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Marco teórico.

Epoca de siembra.
Comprende del 1 de septiembre al 30 de noviembre, tanto para siembra directa
como para trasplante. Sin embargo, desde el punto de vista de rendimiento,
calidad y menores problemas fitosanitarios, las mejores siembras son las de
noviembre.

Análisis de semilla y plántula.


Debido a los problemas de virosis ocasionados por altas poblaciones de vectores
como la mosca blanca, es requisito para la obtención del permiso de siembra
presentar el diagnóstico de un laboratorio autorizado que demuestre que la semilla
o plántula se encuentran libres de patógenos.

Variedades

Tipo Ancho: Allende, El Rancho, Chapulín, Esmeralda, Rebelde, Vencedor,


Corcel, Yolo Wonder y California Wonder 300.
Chile serrano: Camino Real, Palenque, Nasas, Cocula.
Jalapeño: Austeco, Autlán, J-7, W004, Tajín, Colima y El Camino.
Chile Anaheim: Anaheim 118, Sahuaro y El Cardón.
Chile Caribe: Río de Oro.
Chile de Arbol: Balandra y Salvatirra.
Entre los picosos. Predominan: Ancho, Banana, Caloro, Cas Salm, Cascabel,
Cubajo, Jalapeño, Pasilla, Poblano y Serrano.
Además: Karisma, Imagination, Revelation, Cannon, Valeria, ACX 293, Samboni,
Monserrat y Sympati.

Siembra
La densidad de plantas por hectárea es de 30,000 a 40,000. Es importante hacer
surcos o camas altas sobre ya que el chile es muy vulnerable al exceso de
humedad o inundación, además esta práctica ayuda en la prevención de
enfermedades del suelo como Phytophthora capsici.

Se requieren de 2 a 3 kg de semilla por hectárea. Antes de la siembra, mezcle la


semilla correctamente con 1 kg de Captán-50 + 250 gr de Arasán 75.
La siembra se realiza en surcos a 90 cm cuando es en hilera sencilla y a 1.80 a
doble hilera. La semilla debe colocarse a 40 cm de separación y de 2 a 3 cm de
profundidad.
Trasplante. La semilla producida en invernadero es una mejor garantía de sanidad
por lo que el trasplante es una práctica cada vez más popular y una forma más
segura de anticiparse al mercado, al llevar al campo plantas con 21 a 28 días de
vida.
Es recomendable un tratamiento preventivo de la plántula antes del trasplante
para prevenir la enfermedad conocida como secadera ocasionada por
Phythophotora capsici. El tratamiento consiste en sumergir las raíces de las
plántulas en una solución preparada con Tacto, en proporción de 2 g por litro de
agua.

Manejo del riego.


La humedad debe llegar a la semilla y las plantas por trasporo, para evitar que se
pudra la semilla o se marchiten las plantas. Normalmente se dan de 10 a 12
riegos, dependiendo de la fecha de siembra y las condiciones climáticas
prevalecientes. La lámina total es de aproximadamente 78 cm.
Se recomienda regar una vez por semana o cada 10 días, haciendo aplicaciones
periódicas de Calcio, Magnesio y Boro para darle consistencia, buen amarre y
color al fruto.
En siembras directas el primer riego de auxilio se aplica a los 12 días para ayudar
a la planta a nacer. El resto de los riegos se dan a intervalos regulares de 15 a 20
días, pero son más frecuentes cuando la planta es más grande, especialmente en
siembras muy tempranas o tardías.
En riego por goteo se sugieren cada tercer día, con una duración de tiempo por
riego de 3 a 5 horas dependiendo del estado vegetativo de la planta, las
condiciones ambientales y el tipo de suelo de que se trate. La lámina total
aproximada es de 42 cm.
Fertilización

