Está en la página 1de 5

Dos amigas caminan por la calle conversando, una de ellas le va contando la felicidad

que tiene porque acaba de comprarse un lindo auto y piensa viajar a Disney para sus
vacaciones, escuchemos este relato:

ALICIA F: Te cuento que por fin retiré mi auto nuevo de la tienda, es hermoso!! Tiene aire
acondicionado, puertas eléctricas, cambios automáticos y un hermoso tapiz en los asientos.
ALICIA R: Y tu auto anterior?
ALICIA F: Ya fue….. si bien estaba bueno, me cansó! Además hay muchos autos rojos por
ahí jajajaja….pero además te cuento algo, nos vamos a Disney!!! Aún no me mandan los
tickets pero ya está cerrado, me voy con el Tiburcio de vacaciones, al principio el hombre no
quería pero ya lo convencí..
Si algo aprendí en esta vida de perros es que uno debe aprovechar las oportunidades, tu
sabes todo lo que pasé con mi hijo Pedro, casarme fue una de las mejores cosas que hice en
esta vida, nadie quería porque me decían que era muy pronto, pero a mi no me importó, el
Tiburcio tiene haaaaaaaaaarta plata!! Es bien bueno, trabaja mucho y me da todo lo que
quiero y necesito. El negocio de importaciones chinas es lo que da plata hija, así que yo
aprovecho lo que mi marido me da y me hace feliz!! ¡Dios por fin me ha premiado!

De repente, mientras caminaban, se atraviesa una persona ciega, tropezándose con la


dama que tan feliz cuenta su vida de lujos…..

ALICIA F: Oye!!! Fíjate por dónde andas!!! Te haces la ciega, seguro me quieres robar mi
celular!!
ALICIA R: Alicia, la señora no ve….
ALICIA F: Así, ay hija ya uno ahora ni se sabe, no ves la televisión? Cuánta gente finge ser
discapacitado para que le den plata, a lo mejor si ve pero se hace!! A mi ya no me la hacen,
bastante plata he dado a gente que ni vale la pena…..¡Yo ya no confío en nada ni nadie!
ALICIA R: No seas indiferente, ser discapacitado, no es ser pecador, es una persona que
lamentablemente no puede valerse por si mismo, ¿Cómo sabes si esta persona no necesita
salir a la calle para pedir dinero porque no tiene alguien que la cuide o vele por ella….. Dios
nos pone en el camino a estas personas para que no seamos indiferentes, para que le
brindemos ayuda y asistencia, para ver en ellos al rostro de Cristo….
ALICIA F: Mira, ¿no te acuerdas que yo ya pasé por mucho en esta vida?, mi hijo murió y
nadie lo ayudó, gasté mucho dinero pagando médicos y tratamientos y NADIE hizo nada por
el, ¿Dónde estaba Dios en ese momento? ¿Acaso Dios fue bueno conmigo en ese momento?
Me vio necesitada, me vio desesperada y no paró de castigarme hasta llevárselo de esta
vida….. ¿Te acuerdas de mi situación económica cuando mi hijo enfermó? No tenía dinero, no
tenía esposo, no tenía apoyo de nadie porque mis papás murieron jóvenes dejándome a mi
suerte, el padre de mi hijo nunca quiso saber de él, nadie me ayudaba, yo pedí, necesité y
nadie me vio……Cuando mi Pedrito murió, sufrí mucho pero decidí volver a la vida, volver a
trabajar y es ahí cuando conocí a Tiburcio, que hoy me da todo lo que quiero y
necesito…..Listo, se acabó.
ALICIA R: Amiga, tienes tiempo ahora? Vamos a sentarnos aquí, te voy a contar una
historia…..
ALICIA F: A ver pues, avienta el chisme…….

Y la amiga le empezó a contar esta historia:

En aquel tiempo, al pasar Jesús vio a un hombre ciego de nacimiento.


Y sus discípulos le preguntaron: Maestro, ¿quién pecó: éste o sus padres, para que
naciera ciego?

Jesús: Ni éste pecó ni sus padres, sino para que se manifiesten en él las obras de Dios.
Mientras es de día tengo que hacer las obras del que me ha enviado: viene la noche y nadie
podrá hacerlas. Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo.

Dicho esto, escupió en la tierra, hizo barro con la saliva y se lo untó en los ojos al
ciego, y le dijo:

Jesús: Ve a lavarte a la piscina de Siloé

El fue, se lavó, y volvió con vista.


Los vecinos y fariseos que lo veían pedir limosna, preguntaban:

Fariseo: ¿No es ése el que se sentaba a pedir?

Unos decían: “El mismo, otros decían: No es él, pero se le parece”. Y el ciego
respondió:
Ciego: Soy yo.

Vecino: ¿Y cómo se te han abierto los ojos?

Ciego: Ese hombre que se llama Jesús hizo barro, me lo untó en los ojos y me dijo que fuese
a Siloé y que me lavase. Entonces fui, me lavé, y empecé a ver.

Llevaron al ciego ante los fariseos y jueces, ya que era sábado el día que Jesús hizo
barro y le abrió los ojos. Los fariseos le preguntaban cómo había adquirido la vista.

