Está en la página 1de 12

VIGILIA:

SANTA MARÍA SIEMPRE VIRGEN ROSA MÍSTICA

Fecha:_____________

ESQUEMA DE LA VIGILIA
I- EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO
5:00 pm A 6:00 pm.
II- SANTA EUCARISTÍA. 6:00 pm.

1. Desplazamiento a la Casa de Oración. 7:00pm


2. ORACIÓN INICIAL: ORACIONES AL PADRE
ETERNO Y DESAGRAVIOS A LA SANTÍSIMA
EUCARISTÍA. Por el pueblo de Dios reunido en la
Hiperdulía.

3. LECTURA BÍBLICA. 1CORINTIOS 11,23-29 ó


Evangelio según San Lucas 1, 26-56
4. SALMO PRIMERO: 51
5. CANTOS DE ALABANZA.
6. SANTO ROSARIO: MISTERIOS DEL DÍA.
7. CANTOS DE ALABANZA.

8. SALMO SEGUNDO: 32
9. CANTOS DE ALABANZA.
10. SANTO ROSARIO: CORONILLA DE LA
MISERICORDIA.
11. CANTOS DE ALABANZA.
12. SALMO TERCERO: 93
13. CANTOS DE ALABANZA.
14. ORACIÓN EN SILENCIO (MEDITACIÓN)
DIRIGE: ROSALBITA (SE LEE EL SALMO 102
MUY DESPACIO)
15. CANTOS DE ALABANZA.

16. PETICIONES A JESÚS SACRAMENTADO Y


MARÍA ROSA MÍSTICA (Cada uno en silencio).
DIRIGE: ROSALBITA.

ORACIÓN Y BENDICIÓN DE CONCLUSIÓN: PBRO.


MANUEL ROLÓN.
ORACIÓN INICIAL

Señor Jesús:

Esta noche vengo ante Ti a darte las gracias porque me has elegido. No soy
yo quien te ha elegido y ha decidido pasar un rato de la noche contigo, sino que
eres tú quien has llamado a lo más profundo de mi corazón para que venga a tu
lado, y por eso estoy aquí.

Hace muchos años, llamaste a un grupo de personas para que viviesen contigo,
y fueron tus amigos, los apóstoles.

A lo largo de la historia has llamado a muchas personas más, unas te han dicho
que sí y han organizado su vida junto a Ti, uniendo su corazón al tuyo, pero otras te
dieron la espalda.

Hoy soy yo quien me siento elegido y llamado por Ti para seguirte. Quiero
responderte afirmativamente y no abandonarte nunca, pero tú me conoces y sabes
que soy débil, que aunque quiero hacer el bien, y muchas veces me comprometo con
ilusión a ir contigo, soy inconstante y olvido mis buenas intenciones.

Te necesito. Necesito estar junto a Ti para ser mejor, por eso quiero
acompañarte en este rato de oración, para pedirte fuerzas y ser feliz.

¡GRACIAS POR TODO, SEÑOR!.


ORACIÓNES A DIOS PADRE.

Padre, en tus manos me pongo. Haz de mí lo que quieras.


Hagas lo que hagas, te lo agradezco.

Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo.


Hágase tu voluntad en mí
y en todas las criaturas.
Esto es todo lo que quiero, Señor.

En tus manos, Señor, encomiendo mi alma.


Te lo agradezco con todo el amor de mi corazón
porque te quiero, Señor.

No puedo menos de ofrecerme a mí mismo,


de entregarme en tus manos,
sin reservas y con ilimitada confianza,
porque tú eres mi Padre.
Amen

DIOS, FORTALEZA DEL QUE SUFRE

Señor, ayúdame a ser un cristiano tan consciente,


que me dé cuenta de mis propias limitaciones;
tan valiente, que no me hunda
ante las inevitables dificultades de la vida;
y tan humilde que llegue a descubrir que sin Ti
nunca sabré llevar mi cruz de cada día

Haz, Señor, que cuando me llegue el dolor o la prueba,


no la mire nunca como un castigo que Tú me envías,
sino como una oportunidad que me brindas
de poderte demostrar
que mi amor es serio
y que soy consecuente con la fe que profeso.

