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La fantasía guiada describe una caminata por un sendero natural que conduce a una puerta, representando la entrada al interior de uno mismo. Dentro de la habitación segura y acogedora, se visualiza el miedo como una figura y se observa detenidamente para comprender su mensaje. Mediante la respiración profunda y la visualización de una luz cálida emanando del interior, el miedo se transforma en una energía más suave que se fusiona con uno mismo, reconociendo el poder para enfrentar los miedos.
La fantasía guiada describe una caminata por un sendero natural que conduce a una puerta, representando la entrada al interior de uno mismo. Dentro de la habitación segura y acogedora, se visualiza el miedo como una figura y se observa detenidamente para comprender su mensaje. Mediante la respiración profunda y la visualización de una luz cálida emanando del interior, el miedo se transforma en una energía más suave que se fusiona con uno mismo, reconociendo el poder para enfrentar los miedos.
La fantasía guiada describe una caminata por un sendero natural que conduce a una puerta, representando la entrada al interior de uno mismo. Dentro de la habitación segura y acogedora, se visualiza el miedo como una figura y se observa detenidamente para comprender su mensaje. Mediante la respiración profunda y la visualización de una luz cálida emanando del interior, el miedo se transforma en una energía más suave que se fusiona con uno mismo, reconociendo el poder para enfrentar los miedos.
Imagínate caminando en un hermoso sendero rodeado de naturaleza. Sientes el suave
roce del viento en tu piel y el aroma fresco de las flores que están a tu alrededor. A medida que avanzas, te das cuenta de que hay una puerta frente a ti. Esta puerta es la entrada a tu interior, un lugar donde puedes explorar y trabajar con tus miedos. Abres la puerta y entras en una habitación luminosa y acogedora. Te sientes seguro/a y protegido/a aquí. Observa a tu alrededor y nota los detalles de la habitación. Puede haber elementos que te brinden tranquilidad, como una luz suave o una música relajante. Ahora, enfócate en tu miedo. Visualiza tu miedo como una figura o una imagen que aparece en la habitación. Observa cómo se manifiesta, cuál es su forma y color. No te asustes, recuerda que estás en un espacio seguro. Acércate a tu miedo y obsérvalo detenidamente. ¿Qué te transmite? ¿Cuál es su mensaje para ti? Tómate un momento para escucharlo y comprenderlo. A medida que te sientes más cómodo/a en su presencia, comienza a respirar profundamente y, en cada exhalación, imagina que liberas cualquier tensión o ansiedad relacionada con ese miedo. Siente cómo se disipa gradualmente mientras sigues respirando. Ahora, visualiza una luz brillante y cálida que emana desde tu interior. Esta luz representa tu fortaleza y valentía. Permite que esa luz se expanda y envuelva a tu miedo, transformándolo en una energía más suave y menos amenazante. Siente cómo esa energía transformada de tu miedo se fusiona contigo. Reconoce que tienes el poder de enfrentar y superar tus miedos. Confía en tu capacidad para manejarlos y sentirte seguro/a. Toma un momento para agradecer a tu miedo por enseñarte lecciones importantes y por darte la oportunidad de crecer. Siente gratitud por tu valentía y perseverancia en el proceso de trabajar con tus miedos. Cuando estés listo/a, comienza a regresar lentamente a tu entorno actual. Abre los ojos y tómate un momento para asimilar la experiencia.