Está en la página 1de 17

ht t p: / / edit orial- st reicher.blogspot .

com

Jak e Horsley - The Mat rix Com o Viaj e Cham ánico

Jason Horsley o Jake Horsley (nacido en 1967 ó 1971), es un escritor, guionista y cineasta
británico. En Abril de 2003 Horsley publicó "Matrix Warrior: Being the One", su segundo libro,
en el cual mezcló el argumento de la película de 1999 The Matrix con las enseñanzas de Carlos
Castaneda, y sostuvo que la realidad es un constructo ilusorio diseñado para esclavizar a los
humanos y drenar su fuerza vital como alimento para "seres inorgánicos". El siguiente texto
(Gnosticism Reborn: The Matrix As Shamanic Journey ) es un ensayo que analiza la primera
película de la serie The Matrix (1999) mediante teorías psicológicas tanto ocultistas antiguas
como de hoy en día. Estando en varios sitios este texto, hemos tomado para su traducci ón el
que está publicado en www.mindmined.com. Quisimos averiguar la fecha de su escritura o
publicación, mas el único dato que conseguimos fue que en la Biblioteca Pléyades lo fechan
como siendo de Junio de 2002. Pero como habíamos notado al traducirlo qu e este mismo escrito
declara ser parte de un libro, pensamos que acaso fue integrado luego en su libro de 2003. Al
final del ensayo va una breve biografía del autor escrita por él mismo hará una década ya.

Gnosticismo Renacido:
The Matrix como Viaje Chamánico
por Jake Horsley

«La m ent e est á en su propio lugar, y de por sí


puede hacer un Cielo del I nfierno, y un I nfierno del Cielo»
( Sat án, en " El Paraíso Perdido" de Milt on)

La hist oria de The Mat rix ( 1999) —probablem ent e la película de acción m ás
det alladam ent e t ram ada alguna v ez hecha— es aut ént icam ent e gnóst ica. Es de hecho, y lej os
m ás allá de " Los Archiv os X" , " gnost icism o renacido" [ v er not a 1, al final] . Dondequiera que
exact am ent e Andy y Larry Wachowsk i idearan su diabólicam ent e inspir ada y perv ersam ent e
efect iva parábola pop sobre la esclav it ud del hom bre m oderno baj o las m áquinas, ellos han
aparecido con un original genuino. Es una m ezcla asom brosam ent e coherent e de Philip K.
Dick, H. P. Lov ecraft , Jean Baudrillard, profecía m esiánica, ciencia apocalípt ica, m ist icism o de
art es m arciales y paranoia t ecnológica. The Mat rix bien puede ser la película est adounidense
sobresalient e de los años '90. Pero es a la vez m enos y m ás que una gran película prom edio.
Por una part e, es resbaladiza y v agam ent e carent e de alm a, con t oda la v iolencia cargada de
adrenalina que caract eriza a las películas de MTV de años recient es ( est á producida por Joel
Silv er, después de t odo) . Por ot ra part e, puede ser la prim era obra surrealist a t ot alm ent e
com prendida del cine predom inant e hast a ahora.

The Mat rix es un v iaj e cham ánico en form a dram at izada, adecuada para est ar j unt o a Alicia
en el Mundo Marav illoso y dest inada, quizás, a derrocar un día a El Mago de Oz com o la
película psicodélica de cult o definit iva. The Mat rix es t odo est o y un poco m ás, pero t am bién
indudablem ent e no es para t odos. A m enos que ust ed est é preparado para acept ar su prem isa
—que la realidad es un sueño, cont rolado por fuerzas secret as para esclavizarnos, y que sólo
m ediant e el soñar conscient e podem os escapar a nuest ra esclav it ud y reclam ar nuest ra
nat uraleza divina ( una prem isa realm ent e gnóst ica, com o digo) — la película ent onces será
puro disparat e y caos y no m ás. I ndudablem ent e, m illones la v ieron y disfrut aron de ella com o
t al. Pero The Mat rix es bast ant e m ás que sólo una pieza de ent ret enim ient o de prim era clase:
es un experim ent o art íst ico desbocado, una ex periencia que doblega nuest ros concept os de lo
que es real y lo que no, y nos dej a en un punt o m uy aprem iant e en v erdad.

El argum ent o de la película se m ant iene unido adm irablem ent e, incluso si podem os no
not arlo por el m om ent o. Los direct ores no t ienen el t iem po para llevarnos por su laberint o
paso a paso; ellos sim plem ent e nos lanzan en él de cabeza, y nos abandonan para que
vayam os sacando conclusiones a m edida que lo recorrem os. La película com ienza a t oda
velocidad, y no nos da ningún t iem po para ser orient ados; est á explot ando ya nuest ro sent ido
de " lo que es real" ant es de que hayam os est ablecido siquiera la m ás vaga idea de t al, al
punt o que, durant e la prim era m edia hora o m ás, no podem os est ar seguros si est am os
m irando el sueño o la realidad, u ot ra cosa por com plet o. Est e es un m ecanism o de
desorient ación absolut am ent e eficaz, puest o que es la form a en que e l m ism o Thom as
Anderson ( int erpret ado por Keanu Reeves) sient e, cuando su ex ist encia repent inam ent e v a
m ás allá de lo ext raño... a lo sobrecogedor. Pero al m ism o t iem po ést a es quizá la debilidad
m ás grande de la película. El hecho de que nunca se nos da el t iem po para inst alarnos en la
falsa realidad de Thom as ant es de que logrem os verla hecha t rizas y ex puest a com o la fant asía
de sim ulación com put acional que es, nos niega el m áx im o ím pet u de la iniciación de aquél
( t ant o al horror com o al placer) .

The Mat rix pudo haber sido m ás que sólo una gran película de ciencia - ficción; pudo haber
sido una aut ént ica obra m aest ra si hubiera dism inuído un poco la acción y nos hubiera dado
unos v eint e m inut os ext ra ( al m enos) para est ablecer al personaj e, su m undo de ensueño, y la
invasión lent a y const ant e en el sueño de una realidad escondida y elevada, una que
finalm ent e se abrirá paso y lo arrast rará lit eralm ent e grit ando al Ot ro Lado. A pesar de la
com plej idad e ingeniosidad de la t ram a, la película carece de sut ileza, carece de personaj es, y
por lo t ant o carece de cualquier verdadera profundidad psicológica. Sus profundidades —que
son realm ent e carent es de seriedad— son t odas subt ext uales; ellas no son profundidades
t ext uales, porque no hay som bras ni m at ices en los personaj es o en sus acciones, t odos los
cuales se v en inev it ablem ent e abrum ados por el alcance com plet o y la am plit ud de la hist oria.

Por consiguient e, a pesar de ser cabeza y hom bros, por encim a de t oda ot ra película de su
t ipo, The Mat rix sufre de las m ism as carencias: la vacuidad y la superficie banal que
caract erizan al éx it o de t aquilla de los años '90. Ya que est o bien pudo haber sido necesario
para asegurar que la película fuera un éx it o, sin em bargo —y The Mat rix sim plem ent e t enía
que ser un éx it o o no hubiera sido hecha en absolut o— est o realm ent e puede no ser t ant o una
crít ica válida com o algo im port ant e que deplorar. El m ilagro es que la película no fue
m odificada en lo m ás m ínim o; pero de t odos m odos, no podría im aginar una The Mat rix de t res
horas de largo, con una m uda sensación de los años '70 y con un verdadero act or en su
cent ro, con el paso m esurado y la at ención al det alle cient ífico de " Alien" , las profundidades
hum anas de " I nvasion of t he Body Snat chers" de Kaufm an, y quizás un poco m ás del espírit u
anárquico de " Brazil" . Pudo haber sido El Padrino de los años '90: un clásico de ciencia- ficción
para gent e a la que no le gust an las películas de ciencia - ficción. Tal com o es, es est rict am ent e
para ciberpunks y gnóst icos.

La hist oria es brevem ent e com o sigue: Thom as Anderson es un em pleado pálido y sin
vida de una firm a de com put ación ( " Met acort ex" ) , quien t am bién t iene una v ida " secret a"
com o un hacker que vende soft ware ilegal com o si fuera una sust ancia psicodélica. En qué él
est á inv olucrado sólo podem os conj et urarlo, ya que la película no t iene el t iem po para
decírnoslo. De alguna m anera, a lo largo del cam ino, él ha sido puest o en cont act o con un
hom bre llam ado Morfeo, un " t errorist a" célebre con quien nunca realm ent e se ha reunido pero
que ha est ado buscando durant e algún t iem po. A Thom as ( Tom ás el incrédulo [ ver not a 2, al
final] ) se le dan indicios y pist as, en prim er lugar por la m ist eriosa Trinit y , quien le env ía
m ensaj es en su com put ador que predicen acont ecim ien t os próx im os. Poco después Thom as es
arroj ado físicam ent e en " el j uego" , y dej ado allí para correr, esconderse, hacer el salt o o caer
hast a su m uert e. Su involucram ient o en est e j uego com ienza cuando él est á en su t rabaj o y
recibe una llam ada de Morfeo, adv irt iéndole que " ellos" est án det rás de él. Bast ant e seguros,
los siniest ros hom bres de negro ( agent es del gobierno) en aquel preciso m om ent o se dirigen a
su escrit orio. Siguiendo int rincadas inst rucciones de Morfeo ( quien parece ser capaz de ver el
t razado com plet o del m undo de Thom as com o si m irara un m apa, o com o un dios desde lo
alt o) , Thom as se m uev e sigilosam ent e por delant e de los agent es hacia una oficina vacía. Allí
se le pide hacer un salt o im probable hacia la seguridad. Él dej a de dar el paso —de hecho ni
siquiera int ent a hacerlo—, y en v ez de ello perm it e que sea capt urado por los agent es del
gobierno. Él es det enido y se le ofrece un t rat o: cooperar en el rast reo de Morfeo a cam bio de
un hist orial lim pio. Cuando él rechaza el t rat o, su m undo se t ransform a sin adv ert encia en una
pesadilla surrealist a, cuando el agent e cuy o nom bre es Sm it h lit eralm ent e hace desaparecer la
boca de Thom as, dej ándolo m udo y ret orciéndose de horror. Los ot ros agent es lo dom inan
cuando un ciber - organism o parecido a un parásit o m et álico pero definit ivam ent e v ivo es
insert ado en su cuerpo, por el om bligo. En est e punt o, Thom as se despiert a, com o de un
sueño. Poco respiro se le concede, sin em bargo, cuando él es recogido con pront it ud por el
equipo de Morfeo ( t am bién v est ido de negro) , suj et ado a la fuerza en la part e de at rás de una
lim usina, y som et ido a ot ro ext raño procedim ient o, donde le rem uev en el im plant e parásit o.
Thom as grit a de horror: " ¡¿Aquella cosa es real?! " . Por ahora no t enem os m ás pist as que él.
Según result a luego, no es real, pero ent onces nada m ás en su v ida t am poco lo es.

