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Ana Catalina Emmerick predijo en 1820 dos papas en Roma y la crisis actual en la Iglesia. Vio a Benedicto XVI rodeado de falsos amigos y traicionado, así como una conspiración de cardenales alemanes para imponer a otro papa. También predijo que Francisco trabajaría para debilitar a la Iglesia, promover una religión mundinal y eliminar la autoridad papal, fusionando todas las confesiones religiosas. Aunque el futuro se ve sombrío, prometió la restauración final de la Iglesia Católica.
Ana Catalina Emmerick predijo en 1820 dos papas en Roma y la crisis actual en la Iglesia. Vio a Benedicto XVI rodeado de falsos amigos y traicionado, así como una conspiración de cardenales alemanes para imponer a otro papa. También predijo que Francisco trabajaría para debilitar a la Iglesia, promover una religión mundinal y eliminar la autoridad papal, fusionando todas las confesiones religiosas. Aunque el futuro se ve sombrío, prometió la restauración final de la Iglesia Católica.
Ana Catalina Emmerick predijo en 1820 dos papas en Roma y la crisis actual en la Iglesia. Vio a Benedicto XVI rodeado de falsos amigos y traicionado, así como una conspiración de cardenales alemanes para imponer a otro papa. También predijo que Francisco trabajaría para debilitar a la Iglesia, promover una religión mundinal y eliminar la autoridad papal, fusionando todas las confesiones religiosas. Aunque el futuro se ve sombrío, prometió la restauración final de la Iglesia Católica.
vaticinó a Francisco y la crisis presente La película de Mel Gibson utilizó como fuente las revelaciones de la beata renana La mística monjita renana, con sus estigmas recurrentes, beata de la Iglesia, declarada tal por Juan pablo II, vio hechos que ella misma aseguró que eran futuros (uso la versión de esta página web: profecías). Futuros para ella, ¿pero también para nosotros? En 1820, dio esta tremenda advertencia: “El tiempo del anticristo no está tan próximo como algunos creen. Habrá todavía algunos precursores. He visto en dos ciudades doctores, de cuya escuela podrían salir estos precursores”. No estaba tan próximo hace 200 años, pero, 20 décadas después, ¿qué debemos pensar? Nuestra señora, en La Salette, le dijo a Melania que “Roma perdería su fe y el anticristo se sentaría en la silla de Pedro”. ¿Llegó ya esa época? Bueno, antes de estudiar las razones por las que creo que está aquí, que el día ha llegado, el de la gran batalla entre la Iglesia y la anti- iglesia, como dijo Juan Pablo II, para quien ya había llegado en 1974 (al menos), vamos a darle a los incrédulos algo que no puedan explicar, algo que los deje fuera de combate, algo de lo que no puedan decir “tú no eres sino otro ‘religioso’ que cree en cuentos de hadas” o algo así. Vean, señores, lo que dijo Ana Catalina sobre Rusia, 100 años antes de que Nuestra Señora, en Fátima, hablara a los tres niños, tres pastores impúberes, de la “expansión de los errores de Rusia”, antes de la revolución Bolchevique y en su víspera. Dijo Ana Catalina: “He aquí la Moscovia trayendo con ella muchos males. Los habitantes eran de un orgullo inusitado. Vi que se armaban y que se trabajaba por todos los lados. Todo era sombrío y amenazante. Vi ahí a San Basilio y a otros. Vi sobre el castillo de tejados relucientes, al maligno que se sostenía en las agujas”, dispuesto a lanzarse sobre el mundo… ¿Tienen todavía lugar para la incredulidad? ¿Vimos la traición a Benedicto, 190 años antes de que sucediera, vimos a la “mafia de San Galo”? El papa Benedicto XVI fue cruelmente traicionado, Tarcisio Bertone y Sodano parecían dirigir la movida; pero había muchos más: Martini, Fisichella, Müeller y muchos más en la Curia. Por Dios, el escándalo de los documentos filtrados, mejor conocido como Vati-leaks, tenía como protagonista a su mayordomo privado: la traición estaba muy, muy, dentro de la casa. Ana Catalina lo vio: “Vi al Papa en oración; estaba rodeado de falsos amigos que a menudo hacían lo contrario de lo que decía. Vi al santo Padre en una gran tribulación y una gran angustia que afectaba a la Iglesia. Le vi muy rodeado de traiciones. ¡Ellos [San Galo] quieren quitar al pastor el prado que le es propio! ¡Quieren imponer OTRO [Francisco, no se olvide, se dieron a llamar “team Bergoglio”, en sus intrigas] QUE DEJA TODO EN MANOS DE LOS ENEMIGOS! Entonces, tomada por la cólera, ella elevaba el puño cerrado diciendo: ¡Alemanes Bribones! ¡Escuchad! ¡no lo conseguiréis! ¡El pastor está en una rocalla! ¡Ustedes, sacerdotes, no se mueven! ¡Dormís y la granja arde por todos los lados!, ¡no hacéis nada! ¡Cómo lloraréis por eso un día! Vi que, en ciertos casos de extrema desdicha, el Papa tiene visiones y apariciones [quizás por eso permanece tan tranquilo en la destrucción presente]”. Si todavía quedan dudas de que los profetizados por Ana Catalina son Martini, Daneels, Kasper, Lehmann, Murphy, O’Connor, después de las revelaciones del propio Daneels y del periodista Austen Ivereigh, quien trabajaba con el inglés últimamente nombrado, en su oficina de prensa, cuando el mismo estaba en plena conspiración, consideren lo siguiente. En la constitución Pastor Dominici Gregis, de febrero de 1996, Juan Pablo II determinó la excomunión automática, latae sententiae, de los cardenales y demás personas que conspiraran para llevar al papado a algún candidato. Estamos hablando de la mafia san Galo, del Team Bergoglio, ¿no es así?, no hay que ser profeta para ello, en el 2015. ¿Pero qué tal en 1820? Miren lo que dijo Ana Catalina sobre ellos: “Veo una cantidad de eclesiásticos castigados de excomunión, que no parecen inquietarse ni incluso saberlo. Y sin embargo son excomulgados cuando toman parte en esas empresas, cuando entran en asociaciones y se adhieren a opiniones sobre las que pesa el anatema. Veo estos hombres rodeados de una nube como de un muro de separación. Se ve por esto cuanto Dios tiene en cuenta de los decretos, de las órdenes y de las defensas del jefe de la Iglesia y los mantiene en vigor cuando incluso los hombres no se inquietan de ello, reniegan de eso o se ríen”.. Pero hay más todavía: “alemanes bribones”: todos sabemos cómo Alemania, desde Schleiermacher, hasta Kuhn y Kasper ha tratado de destruir la Iglesia; bueno, en el sínodo, toda la tramoya para engañar a todo el mundo, se hizo con el documento con las conclusiones del círculo menor alemán, con la autoridad de Müeller, la verdadera de prefecto del Santo Oficio y la falsa de defensor de la Fe del teoliberal… La acción anticatólica de Francisco: la desmembración de la Iglesia, la religión mundial, su odio al Papado, el odio a la Cruz, el ateísmo En el último sínodo de los obispos, así como en una profusión de declaraciones y actuaciones de todo tipo, incluidos los 4 documentos que ha promulgado, la Evangelii Gaudium, la Laudato si y los decretos aprobando virtualmente el divorcio católico, Francisco se ha mostrado como enemigo de la Iglesia, de su sabiduría, de su asociación a todo lo mejor de la humanidad, empezando por la filosofía clásica y perennis (Juez y parte, el triunfo del novador: Francisco al final del sínodo), su odio al servicio primacial de unidad de la Fe y la disciplina, en la persona del Vicario de Cristo-sucesor de San Pedro en la Sede de su Martirio; sus deseos de acabar con la moral católica; su adscripción a pseudo-“teologías” ateas, como la de la desmitificación, de Bultmann (como cuando negó que Jesús hubiera multiplicado los panes y los peces [La internacional comunista-papista en los Estados Unidos de la URSS]); o como cuando declara ostensiblemente que se adscribe a la teología de la liberación, da discursos marxistas, se pone a dirigir el marxismo internacional, promueve a Gustavo Gutiérrez, publica libros de los que éste es coautor, juntamente con Müeller, y los prologa. Es muy claro que Franc quiere meter a la Iglesia en la religión mundial, una de las tres patas del gobierno mundial, juntamente con el asunto del poder y la moneda única. Él ha sido perfectamente diáfano al respecto, no lo ha escondido ni un segundo, los únicos que no lo ven son los católicos para los que esto es algo demasiado terrible: son como mi vecina: su hija estaba en estado, tenía un bebé en la barriga, y le aseguraba a todos, les interesara o no, que