entonces
que se acerca su desolación. 21Entonces, los que estén en Judea que huyan
a los montes; los que estén en medio de la ciudad que se alejen; y los que
204
estén en los campos que no entren en ella; porque éstos son días de
22

venganza en los que se cumplirá todo cuanto está escrito. 23¡Ay de las que
estén encinta o criando en aquellos días! Habrá, en efecto, una gran
calamidad sobre la tierra y cólera contra este pueblo. 24Caerán a filo de
espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones y Jerusalén será
pisoteada por los gentiles, hasta que el tiempo de los gentiles llegue a su
cumplimiento. 25Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en
la tierra, angustia de la gente, trastornada por el estruendo del mar y de
las olas. 26Los hombres se quedarán sin aliento por el terror y la ansiedad
ante las cosas que se abatirán sobre el mundo, porque las fuerzas de los
cielos se tambalearán. 27Y entonces verán venir al Hijo del Hombre en
una nube con gran poder y gloria. 28Cuando empiecen a suceder estas
cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza, porque se acerca vuestra
liberación.” 29Les añadió una parábola: “Mirad la higuera y todos los
demás árboles. 30Cuando veis que echan brotes, sabéis que el verano está
ya cerca. 31Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas,
sabed que el Reino de Dios está cerca. 32Yo os aseguro que no pasará esta
generación hasta que todo esto suceda. 33El cielo y la tierra pasarán, pero
mis palabras no pasarán. 34“Cuidad que no se emboten vuestros
corazones por el libertinaje, por la embriaguez y por las preocupaciones
de la vida y venga aquel Día de improviso sobre vosotros, 35como un
lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan toda la faz de la tierra.
36Estad en vela, pues, orando en todo tiempo para que tengáis fuerza,

logréis escapar y podáis manteneros en pie delante del Hijo del hombre.”
MARTES: [Mateo 6: 1 - 13]
Dijo el Señor: “Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los
1

hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa


de vuestro Padre que está en los cielos. 2Por tanto, cuando hagas limosna,
no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las
sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en
verdad os digo que ya reciben su paga. 3Tú, en cambio, cuando hagas
limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; 4así tu
limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te
recompensará. 5Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan
205
de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien
plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya
reciben su paga. 6Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu
aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en
lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. 7Y, al orar,
no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su
palabrería van a ser escuchados. 8No seáis como ellos, porque vuestro
Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo. 9Vosotros, pues, orad así:
‘Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea Tu Nombre; 10venga
Tu Reino; hágase Tu Voluntad así en la tierra como en el cielo. 11Nuestro
pan cotidiano dánosle hoy; 12y perdónanos nuestras deudas, así como
nosotros hemos perdonado a nuestros deudores; 13y no nos dejes caer en
tentación, mas líbranos del mal. Porque Tuyo es el reino, el poder y la
gloria para siempre. Amén.
MIÉRCOLES: [Marcos 11: 22 - 25 y Mateo 7: 7 - 8]
Dijo el Señor: “Tened fe en Dios. 23Yo os aseguro que quien diga a este
22

monte: ‘Quítate y arrójate al mar’ y no vacile en su corazón sino que crea


que va a suceder lo que dice, lo obtendrá.’ 24Por eso os digo: ‘todo cuanto
pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido y lo obtendréis.’ 25Y
cuando os pongáis de pie para orar, perdonad, si tenéis algo contra
alguno, para que también vuestro Padre, que está en los cielos, os
perdone vuestras ofensas [26].”
Mateo 7, 7“Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá.

8Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le

abrirá.
JUEVES: [Mateo 7: 7 - 11]
Dijo el Señor: 7“Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os
abrirá. 8Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al que
llama, se le abrirá. 9¿O hay acaso alguno entre vosotros que al hijo que le
pide pan le dé una piedra; 10o si le pide un pez, le dé una culebra? 11Si,
pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos,
¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los
que se las pidan!
206
VIERNES: [Juan 15: 1 - 7]
Dijo el Señor a Sus discípulos: 1“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el
viñador. 2Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que
da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. 3Vosotros estáis ya limpios
gracias a la palabra que os he dicho. 4Permaneced en mí, como yo en
vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si
no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí.
5Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en

él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. 6Si
alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se
seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden. 7Si permanecéis en
mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo
conseguiréis.
Coro: ¡Gloria a Ti, Señor, gloria a Ti!

Pero en las demás semanas se procede así:


El Sacerdote celebrante desde su lugar frente la Puerta Real, mirando hacia el pueblo:
Sacerdote: La paz  sea con vosotros.
Coro: Y con tu espíritu.
Diácono: Inclinemos la cabeza ante el Señor.
Coro: Ante Ti, Señor.
Sacerdote: Mientras, todos los presentes inclinan sus cabezas, dirigiéndose hacia el
pueblo, recita en alta voz:
Misericordioso Soberano Dios nuestro, Señor Jesucristo; por las
oraciones de la Purísima y Gloriosa Soberana nuestra, la Madre de Dios
y Siempre Virgen María; por el poder de la Honorable y Vivificadora
Cruz; por las peticiones de los Potestades Celestiales Incorpóreas; del
honorable y glorioso Profeta y Precursor, Juan Bautista; de los santos,
gloriosos y alabadísimos Apóstoles; de los santos gloriosos y victoriosos
mártires; de nuestros piadosos y Teóforos padres; de San N, patrono de
esta santa casa; de los santos y justos abuelos del Señor: Joaquín y Ana;
de San N (santo del día) cuya memoria celebramos en este día; y de todos
Tus Santos. Haz que nuestras súplicas te sean aceptables, perdona
nuestros pecados, protégenos bajo la sombra de Tus Alas, aparta de
nosotros toda adversidad, otorga la paz a nuestra vida, apiádate de Tu
207
mundo y salva nuestras almas, pues eres Bueno y Amante de la
humanidad.
Coro: Amén.
Mirando, pues, hacia el Este, dice las siguientes peticiones y a cada una:
Todos: ¡Señor, ten piedad!
- Oremos por la paz del mundo,
- Por los piadosos cristianos ortodoxos,
- Por nuestro Patriarca N., por nuestro Obispo N y por todos nuestros
hermanos en Cristo,
- Por este país y por quienes lo gobiernan.
- Por nuestros padres y hermanos ausentes.
- Por quienes nos sirven y se apiadan de nosotros.
- Por los que nos aman y por los que nos odian, y por los que se han
encomendado a nuestras oraciones, a pesar de lo indignos que somos.
- Por quienes tienen autoridad sobre nosotros.
- Por la liberación de los cautivos y los secuestrados, y por su salvación.
- Por los que viajan por tierra, mar y aire.
- Por los que sufren a causa de la enfermedad.
- Oremos también por la abundancia de los frutos de la tierra.
- Por nuestros padres y hermanos difuntos, y por los fieles difuntos del
mundo entero.
- Y de nosotros también, Señor ten piedad y sálvanos, Tú que eres
Bondadoso y Amante de la humanidad.

Todos: Amén.

Sacerdote: De nuevo te pedimos, perdona, Señor, a los que nos odian y


nos oprimen. Haz bien a los que hacen el bien. Concede a nuestros
hermanos y parientes todos los medios de la salvación y vida eterna.
Visita a los que están enfermos y concédeles el restablecimiento.
Acompaña a los que viajan por tierra, mar y aire. Perdona los pecados a
los que nos sirven y son compasivos con nosotros. Y según Tu Gran
Misericordia, ten piedad de los que se encomendaron a nuestras
oraciones pese a nuestra indignidad. Acuérdate, Señor, de nuestros
padres y hermanos difuntos y concédeles el descanso eterno allá donde
208
brilla la luz de Tu Rostro. Acuérdate, Señor, de nuestros hermanos
cautivos o secuestrados y líbralos de todo sufrimiento. Acuérdate, Señor,
de los que cultivan los frutos de la tierra y de los que hacen buenas obras
para con tus santas Iglesias y concédeles todos los medios de la salvación
y vida eterna. Acuérdate, Señor, de nosotros pecadores, humillados e
indignos siervos tuyos; y alumbra nuestras mentes con la luz de Tu
Sabiduría, conduciéndonos hacia los caminos de Tus Mandamientos. Por
las oraciones de Tu Purísima Madre, nuestra Soberana Señora la
Santísima Madre de Dios y Siempre Virgen María y de todos los santos,
Porque Tú eres bendito por los siglos de los siglos.

Y mientras que los fieles reciben la bendición del Sacerdote, besándole la mano, el Coro
canta lo siguiente:

Las tardes de los lunes y miércoles


Tono Segundo
¡Bondadosa, Madre del Dios Altísimo! Defiende, a todos los que, con fe,
acuden a Tu fuerte Protección. Porque nosotros los pecadores, agobiados
por la multitud de nuestras maldades, no tenemos ningún otro intercesor
constante ante Dios, en las tribulaciones y en dolores. Por eso, nos
prosternamos ante Ti; ¡Salva, pues, a Tus siervos de todo apuro!

Las tardes de los martes y jueves


Tono Primero
¡Oh Cristo!, cuando la Virgen, viéndote sacrificado injustamente,
lamentándose exclamó: “¿Cómo mueres injustamente, Dulcísimo Hijo
Mío? ¿Cómo fuiste levantado sobre el madero, Tú que elevaste la tierra
sobre las aguas? Te ruego, pues, no me dejes sola, a mí Tu Madre y
Sierva, ¡oh Misericordioso Benefactor!”
Sacerdote: Por las oraciones de nuestros Santos Padres, Señor Jesucristo,
Hijo de Dios, ten piedad de nosotros y sálvanos.
Todos: Amén.

 

209
HORA PRIMA

 
El Sacerdote, revestido de epitraquilio, entra al Santuario, abre el Bello Velo, y mirando
hacia el oriente, exclama:
Sacerdote: Bendito sea nuestro  Dios, eternamente, ahora y siempre,
y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Si es leída, o en tiempo pascual, no es necesario leer el Trisagio (es reemplazado
por la recitación por tres veces de: “Cristo ha resucitado de entre los muertos,
con su muerte Él ha vencido la muerte, y a aquellos que estaban en la tumba Él
les ha dado la vida”); de la fiesta de la Ascensión del Señor hasta la víspera de
Pentecostés se comienza directamente con: “Vengan adoremos y postrémonos
ente nuestro Rey y Dios…,” de lo contrario hay que decirlo:
Lector: Gloria a Ti, Dios nuestro, gloria a Ti. Rey Celestial, Consolador,
Espíritu de Verdad, que estás en todo lugar y que todo lo llenas, Tesoro
de bienes y Dador de la vida, ven y habita en nosotros, purifícanos de
toda mancha, y salva, Tú que eres bueno, nuestras almas
Santo Dios,  Santo Poderoso, Santo Inmortal, Ten piedad de nosotros.
(Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visítanos y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
210
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por
los siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro...
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria:  Padre, Hijo
y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Lector: Señor, ten piedad. (Doce veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante nuestro Rey y Dios.
(Metanía profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante Cristo, nuestro Rey y Dios.
(Metanía profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante el mismo Cristo, Él es
nuestro Rey y nuestro Dios. (Metanía profunda)

 Salmo 5 
Lector: Escucha mis palabras, Señor, repara en mi lamento, atiende a la
voz de mi clamor, oh mi Rey y mi Dios. Porque a ti te suplico, Señor; ya
de mañana oyes mi voz; de mañana te presento mi súplica, y me quedo a
la espera. Pues no eres tú un Dios que se complace en la impiedad, no es
huésped tuyo el malo. No, los arrogantes no resisten delante de tus ojos.
Detestas a todos los agentes de mal, pierdes a los mentirosos; al hombre
sanguinario y fraudulento le abomina Señor. Mas yo, por la abundancia
de tu amor, entro en tu Casa; en tu santo Templo me prosterno, lleno de
tu temor. Guíame, Señor, en tu justicia, por causa de los que me acechan,
allana tu camino ante mí. Que no hay en su boca lealtad, en su interior,
tan sólo subversión; sepulcro abierto es su garganta, melosa se mueve su
lengua. Trátalos, oh Dios, como culpables, haz que fracasen sus intrigas;
arrójalos por el exceso de sus crímenes, por rebelarse contra ti. Y se
alegren los que a ti se acogen, se alborocen por siempre; tú los proteges,
en ti exultan los que aman tu nombre. Pues tú bendices al justo, Señor,
como un gran escudo tu favor le cubre.
211
 Salmo 89 
Señor, Tú has sido refugio de generación en generación. Tú, Oh Dios eres
de antes que nacieran los montes y se formara la tierra y el universo, y
desde el siglo hasta los siglos. No reduzcas el hombre al abatimiento,
pues dijiste: Convertíos Oh Hijos de los hombres. Porque mil años
delante de tus ojos, son como el día de ayer que pasó y como una de las
vigilias de la noche. Una nada son todos los años que vive. Dura un día
como el heno, florece por la mañana y se pasa por la tarde inclina la
cabeza, se deshoja y se seca. Al ardor de Tu ira hemos desfallecido y con
Tu furor quedamos conturbados. Has colocado nuestras iniquidades
delante de tus ojos, y nuestras faltas secretas alrededor de Tu rostro. Por
eso nuestros días se han desvanecido, y nosotros venimos a fallecer por
Tu enojo. Como una tela de araña serán sepultados nuestros años.
Sesenta años son los días de nuestra vida. Cuando más ochenta años en
los muy robustos, lo que pasa de aquí achaques y dolencias, según esto
seremos arrebatados, ¿quién conoce la grandeza de Tu ira?, y Tu
indignación según debes ser tímido. Danos a conocer Tu diestra, y
concédenos un corazón instruido en sabiduría. Vuélvete, oh Señor, hasta
cuándo y aplácate con tus siervos. Sácianos pronto, oh Señor de Tu
misericordia y nos regocijaremos y recrearemos todos los días de
nuestras vidas. Alégranos, confórtame a los días que nos humillaste, por
los años que sufrimos miseria. Vuelva los ojos hacia tus siervos a estas
tus obras y dirige Tú a sus hijos. Y resplandezca sobre nosotros la luz,
Señor Dios nuestro, y endereza en nosotros las obras de nuestras manos,
y da buen éxito a nuestras obras.
 Salmo 100 
Cantaré, Señor las alabanzas de Tu misericordia y de Tu justicia.
Estudiaré el camino de la perfección cuando vengas a mí. He vivido con
inocencia de corazón en medio de mí casa. No pondré delante de mis
ojos cosa injusta, he aborrecido a los transgresores de la ley. Conmigo no
han tenido cabida hombre de corazón depravado, no he querido conocer
al que con su proceder maligno se desviaba de mí. Al que calumniaba
secretamente a su prójimo, a este le ha perseguido, no admitía en mi
mesa a hombres de ojos altaneros y de corazón insaciable. Dirigir mi
212
vista en busca de los hombres fieles al país, para que habiten
conmigo. El que anduviere en el camino de la perfección, este me servirá.
No morará en mi casa el que obra con soberbia, ni hallará gracias en mis
ojos que habla mentiras. Por la mañana extermino a todos los pecadores
del mundo, para extirpar de la ciudad del Señor a todos los facinerosos.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
Lector: Aleluya, Aleluya, Aleluya gloria a Ti oh Dios (Tres veces).
Señor ten piedad (Tres veces).

Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.

 Tropario del Santo del día 


Ahora y siempre y por los siglos de los siglos, Amén.

En tiempo de la Gran Cuaresma, se lee el siguiente responsorio:

Lector: Por la mañana oirás mi voz, mi Rey y Dios mío.


Coro: Por la mañana oirás mi voz, mi Rey y Dios mío.
Lector: Presta oídos Señor, a mis palabras; escucha mi clamor.
Coro: Por la mañana oirás mi voz, mi Rey y Dios mío.
Lector: Porque a Ti dirigiré mi oración.
Coro: Por la mañana oirás mi voz, mi Rey y Dios mío.
Lector: Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.
Coro: Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

 Teotoquio  (leído)

Lector: ¿Cómo te llamaremos a ti que eres llena de gracia?: Cielo, porque


diste a luz al Sol de Justicia; Paraíso, porque de ti brotó la Flor de la
incorruptibilidad; Virgen, porque permaneciste incorrupta; Madre
purísima, porque llevaste en tus brazos santos al Hijo que es Dios de
todos. Suplícale a El que nos salve.
213
Versos de Prima

Lector: Guía mis pasos según Tu palabra y haz que no reine en mí


injusticia alguna. (Dos veces).
Líbrame de las calumnias de los hombres para que yo cumpla Tus
mandamientos. (Dos veces).
Haz brillar sobre Tu siervo la luz de Tu Divino Rostro y enséñame Tus
justísimos decretos. (Dos veces).
Que mi boca se llene de tu alabanza, Señor, para que pueda cantar tu
gloria, y tu magnificencia todo el día. (Tres veces).

Durante la cuarta semana de la Gran Cuaresma, se canta, en lugar del verso precedente,
lo siguiente:

Ante tu Cruz nos postramos, o Soberano, y glorificamos tu santa


Lector:
Resurrección.

Lector: Santo  Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, ten piedad de


nosotros. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros. Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Soberano, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visita y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Padre nuestro...
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder, y la gloria: Padre,  Hijo
y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Los lunes, martes y los jueves decimos:


A la Gloriosísima Madre de Dios, más honorable que los ángeles,
214
cantémosle desde el fondo del corazón y con voz incesante,
confesándola como Deípara, porque ella ha engendrado dignamente al
Dios encarnado, y sin cesar intercede por nuestras almas.

Los miércoles y viernes


Interviene pronto, antes que seamos esclavizados por los enemigos que
blasfeman contra Ti, y nos amenazan, Oh Cristo Dios nuestro, destruye a
los que luchan contra nosotros, para que conozcan el poder de la fe de
los cristianos ortodoxos, por la intercesión de la Madre de Dios, Tú que
eres el único Amante de la humanidad.
Y los sábados, este:
Como primicias de la naturaleza, al autor de la creación, el universo Te
ofrece oh Señor, a los Santos mártires Teóforos. Por sus intercesiones y
por las de la Madre de Dios conserva a Tu iglesia, en perfecta paz, pues
Tú eres grande en misericordia.

Durante la cuarta semana de la Gran Cuaresma, se dice el contaquio de la Cruz:

Tú que fuiste levantado sobre la Cruz voluntariamente, ten piedad del


nuevo pueblo, que lleva tu nombre, oh Cristo Dios nuestro. Alegra por
tu poderío los príncipes fieles, concédeles la victoria sobre sus enemigos,
y que tu alianza sea su arma de paz, trofeo invencible.

En días simples, leemos el Contaquio del Santo del día o de la fiesta.

Señor, ten piedad. (Cuarenta veces) durante todo el año.


Lector: Tú que en todo tiempo y lugar, tanto en el cielo como en la tierra,
eres adorado y glorificado, oh Cristo Dios nuestro, lento a la cólera y rico
en misericordias, que amas al justo y tienes piedad del pecador, que a
todos los hombres llamas a la salvación por la promesa de bienes
venideros; tú mismo, Señor, recibe también nuestras súplicas en esta
hora; dirige nuestra vida por la senda de tus mandatos, santifica nuestras
almas, purifica nuestros cuerpos, dirige nuestros pensamientos, limpia
215
nuestra mente, líbranos de toda tribulación, iniquidad y aflicción, y
rodéanos de tus santos ángeles, para que guardados y guiados por sus
huestes, seamos dignos de la unidad de la fe y del entendimiento de tu
inaccesible gloria. Porque bendito eres por los siglos de los siglos, amén.

Lector: Señor, ten piedad. (Tres veces).


Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y
siempre, y por los siglos de los siglos, amén.
Coro: Más honorable que los querubines e incomparablemente más
gloriosa que los serafines, tu que incorrupta has concebido a Dios el
Verbo, verdadera Madre de Dios, te magnificamos.

Si hay sacerdote: En el nombre del Señor, bendice, padre.


Sacerdote: Que el Señor Dios, tenga misericordia de nosotros, nos
bendiga  haga resplandecer su rostro sobre nosotros, y perdone
nuestras faltas.
Coro: Amén.

Si es tiempo Cuaresmal.

 Oración de San Efrén ‘el Sirio’ 

Sacerdote: ¡Señor y Soberano de mi Vida! No me abandones al espíritu


de pereza, de indiscreción, de ambición y de habladuría.
Postración
Más bien concede a tu siervo un espíritu de pureza, de humildad, de
paciencia y de caridad.
Postración
Sí, ¡mi Señor y Rey! Dame la capacidad de ver mis faltas y de no juzgar a
mis hermanos; pues Tú eres Bendito por los siglos de los siglos. Amén.
Postración
En esta última parte hacemos doce reverencias pequeñas santiguándonos en cada una
de ellas, mientras decimos: Oh Dios, purifícame, a mí, pecador.
216
¡Señor y Soberano de mi Vida! No me abandones al espíritu de
pereza, de indiscreción, de ambición y de habladuría.
Más bien concede a tu siervo un espíritu de pureza, de humildad, de
paciencia y de caridad.
Sí, ¡mi Señor y Rey! Dame la capacidad de ver mis faltas y de no juzgar a
mis hermanos; pues Tú eres Bendito por los siglos de los siglos. Amén.
(Postración).
Coro: Amén.

El sacerdote dice esta oración:


Cristo, Luz verdadera, que iluminas y santificas a todos los hombres que
vienen a este mundo, que la Luz de tu rostro nos ilumine, que en ella
podamos ver la Luz inaccesible. Dirige nuestros pasos en el ejercicio de
tus mandatos, por la intercesión de tu Madre inmaculada y de todos tus
santos.
Coro: Amén.
Lector: * Guía excelsa y triunfante en las batallas. Nosotros, tus siervos,
liberados de toda calamidad, te ofrecemos cánticos de agradecimiento,
¡Oh, Madre de Dios! Tú posees poder invencible, líbranos de todos los
males, a fin de que exclamemos: Regocíjate ¡Novia no desposada!

Sacerdote: Gloria a Ti, ¡Cristo  Dios! Esperanza nuestra, gloria a Ti.

Lector: Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y


siempre, y por los siglos de los siglos. Amén. Señor, ten
piedad (tres veces). Bendice Padre.

Y el sacerdote dice la despedida:


Cristo, nuestro verdadero Dios, por las oraciones de su purísima Madre,
de nuestros venerables y teóforos Padres, y de todos los Santos tenga
piedad y nos salve, El que es bueno y amante de la humanidad.
Coro: Amén.
217
Sacerdote: Por las oraciones de nuestros Santos Padres, Señor
Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de nosotros y sálvanos.
Todos: Amén.

En ausencia del sacerdote, los coros dicen después del contaquio:

*Guía excelsa y triunfante en las batallas… Dice después: Acepta, Señor. Y el


superior concluye: Por las oraciones de nuestros Santos Padres, Señor
Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de nosotros y sálvanos. El coro contesta:
Amén.

 

218
HORA TERCIA 

 
El Sacerdote, revestido de epitraquilio, entra al Santuario, abre el Bello Velo, y mirando hacia el
oriente, exclama:
Sacerdote: Bendito  sea nuestro Dios, eternamente, ahora y siempre,
y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Si es leída, o en tiempo pascual, no es necesario leer el Trisagio (es reemplazado
por la recitación por tres veces de: “Cristo ha resucitado de entre los muertos,
con su muerte Él ha vencido la muerte, y a aquellos que estaban en la tumba Él
les ha dado la vida”); de la fiesta de la Ascensión del Señor hasta la víspera de
Pentecostés se comienza directamente con: “Vengan adoremos y postrémonos
ente nuestro Rey y Dios…,” de lo contrario hay que decirlo:
Lector: Gloria a Ti, Dios nuestro, gloria a Ti. Rey Celestial, Consolador,
Espíritu de Verdad, que estás en todo lugar y que todo lo llenas, Tesoro
de bienes y Dador de la vida, ven y habita en nosotros, purifícanos de
toda mancha, y salva, Tú que eres bueno, nuestras almas
Santo Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, Ten piedad de nosotros.
(Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visítanos y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
219
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por
los siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro...
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre,  Hijo
y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Lector: Amén. Señor, ten piedad. (Doce veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.

❖ Vengan adoremos y postrémonos ante nuestro Rey y Dios.


(Metanía profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante Cristo, nuestro Rey y Dios.
(Metanía profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante el mismo Cristo, Él es
nuestro Rey y nuestro Dios. (Metanía profunda)
 Salmo 16 
Lector: Atiende, oh Señor, a mi justicia; acoge mis súplicas, presta oídos
a mi oración, que no la pronuncio con los labios fraudulentos; salga de
Tu benigno rostro mi sentencia; miren tus ojos la justicia de Tu causa.
Pusiste a prueba mi corazón, y has visitado durante la noche, me has
sometido a pruebas de fuego y en mí no se ha hallado iniquidad. Lejos
de platicar mi boca según el proceder de los hombres mundanos; por
respeto a las palabras de tus labios he seguido las sendas escabrosas de
la virtud. Asegura constantemente mis pasos por tus senderos, a fin de
que mis pies no resbalen. Yo he clamado a Ti, Dios mío, porque siempre
me has oído benignamente; inclina pues hacia mí tus oídos y escucha
mis palabras. Has brillar de un modo maravilloso tus misericordias, oh
Salvador de los que en Ti esperan; de los que resisten el poder de Tu
diestra, guárdame Señor, como a las niñas de los ojos. Ampárame bajo la
sombra de Tus alas, contra los impíos que me persiguen, han cercado
mis enemigos mi alma, han cerrado sus entrañas a toda compasión;
hablan con altanería. Después de haberme arrojado fuera, ahora me
tienen cercado por todas partes, tienen puestas sus miradas para dar
conmigo en tierra. Están acechándose como el león preparado de
220
arrojarse sobre la presa, o como el leoncillo que en lugares escondido
está a la espera. Levántate, oh Señor, prevén su golpe y arrójalos por el
suelo; libra mi alma de las garras del impío, quítales Tu espada, a los
enemigos de Tu diestra. Sepáralos, Señor de los buenos, aun mientras
viven, de aquellos que en corto número sobre la tierra; en la que han
saciado su apetito de tus exquisitos bienes. Llenases de hijos según su
deseo, y dejan después a sus nietos el resto de sus caudales. Pero yo
compareceré en Tu presencia con la justicia de mis obras y quedaré
plenamente saciado, cuando se me manifestará Tu Gloria.
 Salmo 24 
A Ti, oh Señor, he levantado mi alma. En Ti, oh Dios mío, tengo puesta
mi confianza no quedaré avergonzado ni se burlarán de mis enemigos,
porque ninguno que espere en Ti quedará confundido. Sean cubiertos de
confusión todos aquellos que vana e injustamente obran la iniquidad.
Muéstrame oh Señor tus caminos, y enséñame tus senderos.
Encamíname según Tu verdad e instrúyeme, pues Tú eres el Dios
Salvador mío, y Te estoy esperando todo el día. Acuérdate, Señor de tus
piedades y tus misericordias usadas en los siglos pasados. Echa en
olvido los delitos o flaquezas de mi mocedad y mis necedades.
Acuérdate de mí, según Tu misericordia, acuérdate de mí oh Señor, por
Tu bondad. El Señor es bondadoso y justo; por lo mismo dirigirá a los
pecadores por el camino que deben seguir. Dirigirá a los humildes por la
vía de la justicia enseñará sus caminos a los apacibles. Todos los caminos
del Señor son misericordia y verdad para los que buscan su santa alianza
y sus mandamientos. Por la gloria de Tu Santo Nombre, oh Señor, me
has de perdonar mi pecado, que ciertamente es muy grave ¿quién es el
hombre que teme al Señor? Dios le ha prescrito la regla que debe seguir
en la carrera que escogió reposará su alma entre bienes y sus hijos
poseerán la tierra. El Señor es firme apoyo de los que le temen, y a ellos
revela sus misterios. Mis ojos están fijos siempre en el Señor; pues él ha
de sacar mis pies del lazo. Vuelve, Señor, hacia mí Tu vista y ten de mi
compasión porque me veo solo y pobre. Las tribulaciones de mi corazón
se han multiplicado; líbrame de mis congojas. Mira mi humillación y mi
trabajo y perdona todos mis pecados. Repara en mis enemigos como se
221
han multiplicado, cuán injusto es el odio con que me aborrecen;
guarda mi alma y líbrame; nunca quedé yo sonrojado, habiendo puesto
en Ti mi esperanza. Los inocentes y justos se han unido conmigo porque
yo esperé en Ti, oh Dios mío, libra a Israel de todas sus tribulaciones.
 Salmo 50 
Ten piedad de mí, oh Dios, según tu gran misericordia; según la
multitud de tus piedades, borra mi iniquidad. Lávame más y más de mis
transgresiones, y límpiame de mis pecados. Pues reconozco mi maldad,
y mi pecado está siempre ante mí. Contra Ti sólo he pecado, he hecho el
mal en tu presencia, por lo tanto, eres justo en tu sentencia, soberano en
tu juicio. Considera que en maldad fui formado, y en pecado me
concebido mi madre. Ciertamente, Tú amas la verdad; me has revelado
los misterios ocultos de tu sabiduría.
Rocíame con hisopo y seré limpio; lávame y emblanqueceré más que la
nieve. Hazme oír gozo y alegría, y se alegrarán mis huesos tan
humillados. Aparta tu rostro de mis pecados, y borra todas mis
iniquidades. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y restaura en mis
entrañas un espíritu recto. No me arrojes de tu presencia, y no retires de
mí tu Espíritu Santo. Devuélveme el gozo de tu salvación, y sostenme
con espíritu soberano. Enseñaré a los pecadores tus caminos, y los
impíos volverán hacia Ti. Líbrame de la sangre, oh Dios, Dios de mi
salvación; se alegrará mi lengua de tu justicia. Abre Señor mis labios y
mi boca proclamará tus alabanzas. Porque si quisieras sacrificio, te lo
ofrecería; más no te complacen los holocaustos. Sacrificio a Dios es el
espíritu contrito; el corazón contrito y humillado, Tu Dios, no lo
desprecias. Señor, en tu bondad, trata benignamente a Sión, para que
puedan reedificarse los muros de Jerusalén. Entonces aceptarás el
sacrificio de justicia, las ofrendas y los holocaustos, entonces se ofrecerán
becerros sobre tu altar.
Gloria al Padre,  al Hijo, y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Aleluya, aleluya, aleluya. Gloria a Ti, oh Dios (tres veces).
Señor, ten piedad (tres veces).
222
Gloria al Padre,  al Hijo, y al Espíritu Santo,
 Tropario del Santo del día 
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Durante la Gran Cuaresma los coros cantan alternándose los siguientes versos:

Lector: Oh Señor que en la hora tercia, enviaste Tu Santísimo Espíritu


sobre tus apóstoles, no lo retires de nosotros, sino más bien, renueva en
nosotros su acción.
Coro: Oh Señor que en la hora tercia, enviaste Tu Santísimo Espíritu
sobre tus apóstoles, no lo retires de nosotros, sino más bien, renuévanos
a los que a Ti oramos.
Lector: Verso 1: Crea en mí un corazón puro y renueva en mí un espíritu
recto.
Coro: Oh Señor que en la hora tercia, enviaste Tu Santísimo Espíritu
sobre tus apóstoles, no lo retires de nosotros, Sino más bien, renueva en
nosotros su acción.
Lector: Verso 2: No me arrojes lejos de tu rostro y no retires de mí Tu
Santo Espíritu.
Coro: Oh Señor que en la hora tercia, enviaste Tu Santísimo Espíritu
sobre tus apóstoles, no lo retires de nosotros, Sino más bien, renueva en
nosotros su acción.

Lector: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Coro: Oh Señor que en la hora tercia, enviaste Tu Santísimo Espíritu


sobre tus apóstoles, no lo retires de nosotros, Sino más bien, renueva en
nosotros su acción.

Lector: Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

 Teotoquio 
223
Tú, Madre de Dios, eres la verdadera viña que diste el fruto de la
Vida para nosotros; te suplicamos, Señora, intercede juntamente con los
apóstoles y todos los santos, que El tenga piedad de nosotros.

Durante la Gran Cuaresma, el lector lee aquí, en medio de la iglesia, y vuelto hacia la asamblea,
un pasaje de la Escala Santa de San Juan Clímaco.

Lector: Lectura de la Escala Santa de nuestro Padre Juan Clímaco.


Bendice, padre.

Sacerdote: Por las oraciones de nuestros Santos Padres, Señor Jesucristo,


Hijo de Dios, ten piedad de nosotros y sálvanos.

El lector comienza la lectura. Y Cuando termina, se continúa con la lectura de Tercia.

Versos de Tercia

Lector: Bendito sea el Señor Dios, bendito sea el Señor día tras día.
El Dios que nos salva nos conduce a la victoria.
Nuestro Dios es un Dios Salvador.

Lector: Santo  Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, ten piedad de


nosotros. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros. Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Soberano, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visita y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Padre nuestro...
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre,  Hijo
y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
224
Coro: Amén.

 Contaquio de la fiesta o del Santo 

En Cuaresma se leen los siguientes Troparios:


Bendito eres, oh Cristo, nuestro Dios, que hiciste sabios a los pescadores,
enviándoles al Espíritu Santo, y por medio de ellos atrapaste en sus
redes a todo el mundo, oh amante de la humanidad, Gloria a Ti.

Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.

Presto y firme consuelo da a Tus siervos, oh Jesús, cuando estén abatidos


nuestros espíritus. No abandones nuestras almas en la tribulación, ni Te
alejes de nuestros pensamientos en la angustia, estando siempre cerca de
nosotros. Acércate, Tú que estás en todas partes, como prometiste estar
siempre con Tus apóstoles, únete a los que Te anhelan, Tú que eres
compasivo, a fin de que Te cantemos todos y glorifiquemos a Tu Santo
Espíritu.

Ahora y siempre y por los siglos. Amén.

Esperanza, protección, auxilio de los cristianos, muro inexpugnable y


puerto de los náufragos no azotado por las tempestades eres Tú, oh
Inmaculada Madre de Dios. Tú salvas al mundo por Tu incesante
intercesión, acuérdate también de nosotros. Alabadísima Virgen María.
Durante la cuarta semana de la Gran Cuaresma, se dice el contaquio de la Cruz:

Tú que fuiste levantado sobre la Cruz voluntariamente, ten piedad de tu


nuevo pueblo, que lleva tu nombre, oh Cristo Dios nuestro. Alegra por
tu poderío los príncipes fieles, concédeles la victoria sobre sus enemigos,
y que tu alianza sea su arma de paz, trofeo invencible.

Señor ten piedad. (Cuarenta veces) durante todo el año.


225
Lector: Tú que en todo tiempo y lugar, tanto en el cielo como en la
tierra, eres adorado y glorificado, oh Cristo Dios nuestro, lento a la ira y
rico en misericordias, que amas al justo y tienes piedad del pecador, que
a todos los hombre llamas a la salvación por la promesa de los bienes
venideros; tú mismo, Señor, recibe también nuestras súplicas en esta
hora; dirige nuestra vida por la senda de tus mandatos, santifica nuestras
almas, purifica nuestros cuerpos, dirige nuestros pensamientos, limpia
nuestra mente, líbranos de toda tribulación, iniquidad y aflicción, y
rodéanos de tus santos ángeles, para que guardados y guiados por sus
huestes, seamos dignos de la unidad de la fe y del entendimiento de tu
inaccesible gloria. Porque bendito eres por los siglos de los siglos, amén.
Señor, ten piedad. (Tres veces).
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos, amén.
Más honorable que los querubines e incomparablemente más gloriosa
que los serafines, tu que incorrupta has concebido a Dios el Verbo,
verdadera Madre de Dios, te magnificamos.
Si hay sacerdote, dice el lector: En el nombre del Señor, bendice, Padre.

Sacerdote: Que el Señor Dios, tenga misericordia de nosotros, nos


bendiga  haga resplandecer su rostro sobre nosotros, y perdone
nuestras faltas.

Si es tiempo cuaresma

 Oración de San Efrén ‘el Sirio’ 

Sacerdote: ¡Señor y Soberano de mi Vida! No me abandones al espíritu


de pereza, de indiscreción, de ambición y de habladuría.
Postración
Más bien concede a tu siervo un espíritu de pureza, de humildad, de
paciencia y de caridad.
Postración
Sí, ¡mi Señor y Rey! Dame la capacidad de ver mis faltas y de no juzgar a
mis hermanos; pues Tú eres Bendito por los siglos de los siglos. Amén.
226
Postración
En esta última parte hacemos doce reverencias pequeñas santiguándonos en cada una
de ellas, mientras decimos: Oh Dios, purifícame, a mí, pecador.

¡Señor y Soberano de mi Vida! No me abandones al espíritu de pereza,


de indiscreción, de ambición y de habladuría.
Más bien concede a tu siervo un espíritu de pureza, de humildad, de
paciencia y de caridad.
Sí, ¡mi Señor y Rey! Dame la capacidad de ver mis faltas y de no juzgar a
mis hermanos; pues Tú eres Bendito por los siglos de los siglos. Amén.
(Postración).

Coro: Amén.

Todo el año, el superior dice la oración de San Mardario:

Señor Dios, Padre omnipotente, Hijo unigénito, Jesucristo, y Espíritu


Santo, una sola deidad, un solo poder, ten piedad de mí, pecador, y por
los juicios que tú conoces, sálvame a mí, tu indigno siervo, porque
bendito eres tú por los siglos de los siglos. Amén.

Sacerdote: Gloria a Ti, ¡Cristo  Dios! Esperanza nuestra, gloria a Ti.

Lector: Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y


siempre, y por los siglos de los siglos. Amén. Señor, ten
piedad (tres veces). Bendice Padre.

Y el sacerdote dice la despedida:


Cristo, nuestro verdadero Dios, por las oraciones de su purísima Madre,
de nuestros venerables y teóforos Padres, y de todos los Santos tenga
piedad y nos salve, El que es bueno y amante de la humanidad.
Coro: Amén.