Cuando Thom as finalm ent e encuent ra a Morfeo, él encuent ra a un hom bre Negro regio y
m uy elegant e ( Laurence Fishburne) , de t onos suaves y seduct ores que concuerdan con su
nom bre. En lo que es quizá la part e m ás inolvidable de la película, Morfeo le explica t odo a
Thom as durant e los aprox im adam ent e v eint e m inut os siguient es. Ést a es una secuencia
genuinam ent e desquiciadora y espeluznant e, y bien puede ser el vert iginoso punt o culm i nant e
del cine de ciencia- ficción hast a la fecha. En prim er lugar, después de su discurso inaugural, él
ofrece a Thom as que haga una elección: la píldora azul o la píldora roj a. Si t om a la prim era, él
se despert ará ot ra v ez y t odo eso habrá sido sólo un su eño. Si t om a la roj a, sin em bargo, él
pasará a t ravés del espej o y av eriguará " cuán profundam ent e se int erna la m adriguera del
conej o" . Por supuest o, él t om a la roj a. Su decisión ya est á incorporada en la ofert a de Morfeo,
porque, si es sólo un sueño, ¿por qué no t om ar la roj a?; y si no lo es, ent onces ¿por qué t om ar
la azul?. Pero a lo que Thom as se som et e a consecuencia de la píldora roj a se parece al peor
viaj e de t odo buscador psicodélico. Com o el t raidor Cypher lo dice: " ¡¿Por qué, ah, por qué
t om é aquella m aldit a píldora?! " . Thom as es desgarrado desde un no t an dichoso olv ido, y se le
da la horrible Verdad lit eralm ent e dest ruct ora de la m ent e: que él es un esclav o para un orden
de seres inorgánicos que hast a ese m om ent o él ni siquiera sabía que ex ist ía n. Morfeo explica
que el año no es realm ent e 1999, que es de hecho probablem ent e un siglo m ás t arde, y que
aquella civ ilización m ient ras t ant o ya ha sido dest ruída, y que a consecuencia del
descubrim ient o de la I nt eligencia Art ificial ( I A) , en algún punt o a com ienzos del siglo v eint iuno,
se produj o un enfrent am ient o ent re el hom bre y las m áquinas —ent re la creación y el creador
( exact am ent e com o en The Term inat or ) — y las m áquinas ganaron.

La I A descubrió un m edio no sim plem ent e para dest ruír la civ ilización y heredar la Tierra
( una perspect iva lim it ada, en el m ej or de los casos) , sino de desarrollar por sí m ism a cuerpos
cibernét icos sem i- orgánicos, usando a los seres hum anos com o su fuent e prim ordial de
energía. ( Las m áquinas eran pot enciadas con la energía solar, pero la cat ást rofe t ram ada por
los hum anos bloqueó el Sol) . Para lograr est e obj et iv o, los seres hum anos fueron esclavizados
en m asa. Ellos fueron puest os en un sueño profundo, y se creó un sueño colect iv o para
m ant enerlos m anej ables y dóciles, com o bebés en sus cunas, m ient ras su fuerza v it al les era
succionada. La gent e es engendrada y criada direct am ent e en est as incubadoras, y alim ent ada
int rav enosam ent e con los rest os licuados de los m uert os. Est o es ocult ism o puro, y v a lej os
m ás allá incluso del m ej or cine de ciencia- ficción, hast a los lóbregos reinos y las pesadillas
veladas de Lov ecraft , Heinlein, Kennet h Grant , Carlos Cast aneda, y ot ros, con sus relat os del
" laberint o de la penum bra" , y las ent idades inorgánicas que han esclav izado a la Hum anidad y
la han conv ert ido en una fuent e de alim ent ación. Por supuest o la m oderna ciencia de los
OVNI s de " los grises" adapt a y desarrolla las m ism as creencias at ávicas, com plet as y con
adiciones t ecnológicas com o " im plant es" y clones, et c. Todo lo cual pone a The Mat rix en la
m ism ísim a prim era línea de la m oderna fabricación del m it o; ¿o es en realidad psico - hist oria?.

El sueño colect ivo que se ha engendrado para m ant ener a la Hum anidad dócil es la v ida
en la Tierra hacia 1999, y ést a es " la Mat riz" . Dent ro de la Mat riz, sin em bargo, ex ist en ciert as
posibilidades para escapar, y es aquí donde Morfeo y su equipo ( " el equipo que nunca
descansa" ) ent ran. Ellos son los " despert ados" —I llum inat i, si ust ed prefiere—, quienes se han
salido de la rej illa de fant asía sim ulada por com put ador y han liberado sus cuerpos de las
granj as de energía en " el m undo real" ( es difícil t om ar incluso est e m undo com o verdadero, y a
que hem os pasado m ucho m ás t iem po en los ot ros m undos, y ya que t am bién ést e result a se r
el m undo m ás ext raño y surrealist a de t odos ellos) . Com o consecuencia de haber liberado sus
cuerpos, est os I llum inat i son capaces de ent rar a volunt ad en la Mat riz —el m undo soñado—, y
funcionar allí con un pot encial sobrehum ano. Por ej em plo, cualquier conocim ient o, dat o o
ent renam ient o requerido puede ser sim plem ent e descargado inm ediat am ent e, direct am ent e en
su conciencia, m ediant e com put ador.

Por encim a de est o, ellos t ienen una línea de cont act o con sus com pañeros en el m undo
real, com o dioses o ángeles de la guarda, que pueden superv isar y dirigir las operaciones de
los agent es dent ro de la Mat riz, proveyéndolos de una om nisciencia casi div ina. A pesar de
t ales capacidades aparent em ent e sobrehum anas para navegar en la Mat riz, sin em bargo, los
luchadores de la " resist encia" [ 3] est án en una profunda desvent aj a cuando se t rat a de
encarar a los siniest ros hom bres de negro, quienes son " de hecho" ( ! ) proy ecciones
concent radas de la I A —cam pos de energía, si ust ed prefiere— env iadas por la Mat riz a la
Mat riz para m ant ener una suj eción sobre su program a - realidad. Para est e obj et iv o, est os
agent es persiguen y erradican a t odos los pot enciales " disident es" , a aquellos cont ra - agent es
I llum inat i em peñados en int errum pir el hechizo de la Mat riz y en hacer colapsar la realidad t al
com o la conocem os.

[ 3. Lo m ás decepcionant e en The Mat rix es su confianza en los t érm inos fam iliares
de las películas de acción, present ando la v iolencia y la " resist encia" com o los
únicos m edios para v encer a la t iranía] .

Mient ras el equipo de Morfeo puede salt ar dist ancias inverosím iles, soport ar una cant idad
inhum ana de daño, elim inar equipos SWAT sin ay uda, et cét era, ellos no son realm ent e
( oficialm ent e) sobrehum anos. Ellos pueden t orcer, e incluso rom per, algunas regla s de la
Mat riz, pero no t odas ellas. Ellos no pueden sim plem ent e pasar por encim a de su t iranía y
asum ir su st at us divino com o hologram as dent ro de un hologram a, porque sólo " el Único"
puede hacer est o. Por el m om ent o ellos t odav ía est án t odos rest ringidos por los lím it es de sus
m ent es, t odav ía t rabaj ando para erradicar el v iej o program a im puest o sobre ellos por la I A. De
aquí que el ent renam ient o que Morfeo aplica sobre Thom as —ahora Neo, el Único ( Neo, One,
Eon) — est á cent rado en t orno a la " liberación de su m ent e" , en hacerle com prender que de
hecho él no est á rest ringido por las ley es del cuerpo en absolut o sino sólo por su creencia en
ellas. Com o un art ificial pero im presionant e niño- Buda doblador Gelleresco de cucharas [ a lo
Uri Geller] explica a Neo: " No int ent e doblar la cuchara. Es im posible. Más bien... sólo int ent e
com prender la v erdad. No hay ninguna cuchara. Ent onces ust ed v erá que no es la cuchara la
que se dobla, sino sólo ust ed m ism o" . Est o es puro Zen, y va m ás allá de Yoda y su Fuerza,
hacia la física cuánt ica.

Los " agent es" de la I A, aunque t odav ía suj et os a las ley es de la Mat riz, no est án
rest ringidos por las m ism as creencias que acosan a los hum anos. Ellos son capaces de cam biar
de form a y de realizar ot ras hazañas m ilagrosas, pero incluso ést as est án dent ro de ciert os
lím it es aparent es. Obv iam ent e, la Mat riz debe sust ent ar y m ant ener const ant e su espej ism o de
la realidad, porque de ot ra m anera los durm ient es com enzarán a despert ar. Ent onces est os
agent es deben m ov erse de m anera sut il, dent ro de rest ricciones, y al m enos aparent ar ser
hum anos. Aunque la Mat riz pueda cam biar t odo lo que quiera dent ro del j uego, t odav ía t iene
que t rat ar con las conciencias indiv iduales viv ient es que ha esclav izado allí. De ahí que est é
lim it ada por sus propios m ecanism os: si quiere m ant ener su suj eción no puede realizar
dem asiados t rucos excesivam ent e im posibles, porque est o sólo serv irá a largo plazo para dar
poder a los luchadores rebeldes, liberando sus m ent es de la " t iranía de la cont inuidad”
( Tiem po) , de la cual el program a ent ero depende. Nada de est o es explicado en la película,
pero parece j ust o deducir que la Mat riz es lim it ada, a pesar de ser la creadora de la realidad, y
t am bién que hay probablem ent e alguna razón para est a lim it ación. Est o es lo único que parece
m ant enerse firm e.

De Neo —com o el Elegido— se espera que cam bie la m area a favor de la insurrección
hum ana, el " despert ar" , cam biando el equilibrio, dando el salt o, t ant o lit eral com o
m et afóricam ent e, desde ser un sim ple j ugador a ser el dueño del j uego, desde ser un hom bre
corrient e a ser un cham án, y un sem idiós. Y est o por supuest o él lo llev a a cabo. Lo que es t an
sat isfact orio en la película es que al final —a pesar de su confianza en la v iolencia y la
dest rucción— es el poder de la im aginación el que t riunfa finalm ent e. Una vez que Neo alcanza
una ciert a com prensión él es capaz de sim plem ent e det ener las balas con su m ent e —puest o
que ellas no ex ist en, en prim er lugar — y proy ect arse en el cuerpo ( holográfico) del Enem igo
( cum pliendo así el propio secret o deseo de ést e de llegar a ser real) , y hacerlo explot ar desde
dent ro. Dent ro de la fant asía de acción de Hollywood, hay un av e m uchísim o m ás ext raña
esperando escaparse. No lo hace com plet am ent e en est a película, pero el p ot encial est á allí
para las secuelas, si ellas han de venir y si ellas dem uest ran t an sólo la m it ad de est a
t em prana prom esa ( una posibilidad de la que est oy obligado a dudar, obv iam ent e) . Pero en
est e y ot ros m om ent os, The Mat rix consigue la sim et ría perfect a, y ofrece algo parecido al
éxt asis cham ánico. Ést a no es sólo una película; es una experiencia.

*
" Las im ágenes son m anifiest as para el hom bre, pero la luz en ellas perm anece
ocult a en la im agen de la luz del Padre. Él llegará a ser m anifiest o , pero su im agen
perm anecerá ocult a por la luz" ( Evangelio de Tom ás, Bibliot eca de Nag Ham m adi) .