la muchacha era virgen. Así son estos señores, no quieren abrir los ojos, porque no pueden explicarse el mundo con un papa malvado, mucho menos con un papa con este nivel de odio a la Iglesia y a Cristo. Pero vean lo que dice de Francisco Ana Catalina, es asombroso, impresionante. La religión mundial de Franc-masónico y su odio al Papado: “Ellos [el Team Bergoglio-San Galo] buscaban infiltrarse por toda clase de medios: desordenaban ciertas partes del jardín donde plantaban malas semillas. Les vi tanto en un lugar, tanto en otro, cultivar, o dejar en baldío, demoler y no quitar los escombros, etc. todo estaba lleno de trampas y de ruinas. Les vi interceptar y desviar las vías que iban al Papa [así tumbaron a Benedicto]. Vi a continuación que cuando ellos introducían el obispo de la manera que se habían propuesto, él era intruso, introducido contra la voluntad del Papa y que no poseía legítimamente la autoridad espiritual [Franc, lo que deja muchas dudas… (ojo: no digo que no sea papa, no lo puedo decir, pongo la profecía, digo que se refiere a él, que, si es así, que su elección estuvo llena de problemas, pero la Pastor Dominici Gregis no deja dudas, no se puede impugnar la elección papal: vid. Team Bergoglio: excomulgado; pero la nulidad no es una opción)]. Vi, por lo que creo, casi todos los obispos del mundo, pero un pequeño número solamente perfectamente sano”.. Hasta aquí las maquinaciones contra Benedicto, ahora vienen las que se refieren a la propia Iglesia de Jesucristo: “Vi todo lo que respecta al protestantismo tomar cada vez más poder, y la religión caer en decadencia completa. Había en Roma, incluso entre los prelados, muchas personas de sentimientos poco católicos que trabajaban para el éxito de este asunto (la fusión de las iglesias). Vi también en Alemania a eclesiásticos mundanos y protestantes iluminados [pseudo-ilustrados] manifestar deseos y formar un plan para la fusión de las confesiones religiosas y para la supresión de la autoridad papal… y este plan tenía, en Roma misma, a sus promotores entre los prelados! Ellos construían una gran iglesia, extraña y extravagante; todo el mundo tenía que entrar en ella para unirse y poseer allí los mismos derechos; evangélicos, católicos, sectas de todo tipo: lo que debía ser una verdadera comunión de los profanos donde no habría más que un pastor y un rebaño. Tenía que haber también un Papa pero que no poseyera nada y fuera asalariado. Todo estaba preparado de antemano y muchas cosas estaban ya hechas: pero en el lugar del altar, no había más que desolación y abominación”. Con todo, la esperanza tiene que reinar, pues Ana Catalina prometió la restauración con igual fuerza, en pasajes que no copio aquí, en aras a la brevedad. Sólo copio esto de aquí, por ahora: “No hay más que una Iglesia, la Iglesia católica romana.. Y cuando no quedare sobre la tierra más que un católico, este constituiría la Iglesia una, universal, es decir católica, la Iglesia de Jesucristo, contra la cual las puertas del infierno no prevalecerán”. No obstante, sobre la obra demoledora de este Pontificado anti-católico, por ejemplo, sobre lo hecho contra la Cruz y la moral católica, Ana Catalina dejó sus profecías, también; profecías que prácticamente no tienen calificativo, por la precisión con que se están cumpliendo en nuestros días. “Se guardaba silencio sobre la cruz, sobre el sacrificio y la satisfacción, sobre el mérito y el pecado, donde los hechos, los milagros y los misterios de la historia de nuestra redención debían dejar paso a «profundas teorías de la revelación», donde el hombre-Dios, para ser soportado, sólo debía ser presentado como «el amigo de los hombres, de los niños, de los pescadores» [parece el Catecismo que le dan a los niños en las escuelas, calcado, lo he visto], donde su vida no tenía valor más que como «enseñanza», su Pasión como «ejemplo de virtud», su muerte como «caridad» sin objeto; donde se le quitaba al pueblo creyente el antiguo catecismo que se reemplazaba por «historias bíblicas» donde la falta total de doctrina debía de ser velada bajo «un lenguaje ingenuo al alcanza de todas las inteligencias» [ibíd.]; donde