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Epoca de siembra.
Comprende del 1 de septiembre al 30 de noviembre, tanto para siembra directa
como para trasplante. Sin embargo, desde el punto de vista de rendimiento,
calidad y menores problemas fitosanitarios, las mejores siembras son las de
noviembre.
Variedades
Siembra
La densidad de plantas por hectárea es de 30,000 a 40,000. Es importante hacer
surcos o camas altas sobre ya que el chile es muy vulnerable al exceso de
humedad o inundación, además esta práctica ayuda en la prevención de
enfermedades del suelo como Phytophthora capsici.
Descripción morfológica
Huevo. Los huevecillos son ovalados de color blanco crema, miden 0.25 mm de
longitud (Mau y Martín, 1991).
Larva. Las larvas son ápodas y de color amarillo, miden de 2 a 4 mm de longitud y
0.5 mm de ancho cuando están completamente desarrolladas (Figura 7) (King y
Saunders, 1984).
Pupa. La pupa es de color amarillo anaranjado, tornándose a café amarillento en
su etapa más avanzada, de forma ovalada, estrechándose al final y distintamente
segmentada (Mau y Martín, 1991).
Adulto. El adulto es una mosca pequeña de unos 2 mm de longitud, de color
negro con manchas amarillas en el escutelo y en la parte de las patas y abdomen
(Figura 8) (Pacheco, 1985).
Biología, hábitos y daños
Las mosquitas insertan sus huevecillos en las hojas tan pronto como se efectúe el
trasplante; las larvitas al nacer minan las hojas formando galerías sinuosas, al final
de las cuales salen y se transforman en pupa en la base del tallo.
El daño principal es ocasionado por las larvas, que forman minas y galerías al
alimentarse y desarrollarse dentro de la hoja. En infestaciones fuertes, la planta
toma una coloración blanquizca y detiene su desarrollo normal, las infestaciones
severas pueden ocasionar la defoliación de la planta con la consecuente reducción
en el rendimiento y el tamaño de los frutos y finalmente quemaduras de la fruta por
el sol. Los adultos también pueden causar daño al ovipositar y alimentarse, lo que
se manifiesta en diminutas picaduras sobre la superficie de la hoja, que sirven de
entrada a bacterias y hongos (Pacheco, 1985; Mau y Martín, 1991).
ACARO BLANCO Polyphagotarsonemus latus
Orden: ACARINA Familia: TARSONEMIDAE
Importancia económica
El ácaro blanco, también conocido con el nombre de ácaro tropical o ácaro
amarillo de “T” y en la región como “gacho”, ha incrementado considerablemente
su población a partir de 1996 en la Planicie Huasteca, por lo que se le considera
como una nueva plaga ya que ha ocasionado pérdidas económicas al chile,
aunque también puede afectar otros cultivos. Su importancia se debe al daño que
ocasionan las ninfas y adultos al succionar la savia de las hojas, tallos, botones,
flores y frutos, lo cual afecta las células y la epidermis (Garza, 2000).
Descripción morfológica
Ninfas. Las ninfas miden alrededor de 0.1 mm de longitud, presentan forma de
pera y tienen tres pares de patas; recién emergidas son translúcidas y después
cambian a un color blanquizco debido a diminutas aristas de este color que tienen
en la cutícula (Hill, 1983).
Pupa. La pupa es de color claro y de forma puntiaguda en los extremos, en ambos
sexos son similares en apariencia, sólo se diferencian por el cuarto par de patas;
en los machos son grandes y gruesas y en las hembras son pequeñas y delgadas
como un pelo (Lavoipierre, 1940).
Adulto. Los adultos tienen forma oval, pero ligeramente más anchos en la parte
frontal; son muy pequeños, casi microscópicos, difíciles de ver sin lupa, las
hembras miden de 0.15 a 0.2 mm de longitud y los machos son ligeramente más
chicos y anchos. Son de color ámbar o verde amarillento translúcido (Figura 9), las
hembras presentan una línea blanca muy fina que corre longitudinalmente por
todo el cuerpo y en la parte posterior se bifurca cerca del final. Tienen cuatro pares
de patas, y en las hembras el último par es muy reducido y finaliza en un pelo
largo, mientras que en los machos son grandes y gruesas y terminan en una fuerte
uña (Brown y Jones, 1983).
Biología, hábitos y daños
La hembra deposita de 30 a 70 huevecillos en forma individual en el envés de las
hojas tiernas durante un periodo de ocho a trece días. Las hembras que no se
aparearon ponen huevos que dan origen a machos, mientras que las que se
aparearon generalmente producen una progenie en una proporción de cuatro
hembras por cada macho (Hill, 1983).