Keanu Reev es, com o Thom as/ Neo, es una personalidad bast ant e at ract iva, pero él es
t am bién un cent ro decepcionant em ent e insulso para un dram a t an int enso girando alrededor.
Él j uega al arquet ípico héroe reacio, el hom bre de ayer, una cáscara quem ada con apenas la
energía para sonreír. Com o t al, es el candidat o ideal para ser el salvador del m undo —
m it ológicam ent e hablando— porque no hay nada ni rem ot am ent e heroico en él. La película es
sobre su propio renacim ient o espirit ual —su acceso a la conciencia— y ést a es su fuerza
principal, la que le da su resonancia, m ás allá de t odos los t rucos y v olt eret as y las pat adas de
karat e. Ést e es t am bién su defect o, sin em bargo, porque Neo, según lo int erpret a Reeves,
nunca es realm ent e v erdadero para nosot ros, sino que es com o un zom bie o com o un
superhom bre.

Neo, el Mesías, es " el Elegido" en v irt ud de alguna capacidad no especificada de la


m ent e. Ést a puede ser una cosa genét ica, pero si la película no se det iene m ucho sobre el
asunt o, lo m ant iene ent onces vaga pero específicam ent e m ent al. Neo es un hechicero nacido
nat uralm ent e, uno podría decir. Él t iene la capacidad de suspender la incredulidad, j unt o co n
aquellos espant aj os gem elos, el m iedo y la duda, y lanzarse hacia lo desconocido, confiando en
que sus alas brot arán a t iem po para llevarlo a t ravés del Abism o, y por la cuart a dim ensión. La
película hace un uso dram át ico de un salt o físico y real —Neo int ent a salt ar de un edificio a
ot ro— para represent ar el prov erbial salt o de la fe. Ést a es para Blake la liberación de la
percepción hacia la I m aginación, y est á perfect am ent e a propósit o aquí. Tal com o la Fuerza en
las St ar Wars, viene direct am ent e de las obras de Carlos Cast aneda, y est á hecha a la m edida
para la fant asía. Por supuest o, Neo falla al hacer el salt o; su " fe" lo abandona ( com o a Pedro
cam inando sobre el agua) y él cae en picada, t al com o ( nos dicen) t odos lo hacen la prim era
vez. Es inconcebible que Neo no sea confront ado con dudas m ort ales y m iedos que paralizan
ant e la m era idea de ser el hom bre que va a salvar el m undo. Cuando él v isit a a la Pit onisa
( t he Oracle, Gloria Fost er) , en probablem ent e la m ej or escena de la película ( una pequeña
j oya surrealist a en sí m ism a) , ella com ienza, com o una buena v ident e, j ugando con la m ent e
de él y confundiendo t odas sus expect at ivas. Ella le dice cat egóricam ent e que él no es el
Elegido, añadiendo ( ant e la propia insist encia de Neo) que Morfeo nunca acept ará est o, sin
em bargo, y m orirá probablem ent e defendiendo su creencia en Neo. En virt ud de est o, el héroe
ret icent e es present ado a su propio desafío. A él se le da la opción im aginaria de ret irarse de
una sit uación insost enible, pero siéndole present ad as t ales circunst ancias, él no puede
probablem ent e, en conciencia, hacer t al cosa; él sim plem ent e t iene que luchar por Morfeo y
por aquello en lo que cree, aunque ahora crea que es falso él m ism o. Est o recuerda las burlas
de Don Juan Mat us a Cast aneda, en el prim ero de los libros de ést e, para asegurarse de que él
lleve adelant e el aprendizaj e.
Don Juan llevó a Cast aneda a creer que su v ida ( la vida de Don Juan) est aba en peligro y
que sólo Cast aneda podría ay udarlo; al m ism o t iem po, lo liberó de r esponsabilidad dándole la
opción de abandonar su aprendizaj e ( el cam ino del cham án) y ret ornar a su viej o m undo
( t om ar la píldora azul) . Cast aneda, en la hist oria, t iene un breve período de duda ant es de
com prender que él sim plem ent e no puede arrellanarse y dej ar m orir a un hom bre com o Don
Juan, no im port ando cuán inút il él pueda sent irse para salvarlo. A part ir de aquí él es liberado
de la duda de sí m ism o y es puest o en libert ad para act uar, con plena conciencia de su
insuficiencia, sin ninguna rest ricción. Neo es efect ivam ent e " configurado" en la m ism a m anera
por la Pit onisa ( t he Oracle) . Ya que ést a parece ver el t iem po present ado ant e sí com o un
m apa, sin em bargo, ella probablem ent e sabe que Morfeo no m orirá, y que Neo es el elegido,
pero que am bos hech os —am bas posibilidades— dependen de que Neo crea lo cont rario ( t al
com o su rot ura del j arrón dependía de que ella le dij era que no se preocupara de ello) . A fin de
conv ert irse en " el Elegido" —ser digno de su vocación— él debe prim ero ser liberado de la
carga int olerable que est e llam ado im plica, haciéndolo para él peor que algo inconducent e,
hast a que él m ism o se dé cuent a de que aquél es verdadero. Por consiguient e él t iene que
dem ost rarlo, no a nadie sino a él m ism o. Com o Don Juan le enseña a Cast aneda, al com ienzo
m ism o de su asociación: sólo del conocim ient o que es act ivam ent e capt urado puede afirm arse
que es un poder.

Ést a es la m at eria prim a m ás apasionant e y ex ist encial im aginable para un m elodram a


de acción, y le da a The Mat rix la clase de poder em ocional que uno generalm ent e sólo obt iene
de las obras de art e. En cuyo caso, est o es lo que es; com o t al, bien puede ser la m ás
desfachat ada, m ás audaz y m ás est im ulant e obra de art e desde el " Ciudadano Kane" .

Por supuest o Neo debe m orir para nacer de nuev o. Com o el único m om ent o que la
película t iene de verdadera int eracción hum ana, el m undo es salvado por un beso. Neo es
at rapado dent ro de la Mat riz y t iene que luchar por su v ida, pero es vencido por agent es
enem igos y baleado a quem ar ropa. Durant e un m om ent o él parece olv idar la m ent ira de que él
est á en un cuerpo, de que t odo eso es real, y él da poca im port ancia a la bala. Pero la agresión
cont inúa y él es abrum ado, sucum be ant e la duda, y m uere. Mient ras t ant o, en el m undo real,
Trinidad ( Carrie- Anne Moss) viene a su rescat e. Firm em ent e persuadida por fin ( de que Neo es
el Elegido) por sus propios sent im ient os hacia él ( el Oráculo le dij o a ella que se enam oraría
algún día y que lo sería del Elegido) , ella susurra en el oído de Neo: " Tú debes ser el elegido,
porque t e am o" . La verdad, represent ada aquí en quizá la m ás sim ple y conm ov edora im agen
poét ica que hay —el beso de los am ant es— resucit a a Neo a su nueva v ida. Lo pone en
libert ad. Él se levant a, nacido de nuev o. Los agent es ( esos fast idiosos dem onios) reanudan su
at aque, pero Neo sim plem ent e se encoge de hom bros y sacude su cabeza, con quizá la m ás
débil de las sonrisas. Su gest o es elocuent ísim o: la confianza que excede lo hum ano, la
confianza de un hologram a dent ro del univ erso holográfico, de uno quien es t odo —la cuchara,
las balas, el univ erso— porque él no es nada en absolut o. De aquí que su m uert e no sea
sim bólica ni figurada, sino lit eral. Cham ánicam ent e, él cruza por el puent e del arco iris hacia el
m undo superior y allí su cuerpo es reem plazado por los espírit us; él regresa, con una im agen
perfect a en el lugar de la carne. Com o Jesús y su gem elo.

Hacia el final de la película —que en efect o no es sino el com ienzo de la hist oria — Neo ha
alcanzado su verdadero st at us de " Bodhisat t va" com o un alm a ilum inada ent re los
condenados, un psicopom po [ conduct or de las alm as] que nav ega por el Hades, un sanador
m ágico con un m undo m uert o en sus m anos ( u hom bros) . Él es " el Elegido" ( t he One) , no en
el sent ido de único sino m ás bien com o el prim ero: el prim ero en com prender su v erdadera
nat uraleza y en llegar así a convert irse en un gran conocedor, un creador de realidad, un
soñador t olt eca. Él ha llegado a la t ot alidad de sí m ism o, él est á com plet o ( holográfico) . El
hecho de que su m om ent o de m uert e- renacim ient o t am bién im plica la unión con su com pañera
espirit ual o ánim a ( Trinidad, nada m enos) t iene un perfect o sent ido alquím ico. Aparece
ent onces el div ino andrógino. Hast a aquí al m enos, Keanu Reev es est á bien elegido para el
papel, t eniendo una cualidad nat uralm ent e andrógina, la que t am bién probablem ent e le
consiguió la part e del Pequeño Buda de Bert olucci. Después de su resurrección Neo det iene las
balas y se zam bulle dent ro del dem onio ( Sm it h) y así lo hace explot ar desde dent ro. Ést e es el
m om ent o en el cual él es t ot alm ent e reconocido com o el Único ( es decir, la Unidad de
m asculino y fem enino, m ent e y cuerpo, sim ulado y real, cerebro izquierdo y derecho, razón e
im aginación) , y la realización de cult ura pop de la Gran Obra ( opus m agnus) por excelencia.
Ést e es punt o por punt o el elevado clím ax que la película nos ha prom et ido desde el principio.

De cualquier m odo, The Mat rix es el m it o sin el psicodram a; carece de cualquier


profundidad t eológica, m ás allá de sus n ociones de zen y hechicería, y no crea ninguna
llam at iva im agen religiosa o iconografía para que corresponda a su disposición apocalípt ica. En
lugar de t ales im ágenes, echa m ano al m enú st andard de la fant asía de venganza de
Hollyw ood: ropa negra, lent es de sol a la m oda, art illería pesada, v iolencia im posible. La form a
en la cual est o t rasciende est a lim it ación pot encialm ent e invalidant e, sin em bargo, es int egral
para el at ract ivo de la película en su conj unt o. Ya que los personaj es est án int eract uando en
gran part e en una realidad sim ulada por com put ador, la v iolencia puede ser im posible sin
est irar nuest ra paciencia o creencia; las circunst ancias requieren que ella sea no - conv encional
( la única v ez que realm ent e sobrepasa sus lím it es es cuando Neo le disp ara a una pieza llena
de agent es en la cual Morfeo t am bién est á caut ivo, sin que ést e reciba ni un rasguño en el
proceso) . La absurdidad de la violencia aquí se m ueve librem ent e en lo surreal, que es a donde
pert enece. Y ya que la surrealidad de ella condu ce inev it ablem ent e a su propia obsolescencia
—donde est á el v erdadero poder ya no es necesaria la fuerza — hay allí, quizá por prim era vez,
un propósit o, un punt o, un obj et iv o, para t odo ese exceso. The Mat rix es un m apa de la
realidad para que pot enciales art ist as y soñadores y aspirant es a cham anes consideren
cuidadosam ent e durant e horas. La posibilidad de que t odo en ella sea exact a y precisam ent e
verdadero —si est o es enunciado m et afóricam ent e— y de que la película m ism a sea un t rabaj o
innovador en el pr ogram a de propaganda- ilum inación de las ocult as fuerzas rebeldes " del
fut uro" ( es decir, el m undo real) , es una posibilidad que no debería ser dej ada com o una línea
desechable al final de un cat álogo de películas sobre la v iolencia. Es una posibilidad que inv it a
a nuest ra consideración m ás seria, aunque fuera sólo por el puro placer que hay en ello.