En riego rodado es recomendable aplicar un fertilizante nitrogenado y todo el


fósforo al momento de la preparación del surco, puede ser 18-46-00 a razón de
250 kg/ha, y después del trasplante es recomendable aplicar 100 kg de nitrato de
amonio y volver aplicar 100 kg de nitrato de amonio después de la floración en
amarre de fruto. Es necesario también monitorear bien la humedad del terreno y el
número de riegos que se le suministren al cultivo ya que la planta tiene raíces
grandes y vigorosas y un tallo leñoso, por lo que la humedad debe ser constante
para lograr un mejor desarrollo.
Es recomendable aplicar microelementos de manera periódica como Fierro, Zinc y
Boro, antes de la floración, con el fin de lograr el máximo de fructificación.
El pH del suelo y agua debe de ser alrededor de 6.0 a 6.5 para lograr un mejor
desarrollo de la variedad y lograr una mejor absorción y disponibilidad de
nutrientes en la planta.
Una dosis común para diferentes variedades es aplicar 220 kg de nitrógeno, 80 de
fósforo y 50 de potasio por hectárea en siembras directas. Todo el fósforo y
potasio además de 60 kg de nitrógeno se colocan a una profundidad de 10 cm a
un lado y debajo de la hilera de la semilla. A los 60 días de nacidas las plantas y a
un lado de éstas se incorporan 80 kg de nitrógeno; los restantes 80 se aplican a
los 90 días de haber nacido las plantas.
En siembras por trasplantar se deben aplicar 200 kg de nitrógeno, 50 de fósforo y
50 de potasio por ha. Al momento del trasplantar aplicar la fórmula 50-60-50, a los
30 días posteriores 50-00-00 y 100-00-00 al inicio de floración.
Estas dosis están sujetas a lo que determine su análisis de suelo.
Labores de cultivo
Para el control de malas hierbas se realizan cuatro cultivos y tres deshierbes
manuales o con cultivadora. Estas labores deben ser superficiales para no dañar
las raíces de las plantas.
El uso de herbicidas para el control de malezas puede hacerse antes del
trasplante, reemergente a la maleza si se trata de proteger contra especies
anuales y de hoja ancha.
Control de plagas
El gusano trozador, falso medidor y soldado, además del picudo del chile son las
plagas más importantes y requieren un cuidadoso programa de manejo.
Enfermedades
Las principales son: cenicilla y marchitez bacteriana, pero en ciclos recientes han
aparecido diferentes tipos de virosis, ocasionados principalmente por altas
poblaciones de vectores, donde destaca la mosca blanca. Es indispensable un
programa integral de manejo de plagas para reducir el riesgo de enfermedades.
Los síntomas de virosis pueden aparecer en cualquiera de las partes aéreas de
las plantas provocando daño en la producción y calidad del fruto. Para el control
del virus será determinar identificar el vector que se debe controlar ya que algunos
de los virus son también transmitidos por pulgones, por lo que ambas plagas
deben controlarse con oportunidad.
Mancha bacteriana
La Mancha bacteriana Xanthomonas euvesicatoria es una enfermedad foliar que
puede devastar los rendimientos si se le permite proliferar; en especial cuando el
clima es cálido y húmedo. Los productores que preparan bien su ofensiva con el
uso de variedades resistentes, tratamientos con fungicidas preventivos y buenos
métodos de control de cultivo, podrán controlar mejor esta enfermedad.
La defoliación inicia en la parte baja de la planta y va subiendo hacia las partes
superiores. La mancha bacteriana también puede provocar el desprendimiento de
la floración.
Tener conocimiento sobre las condiciones que favorecen la mancha bacteriana
puede ayudar a evitar que la enfermedad se disemine a otras plantas.
Las salpicaduras de la lluvia o el riego por aspersión ayudan a dispersar la
enfermedad con rapidez en todo el campo de cultivo o en todo el invernadero.
Los trasplantes y semillas infectadas pueden albergar al inóculo, así como los
residuos del cultivo y las malezas de la familia de las solanáceas. Las manos de
los seres humanos y el equipo pueden transferir las bacterias de las plantas
enfermedades a plantas sanas, en particular cuando están húmedos.
Síntomas. Durante y después de la defoliación ocasionada por la enfermedad
aparecen áreas acuosas sobre las hojas, el follaje y la fruta, que se transforman
con rapidez en lesiones de color café rodeadas por un halo amarillo. Las hojas
afectadas se vuelven amarillas y se caen, por lo que debe haber medidas de
control ya establecidas, mucho antes de que el pimiento presente señales visibles
de mancha bacteriana. Una vez que se presentan los síntomas, la pérdida de la
cosecha es inevitable.
El control efectivo de la mancha bacteriana requiere de un manejo integral de ciclo
completo que combine medidas preventivas con métodos de control de cultivo, a
fin de garantizar que los frutos empiecen su desarrollo estando saludables y se
sigan manteniendo saludables.
El uso de variedades resistentes es la primera línea de defensa de la mancha
bacteriana y uno de los medios más sencillos de controlar la enfermedad.
Es preciso establecer un sistema de aspersión preventiva desde el inicio de
cualquier programa de producción. En la mayoría de los casos es suficiente
realizar el tratamiento con fungicidas cada tres a cinco días.
No obstante, la frecuencia de los tratamientos deberá aumentar cuando haya
condiciones que favorezcan la aparición de mancha bacteriana.
Además de utilizar variedades resistentes, utilicen sólo semillas y trasplantes
certificados, limpios y libres de enfermedad. Los trasplantes deberán ser aislados
antes de la siembra hasta que puedan ser examinados en búsqueda de síntomas
de enfermedad. Sigan las buenas prácticas de sanitización lavándose las manos
después de haber tocado las plantas y desinfecten el equipo.
Eviten caminar o pasar con los vehículos sobre los campos de cultivo, hasta que
estén secos.
Otra práctica inteligente de manejo es la eliminación del exceso de humedad con
un buen drenado, siempre que sea posible. Cambiar del riego por aspersión al
riego por goteo servirá para suministrar agua a las raíces mientras el follaje se
mantiene seco y además disminuirán las posibilidades de dispersión de la
enfermedad por salpicaduras.
Cosecha
Dependiendo de la fecha de siembra, la cosecha se presenta entre los 120 y 160
días. Para su mejor comercialización, los frutos deben separarse por tamaño y
calidad, de la manera más uniforme.

Tipos de plagas en la planta de chile.


