Está en la página 1de 2

MISA DE DIFUNTOS

Oración Colecta
Señor y Dios nuestro, fuente de perdón para los pecadores y felicidad de los justos,
concede a tu hijo (a) N… a quien vamos a dar (hoy) cristiana sepultura, formar parte
del número de tus elegidos, y en el día de la resurrección disfrutar de tu presencia
eternamente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo….

Primera Lectura
De la carta de San Pablo a los Romanos 8, 31b-35.37.39
Hermanos: Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? Si Él no se quedó
ni con su propio Hijo, antes bien lo entregó por todos nosotros, ¿no nos concederá con
Él toda clase de gracias? ¿Quién podrá acusar a los elegidos de Dios? Dios es el que
absuelve. ¿Quién se atreverá a condenar? Si Cristo murió, más aún, resucitó, y está a la
derecha de Dios, e intercede por nosotros, ¿Quién podrá separarnos del amor de
Cristo? ¿Las tribulaciones, las angustias, la persecución? ¿El hambre, la desnudez? ¿Los
peligros, la espada? Pero en todo esto obtenemos una amplia victoria gracias a Aquel
que nos ha amado. Porque tengo la certeza de que ni la muerte ni la vida, ni los
ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo futuro; ningún poder creado, ni lo más alto
ni lo más profundo, ni ninguna otra criatura podrá separarnos del amor de Dios
manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor.
Palabra de Dios

Salmo Responsorial
R/. Mi alma está sedienta de ti, Dios mío.
 Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne
tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua. R/
 ¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! Tu gracia
vale más que la vida, te alabarán mis labios. R/
 Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote. Me saciaré como de
manjares exquisitos, y mis labios te alabarán jubilosos. R/
 Porque fuiste mi auxilio, y a la sombra de tus alas canto con júbilo; mi alma está
unida a ti, y tu diestra me sostiene. R/
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Juan
Cuando Jesús llegó a Betania se encontró con que Lázaro estaba sepultado desde
hacía cuatro días. Betania distaba de Jerusalén solo unos tres kilómetros. Muchos
judíos habían ido a dar el pésame a Marta y a María por la muerte de su hermano.
Al enterarse de que Jesús llegaba. Marta salió a su encuentro, mientras María
permanecía en la casa.
Marta le dijo a Jesús: “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría
muerto. Pero yo sé que aún ahora Dios te concederá todo lo que le pidas”. Jesús le
dijo: “Tu hermano resucitará”. Jesús le dijo: “Tu hermano resucitará”.
Marta le respondió: “Sé que resucitará en la resurrección del último día”.
Jesús le dijo: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera
vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?”.
Ella respondió: “Si, Señor. Yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que
debía venir al mundo”.
Palabra del Señor

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Acude, Señor, en ayuda de tu hijo (a) N., por quien te vamos a ofrecer este
sacrificio de reconciliación en el día de su sepultura; y si aún queda él (ella) alguna
mancha, consecuencia del pecado o de la debilidad humana, tu misericordia lo (la)
perdone y lo (la) purifique. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de Difuntos I,
La esperanza de la resurrección en Cristo
En verdad en justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre
y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Jesucristo,
Señor nuestro. En Él brilla la esperanza de nuestra feliz resurrección; y así, aunque
la certeza de morir nos entristece, nos consuela la promesa de la futura
inmortalidad. Porque la vida de los que en ti creemos, Señor, no termina sino que
se transforma; y, al deshacerse nuestra morada terrenal, nos preparas una morada
eterna en el cielo. Por eso, con los Ángeles y los Arcángeles, con los Tronos y las
Dominaciones, y con todos los coros celestiales cantamos sin cesar el himno de tu
gloria: Santo, Santo, Santo….

También podría gustarte