los fieles estaban forzados a «cambiar todos sus libros de piedad», sus viejas fórmulas de plegaria y sus antiguos cánticos por producciones de fábrica moderna «tan malas y tan impías» como aquellas por las que se intentaba reemplazar el misal, el breviario y el ritual”. Portentoso, ¿no? Pero la beata abunda, el 12 de abril de 1820: “Tuve todavía una visión sobre la gran tribulación, bien en nuestra tierra, bien en países alejados. Me pareció ver que se exigía del clero una concesión que no podía hacer [el instrumentum laboris del sínodo recién finalizado]. Vi muchos ancianos sacerdotes y algunos viejos franciscanos, que ya no portaban el hábito de su orden y sobre todo un eclesiástico muy anciano, llorar muy amargamente [los franciscanos de la Inmaculada y su fundador, el padre Manelli]. Vi también algunos jóvenes llorar con ellos. Vi a otros, entre los cuales todos tibios, se prestaban gustosos a lo que se les demandaba. Vi a los viejos, que habían permanecido fieles, someterse a la defensa con una gran aflicción y cerrar sus iglesias. Vi a muchos otros, gentes piadosas, paisanos y burgueses, acercarse a ellos: era como si se dividieran en dos partes, una buena y una mala”. Así nos queda la Iglesia actual, la Iglesia de Francisco, sus compañeros novadores, los que niegan a Dios y la historia de la Iglesia, los que le enseñan a Cristo la misericordia. “«Vi cuan funestas serían las consecuencias de esta falsificación de la Iglesia. Yo la vi crecer, vi a los heréticos de todas las condiciones venir a la ciudad (Roma)» «Vi acrecentarse la tibieza del clero local, vi hacerse una gran oscuridad». «Vi la iglesia de los apóstatas crecer grandemente. Vi las tinieblas que partían de ella, repartirse alrededor y vi muchas personas abandonar a la Iglesia legítima y dirigirse hacia la otra diciendo: «Ahí todo es más bonito, más natural y más ordenado» «Vi cosas deplorables: se jugaba, se bebía, se parloteaba, se seducía a las mujeres en la iglesia, en una palabra se cometían allí todo tipo de abominaciones» «Los sacerdotes dejaban que se hiciera cualquier cosa y decían la misa con mucha irreverencia. Vi pocos que tuvieran todavía piedad y juzgasen sanamente las cosas. Todo eso me afligió mucho”. Es muy impresionante, pero lo dejo hasta aquí, porque este tema de la falsa iglesia es bastante amplio en las profecías y abajo retomaré este mismo pasaje, de manera ampliada. Las reuniones de malvados para robarse el sínodo de los obispos sobre la familia Estos conciliábulos, que fueron “ante-sinodales” lo mismo que durante el sínodo, han sido bastante publicitados. En uno estuvo de director Marx, mano derecha de Franc, en otra estuvo Maradiaga, brazo derecho de Franc. En otro, se presentaron líderes homosexualistas mundiales, como la “monja” gringa Jeannine Gramick o el obispo de Saltillo, México, Monseñor Vera, o el padre jesuita Pino Piva, quien tiene un ministerio homosexual en el centro de Roma, aprobado por su obispo auxiliar, auxiliar de Franc. Hubo reuniones oficiales, como el consistorio de los cardenales de Kasper-Franc, en el que éste dijo del ateo viejo y confeso cardenal, hacía “teología serena” y de rodillas. Fueron llevados con mano dura, pues, por ejemplo, Franc publicó un libro con las intervenciones de Kasper en ese consistorio de los cardenales de febrero de 2014; mientras que prohibió al resto de los cardenales publicar sus intervenciones. El cuento es largo, complejo, en este blog hay un gran número de artículos relatándolo. Pero es interesante, porque esta profetizado por Ana Catalina: “«Vi en una ciudad, una reunión de eclesiásticos, de laicos y de mujeres, los cuales estaban sentados juntos, comiendo y haciendo bromas frívolas, y por encima de ellos una nube oscura que desembocaba en una planicie sumergida en las tinieblas [ésta es la reunión de jesuitas y teólogos y teólogas en la Casa-residencia papal de santa Marta, desde antes del sínodo y durante el mismo, cubierta por la niebla oscura, el día del comienzo de la reunión de prelados]. En medio de esta niebla, vi a Satán sentado bajo una forma horrible y, alrededor de él, tantos acompañantes como personas había