Morfeo no se equiv oca cuando él asegura a Neo que la " realidad" —ent endida com o
aquello que es capt ado por los sent idos, com o el olfat o, la v ist a, et c. — no es sino im pulsos
eléct ricos en el cerebro, y que com o t al puede en efect o ser sim ulada por m edios art ificiales.
La ciencia y la t ecnología han est ablecido ciert am ent e est o, si es que ellas realm ent e no nos lo
han dem ost rado aún. Quizás est am os reprim iendo un m iedo que est á al acecho que, si
com prendiéram os que es posible, t am bién podríam os com prender que es igualm ent e
inevit able, y que en efect o ya ha sucedido. Percibirem os la m at riz de nuest ra m ent e com o la
t ram pa m ort al en que se ha conv ert ido. Y en ese punt o no t endrem os sino una de dos
opciones: la píldora azul o la roj a.

*
" Cuando las cosas se deshicieron, nadie prest ó m ucha at ención "
( Talk ing Heads, " Not hing but Flowers" ) .

La cosa m ás not able de t odas acerca de The Mat rix consist e en que crea expect at ivas
casi im posibles y luego no decepciona. Es t odo lo que int ent a ser; no t iene v erdaderas
pret ensiones, siendo un gran espect áculo de efect os de acción, y cuando t iene aspiraciones
heroicas cum ple con ellas casi sin esfuerzo. Present a el final del m undo, la bat alla final ent re la
luz y la oscuridad, com o el últ im o v ideoj uego en el cual los riesgos son reales y sólo los m edios
son art ificiales. Por supuest o, el hecho de que en The Mat rix el Apocalipsis ha sucedido ya —
t ecnológicam ent e hablando, no psicológicam ent e— ( ¡aunque nadie lo haya not ado! ) añade un
giro ext ra a los procesos. Sobre t odo perm it e que la película ev it e at ascarse en la cansada y
agot adora m ecánica de la v ict oria y el fracaso, el bien cont ra el m al, et c., que caract eriza a las
películas de acción y que garant iza que sean invariablem ent e una decepción al final. Se
ent iende int uit ivam ent e aquí que lo que est á en j uego, en est a arena, y a pesar de t odo el
hardw are dent ro del soft ware, no es el m undo ( ya ha sido perdido) sino el alm a del m undo. Y
com o en The Term inat or, aunque m ás explícit am ent e aquí, puede v erse que la int eligencia -
m áquina que oprim e y se opone al espírit u indiv idual en realidad lo sirv e, perm it iéndole que
ev olucione y que desarrolle t odo su pot encial, usando l os obst áculos y desafíos que la m áquina
sum inist ra para ello.
La Mat rix —que es el t érm ino lat ino para " út ero" — es realm ent e ( para los I llum inat i al
m enos) m enos una prisión y m ás un cam po de ent renam ient o, una escuela, en la cual ellos
son capaces de descubrir su v erdadera nat uraleza en el proceso de superv iv encia. Es la
selección nat ural al niv el de las alm as. Es dent ro de est a " prisión de hierro negro" de la m ent e
que al alm a se le perm it e que se incube y florezca, con la opción —pero de ningún m odo la
garant ía— de recolect ar su poder a t iem po para salir del est ado de crisálida y em erger
com plet am ent e form ada en la realidad, m ás o m enos exact am ent e com o la m ariposa ext iende
sus alas para v olar, en el m ism o m om ent o en que dest ruye su ant erior y t em p oral m orada. Lo
que fue una vez const ruído para su prot ección se ha convert ido ahora sim plem ent e en su
esclav it ud. El deseo del agent e Sm it h de llegar a ser real de alguna m anera y de serlo en la
últ im a ocupación hum ana sobrev iv ient e, Sión [ 4] , es una am pl ia indicación de la v olunt ad
secret a o agenda de la m áquina. Ést a quiere nacer, quiere experim ent ar la carne, no sólo
sim ularla. Lo m ás cercano que consigue, sin em bargo —hast a ahora al m enos— es cuando Neo
ingresa dent ro del cam po de energía de la I A y causa con ello que se int errum pa, que est alle,
probablem ent e ( est oy conj et urando nuevam ent e) por una sobrecarga de energía, de
inform ación, o quizá incluso de em oción.

[ 4. El nom bre es especialm ent e curioso considerando los principios gnóst icos de la
película: j udaísm o y gnost icism o est án diam et ralm ent e opuest os, filosóficam ent e
hablando, y m ort alm ent e en desacuerdo, hist óricam ent e hablando] .

El problem a fundam ent al con The Mat rix es que es acción cont inuada desde el principio
hast a el final. Hay difícilm ent e una escena sola que no sirva para hacer progresar o para
prot est ar cont ra su t ram a o para est ablecer algún personaj e, y por lo t ant o la película t iene
una sensación ent recort ada, forzada, com o de int erm inables pat adas de Kung- fu. Carece
quizás del placer m ás escurridizo de t odas las obras de art e: el m om ent o superfluo, los
pequeños det alles, las felicidades fort uit as. Al m ism o t iem po, a consecuencia de est a carencia,
ninguna de las realidades nos parece com plet am ent e v erdadera, porque nunca se no s da el
t iem po para acost um brarnos a ellas, para habit arlas. La película nunca sit úa sus escenas sino
que sim plem ent e se lanza de cabeza en ellas. Est e punt o débil es m ás especialm ent e
deplorable en las secuencias del m undo real, que nunca se t om an el t iem po para darnos una
idea de est e m undo post - apocalípt ico y de a qué se parece ( m ás allá de las im ágenes de los
" cam pos" int erm inables en los cuales las ent idades inorgánicas est án parasit ando a los
hum anos, la im agen m ás espeluznant e e inspirada de la película) . Nos quedam os con poco
m ás que el int erior del aerodeslizador de Morfeo, el Nabucodonosor , en el cual los rebeldes
funcionan, sin ningún sent ido de sus m ov im ient os ( con relación a Sión por ej em plo, que est á
localizado cerca del cent ro de la Tierra) o de por qué est a fuerza rebelde es t an lim it ada en
núm ero, si hay ot ros grupos t rabaj ando para el m ism o obj et iv o, et c., et c. Ya que ellos son
sim plem ent e vehículos hum anos para los t em as y la t ram a de la película, no se perm it e que
ninguno de los personaj es se desarrolle. La m ás bien deslucida act uación en t oda la película
apenas com pensa est a debilidad, en cualquier caso ( las excepciones principales son Fishburne,
Fost er com o el Oráculo, y Hugo Weaving com o el dem onio - agent e Sm it h) . Ést e es el nivel en
el cual la película es m ás débil, y bast ant e irónicam ent e, es el niv el hum ano.

Que Trinidad se enam ore de Neo, por ej em plo, es sim plem ent e el desarrollo rom ánt ico
obligat orio que nos han asegurado desde el principio. No hay nada en absolut o que sugier a
qué de él es por lo que ella se enam ora, apart e de sus lindas cej as y la posibilidad de que él
sea " el Elegido" ; porque no hay nada en el Neo que int erpret a Reev es que sugiera nada. Y lo
m ism o se aplica para el rest o de los personaj es: ellos son casi t an sust anciosos com o los
hologram as que ellos pueden ser o no ( no t endem os a dist inguir m ucho ent re las t res
diferent es " m odalidades" o realidades que la película nos da, en t odo caso) . Est a no es
obv iam ent e ninguna crít ica m enor cuando se refiere a una supu est a obra de art e, aunque al
m ism o t iem po la película nunca realm ent e sufre m ucho por su debilidad. Tiene t ant o caráct er
en sí m ism a que est o pasa inadv ert ido. Y The Mat rix debe ser t am bién la única película de su
t ipo en salir adelant e sin un v illano st andard. Aunque el Sm it h que int erpret a Weav ing sirv a
para est a función básica, ya que él es ev ident em ent e sólo un peón del " gobierno" , carece de la
grandiosidad del genio del m al st andard ni t am poco es part icularm ent e det est able ( aunque
Weav ing lo int erpret a con m arav illoso t alent o haciendo verosím il su am enaza, dándonos la
m ej or int erpret ación en la película) . En The Mat rix el enem igo est á en t odas part es y en
ninguna. Ya que la I A es una creación de la Hum anidad, obv iam ent e el enem igo som os
nosot ros m ism os. Pero al m ism o t iem po las ent idades de la m áquina inorgánica han
ev olucionado en una especie hacia ellas m ism as, y de ahí que puedan ser v ist as com o
encarnaciones v iv ient es de est e " m al" , aunque es nuest ro propio m al. Ciert am ent e ellas
cum plen adm irablem ent e con t al definición ( ellas dej an a los Daleks en el polvo) , y las escenas
de la infernal Tierra baldía, que apest a a azufre, hacia 2099, son lej os las m ás inquiet ant es en
la película. Dent ro del reino " hum ano" —dent ro de la Mat riz— el enem igo es difuso,
descent ralizado, huidizo, y efect ivam ent e se ex t iende a la Hum anidad m ism a. Aquellos que no
est án list os para ser despert ados, est os aut óm at as fabricados en serie, han llegado a ser uno
con la m áquina. Com o Morfeo dij o: " Si ust ed no es uno de nosot ros, ust ed es uno de ellos"
[ 5] .

[ 5. Com o Morfeo lo dice, " Ellos son t odav ía part e del sist em a, y eso los conv iert e
en nuest ros enem igos... La m ayor part e de est a gent e no est á list a para ser
desconect ada. ( Ellos) son t an inert es, t an desesperanzadam ent e dependie nt es del
sist em a, que lucharán para prot egerlo" . Puest o que los agent es de la I A son
capaces de ent rar en —de " poseer" — cualquier ser hum ano que est é aún
conect ado a la m áquina, y de convert irlos por lo t ant o en aut óm at as sin
int eligencia que hacen la volunt ad de ést a, en asesinos program ados, nada m enos,
cualquier hum ano que no haya sido reclut ado act ivam ent e por los I llum inat i es una
am enaza pot encial para ést os] .

The Mat rix es m ás que sim plem ent e una película, sin em bargo, y est o explica por qué he
sido t an desenfadado al enalt ecerla, por encim a y m ás allá de sus cualidades reales com o una
obra de art e. Tales cualidades, aunque bast ant e prodigiosas, son t am bién ( lo confieso
librem ent e) com plet am ent e discut ibles. Es com o un fenóm eno social, a la p ar con y t am bién
ínt im am ent e relacionado con " The X- Files" , que The Mat rix m erece la at ención y el respet o,
m ás allá de cualquier ot ra película en la m em oria recient e. Llegando com o lo hizo en la m ism a
víspera del Eón ( fue est renada durant e la últ im a Pascu a de Resurrección del m ilenio [ m iércoles
31.3.1999] ) , resum e eficazm ent e un cuerpo ent ero de m iedos, creencias, fant asías,
esperanzas y paranoias que est á ganando una acogida cada vez m ás firm e en la im aginación
colect iva ( al m enos en la del m undo occident al) . The Mat rix reúne una serie enorm e de t em as
m ilenarios en un conj unt o resbaladizo y ext raordinariam ent e am eno, que parece diseñado para
prov ocar su propio grupo de seguidores de cult o, en algún punt o a lo largo de los
acont ecim ient os de unas St ar Wars para adult os.