Sacerdote: Por las oraciones de nuestros Santos Padres, Señor Jesucristo,


Hijo de Dios, ten piedad de nosotros y sálvanos.
Todos: Amén.
227
En ausencia del sacerdote, los coros dicen después del contaquio:

Esperanza, protección, auxilio de los cristianos… Dice después: Acepta,


Señor. Y el superior concluye: Por las oraciones de nuestros Santos Padres,
Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de nosotros y sálvanos. El coro
contesta: Amén.

 






228
HORA SEXTA


El Sacerdote, revestido de epitraquilio, entra al Santuario, abre el Bello Velo, y mirando hacia el
oriente, exclama:

Sacerdote: Bendito  sea nuestro Dios, eternamente, ahora y siempre,


y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Si es leída, o en tiempo pascual, no es necesario leer el Trisagio (es reemplazado
por la recitación por tres veces de: “Cristo ha resucitado de entre los muertos,
con su muerte Él ha vencido la muerte, y a aquellos que estaban en la tumba Él
les ha dado la vida”); de la fiesta de la Ascensión del Señor hasta la víspera de
Pentecostés se comienza directamente con: “Vengan adoremos y postrémonos
ente nuestro Rey y Dios…,” de lo contrario hay que decirlo:
Lector: Gloria a Ti, Dios nuestro, gloria a Ti. Rey Celestial,
Consolador, Espíritu de Verdad, que estás en todo lugar y que todo lo
llenas, Tesoro de bienes y Dador de la vida, ven y habita en nosotros,
purifícanos de toda mancha, y salva, Tú que eres bueno, nuestras almas
Santo  Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, Ten piedad de nosotros.
(Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visítanos y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
229
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por
los siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro...
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre,  Hijo
y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Lector: Amén. Señor, ten piedad. (Doce veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante nuestro Rey y Dios.
(Metanía profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante Cristo, nuestro Rey y Dios.
(Metanía profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante el mismo Cristo, Él es
nuestro Rey y nuestro Dios. (Metanía profunda)
 Salmo 53 
Lector: ¡Oh Dios, sálvame por tu nombre, por tu poderío hazme justicia,
oh Dios, escucha mi oración, atiende a las palabras de mi boca! Pues se
han alzado contra mí arrogantes, rabiosos andan en busca de mi alma,
sin tener para nada a Dios presente. Más ved que Dios viene en mi
auxilio, el Señor con aquellos que sostienen mi alma. ¡El mal recaiga
sobre los que me asechan, Señor, por tu verdad destrúyelos! De corazón
te ofreceré sacrificios, celebraré tu nombre, porque es bueno, porque de
toda angustia me ha librado, y mi ojo se recreó en mis enemigos
 Salmo 54 
Oh Dios oye mi oración, y no despreciéis mis súplicas, atiende mi ruego
y escúchame, me he llenado de tristeza. A causa de la voz de enemigo,
por la impresión del impío, me han achacado a mí la iniquidad y me
acosan por sus furores. Me tiembla el corazón en el pecho, y el pavor de
la muerte me ha sobrecogido el temor y el temblor se ha apoderado de
mí y me encuentro cubierto de tinieblas. Y dije: oh ¿Quién me diera alas
como de paloma para echar a volar, y encontrar reposo? He aquí me
alejaría, y permanecería en la soledad. Esperaría a aquél que me ha de
salvar de abatimiento de ánimo y de tempestad. Precipítalos, Señor,
230
divide sus dictámenes, pues veo que la ciudad está llena de iniquidad
y discordia. Día y noche rodean sus muros. En medio de ella hay
opresión. El fraude e injusticia no se apartan de sus plazas. En verdad, si
me hubiese llenado de maldiciones un enemigo mío, lo hubiera sufrido
con paciencia y si me hablasen con altanería los que me odian, podrían
acaso haberme guardado de ellos. Más Tú hombre que aparentaba ser
otro yo, mi guía y mi amigo, Tú que justamente conmigo tomabas el
dulce alimento, que andábamos en compañía en la casa de Dios.
Condenados sean a muerte desciendan vivos al hades, ya que todas las
maldades se albergan en sus moradas en medio de su corazón. Pero yo
he clamado a Dios, y el Señor me oirá. Tarde y mañana y al medio día
contaré y expondré y El oirá benigno mi voz. Sacará la paz y salvó mí
vida de los que me asaltan en compañía de muchos para perderme. Dios
me oirá, y aquel que existe antes de todos los siglos los humillará. Ellos
están obstinados y no tienen temor a Dios. Ha extendido la mano para
darles su merecido. Profanaron su pacto, han sido disipados a vista de su
rostro airado y su corazón los alcanzó. Sus palabras son más suaves que
el aceite, pero en realidad son dardos. Arroja en el seno del Señor tus
ansiedades, y él te sustentará, no dejará al justo en agitación perpetua.
Más Tú, oh Dios dejarás caer a aquellos en el pozo de la perdición. Los
hombres sanguinarios y alevosos no llegarán a la mitad de sus días, pero
yo oh Señor, tengo puesto en Ti mi esperanza.
 Salmo 90 
El que mora en el secreto de Elyón pasa la noche a la sombra de Shaddai,
diciendo al Señor: « ¡Mi refugio y fortaleza, mi Dios, en quien confío!»
Que él te libra de la red del cazador, de la peste funesta; con sus plumas
te cubre, y bajo sus alas tienes un refugio: escudo y armadura es su
verdad. No temerás el terror de la noche, ni la saeta que de día vuela, ni
la peste que avanza en las tinieblas, ni el azote que devasta a mediodía.
Aunque a tu lado caigan mil y diez mil a tu diestra, a ti no ha de
alcanzarte. Basta con que mires con tus ojos, verás el galardón de los
impíos, tú que dices: « ¡Mi refugio es el Señor!», y tomas a Elyón por
defensa. No ha de alcanzarte el mal, ni la plaga se acercará a tu tienda;
que él dará orden sobre ti a sus ángeles de guardarte en todos tus
231
caminos. Te llevarán ellos en sus manos, para que en piedra no
tropiece tu pie; pisarás sobre el león y la víbora, hollarás al leoncillo y al
dragón. Pues él se abraza a mí, yo he de librarle; le exaltaré, pues conoce
mi nombre. Me llamará y le responderé; estaré a su lado en la desgracia,
le libraré y le glorificaré. Hartura le daré de largos días, y haré que vea
mi salvación.
Gloria al Padre,  al Hijo, y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos, Amén.
Aleluya, aleluya, aleluya. Gloria a ti, oh Dios. (Tres veces).
Señor, ten piedad. (Tres veces)

Gloria al Padre,  al Hijo, y al Espíritu Santo.


Tropario del día del Santo o dominical según el tono
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

En Cuaresma los coros cantan alternándose los siguientes versos:

Lector: El sexto día a la sexta hora, Tú has clavado sobre la Cruz el


pecado cometido por Adán en el paraíso; destruye también la justa
sentencia por nuestras faltas, oh Cristo Dios nuestro, y sálvanos.
Coro: El sexto día a la sexta hora, Tú has clavado sobre la Cruz el pecado
cometido por Adán en el paraíso; destruye también la justa sentencia por
nuestras faltas, oh Cristo Dios nuestro, y sálvanos.
Lector: Verso 1: Presta oído a mi oración, oh Dios, y no desprecies mi
súplica.
Coro: El sexto día a la sexta hora, Tú has clavado sobre la Cruz el pecado
cometido por Adán en el paraíso; destruye también la justa sentencia por
nuestras faltas, oh Cristo Dios nuestro, y sálvanos.
Lector: Verso 2: Yo clamé a Dios, por mí, y el Señor me escuchó.
Coro: El sexto día a la sexta hora, Tú has clavado sobre la Cruz el pecado
cometido por Adán en el paraíso; destruye también la justa sentencia por
nuestras faltas, oh Cristo Dios nuestro, y sálvanos.
232
Lector: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Coro: El sexto día a la sexta hora, Tú has clavado sobre la Cruz el pecado
cometido por Adán en el paraíso; destruye también la justa sentencia por
nuestras faltas, oh Cristo Dios nuestro, y sálvanos.
Lector: Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

 Teotoquio 
Puesto que no podemos hablar con confianza por la multitud de
nuestros pecados, Tu oh Virgen Madre de Dios, ruega al que de ti nació,
porque los ruegos de la Madre pueden mucho con la buena voluntad del
Maestro; no desprecies las súplicas de pecadores, oh Venerabilísima,
porque misericordioso y poderoso para salvar es el que quiso sufrir por
nosotros.

Durante la Gran Cuaresma, el lector lee aquí el tropario de la profecía del día en el Triodio.
Luego el lector, en medio de la iglesia, mirando hacia el santuario, anuncia el Prokímenon de la
profecía:

Lector: Prokímenon.
Sacerdote: Sabiduría.
Sacerdote: Lectura de la profecía de N.
Sacerdote: Estemos Atentos.

Al final de la lectura el lector lee el segundo Prokímenon. Si se quiere se puede leer también una
lectura de San Juan Clímaco o de San Efrén el sirio. A continuación el lector continúa con el
responsorio de Sexta.

Versos de Sexta

Lector: Que tu misericordia venga sobre nosotros, Señor, porque estamos


abatidos.
Ayúdanos Dios Salvador nuestro, por la gloria de tu Nombre.
233
Líbranos Señor, y perdona nuestros pecados aplácate sobre nuestros
pecados por amor de tu Nombre.

Lector: Santo Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, ten piedad


de nosotros. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros. Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Soberano, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visita y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Padre nuestro...
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre,  Hijo
y del Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

 Contaquio del día de la fiesta o del santo  (leído)

Durante la Gran Cuaresma se leen los siguientes Troparios, o si se trata de una fiesta, el
contaquio de la misma. El sábado, se lee el Contaquio indicado en el Triodio.
Lector: Tú cumpliste tu obra de Salvación en medio de la tierra, oh Cristo
Dios, sobre la Cruz, tu extendiste tus manos inmaculadas para reunir a
todas las naciones que te claman: Gloria a ti, Señor.

Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo,

Nos postramos ante tu imagen inmaculada, oh Tú que eres bueno,


implorando el perdón de nuestros pecados, Cristo Dios, porque Tú
quisiste voluntariamente subir a la Cruz en tu carne, a fin de librar de la
esclavitud del enemigo a aquellos que creaste. Por eso te clamamos en
234
acción de gracias: Tú llenas de alegría todo el universo, oh Salvador
nuestro, viniendo a salvar el mundo.

Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Lunes, martes y jueves


Te cantamos Gloriosísima Tú que eres la fuente de la misericordia,
dígnate mostrarte compasiva, oh Madre de Dios; vuelve tus ojos sobre el
pueblo que ha pecado; muestra como siempre, tu poder. Pues, habiendo
puesto nuestra esperanza en ti, te decimos: “alégrate” como en otro
tiempo Gabriel, el jefe de los incorpóreos.

Miércoles Y Viernes
Te cantamos Gloriosísima Virgen Madre de Dios; porque el infierno es
destruido y la muerte aniquilada por la cruz de tu hijo. Estábamos
murtos y fuimos resucitados; fuimos levantados de nuevo y nuestra
condena fue redimida, recibiendo el paraíso, nuestra antigua felicidad,
por eso agradecidos glorificamos a Cristo Dios nuestro; porque Él es
Poderoso y rico en misericordia.

Señor ten piedad. (Cuarenta veces) todo el año.


Lector: Tú que en todo tiempo y lugar, tanto en el cielo como en la tierra,
eres adorado y glorificado, oh Cristo Dios nuestro, lento a la ira y rico en
misericordias, que amas al justo y tienes piedad del pecador, que a todos
los hombres llamas a la salvación por la promesa de los bienes
venideros; tú mismo, Señor, recibe también nuestras súplicas en esta
hora; dirige nuestra vida por la senda de tus mandatos, santifica nuestras
almas, purifica nuestros cuerpos, dirige nuestros pensamientos, limpia
nuestra mente, líbranos de toda tribulación, iniquidad y aflicción, y
rodéanos de tus santos ángeles, para que guardados y guiados por sus
huestes, seamos dignos de la unidad de la fe y del entendimiento de tu
inaccesible gloria. Porque bendito eres por los siglos de los siglos, amén.
Señor, ten piedad. (Tres veces).
235
Gloria al Padre,  al Hijo, y al Espíritu Santo. Ahora y siempre, y por
los siglos de los siglos, amén.
Más honorable que los querubines, e incomparablemente más gloriosa
que los serafines, tu que incorrupta has dado a luz a Dios el Verbo,
verdadera Madre de Dios, te magnificamos.
Si hay sacerdote lector: En el nombre del Señor, bendice Padre.

Sacerdote: Que el Señor Dios, tenga misericordia de nosotros, nos


bendiga  haga resplandecer su rostro sobre nosotros, y perdone
nuestras faltas.

Si es tiempo de cuaresma

 Oración de San Efrén ‘el Sirio’ 


Sacerdote: ¡Señor y Soberano de mi Vida! No me abandones al espíritu
de pereza, de indiscreción, de ambición y de habladuría.
Postración
Más bien concede a tu siervo un espíritu de pureza, de humildad, de
paciencia y de caridad.
Postración
Sí, ¡mi Señor y Rey! Dame la capacidad de ver mis faltas y de no juzgar a
mis hermanos; pues Tú eres Bendito por los siglos de los siglos. Amén.
Postración
En esta última parte hacemos doce reverencias pequeñas santiguándonos en cada una
de ellas, mientras decimos: Oh Dios, purifícame, a mí, pecador.

¡Señor y Soberano de mi Vida! No me abandones al espíritu de pereza,


de indiscreción, de ambición y de habladuría.
Más bien concede a tu siervo un espíritu de pureza, de humildad, de
paciencia y de caridad.
Sí, ¡mi Señor y Rey! Dame la capacidad de ver mis faltas y de no juzgar a
mis hermanos; pues Tú eres Bendito por los siglos de los siglos. Amén.
(Postración).
Coro: Amén.
236
Todo el año, el superior dice enseguida la oración de san Basilio el grande:

 Oración de San Basilio Magno 


Sacerdote o lector: Dios y Señor de las potestades y de la creación entera,
Autor, que por la ternura de tu incomparable misericordia enviaste a tu
Hijo Unigénito, Nuestro Señor Jesucristo, para la salvación del género
humano, y por medio de su preciosa Cruz destruiste a la muerte con Tu
muerte, y con ella triunfaste sobre los orígenes y poderes de la
oscuridad, tú mismo, Soberano, que amas a los hombres, acepta estas
acciones de gracias y oraciones de súplica de nosotros pecadores.
Líbranos de toda caída oscura y dañina y de todo enemigo visible e
invisible que nos busque para hacernos maldad. Hiere nuestra carne del
temor de ti y no inclines nuestros corazones a palabras o pensamientos
de maldad, mas mueve nuestras almas en el anhelo de ti, para que
siempre con nuestros ojos fijos en Ti, siendo guiados por tu luz, y
viéndote, a ti luz inaccesible y sempiterna, podamos rendir incesante
confesión y gracias, oh Padre, que eres sin principio, juntamente con tu
Hijo Unigénito, y tu Santísimo Espíritu Bueno y Vivificador, ahora y
siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Sacerdote: Por las oraciones de nuestros Santos Padres, Señor Jesucristo,


Hijo de Dios, ten piedad de nosotros y sálvanos.
Todos: Amén.
(Si se reza nona inmediatamente, se termina aquí y se pasa a directamente a la pág. 239:
Vengan adoremos y postrémonos…)

Sacerdote: Gloria a Ti, ¡Cristo  Dios! Esperanza nuestra, gloria a Ti.

Lector: Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y


siempre, y por los siglos de los siglos. Amén. Señor, ten
piedad (tres veces). Bendice Padre.

Y el sacerdote dice la despedida:


237
Cristo, nuestro verdadero Dios, por las oraciones de su purísima
Madre, de nuestros venerables y teóforos Padres, y de todos los Santos
tenga piedad y nos salve, El que es bueno y amante de la humanidad.
Coro: Amén.
Sacerdote: Por las oraciones de nuestros Santos Padres, Señor Jesucristo,
Hijo de Dios, ten piedad de nosotros y sálvanos.
Todos: Amén.

En ausencia del sacerdote, el superior dice, después de la oración de San Basilio:

Por las oraciones de nuestros Santos Padres, Señor Jesucristo, Hijo de


Dios, ten piedad de nosotros y sálvanos. El coro contesta: Amén.




 

238
HORA NONA


El Sacerdote, revestido de epitraquilio, entra al Santuario, abre el Bello Velo, y mirando hacia el
oriente, exclama:
Sacerdote: Bendito  sea nuestro Dios, eternamente, ahora y siempre,
y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Si es leída, o en tiempo pascual, no es necesario leer el Trisagio (es reemplazado


por la recitación por tres veces de: “Cristo ha resucitado de entre los muertos,
con su muerte Él ha vencido la muerte, y a aquellos que estaban en la tumba Él
les ha dado la vida”); de la fiesta de la Ascensión del Señor hasta la víspera de
Pentecostés se comienza directamente con: “Vengan adoremos y postrémonos
ente nuestro Rey y Dios…,” de lo contrario hay que decirlo:

Lector: Gloria a Ti, Dios nuestro, gloria a Ti. Rey Celestial, Consolador,
Espíritu de Verdad, que estás en todo lugar y que todo lo llenas, Tesoro
de bienes y Dador de la vida, ven y habita en nosotros, purifícanos de
toda mancha, y salva, Tú que eres bueno, nuestras almas
Santo  Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, Ten piedad de nosotros.
(Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visítanos y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
239
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por
los siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro...
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre,  Hijo
y del Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Lector: Amén. Señor, ten piedad. (Doce veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.

❖ Vengan adoremos y postrémonos ante nuestro Rey y Dios.


(Metanía profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante Cristo, nuestro Rey y Dios.
(Metanía profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante el mismo Cristo, Él es
nuestro Rey y nuestro Dios. (Metanía profunda)

 Salmo 83 
Lector: Mi alma anhela y desfallece por los atrios del Señor. Mi corazón y
mi carne se han alborozado por el Dios viviente, pues también el gorrión
se ha hallado casa y la tórtola un nido donde pondrá sus polluelos: Tus
altares, Señor de los Ejércitos, Rey mío y Dios mío.
Bienaventurados todos los que habitan en Tu casa por los siglos de los
siglos Te alabarán. Bienaventurado el varón cuyo apoyo viene de Ti,
Señor, en su corazón ha dispuesto subidas, en el valle del llanto, al lugar
que ha puesto. Qué bendiciones dará el Legislador, irán de fuerza en
fuerza. Se aparecerá el Dios de los dioses en Sión. Señor, Dios de los
Ejércitos, oye mi oración, escucha, Dios de Jacob. Oh Dios Escudador
nuestro, ve y mira el rostro de Tu cristo. Porque un día es mejor en Tus
atrios sobre millares. He elegido ser desechado de la casa de Dios más
que habitar en pabellones de pecadores. Porque el Señor ama la
misericordia y la verdad, Dios dará gracia y gloria. El Señor no retardará
los bienes a los que anduvieron en inocencia. Señor de las virtudes,
bienaventurado el hombre que espere en Ti.
240
 Salmo 84 
¡Has bendecido, oh Señor, Tu tierra, has apartado la cautividad de Jacob.
Has perdonado las iniquidades de Tu pueblo, has cubierto sus pecados.
Has mitigado toda Tu ira, apartándote de la ira de Tu furor.
Conviértenos, oh Dios de nuestra salvación y aparta Tu furor de
nosotros ¿Acaso por siempre Te airarás contra nosotros o extenderás Tu
ira de generación en generación? Oh Dios, Tú, convertido, nos vivificarás
y Tu pueblo se alegrará en Ti.
Muéstranos, Señor, Tu misericordia y danos Tu salvación. Oiré lo que
hablará en mí el Señor Dios, pues hablará paz sobre Su pueblo y sobre
Sus santos y los que vuelven a Él el corazón, sí, pues Su salud está cerca
de los que Le temen, para que habite gloria en nuestra tierra.
Misericordia y verdad se han encontrado, justicia y paz tiernamente se
han besado; la verdad de la tierra ha brotado y la justicia desde el cielo se
ha asomado. Pues el Señor dará Su bondad y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia ante Él caminará y en el camino pondrá Sus pasos.
 Salmo 85 
Señor, inclina Tu oído y escúchame, pues soy menesteroso y pobre.
Guarda a mi alma pues estoy consagrado a Ti. Dios mío, salva a Tu
siervo, al que espera en Ti. Apiádate de mí, Señor, pues a Ti clamaré
todo el día. Alegra el alma de Tu siervo pues a Ti, Señor, he levantado mi
alma. Porque Tú, Señor, eres bueno, benigno y misericordiosísimo para
con todos los que Te invocan. Escucha, Señor, mi oración y atiende a la
voz de mi plegaria.
En el día de mi tribulación a Ti clamé, porque me has escuchado. No hay
semejante a Ti entre los dioses, Señor y no hay como Tus obras.
Todas las gentes que has hecho, vendrán y adorarán ante Ti, Señor, y
glorificarán Tu Nombre. Pues Tú eres grande, el que hace maravillas,
solo Tú eres Dios. Guíame, Señor, por Tu camino y andaré en Tu verdad.
Alégrese mi corazón, para que tema Tu Nombre. Te confesaré, Señor,
Dios mío, con todo mi corazón y glorificaré Tu Nombre por siempre.
Pues Tu misericordia es grande sobre mí y has librado a mi alma del
Hades más profundo. Oh Dios, unos inicuos se han alzado sobre mí y
una congregación de poderosos ha buscado mi alma, no Te han puesto
241
delante de sí. Y Tú, Señor Dios, eres compasivo y misericordioso,
longánimo y muy misericordioso y veraz. Mírame y apiádate de mí, da
Tu poder a Tu niño y salva al hijo de Tu jovencilla. Haz conmigo señal
para bien y vean los que me odian y ruborícense, porque Tú, Señor, me
has ayudado y consolado.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos, amén.
Aleluya, aleluya, aleluya. Gloria a ti, Oh Dios. (Tres veces).
Señor, ten piedad. (Tres veces)

Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.

Tropario del santo del día (leído)


Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

En Cuaresma los coros cantan alternándose los siguientes versos:


Lector: A la novena hora, por nosotros en Tu Carne, has gustado la
muerte; mortifica nuestros, deseos carnales, oh Cristo Dios nuestro, y
sálvanos.
Coro: A la novena hora, por nosotros en Tu Carne, has gustado la
muerte; mortifica nuestros, deseos carnales, oh Cristo Dios nuestro, y
sálvanos.
Lector: Verso 1: Que mi oración llegue a Ti, Señor, según Tu Palabra,
dame inteligencia.

Coro: A la novena hora, por nosotros en Tu Carne, has gustado la


muerte; mortifica nuestros, deseos carnales, oh Cristo Dios nuestro, y
sálvanos.
Lector: Verso 2: Que mi petición llegue a tu presencia; según Tu Palabra,
protégeme.
242
Coro: A la novena hora, por nosotros en Tu Carne, has gustado la
muerte; mortifica nuestros, deseos carnales, oh Cristo Dios nuestro, y
sálvanos.

Lector: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Coro: A la novena hora, por nosotros en Tu Carne, has gustado la


muerte; mortifica nuestros, deseos carnales, oh Cristo Dios nuestro, y
sálvanos.

Lector: Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Teotoquio (leído)
Tú que naciste de la Virgen y que por nosotros has sufrido la crucifixión,
oh Bondadoso, Tú que, por Tu muerte has despojado a la muerte, y,
como Dios, nos has mostrado la Resurrección, no desprecies a la obra de
tus manos, muestra tu amor por los hombres, oh misericordioso. Escucha
a Aquella que Te alumbró, la Madre de Dios, que intercede por nosotros,
y salva un pueblo sin esperanza, oh Salvador nuestro.

Versos de Nona
Lector: No nos abandones por siempre, a causa de Tu Nombre;
No repudies Tu Testamento.
No nos retires Tu Misericordia, a causa de Abrahám tu bien-amado, de
Isaac tu siervo y de Israel tu santo.
Lector: Santo  Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, ten piedad de
nosotros. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros. Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visita y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
243
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por
los siglos de los siglos. Amén.
Padre nuestro...
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre,  Hijo
y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

 Contaquio del día o del santo (leído)

Durante la Gran Cuaresma, se leen los siguientes Troparios, si se trata de un día de


fiesta, se lee el Contaquio de la misma. El sábado se lee el Contaquio del Triodio.

Viendo al Soberano de la vida suspendido en una Cruz, el ladrón clamó:


si no fuera un Dios encarnado, Aquel que fue crucificado con nosotros, el
sol no habría escondido sus rayos, y la tierra no habría temblado. Pero
Tú que has sufrido también, acuérdate de mí, Señor, en tu Reino.

Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.

Entre dos ladrones, tu Cruz apareció como una justa balanza; uno de los
dos ladrones se inclina hacia el infierno, bajo el peso de la blasfemia; el
otro, reconociendo sus faltas, vine a la divina contemplación. Cristo
Dios, gloria a Ti.

Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Contemplando al Cordero, al Pastor y Salvador del mundo, clavado


sobre la Cruz, aquella que lo trajo al mundo en medio de lágrimas
exclama: el mundo está alegre, porque ha sido liberado; pero mi corazón
se consume mientras veo la crucifixión, que Tú soportas por la Salvación
del mundo, oh Hijo mío y Dios mío.
Durante la cuarta semana de la Gran Cuaresma, se dice el Contaquio de la Cruz:

Tú que fuiste levantado sobre la Cruz voluntariamente, ten piedad del


nuevo pueblo, que lleva tu nombre, oh Cristo Dios nuestro. Alegra por
244
tu poderío los príncipes fieles, concédeles la victoria sobre sus
enemigos, y que tu alianza sea su arma de paz, trofeo invencible.

Lector: Señor, ten piedad. (Cuarenta veces) durante todo el año.


Lector: Tú que en todo tiempo y lugar, tanto en el cielo como en la tierra,
eres adorado y glorificado, oh Cristo Dios nuestro, lento a la cólera y rico
en misericordias, que amas al justo y tienes piedad del pecador, que a
todos los hombres llamas a la salvación por la promesa de los bienes
venideros; tú mismo, Señor, recibe también nuestras súplicas en esta
hora; conserva nuestra vida por la senda de tus mandatos, santifica
nuestras almas, purifica nuestros cuerpos, dirige nuestros pensamientos,
llena nuestra mente, líbranos de toda tribulación, iniquidad y aflicción, y
rodéanos de tus santos ángeles , para que guardados y guiados por sus
huestes, seamos dignos de la unidad de la fe y del entendimiento de tu
inaccesible gloria. Porque bendito eres por los siglos de los siglos, amén.
Señor, ten piedad. (Tres veces).
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, Ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Más honorable que los querubines, e incomparablemente más gloriosa
que los serafines, tu que incorrupta has dado a luz a Dios el Verbo,
verdadera Madre de Dios, te magnificamos.
Si hay sacerdote lector: En el nombre del Señor, bendice Padre.
Sacerdote: Que el Señor Dios, tenga misericordia de nosotros, nos
bendiga  haga resplandecer su rostro sobre nosotros, y perdone
nuestras faltas.

Si es tiempo de Cuaresma

 Oración de San Efrén ‘el Sirio’ 


Sacerdote: ¡Señor y Soberano de mi Vida! No me abandones al espíritu
de pereza, de indiscreción, de ambición y de habladuría.
245
Postración
Más bien concede a tu siervo un espíritu de pureza, de humildad, de
paciencia y de caridad.
Postración
Sí, ¡mi Señor y Rey! Dame la capacidad de ver mis faltas y de no juzgar a
mis hermanos; pues Tú eres Bendito por los siglos de los siglos. Amén.
Postración
En esta última parte hacemos doce reverencias pequeñas santiguándonos en cada una
de ellas, mientras decimos: Oh Dios, purifícame, a mí, pecador.

¡Señor y Soberano de mi Vida! No me abandones al espíritu de pereza,


de indiscreción, de ambición y de habladuría.
Más bien concede a tu siervo un espíritu de pureza, de humildad, de
paciencia y de caridad.
Sí, ¡mi Señor y Rey! Dame la capacidad de ver mis faltas y de no juzgar a
mis hermanos; pues Tú eres Bendito por los siglos de los siglos. Amén.
(Postración).

Coro: Amén.

Todo el año, el superior dice enseguida la oración de san Basilio el grande:

 Oración de San Basilio Magno 


Sacerdote o lector: Oh Maestro Divino, Señor Dios nuestro Jesucristo,
lento a la cólera con nuestros pecados y nos has permitido llegar hasta la
hora presente, en la cual fuiste colgado del vivificante Madero de la
Cruz, desde donde abriste el paraíso al ladrón arrepentido, destruyendo
la muerte con tu muerte: purifícanos a nosotros, pecadores, tus indignos
siervos, porque hemos pecado inicuamente. No somos dignos ni siquiera
de levantar los ojos al cielo al habernos apartado del camino de tu
justicia y dejándonos llevar por los deseos torcidos de nuestro corazón.
Pero imploramos tu infinita bondad: retórnanos, oh Señor, a tu Gracia,
por la multitud de tus misericordias, y sálvanos por amor a tu nombre,
pues nuestros días han pasado en solo vanidad. Líbranos de las manos
del adversario, perdona nuestros pecados y mortifica nuestros deseos
246
carnales, a fin de que, destruyendo en nosotros el hombre
corrompido por los vicios, podamos revestirnos del hombre nuevo para
poder vivir en ti, nuestro Maestro y Benefactor; y así, obedeciendo tus
mandamientos, podamos disponernos al descanso eterno, donde esperan
todos tus fieles que gozan ya por anticipado de la gloria, pues tú eres,
realmente, la verdadera Alegría y Exultación de aquellos que te aman, oh
Cristo nuestro Dios, y a ti pertenece la gloria, conjuntamente con tu
Padre que es sin origen, y tu Santísimo Espíritu Bueno y Vivificante,
ahora y siempre, y por los siglos de los siglos, amén.

Sacerdote: Gloria a Ti, ¡Cristo  Dios! Esperanza nuestra, gloria a Ti.

Lector: Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y


siempre, y por los siglos de los siglos. Amén. Señor, ten
piedad (tres veces). Bendice Padre.
Y el sacerdote dice la despedida:
Cristo, nuestro verdadero Dios, por las oraciones de su purísima Madre,
de nuestros venerables y teóforos Padres, y de todos los Santos tenga
piedad y nos salve, El que es bueno y amante de la humanidad.
Coro: Amén.

Sacerdote: Por las oraciones de nuestros Santos Padres, Señor Jesucristo,


Hijo de Dios, ten piedad de nosotros y sálvanos.
Todos: Amén.

En ausencia del sacerdote, el superior dice, después de la oración de San Basilio:

Por las oraciones de nuestros Santos Padres, Señor Jesucristo, Hijo de


Dios, ten piedad de nosotros y sálvanos. El coro contesta: Amén.

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247
OFICIO DE MEDIANOCHE DIARIO

 
El Sacerdote, revestido de epitraquilio, entra al Santuario, abre el Bello Velo, y mirando hacia el
oriente, exclama:
Sacerdote: Bendito  sea nuestro Dios, eternamente, ahora y siempre,
y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Si es leída, o en tiempo pascual, no es necesario leer el Trisagio (es reemplazado
por la recitación por tres veces de: “Cristo ha resucitado de entre los muertos,
con su muerte Él ha vencido la muerte, y a aquellos que estaban en la tumba Él
les ha dado la vida”); de la fiesta de la Ascensión del Señor hasta la víspera de
Pentecostés se comienza directamente con: “Vengan adoremos y postrémonos
ente nuestro Rey y Dios…,” de lo contrario hay que decirlo:

Lector: Gloria a Ti, Dios nuestro, gloria a Ti. Rey Celestial, Consolador,
Espíritu de Verdad, que estás en todo lugar y que todo lo llenas, Tesoro
de bienes y Dador de la vida, ven y habita en nosotros, purifícanos de
toda mancha, y salva, Tú que eres bueno, nuestras almas
Santo  Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, Ten piedad de nosotros.
(Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visítanos y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
248
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por
los siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro...
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre,  Hijo
y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Lector: Amén. Señor, ten piedad. (Doce veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.

❖ Vengan adoremos y postrémonos ante nuestro Rey y Dios.


(Metanía profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante Cristo, nuestro Rey y Dios.
(Metanía profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante el mismo Cristo, Él es
nuestro Rey y nuestro Dios. (Metanía profunda)

 Salmo 50 
Lector: Ten piedad de mí, Oh Dios, según Tu gran misericordia, según la
multitud de tus bondades, borra mi iniquidad. Lávame más y más de mi
maldad, y límpiame de mi pecado, pues reconozco mis culpas, y mi
pecado está siempre ante mí. Contra Ti sólo, he pecado, he hecho el mal
en Tu presencia, por lo tanto, eres justo en Tu sentencia, soberano en Tu
juicio. Considera que en maldad fui formado, y en pecado me concibió
mi madre. Porque Tú amas la verdad; me descubriste los misterios
profundos de Tu sabiduría. Rocíame con hisopo y seré puro; lávame y
emblanqueceré más que la nieve. Hazme oír palabras de gozo y alegría,
y mis huesos abatidos se estremecerán. Aparta Tu faz de mis pecados; y
borra todas mis iniquidades. Crea en mí, Oh Dios, un corazón puro, y
renueva dentro de mí un espíritu recto. No me arrojes de Tu presencia, y
no quites de mí Tu Espíritu Santo. Devuélveme el gozo de Tu salvación,
confírmame un espíritu generoso. Enseñaré a los impíos tus caminos, y
los pecadores se convertirán a Ti. Líbranos de la sangre; Oh Dios, Dios
de mi salvación y cantará mi lengua Tu justicia. Abre Señor mis labios, y
cantará mi boca tus alabanzas. Si hubieras deseado sacrificios, en verdad
Te los ofrecería, más no son los holocaustos los que Te placen. Sacrificio
249
agradable a Dios es el alma arrepentida; al corazón contrito y
humillado, Señor, Tú no los desprecias. Señor, en Tu bondad, trata
benignamente a Sión, para que puedan reedificarse los muros de
Jerusalén. Entonces aceptarás el sacrificio de justicia, las ofrendas y
holocaustos, entonces se Te ofrecerán víctimas en Tu altar.

Katisma 17

 Salmo 118 
I

Bienaventurados los que proceden sin mancilla, los que caminan según
la ley del Señor. Bienaventurados los que examinan con cuidado los
testimonios del Señor, los que le buscan de todo corazón. Porque los que
cometen la maldad, no andan por los caminos del Señor. Tú ordenaste
que se guarden exactamente tus mandamientos. Ojala sean enderezados
mis pasos a observar tus justísimas leyes. Entonces no será confundido,
cuando tuviere fijos mis ojos en todos tus preceptos. Con sincero corazón
Te alabaré, porque aprendí los juicios de Tu justicia. Observaré tus justos
decretos, no me desampares jamás. Cómo enmendará el tierno joven su
conducta, observando tus palabras. Yo Te he buscado con todo mi
corazón, deposité tus palabras, para no pecar contra Ti. Bendito eres Tú,
Oh Señor, enséñame tus justísimos preceptos. Ha anunciado mis labios
todos los oráculos que han salido de Tu boca. Me he deleitado más que
en todos los temores, en seguir el camino de tus preceptos. Yo
contemplaré tus mandamientos, y consideraré tus leyes. Me deleitaré en
tus preceptos, y no me olvidaré de tus palabras. Concede esta gracia a
tus siervos y que viva y guarde tus palabras. Quita el velo de mis ojos y
contemplaré las maravillas de Tu ley. Peregrino soy yo sobre la tierra, no
me ocultes tus preceptos. Ardió mi alma en deseos de amar Tu justísima
ley en todo tiempo. Tú aterraste a los soberbios, malditos aquellos que se
desvían de tus mandamientos. Líbrame del oprobio y del desprecio;
pues he guardado exactamente tus testimonios. Hasta los príncipes se
pusieron de acuerdo para deliberar contra mí, mas Tu siervo
contemplaba tus justísimos mandamientos. Porque tus decretos son la
250
materia de mis meditaciones, y tus justas leyes mi consejo. Pegada
está contra el suelo mi alma; vuélveme la vida según Tu palabra. Te
expuse el estado de mi carrera, y me atendiste, amaéstrame en tus
justísimas disposiciones. Enséñame el camino de la justicia y
contemplaré tus maravillas. Adormecida de tedio el alma mía;
comunícame vigor con tus palabras. Aléjame de la senda de la iniquidad,
hasta la gracia que viva según la ley. He escogido el camino de la
verdad; siempre tengo presente tus juicios. Me he apoyado, Señor, en los
testimonios de Tu ley; no permitas que me vea confundido. Corrí por el
camino de tus mandamientos; cuando Tú ensanchaste mi corazón.
Dame, Oh Señor, por norma el camino de tus justísimos mandamientos;
e iré siempre por él. Dame inteligencia; y estudiaré atentamente Tu ley, y
la observaré con todo mi corazón. Guíame por la senda de tus preceptos;
pues esa es la que deseo. Inclina mi corazón a tus testimonios; y no le
dejes ir en pos de la codicia. Aparta mis ojos para que no miren la
vanidad; haz que viva siguiendo Tu camino. Haz que Tu siervo se afirme
en Tu palabra, por medio de Tu temor. Aparta de mí el oprobio que yo
he temido; pues tus juicios son tan amables. Mira como estoy enamorado
de tus mandamientos, hazme vivir conforme a Tu justicia. Y venga, Oh
Señor sobre mí Tu misericordia; venga a mí Tu salvación, según Tu
promesa. Y daré por respuesta a los que me zahieren; pues tengo puesta
mi esperanza en tus promesas. Y nunca quites de mi boca la palabra de
la verdad, ya que tanto he confiado en tus promesas. Por eso observaré
siempre Tu ley, para siempre y por los siglos de los siglos. Yo caminaré
con libertad y sosiego; porque busqué tus mandamientos. Y hablaré de
tus testimonios delante de los reyes, y no me avergonzaré de ellos. Y me
recrearé en tus preceptos, objeto de mi amor. Y alzaré mis manos hacia
tus mandamientos, que he amado; meditaré tus justas disposiciones.
Acuérdate de la promesa que hiciste a Tu siervo, con que me diste
esperanza. Ella me consoló en medio de mi humillación; y Tu palabra me
dio vida. Los soberbios me encarnecían hasta el extremo; pero yo no por
eso me separé de Tu ley. Acuérdame, Oh Señor, de tus eternos juicios, y
quedaré consolado. Desmayé de dolor, por causa de los pecadores que
abandonaban Tu ley. En el lugar de mi destierro eran tus justísimos
mandamientos el asunto de mis cánticos. Durante la noche me acordaba
251
de Tu nombre, Oh Señor, y guardaba Tu ley. Tu favor he implorado
de todo corazón; apiádate de mí, según Tu promesa. He examinado mi
vida, y enderezado mis pasos a la observancia de tus mandamientos.
Estoy resuelto, y nadie me arredrará de cumplir tus mandamientos. Los
lazos de los pecadores me rodean por todas partes; mas yo no me olvido
de Tu ley. A medianoche me levantaba a tributarte gracias por tus juicios
llenos de justicia. Yo entro a la parte, con todos lo que Te temen y
observan tus mandamientos. Llena está la tierra, Oh Señor, de tus
piedades, amaéstrame en tus justísimos preceptos. Has usado la bondad,
Oh Señor, con Tu siervo; según Tu promesa. Enséñame la bondad, la
doctrina y la sabiduría; pues he creído tus preceptos. Antes de ser yo
humillado, pequé, mas ahora obedezco Tu palabra. Eres bueno,
instrúyeme, pues, por Tu bondad, en tus justísimas disposiciones. Los
soberbios han forjado mil calumnias contra mí; pero con todo mi corazón
guardaré tus mandamientos. Se engraso su corazón como leche cuajada;
mas yo me ocupo en meditar Tu ley. Bien está que me hayas humillado,
para que aprenda tus justísimos preceptos. Mejor es para mí la ley que
salió de Tu boca, que millones de oro y plata.
Lector: Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y
por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya, Aleluya, Aleluya, Gloria a Ti Oh Dios, (tres veces)
Gloria al Padre,..., ahora y siempre... Amén.