Ciego: Me puso barro en los ojos, me lavé y ahora veo.


Fariseo: Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado. ¿Cómo puede un
pecador hacer semejantes signos? Y tú ¿qué dices del que te ha abierto los ojos?
Ciego: Que es un profeta.

Pero los judíos no se creyeron que aquél había sido ciego y que había recibido la vista,
llamaron a sus padres y ellos respondieron que efectivamente nació ciego y que no
sabían cómo recobró la vista y les indicó que mejor le pregunten a su hijo. Sus padres
respondieron así porque tenían miedo a los judíos porque ya habían acordado excluir
de la sinagoga a quien reconociera a Jesús por Mesías.
Los fariseos le preguntaron de nuevo al ciego:

Fariseo: ¿Qué te hizo, ¿Cómo te abrió los ojos?


Ciego: Ya les dije y no me hicieron caso: ¿Para qué quieren oírlo otra vez?, Acaso quieren
volverse discípulos suyos?
Fariseo: Discípulo de ése lo serás tú; nosotros somos discípulos de Moisés. Nosotros
sabemos
que a Moisés le habló Dios, pero ese no sabemos de dónde viene.
Ciego: Pues eso es lo raro: que ustedes no saben de dónde viene, y, sin embargo, me ha
abierto los ojos. Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, sino al que es
religioso y hace su voluntad. Jamás se oyó decir que nadie le abriera los ojos a un
ciego de nacimiento, si él no viniera de Dios, no tendría ningún poder.
Fariseo: En pecado estás tú, que naciste ciego ¿y nos vas a dar lecciones a nosotros?
Y lo expulsaron.
Jesús oyó que lo habían expulsado, encontró al ciego y le dijo:

Jesús: ¿Crees tú en el Hijo del hombre?


Ciego: ¿Y quién es Señor, para que crea en él?
Jesús: Lo estás viendo: el que te está hablando ese es.
Ciego: Creo, Señor. (postrado ante él)
Jesús: Para un juicio he venido yo a este mundo: para que los que no ven, vean, y los que
ven, se queden ciegos.

Los fariseos que estaban con él oyeron esto y le preguntaron:

Fariseo: ¿También nosotros estamos ciegos?


Jesús: Si estuvieran ciegos, no tendrían pecado; pero como dicen que ven, su pecado
persiste.

La amiga escuchó atentamente la historia de su amiga y le dice:

ALICIA F: A ver….Esta historia me dice que debo creer en Dios ¿Aunque me vaya mal?
ALICIA R: Esta “historia” como le llamas, te dice que, a través de este milagro, Jesús se
manifiesta a nosotros como la luz del mundo.
El ciego de nacimiento nos representa a cada uno de nosotros, que hemos sido creados para
conocer a Dios, pero a causa del pecado somos como ciegos, necesitamos una luz nueva; la
luz de la humanidad, de la no discriminación, de la misericordia, de amar a todos nuestros
hermanos por igual, sin juzgarlos, como lo hicieron los fariseos de la historia.
Jesús es el Enviado por el Padre para que sea Luz y así todos abramos los ojos, nos
curemos, purifiquemos nuestra mirada, aprendamos a mirar como mira Jesús y abramos los
ojos de nuestro corazón.
Piensa en tu necesidad, esa necesidad que tuviste con tu hijo. Dios te miró, dices que no te
escuchó, pero no comprendes que los designios de Dios se cumplen, estaba ya escrito que
debía partir al cielo y Dios no te abandonó, te acompañó, te permitió levantarte y volver a la
vida y conocer a una persona que ahora te llena de alegría. Por qué no hacer que esta alegría
que hoy tienes, pueda ser compartida con los que hoy sufren, da un poco de todo eso que hoy
te hace feliz, no hablo de dinero, hablo de compasión y misericordia, hablo de trabajar por el
que necesita. Puedes dar algo de tu tiempo para ellos, mira a tu hijo en cada una de estas
personas, mira cada ciego, cada enfermo y dale de tu alegría.
ALICIA F: Amiga, tienes razón, me has “abierto los ojos”. Este mensaje me da la oportunidad
para rezar y meditar desde la figura del ciego. Vivía en la oscuridad, sin conocer a Jesús,
mendigando amor y cariño, sin ver con claridad. Sentí que me abandonó al llevarse a mi hijo,
hoy mi vida cambiará como si fuera una nueva creación, hoy empezaré a ver.
A partir de hoy, caminaré con Jesús, yo lo proclamaré como el Mesías y el Salvador, porque
ha purificado mi mirada, habrá quienes me miren raro, pero no tendré miedo. Me da
vergüenza haber despreciado a ese ciego, a partir de hoy, abriré los ojos para trabajar por mis
hermanos necesitados. Oye, tu trabajas para Caritas, no? Llévame contigo, quiero darles mi
tiempo y mi amor.
Espera que hago una llamada:
Alo? Tiburcio,mi amor? ¡Cancela el viaje y devuelve el carro! Encontré una mejor forma de
invertir tu dinero. Espérame que ya te cuento.

Y ambas se fueron abrazadas directo a la parroquia para iniciar su trabajo por el


prójimo en Caritas.

También podría gustarte