MOSQUITA BLANCA Bemisia tabaci y B. argentifolii
Orden: HOMOPTERA
Familia: ALEYRODIDAE
Importancia económica
La mosquita blanca es una plaga que en los últimos años ha incrementado su
incidencia en la Planicie Huasteca. Son varias las causas a las que se debe su
importancia, una de ellas, es el daño directo, ya que al succionar la savia de las
plantas las debilita y puede ocasionar su muerte, sobre todo en sembradíos en los
que se presentan altas poblaciones; sin embargo, el daño mayor está relacionado
con la transmisión de enfermedades de tipo viral (geminivirus) (Figura 1), para lo
cual no es necesaria la presencia de poblaciones altas para propagar la
enfermedad (Hernández, 1972).
Descripción morfológica
Huevo. Los huevecillos son elípticos y alargados, con el polo superior más agudo
que el inferior y llevan en esta parte un pedicelo corto. Son de color verde pálido
recién ovipositados y después adquieren una coloración café obscura (Byrne y
Bellows, 1991).
Ninfa. Las ninfas son de forma oval, de color amarillo pálido o amarillo verdoso,
pasan por cuatro estadios, el primero posee apéndices y es el único móvil, los
demás son ovalados y sésiles; en vista dorsal el cuerpo es más ancho en la parte
anterior (Figura 2). Después de que la ninfa ha empezado su alimentación pasa
por dos ínstares ninfales más, los cuales se asemejan a “escamas”. Al terminar el
tercer instar pasa a un periodo de inactividad y latencia denominado “pupa”,
durante el cual no se alimenta hasta que llega al estado adulto (Byrne y Bellows,
1991).
Adulto. Los adultos miden 1.5 mm de longitud, son de color blanco amarillento
(Figura 2), se les encuentra en el envés de las hojas y cuando se les perturba
vuelan rápidamente (Pacheco, 1985).
Biología, hábitos y daños
La hembra de la mosquita blanca oviposita más de 300 huevecillos en el envés de
las hojas, los cuales son colocados desordenadamente en posición vertical. La
ninfa pasa por cuatro estadios, en los cuales se alimenta en el envés de las hojas,
en el primero se desplaza distancias cortas hasta seleccionar un sitio donde
alimentarse y ahí se establece hasta llegar a adulto (Cota, 1982).
El daño directo lo ocasionan las ninfas y los adultos al succionar la savia de las
plantas, lo que ocasiona el amarillamiento, moteado y encrespamiento de las
hojas, seguido de necrosis y defoliación; otro daño es la excreción de mielecilla
sobre las hojas en la cual se desarrolla una fungosis negra llamada fumagina, la
cual interfiere con la fotosíntesis y baja la calidad de la cosecha. Sin embargo, el
daño mayor de esta plaga está relacionado con la transmisión de enfermedades
de tipo viral, las cuales afectan el rendimiento y calidad de las cosechas, con
daños que varían de 20 a 100% (Sifuentes et al., 1991).
PULGON VERDE Myzus persicae
Orden: HOMOPTERA
Familia: APHIDIDAE
Importancia económica
El pulgón verde es el vector de virus en vegetales más dañino del mundo, es
capaz de transmitir más de 120 enfermedades que afectan a más de 500 plantas
hospedantes, donde se incluyen gran número de plantas de importancia
económica (Leclant, 1988).
Descripción morfológica Huevo.
En regiones templadas este pulgón inverna en estado de huevo, estos son de
color negro brillante y frecuentemente son depositados en la corteza de árboles
frutales. (Mau y Martin, 1998). En la Planicie Huasteca no se presenta este estado
biológico.
Ninfas. Los pulgones inmaduros son llamados ninfas, son de color amarillo pálido,
con tres líneas obscuras en la parte posterior del abdomen que no están presentes
en el adulto (Figura 3). Pasan por cuatro estados ninfales, periodo que es
completado en 6 a 11 días (Toba, 1964).
Adultos. Los ápteros varían en color, de verde a amarillo pálido, los alados son
verdes con manchas negras o café obscuro en el abdomen, son de tamaño
pequeño a mediano, de 1 a 2 mm de longitud y sus antenas son tan largas como
el cuerpo (Figura 4). Las hembras adultas dan nacimiento a aproximadamente 50
ninfas (Mau y Martin, 1998).
Biología, hábitos y daños
El ciclo biológico comprende cuatro instares ninfales y el estado adulto, el cual
puede ser alado o áptero; este se completa en aproximadamente 10 días en
climas cálidos, como en la Planicie Huasteca, en esta región solo hay
reproducción partenogenética y no se producen machos; las hembras son
vivíparas y pueden producir hasta 100 ninfas. Las aladas se producen en
respuestas a condiciones de hacinamiento, falta de alimento o senescencia de los
tejidos. Son visitadas por hormigas, las cuales se alimentan de la mielecilla que
excretan, estas pueden mover a las ninfas a plantas que no están infestadas y
establecer nuevas colonias (King y Saunders, 1984).
Las ninfas y los adultos se alimentan en grandes colonias sobre el envés de las
hojas. El daño es ocasionado por todos los estadios, al succionar la savia de las
hojas y brotes, al alimentarse inyectan una saliva toxica que distorsiona las hojas,
el daño causa reducción de vigor de la planta, achaparramiento, marchitez,
amarillamiento, encrespamiento y caída de las hojas, así como fumagina que
crece en la mielecilla que excretan la cual ennegrece las hojas y se reduce la
fotosíntesis. Sin embargo, el daño mayor es como vector de enfermedades de tipo
viral (King y Saunders, 1984).
BARRENILLO DEL CHILE Anthonomus eugenii