II
Tus manos me hicieron y me formaron; dame el entendimiento y
aprenderé tus mandamientos. Me vieran los que Te temen, y se llenarán
de gozo, porque puse toda mi esperanza en tus palabras. He conocido,
Señor, que tus juicios son justísimos; conforme a Tu verdad me has
humillado. Venga la misericordia tuya a consolarme, según la palabra
que diste a Tu siervo. Vengan sobre mí tus piedades, y viviré; puesto que
Tu ley es mi meditación. Confundidos sean los soberbios, por los inicuos
atentados que han cometido contra mí; entretanto meditaré tus
mandamientos. Reúnanse conmigo los que temen, y los que conocen tus
testimonios. Haz que mi corazón se conserve puro en tus mandamientos,
252
para que yo no quede confundido. Desfallece mi alma, suspirando
por la salud que de Ti viene, mas yo he esperado firmemente en Tu
palabra. Desfallecieron mis ojos de tanto esperar Tu promesa. Cuándo
será que me consolarás. Porque yo me he quedado como un odre
expuesto a la escarcha; más no he olvidado tus justísimos preceptos.
Cuántos son los días de Tu siervo. Cuándo harás justicia de mis
perseguidores. Me contaron los impíos fábulas: Cuán diferente es todo
esto de Ley. Todos tus preceptos son la verdad. Me han perseguido
injustamente, socórreme. Poco faltó para que no dieran conmigo en la
tierra; pero yo no abandoné tus preceptos. Vivifícame, según Tu
misericordia; y observaré los mandamientos brotados de Tu boca.
Eternamente, Oh Señor, permanece en los cielos Tu palabra. Tu verdad
durará de generación en generación. Tú fundaste la tierra, y ella subsiste.
En virtud de Tu ordenación continúa el curso de los días; pues todas las
cosas Te sirven. De no haber sido Tu ley el objeto de mi meditación,
hubiera sin duda perecido mi angustia. Nunca jamás olvidaré tus
justísimas instituciones; pues me diste en ellas la vida. Tuyo soy yo,
sálvame, pues he investigado con ansias tus mandamientos. Estuvieron
los pecadores a la mira de mí para perderme; yo me dedique a estudiar
tus oráculos. Tengo visto el fin de lo más perfecto y cumplido, sólo Tu
ley no tiene ningún término ni medida. Cuán amable me es Tu ley, Oh
Señor Todo el día es materia de mi meditación. Con Tu mandamiento me
hiciste superior en prudencia a mis enemigos, porque le tengo
perennemente ante mis ojos. Yo he comprendido más que todos mis
maestros, porque tus mandamientos son mi meditación. Alcancé más
que todos los ancianos, porque he ido investigando tus palabras. De tus
estatutos no me he desviado, porque Tú me lo prescribiste por ley. Oh
cuán dulces son a mi paladar tus palabras más que la miel a mi boca. De
tus mandamientos saqué caudal de ciencias, por eso aborrezco toda
senda de iniquidad. Tu palabra es como antorcha para mis pies, y luz
para mi senda. Juré y ratifiqué el observar tus justísimos decretos.
Abatido he sido, Señor, en gran manera, vivifícame según Tu promesa.
Recibe, Oh Señor, con agrado los espontáneos sacrificios que Te ofrecen
mis labios, y enséñame tus juicios. Tengo siempre mi alma en la mano,
pero no me olvidé de Tu ley. Me tendieron lazos los pecadores, pero yo
253
salí del camino de tus mandamientos. He adquirido tus testimonios,
para que sean eternamente mi patrimonio, pues son ellos la alegría de mi
corazón. Incliné mi oración a la práctica perpetua de tus justísimos
mandamientos por la esperanza del galardón. Aborrecí a los impíos, y
amé Tu ley. Tú eres mi auxilio y amparo, y en Tu palabra tengo puesta
toda mi esperanza. Retiraos de mí, malignos; yo me ocuparé en estudiar
los mandamientos de mi Dios. Acógeme, según Tu promesa, y haz que
yo viva, y no permitas que quede burlada mi esperanza. Ayúdame, y
seré salvado, y meditaré continuamente tus justos decretos. Miras con
desprecio a todos aquellos que se desvían de tus preceptos porque
injusto es su modo de pensar. He llamado la atención, por incorrectos, a
todos los pecadores de la tierra, por eso amé tus testimonios. Traspasa
con Tu amor mis carnes, pues tus juicios me han llenado de espanto. He
ejercido la rectitud y la justicia, no me abandones en poder de los
calumniadores. Da la mano a Tu siervo para obrar el bien, no me
opriman con calumnias los soberbios. Desfallecieron mis ojos, esperando
me viniera de Ti la salvación, y el cumplimiento de Tu palabra. Trata a
Tu siervo conforme Tu misericordia, y enséñame tus justísimos decretos.
Siervo tuyo soy, dame inteligencia para que comprenda tus preceptos.
Tiempo es, Oh Señor, de obrar; han echado por el suelo Tu ley. Por lo
mismo he amado tus mandamientos más que el oro y los topacios. Por
eso me encaminé por la senda de todos tus preceptos, y he detestado
todos los caminos de la iniquidad. Admirables son tus testimonios, por
eso los ha observado exactamente mi alma. La explicación de tus
palabras ilumina y da inteligencia a los pequeñuelos. Abrí la boca, y
respiré, porque estaba anhelando en pos de tus mandamientos.
Lector: Gloria al Padre..., ahora y... Amén.
Aleluya, Aleluya, Aleluya. Gloria a Ti Oh Dios. (Tres veces).
Señor, ten piedad. (Tres veces).
Gloria al Padre..., ahora y... Amén.

III
Vuelve hacia mí tus ojos y mírame con piedad, según sueles hacerlo con
los que aman Tu nombre. Endereza mis pasos según la norma de tus
254
palabras, y haz que no reine en mí injusticia ninguna. Líbrame de las
calumnias de los hombres, para que yo cumpla tus mandamientos. Haz
brillar sobre Tu siervo la luz de Tu rostro, y enséñame tus justísimos
decretos. Arroyos de lágrimas han derramado mis ojos, por no haber
observado Tu ley. Justo eres, Oh Señor, y rectos tus juicios.
Recomendaste estrechamente la observancia de tus preceptos que son la
misma justicia y verdad. Mi celo me ha hecho consumir de dolor, porque
mis enemigos se han olvidado de tus palabras. Acendrada en extremo es
Tu palabra, y está Tu siervo enamorado de ella. Pequeñuelo soy yo, y de
poca estima, mas no he puesto en olvido tus justísimos oráculos. Tu
justicia es eterna justicia, y Tu ley la verdad. Me sorprendieron las
tribulaciones y angustias; tus mandamientos son mi meditación. Llenos
están de eterna justicia los testimonios de Tu ley; dame la inteligencia de
ellos, y tendré vida. Clamé con todo mi corazón: escúchame, Oh Señor, y
haz que yo vaya en pos de tus justísimos preceptos. A Ti clamé; sálvame,
para que yo observe tus mandamientos. Me anticipé muy de mañana,
porque esperé firmemente en tus palabras. Antes de amanecer dirigieron
mis ojos hacia Ti para meditar Tu ley. Escucha, Señor, mi voz según Tu
misericordia; y vivifícame conforme lo has prometido. Se arrimaron a la
iniquidad mis perseguidores, y se alejaron de Tu ley. Cerca estás, Oh
Señor, y todos tus caminos son la verdad. Desde el principio conocí que
has establecido tus preceptos para que subsistan eternamente. Mira mi
abatimiento, y líbrame; pues no me he olvidado de Tu ley. Sentencia Tú
mi causa, y libérame, por respeto a Tu palabra vuélveme la vida. Lejos
está de los pecadores la salvación, porque no han cuidado de tus
justísimos preceptos. Tus misericordias Señor, son muchas; vivifícame
según Tu promesa. Muchos son los que me persiguen y atribulan, pero
yo no me he desviado de tus mandamientos. Los veía prevaricar y me
consumía el dolor; al ver que no hacían caso de tus palabras. Mira, Oh
Señor, cuánto he amado tus mandamientos; por Tu misericordia
otórgame la vida. El principio de tus palabras es la verdad; eternas son
todas las disposiciones de Tu justicia. Sin causa ninguna me han
perseguido los príncipes; mas mi corazón ha temido tus palabras. He de
alegrarme en tus promesas, como quien encuentra en ellas ricos
despojos. Aborrecí la injusticia, la detesté, y he amado Tu ley. Siete veces
255
al día Te tributé alabanzas por los oráculos de Tu justicia. Gozan de
suma paz los amadores de ley; sin que encuentren tropiezo alguno. Yo
esperaba, Señor, la salud que viene de Ti, y amaba tus mandamientos.
Mi alma ha guardado tus preceptos, y los ha amado ardientemente. He
observado tus mandamientos y testimonios, porque todas mis acciones
están presentes a tus ojos. Lleguen, Oh Señor, a Tu presencia mis
plegarias, conforme a Tu promesa dame el entendimiento. Penetren mis
ruegos hasta llegar ante Tu acatamiento, líbrame según Tu palabra.
Rebosarán mis labios en himnos de alabanza, cuando Tú me enseñes tus
justísimos oráculos. Mi lengua anunciará Tu palabra, porque todos tus
preceptos son la equidad. Extiende Tu mano para salvarme, pues yo he
preferido a todo tus mandamientos. Oh Señor, ardientemente he
deseado la salud que de Ti viene, y Tu ley es el objeto de mi meditación.
Vivirá mi alma, y Te alabará; y tus juicios serán mi apoyo. He andado
errante como oveja descarriada; ven a buscar a Tu siervo, porque no me
he olvidado de tus mandamientos.
Lector: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre...
Amén.
Credo
Coro: Creo en un solo Dios, Padre Omnipotente, Creador del cielo y de
la tierra y de todas las cosas visibles e invisibles. Y en un solo Señor
Jesucristo, Hijo Unigénito de Dios nacido del Padre, antes de todos los
siglos; luz de luz; verdadero Dios de Dios verdadero. Engendrado no
hecho; consubstancial al Padre, por Quien fueron hechas todas las cosas.
Quien por nosotros los hombres y para nuestra salvación, bajó de los
cielos y se encarnó del Espíritu Santo y María Virgen, y se hizo hombre.
Fue crucificado también para nosotros bajo el poder de Poncio Pilatos,
padeció, fue sepultado. Resucitó al tercer día según las escrituras. Subió
a los cielos y está sentado a la diestra del Padre. Y vendrá por segunda
vez lleno de gloria a juzgar a los vivos y a los muertos y su Reino no
tendrá fin. Y en el Espíritu Santo, Señor y Vivificador, que procede del
Padre, que con el Padre y el Hijo es juntamente adorado y glorificado
que habló por los profetas. Y en una Iglesia Santa Católica y Apostólica.
256
Confieso un solo bautismo para la remisión de los pecados. Y espero
la resurrección de los muertos y la vida del siglo venidero. Amén.

Trisagio
Lector: Santo  Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, Ten piedad de
nosotros. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visítanos y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Padre nuestro...
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre,  Hijo
y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
 Los Troparios  Tono 8
Lector: He aquí que viene el Esposo a medianoche, bienaventurado el
siervo al que encuentra velando, mas el que está inadvertido, indigno es.
Cuida alma mía de no caer en profundo sueño y ser arrojada fuera del Reino, y
entregada a la muerte; por eso velad clamando: Santo, Santo, Santo eres Tú oh
Dios, por la intercesión de la Madre de Dios, ten piedad de nosotros.

Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.

Meditando en aquel día terrible, oh alma mía, vigila guardando Tu


lámpara encendida y llénala con óleo, pues no sabes cuando Te llega la
voz diciendo: he aquí que viene el Esposo, por eso cuídate alma mía de
no quedar dormida profundamente y quedes afuera golpeando como las
cinco vírgenes necias. Vigila para poder encontrar a Cristo con óleo
copioso, y El Te concederá la divina gloria.
257
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

 Teotoquio 
A Ti muralla inexpugnable, áncora de salvación, Virgen Madre de Dios,
Te suplicamos, destruye las maquinaciones de nuestros adversarios,
protege Tu ciudad (casa) asegura la victoria de los cristianos ortodoxos,
y ruega por la paz del mundo, porque Tú, oh Madre de Dios, eres
nuestra esperanza.
Señor ten piedad (cuarenta veces) durante todo el año.
Tú que en todo tiempo y en todo lugar, en el cielo y en la tierra eres
adorado y glorificado, oh Cristo Dios nuestro, lento a la cólera y rico en
misericordias, Tú que amas a los justos, y tienes misericordia de los
pecadores, llamando a todos a la salvación, prometiendo los bienes
futuros; Tú oh Señor, recibe en esta hora, nuestras súplicas, y dirige
nuestras vidas por la senda de tus mandatos. Santifica nuestras almas,
sana nuestros cuerpos, guía nuestros pensamientos, purifica nuestras
intenciones; líbranos de toda aflicción, maldad y dolencia; rodéanos con
tus santos ángeles, para que con su poder seamos guiados y protegidos a
fin de llegar a la unidad de la fe y al conocimiento de Tu inaccesible
gloria, porque eres bendito y glorificado por los siglos de los siglos.
Amén.
Señor ten piedad (tres veces).
Más honorable que los querubines e incomparablemente más gloriosa
que los serafines, Tú que incorrupta diste a luz a Dios el Verbo,
verdaderamente eres la Madre de Dios, Te magnificamos.
Gloria al Padre,... Ahora y siempre... Amén
En el nombre del Señor bendice Padre.
Sacerdote: Que el Señor Dios, tenga misericordia de nosotros, nos
bendiga  haga resplandecer su rostro sobre nosotros, y perdone
nuestras faltas.

Y si es tiempo cuaresmal:

 Oración de San Efrén ‘el Sirio’ 


258

Sacerdote: ¡Señor y Soberano de mi Vida! No me abandones al espíritu


de pereza, de indiscreción, de ambición y de habladuría.
Postración
Más bien concede a tu siervo un espíritu de pureza, de humildad, de
paciencia y de caridad.
Postración
Sí, ¡mi Señor y Rey! Dame la capacidad de ver mis faltas y de no juzgar a
mis hermanos; pues Tú eres Bendito por los siglos de los siglos. Amén.
Postración
En esta última parte hacemos doce reverencias pequeñas santiguándonos en cada una
de ellas, mientras decimos: Oh Dios, purifícame, a mí, pecador.

¡Señor y Soberano de mi Vida! No me abandones al espíritu de pereza,


de indiscreción, de ambición y de habladuría.
Más bien concede a tu siervo un espíritu de pureza, de humildad, de
paciencia y de caridad.
Sí, ¡mi Señor y Rey! Dame la capacidad de ver mis faltas y de no juzgar a
mis hermanos; pues Tú eres Bendito por los siglos de los siglos. Amén.
(Postración)

 Enseguida, esta oración de San Macario 


Sacerdote o lector: Oh Soberano Dios, Padre Omnipotente, Señor Hijo
Unigénito Jesucristo y Espíritu Santo, una Divinidad y único Poder, ten
piedad de mí que soy pecador, salva a Tu indigno servidor, por los
juicios que Tú conoces, pues eres bendito por los siglos de los siglos.
Amén.

❖ Vengan, inclinémonos y postrémonos ante nuestro Rey y nuestro


Dios.
❖ Vengan, inclinémonos y postrémonos ante Cristo, nuestro Rey y
nuestro Dios.
❖ Vengan inclinémonos y postrémonos ante Cristo mismo, Él es
nuestro Rey y nuestro Dios.
259
 Salmo 120 
Lector: Alcé mis ojos hacia los montes, de dónde me ha de venir el
socorro. Mi socorro viene del Señor que crió el cielo y la tierra. No
permitirá que resbalen tus pies; ni se adormecerá aquel que Te está
guardando; no por cierto, no se adormecerá, ni dormirá el que guarda a
Israel. El Señor es el que Te custodia: el Señor está a Tu lado para
defenderte. Ni de día el sol Te quemará, ni de noche la luna. El Señor Te
preservará de todo mal. Guardará el Señor Tu alma. El Señor Te
guardará en todos los pasos de Tu vida, desde ahora y para siempre.
 Salmo 133 
Bendecid al Señor ahora, vosotros todos, oh siervos del Señor. Vosotros
los que asistís en la casa del Señor, en los atrios del templo de nuestro
Dios, levantad por las noches vuestras manos hacia el Santuario, y
alabad al Señor. Te bendiga desde Sión el Señor que crió el cielo y la
tierra.
Gloria al Padre, al Hijo... ahora y siempre... Amén
Trisagio
Lector: Santo Dios,  Santo Poderoso, Santo Inmortal, Ten piedad de
nosotros. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visítanos y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Padre nuestro...
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre,  Hijo
y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
260
 Tropario  tono 2:
Lector: Acuérdate, oh Señor Bondadoso de Tus siervos difuntos y
perdónales todos los pecados de su vida, pues fuera de Ti no hay nadie
exento del pecado, y solo Tú eres el que puedes dar reposo a sus almas.
Oh creador supremo, Tú que de la profundidad de Tu Sabiduría
provees todo por el amor a los hombres, y les concedes todo lo que ellos
necesitan, da descanso Señor, a las almas de tus siervos; pues ellos
pusieron su confianza en Ti, Creador, Hacedor y Dios Nuestro.

Gloria al Padre,  al Hijo, al Espíritu Santo.

 Contaquio,  tono 6:
Con los Santos concede, oh Cristo, el reposo a las almas de tus siervos,
allí donde no hay ni dolor, ni aflicción, ni gemido, sino vida eterna.

Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

 Teotoquio 
Todas las generaciones Te llamamos bendita, oh Virgen Madre de Dios,
porque en Ti había de contenerse el incontenible Cristo nuestro Dios.
Benditos somos al tenerte como intercesora; día y noche Te rogamos por
nosotros y, que los cetros de los reinos sean fortalecidos por tus
intercesiones. Por tanto, por medio de himnos exclamamos: Regocíjate,
oh Tú que estás llena de gracia, el Señor es contigo.
Señor ten piedad (doce veces).
 Oración 
Sacerdote o lector: Recuerda, oh Señor, a nuestros padres y hermanos
que durmieron en la esperanza de la resurrección para la vida eterna y a
todos aquellos que terminaron esta vida en la piedad y la fe, perdónales
los pecados que han cometido voluntaria o involuntariamente: de
palabra, obra o pensamiento y colócalos en un lugar de luz, un lugar de
frescor, un lugar de descanso, de donde toda enfermedad y aflicción son
expulsadas y donde, desde la eternidad, brilla la luz de Tu semblante y
alegra a todos tus santos; concédeles a ellos y a nosotros Tu reino y la
participación en tus inefables bendiciones y el gozo de Tu eterna y
261
bendita vida. Porque Tú eres la Vida, la Resurrección y el Descanso
de Tus siervos difuntos, oh Cristo nuestro Dios, y a Ti rendimos gloria,
con Tu Padre Increado y Tu Espíritu Santo, bueno y Dador de vida,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Gloriosísima siempre Virgen y Madre de Cristo Dios, presenta nuestras
plegarias a Tu Hijo y nuestro Dios, rogándole para que salve, por Tu
mediación, a nuestras almas.

 Oración de San Joanicio 

Sacerdote o lector: El Padre es mi esperanza, el Hijo mi refugio y el


Espíritu Santo mi protección, oh Santísima Trinidad, gloria a Ti.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
Señor ten piedad (tres veces). Bendice padre.
En los días de fiestas y los domingos se omiten estos troparios.
El coro canta estos Troparios, tono 6.
• Ten piedad de nosotros, oh Señor, ten piedad de nosotros: pues
faltos de toda disculpa, nosotros, los pecadores, Te dirigimos como a
Soberano esta súplica: ten piedad de nosotros.

Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.


• Señor, ten piedad de nosotros, pues en Ti hemos puesto nuestra
esperanza. No Te irrites demasiado con nosotros, ni Te acuerdes de
nuestras iniquidades, sino míranos porque eres misericordioso, y
líbranos de nuestros enemigos. Pues Tú eres nuestro Dios, y nosotros Tu
pueblo. Todos somos obra de Tus manos e invocamos Tu nombre.

Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.


❖ Ábrenos las puertas de la misericordia, oh bendita Madre de Dios,
para que no sucumbamos los que confiamos en Ti, sino que seamos
libres con Tu ayuda de toda adversidad, pues Tú eres la salvación del
pueblo cristiano.
Sacerdote: Apiádate de nosotros oh Dios, según Tu gran misericordia, Te
suplicamos, escúchanos y ten piedad.
262
Coro: Señor ten piedad (tres veces).
Sacerdote: De nuevo rogamos por esta santa casa (o ciudad), por cada
monasterio (iglesia), ciudad, aldea y país para que sean preservados, de
toda carestía, pestilencia, temblor de tierra, inundación, fuego (incendio),
invasión y guerra civil; para que nuestro bueno y filántropo Dios, sea
favorable y bondadoso, para que El pueda apaciguar su justa ira contra
nosotros y tenga piedad.
Coro: Señor ten piedad (cuarenta veces).
Sacerdote: Escúchanos oh Dios Salvador nuestro. Esperanza en los
confines de la tierra y de los que están lejos en el mar; sed compasivo oh
Soberano con nuestros pecados y ten misericordia de nosotros. Porque
Tú eres un Dios misericordioso y amante de la humanidad, y a Ti te
glorificamos Padre,  Hijo y Espíritu Santo. Ahora y siempre y por los
siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Sacerdote: Gloria a Ti, Cristo Dios, nuestra esperanza, gloria a Ti.
Coro: Gloria al Padre,... ahora y siempre...
Señor ten piedad (tres veces).
Bendice Padre.
Sacerdote: Cristo, nuestro verdadero Dios, por las intercesiones de su
Madre, Purísima, de... (Nombre del patrono de la Iglesia...) N. y de todos los
Santos, que tenga piedad de nosotros, nos salva, porque es bondadoso y
ama la humanidad.
Después el sacerdote hace reverencia al obispo, al superior del Monasterio y a todos los
hermanos diciendo:
Bendecid, padres Santos y perdonadme a mí pecador, por lo que he
pecado en la pasada noche de obra, palabras, pensamientos, y con todos
mis sentidos. (Inclinación)
Y Los Hermanos
Dios Te perdone y tenga piedad de ti Santo Padre. Ruega por nosotros
pecadores. (Inclinación)
263
Sacerdote: Por la gracia del Señor, que Dios nos perdone y tenga
piedad de nosotros. Roguemos por nuestro patriarca N., por nuestro
obispo N., y por toda nuestra fraternidad en Cristo.
Coro: Señor, ten piedad.
En voz baja y lentamente después de cada petición.
❖ Por este país y por quienes lo gobiernan.
❖ Por quienes nos odian, por quienes nos aman y por quienes nos
sirven.
❖ Por quienes que nos han pedido, aunque indignos, que recemos
por ellos.
❖ Por la pronta liberación de los cautivos y de los secuestrados.
❖ Por nuestros padres y hermanos ausentes.
❖ Por quienes viajan por tierra, mar o aire.
❖ Por quienes sufren por causa de la enfermedad.
❖ Reguemos por la abundancia de los frutos de la tierra.
❖ Y por todos los cristianos ortodoxos.
❖ Por nuestros padres y hermanos difuntos que descansan aquí y
por todos los fieles difuntos del mundo entero.
❖ Digamos nosotros también unos por otros:
Coro: Señor, ten piedad (tres veces).
Sacerdote: Por las intercesiones de nuestra Purísima Madre la Santísima
Virgen María, de San N. (Patrono del templo) y todos los Santos, Señor
Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de nosotros.
Coro: Amén.
Veneramos los Santos Iconos, recibimos la bendición del Superior y/o del Obispo.

 

264
OFICIO DE MEDIANOCHE DEL
SÁBADO


El Sacerdote, revestido de epitraquilio, entra al Santuario, abre el Bello Velo, y mirando hacia el
oriente, exclama:
Sacerdote: Bendito  sea nuestro Dios, eternamente, ahora y siempre,
y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Si es leída, o en tiempo pascual, no es necesario leer el Trisagio (es reemplazado


por la recitación por tres veces de: “Cristo ha resucitado de entre los muertos,
con su muerte Él ha vencido la muerte, y a aquellos que estaban en la tumba Él
les ha dado la vida”); de la fiesta de la Ascensión del Señor hasta la víspera de
Pentecostés se comienza directamente con: “Vengan adoremos y postrémonos
ente nuestro Rey y Dios…,” de lo contrario hay que decirlo:

Lector: Gloria a Ti, Dios nuestro, gloria a Ti. Rey Celestial, Consolador,
Espíritu de Verdad, que estás en todo lugar y que todo lo llenas, Tesoro
de bienes y Dador de la vida, ven y habita en nosotros, purifícanos de
toda mancha, y salva, Tú que eres bueno, nuestras almas.
Santo  Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, Ten piedad de nosotros.
(Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visítanos y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
265
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro...
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre,  Hijo
y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Lector: Amén. Señor, ten piedad. (Doce veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante nuestro Rey y Dios.
(Metanía profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante Cristo, nuestro Rey y Dios.
(Metanía profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante el mismo Cristo, nuestro
Rey y nuestro Dios. (Metanía profunda)
 Salmo 50 
Lector: Apiádate de mí, Oh Dios, según Tu gran misericordia, según la
multitud de tus bondades, borra mi iniquidad. Lávame más y más de mi
maldad, y límpiame de mi pecado, pues reconozco mis culpas, y mi
pecado está siempre ante mí. Contra Ti sólo, he pecado, he hecho el mal
en Tu presencia, por lo tanto, eres justo en Tu sentencia, soberano en Tu
juicio. Considera que en maldad fui formado, y en pecado me concibió
mi madre. Porque Tú amas la verdad; me descubriste los misterios
profundos de Tu sabiduría. Rocíame con hisopo y seré puro; lávame y
emblanqueceré más que la nieve. Hazme oír palabras de gozo y alegría,
y mis huesos abatidos se estremecerán. Aparta Tu faz de mis pecados; y
borra todas mis iniquidades. Crea en mí, Oh Dios, un corazón puro, y
renueva dentro de mí un espíritu recto. No me arrojes de Tu presencia, y
no quites de mí Tu Espíritu Santo. Devuélveme el gozo de Tu salvación,
confírmame un espíritu generoso. Enseñaré a los impíos tus caminos, y
los pecadores se convertirán a Ti. Líbranos de la sangre; Oh Dios, Dios
de mi salvación y cantará mi lengua Tu justicia. Abre Señor mis labios, y
cantará mi boca tus alabanzas. Si hubieras deseado sacrificios, en verdad
Te los ofrecería, más no son los holocaustos los que Te placen. Sacrificio
266
agradable a Dios es el alma arrepentida; al corazón contrito y
humillado, Señor, Tú no los desprecias. Señor, en Tu bondad, trata
benignamente a Sión, para que puedan reedificarse los muros de
Jerusalén. Entonces aceptarás el sacrificio de justicia, las ofrendas y
holocaustos, entonces se Te ofrecerán víctimas en Tu altar.
Katisma

 Salmo 64 
I
A Ti, oh Dios, son debidos los himnos en Sión, y a Ti se Te presentarán
los votos en Jerusalén. Oye mi oración: a Ti vendrán todos los mortales.
Prevalecieron en nosotros las maldades; pero Tú perdonarás nuestras
impiedades. Dichoso aquel a quien Tú elegiste y allegaste a Ti: El
habitará en Tu tabernáculo. Colmados seremos de los bienes de Tu casa:
Santo es Tu Templo. Admirable por su justicia. Oye nuestras súplicas, oh
Dios, Salvador nuestro, Tú que eres la esperanza de todas las naciones de
la tierra y de las más remotas islas. Tú que das firmeza a los montes con
Tu poder: Tú que armado de fortaleza conmueves lo más profundo de
los mares, y haces sentir el estruendo de sus olas. Se Perturbarán las
naciones y quedarán llenos de pavor los habitantes de los confines de la
tierra, a vista de tus prodigios. Derramarás la alegría desde donde sale la
mañana hasta donde termina la tarde. Tú visitaste la tierra y la has
colmado de toda suerte de riquezas. El río de Dios está rebosando en
aguas, has preparado el alimento: tal es la disposición de los campos.
Hinche sus canales: multiplica sus producciones: con los suaves rocíos se
regocijarán todas las plantas. Coronarás el año de Tu bondad, y serán
fertilísimos sus campos. Se pondrán lozanas las praderas del desierto, y
se vestirán de gala los collados. Se multiplicarán los rebaños de carneros
y ovejas y abundarán en grano los valles. Alzarán su voz, y cantarán
himnos de alabanza.
 Salmo 65 
Moradores todos de la tierra, dirigid a Dios voces de júbilo: Cantad
salmos a su Nombre, tributadle gloriosas alabanza. Decid a Dios: ¡Oh
cuan estupendas son, Señor, tus obras! Por la grandeza de Tu gran poder
267
tus enemigos vienen a adularte. Te adora toda la tierra, y Te celebre;
cante salmos a Tu nombre. Venid a contemplar las obras de Dios, y cuán
terribles son sus designios sobre los hijos de los hombres. El convirtió el
mar en seca arena: pasaron el río a pie: allí nos alegramos en el Señor. El
tiene por su poder un dominio eterno; sus ojos están fijos sobre las
naciones, no se engrían en su interior los que le irritan. Bendecid, oh
naciones, a nuestro Dios; y haced resonar las voces de su alabanza. El ha
vuelto a mi alma la vida, y no ha dejado resbalar mis pies. Bien que Tú,
oh Dios, has querido probarnos: nos has acrisolado al fuego como se
acrisola la plata. Nos dejaste caer en el lazo: nos echaste las tribulaciones
encima: a yugo de hombres nos sujetaste. Hemos pasado por el fuego y
por el agua; mas nos has conducido a un lugar de refrigerio. Entraré en
Tu templo a ofrecer holocaustos; y Te cumpliré mis votos, que
claramente pronunciaron mis labios: mis votos que salieron de mi boca
en el tiempo de mi tribulación. He de ofrecerte pingues holocaustos,
haciendo subir hacia Ti el humo de los carneros: Te ofreceré bueyes y
machos cabríos. Venid, y escuchad vosotros todos los que teméis a Dios,
y os contaré cuán grandes cosas ha hecho el Señor por mi alma. Al Señor
invoqué con mi boca, y le he glorificado con mi lengua. Si yo hubiera
aprobado la iniquidad en mi corazón, no me escuchará el Señor. Por eso
me ha oído Dios, y ha atendido a la voz de mis súplicas. Bendito sea
Dios, que no desechó mi oración, ni retiró de mí su misericordia.

 Salmo 66 
Dios tenga misericordia de nosotros y nos bendiga: haga resplandecer
sobre nosotros la luz de su rostro; y nos mire compasivo; para que
conozcamos en la tierra Tu camino: y todas las naciones Tu salvación. Te
alaban, Dios, los pueblos: publiquen todos los pueblos tus alabanzas.
Regocíjense, salten de gozo las naciones: porque Tú juzgas a los pueblos
con justicia, y diriges las naciones sobre la tierra. Te alaban, oh Dios, los
pueblos; publiquen todos los pueblos tus alabanzas. Ha dado la tierra su
fruto. Bendíganos Dios, el Dios nuestro, bendíganos Dios, y sea temido
en todos los términos de la tierra.
Lector: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por
los siglos de los siglos. Amén.
268
Aleluya, Aleluya, Aleluya, gloria a Ti oh Dios (tres veces).
Señor ten piedad (tres veces).
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.

 Salmo 67 
II
Levántense Dios, y sean disipados sus enemigos, y huyan de su
presencia los que le aborrecen. Desaparezcan como el humo. Como se
derrite la cera al calor del fuego, así perezcan los pecadores a la vista de
Dios. Mas los justos celebren festines y regocijos en la presencia de Dios,
y huélguense con alegría. Cantad a Dios; entonad salmos a su nombre:
allanado el camino al que sube sobre el occidente. El Señor es el nombre
suyo. Saltad de gozo en su presencia. Han de turbarse delante de El; que
es el padre de los huérfanos y el juez de la ciudad. Reside Dios en su
lugar santo. Dios que hace habitar dentro de una casa muchos de unas
mismas costumbres: y que con fortaleza pone en libertad a los
prisioneros, como también a los que le irritan, los cuales moran en los
sepulcros. ¡Oh Dios! cuando salías al frente de Tu pueblo, cuando
atravesabas el desierto, la tierra tembló, y hasta los cielos destilaron a la
presencia de Dios: en el Sinaí a la presencia del Dios de Israel. ¡Oh Dios!
Tú distribuirás una lluvia abundante y apacible a Tu heredad: ella se ha
visto afligida; pero Tú la has recreado. En ella tendrán morada los que
son de Tu grey: con Tu bondad, oh Dios, has provisto al pobre. El Señor
dará palabras a los que anuncian con valor la buena nueva. Los reyes
poderosos serán súbditos de su Hijo muy amado, y aquel que es la
hermosura de la casa repartirá sus despojos. Cuando dormiréis en medio
de peligros, seréis como alas de paloma plateada, cuyas plumas por la
espalda echan brillos de oro. Cuando el Celestial ejerza su juicio sobre
los reyes de la tierra, quedarán más blancos que la nieve del monte
Selmón. ¡Oh monte de Dios, monte fértil, monte cuajado, monte fecundo!
Más, ¿por qué andáis pensando en otros montes fértiles? Este es el monte
donde Dios se complació en fijar su morada. Sí: en él morará el Señor
perpetuamente. La carroza de Dios va acompañada de muchas decenas
de millares de tropas, de millones que hacen fiesta. En medio de ellos
269
está el Señor, en el Sinaí, en el lugar Santo. Ascendiste a lo alto:
llevaste contigo a los cautivos: recibiste dones para los hombres; aun
para aquellos que no creían que habitase el Señor entre nosotros. Bendito
sea el Señor en toda la serie de los días: el Dios de nuestra salud nos
concederá próspero viaje. Nuestro Dios es el Dios que puede salvarnos; y
del Señor, y muy del Señor, es el librar de la muerte. Más Dios
quebrantará las cabezas de sus enemigos, el copete erizado de los que
hacen pompa de sus delitos. Dijo el Señor: a los de Basán les haré volver
las espaldas; he de arrojarlos a lo profundo del mar. Serán destrozados
hasta teñirse tus pies en la sangre de tus enemigos; y han de lamerla las
lenguas de tus mastines. Vieron, oh Dios, Tu entrada: la entrada de mi
Dios, del Rey mío que reside en el Santuario. Iban delante los príncipes
unidos a los que cantaban salmos, y en medio de doncellas tocando
panderos. Oh vosotros, descendientes de Israel, bendecid al Señor Dios
en vuestras asambleas. Allí se hallaba Benjamín el jovencito como
estático: los jefes de Judá iban de guía; los jefes de Zabulón, los jefes de
Neftalí. Muestra, oh Dios, Tu poderío: confirma, oh Dios, esta obra, que
has hecho en nosotros. Porque respecto a Tu Templo en Jerusalén, te
ofrecerán don de los reyes. Reprime esas fieras que habitan en los
cañaverales, esos pueblos reunidos, que, como toros dentro de la vacada,
conspiran a echar fuera a los que han sido acrisolados como la plata.
Disipa las naciones que quieren guerras. Egipto enviará embajadores;
Etiopía se anticipará a rendirse a Dios. Cantad alabanzas a Dios, oh
reinos de la tierra: load al Señor salmos. Cantadle salmos a Dios; el cual
se elevó al más alto de los cielos, desde el Oriente. Sabed que hará que su
voz sea una vez poderosa. Tributar gloria a Dios por lo que ha obrado en
Israel: su magnificencia y su poder se elevan hasta las nubes. Admirable
es Dios en sus santos; el Dios de Israel, él mismo dará virtud y fortaleza a
su pueblo. Bendito sea Dios.
Lector: Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y
por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya, Aleluya, Aleluya, gloria a Ti oh Dios (tres veces).
Señor ten piedad (tres veces).
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
270
 Salmo 68 
III
Sálvame, oh Dios, porque las aguas han penetrado hasta mi alma.
Atollado estoy en un profundísimo cieno, sin hallar donde afirmar el pie.
Llegué a alta mar, y me sumerjo la tempestad. Fatígueme en dar voces:
se cose la garganta: desfallecieron mis ojos, aguardando a mi Dios. Se
han multiplicado, más que los cabellos de mi cabeza, los que me
aborrecen injustamente. Se han hecho fuertes mis enemigos, los injustos
perseguidores míos: he pagado lo que yo no había robado. Tú, oh Dios,
sabes mi ignorancia, y los delitos que yo tenga no pueden ocultársete.
No tengan que avergonzarse por mi causa aquellos que en Ti confían, oh
Señor, Señor de los ejércitos. No queden corridos por causa mía los que
van en pos de Ti, oh Dios de Israel. Pues por amor a Ti he sufrido los
ultrajes, y se ve cubierto de confusión mi rostro. Mis propios hermanos,
los hijos de mi misma madre, me han desconocido y tenido por extraño.
Porque el celo de Tu casa me devoró, y los baldones de los que Te
denostaban recayeron sobre mí. Me afligía con el ayuno, y se me
convertía en afrenta: me vestía de silicio, y me hacía la fábula de ellos.
Contra mí se declaraban los que tiene su asiento en la puerta: y los que
bebían vino cantaban contra mí coplas: Más yo entretanto, Señor, dirigía
a Ti mi oración. Este es, oh Dios, el tiempo de reconciliación. Óyeme
benigno según la grandeza de Tu misericordia, conforme Tu promesa
fiel de salvarme. Sácame del cieno, para que no quede yo atascado en él:
líbrame de aquellos que me aborrecen y del profundo de las aguas. No
me anegue esta tempestad, ni me trague el abismo del mar, ni el pozo
cierre sobre mí su boca. Óyeme, Señor, ya que tan benéfica es Tu
misericordia: vuelve hacia mí tus ojos según la grandeza de tus
piedades. Y no pierdas de vista a Tu siervo: oye presto mis súplicas,
porque me veo atribulado. Mira por mi alma y líbrala: sácame a salvo
por razón de mis enemigos. Bien ves los oprobios que sufro, y mi
confusión, y la ignominia mía. Tienes ante tus ojos todos los que me
atormentan: improperios y miserias aguarda mi corazón. Esperé que
alguno se condoliese de mí, mas nadie lo hizo; o quien me consolase, y
no hallé quien lo hiciese. Me presentaron hiel para alimento mío, y en
medio de mi sed me dieron vinagre a beber. En justo pago conviértaseles
271
su mesa en lazo de perdición y ruina. Obscurézcanse sus ojos para
que no vean; y tráelos siempre agobiados. Derrama sobre ellos Tu ira, y
alcánceles el furor de Tu cólera. Queda hecha un desierto su morada, y
no haya quien habite en sus tiendas, ya que han perseguido a aquel que
habías Tú herido, y aumentaron más y más el dolor de mis llagas. Tú
permitirás que añadan pecados a pecados, y no acierten con Tu justicia.
Raídos sean del libro de los vivientes, y no queden escritos con los justos.
Yo soy un miserable y lleno de dolores; mas Tú, oh Dios, me has salvado.
Alabaré con cánticos el nombre de Dios, y le ensalzaré con acciones de
gracias: Lo que será más grato a Dios que si le inmolara un tornillo
cuando le comienzan a salir las astas y las pezuñas. Vean los pobres, y
consuélense. Buscad a Dios, y revivirá vuestro espíritu: puesto que el
Señor oyó a los pobres, y no olvidó a los que están por él en cadenas.
Alábenle los cielos y la tierra, el mar y cuanto en ellos se mueve. Porque
Dios ha de salvar a Sión: y las ciudades de Judá serán reedificadas; y
establecerán allí su morada, y las adquirieran como herencia. Y los
descendientes de sus siervos las poseerán, y en ellas tendrán moradas
aquellos que aman su Nombre.

