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Unidad Xochimilco
Teoría e historia
Alumno:
Profesora:
2
En Playtime más que en cualquiera de sus otras películas, Tati explora el mundo urbano y
nos lleva a su perspectiva. La secuencia de apartamentos cuyas paredes son
completamente transparentes y que permiten observar lo que hacen sus habitantes sin
dar la impresión de cambiar, recuerda a los documentales en los que el investigador
estudia los movimientos de las hormigas en hormigueros cortados en dos con una bebida.
Pero donde Playtime alcanza los niveles más altos de virtuosismo cinematográfico es, sin
duda, en la magistral escena del Royal Garden. La primera vez que entramos en el hotel,
nos encontramos con que todo está patas arriba: los obreros terminan "pedacitos", el
arquitecto va de aquí para allá para supervisar su trabajo, los camareros ultiman los
detalles en la sala para comer... paradoja antes ¡La perfección cinematográfica de Tati se
encuentra con la prisa y los nervios de los gerentes de hotel! El encargado prepara sus
cartas a la perfección y así, en cuanto llegan los primeros clientes, la llamada "normalidad"
se derrumba, dando paso a una cadena de desastres que acaba en el caos total. El método
que usa Tati aquí es el método de la suma de los efectos: en Jardim Real, los eventos crean
nuevos problemas, como fichas de dominó que caen una encima de la otra.
Cuando finalmente dejamos Jardim Real, la ciudad está extrañamente sola, vacía. Los
primeros rayos del sol se reflejan en un cielo claro y limpio. Y mientras seguíamos a Hulot
paseando a Bárbara por las aceras mojadas, escuchamos el canto de un gallo… un
momento: ¿un gallo cantando? Y apenas tuvimos tiempo de preguntarnos de dónde salió
este gallo cuando una vez más la ciudad retoma su ritmo cotidiano, retoma sus ruidos y
sus prisas en una sinfonía de sonidos y carros que, como grandes carruseles, giran
incansables en grandes plazas de cemento.
Mesografía: