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Las Primicias
Las Primicias
Salomón les estaba recordando a los jóvenes lo que para ellos como nación era un
principio fundamental. Para un judío llevar los primeros frutos de sus cosechas era
una acción que reconocía que Dios era el dueño de toda la tierra y que gracias a
que Dios se las había dado ellos podían cosechar, era una acción de gratitud y
obediencia.
1 crónicas 29: 14 él rey David dice: ”Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo,
para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es
tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos” aquí el rey David nos muestra la
concepción que él y el pueblo tenían de los bienes materiales así como la actitud
con la que se los daban al Señor. La concepción de ellos sobre los bienes
materiales era que todo le pertenecía a Dios por lo tanto la actitud que debían de
tener era darle parte de ella de manera voluntaria.
Pero los bienes materiales no eran más que una expresión de una relación. Dios
había invitado a los Israelitas a una relación con él y en dicha relación los bienes
eran incluidos, eran una expresión de gratitud, de honrar al Señor.
Este mismo llamado a buscar el reino se los hace el apóstol Pablo a Los Corintios
(2 Cor 8 y 9) cuando les dice que den de lo que tienen como propusieron en su
corazón. Pablo les recuerda la importancia del mandato de dar pero de hacerlo
voluntariamente, puesto que debía de ser una manera de honrar al Señor.
Todo el texto Bíblico, desde Proverbios hasta el evangelio de Mateo nos recuerdan
que Dios nos ha invitado a una relación con él en la que él es nuestro Padre y
nosotros sus hijos. Que estamos llamados a horrarle y que una manera de hacerlo
es entendiendo que la tierra, el dinero y cualquier bien material que tengamos no
son nuestros sino de él y que en dicha relación debemos de buscar los valores de
vida propios del reino de nuestro Padre Dios.
Y por lo tanto podemos vivir confiando que así como Salomón les dijo a estos
jóvenes judíos que sus graneros serian llenos y sus lagares rebosaran de mosto si
vivían según la ley de Dios, también hoy Dios nos dará todo lo que necesitemos
porque somos sus hijos y como tal si vivimos entendiendo el uso que debemos
darle a los bienes materiales.
Pero el sistema de valores en el que hemos crecido y hemos sido educados es muy
distinto al del reino de Dios. Contrario a el, en el reino del hombre y su injusticia el
dinero es lo fundamental. Todo es medido por lo material “cuanto tienes cuanto
vales” por tal motivo nos han enseñado que debemos de tener para ser: tener
una carrera, tener una casa, tener un carro, tener un celular, tener y tener, porque
si no tenemos no somos o al menos somos pero menos. Nos han hecho y nos
hemos hecho hijos no de Dios sino del Dinero.
Pero Dios nos llama a una relación mejor y mayor, nos invita a una relación de ser
hijos de Dios, donde el dinero no es nuestro dios sino un instrumento para servir,
agradecer y amar a nuestro Dios que todo lo creo y nos salvó, y amarlo para dar
de lo que tenemos a los que más lo necesitan: A las viudas, huérfanos, extranjeros
y a la obra del templo como lo era en el Antiguo Testamento en el pueblo de Israel
y luego en el Nuevo testamento cuando se les dio a las necesidades de la Iglesia
de Jerusalén.
Hemos crecido, tenemos que enfrentar nuestro proyecto de vida pero será
fundamental el concepto y la práctica de la administración del dinero. Dios nos
llama a cambiar nuestra manera de pensar, decidir dejar de ser hijos del dios
dinero en el cual tenemos que pagar para ser y tener, y nos invita de decidir ser
hijos de Dios por él cual aprendemos a dar porque nos creó, nos ama y nos salvó.
En oración pide al Señor que quieres ser su hijo, y que como tal reconoces que él
es el dueño de todo, que te enseñe a administrar el dinero para que puedas dar.