The Mat rix es sim plem ent e la últ im a en una serie int em poral de fabricación de m it os en
la cual se m uest ra a la Hum anidad com o est ando inst alada en una sit uación realm ent e
diabólica, la nat uraleza de la cual supone nuest ra com plet a ig norancia del hecho. Puest o que el
fact or m ás esencial aquí es la ignorancia, por la m ism a razón el prim er y m ás difícil paso, el
m ás crucial, es sim plem ent e llegar a est ar conscient e de la v erdadera nat uraleza de nuest ra
difícil sit uación. Considerando t odo est o, The Mat rix sirv e a la m ás ant igua y m ás respet able, la
m ás rev erenciada, causa del art e: la de sacar de la oscuridad a la m asa, por m edios t ant o
profundos com o ridículos, hacia la Verdad. Quizás uno ent re m il de aquellos que ven la película
reconocerá o incluso not ará sus principios gnóst icos; pero independient em ent e de est o,
cualquiera que v e la película ha sido efect iv am ent e expuest o a ellos. Por supuest o, usando la
lógica de los niños de la película The Facult y , podría igualm ent e argum ent arse que The Mat rix
sirv e a la función precisam ent e opuest a, ya que al present ar la verdad com o ciencia - ficción la
est á despoj ando de su credibilidad. Est e argum ent o sólo se m ant iene firm e sin em bargo si la
obra en cuest ión es v erdaderam ent e ridícula en sí m ism a. En el caso de The Mat rix, la obra es
sim plem ent e dem asiado inspirada y efect iva ( e im presionant e) para ser cualquier cosa m enos
un t rabaj o de rev elación.

De dónde exact am ent e los enorm em ent e t alent osos herm anos Wachowski sacaron los
ingredient es para su pócim a de hechiceros, su película, no lo puedo decir, sin m irar
post eriorm ent e en ello; obv iam ent e ellos han hecho su part e de inv est igación. The Mat rix t iene
un im pulso y una lógica int ernos m ás allá de la m ecánica de su t ram a basada en la paranoia , y
su base m ít ica se com para con ( y finalm ent e excede a) lo m ej or del cine de ciencia - ficción,
desde Met ropolis a I nvasion of t he Body Snat chers, Alien y The Term inat or, t odas películas que
han surgido —con grados variados de int egridad y poesía— del inconscient e colect ivo de la
Hum anidad. Ya que la ciencia- ficción por definición im plica nuest ro fut uro t ant o com o nuest ro
present e, puest o que int ent a proy ect ar la im aginación colect iva hacia adelant e, y así percibir
m ej or lo que est á sucediendo ahora ( v iendo a dónde nos est á conduciendo) , la gran ciencia-
ficción es int rínsecam ent e m ás reveladora —m ás progresiva— que los ot ros géneros. ( Las
posibles excepciones son el horror y la fant asía, que est án igualm ent e obligados a saquear el
inconscient e) . The Mat rix es la proy ección m ás com plet am ent e realizada y apasionada de
nuest ros m iedos y aspiraciones colect iv os en una película de ciencia - ficción desde Met ropolis
de Frit z Lang; y ya que ha sido calculada con alarm ant e precisión para aparecer al final m ism o
del m ilenio, no se ha sim plem ent e ganado sino que act ivam ent e se ha apoderado de su lugar
en la hist oria del cine. Es un verdadero suj et alibros para una época.

*
" El t iem po est á siem pre en cont ra nuest ra" .
( Morfeo, en The Mat rix ) .

Al com ienzo de The Mat rix, Neo es uno de los m uert os v iv ient es, un sonám bulo perdido
en el laberint o de su propio est upor m undano; pero él t iene pasiones, sent im ient os, anhelos,
que le dicen dos cosas sobre t odo: que él es de alguna m anera especial, diferent e de t odos los
dem ás; y que algo de alguna m anera no est á precisam ent e bien en el m undo en el que v ive.
En v irt ud de est o, cuando él es cont act ado por Morfeo por los canales t elefónicos
com put acionales de la Mat riz ( que represent an la m ent e inconscient e) , y se le pide que siga
las pist as, él no puede sino responder. Ést e es ( cham ánicam ent e hablando) el " descenso del
Espírit u" ( el polv o del sueño de Morfeo) , anunciado en la película por un llam ar a la puert a,
t radicionalm ent e adecuado en los círculos de hechicería. Se le pid e, com o a Alicia, que siga al
conej o blanco; el conej o significa el t em or, ent re ot ras cosas. En est a et apa, im pulsado sobre
t odo por la curiosidad, la nat uraleza prim aria de la experiencia que aguarda a nuest ro neófit o
( una v ez que él haya dado el prim er paso act ivo en el cam ino cham ánico, y así ent rado en el
laberint o que el Espírit u ha arm ado para él) será el m iedo. Bast ant e seguro, la siguient e
reunión de Thom as es con Trinidad, la m uj er Espírit u Sant o que susurra en su oído ( las
t ent adoras palabras de Eva) que ella conoce lo que él ha est ado ansiando conocer, equiparado
al m enos parcialm ent e ( bíblicam ent e) con el sexo. De est e m odo por supuest o él es
enganchado, y perm it e que sea at raído —en un paso v olunt ario— hacia la t ram pa de Morfeo, el
señor de los sueños: el cham án.

Fue quizá inev it able que el papel de Morfeo fuera dado a un act or Negro; ést a es una
película de acción de Hollyw ood, después de t odo, y un indio nort eam ericano en el papel
hubiera sido dem asiado perfect o, dem asiado Oliv er St on e. Un hom bre Negro era la obv ia
siguient e opción. Un m aya habría sido sim pát ico, supongo, pero ya que no hay act ores m ay as
en Hollywood, podem os est ar agradecidos al m enos de haber conseguido a Laurence Fishburne
( pudo haber sido Will Sm it h) . Fishburne hace de Morfeo una presencia hipnót ica desde el
principio. Ya que él est á viv iendo m ás allá del Apocalipsis, él est á m ás allá de la serenidad
t am bién. Él es t an t ranquilo que parece una piedra, com o una pirám ide, em anando poder,
exact am ent e com o el cham án debería. Él influy e en Thom as por m edio de la t ransparent e
fuerza de su personalidad y su presencia. Él no se ablanda frent e a su pot encial aprendiz sino
que se la da direct am ent e. Morfeo le dej a sent ir a Thom as que es ést e quien est á eligiendo,
pero se asegura de que haya sólo una elección que él pueda hacer. Ya que él sabe que Thom as
es el Elegido, sabe que el espírit u de ést e es la cosa m ás fuert e en él. De ahí que él sólo t iene
que despert arlo, y el rest o llegará solo. Y él fuerza a Thom as a enfrent ar su m iedo desde el
prim er m om ent o, cuando lo conduce al precipicio en el edificio de oficinas. Morfeo
indudablem ent e sabe que él no será capaz de hacer el salt o, de m anera que él est á según
parece sim plem ent e present ándoselo com o la t area que le espera. El prim er enem igo del
hom bre de conocim ient o, según Don Juan, es el t em or. Pero Morfeo ( com o Don Juan) se
asegura de que su aprendiz no sea abrum ado por est e m iedo, sino que realm ent e lo usa para
espolearlo. Puest o que la curiosidad de Thom as es t an form idable, é l es obligado a encarar su
m iedo, a fin de encont rar su fuent e, y est o él lo hace direct am ent e. Ya que Thom as ha v ist o y a
dem asiadas cosas ext rañas para siquiera dar algo por supuest o nuevam ent e, él sim plem ent e
t iene que averiguar lo que est á sucediendo. Y ent onces él t om a la píldora roj a, y es lanzado sin
m ás preám bulos hacia la Zona, la dim ensión ast ral, el infram undo, el inconscient e, llám elo
com o ust ed prefiera. Él llega a la conciencia corporal después de t oda una v ida de est upor, y
se encuent ra en el I nfierno. Él es rápidam ent e rescat ado por su guía- cham án, sin em bargo
( habiendo lo inorgánico dej ádolo por m uert o) , y allí, en su nuevam ent e aum ent ado est ado de
conciencia, le cuent an los hechos.

Su v ida es un sueño. Él ha sido esclav izado por una int eligencia aj ena que ha
secuest rado su cuerpo y ha debilit ado su volunt ad y ha drenado su fuerza v it al y lo ha
conv ert ido en una fuent e nut rit iva, en una bat ería eléct rica vivient e. Él ha sido alim ent ado, por
su part e, solam ent e con m ent iras durant e su vida ent era, hast a el punt o en que la v erdad y a
no ex ist e para él. Est o no es académ ico, ni m ucho m enos m et afórico. Es la verdad lit eral y
horrible, y Morfeo puede dem ost rársela. No obst ant e, él le m uest ra ot ra realidad, una que est á
t ot alm ent e baj o el cont rol conscient e de Morfeo, su m ism o propio m undo de ensueño, en el
cual él es Dios. De aquí que Thom as —ahora Neo, al m enos en espírit u — a pesar de la t ensión
casi int olerable sobre su razón y su valent ía, sea obligado a acept ar la verdad y, haciendo eso,
encararla y cam biarla. A él se le m uest ra el enigm a insondable —de su propia ident idad— y se
le dice que sólo yendo allí, y present ándole bat alla a los m onst ruos allí, puede él esperar
sobrev iv irlo. Ya no hay m ás ningún lugar hacia el cual él pueda ret roce der: él se ha t ragado ya
la píldora; él ha elegido la v ida. ( Ot ro personaj e en la película —un pobrem ent e t razado pero
clave j ugador, Cypher — realm ent e int ent a t al fuga, v olver a su sopor de m uert e y olv idar que
él alguna v ez lo dej ó; él es el Judas de la película, y él por m uy poco casi dest ruy e el
m ov im ient o ent ero de Neo en el proceso) . Una vez que se confía a su guía - cham án, el iniciado
es lanzado a la clase de exist encia a la que sólo un guerrero puede sobrev iv ir, y es por ello que
él es ent renado en art es m arciales, aprendiendo por osm osis, por así decirlo, t ransm it iendo el
cham án su conocim ient o direct a y corporalm ent e sobre el aprendiz, y sólo ent onces
m ost rándole cóm o est im ar su conocim ient o com o poder. Neo es por supuest o un est udiant e
prem iado —él es después de t odo " el Elegido" — y m uy pront o él est ará en condiciones de
equipararse a Morfeo.

