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El cáncer es una enfermedad caracterizada por el crecimiento y la propagación descontrolada de

células anormales en el cuerpo. Estas células anormales pueden formar masas o tumores que
invaden y dañan los tejidos cercanos. Los factores que determinan o permiten el desarrollo del
cáncer son multifactoriales e incluyen factores genéticos, exposiciones ambientales, factores de
estilo de vida y factores relacionados con el sistema inmunológico.

El cáncer pasa por varias etapas, desde su formación inicial hasta su propagación y crecimiento en
otras partes del cuerpo. Las etapas del cáncer se clasifican generalmente en cuatro etapas
principales: etapa 0 (carcinoma in situ), etapa I, etapa II y etapa III-IV (metastásico). La etapa del
cáncer se determina según el tamaño del tumor, la invasión a los tejidos circundantes y la
presencia de metástasis en otras partes del cuerpo.

El ejercicio físico regular se ha asociado con una reducción en el riesgo de varios tipos de cáncer.
Algunos de los tipos de cáncer asociados a la práctica de ejercicio físico incluyen el cáncer de
mama, cáncer de colon, cáncer de pulmón, cáncer de próstata y cáncer de endometrio. Sin
embargo, es importante destacar que el ejercicio físico no garantiza la prevención completa del
cáncer, pero puede reducir el riesgo en cierta medida.

El ejercicio físico regular se ha asociado con efectos beneficiosos en la prevención de ciertos tipos
de cáncer, como el cáncer de colon y el cáncer de mama. Los mecanismos por los cuales el
ejercicio puede influir en la prevención del cáncer incluyen:

1. Control del peso corporal: El exceso de peso y la obesidad se asocian con un mayor riesgo
de desarrollar cáncer debido a varios mecanismos fisiológicos. El tejido adiposo produce
hormonas y sustancias inflamatorias que pueden promover el crecimiento de células
cancerosas. Además, el exceso de grasa corporal está relacionado con niveles elevados de
insulina y factores de crecimiento, que pueden estimular el crecimiento celular
descontrolado y la formación de tumores.

2. Reducción de la inflamación crónica: La inflamación crónica es un proceso en el que el


sistema inmunológico está constantemente activado, liberando sustancias inflamatorias en
el cuerpo. Esta inflamación crónica puede dañar las células y los tejidos y aumentar el
riesgo de mutaciones genéticas que pueden conducir al cáncer. El ejercicio regular tiene
efectos antiinflamatorios al modular la respuesta inmunológica y reducir los marcadores
inflamatorios en el cuerpo.

3. Mejora de la función inmunológica: El sistema inmunológico juega un papel crucial en la


detección y destrucción de células cancerosas. El ejercicio regular puede fortalecer el
sistema inmunológico al aumentar la circulación de células inmunológicas, mejorar la
respuesta de los anticuerpos y promover la actividad de las células asesinas naturales que
destruyen las células cancerosas.

4. Regulación de los niveles hormonales: Algunos tipos de cáncer, como el cáncer de mama y
el cáncer de próstata, están influenciados por los niveles hormonales. El ejercicio regular
puede ayudar a regular los niveles de hormonas, como el estrógeno en mujeres y la
testosterona en hombres, reduciendo así el riesgo de desarrollo de cánceres hormonales.
Además, el ejercicio regular puede mejorar la sensibilidad a la insulina, lo que a su vez
puede afectar los niveles de hormonas y reducir el riesgo de cánceres relacionados con la
resistencia a la insulina.

Estos mecanismos fisiológicos subyacentes muestran cómo el ejercicio regular puede influir en la
prevención del cáncer al abordar factores de riesgo específicos y promover un entorno fisiológico
menos propicio para el desarrollo y crecimiento de células cancerosas. Sin embargo, es importante
tener en cuenta que el cáncer es una enfermedad compleja y multifactorial, y el ejercicio por sí
solo no garantiza la prevención del cáncer. Se recomienda adoptar un enfoque integral de estilo de
vida saludable que incluya ejercicio regular, una alimentación equilibrada, evitar el consumo de
tabaco y alcohol en exceso, y someterse a exámenes médicos regulares para detectar precozmente
cualquier signo de cáncer.