 Salmo 69 
Oh, Dios, ven a ayudarme: acude, Señor, pronto a socorrerme. Corridos
y avergonzados quedan los que me persiguen de muerte. Arrédrense y
confúndanse los que se complacen en mis males. Sean puestos en
vergonzosa fuga aquellos que me dicen: Bueno, bueno. Regocíjense y
alégrense en ti todos los que Te buscan: y digan sin cesar los que aman a
su Salvador: engrandecido sea el Señor. Yo por mí soy un menesteroso y
pobre: ayúdame, oh Dios. Amparo mío y mi libertador eres Tú: oh Señor,
no Te tardes.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
CREDO
Coro: Creo en un solo Dios, Padre Omnipotente, Creador del cielo y de
la tierra y de todas las cosas visibles e invisibles. Y en un solo Señor
Jesucristo, Hijo Unigénito de Dios nacido del Padre, antes de todos los
siglos; luz de luz; verdadero Dios de Dios verdadero. Engendrado no
272
creado; consubstancial al Padre, por Quien fueron hechas todas las
cosas. Quien por nosotros los hombres y para nuestra salvación, bajó de
los cielos y se encarnó del Espíritu Santo y María Virgen, y se hizo
hombre. Fue crucificado también para nosotros bajo el poder de Poncio
Pilatos, padeció, fue sepultado. Resucitó al tercer día según las
escrituras. Subió a los cielos y está sentado a la diestra del Padre. Y
vendrá por segunda vez lleno de gloria a juzgar a los vivos y a los
muertos y su Reino no tendrá fin. Y en el Espíritu Santo, Señor y
Vivificador, que procede del Padre, que con el Padre y el Hijo es
juntamente adorado y glorificado que habló por los profetas. Y en una
Iglesia Santa Católica y Apostólica. Confieso un solo bautismo para la
remisión de los pecados. Y espero la resurrección de los muertos y la
vida del siglo venidero. Amén.
Trisagio
Lector: Santo  Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, Ten piedad de
nosotros. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visítanos y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Padre nuestro...
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre,  Hijo
y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Tropario, Tono 2
Lector: Tú que eres por naturaleza increado, el Creador de todo, abre
nuestros labios para que podamos proclamar Tu alabanza diciendo:
Santo, Santo, Santo eres Tú, oh Dios, por la intercesión de la Madre de
Dios, ten piedad de nosotros.
273
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.

Imitando en la tierra a los poderes celestiales, Te ofrecemos, oh


Bondadoso, el himno de triunfo: Santo, Santo, Santo eres oh Dios, por la
intercesión de la Madre de Dios, ten piedad de nosotros.

Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Del lecho y del sueño me levantaste, Señor, ilumina mi espíritu y mi


corazón y abre mis labios para que Te alabe, Oh Santa Trinidad,
diciéndote: Santo. Santo, Santo eres Tú oh Dios, por la intercesión de la
Madre de Dios, ten piedad de nosotros.

Señor ten piedad (cuarenta veces) durante todo el año.


Tú que en todo tiempo y lugar, en el cielo y en la tierra eres adorado y
glorificado, oh Cristo Dios nuestro, lento a la cólera y rico en
misericordias, Tú que amas a los justos, y tienes misericordia de los
pecadores, llamando a todos a la salvación, prometiendo los bienes
futuros; Tú oh Señor, recibe en esta hora, nuestras súplicas y dirige
nuestras vidas por las sendas de tus mandatos. Santifica nuestras almas,
sana nuestros cuerpos, guía nuestros pensamientos, purifica nuestras
intenciones; líbranos de toda aflicción, maldad y dolencia; rodéanos con
tus Santos Ángeles, para que con Tu poder seamos guiados y protegidos
a fin de llegar a la unidad de la fe y al conocimiento de Tu inaccesible
gloria, porque eres bendito y glorificado por los siglos de los siglos.
Amén.
Señor ten piedad (tres veces).
Gloria al Padre,  al Hijo..., ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Amén.
Más honorable que los querubines e incomparablemente más gloriosa
que los serafines, Tú que virginalmente engendraste al Dios el Verbo,
verdaderamente eres la Madre de Dios, Te magnificamos.
En el nombre del Señor bendice padre.
Sacerdote: Oh Dios, ten misericordia de nosotros y bendícenos, haz
resplandecer Tu rostro sobre nosotros y ten piedad.
274
Sacerdote: Que el Señor Dios, tenga misericordia de nosotros, nos
bendiga  haga resplandecer su rostro sobre nosotros, y perdone
nuestras faltas.
Coro: Amén.
Lector: Soberano Dios, Padre Omnipotente, Oh Señor Hijo Unigénito
Jesucristo y Espíritu Santo, una divinidad y único poder, ten piedad de
mí pecador y salva a tu indigno servidor, por los juicios que Tú conoces,
pues eres bendito por los siglos de los siglos. Amén.

 ORACIÓN DE SAN EUSTRACIO 

Sacerdote o lector: Te magnifico sin cesar, oh Señor, porque Tú


observaste mi humildad y no me entregaste a manos de mis enemigos,
sino que aliviaste mi alma de las pasiones. Y ahora, oh Soberano, deja
que Tu mano me proteja y permite que Tu misericordia descienda sobre
mí, porque mi alma está aturdida y dolida ante su partida de éste, mi
desdichado y corrupto cuerpo, para que el mal del adversario no lo
sobrecoja y lo arroje a la oscuridad por los pecados conocidos y ocultos
acumulados por mí en esta vida. Apiádate de mí, oh Soberano, y no
dejes que mi alma vea los oscuros rostros de los malos espíritus, en
cambio permite que sea recibido por Tus brillantes y resplandecientes
ángeles. Glorifica Tu Santo nombre, y por Tu poder sitúame ante Tu
divino tribunal. Cuando se me juzgue, no sufriré porque la mano del
príncipe de este mundo quiera arrastrarme a las profundidades del
hades, sino permanece junto a mí y se para mí un Salvador y Mediador.
Ten piedad, oh Señor, de mi alma corrompida por las pasiones de esta
vida y recíbela limpia por la penitencia y confesión, porque Tú eres
bendito por los siglos de los siglos. Amén.

❖ Vengan, postrémonos ante nuestro Rey y nuestro Dios.


❖ Vengan, postrémonos y postrémonos ante Cristo, nuestro Rey y
nuestro Dios.
❖ Vengan, postrémonos y postrémonos ante Cristo mismo, el es
nuestro Rey y nuestro Dios.
275
 Salmo 120 
Lector: Alcé mis ojos hacia los montes, de dónde me ha de venir el
socorro. Mi socorro viene del Señor que crió el cielo y la tierra. No
permitirá que resbalen tus pies; ni se adormecerá aquel que Te está
guardando; no por cierto, no se adormecerá, ni dormirá el que guarda a
Israel. El Señor es el que Te custodia: el Señor está a Tu lado para
defenderte. Ni de día el sol Te quemará, ni de noche la luna. El Señor Te
preservará de todo mal. Guardará el Señor Tu alma. El Señor Te
guardará en todos los pasos de Tu vida, desde ahora y para siempre.

 Salmo 133 
Bendecid al Señor ahora, vosotros todos, oh siervos del Señor. Vosotros
los que asistís en la casa del Señor, en los atrios del templo de nuestro
Dios, levantad por las noches vuestras manos hacia el Santuario, y
alabad al Señor. Te bendiga desde Sión el Señor que crió el cielo y la
tierra.
Gloria al Padre,  al Hijo... ahora y siempre... Amén
Trisagio
Lector: Santo  Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, Ten piedad de
nosotros. (Tres veces)
Gloria al  Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visítanos y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro...

Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre,  Hijo


y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
276
Tropario, tono 2
Lector: Acuérdate, oh Señor misericordioso de todos Tus siervos y
perdónales todos los pecados de su vida, pues fuera de Ti no hay
ninguno exento del pecado. Sólo Tú que puedes dar reposo a los
difuntos.
Tú que de la profundidad de Tu Sabiduría provees todo por el amor al
hombre, y les concedes todo lo que ellos necesitan, da descanso Señor a
las almas de tus siervos; pues ellos pusieron su confianza en Ti, oh
Creador nuestro, Hacedor y Dios Nuestro.
Gloria al Padre,  al Hijo, al Espíritu Santo.
Contaquio, tono 6
Con los Santos concede, oh Cristo el reposo a las almas de tus siervos,
allí donde no hay ni dolor, ni aflicción, ni lamento, sino vida eterna.
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
 Teotoquio 
Todas las generaciones Te llamamos bendita, oh Virgen Madre de Dios,
porque en Ti había de contenerse el incontenible, Cristo nuestro Dios.
Benditos somos al tenerte como intercesora día y noche; Te rogamos por
nosotros y por que los cetros de los reinos sean fortalecidos por tus
intercesiones. Por tanto, en himnos a Tí clamamos: Regocíjate, oh Tú
llena de gracia, el Señor es contigo.
Señor ten piedad (doce veces).

 ORACIÓN 
Sacerdote o lector: Recuerda, oh Señor, a nuestros padres y hermanos
que durmieron en la esperanza de la resurrección para la vida eterna y a
todos aquellos que terminaron esta vida en la piedad y la fe, y
perdónales los pecados que han cometido voluntaria o
involuntariamente: de palabra, obra o pensamiento y colócalos en un
lugar de luz, un lugar de frescor, un lugar de descanso, de donde toda
enfermedad y aflicción son expulsadas y donde, desde la eternidad,
brilla la luz de Tu semblante y alegra a todos tus santos; concédeles a
ellos y a nosotros Tu reino y la participación en tus inefables bendiciones
y el gozo de Tu eterna y bendita vida. Porque Tú eres la Vida y la
277
Resurrección y el Descanso de Tus difuntos siervos, oh Cristo nuestro
Dios y a Ti rendimos gloria, con Tu Padre Increado y Tu Espíritu Santo,
bueno y Dador de vida, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Gloriosísima siempre Virgen y Madre de Cristo Dios, presenta nuestras
plegarias a Tu Hijo y nuestro Dios, rogándole para que salve, por Tu
mediación, a nuestras almas.

 ORACIÓN DE SAN JOANICIO 


Sacerdote o lector: El Padre es mi esperanza, el Hijo mi refugio y el
Espíritu Santo mi protección, oh Santísima Trinidad, gloria a Ti.
Coro: Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y
por los siglos de los siglos. Amén.
Señor ten piedad (tres veces).
El coro canta estos Troparios, tono 6.
• Ten piedad de nosotros, oh Señor, ten piedad de nosotros: pues faltos
de toda disculpa, nosotros, los pecadores, Te dirigimos como a Soberano
esta súplica: ten piedad de nosotros.

Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.

• Señor, ten piedad de nosotros, pues en Ti hemos puesto nuestra


esperanza. No Te irrites demasiado con nosotros, ni Te acuerdes de
nuestras iniquidades, sino míranos porque eres misericordioso, y
líbranos de nuestros enemigos. Pues Tú eres nuestro Dios, y nosotros Tu
pueblo. Todos somos obra de Tus manos e invocamos Tu nombre.

Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

❖ Ábrenos las puertas de la misericordia, oh bendita Madre de Dios,


para que no sucumbamos los que confiamos en Ti, sino que seamos
libres con Tu ayuda de toda adversidad, pues Tú eres la salvación del
pueblo cristiano.
278
Sacerdote: Apiádate de nosotros oh Dios, según tu gran
misericordia, te suplicamos, escúchanos y ten piedad.
Coro: Señor ten piedad (tres veces).
Sacerdote: De nuevo rogamos por esta ciudad, por cada monasterio,
ciudad, aldea y país, para que sean preservados de toda
carestía, pestilencia, temblor de tierra, inundación, fuego
(incendio), invasión y guerra civil; para que nuestro bueno
y filántropo Dios sea favorable y misericordioso, para que
El pueda apaciguar su ira contra nosotros, librarnos de los
justos castigos que nos amenazan y tenga piedad.
Coro: Señor ten piedad (cuarenta veces).
Sacerdote: Escúchanos oh Dios Salvador nuestro. Esperanza hasta los
confines de la tierra; y de los que están lejos en el mar, sed compasivo oh
Soberano con nuestros pecados y ten misericordia de nosotros. Porque
Tú eres un Dios misericordioso y amante de la humanidad, y a Ti Te
glorificamos Padre,  Hijo y Espíritu Santo. Ahora y siempre y por los
siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Sacerdote: Gloria a Ti, Cristo  Dios, nuestra esperanza, gloria a Ti.
Coro: Gloria al Padre... ahora y siempre...
Señor ten piedad (tres veces). Bendice Padre.
Sacerdote: Cristo, nuestro verdadero Dios, por las oraciones de su Madre
Purísima, de San... (Nombre del patrono de la Iglesia...) N. y de todos los
Santos, tenga piedad de nosotros y nos salve.
Después el sacerdote hace reverencia al obispo, al superior del Monasterio y a todos los
hermanos diciendo:
Bendecid, padres Santos y perdonadme a mí pecador, por lo que he
pecado en la pasada noche en obra, palabras, pensamientos y con todos
mis sentidos. (Inclinación).
Y los Hermanos:
Dios Te perdone y tenga piedad de ti Santo Padre. Bendecid Padre Santo
y perdona y ruega por mí (nosotros) pecador (es). (Inclinación)
Sacerdote: Por la gracia del Señor, Dios que nos perdone y tenga piedad
de nosotros.
279
Sacerdote: Roguemos por nuestro patriarca N., obispo N. y por toda
nuestra fraternidad en Cristo.
Coro: Señor, ten piedad.
En voz baja y lentamente después de cada petición.
❖ Por este país y por quienes lo gobiernan.
❖ Por quienes nos odian, por quienes nos aman y por quienes nos
sirven.
❖ Por quienes nos han pedido a nosotros, aunque indignos, que
recemos por ellos.
❖ Por la pronta liberación de los cautivos y de los secuestrados.
❖ Por nuestros padres y hermanos ausentes.
❖ Por quienes viajan por tierra mar o aire.
❖ Por quienes sufren a causa de la enfermedad.
❖ Roguemos por la abundancia de los frutos de la tierra.
❖ Y por todos los cristianos ortodoxos.
❖ Por nuestros padres y hermanos difuntos que descansan aquí, que
nos han precedido en la fe, y por todos los fieles difuntos del mundo
entero.
Sacerdote: Digamos nosotros también unos por otros:
Coro: Señor, ten piedad (tres veces).
Coro: Amén.
Sacerdote: Por las oraciones de nuestros santos padres, Señor
Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de nosotros. Amén.

 

280
OFICIO DE MEDIANOCHE
DOMINICAL


El Sacerdote, revestido de epitraquilio, entra al Santuario, abre el Bello Velo, y mirando hacia el


oriente, exclama:
Sacerdote: Bendito sea nuestro  Dios, eternamente, ahora y siempre,
y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Si es leída, o en tiempo pascual, no es necesario leer el Trisagio (es reemplazado


por la recitación por tres veces de: “Cristo ha resucitado de entre los muertos,
con su muerte Él ha vencido la muerte, y a aquellos que estaban en la tumba Él
les ha dado la vida”); de la fiesta de la Ascensión del Señor hasta la víspera de
Pentecostés se comienza directamente con: “Vengan adoremos y postrémonos
ente nuestro Rey y Dios…,” de lo contrario hay que decirlo:

Lector: Gloria a Ti, Dios nuestro, gloria a Ti. Rey Celestial, Consolador,
Espíritu de Verdad, que estás en todo lugar y que todo lo llenas, Tesoro
de bienes y Dador de la vida, ven y habita en nosotros, purifícanos de
toda mancha, y salva, Tú que eres bueno, nuestras almas
Santo  Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, Ten piedad de nosotros.
(Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visítanos y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
281
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro...

Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre,  Hijo


y del Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Lector: Amén. Señor, ten piedad. (Doce veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante nuestro Rey y Dios.
(Metanía profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante Cristo, nuestro Rey y Dios.
(Metanía profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante el mismo Cristo, Él es
nuestro Rey y nuestro Dios. (Metanía profunda)
 Salmo 50 
Lector: Ten piedad de mí, Oh Dios, por Tu gran misericordia, según la
multitud de tus bondades, borra mi iniquidad. Lávame de mi maldad, y
límpiame de mi pecado, pues reconozco mis culpas, y mi pecado está
siempre ante mí. Contra Ti sólo, he pecado, he hecho el mal en Tu
presencia, por lo tanto, eres justo en Tu sentencia, soberano en Tu juicio.
Considera que en maldad fui formado, y en pecado me concibió mi
madre. Porque Tú amas la verdad; me descubriste los misterios
profundos de Tu sabiduría. Rocíame con hisopo y seré puro; lávame y
emblanqueceré más que la nieve. Hazme oír palabras de gozo y alegría,
y mis huesos abatidos se estremecerán. Aparta Tu faz de mis pecados; y
borra todas mis iniquidades. Crea en mí, Oh Dios, un corazón puro, y
renueva dentro de mí un espíritu recto. No me arrojes de Tu presencia, y
no quites de mí Tu Espíritu Santo. Devuélveme el gozo de Tu salvación,
confírmame un espíritu generoso. Enseñaré a los impíos tus caminos, y
los pecadores se convertirán a Ti. Líbranos de la sangre; Oh Dios, Dios
de mi salvación y cantará mi lengua Tu justicia. Abre Señor mis labios, y
cantará mi boca tus alabanzas. Si hubieras deseado sacrificios, en verdad
282
Te los ofrecería, más no son los holocaustos los que Te placen.
Sacrificio agradable a Dios es el alma arrepentida; al corazón contrito y
humillado, Señor, Tú no los desprecias. Señor, en Tu bondad, trata
benignamente a Sión, para que puedan reedificarse los muros de
Jerusalén. Entonces aceptarás el sacrificio de justicia, las ofrendas y
holocaustos, entonces se Te ofrecerán víctimas sobre Tu altar.
Se lee el Canon, según el Octótono
Después del Canon, cantamos los siguientes himnos a la Santísima Trinidad
Coro: ¡Digno es en verdad glorificarte oh Dios Verbo! Ante Quién
tiemblan los Querubines y se estremecen los Serafines. Glorificado por
las huestes celestiales. A aquel que resucitó del sepulcro en el tercer día:
Cristo dador de vida, glorifiquemos con temor.
Alabemos todos con cánticos divinos; al Padre,  al Hijo y al Espíritu
Divino; un poder en tres personas, un Reino y un solo Dios.
A quien todos los mortales de la tierra cantan, a quien glorifican las
fuerzas celestiales, una naturaleza, tres personas, alabado en la fe por
todos.
Oh Señor sin igual de los querubines y de los serafines, que eres Triunfo,
el principio de todo. A Ti Excelso Soberano Te magnificamos.
Me inclino delante del Padre y Dios sin principio, junto con el Verbo y el
Espíritu consubstancial y coeterno; honremos con cánticos a la única,
inseparable Trinidad.
Haz que tus rayos de luz me iluminen oh Dios mío en tres personas. Y
muéstrame la morada de Tu inaccesible gloria. Resplandeciente y lleno
de luz e inmutabilidad.
Glorifiquemos con temor a Cristo. Dador de la vida, inefablemente
encarnado de la Virgen ante quien tiemblan y se estremecen los
Querubines y a quien glorifican los Coros Angélicos.
Trisagio
Lector: Santo  Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, Ten piedad de
nosotros. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
283
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visítanos y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Padre nuestro...

Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre,  Hijo


y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Lector: Amén.

Hypakoy del Tono Dominical

Ηyρaκοy, Tono 1
Por el arrepentimiento el malhechor ha encontrado el paraíso y luego de
la lamentación, las Miróforas proclamaron la alegre nueva de que Tú
habías resucitado, oh Cristo Dios nuestro, concediendo al mundo gran
misericordia.
Hypakoy, Tono 2
Las mujeres que, después de la pasión, llegaron al sepulcro a ungir Tu
cuerpo, oh Cristo Dios nuestro, vieron al ángel en el sepulcro y se
atemorizaron, Más él les reveló la resurrección del Señor, concediendo al
mundo gran misericordia.
Hypakoy, Tono 3
Asombroso por su aparición, refrescante por su lenguaje, dijo el radiante
ángel a las Miróforas: por qué buscan al Vivo en la tumba, ha resucitado,
ha dejado el sepulcro; conózcanlo como el inmutable Eliminador de la
corrupción; digan a Dios: Que maravillosas son tus obras, porque has
salvado a la humanidad.
Hypakoy, Tono 4
Al conocer tu glorioso despertar, oh Cristo, las Miróforas, que habían ido
antes a tu sepulcro, proclamaron a los Apóstoles, que Tú habías
resucitado como Dios, concediendo al mundo gran misericordia.
284
Hypakoy, Tono 5
Las Miróforas asombradas, llevando en su mente la visión del ángel y
sus almas iluminadas por el divino despertar, anunciaron a los
Apóstoles: proclamen entre las naciones la resurrección del Señor, quien
obra maravillas y nos concede gran misericordia.
Hypakoy, Tono 6
Habiendo destruido, con Tu muerte voluntaria y dadora de vida, las
puertas del hades como Dios, nos has abierto el antiguo paraíso y
habiendo resucitado de la muerte, has liberado nuestra vida de la
corrupción.
Hypakoy, Tono 7
Tú que adoptaste nuestra forma y soportaste la cruz corporalmente,
sálvame por Tu resurrección, oh Cristo Dios, Tú que amas a la
humanidad.
Hypakoy, Tono 8
Las Miróforas, ante el sepulcro del dador de la vida, buscaron al
Maestro, el Inmortal, entre los muertos y habiendo recibido del ángel la
alegre noticia, anunciaron a los Apóstoles que Cristo Dios había
resucitado, concediendo al mundo gran misericordia.
Señor ten piedad (cuarenta veces). Gloria al Padre,… Más honorable
que….
En el nombre del Señor, bendice Padre.
Sacerdote: Señor ten misericordia de nosotros y bendícenos, haz
resplandecer Tu rostro sobre nosotros y ten piedad.
Lector: Amén.
Sacerdote: Oh Creador Omnipotente, origen de toda luz, que diste por
tu bondad existencia de la nada a toda la creación, en la tierra o en el
firmamento, proveyéndolos y alimentándolos; quien, después de
prodigarle a la humanidad otros inefables beneficios, que nacen de la
tierra, nos has otorgado además el arrepentimiento a causa de nuestras
debilidades corporales, incluso a la hora de la muerte: no nos permitas a
nosotros infelices pecadores, morir en nuestras malvadas acciones, ni
que el envidioso príncipe del mal nos convierta en su hazmerreír.
Porque Tú ves, oh mi bondadoso Dios, la extensión de su calumnia y
285
hostilidad, y el grado de nuestra vehemencia, debilidad y
negligencia. Te suplicamos que Tu bondad inagotable se revele en
nosotros, que todos los días y a toda hora, Te ofendemos al quebrantar
los preciados y vivificantes mandamientos, y nos exoneres y perdones
también de todo lo que hemos pecado durante nuestra vida pasada, e
incluso hasta la hora actual, de obra, palabras y pensamientos.
Concédenos vivir el resto de nuestra vida en arrepentimiento, en
contrición, y observando tus sagrados preceptos: Si seducidos por el
placer, hemos pecado de diversas maneras, o nos hemos dejado
engatusar por abominables deseos y hemos pasado el tiempo en inútiles
y perniciosas lujurias; si además impulsados por la ira y la furia
irracional hemos ofendido nuestros hermanos; si por nuestra lengua nos
hemos trabado en inevitables, fraudulentas o torcidas y fuertes
asechanzas; si por alguno de nuestros sentidos o por todos, voluntaria o
involuntariamente, a sabiendas o inadvertidamente, mediante el engaño
o la persuasión, hemos tambaleado torpemente; si con malévolos y vanos
pensamientos hemos corrompido nuestra conciencia; si de cualquier
manera hemos pecado, nos ha vencido el nefasto azar o nos hemos
rendido ante el vicio, perdónanos y libéranos, oh Dios misericordioso,
clemente y benevolente; y danos por el resto de nuestra vida, coraje y
fortaleza, para que podamos llevar a cabo Tu digna, grata y perfecta
voluntad; que habiendo, por la luz del arrepentimiento, abandonado el
pecaminoso sendero de la noche y la oscuridad, y caminando
honradamente como a la luz del día, podamos aparecer purificados,
aunque indignos, gracias a Tu amor por la humanidad, cantándote y
ensalzándote por toda la eternidad. Amén.
Sacerdote: Gloria a Ti Cristo Dios, esperanza nuestra, Gloria a Ti.
Coro: Gloria al Padre..., ahora y siempre. Amén.
Señor ten piedad (tres veces).
Bendice, Padre.
Sacerdote: Cristo nuestro verdadero Dios, quien resucitó de entre los
muertos, por las oraciones de su Purísima Madre, de los Santos e Ilustres
Apóstoles, de nuestro Padre entre los Santos N. (patrono de la Iglesia), tenga
piedad de nosotros y nos salve porque es bueno y ama la humanidad.
Coro: Amén.
286
Sacerdote: Que el Señor Dios, tenga misericordia de nosotros, nos
bendiga  haga resplandecer su rostro sobre nosotros, y perdone
nuestras faltas.
Coro: Señor ten piedad (tres veces).
Sacerdote: De nuevo rogamos por esta ciudad (sagrado monasterio), por
cada ciudad, aldea y cada país, para que sean preservados de toda
hambruna, epidemia, temblor de tierra, inundación, incendio, invasión y
guerra civil; y para que nuestro bueno y filántropo Dios, sea favorable y
bondadoso; para que El pueda aplacar su ira contra nosotros y librarnos
de los justos castigos que nos amenazan, ten piedad de nosotros.
Coro: Señor ten piedad (cuarenta veces).
Sacerdote: Escúchanos oh Dios Salvador nuestro. Esperanza hasta los
confines de la tierra y de los que están lejos en el mar, sed compasivo oh
Soberano con nuestros pecados y ten misericordia de nosotros. Porque
eres un Dios misericordioso y amante de la humanidad, y a Ti te
glorificamos: Padre,  Hijo y Espíritu Santo. Ahora y siempre y por los
siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Sacerdote: Gloria a Ti Cristo Dios, nuestra esperanza, gloria a Ti.
Coro: Gloria al Padre... ahora y siempre...
En el nombre del Señor bendice padre, (si es Obispo), Soberano bendice.
Sacerdote: Cristo, nuestro verdadero Dios, por las intercesiones de su
Madre Purísima, de San... (Nombre del patrono de la Iglesia...) N. y de todos
los Santos, que tenga piedad de nosotros, nos salve, porque es
bondadoso y ama la humanidad.
Después el sacerdote hace reverencia al obispo, al superior del Monasterio y a todos los
hermanos diciendo
Bendecid, padres Santos y perdonadme a mí pecador, por lo que he
pecado en la pasada noche en obra, palabras, pensamientos y con todos
mis sentidos. (Inclinación).
Y los Hermanos
Dios Te perdone y tenga piedad de ti Santo Padre, bendecid Padre Santo
y perdona y ruega por mí pecador. (Inclinación)
287
Sacerdote: Por la gracia del Señor, Dios nos perdone y tenga
piedad de nosotros.
Sacerdote: Roguemos a nuestro Señor por nuestro patriarca N., por
nuestro Obispo N., y por toda nuestra fraternidad en Cristo.
Coro: Señor, ten piedad.
En voz baja y lentamente después de cada petición.
❖ Por este país y por quienes lo gobiernan.
❖ Por quienes nos odian, por quienes nos aman y por quienes nos
sirven.
❖ Por quienes nos han pedido a nosotros, aunque indignos, que
recemos por ellos.
❖ Por la pronta liberación de los cautivos y de los secuestrados.
❖ Por nuestros padres y hermanos ausentes.
❖ Por los que viajan por tierra, mar o aire.
❖ Por los que sufren a causa de la enfermedad.
❖ Roguemos por la abundancia de los frutos de la tierra.
❖ Y por todos los fieles ortodoxos.
❖ Por nuestros padres y hermanos difuntos, que nos precedieron en la
fe, y que descansan aquí, y por todos fieles difuntos del mundo
entero.
Sacerdote: Digamos nosotros también unos por otros:
Coro: Señor, ten piedad (tres veces).
Coro: Amén.
Sacerdote: Por las oraciones de nuestros santos padres, Señor
Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de nosotros. Amén.
Veneramos los Santos Iconos, recibimos la bendición del Superior y del Obispo.

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288
PROQUÍMENON DEL OCTOTONO

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Tono I
Sacerdote: Ahora me levantaré dice el Señor, para ponerlos a salvo; yo
les inspiraré confianza.
Coro: Ahora me levantaré dice el Señor, ponerlos a salvo; yo les
inspiraré confianza.
Verso: Las palabras del Señor, son palabras puras.
Coro: Ahora me levantaré dice el Señor, ponerlos a salvo; yo les
inspiraré confianza.
Sacerdote: Ahora me levantaré dice el Señor.
Coro: Yo les inspiraré confianza.

Tono II
Sacerdote: Levántate, oh Señor, según Tu promesa y las naciones se
reunirán en torno a ti.
Coro: Levántate, oh Señor, según Tu promesa y las naciones se
reunirán en torno a ti.
Verso: Señor Dios mío, en ti he puesto mi esperanza, sálvame.
Coro: Levántate, oh Señor, de tu enojo y ostenta Tu grandeza en
medio de Tus enemigos.
Sacerdote: Levántate, oh Señor, según tu promesa.
Coro: Y las naciones se reunirán en torno a ti.

Tono III
Sacerdote: Anunciad entre las naciones que reina el Señor porque El
afirmó el orbe, el cual jamás tambaleará.
Coro: Anunciad entre las naciones que reina el Señor porque El
afirmó el orbe, el cual jamás tambaleará.
Verso: Cantad al Señor un cántico nuevo; regiones todas de la
tierra cantad al Señor.
289
Coro: Anunciad entre las naciones que reina el Señor porque El
afirmó el orbe, el cual jamás tambaleará.
Sacerdote: Anunciad entre las naciones que reina el Señor.
Coro: Porque El afirmó el orbe, el cual jamás se tambaleará.

Tono IV
Sacerdote: Levántate, oh Señor socórrenos, redímenos por amor de Tu
nombre.
Coro: Levántate, oh Señor socórrenos, redímenos por amor de Tu
nombre.
Verso: Oh Dios, lo hemos oído, pues nuestros padres nos lo han
contado.
Coro: Levántate, oh Señor socórrenos, redímenos por amor de Tu
nombre.
Sacerdote: Levántate, oh Señor socórrenos.
Coro: Redímenos por amor de Tu nombre.

Tono V
Sacerdote: Levántate oh Señor y alza Tu mano, porque Tú reinarás
eternamente.
Coro: Levántate oh Señor y alza Tu mano, porque Tú reinarás
eternamente.
Verso: A Ti oh Señor daré gracias con todo mi corazón; contaré
todas tus maravillas.
Coro: Levántate oh Señor y alza Tu mano, porque Tú reinarás
eternamente.
Sacerdote: Levántate oh Señor y alza Tu mano.
Coro: Porque Tú reinarás eternamente.

Tono VI
Sacerdote: Muestra tu poder Oh Señor, y ven a salvarnos.
Coro: Muestra tu poder Oh Señor, y ven a salvarnos.
Verso: Escucha tú oh pastor de Israel, Tú que apacientas a José
como a una oveja.
Coro: Muestra tu poder Oh Señor, y ven a salvarnos.
290
Sacerdote: Muestra tu poder Oh Señor.
Coro: Y ven a salvarnos.

Tono VII
Sacerdote: Levántate oh Señor Dios y alza Tu mano; no Te olvides de
los desvalidos hasta el final.
Coro: Levántate oh Señor Dios y alza Tu mano; no Te olvides de
los desvalidos hasta el final.
Verso: A Ti oh Señor, daré gracias con todo mi corazón; contaré
todas tus maravillas.
Coro: Levántate oh Señor Dios y alza Tu mano; no Te olvides de
los desvalidos hasta el final.
Sacerdote: Levántate oh Señor Dios y alza Tu mano.
Coro: No Te olvides de los desvalidos hasta el final.

Tono VIII
Sacerdote: El Señor reinará eternamente; tu Dios Sión de generación
en generación.
Coro: El Señor reinará eternamente; tu Dios Sión de generación
en generación.
Verso: Alaba oh alma mía al Señor, alabaré al Señor mientras
viva.
Coro: El Señor reinará eternamente; tu Dios Sión de generación
en generación.
Sacerdote: El Señor reinará eternamente.
Coro: Tu Dios Sión de generación en generación.
Sacerdote: Oremos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.