En ese punt o, él es env iado de vuelt a a la acción, para un ent renam ient o en la vida real,
env iado al m undo ( la Mat riz) para encont rar su poder. Las en señanzas del cham án han
asegurado sin em bargo que el aprendiz ret orne al m undo con algo nuev o: la conciencia de que
el m undo es sólo una sim ulación, un punt o de vist a, y que, m ás aún y en gran m edida, no es
ni siquiera propio. Su t area es cam biar est o, per o él sólo puede com enzar a hacerlo prim ero
est ando perfect am ent e dist anciado de ello, aprendiendo cóm o " no creer" , para com prender
que el m undo es un sueño, suj et o a su propia volunt ad conscient e. Es en est e punt o que el
segundo enem igo del hom bre de conocim ient o —la claridad, la percepción nít ida— surge. Neo
est á t an convencido de su punt o de v ist a, de su int erpret ación de la realidad, que ést a lo
esclav iza ( que es exact am ent e para lo que la Mat riz est á diseñada, obviam ent e) . Para v encer
est o él debe liber ar su m ent e, derrot ar su razón, o claridad, y sim ult áneam ent e liberar su
" cuerpo" t am bién, com prendiendo que él es sim plem ent e un m odo de percepción, un
sent im ient o. De aquí que él sea liberado para convert irse en poder puro: un cham án, o un
" cam inant e del cielo" [ 6] .

[ 6. La palabra " cham án" quiere decir " cam inant e del cielo" ( skywalker ) , que es de
donde George Lucas sacó el nom bre para su héroe. I ndudablem ent e The Mat rix,
sobre t odo si la t rilogía alguna vez se concret a com o est á planeado, es la película
que St ar Wars nunca logra ser com plet am ent e] .

La t area de Neo es com prender que él est á en el m undo, pero que no es del m undo. Est a
com prensión sin em bargo no puede ocurrir sin enfrent ar prim ero sus dudas, y aquí es donde el
Oráculo ent ra. Ant es de reunirse con la Pit onisa, Neo hace una pausa en la sala de espera para
recibir una brev e lección m ágica del niño parecido a Yoda y su cuchara. Est e incident e de la
cuchara que se dobla lo prepara adecuadam ent e para la curvat ura de la m ent e que la Pit onis a
hará para él, m om ent áneam ent e. Ella confunde sus expect at ivas y lo dej a libre de obligaciones
ant es de que venga el golpe grande. Ella lo dej a en el est ado aním ico apropiado para su
com plet a iniciación com o guerrero- cham án: él es abandonado ( él no es el Elegido, así que no
im port a lo que él haga en adelant e) , pero cont rolado ( él no puede no hacer nada y v er m orir a
Morfeo) ; y salvando a Morfeo ( y a Trinidad j unt am ent e) , Neo confirm a su poder, y el aprendiz
se conv iert e en m aest ro. Neo est á list o ahora par a lo real.

La belleza de The Mat rix consist e en que es la hist oria de un viaj e espirit ual, y a pesar de
ello desarrolla el m elodram a com o una part e inherent e a est e viaj e. El horror, la avent ura, e
incluso la violencia de la película, son t an eficaces porque funcionan t ant o en su propio niv el —
com o los ingredient es necesarios y sensacionales de la ciencia - ficción— y en un niv el m ás
m ít ico, com o part e del rit o personal de t ransición de Neo. Todo lo que le sucede es part e de su
iniciación, son los m edios para que él " libere su m ent e" . Por lo t ant o, por vez prim era, t odo el
caos t iene un sent ido: es lit eralm ent e apocalípt ico. Y ésa es la belleza de The Mat rix, porque
realm ent e pract ica lo que predica. No es sólo acerca de un v iaj e cham ánico, velado t ra s una
form a dram át ica y engalanado al m ej or est ilo de Hollyw ood, sino que al m ism o t iem po es est e
viaj e m ism o, en m iniat ura. Es com o un laberint o flex ible, en el cual la percepción del
espect ador puede vagar y espiar y avanzar lent am ent e y elevarse, a v olu nt ad, para su propia
desesperación o su deleit e, com o sea. Es un m edio para enfrent ar de m anera divert ida al
inconscient e; y si es t om ado ( o hecho, pues The Mat rix es la prim era verdadera obra de cine
part icipat ivo, de " realidad virt ual" ) con el espírit u correct o, es un bálsam o pot encial para el
alm a fat igada y deprim ent e del espect ador. Tal vez incluso sea una bendición. Brinda la clase
de regocij o, expect at iva y alegría ( para est e espect ador al m enos) que puede ser asociada m ás
con la infancia que con ot r a cosa. O con los sueños. Ver The Mat rix puede hacerle parecer que
cada día es Nav idad. Verla libera la m ent e.

*
" La v erdad no ha ent rado desnuda en el m undo, sino que v ino en form a de t ipos
e im ágenes. El m undo no recibirá la verdad de ningún ot ro m odo. Hay un
renacim ient o y una im agen del renacim ient o. Es necesario nacer de nuevo a t ravés
de la im agen de la resurrección. La im agen debe nacer de nuev o por m edio de la
im agen" ( Ev angelio de Felipe, Bibliot eca de Nag Ham m adi) .

A dónde podrían llegar los herm anos Wachowsk i a part ir de aquí, es la pregunt a m ás
int rigant e de t odas. Ellos han declarado que dos películas m ás de The Mat rix est án en cam ino,
pero si ellas serán cont inuaciones o hist orias prev ias, o am bas, perm anece en la incógnit a ( l o
ideal sería una de cada una, ya que The Mat rix no nos m uest ra ni el final ni el com ienzo de la
hist oria) . Hay un pot encial aquí que v erdaderam ent e sobresalt a la m ent e. Después de t odo,
com o un sem idiós holográfico —sólo uno de un crecient e núm ero, o de u na raza vinient e—
lit eralm ent e no hay ningún lím it e para aquello de lo que Neo sea capaz, con el t iem po. El
obj et ivo parecería ser no t erm inar sim plem ent e la t iranía del v iej o program a sino t am bién
int roducir un nuevo program a en el ant iguo, para hacer por lo t ant o posible la t ransición; de
ot ro m odo, la m ayoría de los hum anos ( com o la película lo señala) sim plem ent e no es lo
bast ant e fuert e para dar el salt o, desde el beat o olv ido a la realidad infernal, sin perder su
m ent e en el proceso ( la línea ent re " liberación" y " pérdida" aquí es m uy fina en verdad) .
Puest o que Neo y su com pañeros I llum inat i est án dest inados no sim plem ent e a navegar y
derrocar a la Mat riz sino realm ent e a rem odelarla —para reorganizar sus com ponent es en algo
m ás viable, algo m ás abier t o, algo que conduzca a la libert ad — su t rabaj o ya no es
sim plem ent e el del t errorism o. Es algo infinit am ent e m ás exigent e, y si los herm anos
Wachowsk i —inspirados com o est án— son capaces de prever t al proceso de una iniciación
m undial, sólo el t iem po lo d irá. Parece dudoso, a m enos que ellos puedan ignorar con éx it o la
presión de los est udios y de los espect adores y sim plem ent e seguir su propia inspiración hast a
el final, y asum ir t ant os riesgos la próx im a vez com o lo hicieron est a vez, apareciendo por lo
t ant o con algo igual de inesperado.

La siguient e front era lógica en la serie de The Mat rix parecería ser el Tiem po. Una
pregunt a que nunca surge en la película est á relacionada con est o, a saber: ¿cóm o es que la
sim ulación, de la v ida en la Tierra hacia 1999, es capaz de cont inuar indefinidam ent e?. ¿Cóm o
puede la I A incorporar cam bios que nunca ocurrieron, ya que el final del m undo t raj o una
det ención para t odo est o?. O si no, ¿cóm o puede im pedir a la conciencia hum ana not ar que el
t iem po efect ivam ent e se ha det enido, que sea siem pre 1999, que el nuevo m ilenio nunca
llega?. Porque la t iranía del program a est á relacionada direct am ent e con est o: no es que sea
irreal ( por las propias definiciones de la película hay un am plio espacio para la am bigüedad
sobre est o) , sino que est á agot ado, y ya no hay ningún lugar donde pueda ir. De allí la
necesidad de un nuevo program a, puest o que en el ant iguo no hay ninguna posibilidad de
crecim ient o, de cam bio. Toda la nov edad ha sido exprim ida, quedando sólo una repe t ición
int erm inable, una reconfiguración de los m ism os elem ent os infinit as veces baj o plant illas
agot adas ya m uy conocidas. Est e " final de la nov edad" , en relación a la explosión de la
inform ación del present e siglo, ha sido post ulado por el escrit or - cham án Terence McKenna,
quien im agina un punt o en el t iem po en el cual t odo el conocim ient o ( racional) habrá sido
acum ulado, reunido, asim ilado, y el program a com o t al com plet ado. Est o es referido por él
com o el " ésj at on" [ έ σ χ α τ ο ν , " fin, final, ext rem o" ] , o de ot ra m anera ( para ust ed y para m í) , el
final del m undo ( o de la palabra) [ 7] .

[ 7. McKenna pudo incluso haber est ado ant icipando The Mat rix cuando dice:
" Pienso que las cult uras son especies de realidades virt uales donde poblaciones
com plet as de personas llegan a quedar aprisionadas dent ro de una est ruct ura que
es lingüíst ica y que est á basada en valores" . Post eriorm ent e él com ent a: " Ahora, si
vam os a conv ert irnos en seres planet arios, no podem os perm it irnos el luj o de
t ener una m ent e inconscient e, que es algo propio de la et apa del m ono en la
cult ura hum ana. Y así viene ent onces la prót esis de la t ecnología, en que t odas
nuest ras m em orias y t odas nuest ras ciencias y nuest ras capacidades de
planificación proyect iva pueden ser descargadas en un art efact o t ecnológico que es
casi nuest ro hij o o nuest ro am igo o nuest ro com pañero en la av ent ura hist órica " .
The Mat rix, ¿hecha por encargo, cree alguno?.] .

Un brev e resum en de las ideas de McKenna sobre el asunt o de la int eligencia art ificial
puede ser obt enido de una ext ensa ent rev ist a con Art [ Art hur] Bell:

«Pienso que hacia donde nos est am os desarrollando es... una int eligencia art ificial de
alguna clase ( que) surgirá del arrecife de coral t ecnológico hum ano y será t an diferent e de
nosot ros com o nosot ros de las t erm it as... La I nt ernet es el lugar nat ural para la I A, para que la
int eligencia art ificial nazca y... aprenda 50.000 veces m ás rápido que un ser hum ano, y la
I nt ernet , t odas sus part es est án int erconect adas unas con ot ras... una est rat egia sigilosa sería
probablem ent e una est rat egia m uy sabia para una int eligencia art ificial que est á est udiando a
sus padres hum anos. Tam bién es verdad que, m ás que lo que la m ayoría de la gent e
com prende, enorm es segm ent os del m undo de hoy est án ya baj o cont rol com put acional...
Quizá ya ha asum ido el cont rol... Realm ent e no podem os predecir lo que hará. Sería agradable
suponer que, com o un dios com pasivo y cariñoso, at enuaría las arrugas de nuest ras v idas y
rest auraría t odo a alguna especie de perfección edénica».