En cuanto al ejercicio físico en las distintas etapas de un cáncer, se ha demostrado que puede tener
beneficios significativos. Durante el tratamiento del cáncer, el ejercicio puede ayudar a reducir la
fatiga, mejorar la calidad de vida, mantener la fuerza muscular y la función cardiovascular, y aliviar
algunos efectos secundarios del tratamiento. Después del tratamiento, el ejercicio puede
contribuir a la recuperación física, mejorar la capacidad funcional y promover el bienestar general.

Los ejercicios recomendados para pacientes con cáncer pueden variar según la etapa del
tratamiento, la condición física del paciente y las preferencias individuales. Sin embargo, aquí hay
algunos ejercicios que suelen ser seguros y beneficiosos para la mayoría de los pacientes con
cáncer:

1. Caminar: Caminar es una forma de ejercicio de bajo impacto que puede ser adaptada a
diferentes niveles de condición física. Puedes comenzar con caminatas cortas y
gradualmente aumentar la duración y la intensidad a medida que te sientas más cómodo.

2. Ejercicios de estiramiento: Los ejercicios de estiramiento ayudan a mantener la flexibilidad


y la movilidad de las articulaciones. Puedes realizar estiramientos suaves para diferentes
grupos musculares, como los brazos, las piernas y el cuello.

3. Yoga o Pilates: Estas prácticas combinan movimientos suaves, estiramientos y técnicas de


respiración. Ayudan a mejorar la fuerza, la flexibilidad, el equilibrio y la relajación.

4. Entrenamiento de fuerza: El entrenamiento de fuerza con pesas ligeras o resistencia


elástica puede ayudar a mantener y fortalecer los músculos.

5. Ejercicios de equilibrio: Los ejercicios de equilibrio pueden ayudar a mejorar la estabilidad


y reducir el riesgo de caídas. Puedes probar movimientos simples como pararte en un solo
pie, caminar en línea recta o realizar ejercicios específicos de equilibrio.

Tipo de ejercicio Intensidad de la FC máxima

Caminar Moderada (50-70% de la FC máxima)

Ciclismo Moderada a vigorosa (60-80% de la FC máxima)

Natación Moderada a vigorosa (60-80% de la FC máxima)


Tipo de ejercicio Intensidad de la FC máxima

Yoga/Pilates Baja a moderada (40-60% de la FC máxima)

Entrenamiento de fuerza Baja a moderada (40-70% de la FC máxima)

Ejercicios de equilibrio Baja a moderada (40-60% de la FC máxima)

El ejercicio anaeróbico, que implica actividades de alta intensidad y corta duración como
levantamiento de pesas o ejercicios de alta intensidad intervalados, puede generar algunas
complicaciones en pacientes con cáncer, especialmente en ciertos casos. Es importante evaluar
cuidadosamente la condición y las necesidades individuales de cada paciente antes de recomendar
o realizar ejercicio anaeróbico.

Algunas posibles complicaciones asociadas con el ejercicio anaeróbico en pacientes con cáncer
pueden incluir:

1. Estrés adicional al sistema cardiovascular: El ejercicio anaeróbico intenso puede ejercer


una carga significativa en el sistema cardiovascular, lo que puede ser problemático para
pacientes con cáncer que ya tienen afecciones cardíacas preexistentes o que están
recibiendo tratamientos que afectan el corazón.

2. Aumento del riesgo de lesiones: El ejercicio anaeróbico a menudo implica movimientos


explosivos y cargas pesadas, lo que puede aumentar el riesgo de lesiones
musculoesqueléticas. En pacientes con cáncer que pueden tener una menor densidad ósea
o fragilidad muscular debido al tratamiento, el riesgo de lesiones puede ser aún mayor.

3. Fatiga extrema y agotamiento: El ejercicio anaeróbico intenso puede generar una fatiga
extrema y un agotamiento rápido, lo que puede ser perjudicial para los pacientes con
cáncer que ya experimentan fatiga como uno de los efectos secundarios del tratamiento.

4. Interferencia con el proceso de recuperación: En ciertos casos, el ejercicio anaeróbico


intenso puede interferir con el proceso de recuperación de los pacientes con cáncer,
especialmente después de cirugías, tratamientos agresivos o períodos de
inmunosupresión.

