Los indicadores financieros son 

herramientas de análisis (cifras, ratios financieros, etc.) que se

utilizan para medir el rendimiento o desempeño de una empresa.

Se trata de herramientas de gestión muy útiles para el director empresarial, ya que le permiten
evaluar la salud de su negocio, determinar sus costos y márgenes, identificar dificultades antes
de que sea demasiado tarde y reducir el riesgo de insolvencia.

La gestión financiera adecuada es crucial porque permite a los empresarios tomar decisiones
informadas frente a las condiciones económicas cambiantes. No obstante, muchos
empresarios solo revisan los informes financieros al final del año, o incluso unos meses
después, cuando se producen los estados financieros. Tal falta de atención pone en riesgo el
negocio.

Los indicadores financieros se pueden clasificar en cinco categorías:

1. Crecimiento 

2. Rentabilidad 

3. Liquidez

4. Apalancamiento

5. Actividad 

Pronosticar y monitorear el flujo de efectivo también es crucial para los empresarios. Incluso
una empresa rentable puede encontrarse rápidamente en dificultades por falta de liquidez
suficiente para financiar sus operaciones. Por lo tanto, se necesita conocer las necesidades de
financiamiento con anticipación para administrar el negocio de manera proactiva.

Por ejemplo, si el negocio está creciendo, lo más probable es que se necesite financiamiento
para cuentas por cobrar, inventario, maquinaria y equipo, contratación de empleados
adicionales, etc.

Revisar y comparar el desempeño financiero

Los empresarios deben ser minuciosos revisando los datos financieros al menos una vez al mes
y realizando un análisis más profundo trimestralmente. Deben medir el desempeño de su
negocio en comparación con los objetivos establecidos a principios de año en función de un
plan estratégico a largo plazo.  

Esto es bastante útil para realizar los ajustes necesarios durante el ejercicio para lograr los
objetivos.

También es una buena estrategia que los directores ejecutivos comparen su desempeño
financiero con el de empresas similares en el mismo sector. Los resultados por debajo del
promedio podrían indicar áreas de mejora.

Por ejemplo, un margen bruto bajo podría denotar precios incorrectos debido a que no están
bien establecidos los costos. Para corregir la situación, probablemente tendrá que reducir
costos, aumentar los precios, o ambas cosas.