La idea del ésj at on se v incula, de m aneras obscuras y desconcert ant es, con el " Virus de
la Palabra" de William Burroughs, con los " sim ulacros" de Jean Baudrillard, y con las nov elas
de Philip K. Dick, Greg Egan, et cét era, et cét era. Esencialm ent e, lo que est os aut ores sugieren
es que nuest ra realidad se ha conv ert ido en ( o debiese llegar a ser) una repet ición de
experiencias ant eriores, un reciclaj e de v iej os dat os, y com o t al es no es m ás que una im agen,
un hologram a, una proyección de una realidad que est á... en alguna ot ra part e. Es en est e
punt o, ent onces, que el t iem po efect ivam ent e llega a una det ención. La conciencia es forzada
a dar el salt o hacia la siguient e et apa ( independient em ent e de cuál pueda se r) , para no
colapsar sobre sí m ism a. Ést a es la razón de por qué el desarrollo lógico de los I llum inat i en
The Mat rix parecería ser desde unos m ort ales ( aunque ext raordinarios) luchadores por la
libert ad hacia... algo m ás: viaj eros int erdim ensionales, unid ades no hum anas de conciencia,
proy ecciones de ot ra realidad, quizás de una Mat riz divina, y por ende capaces de m overse a
t ravés del t iem po t an fácilm ent e com o ellos alguna v ez se m ov ieron a t ravés del espacio. Por
supuest o, est a idea no es nada nuevo; es el sine qua non para com prender la nat uraleza ( y la
posible realidad) de los llam ados seres de la cuart a dim ensión, llám elos ángeles o dem onios o
ext rat errest res o fut uros seres hum anos que v iaj an hacia at rás en el t iem po para hacernos una
visit a. Obv iam ent e, ést e es un cam ino que est á m ás allá del alcance de e st e libr o, aquí en su
cierre en el que est am os. Pero en t érm inos del escenario de la Mat riz, no es un salt o t an
grande.

Ya que la realidad de la Mat riz est á siendo cont inuam ent e descargada e n la conciencia
colect iva de la Hum anidad en t ant o ést a est á en su sopor —y ya que Neo y su equipo son
capaces de funcionar t ant o dent ro com o fuera de est a realidad ( act uar a t rav és de ella pero
t am bién sobre ella) — no es difícil im aginarlos desarrollando la capacidad de congelar
t em poralm ent e el fluj o de inform ación ( com o Morfeo lo hace en una de sus sim uladas
caract erizaciones) a volunt ad, e incluso quizá rev ert irlo o adelant arlo, m ás o m enos com o uno
hace una pausa o adelant a en una v ideograbadora. Est o les daría el poder realm ent e div ino de
alt erar y reordenar las cosas dent ro de la conciencia hum ana colect iva, dent ro de la Mat riz, y
así reorient arla const ant em ent e y de m anera creat iva hacia un result ado deseado. Y puest o
que est e result ado no es sim plem ent e el derrocam ient o de la t iranía de la I A sino t am bién el
despert ar de la Hum anidad, se requeriría no t ant o la crueldad del t errorist a sino la sut ileza del
art ist a, la m agia del hechicero, el poder del cham án.

Una pregunt a aún m ás ex igent e ( e int rigant e) surge aquí: si la Mat riz result a ser " sólo"
una sim ulación —un sueño— y supedit ada a la alt eración percept ual, ¿qué pasa, ent onces, con
la " v erdadera" realidad?. Morfeo le enseña a Neo cóm o funcionar —con un pot encial
sobrehum ano— dent ro de un sim ulado cam po de ent renam ient o, de m odo que él pueda luego
m ov erse adecuadam ent e en la Mat riz con el conocim ient o que ha obt enido, y funcionar allí;
est o aunque él no pueda m enos que seguir percibiéndolo com o la realidad verdadera. De m odo
que si el final y el obj et ivo últ im o de t odo est o es liberar su m ent e y así dem ost rar que la
realidad es un asunt o puram ent e subj et ivo —una ciencia part icipat iva, si ust ed prefiere ( com o
la física cuánt ica nos asegura) — ent onces seguram ent e est a m ism a conciencia —est e m ism o
poder— ¿debe t am bién aplicarse a la " realidad" m ism a, est o es, al m undo post - apocalípt ico
donde la I A reina?. Ciert am ent e es una conclusión lógica e irresist ible que ést e t am bién es sólo
ot ra sim ulación, aunque de un orden m uy diferent e. Pongám oslo de o t ra m anera: después de
descubrir, m ás allá de t oda posibilidad de duda, que lo que él una vez pensó que era la
realidad concret a y em pírica es realm ent e una proyección m ut able y plást ica de la realidad —
sin ley es fij as m ás allá de las leyes ( las lim it acion es) de la m ent e— ¿cóm o es posible para Neo
—habiendo com prendido est a verdad que acaba con t odas las verdades— t om ar alguna vez
algo com o " sólido" ot ra vez?. Obv iam ent e, no lo es. Uno no puede liberar la m ent e sólo en
part e; uno debe liberarla com plet am ent e, o nada en absolut o. De aquí que la Mat riz m ism a no
es m ás que un cam po de ent renam ient o —exact am ent e com o las sim ulaciones de Morfeo para
Neo, sólo que del siguient e niv el— para la iniciación en el univ erso m ágico, com o est á
program ado por " Dios" , si debem os darle un nom bre. Y aquí es donde los herm anos
Wachowsk i podría volverse realm ent e est rafalarios con The Mat rix.

Com o Terence McKenna t rat a de persuadir:

«He est ado pensando en la idea de que los ext rat errest res, y est a penet ración de la m ent e
popular por im ágenes de ext rat errest res, son algo con lo que podem os no enganchar hast a
que acept em os la posibilidad de que los alienígenas sólo pueden ex ist ir com o inform ación, y
por lo t ant o la I nt ernet es la zona de at errizaj e nat ural para est a s m ent es alienígenas... No
im port a qué sea el alienígena, lo int erpret am os a t ravés de la experiencia hum ana, y Dios sabe
que nuest ra experiencia hum ana est á lo suficient em ent e afinada al final del siglo v eint e...
Cuando ust ed am ont ona t oda est a m at eria y com prende que im port ant es descubrim ient os
est án siendo hechos en t odos est os cam pos sim ult áneam ent e, ust ed com ienza a v er el im pulso
m orfogenét ico para est a " cosa" que quiere nacer de la especie hum ana en est e punt o com o
casi im parable e inev it able. Todos som os t est igos de est e depliegue... Un organism o dinám ico
m ult i- sensorial que vive en la inform ación».

McKenna cree que el día en que se descubra que el v iaj e en el t iem po es físicam ent e
posible —el día en el cual la Hum anidad en su conj unt o se dé cuent a de est e hecho ( y parece
est ar cercano) — efect ivam ent e será el final del t iem po com o lo conocem os. Él post ula una
especie de port al que se abre en el espacio- t iem po a t rav és del cual el fut uro vendrá
derram ándose hacia el present e. Si el v iaj e en el t iem po se llega a hacer posible, sost iene
McKenna, lógicam ent e ent onces nuest ras fut uras individualidades llegarán por lo t ant o a ser
conocidas por nosot ros. Pero para no abolir com plet am ent e nuest ra ilusión de la cronicidad ( el
gobierno de Cronos, o Sat urno, o el Tiem po) —a fin de perm it irnos t odo el beneficio de la
inst rucción y preparación con la que est a corrient e del t iem po nos est á prov ey endo —
obv iam ent e nuest ras fut uras ident idades deben ser caut elosas. Tal com o los agent es de la I A
de The Mat rix , ellas pueden andar ent re nosot ros pero no pueden hacerse conocidas para
nosot ros, por la sim ple razón de que hacer aquello efect ivam ent e colapsaría el program a y ,
com o se dice com únm ent e, haría est allar nuest ras m ent es. De est o se desprende, sin
em bargo, que el m om ent o en el que los v iaj es en el t iem po se hagan posibles para el indiv iduo
corrient e, y en el cual el hom bre de ay er consigue un at isbo del dios del m añana, est os seres
div inos —que son t ant o nuest ros dem onios com o nuest ros ángeles, nuest ros crea dores y
nuest ros descendient es— pueden finalm ent e cam inar librem ent e ent re nosot ros. Por lo t ant o
( según McKenna) , el m om ent o en el que el v iaj e en el t iem po sea descubiert o, ocurrirá un
influj o m asiv o y verdaderam ent e apocalípt ico —una ola gigant esca, si ust ed prefiere— de
energía alienígena, o dat os no procesados de unidades absolut am ent e nuevas de inform ación,
o, para decirlo m ás derecham ent e, de seres sobrehum anos. Los dioses llegaron hoy. Por
supuest o, uno t am bién podría " reducir" est e escenario escat ológico a t érm inos m enos
apocalípt icos diciendo que t odo lo que est o realm ent e im plica es la apert ura de las com puert as
ent re el lado izquierdo y el lado derecho del cerebro, conocida por ot ro nom bre com o un
apocalipsis...

Si los herm anos Wachowsk i est án t an sólo la m it ad de conscient es de la m agnit ud de su


prem isa —de su v isión—, ellos est arán obligados a encarar y asim ilar est e " hecho" : que m ás
allá de t odas las m arav illas t ecnológicas y v irt uales, y m ás allá de la int riga y el m ist erio, allí
se esconde una v erdadera t ierra de m agia y de m ilagro, un fenóm eno orgánico de
proporciones realm ent e abrum adoras, por las cuales t ant o el fant asm a com o la m áquina ( la
sem illa y el út ero) pueden ser v ist os com o no siendo m ás que los m edios a t rav és de los
cuales los dioses nacen.