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291
ODAS PARA TODOS LOS DÍAS
I Oda — los Lunes
Cánticos de Moisés El Profeta (Éxodo, 15:1-19)
1 Entonces Moisés y los israelitas cantaron este cántico al Señor. Dijeron:
«Canto al Señor pues se cubrió de gloria arrojando en el mar caballo y
carro. 2 Mi fortaleza y mi canción es el Señor. El es mi salvación. El, mi
Dios, yo le glorifico, el Dios de mi padre, a quien exalto. 3 El Señor es ¡Un
guerrero, Yahveh es su nombre! 4 Los carros de Faraón y sus soldados
precipitó en el mar. La flor de sus guerreros tragó el mar de Suf; 5 los
cubrió el abismo, hasta el fondo cayeron como piedra. 6 Tu diestra,
Señor, relumbra por su fuerza; tu diestra, el Señor, aplasta al enemigo. 7
En tu gloria inmensa derribas tus contrarios, desatas tu furor y los
devora como paja. 8 Al soplo de tu ira se apiñaron las aguas, se irguieron
las olas como un dique, los abismos cuajaron en el corazón del mar. 9
Dijo el enemigo: «Marcharé a su alcance, repartiré despojos, se saciará mi
alma, sacaré mi espada y los aniquilará mi mano.» 10 Mandaste tu soplo,
los cubrió el mar; se hundieron como plomo en las temibles aguas. 11
¿Quién como tú, Señor, entre los dioses? ¿Quién como tú, glorioso en
santidad, terrible en prodigios, autor de maravillas? 12 Tendiste tu diestra
y los tragó la tierra. 13 Guiaste en tu bondad al pueblo rescatado. Tu
poder los condujo a tu santa morada. 14 Lo oyeron los pueblos, se
turbaron, dolor como de parto en Filistea. 15 Los príncipes de Edom se
estremecieron, se angustiaron los jefes de Moab y todas las gentes de
Canaán temblaron. 16 Pavor y espanto cayó sobre ellos. La fuerza de tu
brazo los hizo enmudecer como una piedra, hasta que pasó tu pueblo, oh
Señor, hasta pasar el pueblo que compraste. 17 Tú le llevas y le plantas en
el monte de tu herencia, hasta el lugar que tú te has preparado para tu
sede, ¡oh Señor! Al santuario, Adonay, que tus manos prepararon. 18 ¡El
Señor reinará por siempre jamás!» 19 Porque cuando los caballos de
Faraón y los carros con sus guerreros entraron en el mar, el Señor hizo
que las aguas del mar volvieran sobre ellos, mientras que los israelitas
pasaron a pie enjuto por medio del mar.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.
292
Ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

II Oda — los Martes


Cántico de Moisés: Deuteronomio: 32: 1 - 43.
1 Prestad oído, cielos, que hablo yo, escuche la tierra las palabras de mi
boca. 2 Como lluvia se derrame mi doctrina, caiga como rocío mi palabra,
como blanda lluvia sobre la hierba verde, como aguacero sobre el
césped. 3 Porque voy a aclamar el nombre de Yahveh; ¡ensalzad a
nuestro Dios! 4 El es la Roca, su obra es consumada, pues todos sus
caminos son justicia. Es Dios de la lealtad, no de perfidia, es justo y recto.
5 Se han pervertido los que él engendró sin tara, generación perversa y
tortuosa. 6 ¿Así pagáis al Señor, pueblo insensato y necio? ¿No es él tu
padre, el que te creó, el que te hizo y te fundó? 7 Acuérdate de los días de
antaño, considera los años de edad en edad. Interroga a tu padre, que te
cuente, a tus ancianos, que te hablen. 8 Cuando el Altísimo repartió las
naciones, cuando distribuyó a los hijos de Adán, fijó las fronteras de los
pueblos, según el número de los hijos de Dios; 9 mas la porción del Señor
fue su pueblo, Jacob su parte de heredad. 10 En tierra desierta le
encuentra, en la soledad rugiente de la estepa. Y le envuelve, le sustenta,
le cuida, como a la niña de sus ojos. 11 Como un águila incita a su nidada,
revolotea sobre sus polluelos, así el despliega sus alas y te toma, y le
lleva sobre su plumaje. 12 Sólo el Señor le guía a su destino, con él ningún
dios extranjero. 13 Le hace cabalgar por las alturas de la tierra, le alimenta
de los frutos del campo, le da a gustar miel de la peña, y aceite de la dura
roca, 14 cuajada de vacas y leche de ovejas, con la grasa de corderos;
carneros de raza de Basán, y machos cabríos, con la flor de los granos de
trigo, y por bebida la roja sangre de la uva. 15 Come Jacob, se sacia,
engorda Yesurún, respinga, - te has puesto grueso, rollizo, turgente -,
rechaza a Dios, su Hacedor, desprecia a la Roca, su salvación. 16 Le
encelan con dioses extraños, le irritan con abominaciones. 17 Sacrifican a
demonios, no a Dios, a dioses que ignoraban, a nuevos, recién llegados,
que no veneraron vuestros padres. 18 (¡Desdeñas a la Roca que te dio el
ser, olvidas al Dios que te engendró!) 19 El Señor lo ha visto y, en su ira,
ha desechado a sus hijos y a sus hijas. 20 Ha dicho: Les voy a esconder mi
293
rostro, a ver en qué paran. Porque es una generación torcida, hijos sin
lealtad. 21 Me han encelado con lo que no es Dios, me han irritado con
sus vanos ídolos; ¡pues yo también voy a encelarles con lo que no es
pueblo, con una nación fatua los irritaré! 22 Porque ha saltado fuego de
mi ira, que quemará hasta las honduras del seol; devorará la tierra y sus
productos, abrasará los cimientos de los montes. 23 Acumularé
desgracias sobre ellos, agotaré en ellos mis saetas. 24 Andarán
extenuados de hambre, consumidos de fiebre y mala peste. Dientes de
fieras mandaré contra ellos, veneno de reptiles. 25 Por fuera la espada
sembrará orfandad, y dentro reinará el espanto. Caerán a la vez joven y
doncella, niño de pecho y viejo encanecido. 26 He dicho: A polvo los
reduciría, borraría su recuerdo de en medio de los hombres, 27 si no
temiera azuzar el furor del enemigo, y que lo entiendan al revés sus
adversarios, no sea que digan: «Nuestra mano prevalece, y no es El
Señor el que hace todo esto.» 28 Porque es gente de consejo obtuso, y no
hay inteligencia en ellos. 29 Si fueran sabios, podrían entenderlo, sabrían
vislumbrar su suerte última. 30 Pues, ¿cómo un solo hombre puede
perseguir a mil, y dos poner en fuga a una miríada, sino porque su Roca
se los ha vendido, porque el Señor los ha entregado? 31 Mas no es su roca
como nuestra Roca, y nuestros enemigos son testigos. 32 Porque su viña
es viña de Sodoma y de las plantaciones de Gomorra: uvas venenosas
son sus uvas, racimos amargos sus racimos; 33 su vino, un veneno de
serpiente, mortal ponzoña de áspid. 34 Pero él, ¿no está guardado junto a
mí, sellado en mis tesoros? 35 A mí me toca la venganza y el pago para el
momento en que su pie vacile. Porque está cerca el día de su ruina, ya se
precipita lo que les espera. 36 (Que va hacer el Señor justicia al pueblo
suyo, va a apiadarse de sus siervos.) Porque verá que su fuerza se agota,
que no queda ya libre ni esclavo. 37 Dirá entonces: ¿Dónde están sus
dioses, roca en que buscaban su refugio, 38 los que comían la grasa de sus
sacrificios y bebían el vino de sus libaciones? ¡Levántense y os salven,
sean ellos vuestro amparo! 39 Ved ahora que yo, sólo yo soy, y que no
hay otro Dios junto a mí. Yo doy la muerte y doy la vida, hiero yo, y sano
yo mismo (y no hay quien libre de mi mano). 40 Sí, yo alzo al cielo mi
mano, y digo: Tan cierto como que vivo eternamente, 41 cuando afile el
rayo de mi espada, y mi mano empuñe el Juicio, tomaré venganza de mis
294
adversarios, y daré el pago a quienes me aborrecen. 42 Embriagaré de
sangre mis saetas, y mi espada se saciará de carne: sangre de muertos y
cautivos, cabezas encrestadas de enemigos. 43 ¡Cielos, exultad con él, y
adórenle los hijos de Dios! ¡Exultad, naciones, con su pueblo, y todos los
mensajeros de Dios narren su fuerza! Porque él vengará la sangre de sus
siervos, tomará venganza de sus adversarios, dará su pago a quienes le
aborrecen y purificará el suelo de su pueblo.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

III Oda — los Miércoles


Cánticos de Ana Profetiza 1 Samuel 2:1-10.
1 Entonces Ana dijo esta oración: «Mi corazón exulta en el Señor, mi cuerno se
levanta en Dios, mi boca se dilata contra mis enemigos, porque me he gozado en
tu socorro. 2 No hay Santo como el Señor, (porque nadie fuera de ti), ni roca
como nuestro Dios. 3 No multipliquéis palabras altaneras. No salga de vuestra
boca la arrogancia. Dios de sabiduría es el Señor, suyo es juzgar las acciones. 4
El arco de los fuertes se ha quebrado, los que tambalean se ciñen de fuerza. 5
Los hartos se contratan por pan, los hambrientos dejan su trabajo. La estéril da a
luz siete veces, la de muchos hijos se marchita. 6El Señor da muerte y vida, hace
bajar al Seol y retornar. 7 El Señor enriquece y despoja, abate y ensalza. 8
Levanta del polvo al humilde, alza del muladar al indigente para hacerle sentar
junto a los nobles, y darle en heredad trono de gloria, pues del Señor los pilares
de la tierra y sobre ellos ha sentado el universo. 9 Guarda los pasos de sus fieles,
y los malos perecen en tinieblas, (pues que no por la fuerza triunfa el hombre). 10
El Señor, ¡quebrantados sus rivales! el Altísimo truena desde el cielo. El Señor
juzga los confines de la tierra, da pujanza a su Rey, exalta el cuerno de su
Ungido.»
• Darás oración al que ora, y bendices los años del justo.
• Porque no estará firme el hombre por su propia fuerza, temblarán
delante del Señor sus adversarios, Santo es el Señor.
• Que no se vanaglorie el sabio con su sabiduría ni el hombre fuerte
con su fuerza, y el rico de sus riquezas. Sí, que se enorgullece, aquél,
295
que entiende y conoce al Señor, que hace justicia y rectitud en la
tierra.
• El Señor subirá al cielo y tronará, el juzgará a toda la tierra. Y dará el
imperio de ella a su rey, y ensalzará la gloria y el poder de su Cristo.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

IV Oda — los Jueves


Cántico de Habacuc, 3:1-19
1 Oración del profeta Habacuc, en el tono de las lamentaciones. 2 ¡Señor,
he oído tu fama, tu obra venero, Señor! ¡En medio de los años hazla
revivir en medio de los años dala a conocer, aun en la ira acuérdate de
tener compasión! 3 Viene Dios de Temán, el Santo, del monte Parán. Su
majestad cubre los cielos, de su gloria está llena la tierra. 4 Su fulgor es
como la luz, rayos tiene que saltan de su mano, allí se oculta su poder. 5
Delante de él marcha la peste, sale la fiebre tras sus pasos. 6 Se planta él y
hace temblar la tierra, mira y hace estremecerse a las naciones; se
desmoronan los montes eternos, se hunden los collados antiguos, ¡sus
caminos de siempre! 7 En desgracia he visto las tiendas de Kusán, se
estremecen los pabellones de Madián. 8 ¿Contra los ríos arde tu cólera,
Señor, contra el mar tu furor, para que montes en tus caballos, en tus
carros de victoria? 9 Tú desnudas tu arco, sacias su cuerda de saetas. De
ríos surcas tú la tierra; 10 te ven y se espantan los montes, un diluvio de
agua pasa, el abismo deja oír su voz. En alto levanta sus manos 11 el sol,
la luna se detiene en su sitio, a la luz de tus saetas que parten, al fulgor
del centellear de tu lanza. 12 Con furia atraviesas la tierra, con cólera
pisoteas las naciones. 13 Tú sales a salvar a tu pueblo, a salvar a tu
ungido. Estrellas la cabeza de la casa del impío, desnudas sus cimientos
hasta el cuello. 14 Traspasas con tus dardos la cabeza de sus nobles que se
lanzaban para dispersarnos con su estrépito, como si fuesen a devorar al
desdichado en su escondrijo. 15 Tú surcas el mar con tus caballos, el
borbotar de las inmensas aguas. 16 ¡He oído y mis entrañas se
estremecen, a esa voz titubean mis labios, penetra la caries en mis
huesos, bajo mí tiemblan mis pasos! Tranquilo espero el día de la
296
angustia, que va a subir sobre el pueblo que nos asalta. 17 (Pues la
higuera no volverá a echar brotes, ni habrá que recoger en las viñas.
Fallará la cosecha del olivo, los campos no darán alimento, faltará el
ganado menor en el aprisco, no habrá ganado mayor en los establos.) 18
¡Mas yo en el Señor exultaré, jubilaré en el Dios de mi salvación! 19 El
Señor, mi señor es mi fuerza, él me da pies como los de ciervas, y por las
alturas me hace caminar.
"Gloria a Tu fuerza, oh Señor"
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

V Oda — Los Viernes


Profeta Isaías, 26:9-20
9 Con toda mi alma te anhelo en la noche, y con todo mi espíritu por la
mañana te busco. Porque cuando tú juzgas a la tierra, aprenden justicia
los habitantes del orbe. 10 Aunque se haga gracia al malvado, no aprende
justicia; en tierra recta se tuerce, y no teme la majestad del Señor. 11
Señor, alzada está tu mano, pero no la ven; verán tu celo por el pueblo y
se avergonzarán, tu ira ardiente devorará a tus adversarios. 12 Señor, tú
nos pondrás a salvo, que también llevas a cabo todas nuestras obras. 13
Señor, Dios nuestro, nos han dominado otros señores fuera de ti, pero no
recordaremos otro Nombre sino el tuyo. 14 Los muertos no vivirán, las
sombras no se levantarán, pues los has castigado, los has exterminado y
has borrado todo recuerdo de ellos. 15 Has aumentado la nación, Señor,
has aumentado la nación y te has glorificado, has ampliado todos los
límites del país. 16 Señor, en el aprieto de tu castigo te buscamos; la
angustia de la opresión era tu castigo para nosotros. 17 Como cuando la
mujer encinta está próxima al parto sufre, y se queja en su trance, así
éramos nosotros delante de ti, Señor. 18 Hemos concebido, tenemos
dolores como si diésemos a luz viento; pero no hemos traído a la tierra
salvación, y no le nacerán habitantes al orbe. 19 Revivirán tus muertos,
tus cadáveres resurgirán, despertarán y darán gritos de júbilo los
moradores del polvo; porque rocío luminoso es tu rocío, y la tierra
297
echará de su seno las sombras. 20 Vete, pueblo mío, entra en tus
cámaras y cierra tu puerta tras de ti, escóndete un instante hasta que
pase la ira.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

VI Oda — los Viernes


Jonás, 2:2-9
2 Jonás oró al Señor su Dios desde el vientre del pez. 3 Dijo: Desde mi
angustia clamé al Señor y él me respondió; desde el seno del seol grité, y
tú oíste mi voz. 4 Me habías arrojado en lo más hondo, en el corazón del
mar, una corriente me cercaba: todas tus olas y tus crestas pasaban sobre
mí. 5 Yo dije: ¡Arrojado estoy de delante de tus ojos! ¿Cómo volveré a
contemplar tu santo Templo? 6 Me envolvían las aguas hasta el alma, me
cercaba el abismo, un alga se enredaba a mi cabeza. 7 A las raíces de los
montes descendí, a un país que echó sus cerrojos tras de mí para
siempre, mas de la fosa tú sacaste mi vida, Señor, Dios mío. 8 Cuando mi
alma en mí desfallecía me acordé del Señor, y mi oración llegó hasta ti,
hasta tu santo Templo. 9 Los que veneran vanos ídolos su propia gracia
abandonan.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

VII Oda — Los Viernes


Profeta Daniel, 3:26-56. La Oración de los Tres Jóvenes
26 "¡Bendito seas tú, Señor, Dios de nuestros padres, que tu nombre sea
alabado y glorificado eternamente!
27 Porque eres justo en todo lo que haces, todos tus caminos son rectos,

tus obras son verdaderas y todos tus juicios son irreprochables.


28 Has llevado a efecto una justa sentencia al permitir todo lo que nos

pasó a nosotros y a Jerusalén, la ciudad santa de nuestros padres. Sí, nos


trataste con lealtad y justicia cuando dejaste caer sobre nosotros todo eso
por culpa de nuestros pecados.
298
29 Porque pecamos y cometimos la injusticia, alejándonos de ti; hemos
pecado en todo eso gravemente; no hemos obedecido tus mandamientos.
30 No los hemos cumplido, no hemos hecho lo que tú nos mandaste para

que tu bendición viniera sobre nosotros.


31 En todo lo que has permitido que nos pasara, en todo lo que has

hecho, has actuado según una justa decisión.


32 Nos entregaste en manos de enemigos paganos, los más detestables de

los infieles, nos entregaste a un rey injusto, el más perverso de toda la


tierra.
33 Actualmente ya no nos atrevemos a abrir la boca, tus servidores y los

que te adoran están cubiertos de vergüenza y de confusión.


34 En honor a tu nombre no nos abandones para siempre ni te olvides de

tu alianza.
35 En recuerdo de Abrahán tu amigo, de Isaac tu servidor y de Israel tu

santo no alejes de nosotros tu misericordia,


36 tú que prometiste multiplicar su descendencia como las estrellas del

cielo y como la arena que está a orillas del mar.


37 Sí, Señor, entre todas las naciones de la tierra somos los más pobres, y

hemos sido humillados ante toda la tierra por culpa de nuestros pecados.
38 No hemos tenido en todo este tiempo ni príncipe, ni profeta, ni jefe, ni

holocausto, ni sacrificio ni ofrenda, ni incienso, ni siquiera un lugar para


presentártelos y ser acogidos con benevolencia.
39 Recibe sin embargo nuestro corazón destrozado y nuestro espíritu

humillado como si fueran holocaustos de carneros y de toros, o


sacrificios de miles de gordos corderos.
40 Que así sea ahora nuestro sacrificio ante ti, concédenos seguirte

fielmente, porque los que en ti ponen su confianza no quedarán


decepcionados.
41 Ahora te seguimos con todo nuestro corazón, te tenemos y buscamos

tu rostro. No nos cubras de vergüenza,


42 sino que trátanos según tu benevolencia y según tu gran misericordia.
43 Líbranos con tu poder y haz que veamos la gloria de tu Nombre,

Señor.
299
Que todos los que maltratan a tus servidores se vean confundidos y
44

cubiertos de vergüenza, que sean privados de todo poder y de toda


autoridad y que sus fuerzas sean aniquiladas.
45 Que reconozcan que tú eres el Señor, el único Dios glorioso en toda la

tierra".
46 Sin embargo, los servidores del rey que los habían echado al horno

seguían calentándolo con alquitrán, pez, aceite y leña. 47Las llamas se


elevaron veinticinco metros por encima del Horno48 y quemaron a los
caldeos que se encontraban cerca del horno.49 Pero el ángel del Señor
había descendido al horno donde estaban Azarías y sus compañeros y
había apartado la llama del horno.50 Hizo que soplara como una suave
brisa en el horno lo suficiente para que el fuego no los tocara ni les
causara dolor ni sufrimiento.
51 Entonces los tres, como un solo corazón, se pusieron a cantar, a

glorificar y a bendecir a Dios desde el fondo del horno, diciendo:


52 "¡Bendito seas Señor, Dios de nuestros padres, alabado y ensalzado

eternamente! ¡Bendito sea tu nombre santo y glorioso, cantado y


ensalzado eternamente!
53 ¡Bendito seas en el Templo de tu santa gloria, cantado y alabado

eternamente!
54 ¡Bendito seas en el trono de tu reino, cantado y glorificado

eternamente!
55 ¡Bendito seas tú que sondeas los abismos y que te sientas sobre los

Querubines, alabado y cantado eternamente!


56 ¡Bendito seas en la bóveda del cielo, cantado y glorificado

eternamente!
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

VIII Oda — Todos los Días


Profeta Daniel, 3:57-88
57¡Todas las obras del Señor, bendecid al Señor, cantadle y glorificadle
eternamente!
300
58 ¡Ángeles del cielo, bendecid al Señor, cantadle y glorificadle
eternamente!
59 ¡Bendigan los cielos al Señor, cantadle y glorificadle eternamente!
60 ¡Todas las aguas del cielo, bendecid al Señor, cantadle y glorificadle

eternamente!
61 ¡Todos los poderes del Señor, bendecid al Señor, cantadle y glorificadle

eternamente!
62 ¡Sol y luna bendecid al Señor, cantadle y glorificadle eternamente!
63 ¡Estrellas del cielo bendecid al Señor, cantadle y glorificadle

eternamente!
64 ¡Lluvias y rocíos bendecid al Señor, cantadle y glorificadle

eternamente!
65 ¡Todos los vientos bendecid al Señor, cantadle y glorificadle

eternamente!
66 ¡Fuego y calor bendecid al Señor, cantadle y glorificadle eternamente!
67 ¡Frío y ardor bendecid al Señor, cantadle y glorificadle eternamente!
68 ¡Rocíos y escarchas bendecid al Señor, cantadle y glorificadle

eternamente!
69 ¡Hielo y frío bendecid al Señor, cantadle y glorificadle eternamente!
70 ¡Hielos y nieves bendigan al Señor, cántenle y glorifíquenlo

eternamente!
71 ¡Noches y días bendecid al Señor, cantadle y glorificadle eternamente!
72 ¡Luces y tinieblas bendecid al Señor, cantadle y glorificadle

eternamente!
73 ¡Rayos y nubes bendecid al Señor, cantadle y glorificadle eternamente!
74 ¡Bendiga la tierra al Señor, cantadle y glorificadle eternamente!
75 ¡Montañas y colinas bendecid al Señor, cantadle y glorificadle

eternamente!
76 ¡Todas las semillas que germinan en la tierra bendecid al Señor,

cantadle y glorificadle eternamente!


77 ¡Fuentes bendecid al Señor, cantadle y glorificadle eternamente!
78 ¡Mares y ríos bendecid al Señor, cantadle y glorificadle eternamente!
79 ¡Monstruos marinos y todo lo que se mueve en las aguas bendecid al

Señor, cantadle y glorificadle eternamente!


301
80¡Aves todas del cielo bendecid al Señor, cantadle y glorificadle
eternamente!
81 ¡Que todos los animales domésticos y las fieras salvajes bendigan al

Señor, cántenle y glorifíquenlo eternamente!


82 ¡Ustedes, todos los hijos de los hombres, bendigan al Señor, cántenle y

glorifíquenlo eternamente!
83 ¡Israel bendice al Señor, cantadle y glorificadle eternamente!
84 ¡Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor, cantadle y glorificadle

eternamente!
85 Todos ustedes servidores del Señor, bendigan al Señor, cántenle y

glorifíquenlo eternamente!
86 ¡Espíritus y almas de los justos bendecid al Señor, cantadle y

glorificadle eternamente!
87 ¡Todos los santos y los humildes de corazón, bendecid al Señor,

cantadle y glorificadle eternamente!


88 ¡Ananías, Azarías y Misael, bendigan al Señor, cántenle y glorifíquenlo

eternamente! Porque nos libró del infierno y nos salvó de la muerte; nos
arrancó del horno ardiente y nos sacó de en medio de las llamas.
Apóstoles, profetas y mártires del Señor: Alabadle y ensalzadle por los
siglos.
Bendigamos al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Coro: Glorifiquemos, bendigamos, inclinémonos ante el Señor,
cantándole y ensalzándole por los siglos.

Oda VIII y Catabasía


Sacerdote o Diacono: Levantando el incensario frente al icono de la Madre de Dios traza
la señal de la cruz mientras dice:
"A la Madre de Dios y Madre de la Luz, magnifiquemos con nuestros
himnos."
Más honorable que los Querubines, e incomparablemente más gloriosa
que los Serafines, Tú que incorrupta engendraste a Dios el Verbo,
verdaderamente eres la Madre de Dios, Te magnificamos.
302
1. Mi alma engrandece al Señor y mi espíritu se regocija en Dios mi
Salvador.
Verso: Más honorable que los Querubines, e incomparablemente más
gloriosa que los Serafines, Tú que incorrupta engendraste a Dios el
Verbo, verdaderamente eres la Madre de Dios, Te magnificamos.
2. Porque miro la humildad de su esclava, he aquí desde ahora me
llamarán bienaventurada todas las generaciones.
Verso: Más honorable que los Querubines,...
3. Porque ha hecho en mí maravillas el Poderoso, es Santo y su
misericordia va de generación en generación sobre los que le temen.
Verso: Más honorable que los Querubines,...
4. Desplegó el poder de Su brazo y deshizo la mira de los soberbios de
corazón.
Verso: Más honorable que los Querubines,...
5.Derribó del solio a los poderosos, y ensalzó a los humildes. Colmó de
bienes a los hambrientos y a los ricos se los despidió vacios.
Verso: Más honorable que los Querubines,...

IX Oda — todos los Días


Cántico de Zacarías, Padre de San Juan El Bautista. Lucas 1: 68-79
68 «Bendito el Señor Dios de Israel porque ha visitado y redimido a su pueblo. 69
suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, 70 como
había prometido desde tiempos antiguos, por boca de sus santos profetas, 71 es la
salvación que nos libra de nuestros enemigos y de las manos de todos los que
nos odiaban 72 ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres y
recordando su santa alianza 73 y el juramento que juró a nuestro padre Abraham,
para concedernos 74 que, libres de temor, y arrancados de las manos de nuestros
enemigos, le sirvamos 75 con santidad y justicia en su presencia, todos nuestros
días.
76 Y a ti, niño, te llamaran profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a
preparar sus caminos, 77 anunciando a su pueblo la salvación y el perdón de sus
pecados.
78 Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitara el sol que nace de
lo alto,
303
79 para iluminar a los que viven en tiniebla y sombra de muerte, para guiar
nuestros pasos por el camino de la paz.»
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén
El coro canta la Novena Oda.
Sacerdote o diácono: Pequeña Letanía
Exclamación: Porque a Ti Te alaban las potestades celestiales, y nosotros
Te rendimos gloria: Padre,  Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y
por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Si es día Simple Después de la Novena Oda (Catabasía) se Canta:
Digno es realmente bendecirte oh Madre de Dios; Siempre
bienaventurada e Inmaculada Virgen María, más honorable que los
Querubines e incomparablemente más gloriosa que los Serafines, Tú que
incorrupta diste a luz a Dios el Verbo, verdaderamente eres la Madre de
Dios, Te magnificamos.
Si es Domingo Cantamos:
Sacerdote: Santo es el Señor nuestro Dios.
Coro: Santo es el Señor nuestro Dios.
Sacerdote: Porque Santo es el Señor nuestro Dios.
Coro: Santo es el Señor nuestro Dios.
Sacerdote: Sobre todas las cosas está nuestro Dios.
Coro: Santo es el Señor nuestro Dios.
Luego, el Exapostilario del Octotono (si es domingo o un día de la semana, oficio
simple) y el Fotaginicon (Svetilen) si hubiere, del Santo del año; si hubiere Vigilia,
Polileos o Doxología, decimos solamente el Fotaginicon del Santo del año.

 

304
OFICIO DE CUARESMA


Pero, si es un oficio de Cuaresma, cantamos de la Fotaginikón en el tono apropiado tres
veces:
La Fotaginikón O Svetilen
Primer Tono
Oh, Señor de quien resplandece la luz, purifica mi alma de todo pecado:
Al final del lunes: Por las mediaciones de Tus incorpóreos, oh Señor,
sálvame.
Al final del martes: Por las intercesiones de Tu precursor, oh Señor,
sálvame.
Al final del miércoles y viernes: Por el poder de Tu Cruz, oh Señor,
sálvame.
Al final del jueves: Por las intercesiones de Tus Santos Apóstoles y de
San Nicolás, oh Señor, sálvame.
Todos los días de la semana:

Gloria al Padre...

Oh Señor de quien resplandece la luz purifica mi alma de todo pecado.


Por las intercesiones de Tus santos, oh Señor, sálvame.

Ahora y siempre, por los siglos de los siglos, Amén.

Oh Señor, de quien resplandece la luz, purifica mi alma de todo pecado.


Por las intercesiones de la Madre de Dios, oh Señor, sálvame.

Segundo Tono

Envía Tu luz eterna, oh Cristo Dios nuestro, e ilumina los secretos ojos
de mi corazón.
La terminación se cantará igual que la semana anterior
Gloria al Padre...
305
Envía Tu luz eterna, oh Cristo Dios, e ilumina los secretos ojos de mi
corazón, por las intercesiones de tus santos, oh Señor, sálvame.

Ahora... Envía...

Por las intercesiones de la Madre de Dios, oh Señor, sálvame.

Tercer Tono
Envía Tu luz eterna, oh Cristo Dios, e ilumina mi corazón...

Gloria al Padre,...

Envía Tu luz, oh Cristo Dios, e ilumina mi corazón.


Por las intercesiones de tus santos, oh Señor, sálvame.

Ahora...

Envía Tu luz, oh, Cristo Dios e ilumina mi corazón.


Por las intercesiones de la Madre de Dios, oh Señor, sálvame.
Cuarto Tono
Oh, Tú que resplandeces sobre el mundo, purifica mi alma de las
tinieblas del pecado...

Gloria al Padre,...

Oh, Tú que resplandeces sobre el mundo, purifica mi alma de las


tinieblas del pecado.
Por las intercesiones de Tus santos, oh Señor, sálvame.

Ahora...

Oh, Tú que resplandeces sobre el mundo, purifica mi alma de las


tinieblas del pecado. Por las intercesiones de la Madre de Dios, oh Señor,
sálvame.
Quinto Tono
Oh Señor, Dador de la luz, envía Tu luz e ilumina mi corazón:

Gloria al Padre...
306
Oh Señor, dador de la luz, envía Tu luz e ilumina mi corazón.
Por las intercesiones de Tus santos, oh Señor, sálvame.

Ahora...

Oh Señor, Dador de la Luz, envía Tu luz e ilumina mi corazón.


Por las intercesiones de la Madre de Dios, oh Señor, sálvame.

Sexto Tono
Lunes: Por las mediaciones de tus incorpóreos, oh Señor, envía sobre
nuestras almas Tu luz eterna.
Martes: Por las intercesiones de Tu Precursor, oh Señor, envía sobre
nuestras almas Tu luz eterna.
Miércoles y Viernes: Por el poder de Tu Cruz, oh Señor, envía sobre
nuestras almas Tu luz eterna.
Jueves: Por las intercesiones de Tus santos apóstoles y de San Nicolás, oh
Señor, envía sobre nuestras almas Tu luz eterna.

Gloria...

Por las intercesiones de todos los Santos, oh Señor, envía sobre nuestras
almas Tu luz eterna.

Ahora...

Por las intercesiones de la Madre de Dios, oh Señor, envía sobre


nuestras almas Tu luz eterna.

Séptimo Tono
Levántame, oh Señor, para cantar tus alabanzas y enséñame a hacer Tu
voluntad.

Gloria al Padre,...

Levántame, oh Señor, para cantar tus alabanzas y enséñame a hacer Tu


voluntad.
Por las intercesiones de Tus Santos, oh Señor, sálvame.
307
Ahora...

Levántame, oh Señor, para cantar tus alabanzas y enséñame a hacer Tu


voluntad.
Por las intercesiones de la Madre de Dios, oh Señor, sálvame.
Octavo Tono
Tú eres la luz oh Cristo, ilumíname con Tu resplandor.
Gloria al Padre...
Tú eres la luz oh Cristo, ilumíname con Tu resplandor.
Por las intercesiones de Tus Santos, oh Señor, sálvame.
Ahora...
Tú eres la Luz oh Cristo, ilumíname con Tu resplandor. Por las
intercesiones de la Madre de Dios, oh Señor, sálvame.
La Exapostilaria o Svetilen para toda la Semana
El lunes: Tú que como Dios adornas el cielo con estrellas e iluminas la
tierra entera con tus ángeles, oh Hacedor de todo, salva también a los
que Te cantan.
Teotoquio: Deleite de los ángeles, gozo de los afligidos, Tú eres la
mediadora de los cristianos; Virgen Madre del Señor: protégenos y
sálvanos del tormento eterno.
El martes: Alabemos todos a Juan el Precursor y Bautista del Salvador,
Profeta de Profetas, habitante del desierto e hijo de Isabel.
Teotoquio: Deleite de los ángeles... (Véase el lunes, arriba)
Los miércoles y viernes: La Cruz es la guardiana del universo, la Cruz es
el emblema de la Iglesia, la Cruz da el poder de los reyes, la Cruz es la
defensa del creyente, la Cruz es la gloria de los ángeles y el flagelo de los
demonios.
Stauro-Teotoquio: Estando junto a la Cruz, aquella que sin semilla Te dio a
luz, lamentándose exclamó: ay de mí, Bondadoso Hijo, al ver cómo Te
desvaneces ante mis ojos, Cómo eres contado entre los muertos.
El jueves: Oh apóstoles que a todos los que habitan bajo el sol, habéis
enseñado a alabar la sagrada encarnación de Cristo en una Virgen,
308
sacando a los hombres del error y los habéis iluminado llevándolos a
todos a reverenciar a la Santísima Trinidad.
Gloria al Padre...
Al gran pastor y obispo Nicolás de Myra en Lycia, alabamos: porque
salvó a muchos hombres que iban a morir injustamente; se le apareció al
rey Ablabius en un sueño, logrando anular la inicua sentencia.
Teotoquio: Oh María purísima, vaso dorado que se convirtió en el refugio
de la incontenible Divinidad: en él se complació el Padre, en él habitó el
Hijo y el Espíritu Santo cubrió con su sombra, revelándote oh Doncella,
como la Madre de Dios.
El sábado: Tú que, como Dios, tienes el poder sobre vivos y muertos, y
por medio de tus santos iluminaste a toda la tierra, oh hacedor de todas
las cosas, salva a los que Te cantamos.
Teotoquio: De Ti nos gloriamos, oh Madre de Dios, y Te tenemos como
segura mediadora; extiende Tu invencible mano y destruye nuestros
enemigos: envía a tus siervos el socorro que viene del Altísimo.
E inmediatamente empezamos a leer los Laudes o Alabanzas

 

309
DESPEDIDAS ESPECIALES
 

Natividad de nuestro Señor Jesucristo
Cristo, nuestro verdadero Dios, nacido en una gruta y acunado en un
pesebre, para nuestra salvación, por las oraciones de Su Purísima Madre,
de los santos gloriosos y alabadísimos Apóstoles (del santo titular del templo,
si es Apóstol), de los santos gloriosos y victoriosos Mártires (del santo titular
del templo, si es mártir), de nuestros justos y teóforos Padres (del santo titular
del templo, si es un justo), de los santos y justos abuelos del Señor, Joaquín y
Ana, de san N. (del santo titular del templo, si no ha sido conmemorado en alguno
de los anteriores grupos), de los santos (se conmemora al santo del día), cuya
memoria celebramos en este día, y de todos los santos, tenga
misericordia de nosotros y nos salve, El que es bueno y amante de la
humanidad.
Circuncisión
Cristo, nuestro verdadero Dios, que Se dignó recibir al octavo día la
circuncisión en Su carne, para nuestra salvación, por las oraciones...
Epifanía
Cristo, nuestro verdadero Dios, que Se dignó ser bautizado por San Juan
Bautista en el Jordán, para nuestra salvación, por las oraciones...
Presentación de Cristo (2 de febrero)
Cristo, nuestro verdadero Dios, que permitió ser llevado en los brazos
del justo Simeón, para nuestra salvación, por las oraciones...
Domingo de Ramos
Cristo, nuestro verdadero Dios, que Se dignó montar en un borrico, para
nuestra salvación, por las oraciones...
En las Vísperas del mismo Domingo de Ramos, lunes martes y miércoles santos
Cristo, nuestro verdadero Dios, que avanza a Su voluntaria Pasión para
nuestra salvación, por las oraciones...
310
Jueves Santo
Cristo, nuestro verdadero Dios, que por Su extrema bondad nos indicó el
mejor camino de humildad al lavar los pies de Sus Discípulos, y se rebajó
hasta la Cruz y el sepulcro por nosotros, por las oraciones...
Despedida de la Santa Pasión
Cristo, nuestro verdadero Dios, que soportó los escupitajos, los golpes,
las bofetadas, la cruz y la muerte para la salvación del mundo, por las
oraciones...
Viernes Santo
Cristo, nuestro verdadero Dios, que por nosotros los hombres y para
nuestra salvación Se dignó soportar en Su carne la terrible Pasión, la
Cruz vivificadora y el entierro voluntario, por las oraciones...
Domingo de la Resurrección y toda la Semana de Pascua
Cristo, nuestro verdadero Dios, resucitado de entre los muertos, que
venció la muerte por Su muerte y dio la vida a los que yacen en los
sepulcros, por las oraciones...
Ascensión
Cristo, nuestro verdadero Dios, que en la gloria subió al cielo y está
sentado a la diestra de Dios Padre, por las oraciones...
Pentecostés
Cristo, nuestro verdadero Dios, que bajo el aspecto de lenguas de fuego
mandó desde el Cielo al Espíritu Santo sobre Sus santos Discípulos y
Apóstoles, por las oraciones...
Transfiguración (6 de agosto)
Cristo, nuestro verdadero Dios, que Se transfiguró en el monte Tabor
mostrando Su Gloria a sus santos Discípulos y Apóstoles, por las
oraciones...
El mismo Domingo en las Vísperas
Cristo, nuestro verdadero Dios, que desde el Divino Seno de Su Padre se
rebajó para descender del cielo a la tierra, adoptando toda nuestra
naturaleza y deificándola, y que después de esto volvió a ascender a los
311
cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre, y que envió sobre Sus
santos Discípulos y Apóstoles al Divino, Santo y Consubstancial
Espíritu, igual en naturaleza, en fuerza y en gloria, y con esto los iluminó
a ellos y a todo el mundo; por las oraciones de Su Purísima, Inmaculada
y Santísima Madre, de los santos, gloriosos y alabadísimos Apóstoles,
predicadores de Dios y portadores de Espíritu Santo, y de todos los
Santos, tenga piedad de nosotros y nos salve, porque es bueno y ama a la
humanidad.