en la reunión que ocurría debajo. Todos estos malos espíritus estaban continuamente en movimiento y ocupados en empujar al mal a esta reunión de personas. Ellos les hablaban a la oreja y actuaban sobre ellos de todas las maneras posibles. Estas personas estaban en un estado de excitación sensual muy peligroso y ocupados en conversaciones ociosas y provocativas. Los eclesiásticos eran de ésos que tienen como principio: «Hay que vivir y dejar vivir. En nuestra época no hay que estar aparte ni ser un misántropo [¿”homofóbico”?]: hay que alegrarse con los que se alegran»”. Los masones y su plan Alta Vendita para destruir al Papado y todas sus maquinaciones La beata se refiere a éstos como “la secta” y la considera satánica, como en verdad lo es. Como sabrán, tanto Pío IX como León XIII publicaron el plan Alta Vendita de los carbonari italianos, para destruir la Iglesia, infiltrándola poco a poco, desde abajo, desde el seminario, para ir formando generaciones de sacerdotes, que fueran ocupando posiciones episcopales, que fueran ascendiendo al cardenalato, para, finalmente, dar el gran golpe, ocupar la silla romana, la Sede Apostólica. Al parecer lo han lo grado. Pero es importante darse cuenta de que hay muchas otras maquinaciones de “la secta” y muchos otros daños que la misma ha causado, está causando y va a causar. Los dejo con las palabras de la beata sobre este tema, que son muy impresionantes: los masones, muy posiblemente, habrían tomado ese nombre, porque su oficio es el de los anti-bedeles, anti-constructores, destructores de la casa de Dios. Finalmente, en estas visiones hay algo de la asistencia de Dios y la Virgen y de nuestra victoria final… “«He visto personas de la secta secreta minar sin descanso a la gran Iglesia… «Vi que de entre los demonios encadenados por Cristo, cuando su descenso a los infiernos, algunos estaban sueltos, desde no hace mucho y habían suscitado esta secta. Vi que otros serán soltados de dos generaciones en dos generaciones. (19 octubre 1823). «Vi la iglesia de San Pedro y una enorme cantidad de hombres que trabajaban en invertirla, pero vi ahí también a otros que hacían reparaciones. Cadenas de trabajo ocupadas de este doble trabajo se extendían a través de todo el mundo y me quedé asombrada de la coordinación con la que todo ello se hacía. Los demoledores extraían grandes fragmentos; eran particularmente sectarios en gran número y con ellos los apóstatas [los enemigos de adentro]. Estas personas, haciendo su trabajo de destrucción, parecían seguir ciertas prescripciones y una cierta regla: llevaban delantales blancos rodeados de una cinta azul y proveídos de bolsillos, con paletas de albañil en la cintura. Ellos tenían además vestidos de todo tipo: había entre ellos hombre distinguidos, altos y gruesos, con uniformes y cruces, los cuales sin embargo no trabajaban directamente en la labor, sino que marcaban en los muros con la paleta los lugares donde había que demoler. Vi con horror que había también entre ellos sacerdotes católicos». «Ya toda la parte anterior de la Iglesia estaba destruida: no quedaba en pie más que el santuario con el Santísimo Sacramento». «He visto la Iglesia de San Pedro: estaba demolida con excepción del coro y del altar mayor (10 septiembre 1820). «Vi también como, al final, María extendió su manto por encima de la Iglesia y como los enemigos de Dios fueron ahuyentados». «Mayo de 1823. Tuve de nuevo la visión de la secta secreta socavando por todas partes la iglesia de San Pedro. Ellos trabajaban con instrumentos de toda especie y corrían por aquí y por allá, llevado piedras que habían arrancado. Fueron obligados a dejar el altar, no pudieron quitarlo. Vi profanar y quitar una imagen de María. «Yo me lamentaba al Papa y le preguntaba como él podía tolerar que hubiera tantos sacerdotes entre los demoledores. (…) Vi en esta ocasión porque la Iglesia ha sido fundada en Roma; es porque ahí está el centro del mundo y que todos los pueblos si vinculan con ella por diferentes relaciones. Vi también que Roma permanecerá en pie como una isla, como una roca en medio del mar, cuando todo, alrededor de ella, caerá en ruinas.» «Cuando