Que el dolor, Señor, me haga cada vez más maduro


como persona y como cristiano;
que me haga más comprensivo con los demás;
que me haga más amable, más tierno, más humano
que cuando el dolor llegue a mi puerta,
lejos de hacerme el mártir
o de tomar actitudes de víctima propiciatoria,
sepa repartir paz y alegría en medio
de los que me rodean. Amén
ORACIÓN SEÑOR DIOS ALTÍSIMO.

Altísimo y Sapientísimo Señor del mundo,


de los cielos y de la tierra, que todo
lo conoces y todo lo gobiernas suave
y fuertemente; excelentísimo Creador
de cielos y tierra, que muestras la
grandeza de tu poder en las cosas
grandes y la perfección de tu gobierno
en las cosas pequeñas; vigilantísimo
Gobernador del universo, sin cuya
anuencia no cae ni un cabello de
nuestra cabeza, ni una hoja de
nuestros árboles; bondadosísimo Dueño,
que vistes de espléndidas galas a las
hierbas del campo y das de comer a las
aves del cielo; amantísimo Padre,
que para que los ricos den su pan a
los pobres, los estimulas con tus palabras,
los amenazas con tus enemistades y les
premias sus caridades con innumerables
favores, unas veces advertidos y otras
inadvertidos: te suplicamos que atiendas
a los ruegos que te dirigimos por medio
de tu siervo San Antonio, para que
tengas providencia de nosotros para
nuestro bien, nos concedas todas las
gracias temporales que nos convengan y,
sobre todo ordenes nuestra vida,
conforme a toda caridad contigo y con
tus pobres, para salvación y santificación
de nuestras almas.

(Padrenuestro, Avemaría y Gloria.)


TÓMAME EN TUS MANOS SEÑOR.

Tómame, Jesús, con todo lo que soy;


con todo lo que tengo y lo que hago,
lo que pienso y lo que vivo.

Tómame en mi espíritu, para que se adhiera a Ti;


en lo más íntimo de mi corazón, para que sólo te ame a Ti.

Tómame, Dios mío, en mis deseos secretos,


para que sena mi sueño y mi fin único,
mi total adhesión y mi plena felicidad.

Tómame con tu bondad, atrayéndome a Ti.


Tómame con tu ternura, acogiéndome en Ti.
Tómame con tu Amor, uniéndome a Ti.
Tómame, mi Salvador, en tu dolor, tu alegría,
tu vida, tu muerte en la Noche de la Cruz,
en el Día inmortal de tu Resurrección.

Tómame con tu poder, elevándome hasta Ti;


tómame con tu ardor, inflamándome de Ti,
tómame con tu grandeza, perdiéndome en Ti,

Tómame para la tarea de tu gran misión,


para una entrega total
a la salvación de mi prójimo
y para cualquier sacrificio al servicio de mis hermanos.

Tómame, oh Cristo, mi Dios y mi todo, sin límites ni fin.


Toma lo que puedo ofrecerte;
no me devuelvas jamás lo que tomaste,
de manera que un día
pueda poseerte a Ti en al abrazo del cielo,
tenerte y permanecer en Ti para siempre.

Amén.
SÚPLICA DEL PECADOR ARREPENTIDO SALMO: 51

Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad,


por tu gran compasión, borra mis faltas!

¡Lávame totalmente de mi culpa


y purifícame de mi pecado!

Porque yo reconozco mis faltas


y mi pecado está siempre ante mí.

Contra ti, contra ti solo pequé


e hice lo que es malo a tus ojos.
Por eso, será justa tu sentencia
y tu juicio será irreprochable;
yo soy culpable desde que nací;
pecador me concibió mi madre.

(Anhelo de renovación interior)

Tú amas la sinceridad del corazón


y me enseñas la sabiduría en mi interior.

Purifícame con el hisopo y quedaré limpio;


lávame, y quedaré más blanco que la nieve.
Anúnciame el gozo y la alegría:
que se alegren los huesos quebrantados.

Aparta tu vista de mis pecados


y borra todas mis culpas.

Crea en mí, Dios mío, un corazón puro,


y renueva la firmeza de mi espíritu.

No me arrojes lejos de tu presencia


ni retires de mí tu santo espíritu.