 

312

FIESTA DE PENTECOSTÉS

GRANDES VÍSPERAS

Las Vísperas comienzan como de costumbre. Es decir: Trisagio, el salmo 103, la
Letanía de la Paz y no se lee el Catisma del Salterio, seguido de la incensación, Señor a
ti he clamado (Sal 140).
Stijeras Idiómelas. Tono 1
Salmo 140 
Señor a ti he clamado...
1. stijira: Festejemos Pentecostés, la venida del Espíritu; el cumplimiento
de la promesa y la realización de la esperanza; misterio venerable!
¡Cuán grande y majestuoso eres Señor! Por eso te aclamamos:
¡Creador del universo, Gloria a ti! Me esperarán los justos, hasta que
Tú me hayas recompensado.
2. stijira (Se repite la primera): Festejemos Pentecostés y la venida del
Espíritu, el cumplimiento de la promesa y la realización de la
esperanza; misterio venerable! ¡Cuán grande y majestuoso eres
Señor! Por eso te aclamamos: ¡Creador del universo, Gloria a ti!
Salmo 129

De lo profundo clamo a ti, Señor; Señor, oye mi voz. Estén tus oídos
atentos a la voz de mi plegaria.
3. Con las lenguas de los gentiles preparas, Señor, a tus discípulos,
stijira:
a fin de que, a través de ellas, te proclamen a ti, Verbo inmortal y
Dios, que das a nuestras almas la gran misericordia.
313
4. Todo esto lo otorga el Espíritu Santo: inspira las profecías,
stijira:
perfecciona a los sacerdotes y a los iletrados da la sabiduría; hace
teólogos a simples pescadores y consolida la institución de la Iglesia.
Tú que eres Consustancial con el Padre y el Hijo, y partícipe de un
mismo trono, Paráclito: ¡Gloria a ti!
Si retienes las culpas Señor, Señor, ¿quién subsistirá? Pero cerca de ti
esta el perdón y así serás temido.
Stijiras Tono 2 (de la Trinidad).
5. Hemos visto la luz verdadera, hemos recibido el Espíritu
stijira:
celestial, hemos encontrado la verdadera fe, a la Trinidad indivisible
adoremos pues ella nos ha salvado.
Espera mi alma en el Señor y en su palabra confía, espera mi alma en
el Señor más que el centinela a la aurora
6. Hemos visto la luz verdadera, hemos recibido el Espíritu
stijira:
celestial, hemos encontrado la verdadera fe, a la Trinidad indivisible
adoremos pues ella nos ha salvado.
Desde la vigilia matutina hasta la noche, desde la vigilia matutina
espere Israel en el Señor.
7. Por medio de los profetas nos anunciaste el camino de la
stijira:
salvación y en los Apóstoles ha resplandecido, Salvador Nuestro, la
gracia de tu Espíritu. Tú eres Dios antes y después de estas cosas y
por los siglos tú eres nuestro Dios.
Porque en El hay misericordia, y abundante redención, El redimirá a
Israel de sus iniquidades.
8. En tus atrios te cantaré, Salvador del mundo, y doblando la
stijira:
rodilla adoraré tu poder invencible: por la tarde, por la mañana, al
mediodía y en todo tiempo, te bendeciré, Señor.

Salmo 116 
Alabad al Señor todas las naciones; celebradlo todos los pueblos.
9. stijira: En tus atrios, Señor, los creyentes, doblando la rodilla del alma
y del cuerpo, te cantamos, Padre sin principio, Hijo también sin
314
principio, y coeterno santísimo Espíritu, el que ilumina y santifica
nuestras almas.
Porque ha fortalecido su misericordia sobre nosotros; y la verdad del
Señor permanece por los siglos.
Cantemos a la Trinidad consustancial, al Padre y al Hijo con el
10. stijira:
Espíritu Santo; pues así lo proclamaron todos: los profetas y los
apóstoles junto con los mártires.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo. Ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Doxástico idiómelo del emperador León. Tono 8
Venid pueblos todos y adoremos a la única Divinidad en tres personas:
al Hijo en el Padre con el Espíritu Santo. El Padre pues, engendra
intemporalmente al Hijo, coeterno y correinante; y el Espíritu Santo
estaba en el Padre, glorificado con el Hijo: un solo poder, una sola
sustancia, una sola divinidad, ante quien todos postrándonos, decimos:
¡Santo Dios, que lo creaste todo a través del Hijo, con la cooperación del
Espíritu! ¡Santo fuerte, a través de quien conocimos al Padre y el Espíritu
Santo descendió al mundo! ¡Santo inmortal, Espíritu consolador, que
procede del Padre y reposa en el Hijo! ¡Trinidad santísima, Gloria a ti!
Pequeña Entrada.
Proquímenon tono 6 (Salmo 92):
Lectura de los Números [11:16-17, 24-29]
Dijo el Señor a Moisés: Reúneme setenta ancianos de Israel, de los que
sabes que son ancianos y escribas del pueblo. Llévalos a la Tienda del
Encuentro y que estén allí contigo. Yo bajaré a hablar contigo; tomaré
parte del espíritu que hay en ti y lo pondré en ellos, para que lleven
contigo la carga del pueblo y no la tengas que llevar tú solo. Salió Moisés
y transmitió al pueblo las palabras de El Señor. Luego reunió a setenta
ancianos del pueblo y los puso alrededor de la Tienda. Bajó El Señor en
la Nube y le habló. Luego tomó algo del espíritu que había en él y se lo
dio a los setenta ancianos. Y en cuanto reposó sobre ellos el espíritu, se
pusieron a profetizar, pero ya no volvieron a hacerlo más. Habían
quedado en el campamento dos hombres, uno llamado Eldad y el otro
315
Medad. Reposó también sobre ellos el espíritu, pues aunque no
habían salido a la Tienda, eran de los designados. Y profetizaban en el
campamento. Un muchacho corrió a anunciar a Moisés: "Eldad y Medad
están profetizando en el campamento. " Josué, hijo de Nun, que estaba al
servicio de Moisés desde su mocedad, respondió y dijo: "Mi señor
Moisés, prohíbeselo. " Le respondió Moisés: "¿Es que estás tú celoso por
mí? ¡Quién me diera que todo el pueblo de El Señor profetizara porque
El Señor les daba su espíritu! "
Lectura de la profecía de Joel [2:23; 3-5]
Esto dice el Señor: ¡Hijos de Sión, jubilad, alegraos en El Señor vuestro
Dios! Porque él os da la lluvia de otoño, con justa medida, y hace caer
para vosotros aguacero de otoño y primavera como antaño. Las eras se
llenarán de trigo puro, de mosto y aceite virgen los lagares rebosarán.
"Yo os compensaré de los años en que os devoraron la langosta y el
pulgón, el saltón y la oruga, mi gran ejército, que contra vosotros envié. "
Comeréis en abundancia hasta hartaros, y alabaréis el nombre de El
Señor vuestro Dios, que hizo con vosotros maravillas. (¡Mi pueblo no
será confundido jamás!) "Y sabréis que en medio de Israel estoy yo, ¡yo,
El Señor, vuestro Dios, y no hay otro! ¡Y mi pueblo no será confundido
jamás!" "Sucederá después de esto que yo derramaré mi Espíritu en toda
carne. Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos
soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Hasta en los siervos y
las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días. Y realizaré prodigios
en el cielo y en la tierra, sangre, fuego, columnas de humo." El sol se
cambiará en tinieblas y la luna en sangre, ante la venida del Día de El
Señor, grande y terrible. Y sucederá que todo el que invoque el nombre
de El Señor será salvo, porque en el monte Sión y en Jerusalén habrá
supervivencia, como ha dicho El Señor, y entre los supervivientes
estarán los que llame El Señor.

Lectura de la profecía de Ezequiel [36:24-28]


Esto dice el Señor: Os tomaré de entre las naciones, os recogeré de todos
los países y os llevaré a vuestro suelo. Os rociaré con agua pura y
quedaréis purificados; de todas vuestras manchas y de todos vuestros
ídolos os purificaré. Y os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros
316
un espíritu nuevo, quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os
daré un corazón de carne. Infundiré mi espíritu en vosotros y haré que
os conduzcáis según mis preceptos y observéis y practiquéis mis normas.
Habitaréis la tierra que yo di a vuestros padres. Vosotros seréis mi
pueblo y yo seré vuestro Dios.
Letanía de la Ferviente Súplica

Concédenos Señor

Letanía Complementaria

 

317
MAITÍNES DE PENTECOSTÉS


Si se celebran los maitines como parte de la Vigilia Nocturna, inmediatamente después
de la bendición menor de Vísperas, el lector comienza a leer Gloria a Dios en las
alturas... Señor, abre mis labios... y los Seis Salmos.

El principal en la asamblea, o el Lector: Gloria a Dios en las alturas y en


la tierra paz a los hombres de buena voluntad (tres veces).
Señor, abrirás mis labios  y mi boca proclamará tu alabanza (dos veces).
Luego de los seis salmos y la Gran letanía, se canta "El Señor es Dios":
Diácono: El Señor es Dios, El se nos ha revelado. Bendito el que viene
en el nombre del Señor. Todas las naciones me han
rodeado, mas en el nombre del Señor las he rechazado.

Coro: El Señor es Dios, El se nos ha revelado. Bendito el que viene


en el nombre del Señor.

Diácono: No, yo no moriré, sino viviré y contaré las obras del Señor.

Coro: El Señor es Dios, El se nos ha revelado. Bendito el que viene


en el nombre del Señor.

Diácono: La piedra que desecharon los arquitectos se ha convertido


en la piedra angular, es el Señor quien lo ha hecho, y es un
milagro patente.
318
Coro: El Señor es Dios, El se nos ha revelado. Bendito el que
viene en el nombre del Señor.
Entonces se canta tres veces el tropario de la fiesta
Bendito seas, Cristo Dios nuestro, que mostraste sapientísimos a los
pescadores al enviarles el Espíritu Santo y por medio de ellos pescaste al
mundo entero. ¡Amante de la humanidad, gloria a Ti!
Y a continuación se leen el Katismas del Salterio correspondientes, es decir los
Katismas 2 y 3 (Salmos 9-16 y 17-23 respectivamente)
Después del primer Katisma, pequeña letanía y se lee el Sedalien.
Celebremos fieles gozosamente la fiesta de Pentecostés: el cumplimiento
de la promesa y de lo preestablecido; porque en ella el Paráclito baja a la
tierra en forma de lenguas de fuego, e ilumina a los discípulos
manifestándolos como iniciados en los misterios del cielo: por medio de
ellos la luz del Espíritu de Dios se hace presente e ilumina el universo.
(Dos veces).
Después del segundo Katisma, segunda letanía
Sedalien
El Espíritu ha descendido haciendo brotar, como de una fuente,
manantiales de fuego hasta la tierra; roció espiritualmente a los
Apóstoles iluminándolos, y los envolvió en una nube que destila fuego,
llama viva de luz y de frescor. A través de ellos recibimos la gracia que
nos fue dada por el fuego y por el agua: La luz del Espíritu de Dios se
hace presente e ilumina el universo. (Dos veces).
Polyelei. (Luces encendidas)
El Sacerdote, con felonio, abre las puertas santas, hace tres reverencias ante el altar, lo
besa y, con un cirio encendido en la mano izquierda, inciensa el altar y el santuario del
modo acostumbrado.
❖ Alabad el nombre del Señor. Alabadle vosotros los siervos del Señor.
Aleluya, Aleluya, Aleluya.
❖ Bendito sea el Señor, que mora en Sión. Aleluya, Aleluya, Aleluya.
❖ Confesad al Señor, porque es bueno, porque es eterna su
misericordia. Aleluya, Aleluya, Aleluya.
❖ Alabad al Dios de los cielos, porque Su misericordia dura por
siempre. Aleluya, Aleluya, Aleluya.
319
Megalinario

Celebrante: Te glorificamos, oh Cristo dador de vida, y adoramos tu


Espíritu Santísimo que enviaste desde el Padre sobre tus
divinos Apóstoles.
Coro: Te glorificamos...
Celebrante: Los cielos pregonan la gloria de Dios, el firmamento
proclama la obra de sus manos.
Coro: Te glorificamos...
Celebrante: Gloria al Padre,  ...
Coro: Te glorificamos...
Celebrante: Ahora y siempre...
Coro: Aleluya, aleluya, aleluya, Señor gloria a Ti.
Hoy se omite la Evloguitaria.

Pequeña letanía.

Que finaliza con la ecfónesis:


Porque bendito es Tu nombre, y glorificado sea tu reino, Padre,  Hijo y
Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.

Coro: Amén.
Katisma poético
Después de tu resurrección del sepulcro y de tu divina ascensión a los
cielos, haces oh Cristo, descender tu gloria sobre los testigos de tu
divinidad y renuevas en ellos un recto espíritu, oh misericordioso! Por lo
que, como cítara de notas melodiosas, místicamente por el plectro divino
pulsada, hacen patente para todos, Señor, tus resonancias y tu obra de
salvación. (Dos veces).
Antífona gradual
Desde mi juventud me acosan las pasiones, que sin cesar me asaltan; mas
tú, oh Salvador mío, protégeme y sálvame. Sean confundidos por el
Señor todos los enemigos de Sión: sean como la hierba que el fuego seca
y consume.
320
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo. Ahora y siempre, y por
los siglos de los siglos. Amén.
Por la gracia del Espíritu Santo vive y se purifica toda alma, para
participar en la triple unidad del misterio sagrado por excelencia.
Proquímenon (tono cuarto)
Que en su bondad, me guíe tu Espíritu por el sendero justo.
Versículo: Escucha Señor mi oración y en tu fidelidad, presta oído a
mis plegarias.
Sacerdote: Roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Porque eres santo, Dios nuestro, que descansas entre Tus
Santos, y Te rendimos gloria a ti Padre,  Hijo y Espíritu
Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Sacerdote: Todo lo que tiene aliento alabe al Señor.
Coro: Todo lo que tiene aliento alabe al Señor.
Sacerdote: Alabad a Dios en sus Santos; alabadle en el establecimiento
de su poder.
Coro: Todo lo que tiene aliento alabe al Señor.
Sacerdote: Todo lo que tiene aliento
Coro: Alabe al Señor.
Parado ante el Icono en medio del templo
Evangelio San Juan (20:19-23)
Y siendo la tarde de aquel día, el primero de la semana, y estando las
puertas cerradas donde los discípulos estaban juntos por miedo de los
Judíos, vino Jesús, y se puso en medio, y les dijo: Paz á vosotros. Y como
hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se
alegraron viendo al Señor. Entonces les dijo Jesús otra vez: Paz á
vosotros: como me envió el Padre, así también yo os envío. Y cuando
hubo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo: A los que
perdonares los pecados, les son perdonados: á quienes los retuviereis,
serán retenidos.
321
Salmo 50 
Lector: Ten piedad de mí, oh Dios, según tu gran misericordia; según la
multitud de tus piedades, borra mi iniquidad. Lávame más y más de mis
transgresiones, y límpiame de mis pecados. Pues reconozco mi maldad,
y mi pecado está siempre ante mí. Contra Ti sólo he pecado, he hecho el
mal en tu presencia, por lo tanto, eres justo en tu sentencia, soberano en
tu juicio. Considera que en maldad fui formado, y en pecado me
concebido mi madre. Ciertamente, Tú amas la verdad; me has revelado
los misterios ocultos de tu sabiduría.
El Sacerdote coloca el Evangeliario sobre el atril donde permanece el icono central.
Rocíame con hisopo y seré limpio; lávame y emblanqueceré más que la
nieve. Hazme oír gozo y alegría, y se alegrarán mis huesos tan
humillados. Aparta tu rostro de mis pecados, y borra todas mis
iniquidades. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y restaura en mis
entrañas un espíritu recto. No me arrojes de tu presencia, y no retires de
mí tu Espíritu Santo. Devuélveme el gozo de tu salvación, y sostenme
con espíritu soberano. Enseñaré a los pecadores tus caminos, y los
impíos volverán hacia Ti. Líbrame de la sangre, oh Dios, Dios de mi
salvación; se alegrará mi lengua de tu justicia. Abre Señor mis labios y
mi boca proclamará tus alabanzas. Porque si quisieras sacrificio, te lo
ofrecería; más no te complacen los holocaustos. Sacrificio a Dios es el
espíritu contrito; el corazón contrito y humillado, Tu Dios, no lo
desprecias. Señor, en tu bondad, trata benignamente a Sión, para que
puedan reedificarse los muros de Jerusalén. Entonces aceptarás el
sacrificio de justicia, las ofrendas y los holocaustos, entonces se ofrecerán
becerros sobre tu altar.
El Salmo se canta lentamente, verso por verso, por el coro. Cuando llega a "Ciertamente
Tú amas la verdad...", el Sacerdote se acerca y besa el Evangeliario, y luego los
ministros y el pueblo hacen lo mismo. Cuando todos lo hayan venerado, entra de
nuevo con él al Santuario. Luego canta el Coro, solemnemente
Coro: Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.
Por las plegarias de los Apóstoles, ¡Misericordioso! borra la
multitud de nuestros pecados.
Coro: Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
322
Por las plegarias de la Madre de Dios, ¡Misericordioso!
borra la multitud de nuestros pecados.
Coro: ¡Rey Celestial, Consolador, Espíritu de Verdad, que estás en
todo lugar y que todo lo llenas, Tesoro de bienes y Dador
de la vida, ven y habita en nosotros, purifícanos de toda
mancha, y salva, Tú que eres bueno, nuestras almas!
Sale el Diácono a la Solea y recita la Gran Intercesión
Diácono: ¡Salva oh Dios! a tu pueblo y bendice tu heredad.
Coro: Amén.
Diácono: Visita a tu mundo con piedad y generosidades.
Coro: Amén.
Diácono: Acrecienta la fe de los cristianos ortodoxos, y envía
sobre nosotros tus abundantes misericordias.
Coro: Amén.
Sacerdote: Por la intercesión de su Santísima y Purísima Madre, por el
poder de la vivificante y preciosa Cruz, la protección de las celestiales
potestades incorpóreas, las súplicas del venerable y glorioso profeta,
Precursor y Bautista, Juan; (del santo titular del templo, si es profeta), de los
santos gloriosos y alabadísimos Apóstoles (del santo titular del templo, si es
Apóstol), de nuestros santos Padres, grandes jerarcas y ecuménicos
maestros (del santo titular del templo, si es jerarca), de los santos, gloriosos y
victoriosos mártires (del santo titular del templo, si es mártir), de nuestros
justos y teóforos Padres (del santo titular del templo, si es un justo), de los
santos y justos abuelos del Señor, Joaquín y Ana, de san N. (del santo titular
del templo, si no ha sido conmemorado en alguno de los anteriores grupos) , de los
santos (se conmemora al santo del día), cuya memoria celebramos día, y de
todos los santos.
Coro: Amén.
Sacerdote: Te suplicamos, ¡oh, Señor, grande en misericordia!
Escúchanos a nosotros pecadores que te rezamos y ten
piedad de nosotros.
Coro: Señor, ten piedad (cantado 12 veces, en 4 grupos de 3 por cada
Coro).
323
Sacerdote: Por la misericordia, las generosidades y el amor a la
humanidad de tu Hijo unigénito, con quien eres bendito, con tu
Santísimo  Bueno y Vivificador Espíritu, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Cánones. Oda I.

Hirmos
En el mar Rojo sepultó al Faraón con sus carruajes el que vence en las
batallas con su brazo poderoso: cantémosle, pues se ha cubierto de
gloria.
Troparios
Según lo prometiste a tus discípulos, les enviaste al Espíritu Paráclito;
¡oh Cristo, Amigo de los hombres, por ellos has iluminado el mundo!
Lo vaticinado ayer por la Ley los Profetas tiene hoy su cumplimiento,
porque la gracia del Espíritu reposa ya sobre todos los fieles.
Otro Canon, yámbico, poema de Juan Arklas
Hirmos
Envuelto por la nube divina, un hombre con dificultad de palabra
enseñó la Ley escrita por Dios; y, limpios ya del polvo sus ojos
contemplaron al que es, e iniciado en el conocimiento del Espíritu lo
celebra con himnos inspirados.
Troparios
Dijo tu boca venerable y santa: no me separaré de vosotros amigos;
sentado junto al trono excelso del Padre, desde el cielo derramaré con
abundancia la gracia del Espíritu para iluminar y encender los
corazones.
Completa ya su obra, Cristo reúne a sus amigos dándoles, con un soplo
impetuoso y con lenguas de fuego el Espíritu divino, según lo
prometiera.
324
Catavasias: los dos Hirmos. Oda III.
Hirmos
Dijiste a tus apóstoles Señor: Permaneced en Jerusalén hasta el día en
que seáis revestidos del poder de lo alto y yo os envíe al Consolador, el
Espíritu del Padre y mío, por quien seréis confirmados.
Tropario
Cuando vino el Espíritu divino ha traído divinamente la armonía a las
lenguas antiguamente divididas de los que estaban en discordia; él
despierta en los creyentes la fe en la Trinidad que nos sustenta.
Otro Hirmós
Sólo la oración de la profetisa Ana ante el todopoderoso Dios de los
conocimientos, quitó los impedimentos de un seno estéril y la insolencia
excesiva de la fecunda.
Troparios
¡Qué inefable poder el de la divinidad! A los iletrados manifiesta como
sabios oradores que vencen a los sofistas con una palabra y ahuyentan
las tinieblas que cubren los pueblos con la claridad del Espíritu Santo.
Procedente de la luz no engendrada, el resplandor eterno ilumina con
poderosa operación: con su palabra ardiente y luminosa revela a las
naciones en Sión su connatural esplendor divino que es uno con el Padre
y con el Hijo.
Catabasías: los dos Hirmós.
Katisma.
Los que aman al Salvador se vieron colmados de alegría; los que antes
estaban llenos de miedo recobran ahora su valor con la venida del
Espíritu Santo. Hablan en su propio idioma a cada pueblo porque en
ellos se han posado unas lenguas de fuego que, en vez de consumirlos,
les sirven de rocío. (Dos veces).
Después de la tercera Oda, el Diácono o el Sacerdote dice la letanía menor.

Oda IV.
Hirmós
Contemplando tu postrera venida, Señor, el profeta exclama: he oído de
tu poder, porque has venido a salvar a quienes liberaste.
325
Troparios
El que habló por los Profetas y que, desde antiguo, fue anunciado
mediante la Ley a hombres imperfectos, como Dios verdadero y
Paráclito hoy se muestra a los siervos y testigos del Verbo.
Con el sello de su divinidad, el Espíritu ha bajado en forma de fuego
llameante sobre los Apóstoles, mostrando con el don de lenguas su
proveniencia del Padre como fuerza divina e incoercible.
Otro Hirmós
Rey de reyes, único del solo único, Verbo sin comienzo, Palabra del
Padre: tú enviaste el Espíritu de verdad sobre los Apóstoles, que
cantaban: ¡Gloria a tu poder, Señor!
Troparios
Habiendo, preparado con tu palabra, el baño regenerador para mi caída
naturaleza, me lavaste, Señor, en la corriente de tu costado abierto y me
sellaste con el fervor de tu Espíritu.
Que toda criatura doble su rodilla ante el Espíritu Paráclito y ante aquel
a quien engendra el Padre como Hijo consustancial y eterno,
reconociendo en las tres personas una sola sustancia que ni el tiempo ni
el espacio pueden abarcar.
Catavasias: los dos Hirmos.

Oda V
Hirmós.
El Espíritu de Salvación concebido a través de tu temor, oh Señor en el
vientre de los profetas, y dado a luz en la tierra hace puros los corazones
de los apóstoles y renueva un espíritu recto en los fieles, porque tus
mandatos son luz y paz.
Tropario
La fuerza que ha descendido hoy es el Espíritu bueno, Espíritu de la
sabiduría de Dios. Espíritu que procede del Padre y que se hizo
manifiesto a nosotros los creyentes a través del Hijo, y que se distribuye
a aquellos en quienes él mora por la naturaleza de la santidad en la que
es percibido.
326
Otro Hirmós
Una purificación redentora de las ofensas, el rocío del Espíritu, ígneo
soplo recibid, Oh hijos de la Iglesia formados por la luz! Puesto que
ahora ha venido de Sion una buena nueva: la gracia en forma de lenguas
de fuego del Espíritu.
Troparios
Con admirable poder, el Espíritu Santo, descendió desde el Padre,
haciendo sabios en las lenguas a los apóstoles y otorgándoles la fuerza
divina.
Ikos (Poema de Romanos)
Concede a tus siervos, Oh Jesús, en medio de la tristeza en la que se halla
nuestro espíritu, un pronto y firme consuelo; no abandones nuestras
almas en la aflicción, ni te alejes de nuestros corazones puestos a prueba
sino que auxílianos sin cesar. Ven a nuestro lado, Señor, doquier
presente, como lo fuiste con tus Apóstoles; mantente en tu bondad unido
a quienes te aman, a fin de que unidos a ti podamos cantar y glorificar a
tu Espíritu Santísimo.
El Diácono o el Sacerdote dice la letanía menor

Sacerdote (exclamación): Porque Tú eres Rey de paz y Salvador de


nuestras almas, y a Ti elevamos gloria, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Oda VII.

Hirmós
En el horno ardiente, los tres jóvenes transformaron las llamas en rocío,
loando y cantando al Señor: ¡Bendito seas, Dios de nuestros Padres!
Troparios
Las maravillas de Dios proclaman los Apóstoles; como embriaguez
tomaron los incrédulos la virtud y poder del Espíritu que en ellos dio a
conocer a la Trinidad, el Dios único de nuestros Padres.
327
Por la fe verdadera, confesamos la única e indivisa naturaleza del
Padre sin principio, del Verbo y del Espíritu con él consustanciales.
¡Bendito seas, Dios de nuestros Padres!
Otro Hirmós
El sonido conjunto de instrumentos se hace oír para adorar la estatua de
oro inanimada; mas la gracia luminosa del Paráclito nos invita a cantar
santamente: ¡Bendita seas, Trinidad única y eterna!
Troparios
Los necios no reconocieron la voz profética, llamándola embriaguez,
cuando oyeron las palabras de los Apóstoles en lenguas extrañas;
Nosotros, en cambio dirigimos a Ti el devoto e inspirado grito:
Renovador del universo, bendito seas.
Joel, profeta y vidente de Dios, dio resonancia al oráculo sagrado del
Verbo omnipotente, que decía: "Derramaré sobre ellos mi Espíritu," y
cantarán a una sola voz: ¡Bendito seas, Dios uno y trino!
Fue la tercia la hora que recibió en suerte la gracia de mostrar cómo se
han de venerar tres personas en la simplicidad del poder. Por eso a Ti
único Señor te cantamos: ¡Padre,  Hijo y Espíritu Santo Bendito seas!
Catavasias: los dos Hirmós.

Oda VIII.
Hirmós.
En la zarza ardiente e incombusta se revelo Dios a Moisés, hombre de
torpe palabra; y en medio del fuego los tres jóvenes, invictos e
invencibles en su celo por la gloria del Dios altísimo, entonaron un
himno de alabanza: ¡Cantad al Señor, sus obras todas, ensalzadlo por
siglos sin fin!
Troparios
Desatándose, desde lo alto del cielo un fuerte vendaval portador de
vida, sopló el Espíritu Santísimo de Dios, en forma de lenguas de fuego,
con gran ruido, sobre los pescadores, pregoneros hoy de las maravillas
de Dios: ¡Cantad al Señor, sus obras todas, ensalzadlo por siglos sin fin!
328
Acerquémonos sin temor al vehemente fuego de la santa montaña;
venid, subamos al monte de Sión, a la ciudad del Dios viviente, y
unámonos hoy gozosos a los discípulos portadores del Espíritu: ¡cantad
al Señor, sus obras todas, ensalzadlo por siglos sin fin!

Otro Hirmós
La triple llama del Dios único rompe las cadenas y en rocío convierte las
llamas: es ella a la que cantan los tres jóvenes. Y toda criatura salida de
sus manos bendice, en su autor, al solo Salvador y Bienhechor.
Troparios
Recordando las palabras de salvación, aprendidas del Padre y
transmitidas a los Apóstoles, envía Cristo al Espíritu en forma de
lenguas de fuego; transformada la creación con su presencia, jubilosa
canta y proclama: ¡Bendito seas, Señor!
Sólo por amor viniste a salvarnos, Luz eterna y Fuente de toda luz; te
diste a los Apóstoles como un fuego digno de adoración: derrama en tus
fieles, Señor, este mismo Espíritu.
La inspirada boca de los Profetas cantó, oh Rey, tu venida en la carne; y
tú envías el Espíritu procedente del Padre, partícipe de tu poder creador
y de tu eterna realeza, milagro de encarnación para los fieles.
Catabasías: los dos Hirmós

Al concluir la Octava Oda el Coro canta


Coro: Exaltamos, glorificamos, nos postramos ante el Señor, cantando y
exaltándolo por los siglos.

MAGNIFICAT
Se presenta al incensario al sacerdote quien lo bendice.
Sacerdote: (en voz baja): Incienso te ofrecemos, Cristo Dios nuestro, como
suave perfume de fragancia espiritual; al recibirlo en tu Altar celestial,
envíanos a cambio la gracia de tu Santísimo Espíritu.
El diácono (o el Sacerdote) comienza a incensar el Altar, la mesa de la Prótesis y el
santuario. Luego sale por la puerta norte, con el incensario en la mano, inciensa la parte
329
central y derecha del iconostasio y luego exclama mirando hacia el icono de la
Madre de Dios:
Sacerdote: Magnifiquemos  con nuestros himnos a la Madre de Dios,
Madre de la Luz.
Después continúa incensando el iconostasio, el trono y al obispo, si está presente,
inciensa al pueblo comenzando por el costado sur del templo, y volviendo por el norte.
Vuelve a incensar el Trono, los iconos, y entra al santuario por la puerta sur, para
volver a incensar el Altar y termina.

Coro: Engrandece mi alma al Señor, y se regocijó mi espíritu en


Dios mi Salvador.
Más honorable que los querubines e incomparablemente
más gloriosa que los serafines, Tú que incorrupta diste a luz
a Dios el Verbo, verdadera Madre de Dios, te
magnificamos.
Coro: Porque ha visto la humildad de su sierva, todas las
generaciones me llamarán bienaventurada.
Más honorable que los querubines…
Coro: Porque ha hecho grandes cosas por mí el Poderoso, y
santo es su nombre; y su misericordia se derrama de
generación en generación sobre los que le temen.
Más honorable que los querubines…
Coro: Desplegó el poderío con su brazo, y Dispersó a los
soberbios de corazón.
Más honorable que los querubines…
Coro: Derribó a los poderosos de sus tronos y elevó a los
humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y a los ricos
los despidió vacíos.
Más honorable que los querubines…
Coro: Recibió a su siervo Israel acordándose de la misericordia,
como habló a nuestros padres, a Abraham y su
descendencia por los siglos.
Más honorable que los querubines…
Coro: Digno es en verdad bendecirte, oh Virgen María, siempre
bienaventurada e inmaculada, y Madre de nuestro Dios;
330
más honorable que los querubines e incomparablemente
más gloriosa que los serafines, Tú que incorrupta diste a luz
a Dios el Verbo, verdadera Madre de Dios, te
magnificamos.
El coro canta la Novena Oda del canon y a su conclusión, el Diácono recita la letanía
menor.
Oda IX. Hirmós
A ti, que concebiste, toda pura, al Verbo creador que en ti carne
asumiera, a ti, de Dios virginal Madre, a ti, templo que contuvo al
incontenible, a ti, morada del Infinito, tu creador, te cantamos y
celebramos.
Troparios
Aquel que antiguamente, rebosando de gozo, fue arrebatado en un carro
de fuego, celoso profeta, todo llama, fue figura de la venida del Espíritu
que sobre los Apóstoles hoy desciende: irradiando hacia todos este
fuego, dan ellos a conocer al mundo el misterio del Dios uno y trino.
Con un hecho extraño y sorprendente se han roto las leyes naturales: tras
la sola y única voz de los Apóstoles, y por obra del Espíritu Santísimo,
pueblos, lenguas y naciones todas, iniciados en el conocimiento de la
Trinidad, proclaman las maravillas de Dios.
Otro Hirmós
¡Alégrate, Reina gloriosa y Virgen Madre! ¿Qué orador, por muy
elocuente que sea, encontrará su conveniente tono para elogiarte como tu
mereces? Porque toda lengua y espíritu enmudecen ante el misterio de
tu maternidad divina. También hoy a coro, nuestras voces se elevan
hasta ti para cantarte.
Troparios
Loas a ti, virginal fuente de la Vida, la sola que en su seno ha merecido
llevar al Verbo redentor de los hombres que hoy, desde la diestra del
Padre, envía sobre nosotros la gracia de su Espíritu.
Sobre nosotros ha soplado como viento la gracia divina; radiantes, pues,
de luz y transformados milagrosamente en seres transfigurados,
331
contemplemos la sabiduría de la indivisa e indivisible Trinidad, y
ensalcemos su triple destello e irradiación.
Catabasías: los dos Hirmós.

Exapostilario
Espíritu Santo, procedente del Padre y enviado por el Hijo sobre los
iletrados discípulos: salva y santifica a quienes te confiesan como Dios!
(Dos veces)
Otro: Luz es el Padre, Luz es el Verbo y Luz es el Espíritu Santo en forma
de lenguas de fuego: por él recibe el hombre en el bautismo la claridad y
la iluminación para adorar a la santa Trinidad.
Después de las Odas, el Diácono o el Sacerdote dice la letanía menor.
Sacerdote (exclamación): Porque Te alaban todas las potestades celestiales,
y Te elevan glorias a Ti Padre,  Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre,
y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Se canta lentamente:

Coro: Santo es el Señor nuestro Dios.


Coro: Santo es el Señor nuestro Dios.
Coro: Santo es el Señor nuestro Dios.

LAUDES

Todo lo que tiene aliento alabe al Señor.


Alabad al Señor desde los cielos: alabadle en las alturas. A ti te
corresponde un himno, oh Dios.
Alabadle vosotros todos sus ángeles; alabadle todas sus potestades. A ti
te corresponde un himno, oh Dios.
Para ejecutar en ellos el juicio escrito. Esta gloria será para todos sus
santos.
Se intercalan 6 stijiras (3 que se repiten)
332
Los pueblos todos han hoy contemplado, en la ciudad de
1º Stijira.
David, grandes maravillas con la venida del Espíritu Santo en forma de
lenguas de fuego, como Lucas nos lo ha transmitido: Estando los
discípulos de Cristo reunidos, súbitamente vino del cielo un ruido, como
el de una ráfaga de viento impetuoso que llenó toda la casa en la que se
encontraban; y comenzaron a hablar en otras lenguas para enseñar la
nueva fe en la Trinidad.
Alabad a Dios en sus santos, alabadle en el establecimiento de su poder.
Los pueblos todos han contemplado hoy, en la ciudad de David,
2º Stijira.
grandes maravillas con la venida del Espíritu Santo en forma de lenguas
de fuego, como Lucas nos lo ha transmitido: Estando los discípulos de
Cristo reunidos, súbitamente vino del cielo un ruido, como el de una
ráfaga de viento impetuoso que llenó toda la casa en la que se
encontraban; y se pusieron a hablar en otras lenguas para enseñar la
nueva fe en la Trinidad.
Alabadlo por sus obras, alabadlo por la demostración de su
magnificencia.
El Espíritu Santo, que era, es y será por siempre, sin principio ni
3º Stijira.
fin, tiene la misma jerarquía que el Padre y el Hijo: él es Vida, Señor
vivificante, Luz y Fuente de claridad, Bien sumo y tesoro de bondad; por
él, es conocido el Padre y glorificado el Hijo; y a todos revela el único
poder, la íntima unión, la misma adoración a la santa y augusta
Trinidad.
Alabadle a son de trompeta; alabadle con salterio y arpa.
El Espíritu Santo que era, es y será por siempre, sin principio ni
4º Stijira.
fin, tiene la misma jerarquía que el Padre y el Hijo: él es Vida, Señor
vivificante, Luz y Fuente de claridad, Bien sumo y tesoro de bondad; por
él, es conocido el Padre y glorificado el Hijo; y a todos revela el único
poder, la íntima unión, la misma adoración a la santa y augusta
Trinidad.
Alabadle con adufe y corro; alabadle con cuerdas y órgano.
El Espíritu Santo, luz y vida, agua viva que corre místicamente,
5º Stijira.
Espíritu de sabiduría, de ciencia, de bondad, de justicia, de soberana
333
inteligencia, que lava y purifica los pecados. Es Dios, y nos deifica, es
fuego, y las almas foguea; habla a todos y en todos actúa; es distribuidor
de carismas divinos. Por él los Profetas y Apóstoles de Dios han sido
glorificados y coronados en la compañía de los mártires. ¡Qué extraña
visión, qué inaudito prodigio: el fuego se divide para impartir dones!
Alabadle con címbalos resonantes; alabadle con címbalos de júbilo. Todo
lo que tiene aliento, alabe al Señor.
El Espíritu Santo, luz y vida, agua viva que corre místicamente,
6º Stijira.
Espíritu de sabiduría, de ciencia de bondad, de justicia, de soberana
inteligencia, que lava y purifica los pecados. Es Dios, y nos deifica, es
fuego, y las almas foguea; habla a todos y en todos actúa; es distribuidor
de carismas divinos. Por él los Profetas y Apóstoles de Dios han sido
glorificados y coronados en la compañía de los mártires. ¡Qué extraña
visión, qué inaudito prodigio: el fuego se divide para impartir dones!
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.
¡Rey Celestial, Consolador, Espíritu de la verdad, que estás presente en
todas partes y que lo llenas todo, tesoro de bienes y dispensador de la
vida, ven y habita en nosotros y límpianos de toda mancha, y salva, oh
Bondadoso, nuestras almas!
Sigue la Gran Doxología, letanías, etc. Como habitualmente, la apólisis es propia: Apólisis.

El que en forma de lenguas de fuego envió desde el cielo el Espíritu


Santo sobre sus santos discípulos y Apóstoles, Cristo, nuestro verdadero
Dios, por las oraciones...

Y sigue, como de costumbre, la hora prima.


334

 


Oficio de Typika (Obednitza).

(Se celebra cuando no se puede oficiar la Liturgia completa).