vi a los demoledores, me quedé maravillada de su gran habilidad. Tenían todo tipo de máquinas: todo se hacía siguiendo un plan: nada se producía por sí mismo. Ellos no hacían ruido; ponían atención a todo; recurrían a artimañas de todo tipo, y las piedras parecían a menudo desaparecer de sus manos. Algunos de entre ellos reconstruían: destruían lo que era santo y grande y lo que edificaban no era más que vacío, hueco, superfluo. Llevaban las piedras del altar y hacían con ellas una escalinata en la entrada. «Vi cuan funestas serían las consecuencias de esta falsificación de la Iglesia. Yo la vi crecer, vi a los heréticos de todas las condiciones venir e la ciudad (Roma)» «Vi acrecentarse la tibieza del clero local, vi hacerse una gran oscuridad». «De nuevo vi la visión en la que la iglesia de San Pedro era minada, siguiendo un plan hecho por la secta secreta, al mismo tiempo que era deteriorada por las tormentas» «Vi la ayuda llegar en el momento de mayor angustia»… El new age, el nihilismo, el cientificismo y el totalitarismo que se sigue de los gnosticismos modernos: La mal llamada ilustración estuvo en las visiones de Ana Catalina sobre el mundo presente, como no podía ser de otra manera. Su supuesta luz, todos sus sueños utópicos, toda su rebelión contra Dios y contra su Iglesia, contra Cristo y su Cuerpo Místico, toma diversos modos, desde misticismos pseudo-religiosos a nihilismos de la mayor acidez, pasando por misticismos paracléticos ateos. Todos progresistas, todos exaltadores del hombre o de algo suyo, del partido, falsificadores de la historia, con pretensiones mesiánicas y escatológicas, con autodeificaciones, que llegamos a la mayoría de edad, que ya no habrá más guerras, que ahora seremos libres, que viene un paraíso de igualdad. Estos sueños utópicos han venido a parar en pesadillas distópicas: los peores genocidios, las peores guerras, las peores tiranías, las peores hambrunas, la época de la desesperación, de las drogas, del aborto, del “matrimonio” homosexual y pare de contar… porque todavía viene lo peor. Ana Catalina lo vio… La era de la mayor cantidad de mártires de la historia, los siglos XX y XXI, la modernidad: las decenas de millones de Rusia, los miles de España y México, los miles del resto de Hispanoamérica (empezando por Cuba y Centroamérica), los centenares de miles de Vietnam, los de África, los de China, los de la India, los de Timor Oriental, los de Japón (Urakami, Nagasaki, “La Colina de la Redención”), los de Myanmar, los de Irak, el Líbano y Siria y un largo y ancho etcétera… “Ella vio (habla Brentano; el transcriptor [de las visiones]) con sus terribles consecuencias, las medidas que los propagadores de las luces [pseudo- ilustrados] tomaban por todas partes por donde llegaban al poder y a la influencia, para abolir el culto divino así como todas las prácticas y los ejercicios de piedad, o para hacer de estos algo tan vano como lo eran las grandes palabras de luz, de caridad de espíritu [libertad, igualdad, fraternidad], bajo las cuales ellos se ocultaban a sí mismos y a los demás el vacío desolador de sus asuntos en los que Dios no estaba para nada. «Me pareció ver un lugar muy amplio que recibía más la claridad del día. Era como la imagen de una ciudad perteneciente a la parte del mundo que nosotros habitamos. Un horrible espectáculo me fue mostrado. Vi crucificar a Nuestro Señor Jesucristo. Yo temblaba hasta los huesos: porque no había ahí más que hombres de nuestra época. Era un martirio del Señor mucho más espantoso y mucho más cruel que el que debió sufrir de los Judíos. «Vi nuevos mártires, no del tiempo presente (1820, año de la visión) sino del tiempo que vendrá (…). Sin embargo veo que se les oprime ya» […]. «Vi diferentes partes de la tierra: mi guía me nombró Europa y, mostrándome un rincón arenoso, me dijo estas importantes palabras: – He aquí la Prusia enemiga. El me enseñó a continuación un punto más al norte diciendo: – He aquí la Moscovia trayendo con ella muchos males». «Los habitantes eran de un orgullo inusitado. Vi que se armaban y que se trabajaba por todos los lados. Todo era sombrío y amenazante» «Vi ahí