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ARTICULO: CONTRALORÍA SOCIAL Y PROTECCIÓN DE PROGRAMAS

SOCIALES

La contraloría social, tuvo su origen a partir del 5 de febrero de 1991,


debido a las protestas a las vigilancias y programas de solidaridad. La
misma, fue inscrita en el proyecto de modernización y reforma del Estado,
enfatizándose en el cambio entre la relación de gobierno y sociedad,
dándole mayores espacios para la participación ciudadana. La misma, fue
definida como una nueva forma de control administrativo ejercida por los
ciudadanos sobre la actuación de aquellos actores sociales que tienen la
responsabilidad del quehacer gubernamental. Por tal razón, se trata de una
forma avanzada de ejercer la participación ciudadana en tareas de vigilancia
y fiscalización de los recursos públicos y de la manera como se desempeñan
los funcionarios al servicio del Estado. (Vásquez, 1994, p.74-75).

En Latinoamérica, los problemas de pobreza, desigualdad e


inseguridad, junto con la continua aparición de la corrupción, el clientelismo,
las reformas estructurales de los estados, han conllevado al debilitamiento en
la capacidad democrática para solventar los problemas que afectan a las
mayorías. (PNUD, 2004).

Sin embargo, diferentes basamentos teóricos, infieren en que, para


solucionar estos problemas, debe haber una integración de actores sociales
y económicos con la finalidad de combatir la corrupción y modificar la
relación entre el poder, sociedad y Estado. Entonces, uno de los
mecanismos acordes es la contraloría social, cuyo objetivo es la de
garantizar la transparencia en la ejecución de programas y políticas sociales
del gobierno. Asimismo, tiene su finalidad en la vigilancia y supervisión del
buen uso que se haga de los recursos públicos, que los mismos sean
utilizados en los diferentes programas sociales.
Ahora bien, es fundamental la participación ciudadana y la rendición de
cuentas para fortalecer la democracia. Los ciudadanos organizados, pueden
participar en la planeación, seguimiento y evaluación de programas para
coadyuvar en la detención de irregularidades en las políticas sociales
implementadas por los gobiernos.

Por su parte, la protección de programas sociales se enfoca en


garantizar la implementación correcta de los mismos, protegiéndolos de
posibles irregularidades y corrupción. Algunas de las actividades que se
llevan a cabo incluyen la revisión y monitoreo de los programas sociales para
asegurarse de que se estén distribuyendo de manera justa, transparente y
eficiente, así como la promoción de la participación ciudadana a través de
mecanismos como la contraloría social.

En México, el sistema nacional de protección social en salud, cuenta


con instancias de contraloría social, como el comité de contraloría social,
integrado por ciudadanos que participan en la supervisión y seguimiento del
uso de los recursos destinados a la atención médica. Asimismo, se puede
enfocar la participación ciudadana como un tipo de acción política donde se
expresa la intervención directa de los agentes sociales en las actividades
públicas. Cerril, (1997, p.74). De igual manera, Zicardi, la plantea como una
forma de inclusión de la ciudadanía en los procesos decisorios con referencia
a determinadas temáticas.

Con respecto a lo anterior, la contraloría social se diferencia de otras


maneras de participación ciudadana bajo dos aspectos. En primer lugar, en
lo político, dado que se orienta primordialmente al control, vigilancia y
evaluación de acciones y programas gubernamentales. El segundo aspecto,
son las acciones institucionales conformadas por normas, leyes,
reglamentos, por ello, es que se diferencian de otras acciones de
participación que se enfocan en controlar a las autoridades con medios no
institucionalizados como, por ejemplo: los plantones o toma de oficinas
públicas.

Asimismo, la contraloría es un tipo de rendición de cuentas de tipo


vertical, es decir, tiene relación con los controles que ejerce la sociedad en
las acciones estatales, porque quienes controlan las acciones del gobierno y
el desempeño de los funcionarios son los ciudadanos. Pero, son mucho los
mecanismos y actividades de control caracterizados como instituciones del
Estado, que aseguran la participación ciudadana en las instancias de
decisión.

La contraloría social, está organizada en dos vertientes: atención


ciudadana de quejas, sugerencias y recomendaciones y otra colectiva,
referente a la creación de comités colectivos de vigilancia de obras y
servicios. Con referencia al marco legal, la participación ciudadana se
caracteriza por tener a la mano diversos mecanismos legales en el ámbito
nacional e internacional, basado en los siguientes derechos.

El derecho de la información: Art 6, organizado en el ámbito federal y en


29 estados mexicanos a través de leyes de acceso a la información.

Derecho de petición: Art. 8 constitucional, donde se garantiza la


existencia de reglas de operación en programas federales que definen
mecanismos de atención y recepción de quejas y denuncias.

Derecho a participar en la planeación, art. 26 constitucional, reconocido


por medio de cuerpos legales como la creación del plan nacional de
desarrollo en los planes estatales, en los consejos de desarrollo y en la
planeación municipal.
Derecho a la asociación: Art. 9 constitucional, donde se garantiza las
disposiciones legales, a través de la LFFAROSC, que regula la creación,
financiamiento y actividades de la misma.