Los oficios religiosos se distribuyen según grados o rangos, atendiendo


al propósito elegido para el conjunto de plegarias integrantes, según los
recursos disponibles y relacionados con la población que ha de
utilizarlos.
Desde los albores de la cristiandad y a medida que se organizaba cada
vez más la vida de los creyentes, han surgido diversas modalidades de
oficios religiosos orientados a satisfacer las profundas necesidades
espirituales de los fieles.
Determinados oficios se relacionan con los Santos Sacramentos, siendo el
principal la Liturgia, durante la cual tiene lugar la preparación y
realización de la Eucaristía o Comunión. No obstante, debe recalcarse
que para todo evento vital del cristiano existen otros oficios, cuya
práctica se torna indispensable.
Los requerimientos de los primeros cristianos no permitían disponer de
un sacerdocio suficiente, a la par de establecerse la forma de vida
ermitaña y de los anacoretas, quienes aislándose del mundo perseguían
una aproximación mayor con Dios, nuestro Señor, en lugares muy
distantes, frecuentemente inaccesibles e inhóspitos. La inmensa mayoría
de estos no había recibido la Ordenación Sacerdotal y, por ende, no
335
estaban facultados para celebrar la Liturgia, al igual que aquellas
mujeres que adoptaban similar forma de existencia, pero quienes
obviamente tenían el derecho de rezar.
Razones sobraron en la búsqueda de formas organizadas de oración, las
cuales pudieran ser utilizadas ampliamente, tanto por el clero como por
los seglares de todo el mundo conocido. Así, entre otras, apareció,
gracias a criterios muy definidos, conocida como Misa Brevis (en latín),
cuyos orígenes son suficientemente anteriores al surgimiento del cisma
entre Oriente y Occidente (año 1054), habiéndose aplicado en todas las
comunidades cristianas. Aún, en la actualidad, se utiliza constantemente
en conventos femeninos, en capillas e iglesias carentes de párrocos y en
cualquier lugar mundano que sea dedicado a la oración.

EL TRISAGIO

Sacerdote: Bendito  sea nuestro Dios, eternamente ahora y siempre, y


por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Si es leída, o en tiempo pascual, no es necesario leer el Trisagio (es reemplazado


por la recitación por tres veces de: “Cristo ha resucitado de entre los muertos,
con su muerte Él ha vencido la muerte, y a aquellos que estaban en la tumba Él
les ha dado la vida”); de la fiesta de la Ascensión del Señor hasta la víspera de
Pentecostés se comienza directamente con: “Vengan adoremos y postrémonos
ente nuestro Rey y Dios…,” de lo contrario hay que decirlo:

Lector: Gloria a Ti, Dios nuestro, gloria a Ti. Rey Celestial,


Consolador, Espíritu de Verdad, que estás en todo lugar y que todo lo
llenas, Tesoro de bienes y Dador de la vida, ven y habita en nosotros,
purifícanos de toda mancha, y salva, Tú que eres bueno, nuestras almas
Lector: Santo  Dios, Santo fuerte, Santo Inmortal, Ten piedad de
nosotros. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
336
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visítanos y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.

Padre Nuestro, que estás en los cielos, santificado sea Tu nombre, venga
Tu Reino, hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo; danos hoy
nuestro pan de cada día y perdona nuestras deudas así como nosotros
perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en tentación, mas
líbranos del mal.

Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre, 


Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de
los siglos.
Lector: Amén. Señor, ten piedad. (12 veces)

Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los


siglos de los siglos. Amén.

❖ Vengan adoremos y postrémonos ante nuestro Rey y Dios.


(Postración profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante Cristo, nuestro Rey y Dios.
(Postración profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante el mismo Cristo, Él es nuestro
Rey y nuestro Dios. (Postración profunda)

Si el oficio se celebra sin un sacerdote, comenzamos el oficio así:

(En el nombre del Padre,  del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.)

Salmo 102

Lector: Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser su Santo Nombre,


bendice alma mía, al Señor y no olvides ninguno de sus beneficios. El
337
perdona todas tus culpas. El sana todas tus dolencias. El rescata de la
muerte Tu vida. El Te corona de gracia y misericordia. El sacia de bienes
Tu vida; renuévase como el águila Tu juventud. El Señor practica la
rectitud y a todos los oprimidos hace justicia. Dio a conocer sus caminos
a Moisés, y a los hijos de Israel sus obras. Misericordioso y compasivo es
el Señor, lento para la ira y rico en clemencia, no contenderá
perpetuamente, ni se enojará para siempre. No nos trata según nuestros
pecados, ni según nuestras culpas, nos castiga. Pues cuanto más alto se
eleva el cielo sobre la tierra, así prevalece su misericordia con los que le
temen; cuanto dista el oriente de occidente, tanto más aleja de nosotros
nuestros delitos. Como se compadece un padre de sus hijos, se
compadece el Señor de los que le temen. Porque El conoce de qué
estamos formados, se acuerda que somos polvo. Los días del hombre son
como el heno; y como la flor del campo así florece; apenas la tocó el
viento, ya no existe, y su lugar ya no se conoce más. Mas la misericordia
de Dios, permanece eternamente con los que le temen, y su protección
hasta los hijos de los hijos, de los que conservan su alianza, y recuerdan
sus preceptos para cumplirlos. El Señor afirmó en el cielo su trono, y su
reino gobierna el universo. Bendecid al Señor todos sus ángeles,
poderoso en fuerza, ejecutores de sus órdenes para obedecer a su
palabra. Bendecid al Señor, todos sus ejércitos, ministros suyos que
hacéis su voluntad, bendecid al Señor, todas sus obras; en todos los
lugares de su señorío, bendice mi alma al Señor. En todos los lugares de
su señorío bendice Tú, oh alma mía al Señor.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.

Salmo 145

Alaba, al Señor, oh alma mía, alabaré al Señor toda mi vida, mientras yo


exista, cantaré himnos a mi Dios. No confiéis en los príncipes, en hijos de
hombres, los cuales no tienen en su mano la salud. Saldrá su espíritu, y
volverán a ser polvo; en aquel día se desvanecerán todos sus proyectos.
Dichoso aquel que tiene por protector al Dios de Jacob, el que tiene
puesta su esperanza en el Señor Dios suyo. Creador del cielo y de la
338
tierra, del mar y de cuanto ellos contienen. El cual mantiene
eternamente la verdad, hace justicia a los que padecen agravios, da de
comer a los hambrientos. El Señor da libertad a los que están
encadenados. El Señor alumbra a los ciegos, el Señor levanta a los caídos,
ama el Señor a los justos. El Señor protege a los peregrinos, amparará al
huérfano y a la viuda, y desbaratará los designios de los pecadores. El
Señor reinará eternamente: Tu Dios, oh Sión, de generación en
generación.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Oh Hijo Unigénito y Verbo de Dios: Tú, que eres inmortal,


has accedido, para nuestra salvación, a encarnarte de la
Santa Madre de Dios y siempre Virgen María; inalterado Te
hiciste hombre; crucificado, oh Cristo nuestro Dios, con Tu
muerte a la muerte venciste; siendo uno de la Santa
Trinidad, eres glorificado con el Padre y el Espíritu Santo:
¡sálvanos!

Las Bienaventuranzas (Mt. 5:3-12).

Coro: - En tu Reino, acuérdate de nosotros, Señor,

- Bienaventurados los pobres de espíritu, porque el Reino de


los cielos es de ellos.

- Bienaventurados los afligidos, porque serán consolados.

- Bienaventurados los mansos porque heredaran la tierra.

- Bienaventurados los hambrientos y sedientos de justicia


porque serán saciados.

- Bienaventurados los misericordiosos, porque obtendrán


misericordia.
339
- Bienaventurados los de corazón limpio porque verán a
Dios.

- Bienaventurados los pacificadores, porque serán llamados hijos


de Dios.

- Bienaventurados los perseguidos a causa de la justicia


porque el Reino de los cielos es de ellos.

- Bienaventurados seréis cuando se os ultraje y se os persiga y


se diga falsamente de vosotros toda clase de mal a causa de
Mí.

- Regocijaos y estad alegres, porque vuestra recompensa será


grande en los cielos.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.


Ahora y siempre y por siglos de los siglos. Amén.

En tu Reino, acuérdate de nosotros, Señor.

En tu Reino, acuérdate de nosotros, Señor.

En tu Reino, acuérdate de nosotros, Señor.

****
Debemos saber que en la Gran Cuaresma no rezamos los 2 salmos (102 y
146), al comienzo de la Typica, sino que después de la Nona y la oración
final: “Oh soberano Señor Jesucristo, Dios Nuestro.”
Si es cuaresma los 2 coros cantan con voz suave: Acuérdate de mí, oh
Señor, cuando hayas llegado a Tu reino. Postración
Acuérdate de mí, oh Soberano, cuando hayas llegado a Tu reino.
Postración
Acuérdate de mí, oh Santo, cuando hayas llegado a Tu reino. Postración
340
****

Lector: El coro celestial Te alaba y proclama: Santo, Santo, Santo, es el


Señor Sabaoth, llenos están los cielos y la tierra de Tu gloria.

Verso: Acercaos vosotros a Él y os iluminará, y no quedareis


avergonzados.

Lector: El coro celestial Te alaba y proclama: Santo, Santo, Santo, es el


Señor Sabaoth, llenos están los cielos y la tierra de Tu gloria.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

El coro de los santos Ángeles y Arcángeles, con todas las potencias


celestiales, te cantan y proclaman: Santo, Santo, Santo el Señor Sabaoth,
llenos están los cielos y la tierra de Tu gloria.

Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

El coro empieza a cantar en Tono 8.


El refrán en cuaresma por cada verso es el siguiente:
Acuérdate de mí, oh Señor, cuando hayas llegado a Tu reino.
Gloria al Padre... Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Trisagio.

Lector: Santo Dios,  Santo Poderoso, Santo Inmortal, ten


piedad de nosotros.

Agios o Theos,  Agios Iskiros, Agios Athánatos Eléison


Imás.

Sviáti Bóye,  Sviáti Krépki, Sviáti vismiérni, Pamílui inás.

Asamblea: Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y


siempre y por los siglos de los siglos. Amén."
Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.
341
Todos: Santo  Dios, Santo poderoso, Santo Inmortal,
ten piedad de nosotros."
En tiempo ordinario, se pueden hacer aquí las Lecturas del día, sino, se
continúa directamente con el Símbolo de fe.
Lecturas

Un ayudante se sitúa frente a la Puerta Santa, mirando hacia el Altar con el


libro de las Epístolas levantado.
Diácono: Estemos Atentos.
Según la usanza eslava, el sacerdote agrega:
Paz  a todos.
Bendice y el lector contesta:
Y a tu espíritu.
Luego lector canta el Prokimenon con sus versículos.

Diácono: Sabiduría.
Lector: Lectura de la carta de...
Diácono: Estemos atentos.

Y el lector se da vuelta hacia los fieles y lee la Epístola.

Al término de la misma el sacerdote bendice al lector con las palabras:


Sacerdote: La paz  sea contigo lector.
El lector contesta: Y a tu espíritu

Coro: Aleluya (tres veces con sus respectivos versículos).

Lectura del Santo Evangelio

Sacerdote: ¡Sabiduría! ¡Estemos de pie! Escuchemos el Santo


Evangelio. La paz  sea con todos.

Asamblea: Y con tu espíritu.

Sacerdote: Lectura del Santo Evangelio según San N.

Asamblea: Gloria a Ti, Señor, gloria a Ti.


342

Sacerdote: Estemos atentos.

Se lee el Santo Evangelio, terminado el cual, la asamblea canta nuevamente:


Gloria a Ti, Señor, gloria a Ti.

Credo.
Coro: Creo en un solo Dios, Padre Omnipotente, Creador del Cielo y de
la Tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Y en un solo Señor, Jesucristo, Unigénito Hijo de Dios, nacido del Padre
antes de todos los siglos; luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, consustancial al Padre, por quien todo fue
hecho.
Quien, por nosotros los hombres y por nuestra salvación, descendió de
los cielos, y se encarnó del Espíritu Santo y de María la Virgen, y se hizo
hombre.
Fue crucificado por nosotros, bajo Poncio Pilatos, padeció y fue
sepultado.
Y resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras. Y ascendió a los cielos
y está sentado a la diestra del Padre. Y de nuevo vendrá con gloria, para
juzgar a los vivos y a los muertos. Y su Reino no tendrá fin.
Y en el Espíritu Santo, Señor, Vivificador, que procede del Padre, que
junto con el Padre y el Hijo es adorado y glorificado, que habló por
medio de los profetas.
Y en la Iglesia,  Una, Santa, Católica y Apostólica. Confieso un solo
Bautismo para la remisión de los pecados. Espero la resurrección de los
muertos.
Y la vida en la era futura. Amén.

Intercesión:
Sacerdote: Absuelve,  remite y perdona, oh Dios, nuestros pecados
voluntarios e involuntarios, cometidos en acciones o en palabras,
consciente e inconscientemente, durante el día y la noche, en el espíritu o
en el pensamiento, perdónanos todo, porque eres Bueno y amas a la
humanidad.
343
Padrenuestro.
Coro: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el
cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdónanos nuestras deudas
así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, y no nos dejes caer
en la tentación, mas líbranos del mal.

Acto seguido, el coro canta los Troparios y Kondakios correspondientes


al día de la semana o de la fiesta.

Los lunes, Arcángeles, Ángeles y Huestes Angélicas

Tropario tono 4
Adalides de las huestes celestiales, nosotros indignos os imploramos que
por vuestras suplicas nos cobijéis bajo el amparo de las alas de vuestra
gloria inmaterial, protegiendo a los que caemos, y clamamos con
diligencia: Redimidnos del peligro, vosotros los adalides de los ejércitos
de las potestades en lo alto.

Teotoquio, en el mismo tono


A la Purísima doncella consagrada en el templo para el Santo de los
Santos, a la que estaba revestida de fe, de sabiduría y de intachable
virginidad, el Adalid le trajo el saludo de los cielos: Salve,
Bienaventurada; Salve, Gloriosa, el Señor está contigo.

Contaquio tono 2
Adalides de Dios, ministros de la gloria divina, guías de los hombres y
jefes de los incorpóreos, pedid lo que es útil para nosotros y obtenednos
grande misericordia, pues sois de Dios los mensajeros.

Los martes, a San Juan Bautista

Tropario tono 2
La conmemoración del Justo es acompañada de veneración, más para ti,
Precursor, es suficiente el testimonio del Señor, pues te has revelado
344
como el más laureado de los profetas, porque te fue concedido
bautizar en el Jordán a Aquel a quien predicabas. Y habiendo luchado
con regocijo por la verdad, anunciaste también a los que estaban en el
infierno a Dios manifestado en la carne, el que quita los pecados del
mundo y que nos concede grande misericordia.

Teotoquio, en el mismo tono


Nosotros hemos sido hechos partícipes de la naturaleza divina por
medio de ti, Madre de Dios, siempre Virgen, porque diste a luz para
nosotros al Dios encarnado. Por tanto, justamente, todos con piedad te
engrandecemos.

Contaquio tono 3
La que antes era estéril ahora da a luz al Precursor de Cristo, en
cumplimiento de todas las profecías, porque en el Jordán impuso las
manos sobre el que fue anunciado por los profetas, y se reveló como el
Profeta del Dios Verbo, Predicador y Precursor.

Los miércoles, a la Madre de Dios al Pie de la Cruz

Tropario tono 1
Salva, Señor, tu pueblo y bendice tu heredad; concede victoria a los
cristianos ortodoxos sobre sus Enemigos, y por tu Cruz, conserva tu
heredad.

Teotoquio, tono 1
Teniendo tu protección, Virgen Purísima, liberados por tus súplicas de
toda angustia, y guardados en todo por la gloriosa Cruz de tu Hijo, como
es justo, todos con piedad te engrandecemos.

Contaquio tono 4
Tú, que de tu propia voluntad, fuiste levantado sobre la Cruz, concede
tus mercedes al nuevo pueblo que es llamado por tu nombre, Cristo Dios
nuestro; haz alegrarse con tu poder a tu pueblo fiel, concediéndole
victoria sobre el Adversario, y demostrando que goza de tu ayuda,
armadura de paz, trofeo invencible.
345

Los jueves, a los Apóstoles y Padres de la Iglesia

Tropario a los Apóstoles, tono 3


Santos Apóstoles, interceded ante Dios misericordioso, para que
conceda a nuestras almas el perdón de las ofensas.

Tropario a Nicolás, tono 4


Canon de fe, icono de mansedumbre y maestro de la abstinencia te has
revelado a tu rebaño por la grandeza de tus obras. Así ganaste, Padre y
Obispo Nicolás, exaltación por tu humildad y riquezas por tu pobreza.
Intercede ante Cristo Dios para que salve nuestras almas.

Teotoquio
Al Verbo del Padre, Cristo Dios nuestro, le hemos conocido encarnado
de ti: Virgen Madre de Dios, la única pura, la única bienaventurada. Por
tanto, sin cesar te cantamos y te engrandecemos.

Contaquio a los Apóstoles, tono 2


A los intrépidos Predicadores inspirados de Dios, jefes de tus Discípulos,
Señor, los recibiste en el gozo de tus bienes y en el reposo de los justos;
aceptaste su aflicción y su muerte como el más precioso de los
holocaustos, tu que eres el Único que conoces el corazón humano.

Contaquio a Nicolás, tono 3


En Myra, Santo, te revelaste como gran sacerdote, pues habiendo
cumplido, Venerable, el Evangelio de Cristo, ofreciste tu vida por tu
pueblo, salvaste a los inocentes de la muerte, y fuiste santificado, como
iniciado en la gracia de Dios.

Los viernes, a la Crucifixión de Cristo, Los Troparios, etc. como los del
miércoles

Los sábados, a Todos los Santos y por los Difuntos


346

Tropario a todos los santos, tono 2


Apóstoles, Mártires, Profetas, Obispos, Venerables y Justos, que habéis
peleado el buen combate, preservando la fe, ya que tenéis amistad con el
Salvador, suplicadle a El que es bueno, que salve nuestras almas.

Tropario por los Difuntos, tono 8


Acuérdate, Señor Bondadoso, de todos tus siervos, y perdónales todos
los pecados de su vida, pues fuera de ti no hay ninguno sin pecado, sólo
Tú puedes dar reposo a los difuntos.

Teotoquio
Padre de la Luz inefable, con himnos angelicales te honramos y con
piedad te engrandecemos.

Contaquio por los Difuntos, tono 8


Haz descansar con los Santos, oh Cristo, las almas de tus siervos, allí
donde no hay enfermedad, ni dolor, ni gemido, sino la vida eterna.

Contaquio a Todos los Santos, tono 8


Como primicias de la naturaleza al Sembrador de la creación, El mundo
te ofrece, Señor, a los mártires teóforos; por sus intercesiones y por la
Madre de Dios, conserva a tu Iglesia y a tu pueblo en profunda paz, Tú
que eres grande en misericordia.

Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.

Sacerdote: Trinidad Santísima, poder Consubstancial, Reino Indivisible,


Causa de todo bien, muéstrame Tu bondad a mí que soy pecador,
fortalece e instruye mi corazón, Quita de mí toda mancha, ilumina mi
inteligencia para que en todo tiempo pueda yo glorificarte, cantarte,
adorarte, y confesarte: un solo Santo, un solo Señor, Jesucristo, en la
gloria de Dios Padre. Amén.

Lector: Bendito  sea el nombre del Señor desde ahora y por los siglos de
los siglos. Amén. (Tres veces).
347
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 33

Lector: Bendeciré al Señor en todo tiempo: no cesarán mis labios de


pronunciar sus alabanzas.
En el Señor se gloriará mi alma. Óiganlo los humildes y consuélense.
Engrandeced conmigo al Señor, y todos a una ensalcemos su Nombre.
Acudí solícitamente al Señor, y me oyó, y me sacó de todas mis
tribulaciones.
Acercaos vosotros a Él, y os iluminará: y no quedaréis sonrojados.
Clamó este pobre, y el Señor le oyó y le libró de todas sus angustias.
El ángel del Señor asistirá alrededor de los que le temen, y los librará del
mal.
Gustad y mirad cuan suave es el Señor; bienaventurado el hombre que
en El confía.
Temed al Señor todos vosotros sus santos; porque nada falta a los que le
temen.
Los ricos padecieron necesidad y hambre; pero a los que buscan al Señor
no les faltará bien ninguno.
Venid, hijos, escuchadme, que yo os enseñaré el temor del Señor.
¿Quién es el hombre que apetece vivir, y que desea ver días dichosos?
Pues guarda pura su lengua de todo mal, y no profieren tus labios
ningún embuste.
Huye del mal, y obra el bien; busca la paz, y empéñate en alcanzarla.
El Señor tiene fijos sus ojos sobre los justos, y atentos sus oídos a las
plegarias que le hacen.
Y el rostro del Señor está observando a los que obran mal, para extirpar
de la tierra su memoria.
Clamaron los justos, y les oyó el Señor y los libró de todas sus
aflicciones.
El Señor está al lado de los que tienen el corazón atribulado; y El salvará
a los humildes de espíritu.
Muchas son las tribulaciones de los justos; pero de todas los librará el
Señor.
348
De todos los huesos de ellos tiene el Señor cuidado; ni uno solo será
quebrantado.
Funestísima es la muerte de los pecadores; los que aborrecen al justo
quedarán destruidos.
El Señor redimirá las almas de sus siervos, y no perecerán los que en El
esperan.

Salmo 144

Te ensalzaré, Rey mío y Dios mío, bendeciré tu nombre por siempre


jamás;
Todos los días te bendeciré, alabaré tu nombre por siempre jamás.
Dios es grande y digno de alabanza, no tiene medida su grandeza.
Una generación ponderará tus obras a la otra, proclamarán tus proezas;
Hablarán del esplendor de tu gloriosa majestad, contarán tus milagros;
Publicarán el poder de tus prodigios y pregonarán tus grandezas;
Divulgarán el recuerdo de tu inmensa bondad, aclamarán tu justicia.
El Señor es tierno y compasivo, paciente y lleno de bondad;
El Señor es bueno con todos, lleno de ternura con todas sus obras.
Te alabarán, Señor, todas tus obras, y tus fieles te bendecirán;
Anunciarán la gloria de tu reino y hablarán de tus proezas,
Explicando a los hombres tus proezas y la gloria deslumbrante de tu
reino.
Tu reino es un reino eterno y tu imperio dura por todas las edades. El
Señor es fiel a su palabra, leal en todas sus acciones.
El Señor sostiene a todos los que caen, endereza a los que están
doblados.
Los ojos de todos están fijos en ti y tú les das a su tiempo la comida;
Abres la mano y sacias a placer a todos los vivientes.
El Señor es justo en todos sus caminos, leal en todas sus acciones;
El Señor está cerca de los que lo invocan, de los que lo invocan con
sinceridad.
Él cumple los deseos de sus fieles, escucha su clamor y los libera;
El Señor guarda a todos sus amigos, y extermina a todos los malvados.
349
Mi boca dirá la alabanza del Señor, todos los muertos bendecirán su
santo nombre por siempre jamás.
Despedida.

Sacerdote: Gloria a Ti, Cristo  Dios, esperanza nuestra, gloria a Ti.

Lector: Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y


siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Kyrie eléison. (Tres veces)
Bendice, Padre.

Sacerdote: Cristo, nuestro verdadero Dios, por las oraciones de su


Santísima y purísima Madre, de los santos gloriosos y alabadísimos
Apóstoles (del santo titular del templo, si es Apóstol), de los santos gloriosos y
victoriosos Mártires (del santo titular del templo, si es mártir), de nuestros
justos y teóforos Padres (del santo titular del templo, si es un justo), de los
santos y justos abuelos del Señor, Joaquín y Ana, de san N. (del santo titular
del templo, si no ha sido conmemorado en alguno de los anteriores grupos), de los
santos (se conmemora al santo del día), cuya memoria celebramos en este día,
y de todos los santos, tenga misericordia de nosotros y nos salve, El que
es bueno y amante de la humanidad.

El Sacerdote se voltea hacia el icono del Señor y dice la exclamación


final

Sacerdote: Por las oraciones de nuestros Santos Padres, Señor Jesucristo,


 Dios nuestro, ten piedad de nosotros y sálvanos.
Coro: Amén.

(Si no hay sacerdote)

Lector: Por las oraciones de nuestros Santos Padres, Señor Jesucristo, 


Dios nuestro, ten piedad de nosotros y sálvanos.
Coro: Amén.
Lector: Oh Dios ten compasión de nosotros, bendícenos, haz
resplandecer Tu rostro sobre nosotros y ten piedad.
350
Coro: Amén.

Y si es tiempo cuaresmal, decimos la oración de San Efrén el Sirio,


dividiéndolo en 3 partes y haciendo 3 postraciones:

Oración de San Efrén ‘el Sirio’

Sacerdote: ¡Señor y Soberano de mi Vida! No me abandones al espíritu


de pereza, de indiscreción, de ambición y de habladuría.
Metanía
Más bien concede a tu siervo un espíritu de pureza, de humildad, de
paciencia y de caridad.
Metanía
Sí, ¡mi Señor y Rey! Dame la capacidad de ver mis faltas y de no juzgar a
mis hermanos; pues Tú eres Bendito por los siglos de los siglos. Amén.
En esta última parte hacemos doce reverencias pequeñas
santiguándonos en cada una de ellas, mientras decimos: Oh Dios,
purifícame, a mí, pecador.
¡Señor y Soberano de mi Vida! No me abandones al espíritu de pereza,
de indiscreción, de ambición y de habladuría.
Más bien concede a tu siervo un espíritu de pureza, de humildad, de
paciencia y de caridad.
Sí, ¡mi Señor y Rey! Dame la capacidad de ver mis faltas y de no juzgar a
mis hermanos; pues Tú eres Bendito por los siglos de los siglos. Amén.
(Postración)

Y al terminar, empieza el oficio de la Víspera. En caso contrario (tiempo


de cuaresma) al final de los Kontaquios, decimos: Señor ten piedad. (Doce
veces).

Sacerdote (o el que preside): Oh Santísima Trinidad, Dominio


Consubstancial, Reino Indivisible, Causa de todo lo bueno, muéstrame
Tu bondad a mí que soy pecador, fortalece mi corazón y concede el
entendimiento. Quita de mí toda mancha, ilumina mi pensamiento para
que yo pueda glorificar, cantar, adorar, y decir: El Único Santo, El Único
Señor, es Jesucristo, en la gloria de Dios Padre. Amén.
351
Lector: Bendito sea el nombre del Señor desde ahora y por los siglos
de los siglos. Amén. (Tres veces).
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.

Oración de San Basilio Magno

Sacerdote (o el que preside): Dios y Señor de las potestades y de la


creación entera, Autor, que por la ternura de tu incomparable
misericordia enviaste a tu Hijo Unigénito, Nuestro Señor Jesucristo, para
la salvación del género humano, y por medio de su preciosa Cruz
destruiste a la muerte con Tu muerte, y con ella triunfaste sobre los
orígenes y poderes de la oscuridad, tú mismo, Soberano, que amas a los
hombres, acepta estas acciones de gracias y oraciones de súplica de
nosotros pecadores. Líbranos de toda caída oscura y dañina y de todo
enemigo visible e invisible que nos busque para hacernos maldad. Hiere
nuestra carne del temor de ti y no inclines nuestros corazones a palabras
o pensamientos de maldad, mas mueve nuestras almas en el anhelo de ti,
para que siempre con nuestros ojos fijos en Ti, siendo guiados por tu
luz, y viéndote, a ti luz inaccesible y sempiterna, podamos rendir
incesante confesión y gracias, oh Padre, que eres sin principio,
juntamente con tu Hijo Unigénito, y tu Santísimo Espíritu Bueno y
Vivificador, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Sacerdote (o el que preside): Por las oraciones de nuestros Santos


Padres, Señor Jesucristo,  Dios nuestro, ten piedad de nosotros y
sálvanos.
352
OFICIO DE MAITÍNES DURANTE EL
TIEMPO DE CUARESMA

 
Oficiado de Lunes a Viernes en lugar de la Divina Liturgia.

El Sacerdote, revestido con epitraquilio, entra al Santuario, abre el Bello Velo, y


mirando hacia el oriente, exclama:
Sacerdote: Bendito  sea nuestro Dios, eternamente, ahora y siempre,
y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Lector: Gloria a Ti, Dios nuestro, gloria a Ti. Rey Celestial, Consolador,
Espíritu de Verdad, que estás en todo lugar y que todo lo llenas, Tesoro
de bienes y Dador de la vida, ven y habita en nosotros, purifícanos de
toda mancha, y salva, Tú que eres bueno, nuestras almas
Santo Dios,  Santo Poderoso, Santo Inmortal, Ten piedad de nosotros.
(Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visítanos y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro...
353
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre, 
Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Lector: Amén. Señor, ten piedad. (Doce veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.

❖ Vengan adoremos y postrémonos ante nuestro Rey y Dios.


(Metanía profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante Cristo, nuestro Rey y Dios.
(Metanía profunda)
❖ Vengan adoremos y postrémonos ante el mismo Cristo, Él es
nuestro Rey y nuestro Dios. (Metanía profunda)

Esta parte del oficio puede suprimirse y pasar directamente a los Seis Salmos
(pág. 356).
 EL OFICIO REAL 
Luego se leen los Salmos siguientes, y mientras tanto, el Sacerdote, bendice el incienso
y comienza a incensar en forma más silenciosa y ligera que lo normal.

Sacerdote: (en voz baja):


Incienso  te ofrecemos, Cristo Dios nuestro, como suave olor de
fragancia espiritual; al recibirlo en tu Altar celestial, envíanos a cambio la
gracia de tu Santísimo Espíritu.
Cuando el lector comienza a leer, el Sacerdote comienza a incensar el Altar, y la mesa
de la Prótesis. Luego sale por la puerta norte, inciensa el Trono y al Obispo, si está, y los
iconos del iconostasio. Después inciensa al pueblo, comenzando por el costado sur del
templo, y volviendo por el norte. Vuelve a incensar el Trono, los iconos, y entra al
santuario por la puerta sur, para volver a incensar el Altar y termina.
 Salmo 19 
Lector: Que el Señor te oiga en el día de aflicción; defiéndete el nombre
del Dios de Jacob. Que te envíe ayuda desde el santuario, y desde Sión te
ampare. Que recuerde todas tus ofrendas, y que tu holocausto sea
aceptado. Haga contigo según tu corazón y cumpla todos tus designios.
Nos regocijaremos en tu salvación y en el nombre del Señor nuestro Dios
seremos enaltecidos. Cumpla el Señor todas tus peticiones; ahora he
conocido, que el Señor ha hecho salvo a su Cristo. Le oirá desde su cielo
354
santo, por la fuerza de su diestra es la salvación. Estos confían en
carros, y aquellos en caballos; mas nosotros invocaremos el nombre del
Señor nuestro Dios. Ellos se doblegaron y cayeron; mas nosotros nos
levantamos y nos enhestamos. Señor, salva al Rey y escúchanos en el día
en que te invoquemos.
 Salmo 20 
Señor; en tu poder se alegrará el rey y en tu salvación se regocijará en
gran manera. Le concediste el deseo de su corazón y no le privaste la
demanda de sus labios. Porque te le adelantaste con bondadosas
bendiciones; le pusiste sobre su cabeza una corona de piedras preciosas.
Te pidió vida, y le diste longitud de días por los siglos de los siglos.
Grande es su gloria en tu salvación; gloria y magnificencia pondrás sobre
él. Porque le darás bendición por los siglos de los siglos; lo colmarás de
gozo con tu rostro. Por cuanto el rey confía en el Señor, y en la
misericordia del Altísimo, no será conmovido. Encontrará tu mano a
todos sus enemigos; que tú diestra encuentre a todos los que le
aborrecen. Los pondrás como en horno de fuego, al momento de mostrar
tu rostro. El Señor los conturbará con su ira, y el fuego los devorará. Su
fruto exterminarás de la tierra, y su linaje de entre los hijos de los
hombres. Porque se inclinaron a hacerte el mal; pensaron designios los
cuales no podrán mantener. Pues Tú los pondrás en fuga; con tus
sobrevivientes prepararás sus rostros. Ensálzate, Señor, en tu poder,
alabaremos y salmodiaremos a tu poderío.
Lector: Santo Dios,  Santo Poderoso, Santo Inmortal, ten piedad
de nosotros. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visita y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Padre nuestro...
355
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria: Padre, 
Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Y lee los siguientes troparios:
Lector: Salva Señor a tu pueblo y bendice tu heredad; concede la victoria
a tu Iglesia sobre sus enemigos, y preserva a los que te pertenecen, por el
poder de tu Cruz.

Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo.

Tú que, voluntariamente ascendiste a la Cruz, concede tus compasiones,


Cristo Dios nuestro, al pueblo nuevo que lleva tu nombre. Exalta con tu
poder a los cristianos ortodoxos, concediéndoles la victoria sobre sus
adversarios. Teniendo tu auxilio en el combate, pues Tú eres arma de
paz y trofeo invencible.

Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Oh buena y alabadísima Madre de Dios, nuestra temible e infalible


protección, no desprecies nuestras súplicas, fortalece a tu pueblo que
profesa la fe verdadera, salva a los que obran por el reino de tu Hijo y
concédeles la victoria que viene de lo alto, Tú que diste a luz a Dios,
única bendita.
Sacerdote: Ten piedad Dios, de nosotros, por tu gran misericordia, te
suplicamos, escúchanos y ten piedad.

Coro: Señor, ten piedad. (Tres veces)

Sacerdote: Te suplicamos por nuestro patriarca N., por nuestro Obispo


N, y por todos nuestros hermanos en Cristo.

Coro: Señor, ten piedad. (Tres veces)

Sacerdote: Te suplicamos por este país y por quienes lo gobiernan.

Coro: Señor, ten piedad. (Tres veces)


356
Sacerdote (Exclamación): Porque eres Dios misericordioso y amas a la
humanidad, y a Ti rendimos gloria: Padre,  Hijo y Espíritu Santo,
ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Lector: Amén. En el nombre del Señor, bendice, Padre.
Sacerdote (Exclama mientras traza el signo de la cruz frente al altar con el
incensario): Gloria a la santa,  consubstancial, vivificadora e indivisible
Trinidad, eternamente, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Coro: Amen.
El lector de los Hexa-Salmos se sitúa en el centro de la iglesia mirando hacia el
santuario. Durante los tres primeros salmos el sacerdote, se queda dentro del santuario
y comienza la lectura de las doce oraciones secretas de maitines (pág. 122). Luego de los
tres primeros Salmos, cuando el lector dice: “Aleluya, Aleluya, Aleluya, gloria a Ti oh
Dios,” el sacerdote sale por la puerta norte, se sitúa delante de las puertas reales, y con
la cabeza descubierta, el termina la lectura de las oraciones secretas.

 LOS SEIS SALMOS 


Lector:
Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres de buena
voluntad (tres veces).
Señor, abrirás mis labios  y mi boca proclamará tu alabanza (dos veces).

 Salmo 3 
Señor, ¿por qué se han multiplicado los que me atribulan? Muchos se
levantan contra mí. Muchos dicen a mi alma: no hay salvación para él en
su Dios. Más Tú, Señor, eres mi protector, mi gloria y el que levanta mi
cabeza. Con mi voz clamé al Señor y me oyó desde su monte santo. Yo
dormí y tuve profundo sueño; me levanté, porque el Señor me protegerá.
No temeré a los diez millares de gentes que me rodean y atacan.
Levántate, Señor, sálvame, Dios mío. Por cuanto Tú has golpeado a
todos quienes sin causa se enemistaron contra mí; has quebrantado los
dientes de los pecadores. La salvación es del Señor y sobre tu pueblo tu
bendición.
Y repite: Yo dormí y tuve profundo sueño; me levanté porqué el Señor me
protegerá.
357
 Salmo 37 
Señor, no me reprendas con tu furor, ni me instruyas con tu ira. Porque
tus saetas se me han clavado y has asentado sobre mí tu mano. No hay
curación para mi carne a causa de tu ira: no hay paz en mis huesos a
causa de mis pecados. Porque mis iniquidades sobrepasaron mi cabeza y
como carga pesada se agravaron sobre mí. Hedían pudriéndose mis
llagas a causa de mi necedad. Me he hecho miserable y encorvado estoy
hasta lo sumo: todo el día caminaba contristado. Porque cargados están
de escarnio mis lomos y no hay curación para mi carne. Estaba muy mal
y me humillé hasta lo extremo; rugía a causa del lamento de mi corazón.
Señor, delante de Ti está todo cuanto deseo, y mi gemido no te es
desconocido. Mi corazón está perturbado, mi fuerza me ha abandonado
y aún la luz de mis ojos, tampoco ella está ya conmigo. Mis amigos y mis
vecinos se acercaron y delante de mí se mantuvieron. Y mis más
allegados se mantuvieron de lejos. Y me fastidiaron los que buscaban mi
alma. Y los que buscaban mi mal hablaron vanidades y todo el día
urgían engaños. Mas yo como un sordo no oía y fui como un mudo que
no abre su boca. Y me hice como hombre que no oye y que no tiene en su
boca réplica. Porque en Ti, Señor, esperé: Tú me escucharás, Señor Dios
mío. Pues dije: no sea que alguna vez se rían de mí mis enemigos y
mientras mis pies vacilaban, hablaron con soberbia contra mí. Porque
preparado estoy para flagelaciones y mi dolor está siempre delante de
mí. Pues yo publicaré mi trasgresión y me preocuparé por mi pecado.
Mas mis enemigos viven y se han hecho más fuertes que yo, y se han
multiplicado los que me odian injustamente. Los que devuelven mal por
bien, murmuraban sobre mí porque yo perseguía lo bueno.
Y repite: No me desampares, Señor Dios mío: no te apartes de mí. Acude
prontamente a socorrerme, Señor Dios de mi salvación (dos veces).

 Salmo 62 
Dios, Dios mío, hacia Ti madrugo. Mi alma tuvo sed de Ti y aún más mi
carne con ímpetu anhela por Ti, en tierra yerma, intransitable y sin agua.
Allí también me presenté como en tu santuario para ver tu fuerza y tu
gloria. Porque tu misericordia es mejor que la vida: mis labios te
alabarán. Y así bendeciré durante mi vida y en tu nombre alzaré mis
358
manos. Como de grosura y de gordura sea saciada mi alma y con
labios de regocijo te alabará mi boca. Si me he acordado de Ti sobre mi
lecho, en las madrugadas medité en Ti. Porque fuiste mi ayudador. Y al
amparo de tus alas me regocijaré. Mi alma se apegó a Ti, tu diestra me ha
amparado. Mas ellos que en vano buscaron mi alma, entrarán en lo más
bajo de la tierra: serán entregados en manos de espada, ración serán de
los zorros. Mas el Rey se alegrará en Dios, aprobados serán todos los que
juran por Él: pues fue tapada la boca de los que hablan cosas inicuas. En
la madrugada meditaré en Ti: porque fuiste mi ayudador. Y al amparo
de tus alas me regocijaré. Mi alma se apegó a Ti; tu diestra me ha
amparado.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
Aleluya, aleluya, aleluya, gloria a Ti, Dios (tres veces, sin metanías).
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.

