En esta noche estudiaremos un poco de la vida de Jonás:
Jonás que significa “Paloma”, era hijo de Amattai, era de una
ciudad llamada Gat-hefer en Zabulón, un territorio en Israel.
Jonás fue un siervo de Dios en el Antiguo Testamento, y el
quinto de los profetas menores, Fue llamado a servir,
predicar y llamar al arrepentimiento a personas o pueblos.
Como nos relata el libro de Jonás.
En el CAPITULO 1: NOS habla que fue llamado por Jehová
para llevar palabra a los habitantes de Nínive, que se
arrepintieran de todos sus pecados porque caería sobre ellos
un gran castigo. Nínive era una ciudad impía (no creía),
brutal (dura-inhumana) e inmoral.
Desobediente: Pero Jonás no quería ir a Nínive porque este era
enemigo de los Israelitas y en lugar de hacerlo, huye negándose a
entregar el mensaje que Dios le había dado para Nínive, por
temor que ellos se arrepintieran y fueran librados del juicio de
Dios. Porque él no quería que Dios tuviera misericordia de otro
pueblo que no fuera Israel, olvidándose Jonás que el propósito de
Dios es que todo tenemos derecho a tener conocimiento de Dios.
Veamos la consecuencia que tuvo Jonás por la desobediencia,
leamos Jonás 1:1-17
En el capítulo 2, Jonás ora al Señor, y el pez lo vomita en tierra.
Aquí tenemos un vivo ejemplo de que cuando nosotras estamos
en problemas o tenemos una situación difícil, venimos ante Dios
y le oramos para que el nos ayude y prometemos cosas que a
veces ni cumplimos o cumplimos solo por quererlo hacer no
porque estemos agradecidos con Dios. Esto podemos hacer
semejanza a la muerte de Jesus que a los tres días resucito.
En el capítulo 3, Nos habla de la segunda oportunidad que
Dios le da a Jonás y el arrepentimiento de Nínive. A qui podemos
ver que Dios es misericordioso porque vio que todo el pueblo de
Nínive empezó a clamarle y pedirle perdón de todo lo malo
habían hecho y Dios al ver esto se arrepiente de lo que había
profetizado que haría a Nínive. (Jonás 3:10)
En el capítulo 4, el Señor reprende a Jonás por haberse
enojado porque el Señor salvó al pueblo de Nínive. En este
capitulo podemos notar que el arrepentimiento de Jonás no fue
sincero, ya que sentía odio contra Nínive, y quería gozarse en ver
como Dios la destruida.
Que pasa hoy en día que:
Actuamos como Jonás que:
Se negó a predicar.
Cuando Dios nos manda hacer algo, debemos obedecer. Él
conoce nuestra mente y corazón, y sabe si obedecemos con
disposición. Dios conoce y ve todo, y no podemos escapar de Él,
como Jonás no pudo hacerlo.
Huyó de la presencia de Dios. Eso es lo que lo caracteriza en:
Prefirió morir ahogado antes que predicar a otra nación.
Nuestra desobediencia puede causar sufrimiento no
solamente a nosotros, sino también a otros. Así como paso con
los tripulantes del barco sufrieron desesperación y angustia, e
incluso sus propias vidas estuvieron en peligro debido al
pecado de Jonás.
Tiene consecuencias presentes, sino también eternas.
Se enojó con Dios. Hoy día también hay predicadores
amargados, con lengua de ácido, que se quejan continuamente de
las injusticias que sufren y de cuánto ellos han sacrificado para
Dios sin recibir paga.
Conclusión:
Hermano, tengamos cuidado de que nuestro arrepentimiento
sea genuino y completo. Estemos totalmente seguros de que
servimos a Dios es con todo el corazón, y no forzados, hagamos
lo bueno, y pidámosle a Dios que nos ayude corregir nuestros
errores y hacer lo que Dios manda. «Examinémonos nosotros
mismos si estamos bien o mal». Amemos a Dios y a nuestro
prójimo.

Jonás pudo no haber aprendido las lecciones de su propia

historia, pero nosotros debemos aprender a escuchar y obedecer
a Dios.