En resumen, dentro de la legislación mexicana, se encuentran una serie


de derechos que garantizan la participación ciudadana, en el control y
decisión de los recursos públicos para garantizar las acciones de la
contraloría social, asimismo, tanto las leyes generales, la constitución, los
acuerdos internacionales, las normativas pertinentes, el fortalecimiento de
mecanismos de control y vigilancia donde haya la participación ciudadana y
de las organizaciones.

Por otro lado, dentro de las formas y tipos de contraloría es preciso que
se determine quien controla, el objeto del control, como se controla, las
bases jurídicas que presenta el control, la periocidad para finalmente
identificar el tipo de contraloría social. Dentro de las formas y tipos existen:

Sistema de atención ciudadana: Es la más común, aquí los


beneficiarios de un programa, pueden presentar quejas, denuncias ante las
instancias pertinentes y controlar que el programa se lleve a cabo de acuerdo
a las reglas de operatividad.

Control colectivo: Es la creación de un órgano específico de control,


donde hay la participación de beneficiarios directos sea de obra o servicio,
ejemplo, beneficiarios de desayunos escolares, obras civiles como la
construcción de un parque o pavimentación de una carretera. Pueden
organizarse en un comité de vigilancia, donde los funcionarios cumplan
cabalmente su labor, que las obras o servicios sean ejecutadas según lo
establecido.
Órganos colegidos: Son representantes de organizaciones sociales o
civiles que participan con voz y voto, revisando todos los procesos
administrativos.

El control social y la protección de los programas sociales son dos


conceptos interconectados que juegan un papel vital en el mantenimiento de
una sociedad saludable. El primero, se refiere a los diversos mecanismos
que la sociedad utiliza para imponer la conformidad con las normas y valores
sociales. Por otro lado, los programas sociales como el bienestar, la salud y
la educación están diseñados para brindar asistencia y apoyo a las
poblaciones vulnerables.

Por tanto, la contraloría social es un aspecto crucial para proteger los


programas sociales del fraude y el abuso, dado que, están diseñados para
ayudar a las poblaciones menos favorecidas, como los ancianos, los
discapacitados y las familias de bajos ingresos. Desafortunadamente,
algunas personas pueden intentar aprovechar estos programas para
beneficio personal. Por ejemplo, el fraude de asistencia social es un
problema frecuente que puede agotar los recursos de aquellos que
realmente necesitan asistencia. Las medidas de control social, como
auditorías, investigaciones y sanciones por fraude, pueden disuadir a las
personas de abusar de los programas sociales. Al garantizar que solo
aquellos que son elegibles reciban asistencia, las medidas de control social
pueden proteger la integridad de los programas sociales.

Además, la contraloría social también puede garantizar que los


programas sociales se utilicen de manera efectiva. Por ejemplo, en la
industria de la salud, las medidas de control social, como las auditorías
médicas, pueden identificar áreas en las que se están desperdiciando
recursos. Al abordar estas ineficiencias, pueden ayudar a mejorar la calidad
de la atención brindada a los pacientes. De manera similar, las medidas de
control social pueden identificar áreas donde los programas educativos no
satisfacen las necesidades de los estudiantes. Al abordar estas deficiencias,
pueden ayudar a asegurar que las poblaciones vulnerables reciban la
asistencia que necesitan.

La corrupción dentro de los programas sociales puede ocurrir cuando


las personas abusan de sus posiciones de poder para obtener beneficios
personales. Por ejemplo, en algunos casos, los funcionarios del gobierno
pueden apropiarse indebidamente de fondos de programas sociales para
beneficio personal. Por tal razón, la contraloría a través de auditorías e
investigaciones independientes, pueden ayudar a identificar casos de
corrupción y evitar que tales incidentes ocurran en el futuro. Al garantizar que
los programas sociales sean transparentes y responsables, pueden ayudar a
mantener la confianza pública en estos programas.

Dentro de este mismo contexto, la contraloría social presenta límites y


fortalezas importantes, donde sobresale el fortalecimiento de su marco legal
y constituirse como un espacio innovativo de manera constante, aportando
legitimidad y legalidad en el ejercicio. No obstante, sus limitantes, restan
eficiencia que han sido difíciles de superar, refiriéndose estos a la poca
visibilidad, el bajo impacto y falta de coordinación institucional.

Por ello, las instancias de la contraloría social, son muy poco conocida
por la comunidad, porque muchas veces se convierten en un requisito
administrativo para que funcione un programa y no en instancias de
participación o vigilancia, porque muchas veces no reciben la capacitación
suficiente, ni poseen atribuciones que les permita tener controladores
sociales de manera constante.

En conclusión, la contraloría social desempeña un papel vital en la


protección de los programas sociales y en asegurar que los necesitados
reciban la asistencia que requieren. Las medidas efectivas de control social
pueden ayudar a prevenir el fraude y el abuso dentro de los programas
sociales, al mismo tiempo que aseguran que estos programas se utilicen de
manera efectiva. Además, pueden ayudar a prevenir la corrupción y
mantener la transparencia dentro de los programas sociales. Al promover la
equidad, la justicia y la igualdad social, las medidas de control social pueden
ayudar a crear una sociedad más inclusiva y solidaria. Por lo tanto, es
fundamental implementar medidas efectivas de control social para proteger
los programas sociales y promover el bienestar de las poblaciones
vulnerables.

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