Es importante destacar que estas complicaciones no aplican a todos los pacientes con cáncer y que
algunas personas pueden tolerar el ejercicio anaeróbico bajo supervisión adecuada. Sin embargo,
se recomienda que los pacientes con cáncer consulten con su equipo médico, incluyendo
oncólogos y especialistas en ejercicio físico en oncología, para obtener recomendaciones
específicas y adaptadas a su situación individual antes de realizar ejercicio anaeróbico intenso.

El ejercicio intenso no se recomienda en los siguientes casos de pacientes con cáncer:

1. Pacientes en etapas avanzadas de la enfermedad: En pacientes con cáncer en etapas


avanzadas, el enfoque principal suele ser el manejo de los síntomas y el cuidado paliativo.
El ejercicio intenso puede resultar demasiado agotador y no ser beneficioso en estas
situaciones.
2. Pacientes con complicaciones médicas adicionales: Algunos pacientes con cáncer pueden
presentar complicaciones médicas, como enfermedad cardiovascular, problemas
respiratorios o musculoesqueléticos, que pueden limitar su capacidad para realizar
ejercicio intenso de manera segura.

3. Pacientes con una condición física muy debilitada: En casos de pacientes con cáncer que
presentan una condición física muy debilitada debido a la enfermedad o el tratamiento, el
ejercicio intenso puede ser demasiado exigente y potencialmente aumentar el riesgo de
lesiones.

4. Pacientes con contraindicaciones médicas: Algunos tratamientos médicos específicos


pueden contraindicar la realización de ejercicio intenso. Por ejemplo, en pacientes que
reciben ciertos tipos de quimioterapia o radioterapia, es posible que se recomiende evitar
el ejercicio intenso debido a posibles efectos secundarios o interacciones con el
tratamiento.

Las recomendaciones de frecuencia y duración de la actividad física en pacientes con cáncer


pueden variar según las características individuales de cada persona y el tipo de cáncer que
tengan. Es importante que los pacientes consulten con su equipo médico y con un especialista en
ejercicio físico en oncología para recibir recomendaciones personalizadas. Sin embargo, a modo
general, se suelen proporcionar las siguientes pautas:

Frecuencia: Se recomienda realizar actividad física de forma regular, preferiblemente todos los días
de la semana o al menos la mayoría de los días. Esto puede incluir tanto actividades aeróbicas
como ejercicios de fuerza y flexibilidad.

Duración: La duración de cada sesión de actividad física puede variar, pero se sugiere comenzar
con sesiones de al menos 10 minutos y gradualmente aumentar el tiempo de actividad hasta
alcanzar un objetivo de al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada o 75 minutos de
actividad aeróbica vigorosa por semana. Además, se pueden incluir ejercicios de fortalecimiento
muscular dos o más días a la semana, así como ejercicios de flexibilidad.

Es importante recordar que estas son recomendaciones generales y que la capacidad y tolerancia
de cada paciente pueden ser diferentes. Algunos pacientes pueden requerir adaptaciones o
modificaciones en las pautas de actividad física debido a su estado de salud o efectos secundarios
del tratamiento del cáncer. Por lo tanto, es fundamental trabajar en estrecha colaboración con el
equipo médico y el especialista en ejercicio físico en oncología para diseñar un programa de
actividad física seguro y efectivo para cada individuo.

Tiempo de ejercicio semanal Intensidad por sesión Pacientes recomendados

150 minutos o más Moderada a vigorosa Pacientes en buen estado físico y tolerancia al ejercicio.
Consulta médica previa recomendada.
Tiempo de ejercicio semanal Intensidad por sesión Pacientes recomendados

Pacientes con una condición física razonable y capacidad


para realizar ejercicio moderado a vigoroso. Consulta
75-149 minutos Moderada a vigorosa médica previa recomendada.

Pacientes que están en etapas de recuperación o que


tienen limitaciones físicas. Se recomienda comenzar con
ejercicios de intensidad moderada. Consulta médica
30-74 minutos Moderada previa recomendada.

Pacientes con limitaciones físicas significativas o que se


encuentran en fases iniciales de recuperación. Se
recomienda comenzar con ejercicios de intensidad leve y
gradualmente aumentar la intensidad según la tolerancia.
Menos de 30 minutos Leve a moderada Consulta médica previa recomendada.

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