El sacerdote sale por la puerta norte, se sitúa delante de las puertas reales, y con la
cabeza descubierta, el termina la lectura de las oraciones secretas (pág. 122).

 Salmo 87 
Señor Dios de mi salvación, de día y de noche clamé delante de Ti. Que
llegue a Ti mi oración; inclina tu oído a mi plegaria. Porque se colmó mi
alma de maldades y mi vida se ha acercado al infierno. He sido contado
con los que descienden al hoyo; he sido como hombre sin socorro,
abandonado entre los muertos. Así como los heridos que duermen en los
sepulcros, de quienes no te acuerdas ya más y ellos son desechados de tu
mano. Me has puesto en una fosa profunda: en lugares tenebrosos y en
sombra de muerte. Sobre mí se ha confirmado tu furor y todas tus
exaltaciones has echado sobre mí. Has alejado de mí a mis conocidos: me
han tenido como abominación para ellos. Entregado fui y no me libraré:
mis ojos han desfallecido de miseria. A Ti, Señor, he clamado todo el día:
he extendido hacia Ti mis manos. ¿Acaso harás maravillas por los
359
muertos o los médicos los resucitarán y te alabarán? ¿Acaso contará
alguno en el sepulcro tu misericordia y tu verdad en el Abadán?
¿Acaso serán conocidos en las tinieblas tus milagros y tu verdad en la
tierra del olvido? Más yo a Ti he clamado, y en la madrugada mi oración
llegará ante Ti. ¿Por qué, Señor, desechas mi alma, y apartas de mí tu
rostro? Pobre soy yo y en sufrimientos estuve desde mi juventud. Me
elevé, me humillé y desfallecí. Sobre mí han pasado tus iras y tus
intimidaciones me han conturbado. Me han cercado como agua, aunados
me han dominado todo el día. Has alejado de mí al amigo y al cercano y
a mis conocidos por causa de mi miseria. Señor Dios de mi salvación, de
día y de noche clamé delante de Ti. Que llegue ante Ti mi oración; inclina
tu oído a mi plegaria.
 Salmo 102 
Bendice, alma mía, al Señor y todas las cosas que hay dentro de mí, a su
Santo Nombre. Bendice, alma mía, al Señor y no te olvides de todos sus
galardones. Él redime tu vida de la corrupción, Él te corona de
misericordias y de generosidades. Él colma de bienes tu deseo: se
renovará como la del águila tu juventud. El Señor hace misericordias y
justicia a todos los que sufren agravios. Hizo conocer sus caminos a
Moisés, y sus deseos a los hijos de Israel. Generoso y misericordioso es el
Señor: pacientísimo y muy misericordioso. No estará enojado para
siempre ni se enemistará eternamente. No nos ha tratado según nuestras
iniquidades ni nos ha retribuido según nuestros pecados. Porque cuan
alto está el cielo sobre la tierra, tanto ha confirmado el Señor su
misericordia sobre los que le temen. Cuanto dista el oriente de occidente,
tanto ha alejado de nosotros nuestras iniquidades. Así como un padre se
compadece de los hijos, así el Señor se apiada de los que le temen;
porqué Él conoce de qué estamos plasmados, recuerda que somos polvo.
Los días del hombre son como la hierba y él como la flor del campo que
desflorecerá. Pasará por él un soplo y ya no estará, y hasta su propio
lugar no le reconocerá. Mas la misericordia del Señor está desde los
siglos por los siglos, sobre los que le temen. Y su verdad sobre los hijos
de los hijos, de aquellos que guardan su alianza y se acuerdan de sus
mandamientos para cumplirlos. El Señor ha confirmado en el cielo su
360
trono y su reino domina sobre todos. Bendecid al Señor todos sus
ángeles, poderosos en fortaleza, ejecutores de su orden en cuanto oyen la
voz de sus palabras. Bendecid al Señor todas sus fuerzas, siervos suyos,
ejecutores de su voluntad. Bendecid al Señor todas sus obras; en todo
lugar de su señorío, bendice alma mía, al Señor.
Y repite: En todo lugar de su señorío, bendice alma mía, al Señor.

 Salmo 142 
Señor, oye mi oración; presta oído a mi súplica según la verdad de tus
promesas, óyeme en tu justicia. Y no entres en juicio con tu siervo,
porque ningún ser viviente puede aparecer justo en tu presencia. Porque
el enemigo ha perseguido mi alma; humilló hasta el suelo mi vida. Me ha
confinado en lugares tenebrosos, como a los muertos de antaño; se
desalentó en mí mi espíritu, mi corazón está en zozobra. Me acordé de
días antiguos; me puse a ponderar en todas tus obras, en las creaciones
de tus manos ponderaba. Extendí mis manos hacia Ti; mi alma te anhela
como tierra sedienta. Óyeme pronto Señor, mi espíritu ha desfallecido.
No retires de mí tu rostro, para no asemejarme a los que bajan a la fosa.
Hazme oír por la mañana tu misericordia, pues en Ti he puesto mi
esperanza. Muéstrame Señor, el camino que debo seguir, ya que hacia Ti
he elevado mi alma. Líbrame de mis enemigos, Señor, en Ti me refugio.
Enséñame a hacer tu voluntad, pues Tú eres mi Dios. Tu espíritu bueno
me conducirá a la tierra de la rectitud. Por amor a tu nombre, Señor,
vivifícame. En tu justicia, sacarás mi alma de aflicciones, y en tu
misericordia exterminarás a mis enemigos. Y destruirás a todos los que
afligen mi alma, porque siervo tuyo soy.
Y repite: Óyeme, señor, en tu verdad y no entres en juicio con tu siervo
(dos veces).
Si hay diácono en este momento sale del santuario y saluda al sacerdote antes que este
vuelva a entrar al santuario.
Lector: Tu espíritu bueno me guiará a tierra de rectitud.
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Aleluya. Aleluya. Aleluya. Gloria a Ti, oh Dios. (Tres veces).
Señor, esperanza nuestra, gloria a Ti.
361
LETANÍA DE LA PAZ
El Sacerdote o el diácono recita la Letanía de la Paz:
Sacerdote: En paz, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Por la paz que viene de lo Alto y por la salvación e nuestras
almas, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Por la paz del mundo entero, la estabilidad de las Santas
Iglesias de Dios, y la unión de todos, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Por esta santa morada y por todos los que en ella entran
con fe, devoción y temor de Dios, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Por los piadosos cristianos ortodoxos, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Por nuestro Patriarca N., por nuestro Obispo N.., por el
honorable presbiterado y el diaconado en Cristo; por todo
el clero y el pueblo, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Por nuestra piadosa nación, por toda autoridad y poder,
por el ejército que ama a Cristo, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Por esta ciudad, por toda ciudad y país, y por los fieles que
en ellos habitan, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Por un clima propicio, por la abundancia de los frutos de la
tierra, y por tiempos de paz, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Por quienes viajan por aire, mar o tierra, por los enfermos,
los afligidos y los cautivos, y por su salvación, roguemos al
Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Para que nos libres de toda tribulación, ira, peligro y
necesidad, roguemos al Señor.
362
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros y protégenos,
oh Dios, por tu gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Habiendo suplicado a nuestra doncella la Santísima,
Purísima, Benditísima, y Gloriosa Madre de Dios y siempre Virgen
María, junto con todos los Santos, encomendémonos: cada uno a sí
mismo, y unos a otros, y nuestra vida entera, a Cristo nuestro Dios.
Coro: A Ti, Señor.
Sacerdote (Exclamación): Porque a Ti se deben toda gloria, honor y
adoración: Padre,  Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Los Coros cantan, en el tono del Apolitíquio.


Sacerdote (o Diácono): Aleluya, Aleluya, Aleluya (3 veces)
Coro: Aleluya, Aleluya, Aleluya (3 veces)
Sacerdote (o Diácono): En la noche yo velo delante de Ti, Señor, porque
tus preceptos iluminan la tierra.
Coro: Aleluya, Aleluya, Aleluya (3 veces)
Sacerdote (o Diácono): Aprended la justicia, habitantes de la tierra.
Coro: Aleluya, Aleluya, Aleluya (3 veces)
Sacerdote (o Diácono): Para con tu pueblo serán conocidos tu celo y tu
amor.
Coro: Aleluya, Aleluya, Aleluya (3 veces)
Sacerdote (o Diácono): Multiplica tu pueblo, Señor, multiplica tu pueblo
y manifiesta tu gloria.
Coro: Aleluya, Aleluya, Aleluya (3 veces)

 TROPARIOS 
El lector lee el tropario en el triodio de Cuaresma (tríadico), los 3 Salmos y las Katismas.
Himnos a la Trinidad: Primer Tono — Triodio Cuaresmal.

Coro: Kyrie eléison. (3 veces) Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu


Santo,…
363
Lector: ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Lector: Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y


siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Aleluya. Aleluya. Aleluya. Gloria a Ti, oh Dios. (Tres veces).

 Salmo 50 
El Lector lee el Salmo 50.
Lector: Ten piedad de mí, oh Dios, según tu gran misericordia; según la
multitud de tus piedades, borra mi iniquidad. Lávame más y más de mis
transgresiones, y límpiame de mis pecados. Pues reconozco mi maldad,
y mi pecado está siempre ante mí. Contra Ti sólo he pecado, he hecho el
mal en tu presencia, por lo tanto, eres justo en tu sentencia, soberano en
tu juicio. Considera que en maldad fui formado, y en pecado me
concebido mi madre. Ciertamente, Tu amas la verdad; los misterios
escondidos y ocultos de tu sabiduría, me los has revelado. Rocíame con
hisopo y seré limpio; lávame y emblanqueceré más que la nieve. Hazme
oír gozo y alegría, y se alegrarán mis huesos tan humillados. Aparta tu
rostro de mis pecados, y borra todas mis iniquidades. Crea en mí, oh
Dios, un corazón limpio, y restaura en mis entrañas un espíritu recto. No
me arrojes de tu presencia, y no retires de mí tu Espíritu Santo.
Devuélveme el gozo de tu salvación, y sostenme con espíritu soberano.
Enseñaré a los pecadores tus caminos, y los impíos volverán hacia Ti.
Líbrame de la sangre, oh Dios, Dios de mi salvación; se alegrará mi
lengua de tu justicia. Abre Señor mis labios y mi boca proclamará tus
alabanzas. Porque si quisieras sacrificio, te lo ofrecería; más no te
complacen los holocaustos. Sacrificio a Dios es el espíritu contrito; el
corazón contrito y humillado, Tu Dios, no lo desprecias. Señor, en tu
bondad, trata benignamente a Sión, para que puedan reedificarse los
muros de Jerusalén. Entonces aceptarás el sacrificio de justicia, las
ofrendas y los holocaustos, entonces se ofrecerán novillos sobre tu altar.
364
ORACIÓN SOLEMNE
Diácono o sacerdote: Salva Señor a tu pueblo y bendice tu heredad. En
tu piedad y tu compasión visita este mundo que es tuyo, concede la
victoria a los cristianos ortodoxos y haz descender sobre nosotros el
tesoro de tu misericordia; por la intercesión de nuestra Señora, la
Purísima Madre de Dios y siempre Virgen María; por el poder de la
preciosa y vivificante Cruz; por la protección de las celestes Potestades
incorpóreas; por las oraciones del venerable y glorioso Profeta, el
Precursor y Bautista Juan; de los Santos, gloriosos e ilustres Apóstoles;
de nuestros Padres entre los Santos, los grandes Obispos y Doctores
universales: Basilio el grande, Gregorio el teólogo y Juan Crisóstomo;
Atanasio y Cirilo, arzobispos de Alejandría, Nicolás, arzobispo de Myra
en Lycia, y Espiridón, obispo de Trimitonte; de los Santos Mártires Jorge
y Demetrio; de todos los Santos y victoriosos Mártires; de nuestros
Padres venerables y Teóforos; de San N. patrono de esta iglesia (de San
N. cuya memoria celebramos en este día); de tus Santos y justos abuelos
Joaquín y Ana, y de todos los Santos; te suplicamos Señor, en tu gran
misericordia, escucha la plegaria que nosotros pecadores te dirigimos, y
ten piedad.
Coro: Kyrie eléison.
Sacerdote: Por la misericordia, la compasión y el amor por los
hombres de tu Hijo Unigénito con quien eres bendito, junto
con tu Santísimo, Bueno y Vivificador Espíritu, ahora y
siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

CANON

Stichiología de las 9 odas, se pueden leer 3 odas con el triodio de Cuaresma.

 PEQUEÑA LETANÍA 

Sacerdote: Una y otra vez en paz roguemos al Señor.


Coro: Señor, ten piedad.
365
Sacerdote: Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros, y
protégenos oh, Dios por tu gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Habiendo suplicado a nuestra Soberana la Santísima,
Purísima, Benditísima y Gloriosa Madre de Dios, y Siempre Virgen
María, junto con todos los Santos, encomendémonos cada uno a sí
mismo y unos a otros y toda nuestra vida a Cristo Dios.
Coro: A Ti, Señor.
Sacerdote (Exclamación): Porque Tu eres el Rey de la paz y el salvador de
nuestras almas, y nosotros te rendimos gloria: Padre,  Hijo y Espíritu
Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

 EL MAGNIFICADO 

Se presenta al incensario al sacerdote quien lo bendice.


Sacerdote: (en voz baja): Incienso  te ofrecemos, Cristo Dios nuestro,
como suave perfume de fragancia espiritual; al recibirlo en tu Altar
celestial, envíanos a cambio la gracia de tu Santísimo Espíritu.
El diácono (o el Sacerdote) comienza a incensar el Altar, la mesa de la Prótesis y el
santuario. Luego sale por la puerta norte, con el incensario en la mano, inciensa la parte
central y derecha del iconostasio y luego exclama mirando hacia el icono de la Madre
de Dios:
Sacerdote: Magnifiquemos  con nuestros himnos a la Madre de Dios,
Madre de la Luz.
Después continúa incensando el iconostasio, el trono y al obispo, si está presente,
inciensa al pueblo comenzando por el costado sur del templo, y volviendo por el norte.
Vuelve a incensar el Trono, los iconos, y entra al santuario por la puerta sur, para
volver a incensar el Altar y termina.
Coro: Engrandece mi alma al Señor, y se alegra mi espíritu en Dios, mi
Salvador.
Más honorable que los querubines e incomparablemente más gloriosa
que los serafines, Tú que incorrupta diste a luz a Dios el Verbo,
verdadera Madre de Dios, te magnificamos.
366
Coro: Porque ha visto la humildad de su sierva, todas las
generaciones me llamarán bienaventurada.
Más honorable que los querubines…
Coro: Porque ha hecho por mí grandes cosas el Poderoso; y Santo es su
Nombre. Y su misericordia va de generación en generación sobre los que
le temen.
Más honorable que los querubines…
Coro: Desplegó el poderío con su brazo. Dispersó a los soberbios de
corazón.
Más honorable que los querubines…
Coro: Derribó del trono a los poderosos, y ensalzó a los humildes. Colmó
a los hambrientos de bienes, y a los ricos los despidió vacíos.
Más honorable que los querubines…
Coro: Acogió a Israel su siervo acordándose de la misericordia, como lo
había prometido a nuestros padres, a Abraham y su descendencia por
los siglos.
Más honorable que los querubines…
Coro: (se canta la 9° oda, 3 lecturas, canto y postración)
Digno es en verdad bendecirte, oh Madre de Dios, siempre
Bienaventurada y Pura; más honorable que los querubines e
incomparablemente más gloriosa que los serafines, Tú que incorrupta
diste a luz a Dios el Verbo, verdadera Madre de Dios, te magnificamos.

 PEQUEÑA LETANÍA 
Sacerdote: Una y otra vez en paz roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros, y protégenos
oh, Dios por tu gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Habiendo suplicado a nuestra Soberana la Santísima,
Purísima, Benditísima y Gloriosa Madre de Dios, y Siempre
Virgen María, junto con todos los Santos, encomendémonos
367
cada uno a sí mismo y unos a otros y toda nuestra vida a Cristo Dios.
Coro: A Ti, Señor.
Sacerdote (exclamación): Porque todas las potestades de los cielos te
alaban, y nosotros te rendimos gloria, Padre,  Hijo y al Espíritu Santo,
ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
El lector en alternancia con el coro cata el fotagogikón (pág. 304).

 LAUDES 

 Salmo 148 

Alaben al Señor desde lo alto los cielos, alábenlo en las alturas, alábenlo
todos sus ángeles, alábenlo todos sus ejércitos. Alábenlo el sol y la luna,
alábenlo todos los astros de luz; alábenlo cielos de los cielos y las aguas
por encima de los cielos. Alaben el nombre del Señor, pues lo ordenó y
fueron creados; los puso por los siglos de los siglos bajo una ley que
nunca cambiará. Alaben al Señor desde la tierra, monstruos del mar y
todos sus abismos, fuego y granizo, nieve y neblina, huracán que ejecuta
su palabra, las montañas y todas las colinas, árboles frutales y todos los
cedros, animales salvajes y domésticos, reptiles y aves que vuelan, reyes
de la tierra, todas las naciones, príncipes y los que gobiernan la tierra,
jóvenes y muchachas, ancianos con los niños. Alaben el nombre del
Señor pues su Nombre es el único sublime, su majestad excede tierra y
cielo. Levantó la frente de su pueblo, causa de orgullo para todos sus
amigos, para Israel, el pueblo que a él se acerca.

 Salmo 149 
Cantad al Señor un cántico nuevo: su alabanza en la asamblea de los
santos. Alégrese Israel de quien lo hizo, festejen a su rey, hijos de Sión.
368
Su nombre alaben en medio de danzas, el arpa y el tambor toquen
para él. Pues el Señor se siente bien con su pueblo, con su salvación
reviste a los humildes. De júbilo triunfante rebosan sus fieles, de sus
esteras gritan de alegría; en su garganta están los elogios de Dios y en su
mano, la espada de dos filos, para ejercer venganza entre los pueblos y
dar a las naciones el castigo, para atar con cadenas a sus reyes y con
grillos de hierro a sus notables, para aplicarles la sentencia escrita: eso es
un honor para todos los suyos.

 Salmo 150 

Alabad al Señor en sus santos, alabadlo en su fuerte firmamento.


Alabadlo por sus obras magníficas, alabadlo por su inmensa grandeza.
Alabadlo tocando trompetas, alabadlo con arpas y cítaras, alabadlo con
tambores y danzas, alabadlo con trompas y flautas, alabadlo con platillos
sonoros, alabadlo con platillos vibrantes. Todo ser que alienta alabe al
Señor. ¡Aleluya!

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los


siglos de los siglos.

A Ti conviene la gloria, Señor Dios nuestro, y nosotros te rendimos


gloria, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de
los siglos. Amén.

 LA DOXOLOGIA MENOR 
Existen dos Doxologías: la Doxología Mayor, cantada, y la Menor leída. Si es domingo,
o día de fiesta, se canta la Gran Doxología. De lo contrario, es leída la Menor por el
Principal de la asamblea o el Lector.
A Ti se debe gloria, Señor Dios nuestro, y a Ti rendimos gloria, Padre,
Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Gloria a Ti, que nos has mostrado la luz. Gloria a Dios en las alturas y en
la tierra paz a los hombres de buena voluntad. Te alabamos, te
bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias por tu gran
gloria.
369
Señor, Rey, Dios celestial, Padre Todopoderoso; Señor Hijo unigénito,
Jesucristo; y el Espíritu Santo. Señor, Dios, Cordero de Dios, Hijo del
Padre, Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros, Tú
que quitas los pecados del mundo, Recibe nuestra oración; Tú que estás
sentado a la diestra del Padre, y ten piedad de nosotros. Porque sólo Tú
eres Santo, sólo Tú eres Señor, Jesucristo, en la gloria de Dios Padre.
Amén. Cada día te bendeciré y alabaré tu Nombre por los siglos de los
siglos. Señor, te has hecho nuestro refugio de generación en generación.
Dije, Señor, ten piedad de mí, sana mi alma, porque he pecado contra ti.
Señor, a Ti acudo; enséñame a hacer tu voluntad, porque Tú eres mi
Dios. Porque en Ti está la fuente de la vida; en tu luz veremos la luz.
Extiende tu misericordia a quienes te conocen.
Guárdanos, Señor, este día sin pecado. Bendito eres Señor, Dios de
nuestros padres, y alabado y glorificado sea tu Nombre por los siglos.
Amén. Sea sobre nosotros tu misericordia, Señor, como hemos esperado
de Ti. Bendito eres, Señor: instrúyeme con tus justos preceptos. Bendito
eres, Soberano, hazme entender tus justos preceptos. Bendito eres, Santo,
ilumíname con tus justos preceptos. Tu misericordia, Señor, es para
siempre, no desprecies las obras de tus manos. A Ti pertenece la
alabanza, a Ti pertenece un himno, a Ti pertenece la gloria, Padre, Hijo y
Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

LETANÍA COMPLEMENTARIA
Sacerdote: Completemos nuestra súplica matinal al Señor.
Coro: Kyrie eléison.
Sacerdote: Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros y protégenos,
Dios, por tu gracia.
Coro: Kyrie eléison.
Sacerdote: Que este día entero sea perfecto, santo, pacífico y sin
pecado, pidamos al Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
Sacerdote: Un ángel de paz, guía fiel, custodio de nuestras almas y
cuerpos, pidamos al Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
370
Sacerdote: Perdón y remisión de nuestros pecados y
transgresiones, pidamos al Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
Sacerdote: Cuanto es bueno y conveniente para nuestras almas, y por
la paz del mundo, pidamos al Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
Sacerdote: Que el tiempo restante de nuestra vida se complete en paz
y penitencia, pidamos al Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
Sacerdote: Un fin cristiano de nuestra vida, exento de dolor y de
vergüenza, pacífico, y una buena defensa ante el temible
tribunal de Cristo, al Señor pidamos.
Coro: Concédelo, Señor.
Sacerdote: Habiendo suplicado a nuestra Señora la Santísima,
Purísima, Benditísima y Gloriosa Madre de Dios y siempre
Virgen María, junto con todos los Santos,
encomendémonos: cada uno a sí mismo y unos a otros, y
nuestra vida entera, a Cristo nuestro Dios.
Coro: A Ti, Señor.
Sacerdote (Exclamación): Porque eres un Dios bueno y amante de la
humanidad, y a Ti rendimos gloria: Padre,  Hijo, y Espíritu Santo,
ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
El Sacerdote se voltea hacia el pueblo y lo bendice.
Sacerdote: La paz  sea con ustedes.
Coro: Y con tu espíritu.
Diacono: Inclinemos la cabeza ante el Señor.
Coro: Ante Ti, Señor.
El Sacerdote lee la oración llamada ‘de inclinación de cabeza
Sacerdote (en secreto): Santísimo Señor, que habitas en
las alturas, y que te
inclinas bondadoso hacia los humildes; pues con tu mirada poderosa,
velas sobre toda creatura. Nosotros inclinamos nuestras almas y nuestros
cuerpos, delante de Ti y te suplicamos. Oh Santo de los santos, desde tu
santa morada, extiende tu mano invisible, y danos a todos tu bendición.
371
Sacerdote (Exclamación): Porque a Ti pertenece tener misericordia de
nosotros y salvarnos, oh Cristo Dios nuestro, y nosotros te rendimos
gloria, con el Padre,  y el Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos.
Coro: Amén.

 ESTICHERIOS 
El lector los lee alternándose con el coro.

Lector: Colmados en la mañana de tu misericordia, Señor, nosotros


vivimos en alegría y gozo, todos los días de nuestra vida, a pesar de los
días en que Tú nos has humillado, o de los tiempos llenos de desdichas,
dirige tu mirada sobre tus siervos y sobre tus creaturas, y guía a tus
hijos.

Que el esplendor del Señor, nuestro Dios, sea sobre nosotros; dirige
desde lo alto las obras de nuestras manos.

Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los


siglos de los siglos. Amén.
Es bueno confesar al Señor y cantar un Salmo a su Nombre, oh Altísimo,
para anunciar a la mañana tu misericordia y tu verdad durante la noche.
(2 veces)

Lector: Santo Dios,  Santo Poderoso, Santo Inmortal, ten piedad


de nosotros. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros Señor, purifícanos de
nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo,
visita y cura nuestras enfermedades, por la gracia de tu nombre.
Kyrie eléison. (Tres veces)
Gloria al Padre,  al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
Padre nuestro...
372
Sacerdote: Porque tuyos son el Reino, el poder y la gloria, Padre,  Hijo
y del Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.

Lector: Amén. De pie en el templo de tu gloria, nosotros pensamos estar


en el cielo, o Madre de Dios; puerta del cielo, ábrenos las puertas de la
misericordia.

Lector: Kyrie eléison (12 veces)

Lector: Gloria al Padre  y al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y


siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Lector: Más honorable que los querubines e incomparablemente
más gloriosa que los serafines, Tú que incorrupta diste a luz
a Dios el Verbo, verdadera Madre de Dios, te
magnificamos.

Lector: En el Nombre del Señor, bendice Padre.

Sacerdote (mirando hacia el oriente): Que nos bendiga  aquel que Es


bendito, Cristo nuestro verdadero Dios, eternamente; ahora
y siempre y por los siglos de los siglos.
Lector: Amén. Rey celeste, fortalece a los cristianos ortodoxos,
afírmalos en la fe, apacigua a las naciones, otorga la paz al mundo,
protege a nuestra comunidad; introduce en la morada de los justos a
nuestros padres y hermanos que ya nos han dejado y recíbenos a
nosotros en la penitencia y la confesión, pues tú eres bueno y amigo de
los hombres.

 Oración de San Efrén ‘el Sirio’ 

Sacerdote: ¡Señor y Soberano de mi Vida! No me abandones al espíritu


de pereza, de indiscreción, de ambición y de habladuría.
Postración
Más bien concede a tu siervo un espíritu de pureza, de humildad, de
paciencia y de caridad.
373
Postración
Sí, ¡mi Señor y Rey! Dame la capacidad de ver mis faltas y de no juzgar a
mis hermanos; pues Tú eres Bendito por los siglos de los siglos. Amén.
Postración

En esta última parte hacemos doce reverencias pequeñas santiguándonos en cada


una de ellas, mientras decimos: Oh Dios, purifícame, a mí, pecador.

¡Señor y Soberano de mi Vida! No me abandones al espíritu de pereza,


de indiscreción, de ambición y de habladuría.
Más bien concede a tu siervo un espíritu de pureza, de humildad, de
paciencia y de caridad.
Sí, ¡mi Señor y Rey! Dame la capacidad de ver mis faltas y de no juzgar a
mis hermanos; pues Tú eres Bendito por los siglos de los siglos. Amén.
(Postración).

Sacerdote: Gloria a Ti, Cristo  Dios, esperanza nuestra, gloria a Ti.

Lector: Gloria al Padre  y al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y


siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Bendice Padre.
Sacerdote: Cristo, nuestro verdadero Dios, por las oraciones de su
Purísima y Santísima Madre, de los santos gloriosos y alabadísimos
Apóstoles (del santo titular del templo, si es Apóstol), de los santos, gloriosos y
victoriosos mártires (del santo titular del templo, si es mártir), de nuestros
justos y teóforos Padres (del santo titular del templo, si es un justo), de los
santos y justos abuelos del Señor, Joaquín y Ana, de san N. (del santo titular
del templo, si no ha sido conmemorado en alguno de los anteriores grupos), de los
santos (se conmemora al santo del día), cuya memoria celebramos en este día,
y de todos los santos, tenga misericordia de nosotros y nos salve, El que
es bueno y amante de la humanidad.
El Sacerdote se voltea hacia el icono del Señor y hace la exclamación final:
Sacerdote (exclamación): Por las oraciones de nuestros Santos
Padres,
Señor Jesucristo,  Hijo de Dios, ten piedad de nosotros y sálvanos.
Coro: Amén.
374
 CUADROS COMPARATIVOS DE LOS OFICIOS 

Cuadro comparativo de Vísperas

Días ordinarios Durante la Gran Domingos y fiestas


Cuaresma
1. Bendición inicial --------------------------- Bendición inicial

2. Salmo 103 Salmo 103 Salmo 103

3. Letanía de la Paz Letanía de la Paz Letanía de la Paz

4. Lectura del Lectura del Salterio Lectura del Salterio (o


Salterio del Salmo 1)

5. Pequeña Letanía Pequeña Letanía Pequeña Letanía

6. Salmos del Salmos del Lucernario Salmos del Lucernario


Lucernario

7. ------------ Entrada (domingo en la Entrada


tarde)
8. Luz Apacible Luz Apacible Luz Apacible

9. Prokímenon de la Prokímenon de la tarde Prokímenon de la tarde


tarde (leído)

10. ------------ Lecturas Lecturas (si se trata de


una fiesta)
11. ------------ ----------------------- Gran Letanía
375
12. Concéden Concédenos, Señor… Concédenos, Señor…
os Señor

13. Letanía Letanía Complementaria Letanía Complementaria


Complementaria y oración de la y oración de la
y oración de la inclinación de las inclinación de las
inclinación de las cabezas cabezas
cabezas

14. Apósticos Apósticos Apósticos

15. Cántico de Cántico de Simeón Cántico de Simeón


Simeón

16. Trisagio y Trisagio y Padrenuestro Trisagio y Padrenuestro


Padrenuestro

17. Apolitíquio y Apolitíquio y Teotoquio Apolitíquio y Teotoquio


Teotoquio (leídos)

18. Letanía 40 Kyries Eléison -------------------

19. Final de las Más venerable… / Final de las Vísperas


Vísperas Bendición del sacerdote

20. ----------- Oración: Rey celeste… --------------------------

21. ------------ Oración de San Efrén, ---------------------------


/Trisagio y
Padrenuestro
376
22. ------------ Oración: Santísima ----------------------------
Trinidad…
23. ------------ Salmos 33 (y 144) --------------------------

24. Despedida Despedida Despedida

Cuadro comparativo de Completas

Grandes Completas Pequeñas Completas


Primera Parte Primera Parte
1. Oraciones iniciales Oraciones iniciales

2. Salmodia: Salmos 4, 6, 12, 24, Salmodia: Salmos 4, 6, 12, 24, 30, 90


30, 90

3. Estancias cantadas/ Símbolo Pequeña Doxología y Símbolo de Fe


de Fe/Troparios/Invocaciones
a los santos cantadas

4. Trisagio y Padrenuestro Acathisto o Canon

5. Troparios del día Trisagio y Padre nuestro

6. Más venerable…/ Bendición Kontakio/ Tú, que en todo


del sacerdote tiempo…/Más venerable…/
Bendición del sacerdote
7. Oración de San Basilio el Oraciones Despedida, Letanía y
Perdón mutuo
377
Grande

Segunda Parte
8. Salmodia: Salmos 69, 50

9. Oración de Manasés

10. Trisagio y Padrenuestro

11. Troparios Penitenciales

12. Más venerable…/ Bendición


del sacerdote

13. Oración de San Mardario

Tercera Parte
14. Salmodia: Salmos 69, 142

15. Pequeña Doxología

16. Durante la semana de la


Tyrofagia: Acathisto a la
Madre de Dios (leído); durante
la primera semana de la Gran
Cuaresma: Canon de San
Andrés de Creta

17. Trisagio y Padrenuestro

18. Señor de las Potestades


378
…(Salmo 150, cantado) y
Troparios

19. 40 Kyries Eléison/ Tú, que en


todo tiempo… /Más
venerable… / Bendición del
sacerdote/ Oración de San
Efrén/ Trisagio y
Padrenuestro

20. Oraciones (y, según la usanza,


lectura del Evangelio de la
Panakhidia, durante la
primera semana de la Gran
Cuaresma)

Cuadro comparativo del Oficio de Medianoche

Domingos De lunes a viernes Sábado


Oraciones iniciales Oraciones iniciales Oraciones iniciales
Primera Parte Primera Parte
Salmo 50 Salmo 50 Salmo 50
----------------------------- Catisma 17 Catisma 9
Canon tríadico del Símbolo de Fe Símbolo de Fe
Canon correspondiente/
Himnos tríadicos
379
(cantados)
Trisagio y Padrenuestro Trisagio y Padrenuestro Trisagio y Padrenuestro
Hypakoi del tono Troparios Troparios
correspondiente
40 Kyries Eléison/ Más 40 Kyries Eléison/Tú, 40 Kyries Eléison/Tú,
venerable…/ Bendición que en todo tiempo…/ que en todo tiempo…/
del sacerdote Más venerable…/ Más venerable…/
Bendición del sacerdote Bendición del sacerdote
Despedida y Letanía En Cuaresma: Oración -------------------------------
de San Efrén
Oración de San Oración de San
Mardario Mardario
2 oraciones de San Oración de San
Basilio Eustracio
Segunda Parte Segunda Parte
Salmos 120, 133 Salmos 120, 133
Trisagio y Padrenuestro Trisagio y Padrenuestro
Troparios y Troparios y Kondaquio/
Kondaquio/Teotoquio Teotoquio
Oraciones: por los Oraciones: por los
difuntos/ a la Madre de difuntos/ a la Madre de
Dios/de San Joanicio Dios/de San Joanicio
(Troparios y Gloria al (Troparios y Gloria al
Padre de la Lytia) Padre de la Lytia)
Despedida y Letanía Despedida y Letanía
380
Cuadro comparativo del Oficio del Orthos

Días ordinarios Durante la Gran Domingo y fiestas


Cuaresma
1. Oficio real Oficio real (opcional) Oficio real (opcional)
(opcional)

2. Los seis Salmos Los seis Salmos Los seis Salmos

3. Letanía de la Paz Letanía de la Paz Letanía de la Paz

4. El Señor es Dios Aleluya El Señor es Dios

5. Apolitiquio/ Himnos triádicos Apolitiquio/ Teotoquio


Teotoquio

6. Salterio y Catismas Salterio y Catismas Salterio y Catismas

7. --------------------- ------------------------- Polyleos - Cathisma


(fiesta), Evlogitaria de
la Resurrección
(domingo), Hypakoi
(domingo), Anavathmi
- Evangelio/ Habiendo
visto la Resurrección de
Cristo… (domingo)
8. -------------------- ------------------------ Hypakoi (domingo),
Anavathmi -
Evangelio/ Habiendo
visto la Resurrección de
381
Cristo… (domingo)
9. Salmo 50 Salmo 50 Salmo 50

10. -------------------- Oración solemne (en Oración solemne


Cuaresma)
11. Canon de las 9 Canon de las 9 odas Canon de las 9 odas
odas

12. Exapostilarios Fotagógika Exapostilarios

13. Laudes Leídos) Laudes (leídos) Laudes (leidos)

14. Pequeña Doxología Pequeña Doxología Gran doxología


(leída) (leída) (cantada)

15. ------------------- ------------------------- Apolitíkion

16. Letanía de las Letanía de las Ectanía/ Letanía de las


Demandas y Demandas y Oración de Demandas y Oración de
Oración de la la inclinación de las la inclinación de las
inclinación de las cabezas cabezas
cabezas

17. Apósticos Apósticos Apósticos

18. Trisagio y Trisagio y Padrenuestro -----------------------


Padrenuestro

19. Apolitíkion Estando en el templo… ----------------------


382
20. Ectanía 40 Kyries Eléison ---------------------

21. ------------------- Más venerable…/ --------------------


Bendición del
sacerdote/ Rey celeste/
Oración de San Efrén el
sirio
22. Final del Orthos ----------------------- Final del Orthos

23. Prima (opcional) Prima (opcional) Prima (opcional)

24. Despedida Despedida Despedida

Cuadro comparativo de las Pequeñas Horas

En tiempo ordinario Durante la Gran Cuaresma


1. Oraciones iniciales Oraciones iniciales

2. Salmodia de 3 Salmos Salmodia de 3 Salmos

3. Tropario del tono o del día / Antifona (cantada) / teotoquio (leído)


Teotoquio

4. ---------------------------- Lectura

5. Versos propios de la Hora Versos propios de la Hora


383
6. Trisagio y Padrenuestro Trisagio y Padrenuestro

7. Hypakoi (domingo) o Kondaquio del día


Kondaquio

8. 40 Kyries Eléison 40 Kyries Eléison

9. Tú, que en todo tiempo…/ Tú, que en todo tiempo…/ Más


Más venerable…/ Bendición venerable…/ Bendición del sacerdote
del sacerdote

10. --------------------------- Oración de San Efrén

11. -------------------------- Trisagio y Padrenuestro

12. Oración propia de la Hora Oración propia de la Hora

13. Despedida Despedida

Cuadro comparativo del oficio de Typika

En tiempo ordinario Durante la Gran Cuaresma


1. Oraciones iniciales ---------------------------

2. Salmos 102, 145 --------------------------

3. Oh Hijo Unigénito… --------------------------


384
4. Bienaventuranzas Bienaventuranzas (cantadas)

5. Troparios Troparios

6. Símbolo de Fe / Absuelve, Símbolo de Fe / Absuelve, remite…


remite…

7. Trisagio y Padrenuestro Trisagio y Padrenuestro

8. Kondaquio Kondaquio y Martirológio del día

9. 40 Kyries Eléison / Santísima 40 Kyries Eléison / Tú, que en todo


Trinidad tiempo…/ Más venerable…/
Bendición del sacerdote
10. ---------------------------- Oración de San Efrén

11. -------------------------- Trisagio y Padrenuestro

12. ------------------------- Oración de San Basilio (de Nona)

13. Salmos 33 y 144 ------------------------------

14. Despedida ------------------------------

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