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Vivió y murió en Mileto, polis griega de la costa jonia (hoy en Turquía).

Aristóteles lo
consideró como el iniciador de la escuela de Mileto,[2] a la que pertenecieron también
Anaximandro (su discípulo) y Anaxímenes (discípulo del anterior). En la antigüedad, se le
consideraba uno de los Siete Sabios de Grecia. No se conserva ningún texto suyo y es probable
que no dejara ningún escrito a su muerte. Desde el siglo v a. C., se le atribuyen importantes
aportaciones en el terreno de la filosofía, la matemática, la astronomía, la física, etcétera, así
como un activo papel como legislador en su ciudad natal.[3][4][5]

A menudo, Tales es reconocido por romper con el uso de la mitología para explicar el mundo y
el universo, cambiándolo en su lugar por explicaciones naturales mediante teorías e hipótesis
naturalistas (logos), y considerado el iniciador de la especulación científica y filosófica griega y
occidental,[2][6][7] aunque su figura y aportaciones están rodeadas de grandes
incertidumbres. Como la mayoría de filósofos presocráticos, Tales explicó que el principio
originario de la naturaleza y de la materia era una única sustancia última (arché): el agua.[2]

Aunque la tradición insistentemente atribuyó a Tales el haber comenzado a usar el


pensamiento deductivo aplicado a la geometría, no hay absolutamente ningún documento que
respalde tal cosa, y tampoco se le puede adjudicar el desarrollo de los dos teoremas
geométricos que llevan su nombre.[5]

Biografía de Tales de Mileto

Halys para que fuera cruzado por el ejército de Creso (Heródoto mismo descree de esto, pero
modernos especialistas no descartan por completo su veracidad). Aristóteles, por su parte,
cuenta en su Política (I, 11, 1259ª) cómo una vez que, habiéndosele reprochado su pobreza y
su falta de preocupación por los asuntos materiales, y luego de haber previsto, gracias a sus
conocimientos astronómicos, que habría una próspera cosecha de aceitunas la siguiente
temporada, compró durante el invierno todas las prensas de aceite de Mileto y Quíos y las
alquiló al llegar la época de la recolección, acumulando una gran fortuna y mostrando así que
los filósofos pueden ser ricos si lo desean, pero que su ambición es bien distinta. Quizás la
anécdota más conocida de Tales es aquella que nos refiere Heródoto: que predijo a los jonios
el año en que sucedería un eclipse solar (lo que desde 2005 se sabe que fue por el
conocimiento de un ciclo de eclipses babilónico), hacia el año 585 a. C. El eclipse ocurrió, en
efecto, en medio de una batalla, lo que llevó a los contendientes a detenerse y a avanzar un
acuerdo de paz, por temor de que el evento fuera una advertencia divina.

También es muy conocido lo que cuenta Platón, por boca de Sócrates, en su diálogo Teeteto
(174 A): que, al caer Tales en un pozo por ir mirando el movimiento de las estrellas, una
campesina tracia se reía mientras el filósofo se excusaba diciendo «que tenía ansias de
conocer las cosas del cielo pero que lo que estaba… justo a sus pies se le escapaba»[9]

Apolodoro, en sus Crónicas, afirma que murió a la edad de setenta y ocho años; Sosícrates, que
murió en la olimpiada LVIII, a la edad de noventa años.[10] Otra fecha en la que se afirma que
murió se da en el año 585 a. C.,[11] aunque actualmente se acepta que murió cerca del año
546 a. C.

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