a San Basilio y a otros. Vi sobre el castillo de tejados relucientes, al maligno que se sostenía en las agujas»”. La Iglesia de los apóstatas vs. la Verdadera Iglesia En el mundo de hoy, la gente, merced a la propaganda modernista, apoyada por gobiernos (manejados por empresas y bancos), potentados, medios de comunicación (de la propiedad de los anteriores), universidades (que dependen en su existir del dinero que sacan de), profesores universitarios (que tienen subvenciones y cuyos empleos dependen del dinero aportado por gobiernos y potentados, que manejan gobiernos y empresas y bancos y medios de comunicación), por reputaciones consagradas (trabajando para gobiernos, luego de pertenecer a empresas y bancos y universidades y organismos internacionales, manejados por los anteriores), por organismos internacionales, la pobre gente, rechaza a la Iglesia, sus enseñanzas salvadoras, que le señalan el camino de la única verdadera bienaventuranza, en esta vida, con frutos del ciento por uno, con persecuciones, y, en la próxima, la ETERNIDAD. La gente, además, rechaza las enseñanzas de la Iglesia con la promesa de la “libertad”; con la promesa de que podrá hacer lo que le dé la gana y salirse con la suya, con la promesa de no tener que “aguantar más a los hombres, asco”; con la promesa de la autarquía y la economía: pobres, no saben que se trata de una estafa: sin moral natural, ellos no serán libres, porque no tienen poder, sólo le darán a los poderosos la oportunidad de salirse con la suya con lo que sea que les dé la gana, para aumentar su poder y poder hacer más todavía y más impunemente lo que les dé la gana, sin que el vulgo embrutecido chiste, anestesiado en su nueva inmoralidad, perdón, “libertad”, aturdido de sexo, drogas, alcohol, chabacanería. La gente se va con la propaganda modernista, asqueada, no de la Iglesia, sino de la mentira que el Gran Hermano inventó, la imagen de Iglesia, oscurantista, enemiga de la libertad, asesina, enemiga de la ciencia, misógina, pacata, burra, ebria de poder, avara como nadie, pedófila, envidiosa, mentirosa, que le han presentado como la verdadera. Hoy, el rechazo de Dios ha llegado a tal punto, que los caos de posesión diabólica se han incrementado como nunca; y en muchas partes, como en los Estados Unidos, ya satán, que operaba desviando la religiosidad ignorante de los paganos o corrompiendo la verdadera, ha sacado su cara, su horrenda faz, y está siendo propuesto para la adoración popular directa, como ha ocurrido en Oklahoma, Florida, Detroit, Houston y pare de contar. Así, tenemos a la anti-iglesia de Francisco, promotora del vicio contra natura y a la iglesia de satán, con alas plenamente extendidas “«Vi la iglesia de los apóstatas crecer grandemente. Vi las tinieblas que partían de ella, repartirse alrededor y vi muchas personas abandonar a la Iglesia legítima y dirigirse hacia la otra diciendo: «Ahí todo es más bonito, más natural y más ordenado» «Vi cosas deplorables: se jugaba, se bebía, se parloteaba, se seducía a las mujeres en la iglesia, en una palabra se cometían allí todo tipo de abominaciones» «Los sacerdotes dejaban que se hiciera cualquier cosa y decían la misa con mucha irreverencia. Vi pocos que tuvieran todavía piedad y juzgasen sanamente las cosas. Todo eso me afligió mucho. Entonces mi Esposo celeste me cogió por medio del cuerpo, como él mismo había sido atado a la columna y me dijo: «Es así como la Iglesia será todavía encadenada, es así como será estrechamente atada antes de que pueda revelarse». Me fue así mostrado que no hay casi ya más cristianos en el antiguo significado de la palabra. Esta visión me llenó de tristeza”. “«(12 de septiembre de 1820). Vi construir una iglesia extraña y al revés de todas las reglas. El coro estaba dividido en tres partes, de las que cada una era unos grados más alta que la otra. Por debajo había una sombría bodega llena de humo. «…en la primera parte vi arrastrar un trono … en la segunda un barreño lleno de agua. El agua sola parecía tener algo de santificado… en la más elevada una mesa …» « No vi ningún ángel asistir a la construcción: pero diversos espíritus planetarios (que se encargan de engañar a los hombres) de los más violentos arrastraban todo tipo de objetos al sótano, donde personajes en pequeños mantos eclesiales los tomaban para llevarlos con ellos. Nada venía de lo alto en esta iglesia: todo venía de la tierra (…) y de la región tenebrosa (…) todo en esa iglesia, era oscuro, a contra sentido y sin vida: no había más que burla y ruina»”. Pero la Iglesia verdadera triunfa, porque en ella sí están Dios, su gracia, sus sacramentos, los santos, la infinidad de sus tesoros, empezando por esos signos sensibles y eficaces de la acción santificadora de Dios en nuestros corazones, que nos hace hijos suyos. “«Vi cerca otra iglesia donde reinaba la claridad y que estaba provista de toda especie de gracias de lo alto. Vi a los ángeles subir y descender, vi vida y crecimiento… (y también) tibieza y disipación» «Sin embargo, la Iglesia tradicional (todo lo imperfecta u oscurecida que esté para no saber la luz que le espera) era como un árbol lleno de sabia en comparación de la otra que parecía un baúl lleno de objetos inanimados. Esta era como un pájaro que planea, esta como un dragón de papel, con una cola cargada de cintas y de letreros, que se arrastra en un rastrojo en vez de volar. Vi que muchos de los instrumentos que estaban en la nueva iglesia, como por ejemplo las flechas y dardos, no estaban reunidos más que para ser empleados contra la iglesia viva». «Todo permanecía en la tierra e iba a la tierra, y todo estaba muerto, artificial y hecho por la mano del hombre: es propiamente una iglesia de fábrica humana siguiendo la última moda, tan bien como la nueva iglesia heterodoxa de Roma, que es de la misma especie»”. El sacrificio ultrajado, pero efectivo “Vi muy a menudo a Jesús mismo cruelmente inmolado sobre el altar por la celebración indigna y criminal de los santos misterios. Vi ante los sacerdotes sacrílegos la santa Hostia reposar sobre un altar como un Niño Jesús vivo que ellos cortaban en trozos con la patena y que martirizaban horriblemente. Su misa, aunque realizando realmente el santo sacrificio, me parecía como un horrible asesinato”. Los desafueros litúrgicos son infinitos, la chabacanería y la desobediencia se imponen a Cristo sacramentado, dándole un doble suplicio.. *** En todas estas profecías impresionantes, pronunciadas hace 200 años, se transparenta el mundo actual y todo el proceso histórico que nos ha traído hasta aquí. Me parece que sólo pueden quedar pocas dudas. Todos los demonios, los espíritus “planetarios”, mundanos, “mundanizadores” del Cuerpo Místico de Jesús, de su Pueblo santo, se han desatado. Y, si hace 200 años el anticristo estaba cerca, aunque no tanto, ahorita está a una distancia considerablemente menor, si no es que ya sus pasos se oyen en algún rincón de la tierra, si no es que ya su influencia maldita se siente de manera terrible en todo el orbe: en Siria-Irak, donde ha quedado claro que los Estados Unidos han estado jugando un juego peligroso, mientras que los candidatos a presidente de ese país prometen todos profundizar el desastre. Se sienten en África, donde se usa de la zanahoria de la ayuda internacional y el garrote de Boko Haram para obligar a sus países a aceptar aborto y homosexualidad. Está en Europa y América, donde la christiano-phobia está desatada y ya se manifiesta como persecución formal de gran astucia. Está en la curia romana, en la que una mafia anticatólica, ligada a un loby de invertidos trabaja para convertir a la Iglesia en lo que describe Ana Catalina. Ha estado en toda la historia contemporánea, con las guerras mundiales, Vietnam, Corea, las revoluciones, la destrucción de países enteros, como Venezuela. Es un deber oponerse, estar dispuestos al martirio y a todos los sacrificios, esfuerzos y batallas, para resguardar a la Iglesia, para luchar por su reconstrucción, para contrarrestar la labor maldita de los secuaces del anticristo. ES MENESTER ALZARSE, LEVANTARSE, SUBIR LA VOZ, ES NECESARIO REBELARSE, UNIRSE A LA REBELIÓN, A LA REBELIÓN DE LA ESENCIA, EN ESTOS TIEMPOS DE REVOLUCIÓN, ESTOS TIEMPOS DE LOS QUE NOS ADVIRTIÓ DIOS, POR BOCA DE LA BEATA ANA CATALINA EMMERICK…