Devuélveme la alegría de tu salvación,


que tu espíritu generoso me sostenga:
yo enseñaré tu camino a los impíos
y los pecadores volverán a ti.

¡Líbrame de la muerte, Dios, salvador mío,


y mi lengua anunciará tu justicia!
Abre mis labios, Señor,
y mi boca proclamará tu alabanza.

Los sacrificios no te satisfacen;


si ofrezco un holocausto, no lo aceptas:
mi sacrificio es un espíritu contrito,
tú no desprecias el corazón contrito y humillado.

Trata bien a Sión, Señor, por tu bondad;


reconstruye los muros de Jerusalén.

Entonces aceptarás los sacrificios rituales


–las oblaciones y los holocaustos–
y se ofrecerán novillos en tu altar.

LA FELICIDAD DEL QUE HA SIDO PERDONADO POR DIOS


SALMO: 32

(Acción de gracias por el perdón obtenido)

¡Feliz el que ha sido absuelto de su pecado


y liberado de su falta!

¡Feliz el hombre a quien el Señor


no le tiene en cuenta las culpas,
y en cuyo espíritu no hay doblez!

Mientras me quedé callado,


mis huesos se consumían
entre continuos lamentos,
porque de día y de noche
tu mano pesaba sobre mí;
mi savia se secaba por los ardores del verano. Pausa

Pero yo reconocí mi pecado,


no te escondí mi culpa,
pensando: "Confesaré mis faltas al Señor".
¡Y tú perdonaste mi culpa y mi pecado! Pausa

Por eso, que todos tus fieles te supliquen


en el momento de la angustia;
y cuando irrumpan las aguas caudalosas
no llegarán hasta ellos.
Tú eres mi refugio,
tú me libras de los peligros
y me colmas con la alegría de la salvación. Pausa

(Llamado a la reflexión)

Yo te instruiré,
te enseñaré el camino que debes seguir;
con los ojos puestos en ti, seré tu consejero.

No sean irracionales como el caballo y la mula,


cuyo brío hay que contener con el bozal y el freno
para poder acercarse.

¡Cuántos son los tormentos del malvado!


Pero el Señor cubrirá con su amor
al que confía en él.

¡Alégrense en el Señor, regocíjense los justos!


¡Canten jubilosos los rectos de corazón!

EL SEÑOR, REY DE LA CREACIÓN SALMO: 93

¡Reina el Señor, revestido de majestad!


El Señor se ha revestido,
se ha ceñido de poder.

El mundo está firmemente establecido:


¡no se moverá jamás!

Tu trono está firme desde siempre,


tú existes desde la eternidad.

Los ríos hacen resonar sus voces, Señor,


los ríos hacen resonar su fragor.

Pero más fuerte que las aguas impetuosas,


más fuerte que el oleaje del mar,
es el Señor en las alturas.

Tus testimonios, Señor, son dignos de fe,


la santidad embellece tu Casa
a lo largo de los tiempos.
SÚPLICA Y PROMESA DE SALVACIÓN SALMO: 102

Oración del afligido que, en su angustia, derrama su llanto ante el Señor.

(Lamentación de un afligido)

Señor, escucha mi oración


y llegue a ti mi clamor;
no me ocultes tu rostro
en el momento del peligro;
inclina hacia mí tu oído,
respóndeme pronto, cuando te invoco.

Porque mis días se disipan como el humo,


y mis huesos arden como brasas;
mi corazón se seca, marchitado como la hierba,
¡y hasta me olvido de comer mi pan!

Los huesos se me pegan a la piel,


por la violencia de mis gemidos.

Me parezco a una lechuza del desierto,


soy como un búho entre las ruinas;
estoy desvelado, y me lamento
como un pájaro solitario en el tejado;
mis enemigos me insultan sin cesar,
y enfurecidos, me cubren de imprecaciones.

Yo como ceniza en vez de pan


y mezclo mi bebida con lágrimas,
a causa de tu indignación y tu furor,
porque me alzaste en alto y me arrojaste.

Mis días son como sombras que se agrandan,


y me voy secando como la hierba.

Pero tú, Señor, reinas para siempre,


y tu Nombre permanece eternamente.