Orden: COLEOPTERA Familia: CURCULIONIDAE
Importancia económica
El barrenillo del chile es una de las principales plagas de este cultivo, debido a la
resistencia que ha desarrollado a diferentes grupos de insecticidas que
normalmente lo mantenían bajo control, su manejo se complica dado que ataca los
frutos desde el inicio de la fructificación hasta el final de la cosecha, provocando
pérdidas que pueden ser hasta del 100% (Garza 2001 A).
Descripción morfológica
Huevo. Los huevecillos son depositados en las yemas florales y frutos tiernos, son
ovalados, pero pueden tomar la forma de la cavidad en que están situados, su
superficie es lisa, correosa y flexible, de color blanco aperlado cuando están recién
ovipositados y después se tornan amarillentos, miden aproximadamente 0.5 mm
de longitud y 0.4 mm de diámetro (Elmore, et al, 1934; Mau y Martín, 1994).
Larva. Las larvas son ápodas, robustas y curvadas, recién eclosionadas miden de
0.8 a 1.5 mm de longitud (Pacheco, 1985; Riley, 1995). Su cuerpo es de color
blanco brillante, la cabeza es grande, blanca con el extremo negro y las
mandíbulas de color café (Elmore, et al, 1934). Después de la muda la larva mide
de 1.3 a 2.6 mm de longitud, con el cabeza amarillo claro y las mandíbulas de
color café obscuro o negro. El tercer estadio larval mide de 2.2 a 5.0 mm de
longitud con un promedio de 3.3 mm, de color gris blancuzco, con la cabeza café y
las mandíbulas negras (Figura 5). (King y Saunders, 1984; Mau y Martín, 1994).
Pupa. Este estado biológico inicia cuando la larva hace una cavidad ovalada
dentro de la fruta y su cuerpo comienza a acortarse y ensancharse, en este
momento su color es blanco brilloso. Pocas horas después la pupa desecha su
piel larval y sufre cambios en apariencia, los ojos se manchan y comienzan a
mostrar un tinte amarillo. A los dos ó tres días los ojos se obscurecen, el pico toma
una coloración café amarillenta con el extremo negro y las antenas y élitros toman
un color gris (Mau y Martín, 1994).
Adulto. Los adultos recién emergidos son de color café claro y se obscurecen a
gris o café rojizo a negro en dos ó tres días, tienen el cuerpo ovalado, y cubierto
con pubescencia de color amarillo claro, principalmente sobre el pronoto y élitros,
miden de 2.0 a 3.5 mm de longitud (Figura 6). (Riley, 1995; Domínguez et al,
1990). A dos tercios del extremo de la tibia tienen una coloración anaranjada
amarillenta. Los adultos tienen el pico característico de los picudos, el cual en el
barrenillo del chile es un sexto más grande que la cabeza y el protorax, su aparato
bucal es masticador. Las antenas son largas, delgadas y la clava oblonga, los
élitros tienen surcos de punturas (Mau y Martín, 1994).
Biológia, hábitos y daños
La hembra deposita más de 300 huevecillos en forma individual en orificios que
realiza en los botones florales y frutos inmaduros, los cuales requieren de tres a
cinco días para su eclosión. Prefiere ovipositar en frutos tiernos y los orificios que
realiza son sellados con un fluido amarillo claro el cual endurece a los pocos
minutos (Elmore et al, 1934; Burke y Woodruf, 1980).
La larva después de una a cuatro horas de la eclosión se alimenta de la semilla y
los tejidos placentales del fruto tierno o del polen maduro de los botones florales.
La primera muda ocurre en un promedio de dos días y la larva de segundo instar
se alimenta por otros dos días antes de volver a mudar. El tercer estadio larval se
alimenta por un periodo de 3.5 días y luego se prepara para el estado de pupa, el
cual inicia cuando la larva hace una cavidad ovalada dentro de la fruta, que a su
vez es alineada con excremento hasta formar una celda (Mau y Martín, 1994).
Este estado dura de tres a seis días y un promedio de 4.5 días, durante este
periodo la celda se mantiene cerrada (Elmore et al, 1934; Burke y Woodruff, 1980).
El adulto completamente desarrollado requiere de tres a cuatro horas para
emerger, para lo cual realiza un orificio redondo en el fruto. Después de que
emerge, se alimenta inmediatamente en los botones florales y frutos inmaduros
(Mau y Martín, 1994).
El daño primario es causado por las larvas en botones florales y frutos inmaduros
(Burke y Woodruff, 1980); los primeros síntomas de un fruto infestado son
pedúnculos amarillos y cenizos, los cuales llegan a marchitarse en el punto de
unión con la planta, lo que ocasiona la caída de la fruta.
Los frutos infestados se tornan rojos o amarillos prematuramente y pueden quedar
deformes y pequeños antes de caer al suelo. Estos tienen la semilla y los tejidos
placentales ennegrecidos como resultado de la alimentación de las larvas. Los
adultos también ocasionan un daño al picar los botones y frutos inmaduros para su
alimentación (Elmore et al, 1934; Sorensen, 1993; Mau y Martín, 1994).
Este daño por alimentación no afecta la calidad de los chiles secos, pero sí la de
chiles para enlatar o para consumo en fresco. Los frutos maduros no son
susceptibles al ataque del barrenillo debido a las propiedades de su epidermis. Por
otra parte, los orificios realizados a los frutos por oviposición, emergencia de
adultos o alimentación, favorecen la entrada de microorganismos que ocasionan
infecciones internas como el del moho causado por Alternaria alterna Keissler
(Burton, et al, 1989; Mau y Martín, 1994).

