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Mayo 2023

Documento 1

“Es preciso hacer un problema de lo obvio, de lo que forma la cotidianeidad, como medio
de resaltar, de sentir el mundo más vivamente y de poder volver a encontrar el significado
de lo que nos rodea” (Sacristán, G. 2005)

El acompañamiento a las escuelas, a los equipos directivos que las componen y a


todo el conjunto de personas que las integran, forma parte de la tarea del
supervisor o supervisora. Este “acompañar las escuelas” requiere
indispensablemente de la intervención, atendiendo al principio de Centralidad en la
enseñanza (Plan de trabajo 2022 – 2023) que da el marco actual para las
planificaciones tanto del Proyecto Educativo Regional (PER) como del Proyecto
Educativo Distrital (PED) , Proyecto Educativo de Supervisión (PES) y los
Proyectos Institucionales.

En este sentido, la tarea de quienes hoy supervisan las escuelas exige un


constante replanteo a fin de que las mejoras y transformaciones se concreten. Por
ello es preciso repensar ese acompañamiento desde una perspectiva ampliada,
desde una mirada problematizadora. En ese marco, es de suma importancia
concebir al supervisor o supervisora como un pedagogo o pedagoga.

El supervisor como pedagogo es quien acompaña, facilita y anima procesos de


crecimiento, de conocimiento, de desarrollo y de pronunciamiento subjetivo y
colectivo, promoviendo el desarrollo de las prácticas institucionales de manera
reflexiva, para planificar y poner en actos, caminos alternativos de intervención y
de diseño de experiencias transformadoras. En este tránsito, el supervisor no
trabaja de manera solitaria, sino que forma parte de un colectivo, a través de una
red de trabajo colaborativo promoviendo el crecimiento institucional.

Para resignificar las prácticas desde la elaboración de un diagnóstico pertinente,


surge como requisito el planteo de algunos interrogantes que permitan establecer
un rumbo que oriente la tarea y determine propósitos claros y adecuados ¿Cuál es
el sentido social que hoy tienen las instituciones educativas? ¿Son las
instituciones educativas verdaderas comunidades de aprendizaje? ¿El PI de cada
escuela se elabora desde una construcción colectiva? ¿Qué impactos produce el
Proyecto Institucional en los y las estudiantes, en los equipos directivos, docentes
y las familias? ¿Existen espacios para interpelar la tarea diaria y reorientar la toma
de decisiones?¿Cómo se lee, analiza y reflexiona la información que ofrecen las
instituciones para la mejora? ¿Qué se hace con esos datos? ¿Existe una
evaluación permanente del PI?

Para responder estas y otras preguntas será necesario pensar qué tipo de análisis
se llevarán a cabo. Ciertamente, desde el rol del inspector, la mirada sobre los
datos que arrojan las instituciones, deberá ser más exhaustiva, en función de
transformarlos en clave pedagógica permitiendo la toma de decisiones en el marco
de la elaboración de un plan de acción.

Silvina Gvirtz (2013) dice: “Un indicador de gestión es más que un dato,
información: el dato se transforma en información cuando adquiere sentido, esa
información se transforma en conocimiento cuando es utilizada para la toma de
decisiones”

Los indicadores que se elaboran deben ser un verdadero insumo de trabajo para
continuar avanzando con centralidad en la enseñanza. Por ello, es necesario
analizarlos desde lo cuantitativo y cualitativo. Un dato duro muestra un número, un
porcentaje, un resultado, sin embargo, es necesario darle sentido pedagógico ya
que éste también habla de personas, estudiantes, niños, jóvenes y de sus
trayectorias. En consecuencia, al momento de relevar la información es
imprescindible tener en cuenta que ésta representa la complejidad de los diversos
recorridos posibles a través de la experiencia escolar. En este sentido será
pertinente considerar todas las variables para fortalecer las trayectorias de los y
las estudiantes.
El PES como herramienta, deberá tener como punto de partida un diagnóstico
preciso, concreto y realista, que posibilite la planificación estratégica, la puesta en
marcha de acciones y una evaluación, que garanticen el logro de los aprendizajes.
Siempre que se proponga acompañar a las escuelas y sus equipos directivos,
corresponderá conocer cuál es el Proyecto institucional de esa escuela, cuál es el
norte que los convoca, en definitiva, cuáles son los “futuros deseables” (INET,
2003) sobre ese Proyecto hacia la mejora y el logro de una verdadera educación
de calidad, en clave de derechos y de igualdad de oportunidades.

“Es pensar la acción de asesoramiento desde un posicionamiento definido, desde un modelo colaborativo, de
carácter práctico, donde prevalece el cambio desde dentro y el autodesarrollo de los equipos docentes. Para
ello se requiere un inspector presente en las escuelas “que oriente con dirección de futuro, que modelice y
acompañe a las organizaciones institucionales con propuestas de apoyo individual, de interacción constante a
fin de propiciar el avance y crecimiento profesional en lo individual y colectivo, que rediseñe la tarea
estableciendo condiciones que propicien la cultura colaborativa creando relaciones entre las instituciones y su
entorno”. (Imbernón 2007).

En tal sentido, el escenario actual sitúa al supervisor y supervisora, como


enseñante, como facilitador, facilitadora, promotor, promotora de estrategias de
intervención garantizando el derecho a la educación y el “derecho al
conocimiento”. (T. Fanfani, 2006). Este es el gran desafío en la tarea diaria.

Para dar forma a todo lo expuesto, es necesario delinear una educación de


preguntas y no sólo de respuestas. Una educación que se cuestione, que
reflexione, que se interpele. Una educación de la pregunta en el sentido freiriano
que posibilite la capacidad de asombro, que dé respuestas a ese asombro para
abrir nuevas preguntas en búsqueda de nuevas respuestas.

La combinación de pasión y reflexión evoca imágenes de cosas incompletas, de preguntas sin contestar, de
deseos no cumplidos. Reflexionar significa preocuparse y prestar atención aun dentro de un torbellino de
acontecimientos. Significa darse cuenta de que hay hechos y acontecimientos que por sólo el hecho de existir
“exigen que pensemos en ellos”. Maxime Greene

IJD, Prof. Claudia Pereyra

Coronel Rosales, mayo 2023


Bibliografia:

- Documento 2 - Rol del inspector en la implementación curricular . 2019


- Dussel, I. (1995): Pedagogía y burocracia: notas sobre la historia de los inspectores, en
Revista Argentina de Educación, año 13, núm. 23
- GVIRTZ, Silvina y otros ( ): Construir una buena escuela: herramientas para el director. Edit
Aique (págs. 74-76)
- Imbernón, F. (2007). 10 ideas clave. La formación permanente del profesorado. Nuevas
ideas para formar en la innovación y el cambio
- Instituto Nacional de Educación Tecnológica - INET - 2003
- POZNER, Pilar. “El papel de la supervisión en la mejora de la calidad de la educación”.
México, 2017.
- Sacristán, G. (ed) (2006): La reforma necesaria: entre la política educativa y la práctica
escolar.
- Tenti Fanfani, E. 2022 en:
https://www.telam.com.ar/notas/202201/579906-emilio-tenti-fanfani-derecho-con
ocimiento.html

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