(Confianza en la restauración de Jerusalén)

Tú te levantarás, te compadecerás de Sión,


porque ya es hora de tenerle piedad,
ya ha llegado el momento señalado:
tus servidores sienten amor por esas piedras
y se compadecen de esas ruinas.

Las naciones temerán tu Nombre, Señor,


y los reyes de la tierra se rendirán ante tu gloria:
cuando el Señor reedifique a Sión
y aparezca glorioso en medio de ella;
cuando acepte la oración del desvalido
y no desprecie su plegaria.

(El futuro glorioso de Israel)

Quede esto escrito para el tiempo futuro


y un pueblo renovado alabe al Señor:
porque él se inclinó desde su alto Santuario
y miró a la tierra desde el cielo,
para escuchar el lamento de los cautivos
y librar a los condenados a muerte.

Los hijos de tus servidores tendrán una morada


y su descendencia estará segura ante ti,
para proclamar en Sión el nombre del Señor
y su alabanza en Jerusalén,
cuando se reúnan los pueblos y los reinos,
y sirvan todos juntos al Señor.

(Reiteración y fundamentación de la súplica)

Mis fuerzas se debilitaron por el camino


y se abreviaron mis días;
pero yo digo: "Dios mío,
no me lleves en la mitad de mi vida,
tú que permaneces para siempre".

En tiempos remotos, fundaste la tierra,


y el cielo es obra de tus manos;
ellos se acaban, y tú permaneces:
se desgastan lo mismo que la ropa,
los cambias como a un vestido, y ellos pasan.
Tú, en cambio, eres siempre el mismo,
y tus años no tienen fin.
ORACIÓN FINAL

Cuando estamos a punto de concluir este rato de oración, cuando vas a volver
al sagrario esperando nuestra presencia y compañía y cuando cada uno de nosotros
vamos a volver a nuestras actividades diarias...
Queremos decirte: Señor, al igual que hace casi dos mil años invitaste a
seguirte a un grupo de personas que se comprometieron contigo y extendieron por
todo el mundo tu mensaje de amor, hoy nosotros queremos continuar su labor.
Queremos dedicar nuestra vida a seguirte y servirte, viviendo y anunciando tu
mensaje.
Aunque sabemos que no va a ser fácil, contamos con tu presencia, ya que te
llevamos en nuestro corazón y queremos que siempre sea así.
Nos comprometemos a no dejar pasar ningún día sin oración, y a llevar tu
mensaje y tu vida a nuestros amigos. ¡Danos fuerza para lograrlo!
¡Gracias, Jesús, por tu presencia y por tu amor!.

CÁNTICO DE MARÍA

Mi alma glorifica al señor, mi dios,


gócese mi espíritu en mi salvador.
él es mi alegría, es mi plenitud.
él es todo para mí.

Ha mirado la bajeza de su sierva,


muy dichosa me dirán todos los pueblos
porque en mí ha hecho grandes maravillas
el que todo puede, cuyo nombre es santo.

Su clemencia se derrama por los siglos,


sobre aquellos que le temen y le aman;
desplegó el gran poder de su derecha,
dispersó a los que piensan que son algo.

Derribó a los potentados de sus tronos,


y ensalzó a los humildes y a los pobres.
Los hambrientos se saciaron de sus bienes,
y alejó de sí, vacíos, a los ricos.

Acogió a Israel, su humilde siervo,


acordándose de su misericordia,
como había prometido a nuestros padres,
a Abrahán y descendencia para siempre.
LECTURA BÍBLICA:

De la primera carta del Santo Apóstol Pablo a los Corintios, Capítulo 11,
Versículos del 23 al 29.

“Porque yo recibí del Señor lo que os he transmitido: que


el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan,
y después de dar gracias, lo partió y dijo: "Este es mi
cuerpo que se da por vosotros; haced esto en recuerdo
mío." Asimismo también la copa después de cenar
diciendo: "Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre.
Cuantas veces la bebiereis, hacedlo en recuerdo mío."
Pues cada vez que coméis este pan y bebéis esta copa,
anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga. Por
tanto, quien coma el pan o beba la copa del Señor
indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del
Señor. Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y
beba de la copa. Pues quien come y bebe sin discernir el
Cuerpo, come y bebe su propio castigo.”

Palabra de DIOS…

Te ALABAMOS SEÑOR.

También podría gustarte