MINADOR DE LA HOJA Liriomyza spp.


Orden: DIPTERA Familia: AGROMYZIDAE
Importancia económica
El minador de la hoja llega a ocasionar daños considerables al cultivo del chile,
sobre todo cuando se realiza un manejo inadecuado de insecticidas, lo que
ocasiona la eliminación de la fauna benéfica que ayuda a su control; por otra
parte, su manejo se ha complicado por la resistencia que ha desarrollado a la
mayoría de los insecticidas convencionales (Garza, 2001 B).

Descripción morfológica
Huevo. Los huevecillos son ovalados de color blanco crema, miden 0.25 mm de
longitud (Mau y Martín, 1991).
Larva. Las larvas son ápodas y de color amarillo, miden de 2 a 4 mm de longitud y
0.5 mm de ancho cuando están completamente desarrolladas (Figura 7) (King y
Saunders, 1984).
Pupa. La pupa es de color amarillo anaranjado, tornándose a café amarillento en
su etapa más avanzada, de forma ovalada, estrechándose al final y distintamente
segmentada (Mau y Martín, 1991).
Adulto. El adulto es una mosca pequeña de unos 2 mm de longitud, de color
negro con manchas amarillas en el escutelo y en la parte de las patas y abdomen
(Figura 8) (Pacheco, 1985).
Biología, hábitos y daños
Las mosquitas insertan sus huevecillos en las hojas tan pronto como se efectúe el
trasplante; las larvitas al nacer minan las hojas formando galerías sinuosas, al final
de las cuales salen y se transforman en pupa en la base del tallo.
El daño principal es ocasionado por las larvas, que forman minas y galerías al
alimentarse y desarrollarse dentro de la hoja. En infestaciones fuertes, la planta
toma una coloración blanquizca y detiene su desarrollo normal, las infestaciones
severas pueden ocasionar la defoliación de la planta con la consecuente reducción
en el rendimiento y el tamaño de los frutos y finalmente quemaduras de la fruta por
el sol. Los adultos también pueden causar daño al ovipositar y alimentarse, lo que
se manifiesta en diminutas picaduras sobre la superficie de la hoja, que sirven de
entrada a bacterias y hongos (Pacheco, 1985; Mau y Martín, 1991).
ACARO BLANCO Polyphagotarsonemus latus
Orden: ACARINA Familia: TARSONEMIDAE
Importancia económica
El ácaro blanco, también conocido con el nombre de ácaro tropical o ácaro
amarillo de “T” y en la región como “gacho”, ha incrementado considerablemente
su población a partir de 1996 en la Planicie Huasteca, por lo que se le considera
como una nueva plaga ya que ha ocasionado pérdidas económicas al chile,
aunque también puede afectar otros cultivos. Su importancia se debe al daño que
ocasionan las ninfas y adultos al succionar la savia de las hojas, tallos, botones,
flores y frutos, lo cual afecta las células y la epidermis (Garza, 2000).

Descripción morfológica
Ninfas. Las ninfas miden alrededor de 0.1 mm de longitud, presentan forma de
pera y tienen tres pares de patas; recién emergidas son translúcidas y después
cambian a un color blanquizco debido a diminutas aristas de este color que tienen
en la cutícula (Hill, 1983).
Pupa. La pupa es de color claro y de forma puntiaguda en los extremos, en ambos
sexos son similares en apariencia, sólo se diferencian por el cuarto par de patas;
en los machos son grandes y gruesas y en las hembras son pequeñas y delgadas
como un pelo (Lavoipierre, 1940).
Adulto. Los adultos tienen forma oval, pero ligeramente más anchos en la parte
frontal; son muy pequeños, casi microscópicos, difíciles de ver sin lupa, las
hembras miden de 0.15 a 0.2 mm de longitud y los machos son ligeramente más
chicos y anchos. Son de color ámbar o verde amarillento translúcido (Figura 9), las
hembras presentan una línea blanca muy fina que corre longitudinalmente por
todo el cuerpo y en la parte posterior se bifurca cerca del final. Tienen cuatro pares
de patas, y en las hembras el último par es muy reducido y finaliza en un pelo
largo, mientras que en los machos son grandes y gruesas y terminan en una fuerte
uña (Brown y Jones, 1983).
Biología, hábitos y daños
La hembra deposita de 30 a 70 huevecillos en forma individual en el envés de las
hojas tiernas durante un periodo de ocho a trece días. Las hembras que no se
aparearon ponen huevos que dan origen a machos, mientras que las que se
aparearon generalmente producen una progenie en una proporción de cuatro
hembras por cada macho (Hill, 1983).
Las ninfas nacen en dos ó tres días y emergen listas para alimentarse en el envés
de las hojas, tienen movimientos lentos y presentan poca dispersión. Después de
uno a tres días las ninfas pasan a un estado de reposo llamado “pupa” el cual dura
un día; las pupas hembras son muy atractivas para los machos adultos, los cuales
las recolectan con sus grandes patas posteriores y las colocan arriba de ellos en
un ángulo recto con su cuerpo formando una” T” y las transportan al follaje tierno.
Las pupas que van a dar origen a machos generalmente no son movidas, pero
después de que emergen como adultos emigran a las hojas nuevas en crecimiento
acarreando una pupa hembra (Hill, 1983).
Los machos y las hembras son muy activos y son los primeros los que más
influyen en la dispersión de la población en su frenesí por transportar las pupas
hembra a las hojas tiernas. En cuanto las hembras adultas emergen de la pupa los
machos las copulan inmediatamente. Los machos viven de cinco a nueve días y
las hembras de ocho a trece; bajo condiciones de laboratorio las hembras adultas
tienen un periodo de preoviposición de un día y el ciclo biológico desde huevo a
hembra ovipositados tiene una duración de cinco a ocho días (Jones y Brown,
1983).
Los adultos y las ninfas se alimentan de la savia que succionan en el envés de las
hojas en desarrollo, al picar las células de las plantas y succionarla cuando brota
lentamente de la herida (Waterhouse y Norris, 1987). Esto ocasiona daños a la
planta ya que existe una reducción de la fotosíntesis y la inestabilidad del potencial
hídrico; además, las hojas se corrugan y se forma en el envés un tejido corchoso
de color café entre las nervaduras principales. Las plantas atacadas presentan las
hojas enrolladas hacia abajo, dando la apariencia de una “cuchara invertida”
(Black, et al, 1993; King y Saunders 1984).
El crecimiento de las hojas jóvenes se reduce por lo que estas quedan angostas o
filiformes (Figura 10). Las hojas afectadas adquieren una apariencia bronceada,
particularmente en el envés y se vuelven gruesas y quebradizas. Con altas
infestaciones de ácaros el meristemo apical se muere, los frutos quedan deformes
y adquieren una apariencia corchosa de color castaño. Es importante señalar que
el ácaro blanco no es vector de enfermedades virales (Waterhouse y Norris, 1987;
Higa y Namba, 1970).

ARAÑA ROJA Tetranychus urticae


Orden: ACARINA Familia: TETRANIQUIDAE
Importancia económica
La importancia de esta plaga se ha incrementado en los últimos años como
consecuencia de una mayor intensificación de los cultivos, un aumento de la
fertilización nitrogenada y sobre todo por el empleo indiscriminado de productos
fitosanitarios (Jeppson et al, 1975). Es una plaga polífaga, se desarrolla sobre más
de 150 especies cultivadas (Nuñez et al 1996). Su importancia se debe al daño
que ocasionan las ninfas y adultos en el envés de las hojas al succionar la savia.
Descripción morfológica
Huevo. Los huevecillos tienen el corión liso, son esféricos y de color blanquecino,
ámbar o anaranjado, tornándose amarillentos en el momento de la eclosión
(García, et al, 1994).
Larvas y ninfas. Las larvas son redondeadas, con tres pares de patas. Las ninfas
son bastante parecidas a los adultos, ya que poseen cuatro pares de patas, con
un color amarillento en el que resaltan los puntos rojos de los ojos y unas
manchas oscuras laterales (Nuñez et al 1996).

Adulto. La hembra adulta tiene forma elíptica, con un tamaño de 0.5 a 0.6 mm de
longitud, son más oscuras y de mayor tamaño que los machos. El cuerpo de los
machos es fusiforme, con patas muy largas, lo que les permite tener más rapidez
en sus movimientos (Figura 11) (Nuñez et al 1996).
Biología, hábitos y daños
El ciclo completo de la araña roja comprende cinco estados de desarrollo: huevo,
larva, protoninfa, deutoninfa y adulto. La reproducción es sexual, sin embargo,
puede darse partenogénesis de tipo telitóquico, es decir, los huevos no
fecundados dan lugar a hembras.
La hembra pone más de 100 huevos durante los 22 a 28 días que dura su vida; la
vida del macho es aproximadamente la mitad que la de la hembra y presentan una
relación entre machos y hembras de 1 a 3. El desarrollo del ciclo biológico es muy
rápido, de huevo a adulto tarda de 10 a 15 días a 25oC y 80% de humedad
relativa.
La araña roja coloniza sobre todo las hojas jóvenes, aunque en caso de ataques
graves se encuentra distribuida sobre las hojas de toda la planta, donde teje capas
de seda, creando un microclima que la protege de la deshidratación y de los
ataques de sus depredadores (Núñez et al 1996).
Los daños son ocasionados por las picaduras de los adultos, larvas y ninfas al
alimentarse. Al clavar los estiletes absorben los jugos celulares y vacían las
células de su contenido, el tejido afectado toma una coloración amarillenta, que se
torna marrón con el paso del tiempo (Figura 12). Las colonias de araña roja se
localizan en el envés de las hojas, apareciendo en el haz zonas enrojecidas o
amarillentas en hojas grandes o abombadas en hojas en crecimiento. En ataques
fuertes, todos los órganos de la planta se ven afectados, se detiene el crecimiento
y la planta es cubierta con densas telas (Lacasa, 1990).
GUSANO SOLDADO Spodoptera exigua
Orden: LEPIDOPTERA
Familia: NOCTUIDAE
Importancia económica
Las poblaciones de este insecto se han incrementado en los últimos años en la
Planicie Huasteca, ya que, en forma adicional al chile, se reproduce en
algodonero, cebolla, jitomate y soya; además, debido a la presión de selección con
insecticidas a que ha estado sometido en los diferentes cultivos, ha desarrollado
resistencia a la mayoría de los insecticidas convencionales. Su importancia en el
cultivo de chile se debe al daño que ocasionan las larvas en el follaje y al
mordisquear los frutos, los cuales quedan inutilizados para la comercialización.