Las ninfas nacen en dos ó tres días y emergen listas para alimentarse en el envés
de las hojas, tienen movimientos lentos y presentan poca dispersión. Después de
uno a tres días las ninfas pasan a un estado de reposo llamado “pupa” el cual dura
un día; las pupas hembras son muy atractivas para los machos adultos, los cuales
las recolectan con sus grandes patas posteriores y las colocan arriba de ellos en
un ángulo recto con su cuerpo formando una” T” y las transportan al follaje tierno.
Las pupas que van a dar origen a machos generalmente no son movidas, pero
después de que emergen como adultos emigran a las hojas nuevas en crecimiento
acarreando una pupa hembra (Hill, 1983).
Los machos y las hembras son muy activos y son los primeros los que más
influyen en la dispersión de la población en su frenesí por transportar las pupas
hembra a las hojas tiernas. En cuanto las hembras adultas emergen de la pupa los
machos las copulan inmediatamente. Los machos viven de cinco a nueve días y
las hembras de ocho a trece; bajo condiciones de laboratorio las hembras adultas
tienen un periodo de preoviposición de un día y el ciclo biológico desde huevo a
hembra ovipositados tiene una duración de cinco a ocho días (Jones y Brown,
1983).
Los adultos y las ninfas se alimentan de la savia que succionan en el envés de las
hojas en desarrollo, al picar las células de las plantas y succionarla cuando brota
lentamente de la herida (Waterhouse y Norris, 1987). Esto ocasiona daños a la
planta ya que existe una reducción de la fotosíntesis y la inestabilidad del potencial
hídrico; además, las hojas se corrugan y se forma en el envés un tejido corchoso
de color café entre las nervaduras principales. Las plantas atacadas presentan las
hojas enrolladas hacia abajo, dando la apariencia de una “cuchara invertida”
(Black, et al, 1993; King y Saunders 1984).
El crecimiento de las hojas jóvenes se reduce por lo que estas quedan angostas o
filiformes (Figura 10). Las hojas afectadas adquieren una apariencia bronceada,
particularmente en el envés y se vuelven gruesas y quebradizas. Con altas
infestaciones de ácaros el meristemo apical se muere, los frutos quedan deformes
y adquieren una apariencia corchosa de color castaño. Es importante señalar que
el ácaro blanco no es vector de enfermedades virales (Waterhouse y Norris, 1987;
Higa y Namba, 1970).
Adulto. La hembra adulta tiene forma elíptica, con un tamaño de 0.5 a 0.6 mm de
longitud, son más oscuras y de mayor tamaño que los machos. El cuerpo de los
machos es fusiforme, con patas muy largas, lo que les permite tener más rapidez
en sus movimientos (Figura 11) (Nuñez et al 1996).
Biología, hábitos y daños
El ciclo completo de la araña roja comprende cinco estados de desarrollo: huevo,
larva, protoninfa, deutoninfa y adulto. La reproducción es sexual, sin embargo,
puede darse partenogénesis de tipo telitóquico, es decir, los huevos no
fecundados dan lugar a hembras.
La hembra pone más de 100 huevos durante los 22 a 28 días que dura su vida; la
vida del macho es aproximadamente la mitad que la de la hembra y presentan una
relación entre machos y hembras de 1 a 3. El desarrollo del ciclo biológico es muy
rápido, de huevo a adulto tarda de 10 a 15 días a 25oC y 80% de humedad
relativa.
La araña roja coloniza sobre todo las hojas jóvenes, aunque en caso de ataques
graves se encuentra distribuida sobre las hojas de toda la planta, donde teje capas
de seda, creando un microclima que la protege de la deshidratación y de los
ataques de sus depredadores (Núñez et al 1996).
Los daños son ocasionados por las picaduras de los adultos, larvas y ninfas al
alimentarse. Al clavar los estiletes absorben los jugos celulares y vacían las
células de su contenido, el tejido afectado toma una coloración amarillenta, que se
torna marrón con el paso del tiempo (Figura 12). Las colonias de araña roja se
localizan en el envés de las hojas, apareciendo en el haz zonas enrojecidas o
amarillentas en hojas grandes o abombadas en hojas en crecimiento. En ataques
fuertes, todos los órganos de la planta se ven afectados, se detiene el crecimiento
y la planta es cubierta con densas telas (Lacasa, 1990).
GUSANO SOLDADO Spodoptera exigua
Orden: LEPIDOPTERA
Familia: NOCTUIDAE
Importancia económica
Las poblaciones de este insecto se han incrementado en los últimos años en la
Planicie Huasteca, ya que, en forma adicional al chile, se reproduce en
algodonero, cebolla, jitomate y soya; además, debido a la presión de selección con
insecticidas a que ha estado sometido en los diferentes cultivos, ha desarrollado
resistencia a la mayoría de los insecticidas convencionales. Su importancia en el
cultivo de chile se debe al daño que ocasionan las larvas en el follaje y al
mordisquear los frutos, los cuales quedan inutilizados para la comercialización.