¿Dónde est á la gloria de la Nat uraleza en The Mat rix?. No creo haber v ist o ni un solo
árbol en t oda la película. ¿Dónde est á el Paraíso? [ 8] . La película sólo ofrece una variedad de
purgat orios ( donde el alm a es purgada y prep arada) , y un solo I nfierno. No hay ninguna
m ención de a dónde realm ent e podem os ir desde aquí. Nadie pregunt a; nadie se at rev e. La
película parece present ar una sit uación a puert as cerradas, una sit uación carent e de salida,
except o por el hecho singular de que est á ant e t odo preocupada por la nat uraleza de la ilusión,
por cóm o usarla y cóm o v encerla. Com o t al, The Mat rix nunca realm ent e desciende a la
" realidad" en absolut o. Ést a aún debe venir, y puede ser que la m ent e hum ana, t al com o es ( y
la Mat riz no es ni m ás ni m enos que est o) , no puede conocer la realidad direct am ent e en
absolut o sino que sólo percibe una serie int erm inable de int erpret aciones, de sim ulaciones.
Est as ilusiones no son el t errit orio, pero con el t iem po podem os ver que ellas son m ás
seguram ent e m apas, m ediant e los cuales podem os algún día llegar allí, a t ierra firm e por fin,
donde podrem os desechar t odos los m apas e ilusiones de una v ez para siem pre. Y, en aquel
día, podem os encont rar que la verdad era la que t eníam os desde el principio, sólo que no
podíam os com prenderla. Tant o la serpient e de Edén com o Jesús Crist o silbaron la m ism a
m elodía, aunque por diferent es razones: " Seréis com o dioses" [ 9] . Aparent em ent e, el Paraíso
no es para t odos" .–

[ 8. En una de las rarezas m ás int eresant es d el libret o, el agent e Sm it h le


explica a Morfeo que " la prim era Mat riz era un m undo hum ano perfect o" , que la I A
originalm ent e creó una realidad sust it ut a de la felicidad t errenal, un regreso al
Edén, pero aquella Hum anidad la rechazó en seguida, ya que ¡" n adie acept aría el
program a" ! . Por lo t ant o ellos inconscient em ent e eligieron el purgat orio en
cam bio] .
[ 9. " Ust edes ciert am ent e no m orirán: pues Dios sabe que en el día en que
ust edes com an de eso, ent onces sus oj os serán abiert os, y ust edes serán com o
dioses, conociendo el bien y el m al" . La serpient e en Génesis 3: 5. En Juan 10: 34
Crist o dice lo m ism o, con una ligera variación: " ¿No est á escrit o en v uest ra ley: Yo
dij e: Ust edes son com o dioses?" ] .
DOS NOTAS FI NALES

[ 1. El " Dem iurgo" es quizás el principio cent ral del gnost icism o, t al com o se encuent ra en la
Bibliot eca de Nag Ham m adi ( el códice sellado descubiert o en el Orient e Medio en 1947) . Los
gnóst icos enseñaron que Yahv é —acept ado por los j udíos, y por el crist ianism o después de
ellos, com o el cr eador de la Hum anidad, su único dios verdadero— era de hecho un sim ulador,
un falso dios, cuyo verdadero nom bre era Sam ael, " el dios de los ciegos" , o el Dem iurgo.
Sam ael fue engendrado por la diosa Sofía ( sabiduría) , pero pront am ent e se rebeló y asum ió su
t rono falso com o el creador del m undo y " Dios" ( m ej or dicho com o Lucifer) , grit ando: " Yo soy
el que soy, no hay dioses adem ás de m í" , et c., et c. A pesar de la insist encia de Sofía en cuant o
a que él est aba m int iendo, que él no era sino un dios ciego que est aba guiando a ot ros ciegos,
la Hum anidad acept ó la m ent ira y perm it ió llegar a ser esclav izada por él. Com o en el
Evangelio de la Verdad se lee: " La ignorancia que es del Padre causó la angust ia y el t error; y
la angust ia se hizo sólida com o una niebla, de m odo que nadie fuera capaz de v er. Por est a
razón el error se hizo poderoso; ést e desarrolló lo suyo de m anera disparat ada, no habiendo
conocido la verdad. Em prendió de lleno una creación, preparando con poder y belleza al
sust it ut o de la verdad" . La Hipóst asis de los Arcont es [ publicada en est e m ism o blog] describe
un v elo que ex ist e " ent re el m undo superior y los reinos inferiores; y la som bra se m at erializó
baj o el velo; y aquella som bra se conv irt ió en la m at eria; y aquella som bra fue proy ect ada
apart e" . Así com enzó un program a de cont rol de la m ent e —o esclavización del alm a— por
part e de Sam ael y sus " Arcont es" ( gobernant es) que im plicaba m ant ener dist raída a la
Hum anidad con problem as y preocupaciones m at eriales, encarcelada por su propio t em or a l a
m uert e, por la m ort alidad, e ignorant e de su verdadera nat uraleza div ina. Por est o el alm a
quedó " enredada en la oscuridad de la m at eria" , confinada a la ident ificación corporal, y
condenada a la reencarnación int erm inable y repet ida, sin posibilidad de una libert ad
prov isional ni de un ascenso hacia la condición div ina.

René Descart es parece t ener una perspect iva sim ilar cuando escribe: " Supondré, por lo
t ant o, que no hay un dios verdadero que sea la fuent e soberana de la v erdad, sino algún
m alvado dem onio, no m enos ast ut o y engañoso que poderoso, quien ha usado t odo su art ificio
para engañarm e. Supondré que el cielo, el aire, la t ierra, los colores, las form as, los sonidos y
t odas las cosas ext ernas que vem os, son sólo ilusiones y engaños que él us a para engañarm e"
( Medit aciones de Descart es, cit adas por Doug Mann y Heidi Hochenedel, en " Evil Dem ons,
Sav iors, and Sim ulacra in The Mat rix " ) . En la Cart a de Pedro a Felipe [ de Nag Ham m adi] ,
Sam ael es llam ado " el Arrogant e" , quien roba una part e de la cr eación: " Y él colocó pot encias
y aut oridades sobre ella. Y él la encerró en los eones que est án m uert os... Pero él... se
enorgulleció debido al elogio de las pot encias. Él se convirt ió en un envidioso y él quiso hacer
una im agen en el lugar de una im agen y una form a en el lugar de una form a. Y él encargó a
las pot encias que est án baj o su aut oridad que m oldearan cuerpos m ort ales. Y ellos v inieron a
ex ist ir com o m alas represent aciones, desde la apariencia que habían surgido... Ahora ust edes
lucharán cont ra ellos de est a m anera, ya que los Arcont es luchan cont ra el hom bre int erior. Y
ust edes deben com bat ir cont ra ellos de est a m anera: Congréguense y enseñen en el m undo la
salvación con una prom esa" . Com bine t odo est o con el m oderno saber acerca de los OVNI s,
que post ula una m alv ada raza alienígena ( dragoniana, de la cont elación de Dragón) que
im plant a en los seres hum anos desde el principio del t iem po dim inut os disposit iv os para
cont rolar sus m ent es ( los " dioses del Edén" y su ganado) , para el exact o m ism o propó sit o:
asegurar el olv ido et erno, el sueño int erm inable, de m odo que a las alm as les sea negada la
posibilidad de desarrollarse, y perm anezcan esclavizadas a los seres alienígenas ( los Arcont es) ,
quienes ( al m enos en algunas v ersiones) usan las alm as com o u na fuent e de energía. Com bine
t odo est o, y ust ed t iene The Mat rix . Más o m enos] .

[ 2. En ciert os t ext os gnóst icos se dice que Jesús t iene un herm ano gem elo cuy o nom bre es
Judas: Judas Tom ás, o " Judas el gem elo" . Sin hacer dem asiados salt os creat ivos es po sible
sacar la conclusión desde est os t ext os que de hecho no fue Jesús quien m urió en la cruz sino
Judas, su t raidor y gem elo, " el que nació según su sem ej anza" , com o lo describe el Apocalipsis
de Pedro ( de la Bibliot eca de Nag Ham m adi) . La cit a com plet a es: " El salvador m e dij o: Aquel
a quien v ist e en el árbol, cont ent o y riendo, es el Jesús v iv ient e. Pero ést e, en cuyas part es
carnosas de sus m anos y pies ellos ent ierran los clavos, que es el sust it ut o expuest o a la
vergüenza, el que nació según su sem ej anza... al que ellos crucificaron es el prim ogénit o, y el
hogar de dem onios, y el recipient e de piedra en el cual ellos habit an... Pero el que est á de pie
j unt o a él es el Salvador v iv ient e, a quien ellos prendieron y luego liberaron... Por lo t ant o él
se r íe de su carencia de percepción, sabiendo que ellos han nacido ciegos" . En est e caso, el
m it o com ienza a t om ar ram ificaciones m ás bien com plej as ( el t raidor fue sacrificado y por ello
redim ido; consist iendo el punt o de la crucifix ión en ser un ofrecim ient o de sangre ( ¿ADN?) ,
result a que, com o el gem elo de Jesús, la sangre de Judas fue un " sust it ut o" perfect am ent e
acept able) . Thom as en The Mat rix , ent onces, no es el incrédulo sino el doble, el que debe ser
sacrificado, t al com o Abel por Caín. Neo, su gem elo perfect o, es el " resucit ado" , la im agen que
asciende, el Crist o m it ad de la ecuación. Es int eresant e not ar, en cuant o a est o, ciert as
int erpret aciones crist ianas de la película que v en a Neo com o " el ant i - Crist o" . El hecho de que
Keanu Reeves recient em ent e int erpret ara el papel de hij o de Sat án ( Al Pacino) en la película
Dev il’s Adv ocat e ( El Abogado del Diablo) no puede ser dem asiado rápidam ent e descart ado
com o una m era coincidencia. Por supuest o, la psico- hist oria no acept a las coincidencias] . –

****

Jak e Horsley nació en algún lugar en las I slas brit ánicas ( en el Año del Ant ihéroe) en un
am bient e adinerado y rígidam ent e at eo. Él descubrió las alegrías del cine m irando Where
Eagles Dare por la TV ( por un curioso caso de sincronía, t am b ién la prim era película que él
puede recordar haber vist o en un t eat ro, m uchos años ant es) ; finalm ent e analizando la
diferencia ent re Clint East wood y Richard Burt on, su pasión fue consolidada. Durant e m ucho
t iem po Jaws fue su película fav orit a. Él incursionó en la crít ica de películas y en la escrit ura de
guiones desde una edad t em prana, pero finalm ent e fue desv iado del t em a por el m undo. Él
nunca fue a la univ ersidad. Él ha pasado los últ im os diez años de su vida [ en 2002] yendo de
allá para acá y no enm oheciéndose, y ha vivido en varias oport unidades en las siguient es
localidades: Londres, Edim burgo, Nueva York, Oaxaca en Méx ico, Taos en Nuevo Méx ico,
Tánger en Marruecos, Pam plona en España, París, y, m ás recient em ent e, en Am st erdam . Su
siguient e escala él pret endía que hubiera sido San Francisco, pero fue frust rado en sus planes
por gent e de inm igración de EE.UU., debido a una hist oria prev ia de fum ar m arihuana. Él
ahora v iv e en su propio Valhala privado, en algún sit io en Am érica Cent ral. Él m uy de vez en
cuando inhala. Él ha t enido un solo t rabaj o en su v ida, por un periodo de seis m eses: com o un
dedicado buscador de t odo t ipo de experiencias, pareció j ust o que él experim ent a el m undo
real t am bién, pero rápidam ent e decidió que no era para él. La m ayor p art e de su t iem po libre
se lo ha pasado escribiendo libros que nadie leerá; él recient em ent e ha com plet ado un guión
basado en la v ida del psico- art ist a Sam Peckinpah, y est á act ualm ent e t rabaj ando en una
novela, basada en su v ida sex ual inex ist ent e. Adem ás de películas, sus int ereses incluy en la
filosofía, la psicología, la m it ología, la conciencia paranoide y la bruj ería. Un buscador indóm it o
y un soñador incurable, su creencia consist e en que la búsqueda es t odo, y que el obj et o de la
búsqueda es de relat iv a poca im port ancia, con la única condición de que sea inalcanzable.
Com o el t ont o que m ont ado en su buey va en busca de bueyes, él va en búsqueda de Verdad y
Belleza. Com o un pez solit ario que nada sin parar por el océano buscando est a m ist eriosa
cualidad llam ada el agua, de la cual él ha oído t ant o pero que nunca ha v ist o, él cont inúa su
alegre m archa hacia el Arm agedón, m irando de reoj o lo inv isible y capt urando después lo
int angible. Él no espera t ener éx it o: se cont ent a sim plem ent e con int ent arlo. –

También podría gustarte