Descripción morfológica
Huevo. Los huevecillos se encuentran en masas de 50 a 150 sobre las hojas y
están cubiertos con escamas de color gris del abdomen de la hembra (Oliver y
Chapin, 1981).
Larva. Las larvas chicas son de color verde claro con la cabeza negra y las
grandes son de color verde oscuro en diversas tonalidades, con bandas claras a lo
largo del cuerpo, alcanzan un tamaño de 2.5 cm de largo (Figura 13) (Bohmfalk et
al., 1982).
Pupa. La pupa es de color café brillante, se le encuentra en el suelo a una
profundidad de 1.0 cm, dentro de una celda elaborada con partículas de tierra
(Oliver y Chapin, 1981).
Adulto. El adulto es una palomilla de color café grisáceo y brillante, mide 2.5 cm
con las alas extendidas. Las alas anteriores son de color café grisáceo, con líneas
café oscuro y escamas blancas, con una mancha redonda color crema con el
centro anaranjado; las alas posteriores son blancas con las venas y el margen
color café (Figura 14) (Oliver y Chapin, 1981).
Biología, hábitos y daños
La hembra deposita los huevecillos en grupos cubriéndolos con escamas de su
cuerpo, lo que limita la acción de los parasitoides. El primer instar se alimenta en
grupos por debajo de una telaraña de seda en el envés de las hojas que quedan
esqueleto izadas; el siguiente hace perforaciones irregulares en el follaje y hasta el
tercer o cuarto se alimentan de los frutos. La larva pasa por 5 o 6 ínstares, para
después dirigirse al suelo donde se convierte en pupa, de la cual emergen los
adultos para completar el ciclo, en aproximadamente 30 días. El daño en el fruto
consiste en mordiscos superficiales que se secan al madurar, en ocasiones las
larvas recién emergidas penetran el fruto y ocasionan una lesión similar a la
causada por el gusano del fruto (King y Saunders, 1984; Oliver y Chapin, 1981).

GUSANO DEL FRUTO Heliothis zea y H. virescens


Orden: LEPIDOPTERA
Familia: NOCTUIDAE
Importancia económica
Las larvas de estas dos especies son plagas de importancia del chile, ya que
dañan a los frutos desde la formación hasta su maduración; una vez afectados se
pudren a consecuencia de la penetración de hongos, bacterias e insectos
quedando inutilizados para el mercado (Pacheco, 1985).

Descripción morfológica
Huevo. Los huevecillos son de forma esférica con la base aplanada, presentan
de 22 a 24 estrías perpendiculares, muy bien definidas, recién ovipositados son de
color blanco cremoso y aproximadamente a las 24 horas se observa una franja de
color café oscuro alrededor del huevo (Figura 15) (Peterson, 1964).
Larva. Las larvas de estas especies son muy similares y solo se pueden
diferenciar con la ayuda de un microscopio; son de colores muy variados, con
bandas longitudinales y usualmente con puntitos negros (Figura 16). Las larvas de
H. virescens tienen espínulas microscópicas en los pináculos cerdígeros I y II en el
1º, 2º y 8º segmentos abdominales y la mandíbula tiene en la parte interna un
retináculo de color oscuro en forma de peine, no así en H. zea (Oliver y Chapin,
1981).
Pupa. La pupa es de color café brillante, mide 16 mm de longitud y se le
encuentra en el suelo dentro de una celda a una profundidad de 3 a 8 centímetros
(King y Saunders, 1984).
Adulto. Los adultos de estas dos especies son palomillas muy diferentes, H. zea
es un poco más grande, mide 2.5 cm de largo, de color amarillo ocre con una
manchita no bien definida en el centro de las alas anteriores (Figura 17); H.
virescens mide unos 2 cm, es de color amarillo verdoso (Figura 18), con tres
bandas oblicuas en las alas anteriores (Pacheco 1985).
Biología, hábitos y daños
La hembra deposita los huevecillos en forma individual en las hojas del tercio
superior. Cuando hay frutos en la planta la larva al emerger inmediatamente
penetra el fruto, son de hábitos canibalísticos, por lo que solo se encuentra una
larva por fruto. Estas pasan por seis instares larvarios alcanzando un tamaño de 4
cm, generalmente el estado larvario lo completan en varios frutos; después se
dirigen al suelo y se transforman en pupa. De esta emerge el adulto para repetir el
ciclo, el cual se completa en aproximadamente un mes a temperaturas de 23 a
30ºC (Morón y Terrón, 1988).
Dada la diversidad de cultivos que hay en la región en los que estas especies
pueden reproducirse, se presentan varias generaciones al año. Los frutos dañados
por este insecto se caracterizan porque muestran un aspecto aguanoso con gran
cantidad de residuos fecales, posteriormente esos frutos son afectados por
organismos secundarios que causan su pudrición.