Descripción morfológica
Huevo. Los huevecillos se encuentran en masas de 50 a 150 sobre las hojas y
están cubiertos con escamas de color gris del abdomen de la hembra (Oliver y
Chapin, 1981).
Larva. Las larvas chicas son de color verde claro con la cabeza negra y las
grandes son de color verde oscuro en diversas tonalidades, con bandas claras a lo
largo del cuerpo, alcanzan un tamaño de 2.5 cm de largo (Figura 13) (Bohmfalk et
al., 1982).
Pupa. La pupa es de color café brillante, se le encuentra en el suelo a una
profundidad de 1.0 cm, dentro de una celda elaborada con partículas de tierra
(Oliver y Chapin, 1981).
Adulto. El adulto es una palomilla de color café grisáceo y brillante, mide 2.5 cm
con las alas extendidas. Las alas anteriores son de color café grisáceo, con líneas
café oscuro y escamas blancas, con una mancha redonda color crema con el
centro anaranjado; las alas posteriores son blancas con las venas y el margen
color café (Figura 14) (Oliver y Chapin, 1981).
Biología, hábitos y daños
La hembra deposita los huevecillos en grupos cubriéndolos con escamas de su
cuerpo, lo que limita la acción de los parasitoides. El primer instar se alimenta en
grupos por debajo de una telaraña de seda en el envés de las hojas que quedan
esqueleto izadas; el siguiente hace perforaciones irregulares en el follaje y hasta el
tercer o cuarto se alimentan de los frutos. La larva pasa por 5 o 6 ínstares, para
después dirigirse al suelo donde se convierte en pupa, de la cual emergen los
adultos para completar el ciclo, en aproximadamente 30 días. El daño en el fruto
consiste en mordiscos superficiales que se secan al madurar, en ocasiones las
larvas recién emergidas penetran el fruto y ocasionan una lesión similar a la
causada por el gusano del fruto (King y Saunders, 1984; Oliver y Chapin, 1981).
Descripción morfológica
Huevo. Los huevecillos son de forma esférica con la base aplanada, presentan
de 22 a 24 estrías perpendiculares, muy bien definidas, recién ovipositados son de
color blanco cremoso y aproximadamente a las 24 horas se observa una franja de
color café oscuro alrededor del huevo (Figura 15) (Peterson, 1964).
Larva. Las larvas de estas especies son muy similares y solo se pueden
diferenciar con la ayuda de un microscopio; son de colores muy variados, con
bandas longitudinales y usualmente con puntitos negros (Figura 16). Las larvas de
H. virescens tienen espínulas microscópicas en los pináculos cerdígeros I y II en el
1º, 2º y 8º segmentos abdominales y la mandíbula tiene en la parte interna un
retináculo de color oscuro en forma de peine, no así en H. zea (Oliver y Chapin,
1981).
Pupa. La pupa es de color café brillante, mide 16 mm de longitud y se le
encuentra en el suelo dentro de una celda a una profundidad de 3 a 8 centímetros
(King y Saunders, 1984).
Adulto. Los adultos de estas dos especies son palomillas muy diferentes, H. zea
es un poco más grande, mide 2.5 cm de largo, de color amarillo ocre con una
manchita no bien definida en el centro de las alas anteriores (Figura 17); H.
virescens mide unos 2 cm, es de color amarillo verdoso (Figura 18), con tres
bandas oblicuas en las alas anteriores (Pacheco 1985).
Biología, hábitos y daños
La hembra deposita los huevecillos en forma individual en las hojas del tercio
superior. Cuando hay frutos en la planta la larva al emerger inmediatamente
penetra el fruto, son de hábitos canibalísticos, por lo que solo se encuentra una
larva por fruto. Estas pasan por seis instares larvarios alcanzando un tamaño de 4
cm, generalmente el estado larvario lo completan en varios frutos; después se
dirigen al suelo y se transforman en pupa. De esta emerge el adulto para repetir el
ciclo, el cual se completa en aproximadamente un mes a temperaturas de 23 a
30ºC (Morón y Terrón, 1988).
Dada la diversidad de cultivos que hay en la región en los que estas especies
pueden reproducirse, se presentan varias generaciones al año. Los frutos dañados
por este insecto se caracterizan porque muestran un aspecto aguanoso con gran
cantidad de residuos fecales, posteriormente esos frutos son afectados por
organismos secundarios que causan su pudrición.