SITUACION ACTUAL DEL CONTROL DE PLAGAS


El control de las plagas del chile va dependido principalmente del uso de
insecticidas órgano sintéticos, lo que ocasiona el fenómeno de la resistencia
debido a la alta presión de selección ocasionada por un mayor número de
aplicaciones, al uso de mezclas de insecticidas y por el incremento de las dosis
iniciales efectivas; además todo esto causa problemas de: residuos tóxicos en las
cosechas, eliminación de la fauna benéfica, incremento de los costos de
producción y contaminación ambiental.
ESTRATEGIA DEL MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS
Control cultural
Selección del sitio de siembra. La siembra se deberá realizar en áreas que no
tengan huertas abandonadas de chile y jitomate, ni cerca de lotes con soya y
algodón, ya que en las primeras se reproducen los virus y en ambas las plagas, de
ahí se dispersan a las nuevas plantaciones. Seleccionar lotes con buena fertilidad
y sin problemas de drenaje, con una pendiente mínima del 0.25%, con la finalidad
de evitar encharcamientos que estresan y debilitan a las plantas, las cuales son
más susceptibles a las plagas y a los geminivirus.
Fecha de siembra. La siembra de chile se debe realizar del 15 de junio al 31 de
julio, período en el que se obtienen los máximos rendimientos y se tiene la menor
incidencia de plagas. Se sugiere proteger los almácigos o producir la planta en
invernaderos para que lleguen al campo libres de virus y no realizar siembras
escalonadas que favorezcan la reproducción del inóculo y de las plagas.
Control de maleza. El control de maleza y de hospederos alternos de las plagas y
de los virus en la huerta, en los alrededores y la eliminación de plantas virosas del
cultivo ayudan a reducir el inoculo y la incidencia de las plagas. Cuando los
cultivos hospedantes de la mosquita blanca, pulgón y minador de la hoja no están
presentes en el campo, estas plagas se encuentra en una variedad de plantas,
principalmente maleza de hoja ancha, que les sirven como reservorio.
Fertilización. La fertilización con la fórmula 180-90- 90 y el manejo óptimo de la
humedad del cultivo hace más tolerantes a las plantas al ataque de virus y de las
plagas que afectan este cultivo.
Rotación de cultivos. La rotación con cultivos que no son afectados por las
plagas del chile y en los cuales no se reproducen los virus, como es el caso del
maíz y sorgo, ayuda a reducir la fuente de inóculo y la incidencia de plagas y
enfermedades.
Destrucción de residuos del cultivo. Se sugiere destruir los residuos de plantas
inmediatamente después del último corte mediante métodos de labranza, con la
finalidad de impedir el incremento de las poblaciones de plagas y la fuente de
inóculo de virus.
Control biológico
Liberación de fauna benéfica. Para reducir la incidencia y los daños ocasionados
por los gusanos: del fruto, soldado y del cuerno, es necesario efectuar liberaciones
de 30 mil avispitas Trichogramma pretiosum por hectárea (12 pulgadas cuadradas)
con intervalos semanales, desde el trasplanté hasta finales del ciclo. Para lograr
un buen control, la distribución de las avispitas debe ser lo más uniforme posible
en un mínimo de cuatro puntos por hectárea, colocándolas sobre estacas, a las
cuales se les untará periódicamente un anillo de 2 a 3 cm de grasa automotriz,
para evitar que sean consumidas por la hormiga Solenopsis molesta.
Conservación de fauna benéfica. En la estrategia de manejo integrado de
plagas (MIP), se deben tener las precauciones necesarias para conservar la fauna
benéfica que se presenta de manera natural en la región, ya que la mayoría de los
insecticidas afectan las poblaciones de estos insectos, por lo que solamente
deberán utilizarse productos autorizados, con buena efectividad y selectivos en el
control de la plaga, los cuales se mencionan en el apartado de control químico.
Aplicación de insecticidas
Dentro de la estrategia del MIP en chile, el control químico se inicia con el
tratamiento de la semilla con el insecticida imidacloprid (Gaucho) en dosis de 49
gramos de ingrediente activo (g I.A.) por kg de semilla. Inmediatamente después
del trasplante realizar una aplicación dirigida al cuello de la planta con este mismo
insecticida, en su presentación Confidor, en dosis de 350 g I.A./ha.
Debido a que este producto es sistémico, es absorbido por las raíces y asciende
con la corriente de savia, protegiendo las plantas contra insectos vectores de virus
por más de 30 y 60 días para la primera y segunda aplicación respectivamente; es
decir, el imidacloprid tiene un efecto prolongado y una vez que los insectos se
alimentan de las plantas tratadas, estos dejan de hacerlo y aunque estén
presentes no causan más daños y poco después mueren.
Por lo anterior, durante 60 días después de la segunda aplicación, no es necesario
complementar el control de insectos vectores de virus como mosquita blanca y
pulgones, ni para plagas secundarias como trips, diabróticas, pulga saltona y
minador de la hoja, ya que en la Planicie Huasteca se han observado incidencias
de virosis y rendimientos muy similares que cuando se complementa el control con
aplicaciones periódicas al follaje con insecticidas convencionales (Cuadro 1), los
cuales son muy tóxicos para la fauna benéfica.
Para el control de mosquita blanca después de este período se sugiere la
aplicación de endosulfán en dosis de 716 g I.A./ha o del hongo Paecilomyces
fumosoroseus en la dosis mencionada en el apartado “uso de entomopatógenos".
Para el barrenillo del chile se determinó que los mejores productos para su control
son Fipronil, Clorpirifós y Oxamil en dosis de 50, 720 y 520 g I.A./ha con
efectividades del 95, 88 y 86% respectivamente.
Para el minador de la hoja los productos más adecuados para su control son
abamectina y cyromacina en dosis de 5.4 y 75 g I.A./ha respectivamente, los
cuales deben ser utilizados en forma alterna para reducir los riesgos inherentes al
desarrollo de la resistencia; estos

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